Sunteți pe pagina 1din 83

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA


FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
DIVISION DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRIA LATINOAMERICANA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLOGICAS

LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN PERSONAL DE LAS VÍCTIMAS  
EN EL PROCESO PENAL VENEZOLANO  
 

TRABAJO ESPECIAL DE GRADO


PARA OPTAR AL TITULO DE MAGISTER EN CIENCIAS
PENALES Y CRIMINILOGICAS

Autor:
EUDOMAR G. GARCIA BLANCO
C. I. V-11.220.596

Tutor Académico:
NICDORIS D. VILLALOBOS F.
C.I. V-5.060.400

Maracaibo, Enero de 2009


LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN PERSONAL DE LAS VÍCTIMAS  
EN EL PROCESO PENAL VENEZOLANO  
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
DIVISION DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
MAESTRIA LATINOAMERICANA EN
CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLOGICAS

MARACAIBO – VENEZUELA

ACTA DE VEREDICTO

Quienes suscriben, miembros del jurado examinador del trabajo de grado para optar al
título de Magíster Scientiarum en Ciencias Penales y Criminológicas, Nivel Maestría,
sobre el tema “LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN PERSONAL DE LAS VÍCTIMAS EN EL
PROCESO PENAL VENEZOLANO”, presentado por el Abogado EUDOMAR GREGORIO
GARCIA BLANCO, Cédula de Identidad N° V-11.220.596, reunidos el día __________ de
______________ de 2009, a las ______horas de la ___________ en la sede de la
División de Estudios para Graduados de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de
la Universidad del Zulia, tomando en consideración el trabajo presentado, su exposición y
argumentación, el jurado sin hacerse solidario con los conceptos emitidos por su autor,
acuerda darle la calificación de __________ puntos.

Dr.: ________________________________________
C.I.: ______________________

Dr.: ________________________________________
C.I.: ______________________

Dr.: ________________________________________
C.I.: ______________________
DEDICATORIA

A Dios Todopoderoso, que siempre esta a mi lado guiando cada paso que doy.

A la memoria de Paulina y Emérito, quienes fueron padres ejemplares que sembraron en


mi el fruto que hoy cosecho.

A mi Anita María, por acompañarme como amiga y esposa, pendiente de ayudarme con
la carga cuando se hace pesada.

A Eduardo Andrés y Eudo Alejandro, a quienes les debo todo el tiempo que les he
quitado para prepararles su futuro. Hijos, esto es por ustedes.

A mis queridos hermanos, por la confianza y gran ayuda que me brindaron cuando mas
los necesité, y muy especialmente Américo Ramón, ya que su discapacidad se convirtió
en mi fortaleza.

IV
AGRADECIMIENTO

A mis amigos, colegas y compañeros de trabajo del Ministerio Público que me prestaron
su apoyo para la elaboración de éste trabajo.

Al personal de la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público y al personal del


Circuito Judicial Penal, todos de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira quienes
facilitaron toda la información necesaria para la realización del presente trabajo especial
de grado.

V
GARCÍA B., Eudomar G., Las Medidas de Protección Personal de las Víctimas en el
Proceso Penal Venezolano. Proyecto de Trabajo Especial de Grado. Maestría
Latinoamericana en Ciencias Penales y Criminológicas. División de Estudios para
Graduados de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela, 2009

RESÚMEN

El Código Orgánico Procesal Penal vigente establece los derechos de las víctimas de
delitos para lograr la reparación del daño que le ha sido causado, mientras que otras
leyes especiales contemplan su protección personal cuando así lo requieran, por lo que
en esta investigación, mediante un estudio descriptivo y a través de variables e hipótesis,
analizó las formas de protección personal de las víctimas por parte del Estado.

Además, se realizó el análisis de estas medidas de protección personal como institución


procesal basado en la doctrina y la jurisprudencia, para determinar su aplicación práctica
en la actualidad procesal penal venezolana, todo con el fin de crear herramientas
jurídicas básicas sobre el tema, observándose que en la Circunscripción Judicial del
Estado Táchira sí se aplican las medidas de protección personal regidas por el
procedimiento establecido en la ley especial, pero se requiere de la intervención de
órganos especializados para garantizar que no se instaure una doble victimización.

PALABRAS CLAVES: Código Orgánico Procesal Penal, Víctima, Delito, Medidas de


Protección.

E-mail: eudomargarcia@hotmail.com

VI
García B., Eudomar G., The Personal -Protection Measures of the Victims in the Penal
Venezuelan Process. Special WorkProject in Master´s Degree. Latin-American master´s
in Penal and Criminological Sciences. Research Board for Postgraduate students from
The University of Zulia State, Maracaibo – Venezuela, (2009), p.69.

ABSTRACT

The Organic Procedural Penal Code currently in force establishes the rights of the victims
of crimes to achieve the repair of the hurt which has been caused, whereas other special
laws contemplate personal protection when they need it, thereby in this research, by
means of a descriptive study and across variables and hypothesis, the forms of personal
protection of the victims on the part of the State are analyzed.

In addition, the analysis of these measures of personal protection as procedural institution,


based on the doctrine and the jurisprudence was also carried out to determine its practical
application on the procedural penal Venezuelan reality; everything aimed to create
juridical basic tools on the topic; being observed that in the Judicial Circumscription of the
Tachira State, the measures of personal protection ruled by the procedure established in
the special law are actually applied but the intervention of specializing organs is required
to guarantee that the double one is not restored victimization.

Key words: Organic Procedural Penal Code, Victim, Crime, Protection measures.

E-mail: eudomargarcia@hotmail.com

VII
INDICE GENERAL

VEREDICTO…………………………………………………………………………………..…III
DEDICATORIA....……………………………………………………………………………..…IV
AGRADECIEMIENTOS……..…………………………………………………………………..V
RESUMEN ……………………………………………………………………………………...VI
ABSTRACT……………………………………………………………………………………. VII
INDICE…….……………………………………………………………………………………VIII

INTRODUCCION…..……………………………………………………………………………..1

CAPÍTULO I: EL PROBLEMA
1. Planteamiento del Problema………………………………………………………….....….. 4
2. Formulación del Problema. …………………………………………………………………. 6
3. Objetivos de la Investigación. ….……………………………………………….…………... 9
3.1. Objetivo General. …………………………………………………………………………... 9
3.2. Objetivos Específicos…………………….………………………………………………… 9
4. Justificación de la Investigación. …..……………………………………………………….. 9
5. Delimitación de la investigación……….…………………………………………………… 11

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO


1. Antecedentes de la Investigación. ………………………………………………………... 13
2. Bases Teóricas. …………………………………………………………………………….. 13
2.1. Nociones fundamentales de la víctima. …………………………………………….….. 13
2.2. La Victimología y su concepción de víctima. ………………………………………….. 16
2.3. El Derecho Penal y la noción de víctima. ………………………………………..……. 17
2.4. Reconocimiento internacional de los derechos de las víctimas. ……………………. 17
2.5. La víctima en el proceso penal venezolano. …………………………………………… 19
2.6. El derecho de protección personal. ……………………………………………………... 22
2.7. El Estado Social de Derecho. ……………………………………………………………. 25
2.8. La Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos
Procesales. ..………………………………………………………………………………. 26
2.9. Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia. …………………………………………………………………………………… 29
2.10. Las medidas de protección en el Derecho Comparado. ……………………………. 32
3. Sistema de Hipótesis o Supuestos de Investigación. …………………………………... 39
4. Operacionalización de las Variables de Investigación………………………………….. 39
5. Definición de Términos Básicos. …………………………………………………………... 41

CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO


1. Tipo de Investigación. ………………………………………………………………………. 45
2. Diseño de la Investigación. ………………………………………………………………… 45
3. Método de Investigación. ………………………………………………………………….. 46

VIII
4. Técnicas de Recolección de Datos. ………………………………………………….…… 46
5. Instrumentos de Recolección de Datos. ………………………………………….….…… 47
6. Plan de análisis. …………………………….……………………………………….….…… 47

CAPÍTULO IV: ANALISIS DE LOS RESULTADOS


1. Nociones fundamentales de la concepción de víctima, desde la Victimología y el
Derecho Penal……………..……………………………………………………………………. 49
2. Las Medidas de Protección de las víctimas como institución procesal, y disposiciones
legales que garantizan la protección de las víctimas en el proceso penal……………….. 49
3. Intervención del Estado para garantizar el cumplimiento de la protección de las
víctimas de delitos en el proceso penal………………………………………………….…… 50
4. Aplicación práctica de las medidas de protección personal en el proceso penal
venezolano ………………………………………………………………………….…………... 51
5. Procedimiento para la protección de las víctimas de delitos de acción pública en el
ordenamiento jurídico venezolano…………………………………………………………… 54

CAPÍTULO V: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES


1. Conclusiones ……………………………………………………..….……………………… 57
2. Recomendaciones ………………………………………………..…..…………………….. 59

CAPÍTULO VI: REFERENCIAS DOCUMENTALES


Referencias Documentales. …………………………………..……..……………………….. 62

ANEXOS.

ANEXO 1: Exposición de Motivos del Anteproyecto de Ley de Protección de Víctimas,


Testigos y demás Sujetos Procesales presentado por La Fiscalía General de la República
ante la Asamblea Nacional, aprobado en definitiva para conformar la actual Ley Especial
de 2006. ……………..…………………………..………………..…………………………….. 51
ANEXO 2. Jurisprudencias …………………………………….…………..…………………. 71

IX
1

INTRODUCCION

Debido a la constante transformación por la que atraviesa la humanidad tanto en lo


político, económico, social, ideológico, como los grandes avances médicos entre otros
aspectos, lo jurídico no puede quedarse atrás debiendo avanzar en realidad, delante de
esas transformaciones.

Es por eso que en la última década, se observan grandes cambios introducidos en el


ordenamiento jurídico global, sumándose a ello el ordenamiento jurídico venezolano,
como lo fue la entrada en vigencia de una nueva Constitución Nacional en el año 1999,
así como el moderno Código Orgánico Procesal Penal, que cambió radicalmente el
sistema procesal venezolano, rigiendo el sistema Acusatorio que a su vez plantea nuevas
instituciones jurídicas de una forma radical como el reconocimiento de los derechos e
igualdad entre las partes, todo esto seguido de la entrada en vigencia de otros cuerpos
normativos como la Ley Orgánica del Ministerio Público, la Ley Sobre el Derecho de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y la Ley Sobre la Protección de Víctimas, Testigos
y demás Sujetos Procesales, entre otras.

Partiendo de esa moderna concepción de garantías y derechos constitucionales, es que


se desarrolla el presente trabajo para conocer las Medidas de Protección Personal de las
Víctimas en el Proceso Penal Venezolano, el cual se encuentra dividido en los siguientes
capítulos:

El primer capítulo está dedicado al planteamiento del problema, su formulación y


sistematización, con sus correspondientes objetivos generales y específicos, justificando
y delimitando la investigación.

En el segundo capítulo, se contempla todo lo relativo al marco teórico, es decir, se dan a


conocer los antecedentes de la investigación, las bases teóricas, la concepción de
víctima, sus derechos en la legislación nacional, así como el análisis en el derecho
2

comparado, dando a conocerse además el sistema de hipótesis o supuestos de


investigación, la operacionalización de las variables, y la definición de términos básicos
para la mejor comprensión del informe presentado.

El capítulo III denominado marco metodológico, incluye el tipo de investigación, los


métodos y las técnicas e instrumentos de recolección de datos empleados. Es decir, las
bases metodológicas que soportan esta investigación

El capitulo IV, consagra lo atinente al análisis de los resultados obtenidos durante el


desarrollo de esta investigación y que permiten comprobar las hipótesis planteadas.

En el Capitulo V, se encontraran plasmadas las conclusiones y recomendaciones de la


investigación.

Para concluir, el Capitulo VI, contiene la información sobre las referencias bibliográficas,
hemerográficas o de cualquier otra fuente sobre la cual se sustentó la investigación.
CAPÍTULO I:
EL PROBLEMA
4

CAPÍTULO I
EL PROBLEMA.

1. Planteamiento del Problema.


En el año 1999 entró en vigencia el Código Orgánico Procesal Penal en la República
Bolivariana de Venezuela, con reformas posteriores, destinado a cambiar el proceso
penal ya que introduce la figura del proceso acusatorio para dejar a un lado la inquisición
regida por el Código de Enjuiciamiento Criminal, con grandes innovaciones en las
instituciones procesales y afirmando los principios que caracterizan el nuevo modelo
procesal penal, muy particularmente la oralidad y la publicidad.

El nuevo sistema acusatorio se implementa bajo un ambiente preparado por los Tratados
Internacionales suscritos y destinados a la protección de los derechos humanos de todos
los individuos que se encuentran en territorio venezolano, de allí que en el mismo se
contemplan una serie de disposiciones expresas para la protección de esos derechos
fundamentales, como complemento de las disposiciones constitucionales, de cuyo
análisis observamos que en su gran mayoría son para la protección de los derechos y
garantías del sujeto activo del delito, es decir, del ciudadano que comete el delito,
victimario o imputado.

El referido texto legal, incluye entre su normativa vigente, además de la protección de los
derechos y garantías constitucionales de los imputados, algunos derechos que se le
confiere a la víctima de un delito en el proceso penal, en su afán de lograr un equilibrio e
igualdad entre las partes, estableciendo que la protección de la víctima y la reparación del
daño causado a la misma, son objetivos del proceso penal.

Los derechos de los imputados no sólo se encuentran enunciados por la Constitución


Nacional y desarrollados por el Código Orgánico Procesal Penal, sino también por otras
leyes especiales que regulan la forma de obtención de los beneficios procesales, sin
5

mencionar los beneficios que por razón de la edad establece la Ley Orgánica para la
Protección del Niño y del Adolescente.
Lo propio no ocurre con las Víctimas de delitos, ya que en Venezuela no existen leyes
especiales que desarrollen de una forma concentrada, esos principios constitucionales y
derechos procesales de las víctimas. En efecto, si el objetivo del proceso penal es la
reparación del daño causado a la víctima, en todas las fases en que éste se encuentre,
no deberían observarse en los organismos de seguridad del Estado, en las
dependencias del Ministerio Público y del Poder Judicial, la gran afluencia de ciudadanos
que claman porque algún daño ocasionado por otro miembro de la sociedad, le sea
resarcido, solicitando la intervención del Estado a los efectos de su mediación y por ende
la solución del conflicto.

La víctima no espera otra cosa que la reparación efectiva e inmediata del daño que le fue
ocasionado, pero debe esperar hasta el pronunciamiento de la sentencia condenatoria a
los efectos de lograr algún reclamo o resarcimiento económico de forma forzosa, empero,
en la norma procesal existen medios alternativos a la prosecución del proceso, que no
garantizan que se puedan aplicar en la comisión de todos los delitos de acción pública,
pues con un ejemplo tan elemental como es alguno de los delitos contra las personas,
aquél que se encuentre recluido en un centro hospitalario producto de las lesiones
ocasionadas por otro ciudadano, con un nivel socioeconómico que no le permita sufragar
todos los gastos que se deriven de su atención médica, evidentemente que lo que espera
es la indemnización inmediata por parte de su agresor.

Mas allá de observar una igualdad, se aprecia hacia qué lado se inclina la balanza en
cuanto beneficios o derechos procesales se refiere, pues la víctima es considerada a los
efectos de establecer su participación en el proceso penal, pero no para garantizarles
derechos tan específicos que aseguren su presencia permanente en el proceso, como
sería por ejemplo, garantizarle su traslado hasta los lugares donde sea requerida su
presencia como en los órganos de investigaciones penales, dependencias fiscales y
juzgados en general.
6

Todos los estudios científicos y criminológicos, siempre parten de los derechos y


garantías constitucionales de los procesados o de aquél que comete el injusto penal,
realizándose estudios socioeconómicos para demostrar su nivel de pobreza y su
condición en la sociedad, dejando a un lado al ciudadano que es abordado por ese
protagonista del determinado estudio jurídico, quien violenta su derecho y motiva a que el
Estado intervenga con sus normas penales; víctima esta que también padece estados de
pobreza crítico.

