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Asesinos en serie.

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Traducción y adaptación: Leonardo Fuerte Montaño
Profesor de Psicología Forense:
- Universidad San Pedro de Chimbote
- Universidad Peruana Unión
Es el 24 de Enero de 1989, son la siete de la mañana, en el prado que circunda a la prisión
del estado de Florida, se encuentran mas de 300 personas, que gritan y esperan
impacientes la ejecución bde alguién , como si quisieran festejarlo. A las 7 y 16 minutos las
luces de los faros se contraen y luego se recuperan, pasan algunos segundos, un momento
de silencio y se dan brindis improvisados con cerveza y se pueden observar en las camaras
de TV letreros que dicen “Quemate Ted, arde en el infierno”, Ted Bundy ha estado
ejecutado en la silla electrica.

Theodor Robert Bundy, asesinó por última vez el 6 de febrero de 1978, la víctima era una
niña de 12 años, Kimberly Leach. Su cuerpo masacrado fue encontrado algunas semanas
después, arrojado en un parque público.Identificado y capturado, Bundy es condenado a
muerte en Julio del 1979. Dirigiendose a él, Edward Cowart, el juez que preside la corte,
aparece visiblemente impactado y le dice: “Piense en usted mismo, lo digo con gran
sinceridad. Es una verdadera tragedia para esta corte haber constatado su total pérdida
de humanidad. Podría haber sido un buen abogado. Debería haber buscado de ser
menos impetuoso y irreverenete. Creame. Pero usted se ha comportado
verdaderamente de la peor manera posible”.

Inteligente, fascinante, de buena cultura, Ted Bundy nacio en Vermount, el 24 de


Noviembre de 1946, de una joven madre, Louise Cowell. La infancia y su adolescencia no
son marcadas por traumas importantes, separaciones conflictivas, maltratos físicos,
abusos sexuales. En resumen fueron períodos normales.
Ted comienza a asesinar el 21 de Enero de 1974. Linda Ann Healy de 21 años, desaparece
sin dejar rastros. En su habitación los investigadores encuentran signos de violencia,
manchas de sangre sobre la cama y en su ropa de dormir.
1
Tomado de: “SERIAL KILLER, Storie di ossessione omicida” C.Lucarelli y M.Picozzi. Arnoldo Mondadori
Editori.Milano 2003.
Quince años después, es arrestado y condenado solo por tres homicidios, poco antes de la
ejecución Bundy confiesa haber matado mas de 20 chicas Algunos investigadores le
atribuyen más de cien victimas, resultados de agresiones con motivaciones sexuales
iniciadas desde su adolescencia, pero en muchos casos aún las pruebas son escazas o
ausentes. Depredador letal, Ted Bundy se ha llevado a la tumba la verdad sobre una serie
de impresionantes crimenes, entre ellos los más increibles y feroces que se puedan
imaginar.
Frente a estas situaciones viene la pregunta ¿Quién es un asesino en serie? Y ¿Por qué se
tiene que estudiar o hablar sobre estos sujetos?
Hay un motivo que se centra en la figura espantosa y diabólica del asesino en serie que
interesa, que atemoriza y que a la vez causa fascinación, porque da miedo, está bien, pero
parece que no es solo esto. También porque es una metáfora, un símbolo, la
personificación de todo lo irracional, que atenta contra toda lógica, que supuestamente
debe darse en nuestra vida. Es el mostro que espera agazapado en medio de la
obscuridad, en el más allá misterioso e inexplorado, que para nuestros antepasados eran
el bosque y los pantanos donde vivian misterios letales, dragones, lobos salvajes,
vampiros y los ogros. Y ahora que los bosques y los pantanos no existen más, ahora que
aunque el espacio cósmico parce tan a la mano, la mitad obscura de nuestra imaginación
proyecta los monstruos de fuera hacia adentro y es en nuestra ciudad, en nuestras calles,
dentro de nosotros mismos, en nuestros corazones y en nuestras mentes, buscamos los
terrores del nuevo milenio.
Los asesino en serie, son aquellos que han dado a nuestras pesadillas un rostro humano y
concreto de hombres y mujeres comunes, a veces insignificantes y distantes, pero en otras
veces similares en todo a nosotros mismos.. Quiénes son?, de donde vienen?, porqué
hacen esas cosas?.

