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LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN PERSONAL DE LAS VÍCTIMAS
EN EL PROCESO PENAL VENEZOLANO
Autor:
EUDOMAR G. GARCIA BLANCO
C. I. V-11.220.596
Tutor Académico:
NICDORIS D. VILLALOBOS F.
C.I. V-5.060.400
MARACAIBO – VENEZUELA
ACTA DE VEREDICTO
Quienes suscriben, miembros del jurado examinador del trabajo de grado para optar al
título de Magíster Scientiarum en Ciencias Penales y Criminológicas, Nivel Maestría,
sobre el tema “LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN PERSONAL DE LAS VÍCTIMAS EN EL
PROCESO PENAL VENEZOLANO”, presentado por el Abogado EUDOMAR GREGORIO
GARCIA BLANCO, Cédula de Identidad N° V-11.220.596, reunidos el día __________ de
______________ de 2009, a las ______horas de la ___________ en la sede de la
División de Estudios para Graduados de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de
la Universidad del Zulia, tomando en consideración el trabajo presentado, su exposición y
argumentación, el jurado sin hacerse solidario con los conceptos emitidos por su autor,
acuerda darle la calificación de __________ puntos.
Dr.: ________________________________________
C.I.: ______________________
Dr.: ________________________________________
C.I.: ______________________
Dr.: ________________________________________
C.I.: ______________________
DEDICATORIA
A Dios Todopoderoso, que siempre esta a mi lado guiando cada paso que doy.
A mi Anita María, por acompañarme como amiga y esposa, pendiente de ayudarme con
la carga cuando se hace pesada.
A Eduardo Andrés y Eudo Alejandro, a quienes les debo todo el tiempo que les he
quitado para prepararles su futuro. Hijos, esto es por ustedes.
A mis queridos hermanos, por la confianza y gran ayuda que me brindaron cuando mas
los necesité, y muy especialmente Américo Ramón, ya que su discapacidad se convirtió
en mi fortaleza.
IV
AGRADECIMIENTO
A mis amigos, colegas y compañeros de trabajo del Ministerio Público que me prestaron
su apoyo para la elaboración de éste trabajo.
V
GARCÍA B., Eudomar G., Las Medidas de Protección Personal de las Víctimas en el
Proceso Penal Venezolano. Proyecto de Trabajo Especial de Grado. Maestría
Latinoamericana en Ciencias Penales y Criminológicas. División de Estudios para
Graduados de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela, 2009
RESÚMEN
El Código Orgánico Procesal Penal vigente establece los derechos de las víctimas de
delitos para lograr la reparación del daño que le ha sido causado, mientras que otras
leyes especiales contemplan su protección personal cuando así lo requieran, por lo que
en esta investigación, mediante un estudio descriptivo y a través de variables e hipótesis,
analizó las formas de protección personal de las víctimas por parte del Estado.
E-mail: eudomargarcia@hotmail.com
VI
García B., Eudomar G., The Personal -Protection Measures of the Victims in the Penal
Venezuelan Process. Special WorkProject in Master´s Degree. Latin-American master´s
in Penal and Criminological Sciences. Research Board for Postgraduate students from
The University of Zulia State, Maracaibo – Venezuela, (2009), p.69.
ABSTRACT
The Organic Procedural Penal Code currently in force establishes the rights of the victims
of crimes to achieve the repair of the hurt which has been caused, whereas other special
laws contemplate personal protection when they need it, thereby in this research, by
means of a descriptive study and across variables and hypothesis, the forms of personal
protection of the victims on the part of the State are analyzed.
Key words: Organic Procedural Penal Code, Victim, Crime, Protection measures.
E-mail: eudomargarcia@hotmail.com
VII
INDICE GENERAL
VEREDICTO…………………………………………………………………………………..…III
DEDICATORIA....……………………………………………………………………………..…IV
AGRADECIEMIENTOS……..…………………………………………………………………..V
RESUMEN ……………………………………………………………………………………...VI
ABSTRACT……………………………………………………………………………………. VII
INDICE…….……………………………………………………………………………………VIII
INTRODUCCION…..……………………………………………………………………………..1
CAPÍTULO I: EL PROBLEMA
1. Planteamiento del Problema………………………………………………………….....….. 4
2. Formulación del Problema. …………………………………………………………………. 6
3. Objetivos de la Investigación. ….……………………………………………….…………... 9
3.1. Objetivo General. …………………………………………………………………………... 9
3.2. Objetivos Específicos…………………….………………………………………………… 9
4. Justificación de la Investigación. …..……………………………………………………….. 9
5. Delimitación de la investigación……….…………………………………………………… 11
VIII
4. Técnicas de Recolección de Datos. ………………………………………………….…… 46
5. Instrumentos de Recolección de Datos. ………………………………………….….…… 47
6. Plan de análisis. …………………………….……………………………………….….…… 47
ANEXOS.
IX
1
INTRODUCCION
Para concluir, el Capitulo VI, contiene la información sobre las referencias bibliográficas,
hemerográficas o de cualquier otra fuente sobre la cual se sustentó la investigación.
CAPÍTULO I:
EL PROBLEMA
4
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA.
El nuevo sistema acusatorio se implementa bajo un ambiente preparado por los Tratados
Internacionales suscritos y destinados a la protección de los derechos humanos de todos
los individuos que se encuentran en territorio venezolano, de allí que en el mismo se
contemplan una serie de disposiciones expresas para la protección de esos derechos
fundamentales, como complemento de las disposiciones constitucionales, de cuyo
análisis observamos que en su gran mayoría son para la protección de los derechos y
garantías del sujeto activo del delito, es decir, del ciudadano que comete el delito,
victimario o imputado.
El referido texto legal, incluye entre su normativa vigente, además de la protección de los
derechos y garantías constitucionales de los imputados, algunos derechos que se le
confiere a la víctima de un delito en el proceso penal, en su afán de lograr un equilibrio e
igualdad entre las partes, estableciendo que la protección de la víctima y la reparación del
daño causado a la misma, son objetivos del proceso penal.
mencionar los beneficios que por razón de la edad establece la Ley Orgánica para la
Protección del Niño y del Adolescente.
Lo propio no ocurre con las Víctimas de delitos, ya que en Venezuela no existen leyes
especiales que desarrollen de una forma concentrada, esos principios constitucionales y
derechos procesales de las víctimas. En efecto, si el objetivo del proceso penal es la
reparación del daño causado a la víctima, en todas las fases en que éste se encuentre,
no deberían observarse en los organismos de seguridad del Estado, en las
dependencias del Ministerio Público y del Poder Judicial, la gran afluencia de ciudadanos
que claman porque algún daño ocasionado por otro miembro de la sociedad, le sea
resarcido, solicitando la intervención del Estado a los efectos de su mediación y por ende
la solución del conflicto.
