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l ~ LOS LIBROS DE
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EL NACIONAL
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El español, lengua de América


lrma Chumaceiro Arreaza y Alexandra Álvarez Muro
2004

ISBN:980-388- 131 -0
Depósito legal: lf 54520044601181
Colección Minerva Nº 25
Coedición Facultad de Humanidades y Educación,
Universidad Central de Venezuela

Diseño gráfico de colección: Analiesse !barra


Portada: Joanna Gutiérrez
Arte final: L+N XXI Diseños, CA
Fotolito de portada: Orión
Impresión: Industria Gráfica Integral
In Memoriam

María Teresa Rojas


!(
~ LOSUBROS DE
ELIIUIIIIL
Editorial CEC, SA
libros@el-nacional.com
www:libroselnacional.com
Apartado postal 209, Caracas I O10-A
Venezuela

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me<liantesu alquiler, ni someti ca a comffcialización o explotación de
aiaJquier otro tipo, sin un J:X!nllliü escrito del ed itor.
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Presentación

Un idioma es un a tradición ,
un modo d e se nt ir la rea lidad,
no un arbi t rario rep~nor io d e símbolos.
Jorge Luis 801ges: El oro de los tigres.

Este libro está dedi cad o a codos aque llos hab lantes d e es pa ño l qu e se inte rese n
por el co noc imiento de sus variedades, espec ialme nte a qui e nes bu sca n un a visió n
d esd e América . Sobre codo está pensado para los es tudi antes de las uni ve rsidades
venezo lanas qu e ti e nen es te tem a co mo asig natura. Po r es ta razó n , no se ha co n-
ceb ido para el es pec ialista, sino para el lecto r curi oso que desee co noce r los as pec-
tos m ás destacados del d esa(rollo de la leng ua es paño la en este co ntine nte.

La obra obedece a un co mpromiso con nu es tra trayecto ria d oce nte y co n nu es ér;
histori a personal. Es a la ve z un ag radecimiento a nu es tros maes tros y a quien es
nos guiaron a través de sus textos. Asimis m o, es un reco nocimiento a qui en es
han dedi cado su esfuerzo a es tudiar estas variedades. Fin almente, es nu es tro aporte
pa ra las nuevas generaciones de estudiantes de la Unive rsid ad Central de Vene-
zuela y la Universidad de los Andes.

Si se lo co mpara con o tros libros de texto y manuales so b1·e el tem a, no se e nco n-


tra rá mu cha noved ad en cua nto al co ntenido. La aventura del español en América,
co m o la ha llamado López Morales (1998), ha sido co ntada mu chas veces y desd e
dife re ntes ó pticas. Lo qu e justifica la publicació n de es te te xto es, por una parte,
fortalecer la idea de que, pa ra los hispanoamericanos , el es pañ o l es nu es tra lengua
desde hace ya c inco siglos, por lo cual co nvi e ne verla desd e una perspecti va nues-
tra; por la otra, acercar la pa labra de autores cuyos textos, a veces difí c iles de
enco ntra r, sig uen sie nd o fundamenta les pa ra el co nocimi e nto ca bal d e nu es tro
idioma. ·

C ua nd o decimos es pañ ol de América hab la mos, sim plem ente, de la lengua es pa-
ñola . Esta le ngua, como sabemos, e ntró en co ntac ro en e l co ntin ente am e ri ca no
co n poblaciones indígenas y afri ca nas que nos marcaron lingüística y culturalmente.
Lo s prime ros habl antes pen in sulares y s us desce ndientes criollos nos lega ron su
lengua , pero ad e más la e nri quecieron n o so lo ante el imperativo de plasmar la
realidad que los so brepasaba, sino po r el deseo de mostrar su cond ición de hom-
bres nuevos. Con esto qu eremos d ec ir q u e d es paño l ha adqu irido , en América,
ca racte rística propias, pues en el paso d e la leng ua de un es pacio a o tro , el espa-
ño l alcanzó consolidación, desa rroll o, y fiso nomía propia.

Pe nsar que el es p año l qu e habl am os e n Améri ca no es español sería d esco nocer


esa d o ble cap ac idad co nservadora e inno vadora de la lengua que manti ene, as imi-
la y tran sform a siempre las re,:didades m ás di ve rsas y más vitales. La aventura
americana ha sid o una m ás en la histo ria del español, de esa maravillosa lengua
que ha sabido co nservar su id en ti dad a través de su recorrido y qu e también h a
se rvido y sirve a sus hablantes para expresa r la pro pia. Importancia y proyección actual
Para co ncluir, qu ere mos agradece r a nues tros profesores, co legas y amigos, qu e
•:• Lengua vs. dialecto •:• La lengua y sus nombres
durante años nos enriqu ec ieron e n el co tidiano intercambio acad émico. A qui e-
•:• Un idad y diferenciac ión del español
nes, como Ángel Rosenblat, fo rj aro n la histor ia del es pañol de Amé rica y a quie-
nes, con su s es tudio s, co ntribu yero n entre no so tro s a enriqu ece rl o: Paola
Bentivoglio, M ercedes Sedano, y María Josefina Tejera. A Edgar Co lmenares, co n
quien compartimos nues tros prim e ros años de d ocencia e n la Escuela de Letras
de la U C V, baj o la tutela de María Te resa Roj as. Un especial reconocimiento para
nues tros entrañables amigos Luciana d ~ SLefano y Enrique Obediente Sosa, quie-
nes con sus minuciosas observacio nes v amplio co nocimiento del tema supieron
m ejorar versiones anteriores d e este te:<to; asimismo, a María José Gallucci, Car-
men Luisa Domínguez y Thania Vi ll amizar nuestra gratitud por la revisión d e
va:ios capítul os. Sin embargo , m ás all i del a p oyo de nuestros colegas, los errores
que aún persis tan en el texto so n o b viamente res ponsa bilidad nuestra. lgualmen-
te, estamos en deuda con nues tras uni ve rsidades, la Universidad Central de Vene-
z uda y la Universidad de Los Andes qu e nos di ero n el espac io y los recursos para
lle,a r a ca bo las in vestigaciones co ndu: entes a es ta publicac ió n.

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l. El Co nsejo de Desarrollo C ientífi co y H umrnisi ico d e la Un ive rsid ad de Los Andes finan ció el pró- 1

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yccro H -629-01 -06-B de la profesor, Al ex m<lra Alvarez Muro .
Importancia y proyección actual

Siendo la lengua el med io de que se va len los ho mbres para co m uni ca rse
un os a otros cua nto sabe n , piensan y sienten, no puede menos de se r gra nde
la ut ili d.id de la Gra márica, ya pa ra hab lar d e manera qu e se co m prenda bi en lo
q ue decimos (sea de viva voz o po r escrito), ya pa ra fi jar co n exact itud el se ntido
de lo qu e otros han di cho; lo cual abraza nada me nos que la ace rcad a e nu nciació n
y la ge n uin a inte rpretación de las leyes, de los co ntratos, de los testamentos, de
los li bros, de la correspondencia esc ri ra; objetos en que se in te resa cua n to hay d e
más precioso y más im po rtante en la vida social.
Andrés Bello. Gra má tica

H abla r d el es pa ño l, h oy, es h a bl a r d e un a le ng ua d e difu sió n uni ve rsal qu e un e , :d


mi sm o ti e mp o qu e di fe re n cia y ca rac te ri za, a m ás d e 370 millo n es d e h ablan res
e n rres co ntin e n tes, codo esto unido a un aleo coefi cie n te d e c recimie n to p ob lac io nal
e n Hispa noamé ri ca , cuya m ed ia supera el 1,5 %, un o d e los m ás altos d e l m u ndo ,
e l seg und o d espués de Áfr ica 1• Se h abla e n un a ex te n sió n d e 1 1.9 mill ones d e
km s2, lo qu e co n forma el 8.9% de la supe rfic ie m undi al. 2 E l es pa ñ o l cons t ituye,
ta nto e n la lin g ü ís ri ca como en la di alecto logía actu ales, un impo rta nte obj e ro de
est udi o ya qu e, m ás all á d e su ex te nsió n te rri to ria l y sus nume rosos h a bla ntes (e l
6% d e la po blac ió n mundi al), es el id io m a o fi c ial e n 2 1 nacio n es (Es paña , 19
nac io n es hi sp a n oa m e ri ca n as y G uin ea Ec uato ri al). Ade m ás, se relac io n a inte nsa-
m e nte y co n vive d e m a ne ra pe rm a ne nte co n o tras le ng u as mayoritarias y minori-
tarias' e n á reas mu y vascas:

Daros ,o rnados de A. Quilis (2000). Qui lis da, para el año 2000, las siguien ces cifras. Argcncina:
35:592.000; lld ice 82.000; llo livia 6.840.000; C hil e 13.096.200; Co lombia :36.729. 000 : Com Rica
3.5 10 .000; Cuba 11.1 00.000; Ecuado r 11.067. 000; El Sa lvado r 5.900. 000; Espa ña 39.700 000:
f-ilipinas 1. 970.000; Guatemala 7 .246 .400: Gu inea Ecuaro rial 443.000; Honduras 5.892 l/00;
México92.885.500; Nicaragua 3.845.600: Pamm á 2.073.000: Par,guay 2.8 10.000. Perú 19.47 1.200.
Puerco Ri co 3. 731.600. Rep úb lica Dominiona 7.946. 100, Uru gu,r 3.065.600 , U.S.A. 23. 1GS.3!i0.
Vc nezueb 22.093.200. Tu c.d 366.259.340
(Za mora 200-i )
Una lengua m:1ro riuria: .1 J es h:ibla<la po r 111:is dd 2.S~o de b población, b) es lengua ofici3l rn d p.1is; SL'
usa en la edu cació n de m:is dd 50% de quienes cursan est udios de secundaria. U na leng ua minorit.u ia ·
a) es hablada por 111.is dd 5% di: la pob la ció n o por más de l 00.000 perso nas; se us:1 más all.i de los
primeros años de pri111.1ria y h.,y libros de l<'X!O publi c, dos en dla (cf. Faso ld 1996).

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A. En Am éri ca : En la Amé ri ca hispano hablante es le ngua o fi cial y, e n a lgun os
países, co mparte ese privilegio co n las lenguas indíge nas, co m o es d caso del te a se r ge neral, conv i,· ió prime ro co n la d ive rsidad de le nguas ve rn ác ul as y
Parag uay (co n el g uara n í). En Venezue la, las le ng uas indígenas so n o fi ciales luego co n el inglés-; sin embargo, el es pa ño l m a ntuvo su ca rác te r o fi cial
junto co n el es pa ño l so lo en los territori os do nd e se hab la n; en o tros países has ta 1987. (Qu ili s 2000:3 18) . En la ac tualidad solo es co noc ida po r la
latin oam eri can os, co m o Guatem ala y Ecuad o r, coex iste co n las le nguas po blac ió n de ma\"O r edad.
ve rn ác ul as que fo rm an parre del patrim o ni o cultural d e estas nacio nes4 . Un Especial refe re ncia cabe hace r en el punto (A), corres po ndi ente al es pañ ol e n los
caso especial es el d e Puerto Rico d o nde el es paño l y el inglés so n indi st inta- Estados Unidos d o nd e, en ex te nsas áreas de densa poblac ió n , m ás d e 30 mill o nes
mente los idiomas o fi ciales del país d e ac uerd o co n un a ley firm ad a e n 1993. de personas d e o ri ge n hi sp:íni co co nviven y se inte rrelacio nan lin güísri ca m ente
En E stado s Unid os 5, el Caribe (plurilingüe) y en la ex ten sa fro nte ra co n con la po bl ac ió n d e habb in glesa . N ues tra len gua adqui e re, día a día, m ayor
Brasil 6 , el es pa ñol co mpite co n otras lenguas es tandari zad as . vigor y difusió n e n el norte d el co ntinente a m eri ca no, pues a los grup os de hi spa-
B. En Es pa ña, do nd e se prese nta la co nvive ncia histó ri ca y actual co n la s len - nos allí esta bl ecid os desde ,·:ir ias ge nerac io nes at rás, se añade n co nsta nte m en re
guas de las co munidades nac ionales no cas tell ano- hablantes: el vasco, el ga- oleadas migratori as p rocede ntes de distintas regio n es de Hispa noam éri ca. La pre-
llego y el catalán hablad os en el País Vasco, parre de Nava rra, Ga li cia, Ca ta- sencia hi spá ni ca e n los Es tados U nidos da o ri ge n a un a va ri edad de situac io nes
luñ a, Baleares y Valenc ia. To das estas lenguas so n , junto co n el cas rellano , lingüísticas, hi stó ri cas, socia les y po líti cas d e es pec ial interés, pe ro qu e están fue ra
leng uas o fi ciales en el país de acue rdo co n la Co nst itu ció n de 197 8 . de los alcances d e es re li bro. (ve r c uadros l y 2 so bre el es pañol e n la actu alidad , al
fin al del capítul o)
C. En África: G uin ea Ecu atorial, qu e co nstitu yó anteri o rm ente la co lo ni a es-
pañol a lla mada G uinea Esp añola, es la úni ca regió n del mund o do nde el Conviene d ete ne rn os breve me nte e n el impo rta nte, mülripl e y heterogé neo co n-
es pañol ha co nvivido en bilingüism o es table co n le nguas subsaha ria nas (Lipski tacto que se h a p ro du cid o d urante más de 500 a ños entre el es pa ñol y las num e-
1985). G uin ea Ecuatori al es inde pendiente d esd e 1968 (Lipski 1985: 4) y el rosas lenguas indíge nas de Hi spa noaméri ca. Escas le nguas a m erindi as cuenta n e n
es pa ñol es leng ua oficial, a unque las leng uas m ate rn as so n las ve rn ác ul as d e la actualidad co n u n n ümcro de habl antes qu e se est im a en ap rox im adam e n te 30
la lengu a bantú (Quilis 2000: 308). millones (cifra qu e in cluye ta nro a h ablantes m o no lingües co m o a los qu e d o mi -
nan tambié n el es paño l, m ás del 7 5%) 8 . Escas co munidad es co nstituye n rea lid a-
D. El esp añ o l, ade más, por di ve rsas razo nes h a estado prese nte -y en la m ayo ría
des lingüísti cas pa rti cul ares v co mplejas qu e ju stifi can un es tudi o ap arte, ya no
de los casos a ún lo es tá- como lengua mino ritari a en comunid ades lingüísticas dentro del es pañ ol d e Amé ri ca.
divers as: e n los te rritorios de Grecia , Turquía, Albania , Bulga ri a, la antigua
Yugoslavia y Rum ania con moti vo del éxod o judío, de igual man e ra en Más allá de la difusió n te rrit o rial d el espa ño l, las razo nes qu e justifi ca n el crecie n -
Israel; e n el Norte d e África, a través de las co munidades sefa rdíes qu e se te interés por los estudi os lin güísri cos sobre esta lengu a y sus distinras va ri ed ades,
ase ntaron desd e el siglo XV m Túnez, M a rru ecos, Argelia y Egip to. O tro son, entre otras :
caso lo co nsti t uye Filipinas, territori o qu e se mantuvo bajo el d o mini o es- 1
pañol has ta fin ales del XIX; e:i es tas ti erras nu es tra lengua no llegó realme n- i
!
¡ 7. Espa ñ a perd ió su so be ranÍ:I sob re Fil ipi nas t:n I 898 , a partir de esta fec ha lu s Es tad os U nid os hi cii.:ron
1 grandes esfue rzos po r impo n e r el in g lt's. oponi¿ndose, inclu so a la en seña nza del espa ño l.
4. Se considera leng ua ofi cia l aque ll a usa h pa ra las fu nc io n es de go bierno. Las le ngu:is ve rn .iculas so n
originari as del tc: rritorio donde se h a.h an . Po r 01 r a parre , según Amad o Alon so ( 1943 : 154- 156 en
Q uili s 2000 : 3 12) '' U n a lengua es p ro ri a de una nK ió n c uando es la q ue los n i fi os aprenden de su s
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8. Se pueden dividir d1d1,1s lc.:11 gu :1s en ; L enguas mayoricarias, ubi cadas rn: Méx ico , (más de l O millo nc,;
de habb nles). Gu.u ,.:m.ila {do., f.1mi lia-; lingi.iís ti c:b p ri nc ip ales: maya y qu il hé, 5 mill o nes Je hab lames ).
Perú (do s lengu .1s fun damencJles: qu1.:chua y aym ara co n numero sos dia lec tos cad a una , aproximada -
padres, la que los connacio n:1les empl ea1 en s u vida d1.: re la c ión y la que sus poetas y es c ri tores t: bbo ra n m ente co n m::ís de ..., mil lo n e.) de ha!Jl.rnres). Bo liv ia (dos lenguas funJamcnrales: qu"echua y :1yrna ra .
y cu l tiva n es ré1ica 111 t:ntl' para s u s p ro dl cc iones d e Jita c u ll ura . Si así es, la. len gu .1 dt: un paí s es bien aproxi madJ me1111.: co n 2.000.000 h.1b lan rcs) y Paragu :1y (una lengua prin cipal: el guaran í, poco
propia, abso lu ia m t:me pro p ia de e se pás". di a le cr ali zada, cun m.h <.!e .3 mill o n es dt' ha blantt' s)
5. La i mporta n c ia d el t'Spaño l en este paí~es ca l que rne n;cc ser rr a tada en capítulo aparte . Le ng uas min o ritaria s e n cas i to d o el rc:sro del co nt ine nt<." iber o am e rica no, co n excepc ió n Jl' los te rri to-
G. En esrc país aho ra St'C Studia de m aner; o bli gamriacn la t..: ll S1.:1ía nz.a o fi c ial co m o segu nd a le ngua 1 ri os in s ulare s c:i ribe ,í o s, Jon <l c b po bla c ió n indíge n a des~pareció e n lo s pr im e ros afios de la co n quist .1

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es paño la.
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El núm ero d e sus habla n'tes y su imp,o rta ncia c reciente en el mundo acrua l. reali zación histó ri ca en el t iemp o y en e l espacio de es re siste ma, tanto en fo rm a
o ral como esc rita. Esta reali zac ión de la le ngua se lleva a cabo e n los disrin tos
La di ve rs idad que prese nta en las distiintas regiones dond e es e mplea d o, ,wn
territorios y en los di versos grup os socia les, co n a lgun as diferencias; cales usos
cua ndo , a pesa r d e ello, se mantenga la unidad general de la le ngua.
diferenciados co nstituye n las var iedad es o di alectos. Esto qui ere decir qu e hab la-
Los procesos socio- hi stó ri cos de su implantación y desarrollo en Am éri ca. re m os de dia lecto siempre en re lación co n una leng ua. 10
Su contacto y I o su interferencia co n otras lenguas en los tres continentes en qu e E n rela ción co n el co ncepto de lengua, Cose riu ( 1982: 11 - 13) di stingue e n rre
es utilizado. Más allá del interés lingüísrico y dialectológico por nuestra lengua, lengua co mo "sisrema de isoglosas co mprobadas en una la act ividad lingüísti ca" y
co n base en las razo nes ex puestas anteriormente, ex isten importantes inrereses lengua histórica o idioma, aq uella qu e" se co nstiru ye - es d ecir qu e se limita
de ca rácte r políti co, m ediático y eco nómico ya que los hablantes de es pañol como tal y, por e nde, como un co njunto de "di a lectos" y - a nte codo po r la
co nstituye n un amplio y var iado mercado en el globalizado mundo d e hoy. existe nci a de una lengua común po r e ncima de la va ri edad dial ec tal, o si no hay
Pero la importa ncia del españo l co mo lengua mundial reside también e n o tros leng ua común , por la concie nc ia d e los hablantes de que sus di ve rsos m odos de
facto res co m o so n la creac ió n literari a tanto en España como en Amé ri ca, co n su hablar corresponden a un a tradi ció n úni ca ( co ncie ncia m otivada a su vez, sob re
co nsec uente mercado editori al, la música de raíz hispanoam ericana y su transmi - codo por la intercompre nsió n) . . . " Pa ra este auto r las le nguas hi stó ri cas se e n-
sión a tra vés de un a importa nte producción discográfica, as í co mo la vas tísi ma cuentra n tradi c io nalmente delimitadas , so n reco noc idas po r sus propios hablantes
producció n mediática en diferentes formatos9 . En este sentido , es innegable qu e los y por los hab lantes d e otras le ng uas, quienes les asig nan nomb res propios como
medios: la pre nsa, la radio , la televis ió n , el cin e y las nuevas tecnologías de la co mu- por ejemplo lengua española, lengua francesa, lengua inglesa, e tc.
nicación elec tró ni ca siguen co ntribu ye ndo a la ex pansión del español en el mund o. Ga rcía Mouton plantea qu e el di alecto, por co ntraposició n a la le ngua, se ca ra cte-
riza por no tener un aleo grado d e di fere nc iac ió n , o bien po rque sus dife ren c ias no
han sido codificadas, o bie n por no posee r literatura esc rita . La a utora ad o pta la
Lengua vs. dialecto
definición del DRAE e n su edición de 1992, qu e d efin e la leng ua como i) sistema
La va:iac ión es un principio fundame ntal d~ las leng uas . En cal se ntido , nin g un a de comunicación y expresión verbal p ropio de un pueblo o nación, o común a va rios y
le ngua puede mantenerse en el tiempo o drntro de una co munidad geográfi ca o luego como ii) sistema lingüístico que se caracteriza por estar plenamente definido,
soeial, sin un grado, así sea mínimo, de variación. De la variación sostenida su rgen las por poseer un alto grado de nivelación, por ser vehículo de una cultura diferenciada y,
difere1Cias dialectales. La var iació n hace posi le la caracterización de un a va ri edad en ocasiones, por haberse impuesto a otros sistemas lingüísticos y el di alecto como
lingüí;tica determinada y su diferenciación frente a otras variedades similares. sistema lingüístico derivado de otro; normalmente con una concreta limitación geo-
gráfica, pero sin diferenciación suficiente frente a otros de origen común; o bien como
En rehción co n lo a nteriormente a firmado, abe h acer algunas precisio nes co n res-
un a estructura lingüística, simultánea a otra, que no alcanza la categoría de lengua
pecto a lo que ente ndemos por lengua, por d-alecto o por variedad, ya que, mu chas
(Ga rcía Moucon 1999:8).
veces, no hay acuerdo entre los especialistas sOJ re estos conceptos básicos.
Es interesa nte se ñalar que la edición d el DRAE (2002) ha modificado sus d efi ni-
En ten'.lemos por lengua el siste m a lingüísti:o (abs tracto y ge ne ral), es d ec ir, e l
ciones. En efecto, el Di ccionario define ahora lengua, e n ta nto qu e sistema
co nju lto de signos y reglas qu e co mparten rn g rup o de h ab lan tes y por habla la

9 b1 len~ua esp:iñola se producían en los arí.os ochen a unos 47.000 libros anu ales, cifra que cst:í po r 10. "H ay,-en tre lei:,gua y di alecto, di fere nc ia de es tat us hi srór ico: un ''dialccrn" sin deja r de se r intrín seca-
dbajo de la p ro du cc ión en in g lés y al e mán , pero por :n c ima de la q ue hay, por ejemplo, e n fran cés. Es m ent e una "len gua", se cons id era como subo rd ina do a otra "le ng ua" d e o rd en s u per io r. O dic ho de
d suponer ram b ié n que muchos hab la n res de es pañd lee n libros en o rros id iomas , en in glés, fra ncés. o tro mod o: el términ o dialecto en c uan to o pu es to a lengua desig na un :i. len g ua men o r di s tinguida
a~mán, italian o y porc u gués , JI m en os en lo que res peta a los libros réc ni cos. Es ro puede d ar una idea d e nt ro de ( incluida e n ) u n a le n gua m :1yo r qu e es ju s ramcnr e una le n g ua h ist ó ri c a ( u n
d-1 Íano r comu ni cació n de los hab lan ces de español en e l mund o (Peri 1989) . idio rn a)."(Coseriu : 1982 1 1- l 2)

14 15
ling üíst ico , como i) sistema de comunicación verbal y casi siempre esrrito, propio de d irle, ade m ás, el hec ho de se r el vehícu lo de la hi sto ri a , de l.1 culru ra y de la
una comunidad lingüística; ii) sistema lingüístico cuyos hablantes reconocen modelos li teratura, ade más d e o tros se ntimientos a nces trales y colcc ti 1·o s. co m o se r objeto
de buena expresión y iii) sistema Lingüístico considerado en su estru ctu ra. Asi mismo , d e se ntimie ntos d e gra ndeza, nobleza, o de un pasado heroi ,-o . d e ac ue rd o co n los
ha ca mbi ad o las acepcio nes de dialecto, ente ndido co m o i) sistema lingüístico con- req ue rimi e n tos que po ne Fishm an a las le nguas es tánd ares.
siderado con relación al grupo de los varios derivados de un tronco común, ii) sistema
lingüístico derivado de otro, normalmente con una concreta limitación geográfica,
La lengua y sus nombres
pero sin diferenciación suficiente frente a otros de origen común ; iii) estructura
lingüística, si multánea a otra, que no alcanza la categoría social de lengua. Se observa muy co münme nte el e mpleo alternado y eq ui 1·~1kn te d e castellano y
español; esta d ob le deno minación se encuentra en los pro gra m as d e educación
C ua ndo la Acade mia defin e lengua y dialecto confunde, po r un lad o, los pla nos
oficial, e n los m edios de co municació n de masas e, in cl uso. en los o rganism os
sincró ni co y diac ró ni co y, por el otro , hace inte rve nir la noc ió n d e presti g io en
intern ac io nales; sin emba rgo , d ebe hacerse la distin c ió n e n rre J mb os términos, al
a mbos co nce ptos cu ando act ualmente dich a noció n no se co nside ra pe rtinente
menos para los fines de es te texto.
e n la defini ció n de di alecto. Además, el uso de la palabra dialecto para las varieda-
des hi stó ri ca s puede trae r malentend idos. Po r ello, sigu ie ndo a Fishm a n (19 88: Pa ra la época del desc ubrimi ento, si nos ate nem os a lo qu e: e:, la exte nsió n de la
15 - 18) , aquí co nside rare m os lengua a la noció n su perorde nada y dialecto a la lengua, ya se pu ede habla r de españo l, e n vez de castell an o. Par.1 ese m o me n to, la
noció n sub o rdin:1.da. Por o tra par te, direm os que las lenguas codificadas que tie- lengua castell a na se ha exte ndido a lo largo de coda la pc:nin sub. y, aun q ue no se
nen la amplia ace ptació n de un a co munidad de usua rios so n lenguas estandarizadas, hable e n codos los dominio/2, parece n conoce rl a los habLintes d e las ca pas m ás
y las lenguas uernáculasso n aq uell as q ue no gozan de estas ca racte rísti cas . Rese rva- altas del es pac io social y aun mu chos entre los m e nos cult os . Desd e un a pe rspec-
rnos para el dialecto, co m o es usual en la lingüísti ca co nte mp o ránea, el signifi cad o tiva histórica, el cas tellano es la lengu a que se hab laba e n la peq ueña provin cia d e
d e variante de un a lengua, un co n ce pto neutral y no m a rcad o soc ialme nte. Castilla co mo der ivac ió n lingüística d el latí n, y qu e empezó J co nsolida rse y a
d iferenciarse en el siglo IX. Es esta le ngua la q ue traen a ,\m ú ica los primeros
Tambi én se ha n tornado en cuenta los cri terios de d iferen ciac ió n e inte lig ibi li dad
grupos de co nqui stadores.
para dife re ncia r los dial ectos de las le nguas . Co n base en estos c riterio s se co nsid e-
rc. n dial ectos aquellos que so n inteligibles entre sí y lenguas a las que no lo so n, El términ o "español" apa rece documentad o po r primera vez e n el siglo Xl y es
h ab ida cue nta de que es te c rite ri o no es preciso. Sabemos, por ejemplo, qu e los as imilado e n el siglo XIII. Proviene de " Hispa ni o ne n", qu e en su o ri ge n d esignó a
lub lantes de los dialectos alemanes -se co muni can sólo difíc ilme nte entre sí y, e n los hispano-godos , qui enes, ante la in vas ió n árabe, se refugiaron al norte d el Piri-
cambio , los h a bla ntes de es pañol y portugués, a pesa r de man ejar le nguas di stin - neo. Para La pesa, "su adopción era necesaria co mo co nsec ue ncia de los ava nces de
tas , se e nti end e n mu chas veces co n gran faci lidad . la reco nqu ista, pues España había d ejad o de emplearse co m o sin ó nimo del Ándaluz
y se ap lica ba a la totalidad d e los estados penin sul ares" ( Lapc:sa 199 1: 199). La
En la d efinición d e lengua d eben tomarse en cuenta, po r lo ta nto , otros c rite ri os
idea de un a nac ió n req uería la existencia d e un gentil ici o v e l té rmin o español vino
como los po líti co-territori a les, la identidad de los hab la nt es y las ideo logías
a llena r es ta necesidad. El té rmino español se va a urili Dir pos re riorm e nte, de
li1güísticas (Sc hieffel ing et al. 1998) a veces ta n impo rta ntes com o los c rite ri os
manera sistem ática, para de nominar a la le ngua de la España unift ca d a del Es tado
li1güísti cos 11 . De esta m a nera, a la co nce pción d e lengu a es tá nd a r debemos añ a-
españo l des pués de la Reco nquista y de ini c iad a la empresa co lo ni zadora e n Amé-
ri ca. En la actu alidad , el no mbre más acertado pa rec ie ra ,C' r, par3 b le ngua, el de
l l. Si un hJ hl.uue de la fronr era d1.: Urugua y y Brasil cree que habla es pail o l. su lengua será ento nct:s t·I
es pa,í ol. s1 po i e l contrari o h :i c rec ido pensando que habla po rru gués su len g ua se rá, por co nsigui erH t',
d po m1 guó Probablcmt:·n tc.: . si v ive del lado uru guayo de la fro ntera . h:ible un dia lec ro de un:i u a rra
le ngua qut: h.lhd cs1ado e n co nrac 10 con O[ra y gu e ha sido objeto de int crfl'rt:ncias: hablará e nton ces
qu izá s un o d e los dial ec tos po rru g ueses del Uruguay. Para mayor informac ió n sobre es t(é' cerna véast:
12 . Enlt:llllemos po r dominio, el grupo de si ruacio nes so c ia les i11 sciru c iü11J!i t:1d .1.., t jlh? se ati en e n a nor m as

Eliza in cin r1 ,i/ 1987. co mu nc~ de com por1am icnro ; así el do mini o de la cas a, d e b esc ud:1 , ~ i..;

IC
17
español ya qu e, adem ás de su reco noc imie nto co m o denom inac ió n inte rn ac io nal, bas ex pres ion es, así co mo tamb ién la de español americano par,i d..:s igna r ,1q ue ll as

hace refere ncia a las apo rtacio nes de las otras habl as hi stóri cas peninsul a res, mien- var ied ades d e la le ngua espa ñola e n este cont ine nte.
tras que el término castellano debería rese rvarse para el dialecto histó rico de C astilla. D es pués d e los primeros co ntactos co n la realidad am e ri cana, la len gua traid:i po r
Sobre el significado d e la palabra español, hay var ias op iniones; una d e e llas sostie- los conq uistado res co mienza su arra igamiento y desa rro llo e n el Nuevo Mun_do.
' ( ne qu e proviene del fenic io isephanim, qu e sig nificaba 'ci e rra de co nejos' (O be- Se produce un pec uliar e importante fenó me no di alecta l: el h,1bl.1 d e C:irn Ua,
di ente 1997: 8); otra se ña la qu e en el p rimiti vo re ino aragonés, se de no minab a aquella pequ e i'l a provincia de España , va a se r impuesrn e n los ,·asros d o m 1n 10s
co n dicho té rmin o las tierras llanas, e n opos ició n a la m o ntaña (Al va r 1976: 233). co nquistados por el imperio español por un grup o relat1Vamente püCl~ num ero so
Es posible qu e e n España las denomin ac io nes guarden una connotació n política , de homb res , prove ni ente de regiones distintas y e n algun os casos lin gu1sn ca 111e nre
porq u e se co nsidera qu e la palabra español co nfund e los límites políticos co n los difere nciadas. Pe ro esta le ngu a trasplantada, para logra r impo ne rse, te ndrá que
lingüísti cos, por lo qu e se pre fi ere la denomin ac ió n d e castellano por res peto a las echar raíces e n el nuevo co ntinente y enfrentar un a gra n ca ntid ad de obsr;icu los.
dem ás leng uas o fi ciales del p aís, el euskera (vasco), el ca ta lán y el ga llego. Sobre Inic ialme nte, debe rá impone rse sob re un g ra n número de lenguas indíge nas, mu y
este tema, García Mouto n (1999:28) señala qu e, en ge ne ral, se pie nsa que Castilla heterogéneas entre si; poste riormente, enfrentará el influjo En güís ri co de la po~
hab la el castellano o es pa ñol culto; sin embargo , la autora afirma que blación de o ri ge n afri ca no traída a América en g ra nd es co ntin ge nt es dura nte ~as1
cua tro siglos . Fin alm ente, y d e manera co ntinu a hasta nu est ros dí as, sufnra ,la
... se pueden diferenciar dos grandes zonas que parece n respon d er a un doble
influe nc ia permane nte d e otras lenguas europeas, ya sea a través d e la 1nm1g rac 1o n
esq uema de cierras castell anas o castellan izadas en un primer momento y tie- que se rec ibi ó de forma difere nte en cad a país, o de los prés tam os lin gi.iíscicos q ue
rras de ex tens ió n del cas tellano : la norte, m ás conse rvado ra, m ás ce rcana al se impo ne n co mo par te de los necesarios con tactos e ntre nac1o~e-s , y d el d esa rro-
modelo que se erigió como nor mativo y se diría qu e m ás es table, y la sur, más
llo social y tecno lógico. De esta for ma, el act ual es paño l de Ame n ca e~ el produc-
evolucio n ada en su pronunciac ión, co n rasgos foné ticos mu y marcados y en to de un a fec unda cra nsculmración no sólo lin güímca, sin o camb ie n cul ru r~l,
rel ación evide nte co n las va ried ades de Canari as y América. soc ial, eco nó mica, tecnológica y mediática e n la cual pa rti cipan los rep rese nr:rn -
Encenderemos e ntonces el es pa ño l d esde nu es tra óptica co m o un co n junto de tes de eres co ncin e ntes y de va ri ados grupos étni cos.
variedades h ablad as e n el contin ente amer ica no, a la par de ot ras que se hablan en
la península. Es o bvio que las va ri edades ame rica nas ti ene n una histo ri a m ás re-
cente, dado que su tras lado a es tas tierras comienza con el viaje de Colón , por lo Unidad y diferenciación del español
que en este trabajo u tiliza rem os la denominación de castellano para la variedad Al referirn os a l españo l como la le n gua mayoritari a y ofic i:i l d e una
roblad a en Castill a y español para la le ngua histórica co n sus dial ectos. Queda ma crocom unid ad con un a población qu e, ade m ás d e num eros:i, é cni_ca Y
t. mbién , para los am eri ca n os co m o un uso trad icio nal, la denominació n de caste- c ulturalmente di s ím il, h a e nfr e ntado desarrollo s hi stó ri cos, eco nó mi cos,
ll:lno para la m a teria esco la r, qu e se traduce e n la enseñanza de la gramática. migratorios y soc iales var iadís imos, necesariamente h ay que pensa r e n dos ten-
E1 cuanto a la leng ua hablada en América , ha habido largas discusiones so bre si se dencias a ntagó ni cas que actú an de m odo permanente y que so n las res pon sa~ les
d ,be hablar d e español de América o español en América. Obviamente, esta dualidad de la fis o no mí a y ca racterizació n actual de dicha le ngua en España y e n los y a1ses
tcr minológica implica d os co n ce p ciones distintas: i) la d e una forma trasplantada hispa n oamerica nos . No se puede hablar del español de España y d~ l es pano l de
a lNuevo Mundo , español~n América; ii) la de una ma ne ra diferente de realizar el América co m o ele d os bloques lingüísticos intrínseca m e nte h o m oge neos )' cla 1:1-
esJaño l de este lado del mund o, esp añol de América. Encontramos mayo r jusci fi- mente difere nc iad os en tre sí, ni ta mpoco negar la ten.de ncia nat ural de la leng ua
ca:ión en la ex presió n "espa ño l d e Améri ca" ya que ella hace referencia a la forma a la va ri ació n .
li1g üística que h a adq uiri do fi so n omía y ca racterísticas propias en cierras am e ri- Ahora bie n, pa ra co mprend er cabalmente el problem a de b d iferenc iació n del
ca1as, co n un p a rticul ar desa rrollo y co n so lidac ió n , y no al simple trasplante de es pañol, es necesa ri o dete rmin ar cuál es la va riedad de le ngua eleg ida para co nve r-
u ra le ngua d e un co ntinente a o t ro. No obsta nte, usaremos indistintamente a m-
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tirse e n n orm 3 en c_ad a comunidad. Por ejemplo, después de la ind ependencia, los
argennn os propu siero n la diferenciación lingüísti ca por razo nes políticas y d e riendo, en los diversos niveles (fo no lógico , fo néti co, gr:imacical y léxico) su
ide ntida_d nac1o nJ I: la co nce pción de una lengua diferen ciada de la espa ñola. prop ia fisonomía, fisonomía qu e debe co ntrasta rse necesar iame nte co n la
Co ntrartamente, Bello postulaba la conservación de la unidad : es decir, una len- del espa ñol peninsular (Moreno de Alba 1995: 14).
gua es pa ií o la us:i da po r los americanos. Esta discusió n parec iera tener un funda -
Esta fisono mía se debe a que el español ame ri ca no es p roducto de la evo lució n del
mento ideo lóg ico: Bello pretendía unificar la no rma. En tal se ntido co nocem os
cas tellano en el continente. Sus diferencias obedece n, en primer lugar, a la diver-
po r ejempl o, l:i crítica in sistente de este autor sobre el voseo, rasgo que consider~
sidad de la procedencia regional d e los nuevos poblado res, ge nte di versa llegada
co_m_o d e m al gusto o propio de rústi cos; aun teniendo en cuenta que vos fu e
desde di stintos luga res, en diferentes épocas; en seg undo luga r, a los co ntactos
o n g in alm en te un a forma de tratamiento respetuoso que co n el tiempo llegó a
co n poblacio nes de o tras lenguas en las di stimas etapas del proceso co lon izador y,
perder tal cará cter en el uso peninsular.
finalmente, a las diversas condiciones sociales y po líti cas en q ue se d esarrolló en
En relació n co n este punto , queremos dejar claro que si la va ri ac ió n ocurre en el tan extenso territorio. Sin embargo , se trata de la mi sma lengua en un o y otro
uso, tambié n ~e da en la no rm a, tanto que en la misma lengua pu eden coexistir lado del Atlántico y así parece concebirse desde los o ríge nes , en la co nciencia
n_o rm as_d1 fe rem es; en cam bio, la unidad está en el sistema lingüís ti co JJ_ La va ri a- lingüística de sus hablantes. Martinell Cifre adv ien e el reco nocimiento d e una
ció n ex iste po rqu e las lenguas ca mbian y hay factores qu e d eterminan el cambio, lengua unitaria en documentos co lo niales ameri ca nos:
tales como el gé nero, la edad y el espacio social; en cada socied ad, es tos facto res
A la vista de los datos obtenidos, la co nclusión a la qu e llego es que no hay
°
pueden no se r pertin entes. La situación, para la lengua española , se ría entonces
en los textos consultados, sean carras de particulares, sea n relatos cro nísticos,
la siguiente:
sean textos ca lificables de " literarios", datos ex presos de qu e se reco nociera
La leng u:1 es paiíol a sig ue siendo el sistema lingüístico de comuni cación co- un a lengua diferente de la españo la. Sí he adve rti do se ntimi entos de o rgullo ,
mú n a ve in re nac io nes, no obstante las paniculares diferencias - léxicas y de resentimi ento , provocados po r la ex istencia d e pri vil egios, de prejui-
b néti cas v, en men o r grado, m o rfosintácticas - que es malra n el uso en un a~ cios. Pero, po r lo que respecta a la mani fes tació n ve rbal d e los poblado~es
y ou as. Di fe rencias que se producen entre todos esos ve inte países, sin per- del mundo colonial, escasísimas refe rencias. (lvbrri nell C ifre 1994: 132)
mmrn os es tab lece r dos g ra ndes modalidades bien co ntrastadas - española y E n este se n t ido, ha y que record a r lo a nteri o rm e n te afir m ado so bre la
ame n ca na - por cuanto qu e, además existe mayo r afin idad entre algunas
heterogeneidad co mo una propiedad fund amemal de las lenguas, pues, com o es
rnodalidad es am erica nas y españolas que entre cienas modalidades hispa-
bien sabido, ninguna lengua perm anece en el tiempo y e n el es pacio si n un grado,
noam en ca nas entre sí. (Lope Blanch 1968: 29)
aunque sea mínimo, de variación . Es precisa mente e~la te ndencia la que h ace
Dada esta situaGó n, hay que señalar que otro aspecto muy discutido ha sido la pre- posible la caracterización de una variedad lingüística y su di fe renciació n frente a
sunta l-:~mogen c1Jad del espaiío l. Moreno de Alba recalca el hecho de que el español otras variedades similares del mismo origen. Este es el caso de la lengua es paño la,
d e Am~nca no es un bloque idio mático sin fisuras, es decir, que en Améri ca se pues es su variación lo que permite la caracteri zación y la diferenciació n de sus
h ab lan diferen tes variedades del español. Al respecto, el autor señala lo siguiente: distintos dialectos, tanto regionales co mo sociales . La vdí iació n se da en codos los
· niveles de la lengu a (fo nético/fo nológi co, mo rfo lóg ico/s intác ti co y léx ico/
~ sul ta j nnega ble, a mi ve r, la necesidad de expli ca r có m o y por qué el
se mántico). Ella se hace patente tanto en la perspecti va temporal (s in cro nía I
eipa ií o l, en ,-\ mérica, sin p e rder su unidad esencial co n el europeo, va adqui-
di acro nía) , co mo en la geográfica (diatopía ! sin topía) v é' n la social (dias traría I
sinstratía). El estudio y el consec uente conocimiento de b variació n de un a len-
gua o de sus dialectos es lo que va a permitir ca rac teri z,1r un a determin ad a va ri e-

13 .
dad lingüística (social, dialectal o histórica) , as í como co ntrapo nerl a y di fe renciarla
S.c~nri.en<le po r ~1o nna el siste m a d e reg las q ue dt'fin e los usos de una len gua que esrán de ac uerd o co n
C l tto id ea l es t é ti co o socioc ul rur :d .
de otras variedades similares. La va riació n permite, de esta manera, opo ner un a
20 va ri edad de español a otra, por ejemplo, el es pafío l de Ca r:icas al de Quito o al de

21
¡\·l adr id, O deslindar, d entro de una mism.1 co111unidad geográfi ca, las difere ntes m o tivos geográfi cos, sí, pero también a orros sociales o históricos, y todo re-
vari edades sociales.
sultará enrevesado , d e tal modo qu e un tine rfeño cuando habla se parece más
El csp:úiol que hoy se h abla en América es produc ro de un co mpl ejo proceso a un puertorriqueño o a un ve nezo lano que a un pastor del Pirineo. Y vo lve-
l11 stór1co, po lítico, social, migratorio y c ulcur·al, de un d esa rroll o co ntinuo evi• mos a es tar en algo qu e los lingüi stas sabemos muy bien: hay un sistem a
dcn c iado en todos los planos de la le ngua. Sin <.: mbargo , a pesa r de esca diferencia- :ibstracco al que llamamos Lengua e n el que esta mos codos, e n el que codos
ció n , se evide ncia también un a unid ad fund amcrHada en el siste m a lingüísti co es tán incluidos y en el q ue vemos un determinado ideal, por más que no lo
ge ne ra l. Prevalece sobre dicha diferen c ic1 c ión u11 se ntimiento de id e ntidad practiquemos, pero hay o tro sistema co ncreto y preciso que se realiza en cuan-
lingüística que ti e ne su origen en la noc ió n interio ri zdd a que los ha bla ntes ti enen ro damos virtualidad a la abstracción que es la lengua y al que llamamos habla.
de pertenecer a un a misma macrocomunid .1d de lengu a, la de la lengua es pa ñol a. Aquí caben cuantas difere ncias qu eramos, pero el des migajamiento no se pro-
D e allí que los hispa noamer ica nos habl em os es pañn l v no mex ica no, venezo lan o du ce porque sobre esos infiniros sistem as de realización está ese otro unitari o
o chil e no. En este se ntido, Ángel Rose nbl ar ,eí1a la lo sigui e nte: que impide h fragmentación porq ue e n él nos encendemos todos. Español de
Castilla y de Anda lucía, y del C a ribe y del Altiplano y de la Sabana y de la
Tenemos que plantearnos dos cuestio nes fundamenta les. Primero, si hay
Pampa, sí, pero españo l de todos y para codos [... ] D ando vuelcas a motivos
un a unid ad lin güística a la que pueda llamarse "español de América", o ha y
m:ís o menos curiosos, pero qu e esta blece n ciertos usos dispares en el español,
más bien un a se ri e difere nciada de hab!Js n.1 cio 11 ales o regionales. Segundo,
llega m os a una conclus ió n : la histo ri a nos confo rmó acercándonos o diferen-
s1 este supu es to "español de Améri ca" e, u11 a moda lidad armó ni ca y co he-
c iándonos, pero no separándonos, tanto que los resultados sean que cad a un o
rente [... ] o si prese nta por el cont rar io, una diferenciación est ru ct ural y
hab le como le dé la gana, sino que debe respe tar unas normas que sean válidas
unas tendencias ce ntrífu gas qu e le a ugure n una futura independ encia. (p.
en su com unid ad y. si las proyecta , en las o tras co munidades. Es enton ces
228) . Puede afirm a rse que junco a la dile re nc i.1ció n regio nal y has ta local
cua ndo nos d:imos cuenta de que hablamos la misma lengua por más que sean
hay cierta tendencia a la unidad hi spanoam e ri cana. Esa unidad no es in-
distintas sus va ri edad es reg io nales y, dentro de és tas, las locales... ·
co mpa tibl e con la dive rsidad , que es el sino de la lengua. Si no hablan igual
dos ald eas españolas situadas e n las ribe ra s o puestas de un río o en las dos Otro aspecto que ha suscitado numerosas polémicas es el relacionado co n la ca-
vertientes de la misma montaña , ¿cómo podrían habl ar igual veinte países racterización m ás ge neral del españo l de América, co n la imagen algun as veces
se para dos por la inme n sidad d e sus cord illeras, ríos, selvas y desiertos? La falsa qu e los hispa nohablantes tiene n de su lengua. Lope Blanch (1992: 312)
diversidad regional es inevitable )' no a fe c ta la unidad si se mantiene, como es tab lece qu e esa image n debe corregirse :
hasta aho ra, la mutua co mpre nsión [ ... J esca unidad es tá dada, mu cho m ás ... el español de América quedaría caracterizado por los siguientes ra sgos
que por los rasgos peculiares del espa1í o l hi spanoa merica no, por lo qu e el defi nitorios: su so rprend ente unidad , su firm e co nservadurismo , su bás ica
hab la tiene de común con el castell an o ge ne ral: la unidad (no- identidad ) ru sticidad o vulgarismo, su co lorido ame rindi o, su o rigin ario arcaísmo y su
de l siste m a fon emático, morfológi co y sin t,íct ico [... ] Y a un el fondo co nst i-
parcial and alucismo.
tutivo del léxico [.. .] Por en c im a de ese fo 11dn co mún, las divergencias so n
só lo pequeñas o nd as e n la sup erficie de un océano inm enso[ ... ] H ay un a Convie ne d ete ne rse en estas afir m acio nes. En cuanto al aspec to relac ionad o con
unidad del español am e ri cano porqu e ese espa ño l amer ica no reposa en un a la unidad del español de Am é rica , Lope Blanch refiere lo se ñalado por Wagner y
co munid ad d e lengua españo la ... (Ro se nbht 1990/( l 962]: 23 J ). Za m ora Vicente, entre otros, para quien es hay menos diferenci~ción lingüísti ca
entre e.los regi o nes leja nas d e Hispa noam é rica que e ntre d os comarcas cercanas en
J\!lar uel Alvar ( 1996: 4), e n un a p e rspec ti va simi la r, cs rab lece que los hispa no ha-
España. Ellos señalan que podría postularse la existencia de un español d e América
blan:es manejan var iedades distintas de la mi , ma le ngua:
como una m oda lidad lingüística altam ente uniform e; al mismo tiempo, estable-
Tomemos las cosas e n s u razó n: no hay un espa 1í o l de Espaf1a frente a otro ce n que es ta m oda lidad no prese nra ningún rasgo propio qu e es té totalmente gene-
español de Am é ri ca, sin o qu e cad a uno de esos dominios está vi nc ul ado a rali zado. Lope Blanch (1992: 3 16) refuta e nérgicamente ambos plantea mientos :
22
23
E l prim ero de los rasgos ca rac te ri zado res d e l espa ño l am e ri ca no -s u so n co mun es. Este sistema se realiza de m anera efectiva en las distintas vari ed ades
h omogeneidad o uniformidad- neces ita se r mat izad o. Si lo que se quiere q ue cor res po nden a las fo rmas q ue dicho sistema ge nera l adop ta en el h abla d e las
d ecir es que lo hispanoam erica nos pueden to d av ía entenderse entre sí cual- com unidades nac io nales, regio nales o sociales.
quiera q ue sea su p rocedencia nacional, ell o es indiscu t iblemente cie rto .
Una refl exió n ilumin ado ra en es ta discusión es la de Pottier (1 992: 294) , qui en
Todos seguimos hablando - juntamente co n los españo les- u na mism a len-
seña la qu e "e l es pa ño l es un aba ni co d e va ri a n tes de nt ro d e un a unid ad
gua. Pero de ahí a d ecir q ue el españo l d e la eno rm e Am éri ca es sólida mente
co municac io nal [... ] los hab la ntes q ue se declaran hi spa nófo bos sa ben que prac ti -
h om ogéneo media un abismo [... ] Y sos tene r q ue las diferencias lingüísti cas
ca n un mi sm o idio ma, esa abs tracció n tan prese nte q ue se llam a lengua es paño -
que p ued an existi r entre d os regio nes aleja das de Améri ca se rán siemp re
la." Se puede afirm ar ento nces q ue, so bre la d ive rs id ad lin güística evidenciad a e n
meno res qu e las q ue existen entre dos va lles vec in os de As turias podría se r ya
los ám b itos geog ráfi cos y/o sociales, se im po ne u na unidad supra- regional y supra- ' (
un simple di slate. [ . .. ] C uando se co m para el co m plejo mosaico d e la Pe-
gru pal, un m arco d e refe rencia lin güís tico qu e hace pos ible que la lengua es paño- . (
nín sula Ibéri ca co n la situació n de Hispanoa méri ca, se establece una co m-
la p ueda se r m últi ple y heterogé nea, al mism o tiempo q ue ú nica, y se r también el
paració n inadecuada e impertin ente. Se pasa po r alto el hecho de qu e caste-
medi o d e co municac ió n eficaz en tre 2 1 naciones y m ás de 370 millo nes de
llan o, catalán, gallego son sistemas lingüíst icos deri vad os d e la len gua lacina,
hablantes.
en tanto que en Hispanoam érica so lo ex isten sistemas lingüísticos d erivados
d el cas tellan o o - a parci r del siglo XVl - integ rantes más prec isa men te d el Para la diferenciació n y pa ra la unidad d el es pa1íol hay razo nes tan to d e carác te r
espa ñol. Los términ os d e comparación ad ec uados se rían, por un lad o, las intrín seco co mo de carác ter extrínseco. Para su di fe renciació n, las razo nes d e ca-
va ri antes peninsul ares e insulares de la lengua es pañola (castellana, andalu- rác te r intrín seco se encuentran en los p rocesos d e desarro llo intern o de la lengua
za, extrem eña, ere.), y po r o tro , las va ri an tes ameri canas d e esa mi sm a len- q ue se curµpl en co mo un a transfo rmac ió n nar ural de sus m ism os elemen tos . Las
gua (cuba na, puerto rriqueña, m ex icana, etc.) y ento nces ad ve rtiría m os que razo nes de ca rác ter extrínseco se rían: i) El d ife rente mo mento de implantació n
tan nítidam ente diferen c iad as com o pueden se r las va ri antes es pañolas, lo d el es pañol en Amé ri ca, as í como la distinta procede ncia regional y n ivel socia1
so n también las variantes am eri canas, inclu sive dent ro de un mism o país... de los co nquistado res y poblado res; ii) El d iferente grado de influencia d e las
(Lo pe Blanch 1992: 3 20). leng uas indíge nas en cad a regió n y, en a lgun as zo nas, también los apo rtes
lin güísticos afro negroi des; iii) El des igual desa rro llo políti co, eco nó mico y cultu-
E n :s te mism o o rden de ideas, señala José Ped ro Ro na
ral de las diferentes á reas durante la colo nia y la independencia; iv) Finalmente, la
Esca llam ada ho moge neidad del es paño l americano se ha co nve rtido ya en diferente influencia de otras lenguas euro peas a través de los d istintos grup os d e
luga r común y, co mo tal, n o suele ser exa min ada en cuanto a su veracidad o in m ig rantes que se ase ntaron en cada país.
falsedad. Se traca de un o d e los num erosos mi tos q ue circulan en es ce terre-
Pa ra la unidad se d an tam bién razo nes de carácter intrínseco producidas en el
no, y q ue creem os pod e r atribuir al hecho de que se empeza ra a hablar y
mi sm o sistem a lingüísti co al qu e perte necen las va ri edades dialectales. E n ca m -
escrib ir d el es paño l am er icano antes d e co noce rse. (Ro na 1964: 2 15).
bio, las razo nes de ca rác ter extrí nseco so n: i) La existe ncia de una culmra co m ú n
De tcue rdo co n estos plantea mie n tos habría prim ero que hace r estudi os sistem á- (religió n, institucio nes, trad iciones); ii) El papel d ifuso r de los medios de co mu-
t ico; en cada un a de las distintas regio nes del cont inente ameri cano, to mando en nicació n d e masas y las red es a través de sistemas de co nexió n por co mputad o ras
c ue u a las difere ncias diatópicas , diast ráti cas y di afás icas antes d e hab lar de mane- y satéli tes; iii) La p resencia de una li te ratura en lengua españo la y de múltiples
ra inp resio nista )' subjetiva d e un es paño l de Amé ri ca único y h o m ogéneo. El empresas editori ales tras nac io nales; iv) Los acue rd os, tratad os y o rga ni sm os
pro llema de la unidad y la d ife re nciació n del espa ñol puede ex pli ca rse a partir de interregionales de ca rác ter políti co y econó mico q ue redundan en la co muni ca-
los ,o nce ptos d e sistema y rea lizació n , es decir, de un a lengua y sus va ri ed ades ció n de los países hi spanohablantes.
d ial:ctales. El sistem a está re presentado po r el españo l co mo idea l de len gua,
Tam bién Frago y Franco (200 1: 14) sostienen q ue la uni dad no rmativa fue meno r
abs r ac to y virt ual qu e com p re nde to d as las es tru cturas ge nerales de la lengua que
en los tiempos iniciales de la h ispanizació n de lo que es aho ra. Cabe pensar, en este
24 25
.. \

se ntido, que la co municac ión mediática ha ve nido generando y ge nerará si no una


mayo r unid ad en la produ cción, sí una mayo r inrercom pre nsió n entre los hispano-
hablantes de la d iversidad de sus dialectos.

Co mo co nclu sión a este ca pítulo, coi ncidimos con el plantea m iento de Ló pez
El español en el mundo.
Morales (I 996: I 9) pa ra qu ien la unidad de la lengua está aseg urada:

El so rprendente a umento de las comun icacio nes, el a uge d e los m edios y el PAÍSES Y POBLACIÓN
ve rtiginoso in creme nto de las ave nidas de la in formac ión nos un e n cada día
más; el Atl á nti co h a dej ado de ser el ancho océano qu e nos se paraba, los ESTADOS UNIDOS: 293,6
(+ DE 30 MILLONES DE HABLANTES DE ESPAÑOL)
And es y la impon ente selva amazónica so n aho ra pequ eños accidentes geo-
ESPAAA: 42,5
gráfi cos fác ilm ente salvables y las distancias de miles d e ki ló metros so n d e-
M~)OC0: 106,2
voradas e n unas pocas horas por cualquier reactor y en ape nas seg undos por
la imagen y el so nido lanzados vía satélite. La unidad de la lengua está asegu-
REPÜBUCA DOMINICANA: 8,8
rada [... ] Ello no significa, sin embargo, q ue estemos anee una le ngua homo-
gé nea. Hay fenómenos lingüísticos de variado tipo que distingue n un os d ía~·
PANAMÁ: 3,2

.ecros ame ri ca nos de otros. Si el español es un gran compl ejo dialecta l, un~
enorme parre de él se encuentra en suelo ame ricano, que alberga, aproximada-
:nente, al noventa por ciento de todos los hispano hahlantes del mundo.

Cifras en millones de habitantes, actualizadas a 2004


Fuente: Population Reference Boureau. http://www.prb.org

26
27
Las cinco lenguas más utilizadas en el mundo

Superficie millones km s 2 o/o de superfic ie

Ing lés 39.7 29.6


Francés 20 .4 15.2
Ruso 17.4 13. l
Espa ño l 11.9 8.9
C hin o 9.6 1 7. 2
Total mundo 134

Los orígenes
Us uarios del es p añol en países donde no es idioma oficial
•:• Conq uistad o res y colonizadores
País Número de hablantes •:• Nivel soc ial y cultura l •:• Proceden cia regio nal
•:• Imagi nario •:• La leng ua
Alemani a 140,000 (en 1997)
And o rra 30,000
An tillas ho la nd esas (Bo n a ire y C urazao) 189,602
Aruba 6,000
Ausrralia 97,000
Bélg ica 50,000
Belice 130,000
Bras il 43,901
C anadá 177,425
Esrad os Unidos 38,800,000 ,••• '"°''
Fran c ia 220,000
Fi li pin as 1,8 16,389 (en 1997)
G ib ra l< a r 10,06 1
G uam 793
Israel 50.000 (e n 1997)
Luxem burgo 3,000
Mar ru ecos 20.000
Sáha ra O cc id e nt al 16,648 (en 1970)
Sueci:.1 56 ,000
Tu rq uía 23. 175
Islas V írge n es 13,000
Suiza 123.708
To m ao de : Zamo ra (2004 ) www.s erg iozamo ra.co m

28 29
Los orígenes

Co n las q uimeras, ilusiones y mi tos se mezclaron a veces visio nes terro rífi cas de
gr ifos y monst ru os espa ntab les. Co mo en codo sueño, se entrecruzaron en el
sueño del co nquistador los afa nes d e grand eza y de pl ace r co n los te mores más
pavorosos[ ... ] la verd ad se entreteje a cada paso co n la leyenda, co n la t rad ición,
con la cree ncia. Y más qu e nada co n la creencia reli giosa [ ... La p rimera vis ión
J

de América es la vis ión de un sueño. El co nquistado r es siempre, en mayo r o


menor med ida, un alucinado qu e co mbina las experi encias y afa nes co tidi anos
co n los recuerd os y fant as ías del pasado. [.. .] Am éri ca es en cierto se ntido un
mundo nuevo, enteramente nuevo e irredu cible.
En ot ro se ntid o es tambi én un a nu eva Euro pa.
Ángel Rosenbiat. La primera visión de América

En el siglo XV surca ron los m a res los po rtu gueses, v iaje ro s habilísimos e inca nsa-
bles, y los es pa ño les, qui e nes tambi é n as pira ro n al d escubrimi en to d e nuevas ru -
tas m a rítim as. E n es te contexto d e ex pansió n y de conquista, la re in a de Cas till a,
Isabel 11 , fin a n ció la expedició n d el ge novés Cristóbal Colón en busca de nu evas
rutas m arí tim as y co m e rciales hac ia el Oriente. Como es sabido, e n su primer
viaje Coló n llegó a la isla d e Guanah aní en las Bahamas, el 12 de octubre d e 1492,
seguidam enre descubrió y se ase ntó en La Española, actual República D o minica na.
A raíz d e es to s primeros d escubrimi en tos, España y Po rtu ga l se di sputaro n el
go bie rn o d e las ti e rras am eri ca nas d esc ubi e rtas y po r d esc ubrir. Di ch a co nti e nd a
se reso lvió po r la vía diplom áti ca, el T ratad o d e T o rd es ill as, e n 1494, traza un a
lín ea di viso ri a a 370 leg uas al oes te d e las islas d e Azo res y Cabo Ve rd e, e n to n ces
se atribu ye a Espa ña el te rrito ri o siru ado al oes te d e di ch a línea 1• Co m o co n se-
cuen c ia d e es ta di visió n político-geog rá fi ca se produce tambi é n una di visió n

En 14 93, una bula de Akjandro VI, la l 11rcr Cett'.ra , había líazado la lí nea diviso ri a a cien millas JI
occidente de esras islas, do nándole a España y Portuga l los territor ios conquistados y por conq uistu.
Asimi smo , concede a Porruga l los derec ho s come rcia les y co lo ni ales en Áfr ica .

