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ANUNCIO
Para que estemos claros, moral y ética son la misma cosa. Otro punto importante: la moral no
es fuente del Derecho. Eso está inventado. Dicho lo anterior, planteo el problema: mientras que
el Derecho se traduce en un conjunto de normas que regulan y ordenan la vida en sociedad, la
moral o la ética es un código de conducta personal. En otras palabras: el uno es externo, el otro
es interno, como bien lo señaló Tomasio. Este planteamiento se da, precisamente, para limitar
la acción del Estado. Un ser humano no puede ser procesado y juzgado con fundamento en las
creencias morales de su juez natural, sino, más bien, con apego a la normatividad vigente,
independientemente de lo que su juzgador considere moralmente aceptable o reprochable.
Kant también se apoyó en este argumento y Fichte lo desarrolla aún más, llegando a afirmar
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que “elnavegando,
encuentra Derechohaga y la uso
moral no solo
de Cookies constituyen
de acuerdo con estados ordenamientos de la conducta
Política. humana
Entendido
completamente separados, sino hasta contradictorios en ciertos casos”. Adhiero por completo
al filósofo alemán. No todo lo que es inmoral es ilegal y viceversa: que una actuación sea
antiética no implica necesariamente que sea penalmente relevante. Y agrego: quien viola la ley
no es un inmoral, es un delincuente. Kelsen arriba a una conclusión parecida: “el Derecho no
tiene relaciones con la moral porque esta pertenece al reino de lo metajurídico”, es decir, que
trasciende al mundo de lo que está regulado por la ley.
Ahora bien: por supuesto que hay que ejercer cualquier actividad profesional o humana con
apego a la ética, pero es ciertamente distinto a confundir la moral con el Derecho. No es
correcto -y además es ilegal- que, por ejemplo, un abogado soborne a un juez, o que un
periodista anteponga sus odios a la objetividad que debe regir su oficio. Eso lo entiende hasta
un imbécil. Cada quien debe tener un comportamiento apropiado de acuerdo con su rol en la
sociedad; pero eso solo es problema del derecho siempre y cuando se transgreda la ley; en el
entretanto, ningún mortal se puede erigir como el censor moral de otro, porque, obviamente,
nadie fue premiado por la naturaleza solo con virtudes: somos tan humanos, como
imperfectos.
abdelaespriella@lawyersenterprise.com
83 547 16
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