La víctima no espera otra cosa que la reparación efectiva e inmediata del daño que le fue
ocasionado, pero debe esperar hasta el pronunciamiento de la sentencia condenatoria a
los efectos de lograr algún reclamo o resarcimiento económico de forma forzosa, empero,
en la norma procesal existen medios alternativos a la prosecución del proceso, que no
garantizan que se puedan aplicar en la comisión de todos los delitos de acción pública,
pues con un ejemplo tan elemental como es alguno de los delitos contra las personas,
aquél que se encuentre recluido en un centro hospitalario producto de las lesiones
ocasionadas por otro ciudadano, con un nivel socioeconómico que no le permita sufragar
todos los gastos que se deriven de su atención médica, evidentemente que lo que espera
es la indemnización inmediata por parte de su agresor.
Mas allá de observar una igualdad, se aprecia hacia qué lado se inclina la balanza en
cuanto beneficios o derechos procesales se refiere, pues la víctima es considerada a los
efectos de establecer su participación en el proceso penal, pero no para garantizarles
derechos tan específicos que aseguren su presencia permanente en el proceso, como
sería por ejemplo, garantizarle su traslado hasta los lugares donde sea requerida su
presencia como en los órganos de investigaciones penales, dependencias fiscales y
juzgados en general.
6
De allí, que se puede afirmar que el abandono de los derechos de las víctimas de delitos,
ha perdurado en el tiempo y en el espacio, ya que aún cuando el Código Orgánico
Procesal Penal los considere de alguna manera especial, el ordenamiento jurídico en
general los abandona al no existir leyes especiales que desarrollen todos esos derechos.
Igual ocurría con la protección de las víctimas de delitos, que también es objetivo del
proceso penal, que así como en la reparación del daño causado a la misma, tampoco
existían leyes especiales que desarrollaran las condiciones en las cuales debía llevarse a
cabo las medidas de protección.
Los participantes en el conflicto son víctima e imputado, pero el Estado le expropia los
derechos a las víctimas y asume el conflicto que inicialmente se genera entre ellos,
entonces la relación se convierte en el Estado frente al imputado, con todo el poder que
tiene el primero, para, a través de la violencia, vulnerar legalmente la libertad y demás
derechos del imputado. Todo el esfuerzo estuvo dirigido a buscar limitar esa fuerza del
Estado, a canalizar el uso de esa fuerza, con la cual puede vulnerar no solo al imputado
sino a todo ciudadano e incluso a la propia víctima.
El enfoque más reciente del Derecho se dirige a devolver a la víctima un poco de esos
derechos que le fueron expropiados, a incluirlo de donde lo sacaron, a devolver su
oportunidad de participar en el conflicto y en la solución de este, sin abandonar del todo o
casi nada, el ejercicio que el Estado realiza de los derechos de la víctima en nombre de
éste y de la sociedad.
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El Código Orgánico Procesal Penal y la Ley Orgánica del Ministerio Público, de forma
muy tímida introdujeron las bases legales para que prosperan tales medidas, pero es a
partir de la publicación en la Gaceta Oficial N° 38536 de fecha 4 de octubre de 2006 de la
novísima Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales, que se
explanan las formas de cumplimiento de éstas, así como los organismos en específico
que se encargarían de cumplir con las medidas de protección de la víctima a cuyo favor
hayan sido acordadas.
evitar el aumento de esa situación, ya que la atención que el Estado debe brindar a las
víctimas en materia de delitos es determinante para evitar la impunidad, ya que ello
coadyuvaría a una presencia efectiva de todos los ciudadanos en el proceso penal, de no
hacerlo, se estarían aportando motivos para que ésta se sienta insatisfecha al requerir la
intervención del Estado.
Los derechos de las víctimas deben ser garantizados, desde el inicio del proceso penal,
puesto que en algunos casos los delitos son cometidos en el seno del núcleo familiar,
como lo es el caso de la violencia doméstica donde la madre que no tiene ningún tipo de
ingresos, queda desamparada después de ser objeto de maltratos por parte de su pareja,
porque no existía la garantía de que sus actividades sociales estarían aseguradas
después de decidirse a denunciar, como así lo establece la también novísima Ley
Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, publicada en la
Gaceta Oficial N° 38.647 de fecha 19 de marzo de 2007, que también contempla formas
de protección personal de una manera muy directa.
Por otro lado, cabe destacar que la Ley Orgánica de Protección del Niño y del
Adolescente, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 5266 de fecha 02 de
octubre de 1998 y la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada publicada en la
Gaceta Oficial Nº 38.281 de fecha 27 de septiembre de 2005, regulan formas de
protección personal, pero no desde la óptica de esta investigación, pues se trata de
medidas dispuestas hacia el infractor con ocasión del delito cometidos.
Los sujetos procesales que intervienen en el proceso penal, particularmente las víctimas,
requieren de la garantía de su integridad física, psicológica y hasta patrimonial para
participar libre de cualquier coacción, amenazas o atentados en su contra y la de su
grupo familiar o entorno. Esa garantía debe ser satisfecha por los organismos de
seguridad y operadores de justicia.
Partiendo de este planteamiento, mediante un estudio descriptivo y a través de variables
e hipótesis, en la presente investigación se analizarán las formas de protección personal
de las víctimas por parte del Estado Venezolano, incluyendo su estudio como institución
procesal, para fundamentalmente determinar su aplicación práctica en la actualidad
procesal penal venezolana.
3. Objetivos de la Investigación
4. Justificación de la Investigación.
Históricamente, la víctima o sujeto pasivo del delito ha sido apartada de los estudios
científicos, puesto que se le ha dado prioridad al estudio del imputado o sujeto activo, sin
brindarle el trato adecuado al primer grupo mencionado considerado el débil jurídico en
ese hecho punible, es por ello, que el presente trabajo de investigación está orientado al
estudio de la víctima en el proceso penal, creando con ello una herramienta para el
conocimiento de una de las partes que se encuentran en una relación jurídico penal,
como lo es la víctima o débil jurídico.
El propósito de este estudio, es señalar los aspectos básicos de los derechos de las
víctimas establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y
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demás leyes, así como mencionar la importancia que tienen los Derechos Humanos de
las víctimas de delitos y de abusos de poder. Además, señalar las prerrogativas
procesales que ofrece el Código Orgánico Procesal Penal y las posibles
recomendaciones en cuanto al funcionamiento de las Instituciones del estado, que
prestan ayuda, orientación y difusión de los derechos de las víctimas, para implantar en
ellas la confianza y seguridad necesaria para la buena marcha de nuestro sistema de
justicia.
La presente investigación se enmarca dentro de las líneas de investigación denominadas
“Administración de Justicia y Derechos Humanos” que desarrolla el instituto de
Criminología Doctora Lolita Aniyar de Castro de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas de la Universidad del Zulia, por lo que se espera contribuir con este estudio al
desarrollo de dichas líneas de investigación, cumpliendo con la normativa que la regula.
5. Delimitación de la investigación.
A los efectos de lograr los objetivos propuestos, el tratamiento de la víctima ha de ser
desde la óptica del Ministerio Público, por ser este organismo el titular de la acción penal
en el caso de delitos de acción pública, y es quien dirige las investigaciones donde se
encuentran afectados los derechos de los ciudadanos.
