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TRASTORNO DIASOCIATIVO

¿QUÉ ES LA DISOCIACIÓN?

Disociación es una palabra que se utiliza para describir la desconexión entre cosas
generalmente asociadas entre sí. Las experiencias disociativas no se integran en el sentido
del yo, dando por resultado discontinuidades en el conocimiento consciente. La
disociación es un proceso psicológico que se encuentra comúnmente en personas que
buscan un tratamiento por problemas psicológicos. Una forma más severa y crónica de
disociación puede verse en el trastorno de identidad disociativo, antes llamado trastorno
de personalidad múltiple.

Hay cinco maneras principales mediante las cuales la disociación de procesos psicológicos
cambia la manera en que una persona experimenta la vida: despersonalización, des
realización, amnesia, confusión de la identidad, y alteración de la identidad.

A) Despersonalización
Despersonalización es la sensación de estar separado, o fuera del propio cuerpo.
Sin embargo, algunas personas hablan de una profunda alienación de sus cuerpos,
la sensación de que no se reconocen en el espejo, no reconocen su cara, o
simplemente, no se sienten "conectados" con sus cuerpos de maneras que son
difíciles de expresar con palabras.

B) Des realización
Es la sensación de que el mundo no es real. Algunas personas explican que el
mundo parece falso, brumoso, lejano, o como si lo vieran a través de un velo.
Otras dicen ver el mundo como si estuvieran fuera, o como si vieran una película.

C) Amnesia disociativa
La amnesia se refiere a la incapacidad para recordar información personal
importante que es tan extensa que no es debida al olvido ordinario. La mayoría de
las amnesias típicas de los trastornos disociativos no suelen ser del tipo de la fuga
disociativa, donde las personas recorren largas distancias y de repente se dan
cuenta de que no saben dónde están ni cómo llegaron allí.

Por el contrario, la mayoría de las amnesias consisten a menudo en el olvido de un


acontecimiento importante, por ejemplo, una boda, o una reunión social, o un
periodo de tiempo, que puede abarcar minutos o años. Más típicamente, se
producen micro-amnesias, en las que no se recuerda una discusión, o el contenido
de una conversación se olvida de un momento a otro. Algunas personas afirman
que este tipo de experiencias las dejan a menudo luchando por recordar de qué
estuvieron hablando. Mientras tanto, esta persona intenta no dejar que su
interlocutor se dé cuenta de que no tiene ni idea de lo que se ha estado diciendo.

D) Confusión de la identidad y alteración de la identidad

La confusión de la identidad es un sensación de confusión respecto a quién es uno


mismo. Por ejemplo, cuando una persona siente excitación y una emoción positiva
mientras está realizando una actividad (por ejemplo, conducción temeraria, uso
de drogas) que por lo general le resulta desagradable.
La alteración de la identidad es la sensación de ser marcadamente diferente de
otra parte de su ser. Así, una persona puede cambiar a una personalidad diferente,
sentirse confusa, y preguntar a su terapeuta, "¿Quién eres tú, y qué hago yo aquí?"

Además de estos cambios observables, la persona puede experimentar


distorsiones del tiempo, lugar, y situación. Por ejemplo, en el curso de un
descubrimiento inicial de la experiencia de la alteración de la identidad, una
persona puede creer incorrectamente que es cinco años mayor, que está en la casa
de su niñez y no en el despacho de su terapeuta, o temer que una persona
fallecida a la que teme aparezca de un momento a otro.

Más a menudo, pueden observarse formas más sutiles de alteración de la


identidad cuando una persona utiliza diferentes tonos de voz, forma de hablar, o
expresiones faciales. Estos cambios pueden estar asociados a un cambio en la
forma de ver el mundo del paciente. Por ejemplo, durante una discusión sobre el
miedo, un cliente puede sentirse inicialmente joven, vulnerable, y asustado,
seguido por un cambio repentino a un estado de hostilidad y crueldad. La persona
puede expresar confusión sobre sus emociones y percepciones, o puede tener
dificultades para recordar qué acaba de decir, incluso aunque no diga ser una
persona diferente o tener otro nombre.

