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VIRUS DEL SARAMPION

Características Generales
El sarampión es una enfermedad infecciosa exantemática como la rubeola o la
varicela, bastante frecuente, especialmente en niños, causada por un virus,
específicamente de la familia Paramyxoviridae del género Morbillivirus son virus
de RNA que pertenecen a una sola cadena de polaridad negativa, lo que forma
una nucleocápside helicoidal recubierta de membrana de origen celular.
Se caracteriza por las típicas manchas en la piel de color rojo (exantema), así
como la fiebre y un estado general debilitado. Si se presentan complicaciones, el
sarampión puede causar inflamación en los pulmones y en el cerebro que
amenazan la vida del paciente.

Etiología
El sarampión fue introducido en América en el siglo XVII por los colonizadores
europeos causando cientos de muertos entre los nativos, lo que facilitó la
conquista. Recién en el año 1954 J. Enders y T. Peebles informaron sobre el
aislamiento del virus del sarampión en la sangre y secreciones de pacientes
mediante la inoculación en cultivos celulares humanos y de simios. La primera
cepa de virus, denominada Edmonston, por el paciente de quien se aisló, fue sub-
cultivada en diferentes tipos de líneas celulares para la preparación de una
primera vacuna experimental.
El virus sarampión es un virus de simetría helicoidal, ARN de polaridad negativa
no segmentado, perteneciente a la familia Paramyxoviridae y al género
Morbillivirus, con aproximadamente 15.900 nucleótidos codificando ocho proteínas
virales y que posee además una ARN polimerasa unida al ARN. La nucleocápside
helicoidal está rodeada por una envoltura lipídica y posee tres proteínas relevantes
en patogenia, la proteína M (no glicosilada), la glicoproteína HN (glicosilada) con
actividad hemaglutinina y neuraminidasa y la glicoproteína F, que participa en
fenómenos de fusión. Se transmite por aerosoles con puerta de entrada en el
aparato respiratorio o por contacto directo con secreciones respiratorias originando
una enfermedad sistémica. El ser humano es el único reservorio de este agente
etiológico.
El virus es muy sensible a factores externos tales como temperaturas elevadas, la
radiación ultravioleta (luz), y debido a su envoltura vírica a muchos desinfectantes
como 1% de hipoclorito de sodio, 70% etanol, glutaraldehído y formaldehído.6 En
el ambiente puede ser infeccioso por solo dos horas.
Patogenia
La transmisión del virus del sarampión ocurre por contacto directo o por gotitas
infectadas provenientes de alguien enfermo, quien permanece infeccioso tres a
cinco días antes de la aparición de las erupciones hasta cuatro días después. El
virus penetra en las células epiteliales de la mucosa de las vías respiratorias altas,
como la orofaringe o, con menos frecuencia en la conjuntiva de los ojos. El virus
llega al tejido linfoide y reticuloendotelial local en menos de 48 horas: amígdalas,
adenoides, timo, bazo, etc. y al resto de las vías respiratorias altas, donde se
reproduce originando una viremia inicial asintomática durante los primeros 4 días
del contagio. Esto es por lo general acompañada de una breve aparición del virus
en la sangre. Después de unos 5-7 días hay una segunda viremia, con la
consiguiente infección de la piel y las vías respiratorias. Al décimo día del contagio
se inicia la respuesta inmune del huésped y la producción del interferón, que
disminuyen progresivamente la viremia, y aparece la erupción con el exantema
característico y otros síntomas como tos y bronquitis aguda que definen el período
exantemático de la enfermedad.
A través de la invasión del virus en los linfocitos T y un aumento de los niveles de
sustancias mensajeras como las citoquinas, en particular, interleucina-4, se instala
una debilidad inmune temporal del cuerpo. Durante esa fase, de aproximadamente
cuatro a seis semanas, pueden aparecer infecciones secundarias.
El organismo se defiende sobre todo con una inmunidad de tipo celular: los
linfocitos T citotóxicos y las células asesinas naturales. Los pacientes con
inmunidad reducida, sobre la base de un debilitamiento de esta parte del sistema
inmune, tienen un alto riesgo de infección por sarampión grave. Sin embargo, se
ha demostrado que un sistema inmune debilitado, que abarca el área del sistema
inmune humoral y no el celular, no conduce a un mayor riesgo de enfermedad.
Con el inicio de las erupciones, aparecen anticuerpos, primero de la clase IgM y
posteriormente de la clase IgG.
El virus sarampión, también infecta células epiteliales, endoteliales, y neuronales
sugiriendo la existencia de otros receptores para este mecanismo.
Secuencia patogénica de la infección por virus sarampión