Como quiera que tanto la Constitución Nacional de 1999, el Código Orgánico Procesal
Penal de 2001, y la Ley de Protección de Victimas, Testigos y demás Sujetos Procesales
de 2006, vigentes para este momento con las distintas reformas sufridas, refieren a la
víctima y su protección en su esencia dentro del actual proceso penal acusatorio, es el
contenido de éstas normas que sustentan la delimitación legal de la investigación
desarrollada. El presente estudio se centra además en los aportes del Derecho Procesal
Penal, apoyados en una corriente moderna, como los es la Victimología.
A los efectos de cumplir con la presentación del Trabajo Final de Grado, la investigación
se inició desde el mes de abril de 2008, y culminó en el mes de noviembre del mismo
año.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
13
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
1. Antecedentes de la Investigación.
Carlos Alberto Gutiérrez Pérez en su Trabajo Especial de Grado para optar al Título de
Magíster en Ciencias Penales y Criminológicas ante la Universidad del Zulia en el año
2004 y que denominó “La Acción Civil Derivada del Delito”, señala que esta acción civil de
carácter constitucional ofrece a la víctima una herramienta efectiva en la restitución del
derecho y el resarcimiento del daño que produce el hecho punible. En ese trabajo, el
investigador determinó que es mínima la aplicación de la acción civil derivada del delito
en la práctica forense, y tal circunstancia obedece principalmente al desconocimiento que
sobre la misma tiene la víctima, a pesar de ser un derecho de naturaleza civil que
persigue su protección integral en el proceso penal o con ocasión del mismo, toda vez
que la sanción civil conlleva una restitución o reparación del daño material, y en su caso
una indemnización del daño moral.
2. Bases Teóricas.
Según María J. Ferrer Carrasco (1989), en su artículo “La Victimología: Las Víctimas de
Delito. Derechos y Servicios”, la preocupación por las víctimas de delito no es nueva, ya
que el antiguo Código de Hamurabí ya preveía disposiciones para la reparación de las
víctimas muchos siglos atrás. Muchas prácticas hechas costumbre en África y Asia que
no han logrado ser cambiadas por la colonización promueven la reconciliación entre el
delincuente y la víctima, y la reparación. Sin embargo, a través de los años los derechos
de las víctimas en muchos países han sido coartados por derechos que limitan los
procesos penales a la persecución del delincuente por parte del Estado. Durante los
últimos 30 a 40 años la víctima y su lugar dentro del Sistema de administración de
Justicia se ha convertido en un foco de atención creciente en muchos países.
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Refiere Carrasco (1989), que el interés inicial en las víctimas de delito viene de
académicos tales como Amir (1971), Ellember (1954), Fattah (1967), Mendelson (1957),
Von Heting (1948), Wolfang y Sellin (1964) quienes empezaron interesándose en cómo la
víctima contribuye al delito (la víctima precipitadora). En los últimos quince años, sin
embargo otros académicos tales como Bard y Sangrey (1978), Salasin (1981), Shneider
(1982), Waller (1982) se han interesado en razones humanitarias, es decir, se han
interesado en el sufrimiento y las pérdidas de las víctimas. El interés por las víctimas de
delito también ha sido estimulado por el hecho de que el Sistema de Administración de
Justicia Penal depende de la cooperación de las víctimas y testigos.
Sin embargo, esa inquietud por resaltar a una persona afectada a quien denominamos
víctima, no conllevaba a darle el valor que merece en el proceso, sino solo a los efectos
de ubicarla en el campo penal debido a su relación con el sujeto activo del delito y el
sistema de justicia.
Es así como surge la necesidad de reivindicar a la víctima, ya que los procesos penales
no pueden estar dirigidos únicamente a la represión de aquél que comete un delito, por
considerarse que atenta contra el ordenamiento jurídico del Estado, sino que ese
atentado ocurre también contra los seres humanos. Es decir, la necesidad de atender
aquella persona que ha sido dañada o afectada por la comisión de un hecho calificado
como punible por la legislación penal, de aquél que resultó perjudicado por las
consecuencias de la lesión causada.
El autor Newman referido por Han P., (1999), afirma que el vocablo “víctima” apela a dos
variedades: “Vincire” que son los animales que se sacrifican a los dioses, o bien “Vincere”
que representa al sujeto vencido.
Por su parte, el diccionario de la Real Academia Española la define como la persona que
padece daño por culpa o por causa fortuita. En un sentido amplio, se entiende por
víctima, como ya se dijo, a la persona afectada por cualquier hecho punible, sea esta
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persona jurídica, natural o algún pariente de éstas, y en sentido estricto se entiende que
es la persona directamente ofendida o afectada por ese hecho punible, ese daño puede
ser alguna pérdida económica, objetos personales o propiedades, lesiones físicas o
mentales o en fin, algún sufrimiento emocional.
Es necesario acotar que en Latinoamérica, son escasas las investigaciones de campo
desarrolladas en el área de la victimización y es a su vez un punto en el cual se le ha
dedicado poco espacio de estudio, ya que existen muchas víctimas que no denuncian el
hecho ocurrido en su contra, lo que repercute en el desconocimiento de su existencia,
esto es, lo que en el argot judicial se conoce como cifra negra.
víctimas de delitos en los actos delictivos, las víctimas de terrorismo, guerra u opresión en
los actos agresivos; las víctimas de la pobreza y de las drogas en los actos negligentes y
las víctimas de huracanes, volcanes, terremotos e inundaciones en las causas
naturales. Esta perspectiva expansionista ha recibido algunas críticas ya que tanta
amplitud requiere de un hondo y exhaustivo análisis para la realización de una teoría.
Por su parte, los partidarios de la perspectiva restrictiva, entre ellos Waller y Schneider,
consideran que la victimología solo debe enfocarse en las víctimas de delito ya que de lo
contrario sería imposible distinguir entre aquellos diversos tipos de víctimas y los
delincuentes.
Para la victimología, la víctima que interesa es el ser humano que padece daño en los
bienes jurídicamente protegidos por el derecho penal cuya titularidad posee vida, salud,
propiedad, honor, honestidad, etc., sea por el hecho de otro, o sea incluso, por accidentes
debidos a factores humanos, mecánicos, etc., y modernamente se ha incluido a las
personas jurídicas como víctimas puesto que también son sujetos de derecho. (Pablo
Han, 1999).
Con el término víctima en el Derecho Penal se designa a la persona que padece un daño
pero que ha participado directa o indirectamente en la producción de ese perjuicio,
movida por sus inclinaciones subconscientes o inconscientes. Por esto no es
exactamente lo mismo sujeto pasivo que víctima, ya que el papel de ésta en la infracción,
muchas veces no es totalmente pasivo; de ahí que cuando se habla de cada uno de los
elementos del delito fuere mejor mencionar a la víctima y no al sujeto pasivo.
