Principio que se impone o se adopta para dirigir la
conducta o la correcta realización de una acción o el correcto desarrollo de una actividad. Las normas son reglas que se establece con el propósito de regular comportamientos y así procurar mantener un orden. Esta regla o conjunto de reglas son articuladas para establecer las bases de un comportamiento aceptado, de esta forma se conserva el orden. Las normas se pueden aplicar en distintos ámbitos de la vida y las comenzamos a comprender desde que somos muy pequeños. Por ejemplo, al nacer los padres se adaptan a las necesidades del bebé, pero poco a poco van estableciendo orden para regular sus horarios de comida, de sueño, de juego y así sucesivamente. ¿Porque son importantes? Poner normas y límites es muy importante, las normas sirven para determinar la organización necesaria para el funcionamiento de la misma. El papel de los padres es el de establecer y aplicar unas normas claras, pertinentes y razonables. Ayudaran a crear su propia escala de valores en la que decidirá lo que es válido y lo que no el resto de su vida. Ayudan a una convivencia basada en el respeto y la tolerancia hacia sí mismo y los demás.
Las normas sirven para:
Dar seguridad y protección a los jóvenes Ayudar a configurar su escala de valores Ayudar a conseguir una convivencia más organizada, promueven el sentido del respeto. Ayudar a vivir en sociedad. Permitir desarrollar la tolerancia a la frustración. Características de las normas: Realistas. Centradas en la conducta. Claras. Deben estar apoyadas por nuestra comunicación no verbal. Explicarse por anticipado. Especificarse cuál será la consecuencia de su incumplimiento. Deben existir refuerzos. . Proporcionadas tanto a la edad como a la madurez del adolescente. De cumplimiento inmediato. Normas en la institucíon educativa: Las normas de convivencia en la I.E. para los estudiantes son unas pautas sociales basadas en el respeto entre las personas y cuyo objetivo es el de mantener un clima escolar adecuado. Gracias a estas normas los profesores, los directivos, los alumnos y demás personal del colegio, el clima en el centro escolar será agradable y óptimo para que todos puedan cumplir sus objetivos. Las normas son elaboradas por el equipo directivo de los centros a partir de las aportaciones de los docentes, el alumnado, las familias y el personal no docente. Al hacerlo, se ponen en común los derechos y deberes que tienen cada uno y se ponen las medidas para respetarlos y cumplirlos. Si reconocemos que la convivencia escolar es un valor, como tal, su aprendizaje exige necesariamente de la participación de la familia, ya que ésta es considerada como el hábitat natural de la educación en valores. Dicho de otro modo, cualquier iniciativa desarrollada por el centro educativo hacia la mejora de la convivencia escolar presenta limitaciones de éxito si excluye a la familia. La familia desempeña en los primeros años de la vida del individuo una función de excepcional relevancia, porque canaliza su relación con la realidad del mundo. Los padres constituyen la principal referencia para la socialización de los hijos, mediante la transmisión de creencias, valores y actitudes, que incidirán en su desarrollo personal y social. Por otro lado, de la revisión bibliográfica de textos relacionados con la violencia escolar se desprende que uno de los factores claves en la génesis de los conflictos y la manifestación de respuestas violentas a los mismos es la familia, ya que ésta desempeña un papel vital en el proceso de formación de la personalidad de las nuevas generaciones. En este sentido, los resultados obtenidos por Hernández (2004) ponen de manifiesto que los variables conflictos familiares, y la calidad de la relación padres e hijos influye en la integración y nivel de conflictividad del adolescente en el centro. La mayoría de los alumnos que viven conflictos en sus casas también los viven en el colegio, verificándose la relación entre conflictos familiares y conflictos escolares. Sin embargo, la relación entre conflictividad intrafamiliar y la implicación de los alumnos en situaciones violentas (bullying) no esta tan clara. El modo que tienen los padres de gestionar los conflictos familiares constituye un aprendizaje para la gestión de los conflictos escolares. Los alumnos con un diálogo familiar adecuado se encuentran mejor integrados que los alumnos con un diálogo familiar inadecuado, y no se ven implicados con asiduidad en situaciones de violencia escolar. El dialogo en la familia debe caracterizarse por la narración de experiencias, solo de esta manera, las experiencias vividas por los miembros de la familia se convierten en ejemplos o modelos de aprendizaje para el otro, además de fortalecerse los vínculos afectivos entre los miembros familiares. Mi experiencia deja de ser exclusivamente mía para convertirse también en una experiencia para el otro, como muy bien recogen Ortega y Hernández (2007) . Si trabajamos en colaboración con la familia, desde los parámetros anteriormente apuntados, el trabajo realizado en la escuela para mejorar la convivencia y la relación entre los escolares, verá sus posibilidades de éxito multiplicadas, pues el alumno percibirá coherencia entre el clima escolar y el familiar. A modo de conclusión, nos gustaría señalar que la educación escolar no debe limitarse a la transmisión de los conocimientos disciplinares básicos, debe atender, más bien, a la formación integral del alumno favoreciendo una ciudadanía responsable que garantice no sólo su dignidad como persona sino también la de los demás, a través de una adecuada convivencia.