La denominación en sí

El término tiene una historia relativamente reciente y de otra parte es solo a partir de los
años 50 que los investigadores han comenzado a distinguir las diversas formas de
homicidio. El criminólogo Hames Reinhardt en su libro “Perversiones sexuales y crímenes
sexuales” en 1957 es el primero en definir al “serial Killer” como el asesino que deja detrás
de sí una cadena de homicidios. Algunos años después en 1966 John Brophy un estudioso
inglés, identifica el mismo fenómeno con el término “serial murderer” (asesinato
premeditado).

En 1988 el instituto nacional de justicia estadounidense elabora una primera descripción


de lo que concretamente se entiende por homicidio en serie: “El asesinato de una serie de
dos o más sujetos, delitos separados y llevados a cabo generalmente, pero no siempre, por
un único autor. Los crímenes pueden ser cometidos con un intervalo de tiempo que varía
de pocas horas hasta muchos años y el móvil a identificar no es tan fácil de encontrar,
puede ir desde la gratificación de una necesidad psicológica profunda del asesino hasta
situaciones de venganza inconsciente. Las características de la escena del crimen, el
comportamiento del asesino, la relación con la víctima y la violencia con que se actuó
sobre ella reflejan los componentes sádicos y sexuales del autor”.

El agente especial del FBI Robert Essler junto al célebre John Douglas y la psiquiatra Ann
Burgues publica en 1992 el “Manual de clasificación del crimen” que es un verdadero
tratado sobre los delitos violentos donde la propuesta de clasificación se fundamenta en la
motivación del criminal y proponen una definición del serial killer: Tres o más sucesos
homicidas cometidos en tres lugares diferentes y separados de un intervalo de
“enfriamiento emocional (ceooling-off period)”.
Esta definición permite comprender como el asesino en serie es un depredador sujeto a
un ciclo que inicia con una progresiva excitación, y va desde la preparación del evento en
forma de fantasías hasta llegar a su realización, y se concluye con un momento, sucesivo al
delito, de inmovilización, de descargas emocionales. Puede ser un periodo de duración
variable al cual le sigue un nuevo impulso de fantasías sádicas, de una fase de proyección,
de identificación de la victima, de traslado, de seguimiento, captura y muerte. En los
últimos años la unidad especializada del FBI se ha unido a la comisión del instituto
nacional de justicia para considerar que son suficientes dos víctimas y no tres para poder
hablar de un asesino en serie; y esta será la definición que adoptaremos a partir de ahora
en este articulo.
Con el término “más murder”, traducible como homicidio en masa los expertos del FBI
identifican el asesinato de cuatro o más personas, por parte de uno o más autores en el
curso de un solo evento que se realiza en un mismo lugar.

La necesidad de clasificar ha conducido al FBI a distinguir dos sub categorías, proponiendo


definiciones que parecen el signo de un involuntario humorismo macabro: el familiar y el
clásico. Pero sea que el responsable ataque victimas ligadas por vínculos de parentesco o
no el asesino en masa usualmente no exige a los detectives un trabajo intenso de
investigación. La tragedia de hecho concluye casi siempre con el suicidio del autor, que
pone fin directamente a su vida o se expone abiertamente a los disparos de la policía que
interviene. No es posible encontrar en estos casos el terrible y letal binomio “sexo y
muerte” que casi siempre caracteriza al asesino en serie; el móvil va investigado casi
siempre en una frustración sufrida, en sentimientos de venganza durante mucho tiempo
experimentados hacia lo que viene considerado una injusticia; poco importa si en la
realidad no existieron nunca abusos y humillaciones o que cada uno de estos elementos
formen parte de un delirio paranoico en una mente enferma.

