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OBRAS DE BACH EN EL LAÚD

Estas notas al programa llevan ése título, y no el de “Obras de Bach para laúd” con
toda la intención. El hecho de elegir una preposición y no otra viene dado por la realidad de
que solamente dos acompañamientos para arias en la extensísima obra del Kantor de Leipzig
están claramente destinadas a ser tocadas en realización obbligato1 desde un manuscrito de
Bach por un laúd en presencia del propio autor: el recitativo con dos laúdes “Der Glocken
bebendes Getön” (Cantata BWV 198), y el arioso con un laúd “Betrachte, meine Seel” de la
segunda parte de la Pasión según S. Juan, (BWV 245).

El laúd barroco alemán, que disponía de un diseño propio de instrumento diferente del
usado en otras latitudes y en función de su scordattura podía ser usado como tal o como
“tiorba alemana”, era usado como componente habitual del continuo en las orquestas de
Turingia y Sajonia donde Bach desarrolló su actividad. Johann Sebastian conocía bien su
sonoridad, aunque, a diferencia de órgano, clave, violín o viola, nunca lo tocó. A pesar de ello,
su infatigable intención de producción musical de todo tipo le llevó, mayoritariamente en su
periodo en la corte del príncipe Leopoldo en Köthen entre 1717 a 1723, a especular con la
composición de música para laúd a solo, en la misma época en que las suites y partitas para
violín o cello solo vieron la luz, el primer libro del Clave bien temperado o las suites para
teclado francesas o inglesas. En este periodo Bach estuvo en disposición de desarrollar toda su
creatividad hacia la música profana y de cámara, dado su puesto como maestro de capilla para
una corte que prefería la música instrumental a la sacra, con un buen sueldo2 y excelentes
relaciones con el príncipe.

Entre las pertenencias de Bach inventariadas tras su muerte, se hallaban dos


lautenklavier3 sobre los que Johann Sebastian debió haber compuesto las que hoy se conocen
como “obras para laúd” de Bach. Estas obras en realidad nunca estuvieron en una colección
manuscrita completa, a diferencia de las de violín o cello, y es muy improbable ni siquiera que
Bach las escuchara en vida interpretadas en un laúd. El más famoso laudista alemán de la
época, casi estrictamente coetáneo de Bach, S. L. Weiss4, no tocó nunca música del maestro de
Eisenach, sino su propia música, escrita en tablatura y compuesta, esta sí, sobre un laúd
barroco real. En 1739 Bach y Weiss se conocieron, si no lo habían hecho antes, con motivo de
la visita que hizo acompañando a su alumno Kropfganss y al propio Wilhelm Friedemann al
hogar de los Bach en Leipzig5. La visita fue cordial, pero esto no se reflejó en la absorción por
parte de Weiss del repertorio bachiano para sus interpretaciones.

1
Modo de escritura de una parte musical en la que el intérprete está obligado a ejecutar exactamente
toda la escritura del autor, la partitura incluye toda la música que se ha de realizar.
2
33 y 1/3 táleros del Reich, el doble de lo que cobraba en Weimar.
3
Literalmente, laúd-teclado. Se trata de un instrumento de mesa encargado por el propio Bach con una
caja armónica de laúd sobredimensionado conectada a un teclado cuyos plectros pulsaban cuerdas de
tripa.
4
Breslau, actual Polonia, 1687 - Dresde, 1750.
5
En carta dirigida al cantor J.W. Koch, Johann Elias Bach, sobrino del patriarca que ejercía de su
secretario personal, confirma estos términos y afirma que estuvieron 4 semanas en Leipzig y tocaron
varioas veces en casa de Bach. Refiere esta circunstancia como muy particular por haber esos días una
“música muy especial” sonando en la casa.

1
El repertorio a solo en el laúd y sus parientes de familia pulsados, ya desde principios
del siglo XVI, siempre se escribió y editó en tablatura. Éste es un sistema por el que sobre el
papel se reflejan las cuerdas y trastes del instrumento donde se ubican las notas de una obra
musical, no la representación de sus sonidos. Es, por tanto, fiel reflejo de la realización sobre el
instrumento de una obra musical, de aquéllas que son realizables sobre el instrumento, y de la
concreción de la ornamentación, digitación e interpretación de la semitonía, que desde la
partitura en algunos casos se presuponen, pero no se concretan. En el caso de la Partita BWV
997, es significativo el hecho de que, a pesar de que la versión para teclado, con la
denominación de Suite (Sonata) consta de 5 movimientos, en la versión en tablatura6 los dos
números de mayor entidad, la Fuga y la Double final, se hallan desaparecidos. La hipótesis de
que fueran consideradas irrealizables en su época en un laúd barroco no debe, pues,
rechazarse. Bach escribió todas estas obras en partitura, ninguna de las tablaturas pudo haber
estado manuscrita por él.

La colección de obras que se estableció durante el siglo XX y todavía es conocida como


“Obras para laúd de Bach”, es en realidad fruto de la introducción del repertorio bachiano en
el habitual de la guitarra clásica a través de, en primer lugar, las ediciones de Bruger7 y las
interpretaciones de Andrés Segovia, seguidos de otros muchos. Las modernas transcripciones
de estas obras completas en tablatura vinieron todavía después. Estas 4 suites completas
“para laúd”, más el “Preludio, Fuga y Allegro”, la Fuga BWV 1000 (ó 1001, su original para
violín) y el “Pequeño preludio”, son el resultado de una recopilación de fuentes diversas entre
las tablaturas escritas por laudistas de la época, las transcripciones del propio Bach desde
otros instrumentos (clave y violín), copias realizadas por otros compositores, y copias de sus
hijos y/o alumnos. Estas ediciones a modo de recopilación permiten en tiempos modernos
tocar todas las obras que refieren de una manera u otra al laúd con todos los movimientos de
sus referentes “originales” para otros instrumentos.