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Por lo tanto, la ONU recomienda que deben hacerse esfuerzos especiales para brindar
asistencia a las víctimas de violencia doméstica y violación, así como también señala que
debe brindarse atención especial a las necesidades de los individuos que son
particularmente vulnerables por su edad, sexo, raza, religión o nacionalidad. Las
19
En el mes de julio de 1999 entró en vigencia el Código Orgánico Procesal Penal que
pasa a derogar el Código de Enjuiciamiento Criminal de 1926 y con él, al sistema jurídico
penal que regía hasta la fecha, es decir el sistema inquisitivo. El Código Orgánico
Procesal Penal introduce el sistema Acusatorio fundamentado en la publicidad del juicio
penal, garantizando un proceso judicial transparente mediante el contradictorio de los
hechos debatidos, de manera pública, oral e inmediata, con la intervención de la
participación ciudadana, quienes son llamados a intervenir en los procesos judiciales.
Con la entrada en vigencia del Código Orgánico Procesal Penal se desarrollan grandes
teorías que tienden a buscar la reparación del daño causado a la víctima, como lo son los
medios alternativos para la solución de conflictos, y en materia penal, nos encontramos
con las formas alternativas a la prosecución del proceso, donde es buscada la reparación
del daño causado a la víctima. Este código divide el proceso penal en fases bien
delimitadas: la preparatoria o de investigación, la intermedia o de la audiencia preliminar,
21
y la del juicio propiamente dicho, con otros procesos alternos o especiales, así como la
ejecución de la sentencia y los recursos.
Por otra parte, la Ley Sobre La Violencia Contra La Mujer y La Familia, vigente a partir
del mes de enero de 1999, destinada a regular los conflictos que se originan en el grupo
familiar, en el artículo 39 establece la posibilidad de dictar medidas cautelares para
asegurar la integridad física de las víctimas de los delitos contenidos en la referida ley
especial. Sin embargo, a pesar que esta ley regula una situación de tipo social tan
especial ha sido fuertemente criticada por la inobservancia de los procedimientos
adecuados para regular los postulados que introduce, ya que si bien es cierto que
contempla la posibilidad de proteger a las víctimas en refugios, no regula a qué tipo de
refugio se refiere sea de tipo público o privado.
La Constitución Nacional vigente, inspirada por las principales tendencias que se han
desarrollado en derecho comparado y en los tratados internacionales sobre derechos
humanos, reconoce expresamente el principio de progresividad en la protección de tales
derechos, conforme al cual el Estado garantizará a toda persona natural o jurídica, sin
discriminación alguna, el respeto, el goce y el ejercicio irrenunciable, indivisible e
interdependiente de los mismos. Se reconocen como fuentes en la protección de los
derechos humanos a la Constitución, a los tratados internacionales suscritos y ratificados
por la República en esta materia, y a las leyes que los desarrollen.
normas sobre el goce y ejercicio de los derechos humanos más favorables a las
contenidas en la Constitución y en las leyes, siendo sus disposiciones de aplicación
directa e inmediata por los tribunales de la República y demás órganos que ejercen el
Poder Público.
Por ello, en el caso de que un tratado internacional suscrito y ratificado por Venezuela
reconozca y garantice un determinado derecho humano, en forma más amplia y favorable
que la Constitución, prevalece en todo caso el instrumento internacional y debe ser
aplicado en forma preferente, directa e inmediata por los tribunales y demás órganos del
Estado.
Se reconocen entre otros, y en cuanto al tema de estudio, los derechos al libre
desenvolvimiento de la personalidad y a la igualdad, la protección de los derechos
humanos, derechos de acceso a la justicia y tutela judicial efectiva, la justicia gratuita, etc.
“Artículo 23. Protección de las víctimas. Las víctimas de hechos punibles tienen el
derecho de acceder a los órganos de administración de justicia penal de forma
gratuita, expedita, sin dilaciones indebidas o formalismos inútiles, sin menoscabo de
los derechos de los imputados o acusados. La protección de la víctima y la
reparación del daño a la que tengan derecho serán también objetivos del proceso
penal.
Los funcionarios que no procesen las denuncias de las víctimas de forma oportuna y
diligente, y que de cualquier forma afecten su derecho de acceso a la justicia, serán
acreedores de las sanciones que les asigne el respectivo Código de conducta que
deberá dictarse a tal efecto, y cualesquiera otros instrumentos legales”.(Código
Orgánico Procesal Penal de Venezuela,1999)
En cuanto a la víctima propiamente dicha, el actual Código Orgánico Procesal Penal, la
regula en el capítulo V del título IV del libro primero, que es conveniente transcribir
textualmente el contenido de tres de sus artículos:
4. Las asociaciones, fundaciones y otros entes, en los delitos que afectan intereses
colectivos o difusos, siempre que el objeto de la agrupación se vincule directamente
con esos intereses y se hayan constituido con anterioridad a la perpetración del
delito.
Si las víctimas fueren varias deberán actuar por medio de una sola
representación.”.(Código Orgánico Procesal Penal de Venezuela, 1999)
Así pues, la legislación patria ha reconocido la existencia de la victima, en las reglas del
proceso se le ha permitido la participación consagrándole igualmente “derechos
procesalmente hablando”, y en cuanto a la reparación del daño propiamente dicho, el
imputado o la persona que comete el delito puede indemnizarla, de manera voluntaria, a
través de los acuerdos reparatorios o en la suspensión condicional del proceso; y de
manera forzosa, existe la indemnización civil derivada de hechos punibles la cual obra
únicamente después que la sentencia quede definitivamente firme.
25
En este orden de ideas, la Ley Orgánica del Ministerio Público de 1999 desarrolló el
capítulo I del título VII a la protección de las víctimas, constante de cinco artículos, a
saber.
“Artículo 81. La víctima que intervenga en un proceso penal será tutelada desde el
momento en que se identifique o sea identificada como tal por el órgano
correspondiente. La tutela podrá ser prorrogada por un tiempo prudencial luego de
finalizado el juicio.
Artículo 84. Las medidas de protección podrán ser extendidas a su cónyuge o a las
personas que vivan con ella, a sus ascendientes, descendientes, hermanos,
parientes afines hasta en segundo grado.
Por otra parte, el Artículo 37 de la Reforma de la Ley Orgánica del Ministerio Público de
2007, establece entre las atribuciones y deberes de los Fiscales o las Fiscales del
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Sin duda alguna, es la nueva Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos
Procesales de 2006, que regula verdaderamente las diversas formas de protección de
víctimas, reforzada por la Ley Sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia
de 2007 y la nueva Ley Orgánica del Ministerio Público de 2007.
El Estado de Derecho ha de ser aquel que guía sus funciones a través del sistema
jurídico, que respete las leyes, y una de las consecuencias directas de este supuesto es
la vigilancia y control que deben ejercer sus órganos recíprocamente, atendiendo a lo que
se entiende hoy en día por Derechos Humanos, concepto que ha ido ampliándose, hasta
contemplar cuatro generaciones de derechos, que constituyen requisitos básicos de un
desarrollo sostenible.
27
Dicha ley prevé la creación de una línea de emergencia para atender a quienes requieran
protección, y la creación de brigadas policiales especiales, entrenadas para la protección.