De allí, que se puede afirmar que el abandono de los derechos de las víctimas de delitos,
ha perdurado en el tiempo y en el espacio, ya que aún cuando el Código Orgánico
Procesal Penal los considere de alguna manera especial, el ordenamiento jurídico en
general los abandona al no existir leyes especiales que desarrollen todos esos derechos.
Igual ocurría con la protección de las víctimas de delitos, que también es objetivo del
proceso penal, que así como en la reparación del daño causado a la misma, tampoco
existían leyes especiales que desarrollaran las condiciones en las cuales debía llevarse a
cabo las medidas de protección.

Los participantes en el conflicto son víctima e imputado, pero el Estado le expropia los
derechos a las víctimas y asume el conflicto que inicialmente se genera entre ellos,
entonces la relación se convierte en el Estado frente al imputado, con todo el poder que
tiene el primero, para, a través de la violencia, vulnerar legalmente la libertad y demás
derechos del imputado. Todo el esfuerzo estuvo dirigido a buscar limitar esa fuerza del
Estado, a canalizar el uso de esa fuerza, con la cual puede vulnerar no solo al imputado
sino a todo ciudadano e incluso a la propia víctima.

El enfoque más reciente del Derecho se dirige a devolver a la víctima un poco de esos
derechos que le fueron expropiados, a incluirlo de donde lo sacaron, a devolver su
oportunidad de participar en el conflicto y en la solución de este, sin abandonar del todo o
casi nada, el ejercicio que el Estado realiza de los derechos de la víctima en nombre de
éste y de la sociedad.
7

De allí el reconocimiento de los derechos de las víctimas en el Código Orgánico Procesal


Penal y las leyes que en busca de su protección se han establecido y la consiguiente
reparación del daño a través de la aplicación de la pena al imputado y la indemnización
que puede pedirse, pero que el Estado a través de sus instituciones de administración de
justicia no realiza porque no tiene la capacidad de generar tantos juicios como respuestas
se requieran. Además, no todos los casos tienen a la pena como solución, son el menor
número de ellos, pues las cifras grandes de procesos penales mueren en el archivo fiscal
y en el sobreseimiento. Sin embargo aún así, el Estado no tiene la capacidad a través de
sus instituciones de dar respuesta, por tanto la indemnización se convierte en simbólica.

El Código Orgánico Procesal Penal y la Ley Orgánica del Ministerio Público, de forma
muy tímida introdujeron las bases legales para que prosperan tales medidas, pero es a
partir de la publicación en la Gaceta Oficial N° 38536 de fecha 4 de octubre de 2006 de la
novísima Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales, que se
explanan las formas de cumplimiento de éstas, así como los organismos en específico
que se encargarían de cumplir con las medidas de protección de la víctima a cuyo favor
hayan sido acordadas.

Cuando los índices delictivos en Venezuela se incrementan, se incrementa también la


cantidad de víctimas insatisfechas con el proceso penal, quienes no denuncian algún
hecho cometido en su perjuicio debido a las incomodidades que se le ocasionan, o bien
hasta celebran acuerdos no autorizados con los imputados o con los familiares de éstos,
obligados por amenazas, aceptando proposiciones que no garantizan el cumplimiento de
la reparación del daño causado por no contar con la protección efectiva por parte del
Estado a través de políticas de protección.

Si en una situación de calamidad natural como inundaciones, incendios, etc., se nota la


presencia de los organismos gubernamentales y otras asociaciones para brindar atención
y apoyo solidario, en situaciones de calamidad social como la pobreza de las víctimas
que se agrava con ocasión del hecho punible, debiera existir también intervención para
8

evitar el aumento de esa situación, ya que la atención que el Estado debe brindar a las
víctimas en materia de delitos es determinante para evitar la impunidad, ya que ello
coadyuvaría a una presencia efectiva de todos los ciudadanos en el proceso penal, de no
hacerlo, se estarían aportando motivos para que ésta se sienta insatisfecha al requerir la
intervención del Estado.

Los derechos de las víctimas deben ser garantizados, desde el inicio del proceso penal,
puesto que en algunos casos los delitos son cometidos en el seno del núcleo familiar,
como lo es el caso de la violencia doméstica donde la madre que no tiene ningún tipo de
ingresos, queda desamparada después de ser objeto de maltratos por parte de su pareja,
porque no existía la garantía de que sus actividades sociales estarían aseguradas
después de decidirse a denunciar, como así lo establece la también novísima Ley
Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, publicada en la
Gaceta Oficial N° 38.647 de fecha 19 de marzo de 2007, que también contempla formas
de protección personal de una manera muy directa.

Se debe determinar en principio, las necesidades básicas de las víctimas en el proceso


penal, y posteriormente realizar un planteamiento acerca de las políticas de estado que
deben implementarse para garantizar efectivamente los derechos de estas, para cumplir
de manera eficaz con la “protección y reparación del daño que le ha sido causado”.

Por otro lado, cabe destacar que la Ley Orgánica de Protección del Niño y del
Adolescente, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 5266 de fecha 02 de
octubre de 1998 y la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada publicada en la
Gaceta Oficial Nº 38.281 de fecha 27 de septiembre de 2005, regulan formas de
protección personal, pero no desde la óptica de esta investigación, pues se trata de
medidas dispuestas hacia el infractor con ocasión del delito cometidos.

2. Formulación del Problema.


9

Los sujetos procesales que intervienen en el proceso penal, particularmente las víctimas,
requieren de la garantía de su integridad física, psicológica y hasta patrimonial para
participar libre de cualquier coacción, amenazas o atentados en su contra y la de su
grupo familiar o entorno. Esa garantía debe ser satisfecha por los organismos de
seguridad y operadores de justicia.
Partiendo de este planteamiento, mediante un estudio descriptivo y a través de variables
e hipótesis, en la presente investigación se analizarán las formas de protección personal
de las víctimas por parte del Estado Venezolano, incluyendo su estudio como institución
procesal, para fundamentalmente determinar su aplicación práctica en la actualidad
procesal penal venezolana.

El planteamiento anterior, conlleva a la necesidad de formular las siguientes


interrogantes:

 ¿Tienen aplicación las Medidas de Protección Personal de las Víctimas en el


proceso penal venezolano?
 ¿Cuáles son las disposiciones legales del ordenamiento jurídico venezolano que
garantizan los derechos de las víctimas en el proceso penal?
 ¿De qué manera el Código Orgánico Procesal Penal vigente, contempla el derecho
de protección de las víctimas?
 ¿Es posible determinar las condiciones en las cuales el Estado puede intervenir
para garantizar el cumplimiento efectivo de la protección de las víctimas de delitos
en el proceso penal?

3. Objetivos de la Investigación

3.1 Objetivo General


Analizar de manera descriptiva las formas de protección personal de las víctimas de
delitos de acción pública, dentro del proceso penal venezolano con la finalidad de
establecer la participación del Estado en el cumplimiento del derecho de asistencia.
10

3.2 Objetivos Específicos


 Delimitar jurídicamente las Medidas de Protección de las Víctimas como institución
procesal.
 Abordar cuáles son las disposiciones legales del ordenamiento jurídico venezolano
que garantizan la protección de las Víctimas en el proceso penal.
 Establecer las condiciones en las cuales el Estado puede intervenir para garantizar
el cumplimiento de los derechos de las víctimas de delitos en el proceso penal.
 Identificar el procedimiento actualmente establecido para la protección de las
víctimas de delitos de acción pública en el ordenamiento jurídico venezolano.

4. Justificación de la Investigación.
Históricamente, la víctima o sujeto pasivo del delito ha sido apartada de los estudios
científicos, puesto que se le ha dado prioridad al estudio del imputado o sujeto activo, sin
brindarle el trato adecuado al primer grupo mencionado considerado el débil jurídico en
ese hecho punible, es por ello, que el presente trabajo de investigación está orientado al
estudio de la víctima en el proceso penal, creando con ello una herramienta para el
conocimiento de una de las partes que se encuentran en una relación jurídico penal,
como lo es la víctima o débil jurídico.

En la actualidad, una de las leyes más importantes y novedosas en el ordenamiento


jurídico penal venezolano es la Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos
Procesales, en virtud de que establece los principios que rigen la protección y asistencia
de los derechos e intereses de las víctimas, testigos y demás sujetos procesales,
regulando con ello su ámbito de aplicación, ya que las normas dispersas en nuestra
legislación no eran lo suficientemente claras y precisas al momento de hacer uso de ellas;
de allí pues que el tema de la protección de las víctimas es novedoso en Venezuela.

El propósito de este estudio, es señalar los aspectos básicos de los derechos de las
víctimas establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y
11

demás leyes, así como mencionar la importancia que tienen los Derechos Humanos de
las víctimas de delitos y de abusos de poder. Además, señalar las prerrogativas
procesales que ofrece el Código Orgánico Procesal Penal y las posibles
recomendaciones en cuanto al funcionamiento de las Instituciones del estado, que
prestan ayuda, orientación y difusión de los derechos de las víctimas, para implantar en
ellas la confianza y seguridad necesaria para la buena marcha de nuestro sistema de
justicia.
La presente investigación se enmarca dentro de las líneas de investigación denominadas
“Administración de Justicia y Derechos Humanos” que desarrolla el instituto de
Criminología Doctora Lolita Aniyar de Castro de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas de la Universidad del Zulia, por lo que se espera contribuir con este estudio al
desarrollo de dichas líneas de investigación, cumpliendo con la normativa que la regula.

5. Delimitación de la investigación.
A los efectos de lograr los objetivos propuestos, el tratamiento de la víctima ha de ser
desde la óptica del Ministerio Público, por ser este organismo el titular de la acción penal
en el caso de delitos de acción pública, y es quien dirige las investigaciones donde se
encuentran afectados los derechos de los ciudadanos.

Como quiera que tanto la Constitución Nacional de 1999, el Código Orgánico Procesal
Penal de 2001, y la Ley de Protección de Victimas, Testigos y demás Sujetos Procesales
de 2006, vigentes para este momento con las distintas reformas sufridas, refieren a la
víctima y su protección en su esencia dentro del actual proceso penal acusatorio, es el
contenido de éstas normas que sustentan la delimitación legal de la investigación
desarrollada. El presente estudio se centra además en los aportes del Derecho Procesal
Penal, apoyados en una corriente moderna, como los es la Victimología.

A los efectos de cumplir con la presentación del Trabajo Final de Grado, la investigación
se inició desde el mes de abril de 2008, y culminó en el mes de noviembre del mismo
año.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
13

CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO

1. Antecedentes de la Investigación.
Carlos Alberto Gutiérrez Pérez en su Trabajo Especial de Grado para optar al Título de
Magíster en Ciencias Penales y Criminológicas ante la Universidad del Zulia en el año
2004 y que denominó “La Acción Civil Derivada del Delito”, señala que esta acción civil de
carácter constitucional ofrece a la víctima una herramienta efectiva en la restitución del
derecho y el resarcimiento del daño que produce el hecho punible. En ese trabajo, el
investigador determinó que es mínima la aplicación de la acción civil derivada del delito
en la práctica forense, y tal circunstancia obedece principalmente al desconocimiento que
sobre la misma tiene la víctima, a pesar de ser un derecho de naturaleza civil que
persigue su protección integral en el proceso penal o con ocasión del mismo, toda vez
que la sanción civil conlleva una restitución o reparación del daño material, y en su caso
una indemnización del daño moral.

La citada investigación refiere la óptica desde la cual es enfocado el rol de víctima en el


proceso penal, que aún cuando se fortalece lo que sería la reparación del daño causado,
es analizada la protección también desde el aspecto patrimonial y económico, por ello se
pretende en el desarrollo de la presente investigación el desarrollo de la protección no
solo desde una perspectiva patrimonial y económica, sino de tipo personal, física y
psicológica, que abarque a la persona directamente afectada y a su entorno o grupo
familiar.

Igualmente, Maria Alejandra Fernández González en su Trabajo Especial de Grado para


optar al Título de Magíster en Ciencias Penales y Criminológicas ante la Universidad del
Zulia en el año 2007 y que denominó “El Garantismo dentro del sistema penal en
Venezuela: Lineamientos para un nuevo Código Penal desde la perspectiva de la
criminología crítica” analiza la teoría garantista dentro del sistema penal venezolano a
objeto de establecer los lineamientos de esta materia que deben ser tomados en cuenta
14

en el momento de elaborar un nuevo instrumento penal sustantivo desde la mirada de la


criminología critica, determinando que la longevidad del código venezolano actual
conduce la necesidad de readaptar dicho instrumento penal sustantivo a la realidad
política, social y cultural de la Venezuela actual, debiendo estar inspirado en la teoría del
garantismo penal y concatenado con lo que la Carta Magna venezolana y el Código
Orgánico Procesal Penal consagran en materia de Derechos Fundamentales requiriendo
para ello la primacía del Estado de Derecho con la correspondiente interdependencia de
los poderes públicos en Venezuela y la democracia como forma de gobierno.

2. Bases Teóricas.

2.1. Nociones fundamentales de la víctima.


La inquietud sobre el tema de las víctimas, es una situación que ha ocupado a varios
autores en los últimos años, quienes han dedicado algunos espacios de sus obras para
establecer la existencia de una persona afectada por un elemento exterior o ajeno a éste,
aún cuando algunos de ellos simplemente lo mencionen como un agente necesario en la
relación jurídico penal.

Según María J. Ferrer Carrasco (1989), en su artículo “La Victimología: Las Víctimas de
Delito. Derechos y Servicios”, la preocupación por las víctimas de delito no es nueva, ya
que el antiguo Código de Hamurabí ya preveía disposiciones para la reparación de las
víctimas muchos siglos atrás. Muchas prácticas hechas costumbre en África y Asia que
no han logrado ser cambiadas por la colonización promueven la reconciliación entre el
delincuente y la víctima, y la reparación. Sin embargo, a través de los años los derechos
de las víctimas en muchos países han sido coartados por derechos que limitan los
procesos penales a la persecución del delincuente por parte del Estado. Durante los
últimos 30 a 40 años la víctima y su lugar dentro del Sistema de administración de
Justicia se ha convertido en un foco de atención creciente en muchos países.
15

Refiere Carrasco (1989), que el interés inicial en las víctimas de delito viene de
académicos tales como Amir (1971), Ellember (1954), Fattah (1967), Mendelson (1957),
Von Heting (1948), Wolfang y Sellin (1964) quienes empezaron interesándose en cómo la
víctima contribuye al delito (la víctima precipitadora). En los últimos quince años, sin
embargo otros académicos tales como Bard y Sangrey (1978), Salasin (1981), Shneider
(1982), Waller (1982) se han interesado en razones humanitarias, es decir, se han
interesado en el sufrimiento y las pérdidas de las víctimas. El interés por las víctimas de
delito también ha sido estimulado por el hecho de que el Sistema de Administración de
Justicia Penal depende de la cooperación de las víctimas y testigos.

Sin embargo, esa inquietud por resaltar a una persona afectada a quien denominamos
víctima, no conllevaba a darle el valor que merece en el proceso, sino solo a los efectos
de ubicarla en el campo penal debido a su relación con el sujeto activo del delito y el
sistema de justicia.