A propósito el 27 de setiembre del 2001 a las 10:31 am. En la sala del consejo de ZUG,
Suiza, Friedrih Leivacher de 57 años burla la seguridad e ingresa disparando alocadamente,
caen bajo sus disparos periodistas, parlamentarios y el público asistente a la sesión.
Ningún plan preparado, solamente una furia ciega y destructiva. Al concluir la masacre se
dispara en la sien y pone fin a su vida pero al mismo tiempo abre una serie de
interrogantes. ¿Era posible preveer y comprender el desenvolvimiento de una mente
enferma?, porque de hecho se trataba de una mente enferma.
Leivacher, algún tiempo atrás había peleado con un chofer de autobús, fue aparentemente
una simple discusión sin embargo dejo abierta en él una profunda herida psicológica que
lo había llevado a realizar una serie impresionante de reclamos de recursos presentados a
la corte suprema se Zúrich. El problema con el chofer se convirtió para él en la metáfora de
una injusticia, una cotidiana obsesión: cada reclamo rechazado o peor todavía ignorado y
ridiculizado se convertía en alimento para su hambre de venganza. Entre las bancas de la
sala del consejo se podían contar 14 muertos y 16 heridos: la fotografía de una tragedia.

El spree killer, (el homicidio compulsivo), golpea a muerte más víctimas, en dos o más
lugares diferentes. Las agresiones, a diferencia que los casos de los asesinos en serie,
forman parte de un solo evento: el asesino mata repetidamente, sin que se dé un
momento de enfriamiento emocional, todo forma parte de un único caso y prolongado
momento destructivo. Como en el caso del asesino en masa no esconde su ritual de
sangre, no se esconde no se oculta, se moviliza en una forma de claro desafío, que lo
conduce, casi siempre, hacia la muerte. E incluive, en algunos casos es posible imaginar
como la primera y más importante acción que lo conducirá a la tragedia y a la propia
búsqueda de aniquilamiento personal.
Al final: un suicidio, o también un enfrentamiento igualmente suicida.

NACIMIENTO DE UN ASESINO EN SERIE

El asesino en serie no es cualquier ciudadano normal, o el vecino del costado, que de


improviso, una mañana se despierta y decide comenzar a matar.
Su comportamiento es el fruto de una historia de experiencias traumáticas iniciadas en la
más tierna edad y continúa a través de los años. Algunos asesinos en serie han sufrido
maltratos físicos y psicológicos, abusos sexuales, traumas craneanos y otras situaciones
que pueden haber condicionado una predisposición a la violencia, ya presente desde el
nacimiento. En cada caso, es en relación al trauma que se construye la estructura de la
personalidad del futuro asesino. Al respecto como ejemplo en nuestro país podríamos
señalar a Nicolás Gutierrez Mendoza que asesino a nueve niñas y que actualmente está
cumpliendo cadena perpetúa en el Penal San Jorge, de las investigaciones resultó que fue
víctima de abuso sexual en su niñez.

Para los investigadores, los homicidios en serie representan una modalidad de


comportamiento único y original que tiene sus propias raíces y se alimenta de la violencia.

Violencia, crímenes: científicos, filósofos y juristas, desde siempre se han preguntado


sobre las causas que conducen al hombre a abusar de sus semejantes e infligirle
sufrimiento, muchas veces extremos, sin razón y casi siempre hasta la muerte. La
agresividad es un instinto humano innato e inevitablemente central en la vida emocional
de los sujetos, o en todo caso es algo que el género humano desarrolla en modo reactivo o
defensivo respecto a un ambiente percibido como frustrante o amenazante.
Como en cada campo del saber, es fuerte la tentación de llevar cada caso a una única
explicación que pueda resultar eficiente y completa. Esta es la razón para la proliferación
de diversos artículos en revista especializadas científicas, que de acuerdo al momento
histórico, subrayaron las características biológicas innatas, o también el desarrollo
psicológico inadecuado, los trastornos en la dinámica familiar, maltratos sufridos o como
también el ambiente social en el cual el futuro asesino en serie ha crecido. Cada uno de
estos intentos se han mostrado inevitablemente parciales, el comportamiento criminal es
de todas maneras humano y por lo tanto constituido de una intricada interacción entre la
herencia y el ambiente: solo un acercamiento integrado puede hacer posible lograr
algunos pasos de avanzada en su comprensión.