31
lingüística, ya que las tierras descu biertas por Es paña hablarían castellano y las quista y luego po r el desc ub rimiento y la co nquista de Am éri ca 6 . Es paña ini cia en
descu bie rtas po r Po rtu gal, po rtu gués. 149 2 u na nu eva cru zada, muc ho más riesgosa y fru crífera que la reco nq uista. Los
La expansió n lingüística d el castel lano se da a la par de la ex pansión po líti ca del súbditos del im perio es paño l ve ndrán al Nuevo Mundo, en no mbre de un Re y
reino d e Castilla. Co mo lo se ñala Nebrij a en el Prólogo de su G ramáti ca, "la todopod eroso y de su D ios, a impo ner su religió n y su modo de vida, al mismo
lengua es co mpañera del Im pe ri o". Es te año de 149 2 es crucial para la hi sto ri a del ri empo qu e a trabajar po r su provecho y glo ria.
es pañol porque reú ne hec hos de gran im porta ncia e n relació n co n la extensión Una Es paña triun fadora , en u n momen to estelar de su histo ri a, es la q ue ll ega a
terri to rial, la política, la ciencia y la lengua. Améri ca, una població n o pt imista so rpre nd ida por la novedad y e ntregad a a la
C omo anteced ente a los viajes de descubrimi ento d e los es pañoles, cabe se ñalar fab ulació n de un nuevo mu ndo que le era desco nocido. Es así co mo un gr u po
que en 14 02 culmina la co nq ui sta de las Islas Canari as y se d a inicio a la explora- relativamente pequ eño de ho mbres, con a finidad de ideales y d e cultura, ec hará
ció n po r el Atlántico, q ue has ta ese mo mento había sido coto de los po rtu gueses . po r tierra imperi os poderosos, de po blació n numerosa y co n cul turas d esa rro ll a-
Los súbdi tos de la coro na de Cast illa en los años previos al desc ubrimie nto se d as . Las dimensio nes de la em presa co nqui stado ra y coloni zad ora superarán las
habían con centrado en la lucha por la reco nquista 1 d e los terri tor ios bajo el do mi- posibilidad es del nac iente imperi o españo l. La coro na d e Castilla no podrá, so la,
nio árabe, razó n por la cual habían dej ado de lado la ex plo ració n d e nu evas rutas con esta tarea; razón por la cual, con el tiempo, los reyes, co mprom etidos eco nó-
hacia el Oriente; sin emb argo, al lograr liberar sus territorios, co ns\deraron im- micamente co n la banca eu ro pea y en nuevas empresas béli cas, se ve rán ob ligad os
portante abrir vías marítim as de ex pansió n. Es en este mo mento q ue Am érica es a recurrir a la co labo rac ió n de fin ancistas extranjeros. D e esta form a, la ri queza
descubierta casi por aza r, hecho que cambiará radi calmen te el pano rama del mundo americana deberá se r co m pa rtida y posteri o rmente enajenada a o t ros estad os.
europeo pero, so bre to d o , el d el nac ien te estad o español. En este períod o decisivo tienen luga r un a se ri e de aco ntecimientos relac ionados
En 14 92 se había form ad o un gran Estad o nacio na/c uyo cent ro era Cas cilla3 pues con la expansió n del espa ñol hacia las nuevas tierras. El primero de ello s es la
fueron los so bera nos d e est e reino quienes fin almente lograron Já ex pulsió n de los edición en 1492 d e la primera gramática d e una lengua vulga r de o ri gen latino, la
JI1oros de su último reduc to en cierras de G ranada4. Variad os aco ntec im ientos de Gramática de Anto nio de Nebrija. En este texto , N ebrija establece los rasgos en
,arácter político fa vorece rán la unidad del reino de España y trae rán co nsigo la los que el castellano di fi ere del larín , re prueba el forzad o latinismo y has ta se
expulsió n d e jud íos y m o riscos 5. Estos hechos propician la unificac ió n religiosa atreve a utili za r termin o logía castellana en su exposició n sobre la lengua. Este
del reino , quizás más impo rca nte que la unificación política; a ello se añade que la libro , a pesar de su poca difusión , adquirirá con el tiempo un gran valo r simbó li-
devo ción rel igiosa extrem a es refo rzada por el es píritu triun fa lista de la Recon- co. El proceso lingüís tico d e unificació n y difusió n de la lengua de Castill a co in-
cide con el momento de la empresa co nquistado ra y el surgimien to d el Estado
nacional españo l. El cas tell ano se co nvierte en la lengua co mún del nacie n te im-
perio y se impo ne sob re o tras lenguas que ocupan el terri to rio del estad o es paño l.

Detengámo nos aho ra en los orígenes d e la lengua castellana. Esta va riedad es


s~ llevó a cabo en ro nces la expu ls ió n de los moros de Gran ada con la ca pitu lac ió n dd rey Boa bd il el 2 o riginaria de un rincón de la zo na ca ntáb rica y se ca rac terizó por u na serie de
d e e ne ro de 1492. des pu és de cas i ocho sigl os de do m inac ió n musulmana . innovacio nes fren te a sus vecin os (el leo nés, al oes te y el arago nés, al es te). Sus
Este proceso h abía co me n zad o con el mauimonio de Fernando de Aragón e Isabel de Castill a, en
1469.
El e nlace en tr e los Reyes C a tó li cos un e dos rei nos: Cas till a, por un a part e, y Aragó n , Ca raluñ a y
Ma llo rca, po r ot ra. Esce e nl ace se rá el pun to <l e pa.rcida para el nacimiento de un gran impe ri o y el
com ienzo de un proceso de u n ificació n de la ma vor po 1cncia imperial de los siglos XV [ y XVI I.
Los judíos , comunidad fu e n em ence ligada a b industria y al manejo del dinero , so n ex pu lsadoS en 6. La exacerbac ión del c"s píriru religioso trajo co mo co nsecuencia la instau ración en 14 78 de la San ca
1492 ; los moris cos lo so n , ig ua lmenrc'.' , e n 1506. Ambas exp uls io nes craedn como co nsecuencia un Inquisición, rri bunJI supremo gue velará por el mantenimiento de b fe y la ex ten sió n de la doctrina
conjunto de repercusiones eco n6 micas negati vas que serán el punrn de partida para el endeuda miento cristi3na a rodas los térri rorios descub ierros . La rdigión se conviene en el fin supremo dd Es tado
que, posie rio rm en ce, as fi x i a rá a la co ron a es pañola . español lo qu e conmbu ye al crcci micnro de la intolerancia reli giosa.

32 33
hablan res iniciales eran pastores y campesinos, conocidos por su remp erJ me nro riorm ente, el canario, dia lecro del a ndal uz, ejerció tambi é n destacad a influe ncia
lu chad o r y hasta por su rusti cidad. Co mo co nsecuencia de los imporrames ca m- en algu nas region es del nu e,·o mu ndo.
bios se ñ alados anterio rm ente se produce, en lo soc iolin güísrico, también un vira-
je en la va loració n del castell ano que, de ser un dialecto rú sti co, pa sa a ser un a
len gua prestigiosa y esto se rá determinante para la hi sto ri a d el es pañol que pasa a Conquistadores y colonizadores
América.
El origen social y la proceden cia regional de los co nqui stadores están es trec ha-
El reino de Castill a ex ti end e sus do minios hac ia el sur, el este y el oeste de la mente relacionad os con nu est ras raíces, no sólo socia les y culrurales, sino tambié n
pen ín sul a. Es ca expans ió n territorial aca rrea co nsec uentem ente la expans ió n lingüísticas. En las car:icceríscicas de la población ini cial del Nuevo Mundo, y en
lingüística. A juicio de La pesa ( 1980 : 194) los avances e n aba ni co de esu ex pan- su manera de hablar, radicrn los indicios tempra-n os sob re el espa ñol qu e se d esa-
sión caste ll ana se rían los respo nsa bles del crecimi ento del área lingüístico -c ultu- rroll ó en América. En esre se n eido , si bien hay que conceder rodo su va lor a escas
ral, lo cua l "q uebró la ori gin ar ia co ntinuidad geográfica de las lenguas penin sul ares" búsquedas histó ri cas por cons ide rarlas indispensables, hay que guardarse de in -
al romper el "primitivo nexo que unía antes los romances del Oeste co n los del terpretar tales daros co n base e n un a co ncepció n estática de la lengua. Así parece
O ri ente hispá ni co". Co mo era de esperarse el di alecto castellano se convie rte po r la señalarlo con fin o humo r e iron ía Amado Al onso (1976:10 [1953]) , cuando de-
ex tensió n territorial del reino de Castill a en la lengua de roda la penínsul a. Se usa rá cía que fue" ... como si la rripula ció n descubridora hubie ra puesto en la Isa bela o
en rodas las regio nes y en rodos los grupos sociales. Según Juan de Valdés, e ntre la en la Española un hu evo lingüístico , hubiera esco ndid o un día en la ci erra un a
ge nte noble lo habla todo el mundo, pero también lo hace la ge nte vulgar. Ca rl os V, invasora sem illa lingüísri ca que d esde allí se hubiera ido ex te ndiendo y multipli-
cuya lengua mate rn a era e] fl ame nco, elogia el castellan o porque es tan noble que cando hasta cubrir las islas y los dos co ntin entes,,.
merece ser sabida y entendida de toda la gente cristiana (O bed iente 2000: 26 I ).
Como se sa be, la lengua es ca mbiante y depe nd e mu chas veces de las a.c tirudes
De cal m odo, es muy posible qu e esta variedad haya co nstituido desd e ese mo- sociales que se generan dentro de las mismas co munidad es de hab la. Individuo y
mento i_nicial el ideal lin güíst ico a seguir, no por imposi ció n , sino porqu e hab larl a comunidad están ligados e n su funcionamiento lingüístico, pero pueden dife re n-
puede haber signifi cado un beneficio para la identidad culrural y, por end e, soc ial ciarse en su acruación, de modo que a veces los individu os cambian su m a nera de
de s us hablantes. hablar pero el patró n lin güísti co de la comunidad se mantiene constan re; o bien,
Para la época del desc ubrimi ento y aún hoy, el español coexiste co n otras lenguas se dan cambios ge nera cio nales e n los cuales algunos indi viduos prese rva n sus
e n la Penínsul a Ibéri ca como el catalán, el gallego y el vasco. Frente a codos los modelos, pero la comunidad ca mbia; o fin almente pueden darse modificaciones
dialectos histó ri cos peninsulares (mozárabe, ga llego , as tur-leo nés, navarro-arago- conjuntas d e individuos y d e co munidades (La bov 200 1:76). En este cap ítulo
nés, catalá n) , el castellano prese ntaba una seri e de rasgos que lo diferenci aban de veremos algunos de los facco res histó ri cos y sociológicos que se han co nside rado
como fundam entales para la descripción y exp li cación del espa ñol de América.
aquellos otros. Se ha dicho que el castellano era la más innovadora e in cl uso la
más "vulgar" de las va ri ed a d es d erivadas del latín (Ga rcía Mouron 1999 ). C reemos que las co nclusio nes so bre las razo nes qu e han llevado a la manera d e
J hab lar de los america nos de hoy d ebe rá n espe rar, por una parre, las desc ripc iones
Además d e los camb ios socioc ulturales antes m encio nados, co m o so n el paso de precisas de las distintas var iedades; y, por ot ra, l~ exp li cació n de sus característ i-
un a va r i:dad rú sti ca a un a var iedad urbana, el paso d e un a va ri edad baj a a un a cas, tomando en cuenta, ra nr o los factores inte rn os, co mo los factores ex te rn os
va riedad aira y su esta nd ar izac ión, y co nsec uente mente su difusión co m o lengua que determin an el camb io lingüísti co.
d e cultura, el cas tell ano h a de seg uir su mo difi cació n inte rn a, alejánd ose a ún más
d e la fuente ori gi nal. Co m o co n secuencia de la expansión lingüísti ca, surgen va- Tres interrogantes se ha n planteado e n relac ión co ri los co nquistadores y los po-
ri an tes inn ovadoras como el a ndalu z, el ex tremeño y el murciano qu e so n las bladores del nuevo mundo : la primera concierne a su nivel social y cultural y a su
ll amadas ha b las m eridi onales, ta mbién dialectos del cas tellano, mu y impo rtantes relación con la fo rma ción del es pañol de América; la segunda, a su proced e ncia
para la formac ión del españ o l de América, como ve remos más ade lante. Poste- regio nal ; y la terce ra, a su manera d e pensar y de representar la realidad .
34
35
Co n respecto al número de hab itantes, se ha señalado qu e, durante los primeros
La proporción d e hidalgos era ev identemente alu en la sociedad hispano-
añ os del siglo XV I, la población de España no llega ba a los 7 millo nes de perso-
a merica na, por los m enos has ta 1570, nos incl in a mos 3 pe nsa r qu e el 15%
nas, de los cuales los campesinos constituían el 82%, los artesa nos y jornaleros el
aprox imadamente. H abía, ade m ás, un a buena propo rció n de funcionario s
l 2%, las cl ases medi as el 4% y la aristocracia y altas dignidades eclesiásticas ape- reales, procedentes de secto res altos y m edi os v una gr:in ca ntidad de clé ri-
nas un poco m ás del l ,5%. Sin embargo , este secto r min o ri ta ri o de la pob lac ió n
gos, de ni vel cultural m ás bien elevado [ ... ] Puede afi rm a rse e n líneas gene-
deten taba casi la tota lidad de la riqueza. El clero , en todos sus esta m entos, co ns- rales, qu e la base del español ameri ca no es la qu e habl aban los sectores m e-
tituía el I 0% de esa poblac ión (cf. Sobrequés 1957: 4 17-4 I 8, e n Curia Lacro ix
di os y supe riores de la Pe n ínsu la. Es escas ísima la proporció n d e campesinos
I 979: 39-49).
e n toda la primera época y tambié n escasa la gente d e los d ive rsos oficios. En
ca mbi o la cantidad de hidalgos, d e fun ciona ri os y clé rigos era ex trao rdin a-
ri ame n te grande, y aún mayo r su influe ncia. En la for mació n del es pañ o l
Nivel social y cultural
:i mer ica no hay que te ner en cu enta no so lo la alt,1 p ro po rció n de hidalgo s y
El p rimer foco de atenció n de este apartado está dirigido al nivel social y cultural de ge nte culta sino también la hidalguización ge neral[ .. . ] ya en la misma
de los conq ui stadores. Es te interés se debe a la disc usió n suscitada a partir de la hu este co nquistadora, y aú n m ás al co nstituirse b soc iedad hisp anoamer ica-
polémi ca sob re la leye nd a n egra y su contrari a, la leye nd a do"ra da, qu e soste nían na, se produjo un a nivelació n igualado ra hac i:i ar riba, un a hidalgui zac ió n
la m a.dad o la bondad, los m éritos o los desm éritos, la hidalguía o la plebeyez de ge ne ral... (Rosenblat 1990: 46).
quienes vin ieron de Europa a poblar este co ntinente. Evidentemente qu e esta
Para Monees Gi ralda (1995: 148) no res ulta co nvince m e la tes is d e Rose nblat, a
polémica tie ne fundam entos ideológi cos, pero no deja de te ne r interés d esd e el
su juicio, la idea de un asce nso a la clase noble no im pli ca q ue estos nu evos hidal-
punte de vis ta lingüísti co. H oy, la polémica ha sido za nj ada, y auto res co m o Ló pez
gos hubieran ado ptado el m odo de ha blar de la ar isw cr:icia. Por su parte, Be rcil
Mora:es (1998 : 44) afirm a n que lo m ás aso mbroso d e la co nqui sta es que los
Malmberg co nsidera que la co nquista fu e fund ame ntalmen te un a em presa popular:
co nqListadores eran un a a brumadora minoría en las tierras americanas dond e la
mayo ría era la po blación indígena. Se sabe, por ejemplo, que el ejérc ito de H ernán ... la uniformidad lingü ís ti ca no supuso q ue los em igrantes e n su . mayoría
Co reé; era apenas de 400 personas, el de Pizarra , de un os I 60 so ldad os. En este ana lfa betos co menza ran a hablar al mod o cu ico el e los li bros. La uniformi -
p eríoca inicia l, las mujeres es pa ño las eran menos num erosas. Di ce el a utor " La dad se hi zo a un nivel muy popula r, pasa ndo así a Améri ca una seri e de fenó-
mujerespaño la fue la gran a u sente e n la América del siglo XVI y aún e n los siglos menos conocidos en el español popular medi eva l.. . (M almberg 1966: 46)
s u cesi1os ... " (Ló pez Moral es, 1998: 40).
Amado Alo nso , en un a vis ió n más aba rcadora , plantea qu e la co nquista fu e efec-
Sobreel tem a del nivel social y c ultural se ha n manejad o pla ntea mientos di ver- tu ad a por casi todos los secto res de la poblac ió n pe nin sular d e e nto nces. Así,
gentesque va n desde la raiga mbre noble de estos hombres, has ta la co ndi ció n de quiere co ntrarrestar la idea genera lizada de que so lamente había ve nido ge nte d e
pres idari os que ve nían a América en busca de su libertad. D ive rsos autores pla n- clase baja y prisioneros . Para es te au ro r, tambi én es m uy posible qu e no h aya n
tean a:Í una distinta estratificación social para los co nqui stadores. Algunos teó ri - ven ido cam pesinos ya qu e po r naturaleza es taban m ás .1peg,1dos a sus cierras.
1
cos sU>o ne n qu e el mayor g rupo pertenecía al nivel alto, otros, al nivel bajo y los
.. .el pueblo que se desga jó de España pa ra po blar . 1 Amér ica y co nstruir e n
m ás redi scas con sideran q ue cons tituían un refl ejo integral de la socied ad españo-
ella cal cultura estab a co mpuesto d e rú sti cos, vi ll anos, a rtesa nos, cléri gos,
la de 1: época.
hid algos caballeros y nob les , aproximada mente en l.1 mi sm a proporció n qu e
P a ra A11 gel Rosenblat (1990: 43), la co nquista fue efectuada m ayormente por el el puebl o que qu edó en España. Q uizás me nos e n los ex tremos: d e los no-
secto r tito d e la población y, e n este se ntido, afirma que "haya sido mayor o menor bles titul ad os y los rústi cos labrado res, m ás difícil es J e arra nca r de su terru -
la p ro ¡orció n d e hidalgos en los co ntingentes conquistadores y pobladores del siglo ño . Pero, fuera de eso, la co mpos ició n dem ográfi ca no deb ió dife rir sensi-
XVI, s1 importa nc ia es de todos m odos incuesti onable". El a utor exp lica: bl emente en el elemenco espa iio l d e la co lo ni a :· en el pe ninsula r (Am ado
Alo nso 1976: 15).
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López Morales (1998: 4 5) se ñala que los conqu istado res provenían d e diferen- también, sobre codo e n las etapas subs ig ui e ntes, pobladores del resto de las reg io-
tes capas soc ia les, a sabe r: lo s hijos más jóvenes de la nob leza, los segund o nes nes es pa ño las. Po r es ta razó n , el es paño l a me ri ca no esta rá nuro do po r las carac-
que no eran lo s he red eros de las for tun as de sus fami lias, hijos de familias veni - terísticas de las va riedades del sur de España , principalm ente del .rndaluz. Esta
das a m eno s, pequeños gr upos d e prisioneros a quienes se les co nmutaba la influe ncia lin güísti ca se irá m odifica ndo, por una parte, e n la medid a en qu e los
pena para qu e se es ta bleci era n en los terri tor ios rec ié n co nqui stados. Según es te diversos territorios del nuevo co ntin ente reciba n g rup os d e ot ra, regio nes, y, por
a utor, ve nía ge nte de toda s las profesiones , desde tenderos, barberos, ca rni ce- la ot ra, de ac ue rd o co n la mayor o menor re lac ión existente e nrre el territorio
ros, plateros, canteros, maes tros de obra hasta funcionarios y representantes del americano y la metrópoli. Es bien conocido que el espa11 o l hablado e n la Nueva
imperio y de la igles ia. Además, con la fun dación de los Virre inatos co mi enz.a n España e n los inicios de la colo ni zació n fu e algo distinto del qu e se hablaría años
a ll egar no bl es , dignidades eclesiásti cas, adm inistradores , mayordomos , aboga- m ás ta rde , cuando el territorio de México tuvo relacion es es trec hísimas co n la
dos, esc ri tores y arr isra s.
metrópoli en razó n de su carácter de cap ita l vi rre in al; e n es te pe ríodo. se aba nd o-
Es pertin ente considerar el co ntraste que se manifiesta entre la situación de aque - na, por eje mplo , el vos y se adoptan los nue vos usos penin sul .ires.
llos que viene n al nuevo co ntinente co n respecto a qui enes se quedan e n la Penín-
sul a, ya qu e los nuevos pobladores adqu ieren un ni vel socioeco nómi co m ás airo
en América que en España. Es ro tiene var ias explicacio nes: i) La primera es que la Imaginario 7

situación económ ica de quienes viene n a América es realmente mejor que la de. Apartándonos un poco de la pregunta sob re quiénes eran, d e te ngá monos a hora
los que se quedan en la Penín sul a. En este se ntido, López Morales comenta: "La t n lo que pien sa n estos primeros co nquistadores y co lonizadores so bre e l mundo
riqueza de los triunfadores d e Amé ri ca contrastaba con la pobreza de Es paña, y que enc uentran. El hombre ame ri cano y su entorno constitu ye ron el centro de
así lo hacían co nstar: · Me h a n dicho que España es tá perdida en pobreza'; .. .a m es atenc ió 11 y el principal tema de debates y co ntrove rsi as d e los e u ropeos du rante
d e qu e os carg uéis de hijos e n esa cierra tan miserable os pase a es tas partes, espe- los siglos XVI y \.'V IL Así, desde los documentos inic iales: los d iar ios y carras
cialmente donde yo estoy, que es en la c iudad de México, d o nde yo os podré colomb inas , nuestra geografía y sus h abita ntes fueron d esc ritos co n gran minu -
favorecer" (López Morales, 1998: 47); ii) La segunda razón para supo ner un pro- ciosidad pero co n poca objetividad. Igualme nte, e n las pág inas de los primeros
ceso de hidalgui zación es la ac titud que asu men los co nquistadores al llega r a cron istas se exp resa una vis ión apas io n ada y, en consec uencia, ca m bia n te de la
América, ellos se sienten n ob les, no quieren ha cer oficios manuales y has ta trans- realidad ame ri cana, unas veces idílica y otras veces terrible hasta la monst ruos i-
forma n su manera de hablar, lo qu e se observa por ejempl o, e n la extensión a dad. Sus testimonios han de oscilar e ntre la fáb ul a ma gnifi cadora y la visió n
todos los ni veles del uso de vos co mo forma de tratamiento. apoca lípti ca. Por otra parte , estos cronistas, muchos de e ll os reli giosos, interpre-
taron los descubrim ie ntos, las co nquistas y los poblamientos, a la luz de las ideas
que habían recibido de los textos bíblicos y de la imagi ne rí a m edi eva l. Lógica-
Procedencia regional
mente, estos ho mbres no podían tener otro marco de refe re nc ia para describir lo
El dialecto de: o rige n d e lo s in mi g rames que viniero n a es cas ti erras e n las diferen- novedoso d e estas tierras que la comparació n con su propio e nromo cultura l, con
tes etapas d e su conquista y pob lam ie nto , h a sido otro de fas remas di scutidos por su propia rea lidad. Así, la primera vis ió n de nuestro territori o ha de surgir de un
quienes han es rudi ado el desa rrollo de la lengua espa ñola en América. La idea más hombre a nclado entre d~s épocas: apegado, por una pa rre, a l:i tradición med ie-
generali zada es que los indi vid u os debían traer la m a nera de ha blar d e su región va l, lo cual se evidencia en la suprem acía que le concede a los va lo res relig iosos , e n
d e origen. Es ra premisa es mu y importante, pero hay que manejarla tamb ién co n el temor a D ios y en la fidelidad y en e l se rvicio a sus m o narcas ; po r o tra parre,
cautela ya qu e, co m o vim o s, ta nto los indi viduos como las comunidades pueden
expe rim entar ca mbios en s u h a bla. Específicamente, en c uanto a la procedenc ia
regional d e los conqu istado res y pobladores, hoy está demost rado que en la etapa
inicia l d e la colo ni zac ión e l mayo r co ntin gente fue de an da luces, aunque vinie ron 7. Es1J st.·cc ión cs t::i basada en Chumaceiro (199 5).
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n1. ode rn o en su d.eseo de aventura , en su interés por ac umul a r bie nes materiales y exaltadora, el Paraíso Terrenal y el ca mino a El Dorad o qu e aseg ura hab er enco n-
gloria personal. En este se ntido, Picón Salas (1990: 42) se ñala que trado en escos pa rajes. S in emba rgo , esta visión idíli ca ini c ial se rá efí mera, pues
Ni los co nquistadores son todavía hombres de la Edad Media [ ... ] ni so n docu m entos no muy pos te riores mu es tran có m o esre paraíso llega a tornars e
e nte ra m ente del Renacimiento. Son hombres de fromera , que eje mpla ri za n mu chas veces e n infierno y el camin o d e El D o rado, en paso hac ia la muerte. D e
e l paso d e una edad a otra [ ... ] Medieval es[ ... ] su desprec io por la técnica la misma m a nera, esa "linda gen te" ha de tran sfo rm arse e n se res infrahuma nos y
eco nó mi ca y la organizada empresa mercantil. Re na ce ntista es el plus ultra hasta en amropófagos . Así, la image n del indígen a a me ri ca no y de su mundo , a
qu e sirve d e enseña a sus naves, aquella desazón . aquella ha mbre de más partir de los textos colombinos y, es pecialme nre, e n b s c ró ni c~s de los primeros
co nocimientos y más espacio .. histo ri ad o res, ha alternado e ntre esos d os polos d e va lo ració n a ntagó ni ca.

De esca forma, Am éri ca se muestra a esos primeros ex pedi cio narios no só lo como Podemos vislumbrar el imag ina ri o de los co nqui stad o res a través de la visión del
un a opo rtunid ad para adquirir dinero, poder y glo ri a, sin o como un ter ricori o mund o de Coló n y de qui enes los aco mpañan en sus viajes. Estos hombres vie-
propicio pa ra realizar ese d eseo del hombre ren ace ncista de ave ntura rse e n lo des- nen atraíd os por varias quim eras : la quim era d el oro , q ue los lleva a saquear los

co no c ido y develado. La conquista convierte a escos ho mbres en protago nistas de territo ri os am ericanos e n busca d e ese m etal; la seg un da es la d e la eterna juven-

una experiencia médita y, al mi smo tiempo , ha ce posibl e que las aventuras qu e tud, que los incita a enfrenta r la na turaleza salvaje a m e ri ca na en busca d e esas
hasta ese momento sólo habían vivido vicariamente, de ma nera litera ria, e n las aguas curati vas qu e daba n a quienes las bebían el vigo r <le los ve inte años. Final-

fu e ntes de la mitología clásica, en los libros de caballerías y en los relacos fabulados / meme, en un d es phege de im ag inac ió n prodigiosa, cree n enco ntrar en es tas cie-
sobre las C ruzadas y los viajes al Oriente se transfor me n e n experiencias reales. rras se res ex crao rdmanos, co mo gigantes , m o nstru os, pero ramb ién amazonas,

Por otra parte, la vive ncia de lo americano, descom un a l pero perso nal y directa, muj eres bellas y fuertes que vivían so las, si n neces idad de hombres . Así las d esc ri -

no só lo transforma a estos aldeanos peninsulares e n protago ni stas d e la hi scoria be, por ejemplo, el Padre Carvajal (e n Ro se nbl ar 1 %9: .3 l ) " Es cas mujeres so n
que e ll os mi sm os inician sino que los obliga a desec ha r la idea d e un mundo mu y alcas y blancas, y ti enen mu y la rgo el cabell o y e ntrenzado y revuelro_.a la
único e inmutab e. Por ejemplo, a los ojos de Colón , Amé rica llega a equipararse cabeza, y son mu y m e mbrud as , y a ndan d es nu da s, e n c ue ros, cap adas su s

co n el ja rdín d e l Edén: vergüenzas, co n sus arcos y fl ec has en Ías m anos, hac iend o canea guerra como di ez
indios". También creen ve r giga ntes , co m o ejemp lo de ell o cenemos la siguiente
Esta gente :... ] so n codos de muy linda estatura, alcos de cuerpos e d e mu y descripci ó n:
lindos gest,Js, los cabellos muy largos e llanos: e traen las cabe<;:as a tadas
Un día, súbitamente , vim os en la cos ca del pue rto a un ho mbre con es tatura
co n uno s piñuelos labrados [ ... ] hermoso s. [ .. . La color d es ea gente es
J

m ás blan ca que otra qu e aya visco en las Yndias. To d os traya n a l p esc ue<;:o de giga nte, desnud o, qu e bailaba , ca nrab a y se ec haba po lvo so bre la ca be-
za .. Era tan grande , que le llegábam os a la cintura, y bi en dispuesto ... Esta-
y a lo s bra<;:>s algo a la guisa de estas tierras . Y mu c hos traya n p ie<;:as d e oro
ba ves tido co n pi eles d e a nimales ... En los pi es ll eva ba abarcas de la mi.sm a
bajo co lgaco al pescue<;:o [ ... ] Llamé allí a este lu ga r Ja rdin es: porqu e así
piel. .. (Rosenblac, 1990: 11 7).
co nforman por el nombre. Procuré mu cho d e sa ber d ó nd e cog ían aq uel
oro , y codcs me aseñal a b an un a ti e rra front e ra d ellos, a l Poni e nt e, [ ..
ma s todos ne dez ían qu e no fu ese allá porq ue a llí co mían los hombres, y ·
La lengua
ente ndí e non <;:es que de z ían que eran hombres ca níb a les .. . (Co ló n ( 1498)
f.7! V, 14 - 3~). Lo que sab emos de la le ngua d e los prim eros co lo nos amer ica nos no es mu cho y
esrá marcado ade más por las enor m es difi cultades m et0do lóg icas qu e su es tudi o
Esta c ita es el priner tes timoni o qu e recoge la hi sco ri a so bre el te rritori o ve nezo-
conlleva. La o ralidad , como se sab e, difícilm e nre pu ede infer irse de la esc rirura y
lan o y sus h abita1res en 14 98. En agosto de es te año, Co ló n arriba a las cos tas de
allí radi ca el principal escollo. También es c ierto que han sido numerosas y ac uciosas
Paria y, poco d es iués , el Almirante d esc ribe para sus reyes, d e m a ne ra famas iosa y
las in ves ri gacio nes qu e, ta n to a pa rtir de fu e ntes do c um enta les co mo de los rexros

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(

(
(
normat ivos d e la época, (las gram á ti cas y reflex iones sob re la le ngua) se ha n d edi- de qu e co n la carta se podra dar fe y haze r vna ynformai;:io n de todos juntos
e cad o a es te es tu d io. En cuanro a las dos fuent es a nteriorm e nte m encionadas, do- e ben ir co m o muger. .. 8
c um enta les y no rm ati vas, está cla ro que las segundas nos indi ca n más el ideal de
Salvando las dificultades, haga m os ahora un breve resumen d e las características
lengua qu e b le ngua que ve rdad era me nte se habl aba . En es te sent ido, es tamos de
de la lengua castellan a d e la época del desc ub rimie n to y co nquista de América. La
.1cue rJ o co n Fraga ( 1993) en que m ás fid edi g nas so n las fuentt:s do cum e nt ales ma yo ría d e los est udiosos del orige n del es pañ o l de Améri ca co inciden en encon-
q ue las gramá ti cas. trar su base lingüística en la lengua castellan a de los siglos XVI al XVlII, es decir,
!\::ro la brec ha entre la esc ritura y la oralidad, e n e l caso de la le ngua d e los prime- de la ll amada España Impe ri al.
ros co lonizadores, es insalva ble. Cabe reco rd a r qu e, pa ra la é poca, poca ge nte
A juicio de Lapesa (1983: 186-194), e n la lengua qu e llega al nuevo co ntinente en
sabía esc ribir ; ni siq ui era codos los frailes estaban alfabetizados; seg ún la not icia
labios de los primeros desc ubrid o res se evidencian los sigu ientes aspectos:
q ue ten e m os de un obispo, en As un ció n , en 1678: "De mis clérigos raro es el que
sabe gramática y muchos los que ni leer saben" (citado en fonta nella 1992 : 5 1). La penet ración de la cultura clásica se ext ie nde e inte nsifica durante la época
Tampoco es taba unifi cada la ortografía , pues prese nt aba gra nd es oscilac iones. de los Reyes Ca tóli cos ( 147 4- 151G) , pero a la adm irac ión ex cremosa y exa-
gerada por el mundo grecolatino le sucede un ve rdadero deseo de conoci-
Sin em ba rgo, hay elementos que nos permiten sabe r cuál era el estado d e la lengua mientos y una admiración por lo na tural (afá n renacentista). Los escritores
en un a determinada época. Si bien, un a di ficu ltad para el co nocimi ento d el es tad o no pretenden ya forzar la lengua en busca d e una imitac ió n obligada de los
de la lengua o ral d e ese m o m e nto es el hecho d e q ue tenga mos qu e re mitirnos a la poetas latin os. Se adquie re so lidez, se abandona el exceso y la afectación
escritura, so n precisamente los "erro res" de los esc riban os , los que nos permiten
(cambia el gusto y el estilo en el tratamie nto li terario).
co noce r las pa rticul aridad es d el hab la. Estos detall es, qu é han ma rcado la in cu r-
sió n d t la o ralidad en la escritura, se han llama do lapsus críl.ami. Frago ( 1993 : 20) La prosa reve la notab le fac ilidad y fluid ez; el período o rac io nal es co mplejo,

hace es pecia l refe re nc ia a es te hecho en el siguiente te xto: reparndo co n exage rada simetría. Abundan los sinó nimos innecesarios: ' 01a
muerte que tu me dieres, a unque por ca usa de temor la rehuse, por razó n de
Todo e l mundo sabe, sin embargo, que pa ra el h ab lante existe un nexo men- obedecer la co nsiento, av iendo por morir en tu o bedienc ia que vivir en tu
til entre le tra y so nido , d e modo que si la equiva le nc ia aprend id a se quiebra, desamor. .. " (Cá rcel d e amor de Di ego de San Pedro 1492)
el lapsus cála mi tie ne ya motivos más que sufi cientes para afl o ra r y el filólogo ,
si afi na sus armas inte rpretativas, podrá e nco ntrar e n él claves mu y co ncre- Domina el verbo al final d e las oraciones:" ... en dar poder a natura que d e

ns pa ra la reco nstru cc ió n histórica. tan perfecta he rm osura te dotasse, e faze t a mi inmerico tanta merced que
ve rte alcanzasse, e en tan co nveniente luga r que mi secreto do lo manifestar-
Orra dific ul tad pa ra el co nocimiento de la le ngua d e es ta ge nte rad ica en que los
te pudiesse ... " (la Celestin a. F. D e Ro jas 1492- 1499)
docum entos q ue se co nse r va n , que so n muchos, no so n sie mpre idó neos para la
recu paac ió n de la orali d ad. Se trata d e d oc um entos oficiales, y cierta m e nt e tam- El léx ico es rico y ex presivo, salpicado de la tinism os.
bié n ce documentos pri vados , más ce rcanos estos últim os a un est ilo in fo rm al y En la sintaxis, resalta n co nstru cc io nes la tin as de infinitivo o participios de
por lo ta n to a la le ng ua co ti d iana. El problem a es qu e a me nudo las ca rtas priva- prese nte: "ca nto es más nobl e el danre que el recibiente", "no creo ir comigo,
das ta n bié n se rvía n para las funcion es ofic iales co m o, po r ejemplo, se rvir d e tes- e l que co ntigo queda". Los rasgos c ultiscas y la tiniza ntes no se cultivan co n
t i rnorio para la obtenc ió n d e un permi so de viaje. D e ello da fe el texw de este tanta fuerza como hasta e n to nces . La prosa inic ia el ca mino hacia una expre-
m aricb qu e le esc ribe a su muj e r que se e ncuent ra e n Sev illa:

.. se rá nei;:esario q u e agais v na y n formai;: io n po r qu a n to no soys d e las


poybidas y hesco se a d e azer dell a nte d e vn alca lde ho rdin a ri o y [ ... ] hans i
Ca ru de_Agosr_i_''.º. a su mujer, Am d< Santiago. en Senil a (Borburata, 23 enero 1564). Documentos para
n ismo are is una yn formac ion co m o soys mi muger e q ue be ni s a mi m a ndo la !m torw lmgurst,ca de H upa11oaminra. Siglos XVI a XV[ [[ , [l. Rojas Maycr, E. (ed). 1999: fo ls. 1-7.

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sió n más natural, así junco al período largo y e nrevesado, aparece la frase
di en te a la ze ta del no rte de Españ a) y el fone m a ve lar /xi (re prese ntado por
co rca, que inclu ye refran es y máx imas de la sabiduría po pular.
la letra <j> tal co mo se pronun cia en esa misma región).
La lírica se aleja de la moda alegó ri co-mitológica de influencia latina. Los
Los procesos anees indi cados se ll evaro n a ca bo en la España del norte, no as í e n el
poetas se expresan con libertad , canco en el rem a co mo en la expres ión for-
sur; en esta zo na, en efecto, sig ui ó pronu nci::í nd ose po r mucho ti empo lo represen-
mal. Asimismo , se da acogida a los tó picos de insp irac ión popular, se culn va
tado por la letra <h>, qu e vin o a confundirse con el nu evo elemento velar no rrefio,
la glosa y se vuelve a las fuentes d el romancero.
y lo m ás significa ti vo , las ha blas merid io na les no desembocaro n en el elem ento
Se unifica lingüísticame nte el Ce nt ro de la Península. D ecaen el leo né_s y el inrerdenral si no qu e se q uedaron co n un ún ico seg mento sibilante /si. Queda e n-
aragonés. El castellano, como le ngua literaria, se inte nsifica en las reg10 nes to nces escindido el sistema co nso nfori co es pa ñol en dos grandes m odalidades: la
catalanas y gall egas qu e hasta entonces habían culti vado extensa m ente_ la no rteña co n /9/ y la meridi o nal sin ell a, este ülrim o uso correspo nde al llamado
creac ión literaria en s u propia lengua. Es te proceso de unificació n lingüímca seseo . Y fu e es ta modalidad, la del su r, la qu e se tras plantó y se arraigó en América.
y diferenciación frente a la lengua latin a co incide con el momen to histórico
Por su parre, Mo reno d e Alba ( 1995 : 16) exp li ca el p roceso de reaj uste del siste-
del descubrimiento y la co nquista. ma fo nológico de la sigui ente for ma:
El co ncepto de arre y regulación gramatical destinado a nees sólo a la enseñan-
... los últimos ajustes e n el in venta ri o de los fo nem as del espa ñol se co ncl u-
za del latín , se aplica a la lengua vul ga r (G ram át ica de Nebrij a, 1492). Ya no
yero n en la segund a mi rad <lel siglo XV I [ ... J 1. - las fri ca ti vas prepa lara les
basca la práctica y el buen sentido, es necesa ri o crear normas que unifiquen los
so no ra y so rda, escritas x, g o j, se convierte n e n un a velar fricativa so rd a,
usos y faciliten la ense ña nza d e la nueva lengua o fi cial, extendi éndo la a los
esc rita dixo > dijo, m11ger > mujer; 2) las sibilantes afr icadas dentoalveo la res
nuevos territorios co nquistados (" la lengua co mpañc:ra del Imperio") .
so nora y so rd a, escritas z y í respec ti va m ente, se co nvinieron, en Castilla, en
En cuanto al sistem a fonológico, este período está m a rcado por un reaj uste en el interdentales fri ca ti vas so rdas e o z, y, en ampli as zo nas d e Andalucía, s-e
o:msonanrismo castellano m a nifestado por importantes cambios que se co nso h- llegaron a artic ul ar o bi e n predorsoa lveolares ambas o bien interd en tales las
can en esta época 9 . Obedi e nte (2000:266) resume di chos ca mbi os d e la manera dos; 3) la alveolar fri cati va sibilante so nora, escri ta s, se enso rdeció; 4) los
siguiente 1°: fo nemas bilabiales so noros, fri cativo y oclusivo, escritos v y b, pasaron a ser

a) pérdida del fonema /h/ . Es decir, el fonema que representaba antig uame nte alófonos e n distribución co mplementari a, de un so lo fonema bilabial so noro.

la letra <h> dejó de pronuncia rse. En cua nto a la m o rfos intax is de la época, se do cum enta la apa ri ción d e di ve rsos
sufij os de diminuti vo; junco a - iflo enco ntramos -uelo, -ico e - ito. Además, se
b) instalación definitiva d e la confu sió n de /b/ y /vi. Lo qu e en la len gua me-
in crementa y se afi a nza el sup erl at ivo en -ísimo y aparece la fo rm a quienes co m o
di eval constituía una o p osició n, por ejem plo, cabo vs. cavo, dejó de se rlo .
plural de quien relati vo (qu e era in va ri ab le); as imismo, la fo rm a am algamad a
<) reestructuración i e los fonemas sibila ntes del siste ma medi eval da nd o co mo medieval gelo se co nvierte en .,e lo. El as pecto más importante para la caracte ri za-
resultado d os nuevos ele men tos: el fo nema inte rde ntal / 9 / (el co rres pon- ció n del español de es cas tierras se p rod uce por la rees tru cturac ió n de las for m as
pronominales de seg und a perso na, surge así un nu evo sistema en el qu e alte rn a n
tú - vos - vuestra merced > usred De igual forma, se delimitan los ve rbos ser y
estar, el primero para indi ca r perm anencia, y el segundo para indica r trans itor iedad
o localizació n. Los verbos aver y tener, que significaba n 'obte ner' y 'posee r' co n
En es ta sección seña lamos res u midamen lc algu nos de los c ambios seña lados po r ?bedicntt: (2?00:
266). Pa ra ma yo r dera ll e, recomen dam os la lecr ur a del capírn lo " La España Imperi al':, en CSIC i,bro: mati z incoativo y que se usa ba n co mo tra nsiti vos con sentido de poses ió n , se va n
Ad em ás, es indud ablemente necesario para una profun dizac ió n so bre el rema, rt:curr 1r a lo:. clasicos dista nciand o pa ra oc up ar cada un o un uso pa rti cul ar; tener qu ed ó como el úni co
co mo Mméndez Pidal (1973 ) y La pesa ( 1980) .
tra nsiti vo indi cad or d e poses ió n y aver {co nvert id o en haber, po r razo n es
10. Para el desarro llo de cad a uno de los pun ,os sig uientes, ve r Obedienc e (2000 : 267-278)
etimológicas) como auxiliar.
!4
45
Para terminar este breve rec uento , recordemos que los conquistadores eran de
diversa procede ncia regio nal )' soc ial, de mod o que al castella no que acaba mos de
describir brevemente, se añade la confluencia de otros dialectos y lenguas de la
península gu e también darán su apo rte. En el capítulo siguiente ve remos las polé-
micas suscitada s e n torno al co ntacto de es tas variedades, así como tambi én las
discusiones originadas a raíz del co ntacto del español con las lenguas autó ctonas
de América .

Las teorías
,:, La lengua fosiliza da
,:, La s teo rías del sustrato ,:, La s teorías
andalucistas ,:, Koiniza c ión y es ta ndarización

47
Las teorías

[ ... ] lo ve rdad eramente admirable no es que i\rn é ri ca ha r a d esMr, ,llad o


una modalidad o modalidades diferenres de la pe nin sular o d e las penin su lares,
sino que en general o la lengua se haya m a nte nido can cercana a ambos L1d os d el
mar e n c uat ro siglos y medio de hi sto ria. El fundamento pos itivo t¡uc ti ene el
modo ame rica no de evo lució n es el m od o ame ri ca no d e vida .
Amad o Alonso . Estudios lingüísticos. Temas hispanoamericanos

Los es tudi os sistemáticos so bre el español d e Amé ri ca se ini c ian e n p rop ied ad a
finales del siglo XlX. En esta época estaba n aú n e n boga las teo ría s so bre las
razo nes qu e co ntribu ye ron a la fragmentación d el la tín, e ntre ellas el ais lamie n ro
territori al y co m o su co nsecue nc ia, la dife renciac ió n d e las va ri edades li ngüísti cas
que di ero n o rige n a las lenguas ro m ances. Por la n ovedad de es r:i.s leorías y porq ue
se trataba d e situaciones e n apa ri encia sim il ares, se qui sie ron utili zar los mism os
criterios exp l'ica tivos en el est udio del espai1ol de América qu e, por se r tamb ié n
una lengua trasplantada y difundida po r extensos terr itorios , co rría el peligro d e
fr agmentarse. Más ta rde, a lo largo de todo el siglo XX se sustentaron di ve rsas
teorías sobre la fo rm ac ión y la caracterización d el es paño l am ericano. En las
pág inas que siguen se presenta un resum e n d e las m ás impo rta ntes ideas qu e h an
1
servido para expli car la realidad lingüística de Hi spa noam é ri ca •

( 1
La lengua fosil izada
Algunos es tudi osos o pin :uon que la base lingüística d el actua l es pa ño l d e Amér i-
ca estaba en la le ngua cas tella na preclásica. Esta idea es in exacta por d os razo n es:
la primera, de o rd en histórico, se deb e a que si bie n e l d esc ubrimi e n to tu vo lu ga r
a final es d el siglo XV, el ve rd ad ero proceso de pob lac ió n se rea li zó a lo largo d e los

Hablar da la base lingüíst ica del españo l amcric m o es rendirle rribu rn .t Amado :\Jonso <.Juicn , en su.s
seminales Est udio; lzngulmco!, timla así un a secció n del ca pítul o "A lgun JS cu c-ai0 ni:s fund:1mi:n1:1le s".

49
siglos XVI y XVII, por cal razó n , mal podría imponerse e n Am é ri ca un estad o co m o un a m a nera d e co nse rva r las tra di c io nes reli giosas y co rrespondería. :1

ante rior d e la lengua que el de la hablada po r los co nqui stadores; la segunda , d e pesar d el tie mpo tran sc urrid o, a un estad io paralel o a l de la len gua tr.1íclJ
orden teóri co, porque cua nd o d ec im os le ngua clás ica d ecimos esc ritura y no por los primeros co lo n os es paño les . Sin em bargo, no pued e d eja r de sei'1ahr -
oralidad. Por ello, Amado Alonso re hac ió fu e rrem e nt e la teo ría d e l es pa ñ o l se que e n la di ás po ra, la lengua d e los judíos es paií o les (ll amada a parcir d e
anteclás ico ( 1976 [ 1953] : 10) al scña l.lf lo sigui e nte: es te momenco judeoespañol 3) exp e rimentó ca mbi os a lo la rgo d el ci c111pu
co m o c ualqui e r o tra le n gua y sufrió las influe nc ias d e o tras va ri ecl acl es
.. . Dos e rrores o co nfmi o nes son los res ponsables: el prime ro es d e ord en
idi o m áti cas qu e coex istía n co n ella e n tierras excra ñas4.
teór ico- lin güísti co, la co nfusió n r:i n ge ne ral en ere " lengu a" y "le ngu a licera-
ria", confusión co mb at ida y aco m et ida co n todas a rm as d esd e h ace m edio ii) Se ha califi cado a c ie rra s fo rm as del espa ño l d e Am é ri ca co mo a rca iza rHe,
siglo, pero que, al parecer, es inmo rta l. Len gua cl ás ica es sola m e nte la de las por el hecho d e haber ca ído en d esuso en la península o po rqu e alg un as de
obras literarias qu e ten ga m os po r clás ic,s , la cual , co m o todo len guaje litera- sus es rru cturas se h an d esvalor izado socialmente y h an pasado a se r co nsid e-
rio , es especial, un a e levación del idi o ma por elabo ració n a rcíscica. El idio- rad as vulga res. Para Lope Blan ch ( 1992 : 133), can inexac ta ca r:ic ceri zación
ma hablad o po r la gente, por los ag uadores y los obispos, por los oidores y prov ien e d el e rro r de id en tifi car el dialec to cas tella n o co n la leng ua es pa 1í o-
los soldad os, po r los ca tedrá ti cos \' los bed eles, no es ni puede se r nunca la. Ex te ndiénd ose so bre es ta id ea, este linguista o pin a:
clás ico , y, por lo cant o, nun ca puede se r a nteclás ico o posclás ico. El segundo
Que el espa ñol d e A m é ri ca sea mu y co n se rvado r - ese n cialm e nc e emicico - o
error es de o rde n histórico lin güíscico, y es el pe nsa r (¡q ué m a ,:avillosa preci-
o pini ó n qu e no puede sos tene rse se riam e nte
sión! ) que el es pa ñol que ho y se habla en la ex tensa Améri ca es un d e rivad o
concretamente d el idioma qu e en 1492 traj e ron los compañe ro s de C ri stó - Para sab er si el es pa ño l d e Amé ri ca es o n o co nse rva dor, se rí a necesar ic)
bal Co ló n en la " Pinta", la "N ií1a" 1· la "Sanca María" . co mpl eta r un a larga y co mpl eja se ri e de in ves ti gacio nes qu e roda ví:i no ,e·
han cumplid o y ape nas si se han iniciado. Sería preciso, e n prime r lugar,
A partir de la cita a nteri o r, pu ed e a fi rm a rse qu e la base lingüísti ca del español d e
d eter m_in ar có mo era el es paño l tra nspl antado al N uevo Mundo en e l siglo
América está en la var iedad h a blada en el siglo XVI, cuando tie nen luga r grandes
XVI , cu áles era n las es tructuras fonéti ca, morfosintácti ca y léx ica d e l siste-
:arnbios en el sistem a fonológico , y no e n la del siglo XV A pa rcir d e la ll am ada
ma cas tella no. A co ntinuac ión habría que d etec ta r puntualmente roda s l::is
: tapa insula r qu e se d esa rroll a prin c ipalme nte e n La Española, se fijará n tambi én
inn ovac io nes, codos. los ca mbi os que se h a n produc id o d esd e el mom e nco
elementos nu evos tales como indigen ism os (maíz, canoa, ají, batata, hamaca),
del tra nsplante de la le ngua, en las h ablas d e Améri ca, po r un lad o, y en las
marinerism os (botar, halar, largarse) y otros ca mbios se mánticos d e palabras es pa-
d e Es pa ñ a, po r otro . Y d eterminar, por últim o, dónde h a n sid o más cu a n-
ñolas existentes (quebrada, estancia). !
ri osas tales cransform:ic iones, si en Espa ña o e n América (Lope Blanc h l 992:
Como apoyo a la conce pció n estatic ista de la le ng ua antes exp ues ta, se h a n pla n- 320-32 1).
teado en rel ac ió n co n el es pañ o l d e Am éri ca d os aspectos fund am entales: i) la
semejanza del es paño l a m erica n o co n el j udeo-es pañ o l y ii) el supu esto co nse rva-
durismo y el ca rácter arca íza n te d e l~s va ri ed ad es a m e ri ca n as . Su li re 1a ddspor:1 iudiJ, Hass:ín ( 1995: 1 18) afirma que es ros grupos "s ali eron de Es p:1 fu hace l.'nlre :.~ , ..,
y casi cuarro sigl os\ .. ] desde la s prime ras emigrac io nes a raíz d e los disturbio s an1ijudíos de 1 V)l ~·
En el mism o año del desc ubri nie n to, los Reyes Cató li cos ex pulsa ron a los hasta cuando, ya entrado d siglo XV!l, salieron los ülrimos criprojudíos o mar rano s hispanoponuguL',e"
judíos de Es p aña; co n b ase e n este hec ho , alg un os es tudi osos ha n plateado para fue ra p de: Esp aña. re ro rnar :ibierca mcnte al jud aísmo. La lengua de es 1os ex marranos, sali do'i de
Espa ll a hana más dt· un siglo Jt'spués de b expulsión de 1492, era ya evide ntc:mentc d cs pa1ín ! mod r.: r-
q ue la leng ua de es te g rup o se 1-ab ría fo sili zado a l salir d el terri to ri o es pañol no . Fre n te J ellos, la le ngu a de lo s sdardícs salidos dl' Es paña como judíos era tcidavía e l es p.11lol
precl ás ico c-n :,u:, di slintas moda lidades peninsu lares"
lnrerc:sanre c:s, sin 1.:111b::irgo, pu.i algu nas varic:dadcs americanas, la fo rnu <l t' I prr.: cCri to de b S('gunJ .1
persona sin gular del judcoes pañol mnrmes, can tastes, con -s final (t' n vez de mn rlSlt', r.1nr:1src) . l )icr.:
Q:ubrada, Je 'abertura cmrc mo n ca1í ..ts ' a arruyo o riachuelo'; estan cia de 'casa de hab i1 ac ió n' a 'casa Obediente en not :i ·' lal co mo ac1ualmcme lo esrá haciendo el habla de var ios 1..lialcx 1us dd i.::s p.1 1lol"
o haciendl decampo ' (Obc<lieni c 2000: 'i 1O)

50
Más adela nte, el mi sm o a u to r afirm a:
cal. Lo que no debería hacerse , metod o lógica m ente, es co mpa ra r es te ti po d e
. no se r ía im posih le q ue e l españo l de América hub ie ra te rm inado por se r características de l es pañ o l hab lado e n es te lado del Atl á nt ico co n la norm a esc rit a
a rca iza nte, de ac uerd o co n la tesis de su fuerte co nservadurism o. Pe ro ¿lo es del es pa ño l pe ni ns ula r, porq ue se trataría de la co m parac ión de realidades di sím iles.
en realidad ) Q ui e nes as í lo piensa n inc ur ren en un grave er ro r de m éto d o Po r cod o lo ex p uesto, la idea d el ca rác ter co nse rva d o r de l españo l de Am érica no
q ue co nsiste e n co nsidera r "a rca ica" o "vul ga r" cod a fo rm a qu e haya ca ído en pa rece estar b ie n fu nd ada. Al res pecto , Amad o Alo nso (19 76 [1953 ]: 12) afirm a:
des uso e n la no rma actua l castellana o q ue e n el la haya d esce nd id o a la
catego ría de vul ga r, ide ntifi cando as í, m uy im prop iame nte, el dialecto caste- Lo pasado y cadu cado no se cue nta por la distancia te m poral, sin o po r su
lla no de nu estro t iem po co n la lengua española ... (Lope Blanch 1992: 333) co nd ic ión de no pe rte nece r al sistema lingüísti co vivo. No perd uran e n Amé-
rica, ni m enos so n su bJ.se, ni la pro nun ciac ió n del siglo)(\/ (ca mbi ada e n el
D e form a e n fá tica, Lo pe Bl a nch pon e e n entred icho el su p uesto a rca ísm o del
XV I), ni las forma s ve rba les , ni las palabras, n i las fo rm as sintác ti cas qu e e n
es paño l de América y esc ri be lo siguie nte:
Espa iia q uedaron o bso letas en el siglo X:Vl.
Los co nceptos de a rcaís m o y de vulga rismo so n conceptos relat ivos, no ab-
sol utos ni o bj eti vos . C ualq u ier hecho lin gü ísr ico no es ni vul gar ni exquisito
e n sí mism o, ello depe nd e d el pres ti gio qu e posea de n tro d e la no rm a co rres- Las teorías del sustrato
po nd ie n te [ ... ] E n la no rm a hispáni ca (d el sistem a lingüíst ico q ue es la len- La teo ría indi ge ni sta o d e l sustrato pos tul aba que en la co nfi gurac ió n d e las d is-
gua españo la) ta n vul ga res co m o las for mas pior o cuete se rá n las fo rm as tintas va ri edades de l españo l ame ri ca no hu bo un a fuerte infl uenc ia de las le ng uas
cansao, azto, aksoluto, p o r la se ncilla razón de que esa no rm a ex ige esc ribir indíge nas q ue se hab laba n en los d istin tos ter ri to rios cua ndo se impuso la leng ua
peor o cohete, y cansado, acto o absoluto. Y tan vá lidas y ac ru ales se rá n en e llas de los co nq ui stado res y co lo ni zad o res. A jui cio de alg un os auto res, es ta in flu e nc ia
for m as co m o recibirse, liviano, o el vuelto, cua n to estafeta, afeitarse o estanco, fue d ec isiva pa ra exp licar la base lin güística d e nu estro españo l.
puesto que todas ellas es tán vivas en nor mas lingüísti cas actu ales d e aleo
prestigio. Sólo fo rmas com o mur, fiuzia, ayuso, matarlo has, desque, endenantes, E l prime r i" nte nto de expl ica r la parti cul a r for mac ió n y lo ca racte rís ti co del espa-
etc. so n ve rdaderos a rcaís m os o vulga rism os, dado q ue ha n sido o lvidad os o ño l a m er ica no po r su base ind íge na, se d ebe al trabajo del alem á n Rod o lfo Lenz
rechazados po r codas las n o rmas lingüísti cas actuales de pres tigio (Lo pe Blanch ( [l 893] 1905 -1 9 1O), qui en es tudi ó el es paño l d e C hile espec ialm ente en lo re lac i-

