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OPINIÓN

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POR ABELARDO DE LA ESPRIELLA

COLUMNAS DE OPINIÓN Actualizado hace 4 años

Derecho, ética y moral


Gran controversia nacional ha causado una idea que expresé en un medio de comunicación:
“La ética no tiene nada que ver con el Derecho”. De entrada, me ratifico en lo dicho y paso a
explicar, porque desde el punto de vista de la filosofía jurídica, la apreciación, que no es
originalmente mía, tiene todo el asidero y la validez del mundo. Celebro que este tipo de
debates se den con argumentos y sin la falsa apreciación de una sociedad que está
acostumbrada a la mentira como forma de vida. De cualquier manera, es mejor discutir y estar
en desacuerdo que matarnos como animales salvajes. Estamos progresando.

Para que estemos claros, moral y ética son la misma cosa. Otro punto importante: la moral no
es fuente del Derecho. Eso está inventado. Dicho lo anterior, planteo el problema: mientras que
el Derecho se traduce en un conjunto de normas que regulan y ordenan la vida en sociedad, la
moral o la ética es un código de conducta personal. En otras palabras: el uno es externo, el otro
es interno, como bien lo señaló Tomasio. Este planteamiento se da, precisamente, para limitar
la acción del Estado. Un ser humano no puede ser procesado y juzgado con fundamento en las
creencias morales de su juez natural, sino, más bien, con apego a la normatividad vigente,
independientemente de lo que su juzgador considere moralmente aceptable o reprochable.

Kant también se apoyó en este argumento y Fichte lo desarrolla aún más, llegando a afirmar
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que “elnavegando,
encuentra Derechohaga y la uso
moral no solo
de Cookies constituyen
de acuerdo con estados ordenamientos de la conducta
Política. humana
Entendido
completamente separados, sino hasta contradictorios en ciertos casos”. Adhiero por completo
al filósofo alemán. No todo lo que es inmoral es ilegal y viceversa: que una actuación sea
antiética no implica necesariamente que sea penalmente relevante. Y agrego: quien viola la ley
no es un inmoral, es un delincuente. Kelsen arriba a una conclusión parecida: “el Derecho no
tiene relaciones con la moral porque esta pertenece al reino de lo metajurídico”, es decir, que
trasciende al mundo de lo que está regulado por la ley.

En el mundo antiguo, los juicios y procedimientos penales se fundamentaban en lo que


consideraba adecuado o correcto el juzgador. ¿Se imaginan ustedes a un cristiano procesado
por un musulmán que antepone sus creencias y su moral a la ley positiva que está consignada
en los códigos? Un verdadero desastre y una injusticia que no consulta la ritualidad que
diferencia a un linchamiento de una causa justa. Sin duda, haber separado el Derecho de la
moral es una de las grandes conquistas de la humanidad. Hay lugares del mundo en los que
aplican una supuesta ‘ética pública’, que no es otra cosa distinta que la forma de pensar del
tirano de turno. En esos países la democracia es un artículo de lujo. La ética o la moral es
privada y punto.

Ahora bien: por supuesto que hay que ejercer cualquier actividad profesional o humana con
apego a la ética, pero es ciertamente distinto a confundir la moral con el Derecho. No es
correcto -y además es ilegal- que, por ejemplo, un abogado soborne a un juez, o que un
periodista anteponga sus odios a la objetividad que debe regir su oficio. Eso lo entiende hasta
un imbécil. Cada quien debe tener un comportamiento apropiado de acuerdo con su rol en la
sociedad; pero eso solo es problema del derecho siempre y cuando se transgreda la ley; en el
entretanto, ningún mortal se puede erigir como el censor moral de otro, porque, obviamente,
nadie fue premiado por la naturaleza solo con virtudes: somos tan humanos, como
imperfectos.

Se trata, pues, de un tema en demasía interesante y estoy abierto al debate de ideas. A


Colombia hay que quitarle la máscara: es necesario decir las cosas como son, por más duras
que parezcan, y, a pesar de las tergiversaciones, hay que insistir en que la verdadera honestidad
consiste en decir lo que uno piensa. Hoy más que nunca confirmo que la mala fe es más
atrevida que la ignorancia.

abdelaespriella@lawyersenterprise.com

83 547 16

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