BIOLOGÍA Y VIOLENCIA.-

“En general y mucho más entre los delincuentes natos, las orejas siempre son grandes,
cabellos abundantes, escasa barba, mandíbula enorme, mentón cuadrado o
predominante, gesticulaciones frecuentes: total, tipos semejantes al mongólico y algunas
veces negroide…..Los homicidas habituales tienen una mirada vidriosa, fría, , la nariz es
aguileña, siempre voluminosa, robustas las mandíbulas, largas orejas, crespos abundantes
cabellos y oscuros, frecuentemente tienen los caninos bastante desarrollados labios
sutiles”
Así escribía Cesare Lombroso, el fundador de la moderna criminología, en “El Hombre
Delincuente” (l’uomo delincuente), en el año 1876.
En su descripción del delincuente, Lombroso considera la herencia de la fisonomía
aristotélica primero, después la frenología del setecientos, después disciplinas antiguas,
basadas en el estudio de la correlación entre el aspecto somático de un sujeto y su
carácter, su modo de sentir y la manera de relacionarse con el mundo, su tendencia, innata
a cometer delitos. No habían trascurrido muchos años de la revolución darwiniana y los
científicos italianos ponen las bases para una interpretación del comportamiento criminal
fundada en la biología.
Alteraciones o daños en algunas zonas del cerebro han estado puestos en correlación con
el aumento de comportamientos violentos. Son citados generalmente los lóbulos
temporales y frontales y sus conexiones con otras áreas cerebrales. Cuanto más precoz es
el daño, es decir antes de que se desarrollen los esquemas de autocontrol, tanto mayor
será el riesgo de las conductas agresivas. Las alteraciones neurológicas también podrían
producir una mayor susceptibilidad a los efectos del alcohol y las drogas. Cuando el daño
cerebral comporta además un defecto en la inteligencia del sujeto, aumenta el riesgo de
una marginación social, de una adhesión a contextos culturales donde la violencia
representa la modalidad primitiva y privilegiada de la comunicación.
Las investigaciones sobre la bioquímica de la violencia se han concentrado sobre dos
principales categorías de sustancias: los neurotransmisores y las hormonas.
Entre los neurotransmisores la serotonina parece tener un rol de primer plano en la
regulación de la violencia: bajos valores de serotonina han estado, de hecho, asociados a
comportamientos agresivos, sobre todo de tipo impulsivo. También la dopamina viene
continuamente tomada como causa, así como también, en las últimas investigaciones, se
ha dirigido la atención sobre el oxido de hidrogeno.
Desde hace algunos decenios, las investigaciones sobre las hormonas ven a la
testosterona, como el principal responsable del agresividad; también en esta campo no
han faltado cambios en la manera de pensar y hoy en día la influencia de las alteraciones
en la concentración de esta sustancias viene puesta en correlación con otros elementos,
como los estrógenos, prolactina, cortisol.
Todavía más recientes investigaciones sobre la neuropsicología y sobre la bioquímica de
la violencia es el estudio del ADN culminado con el proyecto genoma que tiene
ciertamente ilusionados a los investigadores sobre la posibilidad de reducir al hombre y su
comportamiento descifrando un serie de secuencias genéticas.
Los estudios clásicos sobre el aspecto cromosomático en sujetos con tendencia a la
violencia y los comportamientos antisociales sean concentrados en la presencia de un
cromosoma demás (47XXY o 47XYY), dos todavía son las objeciones que se oponen a estos
trabajos: La primera es el número pequeño de sujetos afectados de esta alteración que se
ha comparado con la incidencia de los crímenes; la segunda evidencia es la particular
concentración de individuos con un cromosoma de mas entre la población carcelaria
detenida por delitos violentos podría depender de los efectos intelectuales que esta
anomalía arrastra, con la consecuencia de una menor capacidad para operar elecciones de
una vida más económica: crímenes, arrestos y detenciones de hecho no representan casi
nunca opciones inteligentes.
Robert Joe Long es el asesino en serie que mejor representa la importancia de la
predisposición biológica al crimen violento.
Nace en West Virginia el 14 de Octubre del 1953 y es portador de una anomalía congénita:
un cromosoma X de más. Durante la adolescencia la alteración del estigma genético
determina una producción excesiva de hormonas femeninas, el crecimiento de las
glándulas mamarias, y la necesidad de una intervención quirúrgica: Desde los cinco años
Long sufre una serie de impresionantes traumas, prevalentemente concentrados en la
cabeza, cae de un juego mecánico, cae de su bicicleta, es arrojado por un poni. A los veinte
años resulta complicado en un accidente de tránsito: cae de su moto, reportando un
enésimo trauma encéfalo craneano y es internado en un hospital. Desde ese momento
viene quejándose de violentos ataques de cefaleas, alternados con momentos de rabia
improvisada. A partir de 1980 agrede y abusa de 50 mujeres. Arrestado en noviembre de
1981, es dejado en libertad porque algunas declaraciones de testigos resultan
contradictorias. Desde ese momento empieza a matar.
Entre mayo y noviembre del 1984 ataca mortalmente al menos a nueve víctimas, de
preferencia prostitutas. En noviembre abusa de una joven, pero le perdona la vida
conmovido por los abusos sexuales que le narra su víctima, causados por su padre. El
testimonio de la chica lleva a los investigadores sobre el rastro de Long, pero sin poder
impedir que el asesino ataque a una nueva víctima. Es arrestado el 17 de noviembre del
1984 y condenado a la silla eléctrica el 25 de Junio del 1986 y todavía sigue en el pabellón
de la muerte.