1992: 333-334) vo a la pro nun ciac ió n y la en to nac ió n . Es te aucor co nsideró qu e la va ri ed ad c hile-


na del español tenía un fue rte influj o d e la lengua indíge na arauca na y llega inclu -
Los a rcaísm os, algun as veces e ra n form as "vul ga res" muy di fundidas en su época, so a se ñala r que esca va riedad es "principa lmen te españo l co n so nidos ara uca nos".
q uizás más q ue las de la no rm a. Po r ello se ex plica qu e se expa n d iera n po r A m é ri - Lenz d esc rib e y co m pa ra los sistem as fo no lógicos de las d os le nguas y e ncue ntra
ca co n gran intensidad . Por eje mpl o, Frago y Fra nco (200 1: 18) sosti enen , a p ro- un co njun to de rasgos fo nológicos I fo néti cos qu e di fe rencia n el es pa ño l de C hile
pósito de escrebir que "perfec tamer.te puede se r un o de ra ntos usos a nta ño ge ne- d el d e o eras regio nes. Según M o reno de Al ba ( 1995 : 60) , es ta tes is fu e rec hazad a
rales o mu y ex te ndidos qu e , socioculturalm ence d eprec iJ.dos en el cu rso de la por Am é ri co Cast ro, acogida en Europa po r Meye r-Lübke y ace ptad a pa rc ial-
va riación lingü ísti ca, y q u e s in emba rgo han conseg uido pe rvivir hasta hoy. El m ente por Max L. \X'agner, m ient ras q ue C uervo y Menéndez Pida! se mostraron
facror de la trad ició n es d e g ra n p eso e n el es paño l de Amé rica y ha de tenerse escép ti cos e n relac ió n co n la impo rta nc ia adjudi cada al sustrato.
m uy prese nt e a la h ora de va lo ra r rr.uchos de sus usos act ua les". Po r esca razó n , no
debe ría ha blarse d e arca ís m o sin to ma r tam bié n e n c ue nca la difere nc iac ió n H e nríqu ez U reña ( 192 1) desde otro pun to de vista, en sus Observaciones sobre el
di ast rá rica y estil ís tica. español de América, consideró también la influencia ind íge na co m o dete rmi nante
e n la caracterizació n de las va ri edades am ericanas y, con base en es te plan tea m iento,
De los arca ísmos léxicos y d isc ursivos se pod rá ob te ne r m uc hísim a in fo rmac ió n
realizó su clasificación del español am eri cano en cinco zo nas di alectales. En d ich a
ramo sob re e l ori ge n como sob re la evo lució n de l es pai1ol co m o lengua co nrin e n-
clas ifica c ió n , lógicamente, el fac to r dete rmina nte es la lengua del sustrato de cada

52
53
regió n 5. La influencia de las lenguas indígenas se dio , según Henríquez Ure ña, a u- exce pció n d e las zo nas qu e posea n un a fu e rce d e nsidad de po blac ió n indíge na y
nada a facto res geográfi cos, co m o el aisla miento de las po blacio nes q ue las habl a- e n aqu ell as d o nd e se h a bla n de m a nera perm a nente las le nguas aurócro nas, co m o
ban, además de fa crores políricos y culturales. so n los casos d e M éx ic o y Parag uay. Ángel Rose nbl at ( 1964, 1967), po r su parce,
Entre los o positores d e la reoría indigenisra se canea ron Rufin o José C ue rvo , sustenra un a posició n mu ch o me nos modera da, a su juic io la influencia de l susrra ro
Me né nd ez Pida! y Amado Alo nso. Precisamente este último autor, des pués d e ana- es evidente en el pla no léx ico y fo néri co de esas va ri edades del es paño l de Améri ca
liza r los argum entos d e Lenz, concluyó que para hablar de la impo rta ncia del sustraro que se hab la n en las zo nas d o nd e se ase ntaron las culturas indíge nas más num erosas

indíge na habría primerame nre que conocer: i) la població n indíge na d e la zo na y desa rro lladas del co ncinenre .

es tudiada y su influencia en la constitución demográfi ca y en la esrruc tura social del En la actu alid ad , g ra n núm ero d e los rasgos ini c ia lm e nte adjudi cad os a las in -
grupo hispanohabl ante; ii) el sistema fonético de la lengua indígena res pec ti va ca nto flu e ncias d el susrra ro se co nsid e ra n co m o produ c ro de las re nd encias na turales d e
en su as pecto sincró nico (sisrem as fonológico y fon éti co de fun cio nami e nto ) co m o la propia le ng ua es pa ñ o la; inclu so se afirm a qu e, en l:i ma yo ría de los casos, se
en su aspecto di acró nico; iii) las te ndencias dialectales hispánicas en la zo na y un a co rres po nd en co n fe n ó m e nos simil a res a lest igu:id os e n Espa ña. Pa ra Lo pe Blanch,
in fo rmació n de la geografía lin güística de cada hecho di alectal (Alon so 197 6: 3 20). la excesiva releva nc ia o rorgad a a la influen cia de l sustraro es la co nsecue ncia de
Amado Alo nso analizará deralladamente los diez fenómenos consonánticos que Lenz opinion es impres io nis tas sin fund a men to e n la realidad lin güísti ca. En relació n
atribuiría a la influencia arauca na del español de Chile. Es re autor refura la reoría de co n es re te m a qu e susc iró e n el pasado cane a po lé mica , pode mos co ncluir di c ie n-
Lenz al demos trar que casi todos estos rasgos son de origen hispánico y es tá n d oc u- do, co n Mo re no d e Alb a ( 1995: 86) qu e "no debe ve rse influencia d el susrraco e n
me nrados en varias regiones. A su juicio, para poder hablar d e la influe ncia del fen ó menos q ue pued e n re ner s u ex pli cac ió n en el pro pi o sisre m a lingüísti co" .
suscraw es necesario hacer un a profunda investigación histó ri ca qu e permira d eter-
minar el peso demográfico real de la población indígena en la co nstitu ció n lingüísti ca
de cada regió n americana. Entre otros planteamientos, Alo nso sos tu vo, e n contra Las teorías andalucistas
de los argum e ntos de Lenz, que la aspiración es una te nd encia ge ne ral del es paño l,
H a sido ex re nsam enre d e ba rid o si el es pai'í o l ele Am é ri ca es la co ntinuac ió n de un
y no solo d el es paño l chileno (Alonso 1976: 285) . Añade además qu e, si bien <c h >6
di alecro peninsula r es p ecífi co, o si es el res ultad o d e un a m ezcla d e di alectos pe-
~s "un fon ema muy grato para los chilenos" y su realización es quizás un po co m ás
nin sulares, o si po r el c ontra rio , es una mod alidad propia del nu evo co ntinente.
fu erce en esa región , no es extraño al español (Alonso 197 6: 29 3). Tampoco la
Estas interroga ntes dieron o ri ge n a un a álg ida la po lé mi ca so bre el andaluc ism o
pro nu nciac ió n padre>pagre> pa ire es privitiva de Chile, sino qu e se da también en
e ntre Pedro H e nríquez Ure ña y Max Leo po ld Wag ne r. Es lógico sup o ne r qu e e n
Uruguay, Arge ntina, México, e tc. (Alonm 1973: 293- 295). Tambi én, a juic io de
razó n de su ca rác te r d e le ngua rranspl ancad a, el es pañ o l de Am éri ca pued a te ne r
em auror, hay que poseer un profundo conocimiento de las distintas vari ed ades
al gunas ca rac te rísticas o ri g in a d as e n los di alec ro s penin sul ares hablados po r los
ameri ca nas actu ales para poder caracterizulas y contrastarlas. En el mism o se ntido,
colonos qu e parti ciparon en los procesos d e co nqui sta y co lo ni zac ió n. En cal sen-
Fo nranella ( 19 92) o pina qu e res ulta injustificable atribuirle a l susrra to indígena , de
rid o, se ha n concrapues ro s d os te ndenc ias, po r un a pa rre, la ele aquellos qu e con-
111 :rn era ge neral, un imporra nte influjo er la formación y caracterizació n d e las dis-
ceden pre po nde ra nc ia num é ri ca y po r lo ca nco lingü ís ti ca a los colo nos a ndalu ces
t n ras vari edades america nas .
y, po r la e rra, la d e qui e nes le as ig nan mayo r peso a la influe ncia de los ex ped icio-
Por su pane, Lope Blanch ( 1967, 1986) y Bertil Malmbe rg ( 1964, 1966) toman narios prove ni entes de o tras regio nes d e la penín sul a.
Fos ición a fa vor de una conside ra ci ó n moderada de la influe ncia d el sustrato con
La tesis a nd aluc isra 7 se b as a e n la no tabl e se meja nza d e rasgos fon éticos y léx icos
ex isrentes e ntre ex rensa s zo nas d e Amé rica y Andalucía, especialm ente e n las á reas

Se llama suunuo al conj u nto de d e m e ntos li ~ üís ri cos q u e: pa s an a un a lengua p roceden tes <le.:: otra
an tes d, que ém desa parezca {cf. O b e di ente 2l00: JO). 7. bra tes is la sos ti enen e n t re ot ro,: Bovd llowman {1964, 1968¡, Cani1dd ( 1960 ), De Gra nd, ( 1994 ),
Fo ncmJ /C./
Lapcsa { 1964 ). /vlené n de z l' i,la l ( 1958) \V!ag ncr ( 1949 ) )" Z.,11n ora \ "i crntc ( 1967)

55
costeras . Pa ra qui e nes sos tienen es ta tesis, no pued e po nerse en duda la influencia Caribe. La influencia ca na ri a sería un a p ro lo ngac ió n de la va ri ed ad a ndaluza d el
d e te rm ina n te J e es ta región de la penínsul a en la prim e ra é poca de la conq uista, castellano qu e se man ifies ta, entre o tro s, e n rasgos léx icos (cf. Lipski 1994 : 36).
c ua ndo se <'.s rab lecen los prim eros cent ro s d e poblac ió n. H ay q ue tener e n cue nca,
La tesis antiandalucista8 cues ti o na el andalucismo d el espa ño l ame rica no , al afirmar
ad e m ás, e n rel ac ió n con este aspecto, que Sevilla y Cádiz m o no po li zaro n las rela-
q ue los rasgos similares se d esarro llan de m a nera ind epend ie nte y no siempre para-
cio nes co m erc ia les co n el N uevo M und o y q ue las Islas Cana ri as co nstitu ye ro n
lela ent re las d os o rillas del Atlántico. Más allá de la po lémi ca andalucista, se seña-
un a pa racb ob li gator ia e n la tra vesía hacia Am érica.
lan co m o p red ominantes en la primera etapa de la co nqui sta las regio nes de Anda-
Entre los rasgos q ue han sido co nsi derados como de o ri gen a n da lu z destaca n: el lucía , Cast illa la Vieja, Extrem adura, Casrill a la N ueva, Leó n y C anar ias; posteri o r-
seseo , el ve ísmo, la asp irac ió n d e /s/ y de / x/ , la ne ut ra li zac ió n d e / -r/ /-1/, la men te se inco rpo rarían las o tras regiones. Pa ra Alo nso ( 1976 [ 1953 ]: 12-1 4) , la ver-
ve lar izac ió n d e / - n/ y la pérdid a de la / -d-/ inte rvocálica. Igualm e nte, la inco rpo- dade ra base está en un a nivelac ió n realizad a po r todos los exped icio na ri os en sus
rac ió n d e algu n:is voces tales co m o: j alar, fletar, abordar, amarre//; travesía, rancho, o leadas sucesivas durante todo el siglo XVI; ahí em peza ría realme n te lo ame ricano. Important

Si a los m ate ri ales peninsul ares co n q ue se hi zo la ni ve lació n se q ui ere llam ar o.


estad ía, rumbo, zafar, embarcar, limosnero, guiso, escarpín, etc.

Co m o pa rte la po lé mica a nees m encio nada entre H enriquez U re ña y Max Leo po ld base lingüística del espa ño l a m e ri ca no , la base es el castell ano = es paño l,
Wag ner (192 7). es te últim o d efi end e en un a seri e de artícul os la o pinió n según la traíd o por los cas tella nos co m o fo rm a (cas i) úni ca, y po r los reg ionales co m o
c ual los d ialec tos de Ex trem adura, Andalucía y Can ari as influ ye ro n de fo rm a de- form a va ri ante inform ad o ra d e su regió n respec tiva . Los a ndaluces , fuera de
te rmin a nte e n el es paño l de Am éri ca , especialmente en las zo nas cos teras po bla- to da duda, fuero n facto res ac ti vos y mu y im po rta ntes en la fo rm ac ió n de la
das temp ran a me nte po r españo les d el Sur. A su jui c io , los fe nó me nos típ ica m e nte base am e ri cana, pero poquísimo - en propo rc ió n a la tota lid ad d el espa ño l
a nd aluces 1· exce me ños co m o el ye ísm o, el seseo y la co nse rvació n d e la h as pira- am en ca no - ... (Al o nso 1976 (1953]: 45 )
d a se dan e n 1\m érica , p re dom ina nteme nte en las ti erras bajas. Es te au to r, m ás Los estudi os más rec ient es inclina n la balanza a favo r d e las hab las m eridi o nales.
qu e la in fl ue nát a nda lu za , d efi e nde el influj o d el españo l m eri d io nal aun cuando Peter Boyd -Bowman es tudi a el Archivo Ge ne ral de In d ias pa ra el perío d o 1493 -
adm ite qu e h ::i b·ía regio nes que ha brían qu edado sin tal influe nc ia. Po r su pa rte, 1600 y elabo ra un a lista d e pasajeros d e m ás de 56.000 perso nas q ue vin iero n a
H en ríq u ez U re:'ia, prin cipal o p os ito r de la teoría a ndalu cista, no ni ega las simili- Am érica en esta etapa. Sus cifras indica n qu e en la em presa am eri ca na pa rti c ipó
tu des en tre A nb lucía y Amé ri ca p e ro se ñ ala que éstas no se d ebe n a la influe nc ia ge nte de ro das las regio nes es pañolas pero qu e hay un a clara p re po nde ranc ia d e
d e los pobl::idor~s m eridi o nales s in o a un desa rrollo paralelo d e ciertos fenó m enos los and aluces. El trabajo d e Boyd Bow m an ( 1964) comp ru eba, a través de las
lin gü ísti cos e n ,m bas o rill as del Atl á nti co . A su juicio , el ye ísm o es tá d o cumenta- cédul as de emb arque, qu e el 4 0 % de los pob lado res p ro ced ía d e A ndalucía y la
d o a ntes en A n éri ca q ue en Es pa ñ a y el seseo es, e n Amér ica , produ cto d e un mitad d e ellos de Sevilla y Huelva. Igualme nte, se ña la este a uto r la impo rta ncia
proceso autóc tono indepe nd ie nte. d el la rgo perío do p rev io al emba rque y de la mism a rravesía d e aprox imad a me nte
Cabe d estac::i r ¡ue hoy la posic ió n a n tia n dalucista ya no e nc ue n t ra cabida ent re 40 días. E n es ta etapa es c ua ndo la lengua d e los futu ro s pob lad ores de Am é ri ca se
lo s estud iosos cd tema. Es posib le qu e en tre qui enes suste nt aro n esta teoría pesa- vio so m etid a a un a primera fo rm a de ni ve lació n 9 .
ra la preocupa có n po r la frag m e ntac ió n d el espa ñ o l, dad o qu e a su m od o d e ve r Frago ( 1999) h a seña lad o la prese ncia de los rasgos q ue se co nside ra n co m o meri-
la identi da d a neri cana debería pre supo n e r la unidad ling üísti ca . d io nales en docu m entos del siglo XI II. Este hec ho ev idenc ia q ue, ya pa ra la época

D iego C Halá n ( 195 8), ta m b ié n a nd aluc ista, a l co nside rar la di fusió n de l ceceo del desc ubrimie nto, esos rasgos es tán lo sufi cienteme nt e extend ido s co m o pa ra
sev illan o y b le o t ro s rasgos co m o as pi rac ió n y pé rd id a de -s, neutralizac ió n d e habe r podido pasar a Améri ca. Para es te auto r se tra ta de un fenó m eno socioc ultural
/ -r / /-1/ , v p é rJ da d e /-d / ac u ña la exp resió n español atlá ntico, refe ri da a lasco-
n ex iones lin g ü sricas e ntre Am é ric a y los p ue rtos a tl ánt icos de Es pa ña. Catalá n 8 Esta tesis fu e soste n id a po r Alo nso (19 53), H en ríquc,. Ureñ a ( 193 2 ) y Rosenhlat ( 1977).
h ab la d e un drsiste m a q ue comprend e el sur de Es paña, las islas C a nari as y el 9. Co nvien r: reco rd ar en es te p unto qu e la co nex ió n e nr re la expa nsión ·-d e l t:sp :i ñ o l a C an ar ias, a A ndalu -
cía oriental y lu ego a las Anti ll as ri~ne un a base co mún en el Anda luz 01..c ich:n ral (Lüd ke 1994: 40 ).

56 57
que es ca nse uenc ia d el co ntacto inte rdi alec tal que trajo co nsigo la emigración , Koinización y estandarización
so bre todo la del Sur durante los siglos XV1 a l XVI I[ y a propós ito afir m a: "el
La for mac ió n del es paño l a meri ca no se ha co nce bido co m o un proceso comp lejo
a nd aluz co ndi c io nó e no rm eme nte la co nfi gurac ió n del f'•pa ño l a merica no ta nto
ma rcado po r las e tapas d e koinización y es ta nda rizació n . U na koiné, palabra qu e
e n su vertie nt e fo néri ca co mo e n la d e l léxi co ... " . En es re mi sm o se ntid o , Frago
en gri ego significa 'común', es el resultado de la mezcla d e subsiste m as lingüísticos,
sos ti ene qu e
tales co mo di alectos regionales y lite ra ri os (S iegel, 1985. c itado por Fontane ll a,
Boyd -Bowm a n so bradamente probó el pa pel de los a nd aluces e n la coloni- 1992:43) . En la koinización se produce un a nueva va ri ed ad e n cuya fo rm ac ió n
zación a m e ri ca na y su peso dem og ráfico en la e migración transatlántica ha co nfluye n , a su vez, distintos dialectos co m o co nsec ue ncia de la reducció n y sim-
sid o co rroborado po r otros histo ri adores, de m a ne ra qu e pierden el ti e mpo plifi cación de algunos rasgos y con el po sible predomini o d e algu nos de e llo s. La
los lingü istas qu e sin d em as iado co nocimie nto de ca usa intentan relativizarlo: nu eva va ri ed ad se co nvierte en la form a nativa de las nu evas ge ne rac io nes. Para
la hu ell a dejad a por las ge ntes d e Andalucía en América es perfectam ente algu nos espec ialistas, este se ría el caso del es pa ño l de Am é ri ca.
visible e n la a rquiteccura, e n el arte sac ro , en la o rga ni zac ió n cofradiera, en
Qui e nes sos ti enen la teoría de la koiné (Gu itarte, 1980; Fo nta nella d e We inberg
la gastron o mía y, por supuesto, e n la lengua . El plantea mie nto demográfico
1992; G ra nda 1994) d a n una nueva visión del probl em a de los orígenes y de la
le hi zo sos pec ha r a Boyd-Bo w ma n co nsec uen cias lin g üísticas qu e la d o cu-
formación de l Español de América. Estos autores han postu lado la ex istenc ia d e
me nt ac ió n se ha e nca rgado de co rroborar después so brada me nte (Frago y
un d ialecto (alg un os hablan de le ngua) formado a part ir de variedades di ve rsas;
Fra nco 2001: 2 1).
un a ko iné am e ri ca na precedida en su formación por di stin tas eta pas d e ni ve lac ió n
Otra de las po lémi cas en torno a l re ma d el andalucism o d el es pañol americano lin gü ísti ca, a saber: a) etapa peninsul ar previa al emb arq ue pa ra Amé ri ca, ge neral-
fue la qu e se susc itó e n relac ió n co n la é poca e n la que se produjeron en el español me nte d esa rroll ada en Huelva, Sevilla y Cádiz; b) un período d e traves ía y obli ga -
los cambios lingüísticos . La corriente re prese nrada por H e nríquez Ureña había da co nvive nc ia d e aproximadamente cuarenta días de navegació n; c) un a etapa
soscenido qu e estos ca mbios e ran ind epe ndi enres y se h abían desarrollado en pa- a ntilla na, qu e ti ene lugar especialmente en la isla La Espa ño la (ac tual Santo Do-
ralelo en los dos co ntinentes. Sin embargo, de acuerdo co n investigac iones de min go) co mo paso obligado de las expedi ciones de conquista y co lo ni zació n ha-
ripo docum ental , se ha dete rminado que las prin cipales ca racterísticas del es pañol cia el inte ri or del Nuevo Co ntinente . En el mismo se ntido, G randa ( 199 1, 1994)
americano, de ac uerdo con las afirmacio nes d e Lapesa (1964) y Frago (1999), ya para expli ca r los procesos del arraigamiento del caste ll ano e n e l nuevo mundo
estaban presrn res dura nte el siglo XV I, y qui zás a ntes, al menos en la parte occi- sugiere seg uir las etapas de colonización pla nteadas po r Boyd Bowman 11 .
dental de Andalucía, el Sur d e Extremadura y las Canarias. Frago (1994 y 1999,
La prim era etapa d e form ac ión de la koiné abarca el período co mpre ndido entre
citado en Obediente 2000) soscie ne, en efrcto, que no so lamente se había n gene-
1492 y 1600, la fecha de su finalización diferiría para cad a zo na. No parece haber
rali1,ado en la regió n los cambios característi cos del sur d e España, sino que a llí
ac uerdo e ntre los lingüistas, ni sobre el tiempo que duró el proceso de formación de
tarr.bién se había n a rraigado elemento s lé xi cos de otros di alectos peninsulares . La
la ko iné, ni sob re cuáles fu eron las influencias dialectales qu e prevalecieron , tampo-
exiiten cia d e una incensa ac tividad m erca ntil e ntre Amé ri ca y Andalucía que ha-
co hay co nse nso sobre có mo fue la evolución d e dicha koin é en el co ntin e nte 12 •
brí.: favorecido el ingreso de palabra s and, lu zas e n el léx ico ame ricano , así como
ra rr.bi én la inco rpo rac ió n de indigenism o; e n el es paño l m eridi o nal. Asimismo ,
sos1iene qu e es tas hab las so n las responsabl es, en gra n parte , del fonetismo del
esp1ñol hab hd o en América 10 •
11 Estas ccapas son: i) la etapa antillana: temprana 1492 - 1508; rard í.1 1508 - 15 19; )' ,i) la " ª P" de la
la diferenciación del español americano .
conqu ista de tierm Ji mie: 1519 - l 550, a parti r de la cual se inicia
12 . Ha y que decir ta mbi é n que, cuando hablarnos de diferences momento s en la Co lonizac ió n, esto no
s iempre: ind ica que los co lon izadores estuviera n recién llegados a Améri ca . Se da el caso de zo nas de
lO Los cam b1os foné tico s, como por ejemp lo el rc :lUStc:: de las s ibila nt es, se había produc id o ant es del colonización ta rdía, como los Andes venezo lanos, a donde ll egaron co lonizado res que )'ª habían estado
descubri rni ~1Ho ,r enrodo el ámbito castella n o. b v cl, aunq ue con algunas parti cu laridades regio . e n Perú, por eje mpl o, mu y entrado el s ig lo XV I (Osa ri o 2 001 ), co n amp lia expa ienc ia am eri cana
na!es. la de Andalucía h más m a rcada (f-rago y Fn nco (2001: 12- 13) Esro puede medirse en el hec ho de que, a la zo na, llega n palabras de ori gen quechua o náh uad .

58 59
área y, e n to d o caso, co nsist ió la m ayo ría de las veces en un a in co rp orac ió n
En t re los meca n is mos in vo lucrad os en la koin izac ió n , se co nciben la simplifica- a las di stintas co in és es paño las, fo rm adas en la eta pa anteri o r, de rasgos y
ción y la reducción (Fontanella 1992 , Granda 1994) . Sá nchez Mé ndez (2003: carac terísticas p ro pias de la no rm a presti giosa qu e em anaba de la m e trópo li
103) ex plica d e un a m ane ra m uy clara estos procesos: y de las co rres virreinales.
La nivelació n de coda ko in é se res uelve: siem pre media nte la acc ió n d e es tos Para Fontanella (1992), si llevaramos a un gráfi co las dife rentes gramá ti cas am eri-
dos procesos simul táneos y paralelo s. La simpli ficac ión de escru~tma~ hace canas del proceso de es tanda ri zación en un co ntinuo, México, po r ejemplo, escari a
refe rencia a la simplifi cació n d e los di stintos sistem as o rasgos lm gu1 st1cos en un extrem o de dicho con tinu o, Paraguay en el otro , y e n situac io nes inte rmed ias
q ue, po r se r excesiva m en te marcados o co m plejos, so n reemplaz~d os p~ r Arge ntin a o Ve nezuel a, pues se trató de procesos regio nales co n di fe ren tes co ndi -
ocros m ás naturales q ue so n susceptib les de fun cio nar d e modo m as ec.~ no- cio nes sociales, políticas, culturales y eco n ómicas. Esca auto ra explica lo sigui ente:
mico en la koin é res ul ca n te (G ra nda 1989 ). La redu cc ió n de la comple¡1dad
De cal m odo, en los casos de un a estand ari zació n p ro fund a y tem p rana como
cuantitativa o rig ina ri a co nsiste en a u me ntar la regul aridad de los pa t ro nes
Méx ico, se frenó en gra n pa rre el d esarro llo de rasgos co nside rad os "vulga-
bás icos a la vez qu e di sm inu ye la m arcab ilidad . Es fác il comprobar q ue la
res". En ca mbio, en el caso de zo nas co n co ndi cio nes socioculturales q ue
mayor parce de los m eridio nali smos , ca n to fo néti cos co m o morfosincácri cos
m oti varo n un a mu y baja o nul a es tandari zació n a lo largo de la cas i to tali -
que triunfaro n e n las prim eras ko in és ame ri canas sup o ne n bie n un a red.u c-
d ad de su histo ria, co m o Paraguay, po r el co ntrar io, se o bserva un a m p lio
c ió n de co mpl eji dades fo n o lógi cas (seseo, ye ís m o, e t c.) o bien
desa rro llo de aquellos rasgos. Po r último, un terce r cipo lo co nstituye n aq uellas
mo rfos incác ti cas (e m pleo exclusivo de ustedes po r vosotros).
regio nes e n las qu e un ma rcado ca m b io en esas co nd icio nes determin ó un a
Finalizad o el proceso de ko ini zació n , se inicia el de la nativización, etapa previa a estandari zac ió n ta rdía, pero profu nd a, cal co m o ocurr ió en la regió n bo n ae-
la estandarización. A juicio d e Sá.nchez Mé ndez (2003 : 104): "Tras su empleo [d e rense. En este caso, hu bo u n retroceso de gran pa rte de los rasgos m e ncio na-
la koiné) co mo Lingua franca, la segun da gene rac ió n de desce ndientes ya no habla dos, aunque o tros perduraro n y pasaro n a fo rm a r parce de la va ri edad es tánda r
la va riedad di alectal d e la a n te ri o r ge nerac ió n , sino q ue su úni ca m o dalidad regio nal. (Fo ncanella, 1992:54).
lingüística será el es pañol ko in é co n lo q ue tend rí am os a los prime ros hablantes
Algun os au to res com o Ri varo la (1996, citado po r Quesada Pach eco 2000), ha n
nativos de las incipientes va ri edi des a meri canas".
criticado la teo ría de la ko inizació n. D icho autor argum enta que si este proceso
13
Pos te rio rmente, los auto res p os tul a n un proceso d e estanda rización , entendido no se di o en la Pe nínsula Ibé ri ca, no se entiende por qué se dio en América;
co mo de selecció n de rasgos y la creació n de u n habla urb ana qu e se im po ne a sostie ne tambi én qu e el solo p redom inio de la inmi grac ió n a ndaluza no ex plica
coda la comunidad . Es te p roceso se habría dado, según Foncanella (1 992), e n po r sí mism o el arraigo y la res istencia d e los rasgos del siste m a meridio nal en
dis tintas et apas y en grados d ife rentes. La estandari zación terminaría para G ra nd a determin adas regio nes.
( 1994) co n la independe n c ia y !e ce ncrar ía, no en procesos lingüím cos pa ralelos,
Convie ne reco rdar que cuand o hab lamos de es paño l de Améri ca h abl am os del
sino en evol ucio n es di ve rge ntes
espa ño l y no d e un a lengua nueva; y qu e adem ás tampoco se trata de un a lengua
En palabras de Sánchez Mé n de (2003: 105 ) ni velad a y homogénea sino de un a le ngua co n su natural va riació n di alec tal. En
En Améri ca la es tandar iza:ió n de las va ri ed ad es se cumplió en mayor o me- o tras pala b ras, cree m os qu e el re m a q ue nos oc up a es la d etermin aci ó n d e la le n -
no r g rado d epend ie nd o re grrn nú m ero de factores qu e actu aron e n cada gua qu e va a impo nerse e n Améri ca y el p roceso d e su arraiga mien to.

Ri varo la ( 1996, citado por Q uesada Pach eco 2000) niega la ko inizació n canco en
la Penínsul a co mo en Am éri ca, e n cal se ntido aco ca qu e lo qu e se di o fu e la ex te n-
sió n y el d o m in io de l caste llano en de crimento de otras lenguas ve rn ác ul as pen in-
sul a res co m o el arago nés )' el leo nés cuyos hablantes est uviero n escasa m e n te re-
Se cons idera variedad esr:índa r cono la fo rma co difi cadJ. de: un id ioma que es ace ptada }' sir vc: dc:
ll-
modelo auna comunid ad rela{ivrn c: ntc gra nde: (Fo nrJnellt1 1992 : 48 ) .
61

60
presentados en la colonización 14 . Cabría rec-0 n oce r, en es re particular, la existen-
Lo que sí hay qu e tomar en cue nta es el prestigio de di chos rasgos y de las varieda-
cia de tempranos p rocesos diglósicos 15 en lo s qu e las fu ncio nes d e la le ng ua aira
des en. que se dan ; de este presri g io go zaro n, al m enos en la época inicial de la
habrían sido cumplidas por el castellano y las de la lengua baja por las d emás
co nquista Y la colonizació n , las hab las a ndalu zas, co nsideradas ex tensiones d el
lenguas ve rn áculas de la penínsul a y las leng uas autóctonas a m e ri ca nas, segú n
castella no (Rivaro la 1996, Quesada Pac heco ). Más tarde, a causa de los aco nteci-
cada caso 16.
mi e ntos de la península, como e l traslad o de la ca pital desd e Toledo a Madrid, as í
Ah ora bien, en lo que respecta al proceso de no rm ali zac ió n seg ún el c ua l " . . un a co m o por la instaurac ió n de la Real Acade mia, regresó la no rm a hacia la variedad
Vari edad de una lengua pasa a se r ace ptada por roda la co munidad lingüística de Cas tilla la Vieja. Es imp o rt a nte reco rd a r también, en rel ac ión con la
corno una norma supradialectal - la forma ' mejor' de la lengua - que se sitúa po r estandarización, encendida co mo culti vo de la lengua, co mo la acción normalizadora
encima de los dialectos region ales y sociales" (Fe rguso n 1968 : 32, en Fasold 1996: q.u e ejercieron d esd e un prin c ipi o los g ramát icos tanto en España como en Amé-
37 1), podemos precisar que en la co nform ac ión d el es paño l de Am é rica pa rece n r1 ca, al ocuparse de fij ar y difundir las n orm as de una lengua que se expandía
haber prevalecido las variedades m eridion ales . aceleradamente antes de c umplir su ciclo de d esa rro ll o interno.

En cua nro a los rasgos que se h an considerado e n el estudio d e la koin é americana Granda (199.4) hace un a impor ta nt e aco tac ió n en torno al problema que nos
encontramos, por una parte, los que caracterizan a los di alectos donde la di stan- ocupa, es d ecir, la acomodación lingüísúca qu e puede producirse c uando los
cia entre la oralidad y escritura so n mayores, llamados tamb ién radi cales (cf. Zamora ha blantes inm ersos en un a situac ió n de habla tienen modalidades idiomáticas
Y Gui ta re 1982). Estos rasgos, co mo ha sido co mprobado (G rand a 1994, Frago diferentes pero qui e re n ace rcarse a la va riedad "prestigiosa" usada por sus
1999), se originaron en la Pen ín sula antes del des cubrimien ro, de m o do qu e mal Inte rl ocutores. Lo interesa nte es que, en esta concepció n , el é nfasis se desplaza
pueden considerarse pruebas d e nive lació n a meri cana. Otros, se ñalados por Granda d esde el producto: la leng ua mi sma, hac ia el proceso d e interacc ión , en otras
( l 9S4) co mo son la utili zación exclusiva de ustedes, la prese rvación del mod elo palab ras.' , se dej a de privilegiar el código lingüístico pa ra destacar el proceso de
(
acenrual háyamos, téngamos, el mantenimiento del sistem a etimológico de clíticos mteraccton en el que están en vue ltos los h ablantes. Es allí donde debe busca rse el
de t~rce ra persona y, mu y pos iblemente , la refo rmul ac ión s implificadora del núcleo de esta disc usión, en los procesos sociales y políticos que llevan de la im-
subsistema de posesivos, bien merecen un estudio aparre. De lo que no hay duda posi ció.n de la lengua a la de la(s) no rm a(s) que surgieron e n América. El proble-
es de que haya habido luego procesos de variación y ca mbio , como es norm al en ma radi ca en la co nstru cció n d e relac io nes sociales de identidad y diferencia y en
tod.is las lenguas con mecanismos de simp.ificac ión y reducc ió n, procesos pro- la creación de estereotipos culturales sob re los hablantes y los grupos sociales; en
pios del contacto lingüístico en los que no pod e mos entra r en detalle 17 • otras palabras, en lo qu e hoy se denomina co m o ideo logías lingüísticas (Woolard
1998). Estos procesos es tán íntim am ente relacio nados co n la construcción de las
identidades naci o nales e n todo el territorio hispano habla nte de la época, en el
viejo y en el nuevo mundo .

14. Sería absurdo pensar por ejem p lo que hub iera l-ubido una ''ni velac ió n" co n el ga ll ego; distinto es
co nstam qu e hay un a influencia del ga ll ego y delportu ~ués so b re el españo l.
15. La diglosia es un tipo de bilingüismo, en el que un ade las dos leng uas p n.:·senra un es ramto so cio po lítico
inferio r. Ala lengua superior se le llama lengua alca: a la in fe ri or, len gua baja . Funciones de la lc:ngua alca
son, por ejemplo, el uso en el gobierno, la educ ac ió1 y la reli g ió n ; de la le ngua baja, el uso hogareño .
16. Haciendo una proyección has ra nuestro ti1:mpo pu:de ve rse có m o la o fi c iali zac ió n del cascelbn o se di o
más profundamenre en A m érica , dado que el pes, co n fcriJ o a le ngua s diferenres de la casrellana es
mayo r en la Pen ínsu la qu e el qu e s e otorga a las ln gu,.¡ s indíge nas am e ricanas, lo c ua l no deja de se r
simból ico.
17. Remiti mos a la ob ra de Sil va C orvalán ( 199 6) , Eli.inci n ( 1992) , pa ra casos particulares de com acto en
el co nrin!ntc y a la am plísim a bibli ografía so bre d e ma J e los co nractos qu e no podemos rc:vis:u aguí.
62
63
Los contactos
El español en los Indios ·:· Los procesos y los políticos
lingüísticos •:• Lo influencio indígena en el espa ñol
americano ·:· Los indigenismos en lo diferenciac ión
léxico del españ ol de Américo ·:· Américo y Áfr ico
•:• Lo !ralo y lo escla vitud en el Car ibe •:· Áfrico en
Américo •:• Los lenguas africanos y su influencio en el
español de Amér ico •:• El léxico de origen africano
•:• In fluencias criollos o africanos en lo sinloxis y lo
fo nético •:• El inglés .;. El porlug ués

65
Los contactos

... el descubrimi ento de Am éri ca no só lo es escnci;i l para nosorros hor en d ía


porque es un enc uenrro exr remo y ej empl ar: al lado de ese va lo r paradigmático
rien e orro más de causalid ad direcra. C ierro es qu e la hi stori a d el gloho es tá
hecha de conq ui stas y de derroras, de colo ni za ciones y de descuhrimienros d,· los
otros; pero el descubrimiento de Am éri ca es lo qu e anun cia y funda nu ,·srra
identidad presente; aun si roda fecha qu e permirc se parar dos épocas es arbitra-
ri a, no hay nin guna qu e co nve nga má s para marcar el co mi cn w de h era
mod erna que el afi o ele 149 2 ..
Todorov La conquista de América. La cuestión del otro. (198 7:15)

H ay que considerar que el co nta cto lin güíst ico n o es ex tra ño a la m ayoría d e los
h ab la ntes d e la población mundial porque las le ng uas normalm e nte es rfo en Cún -
racto co n otras le ngu as: un a a mp lia parte de la po blac ió n mundi al usa m ás d e un a
le ngua e n su co muni cació n diari a . Sa bemos también que e l siste m a lin gü íst ico es
dinámi co y· que no es pe rfecto, d e m o do que está e n co nstante ca mbi o y que
ge n e ralm e nte los ele m e nto s del sistema ti e ne n en sí m ismos las ca usas d e l ca m-
bio . Pero además de es to y según las nu evas teorías 1e n el estudio del co ntacto
d e be tenerse en cuenta la situac ión sociolingi.iísti ca d e los hab lanres.

Weinreich ( 1974: 17) es tudi a las situacio n es de co ntac to e ntre le n g u as y exp li ca


su s difere ntes manifestac ion es:

... se dirá qu e d os o m ás le n g uas está n en contacto si son usada s alternat iva-


mente por las mi sm as personas. Los indi viduos que usan las le ngua s, so n
po r lo t anto, el punco de co ntacto.

La costumbre de usar alternativamente d os le ng uas será llama<la bilingiiismo


[ ... ]Los casos de desviación co n respecto a las no rm as d e cualqui e r:i de !:is dos
le ng uas qu e ocurren en el habl a de los indi vidu os [ .. J como resultado de
contactos, se rán de nominados fenómenos d e interferencia. [Este último té r-
min o] implica el reaj uste d e pa trones que resulta d e la introdu cc ió n d e e le-
m e ntos ext ra nj eros e n los ca mpo s más altame nte estru cturad os de la le n g ua.

Como l:i. de Tho ma!>o ll )' K.1u fm an de los :1ños 8 0 . \'l.'r so brr.: cs 11,; re1n :1 \Xícinrci c h ¡ 9 -4 ,. s.; .d .1 1')(J8

67
Según Si lva Corv.d.ín, lo, c.rn1bios lin g üísri cos d erivados del contac to parece n o bli ga d as a sa ltar J e las formas m ás primitivas d e desa rro ll o a l.1s m ás adelantadas,
darse e n aq u ellos aspec ro s de las lengu as in vo luc rada s que m ás se parece n. El im pu es u s po r el ho mbre del viejo mund o.
co nta c to se ha romado co mo un promotor ex tern o mu y pode roso del camb io
El co nta cto es un o d e los temas prin cipales de discu sión e n e l es p.1 ñ o l d e América .
ling üísti co y este es uno d e los g rand es probl em as co n que nos enfre nr:i mo s e n el
Ah o ra bien, ¿có m o fue el proceso d e co ntacto d e los es pa ñ o les co n los indíge nas?,
es tudi o del españo l de ,\m ér ica. Los rrab ajos de Jako bso n (19 38), T h o m:iso n y
¿c uá les y có m o fuero n la, le nguas d e estos últimos?, y ¿c uá l h.1 sido la influ encia
Ka ufm an ( 1988 ) v Sih-a Co rd án ( 1996) mu es rran qu e los siste m as ling üísti cos
de las le nguas in dígenas so bre el es pañol?
no so n pe rm eab les a l.1 s tran sfe re nc ias d e elementos qu e no co rresponde n a sus
escructuras intern as o a b s re nd encias d e su d esa rroll o . Thomason y Kaufmann No hav una nimid ad en cu:i. nto a las cifras de la poblac ió n a m e ri cana pa ra el m ,-
(1988) indi ca n , sin em ba rgo, que "es la hi sto ri a soc io lin güística d e los habl a n tes m e nto d e b llegada ele los europeos. Por ejemp lo, Malmberg ( 1966) d a un a cifra
y no la est ru ccura d e su le ngua lo qu e d e re rmina prim ari ame nte el res ultado :1prox im .1cla d e 11 mill ones; Ro se nblat ( 1964), d e 13 a 15 mi llo n es ; G.d c:1 no
ling üístico d el co nr;1cco ele h s len guas" (Tho m ason y Ka ufm a nn 1988: 35). Silva ( 197 5), de m ,is ele 70 m ili o nes. En todo caso, e n lo qu e sí h a:· .1c ue rcl o es en que
Corva lá n (199 6: 6) in siste en t¡ue, aun en la s siru ac io nes d e co ntac to inte nso y de eso pobbc ió n se reduj o drásri ca m ence an tes d e fin a li za r el sig lo XVI y q ue, e n
fuerte pres ión c ultur:i l, los hab la nt es d e la le n g ua en retirada simplifi ca n o alg una s zo nas co mo las A ntillas y el Car ibe, prácti ca m ente desap a reció a ra íz del
sob rege nerali za n las reglas g ra m ati cales pero n o introd u ce n ele m e ntos ele su len- ex termini o provoc;1do vo lun tar ia o in vo luntari a m e nte po r los e urop eos . Ad en ds,
gua qu e pud ie ran ca usa r c:1111bi os radi ca les e n la nu eva. h ay qu e rn m ar e n cue nc a otros procesos como e l m es ti za je, la t ra nsc ulcura ció n y
la abso rc ió n d el indígen a d entro d el ámbito social )' c ulcura l d el co nqu istador.
De esras ideas pod emos in ferir qu e el co nocimie nto d e las sit uac io n es de co ntacto 1
accual entre las le nguas in d ígenas co n el es pañ o l pued e llevarnos a co noce r con L1 pohlac ión in díge n a e n la acwalidacl es de aprox im ad a m e n te 3 0 mill o nes . De
mayo r profu ndidad cuál fue la influen cia d e esca s leng uas en el es pañ o l a m eri ca n o es to , h,1 bl.1 11res m is del 75% es tá e n situación de biling üi sm o, es de cir, qu e ade-
d el primer e ncue nt ro , en el se nrid o propuesto po r Labov (2001) d e usa r el presente m ás de l.1 len gua autóctona habla n ta mbién el es pañol. En a lgun os países se pu e-
para explica r el pasado. En c ua n ro a las leng uas indíge n as que est~ n hoy e n con tacto d e habbr d e mulcilingüi smo e n relació n co n la poblac ió n abo ri ge n pues en un
co n el espa ñ ol, habrá m ayo r ime rfere nca, probable m e nte , en lo s aquellos as pectos mi sm o cs1:i do coex iste n difere ntes nac ion es, ét ni ca y lin g üísti ca mente di fere n-
en que los siste m as lingüísti cos se asemej en m ás . Dich a ime rfere nc ia se se ncirá co n ciad as. Emre los territori os multilingües figur an M éx ico (50 le n gu as, perten e-
mayor fu e rza en las zo nas geog ráficas donde con viva n g randes co ntin gentes de c ie n tes a I O tron cos lin güísticos, co m o el yuto-azteca , el m aya , el oto m a nqu e. el
h ablantes d e lenguas indíge na s con gru pos d e hispa no h a bla m es . mix e-zoquc:, entre o tros. ), G ua te m ala (21 lenguas d el tron co m aya; ad em ,1s se
ha b la ca ribe )' xi nca), Colo mbia (aproximadame m e 7 0 le n gu as, d e los tro ncos
aral1ua co , chibch a, cue rn o y quechu a, entre otros), Perú (G6 le ng uas, ele los tron-
El español en las Indias cos qu echua, ;1 rahuaco, panoraca na, y o tro s) y Bolivia (3 5 le ngu as, de los tron cos

La llegada d e los europeos a Amé ri ca pl1ntea el co mpl ejo problem a del e n c uemro aymara , lluec hua. jaqi , a rahu aco, panocacana y tupí g ua ra ní).
d e do s mundos con desarroll os y c ulnras rad ica lm e nt e di stintas. La diversidad La g ran u ri edad d e len g ua s indígenas e n Am é rica fue ates ti guada po r r\nconio
c ulrn ra l am e rican a se e,·idcn c ia e n e l he:ho dequ e para el m o m en to d el d esc ubri- Tova r en , u Catálogo de l('//guas de la América del Sur d o nd e es rabl ece la exisre n cia
micnro había en suelo am e ri can o, po r u1 a parte, pu ebl os co n un desarro ll o cultu- d e apro xi m.1dam e nte un as 900 lenguas di stintas só lo pa ra es ca 20 11:1 d el co min e n -
ral y tecnoló gico qu e, en algu n as es ferais upe raba a l e u rop eo d e aque l e n ro n ces , y te. Orros J ul o res es tim an qu e, pa ra el siglo XVl , ex istía n en Am é ri ca un ;1s 173
por la ou a, po blacio nes qu e :iú n v iv ía1 e n la eta pa pa leo líti ca y qu e se vieron fami lias lingüís ti cas co n 111 :ís d e 2000 le ng uas y di aleccos cli stilll os . Es ca mulripli -
c id acl mu es t ra un cuadro lingüístico he terogé neo y fra cc io nado. C abe agreg:i r
Según C aho Pérci' (2 000 : 10 ) .. l'sh1Ji.ir lengm en conr3crn r.:~ tant o co mo de tamiPar el pu nro de:
qu e , c11 el re rri tor io a mn ica no, un a posibl e unifi cació n lin güísti ca co n base e n h s
e nrnent ro de las dt:'.\iauoni.:s so br~ !:t nn rm ::1 enr ral c¡ue propor c io na ,..:! :11dl isis n uclear d e" l.1 s lenguJ.S len giu; i1 1díge nas imperi ales : n:í huad y qu echu a , fue int e rrumpida p o r la lkg:ida
conc.ide raJ ..., por sq n ra<lo".
de los esp.1 iíol es .
68 69
Lope Blanch (1992: 326-328) o pina q¡ue la influenc ia indíge na es un a de las
tre hablar romance castellano y que se trabaje con todos Los caciques e indios, cuando
ca racterísticas definitori as del es pa ño l ame rica no pero reco mi e nd a anali za r y pre-
fue re posible, que hablen ct1S1ellano.
c isa r su g rado o intensidad sobre todo po·rqu e co nsidera necesario di stin guir e nrre
las situac io n es del sustrato1 lingüísti co en se n tid o es tri cto, y h s situ ac io nes y co n- La conquisr:i y la co lon iz;1c ió n fuero n un a mism a empresa que tuvo que e nfre nta r
sec ue n c ias del adstrati o de casos de b ilingüismo . El adsr rato se observa e n Para- un serio obstácu lo: la enorme dive rsidad d e las lenguas indíge nas en los terri to ri os
g uay o en reg ion es parti c ul a res d e la pe nínsul a d e Yu cadn ; e l sustrato e n la ma yo r conqu istados. Este hec ho tr:ijo co mo co nsec ue ncia el e mpl eo d e las len g uas indí-
parte de las g ra nd es urbes americanas dond e las le nguas indíge nas han de sa pare- genas para la di a ri a co muni cac ió n, incluso, a veces, ent re los mi smos espú10 les.
c ido cas i tota lme nte. lnic ialm en re, las le nguas indíge nas m ás ex tendidas se usa n co mo Linguas francas,
como por ejemp lo, el náhu acl en México. Sobre es te part icu lar, Fray Rodr igo d e
la C ru z esc ri be a Ca rl os V lo sigui e nte:
Los procesos y las políticas lingüísticas
.. a mi paréceme que VM d ebe ma nda r que todos d epre ndan la leng ua m ex i-
Ellos deben ser buenos se rvid ores y de buen ingc:ni o. que veo muy presw dizen ca n a, po rqu e ya no h ay pueblos que no haya mu ch os indios que no la se pa n ,
codo lo que les dezía. Y creo que li gera mente se har ían cristianos, que me pareció y la d e prenda n sin ningún trabajo, sino de uso, y mu y muchos se co nfi esa n en
que ninguna secta tenían . Yo plaziendo a Nuestro Se ñor leva ré de :i.q uí al tiempo
ella y hay fra iles muy g randes leng uas (Mo reno d e Alb:i 199 5: 52).
de m i panid:1 se is a Vues tras Altezas
para que deprendan fa blar. En la prime ra etapa d e ca tequizac ió n se da impo rta nc ia a la educac ión d e los
Cristóbal Colón . Diario del primer viaje a Amé1·ica. "prin c ipales", es d ec ir, d e los hij os de reyes y se ñores, qui e nes d esd e los conventos,
d ebía n ta mbi é n co n ve rtirse en au xili a res de la ca tequ es is. Por eje mpl o, en e l Co-
E n la co lon ización española se d a n dos Jrocesos para lelos : la ca cequi zació n y la legio d e Sa nca C ru z d e Tl atelolco e n 1 536 había 60 estud iantes , todo s e llos indí-
hispa ni zación; as imismo, coex isten ta mbitn en es te período d os poderes paralelos: genas d e no ble abo le ngo. Durante es ta primera etapa d e la colon ización, el apren-
la iglesia y el go bierno. En un prim er mo1:1 ento ti ene mayor peso la ca tequizac ió n, dizaje d e la le ngua espa ño la no se lleva a cabo por a rre (a pa rtir d e un a gramática
m ás tarde el énfasis se pone en la enseñanz1 del españ o l. La hispa nizac ión se acelera y d e la enseñanza), sino por uso . Sin duda , era un a ca rga exces iva pa ra los fraile s
a parcir d e 1767 cuando para co ntra rres tar el pode r d e la igles ia los jesuitas so n enseñar cas tell ano, pero los mism os reli g iosos conside raban qu e la ignora nc ia del
exp ul sado s de los te rritori os d o minad os por la Corona Españo la. castellano prese rvaba a los indíge nas de una serie de peligros. Los misioneros se
convirtiero n ento nces en los jefes d e los ase nramienros, es tabl ecié ndose un a ba-
En las Ant illas, la hispanizaci ó n se da rá1 idamente, e ntr e o tras razon es, po r la
rrera entre indi os y es paño les no reli giosos5.
exti nc ió n d e la po blació n abor ige n d ebilo a las e n fermedades europeas y a los
e nfre ntamientos bélicos. En los rerritorics continentales la po blaci ó n indíge na, Moreno d e Alba ( 1995: 54) cica trozos sucesivos de Cédulas qu e se refi ere n a la
e n ca mbi o, es mu y numerosa y d e e lla p-ovino la man o de o bra para ex trae r la enseñanza d e la le ng ua , unid a a la neces idad d e enseñar la doctrin a. Una d e escas
riqueza america n a. Según Moreno d e AHa ( 1995 : 50), ya en 1503 las Instruccio- cédu las, la d el 7 d e juni o de 1550, de Ca rl os V al virrey d e N ueva Es paña , se i'i ala:
nes Reales ordenaban que se ag rupara a losi~dios en pueblos para se r ad oc trin ad os Co m o una d e las princ ipales cosas qu e Nos d esea mos pa ra el bien d e es:i
co mo pe rsonas libres y n o co mo s ie rvo s. E: n 151 6 las Instrucciones de los Padres cie rra es la sa lvac ió n e in st ru cc ió n y co nversió n a nu es tra Sanca Fe Ca tó li ca
Je rónimos especificaban, e n rel ac ió n co n :is hij os d e los caciyu es, que se Les mues- de los nat urales d e lla [ ... ] y as í, tra tando d e los medios que para es te fin se
podría n tene r, h a parec ido que uno de ellos y el más principal se ría d a r

3. Ver cap ímo 3, nota 2.


Se co n s id<ra :ids traro a !J relac ión de coex is te nci :s in que nin gun:1 d e la:; lenguas l.°n co nra c to <.k sapa·
5 La Corona, s in e mb argo, e l.1boró ca rrilb s des tinadas a la in strucción de= los indios mexicanos: en 1533.
reica , sin iue una ll egue a sume r gi r 3 la o tra (c f. )bedience 2000: 11 )
po r ejemplo, se imprim ieron 12 .000. (Mo reno de Alba 1995:54 )
70
71
o rd e n cómo a esas ge ntes se les e nse nase l!lues cra lengua cas cell ana (c icado e n instrumenta y se d ifunde la o bli gación d e e n se n ar la le ngua cas tell an a. En 1767 se
1\!ore no de Alba, 1995:54). expu lsa a los tres mil jesu itas qu e vive n e n territori os de la Coro n a Es pano la en
Am éri ca. A jui c io de Moreno d e Alba ( 1995 :48), és ta fu e la prime ra gra n m edida
Po r o rra parce, h av qu e tom ar e n cuenca que, .s i la p ropaga ció n de l.1 le n gua es p a-
co ntra las len guas indíge nas si se considera que en sus rrducciones y colegios la catequesis
no la en Amé ri ca o b ed eció en gran parre a la pres ió n uni fo rm aJora eje rc ida por
y la enseñanza se hacía en Lenguas indígenas.
los órga nos de l poder escacal penin sul ar, la co n se rvación de: Lis le ngua s indíge n as
se d ebió en gra n parce ta mbi én a la po líci ca lin güísti ca seguida po r la iglesia y los Ca rl os 111 , e n su Cédul a d e A ra nj uez, o rde na qu e de una ¡,ez ;e llegue a conseguir el
co lonizadores, para logra r la eva ngeli zac ió n de los indíge nas. Ambas polít icas (la que se extingan los diferentes idiomas de que se u;a l'l"l los m ú rnos dominios (Amfri ca
im pos ició n d e l:1 le ng u a d el conq ui stad o r y la eva nge li zación e n len gua nati va} y Fi li pinas) y sólo se hable el castellano. Según Mo reno d e Alba ( 1995) , es te fin n o
chocaro n e inte rfiri ero n e nrre sí dura nte una buen a parre del perí od o co lo ni al. se log ró y c uand o ll egó la indepe nd en c ia h abía todav ía un a e no rm e poblac ió n
E n 1580, Feli pe II di spuso qu e se es tabl ecie ran cá ted ras d e las len guas ge n erales y margin al que n o hab laba es pano l. Más :.i lLí de este co n jun to de po líticas co ntra-
que no se le perm itiera ven ir a América a sace rd otes que n o supi eran la len g u a d e d icto ri as co n respecto a las le ng u as indíge n :.is, el fa ctor qu e ve rdad e ra m e nte co n-
la pro vin cia do nd e p ensaba n resid ir; e n ig ual se nti do se pron un c ió en 1583 el tribu yó a la hi spa ni zac ió n fue el m est izaj e .
Te rce r Co nc il io Lime no. Los mi sioneros, esp~cia lm ente lo s jesuitas, se d edi caro n
con ahín co a la elabo rac ió n de artes, gram:íticas y voca bula rios de lé ng uas n a tivas
para evange li z:ir en e ll as co n más fac ilidad . Los grup os re li g io sos qu e rege ntab a n La influencia indígena en el español am e ricano
las co lo nias de l Paraná, al sureste d el Paragu ay, evitaron camb i¿n ab ie rta m e nte e l La convive nc ia de l espano l co n num erosas leng u as indíge nas ini ciad a e n 1492
es púwl para impedir q u e los indi os tomaran los vic ios de la civiliz:ic ió n europea. no h a cesad o h as ta h oy. La influe nc ia d e es ta s lé ng,u as en el hab la de las di ve rsas
Escas po líti ca lin güística en pro d e la eva n gd izac ió n trajo co m o consecue ncia la regio nes d e Hi spa noa m é ri ca ha pe rm anec ido, e n d ife re nte m edid a, h as ta el pre-
atens ió n de las len g uas indígenas y la co n se:ue nte difu s ió n d e num erosas voces se nte . Sin emb:i rgo, estas influ enc ias no h an sido, en ningú n caso, del mism o
qu e se propagaron por todo el territori o americano y h as ta E uropa . tip o, ni d e la mi sm a inte nsidad . El p eso y arra igo d e las le nguas indíge n as está
En el a prenJiiaje tanto del espano l por los in:líge nas , co m o de las leng uas indíge- relac io nado co n la fu erza que di ch as le ng uas tu viero n en sus regio n es de orige n y
nas po r parte de los espano les, jugó un pape importante e l prest igio q ue daba el que co nserva n todavía e n algun as co munidad es.
b il ingüismo, cal co m o se d es prend e d e la c it:: d el In ca Ga rc ilaso cua ndo se refi e re
La Amé ri ca preco lomb in a se m os tró a los co nqui stad o res co m o un inmenso mo-
a los indi os a qu ie nes el co n oci mi en to del ca:tella no los h acía ... má; nobles, más
saico fo rmado po r un a multipli cidad d e le nguas in tername nte dife re nciadas en
adornados ¡1 mrÍ; capaces en sus entendimientos y lo que más estiman es que los demás num erosos di alectos. Es te esqu em a lin gü íst ico de base, ta n fragmentado y di símil,
indios de s;1 p11eblo los honran y tienen en má. por esta lengua real que aprendiero n unid o a las dife re n c ias en la c ron o logía d e los d esc u brimientos y los poblamiento s
(Frago v Franco (20 01: 187) en el t ip o d e co n qu ista y co lo ni zac ió n , traj o como co n sec ue nc ia un diferente
Asi m ismo, pua los fra iles, e n su b üsqueda ie b salva c ión de Li s al m as , era cas i influj o d e las leng uas amer in d ias para cada regió n . Estas le nguas se presentan para
un a necesidad el co n oc imie nto d e las len g u :s indíge nas p a ra aprovech ar las pos i- el espa nol d esd e d os posic io nes : co m o su strato y co mo ad strato.
bilidades d e tva ngelizac ió n que esta ca pacidd les d a ba . E n 1524 en Méx ico, los Co m o vimos antes, su st rato es la leng ua que, a co n sec ue ncia de una in vas ió n, es
fran ciscanos propo nen el a prendizaje de la len guas indígen:1s po r parce d e los su stituid a por o tra, pero deja en la nu eva lengua algunos rasgos co m o palabras,
reli giosos; la in reg ració n en es tos pu e blos le co nfi e re ta mbi én ma yo r h a bilidad co nstrucc io n es g ra m ati ca les y h ábitos fo n bico s o d e e n to nac ió n. Indepe ndi e nte-
en el rrato con ell os , de lo c ua l se be n e fici arn in duJ a a lgun a tarnb ién los colo nos m ente d e qu e se ace pte o no la teoría d e l sus trato, no se podría h ablar de un
y Li Co rona Espai1ola (Frago y Franco 2001 188 ). sus trato indígena único e n la formación <lel esp:i no l de Amé ri ca. H a bría, por el
La cn se 1í:1nz2 v e l cul tivo m ás o menos sistenát ico de la lengua es pa rí o la com ie n - co nt ra ri o, un a influe nc ia distinta par:i cada regió n y, por ran to , un suscrato tam -
zan e n el siglo xvm en la eta.pa ll a m ada.~e hi spa ni zac ió n ; e n es ta e tapa, se b ién diferente. El sustrato d e cad a va ria nre reg io na l se dete rmin a to m a nd o en

72 73
cuenta la le ngua o las lenguas amerindias que hayan estado prese ntes en dicho lingüística. Ni ngú n fe nó meno fonológico o fo néti co, mo rfo lóg ico o sintáctico
territorio hast:i el m o mento d e la co nquista y colonizació n. Así, se podrá habl ar del es pañol peninsul a r pu ed e atribuirse a las le nguas am e rin dias, sí e n cambi o
del taín o y d el a rahu:ico como sustrato del español de Las Antillas pero nunca del cierta ca ntidad de voces que lo vinieron a enriquecer (i\ lo reno de Alba 199 5: 54)
náhuad el cual tendrá ca rácter de sustrato solamente en México. Las prin cipales á reas y le nguas indíge nas d e Am é ri ca so n las sigui entes :
En el siglo XVI había, pues, un ínfimo núcleo de españoles peninsulares que l. Islas del Ca rib e: a rahu aco, taíno y ca ribe.
hablab:i n su cas tellano peninsular y un grueso de la población que tenía el caste-
llano co mo lengua aprendida. Pero toda lengua aprendida se hab la co n hábitos 2. Costa norte de Venezuela y Co lomb ia: ca rib e y ar.1huaco.
lingüísticos -entonación y base fonética - de la lengua materna. Esos elementos 3. Ti erra firm e de Ce ntroamérica: cun a y chi bcha .
de la lengua conquistada que pasan a la de la población general constituyen lo
4. No rte de Mesoa méri ca y sureste de M éx ico : maya\' q ui c hé.
que llamamos hoy el substrato lingüístico (Rose nblat 1989, 255).
5. M éxico ce ntral y occidental: náhu at l.
En estrecha relación co n el co ncepto de sustrato se habla también de adstrato, es
Importanto
el caso de exte nsas regiones de América en las que hay una influencia sostenida y 6. Norte y centro de los Andes: quech ua, chi bcha y ar ma ra.
pe,manente entre la lengua indígena y el español. Este tipo de situación llega a su
7. Río de la Placa y afluent es: tupí- guaraní.
máxima expresió n en algu nas co mu:iidades bilingües d e México, Paraguay y Pe rú.
8. Suroeste de América (Chile): mapu che.
Los estudiosos del espa ñol am ericano han considerado la influencia de las lenguas
indígenas de manera muy distinta. Algunos la han valorado ampliamente, otros, En relac ió n co n la influencia d e las lengu as indíge nas e n el es pañol, hay qu e
por el contrari o, la han circunscrito a ciertas á reas dialecta les, o la han restringido seña lar qu e no exisren r:isgos lingüísti cos generali zados produ cto de su influ encia,
só lo a dete rmin ados niveles de lengua. más all á de los rasgos léxicos que están exte ndid os e n todo el espa ñol de América.
Esto se ex plica por la gran di vers idad de le nguas indígenas de la América preco-
Para Zamora M uné ( 1976: 124) hay factores que determinaron el mayor o menor
lo mbina. López Morales (1998: 78) corrobora este pl antea miento :
influjo de las le nguas indígenas en li caracterización del español americano de las
distintas regio nes, escas so n: i) el desarrollo cronológico y espacial de la conquis- En lo que respecta a aspectos gramatica les y fono lógicos, ha pervivido cierta
ta, es decir, el momento más tempr;no o más tardío en que los españoles entraron co nfusió n. Todos los fen ómenos que se han estudi ado so n -s in duda- el
en contacto co n sus hablantes y ii) a importancia económica para los co nquista- producto de tra nsferencias de las gramáticas indíge nas al es paño l de sujetos
dores de los pueblos hablantes de ests lenguas. Este mismo autor tambi é n conce- b ilin gües co n limitada competencia en es pa ño l; so n el producto de lenguas
de importancia a otros factores corro son la novedad y el nivel de las c ulturas. e n contacto . Es lo qu e sucede, por ejemplo, co n el ca n citado fe nó m eno de
reducció n del sistema vocálico español a eres puntos / i a u/ por influjo del
Las lenguas indígenas regionales vana favorecer la diferenciación dialectal hispano-
quec hua. Co nvie ne subrayar que es fen ó me no qu e se da e n habl antes bilin-
americana y le van a dar carácter propio al habla de las distintas com unidades. La
gües del altiplan o ec u:iroriano y peruan o, nada qu e haya pe rm cado el es pa-
presencia d e escas lenguas en el esp.ñol americano se da fundament almente en el
ñol general de esas zo nas ni el de los hab lant es bi lingües equilibrados. Al
plano léxico, los indigenismos se procucen con m ayo r fuerza en aquellas á reas de la
ma rgen del voca bulario , las influenc ias indíge nas no ac ie rta n a ex pli ca r nin-
realidad qu e ira n desco nocidas para bs europeos, estas voces sirvieron para llenar las
guno de los fen ó m e nos d el español ame ri ca no.
lagunas lingüísticas y culturales; una ve; llenado un vacío, y generaliuzdo el uso, era raro
que se sustitu;era un indigenismv por ,tro (Zamora Muné 1976: 112). Por tal razón , Para co mprender la influe ncia de las le nguas indígenas en los distintos planos
los indigenismos nos permiten hoy a.racterizar las distintas variedades americanas. lin güísticos del español d e las diferentes regio nes de Amé ri c:i ha y qu e te ner pre-
senr e q ue es cas le nguas influye ron en distin tos ni ve les ve n d ifere ntes mom entos.
Escas lenguas aborígenes de Améria, como es obvio, só lo pudieron influir en el
D e un a forma ge ne ral se ha n clasificado co mo sigue:
español gen eral en el nivel léxico, p ies se trata del más superficial de la estructura

74 75
leng uas del prim er co n tacto: ra ín o (l e ngua d e o ri ge n arahu aco qu e se h a bló
en la Isla d e San to D o min go), ca rib e y a rahu aco.