Solo 3 de estas obras8 para laúd se han conservado en autógrafo del autor, y por
supuesto todas ellas en notación mensural, no en tablatura. No representan, por tanto, la
realización real de esas piezas sobre el laúd, sino la idealización imaginada por Bach y
trasladada al papel por medio del teclado de sus lautenklavier. El criterio para la confección de
este programa ha sido pues, el de recopilar toda la música de Bach de la que ha quedado
tablatura manuscrita para laúd de su época, aspecto documental que constituye la prueba de
que efectivamente se pudieron tocar en vida del autor. Las fuentes de estas obras en concreto
aparecen en el programa de mano.

Dada su extrema dificultad, las interpretaciones en directo de programas monográficos


en el instrumento original9 con las obras para laúd a solo de Bach en el instrumento original
son muy contadas y pueden considerarse como eventos literalmente extraordinarios, siendo
las grabaciones el principal referente de estas colecciones de piezas. En directo se suelen
interpretar alguna de estas obras o fragmentos de ellas, en programas junto con

6
En realización autógrafa, al parecer, del laudista J. C. Weuyauch, amigo personal de Bach.
7
Wölfenbuttel: Juius Zwisslers Verlag, 1921.
8
BWV 995, para laúd de 14 órdenes, 998 Y 1006a.
9
Laúd barroco, de 13 ó 14 órdenes, es decir, 24 ó 26 cuerdas. Es el único de los instrumentos de cuerda
pulsada que se afina por terceras, en un acorde de re menor, y el único en el que, a excepción de los dos
primeros, todos los demás órdenes son de cuerda doble. Todos los demás, incluída la guitarra clásica, se
afinan por cuartas y solo tienen una tercera intermedia, por lo que las disposiciones de digitación son
comunes o al menos relacionadas entre un instrumento y otro.

2
transcripciones de otras obras de Bach para violín o cello y otras obras de laudistas como S. L.
Weiss o D. Kellner, o en otros instrumentos como el archilaúd o la tiorba. La dificultad radica
en la especificidad de su scordatura10, y en que Bach imaginó su intrincado sistema polifónico y
contrapuntístico sobre un teclado11, donde el intérprete dispone de 10 dedos y una sola tecla
posible para cada nota. El laudista debe pulsar 3 ó 4 órdenes12 con los dedos índice y medio,
muy raramente el anular, y los otros 9 ó 10 órdenes todos con el pulgar, además de irlos
apagando, también con el mismo dedo. Y dispone de entre dos y cuatro lugares diferentes
donde pisar la misma nota, debiendo discriminar cuidadosamente la disposición de una nota y
su combinación con las demás de su entorno.

Del análisis al detalle de estas tablaturas y la comparación con sus equivalentes en


partitura, se colige que no mantienen los criterios de articulación en la imitación de motivos
que cabría esperar en música tan perfecta como la de Bach, y aparecen numerosas variantes
en la textura e incluso en la inversión y cifrado de los acordes; en la mayoría de los casos
ingeniosas soluciones para hacer factible el discurso musical, en las menos, variantes con
recursos instrumentalistas de dudosa calidad. Es por ello que se ha hecho necesario para la
interpretación de éste programa, una nueva revisión por parte del intérprete de estas fuentes
comparándolas con las partituras de referencia, que es la que se ofrece en el programa de hoy.

Terminemos recordando los dos principales propósitos que a entender del músico
turingio deben regir el elevado Arte musical, así el profano como el sagrado: en primer lugar,
para gloria de Dios y deleite del alma, en segundo, como especial pasatiempo para los espíritus
instruidos, así como para la utilidad y el uso. No es decir poco.

©Pedro Jesús Gómez, 2015

BIBLIOGRAFIA:

CHARLTON, DAVID: “Silvius Leopold Weiss, Detailed Biography”, en


http://www.classical.net/music/comp.lst/articles/weiss/bio.php, u.c. 10/01/2015.

CHERICI, PAOLO: J. S. Bach. Opere complete per liuto. Milano, Suvini-Zerboni, 1980.

GAGO, LUIS CARLOS: Bach. Madrid, Alianza, 1995.

JUNGHÄNEL, KONRAD: Johann Sebastian Bach: Die Lautenwerke. CD audio, Eckenhagen,


Deutsche Harmonia Mundi, 1989. 77097-2-RC

O’DETTE, PAUL: Johann Sebastian Bach. Lute Works. CD audio, Harmonia Mundi USA, 2007,
HMU-FLY60075.

OTTERBACH, FRIEDEMANN: Johann Sebastian Bach: Vida y obra. Madrid, Alianza, 1990

SALAZAR, ADOLFO: Juan Sebastián Bach. Madrid, Alianza, 1990

SMITH, HOPKINSON: Johann Sebastian Bach: L’ouvre de Luth. CD audio, Saint Lambert des
Bois, Auvidis Astrée, 1981-1987.

10
Afinación de las cuerdas “ al aire”, sin ser pisadas por la mano izquierda, de un instrumento de cuerda.
11
Lautenklavier.
12
Par de cuerdas que suenan al unísono o a la octava.

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