PSICOLOGÍA Y VIOLENCIA.-

Desde el psicoanálisis, a la etología, desde el enfoque cognitivo conductual a la psicología


evolucionista, dese las teorías de la dependencia de Bowlby a los estudios sobre el
aprendizaje social, resulta imposible concluir la cantidad de investigaciones orientadas a la
relación entre la psicología y la violencia.
Cuando se habla de asesinos en serie el campo mas investigado es aquel que tiene que ver
con los traumas infantiles. Un número importante de asesinos en serie presenta en sus
historias infantiles una condición de grave abandono o de abusos psicológicos y físicos.
Pertenecen en su mayoría a familias altamente conflictivas o desorganizadas, o fueron
criados por uno de los padres considerando el riesgo de crecer y convertirse en homicidas
violentos, para estos niños es bastante alto, muchas de estas pequeñas victimas cumplen
un rol del todo normal en la sociedad a pesar de su sufrimiento personal y de heridas casi
cicatrizadas, y también existen muchos asesinos en serie que crecieron en ambientes
caracterizados por buenas relaciones afectivas y de una sana comunicación familiar.

En psiquiatría se ha descrito un trastorno mental que tiene como base un grave y precoz
trauma: “el trastorno disociativo de identidad (TDI)” las manifestaciones esenciales del
TDI es la presencia de dos o más identidades distintas o estados de personalidad que
continuamente asumen el control del comportamiento. El sujeto es incapaz de recordar
hechos personales importantes, y el defecto aparece muchas veces explicado como una
simple tendencia al olvido.
El TDI puede ser también visto como una técnica de sobrevivencia altamente creativa que
el niño utiliza para poder fugar de una situación de abuso físico, sexual y psicológico
extremo y repetido. La disociación le permite separar la experiencia del trauma de los
sentimientos del intenso temor experimentado que de otra manera lo hubiera llevado a
una total alienación, a la pérdida de contacto con la realidad y a la locura. Las huellas de
los traumas sufridos permanecen también mucho más tiempo que los normales
recuerdos. Si bien han sido escondidas en un ángulo aparentemente inalcanzable de la
mente, impulsan al niño a escoger inconscientemente juegos que tienen como centro su
agresividad y violencia, a recorrer en un mundo imaginario de sueños a ojos abiertos, de
fantasías siempre mas caracterizadas en el curso de los años por representaciones sádicas
y sexuales.
Las experiencias violentas comprometen también la capacidad de experimentar relaciones
significativas con los otros, que se convierten, en la edad adulta, en una pura y simple
atención de si mismo, privado de toda característica de autonomía personal.
Sabemos que cada niño puede reaccionar a situaciones de estrés poniendo en acción
comportamientos más o menos adaptativos. Habíamos ya afirmado de hecho, que no se
puede predecir una carrera criminal como consecuencia de un gran trauma. Es de todas