11. le n g uas ge n e rales, q ue se h ablaba n e n vascos te rri ro ri os y qu e ex te nd ie ro n su


área d e influe nc ia d es pu és d e la co n q ui sta: ná hu a tl )' t¡uec hu a.

iii . le ng uas reg io n ales (d esa pa recid as o vige n tes ).

La in fl uenc ia de las lenguas indíge nas se rá m ás m a rcada e irá más all á d e l pla no
,\
l~x ico (fo nético y m o rfos inrácri co) en aq uellas zo nas de l co n cine nce en las qu e se:

l
ch u n a re lac ió n d e ad straro y e n las c u a les h ay un a sit u ac ió n sos te nid a de
i111erfe re nc ia lin g üísti ca, co m o po r eje mpl o en zo n as d e Bo li via , Méx ico y Pe rú.

En el caso de Ve nezuela , Rose nblac ( 1989, 258) señah lo sigui e nte:


,.
1
La influ en cia indígena se manifies ta sin dud a en la e nto n ac ió n regio nal. Es
1· un hec h o d e la lin güísti ca ge ne ral q ue to d a la p o bl ac ió n nu eva ad qui e re la
!,
le ng ua co nqui stad o ra co n su p ro pia e nt o n ac ió n . L:1 po bl ac ió n indíge n a y
mest iza de los siglos XV I y )...'VII h ab ló sin du da e l españo l con la to n ada
peculi a r de sus antepasados indio s. Esa to nada se fue aten ua nd o en algunas
reg io n es y se m antu vo m ás fue rte e n o tras [ .. J. Es posib le ta m b ié n que la
hrrn eza del co nso nantism o a ndin o y el cadcre r silba nte d e su s se d eb:i a u na
leja n a influe ncia d e las lengu as indíge nas . L is k ngu;1s d e los And es am e ri -
ca nos m anifi estan un a no tabl e riqueza co nso n á nti ca -e n co ntraste co n la
po b reza vocá lica- so bre codo d e co nso n a ntes im p los ivas .
DAIMARA
Al refe rirse a la topografía co m o elem ento diferen c iad o r en Am éri ca, Rose n b la L
• ~RAH\.JACO \ .· ,. abo rd a el tem a d e la influenc ia d e las le ng uas indíge nas so bre el fofl eti sm o d e l
LJ ~RAUCANO \.-~ •r .' ' r- espa ño l hab lado en el co nrin e nre am eri ca no .
• CARIBE Pa rti e nd o d e d os supu es tos es re auto r se ña la: i) qu e el co m acto interlin gü ísr ico es
~CH18CHA u no d e los fac to res m ás acti vos de la evo lu c ió n ling üísti ca y que és te de be se r
~OU[CHUt.
co nsid erad o co m o una acció n qu e se o pe ra d entro d el m a rco d el siste m a; ii ) q ue
las ca tego rías d e H e nríqu ez U re ña so n lin güísti ca m e n te suste n tab les co m o cate-
.MAYA
gorías de di stin ció n di alectal basadas e n rasgos d e p ron u n ciac ió n (cf Obed ie n te
[illffiill LtnQUOI tmporen1o<l o1 con ti MAYA l 997: 4 1) Rose nbl ac. Se basa en la co n statació n d e qu e, en la Amé ri ca Hi spa na,
~NAHLIATL y VT O- AZ T[CA e n las tie rras bajas se relaja el co nso na n cism o, sob re codo el imp losivo, mi e nt ra s
~ TUPi'-GUARAN I
qu e, po r el co ntra ri o , en las cie rras airas se refu erza el mi sm o y "se ad opra n
im p losivas nu evas, fon em as y grup os co nso nánti cos ex t raños a la lengua" (Roscnb lar
Q0trosle nQ4,.J01
1997: 126). La idea d e Rose nbl ar es qu e si bien l::i re lajac ión co nso n ::ínr ica se
p uede exp lica r coino "pro lo ngac ión o cumplimi ento g rad ual d e viejas te n d e nc ias
de l cas rell:in o, ex trem ad as en su va ri ed a d m eridi o nal" (pág. 133), en ca m b io e l
76 77
refu erzo consonántico de las ri err.as airas "ma rcha dec ididamente contra la co- Los indigenismos en la diferenciación léxica del español de América
rriente cas tellana"; afirma as imi smo qu e "1m a :1mpli ,1 tend enc ia de es ta naruraleza La mayo r influ en cia d e las lenguas indígenas se d a e n el plano léxico; el influjo e n
no parece que pueda exp lica rse por el juego endóge n o d el sistema sino por la los o cros ni ve les d e la len gua es cá limitad o al h abla de aquellas regiones con nu -
interve n c ió n de una influenc ia exrra ñ:1. Es:i influ e ncia no ve mos qu e pued a se r meros3 po bl ac ió n indígen a, aun cuando nun ca llega a alcanzar el grado de impo r-
otra que el ca rácter d e l co nso n antis mo de las le nguas indíge nas d e la m ese ta am e- tan c ia qu e le a tribu yó Lenz. También, segú n Moreno d e Alba ( 1995 ) , lo s
ri ca na" (Ro senblat 1997: 147)6. ind ige nism o s e ntran solam e nt e e n el ni ve l léxico , el m ás superficial d e los ni ve les .
Ma lmberg (1966) sos tie ne que nuestro conocimie nto de los di alectos es paño les d e A su jui c io, no se pueden at ribuir fe nó m e n os si ntác ti cos o fonét icos a la influ e n-
la época de la co nquista es de m as iad o v:igo para :i tribuir las características del es pa- cia indígena .
ñol americano a influ encias ex tern as . Ana li za va ri os fenómenos fonéticos, ent re El influ jo d e las lenguas indíge nas en el ni ve l de l léx ico d ebe se r dividida y ca rac-
ellos, la ausencia d e la disti nció n /8 / Is/; au senc ia de la di stin ción I ÁI /y/; ausencia ter izada, señala ndo a qué cipo d e le ngu a del prim er co ntacto (ge n eral o regi o n al)
de la distinción entre ve lares y fri cativas fiú ! hui; palaralizació n de j; ve lar ización d e pertenece n los indigenism os y en q ué mom ento se inco rporaron al es pañol d e las
n final. Este autor llega a la co nclusión de qu e no hay tendencias lingüísticas extra- di stintas áreas . Los indigeni sm os d esignan , co m o es d e suponer, diferentes ca mpos
ñas al sistem a españo l y que nin gún fe nó meno de orige n indígena está ex tendido d e de la rea lidad. Su difu sió n fue m aro r o m e no r d e ac uerd o co n el dominio al qu e:
manera general y uniform e e n tod o el te rri torio hispa n oam eri ca no. perten ecía n tanto e n el área hispánica, co mo en ocras le nguas. Mie ntras qu e las
1
Para Frago y Franco (2001 ), po r su parte, e l contacto d e las lenguas indígenas e n voces referid as a cos tumbres loca listas qued aro n rezagas en el ámbito fami liar, o tras
:\1
li el español parece ser respo nsa ble d e la co nse rva c ió n d e la o posición I f../ - /y/ co n viajaron junto co n sus refe rentes a di srimas lat itudes. Segú n Moríñigo (1964: 2 19) ,
I',¡
di stintas realizaciones fó ni cas pa ra esto s fonemas e n todo el territorio d e los An- y fl o ra los es pa ñol es inco rporaro n a su habl a
r Aparre d e los nombres d e fa una
des, so bre todo en el domini o paragLayo, d o nde , seg ún es to s a utores, "los sustratos no mbres d e algunos alim ento s, ce rem o ni as, obj etos d e la vida mate rial en
j\ quechua -aimara y guaraní seg ura rrente ha n supu es to una. eficaz fuerza para la genera l y d en o minac iones re fe re ntes a la organización social, pe ro co m o
retención del par fonemáti co d e l e; pañ o l" (Frago y Fra nco 2001: 29) , aunque estas voces en su mayo r pa rre se refe ría n a la vida d e los indios , o a la v ida
también es posible que la res po nsa bilidad d e h co nse rvac ió n de este rasgo se dé ame ri ca na e n parti cul a r, si se propaga ron por toda Amé ri ca, no llegaron a
por apego a la tradic ió n. Las co munid ades indíge n as se rían, para estos autores, po pula ri za rse en España, popularización que la vida diferente hacía imposi-
res ponsables de la conse rvac ión d , este rasgo e n su s zo nas , como un a forma b le , y en mu chos casos n o ll egaro n siquie ra a se r co n ocidas.
idencificadora y separado ra, a la vez, d e las regio n c:s e n las que se dio la nive lació n.
1 Los indige ni sm os léxicos entran pro nto e n el es pañ o l. A los prim e ros ex pedi c io -
En cua nto a la m orfol ogía, se ñ:ila Rcse nbl a r ( 19 89: 259) qu e sólo e n e l siste ma d e na ri os y co nqui stadores se les impuso un a realidad d esco nocida, y por lo ta nto,
sufijos podría encontrarse qui zás al ~un a influe nc ia, so bre todo en los sufij os -oco inn o minad a; por ello, a nte la neces idad d e no mbra r lo qu e los rodeaba, e n mu -
y-eco que se enc uentran e n voces ve rezo lanas co mo zaperoco, patu!eco, marruñeco, chos casos tu vieron que rec urrir a la s leng uas nativas e in co rporar a su voca bulari o

¡
1
wñeco, etc. prés tam os d e las le nguas indíge nas, espec ialmente d e aque llas co n las que tu vie-
ron el prime r co ntac to. Este hec ho hi zo qu e voces o riundas d e las Ant illas se
difundi era n po r to do el co ntin e nte y se in co rporaran , d esd e este primer mom e n-
)r
to, al españo l peninsular. Moríiiigo ( 1964 : 21 7) se ñala al res pecto:

El proceso de pen e tr:ic ió n d e los indi ge ni sm os america n os e n el léxico es pa-


ño l empi eza, como se sabe , co n el primer viaje de Co ló n , y h asta el prese n te
no ha te rminad o . Co m o todo h ec h o nac id o d e l ch oqu e d e do s mund o ,
p3 ra an pliar esrere ma, rcco rnc nd :unos cm ul rar ,:1 rrab:i j" de ObC"di cnrc (1997) sobre la actua lidad de mu y Jif.:rentes n o só lo d esd e el punro de vista cultural, sino tambi é n d esde
los p!,ueamien ros fon ológi cos de An ge l .osc nb!;n

78
el de la natura leza d el m undo f ís ico, el proceso ha sid o mu y co mpl ejo, mu - entre las di stintas regio nes de l co ntin ente . H ay qu e se ñ ala r que , co n mu ch a fre -
cho m ás co mpl ejo aún qu e los o t ros de la mism a es pecie co nocid os del mund o cuen cia y d ebid o a las di fe re nc i.1s cro no lógicas e n el desa rroll o d e la co nqui sr:1 y
ant iguo, po rque el cho qu e fue d e l:i m ayo r vio lencia imag in ab le, para e u ro - d e la co lo ni zac ió n , se apl icaron \·a ri as so luc io nes para d es ig na r u na so la rea lid ad .
peos y a meri ca n os, ya qu e amb os vivía n sin la m e no r sos pec h a d e la ex iste n- Un ej empl o de esto es la serie de pa labras q ue d es ig na n a la m ism a ave: p1.11•0,
cia del ot ro , sin la men o r vislumbre de lo qu e el mund o d el o tro po día se r. gallina de tierra, chompipe, g uf/jo lozey púro. En es te se ntid o, K:1 n y ( 1969:4) da un
Según Za m ora ( 1976), escas \·oces in dígenas so n símbolos q ue ad qui e re n pres ti - interesa nte eje m p lo:
gio, el prestigio de la ex peri enc ia. A l usa r es te léx ico, el co nqui stad o r m oscrab_a Hub o num erosos o bj etos qu e rec ib iero n m ú ltiples no mbres segú n las dis-
que ve rdade ra m ent e era un ve te ran o e n la ex pe ri enc ia am e ri ca n a . Es en ese se nti - tintas d en om in ac io nes loca les. Po r eje mpl o, el aura tenía d oce na s d e no mbres,
do que es re autor incerprera el rexco de Gonza lo Fe rn á ndez de Ov ied o: si algunos e ntre ellos z.op il o re (Méx ico . Cenrro-Am éri ca), zamuro (Venezuela, Co lo m -
vocablos extraños e bárbaros aquí se halfasen fa causa es la novedad de que se tractrm, bia), urubú (R ío de h Phu ) , caran c h o (Río de la Pl aca) y jote (C hil e).
y no se pongan a la cuenta de mi romance... S in emba rgo, los croni stas no sola m en -
Si se h ace un es tudi o d e los in digen ism os e n el espa rí o l, tendre m os cua t ro rea li da -
te impo rtan léxico sino qu e d es ign an las rea lidad es a m e n ca n as co n no mbres es pa-
d es que co n side rar:
ñoles. D e es ta m anera, ll am a rán Lagarto al caimán, león al puma, pavo a l guajolote,
cuervo al wpilote, etc. A p esa r d e su ca rác ter simbó li co, ca be se ñ ala r qu e la lirera- Indi ge ni sm os ge ne ra les en el espa ño l d e ro d as las reg io nes . Co rres po nd e n a
rura colo nial n o se ca racte riza po r d uso d e indige ni sm os; es h ac ia el sig lo XIX, es te g rup o aqu el las voces , co n o ri ge n e n las le nguas d el prim e r co ntacto o e n
duran re la independ en c ia, cua ndo se en cuenrran e n cie rra p oes ía, co m o po r ejem - las le n g u as ge ne rales y q ue h oy so n parre d el léx ico en to d os los di alectos del
plo, en la de Andrés Bello. es p año l, es te es el caso d e ,1g11acare, ranoa, chocolate, carique, rhicle, hamaca,
huracán, jíca ra. niguf/, to1·11f111•, 1iz.r1. etc.
Co mo pane d e los m ovimi en tos li te ra ri os en boga, e n los prim e ros a ñ os del siglo
XX los in dige ni sm os llegaro n a la lite ratura uni ve rsal. As imism o, e ntra ro n e n b.- Aun cuando un gran n úm ero d e vo ces ind íge nas pasó al espa ño l de la Penín -
otras lenguas a través del es p añ o l. aunqu e hay indige nism os qu e e ntra ro n e n sul a, mu chas se qu ed aro n en el i m b iro de la le ng ua u tili zad a e n di stintas re-
nu estra lengu a po r influ en cia del For ru gués y d e l fra n cés 7 . g io nes d e Am éri ca. Escas \·oces b ien p ued en p roced er d e las leng uas ge ne rales
o d e las regio nales, as í po r eje mplo bohío, maní, ají, papa. E n algun o~ casos , las
Ca pítulo aparee merecen los top ó n imos qu e e n cod a His p a n oa m éri ca so n indi ca-
voces se h an di fundid o rec iente m ent e g rac ias a la música pop ul ar, las se ri es d e
ti vos de la influencia indígena y mLes rras de identid ad. Al g un os n o mbres indíge-
tel evisió n , las pelícu l:is y las novelas qu e se ha n di stribuido po r rod a Hi span o-
nas de lu ga r, para cita r so lam ent e un a mu es tra ve nezo la na, so n los sigui e nt es :
am é ri ca, po r eje m p lo: chamaco, chm-ro, mate, guajiro, macanuclo, e re.
Amacttro, Apure, Aragua, Barinas, Cara bobo, Guárico, Táchi ra, Teques, Ya racuy,
Zulia y, en la región andina ve n ez ~l ana, Much uchíes, Mu cujún, M ucubají. c. - H ay un g ran n ú m ero d e voces cuyo e mpl eo no se ha exte ndid o m ás :i ll á d e
la reg ió n d e d o nd e so n o ri ginar ias )', po r tanto, so n ca rac teri za d o ras d el
Co mo se se ñaló anre ri o rmen re, u 1a d e las tres solu c io n es qu e el e urop eo ti e n e
h a bla d e di ch as reg iones. Á ngel Rose n b lar afi rm a e n es re se n t ido que "la
para des ignar la n ueva real id ad q u: Am é ri ca le ofrece es e l prés ta m o d e palabras
m ayo r ri q ueza de voces ind íge nas n o es rá e n el hab la ge ne ral, sin o e n la
de ori gen indígena, m o difi cá nd aas p a ra ad a ptarl as a l siste ma m o r fo lóg ico y
regio n al o loca l".
fo nológico del espa ño l. Esros ind ~e ni sm os léxicos oc u pa n un lu gar impo rta n te
en nu es tro vocabulari o co tidi an o. Ell os so n ca usa n res d e d ife renc iac ió n di a lec ta l d .- E n las zo nas b ilin gües. el núm ero d e indi ge ni sm os y su u rili zac ió n e n la
co muni cació n es m u ch o m ayo r. E n es tas reg io nes aú n n o ha cesad o el
e nriqu ec imie n to léxi co por la vía ele los présta m os d e las lenguas loca les, 1al
es e l caso ele Yucará n v G ua tem ala (leng ua m ay:1) , d e la regió n a n d in a (le n -
Esrasson, del portugu és: flnnná, copa''"'· p rn1ña. tapioca , tiburón y t.ÜI fran cés: mpir. tu rdn, y co /ihn g ua s qu ec hu a)' :1y 111 :1ra) , v del Paragu ay (g u ara ní).
(Frag>y Fronco lOOI : 65. n ora 12.

80 81
Ca b e d es t acar qu e e n la actua lid ad las zo nas bilingües y aqu ell as e n las qu e domina Desde los primeros a ños d e la conqu isra. el es pa ño l qu e se h :ibla e n el Nuevo
cas i excl u siva m e nte la lengua indígena se ex tienden sin co ntinuid ad po r vastos te- Mund o co mienza a adquirir ca racte rísti cas prop ias. Se d esa rro ll a así un nuevo
rrito ri os de A m é ri ca: e l sur d e México, G uatemal a, Honduras y el Sa lvador; e n subsistem a lin güíst ico ca paz d e exp resa r Li s diferencias d e a mbiente y for m .1s de
p:i rtes de la cos ta d e l Pacífico desd e Co lo mbia al Perú , las sie rras y alti pla nos d e los vida. Dentro de la nue va rea lid ad , los indi gé ni s m os n o só lo sir ve n para no mbra r
Andes, las selvas del Orin oco, el A m azo nas y sus afluentes; el C haco r Pa ra guay. lo d esco nocido, sino qu e in c lu sive ll egan a su stituir voca bl os es pa l'i o les e n ac¡u e-

De ac ue rd o co n un trabaj o rea li zado por Za mora Munn é ( 197G), los prés ta m os llos casos en que , o bie n el h ab la n te se sie nte co m o ame ri ca no, o bien la situ ac ió n

lin güís ti cos procede ntes d e la s leng uas indígenas provi e ne n d e nu eve le ng uas es amer ica n a. Ejemplos d e e ll o so n las sig uientes voces que a nota m os co n su fec h a

ame rindia s: a) el ca ribe, b) el ca ribe o c um a n agoco, c) el a rawako -ta ín o; d ) el d e ing reso al es pa ñol: milpas de trigo (Cuarema la 1552) y conuco e n lu ga r d e

cun:i-c hib c ha ( Panam á), qu e so n las d e no min ada s le n guas d el prim e r co nt acto, e) huerta "conucos y se m e nce ras'' ( 1590).

e l c hiri g ua n o (l e n g ua tupi -g ua raní) , f) el m a puche; g) el ná hu a rl ; h ) el quic hé y i) Al g un os cé rminos ele o ri ge n inclígc n .1 so n los sig ui e n tes (Tovar 1964) :
e l qu ec hu a.
ARAHUACO/ TAÍNO: a jí, a ,í ó n , barh.icoa, b arata, bohío, cab uya, caciqu e,
Las le ng ua s de l prim e r co nracco, )' las llamadas gen e ra les, so n ev id e ,m: m e nte las caníbal, caoba, cazabe, caro, conuco, co m ejé n , e nag ua , g uaca m ayo, g u aj iro ,
,¡ue m ayo r número de présta mos darán a l es pañol. Así, d e los 229 indi ge ni sm os guanábana, gu aya ba, g u ayacá n , ham aci, iguana, jagüey, jejé n, m aca na, m a íz,
que Za m o ra Munn é d ocum e nta, 20 1 pe rte necen a es ta s le n g uas . En es te caso, b s man gle, mara ca, ni g ua, p ita, y uca. .--~e.'., .::;,, •
le n g uas del prim e r co ntacco co nr:ibu ye n con un 37,75% y las le ng uas ge ne rales CARIBE/ GUARANÍ: a re pa , a na n:í , b.1h .1requ e, batea, burac; , ca im án, c ura re.
lo h ará n co n el 5 1,7 5%; las otras leng uas re prese ntad as p o r e l quiché , e l m ap u c he fotuto, huracá n , lo ro , m a ndi oca . manarí, m a ní , mú c ura, m a raca, ñ :indú,
y el c hiri gu a no, aparece n en pro porció n mu chísimo m e n o r, un 11 ,50 <Vo d e l to ral. piragua, m cá n, run a. ·" :-:~_:, .....~ ~~ -,... \ · •
' <· ' { ·i!.,,.... - " ·'
N AHUATL: ach iote~ ag u aca te , ato le, azteca, cacahu ete, cacao, coyo te, c uate,
Náhuatl 4 1,25 % ch icle, ch ile, c hoco late, elo te , guacat g~acam ayo, g u ajolote, hul e, jíca ra, ,, ,· '·
Taina 30,00 % metate, milp~ o le; n,o pal, '15e t:i ca. pe r:ire, pulque, qu e tzal , ta mal, coma te,
. zao.ote, zo pilote. · 'f, ~ 1 1" ~' ' u--~' -' ('> "' b<- 4 · .' ·
Quechua 10,50 % ~.,,.., \ )-~l.:
QUECHUA : alpaca, ca nc ha, carpa , ca uc h o, coca, có ndor, c hacra, ch irim oya,
Quic h é 5,75 %
,• 1~' - ~hoclo, gua n o, guanaco, g uagua , in ca, llama, m ate, ña pa, e,aca, p aira , pa m- -"·'-
'~ l; ;,. . ' ' .,,• .....~
C umanagcto 2, 75 % _,.,,.. pa, papa , poroto, pum a, 1qtÍ~n·! ,"q uin a, vic uñ a.
1
( ,,
._,¡_... ~, -
Ca ribe 2 ,25 %
ARAUCANO: c h ~m al, ga uc ho, hu ac:i. pu nc h o, upioca, ta pir.
Mapu ch e 1,7 5 %
~ ,,
H ay qu e d es tacar, nu eva m e nte, qu e el desa rro ll o c rono lógico d e la co nq ui sta, la
C una 0,75 % novedad y el ni ve l de las c ulturas indíge n as de ter min aro n la proporció n e n qu e estas
C hiri guan< 0,50 % le n guas a utócco nas ay ud aro n a a um ent:i r :· e nriqu ecer el léx ico d el espa ño l. Po r o tra
1nde te rm i radas 4,5 0 % parte, hay que d ecir que no to dos los in dige ni smos log ran la mi sm a expa nsión, en
alg un os casos, su difu sió n va a realizarse a tra vés de los mi sm os co nqui stadores I' de
C uad ro 2. Porce maje d e indige nirn os co rrespondiente a cada un a d e las lenguas la le ng ua españo la. Muc has d e es tas voces va n a qued a r limitada s a c ie rtas regio nes
indíge nas (T o m ado de Za mor:1 i.\lunn é: 1976: 98) donde su uso se rá un ra sgo d e dife re nc iac ión. So n es tas fo rm as, qu e n o ll ega n a
hace rse ge nera les, las que produce n la difere nc ia c ión reg iona l hi spanoa m e ri cana .
En cuanto a las clases de pa labras a las qu e: pertenece n, es tos indi ge ni smos so11 c: n su
gran m ayo ría sustanti vos, alg un os adj er iv0, :· mu 1· po cos ,·c rbos.

82 83
/I

En apar iencia, los indi ge nismos parecen se r muy abtu nda nres; sin e mbargo, algun as
de escas voces h .111 perdido su vi calidad y sólo quedai n reseñadas en los di ccio na ri os C aribe insular (C uba, Puerto Rico y República _Dominicana) es más impo rra nte b
es pec ializad os co 1no el d e Lisandro Al varad o en Vene zuela con 1. 700 indi ge ni smos, influenc ia afr ica na p ues la po b lac ió n indígena d esa pareció mu \' re mpra namente.

el de Rodo lfo Le nl. en C hile co n 2.5 00, el de Ro ble do co n 1.500 az requi sm os y el En la zo na a ndin a, (según Rivaro la 1995 en Frago y Fra nco 200 1) es imporrnnrísim o
de Benve nutto en í\:rú co n 2.500 voca b los indíge nas. Muchas o tras voces quecb- has ta ho y e l co nr::i cro co n el quechua d esd e el co mi e nzo d e la co loni a, el co nta c to
ron red ucidas a r-:g io n<.:s geog ráfi camente limitadas, po r canto, su uso es so lam e nte se d a tambi é n co n e l ay m::ira y otras lenguas ama zó n icas. l:n l'crú In habido una
regio nal y po r eso 110 so n america nism os generales. H ay que tene r prese nte que en políti ca lin güísri c::i que h a favorec ido el biling üi sm o e n siruac ió n ele equilibrio
num erosas ocasion e, los di ccion a ri os prese ntan voces ind ígenas qu e no se cl:111 en la socia l, co n el o bj eto d e reco n oce r el va lo r d e estas le ngu.1s e n las fun c io nes qu e
realidad o qu e ri e11u1 un a d ifusió n mínim a. En res um en , podem os d eci r que las c umpl e n (Frago y Fran co 200 1: 200).
le nguas indígen,1, so n u na fuen te importa nte d e léx ico para el es paño l de Am é ri ca y En cuanco a la influen cia de las le ngu as indígenas e n M é xico, l.opc Bla nc h ( 1972:
q ue un a parre de esrc kx ico ingresa ta mbién al espa ño l ge ne ral. Esras voces se cl an 22) ::i firm a:
en la literat ura cu n1 0 p.1rre del proceso d e formac ión d e las literaturas n.1eio 11 ales.
En la difere nc iació n d el es pañol me xica n o p ued e habe r influido d e m anera
Sin embargo, el c.11ILlal de indigenismos d e los di cciona ri os no pued e se r co nside ra-
d e te rminan re, el pec uliar sustrato indígena , n áhu :i rl o m aya espec ialm ente,
do en ge ne ral co m > u n re fl e jo fi el d e la lengu a, porque mu ch os d e e ll os fo rnnn
sob re el que se dep os itó la lengua castellana. Sin e mbargo , co nsidero qu e
parte d el vocab ub rio pas ivo de los hablantes.
res ulta arri esgado otorga r demas iada importa n c ia a esa fuerza de l susrraro.
O tro proceso ce g ran importancia q ue indica la vic::.l idad d e estos voca bl os indíge- Si bien en el terreno léxico su influe n cia es inn egab le -au nq ue ya d ecadente
nas d ent ro de li leng ua de los co nqui stad o res es la d1ri11ación. Durante el sig lo XV I, y ::i unqu e afec ta só lo a la ca pa m ás su perfi c ia l d el id ioma-, e n el d o mini o dc.:
se crearo n nu e\dS pJ labras, aña di e ndo sufij os cas tell anos a voces in dígenas. Ejempl o lo gramatical ape nas se ha d ejado se ntir. El sufijo de or ige n ná hu::irl -eco
de esto so n: ro'lllr¡11ero. cacicazgo, arcabucero, maiz;dejo, petaquita, peraqui!la, mai- SL1ele aducirse co mo un a prueba d e la profund a influ e nc ia eje rcida por la
zal. En cod os los casos, es ras voces siguen las reglas norfológicas d el español. le ngua náhu arl sob re el es pañol de México.

En Venezuela , enco ntram os, e ntre o tra s, las sigui e Hes voces indígenas: apamate, Ha y qu e diferenc ia r lo qu e es la influencia d e las le n gu as in d ígenas e n e l es pañ o l,
araguaney, art.gua10 . arepa, arip o (budare), bacf.aco, bucare, butaca, cachaprz, de la inrerfcrenc i:i lingüísr ica qu e se produce en la s zo nas d e b iling üi smo cxi sre n -
cachicamo, cad}l(bl' (o mbli go), cayapa, caraota, ccrato, carite, catuche (g u a nába- res en Hispanoa méri ca . Todav ía falcan, segu ramente, es rudi os so bre las inrerl e nguas
no), chaguarano. chuchubc(pá jaro de los m édano s ) ceiba, cura (ag uac are ), guamo, d e esta s regio nes. En este orden de ideas , h ay qu e d es taca r L¡ue el bilingüismo se
gua richa, guay1bt1, jojoto, mamey, mapanare, map u ,y, matieco (hij o menor) mojrín convi erte e n un problem a en Hispanoaméri ca solam ente cu .rndo se era ra d e d n: i-
(piache) , marche, ornmo. paraulata, parcha, pay«a, pinche o cana ( m edida d e dir cuál se rá la len gua d e la educación . En ge n era l, ex iste la inrenc ió n d e acogerse

ca pacidad), zanuro ( Ro se nblat 1987: XXV). a las reco m end ac io nes de las Naciones Unidas que pre\'é n la ense ñanza de b le n -
gua m ate rna indíge na e n los primeros años . La difi cult:td pa r:i la co nse rvac ió n d e
El co nracro enre el e, pa11 o l y las leng uas indíge 1as se m a mi en e h oy e n día e n las le ng uas indíge n as se da , generalm ente, po r fa lra d e re cursos eco nóm icos y
d iferenres regirné's. En A rgentina en la zona d e l lío de la Pi ara y en el n o rte d e récni cos ya qu e mu chas veces falca el apoyo d oce nte y d id:ícti co, m aes tros bi lin -
este mism o pa s, co n el qu ec hu a y otros grupo s m e 1o res; e n Pa ragu ay se da co n el gües , libros d e prim era e nse ñ an za, diccio na ri os y gra 111 ;ític:1s que es té n al ,d ca ncc
guara ní, en Boi via con el ::iy m ara y quechua; en Cco mb ia hay hu e ll as d e l c hib ch a de la po b lac ió n.
y d el quec hu ,1,a unqu e hoy qu eda n. escasas zo nas de , iling üismo . Po dría m os a i1adir
e n Colo mbi a lt influe nc ia de l wayuu, que se da tarmi én en Ve nezue la, d o nde ::id e-
más hay zo nas.le co n tacro co n las lenguas amazó n i a s. En Méx ico y Am é ri ca Ce n-
tral es tá b zon de in Auencia del náhuarl y el m a}t quechua, mi e ntras q u e en el
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América y África
Pa ra co mi enzos del XV I, el gob ie rn o es pa ñol autoriza la im porta ció n de escLn ·os a
Los c¡ue 1,Limd,rni, G iull," y natura les de San Tho m é, con la co m unicació n qu e Am é ri ca. Si n e m ba rgo, sed Po rtu ga l la nac ió n enca rgada de in ic iar v llevar adébme
co n ca n ba rba ras nJ c 1o n es han te n ido el tiempo q ue han res idido e n Sa n T ho m é es te feroz co m erc io con se res hu ma nos ya que, en l 494, el T ra tado de Tordc,i lb s,
las emi ende n casi toc!Js con un gé n ero d e le nguaje m uy co rru pw y revesa d o de b
basado e n u na b ub papa l, esta blece la línea de d em a rcación enrre Espa iía v l\1ru1-
po n uguésa 'JUc· llam.¡¡1 leng ua de San T ho m é, al mo d o q ue ahora nosotros
ga l, d ividi endo los d e rec hos co lo ni a les y co m erciales d e cada na ció n ,\' oto rg.índo le
e nre n dcmo , ,· habbmo s co n co d o géne ro de negros y nac iones con nu es Ha
le n gu :i cs~1 ,11íol:i corrup ta, co m o com únm cme ha bl a n w dos los negros. a los portug ueses b poses ió n de los te rri to ri os afri ca n os . De m a nera ral, q ue Pu rrn-
(SJndova l, De instaura11da Aethiopum Salute, 1542) ga l obtie ne b. su p re mac ía so bre el co m e rc io esclav ista y, poste ri o r rne nre, con l.1
co nstru cció n d e la fo rra leza de Elmina co nsolida su co nt ro l e n la zon.1. La hege mo-
La influe n c ia d e las le nguas afri ca nas e n el es pa ño l a m erica no ti e ne d os o ríge nes : nía d e los lusita nos se extie nd e has ta 1640 , cuando los ho b nckses e ingleses en tra n
en pr1me r lugar, el de lo s prés ra 111 os, es d ecir, los términ os afri ca nos ad o ptad os tam b ién en el negoc io de b. rrata. Los últimos ca rgam e ntos d e africa no, ll c:g:1ro11
po r los h1 spano h ab la n res, pe nin su lares o cri o ll os; el segundo es rá co n fo rm ad o hac ia 1880, fec h a e n q ue fue abo lida la esclavitud e n Bi-as il y C uba. S in e m ba rgo,
po r los ras t ros qu e h a n dejado los afr ica n os y sus d esce ndi entes e n su p roceso d e es ta ley no se hi zo efect iva sino algun os a ñ os m ás ta rde .
a¡•rendi zaje de la le ng ua e u ro pea. Estos ras tros es tán muchas veces en las leng uas
La ll ega d a d e: afr ica n os e n gra nd es ca ntid ad es a A m é ri ca esd, por lo ran to , imi -
c r1 0 1las, los cuales com 1i cu_ve ro n u n fe rril ca m po d e es tu d ios para los in ves ti gad o-
m a m e nl e li gad a al fe n ó m en o de la escl av it ud y se re lac io n a es rrec ha m e n te con c·I
res del es pa ñ ol a m eri ca no.
régim en eco n o mi co de la co lo ni a, es dec ir, co n la n eces ida d d e obtener nu no de
obra poco coswsc.1 para la éx pl otació n d e los nu evos te rri to ri os. De es ta ma ne r:1, L1
La trata y la esclavitud en el C aribe esclav it ud se co n\·e rri d en la instirn ció n eco nó mi ca bás ica que gcnn:id, e n cuno
plazo, b prospe ridad d e las colo nias y el e nriquecimiento temp o ral de la m <" tróp o li.
La prese nc ia de los a fri ca n os en la l)e nínsula Ibé ri ca d a ta d e las prim era s décad as Es te d esa rro llo en el co ntin ente a m eri ca n o trajo co m o co nsecuencia el d ete ri oro de
d el siglo XV; los afr icanos d e l nor<e hab ían vivido en Esp a ña y Po rtu ga l más d e las culturas afr ica nas, la redu cció n de la població n d e este o ri ge n , su d ispe rsió n en
mil a ños a ntes d e la ex pl oració n cel N uevo M und o. Los d el área s ub sah ar ia n a las nu evas cie rras con la co nsecue nte deculturac ió n . C ie n w s de mil es d e negros
ll egaro n a tierras e u ropeas h acia l 420, cua nd o co mi en za n las ex plo raci o n ts p o r- afri ca nos llegan a Am é ri ca entre los siglos XVI y XVT II pa ra su p lir la m a no dt' obra
tug u esas co n Enriqu e el Navega n t e m o na rca po rtu gués qu e abri ó nu evas rutas d e indíge na en las e m p resas d e ex pl o tació n d e los te rrito ri os am cri c:inos.
navegació n com erc ia l. Se se ñ a la qu'. h ac ia 1455 ha bían pasad o m ás d e 1000 a fri-
La ex pl otació n eco n ó mi ca d e Am éri ca se hi zo co n num erosos g ru pos d e po b b -
ca n os po r a ñ oa la Pen ín sul a l bé ri c; po r eso, cu a nd o se d esc ubre el Nu evo Mun -
c ió n neg ra a fri ca na, d e dis tinta p roced e ncia y c ultura. D ura n te cas i cuatro sig lo s
d o, la idea d e utili za r ri.1e rza d e t r alajo afri ca n a n o co nstituyó un a n oved ad.
(XV I al XJX) se gene ró en las costas d el co ntin ente a m e ri ca no u n e n o rm e fe nó-
La época en Gue los eu ro peos ll eg1ro n po r prime ra vez a las cos tas d e G uin ea m e no de co ntacto é tni co y lingüíst ico ya que los afri ca n os se: vie ro n ob ligado, a
c;o incide, e n gene ra l, co n la d eca d mc ia d e los g rand es re inos a fri ca n os , a rruin a - rela c io n:i rse co n la pob lac ió n b la nca e indíge na.
d os po r las incursiones de los mo r o;, p rove ni entes d el n o rte d el co ntin e nt e. Es tas
lu ch as fue ro n d es p ués estimu lada1 po r los escl avistas qu e abas tecía n, a los d os
band os en pugna, d e la pó lvora y b a rm as necesa ri as pa ra sus co mb a t es, a ca m -
bi o d e esclavos qu e luego ve 11d ia n é'1 el N uevo 1'v!u ndo 8 .

dt· .111irn :1l c.', tov1:1.1.s ~' c:ibr.ts). Trab.1pb:rn l.t m:id e ra , el bron ce y fu n di:in l'l h1nro .rntL'::. d 1..· I L t int.i...w
Cfl ll lo!, europ eo:. . 1'1u ch.1s de r.: stas comuniJ:1<.ics po seía n riros ri.: ligio ~os ,. . si.:;ie lllJ !> 1..· c. u 11 ómi c u , ... ,rn1 -
Los ,r ueb losde L, cosra oc...:i dcnral h i c w de l ligio XVI cs rab:111 IL'i os dl' ser las socicd;idt's prmiriv;i s pkj n~ . Sin t· mb:u gu. los europeos. al observar estas culru ras co n b:1si: t: ll :, u s is i t: 111.1 dt· \·alori.:'> y . . k

Y m 1sera blesg u e algun os textos n m hannos craJo . Algu n as pobb cio nes, incl uso, ha b ía n cre~do s us dr.::s:urollu , Jt.:tc.:1.. 1:1.n mu .... h o ,; qc..-ios ~· po r ra l rJZón la s tild:111 de prim ir i\·.1 ..,; .hi por qc mp! v St' st:1l.1l.1 <.¡u1:
formas aur ó«onas d e rn.¡uilr.:ccura r dab,aJo mé rodos propios p:ir:1 la co n fección de rc:jidos ~ la crí:i estos pueblos Jl t> co n oc í:111, p:ira ese momento, ni b rueda. n i el .ir :11..lo r.: . incl usv . n o lo g r.irn n --rr.::.11
furm:i s si::, tem.íti c.1s JI..'. esc rirur.1
8G
África en América ellos jelofes, mand in gas, fula s, biafaras y gangas; de o ri ge n guin eo-sudanés, co m o
los m in :is v los b n ri , los yo rub as y los go mbas, los ewes y los ca rabalíes , y d e
Así corno a nLe ri o rm e nte nos det uvimos en las ca ra cter ís ric1s y las fo rmas de ha-
o ri gen bantú, co mo los co ngos, a ngo los y mozambiques . Enrre los afri ca nos, ha-
blar de los co nquistadores , h agamos lo mi smo en reb ció n co n los pobladores que
bía alg un os qut ya había n tenido co ntacto co n las lenguas eu ropeas, portugués o
vini e ron a Amé ri ca co mo esclavos . Se es tima que du rante el período co lo nia l los
español y" .1 los q ue se les llam aba Ladinos, por su conoc imi ento de estas le nguas
afric1no s ( 1. 5 millones) so brepasa ban e n núm eru a los europ eos ; sin emb a rgo,
d e ri vadas del hcín. Po r con traste, se llamaba bozales a lo s qu e nun ca habían es ta-
sus leng uas no preva lec ie ron en Amh ica debid o .1 la sirn ac ión desve ntajosa qu e
d o e n co nta cto co n las le nguas europ eas . Tal denom in ac ió n pro viene de la pa lab ra
ocuparon sus hab lantes d esde a ntes el e su ll egada :1 este co nrin ente. En efecto,
"bozo" = \·c: llo qu e apu nta an tes d e nacer la bar ba' (if Coromi nas). Por lo tan ro, se
debid o a qu e e n Amé ri ca la a fri ca nidad ha estado li gada hi stó ri came nte a la escla-
urili zó es te tér min o, en su se ntid o de ri vad o, pa ra des igna r a aq uel 'qu e aú n ti e ne
vitud , :1 1 racismo y a la marg inalidad , es ta población, por lo ge ne ral, ha ocupado
bozo', qu e es in ex perto. Es po sible tambi én qu e estos grupos el e afri ca nos hubi e-
d esd e e n ron ces la esca la más baja e n la socied ad. Este hec ho ha tra ído como co n-
ra n apre ndido , en tre o tras va ri edades, tamb ién las lenguas c riollas qu e se h ab la-
sec ue ncia e l µoco co nocimi e nro sob re la infl uencia qu e p ued e n haber tenido las
ba n e n la zona)" que pued e n haber influido, por ejempl o, en las va ri edades pop u-
le ng uas afr ica nas e n el es pa ño l.
la res, tanto del es pañol del Ca rib e, como d el po rtu gués.
No se co noce co n exactitud la ca nt idad de esclavos llevados a América en
A lo largo de l proceso, se producen ca mbios en los modos d e impo rt ac ió n d e
esos cas i c uatro cientos años de trata. Las estadísti cas so bre la esclavitud va·-
esclavos. lo qu e reperc ute tambié n en e l siste ma esclav ista mismo y, probable-
rían drást ica mente: las cifras van d esd e cálc ul os mu y co nse rvado res - un
m e nt e, en los nivel es de: co ntacro lin güísti co que se d a n con el pueblo afr ica n o. El
mil ló n de entradas legales v otra! tantas de ·'mala ent rada", co rno se lla maba
primer sisrcm:i d e impo rtac ió n es la licencia, un proceso segú n el c ual un in d ivi-
,1 los ele co ntrabando- has ta la s más J luc in a ntc:s que pued:rn imaginarse. Los
du o co mpra al gob iern o la autorizac ió n d e importa r cie rro núme ro d e esclavos.
es tudi os de disponibilidad de transporte rrasarLínrico e n esos siglos afirman ,
M ás tarde, aparece el sistema d el asiento, en qu e el ase ntista se compro m ete a
sin e mba rgo, que no pudiero n s, r más de nu eve millon es los qu e llegaron a
trae r un a ca ntid ad determin ada d e esclavos por un ti empo es pecífico, que se ex-
la s nu evas ti e rras . . (López Mo :ales, 1998: 80) .
tendía gene ralm ente a unos treinta a ños. El primer sistem a es de dimensiones
La ma yor parce de los esclavos que vie .1en al N uevo M un do provie n en de la cos ra m e no res; el segun do co rresponde ya al co nce pto de facto rías, es dec ir, a la impo r-
occidental de Áfr ica, e ntre el Senega l y Ango la. Al pr inc ipi o, los esclavos t ienen ta ción d e esclavos a g ra n escala .
qu e se r t ransportados a Sevill a y e n-na rcado s de allí hasta Amé ri ca. Luego, la
La població n d e origen afr ica no se ase ntó fundamentalmente e n las Antillas , las
coro na españo la a utor iza tres puertosa m erica nos pa ra rec ibir escl avos : Vencruz
cos tas del Go lfo de México, las costas del Ca rib e, Panamá y las regio nes coste ras
(Méx ico), Ca rragena de Ind ias (Co lo nbi a) y Po rtobe lo (Panamá). Más tarde, se
del Pacífico de Co lo mbia y Ecuador.
in co rp ora r:ín ta mbi én La H abana y vt rio s p ue rros en las costas de Venezuela. Al
esta b lecerse la ruta entre Méx ico y la~Fi lipin as, se a tendi ó el co mercio de ~s cla- En Ve nez uela, aunq ue la importació n de esclavos com ie nza antes, hay un incre-
vos a algun os pue rcos del Pacífi co. AJfinal, se abren los pue rtos de Buenos Aires mento en el siglo XV III (M ege nn ey 1999: 35) debid o a los esfu e rzos qu e rea li za n
y MonLev idm a la importación de aficanos. Cabe reco rJ a r q ue los esclavcs po- los d ue,í.os de ha tos y hac iend as para acelerar la e ntrad a de m a no de obra n o
dían ve nir de Áfr ica d irectame n te, peo tamb ié n, ind ir.::cra m ente, proceden :es de asa la ri ada , adem:is del florecimiento ele ciertas factorías afri ca nas. Los afr ica nos
o tras co lo ni is como Brasil, Cura<;:ao,Barbado s v J:i m a ic:1 (c f Lip s ki, 1996:11 2) . e ra n necesa rios pa ra el progreso de b eco no mía en Ve nez uela, según Mege nn ey

La rr:1u n eg1·e r:1 pa ra Amé ri ca se ini c ii rea lm e nte en 15 18 co n e l primer carga- (1999: 35. c ita ndo;¡ Acos ta Sa ignes 1984: 342) y ellos y sus desce ndi entes forma-
mento d e negros llegado di rec ra me n e d e Áfr ica: a un c uand o, ya d esd e 50 1, ron, pa ra la époci, el 50% de la pobla c ión del país.

ha bía \'e n ido población neg ra, (no es lava ) e, in clu so marineros afr ica n os libres. Su importancia , pues, no puede menos ca barse, a pesa r d e la ex istenc ia d e
Los sc b vosso n de origen dive rso, de,id o a r:izo nes que só lo pueden busca ·se e n u na socieda d de cas tas o apartheid co lon ial. Esto s pardos h an d e habe r deja-
e l co rn e rc iov e n las caracterís ri cas d e la trata. Los hay d e o ri ge n s ud a n és,e ncre
88 89
(

do sus hu dLi s e n la tota lidad de la soc iedad ya qu e ,u d ic " i,·e ;1i slado d e sus tidad , rei vindi cada n o rm alm ente so bre una s raíces eu rop eas y excluyendo a
vecinos :i.un c ua nd o ex is tan barreras socio - rJ.c iJ. les o di.1st r.üi cas (,\ lege nn ey África. ( Lipski , 19%: 110) .
1999: 36)
Por lo antes exp uesto, c ree mos qu e el co nta cto afro-a m e ri ca no ti e ne do s ca ras .
Seg ún M egc n nev ( 1999: 40) , e n Ven ezuela se p uede n id c:ntif1c.i r cua tro áreas Una, la d e los es paii o les v c ri o llos a nee las leng uas d e los esclavos, la otra, la de los
princ ip J. les ele ac tividad esclav ista: las ireas dond e se e nconrr.1h,111 L1 , pbnta c io nes esc lavos y su s d esce ndi e ntes en su a pre ndi za je del es p aiio l. La prim e ra garanti za
de cacao )' de azúca r que requerían d e m a no d e ob ra escl:n-a. Est:is :i reJ.s se en- la incorporació n a b le ng u a es pa ño la d el léx ico afri ca no; la seg unda , a nues tro
cuentran en alt uras d esde O m etros has ta 500 m etro s so bre el ni ,·c l del 1113.r y so n: mod o d e ve r, es p os ibl e m e nt e res pon sab le de la in co rp orac ió n d e rasgos
morfo sintác ti cos y qu i-,Js fo né ti cos, d e ri va d os d e las interlenguas qu e se dieron en
a) la cosca d el Ca rib e, desde la penín sul a d e Pa raguan á h.1m e l Go lfo d e Paria
el proceso de adqui sic ió n d e la len g u a impe rial. Es precisa m e nte esta seg unda cara
b) los ,·,d les ce ntral es, i.e., Tuy, A rag ua y el interi o r d e 13ar lo,·e n ro d el contacto sob re la qu e más se ha di sc utido, y so bre b que m en os se sa b e,
c) el Esrado Ya racu y debido fundam enta lm en te a las ca racte rí sti cas mism as de l sistem a social y eco nó-
mi co que represe mó la tra ta d e escla vos.
d) el sures te y sur d el Lago de Maraca ibo
E n las in ves ti gac io nes sob re la influ en c ia a fri can a e n el es pa ñol , h ay dos te nden-
H oy en dí:i , segi',n el mism o autor, las co nce ntrac io nes d e pob la c ió n d e ge nte d e
c ias represe ntad as po r: i) qui en es minimi zan la influ en cia afr ica na en el español ,
co lo r han pcr m :i necid o e n el á rea d e Barlove n to , e n lo s vallc:s ce ntrales y en el
d o nd e se e ncu e ntra n es tudi osos co mo: tvlalmberg ( l 9GG), López Mora les ( 1971 )
sures te dd Lago d e Maraca ibo , pues e n las de m ás region es esr.1 pob lac ió n o b ien
y ii ) qui en es afir m a n la ex iste nc ia d e esta influen cia. E n es te último caso, cabe
se ha ido ahso rbi endo d entro d e la población bl an ca , o bi en se hd es pa rc id o a
men c io na r a lgun os traba jos sig nifi ca ti vos co m o los d e: Ortiz ( 1924), Ca brera
o tros secto res d el país (Megenney 1999:rn).
( 1970) y Pe ri (1989 ) e n C uba; Al va rez Naza ri o ( 1974) e n Pue rto Ri co; Castella-
nos & Castell an os ( 1988), G rand a ( 1994 ), h ·ied em a nn & Pat iño Roselli ( 1983)
y Sch wegler ( 199 1, 1992) , en Co lombia; M ege n ney ( 1999) y Álva rez ( 1987), en
Las lenguas africanas y su influencia m el español de América
Venez uel a .
La influencia africana en América Latina es tá prese nte en el arre, la mú sica , la
las lenguas qu e entra n e n co ntacto con e l es paño l so n , probablemente, las del
co mid a, b rel ig ión, la m edicina y otros proceso s cultura les. ·L1111 b ié 11 coca e l len-
oes te afri ca no 9 . Así di ce Lipski:
guaje, pero hay qu e reco rdar que la infu en c ia lin g üísti ca d e ese o ri g e n e!t u vo
difi cul tada po r múltiples razones, entre as cu ales, ca b e d es u c;i r: 1~ proccdm c ia Aunqu e a Hi spa noamé ri ca llega ron cientos d e le ng uas a fri ca n as, sólo un
ta n di ve rsa de los escl avos, la multiplicdad y di fe re n ciac ió n d e su s le n g u ,, las puñad o co nsig ui ó h ace r contribuc io n es durad e ras a la e m erge nte lengua
ri va lid ades érn icas q ue co ntribu ye ron , cern o vimos a ntes, precisa m e nt e a la :ra ta afro hi sp:í ni ca. E n t re las le n g uas afr ica n as m ,ís so bresa li entes están el
escla visra, v ;1 Ja decu ltura c ió n p ro pic iach por e l siste m a mi sm o d e la escla,itud qui co ngo, el quimb u ndú I umbundú, el yo rubJ., el calabar, el ig bo, el efé/
qu e evitó que los esc la vos hi c iera n ca u sacomú n . fon , y e l aca n o , rodas habl adas po r g rup os impo runr es del Áfri ca O ccide n -
ta l ( Lipski 19% : 1 14) .
Ad em.í s d e la herencia p at rim o ni a l :urop ea y d e los frut os d el co nta cte co n
las po bl.tc io n es indíge nas d e los do: co ncin ences ame ri can os. e l es p a iio e n- Pero el siste ma esclav ista co ntribu yó a la d ec ulturac ió n d e es tos co ntin ge ntes hu-
tró en co ntacto co n las lenguas a fri :anas, hablad as por d ece n as de mil,s d e manos, po rqu e lo qu e inte resaba e ra prec isJ. m e m e su Fu e rza la bora l y no sus ca-
afri ca nos que consriru yero n la m a n, d e o bra escla viz:1cb del d esarro ll o ,olo - racte rísti cas c ulrnralcs. D e es re m odo, po r eje mp lo, se m edían los escl avo s no po r
ni J. 1. [ .. . ) Las pos ibles apo rtac io ne a fri ca nas al es pañ o l d e Am é ri ca <S tá n
ínrinurne nre ligada s a la trág ica hi to ri a d e la escla vitud , al rac is m o}ª la
9. Entre ella.(; 1:t~ de los grupm kikongo. kim bundu , ~'o rub .1, áik, ibho. l.'\\'e. fon y :1k.1n : Acosr.1
m argimció n, y a la búsq ueda de lasnac io n es e m e rge ntes d e su p r op ia il e n - Vl.'r

Saignes ( 1956. 1% 7)

90 91
!di inte rvocá lica se co nviene e n r
unidad , sino po r su al cura. Así, una pieza de Indias era un metro ochenta (J.8()1 m)
d e negro, lo que podía llenarse o bie n co n un ho mbre aleo o co n una mujer con un co nfusió n de /1/ y/ r/
niñ o. Po r o tra parce , cuando se alojaba a los esclavos en las factorías , no se propi- nasa lizació n gene ral
ciaba ni la co nservació n de sus culrnras, ni la de sus idiomas. Los rasgos cultura- va ri ac ió n e n la copu la se r /es tar >sa r
les, co mo el vesc ido y la alimentació n, se cracaban de erradicar rápidam ente. El
uso de ropas uni fo rm es ma nufacturadas para el trabajo no conservaba las ri cas La fa lta de a rtícul os y prepos ic io nes, e l uso de l0s ,·e rbos ser y estar e n infiniti vo,
tradicio nes afri ca nas del vescido. La alimentación se hacía co n base en los culti vos la co nfu sión de estos verbos y la co nju gac ión in c ipiente se documentan e n el
mas ivos de la regió n no en los de la tradi ció n culin a ria de África 'º. texto Entremés de los negros de S im ó n Aguado (S . XV I) (c itado en Lipski 1994 :
100), qu e transcribimos a co ncinuac ió n. Se ob,er\'a igualmen te el us o del ve rbo
Co n ce rteza, puede afi rma rse que no hubo ningún incerés en la co nse rvación d e sa r (un híbrido de ser y estar), también la epéntesis e n disipara/es, cosiquil!as,
las lenguas, en primer luga r, porque un co ntacto prolongado entre gente de una d ioso, la fa lta de artícu los, el uso hi percorrec to de pn.:posic iones, etc .
misma región podía fomentar las insurreccio nes y, en segundo lugar, porque el
impe ri o español quería co lo ni za r y en es1e se ntido, la difusión del español co nsti- Siolo mío, sio lo mío, no hay para qué vuesa [mc:rccd J se ve nga ca n colecicos, que,
rnía un a ve ntaja. aunque negro, samo ho nrara y no su frim o cosiq ui llas, aunque sean del mismo
demo1íos, y si me pluga, voro an <lioso q ue da ocasión a q ue haga un disipara ces,
Las lenguas afri canas pueden haberse u sado en el territorio americano; cal es e l
y eso rocino mejo r se rá para barrigas por de denrro que po r de fu eras.
caso del yo ruba y el kikongo en Cuba. H oy és tas leng uas se encuencran solam ente
en algun as prácti cas religiosas, y ape nas so n com prendidas po r los iniciado! e n En otro texco, cam bién lice rar io, de Lui s Qui1í u ncs d e Be nave nre, fechado en
esa m ateria. E n esce sen cido, es mu y inr~resa nce la op inió n de Schwegler (199 8 : 1874 (e n Lipski 1994 : 99), se o bse rvan orros cambios co nsonánticos, como
276) de que en las práccicas religiosas 10 solame nte hay rasgos africa nos, ino rotacismo (b r) y lambdac ismo (r>I); yeísmo y seseo.,.\ co n ti nu ac ió n c icamos un
también pse udo-afri ca nismos, es d ecir, palabras africanizances de origen exrra- fragmento del mismo:

afr ica no qu e sirven para embellecer y au:enticar sus cantos. ¿Porqué le pienza que di se,
Co mo los cescimonios so bre el habla de bs esclavos africanos son escasos, algmos yevada Je tanta pe na:
escudiosos han recurrido a la imagen -ua canto caricaturesca- que se cenía de los ¿s in co lo ! and a ra niña )
negros ladinos en la liceracura española, co mo fuente para conocer su form, d e ¡Barrabas yeve la puelca!
hab lar. El valor de estos cexcos es dar tescm o nio de la pronunciació n d e los a fri ca-
Si eya comía calbon,
nos que para la época vivían en la Peníns u a. En la liceracura, los negros se desc ri:>e n
a través de perso najes co m o bufones, baiarines, ecc., que se encuentran en lasco- sa l, se nisa, yeso, cierra
med ias de Lope de Rueda, y luego en el X/ll en Calderó n, Lope de Vega, Gó ngJra, y o cias muc has polquerías ,
Sor Juana Inés d e la Cruz, etc. El hab la :le los negros, cal y co m o se present; e n ¿cómo ha de esca! go lda y fle zca?
estos textos, ci ene las sigu iences caracter sticas:
Co mi ela, ¿Plég uete C listo !
falta de concordanc ia susta nci vo-acjeti vo y sujeco-ve rbo Pa la poder ezcar buena,
falca de preposiciones vaca, tosino, ca ln ero,
fa lca de /s/ final gay ina, peldiz, co neja,
parom ino, ga nso, pavo,

l O. Aunque' en la cocina latinoam ericana quiz:ís


q udt'n algun os rasgos de la comida african a, la profera- poyos y po yas sin deseas ,
ción J e pomes y dulces en el Caribe se debe g iz.ís al cu lti vo de la ca ña de azúcar por lo s escla"> S.
93
92
(

ll ama r>ñamar, chato>ñato; la confusión d e 1- ll 1-r / y el debilicamienro d e !-si.


ca pon de lech e, c hori sos,
Obediente (2000: 426) se ñal a so bre los casos de influ enc ia a fri cana que "es d e
,olomi yos y m oye¡as ,
codo punto inexacto considerarlos codos como resu ltado de cal influe n cia, y mu -
salch ic ho nes, lo n ga ni sas, c ho m enos aún los de tipo fonético . .
y cul:ibe tes d e peyas .
E n re lac ión co n el nivel morfosincáctico, h ay a lgun os posib les eje mpl os ele
Esta image n, reflejad;:i en h lirera rnra espa ñola, de la fo rm a de h abla r de los interfere nc ia de las leng uas afr ica n as en el españo l americano. En la m o rfo logía,
afr ica nos esclavos está c iertamente plagacb de esre reo cipos co n fines jocosos y las reduplicaciones, tales como mere-mere, 'a m e n:iza'; p11nga-panga, 'ro n ro' 11, la
ha sca burlescos; su uti lización e n esce cipo d e tex to no ga ranc iza que estos rasgos no-transpos ició n del sujeto en las frases interrogativas ¿Qué ttí quieres?, las co ns-
sean afr icanos y no propios d_cl h ab la pop ular. trucc iones analíticas del cipo hijo macho/ hija hembra, y la doble n egació n yo no

En cuanto a la influencia que tu viero n estas leng uas e 11 e l españo l d e Amér ica, ha quiero no ha n siclo consideradas co mo ele posible influen c ia africa nall_ Al respecto
habido numerosas d iscusiones. Hay q ue considerar qu e, au nqu e el núm ero de afirma Sch wegler (1998 : 235)

esclavos fue muy airo, h desventajosa posición socioeconó mica y cul cura l en que En el caso co n cre to de la d o ble n egació n a frocar ibeña del tipo no sé dónde
·d ios se enco ntraban, y en que todav ía h oy se e ncue n tra n much os de sus d esce n- está la calle [llamada}" San Pedro" no (s in pausa e ntre el no fin al y e l resro de
d ientes, no fuero n ga ra fl( Ía d e la libre y co ntinua co municación que hubi era po- ta frase), h emos podido mostrar, p o r ejemp lo, qu e ésa debe estar relacionada
dido favo recer un co ncacto más importan ce desde el punro de vista ling üísci co. ge néti camente co n patrones de n egació n idénticos que se han co nservado
Sobre esca materia, muy ace rtadamente Fra go (1999 : 197) estab lece: ¡on regul a ridad en el criollo palenquero. El "descu brimienro" de cales co ns-
No ti ene mucho se nt ido reiterarse en o obv io. Efectiva mente, las le ngua s tr uccio nes gramati cales, mu y comunes en c ierras parres del Ca ribe (p.ej.

afr ica nas li mirada acc ió n ejercieron so·Jre el español, fuera de los enclaves Repúb lica Dominicana) pero totalmente inexi stentes en el españo l peninsu-

donde el cima rro naj e redundara en hab.as a ucéncica m en ce m ezcladas o c ri o- la r m o derno o pretérito [ ... ), favorecen la idea de que d e h ech o el ant iguo

ll as, y ello en casos en que el palenque ocumbe probablemente se ría lu gar de afroespa ñol caribe ño se ase m ejaba al palenquero m od e rn o.

predomin io de un grupo africa no so br< otros min oritar ios .

