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eniendo en cuenta que los tres factores más importantes a controlar en un proyecto son: plazo,

presupuesto y calidad; existen 4 factores que toda gestión de proyectos debe contemplar por ser
los de mayor influencia en los resultados alcanzados. Estos factores no son excluyentes, han de
tenerse en cuenta a la vez, y no son los únicos, ya que existen otros que también pueden afectar al
balance de un proyecto. Sin embargo, sí son los más decisivos y por ello merecen una atención
especial. Se trata de:

 Claridad en la definición de objetivos.


 Utilización de una metodología.
 Precisión en la planificación.
 Compromiso de los participantes.

Los tres primeros tienen en común que la responsabilidad sobre ellos recae en la Dirección de
Proyecto, sin embargo, el último no depende exclusivamente de los roles ejecutivos, sino que la
responsabilidad se extiende a todos los niveles del organigrama. Si bien, para conseguir alcanzar ese
compromiso es tarea de la Dirección el lograr implicar a todos los integrantes del proyecto.

Claridad en la definición de objetivos: el


paso nº1 para una gestión de proyectos de
éxito
La falta de claridad en la definición de objetivos tiene varias implicaciones que afectan de manera
negativa al proyecto, a sus participantes y a la Dirección misma. En concreto:

 Al proyecto: pueden producirse retrasos causados por malentendidos, es posible que se


produzca la convergencia de intereses, será necesario invertir más tiempo en negociaciones,
puede hacer falta terminar empelando más recursos y, por tanto, acabará haciendo falta un
presupuesto mayor del estimado.
 A la Dirección: su imagen se ve deteriorada, puede perder la confianza, es posible que se
vea abocado a una inadecuada gestión de recursos o a una asignación de cargas de trabajo
desequilibrada.
 A los participantes: puede haber malos entendidos, se empobrece la comunicación,
pueden provocarse situaciones de insatisfacción o pérdida de motivación.

Gestión de proyectos y utilización de una


metodología
Hoy día todo se mide, la tecnología avanza sin tregua y la inmediatez es una exigencia. Aplicado a
la gestión de proyectos esto supone la necesidad de:

 Conocer en todo momento en qué punto se está y hacia dónde se va.


 Permanecer continuamente actualizado.
 Priorizar la automatización cuando sea posible.
 Mejorar las comunicaciones siempre que se pueda.

Alcanzar estos estándares no es posible sin la ayuda de instrumentos que permitan visualizar el
estado, plantear unas directrices que guíen hacia las metas y establecer los medios necesarios para
compartir información de calidad. Las metodologías para la gestión de proyectos reúnen los datos
más relevantes que se han de conocer para dirigir el proyecto y ayudan a discernir lo esencial de lo
secundario, al mismo tiempo que pueden emplearse en sí mismas como herramienta de
comunicación.

Precisión en la planificación. Un aspecto


incuestionable en la gestión de proyectos
Muy relacionado con el punto anterior, y estrechamente vinculado a las necesidades que en él se
exponían, se encuentra el requisito de precisión en la planificación, sin el cual el riesgo aumenta y
las posibilidades de entregar con éxito el proyecto disminuyen. La planificación es crucial para
evitar fallos que, en estadios más tardíos, en pleno desarrollo de proyecto, pueden escapar al control.
Por ejemplo:

 Un error de cálculo en cuanto a la duración estimada de una actividad puede provocar el


retraso de todas las siguientes, si existían dependencias.
 Un planning excesivo en cuanto a la necesidad de recursos puede hacer incurrir en costes
extra sin justificación.
 Una mala planificación relacionada con la distribución de recursos puede llevar a tener
que "compartir" recursos entre varias actividades, causando retrasos.

El tiempo invertido en la fase de planning es tiempo ganado en la recta final del proyecto y el mejor
ejemplo de ello es la eficiencia del método de la cadena crítica, que se basa precisamente en este
principio y es la metodología con mayores resultados de éxito.

 Éxito en la gestión de proyectos = compromiso de los participantes

Al igual que en el funcionamiento de cualquier empresa, en el transcurso de un proyecto las


personas son el activo estratégico más importante. Cada individuo alberga un elevado potencial y
es necesario saber extraer todo el valor que puede aportar. En concreto, si se cuenta con personas
motivadas, que se identifican con las metas de proyecto, trabajan a gusto y conocen la
importancia de su aportación personal para el objetivo global se evita:

 La procrastinación.
 La aparición del Síndrome del Estudiante.
 La puesta en práctica de la Ley de Parkinson.
 La proliferación de errores humanos debidos a pérdidas de atención o falta de
concentración.
El ciclo de vida de un
proyecto es el conjunto de fases en las que se organiza un proyecto desde su inicio
hasta su cierre. Una fase es un conjunto de actividades del proyecto relacionadas entre sí
y que, en general, finaliza con la entrega de un producto parcial o completo. Hay
proyectos sencillos que sólo requieren de una fase, y otros de gran complejidadque
requieren un importante número de fases y sub-fases.
ITM Platform te permite reutilizar y adaptar los ciclos de vida más adecuados
con plantillas de proyecto, pruebalo ahora gratuitamente.
El ciclo de vida de cada proyecto está definido por el modelo de fases que se utilice y
este suele estar determinado por la organización, la industria o, incluso, la tecnología
empleada en el proyecto. No es posible determinar de forma genérica las fases de todos los
tipos de proyecto, aunque en ocasiones se hace referencia a una estructura genérica del
ciclo de vida que se compone de las fases de:
 Inicio del proyecto,
 Organización y preparación,
 Ejecución del trabajo y cierre del proyecto.
Esta estructura genérica del ciclo de vida no debe confundirse con los Grupos de
Procesos de la Dirección de Proyectos definidos en PMBOK. La estructura genérica del
ciclo de vida del proyecto es un modelo genérico sobre la organización de las fases del
proyecto y no la organización de procesos establecido por el PMI. Tampoco debe
confundirse con el ciclo de vida del producto sobre el que se está realizando el proyecto.
Este es un modelo genérico de ciclo de vida que puede ser utilizado como referencia,
especialmente cuando se quiere comunicar la evolución del proyecto a personas poco
habituadas a este tipo de gestión.
En la práctica no existe una única organización de fases ideal que se pueda aplicar a
todos los tipos de proyectos. Aunque existan modelos habituales en algunas industrias,
los proyectos pueden presentar variaciones muy significativas. Algunos proyectos tendrán
una sola fase, otros, en cambio, pueden constar de dos, tres, cuatro o más fases.
Independientemente de la cantidad de fases que compongan un proyecto, todas ellas
poseen características similares:
 Cada fase está focalizada en un trabajo concreto.
 Las fases suelen tener como objetivo el disponer de un entregable que debe estar
disponible al finalizar la fase.
 El cierre de una fase termina con la revisión del entregable y, en ocasiones, con la
aprobación de esa entrega.
Las organizaciones y las diferentes metodologías e industrias han ido definiendo modelos
más o menos estándar de ciclo de vida del proyecto. Esta estandarización convive con
la necesaria adaptación que a cada proyecto realiza cada equipo. El ciclo de vida depende
en gran medida de la naturaleza del proyecto específico y del estilo del equipo del proyecto
o de la organización. Para realizar una correcta gestión entre los estándares establecidos y
la necesaria adaptación a las necesidades concretas de cada proyecto, las organizaciones
utilizan herramientas como ITM Platform que permiten reutilizar y adaptar los ciclos
de vida más adecuados por medio de plantillas o proyectos base, con estructuras
concretas de fases de proyecto, a modo de referencia.

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