maneras cierto que el sufrimiento también en el caso de que tome una forma de
enfermedad psiquiátrica puede expresarse en una edad joven con manifestaciones muy
visibles o también en su mayoría pueden estar cubiertas y escondidas.

En 1963 Mc Donald propone las hipótesis de la existencia de una triada de síntomas, del
todo características expresiones en el niño, de una grave alteración psíquica que conducirá
si no es inmediatamente tratada, a comportamiento antisociales cuando sea adulto.
Estas conductas o síntomas son:

- Crueldad hacia los animales.


- La enuresis (perdida involuntaria de la orina durante la noche después de los 5 a 6
años de edad).
- Piromanía.

Estas 3 deben estar presentes para que se pueda hablar de un riesgo futuro de que el niño
se convierta en un asesino en serie. La triada viene tomada de las investigaciones que
realizo la unidad de ciencias de comportamiento del FBI y fue encontrada en la historia de
numerosos asesinos seriales comprendidos en el estudio. De todas maneras trabajos más
recientes juzgan interesante pero no científicamente fundada, la valides predictiva de la
triada de John McDonald.

EL ROL DE LA FANTASIA.-

Se ha encontrado la fantasía como instrumento que permite al niño traumado de fugar del
mundo de sus torturadores; en la fantasía el niño tiene un control de la situación, en la
fantasía puede cambiar el rumbo de la hostilidad y la violencia de la cual es víctima,
dirigiéndola hacia los otros. Sobre todo entre los asesinos en serie que matan por el placer
sexual, pero en casi todos los asesinos en serie, soñar a ojos abiertos, fantasear una
experiencia sádica y brutal con la víctima es un momento común y central. El
comportamiento que tiene el asesino sobre la escena del crimen se construye en función a
sus fantasías, que anticipan a la acción. Pero la imposibilidad de que la victima responda a
la agresión en modo exactamente previsible conduce a una discrepancia entre todo lo
imaginado y todo lo experimentado en el momento de la explosión de la violencia. No
podrá haber jamás una plena correspondencia entre las expectativas y la realidad: Por eso
cada hecho es como un carburante para nuevas y siempre más refinadas fantasías.
La mayor parte de nosotros pone en escena en su imaginación, situaciones de las más
inocentes a las más agresivas, atribuyendo a ellas unos valores sustancialmente positivos y
muchas veces terapéutico. En los asesinos en serie, contrariamente, violencia y sexo son
orientados hacia un placer mayor: El total control de la victima por ello es muy
importante que siempre la muerte de la victima constituye un evento antieconómico en la
búsqueda del placer: Así se explica el relato de aquellos que lograron escapar o sobrevivir
a un asesino, justamente adaptándose al esquema de comportamiento propuesto por el
agresor, un esquema de plena servidumbre a sus fantasías de control total.