Por otra parce , ha h abido gran dificultad pira escud ia r es ta influenc ia, debid o El léxico de origen africano
canto a las ca raoerísr icas mismas de la erara '. qu e ocasionó la dispersió n y m ezcla
El co ntacto del es pañol que se estaba formando en América co n las di stintas len -
de los afr ica nos , y po r lo canto la dispersió n de sus le nguas) , co m o al poco presti-
g uas afr ican as, co mo resultado de la introducció n de población esclava de ese
gio de las mani fes ta cio nes cult urales de esns e tni as d ura nte é pocas a n te ri ores.
o ri ge n en exte nsas zonas del Nuevo Mundo, trajo co m o co nsecuen c ia la pene tra-
También hay que tener en cuenr a la fa lca le inte rés que hubo siempre por lo
c ió n ele un co njunto de voces afri ca nas en nuestra leng ua. En ge n eral se h a acep-
africano; esro hace qu e h oy se pamos muv peco acerca de la azarosa vida de escas
tado el h ech o d e que el aporte ele la po blación ele o ri ge n afri ca n o al es paño l de
lenguas en nuestro con ti ne m e.
América se d a fundamentalmenre en el nivel del léxico y co nsiste e n los llama dos
Sobre la influ encia d e la s lenguas africa nascn la fo né ti ca d el es pa ño l, n o h::i y aftonegrismos, aq uell as voces ele este or igen qu e se incorporaro n a la le ngua de
acuerdo. Esro se debe, en prim er lu gar, al de ,co no c imi e nt o que se tiene, aún h oy, alg unas regiones. H ay léxico afri ca no en los di alectos es pañoles desde el Ca ribe
de d ichas lenguas; por 01ra parce, a q ue a liunos d e esros fenómenos h a n sid o h asta el Co no Sur y es és te, sin duda, el nivel en el cu al la influe n cia se pued e
docu mentados en las varimres m e ridi o nales le! c::is re ll ano de an ees d e la époc 1. d e ev idenc ia r m ás fác ilmente.
b co nquista.
Entre los r:isgos lo néti c o-iollo lóg icos que h ::1.1 sido considerados como res ul tado
l l. Ambas en el español de Venezuela.
de b influ encia d e bs lm gu:i s afr ica11:1 s, st:Í n : el paso ele I j i y !tfl a l_r 12 Al respccro véase Granda (1994), Lipski (1994).

95
94
Para Ál varez ( 1987) el estudi o d el léxico afro n egro ide en el es pañol enfrenta esco- pipa de fumar, peq ueño in gen io de azú ca r; dedo que se c hupa n los niñ os' ;
ll os práctica me nte insa lvab les: por u n:i p3í!e, las difi c ultade s ge nerada s po r la conga ' bai le de sa lón' ; dengue ' fiebre rropi ca l' ; guarapo ' bebida a base del jugo
misma trata esclavista, qu e busca ba la dispe rsión y la m ezcla de los africa nos para de la caña de azúcar' ; mandinga ºdemo n io; gentilicio'; marimba ' in st ru -
fin es eco nó mi cos y d e domin ac ió n 1· que ocasüo nó, ad emás, de la dispe rsi ó n de las mento musical' ; milonga 'ex presió n musical del Río d e la Pl aca; mondongo
etn ias, la desaparició n d e sus le n guas; po r o cra. parce, el hec ho d e qu e los africa nos 'ge ntilic io afri ca no', 'so pa d e panza co n ve rdur as', ñame, 'tubé rcul o co mes ti -
ocuparan el es pac io soc ia l m ás bajo trajo co m o co nsec uenc ia qu e d ura nte a ños ble'; quilombo 'si ti o alejad o; ca mpa mento de esclavos fug iti vos; burdel';
hubi era mu y poco inte rés en el es tu dio de: su inílue ncia lingüísti ca. :amuna,~go 'ca mbo,r'; zambumbia ' hervido de pocos ingredientes; zumb11
cambur , zaperoco .
Ca be des tacar qu e la pluralidad de le ngu.1s y c ul turas de los afr ica nos e n América,
así co mo las co ndi cio n es de vida q ue les imp usiero n la trata y la esclavitu d contri- Las in vestigacion es so bre la inílu encia afr ica na en el es pañol tien e n, ad e más de b s
bu yero n a qu e la influen cia <le es tos ¡c;rupos en el español no haya sido m ás pro- ya se ñaladas li m itac iones, ot ras difi cultades. U na d e ellas es qu e se ha n es tab leci -
fund a e impo rta nte. Q uizás, al igua l de lo qu e sucedió co n los indigeni sm os, do etimol ogías sin relac io nar la fo néri ca con el sig nifi cad o d e la pala bra . La so la
hayan sido los es paño les los prim e ros en ut ili zar los afroneg ri sm os en su len gua. se mej anza fon érica no indica necesa riame nte un a relac ió n entre d os voces , pues
Frago ( 1999: 184) se ñala có m o és tas podrían pe rte nece r a ca mpos dife rentes, sin qu e pueda demostra rse ta mpo-
co la ocur re nc ia d e un ca mbio semá nti co .
. voces co m o ñame y bana na ll egaro n a las Indias en el ace rvo léx ico d e
al gun os españo les, a unqu e en el ar raigo del prim er término pudie ra co labo- Por ejemplo , e n AJva rez ( 1987) 14 , e n un trabajo realizado so bre Venezuela, donde
rar eficazmen te la p o blac ión d e origen africa no, ig ual que e n la expan sió n se utiliza el sistem a H allig-Warrburg de o rdenac ió n del mundo , se ñal a có mo en
del segundo, co n la probab le av uda de bras il eñ os y fran ceses. las lenguas europeas, las fi estas y cree ncias y la religió n se e ncue ntra n se paradas en
campos di stintos, mie ntras no lo es tán en las culturas afrocaribeñas. Un eje mplo
Los afro negrism os refi ere n, en la m ayorí,1 de los casos, a eleme ntos de la alime n -
es la voz calepuya 'tambo r, baile de tambo r', se ha dicho qu e viene d e culoepuya,
taci ón, la vida di aria, la cul tu ra, o so bre las ca rac te rísti cas físicas de la poblac ió n
por la posición qu e roma el cuerpo a l cocar el ta mbor; sin embargo, hay un a
esclava. De mane ra qu e es de extraiia r que l,)s es pañ o les se hubieran se rvido e n
etimo logía m ás cerca na dada la ex istencia de la voz m ende kule como 'ce re mo ni a
primera insta ncia de es t as voces pa ra des ignar es tas rea lid ades aje nas a sus cos-
religiosa a la mue rte de un có ny uge'. Ca brera trae tambié n la voz kaleco m o 'c ír-
tumbres y a su cultura. La ma yo r ca ntid ad d ~ afr ica nism os léx icos, ló gicamente ,
c ulos qu e se traza n e n el suelo mie ntras se ejecuta n los ritos d e la iniciació n' ;
se enco ntrará e n aqu ell as zonas donde es te ti¡, o de pob lació n ha te nid o un m ayo r
como se sabe , el ta mbor es un instrum en to ritu al en es tas cu lturas.
peso demográfi co, as í su cede en las islas d e las A ntill as y las costas del Ca rib e.
13 E n cuanto a calembe ' ro pa vieja', Alva rez Nazario (1961 ) rela cio na el o ri ge n de la
Algun as de es tas voces son las sigu ien tes, de 1cue rdo co n Álva rez 1987 :
vo z calembe con 'calenda , da nza'; sin e mb argo enco ntramos que e n la le ng ua
Banana I o 'musa pa rad isíaca'; bemba ' beca de lab ios g ru esos'; bombo/a 'ta m - luganda existe tambié n la pala~ra kalenge ' ruedo d e un vestido' y calemba 'pañue-
bor' ; burundanga 'm ezcla de cosas in útles, po rqu ería', cachimbo 'o mbli go; lo, bufanda'. Estos étimos, ad emás de acercarse a la forma d e la voz calembe,
tiene n la ventaja d e perte necer tam bién al ca mp o de l ves tid o; enton ces, por haber
co incidenc ia ta n to e n la fo rm a co m o e n el signifi cad o, prefe rim os la segu nd a
etimología.
13. Frago cri1i ca la imorp ora ción de: \'oci hl os r.1lc:s co m , buru11da 11 g:1, bom ba , guarapo, sa.mb ia y m o n -
dongo, etc. al ace rvo d e voces afro.11nc: ri...:mas. 1:s ta ú ima vo z la co n sidc::ra co m o "arraigada y gl' n e r :d
esr ir pc española" IFrago l 999 199 ). N u c, t :11 11 0 ,; c: 1 c:i¡n c idad d e dis curirlo si n co no ce r las len g u a ...
africa nas con las cp e tu vie ro n (0111 .1u ú lu ) n pa ño lc:s · c ri o llo s; lo qu e no hay qu e o lvidar es la pn: s c n -
c ia de esclavos afr i.:an os en la renín rnl.1 J cidt.' Cpo...: ;i S1HI }' tc mpranas. y la p las ri cida d y dinamismo si 11
igual quc ha mosnd o la lm ~ua cs p.ulola ¡nr:1 adapr sc J las s iru acioncs más dispares. C o romin:is
escribe en relació r co n ''mon do ngo·· 'l..1c: 1imolog íale t.: sras paL1bras es bastanrc s egura ; la de m o n - 14. Ese esrudio se bJsa c:n en <.u e-s ras dt' \'ocab ul ari o activo que: indi can lo que di c.:n los hablan1 c:.s. o dl..'

dongo mucho m ea os" . vocab ul ario pasivo , en rda ción con lo (¡ue saben los hablanc ~s.

');
: '

Otro problema que dificulta el estudi o de la herencia africa na es la mane ra cómo en tre hablantes d e dos o más lenguas que se relac io nan repetidamente a través del
se so lía tratar los africa nismos en los d icc io nari os europeos: o bien se los tomaba co mercio , la esclavitud o la migrac ió n. M ientras qu e las lenguas pidgi n co mbin an
co mo onomatopeyas , lo que no siemp re res ul taba en ex plicacio nes satisffactorias, elem entos de los idiomas nati vos de sus hablan res y so n más simples que aquellos
o bien se desvalorizaba a los africanos co nsid erándolos se res infantiles y primiti- por tener menos palabras, menos mo rfo log ía y un a sintaxis más restringida. Las
vos, se ca lifi~ban sus d anzas de indece ntes y vulgares, y se describían sus movi- lenguas criollas, en camb io, so n lenguas más e·s tables y de m ayo r complejidad
mientos co mo grotescos . es tru ctural. Si bien mu c hos in vest iga d o res asoc ia n la criollización co n la
nativización, esto es, la adopc ión de la lengua co mo primera lengua por los niños,
Rickford y McWhorter ( 1998) in sisten en que la criollización se logra tam bién a
Influencias criollas o africanas en la sintaxis y en la fonética través de la ex pans ión del dominio social. es d ecir, de las situaciones en las que se
H emos habl ado de la influ enc ia de !:i s lenguas afri ca nas en el es paño l en relación habla la lengua y qu e se d esarrol la a través del uso frecuente en contextos va riado s
con los ni veles léxico, fonético y morfosintác ti co 15. Ahora co rresponde detener- ca nto no solamente po r los niñ os , sin o ta mbi én por los adultos. Por es ta razón se
nos en la formación d e lenguas nuevas, producto del particular co ntacto humano id entifica ta mbi én la tran sfo rm ació n d e un pid gin en un criollo no co n la
d erivado del sistema esclavista en Am éri ca . Nos referimos a las lenguas criollas. nati vización , sin o co n la extensió n del ro l soc ial de la lengua. Asimismo, argu-
Así se denominan aquellas lenguas nacidas del contacro de co munidades lingüísticas mentan que hay pidgins que nunca se expanden, sino que mueren cuando cesan
diferentes, que no tienen ningún otro med io para co mprenderse y por lo tanto las motivaciones sociológicas de su ex isren cia.
d eben apelar a la creació n de un nuevo sistema lingü ístico; la lengua que res~!ta A grandes rasgos, el o ri ge n de las lenguas cri ollas se ha explicado de tres maneras:
de es te proceso se transfo rma en .a lengua materna de la naciente co munidad. a) Las teo rías poligenéticas seña la n un o ri ge n independiente para cada una d e las
lenguas c riollas , reb cio nand o su desa rrollo únicam ente co n el co ntexto socia l en
En la formación de las lenguas c iollas se da un a co ndició n es pecial en relació n
el que surgen; pero su d esventaja es qu e no ex plica n las extrao rdinarias similitu-
con el co ntacto lingüístico , pues hay un grupo mayor itar io formado por esclavos
d es que hay entre ellas; b) Las teo rías monogenéticas sugieren que la mayoría de los
que h abl an lenguas diferentes y q.1e no pu eden establece r entre sí una com unica-
criollos se derivan de un a única lengua d e co n tacto, es decir, de un pidgin . Algu-
ció n fluid a, co mo no sea a rravés de la lengua dominante que o bien no conocen,
nas suponen, en su o ri gen , un a lengua d e base po rtuguesa: el sabir, de los siglos
o conocen poco . Para un os, la p la ntació n fu e el terreno propicio pa ra h forma-
)0/ y XVI . Otros ve n como la lengua q ue da origen a todas lenguas criollas a un
ción de los criollo,, po r la separación lingüística y cultural que se daba en ellas,
criollo de la costa de Guinea. La debilidad de las teorías monogenéticas está en
aunque, según Lipski ( 1994: 103), esa sepa ració n no fue realmente tan ~rande y
lograr demostrar que hubo sufi cientes esclavos exportados hacia todas partes
puede h aber habido deficiencias rn el apre ndi zaje de la lengua exrranje n.
co mo para influenciar a todos los cri oll os del mundo; c) Más recientem ente h a
Las lenguas pro--1, icto del contacn se clasifican en lenguas pidgin y leng.ias crio- d o minado la teoría de Bickerton (197 5) so bre un supuesto bioprograma lingüístico
llas. Las lenguas pidg in son sistenas menos es tables co n gramá ticas qu, conser- prese nte en todos los seres humanos que se activa en situaciones de stress lingüístico,
van los rasgos d e las lenguas qw intervienen en ellas. Ri ckford y M c:X'horcer es d ecir, cuando las personas no logran com uni carse en tre sí y acuden a la gra má-
(1998) ex plican la diferencia e nrre pidgins y crio llos en que los prim eas están tica universal. Un arg umenro a fa vo r de es ta teoría es que el habla de los niños
restringidos en sus roles soc iales , pues se usa n para un a com unicació n limitada hab lantes de lengu as no criollas ti ene los mi smos rasgos que se dan en las lenguas
c rio llas. Quizás lo más sensaro sea ex pli ca r las lenguas cri ollas, en parte po r los
rasgos universales que en ell a se encuentran y en parte por los rasgos de sustrato
15. Es probab le qu e se conse rven forma . di sc urs ivas e n las regio nes J e pob lació n afroa mer:ana co mo
d e las lenguas que influye ron en su form ac ió n (Rickford y McWhorter 1998).
cie rtos tipos de rex ro. Sc hwe5le r ( 19 %) !u c:studiado lo que ll ama la vocife ra ció n e n el txto cri o ll o.
Es pos ibl e que Schwegler renga razó n :uand o sug iere que el es ril o co nvc::r sac io nal in fo rm a l le las cla ses Los criollos de base es paño la no son frecu ences, lo cual se ha explicado por ause ncia
bajas de prác ti came nt e codo (! Cari beH:gro hi s pano ri ene elem enros de esws gé neros o ral e .{Sc hwegle r
1996). Sería interesante qu e 1e csrudi ran alg un as de las for ma s c ulturales de esros ju cgos in g üísticos d e factorías españolas en la costa occidental del África , no así de factorías portugue-
informal es en el Car ib e, baj o es ta perpee riva . sas. Existen en América dos crio llos de base españo la: el palenquero en San Bas ilio
98 99
de Palenque, Co lomb ia y el. papiam ento hab lado en las islas de r\ nu ba, Bonaire y . .. ' ¡· d ' para tú hacer eso (se e ncuentra en los cri ollos
mfinmvos persona iza os I l d 1
C urai;:ao, cuya fili ació n española todavía está en discusión (Schwegl«c: r 1998). afroibéricos, pero tam bié n en las Canar ias y And alucía ; e n a e ngua e os
La existencia de las le nguas criollas se ha explicado co n base e n dos tipos de razo- niños y en el portugués) .
nes: i) sociohistó ricas, que ex plican las característi cas especiales de es tas lenguas a . (piera ese) también se encuentran en el español de
d emoscran vos pospuestos •
partir de razones sociales; en este caso: un a población sacada de su lugar de origen
Cuba.
y mezclada co n otros grupos; ii) razones tip ológicas, que ti e ne n gue ve r con la
estructura d e la leng ua; esto obedece a que resultan so rprend enres los parecidos el pronombre suj eto vos (bo)
entre las lenguas cri ollas de todo el mundo. La ex istencia de estru ci u ras com un es el uso categórico redund a nte d e los pronombres suje to (se da e n las lenguas
en estas lenguas tamb ién se ex plica de varias maneras, en el se nt ido de q ue a)
del África occidental)
ti enen un origen común , por ve n ir de un mismo pidgin; b) res ponden a desa rro-
ll os paralelos; c) se o ri gi nan en los mismos procesos cognitivos uni ve rsales, como Por otra parte, la ausenc ia de:
el ll amado bioprograma de Bickenon 16; d) so n el producto de los errores comu- . de género)' número e n sustanti vos y adj etivos .
co nco rd anc1a
nes de los apren di ces en el proceso d e adquisición de la lengua ex rranjera . . . a y de fre cuente en el es pañol de los aprend ices.
prepos1c10nes
En la fo rm ación de las lenguas criollas interviene un a lengu a base que aporta el l d I África occiden tal.
artíc ulos. Tambié n se encuentra e n enguas e
léx ico y que ge neralm en te es una lengua europea; e n el caso d e Am é ri ca Latina las
complementizadores sintác ti cos como que (caracteri za codas las hab las sim-
lenguas europeas en cuestión fueron el portugués y el españo l. Se supone que la
gramática sería , e n gra n m ed ,da, de orige n africano, aunqu e tampo: o esto se ha plificadas)
determinado d efinitivamente y depende, según los estudiosos , d e l::i teoría que se . . l d l , la ser / estar. En las
' como también la eliminación ocas iona e a cop u . d - d
as um a en la explicación del proceso. as 1 ¿· · b Lza os en vez e
lenguas del África occidental se emplea n a 'Jenvos ver a t .' . ,
've rbo + predicado nominal'. Según Lipski esto puede se r un a caracre 11 sr1ca
Algunas de las características de las lengu as criollas son las sigu ie n rn : El uso de
conectores, como por ejemFlo ta en los criollos de origen portug.1és y en los dialectal africana, antes qu e un a forma postc n ol\ a.
textos afrocaribes; esta forma es una reducción de estarcuando preceded infinitivo. . lo en el siguiente diálogo c itado por
Estas ca rac terísti cas se dan, por e¡emp '
Esta es tructura se encuentr~ en todos los crioll os ibé ri cos, e n pa lenquero,
Sch wegle r (1996, 1: 275):
papiamento, y en las h ablas de Guinea y Cabo Verde. También se da, las marcas
11
ya y ba con otros aspectos. Traducción
Texto palenquero
Según Lipski (1994: 11 3), porel empleo de un os rasgos y la ausencia 1e ot ros (en Tú tien es mu ch a estrategia en tu ca r:.t.
relació n con sus knguas base:, las características de las lenguas cr idlas so n las Bo a tené mucho cracej' í kala si.
·Yo voy a dan e un ga rrotazo !
siguientes . Por una parte, el enpleo de: ·I tan meré bo ung galoraso '
~o vo y a darte una cach etada tan fu e rte
~o a- ca nada bu un kach eri ke Efina a-
preguntas no in ve rtidas , del tipo ¿qué tú quieres? (se d a en os cri o ll os que Delfin a cendri que incer ve n1r en
ten k' irembení ese ... e n ese kombedza
afroibéricos, pero tambié1 en dialectos que no tienen influe n c i~afri cana) nu estra co nve rsación.
suco . Urora ti e ne d o jo así (de feo).
1
Urora a rené ojo as í, ¡be

lG. Esre in vcs rigadur sos ricne (1977) qie la Situac ión de estrés lingüísrico en que se l"'.' n c uetr:m los esc b - . . J.ucc1ón de: Schwegler (l996F)) a.l o mitir ·rns ind icac iones ~obn.: la
17. Hem os cambi ado c: n algo \.1 tr :1 . . . ·go dt' inrnltos c,;ntrt,: las p:H tt') .
vos hace que recurran a la gramát io universal, a través de un bioprograma .
vocife ración , un tipo de tc:xw pa.li.:nt}llt'TO qut: co ns1m: en un 1ur.:: \ O\
100
Texto palenquero Traducción 17 ero : Cali fornia, Nuevo M éj ico, Tejas y Lui siana. Resumim os , a co ntinuac ión , b
descripció n q ue d e es tas áreas hace es te in vest igad or:
Defina e ma fl aku che n r:1 ke .. ; el' a ra Delfina es más flac uchenra que .. [es +
i) El españo l patrimon ial d e Cali fo rni a, cuya historia se rem o nta h asta el siglo
buká karne nu . que ella no reb usca "la carne". [= ella no
XVlll, d esapareció eras las migraciones de mineros en bu sca d e o ro a medi a-
qui ere engordar a pesar de esta r dem a-
d os del siglo XIX. Si se hab la es pañol en esa re gió n es po rqu e co men zó un a
siado fla ca] [=vociferación]
nu eva o la d e inmigra ntes me xicanos desde co mie nzos de l siglo XX (Alvar
¡mi ná kal' eli! imin á kab eli a palesé ¡M ira su cara! ¡Mira su cara se parece a
1996: 92).
ho po baka 1 las nalgas de un a vaca!
ii) La histo ri a d el es pa ño l de N uevo Méjico se re monra al siglo XVl, aunqu e la
lengu a ha sufrido los natu ra les cambios y además la influe ncia del inglés .
Al va r ( 1996) se ñala algun os elementos fo néticos que no se ex plican sin o por
el co ntacto co n esa lengua, com o por ejemplo la v labiode nral , la rrerrofleja
En rela ción co n las lenguas afr ica nas en América es impo rtante tener e n c ue nta y la ph. Se d an ramb ié n algun as voces qu e Al va r ( 1996: 93) tilda de
aquellos elementos qu e entraron al español como prés tamos lingüísticos, d e aq ue- di alectalismos, co mo acafetao por castaño, cuero po r piel, corcova po r joroba,
llos otros qu e tu vie ron su origen en las inrerl e nguas de los esclavos. ere. , y a rca ísmos, como tráiba por traía y cáiba, po r caia. Alva r ( 1996: 94)
Cabe hace r nota r qu e todavía queda mu: ho por in ves tigar en cuanto a la influ en- co nclu ye qu e el es pañol de esa reg ió n es arcaiza nre,
cia africa na, tanto co n respecto a los procesos lingüísticos qu e se d ieron a pa rcir de .. co m o lo so n los C ri stos de palo co n sus brazos arti culad os o los sa nros
la realidad soc ial de la esclavir ud , como co n relac ió n a la influencia directa de vestidos de remotos so ldados españoles , o la em oc ió n m edi eval de los ro-
escas lenguas en el es pañol. mances religiosos o las mi sio nes -ya- en ruinas o cantas cosas co m o evoca n el
occ idente leo nés o las cier ras luminosas de Andalucía. Todo, supervivencias
de un pasado que se hermana en la le ngua o en la fe.
Otros contactos: inglés y portugués
Nuevo M éjico pasa a se r es rado de la Unión en 19 12 y, d esd e ese momenro , el
El inglés español queda allí como lengua fa miliar. La enseñanza se imparte en inglés , lo qu e
Al hab lar de los co nrac tos del es pañol anericano con el inglés, nos refer irerrus hizo aumenra r el bilingüismo y rambién el número d~ m o nolin gües e n inglés. El
solamente a aq uellos , mu y co m plejos y Vlr iados , qu e ocurren en los Estad os U 1i - espa ñol, por su parre , mues rra en esca zo na una serie de prés tamos co mo payama,
dos. En cal se ntido, pueden di stingui rsedos cipos de conracto: los que se di e nn por pijama, beibe por recién nacido, grampa por abuelo, choque por liza, ere.
tempranamente co m o co nsecum cia de as migraciones de angloha blanres h a ,ia iii) El español de Tej as es tá marcado por la inmigració n mex ica na reciente, lo qu e
cierras que origin a ri amenre habla ban es1año l, y aq uellos más recientes o ri g ira- hace decir a Alva r qu e se trata de un español "e n Tejas", no "de Tejas". De esta
dos en la migrac ió n de los hispmohab la1tes hacia cierras donde generalme ntese for m a se co nse rva en algun a medida la influencia ca naria o ri ginal (del siglo
habla inglés . XVll) en algun os ruralismos co mo mueble por automóvil arrear por conducÍI;
Poco después d el descu b rimienio, los es¡añoles habían recorrido la cosca arl á ni - manea por .freno, rueda po r volante (Alvar 1996: 96). Sin embargo, tambié n se
ca de lo que h oy so n los Es radoi Unidos.Los primeros esrablecimientos e uro p os da n en esta zo na los co rrespo ndientes anglicismos, como sut po r traje, nueva-
en escas cierras se exri enden por Florida, Ceorgia, las Carolinas, Tenessee, Ala b a n a, me nte payama, panti por bragas, pin por gancho de pelo, choc por tiza, ere. al
Misisipí, Luisiana, Arkansas, Tej as, Oklah,ma, Kansas, Neb ras ka, Colorado , N u e,o lado, claro está, de los nahuarlismos elote, guajolote, coyote, etc.
Méj ico y Arizo na (Quili s 200 l :3 13). D estos primeros co ntactos, se m anri e nn iv) El es pañol d e Luisi ana está ma rcado , según Alvar ( l 996: 98 ) por la influen-
todavía áreas hispano hab lantes que, segú Alvar ( 1966), so n principalme nre CH-
cia ca naria y de ello dan fe can co el género de algun os sustant ivos, eL sartén,
102 103
la sufij ac ió n dire cta sin infij os, co·mo en piesito, du!cito, lechita en vez di e mientras ma yo r sea la distancia al contexto hispánico original. Según Sil va Co rvalán

piecesito, dulcesito y lech ecir.a. Tamb iién al gun as voces co mo enchumbarse po r (1996: 180, e n Q uilis 2000: 314):
empaparse, vuelta carnero por volrereta, entumía po r entumecido, enamorar Si a estos ca mbios demográficos añadimos la ausen c ia de un proceso de
por cortejar, y otras muchas . Po r s1U puesto que también se dan, por el corn- norma li zació n del es pañol en EEUU , donde nuestra le ngua no goza d e sea-
tacto , los ang licismos przyarna, siper por cremal!era, spring por colchón. Del ru s ok ial, se co mprenderá fácilmente la hecerogeneid:icl d e este españo l,
contacto co n el fra ncés en el sig lo XVIII se dan bmsié po r sostén, colié por qu e se ca rac te ri za por su gran variab ilidad sociolin güísci ca y los co ntinuos
co!!ar, rohiné por grifó, sosa por salsa, etc. pro cesos de ca mbio y acomodación a nuevos co ntextos físicos y culcurales.

El seg und o grup o d e co ntactos, los o ri ginados e n la migrac ión más reciente d e
hispanohabl a ntes hac ia Estado s U nid os en la seg und a m irad d el siglo XX, por
razones po líti cas y económ icas, ha resul tado en un crecimi e n to del uso del espa-
El portugués
ñol y en la apar ició n de nu evas va ri edades dialectales e n los gra ndes ce ntros urb a- Otra lengua qu e se e ncuentra en con caceo con el es pañ o l ame ri cano es el po rtu -
nos, como Los Ángeles, Nue va Yo rk , Miami, etc. Estos hispanos proceden sobre gués del Brasil. Las amp lias fronteras de este país cocan , entre los pa íses hispano-
todo de Méxi co, Puerro Ri co , Cen tro y Suramérica y se han asentado en Californi;;, hablantes, a Argentin a, Bolivia, Colombia, Paraguay, Perú , U rugua y y Venezuela .
Tejas y Nueva York (Quili s 2000) . Po dem os ,·e r en es ta inte rrelación d os ve rti e ntes principales: la inte rfe re ncia, ma-
yo rm e nt e léxica, que se da naturalmente por el contacto en cre dos le ng uas y, en
En cuan ro al es pañol de los Esrados Unid)s en la actualidad, ca be destacar que d e
segundo lu ga r, las var iedades fronteri zas, que pueden co nsidera rse le ng uas de co n -
la misma manera co m o no se puede ha bla r de un españo l de América homogé-
ta cto . Algunas voces provenientes del po rtu g ués del Bras il son guamná, malandro,
neo, tampoco podría hablarse de la lengua de los hispano lu blam es en Norteamérici
maraci~¡,ti. saudade.
co mo un blo que unita rio e indifere nciado Se trata de un a rea lidad amp lia y disímil
en cuya fo rma ció n han intervenido di ve rias circunsta ncias demográficas, ·cultura- En rela c ió n co n las lenguas de contacto , ha sido especialme nte estud iada la fron-
les, sociales y políticas que h a n llevado a la forma ción de una lengua con grandes tera d el Brasil co n el Uruguay que ha dado nac imiento a los llam ados D ialectos
diferen cias di alec tales y soc iolin güíscicas. En este se ntid o , hay que se ñalar que no Port1tgueses del Uruguay o DPU. El contacto se dio allí no so bme nte por su co n -
existe e ntre los hispanos un ideal de lengJa comú n que sirva de referen cia a ca1 dici ó n fr o nteri za, sino porque vascas zonas del accual Uruguay fu e ro n co lo nizadas
diversos grupos. 18 Hay, según Za mora (W04) acc ualmence e n Estados Unido~ por po rtu gueses (Eliza incín 1992: 158). La situación de estas va riedad es se carac-
unos 38 .800.000 h ablantes de español. teri za po r la falca de una le ngua estándar superordenad a que cumpla la función de
no rma pa ra la corrección idiomática , como sucede con o cros dia lectos subordina-
Lo más sig nifi ca ti vo de esco s da cos no es ó lo el aleo núm ero d e hablan ces sino 1:
dos a una le ngua estandarizada (Elizaincín 1992: 230). Escos di alec tos d e co n cac-
impo rta nc ia d e los m edio s d e co muni cac iSn que involuc ra n. Así hay m ás de 35~
eo se reservan para el dom inio famil iar, cotidiano, en su uso o ra l. Sin emba rgo, en
periódicos en es pañol o b ilingües; más d : 30 em isoras de te lev isión, más de 20(
e l caso mu y es pecial de los DPU , encontramos que hay un a lice rarnra esc rita por
de radio y m ás d e 330 emisoras bilin güei
aurores uru guayos de prestigio. Co mo muestra de esta va ri edad tra nsc ribimos
La compere nc ia d e estos hi span ohablan te es heterogén ea porque, mientras a lg u esre frag m cnco recogido e n Be ha res y Díaz (1998: 97) :
nos ti enen el es pa ñol co mo len gua rna cen a de primera ge ne ra ción , los o eros L
U n día, uma volea, ciña m eu cío, un cío m eu que le sa íu um caxo rriñ o blan -
han adquirid o en la seg und a o tercera. La interfe rencias de l ingl és serán mayo re
co. un caxorriño negro. D'ese caxo rro ele impesó a pegá ne le, purque, Y
gric,í, '! g ricá purque al fin al se asustó; y se perdeu u caxo rro y apariseu uma
mui é, um a muié coda de negro, viscidoum largo , d e, bueno , co da d e ne gro,
18 . Ló pa 1\ lo rJll·S (l 99 8: 2 18 ) sos lÍ t"n c 1ue " .. hin no es un t¿rmin o Jrni co , no lingüísti co , y n o e viscido largo . .. Ele noum vía a ca ra dela . Y ahí e le fi có co mu m eiu loco ,
n:id:1 St'.gur:1 b id enti dad entre el lo.;; : 1J Y hi span o quc no h:1bbn su supw.·sra lengua marerna , y o tro
porque se as ustó memo. ¿Y qué ? Y us otro forum ve y nu e ra nada.
que so n sc.:mi hablan res en es t.i lcngui. ''
10 5
104
¡1

' ( Los co ntactos del español en el mundo a ún no han te rmin ado. La aldea global,
ge nerada por la co municac ió n de masas, su rg;e co m o un nuevo :1tlán rico para
prom ove r el e nc ue ntro de nu es tra le n g ua co n o t ros pu e blos , e n el diario
intercambiar de publicac iones, películas, ca nc io nes , m e nsajes de voz y correos
electrónicos. Po r esca razó n , es difícil prever lo que sucederá co n la lengua espa ño-
la en esos futuros e ncue ntros; quizás, nu evame nte surj a n dudas so bre su unidad
y/o d ive rsidad o, por el contrario, los garantes ese nciales d e esa perman enc ia sean
la globalización y la inmediatez de la co municac ió n .

Los americanismos y la dialectología


hispanoamericana

,:, Lo s omericanismos ,:, C riterios poro lo clasificación


de los omericonismos ,:, Los áreas dialectales
,:, Los atlas lingüísticos

106 107
Los americanismos y la dialectología
hispanoamericana

Pero no debem os caer en un falso espejismo: un Aclas no es una panacea univer-


sal. Es, simplemente, un espléndido instrum ento de trabajo; no hay que pedirle
lo que no puede dar. El Aclas es una obra limitada: in vestiga -sólo- unos cuantos
puntos y pregunta -sólo- unas cuantas cues ti ones . El directo r de la obra el ige los
lugares que se va n a investi ga r y, previamente, o rdena el cuestionario común que
estima más con ve ni ente. A pesar de estas limit ac iones, los frutos son generosos.
Manuel Alvar. Proyecto del Atlas Lingüístico
y Etnográfico de las Islas Canarias

Los americanismos

No se puede h ab lar sobre la ca racte rización de l es pañol de América, ni sobre


dialectología hispanoamericana , sin dejar claro qué es un americanismo. La deno-
minación de americanismo fue usada por primera vez en la duodécima edición
del Diccionario académico (1884) , donde se definió como: vocablo o giro propio y
privativo de los americanos que hablan la lengua española. Esta definición resulta
1
¡: limitante porque restringe el concepto al ni vel léxico y porque deja de lado el
criterio de origen.
r; En el DRAE (2002), se define americanismo en su 5ª acepción como: vocablo,
rasgo fonético, gramatical o semántico que pertenece a alguna lengua indígena de
!¡\
América o que proviene de ella; en su 6ª acepción como: vocablo, giro, rasgo fonético,
lm gramatical o semántico peculiar o procedente del español hablado en algún país de

Ir[b América. Estas defini cio nes toman en cuenca no só lo el aspecto léxico, sino tam-
bién los rasgos correspondientes a otros ni ve les de la lengu a (fo nético, gramatical
y semántico), además, inclu ye los criterios de origen y de uso.
ff,~ ..
lj¡

11,,
A pesar de escas definiciones tan precisas, los dialectólogos se enfrencan a diversas
dificultades a la hora de calificar determinado rasgo lingüístico como americanismo,
como veremos más ade lance. Por ahora diremos so lamente que el americanismo,
dentro de la unidad de la lengua españo la, se relaciona con aquellos rasgos pro-
'

1
pios de nuestra idencidad region al, que por otra parce representan los aportes del
'
1 109
'
vasto conc in ence america no a la lengua de todos. Ole una mane ra general, encen - Darémosles huitías co n ajíes,
dem os un am ericanismo co mo el rasgo fonécico , gramatical o semántico o rigin a-
D a rémosles pescados de los ríos ,
do e n Am éri ca o usado actualmente solo en este co ntinente o en alguna de sus
regi o nes . Darémosles de gruesos manatíes,
Las ollas y los plantos no vacios;
El co nce pto de amer ica ni smo lingü ís tico se aplica ría a parrir de los indige ni smos
Ta mbién guaraquyinajes y cories
qu e 3parccen en la Carta de Colón a los Reyes Ca tólicos, escrita entre el 15 d e
febre ro y el 14 de marzo de 1493 , donde se encue ntra la palabra canoa. Luego De que cenemos llenos los bohíos
apa rece n en su Diario una seri e de voces es pañolas apli cadas a las nuevas realida- Y curaremos bien a los que enferm an ,
des , es dec ir, americani smos por diferencias del refe rente (Bo h ó rquez 1984: 2 1): Co lgán doles hamacas en que du erman .
. . y aves y pajaritos de cantas maneras y tan diversas de las nuestras [... ] aquí (Bohórquez 1984: 24):
so n los peces tan diformes de los nuestros [ ... ] y vide muchos árbo les muy
Como puede constatarse en los ejemplos anteri ores, los primeros americanism os
d ife re ntes de los nuestros.
surge n po r el reconocimiento de que el mundo americano es diferente del euro-
En el Di~rio, se encuentran también ají, tuob, noray, ajes, cazabe, cacique, caníbal, peo, en su naturaleza física y cultural, po r ello pa ra dar nombre a la realidad
hamaca, etc. Luego, estos mismos vocablos aparece n también en o tros documen- am eri cana tien en que adoptarse términ os autóctono s (Bo hórquez 1984: 26-27).
tos , co mo en la Histo ri a d e Indias de Barco lomé de las Casas: De este hecho surge n un se ri e de vocablos ame ri canos sin eq ui valentes en el espa-
ño l peninsul ar, entre ellos, Bohó rqu ez m encio na: aperrear 'caza r indios co n pe-
Respondió, pues, la reina Doña Isabel del d ía qu e viese aquella ca rra en
rros para que los despedacen'; criollos ' los que nace n en Amé ri ca de padres espa-
ade lance, compeliese y ap remiase a los indios [ .. ] mandando a cada cacique
ño les o d e o tra nac ió n que no sean indi os' . Po r o tra parte, cuan d o las semej anzas
que tuviese ca rgo de cieno número de indios .
co n lo europeo lo permitían, los conquistadores usaron vocab los ya existentes en
Tamb ién en los textos de los cronistas, como en las Décadas de orbe novo, de Pedro el español europeo para designar cosas exclusivas de la realidad americana: llama-
Mártir de Anglería (1459-1526), escritas en latín , se incluye n cacique, manatí, ron calabaza a la auyama, peral al aguacate, gallina al pavo ame ri ca no , tortilla a la
canoa, hamaca, areyto, caníbalrs, carabi, noray, nitaiRo, maiz, ager, batata, caribe, torta de maíz, etc.
axi, copey, guanín, iguana, mamey, guazabara, bohá, maguey, guanabana, yuca,
En las obras lexicográficas se comienzan a registrar los ame ri ca nismos a partir del
hobos, etc. Go nzalo Fernándezde Oviedo y Valdés ( )478 -1557) en Sumario de la
Vocabulario d e Nebrija 1493, que incluye la palab ra canoa. En ge neral, las prime-
natural historia de las Indias y, luego, en la Historú general y natural de Indias,
ras obras so bre América se limitan a registrar las designacio nes d e referentes exó-
recoge cas i medio millar d e americanismos. Por su p1rte, Juan de Castellanos en
ti cos; só lo más tarde, se adquiere la co nciencia metalingüística del americanismo,
sus Elegías ( 1944: 15) nos da, entre otros, los siguierres ejemplos:
co m o se o bserva en este texto de O viedo:
Si so n ge nces d e buenos pensam ientos
Si algunos vocablos extraños é bárb aros aquí se hallá re la causa es la noved ad
A bien es rece billos; si so n gra1as,
de que se trac ta n; y no se pongan á la cuenca de mi roma ni;:e, que en M adrid
Si vien en fa tigados d e hambrimtos, n ai;:í y en la Casa Real me crié y co n gente noble he co nve rsado é algo he
Durémosles de nuestros alimentos leydo p ara que se sospeche que havré encendido mi lengua cas tillana, la qual
G uamas , auyam as, yucas y bautas, de las vulgares, se tiene por la mejor de codas; y lo qu e oviere en este volúmen
que con ella no consuene serán nombres ó pa lab ras por mi voluntad puestas
D arémosles cazabis y maíces
para dar a entender las cosas que por ellas qui eren los indios signifi car
Co n otros panes hechos de raíces
(Fernández d e Oviedo, 1851 : 5, en Bohó rq uez 1984: 35).

110 111
El prim er di ccio nari o q ue intenta inclui r los ameri canism os en fo rm a sis;tem ática b.- Por uso diferenciado: este cr ite ri o es el más ap li cado y co nsidera como
es el D icciona rio d e Auto ridad es ( 1726- 1739). En este caso se p rocuro elabo rar ameri canism os aquellos rasgos lingüísticos p riva ti vos de Amé ri ca, ind epen-
un d iccionari o "cop ioso y exacro" de la le ngua es pañola, co n respecto ai roda su d ienteme nte de su o rigen, ya estén presentes en toda ella o só lo en regio nes
extensió n geog ráfica y a los estil os lite rar io y popular. Los auto res del Diccio nari o limitadas. Lo impo rtante es q ue d ichos usos no se debe n d ar de manera
de Au tor idad es no registraro n m uchos americanismos, ni siquiera los us:ad os po r similar en el es pañol de Es paña. Los lingüi stas que respa ldan esta pos ición
los cro nistas . Su importa ncia radi ca en habe r reco nocido co mo americanismos, so n, entre otros, Lisand ro Alvarad o, José Pedro Ro na, Anton io Mala ret y
ade más de los ind ige nismos, tamb ién los americanismos po r uso exclusivo del G ünther H ae nsch . ·
español am erica no. (Bohó rq uez 1984 : 56 y sigs.) . En 1787 se publica el Vocabu-
Ro na, en su fa moso artículo " Q ué es un americanismo"(I969), se plan tea la legi-
lario de las voces provinciales de .América d e Alced o q ue recoge el am ericanismo
timi da d d e es te té rmino al se ñalar q ue, si p~r america nism o en tendemos los fe nó-
léx ico espa ño l. D ice Bo hó rquez ( 1984 68-69):
me nos q ue se da n en ro da Amé rica y no se dan en ningun a de España, y dado q ue
... un as [voces) q ue aun que o ri gina ri as de Es paña, y especialmente d e An- di chos fenóm enos no ex isten, es mejo r n o hab lar ni de ameri ca nismo, ni de espa-
d alucía, han dege nerado allí po r la co rru pció n q ue ha intro du cido la m ezcla ñol de Amér ica has ta no co ntar co n estud ios e n rodas las regiones de l co ntin ente
de los id io mas de los indios; y otras to madas de éstos y mal p ro nunciad as am eri cano y tene r un cuadro co mpleto d e la rea lid ad lingüística d e Hi spa noam é-
por los espa ño les. ri ca. Co n esca co nt rove rsia! afirm ación, di cho au to r cuestiona directa men te la
justificació n d e u n espa ñol de Améri ca como entid ad de termi nada y de limi tab le
Más adelan te se p ublica n d iccio nar ios co rrespo ndientes de un so lo país, co m o el
de ntro d el sistema lingüístico hispánico.
de Peñalve r, en 1795 y el de Pichardo, en 1836 (a m bos so bre C uba) , los cuales
incl uye n tan to indigenismos como pa labras d e uso ameri ca no. Po r o tra pa rre, el mism o Ro na (1 969), al cri t icar a Am bros io Raba nales ( 1953),
di fere nc ia entre ameri canism o en sentido estricto, y am er ica n ismo en sentido
am plio. Los ame ricanismos en sentido estricto o regio n alismos so n aq uellos ras-
Criterios para la clasificación de los americanismos gos cuya d ifu sió n geográfi ca no trasciende los límites de su regió n de orige n, y los
Se han usad o bás icamente dos cri ter ios pa ra la clas ificació n de los am eri can is m os : ameri ca nism os en sentido amplio, aquellos que se d ifunde n más allá de su zo na
o rigina ri a e incluso pueden llegar a o tras lenguas. Rabanales admitía, en efecto,
a.- Por su origen: este criteri o es de orden histó ri co-genético. En sentido solam ente el criterio de o rigen .
estricto, conside ra sólo corno america nismo aquellos rasgos lingüís:icos que
han tenido su orige n en ;',méri ca. En sentido amplio, co nsidera también Ence ndemos por chilenismo ro da ex presión oral, escrita o somarológica origi-
co mo ameri ca n ismo cualcuier rasgo de lenguas extra njeras, ado¡:cado po r nad a en C h ile desde cualquier pun to de visea gramatical, po r los chilenos que
el es pañol america n o, q ue ;e haya conve rtido en característico del habla d e habla n el es pañol como lengua propia o po r los extra nj eros res identes q ue han
alguna regió n de Amé ri ca. Et criteri o de o rigen no ro ma en cuentala vige n- as imilad o el es pañol de C hile (Rabanales 1953: 3 1 en Bohórq uez 1984 : 9 1).
cia de uso ni la extensión de fenómeno. Res palda n esta co ncepció n labanales Ro na ( 1969), por su parre, reco noce so la mente el cri ter io de co n trascividad q ue,
(1953) , Morí nigo (1964) y Samama ría (1954). co mo ya indicamos, lo lleva a plan tea r q ue la existencia de l espa ño l a meri ca no no
Según su o rige n, los ame rica nisnios, pueden dividirse en: es científicam ente dem ostrable:

vocab los ind íge n as com o los az tequi smos , cari b ism os, g uarni sm os, ... pod emos decir que el diasiscem a hispáni co está co nst ituido por el anda-
quech u ismos, etc, ii . voca:>los de fo rmación en Amé rica con b a~ en ele- luz, el castellano, el mexica no, el chileno, el andi no, el jud eoes paño l, etc.;
mentos p ro pios del espa ño lgene ral (enma fetar, ennochecer, aperrear, ,ombrillo, pero no podemos decir que el mexica no, el ch ileno, el and in o, etc. co nst itu-
etc. cf Bohó rq uez 1984: 108); iii . préstamo americano d e un a logua ex- ye n una unidad intermedi a, el llamado "españo l ameri ca no" qu e, a su vez,
tranje ra (tique, rinse, suicle, sdnduche). junto con el "español no amer ica no" d aría el di as iste ma hispánico. Tal vez

112 11 3
sería co rrecto habla r, co mo lo hace D iego Ca talán, de un es paño l adánri,co, 2. Po r otra parce, puede dudarse d e que sea co rrecta la afir mació n de Ro na
que in cluiría los habl ares ame ri can os jun to co n algun os de la Penínsul a. de que no hay ni un so lo fe nómeno qu e es té p rese n te en todos los habla res
N o, en camb io, es científi came nte d emostrable la existencia del es pañ o l ameri canos y ause nte de tod os los habla res peninsulares. C reo que aseve ra-
am eri cano. (Ro na 1969 : 148) cio nes de es ca clase so n p ro ducto m ás de la in suficiencia de la in ves ti gac ió n
qu e de situacio nes efecti vas que las jus ti fi qu en.
D ebería haber, según Ro na, un co nju nto de isoglosas que reco rri eran en medio
d el océano Atlá ntico desde el po lo sur hasra el no rte, pero no las hay. Según este En efecro, a pesar de las o bj ecio nes plan teadas po r Ro na, la gran mayo ría d e los
auto r, los fenóm enos tiene n va ri ada ex ten sió n: estudi osos co ncuerda en que el térm ino america nismo no es tá co m pletamente
injusti ficado, pues cabe d ist in gu ir un español de Améri ca de un o de España si se
l. Se d a en to d a A mé ri ca, y en n in gu na parte de Es paña
ex pli can los facto res que han intervenido en la fo rmac ió n d e las var iedades ame-
2. Se da en tod a Amé ri ca, y se da en parre de Es paña ri ca nas d e la lengua , o de l ví nculo qu e existe ent re éstos di alectos. No obstanre,
3. Se da en parte d e América y se da en pa rte de España queremos dejar claro q ue no se justifica hab lar de es paño l am eri cano co m o de
4. Se d a en parte de América y se da en roda Es pa ña un a lengua aparte y d ifere nciada cla ram ente d e la de Es paña; en este senti do , es
escl arecedo ra la precisió n de Mo ntes Gi rald a (199 1: 132) d e que puede hab la rse
A juicio d e este auto r, si se co nsidera la clasificac ió n anteri o r:
de entidades id io m át icas, aunque su es tructu ra intern a no sea parti cularm ente
Es muy fác il percibir q ué solo se ría n ameri ca nismos aqu ell os elem entos que ho m ogé nea.
están co mprendidos en la co m bina ción núm . 1. En ca mbio, en la bibliogra-
Para Bo hó rq uez ( 1984 : 104- 108), ade m ás, no es co nve niente co nfundir el pro-
fía es pecializada no hemos enco n trado más que fenó menos que pertenecen
blema d e la defi ni ció n de l co nce pto d e amer ica nismo co n el de la se lecció n d e
a los co njun tos 2, 3 o . (Ro na 196':: 148)
entradas para un d iccionari o. El auro r sugiere no mezclar los criterios de o ri gen)'
En cuanto a los planteamien tos de Ro n a, cabe se ñalar que o lvidó la factibilidad co ncrast ividad , ni tampoco las ca tegorías lin gü ísticas de di acronía y sincro n ía.
d e que un ameri canism o pudiera darse e n pa rce de Améri ca y en ninguna p arte
O rige n : todo elemento léxico españo l de procedencia indíge na, o creado por
de Es paña.
hispano hablantes ameri canos so bre elementos prop ios del español ge neral.
M o ntes G iralda (1 970: 53) obse rva en rel1ció n co n este cern a que, adem ás de os
11 . Co nce p tos rípi cos de América: Am erica nism o se ría la ex presió n o vocab lo
criterios d e uso y de o rigen , hay otro que se refi ere a los co ncep tos d e cosas típicas
es pa ño l que d es igna co nceptos , bie n sea de cosas o acti vidades culturales, o
america nas, co mo lo demu es tran los glosaios y diccio nari os sobre esta mat e ri a.
de o bj etos excl usivos de Am éri ca y q ue fo rm an o han fo rm ad o parte de la
En to rn o a las o bse rvacio nes de Ra na, Monees G iraldo ( 199 1: 13 1- 132) hace as
vida d el hi span oa meri ca no en su desa rro llo cultural, aun q ue esas voces ya
siguiente, prec isio nes:
sea n pa trimo n io co m ú n d el españo l pe ninsular, o ge neral, po r tras lado de l
1. No parece aceptable el rigo ri smo excesivo de Ro na al nega rse a admiti1 el obj eto o la cosa cul tu ra l.
co ncepto de 'espa ñ ol de América' porque supuestamente no ex iste n fe ró-
11 1. C ri te ri o de uso. Ame ri ca nismo sería la exp res ió n o el voca blo q ue actua l-
menos lingüísticos (d e lingü ística irre rn a o sistémica) que identifique n al
me nte es usado e n el es pañol de América . D esde este p un to d e vista los
co njunto d el es pañ ol ame ri ca no corro unidad diferente del es paño l pe nn -
a m e ri ca n is mos se pueden cl as ifica r en voca blos d e uso co nt rast ivo o no
sular. Co n este criteri o tampoco pa iremos hablar de 'espa ño l peninsuhr',
co ntras ti vo , e n relació n co n el es pa ñol peninsular.
ya que es qui zá men os unitari o que e lameri cano. [ ... ] hay que tener pre s m-
te que las circunsta nciis extern as, hi có ri co-geográfi cas , so n d etermina n es H ay que h ace r no tar que los di ccio nari os co nrras ti vos reun en aquellos eleme n tos
de la situació n de los idio mas, lo cud es tá íntimam ente unido a la vid a fe que no se d a n en Espa ña, es decir, q ue se elimina n todos los elemen ros comunes
ellos y determina e n flledida co nsid rab ie el ma ntenimien to, el cambi e o entre el es p a ño l de Amé ri ca y d e España , dejá ndose so lamente los q ue ex isten en
incl usive la desa pari ciái d e su sisterr1 intern o. am bos lad os d el Ad á nri co, pero co n matices d ifere ntes . Estos d iccio narios pare-
114 11 5
ce n estar caye ndo en d es uso debido al reconocimi ento de la pluralidad de las
no rm as del español, que se reco noce ahora co mo una lengua policéntricai y, pro- Como hemos visto en c:1pítulos precedentes, el español americano no es un todo
bablemente tamb ién, por el auge d e la com uni cación mediática. Parece habe r homogé neo sino un co njunto J e var iedad es que ni se corres ponden con la fro n-
ll egado el ti empo de los diccionarios integrales de la va ri edad nacion al de cada te ras polít ico-territorial es , ni pueden delimitarse fácilmente. Siempre se duda al
país, co n lo que se recon oce la distinción e ntre las di stintas va ri ed ades, pero no se determinar si un a var ied ,1d d ebe se r co nsiderada co mo le ngua, dial ecto o como
subraya el contraste con Espa ña {Zimmerman 2003). Por a ho ra, el úni co diccio- habla regio nal. Po r es te moti vo va le la pena precisa r estos co nce ptos, tan im por -
nar io de uso no contrastivo que se conoce en América es el Diccionario del español tantes para los ca mpos de la dial ecto logía y la geografía lingüísticas.
de México de Luis Fernando Lara; se trata de un est udi o sin cró ni co d escripti vo. Las lenguas varía n y esu vc1ri ,1bil idad refleja, por una parte, los reacomodos qu e.: se
Sobre esta obra se ha señalado que: es una obra lexicográfica cuyo objeti1Jo funda- suscitan e n sus propios siste ma s, po r la otra, el dinamism o d e los grupos hum a-
mental es reflejar el léxico del español utilizado actualmente en el país, en cuanto nos qu e las hablan. Las le ng uas so n sistem as que se reali za n e n dialectos, los c u:il es
'lengua nacional'y en cuanto a sus modalidades escritas y orales, cultas y coloquiales, so n las va ri ed ades de estos sistemas que efectivamente se hab lan 1 •
urbanas y rurales ... (Lara 1974: 24 5 en Bohórquez 1984: l 97).
Co m o se sabe un a le ngua es una colecció n de dial ectos mutua mente inteligibles.
En Venezuela, hay un a importante tradi ció n de es tudi os que co mienza en el siglo La gente se entiende porque, en algún nivel de la conciencia, quiere co mprender
XJX con los diccionarios de Ca rmona, D iccionario Indo-hispano o 1Jenezolano es- al otro. La noció n de lcngu.1 no es, ento nces, solamente un a noción lin güísti ca.
pañol (1858-59), el d e Medrano, Apuntaciones para la crítica sobre el lenguaje Chambers y Trudgill opinan que ''parad ój icam ente, un a lengua no es, de nin gu n a
maracaibero ( 1883), El castellano de Venezuela, de Julio Calca ño ( 1897) y los volú- manera , un a noció n parti cul armente lingüística" (Chambers &Trudgill 1980:5 ).
menes de Lisandro Al varado : Glosario de 1Joces indígenas ( 1921 ), y Clos,zrio del Un di alecto está subordin :ido a un a lengua porque es un a varied ad d e esca le ngua.
bajo español de Venezuela ( 1929) y Esta tradi ció n lex icográfica se h a co n eretado Todo el mundo hab la, por lo menos, un di alecto, una va ri ed ad que podría se r la
rec ientemente en dos di ccio narios dialectales, el Diccionario de Venezolanismos variedad estándar, o el d ialecto está ndar, es decir, el m ás apegado a la norm a . H av
1

(1983 y 1993) y el Diccionario del ha.bla actual de Venezuela (1994). tambié n un ideal de lengu:i , qu e se ti e ne consciente o sub co nscientemente co m o
meca cuando se habla. L:ibov (200 1) afirm a que la gente ge neralmente c ree que
habla de un modo m ás ce rcano a la norm a de lo qu e lo hace realmente; e n to d o
Las áreas dialectales
caso, hay un a conciencia de que se habla una lengua determinada y és te es el
Para co nocer cabalmente una lengua y sus variantes conviene co rrel ac im ar los criterio m ás impcmante para la as ignació n de un dialecto a una lengua, la id ea
ras gos lingüísticos con su distribución geográfica. La realidad dialectal puede que poseen los p ro pios lub lantes d e que lo que hablan es tal o c ual lengua.
co no ce rse a partir de la formulación de áreas geog ráfi co- lingüísticas d el irritadas,
A lo largo del siglo XX, se hicie ron va ri os intentos de clasificac ió n di alectal de la
o a través de la elaboración de arlas dialectales . Sin embargo , trabajos Je es ta
América his panohabl ante3 . Dichas cl as ificaciones no fueron lo suficientem ente
naturaleza conllevan grandes dificultades teó ricas , metodológicas e, incl 1so, de
financiamiento. La i~po rta ncia de me tipo de estudios va m ás allá del co noci-
mi ento de la propia variedad lingüística y de la doce ncia, pues permite n levelar
En el u s o no e !pecial izad u. un d ia.l ec to es una forma sub estándar d e es ta tus so c ial bajo, una for m a
fo rm as de identidad nacio nales y ngionales y sirve n de punto de partica para rústi c a d e lc:::nguj e , gen a alinc 111 c asoc iad a co n el campesinado, la d a.se trabajadora u o t ro s gru po!>
nu evas in ves tigaciones. carente s de pre ~{ig io . Asim is mo , dia lt' c to t·s un t¿rmin o que se apli c a a m e n ud o a formas d t: lc n g uai l.'..
hab lado s e n pa1tes ai s!Jd.i:. d d mund o , qu e no ti e nen forma escrit a. También se co ns ide ra dia !t." c rn a la
Se han hecho importantes esfue rzos en el es tudi o di alecto lógico del espaíol de d esviac ión de una n o rma , ro m o abe rra c ión d e una forma es tándar de l len g uaje (Sobre este ti::ma \'l'f

C hambers & T rudgil l 1980 )


Am éri ca, que aspiramos a recoger e1 esca sección . La primera parre se ddica a
2. En ouas lengu oS co m o c..· n d Jlr.: m:-í n, csre prob lema se ve muy claram c: nrc. Exis te el Hochdeucsc h. la
estudiar los intentos d e división di.lectal del espa ñol en América. La s.gund a va ried a d es tánda r de: ah: m.in ( Jllt.' se apre nde gen e ralmente en la escuela , al i.ldo de la var ie d ad Ji alc c ral
parre se oc upa de los atl as lingüísci,:os, obras monu m entales d e geolingi.1stica . de la reg ió n.
3. Pa ra un desa rrdlo m ás i:ump lt:.' tO so bre el tema de la cl as ificación d ial ecra. l, vé ase el estudi o de M o re no
Fcrná nd ez ( 19 ~3) La d1 vzi ió,1 dialectal del e;pmío l de América.
I IG
11 7
abarcado ras pues no integraron la ro talid:ad de las regiones , ni tamp oco los rasgos 2. El Caribe (A ntillas y regiones cos teñas de C o lombi a y Ve nezuela (lucayu o
más pe rt inentes . Pero sin luga r a duda s, dichos es fu e rzos han ay ud ado al cunuic i- ca ribe/ a rawak)
m ie nro d e nu es tras form as de hab la y hia n dado lugar a frucríferas disc usio n es 3. Las tierras alcas suram eri cana s, d e C olo mbia a Bo livia y el norte de C hile
teór icas sobre el rema . (q uec hu a)

En el cuadro qu e sigue se prese ntan las distinta clas ificacion es dial ec ta les de H is- 4. El centro y el sur d e C hil e (Jraucan o)
pa noa méri ca ; se indican , además, los rasgos fo néticos, morfológicos, léx icos e 5. Las naciones del Río d t' la Pi ara: Arge ntin a, Uru guay y Pa raguay (guara n í)
histó ricos qu e se toma ron en cuenta para su rea li zac ión.
Mapa 2.- Zona según Henríquez Ureña (1991).