Con ella se crean centros de refugio que coordinados por el Ministerio Público, estarán
destinados a albergar, por el tiempo que sea necesario, a las víctimas y a los sujetos
protegidos. Se crea, además un fondo de protección y asistencia para las víctimas,
constituido por recursos destinados a financiar la ejecución de programas, acciones y
servicios de protección. Igualmente a la persona a quien se le acuerde una medida de
protección debe comprometerse, ante el Ministerio Público, a cumplir las condiciones
impuestas; la inobservancia de estas implicaría la revocatoria de la medida.
El control para el cumplimiento de las medidas de protección estará a cargo del tribunal
que la otorga, y quien esté obligado a acatar la medida y no lo haga tendrá una pena de
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prisión de tres meses a un año, más una multa entre 100 y 500 unidades tributarias.
Asimismo, quien revele alguna información que comprometa la integridad del protegido
tendrá una pena de prisión de seis meses a dos años; y si por esa indiscreción se
concretara alguna lesión en la persona protegida se incrementará la pena en la mitad,
pero, si tal indiscreción ocasiona la muerte del protegido habrá una pena superior de 3 a
5 años, que se incrementará en una tercera parte si quien comete la falta es un
funcionario público.
Las medidas de protección a las que se refiere esta Ley se encuentran divididas en dos
grupos: Medidas Extraproceso e Intraproceso. El Artículo 21 de la Lay de Protección de
Víctimas, refiere que entre las Medidas de Protección Extraproceso se encuentran:
Por su parte, el Artículo 23 de la citada Ley Especial contempla las Medidas de protección
Intraproceso, como lo son:
2.9. La Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Este cuerpo normativo, comúnmente denominado “Ley de Violencia de Género”,
publicada en la Gaceta Oficial Nº 38.647 de fecha 19 de marzo de 2007, igualmente
innova en materia de protección personal de estas víctimas especiales en cuanto al
género.
A través de esta Ley se articula un conjunto integral de medidas para garantizar los
derechos de las mujeres objeto de violencia en el ámbito familiar, publico, laboral,
exigibles ante las administraciones públicas (nacional, estadal, municipal y local),
asegurando un acceso rápido, transparente y eficaz a los servicios establecidos al efecto;
fortalecer el marco penal y procesal vigente para asegurar una protección integral, desde
las instancias jurisdiccionales, a las mujeres objeto de violencia y establecer y fortalecer
medidas de seguridad y protección y medidas cautelares que garanticen los derechos
protegidos en la presente ley y la protección personal, física, emocional, laboral y
patrimonial de la mujer objeto de violencia basada en género.
La Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia introduce
la protección a la dignidad e integridad física, psicológica, sexual y jurídica de las mujeres
objeto de violencia, en los ámbitos públicos y privados. Las víctimas de los hechos
punibles descritos en esta Ley, tienen el derecho a acceder a los órganos especializados
de justicia civil y penal de forma gratuita, expedita, sin dilaciones indebidas o formalismos
inútiles, sin menoscabo de los derechos de los imputados o acusados.
La protección de la victima y la reparación del daño a la que tengan derecho son objetivo
del procedimiento especial que se prevé en materia de violencia de género, tratándose de
un procedimiento especial y expedido, donde intervienen Fiscales con esa especialidad y
Jueces con esa competencia.
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Refiere la Ley que el Ejecutivo Nacional, Estadal y Municipal con el fin de hacer más
efectiva la protección de la mujer objeto de violencia, con la asistencia, asesoría y
capacitación del Instituto Nacional de la Mujer y de los Institutos regionales y municipales
de la mujer, crearan en cada una de sus dependencias casas de abrigo destinadas al
albergue de las mismas, en los casos en que la permanencia en el domicilio o residencia
implique amenaza inminente a su integridad.
Las Medidas Preventivas aquí establecidas no solo pueden ser dictadas por el Ministerio
Público sino por el órgano receptor de la denuncia, que luego serán revisadas por el
Tribunal de Violencia Contra la Mujer en Función de Control, Audiencia y Medidas, o
aquél al que se le haya establecido tal competencia.
Contiene esta Ley las Medidas de Protección a ser dictadas, y procede a solicitud del
interesado, del Ministerio Público o de La autoridad judicial, y pueden ser entre otras, las
siguientes:
Seguridad en la residencia, incluyendo control de telecomunicaciones;
Escolta para la seguridad en su residencia y sitio de trabajo.
Transferencia de residencia y designación de alguna provisoria en algún local
compatible con su protección
Preservación de la identidad, imagen y datos personales;
Ayuda financiera para proveerle lo necesario para su subsistencia
Suspensión temporal de sus actividades cuando se trate de funcionario público.
Apoyo y asistencia social, médica y psicológica.
En Puerto Rico, con la Carta de Derechos de Víctimas y Testigos dictada mediante una
legislación especial (Ley Nº 22 del 22 de abril de 1988), se han dispuesto medidas para garantizar los derechos de las
víctimas y los testigos en los procesos judiciales y en las investigaciones que se realicen. De conformidad con
la mencionada Carta de Derechos establecida sobre el particular, toda persona que sea
víctima o testigo de delito en Puerto Rico tendrá derecho a:
Recibir un trato digno y compasivo por parte de todos los funcionarios y empleados públicos que representen
las agencias que integran el sistema de justicia criminal durante las etapas de investigación, procesamiento,
sentencia y disposición posterior del caso criminal que se inste contra el responsable del delito.
Tener acceso a servicio telefónico, libre de costo, para comunicarse con su familia
o allegado más cercano o con su abogado, tan pronto entre en contacto con el
sistema de justicia criminal.
Reclamar que se mantenga la confidencialidad de la información sobre su
dirección y números telefónicos cuando así lo estime necesario para su seguridad
34
Este derecho a protección rige en todas las etapas del proceso penal y el Ministerio
Público, considerando el carácter de la víctima como sujeto autónomo de derechos, y no
como mero sujeto pasivo de la protección, se ha fijado como política que el fiscal deberá
contar con el consentimiento de la víctima para adoptar medidas de protección
autónomas, o que no requieren de autorización judicial, a menos que existan indicios de
coerción en contra de la víctima o que un miembro de su familia esté implicado en el
35
1. Medidas autónomas de protección, que son aquellas que el fiscal puede adoptar en
beneficio de víctimas o testigos sin necesidad de autorización judicial previa, pues no
afectan los derechos del imputado. Entre ellas destacan: Medidas de protección que
implican la participación de la policía, tales como rondas periódicas de Carabineros de
Chile al domicilio del testigo, consultas telefónicas periódicas de la policía al testigo, etc.;
botones de emergencia instalados por el Ministerio Público en el domicilio del sujeto
protegido o alarmas personales de ruido; cambio de domicilio temporal o definitivo del
sujeto protegido; cambio de número telefónico del sujeto protegido; aseguramiento y
defensas a la estructura del domicilio del sujeto
2. Medidas de protección que requieren autorización judicial, que son aquellas en que el
fiscal requiere de la autorización del tribunal para poder decretarlas, por afectar derechos
de intervinientes o de terceros, o por requerirlo así la ley. Algunas de las más importantes
son: Las medidas cautelares personales, tales como la prisión preventiva del imputado y
otras medidas restrictivas de su libertad, tales como la obligación de no frecuentar
determinados lugares o personas; el cambio de identidad contemplado en leyes
especiales; la reserva de identidad del testigo durante el juicio oral.