Las torturas y las humillaciones que el asesino en serie ejecuta representan el intento de
deshumanizar y despersonalizar a las víctimas. Es durante la agresión, la degradación y la
tortura, que las fantasías relacionadas al originario trauma infantil encuentran espacio y se
traducen en actos de violencia. Puede transcurrir 10 o 20 años entre los sucesos
traumáticos y el comportamiento homicida, periodo durante el cual el asesino se ha
disociado totalmente del trauma, lo ha removido y aislado más allá de sus áreas de
conciencia. La disociación ha permitido al homicida mantener un eficiente control de la
realidad y una aceptable adaptación en el mundo social. Pero cuando interviene un factor
desencadenante, un trauma que lo pueda conducir simbólicamente al pasado, una
humillación, un abandono, el dramatismo de la experiencia infantil retoma y amenaza con
traer abajo un equilibrio psíquico eximio y precario.
Es necesario hacer frente a la angustia, al pánico, a la insoportable sensación de una
completa vulnerabilidad: se tiene entonces que entrar en acción para retomar el control
para restablecer una continuidad. Asesinar se convierte en un medio para dominar
temores inexpresivos. El primer delito puede no ser plenamente proyectado y construido
con precisión: El asesino es entonces inexperto quizás la muerte de la victima ni siquiera
fue buscada conscientemente:
La sensación de omnipotencia todavía es inexpresiva. Y no es posible renunciar.

DE LA FANTASIA AL HOMICIDIO.-

Joel Norris, psicólogo estadunidense, fue el primero en identificar y describir el


comportamiento del asesino en serie, como el desencadenamiento de un camino cíclico,
que se ordenan en fases continuadas pero distintas y a la vez fuertemente entrelazadas:

1ro. Fase de aura.- El asesino gradualmente se retrae de la realidad, se aísla, elaborando


fantasías cada vez más elaboradas y articuladas, que lo impulsan a la acción
2do.- Fase de búsqueda.- El asesino esta a la caza de su presa, sobre un terreno que
estudia con mucha atención. Concentrado y determinado se ha transformado en un
depredador letal.
3ro.- Fase de seducción.- Aquí se dará el contacto con la víctima, que en primer lugar es
seducida, después engañada y luego abusada
4to.- Fase de la captura.- La víctima es totalmente controlada por su agresor, la fantasía
puede encontrar su representación.
5to.- Fase de homicidio.- Se da el homicidio con una modalidad fuertemente simbólica,
regresionando a situaciones de gran impacto en la infancia, se constituye al mismo tiempo
en una descarga emotiva y sexual.
6to.- Fase fetichista.- El asesino en serie trata de llevar al mayor tiempo posible el placer
derivado del acto de asesinar, por eso fotografía, la descuartiza, y las canibaliza, buscando
que posesionarse de partes del cuerpo o de objetos de su víctima como trofeos.
7mo.- Fase depresiva.- Esta se da cuando la ilusión se desvanece, disminuye el placer, el
asesino se da cuenta que nada ha cambiado en su vida, la omnipotencia saboreada en el
disponer sobre la vida o la muerte de las víctimas ha dejado espacio a su profunda
inadecuación y a la imposibilidad de colmar el abismo de su propia soledad.
El ciclo se ha completado.
En esta última fase depresiva, puede darse que el asesino busque que hacerse identificar y
orientar a su propia captura, llegando inclusive hasta a la confesión, donde su relato puede
recibirse con mucho estoicismo.

EL MODELO TRAUMA CONTROL.-

Herencia bilógica, cromosomas y sustancias químicas, traumas psicológicos y abusos