Autor Año fonética morfos in taxis léxico Sustrato

Henríquez Ureña 1921 X X


Ca nfi eld 1962 X
Ro n a 1964 X X
H o nsa 1966 X
Res nik 1975 X
C 1h uzac 1980 X
Z a mora y G uitare 1982 X X

C uadro No. 3. Los rasgos de hs clasificaciones dialectales


lilii]

0 II
Como antecede nte de estos esfuerzos de casificación, se ubi ca la obra de Arm as y
Cés pedes (1882) quien pretendió hacer u1a ca racterizació n del área caribe ña fu 1-
dam entalmente con base en rasgos léxicos Su clasificac ió n esta blece cuatro zo n .s:

fil)
Ill

IV


C ar ibe, México y Ccnrro,un éri ca, Pacífico y Buenos Aires. La finalidad de es:a
obra, en co nso nanc ia con la época, fue la p:eocupació n de su a uto r por el tema Je V
la unidad o la fragmentaci ón de la lengua; ,on su trabajo, Armas y Céspedes, bu s,ó
dem ost ra r cómo el español de Amér ica ila camino de la diferenciaci ó n .

En prop iedad , la prime ra clasifi cació n lialectal de Amé ri ca es la d e Pe e! o La clasifi cació n de H e nríq ue1. Ure ña ti ene e l va lor de habe r in ic iado los traba jos
H e nríquez U reña , e n 1921, qu ie n en su sObservaciones sobre el español en Am é i - empíricos sobre el eipai'io l am e ri can o . El trabaj o de es te autor ge neró en su mo-
ca co nside ra el sustrato indígena co m o e lfactor más importa nte e n la fo rm ac iá1 men to g ra ndes p o lé mi c:is, pe ro no h a dejado de ser fund a m e nto de inte resa ntes
de los dialectos hispanoame ricanos. Su <Sq uema de clasificación se bas a e n a investigaciones so bre el es pañ o l hab lado e n es ra reg ión d el mundo . Sus c rite rios
distribución geográfica de lis mayo res famiias indígenas del continente. H enríq u -z son m ás hi s tóricos yc ulru rales q ue lingüísticos, y así lo sub raya el propio a utor:
Ure ña distingue en su estud io las siguiencs zonas dialec tales:
El ca rácte r de cada un;:i d e las c in co zona s se d ebe a la pro ximidad geo gd fi ca
l. México: inclu ye Nu evo México y lanayoría de América Cent ral (n:d1u a 1) d e las regiones qu e L1, co mp o nen , los lazos polí cicos y culcurales qu e '3s

11 8 11 9
uni e ro n d u ran te la do min ac ió n española y el contacto co n un a leng ua indí- (3 e ísm o) es la ''realizació n de cualquie ra de estos fo ne m as, o <le a m bos, co mo
gena p rin cipa l: 1, ná hu ad ; 2 lucayo; 3, qu echu a; 4 , ara uca no; 5 g uaran í) _ El fo nos fri cati vos, palata les , so no ros o so rd os". El voseo es el uso d el prono m b re vos
e le m e nro d isr in tivo entre dichas zo nas es tá, so bre to do , en el voca bula rio : co n valor de seg und a pe rso na de singul ar y co n fo rm as ve rl1J les d e la seg unda
en el aspec ro fo nético, nin guna zo na m e parece completa m e nte uni fo rme perso na del plural o d el singular. En relac ió n co n es te últim o rasgo, Ro na agrup a
( H e nríq uez U re ña 192 1: 357-36 1, citado po r Moreno d e Al ba 1995: 11 8). las form as ve rb ales del voseo en cuatro g rup os: A: -áis -éis -í,~ B: -áis, -ís, -ís; C:
-ás, -és, -Ís; D: -as. -es, -es. Esce mimo a u to r, pa ra su cla sifi cJc ici n , co mbin ó la
Canfiel <l ( 1962. 198 1) hace un recuento d e las ca racterísticas (fo nético-fo no lógicas)
m ani fes tac ión co ncreta de cad a uno d e estos rasgos (p rese nc i:i., ausenc ia, tip o de
d el españo l a me ri ca no , e ntre las qu e señala el seseo , el ye ísm o y la as ibilació n d e r;
fo rm as ve rbales), co n la fin alidad de identifi ca r las d ife re ntes zo nas d ialec tales
a este últim o r.1 sgo co nsidera el ú n ico releva nte del es pa ño l a m e ri ca no p ues no se
hi spa noam e ri ca nas ' ; las cuales a su juic io so n di ec isé is.
pued e trazar hasta And alucía 4. H ace un a desc ripc ió n a rti c ul ato ri a d el es pa ño l de
ca<l a regió n am e ri ca na, rela ti vos al desa rro llo de ciertos fe nóme nos fo no lóg icos
q ue pa rece n habe r c rea d o los d ia lectos del españo l (Ca nfi eld 198 1: vii i) . Este Mapa 3.- Zonas según Rona (1964)
a u ro r, antes de d edi carse a la descrip ción de cada un o d e los países de Hispa no-
a m é ri ca, presen ta tres m a pas so bre el ye ísm o y sus reali zacio nes ; la p ro nun c iació n -~··-- · ---- ~....
d e Ir/, la co n íu siú n de /- r/ y /-1/ ; y la pro nunciació n d e /si . Es sa bido q ue estos
rasgos so n de gra n im po rtancia para el co noci mi en to de la fo néti ca d e l españo l
d el co nti nente: .


O tra d e las clasil, cac io nes di alecta les es la de José Ped ro Ro na ( 1964). Este a uro r
inicia su trabajo El problema de fa divisiór. del español americano en zonas dialecti !es mi
co n un a críti ca a la clas ifi cac ión de H en riqu ez Ureña, afirm a nd o q ue so n mu chas
m ás las fam ili as indíge nas (unas cie n) que influyeron so bre el es pa ño l. Sos ti me
ad e m ás la idea d e q ue la clas ificac ió n di alectal d ebe hace rse so la m e nte so::> re
hec hos lin güísticos , y qu e es necesa rio :lelim ita r los di alectos po r isoglosas 5 .

[ill

• •
10

11

83 ffi], 12
Ro na distin gue cuat ro fe nóme nos cuya distribu ció n geog rá fi ca es co n oc ida: un
fen ó m e no fon éti co, el z eísm(!, un o fo no l:Sgico, el yeísmo; un o sin tá c ti co, el vo:eo; 111 o 13
un o morfo lóg ico , b s formas verbales de' voseo. Este a uro r pre te nd ió mos cra y
a pli ca r un a mew<lo logía id ónea para 11 clasificació n de l co ntine nte e n zo1as E 6 till 14

di alecca les . El J•eúmo es " la desfonologizxió n de la o pos ició n ! ,U I j I ú", el zeímo


•!fil. 8
r@J
~
15

16

Esté scg m e1Ho ljll t' d .nH or ha lbma Jo lar bogct:ina, gu:iremalreca, o cos ra.rriLen sl' )' qu e se oye er""C:.isi
la mitad del fl·rr itorio hispan ohablante en Améi ca, se ha adscriro a b in flue nc ia dt.: las lengu as in <lge·
n as (Canrield 198 1: 7)
5. Se llama isuglo,a a la línt:a idea, c¡ut: separa do áreas dialccrales que presc11can , para un rasgo ddo,
formJs o si ~1i:11us Jifi:renh.'.'S. L1 isoglosa o lín .a de isoglos::i se representa so bre un mapl lingüí:i co
mi: J i:rn lc: u 11.1 linc.:.1 c¡ul.' sc:para la pu1 H O:i i: n l o~~ui: se encuentra un r::isgo de tL' rminado dl· ac¡ud l e en
lo~ qui.' no 'i1..' (.i.1 7. Añ::idió o tros c rire·ios, co mo el bi lingüismo y las habbs criollas , ::iunc¡ue .1cbr .1 nJ0 guc: c¡ucdaba n fuer1
6. Ron, escribe / 11 / de las zo nas di aleaalcs

120 12 1
r

En 1975 , Melvin Resn ik e n La idenrificación de dialectos del español americano


presentó su era bajo de clasi fi cació n fund a me n tado en rasgos fon éti cos y fono lógicos ,
1
co n un a fu erte influe ncia del trabaj o d e Canfield . Su es tudio se ocupa de iden-
tificar el mayo r núm ero de unidades dial ec tales (dial ectos) mínim as y di st intivas ,
d e tal forma que cada una se co rresp o nd a co n una entidad socioeco nó m ica o
geográfica distinti va. Esre au tor seleccio na, en princip io, c uatro rasgos fono lógicos
rodas ellos co n un va lo r di alec tal; so bre es tos rasgos bás icos (q ue llega n a dieci-
séis) produce co mbinac io nes para es tab lecer fin a lm ente hasta 272 "unidades
dialectales". Su cl as ificació n fu e seve ra m ente criti cada por la proli fe ració n de
rasgos y zo nas di alec ta les, as í co mo po r la inadec uada defin ic ió n los co nce ptos
teóricos fund a m e nt ales . (Moreno Fe rn á ndez 1993: 30)

Zamora y Gu ita re ( 198 2), e n Dialectología hispanoamericana, in spirá nd ose fun-


damentalme nte en la clas ifi cac ió n de Rana , pero tratando de ev itar algunas de sus
insuficienci as, propo ne n un a d ivisión d ialectal e n nu eve zo nas. La c ríti ca de es tos
auto res a Ron a se ce ntra ta nto e n la fa lta de co nti g üidad de los di alectos to m ados
en cuenta, co mo en el hecho de qu~ alg un as regio nes sepa radas, co m o México y
la República Domini ca na, fo rm e n Jarre de una mism a zo na. Igua lm ente ,: ritican
la difere ncia de tam año de algu nas ireas, co mo la qu e co mprende M éx ico, Ant i-
llas y las costas de Ve nezuela y Co lo mbia y pa rre de Panamá , en relació n co n
otras menores , co m o la zo na 16, q ue co mprende sola mente la zo na ultréserrana
del Uruguay. En su clas ificac ión, l.a mora y G uita re d etermin a n qu e las regiones
que perten ezcan a un a misma zar.a de ben se r contiguas. Para su cla sifcación,
toman en cuenta tres rasgos, do s Je ca rácter fonét ico (aspi rac ió n o pé r:lid a vs.
conse rvac ió n de -s impl os iva y realizac ió n ve la r o glotal de /x/) y un o de :a rácter
~ o rfol ógico (voseo).

La clasi fi cació n de Cahuzac ( 198 0) csr:í e laborada so bre un a base léx ico-se n á nti ca,
mu y distinta a las a nte riores. Su pu1to de vista es erno ling üísti co, co ns is e en un
estudio de las relac io nes entre la vidacot idiana y la organ ización lingüísti ca, 1rnestra
un a forma distinta de ex presar diáas relacio nes Este autor roma en c u e 1ta para
su clasificació n las d e nom inac io ne: de los hombres del ca mpo plas m ad :s en los
di ccionarios de america n ism os y e, los voca bula rios regional es . El res ul Gdo pro-
porciona cuatro zo nas di alectales \Seg ún el empleo de las denom in ac io tes cha-
rro, Llanero, guajiro, vafe, cirnarrorwo, paisano, Jmaso, carnañista, gaucho) . (To rres
2001 :45) Esta di visió n h a sido cri icada por su fa lca d e precisió n , por lasdificul-
tades surgidas al tomar solo en cue1ta e l ni ve l léx ico y, adem ás , porq ue erá basa-
da no en obse rvacio nes d e cam po.sino en di ccion ari os qu e mu chas vec e no so n
enteram ente co nfi a bles .
122
Mapa 4.- Zonas según Zamora (1980)

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datos en los cuales :e basan . Para este au co r: los p roblemas que se presentan con codas
ellas son, en prime, fugar, la insuficiencia de datos confiables a escala continental,
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C!J ración de atlas Lingiísticos en el suelo americano.
125
124
Los atlas lingüísticos 1. El arl as p,e rmite co mproba r la ex iste nc ia misma de un a forma, hec ho qu e se
co nside ra1 pa rti cul a rm ente im po rta nte si se erara d..: la pe rsistenc ia de u na
Otra forma de conocer la d ist ribució n d ialectal de H isp:1no3 méric3 es a lrravés <le los
fo rm a a n,ri gua, suscicuida po r fo rm as m ás recie ntes en l:i. m ayo ría d e los
atl as li ngüísticos que se han hecho. D e acuerdo co n M on ees Cirald o ( 1 995: 88) :
hab la res i nves cigados . Estos in vc m a rio s ta m b ié n se puede n ve r en o tro cipo
Un atl as lingüísti co es tá co nstituido po r un a se ri e de mapas de l terri to ri o de traba jos, pero los m apas per mire n d escu brir las relaciones entre las di s-
es tu d iado so bre los qu e se registra gráfi ca me nte la di srrihuc ió n d e de termi- tintas fo rm as y la co nvive ncia de las más anti guas cu n la s m ás innovad o ras
nados fe nó me nos (léx icos, fo néti cos, m o rfo lógicos, sinLicci cos, e tc); es[ . . . ]
2. La fi jac ió n de isoglosas -so bre cod o fo néticas- y á reas -pa rti cularm ente léxicas-
el m éto d o po r excele ncia de la di alec tol ogía es pac i:1 1 o geográ fi c:1 . co nstitu ye un o bj eto prim o rdi a l e n la co n fecc ió n de los atl as lin güísti cos,
. Respecto a los o bj eti vos qu e se plantean a un atl as, abe preg unta rse si el po r eso los es tudi os m o nográ fi cos deben rea lizarse d es p ués, y no anees, -o,
atl as lu de se rvir pa ra ave ri gua r qué fenóme nos lingü i, cicus se d a11 e11 u11 por lo m enos, no necesa ri ame n te :inces- q ue la invest igac ió n geo lingüísri ca.
d ete rm in ad o te rri tor io, o m ás bie n pa ra d elimi tar la exte nsión de fenó me- Só lo c ua ndo re nga m os un a visió n d e co njun to d e las hab las q ue co nform a n
nos ya co nocidos d e antemano, pero c uya geog rafía se co noce in su fi ciente- el m osa ico di alec tal de un a regió n , ts rarem os e n co nd icio nes ó ptim as d e
me nte. Parece indudable qu e es para la segund a fi nalidad pa ra la qu e el atl as proced e r al es tudi o minu cioso de locali dades co nc re tas.
es ub jero pe rfec ta me nte i<ló neo, y qu e lo prim ero sólo se log ra a medi as y
3. Orra ve ntaja que prese nta el atl as es el est ud io de la s pa labras en relació n co n
d ifíc ilm ente co n un atl as. los o bj e tes a los qu e represe nta n . El atl as no es só lo u n in strum ento d e
Según G,ucía Mo uco n y Mo ren o Fe rn ández (2002), los ac L1s no so n ,ólo co lec- in vest igació n ling ü ís ti ca, sin o qu e se co mbin a co n los as pectos m a te ri ales
cio nes ca rtográ fi cas de mate ri al sin o instrumen tos de in ves t igac ió n · . . de poco (so bre rodo los trad icio nales) pa ra a rro ja r lu z sobre d ere rm inad os co nce ptos
servirían esas colecciones ingentes de datos si después no se esturlirt su distr;bución y no y so bre lo: ca mbios qu e se ha n pro du cido e n las pala b ras, m o ti va d os por los
se profundiza en el conocimiento de las variedades determinadas en los mapas. Las cam b ios en los o bj etos.
limi tac io nes ele es te tip o de trabajo se deben a sus imprec isio nes, a la ,ari eclad de 4. Los a cl as I ng üísti cos , ta rd e o te m p rano, se co nvie rte n e n va li os ísimos d ocu -
los tr abajos que hay qu e inco rpo rar y a la impos ibilidad d e se r ex h a u:ti vos. m e n tos p;ra el es tudi o de la histo ri a de la le ngua. Si las fo rm as recogidas en
Al var ( 1963: 324) se ñalaba qu e los m apas era n instrum e ntos a los q ue no había los m a p as nos muestran un es tad o co ncre to d e la evo luc ió n (el momento d e
que pedirl e más d e lo qu e po dían d ar, pero podían dar fr utos ge n eros)s. En rela- la reco lec<i ó n), co n el paso d el t iem po, al revisa r esos materi ales m edi a nte
ció n co n es tas limitacio nes, o bse rva también Coseriu ( 1985: 155 . 15(): nu evas e n:ues tas, se pued en d esc ubrir los ca mbios q ue se ha n producido en
ell os, a la vez qu e se podrá n dete rmi na r las causas q ue los ha n fa vo re c ido.
Los m a pas, co m o ya lo se ñalaba el mism o G illi éro n , no re fl ea n todo el
Ade m ás , <o nscituye n un m étodo p rec iso pa ra el es tudi o co mp arad o d e
hab la r co rrespo ndi e nte a un a le ngua. Y esto , no só lo por e l cmtacro algo
g ra nd es ácas di alec tales .
;:i rcifi cial qu e se es tabl ece e ntre hablante e invest iga d o r p o r m::di o de un
cuest io n ar io fij ad o de antem ano, ni só lo por las inev ita bl es Imi ta c io nes E ntre los rn a pa. es pa ño les, un o d e los m ás releva ntes es e l /!das Lingüístico de la
m a ter iales (se ría impos ible in vest iga r codos los pu n tos d e u n rnri to ri o y a Península !béria (A LPI), diri g ido po r Nava rro To m ás ( 1962 ), el cual se vio inte-
co dos los hablantes en cada punto y nin gún cues ti o n;:i ri o puec se r ja m ás rrumpid o e n sue labo rac ió n po r la guerra civil es pa ño la , <l e m o d o que el tra bajo
'co mpleto'), sino ta mbié n po rqu e se in vesti ga só lo u n d e te rmin a(o m o m en- de ca mp o se te min ó so la m en te e n 1954. A és te se a ií.ad e el Atlas Lingüístico y
to hi stó ri co y, e n cada caso, só lo un determinado m o m e n to d e ,a bb r. Etnográfico d e n dalucía ( 196 1- 1973) . Las e ncues tas, d e este: últi mo tra bajo, fu e-
ro n ll evad as a a bo po r Alva r, Sa lva do r y Ll o re nte e n 2.30 loca lidad es, lo qu e,
A co nti n uac ió n hare mos un res um en de las palabras d e Ga rcí:i M o u to, y Mo re no según Ga rcía M u to n y Mo reno Fe rn ánd ez (2002): le co11v1rtió en su momento en
Fe rn á nd ez e n relac ión co n las ve ntajas de es ta mecodo log ia d e in ves tgac ió n:
el atlas con la re,más esp esa de los conocidos. La impo rta n c ia d e es ta o bra radi ca en
habe r urili zadoa fo no logía de nt ro de la ca rtog rafía lin güísrica , ad e m ás de o tras
127
126
virtudes co mo so n la de nsidad de pun tos y haber a daptado el cuesti o nari o a la
El Atlas Lingüístico de · H ispanoamérica, d e M a n uel Alva r y Antoni o Q uilis, es sin
realidad c ul tural. Es te m a pa fue realizado en solo diec iséis añ os. El A tlas Lingüíst:.ico
d uda el más ambicioso de estos p royecto~. pu es b in fo rm ac ió n recogida en sus
y Etnográfico de fas Islas Canarias {1975- 1978) incluye los terri to ri os que habí:a n págin as abarca cienr,os d e entrevistas q ue se rea lizaro n desde Es ta dos Uni dos
qu ed ad o fu e ra de la elab oració n del ALP l9.
has ta Tierra del Fuego. E n p alabras d e Ma nu el Alvar (c itado e n G a rcía Mo uto n
La pr im e ra co nrribució n a la geografía lin gü ís ti ca en Amé.rica Latin a es la de y M oreno Fernández 200 2), la realizació n de la empresa logra , entre otros, los
Tomás Nava rro To m ás {I 966), co n su t ra bajo so bre Puerto Ri co. So bre esta ob ra siguienres obj eti vos:
Mo re no d e Alba (199 5: 128 ) se ñala: Más que un atlas fingüJstico p ropiamente
1. Caracterizar la vinc ulació n penin su lar de las zo nas qu e suele n establece rse
dicho , el Libro viene a ser un completo estudio sobre el esp añol de esa isla. Seg ün para el estudi o del es pañol de Am éri ca
Ga rcía Mo u ro n y Mo re n o Fern ández, el A tfas Lingiiístico de Puerto Rico es el es tu-
2. Es tablecer los res ultados lingüísti cos de la hi spani zació n.
di o pi onero de tipo ca rt og ráfi co en Hi spanoam éri ca. To m ás N avarro To m ás re-
cog ió , co n un c u es ti o n a ri o d e 44 5 preg unt as , lo s fe n ó m e n os fo nét ico s, 3. D etermin ar la fun ció n ejercid a po r el cas tell a no a l tra ns mi t ir el léxico
mo rfo lógicos, sintác ti cos y léxicos de 43 localidades y los expuso en 73 m a pas. amerindi o por zo nas imprevistas .

La in vestigació n geolingüística no ha sido uniforme en América Latin a. Sí se toma 4. Establece r la es tru ctura sincró nica qu e el español ti ene e n cad a país.
en cuenra la vastedad de las áreas geográficas, se puede co nstatar que hay desequili bri o 5. Co no ce r la persi sten cia y vitalidad J e los ind ige nism os.
en el conocimiento de las mism as. Existen países descritos de manera minuciosa ,
6. Iluminar co n nueva lu z las tesis sigui en tes:
co m o es Co lombia co n el Atlas Lingüístico - Etnográfico de Colombia (ALEC) reali -
zado po r el lnsti turo C aro y C uervo (Flo rez etaL 1981-82). Otras zo nas no cue ntan a) Andalucism o del es paño l d e Am éri ca .
co n este tip o de trabajos. El ALEC fu e iniciado por Luis Fló rez y José Joaquín b) Espa ño l de ! .mé ri ca y latín vul ga r.
M o nres G iraldo y tiene seis volúmenes. Mo reno de Alba ( 1995 : 13 1) le d edica c) C arácte r vulia r o no, rural o no , del es pa ño l am eri ca n o.
algun as págin as y describe algunos as pectos de su realizació n:
d) Proceso nive ador de la lengua sob re las va ri edad es reg io nales.
Fue costumbre del ALEC que el cuestionario , en cada localidad, se di v idie-
A es te trabaj o se a fa d e n o tros arl as reg io nales, co m o los d e Arge ntin a , Costa
ra , p a ra su aplicaci ó n , entre vari os investigadores y va rio s s uj eto s
Ri ca, Ecuad o r y Ung uay. Asimismo, el Atlas Lingüístico-Etnográfico del Sur de
in fo rm ad o res. A juicio d e Fló rez es ro representó al menos dos ventaja:: el
Chile (ALESU C H ) ce G uillermo Araya (1968) qu e co mpre nde léx ico (ge ne ral,
pod e r dispo ner de vari os informan tes por localidad y el que se co ntara, cern o
rural, urbano y m arfo m o), forma lingüísti ca o gram ati ca l (fo n éti ca , m o rfol ogía y
informad o res, con mujeres {algo no muy común en la di alecrología tndi -
sintax is), y to p o nimii. Asimismo, el Atlas Lingüístico de México (ALM ) de Lope
cio nal). Ello re po rcó material lingüísti co m ás abundanre del que se hubera
Blanch (1990) . El cu:stionario de esta o bra co nstó d e 1000 preguntas so bre fon é-
o btenido co n un solo sujero .
ti'ca, gramática y léxi::o .
El AL EC cuenta co n ce rca de tres centenares de papeletas y m ateri al foro g r á ico ,
En relació n co n la realidad lingüísti ca ve nezo lan:i, el ambic ioso trabajo d e Alva r
ad em ás d e grabacio nes que forman un archivo importante. Las enc ues.t as noso n
{2001 ) EL esp añol en Venezu ela es un arl as tradi cio nal, pe ro es m ás amplio qu e un
solam e nre rurales, sino también urb anas en cenrros de has ta m edi o mill ó 1 d e
arl as lingüís ti co reg imal, pues presenra estud ios so b re la fo n ét ica, la m o r fo logía y
habitanres.
el léx ico del es pa ño l 1ablad o en el país. C o nsta de tres vo lú m e nes, di scrimin ados
de la sigui e nte m an ea: vo lumen 1: Estudios y tex tos, co ntien e estudi os d e fo néti ca
y sociolingüística , la encuestas, los tex to s narrados po r los e n c uestad o s y el c ues-
tion ari o del in vesti g do r. El volumen 2: Mapas (454) se refi e re a la re pa rti c ió n d e
voces y su pronun cació n e n 53 loca li dad es. El vo lum en 3: M apas (455-9 3 1)
Cf. Ga rcí• Mo uton y M o reno Fern ández (2002) sobre im pomn tes trabaj os en geografía lin güú ica.

128
129
co nti e ne a.s pecros fo né ticos, sinrácr icos y m o rfo lóg icos prese nrad o s d e m a nera
g rá fi ca .

La d esve ntaja d e es te ti po rraba jos es su cos ro y e l ti empo requ e rid o para elabo-
rarl os, ad e m ás d el hec h o d e qu e los arl as regio nales se h a n d edi cad o cas i exclusiva-
m e n te a las va ria ntes rura les, lo qu e c ie rta m e n te d ejaba fu era un a se ri e d e fenó-
m e n os impo rta ntes d e las zo nas urban as . La ve ntaja d e los a tl as li ngüísti cos es la
d e o fr ece r in fo rm ac ió n d etall ad a y co nfi abl e so bre los fen ó m e nos dia lec tales d e
un a regió n . Co n base e n es tos m o num entales t rabajos , se podrá fi n alm ente es ta-
b lece r co n prec isió n las zo nas d ia lec ta les de Am é rica y, a pa rt ir d e es te co n oci-
m ie nto , h ab la r con ve rdade ra p rop ied ad so bre '3 ca racte rizació n regio n al, local y
has ta socia l d el es paño l d e Am é rica.

l.As CARACTERÍSTICAS l

•:• Pluralidad de normas ·:· C araclerísli ca s del


espoñcl americano •:• Cara cterizac ión fo nológi co y
fo rético •:• Caraclerizo ción morfos inlóctica
,:, Caracterización léxico-semónl ica

130 U!
1
LAS CARACTERÍSTICAS

Una lengua es propia de una n.1c1ú n


cuando es la que los ni ños ap renden de sus pa,lres,
b que los co nnacio nal es empl ean en su vida de rcl.1 ci,in
y la qu e sus poc(as y escri tores elaboran y cultivan csréticamc1ir,·
para sus producciones de alla rnltur.1
Sí, así es, la lengua de un país es hi cn pr,,pi .1
abso lutamente propia de ese p.1 IS.
Amado Alonso. Historia espiritual de tres nombres.

Ex isten im portantes recop il ac io nes d e los rasgo s lin güísti cos del co ntin en te .1m c-
ri cano e n los pl a n,Js fo n ét ico, sinr.1c 1i co y léxico-se m án tico. So n ejemplo d e ello
las obras d e Kan y ; 1962 , 1961 ) Cjll c recoge n con gra n acu cios idad g iro s si 11 d c ti c m
y m o do s de significa r a lo largo y an cho d e Hispanoam é ri ca y los traba jos J e·
Ca nfield ( 1962 , 1988) , d edi cados a caracter iza r la pronunciación en las di stilll as
va ri edades dialectales. As imi sm o. hay excele ntes es tudios ge n erales posce ri ore, .
e ntre los cua les po::le mos cirar Li s o bras de Alva r (1993, 1996) , Fo nta n ell a ( 1992).
H em á nd ez A lo n SJ (J 992), Lipsk i ( 1994) , Lope Blanc h (1969), López Morale,
(19%), Mo re n o de Alba ( 1988) y Vaquero (1996, 1998). Es imposible p oner e n
pocas págin as las num erosas y va ri adas part icu laridades lin g üísticas del es p a í'10l
d e Am é rica. Po r le ta nto, pa ra es te ca pítulo nos re mitim o s a obras fund a m ent:i les
que dan 1:.1 ca rac c,ri zación d e cad a región de A m é ri ca, e n ere ell as: A lva r ( 19')6),
Fo ntane lb ( 1992 y Lipsk i ( 1994 )'

Probablem e nte, IG esfu e rzos de d escribir el español lub lado en esca vasca regió n d el
mund o h a n s id o nayo res que los qu e: se h an dedi cad o a la desc rip ció n del es p ,1 1íul
11
de la Pe nín s ula bér ica, e ll o se po ne d e m J. nifiesro e n lo s numerosos librm .
mon ogra fías y :ur: ul os es peá1li ZJ.d os que se han publiCJ. d o sob re la m a te ri a.

A4uí sq:,; uiremofos signos del :\lf.d,cl\l Fonécico lnrerna cion:-tl {AFI) ~· los uri li zaremm inclu ~o t'Jl l.1,
lo, .111ror1..·1: lupn emplc:ado los rradi cio na\c.·<;
ci tas u 1.111d o oriinalml'. nl c
To rres Tor rl'.S (200 ) un 111:rnu.il muy lilil q 1b re d cs p3 ñol Jm cricano que pn.:~t:mJ un .1 exu.: knt t' In
bliogr:i.fía temára.
J);
(

Anees de dar una idea ge neral sob re cuál es so n las ca raccerís ci cas del es p,a ño l ha- mud anzas del poder e n el imper io es pa 1ío l dieron como resultado cambios en la
blado en Amé ri ca , demos un a ráp id a mirad a sob re las no rm as que rigen, nu es tra nor m a lingü ísti ca . La va ri ac ión lingiiísti ca, aunq ue no imp liq ue necesa riam e nte
hab la co tidia na y la forma có m o és tas se rea li za n e n el uso. una diversidad en !.a evaluac ió n de l.1s 1·.t ri edades en cuestión, es tá relacionada co n
ella y hay qu e se ñ:a lar que , en e l siglo ){\' [, a un cua nd o el cas tella no e ra más
Pluralidad de normas estable qu e el de !:a Edad Medi a. era ··un idioma en evo lución mu y ac ti va. El
concepto d e co rrección lingü ísc ic.1 era nd s ampli o que e n los períodos pos terio-
Co m o hemos visco, mu chas discusio nes sobre el españo l hablado en América se
res, y entre el vulgarismo y las ex pres iones admitidas no med iaba n límites tajan-
han ce ntrado, de un a u o tra form::i, e n la va lorac ió n d e es ca va ri ed ad, incluso la
tes" (La pesa 199 1: 367) . De hecho 110 e xistía una trad ición esco lar pa ra la época,
qu e poseen los mismos hablances. Como se sabe, e n ca da com unid ad hay un
)' pued e sos tenerse que la nor m a, ul ,- co mo se co noce a ho ra, no ex istía, sino que
sistem a tácito de reglas que defin e los usos lin güísti cos, (si se qu ie re es ta r de acuerdo
ha bía m od elos par:1 el uso de la gente c ulta (Frago 2002 : 66).
co n cie rro ideal es téti co o socioc ul tu ral) es ce siscem a co nscirn ye la norma. Es ce es,
si se quiere, un ideal de co rrecc ió n qu e ti enen los h::ibl an ces y, a unqu e es un a Por otra parte, la situac ió n colo ni al 1· po r co nsigui ente la hege monía mantenida
abst racc ió n, se ace rca a las formas de hablar de los gru pos que oc upa n un a pos i- por la nac ió n es paño la por so bre h s dem ás naciones hispa no hablantes estableció
ción privilegiada e n el espacio social ; pues sus va ri edades tie nen prestigio aun en- la norma lingüística en ese país, Jurante la co lo nia. Ello se tradujo en qu e, inic ial-
ere qui enes no las ti e nen co m o prop ias pero qu e fo rm an parte de la mism a com u- mente, las d esc rip cio nes del es p;i1-10 I ibé ri co se e nte ndi ero n como la descripción
nidad de habla. Ca be se ñalar que lo decisi vo e n los camb ios que se dan en el uso de la no rm a d el es paño l de ro d as b s dem:is regiones; así, mie ntras la desc rip c ió n
no es só lo el as pecto c ua ntitati vo, sin o el sa leo cualitat ivo qu e se debe producir del espa ño l a m eri cano se inre rpre caba co m o la descripci ó n de las desviac io nes d e
para qu e es te uso pase a l sistema d e la le ng ua; a propósi[ü, di ce frago: la norma peninsular, obedeciend o a la iclea, errad a y ya desechada, de que es pa ño l
es lo qu e se h abla y se habl ó e n España, mi e ntras que lo que se habló y hab la en
Los ca mbios lingüíst icos son multiformes y ta ncos en su di sc urrir, p Drqu e lo
Améri ca e ra es pa ñcl d e América. Sin émbargo, en la actualidad, no só lo h a cam -
realmente decisivo no es el ca mbio e n sí mismo, que puede reali zuse co n
biado la situación I ngüísti ca hegemónica ele la península , sin o tambié n la valora-
g ran rapidez, sino su aceptación social, es decir, la co nve rsión del hecho d e
ción qu e se h ace dd espaÍlo l am e rica no.
habla en hecho de norma, el paso del rasgo innovado r indi vidual a Íe nó me-
no sistem ático : es precisa, pues, la co nve rsió n al ca mbio del cuerp,) social, La pluralidad d e ncr m as en el espa11o l se reco noció hace relativamente poco ti e m -
qu e habrá d e abandonar el uso tradicio nal por la inn ovación y todo ello po. Según Z imme unan (2003:74), la co ncepció n ante ri or e ra la de un centro y
co ntando con las difere ncias ge nerac io nales, culturales , de adquisi:i ó n re- muchas periferias. :s to se rela c iona co n el pres ti g io d e las va ri ed ades america nas
gio nal, y o tras particularidades que ca ra cteriza n a un a ex tensa y n tmerosa ya que si se piensa en un so lo centro se pie nsa ta mbi én e n una sola va ri edad d e
co munidad de ha bla ntes (Frago 2002: 14- 15) . pres tigio , en este ca;o, e ra la penin sul a r; por el co ntra ri o, la pluralidad d e norm as
esmás igualitari a. ·
No hay una norm a única de corrección en espa ñol. En Hispa noam éri ca , li no rm a
tampoco es homogé nea y puede decirse qu e existen norm as pa nameri ca nas, 1acio na- El presti g io d e un avar ied ad tambié n parece es ta r e n relac ión co n la me nor dis-
les y regio nales. Lipski se ñala el hec ho de que en Hispanoa m érica prevale:e, en la ta ncia ex istente e nre la ortografía y l.1 pronunciación de un a va ri ed ad . Gene ra l-
elección de la no rma de prestigio, la norma nacional, aun cuando a veces no s: co rres- m ente, e n el á mbio hi spá ni co , los lbmados dialectos rad icales (cf Zamo ra y
ponda co n la forma como la gente habla realmente, es decir, co n la no rma egio nal . Guitare 198 2) ti en·n me no r prest igio que los di alectos conse rvado res (cf Lipski
H ay ejemplos individuales de ello en Nicaragua, México y Bolivia, dond el uso 1994 : 139, C hel a llores 1998b: 7 ). En la misma Pe nín sula, tienen m e nos pres ti -
ge neral de una regió n se diferencia de la nor ma de la ca pital (Lipski 1994 139). gio las va ri e d ades ne ridi onales )" rns desce ndientes (cf Díaz Salga d o 2002) . El
presti gio d e los di a~ccos co nsen':1do res lo tendrían e n Hispanoamérica las va ri e-
Esca pluralidad de no rm as ha ex istid o desde los co mienzos d e la leng ua, p•r va ri a-
d ades habladas en ls tierras altas. co mo la de Bogo d . Lipski ( 1994 : 138) señala
das razones . Las hubo d e o rde n histórico-po lítico porq ue, d esd e los o ríg nes, las tambi én que, por sob re los se ncimi c n cos regionalistas o nac io nalistas, e n Es p a ñ a y
134 135
Latin oamérica hay un a n oc ió n se miconsciente de que las 'mejo res' \·ar ieda des del Características dlel español americano
españ o l so n las qu e mu es tran la mayo r correspond e nc ia entre la orwgr;¡¡ fí a y la
Si tomamos en cu e nta la e no rm e extens ió n del te rritorio a me ri ca no, es fác il su-
pronunciación .
po ner qu e hay gr;an ca ntid ad y var iedad d e r:isgos lin güísticos propi os de las di s-
En otro o rd e n de ideas, el prestigio de una manera de hablar está reb cio na d o co n tintas zo nas dialec tales. Sin e mb a rgo , pocos so n los fe nó me nos qu e posee n exte n-
factor es sociales (if. Labov 2001 ). Lipski ( 1994: 136) se ñala la co nstante p reoc u- sión continental; mu y po r el co ntra ri o, la g r:in m ayo ría d e ell os se circun sc rib e a
paci ó n por la co rrecció n lin güísti ca y la inseguridad , so bre rod o d e quie nes las region es . En cod o caso, es tas dife renc ias lingüísti cas no co m pro mete n la
ocupan los ni veles más bajos del espacio sociaP. Estos facto res soc iales d ebe n interco mpre nsió n entre los hab la ntes hispa noa me ri ca nos, cualquie ra que sea su
tom a rse e n cuenta e n las desc ripc iones generales de las va ri edad es d e cu ;1lquier procedenci a geográfi ca
le ng ua, y e n es te se ntid o ha habido falsas caracterizac iones y va lo rac io nes del
Obediente señala qu e ex po ne r las carac te rísti cas del es paño l a m e ri ca no equ iva le
espa ño l a me ri can o, c ua ndo se ha n comparado los usos ora les, rurales :' el habla
a enum erar todos los rasgos de la leng ua qu e se ha n dado a través d e su hi sto ri a y
de los ni ve les bajos del es pac io social hispa noamerica no co n el uso escrito. urbano
su geog rafía, ya qu e, a su jui cio, en e l nu evo co ntin ente parece n co nju ga rse al
y d e los ni veles altos d el es pac io social peninsular. Ello ha d ad o un a image n gene-
mismo tiempo lo qu e en Es pa ña está dispe rso e n el ti e mp o o e n el es pacio . De
ral inad ec uada d el es paño l am eri cano 4 .
esta m a nera , este autor se ñala qu e:
Lejos es tamos d e desestim ar los rasgos rural es que, ad em ás de represe n rn r l:i id enri-
... característico . L1 g ra n o rigin ali dad d e es ta m o d alid ad [ .. ] la in co rp o ra-
d ad de sus habla nres, so n valiosos objetos de estudio pa ra la dial ec to logía , la
ción y as im .lac ió n , al mismo tiempo. d e u na se ri e d e ele me n tos hispánicos
socio lingüíscica y mu cho más, para la histo ria del español. Sin embargo, 10 se ría
que e n Españ a es dn di spe rsos e n e l tiempo o e n los es pac ios di alectales; esa
exacto co nsagra r estos usos co mo rasgos ge nerales de todo el co nrin em e a m eri ca no.
síntesis, en la qu e se ha ll an , por supu esto, apo rtac io nes lin güís ti cas d e orro
Actualm ente, la no rm a culea del español general es fruto de un co nse nso entre el origen, es lo que nos pe rmite afirm ar, y no cree m os exage rar, que Amé ri ca es
uso que de la leng ua hace n los grandes escritores y lo establecido po r la Asocia- un compend io d e la di a lec tología hi spánica" (O bediente 2000: 43G)
ción de Acad emi as de la Lengu¡¡ Españo la. Contrariamente a las é pocas pasa d as,
El espa ñol que se habb hoy e n cada una d e las regio nes d e Hi spa noamérica es el
ya no es la Real Academi a Española la que unilateralme nte fija las no rm a:. Ca be
resultado d e cinco siglos d e histo ria y d esarro ll o lin g üísti co: p ro du c to histó rico,
mencio na r la influe ncia que ejerció , en la descentralizac ión de la no rma españo la,
en el sentido de !U rela c ió n co n facto res ex te rn os qu e lo co ndi c io n a n , como po r
la labor d e honorables lingüistas peninsu lares, dedicados al es tudio d e l es¡:a ñ o l de
ejemplo, las ca ra,: terísti cas de la conquis ta, co lo nizac ió n , inde pe nde nc ia y m ov i-
Amé ri ca como Alva r y Lo pe Blanch.
mientos pobl acima les en esos períodos; d esa rro ll o lingü ístico intern o, en el sen-
La le ng ua, en su m oda lidad a meri ca na, ha sido uni versa lm ente reco n ocida por tido de la propia ·vo luc ió n d e la leng ua en cada regió n . A propósito d e este re m a,
sus gramáticos y sus esc ritores , de modo qu e nun ca anees la le ngua es p a ñoa había Alvar establece:
sido ta n uni ve rsal y plural co mo lo es ho y. El uso am er ica no d e la le ng ua c. obje to
D a ndo vuelas a mot ivos m ás o m e nos c uri osos, pe ro qu e es r:i bl ece n c ie rtos
d e es tudi o po r in vest iga do res de las dos o rill as del Atlá nti co, qui e nes reg u a rm e n-
usos di spare; e n el es parí o l, llega m os a unJ co ncl usió n: la hi sro ri a nos co n -
te se re ún e n e n di ve rsos co ngresos para refl exio nar y da r a co nocer los re ul cados
formó ace rá nd onos o diferen ciá n d o nos, pero 11 0 se p:irándonos ta n to que
de sus in ves tigacion es, p o r ejemplo el co ng reso de la Asociac ión d e Lin g iísci ca y
los res ulra cbs sea n q ue ca da uno h ab le co mo le dé la gana , s ino qu e d ebe
Filo logía d e Améri ca Lat in a (A LFAL), el Co ngreso de l Espa ñol d e A m é ica.
resp e tar un s norm as qu e sean vá lid as en su co munid ad y, si las proyecta, en
las otras con unid ades. Es e nton ces c ua nd o nos damos cue nta d e qu e h ab la-
mos la misna le ngu:i po r más qu e sea n di st intas sus var iedades regio nal es y,
dentro d e ét:is, loca les. (Al va r 1996: 4)
3. E:ito se rdlt:ja en !.is colum nas de los diarios y programas radi ali.:sdedicados J la. pl.rnili c.1c 16 n ngüírnca
So bre este re ma p uede verse C hcl a Flo res ( 1998b: 3G).

136 l.17
{

Caracterización fonológica y fonética nes q ue co nserva n la di stin ció n en América están Santiago del Estero y Co -
rri e ntes e n Argentin a y zo nas d el Paraguay. Se d a n dive rsas rea li za c iones
Los rasgos qu e ca racreri zan el es paño l amer ica n o y que pueden cons idera r:,e ge ne-
ye ísras a lo Largo d el co nrinente, que resu ltan en diferenc ias dia lec tales im -
rales son rambién comunes a o rras zo nas como A nda lucía y Canari as, por se r el
porta ntes. Pm ejemp lo, alterna el a lófo no fri ca ri vo ¡ j ¡ co n el afr icad o[~ ];
casrellano me rid ional la m od alid ad impl antada e n Am éri ca (cf Obedient e 2000 ).
tambi én se obse rva, so bre wdo en el área caribe ña , la realizac ió n d e ¡j /
1) El sisrem a co nso n:í n rico hi spanoamericano ca rece d el fonema in tc rd en ta l como glide [ j ]. Fon ética m ente, ex iste tambi én el llam ad o ze ísm o (Ze ísm o),
/8/, lo cua l co nsci ru yc la ún ica dife re ncia fonemárica de carácrc r ge neral es d ecir, la existe nc ia en algunas áreas d e un seg mento fr ica ti vo prepalara l
entre el espa ñol a m e ri cano y la no rm a cas tella na, el seseo. Se pro nun c ia n cuyo grad o de so no rid ad es var iable llega ndo incl uso a reali za rse co m o un
de igual man e ra pal::ib ra s co m o caza/casa, siervo/ciervo, coser/cocer. E l seseo so nid o so rd o Ul d epe ndi end o de factor es dia lecta les y sociales.
se encuentra temp ra na m e nr e e n Amér ica , ge nera li zá ndose ráp id ame nr e
3) También se oye n, en Amé rica, dife remes reali zac io n es d el fo nem a co n tin uo
en todo el re rr ito ri o.
poste ri o r so rdo !xi (o rtogra fía <j> y <g>). Un a am plia parte d el rerriro ri o
En lo fo néti co podemos eñalar di stintas realizacio nes d e Is! según las regio n es. prese nta un a reali zació n aspirad a - larí ngea d e m odo q ue mujer, caja se
Por ejempl o, en posició n in icial d e sílaba se d a una g ran va ri edad d e rea li zac iones pronun cian co m o [mu' herl[ ' kaha] en el n orte y S ur d e M éxico, A m é ri ca
desde un a apica l có n cava, pa rec ida a la cas tella na (Anti oq ui a, Co lomb ia), hasta Ce ntral e Insular, pa rtes d e Colombia, Ven ez uela, zonas cos te ras d e Ec uad o r
otra predo rsal plana o convexa, que es la pronunciación m ás generali zad a e n todo y Pe rú . E n el resw del co ntinente (co n exce pció n d e C hil e d o nde se da u na
el co ntinente. En tv1¿x ico y las zo nas altas d e América Ce ntral, Colombia, Ecua- reali zación palatal [<;:]) se reali za co m o vela r [mu'xe r] ['kaxa].
dor y Bolivia se m a nti ene un a /s/ ce nsa. En otros lu ga res se registra el fe nó m e no
4) Enco ntra m os ta mbi é n difere ntes reali zacio nes d e /tf/ (o rtografía <c h >) ; la
llan;ado ceceo, qu e co nsisre e n pronun ciar el fo nem a Is/ con un cimbre simila r al
más ge n e rali '.ad a, co m o africada pre pala tal. E n C uba, Panam á y Pue rw Ri co
interdental, co m o se oye e n Andalucía , aunqu e en América di ch o fen ó m eno es rá
se pronunci : solo en su fase fri ca tiva y se convierte en una fri ca tiva pala tal
menos exrendido.
sorda Ul E1 C hil e h ay una tende n cia a pronunciarl a como alveo la r, co n
En posición final de sílaba se dan tres posibilidades dependi endo d e las regio nes y timbre parecido a la cas tella na [mut'sa t'sa].
de factores sociolingüísti cos y siruacio nales . Ellas so n: i) que se realice de man era
semejante a la posició n ex plos iva , ello sucede prin cipalmente e n las zo n as 1ltas; ii)
5) El español ce Amé ri ca conserva la o pos ic ió n fonemática entre las d os vi-
brantes a piCLles / r / y Ir/. En general, el segmenw / r / se reali za co m o
que se as pire, lo q ue se d a p rin c ipalme nte en la región del Ca ribe y d e l 8ío de la
vibrante sirIDle sin m ayo res ca mbi os. E n posició n implos iva ti e ne va ri ad as
Plata; iii) que se elida ; la elisió n es caracre rísrica d e las Amillas. E l debilit, miento
realizac io n es se debilita, fr icarivizá ndose ('kadne] o asp irán d ose [' ka hn e]; se
de /s/ es tá ampli a m ente ex te ndido e n las zo nas cos te ras de Hispanoam é r ca : Co-
elide [baj'la]po r baila,; principalmente a fin al de palabra y en los infiniti vos;
lombi a, Ecuador, Pe rú , Ve nezuela , Uruguay, Argentina, Paraguay y Chi le, a un
se pronunc iaco m o as ibilad a [;]o se n eutra li za, co nfundi éndose co n / 1/ . E n
cuando su mayor ava nce lo ti e ne e n el área co ntinenral e insular del Ca· ibe. La
Pue rto Ri co e d a un a art iculación velar o uvul ar en pos ició n ex plosiva: [R].
reali zac ión de es te seg m en to puede rel acio na rse en cada región canto co n el lugar
que ocupen los h ab la ntes en el es pac io social, como con el nivel d e inforna lidad Se oye la r as ibilad [ i J co m o realización d e Ir/ e n perro, rosa y en los gru pos <tr >
de la situació n de habl a. y <dr>: teatro, potré. Esta pro nun ciación seg ún More n o d e Alba ( 1995: 1 58) es
o riunda del n o rte :le España y, por lo ta nw , no m eridio nal. Se en c uentra e n las
2) Otro rasgo ex tendi do en Amé ri ca es el yeísmo, la pérdid a de la di .tin ció n
regio nes a ndin as d todo el co ntinente como lo ares ti g uan More no d e Alba ( 1995 :
fo nológica entre d os seg m entos pala tales, el latera l /!../ y el fri ca ti ·o I j !,
159), Obediente 1992b) y Villa miza r ( 1998).
po r desfo no lozaci ó n de la conson ante la cera! , de m odo qu e se oyen igual
calló y cayó, rallo y rayo, pollo y poyo. Sin embargo, en a lgu n as zona, co no- La co nfu sió n d e/- r I y /- !/, su as imilac ió n a l fon e m a s ig ui e nte e n po s ic ió n
cidas co mo !leístas, se m a nti e ne la di stinción fono lógica. Ent re I;, regio- preco nso n á ncica l SU pérdid a so n reali zac io n es co munes en buena parte de His-

139
138
panoam é ri ca . Se da d e d os fo rm as: co m o rocaci s m o (fa rda por falda), o iii ) U n rcrcer proceso que se d a en los dialectos radi ca les es la e li sión o supres ió n
lambd ac ismo (aire por arte). La reg ió n dond e el d esarro ll o d e escos fe nóm ~ nos tora l dc: l _seg m.en ro co nso ná nti co p os nucl ea r, qu e afoc ra ,1 ro das las co nso-
escá más ava nzado es el Caribe y prin c ipa lm e nce e n las islas; se lo encuenua tam - 1unres, o bscm ye m es o in obsr ru ye ntes (líquid as y na s.d es) qu e se da, co n
bién en las zo na s cosceras de Ecuad o r, Pe rú y C hil e. nu\·o r frc:c ue11tc ia a fin al d e pa labra.
6) En cuanco a la reali zac ió n de la s co nso n a ntes sono ras, la / d /, oclu siva de nta l
8) E n c u.1 11to a l sistema fonol ógico vocálico, di ve rsos au tores han se ñ alad o
so no ra, en pos ic ió n intervocá li ca pu ed e d e bilitarse o elidirse. Esco es ca rac-
qu e: no hay m ayo res dife re n c ias y qu e es to s fenóm e n os so n m e no s re leva n -
teríscico d e las zo nas costeras d el Ca ribe, C olombia , Ecuador y C hile, a
tes qu e los del co nso n a ncism o ; sin emba rgo, n o h ay qu e o lvid ar qu e a lg u -
diferencia de las regio n es airas, d o nd e se p ro nun c ia caba lme nte. E n posic ió n
no s 1·asgos d e inre rfere nci a d e las lengu as indígena s sc: dan e n esce ca mp o .
fin al de pa la bra, se o b se rva un a m a rCJ.da va ri ac ión e ncre un a a rticula c ió n
Po r su parre , O b edi e nte (20 00: 440-441) se ñ a la qu e e l voca lism o h:i. sid o
relaja da y la eli sión; es ce fe nó m eno pued e es car co ndi c io nad o po r faccores
pocu c:s rudiado y di a lec ta lm enre só lo h a sido se ñ a lad ,1 la ex is ren c ia d e un
soc ioedu ca ri vos v tipo d e registro. En algun as zo n as indígenas bi lin gües co m o \·oc1 lis111 0 b reve y relajado d e las ti erras alcas frenrc a l es rabl e y ple no d e las
Yucacán y regio nes d el Pe rú se obse rva un a reali zac ió n oclusiva d e / b d g/ e n
ri e rra s b ajas. En es re o rd e n d e id eas, Quesada Pa c h eco (2000) expon e a l-
posició n inte rvocálica, c uando se espe ra una reali zac ió n frica tiva . Moren o
g un as ca ra c cerísti cas d el es pañ o l a meri ca no rela c io nado co n los seg m e ncos
de Alba ( 1995: 160) se ñala cambién la art icul ac ió n ocl usiva d e / b ,d, g/ d es-
vocá li cos : un o d e ell os es el ca mbi o e n las voca les á ro n:is, co m o e n estif!a
pués de l, r, s, en las coscas de Co lo mbi a y e n C ub a . por astll!a, menistro por ministro, dolsura por dulzum. A esto puede :i ña -
7) En mu chas reg io n es d e A m éri ca la In / fina l d e palabra prese nta a rti c ub cio- dir se qu e mu y pos ibl em ente, e n la pronunciac ió n d e los segme ntos vocá li cos
nes qu e se alejan d e su reali zac ió n alveo la r. En el sur d e Méxi co, H o nduras, se dé i111po rtan ce inform ac ió n socio lin güística, rela ri \·a a la va ria c ión ru -
Cos ta Ri ca, Pan amá, cos c:J.s d e Colombi a, Ve nezuela y Perú , se pronunc ia ra l/ urba n a , é m ica, d e gé nero y de nivel educari vo a unqu e, la m e nr ab le-
co n un seg m e nro vela r [' pa1J]. m e nte. los es rJdio s e n es ra área esrán todavía p o r rea li za rse.