El paciente puede ser capaz de confirmar la experiencia de una alteración de la


identidad, pero a menudo la parte de sí mismo que se presenta a terapia no es
consciente de la existencia de estados disociados. Si se sospecha de una alteración
de la identidad, puede confirmarse al observar amnesia para el propio
comportamiento, cambios de humor, cambios en los patrones de discurso,
lenguaje corporal, conducta y relación con el terapeuta.

TRASTORNO DIASOCIATIVO
Los trastornos disociativos se definen como todas aquellas condiciones patológicas que
conllevan disrupciones o fallos en la memoria, conciencia, identidad y/o percepción. la
persona está bajo el control de dos identidades distintas de forma alternativa. Además, la
persona no puede recordar información que normalmente recordaba fácilmente, como
los acontecimientos cotidianos, información personal importante y/o acontecimientos
traumáticos o estresantes. La psicoterapia puede favorecer la integración de las
identidades o, por lo menos, lograr la cooperación de las identidades existentes. Se
desconoce el número de personas con trastorno disociativo de la identidad. Según uno de
los estudios realizados, anualmente alrededor de un 1,5% de las personas sufren el
trastorno.

El trastorno de identidad disociativo puede presentar las formas siguientes:

 Posesión
 No posesión

En la forma de posesión, las diferentes identidades de la persona aparecen como si se


tratara de un agente externo que ha tomado el control de la persona. Este agente externo
puede ser descrito como un ser sobrenatural o un espíritu, pero a veces es otra persona.
En todos los casos, las personas hablan y actúan de manera muy diferente a la que lo
hacen normalmente. De este modo, las diferentes identidades son obvias para las demás
personas. En muchas culturas, estados de posesión similares son una parte normal de la
cultura o la religión locales y no se consideran un trastorno. Por el contrario, en el
trastorno de identidad disociativo, la identidad alternativa no es deseada, provoca una
angustia y un deterioro importantes y aparece en momentos y lugares que no son
apropiados para la situación social, la cultura y/o la religión de la persona.

Las formas de no posesión tienden a ser menos evidentes para los demás. La persona
puede notar una alteración repentina en su sentido de sí misma, tal vez sintiéndose como
si fuera observadora de su propio discurso, emociones y acciones, en lugar de ser el
agente.
Causas del trastorno de identidad disociativo
El trastorno de identidad disociativo suele aparecer en personas que sufrieron una tensión
emocional abrumadora durante la infancia. En los Estados Unidos, Canadá y Europa,
alrededor del 90% de las personas con este trastorno han sido víctimas de maltrato grave
(físico, sexual o emocional) o han sido abandonadas durante la infancia.

A medida que se desarrollan, los niños deben aprender a integrar diversos y complicados
tipos de información y experiencias en una única identidad personal cohesionada y
compleja. El abuso sexual y físico que se produce en la infancia, cuando la identidad
personal está en desarrollo, puede tener efectos duraderos sobre la capacidad de la
persona para construir una identidad única, especialmente cuando los abusadores son los
progenitores o los cuidadores. Sin embargo, si estos niños en situación de vulnerabilidad
son suficientemente protegidos y contenidos psicológicamente por adultos que
verdaderamente se preocupen por ellos, es menos probable que desarrollen un trastorno
de identidad disociativo.

Síntomas del trastorno de identidad disociativo


El trastorno de identidad disociativo tiene un curso crónico y es potencialmente
incapacitante, aunque muchas personas consiguen tener un buen nivel de funcionamiento
y conducen sus vidas de manera creativa y productiva.

TIPOS DE TRASTORNOS DIASOCIATIVOS


Los cinco trastornos disociativos listados en el Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales son los siguientes según el DSM-IV TR:

1. Trastorno de despersonalización
Supone la presencia de periodos persistentes de distanciamiento de uno mismo de los
propios procesos mentales, o de sentirse como un observador ajeno, las personas que
padecen este trastorno dicen sentirse como si estuvieran mirando sus vidas desde fuera
de sus cuerpos, como si vieran una película., manteniéndose intacto el sentido de la
realidad. A menudo informan de problemas de concentración, memoria y percepción, la
despersonalización debe ocurrir independientemente del trastorno de identidad
disociativo, trastornos por abuso de sustancias y esquizofrenia.