Es así como surge la necesidad de reivindicar a la víctima, ya que los procesos penales
no pueden estar dirigidos únicamente a la represión de aquél que comete un delito, por
considerarse que atenta contra el ordenamiento jurídico del Estado, sino que ese
atentado ocurre también contra los seres humanos. Es decir, la necesidad de atender
aquella persona que ha sido dañada o afectada por la comisión de un hecho calificado
como punible por la legislación penal, de aquél que resultó perjudicado por las
consecuencias de la lesión causada.

El autor Newman referido por Han P., (1999), afirma que el vocablo “víctima” apela a dos
variedades: “Vincire” que son los animales que se sacrifican a los dioses, o bien “Vincere”
que representa al sujeto vencido.

Por su parte, el diccionario de la Real Academia Española la define como la persona que
padece daño por culpa o por causa fortuita. En un sentido amplio, se entiende por
víctima, como ya se dijo, a la persona afectada por cualquier hecho punible, sea esta
16

persona jurídica, natural o algún pariente de éstas, y en sentido estricto se entiende que
es la persona directamente ofendida o afectada por ese hecho punible, ese daño puede
ser alguna pérdida económica, objetos personales o propiedades, lesiones físicas o
mentales o en fin, algún sufrimiento emocional.
Es necesario acotar que en Latinoamérica, son escasas las investigaciones de campo
desarrolladas en el área de la victimización y es a su vez un punto en el cual se le ha
dedicado poco espacio de estudio, ya que existen muchas víctimas que no denuncian el
hecho ocurrido en su contra, lo que repercute en el desconocimiento de su existencia,
esto es, lo que en el argot judicial se conoce como cifra negra.

Ahora bien, en un área de interés de la victimización es importante destacar la relación de


casos que se denuncian y que se dejan de denunciar; los motivos que impulsaron a las
víctimas a no formular la denuncia del agravio del cual fueron objeto; así como ciertos
datos concernientes a la misma víctima; al no ocurrir esto, se pierde buena parte de las
estadísticas y los datos son conocidos únicamente desde la perspectiva policial, es decir,
únicamente de los reportes recibidos de los organismos de seguridad del estado a los
cuales acuden las víctimas de delito. (Párraga, J., 1999).

2.2. La Victimología y su concepción de víctima.


La victimología, es una doctrina que se ocupa del estudio de las víctimas, siendo
considerada por los autores Mendelsohn y John Dussich (1987), como parte integrante
de la criminología, mientras que otros como Waller y Schneider, van mas allá al
establecerla como una disciplina separada de la criminología, ya que la primera ha dado
un paso adelante al considerar no solo al delito y al delincuente, sino también a esa parte
que resulta afectada; de ahí que dentro de la victimología se den dos perspectivas
fundamentales: una expansionista y otra restrictiva.

La perspectiva expansionista, entre cuyos exponentes se encuentran Mendelsohn (de


Israel), y John Dussich (de los Estados Unidos), plantea que la victimología debe estar
interesada en todos aquellos que sufren desgracia y requieren de ayuda como serían las
17

víctimas de delitos en los actos delictivos, las víctimas de terrorismo, guerra u opresión en
los actos agresivos; las víctimas de la pobreza y de las drogas en los actos negligentes y
las víctimas de huracanes, volcanes, terremotos e inundaciones en las causas
naturales. Esta perspectiva expansionista ha recibido algunas críticas ya que tanta
amplitud requiere de un hondo y exhaustivo análisis para la realización de una teoría.
Por su parte, los partidarios de la perspectiva restrictiva, entre ellos Waller y Schneider,
consideran que la victimología solo debe enfocarse en las víctimas de delito ya que de lo
contrario sería imposible distinguir entre aquellos diversos tipos de víctimas y los
delincuentes.

Para la victimología, la víctima que interesa es el ser humano que padece daño en los
bienes jurídicamente protegidos por el derecho penal cuya titularidad posee vida, salud,
propiedad, honor, honestidad, etc., sea por el hecho de otro, o sea incluso, por accidentes
debidos a factores humanos, mecánicos, etc., y modernamente se ha incluido a las
personas jurídicas como víctimas puesto que también son sujetos de derecho. (Pablo
Han, 1999).

2.3. El Derecho Penal y la noción de víctima.


En el Derecho penal la víctima es uno de los elementos del delito, una persona que sufre
la acción destructora o las consecuencias nocivas de la infracción. Se da aquí un
significado mas amplio, comprende a la persona que padece un daño y por tanto, que
desempeña un papel pasivo, pero también que ayuda, ella misma, a causar su propio
sufrimiento, o que sólo ella lo provoca y lo causa.

Con el término víctima en el Derecho Penal se designa a la persona que padece un daño
pero que ha participado directa o indirectamente en la producción de ese perjuicio,
movida por sus inclinaciones subconscientes o inconscientes. Por esto no es
exactamente lo mismo sujeto pasivo que víctima, ya que el papel de ésta en la infracción,
muchas veces no es totalmente pasivo; de ahí que cuando se habla de cada uno de los
elementos del delito fuere mejor mencionar a la víctima y no al sujeto pasivo.
18

2.4. Reconocimiento internacional de los derechos de las víctimas.


La Declaración Universal de los Derechos Humanos es uno de los documentos más
importante de toda la historia de la humanidad que contiene el reconocimiento de una
serie de derechos fundamentales e inherentes a la persona humana, que reconoce un
abanico de derechos de una manera generalizada; fue adoptada en diciembre de 1948
por resolución de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU).

El 29 de noviembre de 1985 fue aprobada la Declaración de Principios Básicos de


Justicia para las Víctimas de Delito y Abuso de poder, por parte de la Asamblea General
de la ONU. En ella se ha señalado que las necesidades y los problemas de las víctimas
de delito deben ser reconocidas en las leyes, las cuales deben fundamentarse en los
principios del derecho a la vida, la libertad, seguridad personal, y bienestar de todas las
personas, incluyendo las víctimas de delito. Igualmente señala que uno de los objetivos
del proceso de administración de justicia debe ser la reparación de la víctima; una
víctima tiene el derecho de obtener una justa reparación por parte de su ofensor,
incluyendo la restitución de la propiedad, o cuando fuere apropiado, a sus familiares, por
las pérdidas, penas y lesiones que ellos han causado.

Señala igualmente la citada Declaración de la ONU que el estado debe asegurar la


asistencia física, psicológica, social y el apoyo para las víctimas, incluyendo asistencia
legal, ayuda material y retorno rápido de sus propiedades. Por su parte, la Federación
Mundial para la Salud Mental, en cuanto a este particular ha señalado que debe otorgarse
atención al miedo, la rabia, ansiedad y shock que pueda consumir a las víctimas después
de un ataque repentino y arbitrario que atenta contra su vida o seguridad.

Por lo tanto, la ONU recomienda que deben hacerse esfuerzos especiales para brindar
asistencia a las víctimas de violencia doméstica y violación, así como también señala que
debe brindarse atención especial a las necesidades de los individuos que son
particularmente vulnerables por su edad, sexo, raza, religión o nacionalidad. Las
19

víctimas, tienen el derecho de tener acceso a la justicia y a un tratamiento humano y justo


por parte de las instituciones policiales, judiciales, administrativas y sociales.

En Centroamérica, los Gobiernos de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala,


Honduras, Nicaragua, Panamá y la República Dominicana, acordaron suscribir el
Convenio para la Seguridad de las Víctimas, Testigos, Peritos y demás personas
que intervienen en el proceso penal, particularmente en la narcoactividad y
delincuencia organizada, dirigido a las personas sujetas a protección, es decir, a
las víctimas, testigos, peritos y demás sujetos que intervienen en la investigación
y en el proceso penal, así como sus familiares u otras personas que se encuentren
en situación de riesgo o peligro por su intervención directa o indirecta en dicha
investigación o proceso penal, o por su relación con la persona que interviene en éstos.

Este Convenio, contiene Medidas de Protección que serían las acciones o


mecanismos tendentes a salvaguardar la vida, la integridad personal, la libertad, a
través de la cooperación mutua entre los Estados Partes. Lo mas relevante del
Convenio, suscrito en la República de Guatemala, el 11 de diciembre del 2007, es el
principio de colaboración y reciprocidad entre los Estados Miembros.

2.5. La Víctima en el Proceso Penal Venezolano:


En el ordenamiento jurídico venezolano, con la Constitución Nacional de 1961 (vigente
para el momento de la entrada en Vigencia del Código Orgánico Procesal Penal) se
establecieron claramente todos los principios consagrados universalmente como
derechos, y aunque no estableció expresamente los derechos de las víctimas, dejó
espacio para su consideración en algunos de sus artículos donde se establecen los
derechos, obligaciones y garantías de los individuos.

Así pues, en su artículo 43 señalaba el derecho al libre desenvolvimiento; el artículo 50


que señalaba el reconocimiento de la protección de cualquier derecho inherente a la
persona humana; el artículo 59 que señalaba el derecho a ser protegido de cualquier
20

acto contrario al honor o a la vida privada; el artículo 68 que contemplaba el derecho de


utilizar las organizaciones de administración de justicia; el Artículo 76 que contemplaba
el derecho a la protección de la salud y el artículo 94 que regulaba el derecho ser
protegido contra cualquier riesgo socialmente reconocido.

Aunque esos derechos contenían sustanciosos argumentos filosóficos y sociológicos,


algunos de ellos no fueron traducidos en leyes que los desarrollaran para crear prácticas
específicas para las víctimas de delito, eran derechos muy generales que al no contar con
medios o procedimientos disponibles, resultó infructuosa su garantía.

En el mes de julio de 1999 entró en vigencia el Código Orgánico Procesal Penal que
pasa a derogar el Código de Enjuiciamiento Criminal de 1926 y con él, al sistema jurídico
penal que regía hasta la fecha, es decir el sistema inquisitivo. El Código Orgánico
Procesal Penal introduce el sistema Acusatorio fundamentado en la publicidad del juicio
penal, garantizando un proceso judicial transparente mediante el contradictorio de los
hechos debatidos, de manera pública, oral e inmediata, con la intervención de la
participación ciudadana, quienes son llamados a intervenir en los procesos judiciales.

Asimismo el Código Orgánico Procesal Penal, establece que la titularidad de la acción


penal recae sobre el Estado quien la ejerce a través del Ministerio Público garantizando
con ello el cumplimiento de los postulados establecidos en la Constitución Nacional, en
las leyes y en los diversos tratados y pactos internacionales suscritos por Venezuela.

Con la entrada en vigencia del Código Orgánico Procesal Penal se desarrollan grandes
teorías que tienden a buscar la reparación del daño causado a la víctima, como lo son los
medios alternativos para la solución de conflictos, y en materia penal, nos encontramos
con las formas alternativas a la prosecución del proceso, donde es buscada la reparación
del daño causado a la víctima. Este código divide el proceso penal en fases bien
delimitadas: la preparatoria o de investigación, la intermedia o de la audiencia preliminar,
21

y la del juicio propiamente dicho, con otros procesos alternos o especiales, así como la
ejecución de la sentencia y los recursos.

Por otra parte, la Ley Sobre La Violencia Contra La Mujer y La Familia, vigente a partir
del mes de enero de 1999, destinada a regular los conflictos que se originan en el grupo
familiar, en el artículo 39 establece la posibilidad de dictar medidas cautelares para
asegurar la integridad física de las víctimas de los delitos contenidos en la referida ley
especial. Sin embargo, a pesar que esta ley regula una situación de tipo social tan
especial ha sido fuertemente criticada por la inobservancia de los procedimientos
adecuados para regular los postulados que introduce, ya que si bien es cierto que
contempla la posibilidad de proteger a las víctimas en refugios, no regula a qué tipo de
refugio se refiere sea de tipo público o privado.

En el mes de diciembre de 1999, entra en vigencia en Venezuela, la nueva Constitución


Nacional la cual contiene un nutrido grupo de derechos consagrados a todos los
ciudadanos y ciudadanas, que se encuentran en armonía con los postulados establecidos
internacionalmente.

La Constitución Nacional vigente, inspirada por las principales tendencias que se han
desarrollado en derecho comparado y en los tratados internacionales sobre derechos
humanos, reconoce expresamente el principio de progresividad en la protección de tales
derechos, conforme al cual el Estado garantizará a toda persona natural o jurídica, sin
discriminación alguna, el respeto, el goce y el ejercicio irrenunciable, indivisible e
interdependiente de los mismos. Se reconocen como fuentes en la protección de los
derechos humanos a la Constitución, a los tratados internacionales suscritos y ratificados
por la República en esta materia, y a las leyes que los desarrollen.

Al respecto, con el objeto de reforzar la protección de los referidos derechos se establece


que los tratados, pactos y convenciones internacionales en esta materia, suscritos y
ratificados por Venezuela, prevalecen en el orden interno en la medida en que contengan
22

normas sobre el goce y ejercicio de los derechos humanos más favorables a las
contenidas en la Constitución y en las leyes, siendo sus disposiciones de aplicación
directa e inmediata por los tribunales de la República y demás órganos que ejercen el
Poder Público.

Por ello, en el caso de que un tratado internacional suscrito y ratificado por Venezuela
reconozca y garantice un determinado derecho humano, en forma más amplia y favorable
que la Constitución, prevalece en todo caso el instrumento internacional y debe ser
aplicado en forma preferente, directa e inmediata por los tribunales y demás órganos del
Estado.
Se reconocen entre otros, y en cuanto al tema de estudio, los derechos al libre
desenvolvimiento de la personalidad y a la igualdad, la protección de los derechos
humanos, derechos de acceso a la justicia y tutela judicial efectiva, la justicia gratuita, etc.

2.6. El Derecho de Protección Personal.


La protección personal de las víctimas tiene su fundamento en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela de 1999 en su artículo 30:

“Artículo 30: El Estado tendrá la obligación de indemnizar integralmente a las


víctimas de violaciones de los derechos humanos que le sean imputables, o a su
derechohabientes, incluido el pago de daños y perjuicios.
El Estado adoptará las medidas legislativas y de otra naturaleza para hacer
efectivas las indemnizaciones establecidas en este artículo.
El Estado protegerá a las víctimas de delitos comunes y procurará que los culpables
reparen los daños causados”.(Constitución de la Republica Bolivariana de
Venezuela, 1999)

Ahora bien, el 14 de noviembre de 2001 entra en vigencia con su publicación en la gaceta


oficial, la reforma al Código Orgánico Procesal Penal, que aún cuando estuvo dirigida a
regular la fase de juicio eliminando los jurados, realizó algunas otras modificaciones en
sus normas, pero mantuvo la división del proceso en las fases planteada por el mismo
código de 1999, regulando también la protección personal de las víctimas:
23

“Artículo 23. Protección de las víctimas. Las víctimas de hechos punibles tienen el
derecho de acceder a los órganos de administración de justicia penal de forma
gratuita, expedita, sin dilaciones indebidas o formalismos inútiles, sin menoscabo de
los derechos de los imputados o acusados. La protección de la víctima y la
reparación del daño a la que tengan derecho serán también objetivos del proceso
penal.
Los funcionarios que no procesen las denuncias de las víctimas de forma oportuna y
diligente, y que de cualquier forma afecten su derecho de acceso a la justicia, serán
acreedores de las sanciones que les asigne el respectivo Código de conducta que
deberá dictarse a tal efecto, y cualesquiera otros instrumentos legales”.(Código
Orgánico Procesal Penal de Venezuela,1999)
En cuanto a la víctima propiamente dicha, el actual Código Orgánico Procesal Penal, la
regula en el capítulo V del título IV del libro primero, que es conveniente transcribir
textualmente el contenido de tres de sus artículos:

“Artículo 118. Víctima. La protección y reparación del daño causado a la víctima


del delito son objetivos del proceso penal. El Ministerio Público está obligado a
velar por dichos intereses en todas las fases. Por su parte, los jueces garantizarán
la vigencia de sus derechos y el respeto, protección y reparación durante el
proceso.
Asimismo, la policía y los demás organismos auxiliares deberán otorgarle un trato
acorde con su condición de afectado, facilitando al máximo su participación en los
trámites en que deba intervenir”.