Cabe se ñalar, en c ua nco a fenómenos diferenc iad ores, qu e los dial eccos han sido Un fe nó m en o qu e lhma la acención, d esde el punto d e vista soc io lingüíscico, es la
agru pados en dos grup os o cipos; Za m ora y G uita n ( 1982: 107) di stinguer, e n nasa li zac ió n . Qu esa:fa Pach eco se ñala que hay nasalizac ió n e n e l es cá ndar cuando
relación co n el co nso na ntismo posn ucl ea r, e ncre los dialectos radicales, aquellcs en la voca l está antes, <leerás o en ere consonantes n asa les . En va rios dial ectos de l
qu e la di stan cia entre lo fon e m ári co y lo fon écico es m ayo r, y los dialectos co1ser- es p aÍlo l a m e ri c ano :e obse rva esta nasalización con m ás fr ec ue n cia en seg m encos
vadores en los c uales la di sra n cia es m eno r. Ejempl o d e los radi cales se rían, en no co nri g uos co n rna n asal corno en bandera [bá n'd e ra ] y también cu a nd o se
Améri ca, los ant ill ano s (cub a no, d o mini cano y puerro rriqu cño) y los d e l C;cribe pie rd e el elemento msal y se nasaliza la voca l contigua, pan ípal . G randa (1992:687,
en ge neral qu e co mpre nd en, adem ás de los antill anos, a Pan am á, la cosca de Ve - e n Q uesada Pachec , 2000:52) conscaca una fuerte nasa li zac ió n de la voca l prcce-
nezu ela y la cosca ad án ri ca d e Co lomb ia. Ejemp lo d e los co n se rvadores, son les de d e nre en c:I Paraguar, cua nd o está en contacto con la / n / ve lari za d a ([IJ ]).
las zo na~ andin as. Sigui e nd o a Za m ora y Gu icart (1982: 107- 10 8), a mbo s ripos
Ad e m ás de: a lg un os fe nóme n os co m o la hi atizaci ó n de dipto ngos e n Puerto Ri co
de dial ec ro s presenta n la s sig ui ent es manifesrac io nes:
co m o en ['pic:bra )(Navarro To m as 1974:53, en Quesad a Pac heco 2000: 44),
La prim era es d e ca rácre r fo nécico y afec ra a las o bsrru ye nres y n asa le; las hay o t ros fc: n ó m e n ,s co m o la esdrujulizac ión, qu e parece n hab e r llegado p a ra
cuales r iend en a rea li za rse co n un segm en to posre ri o r: ['e hto) por ~sto, qu ed a rse, a l m e no: e n la foca li zac ió n d e c iertos ele m e n to s e n los progra m as
['eg niko] po r étnico; [ro 1J) por ron. radi ofó ni cos . Lo q1e se h ace, en es cas casos, es d es plaza r e l ace nro hac ia la sílaba

ii ) La segund a d e es cas manifes caciones es fonológica y arecra a las líquida /- 1/ am erior, co m o en miversida.d, nácionalidacl, e cc (Obedienrc: 199 2).
y 1-r/, que se neurra li za n en pos ició n im plos iva: [pu elca] por puerta, [s uno] Qu esad a Pac h eco (:JOO) afirma , en cuanco al acento y la e n co na ció n, qu e "a lg u-
por suelto. n o s d e los pu neo s 1T1s n oro rios para cualqui er hispan o h ablante c ua nd o se rra ra d e
di srin gui r a o eros h i::ia no h ab lantes so n los rasgos supra seg m e nrales" (2000: 43 ), al
140 14 1
(

tiempo qu e se ñala la escasez de estudi os so bre el te ma. Asimismo, señala el auto r en Colo m bia y <' Rl los And es ve nezola nos altern a n los tres pro no mbres (tú, vos y
que en Costa Rica se tiende a alarga r la vocal ró nica cua nd o es ab ierta: vivie allá 5• usted). La va lorac ió n de l p restigio de es ros pro no m b res d ifie re d ialec talmente.

Qui lis (198 8, en Quesada Pacheco 2000 : 4 5) se ii.a la un a entonac ió n cir,c unfleja Carac re rísrico y mu v ex tendido en el es pa ñol ameri ca no es el uso de vos co m o
e n el es paño l de Puerto Rico , contrari a a la e n ro nac ió n asce nd ente es pa ño la. Asi- form a de rr:i r:i mi e n ro de seg und a perso na sin gul ar, sin rasgo semá ntico de defe-
mism o, se se ñala un a en ro nac ió n decla rativa asce nde n te e n Tu cum án , con trari a a rencia y equi v:ilcnre :i tú, rasgo desa pa rc'cido en la Penínsul a. AJ fo rtal ecerse usted
la descendente es pa ño la (Quesad a Pacheco 2000 : 46). p ara el uso for ma l v pro pagarse tú para el uso fa miliar, predo min ó, en el uso
in fo rm al de ex re ns:is áreas de l co ntinente, el vos so bre el tú; este fenó me no se
Lapesa (1 980: 552, en Quesada Pacheco 2000:46) ca rac teri za la en ro nac ió n del
co noce co m o voseo. Páez Urda neta ( 198 1: 1O, nota 6) lo de fi ne co m o el "uso
españo l de Améri ca co m o "m ás ri ca e n va ri antes, prod iga en subidas y desce nsos
melódi cos, mientras qu e la cas tellana ti ende a m od era r las inflex io nes, soste nién- siste mát ico de l pro nomb re vos y sus co rrespo ndientes fo rm as ve rba les, e n el trata-
miento de la sc'g u nd:i pe rsona sing ul a r". Esre fe nómeno opo ne al contin ente am e-
dose alrededo r d e un a nota equilibrada".
rica no a la Pe n íns ula Ibéri ca, aunqu e e n un a perspect iva d iac ró ni ca, evidente-
m ente lo relac io na co n ell a. Para es te au to r, en Hispanoam éri ca no se d a un voseo
Caracterización morfosintáctica sociolecta l pro pi amente di cho sin o voseas regio nales (e n Méx ico, Pa n am á, Co-
lombia, Ve nezue la y Pe rú ) y voseas nac io nales (e n G ua temala, El Sa lvad o r, H o n-
En Hispa noam éri ca el uso de las formas de tratamiento se relac io na con la ide n-
duras , Ni caragua. Costa Ri ca, Boli via, Arge ntina, Uru guay, Pa raguay y C hil e).
tidad region al6 • Po r un a parte, los usos norm ati vos de usted, co mo fó rmul a de
Además hay reg iones de uso excl usivo d e tú, p red o minante de vos, co mpa rti do de
+deferencia, y d e tú, co mo uso de -deferencia, adq ui eren paul atina m e nte, m ás
tú y vos, predom i n:t n te de usted y de uso co m pa rtid o de tú y usted. Tam b ién se da
que una diferenciación fun cional , un a diferen ciac ió n di alectal. Co m o es sa bido,
el voseo e n C u b:i(López Mo rales 1965, Peri 200 1) 8 .
el uso cortés se indica con la referencia indirecta al interl ocuto r, m ediante la
inclusió n de "una tercera person a ficticia qu e en se ñal d e co rtesía y re;peto se En relac ió n co n los pronombres átonos, éstos co nservan e n Am éri ca su s valo res
sustituye a la ve rdade ra" (Bello 197 2: 80) . Esta terce ra perso n a ficti cia e, singu - · etim ológicos . Cabe reco rd ar qu e la fo rm a etim o lógica es el uso de fa y fo pa ra los
lar es usted. En Amé rica, la marcació n+/- deferencia se da, en el uso pronominal, o bj eros di rec tos ye l uso de fe pa ra el indirecro. Se llam a laísmo y loísmo al u so de
solamente en el singular, porque en el plural se neutraliza en la forma ustedes 7 . ¡1as form as p ro no nin ales del o bjeto directo para sustituir el sintagm a n o minal
con fun ció n d e o ljeto indirecto, pero es tos usos n o se o bse rva n e n Améri ca. En
En singular hay un a gran vari ació n en cua nto a las pos ibilidades de tra tamien to.
estos. casos n o se co nsidera la fun ció n , sin o la co nco rd a ncia co n el gé ne ro d el
De esta m anera, en el trato form al y de deferencia alte rn an las variantes tsted y su
sintagm a n o min a qu e se sustitu ye: Yo fa dije (a ella). Es decir, qu e los pron o m -
m erced (esta última form a en C olombia). En el trato in fo rmal y fa mili ,r se usa
bres co nc uerd a n o n el gé nero d el co mpleme n to direcro al q ue sustitu ye n: fo o fa
tú, pero también usted, vos y su merctd. De es ta fo rm a, se oye tú e n las .\ntillas,
y, sin variac ió n dtgé nero , fe, pa ra el indirecto . Quizás hay regio nes limitad as en
Bolivia, M éx ico Perú y en gran parte de Venezuela; mientras en Arge nrim, Costa
q ~ se· pro du ce fesmo, esto es, el uso d e fe para el objero d irecto, ge n e ralme nte
Rica, Uru guay y e n la región noroccidental de Ve nez uela, alterna n vos ytú e n el
co n fin es es tilís ti os y de hiperco rrecció n. De ac ue rdo co n Vaq uero ( 1996: 19),
trato informal, co n prefe rencia del prim ero de a mbos pro no mbres. En ;a mbio,
H a e m pez:io a extende rse el leísm o de perso na e n el es pú ío l del Ca ri be .
Co m e n zó a sa rse en las d es pedid as de las ca rtas admi n istrat ivas (L e saluda)
y hoy, co n sie rado co mo m ás adec uado y co rtés, el leísmo ha ll egad o a se r la
S. Vi ll amizar ( l 993) se refie re a este cerna en Venez uela
6. Segú n La pesa ( 1980) en los siglos XVI)' XVII se relega el uso del pronomb re t ú al intim o tr rn fam il ia r
fo rm a h ab ir al e n ésros y orros co ntextos: Tengo el gusto de invitarle . .. , fe
o al traro co n los inferiores; y se d esva .oriza. ranro el vo; qu e. de n o haber gran co nfianza, e 1 des co rtés· saludaron, !e11ieron, etc.
emplearlo co n qu ien no fuera inferior. Después del siglo XVII se gene rali2.ó wted ustur, con las
desinencias ve rdades d e la terce ra perw na .
7. En el uso peninsu lar se manr icne la d cotomía vosocros-us tt:des para el plu ral 8. Del ripo l : ,,o s c11 tr1i, voJ bebei, voJ viví.

142 143
También en relac ión con estos p ro n ombres, e ntre o tro s usos en ex tensión, se d a tenés, partís); ii) un voseo pronominal (vos cantas, tienes, partes), y iii) so lo ,·e rb al.
la pluralización de pronombres qu e d ebe n ir, segú n la n o rm a p eninsul ar, en sin- es d ec ir, voseo en las desinen cias ve rbal es, co n pronombre tú (tú cantás. 1enés.
gular: el clítico, comp le mento directo lo, se hace co nco rda r en núm ero c,o n el partís) (cf Vaquero U996: 23).
objeto indirecto . Por eje m plo, en va d e se, fo,, di (el libro ,, a e llos), en alg un as También en la es fe ra .d el ve rb o. e n la segu nda perso na d e l pretérito del indica li \·o
regiones se di ce se los di. Otro s casos similares so n se los confieso, se los digo, se los se añade -s po r an alo,gía co n rodas las fo rmas d e la seg unda persona del sin guLH :
dije, se los expliqué. comistes, jugastes, vinistes, ct e. Igu a lm e nte se observa la in se rció n o m ovin;ic: ni o
Otro uso muy co mún es el de la fo rm a masc ulin a del pro nombre indefinido uno/ de -n al final d e las for m as impe rativas de segunda pe rso n a: sientensen, callensen
1
una; se oye uno referido incluso a muj eres, cua ndo habl an de sí mism as: éLgana sólo en los verbos pron ominales.

menos que uno, ella no es como uno. Mu y ex tendid o en Am érica está as imismo el uso de los verbos impersonales co mo
haber y hacer, qu e no ti e nen fo rm a plura l y que se plurali za n para concordar co n
En las expresiones d e posesión , se a ncepo ne con frec uencia el pronomb re en las
co nst ruccio nes vocat ivas : ¡Mi hijo', ¡Mi niña 1, etc. Po r otra parte, es un uso ge ne- la fra se nomin a l qu e los aco mp aña, en particular c ua nd o se trata de form as com -

ralizado exp resa r la poses ió n po r m edi o d e d os tipos d e es tru cturas pospuestas: i) puestas: han habido disturbios, habían niños, hubieron fiestas; hacen años, hacen

las no analíticas o pl enas co m o mío, tuyo. rnyo: el hij'o mío, el carro mío, etc. ii) las días, hacían meses.
analíticas, co m o en : fa casa de ellos, el hijo de ustedes, el carro de nosotros, fa familia Se sust itu ye n fre c uente m ente los ve rb os ser y estar po r haber en o rac iones co m o:
de ellos. habíamos muchos por estábamos o éramos muchos, habían cinco personas po r es111-
ban cinco personas. Tambié n se da la sustituci ó n del verbo haber por el verbo ser en
Característica d e la morfologí a d el espa ño l a mer ica no es la creación d e palab ras
las formas del preté rito pluscua mperfecto del subjunti vo (a ntepreté ri ro ) co m o
con sufij os deri va ti vos co m o -ero ,-azo, -ería, em, -e tc., as imismo , hay qu e recalca r
e n : si me faeran dicho, fo habría hecho co n tiempo, si me faera ayudado, ,w m e
la vi tal idad del diminuti vo -ico, de los su fij os despect ivos en -ón, -ucho y el
hubiera equivocado. finalm ente, se emplea en algun as zo nas de Améri ca e l ve rbo
aumentativo en -ote. Vale la pena resa ltar tambi én la vicalidad de los sufijoi -ada,
ser en ciertas expres i:in es, c uan do va seguido de un adjetivo: cuando yo estaba
-ida para los sustantivos de ca rácte r abs tracto .
ctiquito, está ~·ove1~, está viejo, estás inteligente, estás buenmozo, estás bonita
En relació n con la morfología verbal, el fenó m e no m ás impo rta nte es el roseo,
Siempre en el amb 1to ve rbal, pueden anotarse otras características relevantes del
sin duda un o de los rasgos ca racteri zado res d el es pañol de Am érica, ta n to Jo r su
espa ñ o l a mericano . :.ntre és tas podemos señalar las siguientes:
extensió n y vige ncia, co m o po r las repe rc usio nes qu e tiene en el para digrr a ver-
bal. Rona ( 1967) señala cuatro zo nas dist intas de voseo, utili zando co m o n o d elo El uso del pretcrito simple de indicativo, cua ndo e l uso peninsula r p refie re
el prese nte indicativo. Páez Urda neta ( 198 1) ca racte riza todo el voseo ameócano, la forma d el preté rito co mpuesto d e ind icativo {antepresente 9). En e l espa-
utiliza ndo co mo modelo, no só lo el p resenre indi cativo sino también el pra:é rito , ~o l a m ericano 1 la refere nc ia a las accio nes pe rfect ivas, incluso las m ás in -
el futuro y el impe rati vo . Estos tipos m n los siguien tes: mediatas, ti e ne± a hace rse por m edio del e.reté ri to simple el ministro dijo la
verdad en su disurso de ayer, ya desayuné (Seda no 1997: 366) .
1. Tipo A: AIS E IS ÍS Vt:nezuela, P:rnamá .
Uso de la fr ase •star + gerundio, co n valor punt ual: estoy saliendo, p o r salgo:
2. Tipo B: AJ S IS ÍS C hil e, Ecuado r.
me estoy yendo pr me 1JOY, o co n valo r itera ti vo : va a estar viniendo todos es1os
3. Tipo C: ÁS ÉS ÍS Ur uguay, Arge ntin a, And es, México.

4. Tipo O: AS ES IS Ecuad o r, Bo li via.


9. Se uciliza rambién crl os ejemplos la nomenclatura de Andrés Bello.
Además, hay en Amér ica difere ntes forma s de voseo. De esta ma n era, se ci i) un 10 . En España ha y un a1pli o uso de l pretérito co mpucsro para la reft:re nc ia a acc iones perfectivas, so hre
todo si és tas se h:rn d;arrolbd o en un pasad o relarivamenre próximo al momenro de habla ( el nJ1nmm
voseo pron om in al ve rbal, en el pronomb re y en las des inen cias ve rbales (vos:antás,
ha dicho la 11erdad erru discu r,o d,· ayer: ya lu desayunado) (Sedano 1997 : 366).

! ·15
144
(

días por vendrá todos estos días; estuvo haciendo dieta toda La semana potr hizo La anceposici<Ó n d el ad ve rbi o -en c ierras regiones- e n co nstru ccio nes co m o
dieta toda la semana. más nada por nada más, mas nt1dic? por nadie más, más nunca po r nunca más.
En los ti empos verba les, el uso del furu ro morfol ógico (me iré de viaje) para Se obse rva tamb ié n el uso de adjetivos por ad ve rbios: por ejempl o, caminar
refe rirse a un a acc ió n ve nid era es poco frec ue nte. Por lo ge ne ral, di cha for- rápido, aprender facil, hablar largo, ere.
ma se empl ea para exp resa r duda sob re un aco ntecimi e nto po r ven ir; así, m e
Se o bse rva , en alg un as regiones, el uso de l prono mbre relat ivo que, en luga r
iré de viaje qui ere decir qu e 'quizás lo haga' . C ua nd o la acc ió n futura se
de otros pronombres relari,·os co mo cuyo, cual, cuales, quien, en o rac io nes
perc ibe co m o mu y ce rcana en el tiemp o o d e inmed iata reali zació n se em -
co m o: esa es la vecina que su [cm·o hi¡o va a la misma escuela que el mío, etc.,
J
plea el presente de indica tivo mañana salgo para París. El futuro perifrást ico ,
en las cuales su st itu ye adverbios de tie mpo , modo y luga r.
fo rm ado po r ir + a+ infinitivo, es la fo rm a m ás empleada para referirse a un
acontec imie nto que se cumplirá en e l fu turo con seguri dad voy a romer. Una tende ncia observada en las :\nr ill as es la de a nteponer el suj eto en alg u-
nas o rac10 nes interrogativas , co mo ¿Qué tú quieres? ¿Qué tú dices? ¿Adonde
El preté rito anterior (a ntepretériro ) de indica ti vo; hube temido y el futuro de
tú vas?
subjuntivo, tanto simple co m o co mpu esto, temiere, hubiere temido no se
utiliza n sino en los registros esc ritos es tri ctam ente fo rm a les; de lo co ntra ri o
so n signos de hipe rco rrecció n y d e in seguridad lingüística. Caracterización léxico-semántica 11

Se dan, e n camb io, c iertas preferencias de uso, co m o so n la m ayo r utili za- El elemento realmen te diferenc iador denrro del españo l d e A mé ri ca es e l léx ico .
ció n de la forma e n -raen el precérito y pretérito perfecto del subjurri vo: Es así co m o cada ccmunidad, cada región, cada país posee un a serie de pa labras y
comiera y hubiera comido, so bre la fo rma en -se. comiese y hubiese comido. Sin exp res io nes que le ro n propi¡i'.s y qu e le da n un a fisonomí a particu lar y caracte rís-
embargo, se no ra un crec iente uso de es ta form a en las ca pas medias a;ce n- tica a la lengua d e dichos g rupos. Las razo nes de esra difere nciac ió n léx ica so n d e
dentes en el espacio social, e n la lengua de los medios de co municac ión y e n di ve rsa índole , canco lin g üí s ti cas, d e l propio sis te ma es p a ñ o l, co m o
las fo rmas escritas. ex tral ing ü ísticas, deri vada s de l co nt exto hi stórico y social, ta les como la evolu-
ción históri ca, las dferencias de suscraro, el di ve rso o rige n de la poblac ió n funda-
Mayor empleo del imperfecto (co pretérito) en lugar del prese nte s inpl e:
Jo ra, el estatus socopo lícico y econó mi co de los te rri to ri os en la época co lo ni a l,
Hace tiempo que no iba td cine pcr hace tiempo que no voy al cine.
las migraciones, etc Para Ro senbl at ( 1990:227)
Sustitución del pluscua mperfecto de indi ca ti vo (a ntecopre ré rito ) y d el pre-
Más afectan a la unidad las diferen c ias de léx,i,co, a veces es pec tacul a res. E l
• té rito d e indicativo por el pretérito del su bjuntivo en -ra: El libro que ewia-
\, léxico es realrre nte fra ccio nado r. C ada región ti ene su vocabula ri o ind ígena
ra por el libro que había enviado ,) que envió.
p ropio , qu e 1, imprime su no ra ca racterís ti ca, y el prestigio y co ndi c ió n
Tend encia a parafrasea r ciertos ve rb os mediante un a const ru cció n ql!! in - " expa ns iva de hs ca pitales pue<le d ar a las voces un ámbito nac iona l y h as ta
cluye un ve rbo auxiliar m ás un par ti c ipio, como en : darse una cortada, 'char intern a cio nal.
una nadada, echar una ojeada, da' una leída, etc.
En e l léx ico del espñol de América pode m os distin gu ir un a base in ic ial, co n sti -
Se observa la mayo r fre cuencia de empleo que en el español pe nín sul a- d e tuid a por los a p o rt..s d e voces procedentes de las di stintas regio nes pen insul a res
las formas progresivas : Me estoy yndo, voy saliendo, viene llegando, estf ter- que partic ipa n en l: co lo ni zació n , voces o ri ginari as d e las lenguas indíge n as d e l
minando, etc. prim er co ntac to y d las le nguas ge nera les por un a p a rre, y por la o rra, voces d e las

En cua nto a las ca racte rísticas sintác ti c1s del es pa ñ ol de Améri ca, podemo s lace r
un a re lac ió n so mera de las sigui entes:
11 . Para un conoc imi ero más amplio del tc m :1 va Hw..:sa Olivc r r Enguica Utril b ( 199 2)

146 147
le n g uas reg io n ales y de algun os vocab los de origen a fric a no prese ntes e n aquellas Preferencia Preferen cia Preferen cia 1 Prefe rencia
zo n:is del co ntinente d o nd e hubo co ntacto de los es pa ño les co n la po bl ac ió n d e peninsu lar hispa noamerica na peninsular ¡ hi sp:i.noamerica na

(en varios países) am ~ricana (chaqu eta ) (en varios países)


es te o ri ge n .

Asimism o, se o bse rva un a inílue ncia posterior (a part ir de la ind e pe nden cia), rn n - americana (chaqueta) saco ji1e/1le de agua p ib
'.m illo argo ll a guisante JrYCja
form ad a po r las relacio nes co n grupos huma n os proced e ntes de o rras reg io n es,
""!Jllazar postergar habitació11 cuarto, pieza
ha blantes de una le ng ua dife re nte a la nuestra, o d e otros di alec tos d el es pa ño l.
vzpremrarse ap urarse hierba grama , pasto
E n c u:in to 3 la base lé xica del español de América , es la mi sm:i ba se d el espa 11 o l l¡¡rmario escaparate lri11go chi cote , fu ete
!
'{Is censor elevador levantarse pararse
pe nin s ul ar; las voces patrimoniales se u sa n d e igual man e ra e n a mb os co nt inen-
kltar amarrar ligero livian o
tes. H ay t;imb ié n un co njunto num eroso d e palabras qu e, a p es:ir d e te ne r su
bandeja charo la lumbre {Juego) cand ela
o ri ge n e n la len g ua q ue trajero n los co nquistadores y los prim eros co lo ni zad o res, beber to mar manzana de casas cuadra
só lo se co n ti nú a n e mpl ea ndo en es te continente , cales so n los mal ll a m ados billete bo leto, tiqu ere molestar freg,u
arcaísmos. AJ g un :is voces d e este tip o h a n qu edado en e l á mbit o rural como vide. bonito lind o mudar cambiar
aguaitar, ansina, pero , sin duda, so n poco numero sas. erilla fósforo patata papa
erradura chapa pelo ca bel lo
En cuanto a los a rcaísmos, señala Lapesa (1980: 592) qu e "el léx ico ge n eral cocinar pequáío chi co
a m eri ca no a bunda e n pala bras y acepciones que en Espa ña pe rtenece n so lo al oche (automóvil) ca rro perezoso flojo
le ng uaje lite ra rio o h a n d esa pa recid o ... " y cita, entre o tro s: lindo, bravo, livia.'1 o, oger aga rrar piel pel lejo
oz patada piso apart amento ,
vidriera. Otros té rmin os de est a índ o le so n : pararse, candela , cli!awrse, diligemia,
ubo balde polvo d epartamento
plata, pollera, ponerse bra vo, retar, mata, etc. Consideramos es ca s palabras por s u puerco, cerdo tierra chancho
ucurucho ca rtucho
d esa rroll o y ex te nsión co m o a mericanismos. · uello pescuezo quitar saca r
!.dehesa potrero rejimji1ñar rezo ngar
Otras voces co mun es e n e l léx ico de la zona so n los marine ri smo s y a nda lu c is m Js:
"delgado fl aco registrar esculca r
se co n se rvan e n el léxi co :im ericano elementos originarios d e las dist intas reg ion es reñir pelear
Ri'iiero plata
es pañolas, especialme nte de Andalucía. Son andalucismos guiso, limosnero, ñ1ña 'techar botar reparto (teatral) elenco
(excrem e n co ), juma (borrac hera), jeremiquear (llorar), prometer (asegurar) e tc. Son ',echar de menos ex trañar riría pelea, pl eito
m a rin e ri s mo s que los co lo nizadores y pobladores aprendieron e n su trayec to a ',>mpaparse ensoparse saco bo lsa
Am é ri ca abarrotar, amainar, amarra,; arribar, balde,bandazo, bandearse, bo a,; '.enfadarse enoja rse sello (de correos) estamp ill a
nfadado bravo, enojado tardar demo rarse
estadia,jletar, hala,; mazamorra, palo, rumbo, singar, virar, zafar, e tc. Son canarisnos
'ien/:¿ebrar ensa rtar tienda come rcio, ne goc io
botarate, gofio, mordida, etc . (Zamora y Guitare 1982 : 151). tirar bota r
len voz baja des pacio
Es fr ec ue nte , e n Am é ri ca, que viejas voces penin sul ares adqu ie ra n nu evos s ignfi- scaparate vitrina, vidrie ra vergúenza pena
',>strecho angos to volver vol tear
cados; e n cal se ntid o, mu c has palabras tra ídas po r los co nqui s tadores sufrieon
l,;úeme (pla to grande) bandeja
ca mbi os se m á nci cos para adaptarse a las nu evas realidades. Así, se le dirá piñ, al
a na n ás, gallinaw al zamuro , lagarto al caim án, león al puma, titye al jagu a r, <!:c.
Preferen cias léx icas ame- ic:111as y p eninsula res.
Finalm e nte, se enc u e ncr :i n voces conocid as en a mbos co ntin entes, pero co n n a- Tomado de Ka n y ( l 9G'a (1960]: 6-7)
yo r pre fe re n cia d e u so e n A m é rica.

149
148
(

Otros eje mpl os de difere nc iac ió n Léxica, en el españo l de América los da Zamora
(2004).

E ntre las di scintas zo nas se obse rTan dife re ncias, por ejemplo, en el plla no léxico,
como ocu rre en lo s sig u ie ntes c:isos : a ucobús (España) es guag ua (Cuba), micro
(Chi le), bu se ra (Co lo mbi.1 ), colecci vo (Argent ina) , camió n (Méxi co); cazadora
(España) es chamarra ( M éxico) , c hompa (Colo mbia, Ecuado r), ch aqueca (Pana-
má , Venezue la, Paraguav ), c:isaca (C hil e, Perú) ; manta (Es paña) es cob ija (Co-
. lomb ia, H o ndma s, Ecu ad o r), fr azada (Pe rú, Bo li via, Ch ile , Argent in a), co berto r
(Méx ico), fri sa (República Dominica na, Pue rco Rico) .

Para co ncluir este ca pícu lo pu ed e reco rdarse que la mayo r diferencia c ión dial ec tal
se d a en el ni ve l léxi co-se m á nci co y es ta diferenciación, que comenzó e n el m o-
menco fund ac io nal , es un proceso que aú n esta vigente y que se proyec ta hacia el
f uturo . lJe es ta m a nera co in c idim os co n lo ex presado por Buesa O li ver y E nguica
El español que hablamos en Venezuela
U trilla ( 1992: 16) c ua nd o d icc:: n:
•:· Los venezolan ismos •:• Clasificac iones d io lec10.es
Así podrían re sumirse las bases qu e suste ntaron, en sus comienzos , la origi-
•:• Uno breve caracterización ·:· Los rasgos generoles
na li dad d e las habb s hi spanoameri canas; pero las modificac ioms qu e afec-
•:· Diferen ciación regional •:• Diferenc iac ión s:icd
tan a l vocab ub. rio h ispán ico de l ocro lado del Arl ánci co no acaban , co mo es
•!• Factores estilísticos y situociono les
razonable sup o ne r, e n el pe río do co lon ial, sino que continú a n hasta la ac-
,:, El léxico como fa ctor de carocterizo c 1ón
tualidad: siguen influ ye ndo las lengu as indígen as en el, co ntac ro idi omático
qu e propic ia n l:is áreas biling ües; la adaptac ión del fondo léxico ra crimonial
ante el Nu evo M und o , inic iada en los primeros momentos del desc ubri -
miento, no h a cesad o co<lavía , como ponen de manifiesto modemos n eolo-
g ismos co nce pcuales y d e forma, y hasca el núm ero de regionalisnos pe nin- /
su lares ha podido ac rece nc arse a causa del escablecimiento re c iecte de nu e-
vas o lead as d e es p:i ñoles e n suelo ameri ca no.

/
150 15 1
(

El español que hablamos en Venezuela 1

Al es tud ia rl a [la innovac ió n venezolana] partimos de la base de que hay u1H


pro funda un id ad entre el cas lellano de Es paña y el de América, es decir, que el de
Venezuela es un a m oda lidad dentro del cas[e ll ano ge neral. Aun co n todas las
innovac iones, nos m antenem os dentro del sislcma d e b misma lengua( . .. ) El
c 1slell ano de Venezuela es un producto de todos los pueblos que han entrado en
co ntacto co n el pueblo venezolan o.
Ángel Rosenblat. Lengua y cultura de Venezuela.

Uti lizada po r más de veinticinco millones2 de personas, el es paño l es la le ngua


ofi cial d e Ve nezueh aunqu e comparte este privilegio co n las lengu as indígenas,
ca-ofi ciales e n aqu ellas regio nes donde se habla n3 . E n este sentido , la Co nstitu -
ción de 1999 e n su artículo 9, dice:

El idi o ma oficial d e Ve nezuela es el castellano. Los idio m as indígenas tam -


bi é n so n de u;o oficial para los pueblos indígenas y d eben ser respetados en
todo el te rritorio de la República, por constituir patrimonio cultural de la
Nación yde uhumanidad .

Para mayo r co noo mi cnto del tenu remitimos a Álvarez et al ( 199 2) Bt:nt ivog lio y Seda no { 1992a.
1')')2 b ) Be111ivogl o y Seda no ( 1996) , C hela Flo res (1998a), Ledez m a y Obregón ( 199) y sobre iodo,
l., excelrnre rccoplación de art ículos sobre esta va ri i dad en Españo l Actua l (69/ 1998) .
Cifra .1ctualiuda juli o 2004. www.p rb.o rg
J. '- l.<11 e i Mü ll er ( 198) se1í ala q ue la población indígena ve nezola na, que habita los Esrados Amazo nas,
.~1110,ít eg ui, Apur, Bolívar, Delta Amacuro, Monagas y Z ulia , es de 320.000 perso nas. el 1,5% de la
p<. •hl.1 c 1ó n . L1.s mno rías écn icas pueblan las regiones fro nterizas. sob re io do las de Co lombia y Brasil,
\" su n marginales lesde el punto de vista sociocco nó mico, político)' ~ulrural. Se h:iblan 28 k11 gu .1s
:nH óno na s y más ld 76% de la población indígena es bilingüe ; el 20% no hab la su len gua y el pnrce n~
1.1 jt· m o no lingüe o la lengua indígena es reducido..,-Oe las dos fom ili:1.s de lenguas, la caribe y l.t ar:twak,
L1st·gu n<l .1 es b nu imponante demolingüísricameme hablando. El gru po wa yuu , co n 170.000 hablan1 es
,·rnczo l:rn os reprcenta la mitad de la población indígena venezo lana y el 80% de la fami lia arawak . La
i 11 vl. '. Sli g:a...: ió11 en !ngL1a s ind igen:1s se remo nta al siglo XV lll ; desp L1és dt: b salida dr.: los jesuita~ en la
~cg unJ:1 rniud di siglo XV III hay un vacío que dura hasta el siglo XX y en los últimos 30 :tÍlO \ L1
1nveslig.1c 1ó11 en lt: nczuela :>t: ha vis to incrementada co n la publi cació n J e numerosas gr.1111:.í ric ,-..
dn.c 1on.1ri os y o t>s c.: studios. El Decreto 283 sob re: el Régimen de Edu cació n lncercultural Hilin giit:
J.n :1 Je 1979 . pe!) ha fra casado por la falca de recursos, for mació n Je perso nal y matcri,11 d1<lá . .: 1ico ,
.1u1 H.¡ ue lHg:tniz:uo ncs inrem lt: ionalcs (UN ESCO) y nacio nales (CON !VE, ORP IA) )' el Parl a111 cnw

lnd ígt: n.1 . rt" 1vi n c an el derecho de los ind íge nas a ~ d ucación .
15.'l
(

La va ri edad ve nezo lana se co nstituye como un d ialecto del españo l de América. A lo fonemáti co y lo fonéti,co es men o r que en los d ialectos radi cales. Podría expli-
juicio de Ro se nbl a t ( 1989 11 , 389 -390) , Ve nezuela pa só por un le nto proceso de ca rse ta mbi é n es ta d ife re n c ia a partir de la distan cia qu e ti enen estos dial ectos co n
es tructura ción territorial y de auton omía jurídica, eco nómica y polícica. Ese pro- la realiza ció n es tá nd a r del es pañol y por lo tanro con la esc ritura, q ue es menor en
ceso de integ rac ió n dio origen a la co n fo rm ación accu a l de l país, se cumplió en los conservad ores qu e en. los radi cales. Una de las ca rac te rí sticas de los diale ctos
var ias e tapas y c ulminó en septiembre de 1777 cuand o, mediante un a Real Cédu- conservad o res, es que las co nso nanres en posición implosiva se pronuncian d e
la de Ca rl os 11[, se c reó la Capitanía Genera l de Venezue la. Co n anter ioridad a una mane ra mu y simil ar ;:i sus realizaciones prenuclea res mientras que en los rad i-
es ta fecha e l act ual territorio venezo lano est uvo in tegrad o por un grupo de pro- cales, por el co ntrario, so n o bien pronunciadas de m a ne ra m uy diferente a sus
vincias qu e dependían, en lo jurídi co y en lo políti co, unas de la Rea l Aud iencia rea li zac ion es prenuclea res, o bien elididas. Otros li ngüistas, co mo Obediente
d e Santo Dom ingo y otras d e la Real Audiencia de S::inra ¡::¿ de Bogotá. En 1786, (199 7) y Mora ( 1997), respa ldan esta división .
el terrirori o d e la ca pitanía pasó a la jurisdicció n de b Re::i l Audien c ia de Caracas,
Chela Flores ( 1998b, 6- 7) disc repa ligerame nte de esta clasifi cació n , explicando
con lo cual comienza el proceso real de co nfi gurac ió n d e lo que hoy conocemos
que no se trata simplemente de opone r e l espa ñol radic::il -o inno vador- al conser-
como Venezuela. Es probable que este lento proceso de imeg rac ión político-terri-
vado r, o e l de las tierras altas a l de las bajas, sino de aceptar la existencia de varie-
torial y _la poca re lación y com uni cación <\ue hub o entre las distintas provinc ias
dades in termedias y aña dirl as a la li sta de tipos dial ec tal es hi spánicos. E ntre las
tu viera co nsec ue ncias también en el plano lin güístico.
var ied ades inte rm ed ias est:iría, según él, el español de los A ndes ve nezo lanos.
El españo l de Venezuela no corresponde a una úni ca área dia lecta l' . Auto res co mo
Henríquez Ureña ( 1921), Rona ( 1964), Rose nblat ( 1989), Zamo ra y Gu itare ( 1982)
y Mora ( 1997) co in ciden al señalar que Venezuela perten ece a dos zonas claramente Los venezolanismos
diferenciadas: una a ndina y otra caribeñ~. Los estados a ndinos (Mérida, Tách ira y Estrecham ente relacionado co n e l co nce pto de americanismo, es tudiado anterior-
Trujillo) presentan rasgos lingü ísticos co:ncidentes con las demás regiones and in as. mente, es tá e l d e venezola'lismo. En la vida cotidiana, se relaciona venezo lan ismo
del continente. El resto del territorio venezo lano coi ncide en sus usos con las regio- con la ident idad, con um manera característica de d ec ir b s cosas, co n una parti -
nes hispanohabLi.ntes de la zona del Caribe. Podemos decir e ntonces que: cu lar man e r;:¡ de ve r el mund o; . Para dar una breve visió n de lo que es un
Venezuela pertenece a dos zonas diferentes: la regió n de Los Andes y la re- ~ezo lan ismo debe n tonarse en cuen ta varios aspectos:
gión del Ca ribe. Se ha co nsiderad o que los estados de la Co rdill era de Lo s 1. Su delimitación geog·áfica. Al hablar de la Venezue la de hoy nos referimos a
Andes prese ntan rasgos comunes con las otras region es de Lo s Andes d e sus límites político: territo ri a les . Hay que recordar que el país, como ya
América, particularmente co n Cobmbia, y q ue e n el res to d el país se utiliza vimos, se unifi có pclíticamente tarde. Cabe señala r rambién que los límites
un españo l pa recido a aquel de los otros países hispanos de la región del diale cta les no co in cde n siempre con las front eras políticas, y así como e n
Caribe (Mora 199 7: 94) . un país pueden coe:istir va ri os di a lectos, tambié11 pued en éstos últimos so-
Esta gran di visió n di alecta l es tá en co rresponden c ia co n lo que He nríquez Ureña brepasa r sus frontera. H abría que recó rdar que ya Balclo mero Ri vodó (1888,
( 192 1) y Ánge l Rosenb lat (1965) defini:ron como tinms alias y tierras bajas. De 1889) reconoce la e:rc ns ió n del venezolanismo por sobre las fronteras regio-
acuerdo con los planteam ientos de Zamora y G uitan ( 1982 ), e l á rea andina fo r- nales ha c ia Co lomba, C uba y Pue rto 'co.
maría parte de los ll amados dialectos conservado res y el irea caribeña d e los dia- 2. La conciencia del ve,~zolamsmo. CC\lmenares ( 1989: 7 2) hace referencia a u na
lectos rad icales. Estos a utores afirman que e n los conservadores , la d istanc ia e ntre temprana mu es tra ,e reco nocimi ento de lo propi o, qu e se trad uc irá e n la

5 Para un.1 vish;n 111.is profuJ .1 soh rt.' L·srt.: ti.:ma hacemos rc:fe rencia .1 !.is o brjs c-s pel.:'.ializada.s co mo "º n
4. Ángel Rosenblat ( 1974: 1O) dijo co n su tino hun o r carac te rístico "En re.1lidad lia)· d os Vrnewel.1s: l:i Colmenares ( 1995). Cóm, ( 1%') ), LedeznJJ y Obregón ( 1990). i'érez t l ')9 7). así co m o al Dicciona-
de la panela )' la <ld pape lón" . rio de: Vc.·111..·1.o lanismos l l 'JJ) y el Dicciona rio dd habla acrnal de Venezuda { 1994) .

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codifi cac ió n del venezolanismo co n un c rireri o difere ncial. En esre se:nrido , E n la inco rpo rac ió111 y legitimació n de estos usos venezolanos, ll ama la atenc ió n
cita el come nta rio d e Rafael Diego M érida (182 5) so bre la palabra "¡;¡o''.· (Co lmenares 1995) te! uso que de ellos hace Bello en su Alocución a La Poesía ( 1823)
y en la Sill'II a la Agricultura de la Zona Tórrida (1826). Co n ell o nu es tro gramático
"Ño es voz pro vincial d ed ucida de señor; la inrrodujeron y u sa ban de dla en
y poetJ co nsag ra la ¡propiedad de estas voces regionales pa ra la literatura, cua nd o
Ca racas los que se llamaba n mantuanos, que e ran las primeras familias, de
pide qu e "del Lejano tambo a mis oídos viniera el son del yara ui amoroso". O e num e ra
quien es se ge ne ra li zó. El objeto fue no dar e l di ctado de Señor a ningún
los fruto s de la fec unda zo na tropical co m o ananás, yuca, pa,d,n. maíz, banano.
bl a nco d el es rad o lla no co nside rado co m o plebe, pues era excl usivo de ellos,
co n el ag regad o de Don ... (Co lm ena res 1989: 7 1). E ntre los indigeni smos de la regió n qu e hoy es Venezuela , mu c hos d e ellos a ho ra
en d es uso, se do cum e nta n una se ri e de voces recie ntem ente es tudiadas por De
Según Colme na res ( 1989: 72), "Mé rida está hab lan do de un ve nezo la nism o por
Stefa no (2002f. Algun as d e estas voces so n adubona 'un atavío para cubrir las
su origen, por su di strib ució n geog ráfica y po r su uso, co n lo que se ad elanta a
parres', harina 'casabe o pa n' , hariniza 'árbo l frut al mu y a iro', husera ' líquido
mu chos de los cr ite rios desa rrollados posteriormente". H ay pues, un a co nc ien cia
a m a rill o co n la qu e se ado rn a n los indios', cachama 'pez de agua d ulce', cachicamo
m ás intuitiva que reflexiva sob re lo propio .
'a rm adill o', caduche'cocodrilo', cararelcarate'enferm ed ad parec ida a la lepra' , 'carato'
3. La incorporación de Los venezolanismos. Nos referimos aq uí a la inco rpora- bebid a de maíz', caujaro 'árbo l' , cocuiza 'a rbusro' 8 , corocoro 'pez d e río', chipito
ció n al españo l de voces o ri gi nadas en nuestro sue lo, o que h a n adquir id o e n 'chi po'. guarha racJ 'pájaro, persona hablad o ra' 9 , guaraguao· águ il:i', haLLaca, hayarn
él un sign ifi cado pa rticular. Pé rez ( 199 7) se ñala la impo rta ncia d e los cro- 'pan ácido e nvuelto en hoj as d e maíz, cocido en vas ij a de ti e rra· , humocaro 'muj er
ni stas en la incorpora ció n de venezolanismos en los albores de nues tra n a- bella', pim 'co mida a base de hojas' , sanare ' hierba', titiara ' ho ja de bijao', zamuro
cio nalidad ; notabl es so n o bras co mo la Recopilación historial de Venezuela ' buitre'. Es imeresante tambi én la d oc um e ntac ió n de la pa labra mamón 'se mill a'
( 15 8 1) de Fray Pedro de Aguado y b s Elegías de Varones Ilustres de Indias que rec ibe su nombre de la manera d e co m erse, c hupánd o la, ;rn nqu e la p::d abra
(15 77- 1 587) d e Ju a n de Castella nos ( cf Pard o 196 1). Especial rele·,an cia indíge na es maceo.
tiene la o bra de Fray Pedro Simó n (1627) en el co nocimiento temp rnno d e
4. La justificaczór. del venezolanismo. El mismo Colm ena res ( 1989: 72) re fi e re
los venezolanismos; Pé rez ( 1997 : 25-26) recue rda que el Vocabulario de es te
la d efe nsa que hace Bello ( 1972[ 1847]) de la legitimid ad de los usos trad i-
fr ancisca no recoge cien ro cincue nta voces, de las cuales da ex plicaciór, a sus
--- c io na les de Hi:panoamé ri ca. Bello dice:
lectores. La ob ra d e S imó n es lex icog ráfica y cabe d es taca r, por ejem1fo, su
definici ó n d el término criollo, citada por Pérez ( 1997 : 29): Es vocablo de No se c rea querecomendando la conservación del cas tell ano sea mi á nim o
negros y quiere decir persona nacida en La tierra y no venida de otra parte.Entre ta'c ha r J e vic io;o y esp urio todo lo que es peculiar de los americanos. H ay
otras voces citadas p o r este cro nista te nemos, ade m ás, las siguientes locuc io n es casizas qu e en la Penínsul a pasa n h oy por a nti cuad as y qu e sub -
siste n tradicio1almente e n Hispa no-América ¿por qu é pro sc ribirlas? Si se-
Aguacates, ají, arepa, auyama, barbacoa, bahareque, balsa, batea, baqúano,
gú n la prác ti cage neral de los americanos es m ás an alóg ica b co njugac ió n d e
bohío, borrachera, cabuya, razabe, cazique, cacao, canei, canoas, caynanes,
alg ún ve rb o, ¿ro r qué razó n hemos d e pref~ la qu e ca prichosamente haya
caribe, coco, conucos, rnra, chicha, chinchorro, danta, encomendero, gu,rapo,
prev::d ec id o e n Castill a? Si de raíces castellanas hemos for m ad o vocab lo s
guayaba, guacamaya, guanábanas, guaricha, hamaca, hicacos, hurlítán, igianas,
nu evos, seg ún os procede res ordinarios de derivac ió n qu e e l castella n o reco-
iuca, Ladino, maíz, mazorca, macana, mamei, maní, machete, mestizo, r,ohán,
múcura, name, nigua, papas, petacar, pi,ia, piragua, pLántano, pulpen que-
brada, ranchear, tapara, tomates, tot11mas, tuna, rusa, vale, zamuro 6 . 7. Esws indigc:nismos e cn cuc:ntran e n la obra de Galcotto Cei, Vi¡zje .Y drJCnpoón de: las Indias, Je los
afios I SYJ- 1)53. ~ rr ata di: un verdadero teso ro d el léx ico indíge na d e b reg ió n, puesto que mu c h:is
de cst:ts voces n o hbían sido _doc umenradas y ar ras lo fue ron más 1ardc dL' lo gue esc ribe el autor
italiano . /
" No sé si llamuls :íio l,,11tóusw o hierbJ o con junto de hojas" di ce Cci (42 , en D e Sccfan o 2002 :731
G. Se res pera la o n ografía del or igina l, según Pérez( l 9 9 i: 25) 9. Lo inracs=inte es qt.: el sentido fig urado parece ser indígena, tamb ién D e Sre fono (2002: 83-84 )
156 157
nace , y de qu e se ha se rvido y se sir ve co nr in uamente para aument;a r su Co lmenares (1995,: 18) fij a el inicio de la act ividad lexicográfica en 1881, con la
cau dal, ¿qué morivos hay para que nos ave rgo nce m os d e usa rl os? C hiil e y reco p il ació n d e José Marrí en 188 1-2. En esta erapa puede citarse el trabajo de
Ve nezuela ti e nen ta nto derecho como Ar::igó n y Andalucía p ara que se tol e- José Med rana (1883) , Baldomero Rivod ó (1888, 1889), Julio Calcaño (1884) y
re n sus acc id entales di ve rge ncias cuand o las patrocina la costumbre ulllifor- Li s:indro Alvarado ( 192 1, 1929) .
me y auté nti ca de la ge nte edu ca da (Bell o [ l 847 ] 1972)
Sig nifica ti va , dentro de es te período inici al, es la ob ra de Miguel Carmona , su
Este texto lleva implícita la idea de la pe rtene nc ia de es tos vocablos a un núcl eo Diccionario indo-hispano venezolano o venezolano español que inclu ye voces co mo
com ún , aun cua nd o la lengua adq ui era m ati ces regionales caracterís ti cos. En es te adulancia, ahorita, bembudo, botarate, cabuya, carapacho, catajarra, chivato,
se nt ido afirma Co lm enares: " En ve rdad , a Bell o só lo le fa ltó hablar directamente emparamar, hilván, humacera, etc. (en Colme nares l 989:75) . Es te gramático fun-
de ve nezo la nis mos o chile nismos[ ... ] Pero co n el fund amento teórico [ . . ] codi - dó un a nu eva especialidad y dio una nueva orientación a la investigación lingüística
fi có un a no rm a qu e legitim ó definiti va m ente la prese ncia de América como co- e n el país (Pérez 199 7: 94).
munidad autó nom a co n cualidades ecnol ingüísci cas y culturales propias. Y, pa- D igno de reco nocimiento, igualmente, es el tra bajo de Baldomero Rivodó , pues
rad óji camente, salvó , co m o dijo Menéndcz Pel ayo, la integridad del castella- a un cua ndo este autor no parece ser ni el creado r del término venezolanismo , ni
no en América" (Co lme na res 1989: 72). el primero e n utiliza rlo sí fue, según Colmena res ( 1989:77), "el primero en pro-
5. La codificación del venezolanismolO_ La actividad lexicográfica en Venezuela po ner una clasifi cació n que, a pesar de sus deficiencias, puntualizó los propósitos
co mienza temprano, co mo lo señalan autores co mo Colmenares ( 1995) y Pé rez propios de un a le>.icografía venezolana . .. " Ri vod ó usó el cr iterio concrascivo
( 1997). Los c rit eri os e mplea do s por la co difi cación lex icográfiG: del referido a un a provincia o co m arca de un país o nación, aunque algunos usos
amerimnismo, el o ri gen y la co ntras ti vidad, se ap lican de la misma manen a la :iba rca ba n no so lo Ve nezue la, sino tambi én a Co lo mbia, C uba y Puerco Rico . Lo
codifi cació n del vmezolanismo; aunqu e, so bre codo, en las prim eras obras reg io nal, dentro de su co nce pción, no es p o r lo ta n co necesariame nte coincidente
lex icográfica s se coma también en cuenca el prestigio de laJ voces que hm de co n la circ un scripcon territo rial de un solo país , pe ro sí con cie rras características
codificarse. Estos primeros textos son puristas y tienen como norte, poi un a co munes. El · uso pLede ser culto o vulgar y puede proceder de cambios semánticos
parte, la conservació n de la norma penin sular y, por la otra, la adjudiGción en voces castizas , ode indige nismos (Colmenares 1969: 79).
del derecho de di ctar esa norma a un grupo dentro del espacio social, el:le la
- \.
Más ta rde, la obra :le Calcaño (1897) plantea claramente los criterios de uso y
ge nte educada. Di ce Pérez ( 1997: 92): "Es necesario destaca r que con e;.ce p- o ri ge n. So n ve n ezoani smos pa ra este autor "los vocablos no autorizados qu e son
ción de Ca rmo na y d e Rivodó, en lo gene ral, el aspecto cemral de los traiajos d e uso corriente e n el país" y, además, "los que pueden tolera rse, ó por su forma-
de este prim er grupo no es canco la descripció n léxica en sí misma s iw la ció n o por se r signiicativos de cosas o acepciones nuevas" (Calcaño 1897: XI en
descripción mo ti vada po r la prescripció n y la corrección del 'mal' hablai'. Co lmenares 1989:H ). Lo importante de la obra d e Calcaño es haber propuesto
D eben mencionarse , igua lmente, los estudios de Baralt , Diccionario matrizde La el criterio de aceptttión co mo c riterio de selección lexicográ fi ca.
lengua casteiiana ( l 850) v Diccionario dr Galicismos (1855); ambas o brai so n Un hito e n la lexicogafía ve nezolana lo constituyen , sin duda, las o bras de Lisandro
presc riptivas, po r c uanto su idea es mantener la le ngua depurada de vicios. -am - Alva rado , Glosario a voces indígenas y Glosario del bajo espafi_ol de Venezuela, en las
bi én , en es ta co rri e nre puri sta, se encuentra la ob ra de Seijas (1980) DicciOlario cu;iles se emplea n loK:riterios de origen y uso, o co ncrasrividad de las voces; Alvarado
de barbarismos cotidianos, es "una d e las primeras colecciones sistemáticas d: vo - define el ve nezolanimo como un modismo propio del Lenguaje venezolano. Según
ces representat ivas d e un uso ve nezo lano en un diccionario en parce con trati vo Co lmen a res (1989: el trabajo de Alvarado se di stingue por su definición de
e n relación con España y o tros países hispano hablantes" (Colmenares 1989:80). america ni s m o, la d;;ificac ión geográfica d e las zonas dialectales de Venezuela y su
co nsiderac ió n de la vo lució n de la lengua como algo propio, inherente a sí mism a.

I?e una época posceior so n dos obras emblemáti cas, Buenas y malas palabras de
1O. Sobre la codificació11 ele l.,s lengua., indige11as rrnicim o, a Péra ( 1997 )
Angel Rosenblac (l '74 [ l 956]) y Lenguaje coloquial venezolano d e Aura Gómez
158 l 59
Páez Urdaneta ( l 98l l : 142) postul a la existe ncia de siete subs istemas: el subsiste m a
( 1969); más recientemente, los importantes trabajos lexicográficos: Diccúonario
ce ntral, qu e inclu y,e la no rm a c ulea ca raqueña; el subsisrema centro-occide n ta l;
ele Venezolanismos ( 1993) coo rdin ado po r M aría Jose fi n:i Tejera , de la Uni ve 1rsid ad
Ce mral de Venezuela, y Diccionario del habla actual de Venez uela (1994), di e Ro-
el subsi ste ma andlino; e l subsiste ma n o r-o ri e n ta l; e l su bsi te m a zuli a n o; el
subsistema d e los Llanos y el subsistema d e G uaya na .
cío N úñ ez y Francisco Ja vier Pé rez de la Universida d Cató li ca "Andrés Belllo".
Más reciente m ente, Mo ra ( 1996 , 199 7) 11 hace un a clasifi cació n basad a en la en -
En es te ca pítulo, sin embargo, nues tro objetivo no es desc ri bi r los c riterios que se
tonació n. Es ca autora (1 998 : 48-49) ex plica, co n res pecto a la entonación ve ne-
usa n para incluir una entrada en un di ccio nar io di ::d ec tal. De lo que se trata, en
zolana, qu e el índice de variabi lidad melódica, refe rido al mayo r o menor número
es te caso , es de describir, d esde el punto de vista d e lo di alectal, qué es un uso
de flu ctuac io nes d e va ri ac io nes melód icas en la emisió n , permitió distinguir, po r
ve nezo lano . En tal se ntido , hay destaca r la precisa o pini ó n de Rose nblat ex pre-
un lad o , el di alecto de Los And es d e-todos los dem ás di alectos por presentar un a
sada en una ca rta del autor dirigida a G ünther H aen sch (en Colmenares 1989:86),
curva co n m e nos flu ctuacio nes to nales, y, po r otro lad o , el dial ecto de Oriente e n
en la qu e le dice:
relación co n todos los de m ás, po r presentar un m ayo r nú m ero de fluctuacio nes
H emos co nsiderado co mo uso venezolano toda forma que se aparta d el uso to n ales. Indi ca la autora en es rc se ntido que las di fe rencias di alec tales de e n to na-
peninsul ar ge neral o norm ativo , por algún mati z es tilístico o signifi cativo, ción no es tán necesariame n te e n la configurac ió n de la unid ad entonativa, sin o
po r la m ayo r o menor profundidad o frecuen cia de s11 uso o por su potencia- en los distintos niveles de registro to nal d e los di alectos y en la va riabilidad m eló-
lidad ling üística para formar deri vados o acepc iones fig uradas. El h ec ho de di ca por ell os presentada. Mora defin e cinco zo nas di alectales :
que tales usos se den en otros países hispano-am e ri ca nos o en algunas regio-
l. Regió n Ce nc:al: Di stri to Federal y los estados M ir:i nda , Ca rabobo, Arag ua ,
nes d e Es paña no los invalida en nuestra op ini ó n como usos venezo la nos.
Lara , Ya racuy y Falcó n
Para fi naliza r, en relació n con el co nce pto d e venezolanismo , nos acogem )s a la
2. Regió n de los llanos: Estados Portuguesa, Guár ico , Cojedes, Apure y Bar in as
defini ció n de Colmenares (1989 :90), cuando expli ca lo qu e sig ue~
3. Reg ió n Z uliana: Estado Z uli a -
Por nuestra parte, creemos que el venezolani sm o es el m odo de expresu un a
4. Regi ó n de Lc,s Andes: Esta d os T áchi ra, M é rida y Truj ill o
va riante di alectal pertenec iente a una clase que se d efine como inc!Lida en
un subsistema. La clase incluida es el habl a ve nezo lana. La clase incl11ye nte 5. Regi ó n Sud-oriental: Estados Sucre , Nueva Esparta, Monagas, Anzoátegui ,
es el es pa ñol de América que, a su vez, es incluida co n respecto al sistema de Delta Amacuo , Bo lívar y Am azo nas.
lengua es pañola. Además, co m o variante di alecta l, el ve nezolanism ces ex-
Obediente ( 1998b 17) distingue, desde el punto d e vista segmenta!, solo dos áreas:
pres ió n de un a idiosincrasia regi o nal.
la d e los Andes y a qu e co m prende el resto del p aís. La prime ra se caracte ri za,
según el a utor, prinordialm ente po r la no-vela ri zació n de -n posnuclear, a lo qu e
se juntan la no-co1fusió n d e -ly -r impl os ivas y la pres<:n cia (a unque no general
Clasificaciones dialectales
e n esa re g ió n ) de .apical y r asib ilada.
Más allá de la gran divisió n e n dos grandes áreas dial ectales, ci tada ini c ialn ente ,
se han hecho o tras clasificacio nes:

Lisancl ro Alvarado (1929) distinguió, desd e el pun to de vista lingüís ti co ,: uatro


zonas: Oriente, O ccide nte, Co rdill era y Llanos.
1 1. Según V ilb miza1csra clasifi oción difiere de los trabaj os antt·riures por el t.:m plco de: la fonéti ca acú ~-
Obregón ( 198 1) distingue cinco zonas : Cm ero (Regió n C ap ital, Aragua , Mranda ci ca co m o inst rU1enro para la dcl1mi ración dialecral. Se siste1n ari z..1 un hn de rasgos prosódicos qut:
carac te rizan a ca 11 dialecw : primero :::.e aborda el nivel rítmi co rc:m por:11 ~· luc:go el ace nto . Este últ imo
y Carabobo); Sur-occidente (M érida y 1áchira), N Óro ccide m e (Zuli a), 0 rie nte
se es ru dia a parride la sí! Jba accn tuad.1 y sus al reJedores, y se pro po nen st:cuenci Js de co m po rrami ..:n -
(Nueva Esparra y Sucre); Sur (Apure y Guár ico). ro siláb ico e n reb ó n co n la frecuencia fundamenta l )' la du ración (Vi!bmiz.~1r. i.: n pren sa}.