2. Amnesia disociativa
también conocida como amnesia psicógena o amnesia funcional. Amnesia retrógrada de
tipo autobiográfica relacionada con la experimentación de un fuerte trauma emocional.
Se caracteriza por una incapacidad para recordar información personal importante,
generalmente de una naturaleza traumática o estresante, que es demasiado amplia como
para ser explicada por el olvido ordinario y puede verse con frecuencia en las salas de
emergencia de los hospitales Además, a otros trastornos psicológicos como trastornos de
ansiedad. Los individuos que sufren de amnesia disociativa son generalmente conscientes
de su pérdida de memoria, la cual suele ser reversible debido a que los problemas de
memoria se dan en el proceso de recuperación, no en el proceso de codificación. La
duración del trastorno varía desde algunos días a varios años.

3. Fuga disociativa (fuga psicógena)


Consiste en la realización de viajes inesperados lejos del hogar durante los cuales al
paciente no le resulta posible recordar los sucesos de su vida pasada y confusión sobre la
identidad personal. En ocasiones puede conllevar el abandono de la identidad previa y la
asunción de una nueva identidad. Estas personas son vistas como normales por los
demás. Es decir, su psicopatología no es obvia. No suelen ser conscientes de su pérdida de
memoria.

4. Trastorno de identidad disociativo


También conocido como trastorno de personalidad múltiple es la manifestación más
severa y más crónica de la disociación. En este trastorno se observa que el paciente
alterna dos o más personalidades distintas, que, recurrentemente, toman el control del
comportamiento del individuo, acompañado por una incapacidad para recordar
información personal importante que es demasiado amplia para ser explicada por el
olvido ordinario, existiendo una amnesia para una cantidad importante de información
relativa a las otras identidades.

Ahora se sabe que estos estados disociados no son personalidades totalmente formadas,
sino más bien representan un sentido de la identidad fragmentado, las diferentes
personalidades recuerdan aspectos diferentes de la información autobiográfica. Suele
haber una personalidad principal que se identifica con el nombre verdadero del cliente.
Por lo general, la personalidad principal no está enterada de la presencia de las demás.

Las diferentes personalidades pueden jugar papeles distintos al hacer frente a áreas
problemáticas. Suelen aparecer un promedio de 2 a 4 identidades en el diagnóstico, con
un promedio de 13 a 15 personalidades que emergen durante el curso del tratamiento.
5. Trastorno disociativo no especificado
Se utiliza para todas aquellas formas de disociación patológica que no cumple los criterios
diagnósticos de ninguno de los trastornos disociativos descritos anteriormente. En la
práctica clínica, éste parece ser el diagnóstico más habitual.

Diagnóstico del trastorno de identidad disociativo


Evaluación por un médico

Los médicos diagnostican el trastorno de identidad disociativo basándose en la historia de


la persona.

Los médicos llevan a cabo una minuciosa entrevista psiquiátrica y emplean cuestionarios
especiales con el fin de identificar el trastorno de identidad disociativo y para descartar
otros trastornos de salud mental. También se puede pedir la realización de un exploración
clínica para determinar si existe algún trastorno orgánico que pueda explicar ciertos
síntomas.

Las entrevistas pueden requerir mucho tiempo y el empleo cauteloso de técnicas de


hipnosis o de sedantes administrados por vía intravenosa para lograr la relajación de la
persona (entrevista facilitada con fármacos). A veces se pide a la persona afectada que
lleve un diario entre las visitas médicas. Tales medidas pueden facilitar al médico el acceso
a las otras identidades o aumentar las probabilidades de que la persona revele
información sobre un periodo olvidado de su vida.

El médico también pueden intentar contactar directamente con otras identidades


pidiendo hablar con la parte de la mente que participa en conductas que la persona no
puede recordar o que parecen estar hechas por otra persona.

Pronóstico
Algunos síntomas pueden aparecer y desaparecer de manera espontánea, pero el
trastorno de identidad disociativo no se resuelve por sí solo.