“Artículo 119. Definición. Se consideran víctima:


1. La persona directamente ofendida por el delito.
2. El cónyuge o la persona con quien haga vida marital por más de dos años, hijo o
padre adoptivo, parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad, y al heredero, en los delitos cuyo resultado sea la incapacidad o la muerte
del ofendido; y, en todo caso, cuando el delito sea cometido en perjuicio de un
incapaz o de un menor de edad.
3. Los socios, accionistas o miembros, respecto de los delitos que afectan a una
persona jurídica, cometidos por quienes la dirigen, administran o controlan;
24

4. Las asociaciones, fundaciones y otros entes, en los delitos que afectan intereses
colectivos o difusos, siempre que el objeto de la agrupación se vincule directamente
con esos intereses y se hayan constituido con anterioridad a la perpetración del
delito.
Si las víctimas fueren varias deberán actuar por medio de una sola
representación.”.(Código Orgánico Procesal Penal de Venezuela, 1999)

“Artículo 120. Derechos de la víctima. Quien de acuerdo con las disposiciones de


este Código sea considerado víctima, aunque no se haya constituido como
querellante, podrá ejercer en el proceso penal los siguientes derechos:
1. Presentar querella e intervenir en el proceso conforme a lo establecido en este
Código;
2. Ser informada de los resultados del proceso, aún cuando no hubiere intervenido
en él;
3. Solicitar medida de protección frente a probables atentados en contra suya o de
su familia;
4. Adherirse a la acusación del Fiscal o formular una acusación particular propia
contra el imputado en los delitos de acción pública; o una acusación privada en los
delitos dependientes de instancia de parte.
5. Ejercer las acciones civiles con el objeto de reclamar la responsabilidad civil
proveniente del hecho punible;
6. Ser notificada de la resolución del fiscal que ordena el archivo de los recaudos.
7. Ser oída por el tribunal antes de decidir acerca del sobreseimiento o antes de
dictar cualquier otra decisión que ponga término al proceso o lo suspenda
condicionalmente;
8. Impugnar el sobreseimiento o la sentencia absolutoria”. ”.(Código Orgánico
Procesal Penal de Venezuela,1999)

Así pues, la legislación patria ha reconocido la existencia de la victima, en las reglas del
proceso se le ha permitido la participación consagrándole igualmente “derechos
procesalmente hablando”, y en cuanto a la reparación del daño propiamente dicho, el
imputado o la persona que comete el delito puede indemnizarla, de manera voluntaria, a
través de los acuerdos reparatorios o en la suspensión condicional del proceso; y de
manera forzosa, existe la indemnización civil derivada de hechos punibles la cual obra
únicamente después que la sentencia quede definitivamente firme.
25

En este orden de ideas, la Ley Orgánica del Ministerio Público de 1999 desarrolló el
capítulo I del título VII a la protección de las víctimas, constante de cinco artículos, a
saber.

“Artículo 81. La víctima que intervenga en un proceso penal será tutelada desde el
momento en que se identifique o sea identificada como tal por el órgano
correspondiente. La tutela podrá ser prorrogada por un tiempo prudencial luego de
finalizado el juicio.

Artículo 82. El Fiscal Superior, por medio de la Oficina de Protección de la Víctima,


por iniciativa propia o por solicitud del interesado o su representante, solicitará al
Juez competente que tome las medidas conducentes a garantizar la integridad de la
víctima y su libertad o bienes materiales.
Artículo 83. El juez, en atención al grado de riesgo o peligro, adoptará en decisión
motivada las medidas necesarias para preservar la identidad de la víctima, su
domicilio, profesión y lugar de trabajo, sin perjuicio del derecho a la defensa del
imputado.

Artículo 84. Las medidas de protección podrán ser extendidas a su cónyuge o a las
personas que vivan con ella, a sus ascendientes, descendientes, hermanos,
parientes afines hasta en segundo grado.

Artículo 85. La oficina de atención a las víctimas prestará los servicios de


protección, asesoría, apoyo, información y educación de sus derechos para
garantizar su correcta y oportuna intervención en el proceso penal. El Fiscal
General de la república dictará el reglamento respectivo”.

Esta última disposición es la que verdaderamente podría desarrollar los procedimientos


adecuados para la protección eficaz y reparación del daño que se le causa una persona
con un delito, pero en la actualidad nunca se dictó el reglamento que especificara el tipo
de protección que se les pudiera brindar a los ciudadanos en general.

Por otra parte, el Artículo 37 de la Reforma de la Ley Orgánica del Ministerio Público de
2007, establece entre las atribuciones y deberes de los Fiscales o las Fiscales del
26

Ministerio Público de Proceso, “atender las solicitudes de protección a las víctimas,


testigos y expertos, y procurar que sean informados acerca de sus derechos, con arreglo
al Código Orgánico Procesal Penal y demás leyes.”

Sin duda alguna, es la nueva Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos
Procesales de 2006, que regula verdaderamente las diversas formas de protección de
víctimas, reforzada por la Ley Sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia
de 2007 y la nueva Ley Orgánica del Ministerio Público de 2007.

2.7. El Estado Social de Derecho.


En el Estado Social de Derecho es el Estado que procura satisfacer, por intermedio de
su brazo administrativo, las necesidades básicas de los individuos, sobre todo de los más
débiles, distribuye bienes y servicios que permiten el logro de un parámetro de vida más
elevado, convirtiendo a los derechos económicos y sociales en permanente realización y
perfeccionamiento.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, regula desde su Titulo I, los


Principios Fundamentales de la República, enmarcada dentro de un contexto histórico
único en Venezuela. Establece en su artículo 2, que Venezuela se constituye en un
Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores
superiores la preeminencia de los Derechos Humanos, a través de un Estado de
Derecho, función que se realiza con una administración de justicia idónea y equitativa.

El Estado de Derecho ha de ser aquel que guía sus funciones a través del sistema
jurídico, que respete las leyes, y una de las consecuencias directas de este supuesto es
la vigilancia y control que deben ejercer sus órganos recíprocamente, atendiendo a lo que
se entiende hoy en día por Derechos Humanos, concepto que ha ido ampliándose, hasta
contemplar cuatro generaciones de derechos, que constituyen requisitos básicos de un
desarrollo sostenible.
27

2.8. La Ley de Protección de Víctimas, Testigos y Demás Sujetos Procesales.


Esta Ley surge por iniciativa del Fiscal General de la República, quien en fecha 27 de
junio de 2006, consignó ante la Asamblea Nacional el proyecto de Ley de Protección de
Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales, siendo aprobado el Proyecto el 22 de
agosto de 2006 y la Ley fue publicada en la Gaceta Oficial Nº 38.536 del 04 de octubre de
2006. El objetivo de la Ley de Protección es brindar asistencia a los ciudadanos que
intervienen en el proceso penal, y consta de 55 artículos y 7 capítulos. Su tema central es
la protección de los derechos e intereses de las víctimas, testigos y demás sujetos
procesales, incluyendo Fiscales del Ministerio Público, funcionarios policiales, cuyas vidas
o integridad de alguna manera puedan estar en peligro.

En la Ley Especial de Protección, se establece que corresponde al Ministerio Público y a


los tribunales competentes instrumentar las medidas necesarias para dar cumplimiento a
su normativa, y estarán obligados a darles a las victimas y a los demás sujetos
procesales asistencia y protección. Están involucradas otras autoridades para la
aplicación de dicho instrumento legal, como los organismos policiales, Ministerios del
Poder Popular para el Interior y Justicia, Trabajo y Vivienda y Hábitat.

Dicha ley prevé la creación de una línea de emergencia para atender a quienes requieran
protección, y la creación de brigadas policiales especiales, entrenadas para la protección.
Con ella se crean centros de refugio que coordinados por el Ministerio Público, estarán
destinados a albergar, por el tiempo que sea necesario, a las víctimas y a los sujetos
protegidos. Se crea, además un fondo de protección y asistencia para las víctimas,
constituido por recursos destinados a financiar la ejecución de programas, acciones y
servicios de protección. Igualmente a la persona a quien se le acuerde una medida de
protección debe comprometerse, ante el Ministerio Público, a cumplir las condiciones
impuestas; la inobservancia de estas implicaría la revocatoria de la medida.

El control para el cumplimiento de las medidas de protección estará a cargo del tribunal
que la otorga, y quien esté obligado a acatar la medida y no lo haga tendrá una pena de
28

prisión de tres meses a un año, más una multa entre 100 y 500 unidades tributarias.
Asimismo, quien revele alguna información que comprometa la integridad del protegido
tendrá una pena de prisión de seis meses a dos años; y si por esa indiscreción se
concretara alguna lesión en la persona protegida se incrementará la pena en la mitad,
pero, si tal indiscreción ocasiona la muerte del protegido habrá una pena superior de 3 a
5 años, que se incrementará en una tercera parte si quien comete la falta es un
funcionario público.

Se desarrolla otro rol bien importante al titular de la acción penal en materia de


protección, de allí que a través de las Unidades de Atención a las Víctimas el Ministerio
Público se ha organizado para su estricto cumplimiento, ya que esta oficina de atención a
las víctimas prestará los servicios de protección, asesoría, apoyo, información y
educación de sus derechos para garantizar su correcta y oportuna intervención en el
proceso penal, y entre otras, tiene la función de “canalizar a través del Fiscal del
Ministerio Público que intervenga en el proceso, las solicitudes de protección que le sean
planteada por la víctima, su cónyuge, o la persona que viven con ella, ascendentes,
descendientes, hermanos, parientes afines dentro del segundo grado, testigos y expertos,
evaluación jurídica y médicos psicosocial de cada caso en particular”.

Las medidas de protección a las que se refiere esta Ley se encuentran divididas en dos
grupos: Medidas Extraproceso e Intraproceso. El Artículo 21 de la Lay de Protección de
Víctimas, refiere que entre las Medidas de Protección Extraproceso se encuentran:

1. La custodia personal o residencial, bien mediante la vigilancia directa o a través


de otras medidas de seguridad, incluso en la residencia de la víctima del delito o
sujeto protegido o protegida según sea el caso.
2. El alojamiento temporal en lugares reservados o centros de protección.
3. El cambio de residencia.
4. El suministro de los medios económicos para alojamiento, transporte, alimentos,
comunicación, atención sanitaria, mudanza, reinserción laboral, trámites, sistemas
de seguridad, acondicionamiento de vivienda y demás gastos indispensables, dentro
29

o fuera del país, mientras la persona beneficiaria se halle imposibilitada de


obtenerlos por sus propios medios.
5. La asistencia para la reinserción laboral.
6. El cambio de identidad consistente en el suministro de documentación que
acredite identidad bajo nombre supuesto, a los fines de mantener en reserva la
ubicación de la persona protegida y su grupo familiar.
7. Ordenar al victimario o victimaria, imputado o imputada, o acusado o acusada, a
abstenerse de acercarse a cualquier lugar donde se encuentre la víctima, testigos o
demás sujetos procesales.
8. Ordenar al victimario o victimaria, imputado o imputada, acusado o acusada,
entregar a los órganos de investigaciones científicas, penales y criminalísticas, con
carácter temporal, con la suspensión del permiso de porte de arma respectivo,
cualquier arma de fuego que posea, cuando a juicio de las autoridades de aplicación
dicha arma de fuego pueda ser utilizada por el victimario o victimaria, imputado o
imputada o acusado o acusada, para causarle daño a algún sujeto procesal u otra
persona que intervenga en el proceso penal.
9. Cualquier otra medida aconsejable para la protección de las víctimas, testigos y
demás sujetos procesales, de conformidad con las leyes de la República.

Por su parte, el Artículo 23 de la citada Ley Especial contempla las Medidas de protección
Intraproceso, como lo son:

1. Preservar en el proceso penal de la identidad de la víctima o los sujetos


procesales, su domicilio, profesión y lugar de trabajo, sin perjuicio de la oposición a
la medida que asiste a la defensa del imputado o acusado.
2. Que no consten en las diligencias que se practiquen, su nombre, apellidos,
domicilio, lugar de trabajo y profesión, ni cualquier otro dato que pudiera servir para
la identificación de los mismos, para cuyo control podría adoptarse alguna clase de
numeración, clave o mecanismo automatizado.
3. Que comparezcan para la práctica de cualquier diligencia, utilizando al
procedimiento que imposibilite su identificación visual normal.
4. Que se fije como domicilio, a efectos de citaciones y notificaciones, la sede del
órgano judicial de que se trate, quien las hará llegar reservadamente a su
destinatario.
5. Cualquier otra medida aconsejable para la protección de las víctimas, testigos y
demás sujetos procesales, de conformidad con las leyes de la República.
30

La Ley contempla un procedimiento expedito, sin mayor formalidades, y pueden ser


solicitadas desde la fase de investigación hasta que concluya el proceso, ante el Juez
que corresponda, se de Control o de Juicio, y según sentencia del Tribunal Supremo de
Justicia, la decisión que se dicte es apelable.

2.9. La Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Este cuerpo normativo, comúnmente denominado “Ley de Violencia de Género”,
publicada en la Gaceta Oficial Nº 38.647 de fecha 19 de marzo de 2007, igualmente
innova en materia de protección personal de estas víctimas especiales en cuanto al
género.

A través de esta Ley se articula un conjunto integral de medidas para garantizar los
derechos de las mujeres objeto de violencia en el ámbito familiar, publico, laboral,
exigibles ante las administraciones públicas (nacional, estadal, municipal y local),
asegurando un acceso rápido, transparente y eficaz a los servicios establecidos al efecto;
fortalecer el marco penal y procesal vigente para asegurar una protección integral, desde
las instancias jurisdiccionales, a las mujeres objeto de violencia y establecer y fortalecer
medidas de seguridad y protección y medidas cautelares que garanticen los derechos
protegidos en la presente ley y la protección personal, física, emocional, laboral y
patrimonial de la mujer objeto de violencia basada en género.

La Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia introduce
la protección a la dignidad e integridad física, psicológica, sexual y jurídica de las mujeres
objeto de violencia, en los ámbitos públicos y privados. Las víctimas de los hechos
punibles descritos en esta Ley, tienen el derecho a acceder a los órganos especializados
de justicia civil y penal de forma gratuita, expedita, sin dilaciones indebidas o formalismos
inútiles, sin menoscabo de los derechos de los imputados o acusados.

La protección de la victima y la reparación del daño a la que tengan derecho son objetivo
del procedimiento especial que se prevé en materia de violencia de género, tratándose de
un procedimiento especial y expedido, donde intervienen Fiscales con esa especialidad y
Jueces con esa competencia.
31

Refiere la Ley que el Ejecutivo Nacional, Estadal y Municipal con el fin de hacer más
efectiva la protección de la mujer objeto de violencia, con la asistencia, asesoría y
capacitación del Instituto Nacional de la Mujer y de los Institutos regionales y municipales
de la mujer, crearan en cada una de sus dependencias casas de abrigo destinadas al
albergue de las mismas, en los casos en que la permanencia en el domicilio o residencia
implique amenaza inminente a su integridad.

Contempla un capitulo especial, titulado “las Medidas de Protección y de Seguridad”, las


cuales son de naturaleza preventiva para proteger a la mujer agredida en su integridad
física, psicológica, sexual y patrimonial, y de toda acción que viole o amenaza a los
derechos contemplados en esta Ley, evitando así nuevos actos de violencia y serán de
aplicación inmediata por los órganos receptores de denuncias.