IGI
160
'('

Las clasificaciones anees esbozadas ponen de manifiesto la existencia de difere:n- la totalidad de los ha1blantes como en grupos específicos de la población, iii.- los
cias dialectales. Estas diferencias ·sirven para caracterizar lingüísticamente el ~sp,a- usos innovadores o i,diosincrácicos desde el punto de vista lingüístico, etc.
ñol hablado en Venezuela y mostrar las peculiaridades del habla de cada regió,n,
Cabe señalar, igualm ff: nte, que la caracterización que a continuación se esboza se ha
contrastándola con las otras . En la actualidad, la diferenciación dialectal puede
fundamentado en los: trabajos anteriores sobre la descripción general del español de
estar siendo mitigada por la acción uniformadora de los medios de comunicación
y por la continua movilidad poblacional, especialmente por los desplazamienros Venezuela: (Álvarez et al 1992, Bentivoglio y Sedano 1992, Bentivoglio y Sedano
de los moradores del campo hacia las zonas industrializadas y el cenero del país. 1996, Chela Flores 1998a, Ledezma y Obregón 1990, Obediente 1991, Mosonyi
Según Tejera (1991 :227), sobre todo la televisión "influye en los modos de decir 1971, Rosenblac 1987- 1989, Tejera 1992) y el número especial de Español Actual
de codos los niveles, difundiendo desde las ciudades capitales los usos lingüísticos" . (6911998) dedicado a la variedad venezolana de la lengua española.
La autora opina que los medios dominan el ideal de lengua, un español desprovis-
to de regionalismos , aunque estos mismos med ios son también responsables, en
cierta medida, de la difusión de lo regional. Los rasgos generales

Toda comunidad lingüística, en este caso la venezolana, cal como ya señalamos,


posee rasgos que la caracterizan y que le confieren cierta unidad dentro de la
Una breve caracterización natural diferenciación idiomática. Son precisamente estos rasgos comunes los que
La diferenciación lingüística se materializa en rasgos fonético-fonológicos, nos permiten recon ocer como venezolanos a los hablantes de este país , sin impor-
morfológico-sintácticos y léxico-semánticos propios y caracterizadores de cada tar a qué región pertenecen , ni en qu~ espacio social se desenvuelven. En este
comunidad territorial, de cada grupo social o generacional. Sin embargo, más allá sentido, Bentivoglio y Sedano (1992,776) señalan lo siguiente:
de esta realidad, se impone la unidad sustentada en una base común que no es
A pesar de la parcial diversid\ d existente, es fácil observar numerosos rasgos
otra que la lengua española. De este modo, si se intenta describir el español de
lingüísticos con unes, gracias a los cuales un hablante venezolano se recono-
Venezuela (en adelante EV) , tendremos, entonces: i.- una base' general común a
ce como cal, m importa de qué región del país provenga. LI unidad del
todos los hispanohablantes, ii.- una base común a codos los americanos de lengua
español venezo.ano es particularmente evidente en los hablantes cultos, so-
española, iii.- un conjunto de rasgos que caracterizan el habla de codos los ven:-
bre codo cuanilo se encuentran en situaciones de habla formales o semi-
zolanos más allá de sus diferencias lingüísticas regionales, iv.- rasgos regionalesy
formales .
v.- unos rasgos diferenciadores determinados por aspectos de diversa índole corro
son el nivel socioeconómico, la educación , el cipo de registro (formal/ coloquiaD, Cada comunidad te1drá, asimismo, rasgos lingüísticos que la caracteriza n inte-
el grupo generacional, el género, etc.) riormente. Este hedo nos permite diferenciar las hablas regionales, los grupos
En In que sigue, presentamos los rasgos fonético-fonológicos y morfológic,- sociales, las generaci,nes, etc. Al estudiar la realidad lingüística venezolana, p·o-
sint.,.~cicos más relevantes del español de Venezuela. El aspecto léxico-semáncio, demos distinguir cu:tro cipos de rasgos que determinan nuestra identidad como
por su especial importancia para la caracterización del EV y para la diferenci 1- hablantes. Estos rasg:is, en permanente interacción, son las coordenadas que con-
ción regional, lo consideraremos de manera separada. Muchos de los rasgos a !,s forman, desde el pu1co de visea lingüístico, la sociedad venezolana. Para los fin es
cuales haremos referencia se pueden dar y de hecho se dan en otras variedades di de este estudio, com.remos en cuenta los siguientes: i) rasgos generales; ii) rasgos
español, tanto de América como de España; sin embargo, las razones que ms· regionales; iii) rasgG sociolingüísticos; iv) rasgos situacionales. Muchos de los
llevan a considerar un fenómeno como caracterizador del EV son entre otras: i- rasgos generales del 6pañol de Venezuela, como ya señalamos, se comparten con
la pervivencia de formas no utilizadas o poco empleadas en otros dialectos, ii.- a las demás regiones hspanohablantes pues, como hemos señalado repe tidam ente ,
mayor frecuencia de empleo de una determinada forma o co11strucción tanto a participamos del mimo sistema lingüístico. Veamos algunos de ellos:

162 163
En el nivel fonético-fonológico 12, y en relación con el vocalismo, la realización de
los cinco fonemas vocálicos es bastante censa, de modo que no se producen com- que Venezuela no e!Scapa al "polimorfismi srn o d e la pronunciación de la y [que] es
fusiones de timbre . u n rasgo hispánico casi universal".

En cuanto a los fonemas consonánticos del español venezolano, éstos son dieci- En relación con la imorfología, cabe destacar qu e es gene ral en todo el territorio
siete , once obstruyentes: /p/, /b/, !ti, Id/, /k/ , /g/, /tf/, /f/, /si, /j/, /h/; tries ve nezolano el uso dlel diminutivo -itola (crm·ito , rasita, niñita), excepto cuando la
líquidas /l/, /r I y Ir/, y eres nasales: /m/, /n/, !pi (ef. Obediente 1992b 13 ). sílaba precedente co mienza con <t>, entonces se usa -icola (patico, pelotica) (if. De
Srefano, luliano y G ianesin 1979). Asimismo , los aumentativos -otela y -onlona (carrote,
En cuanto a las realizacio nes, en este nivel son caracterizadores el seseo y el yeísmo.
casotagrandote,Jamí!ión, trabajón, zaperocón. cmaronona), el de pecrivo -uchola (casu -
El seseo consiste en la ausencia del segmento interdental sordo [8], po.r lo tanto,
cha, medicucho) y el acenuativo -oso/a (inr:e!eccua!oso, ma!oso, trabajoso).
no se oponen caza y casa ni cocer y coser. El seseo se realiza mayormente como una
[s) predorsoalveolar, aunque hay zonas ceceantes, es decir que pronuncian una Com unes a todo el ámb ito venezolan o so n tambi én algun os usos ca rac terísticos en
ápico-dental, sobre codo en la región de Oriente y Llanos. Obediente (1998b: la sufijació n (Chumaceiro 1998: 53). Entre o tros, cabe señalar los siguientes em-
14) contempla tres realizaciones de /-si en posición final de sílaba, en el español pleos divergentes en relación con los sufijos significativos: i) un derivativo como -
venezolano: mentazón, en carramentazón, piedramentazón que, por su conformación morfológica,
pareciera ser privativo de Venezuela; ii) orros, de o rigen patrimo nial , pero que en
a. [-s) en la distensión silábica cuanto más cuidada o enfática sea la pronuncia-
Ve nezuela han sufrido una extensión o cambio de su significación primaria, como -
c ión. Está pue s condicionada por el cipo de discurso , la situación
azo, -ero, como en •·ea/ero, 'cantidad de din ero' , -era para indi ca r intensidad co mo
extralingüística y el es tado emocional del locutor. Señala obediente que r.o
en bebedera, comeaera, hambrera, loquera, lloradera, moridera, periquem, loquera;
pocos ve nezolan os co nsideran que pronunciar demasiadas eses finales es sig-
iii) aquellos sufijos que han caído en de~so en o tras regiones del mundo hispáni-
no de afectación.
co, pero que en Venezuela han mantenido o recuperado su vitalidad y productivi-
b. [-h] la variante fricativa glotal es la que predomina, sobre codo a nivel dad, como -i! en r'!porteri!, bomberi! y -menta, como en tierramenta 'gran canti-
conversacional. Es más o menos fuerce según la intensidad articulatoria, dad de tierra' ; iv) s..ifijos utilizados en otros dialectos del español pero en que la
más o menos sonorizada seg_ún el carácter so rdo o sonoro de la consonante variedad venezolam se caracterizan por su aira prod,u cti vidad y fo rmación cons-
siguiente, y si sigue consonante nasal, [-h) tiende a nasalizarse en mayor o tante de derivados, entre ellos destacan: -aje, en ma!andraje, aguaje, perraje, -a!
menor grado . en cambura!, gamdota!, plata!; -azo en tubazo, matracazo; -ear en jamonear,
matraquear, cabear ningunear; y -ería como en pavosería, pavería, traca/ería.
c. El cero fonético se presenta a medida que el discurso se hace inás espontí-
neo, menos controlado y más rápido. Esto se da sobre i:odo en posición firnl C oloquialmente, e adverbio ahora se emplea en forma diminuti va, con diferen-
de palabra o ante pausa (ka'raka 11) Caracas. tes valores temponles: ahorita voy 'voy de inmediato' , lo hago ahorita ' lo h ago
de ntro en un insta1te', !legó ahorita 'acaba de ll ega r'.
El yeísmo, por su parte , consiste en la ausencia del segmento lateral palatal ¡¡¡
dentro del inventario de fonemas del español de Venezuela. Encontramos dil:- En cuanto a l sistena pronominal se obse rva el uso generalizado d e ustedes co mo
rentes realizaciones de / j / según la fuerza articulatoria del hablante en el mome1- plural de tú. Por ora parre, con excepci ó n de las zo nas de voseo y en la and ina,
co de.la elocución que van desde la glide hasta la fricativa, la africada y la ocl usi•a donde usted es la forna preferida, está generali zado el empleo de tú en las relacio-
palatal (Obediente 1998a: 15). El autor cita a Mosonyi (1971: 46) cuando di:e nes informales co i amigos y hasta con desco nocidoS:-El pro nombre uno suele
usarse en su form; masculina, aun cuan<lo lo emplee una mujer: él gana menos
que uno, ella no pinsa como uno.
12. Seguimos, en este segmento, a Obediente ( 1998b) /v1oso nyi ( 197 1: l '5) ex pli ca cómo en el habla co loq ui al venezo la na el pronom -
13 . Para mayor detalle ver (O bediente 1992 a, 1992b; 1998a; 1998b )
bre que relativo se ;e nerali za co mo forma única d e rel a ti vo : tengo 11n amigo que su
164
165
hijo está enfermo, en vez de tengo un amigo cuyo hijo está enfermo;· fa mujer con que uso de ahí co mo marca. discursiva de consenso (dame un cafecito ahi, estu11e bai-
salí es bella, por la mujer con quien salí es bella. Us ual en codo el país es el mal lando ahí con un tipo) (iCf Álvarez 1991 , 2002).
llamado "que galicado", por ejemplo allí es que yo vivo, en vez de allí es donde yo
Sob re el orden de palabras señala Moson yi ( 197 1) la inversión del suj eto y el verbo
vivo, así es que se hace por así es como se hace, de esta casa fue que salió por de esta
después de un pronomlbre interrogativo ¿qué quieres tú? e n el habla de C ara cas.
casa fue de donde salió.
También anoca el uso probablemente d e "o ri gen provinciano " del ¿qu é tú
Muy excendido cambién escá el empleo de la consc ru cción de plural se los, en lugar quieres?¿dónde tú vives?, e incluso ¿tú vives dónde?, que el autor adjudica al habl a muy
de se lo como en se Los advertí con tiempo, se los dije, ecc. Asimismo es frecuence el descuidada. Ocra conscrucción incerrogaciva focalizadora m encio nada por el a utor
uso del dacivo écico en conscr ucciones como el niño no me come, no te me vayas, a es ¿qué es lo que tú quieres?, ¿dónde es que tú vives?, que cons idera de origen popubr.
rravés de las cuales el hablan ce deja traslucir su incerés por la persona representada
Seda no ( 1997), por su pa rre, señala la frecuencia de uso de las expres ion es
por el sujeco de la cláusula (Seda no 1998: 69). Mosonyi (1971: 145) señala el uso
pse udohendidas inve rsas co mo eso es fo que no me gusta, ¿qué es lo que quieres?
de los indefinidos ninguno por 'nadie' y alguno, por 'alguien'.
Bentivoglio y Sedano (1992) señalan asimismo el u so d e la constru cc ión
El adjecivo posesivo con frec uencia se pospone al suscancivo, como en la hermana focalizadora con ser cuando ésce da relevancia al conscicuyente que aparece i nm e-
mía, el carro tuyo y, en algunos casos, se usa una construcción perifrástica en la di acamence después d e esce ve rbo, como e n se dedicaron fue a trabajar, yo quiero es
cual el suscancivo va seguido de un sincagma compuesco por la preposición de y fresas. Esce cipo de co n stru cc ión se ha extendido a codo el país, aun cuando parece
un pronombre perso nal, la casa de ustedes, el hijo de nosotros (De Stefano y habe rse o rigin ado en la región occidental. Igualm ente puede decirse qu e lo usan
C humaceiro: 1992) . personas percenecien ces a los más variados ni veles del espacio soc ial.

Mosonyi (1971: 129) señala el uso amplio y figurado de las palabras tronco y palo, Hay notable va riación en el uso preposicional, del que Sedano (199 7 :369) se ñala
que pierden su carácter léxico transformándose en una especie de aumencativo. "A tres casos: la ausencia de preposiciones canónicas co mo en no me acuerdo (de) la
medida que tal uso se ha generalizado y es tabilizado , tronco y palo han llegado a fecha , (a) mi mamá fe de,ba pena; la muchacha (a fa) que visité ayer. Asimismo se da
perder su significado original, adoptando el arcículo y el género de la palabra califi- la prese ncia de elemen:os (respecco al u so normaci vo) como en creo de que el
cada por ellos, ejemplos una tronco de mujer, un palo de hembra, una tronco de casa''. gobierno sabe fo que hac, y la suscitución de pr;.rosiciones canónicas por otras que
no lo son: quedaron de 'en) verse.
El uso de los ciempos verbales coincide con el del resto de Hispanoamérica. Ade-
más se dan los siguientes empleos, bascance extendidos: i) uso del pretérico del sub-
juncivo en lugar del condicional (pospretérico) e n la apódosis de las oraciones con-
Diferenciación regional
dicionales (Yo fuera al cine si tuviera carro); ii) m ayo r utilización de la forma en -ra
en el precérico y precérico perfecco del subjunti vo (antepretéri co) me dij'o que llegara En es ce aparcado desc ri ., imos aquellos rasgos lin güís ti cos que son cara cteríscicos
antes de que empezara la reunión; me hubiera encantado que Pedro hubiera venido a la de decerminadas regiores del país, es deci r, aquellos que co rresponden direcra-
fiesta; iii) Sedano (1998: 7 1) señala los usos del pretérito simple (caneé) en referen- mence a la diferen c ia cón di aleccal. Dichos rasgos, e n algunos casos, pueden
cia a acciones perfeccivas incluso inmediacas, co mo en mi tía re murió ayer; iv) una correlacionarse con va ribl es de cipo socioeducacivo, generacionales, sicuaciona les,
tendencia creciente al empleo de formas progresivas co mo me estoy yendo, voy salien- ecc. Esca correlación pme en evidencia lo~mplejo del encramado lin güís ti co
do, estoy terminando. El español venezolano se comporca como el resco de América qu e se hace patence en ma comunidad como la venezolana.
en cuanco al uso del fucuro perifráscico voy a venir en vez del sintécico vendré, por-
En lo fonético-fonológco, Obedience (1998b: 17) señala como los rasgos que
que vendré ciene un valo r modal de posibilidad.
distinguen las á reas dialccales, la no-velar izac ión de -n posnuclear y la no- confu-
Ocros rasgos generales del español ve nezolano son la an teposic ió n del adverbio en sió n d e -/ y -r impl os iva e n la regió n andina, y la prese ncia , cambién e n esa zona
co nstrucciones como más nadie, más nunca. Ocro uso caracteríscico del país es el de s ap ical y r asibilada .

!GG 167
Señala Obediente ( 1998b: 17) que las investigac iones más recientes sobre la [-s] común el que un a secrc rar·ia trate de usted a alguien que llama por tel éfo no pre-
14
posnuclear mu es tra n que 1-sl e n los Andes se realiza de la mis m a m ane ra que en guntando por el jefe , pero, que, al conocer del problema del inre rl ornror, le res-
las otras regiones del país, do nde se da un airo porcentaje d e no retención (se ponda mira, mi amo,; mejor llámalo mañana; pero es te tratamient o n o indi ca
glotaliza en mayo r proporc ión que se elid e). El autor señala que aunque en el irrespeto ni confian za , sin o quizás un intento d e ser solidario con el que ll ama .
habla rural el porce nraje de [-s] es moderada m enre superior que en el ha bla urba-
Z ulia , Mérida 1" y Trujillo so n vosea ntes; se usa vos para la intimidad y ce rcanía
na, pues los daros demuestran que no es ve rdad que los andinos pronuncian de
socia l o generacional. Sifll emba rgo , la conjugación de los verbos difiere e n las
manera distinta rodas b s s finales :
regiones, en Maracaibo se dirá vos tomáis, vos comisteis, vos viviréis, mi e ntras que
Si admitimos como c ierro qu e décadas atrás en los Andes se pronunciaban al voseo andino corresponde la terminación sin diptongo : vos tomás, comites, vivirés.
di srinramenre rodas las s finales, como se lee en la mayoría de los artículos Tú indica solidaridad, m as n o intimidad; a los amigos íntimos y a la familia se les
publicados que eraran del tema, debemos entonces concluir qu e estamos en trata de vos (cf Páez U rd aneta 1981) . Páez Urdaneta señala lo siguicnre:
presencia de un cam bio lingüístico en proceso que se está da ndo de manera
El voseo en Venezuela es un fenómeno occidental. Como no es uniforme en
m ás bien acelerada.
cuanto a sus forma s verbales, la intensidad y circunstancias d e su uso , en él se
Exp lica el autor qu e lo que diferencia a la región de los Andes del resto de Vene::''\ hace posible la distinción entre voseo zuliano y voseo andino. El primero se
zuela es la no-velarizació n de la nasal implosiva. Mientras en la mayo r p a rte qel extiende a lo anc ho del Estado Zulia, parre del Estado Trujillo (con inclusió n
territorio venezolano la nasal en posición posnuclear se realiza como [I)J, sobre de la ciudades de Trujillo y Valera), y de manera imprecisable en las regiones
todo, -pero no exclusivamente- anre voca l y pausa. En la región andina, por el d e los Estados Lara y Falcón limítrofes co n el Zulia. El voseo andino se ext ie n-
co ntrario, preva lece la no-velarización . de a lo largo de los E1tados Táchira, Mérida, parte de Trujillo y sur d el Estado
Lara. El resto del paí: es intensamente tuteante y los mismos estados an din os
La región de Oriente y, en m enor m ed ida, la de los Llanos se carac teriza n por la
son predominantemente ustedeantes. (Páez Urdaneta, 1981: 90-94)
neutralización de / -r/ y /- 1/, a veces como rotacismo (pronunciación vibrante de/
1/) como e n cardo por caldo, a veces co m o lam bdac ismo (pronunciación lateral de Tanto Páez Urdaneta ( 198 l) como B\nrivoglio y Sedano ( 1992) hacen referencia a la
Ir/) como en a/te por arte 1
;. diferente valoració n que tie1e el voseo en las distintas comunidades; de esce modo, los
zulianos se enorgullecen d: este uso y lo emplean incluso con los venezolanos d e
En la región central se observa la anteposición del pronombre sujeto que acompa-
otras regiones , mientras q.ie en los Andes dicha estructura no ti e ne prestigio 17 .
ña un infinitivo , especialmente co n ve rb os prono minales, por ejemplo: al él sen-
tarse, sin tú querer, para tú ir al cine necesitas pedir permiso, para yo venir temprano En la comunidad andina se usa max_ormenre el pronombre usted d e m odo qu e
debes llamarme, etc. este pronombre es lo que podría deno\ninarse un rasgo de identidad porqu e dife-
rencia claramente al andi10 de las pers~as de otras regiones. Singular también
Un elemenro qu e en Venezuela delimita regiones es el uso de los pronombres
es el hecho de que los andn os usen, para 'acomoda rse' - para acerca rse al ex traño-
personales. En Caracas se usa usted pa ra la distancia y el respeto, y tú pa ra la
el tú, qu e puede res ulrar110lesro en ,ese caso para otros regionales 18 .
intimidad y la solidaridad. Es decir, qu e se trata de us,eda los desco nocidos, a los
m ayo res y, en general, a la ge nte de m ás jerarquía. En cambio se trata d e tú a los Tierras airas y tierra bajas se diferen cian además por las fórmula s de trata-
amigos, a los familiares y a los igual es. El trato de usted es a veces de muy poca miento. En los And6 se oye su merced, aunque no tanto co mo en Co lombia
duración, porque las relac iones pare ce n est recharse rápidamente . Por ejemplo, es y la Sierra del Ecua<or. El andino trata de usted o vusted h as ta su mujer, los

14. Entre ellos Obediente ( 1992b. 1997). Villamiz.u (19 98) Chda Flores ( l~98 a, b) Freites Barros (2000) . 15. Sobre el voseo en la re g ión:ie 1:1Vigía, Esrado . Mérida . ver Medina ( 1999).
15. Según Chela Flores ( 1998 a y b). el es pai'i ol es l., ú nica le ngua en la que d fenómeno se d a en 1mba.s 1G. Lo mismo encuentra Med 1.1 ( 1999) en su tes is sobre la región de El Vigía - M érid a.
direcciones. l 7. Por ejemp lo, cua ndo el recptor es mayor que el em isor.
168 169
hijos o los hermanos. En cambio el caraqueño, el oriental o el llanero tratan costumbre', o dame· un marroncito ahí 'dame un corcado, como tú sabes'. El uso de
de tú a todo el mundo (Rosenblat 1989: XXVl) este marcador se dai con mavor frecuencia en el grupo de los hombres.

Mayor variación se encue ntra , sin embargo, entre los diferentes grupos
Diferenciación social socioeconóm icos y de educac ió n. En este sentido, pueden observarse distintos
indicadores, variables que muestran distribución regular entre los grupos soc iales.
El hablante se sitúa con su manera de hablar dentro de una comunidad lingüística Por ejemplo, en la reali zación de Is/ encontramos que, en Caracas, una persona
determinada y también en algún sector del espacio soc ial, señala su pertenencia a perteneciente al nivel aleo pronunciará con igualdad de posibilidades (s] y (h] al
un nivel social, un grupo generacional y un género. En los diferentes niveles de la final de sílaba; mientras que si pertenece al nivel bajo pronunciará (h] o cero (cf
lengua: fonético-fonológico, sintáctico-morfológico, léxico-semántico y quizás
Mosonyi 197 1).
hasta en el discursivo, se encuentran elementos que pueden hace r esa carea, los
llamados indicadores, si son inconsciefltes, o marcadores o estereotipos, cuando se La neutralización de /l / y / r/ en posición implosiva , la cual explicamos anterior-
dan en un nivel mayor de conciencia. Claro está que su frecuencia es mínima con mente, es más o menos ge neralizada en la región Oriental y de los Llanos , en el
respecto al cuerpo de la lengua y que la variación ocupa un lugar muy pequeño,. resto del país está correlacionada con factores socioeducacivos. Para Obediente
de otra forma la comprensión sería imposible. \ ( 1991: 198) "este fenóm eno es más o menos general entre la población no educa-
da de todo el país (excepto en los Andes), incluso entre la gente de cierto nivel
Un factor muy importante para la variación es la edad de los parti cipantes en el cultural en los Llanos y en Oriente".
acto comunicativo. Para saber cómo se vislumbra el cambio se utilizan conscruccos
teóricos como el del tiempo aparente, que supone que el habla de las generaciones También es de poo prest igio lin güístico la elisión de /d/, en las terminaciones -
es un cuadro icónico del devenir de una lengua. De acuerdo con esto, al es:udiar ado, -edo, -ido y -uio, como dormía, deo, soldao, etc.; y se da en los·grupos co n
el habla de los jóvenes, o de los viejos, proyectamos lo que sucederá o de b que . menor nivel educa:ivo y en los registros menos formales.
sucedió en el terreno lingüístico. Por ejemplo, en Venezuela, 'chumace iro (l 990) Se observa, . en el htbb de los grupos coh menor educación formal, la adición de
estudia la variación -ría/ -raen la apódosis de las oraciones condicionales, y muestra una s en las form ,s de:: segunda persona del singular del pretérito perfecto de
que existe en los jóvenes una mayor tendencia a utilizar la forma en -n, así, indicativo: jugasteJ comistes, reístes, etc. Este fenómeno se produce por analogía
tienden a decir si me ganara la lotería viajara a Alemania, en vez de la :a rma con el resto de la5 construcciones de segunda persona y pareciera haberse ido
canónica en -ría: si me ganara la lotería viajaría a Alemania. extendiendo a ocres niveles soc ioeducacivos .
Hay elementos que varían según el género de los hablantes: las mujeres y los La pluralización d : haber (habían muchos, hubieron heridos), igualmente, se ha
hombres se diferencian a veces hasta el punto de constituir grupos sociocul tHales extendido en el esracio social y par~ra ir perdiendo su estigma. Con el verbo
·diferentes. En este renglón encontramos usos sobre todo léxicos: los adj:civos hacer (hacen años,hacen malos días) sucede lo mismo que con el verbo haber, es
como cuchi, lindo, precioso, parecen ser preferidos por las mujeres. En los Aldes, decir, que los habances han dejado de cons iderarlo un verbo impersonal. (cf
por ejemplo, se ha observado que las mujeres tienden a saludar con holi más Obediente 1984 , \enci voglio y Sedano 1989). Este uso ha pasado, en muchas
frecuentemente que los hombres, pero, claro está, esto depende de las molas y regiones del país, ;co nsidera rse co mo correcto.
no está de ningún modo dicho que estos usos excluyan a un gr upo de gmero.
El dequeísmo coni~ce en colocar la preposición de entre el verbo o expresiones
Asimismo, se ha observado que el uso de la partícula ahí en su uso no-locaciv~ sino
verbales y la cláusua subordin ada. Esto sucede en construcciones con verbos como
como señalizador de consenso 19 , se da más entre los hombres que entre las m1jeres:
afirmar, creer, pens.r, ser facil. Por ejemplo: desear de que venga antes de la reunión.
pasamos toda la noche bailando ahí con el sentido 'no hicimos más que bailar, cono es
Este fenómeno qu· ajuicio de Bencivoglio (1981) tiene variada causal idad Y está
más extendido ente los hab lantes de clase media co mo manifestación de insegu-
19. En el sentido de Álvarez (1991) ridad lingüística yilcracorrección.
170 17 1
Aun cuando en el habla elle Venezuela la tendencia en cuanto al empleo de las
En españo l de la mayo ría de las regiones, se expresa la posesió n e n forma analíti.ca
formas del pretérito del suibjunrivo pa rec iera inclin arse al uso de -ra so bre -se
el niño de Carmen, o bien e n forma sintética su ni,ío. La form a a nalítica postpu estta,
(Navarro 1990) , en los es tilos m ás formal es -o rales y esc ritos- y en los medios de
el hijo mio, el niño suyo, se usa muy frecuentem ente en Ve nez uela en la convers;a-
comunicació n , se evidencia un uso creciente d e -se, sería indispensable que se cam-
ció n y, seg ún D e Stefano y C humaceiro (1993) , es te uso a po rta un mati z cele
biase el regla /¡unto, seguramente me hubiesen castigado si no h ubiese ido.
cont raste que no presenta la forma antepuesta. El presti gio, co m o se ve, es emi-
ne ntem ente social y no está relac ionado con la funcionalidad d e la lengu a. En la escritura se emplea el futuro de subjunti vo e n -re con va lo r hipotético, que
_ él hubiere mantenido tal planteamiento lla ma la atención, no parecía que hubiere
Ta mpoco tie ne prestigio el empleo del ve rbo ser como aux ili ar e n co nstru cc io nes
estudiado en el exterior (Rosenblat, 1989 X IV) .
e n qu e la norma general exige el uso de haber: fuera ido e n lugar d e hubiera ido,
mejor fuera venido ayer (Bentivogli6 y Sedano 1996: 124). En relació n co n los registros informales, Seda no 1998: 74 me ncio na un grupo de
adverbi os y fr ases adverbial es qu e so n carac te rísti co s. Entre ello s puede n
mencionarse: de repente para significar 'a lo mejor': De repen te salgo, si me provoca;

Factores estilísticos y situaciónales a juro, por 'fo rzosam ente' tengo a juro que hacer la tarea. Los ve nezo lanos tienden
a ser creativos con el lenguaje y a regodea rse en los usos ling üíst icos de moda.
La rea lizac ió n de un a variante dep ende much as veces no de las ca racterísticas
personales o sociales d e la persona que habla, sin o del con tex to en el cual se d a el
acto co municativo . Como se sabe, hay generalmente un a co rrelació n entre lo
El léxico como factor de diferenciación
so cial y lo estilístico , de modo qu e e n el habla in for mal se usa n frecuentemente
va ri antes que pueden tener poco prestigio soc ial, miemras que en el ha bla fo r- Las palabras so n marcas d e idencidad , id e ntifica n y dife re ncia n a los hablantes. El
m al, c uand~ el emisor le pone esp ecial cuidado a la forma de lo que dice o esc ribe, léxico d e un a lengua reflej ~ la naturaleza, la histo ri a, las costumbres y, so bre todo,
se usa n va riantes de mayor prestigio . la manera como una comunidad se pe rci be a sí mism a y aq uello que la rodea"º.
Para Colm enares (1994: 68)
U no de los rasgos que varía según el estilo es la realizació n d el fonema /s/. El for.o
[s] es, como ya dijimos anteriormence, la realización que co rres ponde al patrón de El léxico es sin duda, d componente m ás permeable de un sistema lingüístico .
co rr ecció n y de prestigio, por lo que se oye m ás fr ecuentemente en situacion~s Es un conjunto no firito que , frecuentemente, se defi ne co mo inestable por
for m ales qu e en si tu ac iones m ás sueltas , en las conversaciones familiares y e ne-e
los am igos, mientras que se da más la aspiración [h] o el cero fonético en lis 20. El terren o del léxico h a sido .m pliamente eS1u d iado en Venezuel a (cfC o lmenares: 1995. 1996, Pérez
situac iones m ás informales, dependiendo , claro está, del espacio soc ial del q1 e 1992, 1997, Tejera 1992). C mo m encio namos anre ri ormente, los primeros rra bajos de descr ipción se
reali zaro n en el siglo XIX, nuestra de ello son el Diccion ario ln do-húpano o venezolano espatíol de
provie ne n los hablantes y el contexto lingüístico del segm e nto.
Miguel Car m ona ( l 8 5 8) , las4powuiorw p ara fa crítica 1o bre el Lenguaje mararn 1bero de José Domingo
Medrano ( 1883) y, mu y espe ialmentc, El castella no en Venezuela de Jul io C alca ño ( 1897). Durante el
En los medios de com unicac ión se observa la in co rrección de pronunciar co n o
siglo XX, más all á de nurn eosas o bras mo nog ráfi cas y de glosarios . d esracan la o b ra fundadora d e
un segm e nto labi od e ntal la letra <V> . Este ienómeno se debe ciertame nte a lo qte Lisandro Al varado: Closari1de voces indígenas de Venezuela ( 192 l )y fo¡ ClouzrioI dd bajo español de
Rosenblat lla m ó el "fetichismo d e la letra" (cf Obediente 1992). Venezuela (l 929) y la arn/ia y acuciosa in ves1igación lexicográfi ca llevada a cabo durante más d e
treinca años por Ángel Rose blac , qu ien, co m o dij o Pi cón Salas, "se ac~rcó a n ues tra leng ua viva no
Otro fe nómeno obse rvado en los m edios es el d e la esdru;ulización, el despl aZl- sólo con rigu rosa ac titud c ie cífi ca si no co n sim pací a de poe ta". Su obra fue p u blicada como Bum as y
mala, palabra, en el caste!lan de Venezuela en 19 56 ( 1960 y 1969) . Reed itad a co mo Em,dio, wbre el
miento hacia la izq uierda d el acento de la palabra. Esto obedece al a buso de énh- habla de Venezuela. Buenas ; mala, palabras en 1987-1989 . Más recientemente, el Diccionario de
sis qu e ca rac teri za el le nguaje de nuestros medios de comunicación, qu e ha ere.- venezolanismo, (l 983 - 1993) di r igi d o por María Josefina Tejera y el D iccio nario del habla actual de
Venezuela ( 1994) realizado pr Rocío Núñez y han cisco J avie r Pérez. Todas <S1as obras no solo han
do un a es pec ie de di alecto artifi cial , en el cual úniversidad, dérnocracia y sénsacior.zl
hecho posible el co nocimiem detallado del léxi co del ve nezolan o at endi endo :i sus aspectos más rel e-
so n palabras "esdrújul as" (O bediente 199 2: 44). vantes (o ri gen, ubicación gegráfica . registro de habla en el cual se utili za n las voces. etc.). sino qu e
han co ntribuido a diferencia la variedad ve nezo lan a de otros di a lee ros del es pa ño l

173
172
la facultad que posee para modificarse. La lista de los elementos que lo comsti- gen indígena que es e1mpleado en codo el territorio; iii.- un grup o de voces de
tuyen es, por tal razón , teóricamente ilimitada. Paradójicamente, tambiéin es procedencia africana , i¡guaÍmente diferenciador. El segundo mome nto , incluyen-
uno de los rasgos que más rápidamente se vincula con la identidad de 1una do el presente, en el cua.l se producen, por una parte , las creacion es idiosincrásicas:
comunidad o de una región, sobre todo a nivel de lo psicológico y lo ernológ;ico. derivados, compuestos y neologismos y, por la otra, los préstamos de o tras len-
El léxico del ve nezolano es entonces un importante marcador de identidad, ,que guas, especialmente de l inglés durante el siglo XX y del fran cés en los siglos
cumple una doble función: i) diferenciadora, por una parte, en canto permite
XVIII y XIX .
distinguir a los venezolanos de otros hablantes de español e, incluso, dentro del En el nivel del léxico actúan , de manera permanente, dos fuerzas lingüísticas con-
propio país hace posible ubicar a los hablantes de acuerdo con la región geográfi- trapuestas: una que lleva a la conservación de los el ementos y las es tructuras exis-
ca a l~ que pertenezcan; ii) unificadora, por la otra, ya que nos identifica como tentes y otra que propicia la innovación, la creación de nuevas voces , recurriendo
una comunidad lingüística con carácter y fisonomía propios. a los procedimientos morfológicos del español. Así, la deri vac ió n, la composi-
A la pregunta de cómo se puede caracterizar, en líneas generales, el léxico del ción, la creació n de neologismos y los préstamos contribuyen, día a día, al
venezolano, Rosenblac (1987, XXIII-XXVIII) destaca, entre otras, las siguientes enriquecimiento del léxico del español venezolano.
tendencias: En este sentido, Pérez (1998: 87) señala dos aspectos que definen al español de
a.- doble carácter: por ~ na parce, innovador y creativo; por la otra, conservador. Venezuela como "una variedad de habla con rostro propio." El primero de ellos es
Son numerosas las innovaciones dentro del propio sistema de la lengua es- su configuración mulcidialectal que da lugar a la diferenciación ; así, puede ha-
pañola. blarse de un léxico caribeño y otro andino . El segundo corres pond e a "la riqueza
de modalidades y condiciones de uso donde el léxico venezolano nos permite un
b.- profusió n de términos genéricos
reflejo de sus valores mis caracterizadores: permeabilidad al cambio , adaptabili-
c.- propensión a la expresión figurada , a la hipérbole, al b<!rroquismo expresi- dad a la neología, y creatividad dentro de un contexto de respeto a las tradiciones
vo e, incluso , al humorismo. lingüísticas".

No se puede hablar del léxico del español de Venezuela sin decir que tiene ma La diferenciación léxica se hace presente a través de codo el territorio venezola-
fisonomía propia, un carácter particular que le viene dado por los procesos d, su no, sobre todo en los etmpos de la alimentación, la vida cotidiana y el trabajo.
conformación y de su posterior desarrollo. En este sentido, el habla del venrzo- Tejera (1992: 74) hace :l siguiente planteamiento para explicar las razones que la
lano se ha ido conformando durante cinco siglos, y su formación ha sido conse- originan:
cuencia de desarrollos diversos, tanto lingüísticos como sociohistóricos. E:tos Las diferencias qu: se aprecian en la geografía son perceptibles en la entona-
momentos de desarrollo del léxico , a grandes rasgos, son dos: El primero ¡ue
ción, en la pronun::iación y el vocabulario . Las diferencias se deben a: !) la
comprende: i.- la base hispánica inicial, incorporada durante los períodos cr
la
situación de aislaniento de las zonas; 2) las divisiones territoriales; 3) el
conquista y la colonia . En general , este léxico básico, compartido con todoslos sustrato indígena; i) el origen de los pobladores y las oleadas de inmigrantes;
hablantes de español, favorece la unidad de la lengua ypermice la intercomprens:Sn. 5) los centros de c1ltura que hayan existido o existan en la zona.
En algunos casos, las voces de origen hispánico se han conservado en Venez1ela
a diferencia de la Península donde han desaparecido; en Venezuela, tal es el uso La diferenciación está er permanente juego con el influjo unificador de un léxico
de los mal llamados "arcaísmos 21"; ii.- el aporte de las lenguas indígenas, el (Ual general que proviene dda región capital. Así, el habla de Caracas ha constituido
contribuye a la diferenciación regional y local, aun cuando hay un léxico de ,ri- hasta nuestros días la prncipal norma en relación con el léxico. Esca hegemonía
de la capital se sustent: en el hecho de que Caracas, además de ser el centro
político administrativo,:s la sede de los principales medios de comunicación de
21. Cf. Pérez Go nzález 1978 . difusión nacional: prem, televisión y radio.

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.. la capital de la República ha ejercido un a supremacía impositiva en cuam- indigenismos co nno elementos diferenciad o res del españo l de Ve nezuela,
to a las denomin acio~es d e las realid ad es, a los modos sacralizados del decir Rosenblat (198 7, XXV) señala:
ve nezolano y a la construcción d e la expresión léxica del país. [ ... ] Es1ta Cada regió n ameriica na tiene sus propios no mbres para la fl ora y b fa un a,
situación, sin embargo , co mien za a ca mbiar, y el dominio absoluto del ha- po rque su s árbol es, sus flores , sus frutos, sus pájaros, co nstituye n su nota
bla de Caracas e mpi eza a pe rm ea rse . Puede decirse que el desarrollo más original y ca rac terística. Muchas de las d es ignac iones ve nezo lanas so n
sociohisrórico y cultural de o tras metrópoli s nacionales se está imponiendo también antillanas, bien porque proceden d e los indios arahu acos y caribes,
rambién en su faz léx ica. Maracaibo, Va lencia. Mérida, San Cristóbal, co munes a Venezuela y las Antillas, o porque las trajo el conqui stador es pa-
Barqui simero , y, más parcamente, Puerto Ordaz, Maturín , Puerro La Cruz, ñol, que pasó en las Antillas su primera etapa de acl im atació n americana, o
están consolidándose co mo focos de irrad iació n de un léxico propio, carente porque pasaro n de Ve nezuela a las Antillas e n los cuatro siglos de co ntacto.
del estigma de lo regional. (Pérez: 1998: 86 -8 7) Por ejemplo: yuca, cazabe, arepa, cabuya, caoba, bucare, caimito, a11ón , gua-
nábana, maguey, mamey, merey, guamo, guácimo, ceiba, totuma, papay a, man-
Co rno se deduce de todo lo anceriormenre exp uesto, el léxico es el nivel de la
gle, sabana, comején, iguaJa, nigua, jején, cocuyo, acu re, guabina, carire, cai-
lengua donde se produce m ayor número de cambios y donde más fácilmente se
mán, tiburón. colibrí, morrocoy, guacamaya, y muchas más . Y hasta hay una
pone de manifiesto la histo ri a de una co munidad de hablantes. En cuanto al ,
voz indígena de Verrezuela que ha tenido rara y brillante fortuna po r el mundo :
español de Venezuela se hace n patentes en un gran co njunto de voces de diferen-
butaca, de los indios cumanagotos.
te procedencia y o rige n, que hoy forman parre del acervo lingüístico del venezo-
lano, ejemplo de ello lo constituyen: Co mo ejemplo de la diferenciación regional co n base en las lenguas indíge nas
Jenrro del territori o venezolano , Tejera ( 1992 :7 4) d esraca el hecho de que se
J. - Aquellas voces castellan;is qu ~ dej aro n d e usarse en la Península , mientras en
llam e aripo y achiote, en o ri ente, a lo que en el resw del país se dnigna co mo
Venezuela mantienen su vigencia: afeitarse por cortarse el pelo; candela por
budare y onoto, respectiva mente.
Juego; dilatarse po r tardar, latir por ladrar, mata por ár~ol, plata por dir.e-
ro, etc. Dice Rosenblat: 3.- H ay, también, um herencia africana que se manifiesta principalm ente en
los campos léxico: relacionados con las costumbres y la vida cotidiana. E n
... aunque parezca paradójico, [...] ~l castellano d e Venezuela conserva una !'f:-
el es pañol venezolmo, se han encontrado unas c ie n voces de origen afri ca no
rie de formas que ya ha abandonado toral o parcialmente el castellano genenl.
(Álva rez 1987). Algunas de uso corriente en Venezuela, son: banana, fruta;
[... ] El ve nezolano, por ejem plo , dice y escribe escogencia. El español que lle~a
bemba, despecri vc, de labio grueso y tos co; bilongo, birongo, hechizo; bongo,
a estas tierras, hab ituado a su elección o seLección, rro sabe que así decía Alform
tambor pequeño, ~mbarcación; bululú_....tumulro , escándalo; cachachá 'pero-
el Sabio y tiende a co nsiderarlo una innovación. El español se sorprende fe les, rrasro s';cachirrba, pipa, probablemente po r la idea de recipiente; cachimbo,
que un venezolano pueda estar bravo, porque eso le evoca la bravura del too, pipa ; el d edo qu e e chupan los niños; cafimga, bolliro de masa, co n ca mbur
[... ]. El español, has ta el siglo XVI[!, prefería aplanchar y de pies, y hoy,al mad uro y coco , ,nvuelro en hojas de ca mbur; calalú, so pa de vegetales;
encontrárselos en Venezuela, le parece n extraños o vulgares ¿Dónde estáel calembe, calzó n curo para trabajar, ropa mu y usada; cambur, fruto; candringa,
pecado¡ El pecado esrá en que Venezuela co nserva las formas tradicionales yel diablo; terrible; ctrángano, instrumento mu sica l; coco, fantasma para as ustar
castellano de España ha innovado (Rosenblac: 1989,X- XI ). a los niños; conguocho, insecto; cumaco, tam bo r; cumbe, as iento de negros ;
2.- Además d e las voces indíge nas de uso general, tomate, chocolate, papa, agra- cunenelcuneno, niio pequeño; chachachá, ba ile; chéchere, baratijas; chévere,
cate, que lejos de diferenciar unifi ca n a los hablantei de español, se uriliz. n bueno; chimbo, mio; chimbangle, tambor; quimbombó, planra; denguee n-
voces de las lenguas aucócronas co mo cazabe, hayaca, guanábana, mapte, fermedad, remblde ra; .fa.lía, tonada ; fanche, o mida; ganga, algo barato ,
manare, totuma, etc. Estas voces, que rodav ía d esignan realidades heredaas mare ria inútil , ranb ién 'gallina'; guarapo, beb id a; gua.yayo, café chro ; guinea/
de las culturas originarias sí co nstitu ye n regionalismos . En rela ción con '.>s guineo, gallina; jz.aí/fufo, hechizo; mal d e ojo; algo raro; macundales, trastos;

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macuto, cesto ; malanga, planta ; mambo, bail e; mandinga, diablo; marimba, ri ca nos, el co ntacto prin cipal del castell a no en nu es tro país ha sido e n los
(
instrumento musical; merengul-2. dulce, baile; mondongo23 , callos;; ñame, últim os año,s, co n el in glés americano. Muchas exp resion es de esa le ng ua se
( verdu ra; ñere-ñere, poco dine ro; quilombo, burdel; sam bu mbia, co mida re- co nsideraro1n necesarias para designar objetos , ope rac iones, circunstanc ias y
( vuelta. hechos rela c ion ados co n la vida mode rn a, términ os que luego se impl anta-
( 1 4.- La influe ncia d e poste riores inmi grac ion es se pone de manifiesto en los ron e n sus nes pecti vos ámbitos, un as veces co nse rva ndo los rasgos d e la len -
préstamos de difere ntes lenguas qu e ha n entrado por di ve rsas razones en gua o ri ginal y, otr as veces, adoptando los del caste lla no. La influ e ncia del
( 1

contacto con la var iedad ve nezo lana. inglés se produce principalm ente en cie rtas di sciplinas, como la economía,

"
4. 1.- Co mo co nsecuen cia de nues tra es trec ha relació n co mercial y política con
las finanzas y la técn ica para designar objetos es pecíficos, como los electro-
domés ti cos o las partes de las máquinas qu e se introducen con su no mbre
los Estados Unidos, ha en trado tambi é n un a se ri e pala bras de empleo coti- ex tranj ero (Teje ra, 1992:84) .
di ano, añadidas a las que la leng ua ge ne ral ha adoptado del inglés, co mo
bisté, bonche, celular, espray, estrai, ful, guachzmán, guáter, hit, j onrón, lunch, 4 .2. - D el ri co y profundo co ntacto cultural co n el fr a ncés provienen prés tamos,
okey, penthouse, rin, rinse, suiche, teipe, ve rbos co mo aplica r, tipear, etc., y hoy totalmente ada ptados a la morfología del espa ñol, como: creyón, papel
otras muchas de uso general en el país, qui zás más e n las zonas urbanas (cf , tualé, p etipuá.
Pérez González 1989). Ya lo decía Rosenbl at: ' 4 .3.-A ra íz del auge petro lero se genera la inmi grac ió n de europeos . Llegaro n
También llam a la atenc ión en Venezuela la gra n ca ntidad de voces de origen es pa ñoles, ¡::ortugueses e itali anos principalmente a rtesa nos, albañi les y pe r-
inglés (mejo r dicho, norteamericano). No só lo las d el d eporte (sobre todo so n al de se r, icios, ll egados e n los años cinc ue nta (Moso nyi (197 1: 17 2) . La
las del basebal~, de los negocios (de de chequear, qu e está despla~ando al inmigración itali ana ac rece ntó no tablem ente nues tro léxico , espec ialm en te
galicismo controlar), o de la industri a (la petro lera, etc). H ay una verdadera el relacionado co n la co mida, tal es el caso d e: brócoli, canelones, chao,
inundación de anglicismos, hasta en la casa del más se ncillo ciudad.no, a un espaguetis, nezanina, ñoquis, pasticho, piz:w, etc.
en el apa rtamento más humilde: el hall, el living, el pantry, el clóset, e' seibó, el 4.4.- Otras voce5 extranjeras incorporadas al es pa ñol ve nezolano son delicateses,
estar, sin co ntar partes m ás excusadas. Y no hay que olvidar los anglicismos estrúdeL, kúde,garten (d el alemán) y probabl e me nte arragairon en el uso
enmascarados, como las plumas fuentes, las fuentes de soda, y los perr1s calien- p ala bras espñolas de origen portugués ·por la in tensa inmigración lusita na,
<.
tes (Rose nblat: 19 87, XXVII). por ejempk botiquín, íngrimo, papagayo, etc.
(
Y sobre la in co rp o rac ión de extranjerismos, M aría Josefina Tejera señcl a lo si- Ha habido en el .éx ico del es pa ñol venezo lano, alg,u n os cambios se m ántico s res-
(
guiente: pecto a la lengua ~e neral. Así, por ejemplo tener o sentir pena se emplea tamb ié n
e 1
por 'tener o se ntr vergüenza' ; provocar se utili za tambi é n co mo 'a petece r, tener
Otra fuente de divergencias entre los di ve rsos dialectos son las pahbras ex-
tranjeras que cada dialecto inco rpora. En es te se ntido hay que desucar dos ganas d e algo'; piar signifi ca tamb ié n 'equivo ca rse, no atinar, castigar co n go l-
ámb itos: el culto y el po pular; y dos formas d e penetración: la o ra l,la escri- p es'; arrecho se enp lea pa ra referirse a 'perso na co lér ica o valien te, as un to difícil ',
ta. Debido, en primer lugar, a la hege monía de la cu ltura n orteanericana etc. Po r ejemplo,fejera ( 1992:72) d estaca que la palabra botar ha adquir ido ve in -
en codo el mundo y, luego , al auge petrolero que at rajo a mu cho s ncrtea me- tiún significadosnuevos qu e se d esco nocen en el es pat°1 ol de España y probab le-
mente, a lgun os <e ellos; en otros países de Hispa n oa m é ri ca.

Muchos so n los qemplos d e creación morfológi ca po r d er ivac ión y composic ión;


22. Corom in as: "Probre. del fr. , mérin gue, 179 5, de o rigen in cicno . algunos de ellos o n prese ntad os por Bentivogli o y Sedano ( 1996: 127)
23. Reiterarnos lo dicho en el capítu lo 4: Co ro mina.s dice al respccro: "La etimo logía de e s t as>alabras es
bastant e segu ra; la de mo ndongo lo es m ucho meno~t Frago la co nsid era de "arraigad y gene ral H ay var ias :reaciones de rivarivas que convi e ne sc 1íala r a) está bas ta n te ex-
esri rpe española" (Frago 1999: l 99). te ndido el 1so d e una pa labra co mo gastivo (es una persona muy gastiva)
17 8 17 9
[... ].b) también lo está el termin o comilón -en luga r de comelón- del verbo
come r [... ] , y e) una derivación muy productiva por la vía m etafó ri ca es la Como muestra d e la citada crea ti vidad r ex presividad del ve nezo lano M árqu ez
qu e surge a partir de muñón: amuñuñar, signifi ca 'apretar o juncar varias Rodrígu ez ( 1994: 27) registra, entre o tras, la s siguie nres expresiones idiomáticas
cosas'; también por extens ió n , 'dar muestras efusivas d e ca riñ o' [.. .] Entre
Para referirnos a situac io nes ge ne rales co nfusas, peligrosas, difíciles [ ... ] em -
los comp uestos léxicos ve nezolanos, podemos menci o n a r los siguientes: a)
pleamos expresio nes co m o estar las cosas color de hormiga, no estar la masa
cristofué y querrequerre, términos usados pa ra des ign ar dos aves tropi ca les para bollos, e re. Tambi én las situac io nes persona le suele n da r o ri ge n a ex-
[... ] por ex tensión m etafó rica, querrequerre, se emp lea pa ra h ace r refe rencia
presiones mu y p eculi a res . Es,ar en La carrapLana sig nifi ca hall a rse en la mise-
a un a pe rso na qu e protesta por todo , b) rabipelado ' m a mífe ro del o rden de
ria, en situac ió n deplorable . Lo mismo significa estar /adrando. Parecidamente,
los marsupi ales' r . }.
y c) jalamecate y chupamedias, palabras e mpleadas para estar como lo ro en estaca alude 3. una situac ión de inco modidad. En cambio,
denomina r a las personas aduladoras.
estar como mono con huevo alud e a un a situ ac ió n regocij ad a y feliz [... ] D e
Igua lm ente, ca be des ta ca r los num erosos n eo logis m ;;; espichar 'desinfl a r', quien se aco b arda inespc radame11te se di ce qu e se le enfrió el guarapo. Y
curucutear, ' revisar por curiosidad las cosas aje n as' y pichirre 'taca ño' co n sus d eri - cuando algui e n está e n peligro[ .. . ] suele d eci rse qu e está en pico de zamuro.
vad os pichirrería y pichirrear (Be ntivoglio y Sedanó, 1996: 127)
Co mo puede sup o nerse, estas creacio nes están prese ntes en el habla coloquial ,
Ene re la~ oces que pueden se r co nsideradas como venezonalism os, Pé rez ( 1998 :90- dándole un roqu e li gero, pictó ri co y d ive rtido. Entre las unidades fraseoló g icas
9 1) incluye las sigu ientes: A juro, arepa, bonche, budare, burda, .cachito, cambur, destacan las locuc io nes , que so n esrru cturas fij as co n d o ble significad o: litera l e
caraota, casabe, catire, chamo, chévere, chucuto, chuto, cobija, cónchale, corota, idiomático:
descambu ra1; despelote, encaletarse, entrépito, fundamentoso, gafa, galfaro, gandola,
Aguár(sele) el gi,arapo (a alguien) aco bardarse'
guaral, guarapo, guaya, haltaca, incentivar, jojoto, jujú, !eco, Lechosa, manguarear,
Ponerse la arepa cuadrada ' hace rse difíc il ga narse la vid a'
morocho, musiú, ningunear, ñapa, onoto, pabeLlón, papelón, querrequerre, relajo,
retrechería, rochela, salido, sampablera, tagua ra, tripocho, tuyuyo, yuca, zamuro, Echa r(le) bola í a algo) ' hace r algo co n co raj e'
zaperoco, y zarcillo. En los ve nezolanismos léxicos se pone especialmente de m a- Parar bola 'prestar atenció n'
nifiesto la creatividad lingüística del venewlano.
Pelar bola (s) 'e1uivocarse'
O tro aspecto, es el frecuen te y numeroso empleo de unid ades fraseológicas d e
Llevar Leña 's tfrir calamidades'
distinto tipo. Al igual que el léxico, la creación fraseológi ca es un marcado r de
identidad, que pone en evide ncia la manera de ver el mundo de una comunidad, d e Llegar al llegad,ro 'po nerse la situ ac ió n mu y difíc il '
ex presar de m a nera plástica y sugestiva su experiencia de la realidad, por complica- Menear La matt ' hacer cambios drás ti cos'
da D dura que esta sea. En el habla coloquial y también en registros medianamente
H alar mecate 1dul ar'
fo rmales co mo la prensa escrita, se utiliza n variadas loc ucio n es, fr ases proverbiales y
Más diflcil que~asar el páramo en escarpines 'acció n d e mucha dific ultad '
refranes con la finalidad de hacer más efectiva la comunicación o de transmitir
informació n compleja en pocas palabras. El empleo de este tipo de expresiones Las frase s prove rbi aes so n co nstruccio nes co n se ntido co mpl eto que permite n
idiomáticas obedece a razones lingüís ticas diversas co mo logra r mayor énfasis, relacionar un texto o n ex perie nc ias d e la vida cotidi a na:
precisió n semán tica o efectividad en lo que ,e q uiere tras mitir, o, incluso, como un
Después de buro muerto la batea de maíz 'so luc ió n qu e ha llegado ta rd e'
recurso prag mát ico, m ediante el cual , al em plea run a unidad fraseo lógica, se comu-
nica información que no se expresa explícitamente. Mediante este uso "encubierto" ¿Qué es una ra_...-i más para un tigre? 'tene r d efec tos e n exceso'
o implícito, el que hab la queda liberado de responsabil idad so bre lo dicho, al tiem- Estar como caúán en boca de cal'io 'esta r al acec h o, preve nido'
po que respalda sus afirmaciones en el amplio y particul a r sa be r popular.
Estar más caliete que plancha de chino 'Estar mu y d isg ustado'
180
181
(

( Llorando y vistiendo al muerto ' hace r las cosas co n rap idez' ... can to po r lo ,que co nserva co mo po r sus inn ovaciones, el caste llan o de
Ve nezuela tiene !fiso no mía propi:i, cs til o p ro pio, dentro d el cas tell a no gen e-
Si no te agarra el chingo re agarra el sin nariz 'n o habe r alte rn ati va'
ral de Amé ri ca. U n ve nezolano no se co nfu nd irá nun ca co n u n co lo mbiano,
Matar el tigre y tenerle miedo al mero 'actuar sin m edir las co nsecuencias'· un cubano, un m ejicano o un a rgen rino . En sus giros, e n sus co m pa rac io-
¿Con qué culo se sienta la cucaracha?'hacer algo para lo qu e no se está preparado' nes, en sus expresio nes pi nto rescas v merafór icas, e n sus p refe re ncias y sus
gustos, en su im ag inería ve rba l, se re rrara el venezolano.
Zamuro comiendo alpiste ' hace r algo desacostumbrad o'

Poner zamuro a cuidLl.r came 'encargar a alguien tareas qu e n o puede cu m p li r'

Los refra nes ta mbién ex presa n ve rd ades uni ve rsales co n léx ico ve nezo lano, algu-
nos ejemplos so n:

Mo rrocoy no sube palo ni cachicam o se afeita


Picad o de cul ebra le tiene m iedo a bejuco
A cad a cochin o le llega su sá bado
Zam uro no co me hueso po rq ue no carga se rru ch o
Pe rro q ue co m e m anteca me te la leng ua en ta para

C h ivo no sube palo ni q ue le pongan horqueta


Lo que es bueno para el pavo lo es pa ra la pava
La ca bu ya revienta po r lo más delgado

As imism o so n ca rac ce rísri~ ciertas es tr ucturas fij as, o bin ari as, algun as d e las
cuales so n segú n Gó m ez ( 1992 :30) uña y mugre/ m ugre y uña, uña y sucio/ suiio
y uña, uña y curruña, uña y pezuña, como maíz y mondongo. Tambié n aceit, y
vinagre, son blancos y se entienden, es largo; estira, pica y se extiende/ pica y camira,
perder el chivo y el mecate/ perder la burra y los cabest ros/ perder el saco y los cangrej>sl
perder el saco y los corronchos, perder el pem y perder el pan/ perder el pan y perderel
perro. Escas es tru cturas so n co nstru cc io nes sintác ti cas de ca rác te r fij o y esc n
integ rad as po r dos com po nentes -u n idos po r co njuncio nes- q u e puede n p e rren:-
ce r a d ive rsas categorías grama ticales: dos iustantivos, po r ejemplo, chivo y mecde
e n la loc ució n perder el chivo y el mecate, dos adjetivos como e n claro y raspado, d ,s
adverbio s co mo e n jamás ni nunca, dos verbos co m o en pica y se extiende.
/
Desp ués d e la ca rac teri zació n anteri ormen te es bozada, ca b e concl uir señ a la n co
q ue, d ent ro de la unid ad de la lengua españo la, puede ha bla rse tambi én d e u,

español de Venezuela co n fi so no m ía propia, dete rmin ad o p o r un co njun to ,e


rasgo s de variado ci po q ue lo hacen un a mod alidad armó ni ca y d ife re nciad a d e -
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1

Otros contacros: inglés y porrugués JOl2

El inglés 102

El porrugués 105

Los americanismos y la dialectología hispanoamericana 109 .

Los americanismos 105)

Criterios pa ra la clasificació n de los americanism os 112

Las áreas dialecrales 116

Los atlas lingüísticos 126

Las características 133


Pluralidad de normas 134
Características del es pa ñol ameri cano 137
Caracrerizació n fon ológi ca )' fo néri ca 138
Caracrerización morfosinrác ri ca 142

Caraccerización léxico-sem ántica N7

El español que hablamos en Venezuela 153


Los venezolanismos 155
C lasificaciones dialec rales 1r.o
Una breve caracterizació n lí2
Lo s rasgos generales 1ó3

Diferenciación regio nal lí7


Diferenciac ión social ro
F.actores estilísticos y situ acio nales 1'2
El léxico como fa ctor de caracterización l'3

Referencias

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