sexuales, fantasías sádicas y estado disociativo. Intentamos reorientar las diversas
posibilidades causales a un punto común de referencia, porque hasta la fecha ninguno de
los factores propuestos ha resultado de por si suficiente para permitir la predicción certera
de un futuro comportamiento homicida y mucho menos con el carácter de serial.
En el modelo Trauma Control, el rol central es ocupado por un evento significativo y
desestabilizador sufrido en la infancia.
La combinación de más eventos traumáticos produce un daño mucho mayor que un
simple insulto, según una lógica exponencial más que una suma aritmética (interés simple
y el compuesto). El primer resultado observable en el niño será un sentimiento de
autoestima extremadamente bajo, que lo condicionará para toda su vida.
Casi todos los asesinos en serie aparecen de hecho como sujetos profundamente alterados
por sentimientos de inadecuación y de dudas sobre sus propias capacidades. Junto a la
certeza de no tener un adecuado valor y precio el niño experimenta la ya citada
disociación, como también el poder de consolación y salvación a través de la fantasía.
Durante su existencia, el futuro asesino en serie se expone después a factores
predisponentes: alcoholismo y drogas, pornografía, intereses por lo místico y el ocultismo,
reforzando así las construcciones fantásticas, que gradualmente se enriquecen de
componentes sádicos y perversos.
La costumbre de recurrir a las experiencias de la disociación, de un lado permite al niño
sobrevivir a sus traumas, y de otro lado le impide adoptar mecanismos más evolucionados
de adaptación a las frustraciones del medio ambiente. Cada suceso que en la edad adulta
lo traslada a su trauma infantil, podrá constituirse en el elemento precipitante de un
proceso mayor y complejo.
MODELO TRAUMA - CONTROL

Evento Factores
traumático predisponentes

Disociación Fantasías
Baja autoestima

Factores
desencadenantes

Reforzamiento Fantasías siempre


del trauma más violentas

Comportamiento
homicida
Las mujeres asesinas en serie.-

Kelleher y kelleher en 1998 dan a la prensa un importante trabajo, centrado sobre el


estudio de asesinas seriales. Examinando a un total de 100 casos a partir de los 900´, las
describen como muy atentas, metódicas, precisas y frías en la ejecución del delito,
respecto al hombre y de hecho respecto a las investigaciones se dan ocho años en media,
casi aproximadamente el doble que se requieren para identificar y capturar a los asesinos
seriales varones.
Según las estadísticas, en los EEUU el género femenino es responsable del 15% de los
crimines violentos y del 28% de los delitos contra la propiedad. Pero hay un dato muy
significativo, dado que a partir de 1970 los delitos cometidos por mujeres se han
incrementado en un 138% mientras que para los hombres solo aumento en un 57%.
La mujer asesina serial, es un fenómeno típicamente estadounidense, y representa al
mismo tiempo solo el 8% de los casos norteamericanos, pero el 74% de casos a nivel
mundial.

Eileen Lee Wuornos, la


prostituta clasificada como
asesina en serie, asesinó a siete
varones en el centro de Florida

Según Eric Hickey son el móvil y los métodos utilizados los que diferencian a las asesinas
seriales de los varones; a continuación presentamos la síntesis de su trabajo realizado en
el 2002, sobre 62 asesinas, capaces, en algunos casos, de matar recurriendo
contemporáneamente a más medios lesivos y sobre el impulso de motivaciones
complejas:
Medios utilizados Móvil
1.- Veneno (80%) 1.- Económico (74%)

2.- Arma de fuego (20%) 2.- Control (13%)

3.- Objetos contundentes (16%) 3.- Diversión (11%)

4.- Asfixia (16%) 4.- Placer sexual (10%)

5.- Arma punzo cortante (11%) 5.-Sustancias estupefacientes, relacionadas


a ritos, cultas, cobertura de otros delitos,
6.- Ahogamiento (5%) sentimientos de inadecuación (24%)
Pero una clasificación más completa e interesante la debemos a Kelleher y Kelleher:

Las que actúan solas Las que actúan en grupo

1.-Viudas negras, asesinan sistemáticamente a los 1.- Equipo asesino, donde


esposos, parejas o a otros miembros de su familia participan en un homicidio
por lo menos dos personas
2.-Angeles de la muerte, asesinan sistemáticamente a
quienes están a su cargo por cualquier forma de asistencia
médica

3.-Depredadoras sexuales, asesinan sistemáticamente


siendo su accionar de clara naturaleza sexual

4.- Asesinas por venganza, asesinan sistemáticamente por


odio o por celos

5.- Asesinas por interés, asesinan sistemáticamente por


una cuestión económica o en el desarrollo de una acción
delictiva

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