Entre las medidas de protección y seguridad establecidas en el Artículo 87 se encuentran:


1. Referir a las mujeres agredidas que así lo requieran, a los centros especializados
para que reciban la respectiva orientación y atención.
2. Tramitar el ingreso de la mujer objeto de violencia, así como de sus hijos e hijas
que requieran protección a las Casas de Abrigo de que trata el artículo 32 de esta
Ley, en los casos en que la permanencia en su domicilio o residencia, implique
amenaza inminente o violación de derechos previstos en esta Ley. La estadía en las
Casas de Abrigo tendrá carácter temporal.
3. Ordenar la salida del agresor de la residencia común, independientemente de su
titularidad, si la convivencia implica un riesgo para la seguridad integral: física,
psíquica, patrimonial o la libertad sexual de la mujer, impidiéndole que retire los
enseres de uso de la familia, autorizándolo a llevar sólo sus efectos personales y los
instrumentos y/o herramientas de trabajo. En caso de que el denunciado se negase
a cumplir con la medida, el órgano receptor solicitará al Tribunal competente la
ejecución de la misma, con el auxilio de la fuerza pública.
4. Reintegrar al domicilio a la mujer víctima de violencia disponiendo la salida
simultánea del agresor, cuando se trate de una vivienda común, procediendo
conforme a lo establecido en ordinal anterior
5. Prohibir o restringir al agresor el acercamiento a la mujer agredida. En
consecuencia imponer al agresor la prohibición de acercarse al lugar de trabajo, de
estudio y residencia de la mujer agredida
32

6. Procurar que el agresor, por sí mismo o de terceras personas, realice actos de


persecución, intimidación o acoso a la mujer agredida o algún integrante de su
familia;
7. Solicitar al órgano jurisdiccional competente la medida de arresto transitorio.
8. Ordenar el apostamiento policial en el sitio de residencia de la mujer agredida por
el tiempo que se considere conveniente.
9. Retener las armas blancas y/o de fuego y el permiso de porte,
independientemente de la profesión u oficio del agresor, procediendo a la remisión
inmediata al órgano competente para la práctica de las experticias que
correspondan.
10.Solicitar al órgano con competencia en la materia de otorgamiento de porte de
armas la suspensión del permiso de porte cuando exista una amenaza para la
integridad de la víctima.
11.Imponer al presunto agresor la obligación de proporcionar a la mujer víctima de
violencia el sustento necesario para garantizar su subsistencia, en caso de que ésta
no disponga de medios económicos para ello y exista una relación de dependencia
con el agresor. Esta obligación no debe confundirse con la obligación alimentaria
que corresponde a niños/as y adolescentes y cuyo conocimiento compete al Tribunal
de Protección.
12.Solicitar ante el Juez o la Jueza competente la suspensión del régimen de visita
al agresor a la residencia donde la mujer víctima esté albergada junto con sus
hijos/as.
13.Cualquier otra medida necesaria para la protección de todos los derechos de las
mujeres objeto de violencia y/o cualquiera de los integrantes de la familia.

Las Medidas Preventivas aquí establecidas no solo pueden ser dictadas por el Ministerio
Público sino por el órgano receptor de la denuncia, que luego serán revisadas por el
Tribunal de Violencia Contra la Mujer en Función de Control, Audiencia y Medidas, o
aquél al que se le haya establecido tal competencia.

2.10. Las Medidas de Protección Personal en el Derecho Comparado


En Brasil, a propósito de la implantación de servicios específicos para atender a las
víctimas y testigos amenazados prevista en el Programa Nacional de Derechos Humanos
(1996), que establece un capítulo que trata la “Lucha contra la Impunidad”, como meta de
33

“apoyar a los demás Estados en el programa de protección de víctimas y testigos de


crímenes, expuestos a grave y fatal peligro en virtud de la colaboración en declaraciones
prestadas en investigaciones de un proceso penal”, en fecha 13 de Julio de 1998 fue
dictada La Ley No 9.807/1999 que establece normas para la organización y manutención
de programas especiales de protección a víctimas y testigos amenazados.

Contiene esta Ley las Medidas de Protección a ser dictadas, y procede a solicitud del
interesado, del Ministerio Público o de La autoridad judicial, y pueden ser entre otras, las
siguientes:
 Seguridad en la residencia, incluyendo control de telecomunicaciones;
 Escolta para la seguridad en su residencia y sitio de trabajo.
 Transferencia de residencia y designación de alguna provisoria en algún local
compatible con su protección
 Preservación de la identidad, imagen y datos personales;
 Ayuda financiera para proveerle lo necesario para su subsistencia
 Suspensión temporal de sus actividades cuando se trate de funcionario público.
 Apoyo y asistencia social, médica y psicológica.

En Puerto Rico, con la Carta de Derechos de Víctimas y Testigos dictada mediante una
legislación especial (Ley Nº 22 del 22 de abril de 1988), se han dispuesto medidas para garantizar los derechos de las

víctimas y los testigos en los procesos judiciales y en las investigaciones que se realicen. De conformidad con
la mencionada Carta de Derechos establecida sobre el particular, toda persona que sea
víctima o testigo de delito en Puerto Rico tendrá derecho a:
 Recibir un trato digno y compasivo por parte de todos los funcionarios y empleados públicos que representen
las agencias que integran el sistema de justicia criminal durante las etapas de investigación, procesamiento,
sentencia y disposición posterior del caso criminal que se inste contra el responsable del delito.

 Tener acceso a servicio telefónico, libre de costo, para comunicarse con su familia
o allegado más cercano o con su abogado, tan pronto entre en contacto con el
sistema de justicia criminal.
 Reclamar que se mantenga la confidencialidad de la información sobre su
dirección y números telefónicos cuando así lo estime necesario para su seguridad
34

personal y de sus familiares, así como el privilegio de la comunicación habida entre


la víctima y su consejero.
 Recibir todos los servicios de protección que garantizan las secc. 972 a 972j del
título 25 de las Leyes de Puerto Rico Anotadas, para sí y para sus familiares,
contra las posibles amenazas y daño que puedan sufrir por parte del responsable
del delito, sus secuaces, amigos y familiares incluyendo, sin que se entienda como
una limitación, la línea telefónica de emergencia, albergue, cambio de dirección e
identidad y vigilancia directa.
 Ser orientado sobre todos aquellos programas de asistencia médica, psicológica,
social y económica que estén disponibles en el Estado Libre Asociado de Puerto
Rico, recibir información correcta por parte de los funcionarios y empleados de las
agencias públicas y privadas que administran estos programas y a que se les
oriente sobre el procedimiento para tramitar la solicitud de estos servicios.
 Recibir para sí y para sus familiares todos aquellos servicios y beneficios que
provean los programas de asistencia médica, psicológica, social y económica que
estén disponibles en el Estado Libre Asociado y para los cuales sea elegible.
 Traslado a algún albergue, reubicación de residencia, dentro o fuera de Puerto Rico,
vigilancia directa y otras medidas de seguridad, la asistencia económica que sea
necesaria y el pago de servicios especiales, así como el cambio de nombre.

En Chile, la protección de las víctimas está establecida específicamente como un


derecho, el cual está regulado en el artículo 109 del Código Procesal Penal Chileno, que
establece un verdadero catálogo de derechos de las víctimas de delitos.

Este derecho a protección rige en todas las etapas del proceso penal y el Ministerio
Público, considerando el carácter de la víctima como sujeto autónomo de derechos, y no
como mero sujeto pasivo de la protección, se ha fijado como política que el fiscal deberá
contar con el consentimiento de la víctima para adoptar medidas de protección
autónomas, o que no requieren de autorización judicial, a menos que existan indicios de
coerción en contra de la víctima o que un miembro de su familia esté implicado en el
35

delito. El Fiscal es el principal sujeto llamado a brindar protección a víctimas y testigos,


sin perjuicio que la ley también entrega a los jueces facultades de protección, optando en
dos grandes tipos:

1. Medidas autónomas de protección, que son aquellas que el fiscal puede adoptar en
beneficio de víctimas o testigos sin necesidad de autorización judicial previa, pues no
afectan los derechos del imputado. Entre ellas destacan: Medidas de protección que
implican la participación de la policía, tales como rondas periódicas de Carabineros de
Chile al domicilio del testigo, consultas telefónicas periódicas de la policía al testigo, etc.;
botones de emergencia instalados por el Ministerio Público en el domicilio del sujeto
protegido o alarmas personales de ruido; cambio de domicilio temporal o definitivo del
sujeto protegido; cambio de número telefónico del sujeto protegido; aseguramiento y
defensas a la estructura del domicilio del sujeto

2. Medidas de protección que requieren autorización judicial, que son aquellas en que el
fiscal requiere de la autorización del tribunal para poder decretarlas, por afectar derechos
de intervinientes o de terceros, o por requerirlo así la ley. Algunas de las más importantes
son: Las medidas cautelares personales, tales como la prisión preventiva del imputado y
otras medidas restrictivas de su libertad, tales como la obligación de no frecuentar
determinados lugares o personas; el cambio de identidad contemplado en leyes
especiales; la reserva de identidad del testigo durante el juicio oral.

En tanto que en Colombia, con la Ley 418 del 26 de Diciembre de 1997 (Prorrogada y
modificada por las leyes 548 de diciembre 23 de 1999 y 782 de diciembre 23 de 2002), se
regula con cargo al Estado y bajo la dirección y coordinación de la Fiscalía General de la
Nación, el "Programa de Protección a Testigos, Víctimas, Intervinientes en el Proceso y
Funcionarios de la Fiscalía", mediante el cual se les otorgará protección integral y
asistencia social, lo mismo que a sus familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad,
segundo de afinidad, primero civil y al cónyuge, compañera o compañero permanente,
cuando se encuentren en riesgo de sufrir agresión o que sus vidas corran peligro por
36

causa o con ocasión de la intervención en un proceso penal. En los casos en que la vida
del testigo o denunciante se encuentre en peligro, la Fiscalía protegerá la identidad de los
mismos.

Las personas amparadas por este programa podrán tener protección física, asistencia
social, cambio de identidad y de domicilio, y demás medidas temporales o permanentes
encaminadas a garantizar en forma adecuada la preservación de su integridad física y
moral y la de su núcleo familiar. Cuando las circunstancias así lo justifiquen, dicha
protección podrá comprender el traslado al exterior, incluidos los gastos de
desplazamiento y manutención por el tiempo y bajo las condiciones que señale el Fiscal
General de la Nación. Las personas que se acojan al programa de protección se
sujetarán a las condiciones que establezca esta la Fiscalía General.

Igualmente en Ecuador, según Decreto Ejecutivo 3112, Registro Oficial 671 de 26 de


Septiembre del 2002, se dictó el Reglamento del Programa de Protección y Asistencia a
Víctimas, Testigos y Demás Participantes en el Proceso Penal, en armonía con la
Constitución Política de la República del Ecuador, que en su artículo 23 numeral
segundo garantiza la integridad física de las personas y con el inciso cuarto del
artículo 219 de la Constitución Política del Estado, donde se establece que el Ministerio
Público velará por la protección de las víctimas, testigos y otros participantes en el
juicio penal. Entre el objeto del Programa de Protección y Asistencia se encuentran las
víctimas, testigos y demás participantes en el proceso penal, así como sus familiares
hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, cuando requieran
protección y asistencia.

Este programa comprende el conjunto de acciones realizadas por el Ministerio Público,


en coordinación con organismos gubernamentales y no gubernamentales para
otorgar protección integral y asistencia social a las víctimas, testigos y demás
participantes en el proceso penal, lo mismo que a sus familiares indicados en el artículo
primero de este reglamento. El procedimiento de protección podrá ser solicitado de
37

oficio por un Agente Fiscal, un Ministro Fiscal Distrital, la Policía Judicial, o la fuerza
pública. También lo podrá solicitar la parte interesada, inclusive a través de un familiar.

En caso de protección inmediata el protegido o su familiar deberán suscribir la


correspondiente acta con el Ministro o Ministra Fiscal Distrital o el Ministro o la Ministra
Fiscal General, en la cual adquiere ciertas obligaciones como: Colaborar con la
administración de justicia; siempre que legalmente esté obligado a hacerlo, lo que
implica principalmente comparecer al juicio al ser citado; Abstenerse de realizar actos
contrarios a las leyes, reglamentos o disposiciones emanadas por el Ministerio Público;
Acatar las recomendaciones que le sean formuladas en materia de seguridad, etc.

En El Salvador por su parte, según Decreto Nº 1029 de fecha 25 de mayo de 2006 se


dictó la Ley Especial para la Protección de Víctimas y Testigos, la cual tiene por objeto
regular las medidas de protección y atención que se deben proporcionar a las víctimas,
testigos y cualquier otra persona que se encuentre en situación de riesgo o peligro, como
consecuencia de su intervención en la investigación de un delito o en un proceso judicial.
Este Decreto contempla Medidas de Protección Ordinarias y Extraordinarias, y el
destinatario de la Medida de Protección deberá someterse previamente a la aceptación
de determinadas obligaciones como no acudir a determinados lugares, etc.. y el proceso
de solicitud se inicia ante una Unidad Técnica que crea la misma Ley, pero sin embargo
tanto el Ministerio Público como los órganos jurisdiccionales tienen la posibilidad de dictar
medidas de protección que convengan

En España, mediante la Ley Orgánica 19/1994, de fecha 23 de diciembre de 1994, se


regula la Protección a Testigos y Peritos en Causas Criminales.

En la Exposición de Motivos de la mencionada Ley Orgánica 19/1994, se dice que la


experiencia diaria pone de manifiesto en algunos casos las reticencias de los ciudadanos
a colaborar con la policía judicial y con la Administración de Justicia en determinadas
38

causas penales ante el temor a sufrir represalias. Ello conlleva, con frecuencia, que no se
pueda contar con testimonios y pruebas muy valiosos en estos procesos.

El sistema implantado confiere al Juez o Tribunal la apreciación racional del grado de


riesgo o peligro y la aplicación de todas o alguna de las medidas legales de protección
que considere necesarias, previa ponderación, a la luz del proceso, de los distintos
bienes jurídicos constitucionalmente protegidos; medidas que, en el marco del derecho de
defensa, serán susceptibles de recurso en ambos efectos.

De allí pues que La Ley Orgánica 19/1994, de protección a testigos y peritos en causas
criminales prevé la posibilidad de acordar que no consten los datos personales en las
diligencias, que en las comparecencias físicas se imposibilite la identificación visual, que
se fije como domicilio para citaciones la sede del órgano judicial, o que se prohíba captar
imágenes. También cabe acordar protección policial, nueva identidad y medios
económicos para cambiar de residencia o de puesto de trabajo. Estas medidas parecen
concebidas para cierta clase de testigos, no necesariamente víctimas de delitos, de modo
que pueden quedar fuera de consideración otras necesidades de protección no
relacionadas con riesgos graves que requerirían otra clase de atenciones. La ley extiende
el derecho a la protección a los familiares de las víctimas o, si procede, personas en
situación equivalente.

En la República del Perú existe la Ley que Establece Beneficios por Colaboración Eficaz
en el Ámbito de la Criminalidad Organizada, LEY Nº 27378 de fecha 20 de diciembre de
2000, la cual tiene por objeto regular los beneficios por colaboración eficaz ofrecida por
las personas relacionadas con la comisión de algunos delitos, y alcanzan a las personas
que se encuentren o no sometidas a investigación preliminar o un proceso penal.