El grado de recuperación depende de los síntomas y de las características personales, así


como de la calidad y la duración del tratamiento que reciben. Por ejemplo, las personas
que padecen otros trastornos mentales graves, que no tienen un buen nivel de
funcionamiento en su vida, o que siguen profundamente apegados a sus agresores
evolucionan peor. Pueden requerir un tratamiento más prolongado y las posibilidades de
éxito terapéutico son menores.
Tratamiento del trastorno de identidad disociativo
 Psicoterapia

 A veces la visualización guiada y la hipnosis

El objetivo del tratamiento es habitualmente el de integrar las distintas personalidades en


una única personalidad. Sin embargo esto no siempre es posible. En las situaciones en que
no lo es, el objetivo es lograr una interacción armoniosa entre las distintas personalidades
que permita un mejor grado de funcionamiento a la persona.

La farmacoterapia puede aliviar algunos síntomas específicos coexistentes, como la


ansiedad o la depresión, pero no tiene efectos sobre el trastorno en sí.

La psicoterapia suele ser larga, difícil y emocionalmente dolorosa. Las personas pueden
experimentar numerosas crisis emocionales derivadas de los actos de las distintas
identidades y de la desesperación que puede provocar la evocación de recuerdos
traumáticos durante la terapia. A menudo son necesarios varios periodos de
hospitalización psiquiátrica para ayudar a las personas a atravesar las etapas más difíciles
y para que puedan asimilar los recuerdos particularmente dolorosos. Durante la
hospitalización, a la persona se le proporciona continuamente apoyo y está monitorizada.

Los puntos clave de la psicoterapia eficaces para el trastorno de identidad disociativo son
los siguientes:

 Proporcionar una manera de estabilizar las emociones intensas

 Negociar relaciones entre los estados de identidad

 Superar los recuerdos traumáticos

 Proteger frente a la victimización adicional

 Establecer y promover una buena relación entre la persona y el terapeuta

A veces los psicoterapeutas utilizan técnicas como la hipnosis para ayudar a estas
personas a calmarse, a modificar su perspectiva sobre los acontecimientos y para
insensibilizarlas gradualmente respecto a los efectos de los recuerdos traumáticos, que
son tolerados a veces sólo en pequeñas dosis.
Prevalencia de los trastornos disociativos
Algunos estudios indican que la disociación ocurre en un 2-3 % de la población en general. Otros
estudios han estimado un índice de prevalencia del 10% para todos los trastornos disociativos. La
disociación puede darse en formas agudas o crónicas. Inmediatamente después de un trauma
severo, la incidencia de fenómenos disociativos es bastante alta. Aproximadamente el 73 % de las
personas expuestas a un incidente traumático experimentarán estados disociativos durante el
incidente o durante las horas, días o semanas posteriores. Sin embargo, para la mayoría de las
personas estas experiencias desaparecerán por sí mismas en algunas semanas.

o Amnesia disociativa: no se conoce la prevalencia exacta.


o Fuga disociativa:0,2 % de la población general. Esta prevalencia se considera más alta
durante periodos de estrés extremo.
o Trastorno de identidad disociativo. Entre el 0,1 y el 1 %. En pacientes psiquiátricos la
prevalencia oscila entre el 5 y el 10 %
o Trastorno de despersonalización. No se conoce la prevalencia exacta pero algunos
investigadores lo consideran el tercer trastorno psicológico más frecuente después de la
depresión y la ansiedad.
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRES FACULTAD DE CS. Y LA
EDUCACION CARRERA DE PSICOLOGIA

UNIVERSITARIOS:

 CECILIA FERNANDEZ ATORA


 EVA MOLLINEDO CUELLO
 TERESA MONTAÑO SUARES
 HELEN QUISPE QUISPE
 MARIANELA SARMIENTO VILLANUEVA
 NELLY TICONA GUTIERREZ
 ANGELA TORNERO GILOFF
 JHOVANA VELASCO

MATERIA: PSICOPATOLOGIA II

DOCENTE: KIERIG CRISTY

GESTION: 2017

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