Medio ambiente
Constituye el conjunto de factores extrínsecos que influyen en la existencia del
virus, la exposición al mismo y la susceptibilidad.
El virus del sarampión tiene una capacidad limitada de supervivencia en el medio
ambiente. Dado que tiene un corto periodo de transmisión y que es una
enfermedad muy contagiosa, en una comunidad concreta se precisa una
renovación continua de personas susceptibles para que se mantenga la
transmisión.
Mediante el aumento de la cobertura de la vacunación disminuye la circulación del
virus y se reduce el riesgo de sarampión, incluso en el grupo de los no vacunados.
El sarampión es una de las enfermedades más transmisibles. Presenta una tasa
de reproducción de entre 12 y 18 casos en comparación a otras enfermedades
como la poliomielitis, la parotiditis, o la rubéola que presentan tasas de entre 4 y 7.
Se estima que un caso de sarampión infecta al 90% de sus contactos
susceptibles. Para conseguir eliminar el sarampión se necesita que más del 95%
de la población esté inmunizada.
Epidemiologia y factores de riesgo del sarampión
Antes de la vacunación generalizada, el sarampión era una enfermedad casi
obligada en la niñez, de forma que a los 20 años más del 90% de la población
había pasado la enfermedad. Era endémico en todo el mundo y causaba
epidemias de grandes proporciones cada 2-3 años, sobre todo a finales del
invierno y en primavera en regiones de clima templado, pero durante todo el año
en regiones de clima tropical.
En los países en desarrollo sigue siendo una causa de mortalidad y morbilidad de
primera magnitud, sobre todo en menores de 5 años. En 2001 se unieron diversos
organismos de relevancia internacional (UNICEF, OMS, CDC, Cruz Roja y la
Fundación de las Naciones Unidas) para crear la “Iniciativa contra el sarampión”,
lo que, unido al compromiso de los gobiernos de todo el mundo, ha logrado reducir
las muertes por sarampión en todo el mundo entre 2000 y 2011 en un 71 por
ciento pasando de unas 542.000 muertes estimadas a 158.000. Además en el
mismo periodo disminuyó un 58% el nº de casos, desde los 853.000 en el año
2000 a los 355.000 en 2011.
La Región OMS de las Américas ha sido declarada libre de transmisión endémica
de sarampión desde 2002, pero continúa experimentando casos importados,
incluyendo un 20-35% de casos de origen europeo. Según el informe de vigilancia
del sarampión y la rubéola en las Américas de la OPS-OMS de 14 de mayo del
2011, se habían reportado brotes en varios países del continente americano.
Confirmados por laboratorio existían un total de 165 casos de sarampión: 111 en
EEUU, 31 en Canadá, 5 en Chile, 8 en Brasil, 3 en Panamá, 1 en República
Dominicana y 3 en Guadalupe.
En Asia los países más afectados y que más casos notifican a día de hoy son:
Afganistán, Bangladesh, China, Filipinas, Indonesia, India, Myanmar (Birmania),
Nepal, Pakistán, Tailandia y Vietnam debido al difícil acceso al tratamiento de este
virus por parte de estos países o por la gran cantidad de habitantes siendo más la
demanda que la cantidad de distribución

Entre los factores de riesgo para el sarampión se incluyen los siguientes:


• No estar vacunado. Si no has recibido la vacuna contra el sarampión, es
mucho más probable que manifiestes la enfermedad.
• Viajar a diferentes países. Si viajas a países en desarrollo, donde el
sarampión es más frecuente, tienes un riesgo mayor de contraer la enfermedad.
• Tener deficiencia de vitamina A. Si no tienes la cantidad suficiente de
vitamina A en tu dieta, es más probable que tengas síntomas más graves y
complicaciones.
• Tener contacto con alguien infectado. si se tiene contacto directo con
alguna persona infectada se corre el riego de ser afectado por el virus ya que este
se transporta a través del aire

Tratamiento
No existe un tratamiento específico para la infección por sarampión establecida.
No obstante, se pueden tomar algunas medidas para proteger a las personas
vulnerables que se han expuesto al virus:
• Vacunación tras la exposición: Se puede administrar la vacuna contra el
sarampión a las personas no inmunizadas, incluidos los bebés, dentro de las 72
horas de ocurrida la exposición al virus del sarampión para que los proteja contra
la enfermedad. Si aun así la enfermedad se manifiesta, suele tener síntomas más
leves y dura menos tiempo.
• Inmunoglobulina sérica: Las mujeres embarazadas, los bebés y las
personas con sistemas inmunitarios debilitados que están expuestos al virus
pueden recibir una inyección de proteínas (anticuerpos) llamada “inmunoglobulina
sérica”. Cuando se administran dentro de los seis días tras la exposición al virus,
estos anticuerpos pueden prevenir el sarampión o ayudar a que los síntomas sean
menos graves.
También puede ser administrado un tratamiento farmacológico para reducir los
síntomas provocados
• Reductores de la fiebre: acetaminofeno, ibuprofeno o naproxeno
• Antibióticos. Si se contrae una infección bacteriana, como neumonía o una
infección del oído, mientras el sarampión hospeda en el organismo de la persona,
se podría recetar un antibiótico.
• Vitamina A. Las personas con niveles bajos de vitamina A tienen más
probabilidades de padecer un caso más grave de sarampión. La vitamina A puede
disminuir la gravedad del sarampión.

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