Esta ley peruana es aplicable a quienes en calidad de colaboradores, testigos, peritos o


víctimas intervengan en los procesos penales, siendo necesario que el Fiscal y el Juez
aprecien racionalmente un peligro grave para la persona, libertad o bienes de quien
39

pretenda ampararse en ellas, su cónyuge, conviviente, ascendientes, descendientes o


hermanos, pudiendo ser:

 Protección policial, que puede incluir el cambio de residencia y ocultación de su


paradero.
 Reserva de su identidad y demás datos personales en las diligencias que se
practiquen, y cualquier otro dato que pueda servir para su identificación,
pudiéndose utilizar para ésta un número o cualquier otra clave.
 Utilización de cualquier procedimiento que imposibilite su identificación visual
normal en las diligencias que se practiquen.
 Fijación como domicilio, a efectos de citaciones y notificaciones, la sede de la
Fiscalía competente, a la cual se las hará llegar reservadamente a su destinatario.

En Panamá existe la Ley No. 31 de fecha 29 de mayo de 1998, denominada La


Protección a las Víctimas del Delito, basado en el derecho que éstos tienen de recibir
eficaz protección de las autoridades públicas, por actos que atenten contra su integridad
personal y la de su familia, en razón de la cooperación que brinden en cumplimiento de la
Ley. A través de esta Ley se considera su seguridad personal y la de su familia, cuando
el juez y el funcionario de instrucción deba decidir o fijar la cuantía de una fianza de
excarcelación, u otorgar la concesión de una medida cautelar personal sustitutiva de la
detención preventiva a favor del imputado.

Por su parte la Ley No. 38 de fecha 10 de julio de 2001, (que reforma y adiciona artículos
al código penal y judicial, sobre violencia doméstica y maltrato al niño, niña y
adolescentes, deroga artículos de la ley 27 de 1995 y dicta otras disposiciones) contiene
Medidas de Protección para aplicar, a favor de las personas que sean víctimas,
sobrevivientes de violencia doméstica.

3. Sistema de Hipótesis o Supuestos de Investigación


40

Como hipótesis se puede plantear que en la actualidad, en el sistema procesal penal


venezolano, las víctimas de un hecho punible cometido en su contra, no cuentan con la
suficiente asistencia por parte de los órganos del Estado para solventar de manera
provisional o definitiva, el daño que directamente se ha causado en su perjuicio, desde el
mismo momento en que se inicia la investigación, pues debe esperar hasta la emisión de
la sentencia para obtener el resarcimiento sin contar con la plena garantía que la
reparación se materialice, pero cuentan con leyes que les permiten ser protegidos ante
cualquier atentado contra su seguridad física y psicológica.

4. Operacionalización de las Variables de Investigación.


HIPÓTESIS (ENUNCIADO)
4.1 Las Medidas de Protección Personal representan el mayor avance en el sistema procesal
penal venezolano, en cuanto a las víctimas de un hecho punible
UNIDAD DE OBSERVACION TIPO DE HIPOTESIS

La Legislación Venezolana Descriptiva del valor de la variable

VARIABLE DEFINICION DIMENSION INDICADORES

Avances Legales en Evolución del conjunto Procesal Penal Derechos de la


Venezuela de normas que víctima
regulan el desarrollo Medidas de
del proceso para la Protección
aplicación de las Asistencia por parte
exigencias modernas y del Estado
supranacionales Reparación del
Daño

HIPÓTESIS (ENUNCIADO)
4.2 La Protección Personal de las Víctimas dentro del procesal penal se corresponde con
el rol de asistencia que cumple el Estado
UNIDAD DE OBSERVACION TIPO DE HIPOTESIS
Jurisprudencia Nacional De Asociación o Correlación
VARIABLE DEFINICION DIMENSION INDICADORES
Las Medidas de Institución a través del Procesal Penal Normas Legales
Protección Personal cual se logra la que las
efectiva protección de contemplan.
las víctimas de un Cantidad de
delito de acción Medidas
pública otorgadas
Víctimas, Testigos y Sujetos que Procesal Penal Normas Legales
demás sujetos intervienen de alguna que las
41

procesales manera en el proceso contemplan


penal.

HIPÓTESIS (ENUNCIADO)
4.3 La aplicación fáctica de las Medidas de Protección Personal de las Víctimas dentro del
proceso penal en la Jurisdicción del Estado Táchira.
UNIDAD DE OBSERVACION TIPO DE HIPOTESIS
Circunscripción Judicial Penal del Estado De Asociación o Correlación
Táchira
VARIABLE DEFINICION DIMENSION INDICADORES
Asistencia de las Es responsabilidad del Constitucional y Normas Legales
Víctimas por parte del Estado proteger a toda Procesal Penal que las
Estado persona de cualquier contemplan.
acto que implique Cantidad de
algún riesgo contra su Medidas
integridad física, otorgadas
psicológica y
económica, pues su
protección es objetivo
del proceso penal
Aplicación fáctica de Las Medidas de Procesal Penal Normas Legales
las Medidas de Protección son que las
Protección Personal mecanismos de contemplan.
de las Víctimas prevención ante Cantidad de
cualquier atentado que Medidas
pueda sufrir una
víctima
42

5. Definición de Términos Básicos.


Estado de Derecho: Es la noción atinente a la correspondencia entre las normas legales
y el respeto que el estado – gobierno haga sobre ellas y cuyo último fin es dar seguridad
jurídica a los ciudadanos.

Víctima: En un sentido un sentido amplio, se entiende por víctima, a la persona afectada


por cualquier hecho punible, sea esta persona jurídica, natural o algún pariente de éstas,
y en sentido estricto se entiende que es la persona directamente ofendida o afectada por
ese hecho punible, ese daño puede ser alguna pérdida económica, objetos personales o
propiedades, lesiones físicas o mentales o en fin, algún sufrimiento emocional.

Delito: Es la transgresión de una norma jurídica, donde el Estado interviene directamente


para que esta norma sea cumplida, debido a los desajustes sociales que ello acarrea.

Sistema de Justicia Penal: Son los sistemas que han existido en un país, los más
conocidos son el sistema inquisitivo y el sistema oral acusatorio.

Fase Preparatoria: Es aquella fase o etapa del proceso penal que tiene como objetivo
principal la realización de una investigación, es decir, la práctica de diligencias que
permitan recabar suficientes elementos de convicción para el esclarecimiento de los
hechos; comienza desde que el fiscal del ministerio público dicte la orden de inicio de la
investigación una vez recibida la denuncia o el procedimiento de oficio, y culmina con la
emisión del acto conclusivo por parte del mismo.

Fase Intermedia: Es aquella fase o etapa del proceso penal que tiene como objetivo
principal la depuración de la acusación presentada por el ministerio público contra alguna
persona determinada; comienza desde que el fiscal del ministerio público presenta ante
el juez de Control el escrito acusatorio (y actualmente se extiende al escrito de
sobreseimiento), lo que origina la celebración de la audiencia preliminar, en la cual se
43

debate si admite o no la acusación fiscal, así como la emisión o no del auto de apertura a
juicio.
Fase del Juicio Oral: Es aquella fase o etapa del proceso penal que tiene como objetivo
principal la celebración de la audiencia del juicio oral y público propiamente dicho, y en
ella se evacuan todas las pruebas que demuestren o no la culpabilidad de una persona;
comienza después que el Juez de Control admite el escrito de acusación fiscal, y dicta el
auto de apertura de juicio, y culmina con la emisión de la sentencia, sea absolutoria o
condenatoria.

Protección: Técnica de actuación sobre las consecuencias perjudiciales que un peligro


puede producir sobre un individuo, colectividad, o su entorno, provocando daños.

Imputado: El imputado, es aquella persona a la que se atribuye participación en un


hecho punible, siendo uno de los más relevantes sujetos procesales.

Debido Proceso: Es un principio jurídico procesal o sustantivo según el cual toda


persona tiene derecho a ciertas garantías mínimas, tendientes a asegurar un resultado
justo y equitativo dentro del proceso, y a permitirle tener oportunidad de ser oído y hacer
valer sus pretensiones frente al juez.

Hecho Punible: Conducta de una persona, que se verifica por medio de una acción u
omisión, que produce un efecto dañoso, el que es calificado de antijurídico por el
ordenamiento legal. Manifestación expresa de una acción u omisión calificada como
antijurídica.

Proceso Penal: Secuencia o serie de actos que se desenvuelven progresivamente con el


objeto de resolver, mediante un juicio de la autoridad, el conflicto sometido a su decisión.
Serie ordenada de actos preestablecidos por la Ley y cumplidos por el órgano
jurisdiccional, que se inician luego de producirse un hecho delictuoso y terminan con una
Resolución final.
44

Acción penal: Es aquella acción ejercitada por el Ministerio Público o por los particulares
(según la naturaleza del delito), para establecer, mediante el pronunciamiento del órgano
jurisdiccional, la responsabilidad en un evento considerado como delito o falta. La acción
tiene por fin la aplicación del derecho material por parte del juez.

Testigo: Término utilizado en Derecho para designar a la persona que declara o


proporciona una prueba en un procedimiento judicial, o que se encuentra presente en la
firma de un acuerdo o documento legal, como puede ser una escritura, un testamento o
una declaración jurada.

Sujetos Procesales: Los sujetos procesales (Tribunal, Ministerio Público, Órganos de


Policía de Investigaciones Penales, Víctima e Imputado) están claramente definidos en
nuestro ordenamiento jurídico penal, específicamente en el Código Orgánico Procesal
Penal.
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
46

CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO

1. Tipo de Investigación.

El presente proyecto de investigación se realizará de forma descriptiva, ya que de una


forma clara y precisa se establecerán las diversas herramientas jurídicas con las que
cuenta una víctima de un delito en la actualidad procesal penal venezolana para
resguardar su integridad, además de lo interesante que resulta determinar si existen otras
legislaciones actuales que regulen la institución procesal de protección, así como la
aplicabilidad en una determinada circunscripción judicial venezolana, como lo es el
Estado Táchira.

2. Diseño de la Investigación.
El diseño de la presente investigación será precisamente de tipo no experimental
transeccional descriptiva, puesto que se pueden analizar los derechos de las víctimas de
delitos de acción pública en el proceso penal venezolano, particularmente lo referente a
su protección personal, que ha sido el objetivo general planteado, e igualmente podremos
determinar cuales son las disposiciones legales del ordenamiento jurídico venezolano que
garantizan ese derecho tan importante para garantizar su participación en los delitos de
acción pública; examinar las disposiciones legales destinadas a garantizar los derechos
de las víctimas de delitos, y establecer las condiciones en las cuales el Estado puede
intervenir para garantizar el cumplimiento efectivo de los derechos de éstos, que serían
los objetivos específicos planteados.

Los diseños no experimentales transeccionales descriptivos, tienen como objetivo


indagar la incidencia y los valores en que se manifiestan una o más variables. El
procedimiento consiste en medir en un grupo de personas u objetos una, o generalmente,
más variables y proporcionar su descripción. Son, por lo tanto, estudios puramente
47

descriptivos y cuando establecen hipótesis, éstas son también descriptivas, (Hernández


Sampiere y otros, 1998:187).
3. Método de Investigación.
El método a seguir en esta investigación para obtener la posibles respuestas a los
objetivos planteados, se iniciará con el Método de la Observación, por ser el punto de
partida de toda investigación, ya que el objeto de estudio se conoce en principio con el
curso natural de la realidad; igualmente servirá de apoyo el Método Deductivo, ya que no
es suficiente observar sino también es sumamente necesario llevar un orden coherente y
necesario del problema planteado, es decir, ir de lo general a lo particular. El método de
Análisis será muy apropiado al tener clasificada la información, logrando con ello
identificar las relaciones de causa – efecto, para luego, realizar una Síntesis del problema
planteado.

4. Técnicas de Recolección de Datos.


Será utilizada la técnica de la observación, que consiste en el registro sistemático, válido
y confiable de comportamiento o conducta manifiesta, según Hernández Sampiere,
Fernández Collado y Baptista Lucio (1998:309).

Por ser de tipo documental se utilizará la clasificación, que permite ordenar toda la
información obtenida para la investigación, el análisis que permite el estudio de todo el
material seleccionado, y la sistematización de la información, para la redacción y
presentación del trabajo final.

El análisis ha de realizarse partiendo de las ideas principales de la investigación, para


luego ir desarrollando las ideas secundarias; se parte de los objetivos específicos y así se
obtienen las estrategias de análisis correspondiente.

En cuanto a la reseña de procedimientos a seguir, se puede indicar: la recopilación de


toda la información necesaria, en bibliotecas, hemerotecas, Internet, etc., que permitan
reunir un cúmulo de información relacionada con los derechos de las víctimas.
48

Una vez recopilada la información, debe ser organizada de acuerdo a las categorías de
las mismas, es decir, la de información general, la de vinculación con otros temas, y por
último, la que contiene información específica con el objetivo de la investigación.
Posteriormente la información será analizada e interpretada de manera de cumplir con los
objetivos planteados en esta investigación.

5. Instrumentos de Recolección de Datos.


El instrumento utilizado en la presente investigación, por tratarse de tipo documental,
debido al análisis de las medidas de protección personal, es una técnica alternativa al
fichaje, denominado sistema folder, el cual consiste según Nava y Finol (1993:102) en
almacenar los datos en hojas independientes, que se depositan en una carpeta para ser
organizadas posteriormente de acuerdo a algún criterio, para luego formar cuaderno con
toda esa información.

6. Plan de Análisis.
El análisis ha de realizarse partiendo de las ideas principales de la investigación, para
luego ir desarrollando las ideas secundarias; se parte de los objetivos específicos y así se
obtienen las estrategias de análisis correspondiente:

1. Nociones fundamentales de la concepción de victima.


1.1. Naturaleza Legal
1.2. Noción desde la Victimología
1.3. Noción desde el Derecho Penal
2. Delimitar jurídicamente las Medidas de Protección de las Víctimas como institución
procesal.
3. Abordar cuáles son las disposiciones legales del ordenamiento jurídico venezolano
que garantizan la protección de las Víctimas en el proceso penal.
4. Establecer las condiciones en las cuales el Estado puede intervenir para garantizar el
cumplimiento de los derechos de las víctimas de delitos en el proceso penal.
49

5. Identificar el procedimiento actualmente establecido para la protección de las víctimas


de delitos de acción pública en el ordenamiento jurídico venezolano.
6. Determinar la aplicación práctica de las medidas de protección personal en el proceso
penal venezolano.
CAPÍTULO IV
ANALISIS DE LOS RESULTADOS
51

CAPÍTULO IV
ANALISIS DE LOS RESULTADOS.

1. Nociones fundamentales de la concepción de victima desde la Victimología y el


Derecho Penal, así como su naturaleza legal.

Con el presente estudio de las medidas de protección personal de las víctimas en el


proceso penal venezolano, pudimos conocer que el tema de las víctimas, está ocupando
los estudios a varios autores en los últimos años, debido a que las víctimas de delito
también ha sido estimulado por el hecho de que el Sistema de Administración de Justicia
Penal depende de la cooperación de los testigos y la propia víctima, siendo ésta última,
en sentido amplio, la persona jurídica, natural o algún pariente de éstas, afectada por
cualquier hecho punible, y en sentido estricto se entiende que es la persona directamente
ofendida o afectada por ese hecho punible, ese daño puede ser alguna pérdida
económica, objetos personales o propiedades, lesiones físicas o mentales o en fin, algún
sufrimiento emocional.

Para la victimología, la víctima que interesa es el ser humano que padece daño en los
bienes jurídicamente protegidos por el derecho penal y modernamente se ha incluido a
las personas jurídicas como víctimas puesto que también son sujetos de derecho.
Mientras que, para el Derecho penal la víctima es uno de los elementos del delito, ya que
comprende a la persona que padece un daño y por tanto, desempeña un papel pasivo,
pero también puede ser aquella que ayuda a causar su propio sufrimiento, o que sólo ella
lo provoca y lo causa, de allí que debe distinguirse al sujeto pasivo de la víctima, ya que
el papel de ésta en la infracción, muchas veces no es totalmente pasivo.