En tanto que en Colombia, con la Ley 418 del 26 de Diciembre de 1997 (Prorrogada y
modificada por las leyes 548 de diciembre 23 de 1999 y 782 de diciembre 23 de 2002), se
regula con cargo al Estado y bajo la dirección y coordinación de la Fiscalía General de la
Nación, el "Programa de Protección a Testigos, Víctimas, Intervinientes en el Proceso y
Funcionarios de la Fiscalía", mediante el cual se les otorgará protección integral y
asistencia social, lo mismo que a sus familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad,
segundo de afinidad, primero civil y al cónyuge, compañera o compañero permanente,
cuando se encuentren en riesgo de sufrir agresión o que sus vidas corran peligro por
36
causa o con ocasión de la intervención en un proceso penal. En los casos en que la vida
del testigo o denunciante se encuentre en peligro, la Fiscalía protegerá la identidad de los
mismos.
Las personas amparadas por este programa podrán tener protección física, asistencia
social, cambio de identidad y de domicilio, y demás medidas temporales o permanentes
encaminadas a garantizar en forma adecuada la preservación de su integridad física y
moral y la de su núcleo familiar. Cuando las circunstancias así lo justifiquen, dicha
protección podrá comprender el traslado al exterior, incluidos los gastos de
desplazamiento y manutención por el tiempo y bajo las condiciones que señale el Fiscal
General de la Nación. Las personas que se acojan al programa de protección se
sujetarán a las condiciones que establezca esta la Fiscalía General.
oficio por un Agente Fiscal, un Ministro Fiscal Distrital, la Policía Judicial, o la fuerza
pública. También lo podrá solicitar la parte interesada, inclusive a través de un familiar.
causas penales ante el temor a sufrir represalias. Ello conlleva, con frecuencia, que no se
pueda contar con testimonios y pruebas muy valiosos en estos procesos.
De allí pues que La Ley Orgánica 19/1994, de protección a testigos y peritos en causas
criminales prevé la posibilidad de acordar que no consten los datos personales en las
diligencias, que en las comparecencias físicas se imposibilite la identificación visual, que
se fije como domicilio para citaciones la sede del órgano judicial, o que se prohíba captar
imágenes. También cabe acordar protección policial, nueva identidad y medios
económicos para cambiar de residencia o de puesto de trabajo. Estas medidas parecen
concebidas para cierta clase de testigos, no necesariamente víctimas de delitos, de modo
que pueden quedar fuera de consideración otras necesidades de protección no
relacionadas con riesgos graves que requerirían otra clase de atenciones. La ley extiende
el derecho a la protección a los familiares de las víctimas o, si procede, personas en
situación equivalente.
En la República del Perú existe la Ley que Establece Beneficios por Colaboración Eficaz
en el Ámbito de la Criminalidad Organizada, LEY Nº 27378 de fecha 20 de diciembre de
2000, la cual tiene por objeto regular los beneficios por colaboración eficaz ofrecida por
las personas relacionadas con la comisión de algunos delitos, y alcanzan a las personas
que se encuentren o no sometidas a investigación preliminar o un proceso penal.
Por su parte la Ley No. 38 de fecha 10 de julio de 2001, (que reforma y adiciona artículos
al código penal y judicial, sobre violencia doméstica y maltrato al niño, niña y
adolescentes, deroga artículos de la ley 27 de 1995 y dicta otras disposiciones) contiene
Medidas de Protección para aplicar, a favor de las personas que sean víctimas,
sobrevivientes de violencia doméstica.
HIPÓTESIS (ENUNCIADO)
4.2 La Protección Personal de las Víctimas dentro del procesal penal se corresponde con
el rol de asistencia que cumple el Estado
UNIDAD DE OBSERVACION TIPO DE HIPOTESIS
Jurisprudencia Nacional De Asociación o Correlación
VARIABLE DEFINICION DIMENSION INDICADORES
Las Medidas de Institución a través del Procesal Penal Normas Legales
Protección Personal cual se logra la que las
efectiva protección de contemplan.
las víctimas de un Cantidad de
delito de acción Medidas
pública otorgadas
Víctimas, Testigos y Sujetos que Procesal Penal Normas Legales
demás sujetos intervienen de alguna que las
41
HIPÓTESIS (ENUNCIADO)
4.3 La aplicación fáctica de las Medidas de Protección Personal de las Víctimas dentro del
proceso penal en la Jurisdicción del Estado Táchira.
UNIDAD DE OBSERVACION TIPO DE HIPOTESIS
Circunscripción Judicial Penal del Estado De Asociación o Correlación
Táchira
VARIABLE DEFINICION DIMENSION INDICADORES
Asistencia de las Es responsabilidad del Constitucional y Normas Legales
Víctimas por parte del Estado proteger a toda Procesal Penal que las
Estado persona de cualquier contemplan.
acto que implique Cantidad de
algún riesgo contra su Medidas
integridad física, otorgadas
psicológica y
económica, pues su
protección es objetivo
del proceso penal
Aplicación fáctica de Las Medidas de Procesal Penal Normas Legales
las Medidas de Protección son que las
Protección Personal mecanismos de contemplan.
de las Víctimas prevención ante Cantidad de
cualquier atentado que Medidas
pueda sufrir una
víctima
42
Sistema de Justicia Penal: Son los sistemas que han existido en un país, los más
conocidos son el sistema inquisitivo y el sistema oral acusatorio.
Fase Preparatoria: Es aquella fase o etapa del proceso penal que tiene como objetivo
principal la realización de una investigación, es decir, la práctica de diligencias que
permitan recabar suficientes elementos de convicción para el esclarecimiento de los
hechos; comienza desde que el fiscal del ministerio público dicte la orden de inicio de la
investigación una vez recibida la denuncia o el procedimiento de oficio, y culmina con la
emisión del acto conclusivo por parte del mismo.
Fase Intermedia: Es aquella fase o etapa del proceso penal que tiene como objetivo
principal la depuración de la acusación presentada por el ministerio público contra alguna
persona determinada; comienza desde que el fiscal del ministerio público presenta ante
el juez de Control el escrito acusatorio (y actualmente se extiende al escrito de
sobreseimiento), lo que origina la celebración de la audiencia preliminar, en la cual se
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debate si admite o no la acusación fiscal, así como la emisión o no del auto de apertura a
juicio.
Fase del Juicio Oral: Es aquella fase o etapa del proceso penal que tiene como objetivo
principal la celebración de la audiencia del juicio oral y público propiamente dicho, y en
ella se evacuan todas las pruebas que demuestren o no la culpabilidad de una persona;
comienza después que el Juez de Control admite el escrito de acusación fiscal, y dicta el
auto de apertura de juicio, y culmina con la emisión de la sentencia, sea absolutoria o
condenatoria.
