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Presentado por
Grupo Colaborativo 72
Programa de Psicología
Curso Personalidad
Mayo de 2019.
Introducción
Desde la antigüedad y hasta nuestros tiempos, el ser humano ha buscado comprender las
causas que subyacen el comportamiento humano, sin lograr un consenso en dichas causas
ni una definición estándar sobre el concepto de personalidad. Es a partir de un sinnúmero
de interrogantes, que desde las diferentes perspectivas teóricas, los más grandes exponentes
de la Psicología de la Personalidad han intentado definir y comprender los fenómenos que
se asocian a la personalidad y el comportamiento del ser humano.
De forma general, podemos definir la personalidad como la estructura dinámica que tiene
un individuo, y está compuesta de características psicológicas, conductuales, emocionales y
sociales. Estas características se desarrollan a partir de la interacción de elementos
ambientales y biológicos, por lo que se han desarrollado teorías de la personalidad para
describir y explicar la conducta de las personas, lo cual pertenece al campo de estudio de la
psicología.
Actualmente, es más que evidente que la personalidad de los individuos constituye una
parte fundamental en la vida de estos y por tanto, del desarrollo y el éxito que se puedan
obtener a lo largo de su ciclo vital.
Es pues nuestra intención con el presente trabajo, dar a conocer las múltiples teorías de la
personalidad y el comportamiento desde las diferentes perspectivas teóricas enunciadas por
sus principales exponentes, comprendiendo sus puntos de vista y características asociadas a
cada una de ellas.
Objetivos
General
Específicos
• Realizar un OVI que ilustre las bases conceptuales de las diferentes teorías de la
personalidad.
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Para comenzar, es necesario, además de citar dos de los conceptos principales de la teoría
humanista de la personalidad de Carl Rogers, tener claro el cómo la persona, según éste,
percibe el mundo y la realidad a partir de las experiencias que tenga y de la interpretación
que haga de las mismas, siendo esta visión subjetiva de la persona la que le llevará a
construir su propia realidad.
La valoración orgánica para Rogers (Cloninger, 2003), es “Una guía subconsciente que
evalúa el potencial de crecimiento de la experiencia. Acerca a la persona a experiencias que
producen crecimiento y la aleja de las que lo inhiben. Incluso las actividades que pueden
parecer divertidas o fructíferas para la experiencia consciente serán evitadas si esta guía
interna las considera erróneas. Es entonces la experiencia interna, más que las reglas
externas, la que dirige las elecciones”.
De igual forma, Rogers asegura que (Cloninger, 2003) la persona plenamente funcional, es
aquella que “presta atención al proceso de valoración orgánica” y se siente autorrealizada,
para lo cual debe cumplir con varias características, las cuales, en la medida que Riley va
avanzando en su proceso de adaptación al nuevo espacio, pierden valor, dando pie a un “sí
mismo” alterado (ideal, según Rogers), alterando por tanto el comportamiento y
personalidad de Riley.
Es aquí donde el proceso de valoración orgánica toma un punto de inflexión negativa, pues
el hecho, que para Riley es doloroso, de mudarse a un nuevo espacio, sin amigos y sin
poder exponer al máximo todo su potencial para el Hockey, hace que su guía subconsciente
lo evalúe como un hecho que la aleja de todo crecimiento y disfrute de la experiencia y
entonces, de una manera progresiva, va bloqueando mentalmente esas actividades (pilares
de las islas), las va inhibiendo, y es entonces cuando comienza a alterarse la parte comporta
mental de la protagonista, y por ende, cambiar (temporalmente), su personalidad.
Como bien lo expresa Rogers, es la experiencia interna (interpretación subjetiva de la
realidad – alteración de sus estados emocionales) la que condiciona a Riley a tomar ciertas
determinaciones que alteran su comportamiento, representado esto en la destrucción
progresiva de cada una de las islas de su personalidad.
Ahora bien, en el espacio seguro de Riley (su anterior hogar, su escuela, equipo, amigos),
ella se sentía plenamente realizada, feliz, auténtica, pero al permitirse entregar el control a
sus emociones por el cambio de ciudad, deja de ser, acorde a la teoría de Rogers, una
persona plenamente funcional. Esto es, Riley no se apertura a la experiencia de vivir en un
nuevo sitio, tener nuevos amigos, un nuevo equipo, y es allí donde, a razón de la
emocionalidad que la controla, censura desde su locus interno, cualquier posibilidad de
adaptación y disfrute de la nueva realidad, trayendo como consecuencia que su vivencia
existencial (segunda característica de las personas autorrealizadas según Rogers), esa
posibilidad de vivir plenamente la experiencia, sea rígida, dolorosa, distorsionada y movida
por el “sí mismo ideal”.
Un tercer aspecto o característica que se ve alterado por la forma en que Riley no se hace
cargo de sus emociones, es el de la confianza orgánica. Rogers, desde su perspectiva, culpa
a las fuerzas sociales de que el individuo pierda contacto con sus procesos internos de
crecimiento. La persona desconfía de sus sentimientos internos, de su emocionalidad,
porque se le reitera que esos sentimiento son “malos”, mensajes que culturalmente
provienen desde los padres, la escuela, la sociedad misma, o como criticaba Rogers, desde
los Psicoanalistas.
Ahora bien, para los teóricos humanistas, el ser humano vive en constante evolución, que
se actualiza permanentemente dado que el mismo está expuesto a un sinfín de situaciones
que le obligan a adaptarse para, en primer lugar, sobrevivir, y en segundo lugar, alcanzar
ese propósito de realización personal encontrando su lugar en el mundo, o en el caso de
Riley, en su nueva ciudad. Es aquí donde la teoría de Rogers también toma validez, y es esa
constante tendencia de buscar nuestro crecimiento personal, esa motivación de adaptarnos,
crecer y expandirnos.
Con base en esto, la resignificación que Riley hace de su vivencia existencial, gracias al
hacerse cargo de sus emociones, a que ahora vive desde el “sí mismo real” y a la
construcción de una nueva realidad producto de la aceptación y adaptación a su nuevo
entorno, hacen que ese proceso de realización personal sea ahora desde una mirada positiva
de las situaciones, ampliando entonces esos constructos mentales y dando paso a nuevas
experiencias y el disfrute de las mismas, representado ello en la aparición de nuevas islas de
la personalidad y una consola emocional mucho más amplia, y de alguna manera, flexible.
Conclusiones
Montaño Sinisterra, M.; Palacios Cruz, J.; Gantiva, C. (2009). Teorías de la personalidad.
Un análisis histórico del concepto y su medición. Psychologia. Avances de la disciplina,
Julio-Diciembre, 81-107. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/pdf/2972/297225531007.pdf
Cantón, J., Cortés, MR, y Cantón, D. (2014). Desarrollo socioafectivo y de la
personalidad. Madrid: Alianza Edi. Davidoff, L. (2003) 3ª edición.Introducción a la
psicología. McGraw-Hill. Recuperado
de:https://empezandoafilosofar.files.wordpress.com/2015/11/introduccion-a-la-psicologia-
linda-davidoff.pdf
OVI - Unidad 2 - Teorías de la Personalidad. Objeto virtual de información que relaciona
las diferentes teorías de la personalidad y sus características.
Bolaño, L. (2018). Teorías de la Personalidad (Video). Recuperado
de:http://hdl.handle.net/10596/23564