2. Las Medidas de Protección de las Víctimas como institución procesal, y disposiciones


legales que garantizan la protección de las Víctimas en el proceso penal venezolano.
52

En Venezuela, la protección personal de una víctima, comienza con las transformaciones


ocurridas en el año 1999, con la entrada en vigencia de la Constitución Nacional en ese
mismo año, según lo establece en su Artículo 30. Es reforzada con el Código Orgánico
Procesal Penal reformado posteriormente en el año 2001, cuyos Artículos 23, 118, 119 y
120, establecen lo que se entiende por víctima y sus derechos en el proceso penal,
estableciendo que la protección y reparación del daño causado a la víctima son los
objetivos del proceso penal.

Por su parte la Ley Orgánica del Ministerio Público de 1999 desarrolló un capítulo
especial en cuanto al tema, por lo que a través de los Artículos 81 al 85 regula el
procedimiento para la protección de las víctimas, que igualmente fue considerado en el
Artículo 37 de la Reforma que sufriera esta Ley en el año 2007. Sin embargo, la
protección como tal se fortalece con la entrada en vigencia en el año 2006 de la novísima
ley especial de protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales, entendida
la preocupación del Estado en resguardar la integridad física de las personas que
intervienen en el proceso penal, bien como parte propiamente dicha o como algún sujeto
procesal.

La Ley de Protección de Victimas, Testigos y demás Sujetos Procesales contiene


disposiciones expresas que garantizan la protección de las Víctimas en el proceso penal,
describiendo desde un acompañamiento policial o mejor conocido como escoltas, hasta
una preservación de identidad y cambio de identidad, lo cual permite garantizar la
seguridad del sujeto resguardado. Previo el cumplimiento de algunas formalidades, el
protegido puede hasta ser “sacado” de su entorno y trasladado a otro lugar para su
efectiva seguridad, tal y como se prevé en los Artículos 21 y 23 de la citada ley.

3. Intervención del Estado para garantizar el cumplimiento de la protección de las


víctimas de delitos en el proceso penal.
El Estado, a través de los órganos jurisdiccionales interviene para garantizar el
cumplimiento de los derechos de las víctimas de delitos en el proceso penal, así vemos
53

que el Ministerio Público plantea su solicitud ante un Tribunal de Control, para que éste a
su vez ordene a algún organismo de seguridad que materialice la seguridad de forma
personalísima.
De manera pues, que través del estudio de las medidas de protección personal tanto en
el ordenamiento jurídico venezolano como en el derecho comparado, se logró determinar
que existe gran preocupación en la comunidad internacional en proteger de forma
personal a cada ciudadano que sienta vulnerada su integridad física y personal, hasta de
su grupo familiar, pues con ello se evita una doble victimización que contraría los grandes
avances en esa materia.

4. Aplicación práctica de las medidas de protección personal en el proceso penal


venezolano.

Para determinar la aplicación práctica de las Medidas de Protección Personal, se realizó


un estudio de campo en la Circunscripción Judicial del Estado Táchira, partiendo de los
registros llevados por la Fiscalía Superior del Ministerio Público de esa entidad, a través
de la Unidad de Atención a la Víctima, observándose que en los años 2006 y 2007, así
como el primer semestre del año 2008, se tramitaron y acordaron varias de ellas, sin
encontrar registro alguno en el que se hayan negado o se hayan ejercido los recursos con
ocasión de su trámite.

Se determinó en ese estudio, que en el año 2006 fueron solicitadas 66 Medidas de


Protección, siendo su gran mayoría un patrullaje policial, atendiendo a lo establecido a
Ley Orgánica del Ministerio y otras a través de la Ley Sobre la Protección de Víctimas,
Testigos y demás Sujetos Procesales, por ser este el año en que la misma fue publicada
en la Gaceta Oficial. Del total de Medidas de Protección solicitadas, 6 de ellas fueron
acordadas por el Tribunal Primero de Control, 3 por el Segundo de Control, 1 por el
Tercero de Control, 8 por el Cuarto de Control, 11 por el Quinto de Control, 10 por el
Sexto de Control, 4 por el Séptimo de Control, 1 por el Octavo de Control, 11 por el
54

Noveno de Control y otras 11 por el Tribunal Décimo de Control, tal y como se muestra en
el siguiente gráfico:

Año 2006

15

10

0
1C 2C 3C 4C 5C 6C 7C 8C 9C 10
Cantidad de Medidas 6 3 1 8 11 10 4 1 11 11
por Tribunales

Para el año 2007, se observa un total de 47 Medidas de Protección tramitadas y


acordadas en su oportunidad por los diez Tribunales de Control de esa Jurisdicción. Del
total de Medidas de Protección solicitadas en el año, 3 de ellas fueron acordadas por el
Tribunal Primero de Control, 7 por Segundo de Control, 8 por el Tercero de Control, 3 por
el Cuarto de Control, 5 por el Quinto de Control, 8 por el Sexto de Control, 2 por el
Séptimo de Control, 3 por el Octavo de Control, 6 por el Noveno de Control y otras 2 por
el Tribunal Décimo de Control, como se ilustra de seguidas.
55

Año 2007

10

0
1C 2C 3C 4C 5C 6C 7C 8C 9C 10
Cantidad de Medidas 3 7 8 3 5 8 2 3 6 2
por Tribunales

Durante el primer semestre del año 2008, se observa un total de 34 Medidas de


Protección tramitadas y acordadas en su oportunidad por los diez Tribunales de Control
de esa Jurisdicción. Del total de Medidas de Protección solicitadas en ese periodo, 4 de
ellas fueron acordadas por el Tribunal Primero de Control, 4 por el Segundo de Control, 3
por el Tercero de Control, 5 por el Cuarto de Control, 2 por el Quinto de Control, 2 por el
Sexto de Control, 2 por el Séptimo de Control, 4 por el Octavo de Control, 5 por el
Noveno de Control y otras 3 por el Tribunal Décimo de Control. Con el siguiente gráfico
se aprecia con más claridad la información obtenida:

Primer Semestre del Año 2008

0
1C 2C 3C 4C 5C 6C 7C 8C 9C 10
Cantidad de Medidas 4 4 3 5 2 2 2 4 5 3
por Tribunales
56

De las 147 Medidas de Protección revisadas en el periodo de estudio, todas fueron


tramitadas y acordadas, 97 de ellas consistieron en un patrullaje policial, 27 en escoltas
policiales, 13 en un apostamiento policial, 5 en visitas continuas, y 5 en preservación de
identidad, apreciando estas cifras en el siguiente cuadro:

100

50

0
P.P. E.P. A.P. V.C. P.I.
Tipos de Medidas 97 27 13 5 5

No se observó en la revisión efectuada, alguna Medida que no fuese acordada, ni algún


reporte policial sobre el deceso o cualquier otro tipo de lesión sobre el sujeto procesal
protegido con ocasión del proceso penal en el que se estuvo inmerso; tampoco se
observó que en el análisis previo que realiza la Unidad de Atención a la Víctima se
encontraran elementos de convicción para considerar improcedente el trámite de la
Medida de Protección solicitada por las víctimas.

Se determinó que la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público realiza una
revisión periódica de las Medidas de Protección acordada por cuanto supervisa la
actuación de las Brigadas de Protección, apreciando en los años revisados que en dicho
procedimiento, se efectúa una entrevista al destinatario de la medida quien expone las
condiciones en las cuales se llevó a cabo, y en dichas entrevistas se aprecia una
conformidad con la protección brindada, así como un sentimiento de seguridad al saber
que un funcionario policial visitaba frecuentemente su residencia en el caso del patrullaje
policial permanente.

5. Procedimiento para la protección de las víctimas de delitos de acción pública en el


ordenamiento jurídico venezolano.
57

El procedimiento a seguir en el ordenamiento jurídico venezolano, es que una vez


iniciada una investigación penal, la víctima puede solicitar una medida de protección
personal ante el Fiscal del Ministerio Público que la dirige, en caso de existir fundamentos
serios para presumir que tanto su integridad física o de su entorno familiar se encuentra
en peligro, para que este representante de la vindicta pública active al Fiscal Superior de
su Circunscripción Judicial, quien por conducto de la Unidad de Atención a la Víctima
efectúen la petición ante el Tribunal de Control que corresponda, sugiriendo un lapso de
duración de la medida.

Dicho Tribunal de Control la acuerda de inmediato, sin mayor dilación, pero en casos
extremos podrá acordar una audiencia especial para resolver el petitorio, y al ser
acordada, la Fiscalía Superior por conducto de la Unidad de Atención a la Víctima, se
mantiene vigilante para garantizar su efectivo cumplimiento. La petición de protección
puede ser planteada por la víctima ante cualquier órgano de seguridad del Estado, unidad
o dependencia fiscal, pero en definitiva debe ser sustentado con las actuaciones que
integran la investigación para demostrar su condición de víctima.
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
59

CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
1. Conclusiones.
 La gran mayoría de los estudios científicos y criminológicos, consideran es los
derechos y garantías constitucionales de los procesados o de aquél que comete el
injusto penal, dejando a un lado la víctima cuyo derecho fue violentado por ese
agresor.

 El abandono de los derechos de las víctimas de delitos, ha perdurado en el tiempo y


en el espacio, ya que aún cuando el Código Orgánico Procesal Penal los considere de
alguna manera especial, el ordenamiento jurídico en general los abandona al no existir
leyes especiales que desarrollen todos esos derechos, pues se encuentran
disgregados en varios cuerpos normativos.

 Para llevar a cabo la protección de las víctimas de delitos, que también es objetivo del
proceso penal, tampoco existían leyes especiales que desarrollaran las condiciones
en las cuales debía llevarse a cabo las medidas de protección.

 Los participantes en el conflicto son víctima e imputado, pero el Estado le expropia los
derechos a las víctimas y asume el conflicto que inicialmente se genera entre ellos,
para convertir la relación Estado versus imputado, con todo el poder que tiene el
primero, vulnerando con acciones legales tanto la libertad como los demás derechos
del imputado; fuerza ésta que es necesario limitarla ya que puede vulnerar no solo al
imputado sino a todo ciudadano e incluso a la propia víctima.

 El enfoque más reciente del Derecho se dirige a devolver a la víctima un poco de esos
derechos que le fueron expropiados, a incluirlo de donde lo sacaron, a devolver su
oportunidad de participar en el conflicto y en la solución de este.
60

 El reconocimiento de los derechos de las víctimas en el Código Orgánico Procesal


Penal y las leyes busca de su protección, la reparación del daño a través de la
aplicación de la pena al imputado y la indemnización que puede pedirse.
 La protección personal de las víctimas en el ordenamiento jurídico venezolano es
introducida en el año 1999 por el Código Orgánico Procesal Penal y la Ley Orgánica
del Ministerio Público, pero es a partir de 2006 con la Ley de Protección de Víctimas,
Testigos y demás Sujetos Procesales, que se explanan las formas de cumplimiento de
éstas, así como los organismos en específico que se encargan de cumplir con las
medidas de protección de la víctima.

 Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,
publicada en la Gaceta Oficial de 2007, también contempla formas de protección
personal de una manera directa.

 La Ley Orgánica de Protección del Niño y del Adolescente, publicada en la Gaceta


Oficial Extraordinaria Nº 5266 de fecha 02 de octubre de 1998 y la Ley Orgánica
Contra la Delincuencia Organizada publicada en la Gaceta Oficial Nº 38.281 de fecha
27 de septiembre de 2005, regulan formas de protección personal, pero hacia el
infractor con ocasión del delito cometidos.

 En cuanto al Derecho Comparado, existe gran preocupación en la comunidad


internacional por la protección de las víctimas, pues se entiende también como el caso
venezolano, como un problema de seguridad del Estado.

 Con las Estadísticas recabadas tanto en la Unidad de Atención a la Víctima adscrita a


la Fiscalía Superior del Ministerio Público en el Estado Táchira, y del Circuito Judicial
Penal de esa misma Circunscripción Judicial, en los años 2006, 2007 y primer
semestre del año 2008, se pudo observar un total de 147 medidas tramitadas y
acordadas, observando aplicabilidad de la misma en las muestras analizadas.
61

 El procedimiento para obtener protección, es que el afectado debe comprometerse a


cumplir con ciertas obligaciones (como no acudir a determinados sitios), para que el
Ministerio Público solicite al Juez de Control que ordene a un organismo de seguridad
la protección como tal, o se preserve de alguna manera los datos para garantizar que
no sea identificado en las actuaciones que integran el expediente.

2. Recomendaciones.

 En toda investigación penal, se debe determinar las necesidades básicas de las


víctimas que sirvan de bases y fundamentos para las políticas de Estado que
deben implementarse, para garantizar efectivamente los derechos de estas, y así
cumplir de manera eficaz con la “protección y reparación del daño que le ha sido
causado”.

 Deben crearse brigadas de protección integradas por funcionarios policiales al


servicio del órgano que tramita la medida de seguridad, como sería el Ministerio
Público, pues muchas veces se debe proteger es un ciudadano que ha sido
víctima de una violación de sus derechos fundamentales por parte de un miembro
activo de los mismos órganos de seguridad del Estado.

 Las medidas de protección deben ser acordadas directamente por el Fiscal del
Ministerio Público que dirige la investigación, es decir, que tenga tal facultad para
hacer el procedimiento mas expedito, evitando dilaciones innecesarias en la
protección directa de las víctimas.

 Las Unidades de Atención a las Víctimas, adscritas a las Fiscalías Superiores del
Ministerio Público de cada Circunscripción Judicial, se encargan de prestar los
servicios de protección, asesoría, apoyo, información y educación sobre sus
derechos a esas víctimas de delitos penales, pero deben ser dotas de equipos
62

multidisciplinarios para también otorgarles servicios médicos, psicológicos,


psiquiátricos, etc., que requieran como consecuencia del daño sufrido.

 Tanto el personal jurisdiccional, fiscal, o policial deben recibir entrenamiento y


apoyo permanente para lograr brindar una asistencia adecuada, cuya misión
básica debe ser tratar con dignidad, compasión y respecto a las víctimas urgidas
de protección personal.

 La difusión de estas medidas de protección, garantizan que las víctimas conozcan


el procedimiento a seguir, y además se genera una sensación de protección y
seguridad en su entorno, que impide también al agresor efectuar algún tipo de
acción para perturbar su integridad física o su entorno familiar.
CAPÍTULO VI:
REFERENCIAS DOCUMENTALES
63

CAPÍTULO VI: REFERENCIAS DOCUMENTALES

Libros de Texto:

HERNANDEZ SAMPIERI, R; FERNANDEZ COLLADO, C Y BAPTISTA Lucio, P. (1998).


“Metodología de la Investigación”. Editorial Mc Graw Hill. México.

MENDELSONH, B. (1987), Nociones de Derecho Penal. Parte General. Barcelona,


Editorial Esparsa.

MÉNDEZ, C. (2001). Metodología. Bogotá, Editorial McGraw-Hill.

NEWMAN, E. (1984). Victimología. El rol de la Víctima en los Delitos Convencionales y


no Convencionales. Editorial Universidad, Buenos Aires – Argentina.

PÉREZ SARMIENTO, E. (2002). Manual de Derecho Procesal Penal, Vadell Hermanos


Editores. Caracas – Venezuela.

ZAFFARONI, Eugenio Raúl. (1990). En busca de las penas perdidas. Editorial Temis.
Bogotá, Colombia.

ZAFFARONI, Eugenio. (1982) Política Criminal Latinoamericana. Editorial Hammurabí,


Buenos Aires, Argentina.