Hecho Punible: Conducta de una persona, que se verifica por medio de una acción u
omisión, que produce un efecto dañoso, el que es calificado de antijurídico por el
ordenamiento legal. Manifestación expresa de una acción u omisión calificada como
antijurídica.
Acción penal: Es aquella acción ejercitada por el Ministerio Público o por los particulares
(según la naturaleza del delito), para establecer, mediante el pronunciamiento del órgano
jurisdiccional, la responsabilidad en un evento considerado como delito o falta. La acción
tiene por fin la aplicación del derecho material por parte del juez.
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
1. Tipo de Investigación.
2. Diseño de la Investigación.
El diseño de la presente investigación será precisamente de tipo no experimental
transeccional descriptiva, puesto que se pueden analizar los derechos de las víctimas de
delitos de acción pública en el proceso penal venezolano, particularmente lo referente a
su protección personal, que ha sido el objetivo general planteado, e igualmente podremos
determinar cuales son las disposiciones legales del ordenamiento jurídico venezolano que
garantizan ese derecho tan importante para garantizar su participación en los delitos de
acción pública; examinar las disposiciones legales destinadas a garantizar los derechos
de las víctimas de delitos, y establecer las condiciones en las cuales el Estado puede
intervenir para garantizar el cumplimiento efectivo de los derechos de éstos, que serían
los objetivos específicos planteados.
Por ser de tipo documental se utilizará la clasificación, que permite ordenar toda la
información obtenida para la investigación, el análisis que permite el estudio de todo el
material seleccionado, y la sistematización de la información, para la redacción y
presentación del trabajo final.
Una vez recopilada la información, debe ser organizada de acuerdo a las categorías de
las mismas, es decir, la de información general, la de vinculación con otros temas, y por
último, la que contiene información específica con el objetivo de la investigación.
Posteriormente la información será analizada e interpretada de manera de cumplir con los
objetivos planteados en esta investigación.
6. Plan de Análisis.
El análisis ha de realizarse partiendo de las ideas principales de la investigación, para
luego ir desarrollando las ideas secundarias; se parte de los objetivos específicos y así se
obtienen las estrategias de análisis correspondiente:
CAPÍTULO IV
ANALISIS DE LOS RESULTADOS.
Para la victimología, la víctima que interesa es el ser humano que padece daño en los
bienes jurídicamente protegidos por el derecho penal y modernamente se ha incluido a
las personas jurídicas como víctimas puesto que también son sujetos de derecho.
Mientras que, para el Derecho penal la víctima es uno de los elementos del delito, ya que
comprende a la persona que padece un daño y por tanto, desempeña un papel pasivo,
pero también puede ser aquella que ayuda a causar su propio sufrimiento, o que sólo ella
lo provoca y lo causa, de allí que debe distinguirse al sujeto pasivo de la víctima, ya que
el papel de ésta en la infracción, muchas veces no es totalmente pasivo.
Por su parte la Ley Orgánica del Ministerio Público de 1999 desarrolló un capítulo
especial en cuanto al tema, por lo que a través de los Artículos 81 al 85 regula el
procedimiento para la protección de las víctimas, que igualmente fue considerado en el
Artículo 37 de la Reforma que sufriera esta Ley en el año 2007. Sin embargo, la
protección como tal se fortalece con la entrada en vigencia en el año 2006 de la novísima
ley especial de protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales, entendida
la preocupación del Estado en resguardar la integridad física de las personas que
intervienen en el proceso penal, bien como parte propiamente dicha o como algún sujeto
procesal.
que el Ministerio Público plantea su solicitud ante un Tribunal de Control, para que éste a
su vez ordene a algún organismo de seguridad que materialice la seguridad de forma
personalísima.
De manera pues, que través del estudio de las medidas de protección personal tanto en
el ordenamiento jurídico venezolano como en el derecho comparado, se logró determinar
que existe gran preocupación en la comunidad internacional en proteger de forma
personal a cada ciudadano que sienta vulnerada su integridad física y personal, hasta de
su grupo familiar, pues con ello se evita una doble victimización que contraría los grandes
avances en esa materia.
Noveno de Control y otras 11 por el Tribunal Décimo de Control, tal y como se muestra en
el siguiente gráfico:
Año 2006
15
10
0
1C 2C 3C 4C 5C 6C 7C 8C 9C 10
Cantidad de Medidas 6 3 1 8 11 10 4 1 11 11
por Tribunales
Año 2007
10
0
1C 2C 3C 4C 5C 6C 7C 8C 9C 10
Cantidad de Medidas 3 7 8 3 5 8 2 3 6 2
por Tribunales
0
1C 2C 3C 4C 5C 6C 7C 8C 9C 10
Cantidad de Medidas 4 4 3 5 2 2 2 4 5 3
por Tribunales
56
100
50
0
P.P. E.P. A.P. V.C. P.I.
Tipos de Medidas 97 27 13 5 5
Se determinó que la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público realiza una
revisión periódica de las Medidas de Protección acordada por cuanto supervisa la
actuación de las Brigadas de Protección, apreciando en los años revisados que en dicho
procedimiento, se efectúa una entrevista al destinatario de la medida quien expone las
condiciones en las cuales se llevó a cabo, y en dichas entrevistas se aprecia una
conformidad con la protección brindada, así como un sentimiento de seguridad al saber
que un funcionario policial visitaba frecuentemente su residencia en el caso del patrullaje
policial permanente.
Dicho Tribunal de Control la acuerda de inmediato, sin mayor dilación, pero en casos
extremos podrá acordar una audiencia especial para resolver el petitorio, y al ser
acordada, la Fiscalía Superior por conducto de la Unidad de Atención a la Víctima, se
mantiene vigilante para garantizar su efectivo cumplimiento. La petición de protección
puede ser planteada por la víctima ante cualquier órgano de seguridad del Estado, unidad
o dependencia fiscal, pero en definitiva debe ser sustentado con las actuaciones que
integran la investigación para demostrar su condición de víctima.
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
59
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
1. Conclusiones.
La gran mayoría de los estudios científicos y criminológicos, consideran es los
derechos y garantías constitucionales de los procesados o de aquél que comete el
injusto penal, dejando a un lado la víctima cuyo derecho fue violentado por ese
agresor.
Para llevar a cabo la protección de las víctimas de delitos, que también es objetivo del
proceso penal, tampoco existían leyes especiales que desarrollaran las condiciones
en las cuales debía llevarse a cabo las medidas de protección.
Los participantes en el conflicto son víctima e imputado, pero el Estado le expropia los
derechos a las víctimas y asume el conflicto que inicialmente se genera entre ellos,
para convertir la relación Estado versus imputado, con todo el poder que tiene el
primero, vulnerando con acciones legales tanto la libertad como los demás derechos
del imputado; fuerza ésta que es necesario limitarla ya que puede vulnerar no solo al
imputado sino a todo ciudadano e incluso a la propia víctima.
El enfoque más reciente del Derecho se dirige a devolver a la víctima un poco de esos
derechos que le fueron expropiados, a incluirlo de donde lo sacaron, a devolver su
oportunidad de participar en el conflicto y en la solución de este.
60
Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,
publicada en la Gaceta Oficial de 2007, también contempla formas de protección
personal de una manera directa.
2. Recomendaciones.
Las medidas de protección deben ser acordadas directamente por el Fiscal del
Ministerio Público que dirige la investigación, es decir, que tenga tal facultad para
hacer el procedimiento mas expedito, evitando dilaciones innecesarias en la
protección directa de las víctimas.
Las Unidades de Atención a las Víctimas, adscritas a las Fiscalías Superiores del
Ministerio Público de cada Circunscripción Judicial, se encargan de prestar los
servicios de protección, asesoría, apoyo, información y educación sobre sus
derechos a esas víctimas de delitos penales, pero deben ser dotas de equipos
62
Libros de Texto:
ZAFFARONI, Eugenio Raúl. (1990). En busca de las penas perdidas. Editorial Temis.
Bogotá, Colombia.
FERRER CARRASCO, María (1989). “La Victimología: Las Víctimas de Delito. Derechos
y Servicios”). V Jornadas Venezolanas de Criminología. “Estado actual de la criminología
en Venezuela, Barquisimeto – Venezuela.
HAN, P. (2001). “Algunas Reflexiones sobre la reforma del Código Orgánico Procesal
Penal Venezolano”. Capítulo Criminológico. Volumen 29, N° 2. Instituto de Criminología.
Universidad del Zulia, Maracaibo - Venezuela.
Otros:
Tesis de Grado:
GUTIÉRREZ PÉREZ, Carlos (2004) La Acción Civil Derivada del Delito. Trabajo Especial
de Grado para optar al Título de Magíster. Universidad del Zulia, Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas. Maracaibo, Venezuela.
Ello, frente a la necesidad de dar respuesta a una dinámica social donde coexisten una
serie de fenómenos delictivos, que colocan a las víctimas y otros sujetos procesales frente
a estructuras de poder, integradas por el crimen organizado, el narcotráfico, la mafia,
entre otras, que ponen en riesgo la seguridad y la integridad no sólo de las víctimas sino
de la misma investigación penal.
La realidad venezolana y un estudio del derecho comparado en esta materia, nos hace
concluir que en lo que al proceso penal se refiere, no sólo la víctima debe ser sujeto de
protección, sino que existen una serie de actores, que por su intervención dentro del
proceso penal requieren de la misma protección efectiva, que les permita contribuir con
uno de los principales objetos del proceso, cual es la búsqueda de la verdad.
Así, tenemos que tanto víctimas, como testigos, expertos, peritos y miembros del
Ministerio Público e incluso funcionarios de seguridad del Estado, que en determinado
momento pueden colaborar con el esclarecimiento de un caso, pueden ser víctimas a su
vez de intimidación, amenazas o coacción, con el objeto de que no acudan a los procesos
o para que su participación en éstos no sea realmente efectiva, llevándolos -muchas
veces- a dar declaraciones que no se corresponden con la realidad, y que por lo tanto no
aportan nada al proceso.
Aunado a la debilidad legal e institucional que existe actualmente en nuestro país en esta
materia de protección de las víctimas, testigos y demás sujetos procesales, lo cual
obstaculiza la eficacia y la transparencia de los proceso penales y en definitiva de la
Justicia, tampoco se cuenta actualmente con una ley especial que expresamente proteja
la participación de los sujetos procesales, a pesar que el artículo 30 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela contempla la protección a las víctimas de
violaciones de derechos humanos, y el compromiso de tomar medidas legislativas que
permitan hacer efectiva su indemnización.
69
En este sentido, los artículos 23, 118, 119, 120 y 122 del Código Orgánico Procesal
Penal, contemplan igualmente un régimen de protección de víctimas en el ámbito del
proceso penal; no obstante ello, a la fecha no se cuenta con mecanismos efectivos que
brinden debidas garantías de seguridad en esta materia.
En tal sentido, se prevé que las autoridades a cargo de las cuales estará la aplicación de
la Ley, son el Ministerio Público y los tribunales competentes, quienes instrumentarán
70
todo tipo de medidas para dar cumplimiento a las disposiciones de la misma, y quienes
además se encuentran obligados a proporcionar asistencia y protección, conjuntamente
con los órganos de policía de investigaciones penales y de manera especial con la
colaboración de algunos ministerios (Interior y Justicia, del Trabajo y Vivienda y Hábitat),
actuando todos en forma coordinada.
De igual forma, se crean una serie de mecanismos que permitirán la aplicación efectiva de
la presente ley, como lo son: una línea de emergencia, para atender a las personas que
gocen de alguna medida de protección; brigadas policiales especiales, para dar
cumplimiento efectivo a las medidas; centros de refugio, los cuales serán coordinados
por el Ministerio Público, y estarán destinados a albergar por el tiempo que sea necesario
a las víctimas y sujetos protegidos, para salvaguardar su integridad física; Fondo para la
protección y asistencia de las víctimas, el cual estará constituido por una serie de
recursos destinados a financiar la ejecución de programas acciones y servicios de
protección, asistencia y atención a las víctimas y que se encontrará adscrito al Ministerio
Público, debiendo dictarse su reglamento.
A través de esta Ley se prevé que los fiscales del Ministerio Público, pueden solicitar una
serie de medidas de protección que son de dos tipos: 1) las extra proceso, entre las
cuales destacan: la custodia personal o domiciliaria; alojamiento temporal en lugares
reservados o en los centros de refugio que se crearán; cambio de domicilio; suministro de
medios económicos para alojamiento, transporte, alimentos, reinserción laboral, etc. 2) las
intra proceso: preservación de la identidad de los sujetos protegidos, de su domicilio,
profesión y lugar de trabajo; uso de procedimientos para evitar la identificación visual; que
no conste en diligencias que se practiquen datos que permitan la identificación del sujeto
protegido, entre otras.
Todas las medidas son de carácter provisional, y deben ser inmediatas y efectivas, para lo
cual se establece un procedimiento expedito para que sea acordada, puesto que cuando
los fiscales reciban una solicitud de protección (o incluso de oficio), tramitarán lo
71
conducente ante el Fiscal Superior de la correspondiente circunscripción judicial, quien –
previo análisis de unos requisitos de procedencia- la presentará ante el órgano
jurisdiccional, para que éste las decrete estableciendo las circunstancias de modo, lugar y
tiempo en que se ejecutarán las mismas.
De igual forma, la persona a la que se le acuerda una medida de protección, deberá
comprometerse ante el Ministerio Público a cumplir con una serie de condiciones para el
mantenimiento de la misma, que de ser inobservadas, supondrían la revocación de la
medida.
ANEXO 2: Jurisprudencias.
Por tratarse de un procedimiento expedito, nada obsta para que puedan ejercerse las
actuaciones necesarias para tutelar cualquier derecho que se infrinja, accionando a
través de los recursos correspondientes, así encontramos: