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Derecho Procesal
EL PROCESO JUDICIAL
El proceso judicial es un conjunto complejo de actos jurídicos del estado como
soberano, de las partes interesadas (actor y demandado) y de los terceros ajenos a la
relación sustancial, actos todos que tienden a la aplicación de una ley general, impersonal
y abstracta, a un caso concreto controvertido para solucionarlo o dirimirlo. El proceso
sirve a la satisfacción de los intereses jurídicos socialmente relevantes, siendo el medio
constitucionalmente instituido para ello.
El elemento subjetivo está representado por las personas que intervienen en el trámite
procesal. Pueden ser sujetos necesarios o eventuales. Los primeros indefectiblemente
deben estar presentes en la relación jurídico-procesal. En el proceso civil son
protagonistas el actor, el demandado y el juez. En el proceso penal debe existir un órgano
requirente (Ministerio Público Fiscal), un órgano judicial y el imputado. Cada uno de los
sujetos ejerce poderes de raigambre constitucional. El actor tiene a su cargo el poder de
poner en movimiento el proceso como expresión del derecho constitucional de peticionar
ante las autoridades. El juez ejerce el poder de jurisdicción y el demandado ejerce el
legítimo derecho de defensa. Asimismo, todos ellos precisan condiciones subjetivas de
actuación. El juez y el ministerio público deben ser designados conforme preceptos
constitucionales y estructurados de acuerdo a leyes orgánicas. Los particulares deben
contar con capacidad y legitimación reconocida y pueden intervenir a través de sus
apoderados o representantes. Por último, los sujetos eventuales comprenden los
auxiliares del tribunal y el personal subalterno que colabora con el oficio judicial en
calidad de secretarios letrados, prosecretarios, jefes de despacho y demás auxiliares.
También comprende a patrocinantes, testigos, peritos, etc. El elemento teleológico
atiende a las expectativas colectivas de la sociedad y a los intereses individuales de las
partes. En el primer sentido, el fin principal de cualquier proceso, sea de naturaleza civil,
penal o familiar, se identifica con la obtención de una sentencia justa, ya que al dictarla se
restablece el orden jurídico alterado y la realización del valor justicia. Desde el punto de
vista individual el fin consiste en la obtención de una sentencia favorable o
desestimatoria. De todas formas, el propósito fundamental de cualquier proceso está
dado por la tutela general en la realización del derecho objetivo sustancial en casos
concretos con el fin de obtener la armonía y la paz social.
Objeto y contenido: objeto del proceso es la actividad de juez por la cual ante la
pretensión del actor y la contrapretensión del demandado, aplicando las reglas de la sana
crítica racional y de la lógica formal, se analizan los hechos afirmados por el actor y
contradichos por el demandado a la luz de las pruebas rendidas, llegando a una
sentencia definitiva. El contenido del proceso está dado por las pretensiones o
declaraciones de voluntad cuyo acogimiento se intenta obtener. El actor al ejercer la
acción y el demandado al contestar o interponer excepciones formulan una declaración
de voluntad de tipo imperativo amparada por la ley y exigiendo al juez que se pronuncie
sobre la existencia o inexistencia de una obligación determinada. Luego el juez aplica el
derecho acogiendo una y reestableciendo el orden jurídico alterado. En el desarrollo del
contenido procesal CLARIA OLMEDO distingue diferentes categorías y situaciones
jurídicas: a) Atribución facultativa: facultad que compete al actor para accionar en el
campo del proceso civil y obtener una satisfacción. b) Atribución impuesta: exigencia legal
que tiene el juez frente al proceso, ya que dicho funcionario tiene la obligación de
pronunciarse ante el simple requerimiento de la parte. c) Sujeción impuesta: situación que
requiere la actuación del sujeto por razones que atienden al interés público (v.gr. posición
de testigo que tiene la carga pública de comparecer, declarar y decir la verdad). d)
Sujeción facultativa: tiene como significación satisfacerse a sí mismo para prevenir un
perjuicio futuro. En ella se encuentra la carga procesal, que es un imperativo del propio
interés. Es una situación jurídica instituida en la ley, consistente en el requerimiento de
una conducta de realización facultativa normalmente establecida en interés del propio
sujeto y cuya omisión trae aparejada una consecuencia desfavorable para él. Ante el
incumplimiento de la carga no existe sanción, sino tan solo importará para el remiso
posicionarse en un plano desfavorable (ej. la falta de contestación de la demanda o falta
de ofrecimiento de prueba no tienen una sanción jurídica, pero traen aparejado perjuicio
para la parte que deje de hacerlo). Se diferencia de la carga pública porque en esta
puede haber coacción sobre el sujeto, mientras que en la carga procesal sólo se realiza
una conminación o advertencia de que se puede perjudicar.
Los presupuestos procesales configuran supuestos previos al proceso, sin los cuales no
puede pensarse en su existencia, su no concurrencia obsta al nacimiento del proceso y
se definen como:
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EXCEPCIONES ADMISIBLES - Art. 347. CPCCN - Sólo se admitirán como previas las siguientes excepciones:
1) Incompetencia.
2) Falta de personería en el demandante, en el demandado o sus representantes, por carecer de capacidad civil para estar en juicio o
de representación suficiente.
3) Falta de legitimación para obrar en el actor o en el demandado, cuando fuere manifiesta, sin perjuicio, en caso de no conc urrir esta
última circunstancia, de que el juez la considere en la sentencia definitiva.
4) Litispendencia.
5) Defecto legal en el modo de proponer la demanda.
6) Cosa juzgada. Para que sea procedente esta excepción, el examen integral de las DOS (2) contiendas debe demostrar que se t rata
del mismo asunto sometido a decisión judicial, o que por existir continencia, conexidad, accesoriedad o subsidiariedad, la sentencia
firme ya ha resuelto lo que constituye la materia o la pretensión deducida en el nuevo juicio que se promueve.
7) Transacción, conciliación y desistimiento del derecho.
8) Las defensas temporarias que se consagran en las leyes generales, tales como el beneficio de inventario o el de excusión, o las
previstas en los artículos 2486 y 3357 del Código Civil.
La existencia de cosa juzgada o de litispendencia podrá ser declarada de oficio, en cualquier estado de la causa.
Ante la ausencia de capacidad procesal, no obstante ser los sujetos titulares de la
relación sustancial, no gozan de aptitud para defenderlos por si en el proceso; v.gr.
dementes, sordomudos, pródigos, interdictos, ausentes, etc. .
El último presupuesto procesal esta dado por el planteo en forma de una cuestión
concreta planteada con las formalidades establecidas por la ley a tal efecto (art. 303
CPCC2).
Los presupuestos senténciales son aquellas condiciones indispensables para que el juez
pueda dictar válidamente la sentencia. En tal sentido, se requiere la realización de un
procedimiento previo y completo, por su forma y grado, para permitir el pronunciamiento
de la resolución final (procedimiento regular y legal). Esto es, que el procedimiento
además de haberse cumplido regularmente y en forma completa no debe encontrarse
impedido por obstáculos a su promoción: así, por ejemplo, la existencia de privilegios
constitucionales, la omisión de acusación o de denuncia en delitos de instancia privada, la
ausencia de dictamen del asesor de menores e incapaces cuando éste ha sido impuesto
por la ley, etc. Además, el tramite debe haberse desarrollado con sujeción a las formas
esenciales establecidas en la ley (idioma, documentación) y hallarse en un estado tal que
permita el pronunciamiento de una sentencia valida por haberse cumplido las etapas que
son inevitablemente previas y necesarias (introducción de las cuestiones, prueba y
discusión en el proceso escrito; debate en el proceso oral).
Cabe señalar, que desde este punto de vista se distingue entre los presupuestos
senténciales referidos a la pretensión del actor y los presupuestos senténciales de la
oposición del demandado.
Queda claro, entonces, que esta postura vincula a los presupuestos materiales o
sentenciales con la cuestión de fondo y atacan a las pretensiones sustanciales esgrimidas
por el actor o demandado. Por ello, su existencia o inexistencia determinarían la admisión
o rechazo de la pretensión en la decisión final.
En este orden de ideas se los vincula con: la legitimación en la causa, es decir, con la
calidad o idoneidad para actuar como actor o demandado en un determinado proceso. En
tal sentido, el actor debe ser la persona habilitada por ley para formular la pretensión y el
demandado el autorizado a contradecirla pero esta legitimación debe además ser
calificada por otros elementos. Así debe exhibirse, además un interés sustancial en la
obtención de la sentencia y una petición presentada en forma clara y concreta y que no
haya sido impugnada por objeciones como, por ejemplo, aducida la cosa juzgada o la litis
pendencia.
Hay legitimación pasiva cuando existe identidad entre la persona habilitada para
contradecir y quien ha sido demandado.
Para denunciar la falta de idoneidad entre el efectivo titular del derecho sustancial y quien
asume el carácter de actor debe utilizarse la defensa de falta de acción (sine actione agit);
mientras que la falta de legitimación procesal debe sustanciarse por medio de la
excepción procesal dilatoria de falta de personalidad (art. 347 inc. 2 CPCC3).
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EXCEPCIONES ADMISIBLES - Art. 347. - Sólo se admitirán como previas las siguientes excepciones:
1) Incompetencia.
2) Falta de personería en el demandante, en el demandado o sus representantes, por carecer discapacidad civil para estar en juicio o
de representación suficiente.
3) Falta de legitimación para obrar en el actor o en el demandado, cuando fuere manifiesta, sin perjuicio, en caso de no concurrir esta
última circunstancia, de que el juez la considere en la sentencia definitiva.
4) Litispendencia.
5) Defecto legal en el modo de proponer la demanda.
PREJUDICIALIDAD PENAL
Como se advierte, opera como obstáculo para el dictado de la sentencia, puesto que el
proceso puede desarrollarse y alcanzar ese estado, sin que pueda en definitiva dictarse el
pronunciamiento jurisdiccional final. Se trata de un instituto de orden publico, ya que
persigue evitar el escandalo jurídico que significaría el dictado de sentencias
contradictorias.