Artículos en Revistas Científicas Arbitradas:

FERRER CARRASCO, María (1989). “La Victimología: Las Víctimas de Delito. Derechos
y Servicios”). V Jornadas Venezolanas de Criminología. “Estado actual de la criminología
en Venezuela, Barquisimeto – Venezuela.

HAN, P. (2001). “Algunas Reflexiones sobre la reforma del Código Orgánico Procesal
Penal Venezolano”. Capítulo Criminológico. Volumen 29, N° 2. Instituto de Criminología.
Universidad del Zulia, Maracaibo - Venezuela.

HAN, P; Párraga J. (2000). “Los Acuerdos Reparatorios y su aplicación en el nuevo


proceso penal venezolano”. Capítulo Criminológico. Volumen 28, N° 2. Instituto de
Criminología. Universidad del Zulia, Maracaibo - Venezuela.

HAN, P. (1999). “La protección y reparación de la Víctima en el Código Orgánico Procesal


Penal”. Capítulo Criminológico. Volumen 27, N° 2. Instituto de Criminología. Universidad
del Zulia, Maracaibo – Venezuela.
64

PÁRRAGA, J. (1999). “Aspectos relativos a Delitos explorados a través de un abordaje a


las Víctimas”. Capítulo Criminológico. Volumen 27, N° 1. Instituto de Criminología.
Universidad del Zulia, Maracaibo - Venezuela.
YICÓN RINCÓN, L. (2000). “Reflexión sobre la aplicación del Código Orgánico Procesal
Penal”. Capítulo Criminológico. Volumen 28, N° 2. Instituto de Criminología. Universidad
del Zulia, Maracaibo - Venezuela.

Otros:

GUTIÉRREZ, C. (2005). “Sistema tutorial para el diseño del proyecto de investigación.


Metodología de la Investigación”. La Universidad del Zulia, Facultad de Ciencias Jurídicas
y Políticas, División de Estudios Para Graduados. Maracaibo - Venezuela.

Tesis de Grado:

FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, María Alejandra. (2007) El garantismo dentro del sistema


penal en Venezuela: Lineamientos para un nuevo código penal desde la perspectiva de la
criminología crítica. Trabajo Especial de Grado para optar al Título de Magíster.
Universidad del Zulia, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. División de Estudios
para graduados. Maracaibo, Venezuela.

GUTIÉRREZ PÉREZ, Carlos (2004) La Acción Civil Derivada del Delito. Trabajo Especial
de Grado para optar al Título de Magíster. Universidad del Zulia, Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas. Maracaibo, Venezuela.

Fuentes de tipo legal:

Declaración Universal de Derechos Humanos, de 1948 por resolución de la Asamblea


General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Declaración de Principios Básicos de Justicia para las Víctimas de Delito y Abuso de


Poder, de 1985 por resolución de la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU).

ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. (1999).


Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela”. Caracas. Gaceta Oficial Nº
36.860. Publicada el 30 de diciembre de 1999.

ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. (2001).


Código Orgánico Procesal Penal de Venezuela. Caracas. Gaceta Oficial Nº 5.558.
Publicada el 14 de noviembre de 2001
65

ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. (2007)


Ley Orgánica del Ministerio Público de 2007. Caracas. Gaceta Oficial 38.647. Publicada
el 19 de marzo de 2007.

ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. (1999)


Ley Sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia. Caracas. Gaceta Oficial
Nº 38.647. Publicada el 19 de marzo de 2007

ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. (2006)


Ley Sobre la Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales. Caracas.
Gaceta Oficial Nº 38.536. Publicada el 04 de octubre de 2006.

Artículos en capítulos o libros compilados u obras colectivas:

MORALES MANZUR Jorge, FERNÁNDEZ María A. (2005). Presencia del Garantismo en


la nueva reforma del Código Penal venezolano: Algunas consideraciones. Publicado en
Derecho Penal: Ensayos Fernando Parra Aranguren Editor. Colección Estudios Jurídicos
Nº 13. Tribunal Supremo de Justicia de la Republica Bolivariana de Venezuela. Caracas,
Venezuela.

NAVARRETE, Juan (2004) Derechos Humanos y democracia: desafíos de hoy y siempre.


En Lesa Humanidad. Heraclio Atencio Editor. Publicado por la Fundación Venezuela en
Positivo. Caracas, Venezuela
ANEXOS
67

ANEXO 1: Exposición de Motivos del Anteproyecto de Ley de Protección de Víctimas,


Testigos y demás Sujetos Procesales presentado por La Fiscalía General de la República
ante la Asamblea Nacional, aprobado en definitiva para conformar la actual Ley Especial
de 2006.

“Desde la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,


aprobada por Referéndum Popular el 15 de Diciembre de 1999, el Estado venezolano
además de ser un Estado de Derecho, es un Estado de Justicia Social. El constituyente
erigió como principio y valor fundamental de la construcción de la nueva República, la
Justicia, siendo el pueblo su protagonista, tomando partido de manera indirecta en la
elección de quienes administran la Justicia en el más alto Tribunal del país, y de forma
directa, a través de su propia participación en el proceso penal.

Enmarcados en estos valores, la Justicia Penal juega un papel primordial en la garantía y


plena vigencia de los derechos humanos y es por ello, que el proceso penal se convierte
en piedra angular del Estado de Derecho y del bloque de constitucionalidad. En este
contexto, en nuestro país se suele enfocar la legislación vinculada sólo desde la
perspectiva del imputado. Sin embargo, en Latinoamérica se observa que a través de las
diferentes reformas penales, se ha dignificado la figura de la víctima en los procesos
penales, no únicamente como sujeto de derecho, sino como sujeto de protección.

Ello, frente a la necesidad de dar respuesta a una dinámica social donde coexisten una
serie de fenómenos delictivos, que colocan a las víctimas y otros sujetos procesales frente
a estructuras de poder, integradas por el crimen organizado, el narcotráfico, la mafia,
entre otras, que ponen en riesgo la seguridad y la integridad no sólo de las víctimas sino
de la misma investigación penal.

Es por ello, que a través de diferentes instrumentos internacionales se ha brindado la


protección que requieren las víctimas. Uno de los instrumentos más importantes referidos
a la protección a las víctimas, es la Declaración de la Organización de Naciones Unidas
68
de 1985 Sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y
Abuso de Poder, en la cual se contempla la definición de víctima, considerándola como “la
persona que individual o colectivamente ha sufrido daños, inclusive lesiones físicas o
mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de los
derechos fundamentales como consecuencia de acciones u omisiones que violen la
legislación penal vigente en los Estados Miembros, incluida la que proscribe el abuso del
poder.”

La realidad venezolana y un estudio del derecho comparado en esta materia, nos hace
concluir que en lo que al proceso penal se refiere, no sólo la víctima debe ser sujeto de
protección, sino que existen una serie de actores, que por su intervención dentro del
proceso penal requieren de la misma protección efectiva, que les permita contribuir con
uno de los principales objetos del proceso, cual es la búsqueda de la verdad.

Así, tenemos que tanto víctimas, como testigos, expertos, peritos y miembros del
Ministerio Público e incluso funcionarios de seguridad del Estado, que en determinado
momento pueden colaborar con el esclarecimiento de un caso, pueden ser víctimas a su
vez de intimidación, amenazas o coacción, con el objeto de que no acudan a los procesos
o para que su participación en éstos no sea realmente efectiva, llevándolos -muchas
veces- a dar declaraciones que no se corresponden con la realidad, y que por lo tanto no
aportan nada al proceso.

Aunado a la debilidad legal e institucional que existe actualmente en nuestro país en esta
materia de protección de las víctimas, testigos y demás sujetos procesales, lo cual
obstaculiza la eficacia y la transparencia de los proceso penales y en definitiva de la
Justicia, tampoco se cuenta actualmente con una ley especial que expresamente proteja
la participación de los sujetos procesales, a pesar que el artículo 30 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela contempla la protección a las víctimas de
violaciones de derechos humanos, y el compromiso de tomar medidas legislativas que
permitan hacer efectiva su indemnización.
69

En este sentido, los artículos 23, 118, 119, 120 y 122 del Código Orgánico Procesal
Penal, contemplan igualmente un régimen de protección de víctimas en el ámbito del
proceso penal; no obstante ello, a la fecha no se cuenta con mecanismos efectivos que
brinden debidas garantías de seguridad en esta materia.

Por su parte, el Ministerio Público, organismo encargado de brindar atención a los


mencionados sujetos dentro del proceso penal, igualmente cuenta con la Ley Orgánica
del Ministerio Público, la cual entre sus normas contempla la atribución del Fiscal Superior
para solicitar ante el juez competente, las medidas necesarias a los fines de garantizar la
integridad de los sujetos protegidos, así como de sus bienes, e incluso solicitar medidas
como la preservación de la identidad, del domicilio, de la profesión y del lugar de trabajo
del sujeto protegido, y pudiendo ser extendidas a los familiares que compartan la vida en
común con ellos.

No obstante estas previsiones, existe en Venezuela la necesidad de garantizar a través


de normas claras y mecanismos efectivos la participación ciudadana en el marco del
proceso penal y es por ello que se presenta a continuación un Anteproyecto de Ley que
tiene por objeto proteger los derechos e intereses de las víctimas, testigos y demás
sujetos procesales (incluyendo a fiscales, funcionarios de policía, etc.), que corran peligro
por su intervención en el proceso penal, y cuya participación muchas veces se ve
coartada o influenciada al ser intimidados o amenazados para que no presten testimonio
en los procesos, o para que lo hagan de determinada manera, al ser coaccionados.

En atención a lo expuesto, el presente Anteproyecto pretende regular en forma amplia,


pero a su vez exhaustiva y precisa todo lo relativo la protección y asistencia de las
víctimas, testigos y demás sujetos procesales.

En tal sentido, se prevé que las autoridades a cargo de las cuales estará la aplicación de
la Ley, son el Ministerio Público y los tribunales competentes, quienes instrumentarán
70

todo tipo de medidas para dar cumplimiento a las disposiciones de la misma, y quienes
además se encuentran obligados a proporcionar asistencia y protección, conjuntamente
con los órganos de policía de investigaciones penales y de manera especial con la
colaboración de algunos ministerios (Interior y Justicia, del Trabajo y Vivienda y Hábitat),
actuando todos en forma coordinada.

De igual forma, se crean una serie de mecanismos que permitirán la aplicación efectiva de
la presente ley, como lo son: una línea de emergencia, para atender a las personas que
gocen de alguna medida de protección; brigadas policiales especiales, para dar
cumplimiento efectivo a las medidas; centros de refugio, los cuales serán coordinados
por el Ministerio Público, y estarán destinados a albergar por el tiempo que sea necesario
a las víctimas y sujetos protegidos, para salvaguardar su integridad física; Fondo para la
protección y asistencia de las víctimas, el cual estará constituido por una serie de
recursos destinados a financiar la ejecución de programas acciones y servicios de
protección, asistencia y atención a las víctimas y que se encontrará adscrito al Ministerio
Público, debiendo dictarse su reglamento.

A través de esta Ley se prevé que los fiscales del Ministerio Público, pueden solicitar una
serie de medidas de protección que son de dos tipos: 1) las extra proceso, entre las
cuales destacan: la custodia personal o domiciliaria; alojamiento temporal en lugares
reservados o en los centros de refugio que se crearán; cambio de domicilio; suministro de
medios económicos para alojamiento, transporte, alimentos, reinserción laboral, etc. 2) las
intra proceso: preservación de la identidad de los sujetos protegidos, de su domicilio,
profesión y lugar de trabajo; uso de procedimientos para evitar la identificación visual; que
no conste en diligencias que se practiquen datos que permitan la identificación del sujeto
protegido, entre otras.

Todas las medidas son de carácter provisional, y deben ser inmediatas y efectivas, para lo
cual se establece un procedimiento expedito para que sea acordada, puesto que cuando
los fiscales reciban una solicitud de protección (o incluso de oficio), tramitarán lo
71
conducente ante el Fiscal Superior de la correspondiente circunscripción judicial, quien –
previo análisis de unos requisitos de procedencia- la presentará ante el órgano
jurisdiccional, para que éste las decrete estableciendo las circunstancias de modo, lugar y
tiempo en que se ejecutarán las mismas.
De igual forma, la persona a la que se le acuerda una medida de protección, deberá
comprometerse ante el Ministerio Público a cumplir con una serie de condiciones para el
mantenimiento de la misma, que de ser inobservadas, supondrían la revocación de la
medida.

El control del cumplimiento de la medida se encuentra a cargo del órgano jurisdiccional,


el cual deberá hacer todo lo necesario para hacer cumplir su decisión y garantizar así la
efectiva ejecución de la medida.

Por otra parte, se estipulan una serie de sanciones:


1. Para el incumplimiento de la protección por parte del victimario, el cual puede
hacerse acreedor de un arresto hasta por 48 horas, a ser impuesto por el tribunal
que dictó la medida.
2. Para quien estando obligado a acatar la medida y no le de debido cumplimiento,
pudiendo imponérsele la pena de prisión (3 meses a 1 año) más una multa
calculada en unidades tributarias (de 100 a 500).

Para la violación de la reserva, a quien revele alguna información que comprometa la


integridad del protegido (prisión de 6 meses a 2 años) o en los casos en los que
efectivamente se concrete una lesión (incremento de la mitad) o incluso la muerte del
protegido (prisión de 3 a 5 años), agravándose tal conducta cuando sea cometida por un
funcionario público (aumento de la tercera parte)”.
72

ANEXO 2: Jurisprudencias.

Por tratarse de un procedimiento expedito, nada obsta para que puedan ejercerse las
actuaciones necesarias para tutelar cualquier derecho que se infrinja, accionando a
través de los recursos correspondientes, así encontramos:

1. Sentencia Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal, del 03 de Agosto


de 2005, según Exp. Nº 05-0216, con ponencia de la Magistrada Blanca Rosa Mármol de
León, que resuelve el conflicto de competencia que se plantea entre el Tribunal Primero
de Control, Sección Adolescentes del Circuito Judicial Penal del Estado Miranda, Los
Teques y el Tribunal Cuarto de Control del referido Circuito Judicial Penal, en cuanto a la
solicitud de una medida de protección a una víctima adolescente dentro de un proceso
penal. Resolvió que debe conocer el último de los tribunales de la jurisdicción ordinaria.

2. Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 22 de


febrero de 2005, Exp. 04-1284, con ponencia del Magistrado Marcos Tulio Dugarte
Padrón, que se trata de una decisión sujeta a consulta que emanó de la Corte de
Apelaciones Sección de Responsabilidad Penal del Adolescente del Circuito Judicial
Penal del Estado Miranda, la cual conoció en primera instancia de un amparo
constitucional ejercido por la presunta violación de derechos y garantías constitucionales
por parte de la omisión del Tribunal Primero de Control de ese mismo Circuito Judicial
Penal en pronunciarse sobre la solicitud de protección a la víctima presentada por el
Ministerio Público en nombre de un adolescente.

3. Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, del 29 de abril de


2005, Exp. 03-2783, con ponencia del Magistrado Arcadio Delgado Rosales, cuya
decisión sometida a consulta de la Sala Constitucional versa sobre la acción de amparo
que se interpuso contra la decisión del 8 de mayo de 2002 y su respectiva aclaratoria del
20 del mayo de 2002, dictada por el Tribunal Cuarto de Control del Circuito Judicial Penal
de la Circunscripción Judicial del Estado Vargas, las cuales, a juicio de la Fiscalía
73

Superior de la misma Circunscripción Judicial, cercenaron los derechos al debido proceso


y a la tutela judicial efectiva de los ciudadanos Alberto Correia Dos Santos y María
Florentina Das Neves Baptista, al pronunciarse parcialmente en cuanto a las Medidas de
Protección solicitadas a favor de los mencionados ciudadanos.

S-ar putea să vă placă și