El punto se plantea cuando los particulares en una demanda someten a la decisión del
órgano jurisdiccional una cuestión que de su simple lectura resulta claramente infundada.,
se cuestiona si puede el juez rechazarla in limine, es decir, al momento de su
presentación o si por el contrario debe tramitarse íntegramente el juicio para recién
resolver su rechazo al momento del dictado de la sentencia de merito.
6) Cosa juzgada. Para que sea procedente esta excepción, el examen integral de las DOS (2) contiendas debe demostrar que se trata
del mismo asunto sometido a decisión judicial, o que por existir continencia, conexidad, accesoriedad o subsidiariedad, la sentencia
firme ya ha resuelto lo que constituye la materia o la pretensión deducida en el nuevo juicio que se promueve.
7) Transacción, conciliación y desistimiento del derecho.
8) Las defensas temporarias que se consagran en las leyes generales, tales como el beneficio de inventario o el de excusión, o las
previstas en los artículos 2486 y 3357 del Código Civil.
La existencia de cosa juzgada o de litispendencia podrá ser declarada de oficio, en cualquier estado de la causa.
Por ejemplo puede tratarse de una demanda cuya pretensión expresa:
Una primera posición dice que no, niega de plano la facultad de juez de verificar de antes
a la etapa decisoria, la procedencia sustancial. Esto parte de una mirada clásica y
privatista.
Con una visión más actual y publicista del proceso se ha expresado que si de la
exposición de hechos no surge una concordancia entre el derecho pretendido y el
régimen normativo o es violatorio de los principios en que se sustenta, la demanda carece
de objeto jurídicamente proponible y el juez debe inadmitirla también inicialmente. En esta
posición se reconoce al juzgador que, dentro de los poderes propios de la jurisdicción se
comprende la facultad de rechazar in limine la pretensión por evidente falta de
fundamentabilidad aun en el caso de que el actor haya introducido una demanda
formalmente completa y admisible.
a) Etapa Introductoria
En esta etapa las partes hacen conocer al órgano jurisdiccional la existencia del conflicto
a través de sus respectivas versiones acerca de la cuestión, quedando delimitada la
plataforma fáctica del juicio.
El actor deduce demanda en la cual efectúa las afirmaciones de hechos jurídicamente
relevantes y sobre la base de las cuales solicitará la tutela del derecho que invoca. Luego,
el demandado debe contestar la demanda ejerciendo de esta forma su derecho de
defensa, en el plazo de diez días (art. 493 C.P.C.). Ésta debe versar sobre cada uno de
los puntos de la demanda, negando o reconociéndolos, debe realizarse con claridad
porque en caso de ambigüedad puede constituirse en una presunción de reconocimiento
de los hechos afirmados en la demanda (art. 192 C.P.C.). También es la única
oportunidad en que el demandado puede oponer excepciones dilatorias en forma de
previo y especial pronunciamiento y reconvenir.
Concluida esta etapa, si se ha producido controversia respecto de los hechos afirmados
por cada una de las partes, se abrirá una segunda etapa.
b) Etapa probatoria
Es el momento en el cual cada una de las partes deberá demostrar la veracidad de sus
afirmaciones, introduciendo en la causa elementos de convicción tendientes a probar
hechos invocados en la demanda y su contestación. Puede presentarse como no esencial
si los hechos no fueran controvertidos.
Se inicia con el decreto de apertura a prueba y comprende recepción de audiencias,
peritajes, inspecciones oculares, diligenciamiento de oficios, etc. En ella participan todos
los sujetos procesales y en especial los órganos de prueba (testigos, peritos, intérpretes,
etc.).
Esta fase se encuentra dominada por plazos perentorios fatales (art. 49, inc. 4
C.P.C.).
Por último, según dispone el art. 498, el plazo ordinario de prueba asciende a cuarenta
días pero el juez podrá designar uno menor que se podrá prorrogar hasta completar
aquel, sin necesidad de causa justificada. Existe un plazo extraordinario mayor a cuarenta
días reservado para casos especiales cuando la prueba deba rendirse fuera de la
provincia, ya sea dentro de la Republica o en el extranjero (art. 499 C.P.C.). La etapa
probatoria concluye con el decreto que ordena correr traslados para alegar.
c) Etapa discusoria
Es una etapa de plena discusión entre las partes representada por los alegatos. Cada
parte aportará los elementos que estime necesarios para convencer al juez de que le
asiste la razón. También se interpretara la ley y se acompañarán los argumentos
jurídicos, doctrinarios y jurisprudenciales que avalen su posición y en su caso, destacarán
también la ausencia de elementos probatorios corroborantes de los hechos afirmados por
la contraria. Se debate sobre la totalidad de lo sustanciado durante el procedimiento.
En el proceso ordinario los alegatos se realizan en forma de traslados de ley por su orden
(art. 497 y 505 C.P.C.) por seis días sucesivamente a cada litigante, reservándose los
escritos en secretaría hasta el decreto de autos. Esto significa que los alegatos de cada
parte no son públicos y no se agregan al expediente hasta que se ordene el llamamiento
de autos para definitiva. Solo se deja una constancia de su presentación mediante una
certificación puesta por el secretario.
d) Etapa decisoria
Comienza con el decreto de autos y concluye con la sentencia (art. 506 y 121, inc. 3
C.P.C.). A partir de este momento concluye la actividad de las partes y es el juez quien
asume el expediente para pronunciarse sobre la controversia, declarando los hechos y
aplicando el derecho.
Desde que el decreto de autos queda firme hasta el momento que se dicta sentencia, el
juez puede ordenar las llamadas medidas para mejor proveer que tienen como finalidad
aclarar o completar algún aspecto de los hechos que no surja con nitidez de la prueba
incorporada (art. 325 C.P.C.).
La sentencia es el modo normal de conclusión del proceso, es un acto formal, de
características documentales y que es propio de la jurisdicción. Esta decisión final debe
responder al principio de congruencia, plenitud y vastedad. El juez debe resolver sobre la
base de los hechos fijados en los escritos de la etapa introductiva, teniendo en cuenta los
que efectivamente han sido acreditados por las partes y deberá contener decisión
expresa sobre cada uno de los puntos sometidos a su decisión (arts. 326 a 331 C.P.C.).
De la misma manera, la Constitución de la Provincia de Córdoba en su artículo 155 exige
que toda resolución contenga fundamentación lógica y legal.
De las cuatro etapas referidas, son esenciales la introductoria de las cuestiones y la
resolutoria, las otras dos son importantes pero no esenciales. Si la cuestión debatida es
de puro derecho, no habrá hechos controvertidos y por ende no habrá etapa probatoria,
en tanto no hay hechos que probar. Del mismo modo, en ciertos tipos de procedimientos
como el abreviado, la etapa discusoria está ausente (art. 514 C.P.C.).
Al margen de las cuatro etapas mencionadas que en el juicio ordinario son esenciales,
existen otras tantas que tienen carácter de eventuales, tales como: 1) etapa de medidas
preparatorias; 2) etapa de cautelares anteriores a la demanda; 3) etapa de ejecución de
sentencia y 4) etapa impugnativa.
Dentro de la primera etapa encontramos las medidas preparatorias propiamente dichas,
que están previstas con el fin de obtener datos que resultan de conocimiento
indispensable para que el actor en el futuro pueda plantear correctamente su demanda.
Configuran casos de excepción, son de interpretación restrictiva e implican para quien las
propone la carga de demandar o de concretar la pretensión dentro de los treinta días de
su realización bajo apercibimiento de caducidad. Se encuentran previstas en el artículo
485 de nuestro código de rito y entre ellas puede mencionarse a la declaración jurada del
futuro demandado sobre hechos relativos a su personalidad y sin cuyo conocimiento no
sea posible promover el juicio (inc. 1); la exhibición de la cosa mueble que fuere objeto del
pleito (inc. 2), o de algún testamento cuando el solicitante se crea heredero, coheredero,
legatario o albacea (inc. 3); se nombre tutor o curador para el juicio de que se trate (inc.
7); se practique mensura del inmueble objeto de la demanda (inc. 8); entre otros. Un
artículo después se encuentran reguladas las medidas de prueba anticipada que también
integran esta primera etapa eventual, ya que pueden recepcionarse previo a la
interposición de la demanda. Su finalidad es la de preservar elementos de prueba cuando
quien pretenda demandar o quien con fundamento prevea ser demandado, tuviere
motivos para temer que la producción de las pruebas que se indican pudiere resultar
imposible o muy dificultosa en el período respectivo. Las pruebas a las que hace mención
son: la declaración de testigos de muy avanzada edad, gravemente enfermos o próximos
a ausentarse del país; el reconocimiento judicial y dictamen pericial para hacer constatar
la existencia de documentos o el estado, calidad o condición de personas, cosas o
lugares y el pedido de informes o copias a entes privados, a reparticiones
públicas o registros notariales.
Una segunda etapa eventual se integra por la posibilidad de ordenar medidas cautelares
antes de la promoción de la demanda (arts. 466 C.P.C. y 231 C.C.).
La etapa ejecutoria también tiene el carácter de eventual y tiene lugar a solicitud de parte
interesada cuando el demandado no se hubiere avenido a cumplir voluntariamente la
sentencia condenatoria. La resolución debe encontrarse firme y haber pasado en
autoridad de cosa.
Por último, cuando alguna de las partes o ambas se sientan perjudicadas por lo resuelto
en sentencia, dará comienzo la etapa impugnativa que les permite interponer recursos
ordinarios o extraordinarios para lograr la revocación o anulación de la sentencia.
Tipo Dispositivo
Se substancian pretensiones que no comprometen el orden público, sino sólo
el interés particular.
Las partes son protagonistas.
El juez es mero espectador hasta el momento de la decisión.
El impulso del proceso queda en manos de las partes, que tienen la facultad de
fijar la cuestión fáctica y el poder de renunciar a ciertos actos del proceso.
Las partes fijan los términos exactos del litigio a resolver (la petición deducida
por el actor marca el límite de lo que el juez puede otorgar en la sentencia).
Las partes son las que aportan el material probatorio necesario para corroborar
sus afirmaciones.
Tipo inquisitivo
Sistema acusatorio
Separa las funciones del Estado en materia penal e instituye junto al juez al
ministerio público.
El juez deja de ser el protagonista de la búsqueda de la verdad y deriva esa
responsabilidad al ministerio público (órgano requirente).
Los principios procesales son las líneas directrices y orientadoras que rigen el proceso
plasmándose de este modo una determinada política procesal en un ordenamiento
jurídico determinado y en un momento histórico dado. Cabe expresar, por ultimo, que
modernamente van formulándose nuevos principios o reglas que quizás no son tan
nuevos sino que tan solo son reformulaciones o adaptaciones a las necesidades actuales
de los clásicamente reconocidos. Tal sucede, por ejemplo, con las modernas
formulaciones de las reglas de solidaridad, de la personalidad, de las nuevas formas de
buena fe y lealtad procesal, etc.
Y son:
Principio de Publicidad
Principio de Inmediación
Principio de Bilateralidad.
Principio de Autoridad
Principio de Formalismo o Legalidad
Principio de Economía Procesal
Principio de moralidad
PUBLICIDAD
El principio de publicidad, implica que los actos que se cumplen en el proceso deben ser
conocidos en forma irrestricta tanto por parte de la sociedad, como por los intervinientes,
a fin de permitir un control adecuado de la actividad procesal y, en definitiva, de los actos
de los jueces.
El principio de publicidad se manifiesta en los distintos actos del proceso; así en las
audiencias4 y, por regla, durante toda la actividad de prueba y también se verifica en la
decisoria a través de la motivación de los fallos.
INMEDIACION
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REGLAS GENERALES - Art. 125. CPCCN - Las audiencias, salvo disposición en contrario, se ajustarán a las siguientes reglas:
1) Serán públicas, bajo pena de nulidad, pero el tribunal resolver, aun de oficio, que total o parcialmente, se realicen a puertas cerradas
cuando la publicidad, afecte la moral, el orden público, la seguridad o el derecho a la intimidad. La resolución, que será fundada, se
hará constar en el acta. Desaparecida la causa de la clausura, se deberá permitir el acceso al público……
El principio de inmediación, tal como surge de su sentido literal, significa que el juez
debe encontrarse en un estado de relación directa con las partes y
recibir personalmente las pruebas. Devis Echandia, puntualiza que la
comunicación inmediata alude “a la del juez y las personas que actúan en el proceso, con
los hechos que en él deban hacerse constar y con los medios de prueba que se utilicen”.
Este principio se manifiesta con mayor vigor, en los procesos orales que en los escritos.
Sin embargo, en las formas modernas de procedimiento oral o escrito, existen instancias
oralizadas, que presuponen la vigencia de este principio parcialmente. Tal sucede, por
ejemplo, en el proceso civil nacional o de algunas provincias que han adoptado el trámite
del proceso por audiencia: en estos casos, luego de la etapa escrita de las postulaciones,
se realizan dos audiencias (audiencia preliminar 5 y de vista de causa) con vigencia solo
en su trámite de la regla de inmediación. Por su parte, en el proceso penal, la vigencia
plena de la inmediación se presenta en la oportunidad de la audiencia de debate en la
que los integrantes del tribunal, del ministerio público, imputados y sus defensores y
órganos de prueba están en contacto directo.
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AUDIENCIA PRELIMINAR - Art. 360. CPCCN- A los fines del artículo precedente el juez citará a las partes a una audiencia, que
presidirá, con carácter indelegable. Si el juez no se hallare presente no se realizará la audiencia, debiéndose dejar constancia en el
libro de asistencia.
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Art. 18. CN- Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni
juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser
obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en
juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y
Toda decisión judicial debe ser tomada previo a que se haya dado igual
oportunidad, a todas las partes de ser oídas. Implica, necesariamente, la
posibilidad de alegar y probar; es decir, otorgar a las partes la
oportunidad de ejerces las defensas que tuviere y de arrimar al proceso
los elementos de juicio conducentes a la demostración de sus
alegaciones.
Palacio, advierte que la realización de ciertas medidas, como las cautelares pueden
ordenarse inaudita parte, pero ello no implica derogación del principio de bilateralidad sino
tan solo significa que se difiere el contradictorio por especial naturaleza del acto. Esto
quiere decir, que si bien no se notifica previamente el despacho de la medida, sin
embargo, si debe ser comunicada al afectado inmediatamente después de haber sido
trabada.
Por ultimo, el sistema se garantiza por las normas que establecen sanciones para la
violación de este principio, a cuyo fin se imponen nulidades especificas para el caso de
las notificaciones o se utiliza las reglas atinentes a la teoría general de las nulidades,
hechas valer a través de los poderes genéricos de impugnación.
AUTORIDAD
Así se ha dicho que tanto el poder de conducción o de dirección del proceso, como el
poder de esclarecer la verdad de los hechos constituyen manifestaciones del principio de
autoridad. Luego, será el sistema adjetivo, el que impondrá los límites para su ejercicio,
en la categorización de los poderes-deberes del órgano jurisdiccional.
Es posible señalar dos vertientes opuestas y bien definidas, inspiradas en una ideología
sociopolítica determinada: la liberal-individualista y la jerárquico-autoritaria. Claro esta
que, entre ambas posturas, existen diferentes matices que importan formulas intermedias
o con una mayor o menor identificación con algunas de ellas.
una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para
siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y
limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a
mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.
La figura neutral, es propia del sistema procesal dispositivo, adoptado por la mayoría de
los códigos procesales civiles de nuestro país, actualmente en proceso de revisión.
En una posición intermedia, se encuentra la que postula la figura del juez como un
verdadero director del proceso. Esta formula, es una creación ideal de la doctrina para
superar la posición individualista del juez espectador. Sin embargo, se ha entendido que
se trata de “una formula incompleta: excepto que se interprete el verbo dirigir en una
forma amplísima; ello es así, ya que, el poder de dirección o conducción solamente afecta
el desarrollo del proceso y hace a su marcha formal, pero no agota los predicados
propuestos por los fines del derecho procesal”.
Es una postura critica contra la formula de la neutralidad del juez, se postula la que le
otorga una intervención activa y preponderante en orden a la marcha del proceso y al
esclarecimiento de la verdad de los hechos controvertidos. Configura la formula de la
autoridad del juez, la que se obtiene a partir de especiales poderes otorgados al órgano
jurisdiccional durante el proceso y diferentes cargas y obligaciones para las partes,
durante su trámite.
FORMALISMO
Las formas procesales son establecidas como garantía del justiciable y se basan en el
principio de seguridad jurídica.
Modernamente, existe una tendencia a flexibilizar las formas sobre todo en lo relativo a
cierta actividad procesal. Así, por ejemplo, se apunta a la eliminación de los
interrogatorios escritos para testigos y de los pliegos de absolución de posiciones,
proponiéndose en su reemplazo interrogatorios libres, informales y coloquiales.
ECONOMIA PROCESAL
Ahora bien, La economía de gastos pone su acento en el aspecto financiero del proceso.
Ello implica que el costo del juicio no sea un obstáculo que impida a las partes su inicio.
Los procedimientos generan gastos, y ellos no pueden evitarse. Pero si pueden ser
postergados atendiendo a ciertas circunstancias o aun, por razones de política procesal,
resolverse su eximición por el contenido social de la cuestión que se presenta. Lo que el
legislador debe procurar es que los gastos que demande el juicio no se transformen en un
obstáculo para el acceso a la justicia de las personas menos pudientes.
La regulación de los tiempos procesales en la ley debe ser meditada con un criterio de
razonabilidad, que se concreta en el establecimiento de plazos, que sean susceptibles de
poder cumplirse, para que el patrón ideal no sea superado por la realidad.
MORALIDAD
“Que las reglas del proceso son las condiciones que conforman técnica y
estructuralmente la actividad de aquellas personas y sujetos
procesales”.
Siendo el proceso una estructura técnica que debe avanzar necesariamente hacia un fin,
debe vincularse necesariamente a este concepto esencial, la idea de actividad. Esa
actividad en el proceso se realiza por el impulso que imparten los sujetos procesales. En
tal sentido, cabe señalar que rigen todo el ámbito procesal del ne procedat iudex ex
officio, esto implica que el inicio del tramite nunca puede ser realizado por iniciativa del
juez sino que este debe ser requerido por algún otro sujeto. De tal modo, en el proceso
civil el impulso inicial lo realizan las partes a través de la demanda; igual sucede en el
proceso laboral y familiar. En tanto, que en el proceso penal el requeriente es el ministerio
público fiscal sin cuya iniciativa e impulso no puede iniciarse el trámite.
La regla del impulso procesal generalmente esta delimitada por plazos procesales. Así,
generalmente, de ordinario en el trámite se diferencian etapas y dentro de ellas, a su vez,
se presentan diferentes actividades que deban ser promovidas según sus características
por algún sujeto procesal, bajo la pena de caer en la caducidad de instancia.
Por ultimo, debe distinguirse el impulso privado propio del trámite civil del impulso oficial
característico de los procedimientos que involucran alguna razón de orden público. Este
último, el impulso oficial, se manifiesta como el poder-deber del juez para realizar, con
independencia de la actuación de las partes todos los actos procesales que integran la
trama hasta la finalización del trámite que culmina con el dictado de la sentencia.
Se trata de un regulador del trámite procesal y tiene operatividad tanto para las partes
como para el tribunal. Ello significa que ninguno de los sujetos procesales pueden actuar
en contradicción con esta regla, funciona como un obstáculo o impedimento a la marcha
discrecional del proceso.
Por ello, se ha dicho que la actividad procesal debe realizarse dentro de los límites fijados
por la ley, pues de lo contrario, un postulado de consunción procesal despojaría de
efectos útiles a la actividad realizada fuera del orden establecido.
Cada actividad procesal destinada a una finalidad específica debe ser cumplida en un
momento determinado; de otro modo, la actividad no seria susceptible de producir efectos
útiles.
Esta regla “propende a obtener una definitiva estabilidad jurídica con respecto a las
situaciones procesales ya alcanzadas, impidiendo el retroceso arbitrario o carente de
fundamento serio, y la actuación contradictoria con la ya cumplida (incompatibilidad)
expresa o tacita”.
La preclusión consiste también en una limitación del poder de las partes para la
realización de la actividad, ya que el sujeto pierde su facultad por extinción o por
consumación de ella. Es que la preclusión consiste en la pérdida o extinción
de una actividad procesal por haberse alcanzado los límites impuestos
por el legislador para el ejercicio de las facultades procesales de las
partes.
Jurisdicción y competencia
Jurisdicción. Definición. Caracteres. Límites. Elementos. Momentos
de su ejercicio Definición: jurisdicción es la función pública de
administrar justicia emanada de la soberanía del Estado y ejercida por un
órgano especial. Tiene por fin la declaración o realización del derecho y
la tutela de la libertad individual y del orden jurídico, mediante la
aplicación de la ley en los casos concretos, para obtener la armonía y
paz social.
Es el poder-deber que tiene el Estado de aplicar justicia al caso concreto y nace desde
el momento en que la sociedad decide realizar indirectamente el derecho en su
actuación coactiva, eliminando la actuación directa de sus componentes. El Estado,
como representante del grupo asume esa función, la que es puesta en actividad por
medio de los órganos predispuestos, en nuestro caso, conforme al sistema
representativo de gobierno y a la base del juez natural. Se desarrolla mediante un
trámite regular y legal.
Si bien nadie más puede ejercer la potestad del Estado de administrar justicia, este
tiene la obligación de intervenir cada vez que le es solicitado en la forma prevista por la
ley, mediante el ejercicio de la acción procesal.
En sentido amplio, la función jurisdiccional comprende la creación y constitución de los
órganos encargados de administrar justicia, la determinación de sus facultades y la
fijación de las reglas para la tramitación de los juicios.
En un sentido restringido, se refiere al poder o facultad conferido a ciertos
órganos para administrar justicia en los casos que les son presentados.
La jurisdicción es un poder que puede asimilarse a los poderes de acción y de
excepción. Estos últimos implican poner en actividad poderes que exhiben pretensiones
subjetivas de las partes y se manifiestan como simples o meras facultades o
eventualmente, como cargas procesales. La jurisdicción, en cambio, se presenta como
el poder de actuación de un órgano público con un criterio objetivo de justicia.
La jurisdicción es ejercida por el estado de manera monopólica y en consecuencia, se
prohíbe la justicia por mano propia. La autodefensa es permitida en contadas
excepciones que la misma ley señala y precisa.
El derecho procesal, el proceso y la función jurisdiccional son instrumentos para la
realización indirecta y coactiva del derecho sustancial. El ejercicio de la función
jurisdiccional requiere la existencia de un caso concreto que se presenta a la manera de
un conflicto de intereses. La sentencia es el acto jurisdiccional por excelencia, ya que
pone fin al pleito. La jurisdicción se manifiesta a lo largo de todo el proceso mediante el
dictado de decretos, autos o providencias en general. Comprende desde el acto inicial
de simple admisión de la demanda hasta la sentencia definitiva.
Por último, cabe destacar que el fin de la función jurisdiccional es el de proteger el
orden jurídico preestablecido, por ello, al existir algún quiebre de ese orden sustantivo-
formal, es misión del órgano judicial la de reestablecerlo por medio del proceso judicial.
Pública, por su naturaleza. Es una potestad del Estado cumplida por órganos
públicos y en consecuencia también es pública la naturaleza del acto
jurisdiccional. Tanto el
órgano como la actividad tienen carácter público, aunque fueren privados los
conflictos o situaciones sometidas a juzgamiento.
Única, porque la jurisdicción es una sola. La Constitución de la Provincia de
Córdoba en su artículo 153 dispone que el ejercicio de la función judicial
corresponde exclusivamente al Poder Judicial de la Provincia. Como poder o
función del poder no puede ser dividida, sin embargo, atendiendo a razones
de división del trabajo, extensión del territorio, naturaleza de las cuestiones y
necesidad de especialización, existe lo que se denominan reglas de
competencia, que imponen a determinados tribunales la obligación de
entender en ciertas cuestiones por razones prácticas vinculadas al territorio,
el grado y la materia a elucidar.
Exclusiva y excluyente, exclusiva porque solamente el Estado está habilitado
para ejercerla legítimamente a través de sus tribunales como representantes
del órgano jurisdiccional. Es excluyente ya que rechaza cualquier
interferencia de particulares y de los demás poderes respecto del ejercicio de
la función jurisdiccional.
Indelegable, toda vez que el juez en el que el Estado ha delegado la facultad
de administrar justicia no puede despojarse de su ejercicio, para dejar que
otras personas lo asuman en el caso concreto y ejerzan las funciones de
juez. No obstante ello, no se impide la delegación en ciertos casos para la
comisión de medidas específicas por diferentes razones (art. 291 C.P.C.).
Inderogable, porque no puede ser atribuida a otros órganos. Se trata de un
poder-deber que proviene de la soberanía del Estado y por ende no puede
ser modificado por voluntad de los justiciables. En casos especiales la ley
otorga a los particulares un reducido
ámbito para elegir otros métodos para la resolución de su conflicto (ejs.
arbitraje, conciliación, mediación, etc.).
Competencia
Definición y caracteres: la competencia es la medida de la jurisdicción, toda
vez que si esta es el género, la competencia es una especie dentro de
aquella. La jurisdicción por ser única no puede medirse, cada juez la tiene
íntegramente, pues la jurisdicción es una potestad relacionada con la
soberanía del Estado. La competencia responde a exigencias técnico-
jurídicas de política procesal, a cuestiones de orden práctico tendientes a
delimitar la actuación de un determinado tribunal, que no es más que el
resultante de un fraccionamiento del órgano jurisdiccional. Es la facultad que
cada juez tiene para ejercer la jurisdicción en determinados asuntos y dentro
de cierto territorio.
Sus caracteres son: debe estar prevista legalmente, es de orden público, es
indelegable y es improrrogable.
Debe estar fijada previamente por ley: el justiciable debe
saber de antemano que existe un órgano jurisdiccional con competencia
atribuida en la ley para conocer del asunto que le aqueja.
Orden público: los particulares no pueden disponer de la regla de la
competencia ni modificarla en cuanto a su distribución.
Indelegable: los actos atribuidos al juez deben ser cumplidos
indefectiblemente por él, salvo excepciones en que puede encomendarse a
otros órganos (art. 291 C.P.C.).
Improrrogable: la competencia no es prorrogable, la
distribución pertenece a la ley y las partes no podrán conferir otras
competencias ya sea por razón de la materia, grado o valor a otro órgano
jurisdiccional. La competencia es prorrogable solamente cuando en el caso
concreto no prima el interés público y las partes, mediante un convenio
escrito, hayan elegido otro juez para que conozca el conflicto (expresa), o
cuando una de las partes realice actos que impliquen renunciar a la
competencia del juez determinado por ley y la otra no se oponga, ej.
interponer demanda ante un juez incompetente y que el demandado no se
oponga (tácita).
Caracteres:
a) limitada: la C.N. establece taxativamente sus límites, no
hay ley, interpretación ni voluntad de parte que pueda extenderlos a otros
casos.
b) privativa: a contrario sensu, en las causas asignadas a la
justicia federal resulta excluida la justicia provincial que no puede entender
en dichas cuestiones y debe declarar su incompetencia de oficio en
cualquier estado del proceso. En casos de competencia concurrente entre
Nación y provincias, la ley nº 927 sustrajo del fuero federal este tipo de
causas (en casos en que el fuero federal proceda por distinta vecindad o
nacionalidad de las partes, cuando la cuantía del asunto no exceda de un
determinado monto, así como los juicios universales).
También se admite la prórroga de competencia cuando el demandado
extranjero o vecino de otra provincia no opone la excepción pertinente,
entendiéndose por ello que renuncia al fuero federal.
Organización judicial
En nuestro país, las provincias conservan todo el poder no delegado al
gobierno federal y, por consiguiente, administran justicia conformando la
denominada jurisdicción ordinaria, por oposición a la federal, conocida como
de excepción.
Toda organización judicial responde a las siguientes reglas:
a) Normatividad: Solo es posible concebir una organización
judicial desde el punto de vista normativo. La organización del Poder
Judicial se halla instrumentada por reglas de naturaleza procesal que
integran el orden público.
b) Jerarquía: Existe una relación de subordinación
manifestada en un grado de dependencia del juez inferior al juez superior,
en lo atinente al aspecto funcional (control de legalidad y de legitimidad),
que resulta delimitado por las normas adjetivas.
c) Sedentariedad: El tribunal tiene su asiento en un
determinado lugar geográfico. Existen sedes en que funciona el poder
judicial y cada una tiene su ámbito espacial en que habrá de administrar
justicia.
d) Permanente: Se estructura sobre la base del criterio
funcional, independientemente del sujeto que tiene a su cargo prestarla, lo
cual resulta contingente.
En la provincia de Córdoba, la organización judicial se estructura basándose
en el siguiente esquema: Tribunal Superior, Cámaras de Apelación, Cámaras
de juicio, Jueces de primera instancia, Jueces penales, de familia y
conciliación, Jueces de paz y otros funcionarios judiciales y auxiliares de la
justicia.
Cámaras de juicio: Son las Cámaras del crimen, de familia y del trabajo.
Son órganos colegiados que tienen por fin decidir sobre la pretensión
esgrimida y dictar sentencia.
Las Cámaras del crimen son aquellas ante las que se lleva a cabo el juicio
plenario que habrá de resolver sobre si existe certeza de que el acusado es
penalmente responsable del delito que se le atribuye y eventualmente
imponerle una pena. Pueden funcionar a través de salas unipersonales (art.
34 C.P.P.).
Las Cámaras de familia intervienen en el juicio oral de instancia única para el
denominado juicio común y actúa únicamente a través de un tribunal
colegiado.
La Cámara del trabajo constituye el órgano de sentencia que actúa luego que
el juez de conciliación concluye con la instrucción de la causa. Se encuentra
autorizada para actuar de manera unipersonal y también conoce y resuelve
las apelaciones deducidas en contra de las resoluciones dictadas por los
jueces de conciliación.
Jueces de paz: los jueces de paz son nombrados por el Poder Ejecutivo con
acuerdo del Poder Legislativo y durante el período de su ejercicio sólo
pueden ser removidos por el Tribunal Superior de Justicia si concurren las
causales del artículo 154 de la Constitución Provincial. El procedimiento ante
ellos es verbal, sumarísimo, gratuito y de características arbitrales. Ostentan
una escasa competencia y actúan como delegados del Estado como
amigable componedor.
El juez o tribunal
Definición: el juez o tribunal es uno de los sujetos esenciales en el proceso,
sin el juez no puede haber un proceso propiamente dicho. Cumple la función
jurisdiccional del Estado y se encuentra compuesto por un juez o un conjunto
impar de jueces.
El tribunal tiene a su cargo la administración de justicia y concurre con los
otros órganos del Estado al cumplimiento integral de la función judicial. Es un
presupuesto procesal esencial, que tiene la potestad de juzgar y cumple la
función realizadora del derecho.
Los poderes otorgados al juez son los de dirección formal y material del
proceso, disciplinarios y ordenatorios, de iniciativa probatoria y de decisión.
Su deber fundamental consiste en administrar justicia legalmente, no
pudiendo dejar de juzgar bajo pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia
de las leyes.
Caracteres:
a) Público: el tribunal es un órgano público creado para la
administración de justicia. Su representación física es un magistrado o
funcionario del Estado.
b) Permanente: en virtud del artículo 18 de la C.N. el tribunal
reviste el carácter de permanente, prohibiéndose la constitución de
comisiones especiales designadas para resolver jurisdiccionalmente un caso
determinado. Los jueces no son permanentes sino inamovibles en el cargo
salvo renuncia, fallecimiento, jubilación o remoción.
c) Sedentario: no existen los tribunales ambulantes. Cada
uno desempeña sus funciones en un ámbito territorial determinado
establecido como sede.
d) Letrado: el juez debe tener título de abogado, además de
otros requisitos que la Constitución establece. Los jueces de paz no
necesitan ser abogados.
e) Normativo: Solamente la ley puede crear, modificar o
extinguir un ordenamiento jurisdiccional. Fuera de la ley no puede haber
organización judicial.
Las partes podrán ejercer una sola vez este derecho y cuando sean varios los
actores o los demandados, únicamente uno de ellos podrá hacer uso de este
derecho. No procede en las cuestiones incidentales ni en la ejecución de
sentencia (art. 19 C.P.C.). Tampoco procede en los procesos concursales
(art. 18, inc. 1º), en las diligencias preparatorias de los juicios, en las que
tienen por objeto asegurar el resultado del juicio, en la ejecución de
diligencias comisionadas, a menos que fuesen probatorias y en las
diligencias para la ejecución de la sentencia, a no ser por causas nacidas con
posterioridad a ella (art. 24 C.P.C.).
Recusación con causa: el fundamento de este instituto se encuentra en la
extensión de la independencia del poder judicial a la persona del juez. Por
razones de economía y de seguridad jurídica, se establecen límites
temporales para deducir incidente de recusación con causa. Cuando la causa
de recusación fuese anterior a la iniciación del pleito, deberá ser propuesta
en el primer escrito que se presente. Cuando fuese posterior o anterior no
conocida, se propondrá dentro de los tres días de haber llegado a
conocimiento de la parte (art. 22 C.P.C.).
El tribunal competente para entender en la recusación es el superior
inmediato al recusado: del juez de primera instancia y funcionarios del
Ministerio Público, la Cámara; de los vocales del Tribunal Superior y de la
Cámara, los restantes miembros.
Causales de recusación: si bien la jurisprudencia analiza las causales de
recusación en sentido restrictivo para evitar el uso inadecuado del instituto, el
análisis debería realizarse en el sentido inverso y otorgar a las causas de
recusación un criterio amplio que atienda en principio al interés particular de
contar con un juez imparcial y que con posterioridad atienda al abuso en su
utilización. Por ello, los listados contenidos en los códigos adjetivos deberían
interpretarse con carácter enunciativo y no taxativo.
En general, las causales son similares en todas las ramas del ordenamiento
por lo que sólo consideraremos algunas de ellas y nos remitiremos al estudio
de las restantes. En el
C.P.C. se encuentran previstas en el artículo 17; en el C.P.P. están
reguladas en el artículo 60; en la ley procesal del trabajo en el artículo 12
Son causales de recusación:
1. El parentesco hasta el cuarto grado de
consanguinidad en línea recta y colateral hasta el
segundo grado.
2. Interés del juez en el pleito.
3. Sociedad, salvo el caso de sociedad por acciones o
cooperativas.
4. Pleito pendiente.
5. Crédito o deuda.
6. Denuncia o querella. Haber sido el juez denunciante
o acusador o haber sido acusado o denunciado por la
parte.
7. Prejuzgamiento. Haber anticipado el juez opinión
sobre el litigio en cualquier carácter.
8. Beneficio de importancia que haya recibido el juez o
sus parientes de alguno de los litigantes.
9. Amistad o enemistad manifiesta.
10. Haber producido en el procedimiento nulidad que
haya sido declarada judicialmente.
11. Haber dado lugar a la queja por retardada justicia.
Identidad de sujetos
Para que dos pretensiones sean idénticas es menester que involucren los
mismos sujetos activo y pasivo (se excluye el órgano jurisdiccional). Este
análisis mira la cualidad jurídica en que dichos sujetos han intervenido en cada
caso, no siendo suficiente que se trate físicamente de las mismas personas:
Pedro puede demandar a Juan a nombre propio a raíz de un contrato y a la vez
demandarlo como representante legal de su hijo menor en razón del mismo
contrato en tanto los involucra a ambos.
Identidad de objeto
Identidad de causa
Alsina define a la demanda, en su acepción estricta, como “el acto procesal por
el cual el actor ejercita la acción solicitando al tribuna la protección, la
declaración o la constitución de una situación jurídica”. Palacio, define a la
demanda como un acto que se funde con la pretensión del actor, de modo
simultáneo, “es la petición encaminada a lograr la iniciación de un proceso, a
cuyo efecto quien la formula ejerce y agota el derecho de acción que le
compete”. En definitiva, es un acto procesal, un acto jurídico voluntario. A la
vez es un acto formal que debe cumplir una serie de requisitos mínimos
establecidos por las leyes procesales: ser escrito y firmado. De esta manera
constituye un documento que tiene la siguiente importancia:
Contenido y requisitos
Excepción procesal
Contestación de la demanda.
El demandado debe realizar este acto procesal dentro del plazo legal según el
tipo de procedimiento de que se trate si no desea ser declarado rebelde; se
trata de un plazo improrrogable pero no perentorio, de allí que una vez
finalizado no precluye la oportunidad, salvo que el actor acuse rebeldía y el
juez la declare, a partir de esa declaración firme de rebeldía, precluye para el
demandado la facultad de contestar.
Estas situaciones pueden ser tomadas por el juez como confesión, lo que
dependerá de los demás elementos de valoración en el momento de dictar
sentencia. Ahora bien, es distinta esta situación de la que se presenta en el
caso de reconocimiento de firma o absolución de posiciones, para los cuales la
ley establece, de manera definitiva, que si el demandado no comparece o
contesta evasivamente, se lo tendrá por confeso. Manifestación sobre los
documentos: el demandado tiene la carga de manifestar acerca de ellos,
debiendo distinguirse entre documentos privados y públicos.
Reconvención
Sucesión procesal
Existe sucesión procesal cuando “el sujeto que ocupa efectivamente una de
las posiciones procesales originarias es reemplazado por otro u otros, a
consecuencia de un acto entre vivos o por causa de muerte que transmite los
derechos litigiosos –con consiguiente pérdida de legitimación- y convierte al
reemplazante en el nuevo legitimado para obtener una sentencia de mérito. En
efecto, se enumeran los siguientes casos de sucesión procesal:
-La sucesión de una parte por sus herederos mortis causae. Es a título
universal.
-La sucesión de una parte que muere por el legatario del derecho litigioso o del
bien objeto del proceso. Es una sucesión mortis causae a título particular.
-La sucesión de una parte por el cesionario mediante actos entre vivos.
Cargas procesales
Es uno de los sujetos esenciales del proceso penal. En esta materia se debate
entre un órgano técnico (jueces de derecho), o el cumplimiento de un mandato
constitucional que es el de la institución del jurado. El juez técnico evalúa los
hechos y resuelve conforme a las reglas de la sana crítica racional. Funda su
decisión legalmente. En el juicio por jurados, el tribunal está compuesto por
ciudadanos no letrados en derecho que resuelven la existencia del hecho
conforme a su íntima convicción, solamente expresan la inocencia o
culpabilidad del imputado. Ahora bien, nuestro CPPCba., en su art. 369
establece que si el máximo de la escala penal prevista para el o los delitos
contenidos en la acusación fuere de quince años de pena privativa de la
libertad o superior, el tribunal –a pedido del ministerio público, del querellante o
del imputado-, dispondrá su integración con dos jurados” Así, junto al jurado
existe el juez técnico en derecho, cuya función consiste en dirigir el proceso,
proceso que es observado por el jurado previa decisión. Luego de la decisión y
tras la deliberación (secreta y reservada) el jurado emite su decisión acerca de
la inocencia o culpabilidad del acusado, y será recién el juez técnico quien
aplicará la ley penal mediante el pronunciamiento de la condena fundada en
derecho. Acusador fiscal Comprende la función procesal del ministerio público
en el proceso penal, en el cual la acción penal es asumida por el Estado en
forma exclusiva. El ministerio público tiene a su cargo el ejercicio de la acción
penal, y para ello, la fiscalía ejerce dos grandes actividades: -Por un lado,
practica la investigación penal preparatoria -Por otro, el ejercicio de la acción
penal mediante la acusación En síntesis, es el órgano estatal competente para
la persecución penal. Así, la investigación penal preparatoria debe impedir que
el delito cometido produzca consecuencias ulteriores y reunir las pruebas útiles
para dar base a la acusación o determinar el sobreseimiento (art. 302 CPPCba)
De tal suerte, tiene por objeto comprobar si existe un hecho delictuoso,
establecer las circunstancias que lo califiquen, agraven o atenúen,
individualizar sus responsables, verificar las condiciones personales de los
mismos, comprobar la extensión del daño causado por el delito (art. 303
CPPCba) Así, tras la investigación penal preparatoria, el fiscal puede solicitar el
sobreseimiento del imputado (art. 348 y 350) o determinar la elevación de la
causa a juicio (en este último caso, siempre que hubiere elementos de
convicción suficientes para sostener com probable la participación punible del
imputado en el hecho intimado (art. 354) Promovida la acción penal, ya en el
juicio la Fiscalía queda en posición de “parte actora”, es decir acusador en
contra del imputado “parte acusada”, en un perfecto pie de igualdad entre
ambas, en contradicción y duales. Entre ellas se desarrollará el debate, ante el
tribunal, quien dirige el proceso, estándole prohibido al tribunal el despliegue de
actividad probatoria de oficio, y teniendo participación activa recién el tribunal
en el acto de sentenciar. El imputado Es el polo pasivo de la pretensión penal,
quien es acusado por un delito. Se mantiene en estado de inocencia hasta el
momento en que se dicte sentencia declarándolo culpable del delito del cual se
le imputa, y del cual ha otorgado el derecho de defensa. Es sobre quien
recaerá la pretensión punitiva, siendo necesario obviamente un proceso con
garantías y eficacia. Su declaración es un elemento de descargo, siendo el
principal momento de su defensa. En el ejercicio de su defensa, el imputado
tiene derechos activos de intervención, pudiendo hacer valer sus derechos
desde el primer momento de la persecución penal dirigida en su contra,
pudiendo incluso formular sus instancias defensivas ante el funcionario
encargado de la custodia.
Sujetos eventuales
Las partes son dos (actor y demandado). Una de las partes pretende y la otra
reacciona contra esa pretensión. Por eso el carácter dual de las partes, sólo
dos. Pero, en cada una de las partes (polo activo y pasivo) pueden existir más
de una persona pretendiendo o reaccionando, e incluso en ambas partes
puede existir también más de un sujeto. Cuando en una, otra o ambas partes
existe más de un sujeto, el derecho procesal lo denomina partes con pluralidad
de sujetos. La parte con pluralidad de sujetos es el género, el litisconsorcio o
relación litisconsorcial es la especie. Digamos que siempre que existe
litisconsorcio (especie) nos encontramos ante una parte con pluralidad de
sujetos, pero o siempre que exista una situación de partes con pluralidad de
sujetos estaremos frente a un litisconsorcio. El Litisconsorcio: existe
litisconsorcio cuando entre varios sujetos que ocupan una misma posición
procesal se presenta un vínculo de conexidad causal o de afinidad. Está
contemplado en el art. 181 del CPCCba, el cual trata la posibilidad de
acumulación de acciones (pretensiones) en la demanda, estableciendo que
“podrá, igualmente acumularse y ejercitarse simultáneamente las acciones que
uno tenga contra varias personas o varis contra una sola, siempre que emanen
de un mismo título o se funden en una misma causa de pedir” Es necesaria la
conexidad causal a los fines de que esa pare con pluralidad de sujetos se
constituya en un litisconsorcio. El mismo puede ser: Activo: cuando se
manifiesta en el polo actor Pasivo. En el polo demandado Mixto: en ambos
ACTOS PROCESALES:
Los actos procesales son los actos jurídicos del proceso. Este se compone de
una serie de actos tendientes a un fin, que no es otro que de lograr la
culminación del proceso a los efectos de augurar la justicia, en el caso concreto
y la paz social.
Se ha afirmado que los actos procesales son los actos jurídicos del proceso.
Por ello, para desentrañar su naturaleza se debe partir de la Teoría general de
los actos jurídicos, sus conceptos fundamentales y adaptarlos al derecho
procesal.
El Código Civil, respecto de los actos jurídicos, que son aquellos “El acto jurídico
es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas” (art. 259CC).
Al ser una especie de acto jurídico, para su validez debe ser realizado con
discernimiento, intención y libertad. Quien realice un acto procesal, (sea un
órgano jurisdiccional, sea una de las partes o un tercero), debe tener
“capacidad” para efectuar dicha actividad, siendo su ausencia causal de
nulidad del acto. Los actos procesales deben ser realizados con intención.
Serán reputados sin intención, cuando fueran hechos por ignorancia, error o
dolo. Por ultimo, para la eficacia del acto procesal se requiere que el agente
que lo ejecute no este privado de su libertad por un acto de fuerza o
intimidación.
Palacio define a los actos procesales como “los hechos voluntarios que tiene
por efecto directo e inmediato la constitución, el desenvolvimiento o la extinción
del proceso, sea que procedan de las partes (o peticionarios) o de sus
auxiliares, del órgano jurisdiccional (o arbitral) o de sus auxiliares, o de terceros
vinculados a aquel con motivo de una designación, citación o requerimiento
destinados al cumplimiento de una función determinada”.
Son actos voluntarios lícitos que tienen por efecto directo e inmediato el inicio,
desenvolvimiento, paralización o terminación del proceso, conforme a los
preceptos de la ley ritual, sea que procedan de las partes, del órgano judicial o
de sus auxiliares, o de terceros vinculados a aquel, destinados al cumplimiento
de una función determinada.
Hay que distinguir entre actos procesales de los meros hechos que producen
también efectos en el proceso, así por ejemplo, el transcurso del tiempo hace
vencer los plazos, la muerte de una de las partes, la destrucción de un
documento, etc..
Actos de iniciación.
Actos de desarrollo
Y actos de conclusión.
La demanda.
El embargo preventivo.
Ejecución de sentencia.
La regla general es que todos los actos procesales deben ser comunicados a
las partes
Clases de comunicaciones:
*Audiencia: comunicación inmediata y directa del juez con las partes. Son los
medios de comunicación no solo entre las partes sino entre estas y el tribunal,
designándose a tal fin un determinado día y hora para su recepción.
Las audiencias ordenadas por la ley serán decretadas con designación precisa
de día y hora e intervalo no menor de tres días, salvo que motivos especiales
exijan mayor brevedad. Se realizaran con las partes que asistieran a ellas, sin
esperarse a los demás interesados más de quince minutos (art. 59 CPC).
*Traslados y vistas: comunicación de las partes entre si. Son los modos por
los cuales se comunica a una de las partes las pretensiones o alegatos de la
contraria, a fin de que aquella emita una opinión al respecto. Define como
“aquellas providencias mediante las cuales los jueces o tribunales deciden
poner en conocimiento de las partes o de los terceros las peticiones
encaminadas a obtener una resolución capaz de afectarlas, concediéndoles de
tal manera la oportunidad de formular alegaciones o producir pruebas en apoyo
de los derechos que estiman asistirles”.
En general, las vistas tienen la misma finalidad que los traslados y la mayoría
de los códigos vigentes la sujetan a los mismos requisitos que éstos. En
términos generales y frente a la ausencia de previsiones legales específicas,
puede decirse que la concesión de un traslado o de una vista depende de la
mayor o menor complejidad de las cuestiones acerca de las cuales debe
expedirse el destinatario del correspondiente acto de transmisión.
*Oficios: comunicación del tribunal con órganos de otros poderes del estado.
Los oficios son los medios de comunicación, que en general, los jueces pueden
cursar a otro órgano jurisdiccional u otra autoridad a fin de encomendarles el
cumplimiento de alguna diligencia (recepción de pruebas, embargo de bienes,
etc). La Ley expresa que “la comunicación entre los tribunales de distinta
jurisdicción territorial se realizara directamente por oficios, sin distinción de
grado o clase, siempre que ejerzan la misma competencia en razón de la
materia”.
Ello así, pues toda comunicación dirigida a otra autoridad judicial fuera de la
provincia pero dentro de la República, se hará por oficio en la forma que
establece la ley convenio sobre comunicaciones entre tribunales de distinta
competencia territorial (Ley 22.172).
NOTIFICACIONES PROCESALES:
Son los actos mediante los cuales se pone en conocimiento de las partes, o de
terceros, el contenido de una resolución judicial. Tienen por objeto asegurar la
vigencia del principio de contradicción y establecer un punto de partida para el
cómputo de los plazos. Conforme lo dispone el artículo 142 del Código de
Procedimiento de Córdoba, las providencias y resoluciones judiciales no
obligan si no son notificadas con arreglo a la ley. Ellas se efectuarán: 1) a
domicilio por cédula o cualquier otro medio fehaciente, 2) en la oficina
mediante diligencia suscripta por el interesado o su abogado, 3) por
retiro del expediente, 4) por edictos y, 5) por ministerio de la ley.
Aquí cabe aclarar que si dicha diligencia pretendiera hacerse por la parte en el
pleito quien comparece sola a la barandilla del Juzgado, para que tenga validez
procesal debe ser controlada su identidad.
La notificación por cédula o cualquier otro medio fehaciente: Estos últimos
hacen referencia a telegramas copiados o colacionados, cartas documentos o
aviso de recepción. A este tipo de notificación puede acudir la parte cuando
deban practicarse a personas que se domicilian en otras localidades dentro de
la provincia.
Artículo 45. - Cómputo inicial. Los plazos judiciales correrán para cada
interesado desde su notificación respectiva o desde la última que se practicare
si aquéllos fueren comunes, no contándose en ningún caso el día en que la
diligencia tuviere lugar.
Entonces: Los plazos, lapsos dentro de los cuales es preciso cumplir cada acto
procesal en particular, pueden ser:
1º) Los plazos legales son aquellos cuya duración se halla expresamente
establecida por la ley. Son judiciales los fijados por el juez o tribunal. Son
convencionales los que las partes pueden fijar de común acuerdo.
Las partes pueden acordar la abreviación de un plazo mediante una
manifestación expresa por escrito.
Artículo 49. - Plazos fatales. Son plazos fatales los señalados por la ley:
Artículo 50. - Efectos. Los plazos de que habla el artículo 49 fenecen por el
mero transcurso del tiempo, sin necesidad de declaración judicial ni de petición
de parte, y con ellos los derechos que se hubieren podido utilizar.
Regular, significa sin vicios que puedan invalidarlos y legal, implica que estos
actos sean realizados conforme a las previsiones establecidas en la ley
procesal.
La actividad procesal cumplida sin observar las normas que la regulan puede
perjudicar la función de tutela de los intereses comprometidos, ello conduce a
prevenir la inobservancia, y en su caso, evitar los vicios o defectos irregulares o
a eliminarlos si ya se hubieren producido.
El vicio que recae sobre un acto procesal puede ser objetivo o subjetivo:
Sin embargo, no todo defecto produce la ineficacia del acto procesal, pues para
que ella opere, esa irregularidad debe manifestarse como “perjudicial en la vida
del proceso, afectando el ejercicio de la defensa, un presupuesto procesal o el
equilibrio entre las partes resultante del principio de igualdad y contradictorio”.
Por u parte, la caducidad tampoco puede ser caracterizada como una sanción
procesal sino que se traduce en la perdida de un poder, por no haberlo ejercido
oportunamente, vinculado con un termino perentorio.
TEORIA GENERAL DE LA PRUEBA JUDICIAL
ACTIVIDAD PROBATORIA:
MEDIOS DE PRUEBA:
Hay que distinguir entre Fuentes de Prueba y Medios de Prueba:
Los medios de prueba son la actividad del juez, de las partes y de los
terceros, desarrollada dentro del proceso para traer fuentes de prueba de la
manera indicada por el ordenamiento procesal (prueba confesional, testimonial,
documental, etc.). En los medios de prueba intervienen todos los que actúan en
el proceso. Los medios de prueba son ilimitados, porque se puede probar de
otras maneras a las establecidas por el código, de acuerdo a lo determine el
juez o en base a la analogía con otros medios de prueba ya determinados por
el Código.
Las fuentes de prueba son las personas (los testigos, los absolventes, etc.) o
cosas (documentos, etc.) cuyas existencias son anteriores al proceso e
independientemente de él, que tienen conocimientos o representan hechos que
interesan en el proceso. La relación entre los medios de prueba y las fuentes
de prueba es que los medios salen siempre de las fuentes de prueba.
Objeto de prueba
Expresa Alsina que “objeto de prueba son los hechos que se alegan como fundamento del
derecho que se pretende”, ampliando Palacio tal concepto al expresar que “son los hechos
controvertidos y conducentes a la decisión de la causa, afirmados por los litigantes”. De tal
modo, el último autor citado sostiene que es posible inferir que el objeto de prueba: está
constituido por hechos externos o internos que pueden ser objeto de conocimiento; que
deben ser susceptibles de percepción por los sentidos o deducción por la razón; cualquiera sea
su naturaleza (física, psíquica, o mixta); hallarse controvertidos por las partes y afirmados por
ellas; ser hechos que conduzcan (pertinencia y utilidad) al esclarecimiento de la cuestión
controvertida.
Principios de la prueba
Libertad: implica que las partes y el juez deben gozar de libertad para
obtener todas las pruebas que sean útiles pertinentes a la averiguación de
la verdad, salvo que por razones de moral y de orden público no puedan ser
realizadas. Este principio se resuelve en otros dos: libertad de medios de
prueba y libertad de objeto de prueba. Este concepto significa que todo
puede probarse por cualquier medio, cualquier hecho puede ser objeto de
prueba y esa prueba puede alcanzarse por cualquier medio. Ahora bien, es
importante destacar que ante el riesgo de que amparándose en este
principio, se produzcan pruebas innecesarias, es que los ordenamientos
procesales más modernos ponen ciertos límites al mismo, prohibiendo la
producción de pruebas manifiestamente improcedentes, inconducentes o
inidóneas.
Concepción clásica
Las reglas sobre la carga de la prueba son aquellas que tienen por objeto
determinar cómo debe distribuirse, entre las partes, la actividad consistente
en probar los hechos controvertidos que son materia de litigio.
Reformulación
La sentencia es la resolución jurisdiccional que pone fin al proceso en el cual se dicta y resuelve
en definitiva la cuestión litigiosa. Se trata de una norma particular, aplicable exclusivamente al
caso concreto sometido a juzgamiento. Puede ser vista desde dos aspectos, uno legal y otro
sustancial. Desde el punto de vista legal, la sentencia es aquella resolución jurisdiccional que,
como tal, ha sido definida o caracterizada en la ley. Es aquél pronunciamiento que pone fin al
proceso, cualquiera sea la cuestión que en ella se resuelva.
Desde el punto de vista sustancial, sentencia es aquella resolución jurisdiccional que decide en
definitiva sobre el fondo de la cuestión traída al proceso, por lo que para su existencia
requerirá que aquél se haya tramitado integralmente.
Desde este punto de vista, no será sentencia el sobreseimiento, pues no resuelve la cuestión
de fondo –no absuelve ni condena, sólo dice que la pretensión ha prescripto, o que el hecho
no es delito, o que el imputado no participó en él.
O sea, para sintetizar y a efectos de una mejor comprensión: Punto de vista legal: resolución
que decide en definitiva cualquier tipo de cuestiones que pone fin al proceso (como un
sobreseimiento, por ejemplo). Punto de vista sustancia: resolución que decide en definitiva
sobre la cuestión de fondo, pendiendo fin al proceso.
Decimos que sentencia es una resolución jurisdiccional definitiva. Esto quiere decir que con
ella se agota la jurisdicción de conocimiento del juez en ese proceso –no su actividad en el
mismo-. Es decir, ya sea desde el punto de vista legal o sustancia, sentencia es decisión que
pone fin al proceso en su momento cognoscitivo, después de su integral tramitación.
En primer lugar, el juez debe empezar por obtener las cuestiones de hecho contenidas en la
causa para delimitar el campo dentro del cual han de proyectarse las pruebas efectiva y
legítimamente introducidas al proceso –para el juez, lo que no está en el expediente o en el
acta, no existe en el mundo. Al mismo tiempo deberá ir comparando esas cuestiones con el
hecho específico descripto en las normas jurídicas aplicables.
Delimitados los hechos deberá fijarlos en el siguiente orden: 1. los que las partes aceptaron
como ciertos –no controvertidos-; 2- los que no requieren demostración –hechos evidentes y
presunciones iure et de iure-; 3- presunciones iuris tantum no destruidas por prueba en
contrario y hechos controvertidos. Fijados los hechos deberá iniciar la valoración de la prueba
en busca de la obtención de certeza respecto de la verdad el acontecimiento sometido a su
decisión.
Para esta valoración deberá aplicar las reglas de la lógica, la psicología y la experiencia, cuya
omisión, en nuestro sistema, está conminada con la nulidad y constituye un vicio in iudicando.
La regla que prohíbe el non liquen obliga al juez a dictar sentencia cualquier que sea el estado
intelectual al que arribe –duda, probabilidad o certeza-.
En caso de duda, el juez hallará un equilibrio entro los elementos negativos y los positivos, lo
que significará ausencia de toda prueba e incertidumbre respecto del hecho afirmado. Si esto
ocurre se tendrá como no probado aquél. En caso de probabilidad, esto es, mayor cantidad de
elementos positivos pero que no excluyen por completo a los negativos, habrá insuficiencia de
prueba para cualquier tipo de proceso, lo que impide acoger de plano la afirmación, no
pudiendo darse por existente el hecho y aunque esta misma probabilidad permitió ordenar
durante la sustanciación del proceso previo a al sentencia, una medida cautelar.
En caso de improbabilidad, se estará en la situación inversa a la anterior, por lo que los hechos
cuya existencia se afirma deben ser considerados inexistentes. Por su parte, en el ámbito penal
estos estados intelectuales responden a las siguientes soluciones: Certeza negativa durante la
instrucción: sobreseimiento.
Probabilidad durante la instrucción: procesamiento, vista fiscal, prisión preventiva, según los
distintos sistemas.
Clases
Cosa juzgada en sentido formal: se configura cuando a pesar de ser firme e irrevocable la
sentencia dentro del proceso en el cual se dictó, sin embargo la causa allí resuelta puede ser
nuevamente discutida en un proceso ulterior. Es decir, carece del atributo de indiscutibilidad.
Tal es el caso de la sentencia dictada en un juicio ejecutivo que, sin embargo, y a pesar de que
se proceda a la ejecución ordenada en ella, permite que la causa sea discutida por vía
ordinaria. Esto ocurre porque en el juicio ejecutivo no se permite discutir la causa de la
obligación y por ende, se trata de cuestiones no resueltas que ameritan la sustanciación de
otro proceso. La doctrina entiende que no estamos ante una autoridad de cosa juzgada.
Cosa juzgada material o sustancial: se trata de aquella sentencia que ha quedado firme, es
irrevocable y no admite discusión posterior por la misma causa; no se puede ir más allá, no
admite supuesto contrario alguno; en consecuencia, es un presupuesto de la conclusión que
torna vano todo logicismo que intente desconocerla.
Fundamentos
Motivos o causales de impugnabilidad: alude a la pregunta ¿qué se impugna? . La impugnación
en general y el recurso en particular, procuran eliminar errores o vicios inherentes a ciertos
actos procesales. El error en materia procesal, visto desde el punto de vista de la función del
juez, puede afectar un doble orden de intereses: o es un error en la apreciación de la norma
jurídica aplicable al caso, o es un error en la tramitación del proceso. En el primer caso, el error
consiste en la aplicación de la norma jurídica y entonces afecta la justicia de la sentencia,
“error in indicando”.
Las condiciones que debe cumplir el acto impugnativo par que no sea declarado inadmisible
son las expresamente previstas por la ley, a más de las que surjan de los principios generales:
resolución recurrible (impugnación objetiva), tener el recurrente legitimación (impugnación
subjetiva, por ejemplo: ser parte o tercer afectado), regularidad y completividad del acto
(formalidad, como en el recurso de reposición que debe fundarse en el mismo acto que se
interpone), cumplimiento en el plazo fijado (oportunidad). Esas condiciones de admisibilidad
varían de un medio impugnativo a otro.
Efectos
Se entiende por efecto devolutivo la remisión del fallo apelado al superior que está llamado,
en el orden de la ley, a conocer de él. No hay propiamente devolución, sino envío para el
reexamen. La jurisdicción se desplaza del juez recurrido al juez que debe intervenir en la
instancia superior. Digamos que sobre el fundamento del recurso debe escrutar y expedirse,
por regla general, un órgano jurisdiccional distinto y de mayor jerarquía (tribunal de alzada o
ad quem) que el que dictó la resolución impugnada (a quo). Es el denominado efecto
devolutivo. Este efecto es típico de los recursos propiamente dichos y conlleva el efecto
suspensivo. Cuando adolece de este efecto devolutivo, más que recurso es un incidente.
Consiste en la paralización provisional de las consecuencias del acto atacado una vez
interpuesta la impugnación de que se trata y hasta tanto la misma sea resuelta. Para evitar que
la posible injusticia de la resolución recurrida se comience a consolidar durante el trámite del
recurso, se dispone, de ordinario, que se suspenda la ejecución de lo resuelto por el
pronunciamiento recurrido, durante el plazo acordado para impugnar, y si esto ocurre,
también durante el tiempo de sustanciación del recurso. Lo que se suspende con la
interposición de la impugnación no es el desarrollo del proceso, sino lo que ha dispuesto la
resolución impugnada. Como lo adelantamos más arriba, un mismo recurso puede tener por
regla el efecto suspensivo, pero también a veces y a modo de excepción ser no suspensivo. Por
ej., una excepción al efecto suspensivo del recurso reapelación, se encuentra en el proceso por
alimentos y litis expensas, donde se procura proteger al beneficiado de esas prestaciones.
El recurso: En sentido estricto, implica devolución, y por regla tiene efecto suspensivo. Con la
admisibilidad del recurso se abre la competencia funcional por grado del tribunal superior.
Procede contra las resoluciones judiciales (sentencias, autos o decretos) y persigue la
revocación, modificación, sustitución o invalidación de la resolución impugnada. Los medios
recursivos son la apelación, casación, la inconstitucionalidad y el directo.
Demanda o acción impugnativa: Importa el ejercicio del poder de acción procesal cuyo
contenido es una pretensión invalidatoria contra la cosa juzgada írrita fundada en los motivos
previstos por la ley (art. 395 del CPCCba) que se interpone y tramita ante el Tribunal Superior
(art. 397 CPCCba). Clariá Olmedo opina que la acción impugnativa, además de atacar una
sentencia que ha pasado en autoridad de cosa juzgada (revisión), también puede dirigirse
contra la ilegitimidad de una decisión dictada por la Administración Pública, que ha quedado
firme luego de haberse agotado la vía administrativa, que es lo que se conoce como demanda
contencioso administrativa.
Casación
El recurso de casación es el medio de impugnación por el cual, por motivos de derecho
específicamente previstos por la ley, una parte postula la revisión de los errores jurídicos
atribuidos a la sentencia de mérito que la perjudica, reclamando la correcta aplicación de la ley
sustantiva, o la anulación de la sentencia, y una nueva decisión, con o sin reenvío a nuevo
juicio. Es un recurso extraordinario en cuanto no implica, la posibilidad del examen y
resolución ex novo de todos los aspectos, sino que dicho examen se limita a las cuestiones
nacidas de la aplicación de la ley sustantiva o procesal y procede para corregir errores de
derecho que vicien la resolución impugnada. De dicho carácter extraordinario se desprende
también la imposibilidad de introducir en el procedimiento actos de prueba. El art. 383 del
CPCCba establece que el recurso de casación procederá por los siguientes motivos:
Violación al principio de congruencia: el principio indica que debe existir una correlación entre
la pretensión y la decisión.
Falta de fundamentación lógica y legal: la sentencia debe ser necesariamente fundada, pero
esa fundamentación debe enmarcarse, además, dentro de las reglas de la sana crítica racional.
Este motivo conduce a considerar arbitraria a la sentencia y, con ello, a abrir otra vía recursiva
distinta de la casación –inconstitucionalidad por arbitrariedad de la sentencia.
-Que el fallo se funde en una interpretación de la ley que sea contraria a la hecha, dentro de
los cinco años anteriores a la resolución recurrida, por el propio tribunal de la causa, por el
Tribunal Superior de Justicia, un tribunal de apelación en lo civil y comercial, u otro tribunal de
apelación o de instancia única de esta provincia. Si el fallo contradictorio proviniere de otra
sala del Tribunal Superior de Justicia, o de un tribunal de otro fuero, el tribunal de casación se
integrará con la Sala Civil y con la sala que corresponda, del Tribunal Superior de Justicia.
-Que el fallo contraríe la última interpretación de la ley hecha por el Tribunal Superior de
Justicia en ocasión de un recurso fundado en el inciso precedente.
Ahora bien, ¿qué resoluciones son recurribles por éste medio??? Las sentencias definitivas Los
autos que pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o causen un gravamen
irreparable, dictados por la cámara. Resoluciones no definitivas, sólo por los motivos de los
incisos 3 y 4 del art. 383 del CPCCba.
Incidentes: procedencia y clases
Las cuestiones incidentales son aquellas oposiciones de razones o argumentos sobre un tema,
es una propuesta para averiguar la verdad de algo controvertido. Es toda cuestión o
controversia conexa con la principal que va a ser resuelta en forma autónoma.
Se diferencia de las cuestiones prejudiciales, en que estas últimas tienen que ser
incidentalmente resueltas por el mismo o por otro tribunal, a efectos de poder tramitar o
resolver en el orden civil o en el derecho penal la cuestión principal sometida a juicio. Las
cuestiones prejudiciales dan lugar a los incidentes de previo y especial pronunciamiento y a las
excepciones dilatorias y perentorias.
Según el art. 426 del CPCCba, “los incidentes son cuestiones que se suscitan durante la
tramitación de un pleito y que tienen alguna conexión con él. Se sustancia por el trámite del
juicio abreviado, si no tienen una tramitación especial. Pueden plantearse antes, durante la
tramitación del juicio a que se refieren, o también en la etapa de ejecución de sentencia.
Queja
Puede interponerse contra todos los autos no apelables del juez y contra
las resoluciones en que se denegare la admisión de un recurso de apelación.
El recurso de queja se producirá ante el tribunal superior competente respecto
al que dictó la resolución recurrida; dicho tribunal superior será el competente
para conocer y decidir del recurso de queja. Este se formalizará siempre en
escrito, autorizado con firma de letrado. Interpuesto el recurso, el tribunal
ordenará al juez que informe en el corto término que al efecto se señale.
Recibido este informe, se pasará al fiscal, si la causa fuese por delito en que
tenga que intervenir, para que emita dictamen por escrito en el término de tres
días. A la vista del dictamen y del informe del juez, el tribunal resolverá. Contra
el auto resolutorio, y al igual que contra los autos de los tribunales de lo
criminal, podrá interponerse el recurso de súplica ante el mismo que los
hubiere dictado.
Medidas Cautelares
En el ámbito civil han sido definidas como aquellas que tienden a impedir que el derecho cuya
actuación se pretende, pierda virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre
demanda y sentencia. Con mayor amplitud de concepto se ha señalado que son resoluciones
jurisdiccionales provisionales, que se dictan in audita parte (sin previo oir al afectado) o con
trámite sumario o de conocimiento limitado, con el fin de evitar el menoscabo inminente de
derechos personales o patrimoniales.
Expresa Palacio que proceso cautelar es aquel que tiende a impedir que el derecho cuyo
reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro proceso, pierda su
virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre la iniciación de ese proceso y el
pronunciamiento de la sentencia definitiva.
Presupuestos de procedencia
El carácter de información que se requiere se pone de manifiesto en el art. 457 del C.P.C.Cba,
el cual expresa que “cuando fueren necesarias las declaraciones de testigos para obtener
medidas cautelares, aquéllos podrán firmar el escrito en que se solicitan, debiendo ratificarse
por ante el tribunal, salvo que exista certificación judicial o notarial de sus firmas”.
Efectos
Para la guarda provisional de ellas b- Para la satisfacción de sus necesidades urgentes. Las
medidas cautelares tienen los efectos de la demanda, pero se operará la caducidad si
transcurren diez días sin tramitarse el procedimiento, o si no se entabla aquélla en el mismo
plazo luego de culminado. (art. 465 CPCCba)
Anotación de la litis:
Intervención judicial: