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Erika Vanessa Castaño Londoño

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Introducción a la investigacion filosófica

José Camilo Ríos Gaviria

UTP

Este escrito tendrá como principal objeto la búsqueda de similitudes entre el antiguo cinismo y
la obra de Joseph Beuys, el reconocimiento de aquellos distantes gestos, como en un rostro ajado
y lleno de cicatrices al cual se le pretende revitalizar. Aquella filosofía de la vida simple,
descomplicada, frugal y subversiva parece tan remota, más cuando carga con una fuerte
connotación peyorativa como la que tiene en nuestros días; para esclarecer esta cuestión haremos
una distinción fundamental entre el cinismo y el quinismo de acuerdo con Sloterdijk en su libro
Critica de la razón cínica, aquí podremos evidenciar mejor la diferencia abismal del término.

Cuando hablamos de quinismo nos referimos a una antigua filosofía plebeya, insolente,
perturbadora, que pretende desestabilizar un orden establecido con Diógenes de Sinope como uno
de sus mayores exponentes, al cual nos referiremos mucho en este caso ‘El quinismo antiguo, el
primario, el agresivo, fue una antítesis plebeya contra el idealismo.’(Sloterdijk,2003,p.189); por
otro lado, tenemos al cinismo, el que conocemos generalmente hoy en día, es aplastador para
confirmar algo que esta establecido (un orden establecido). El surgimiento ya no se produce de
abajo hacia arriba, la resistencia y el desafiar pasan a ser algo totalmente distinto, ahora es un orden
abrumador que se regodea en su poder y pisotea, con incesante ironía, todo lo que sea diferente a
él ‘Ahí no es David quien provoca a Goliat, sino que los Goliats de todos los tiempos -desde los
arrogantes reyes militares asirios hasta la moderna burocracia- enseñan a los Davides, valientes,
pero sin perspectiva, dónde es arriba y dónde es abajo; cinismo al servicio del Estado’
(Sloterdijk,2003,p.190).

‘Sócrates se las entiende bastante bien con los sofistas y los materialistas teóricos, siempre que
pueda llevarles al diálogo en el que él, como maestro de la argumentación, es invencible’
(Sloterdijk,2003, p.179) podríamos referirnos a ella como una filosofía táctica, trae al contrincante
al propio terrero de juego, no tiene escapatoria, será arrasador. Un campo de batalla conocido
obviamente concederá ventaja, más aún cuando ellos no saben que esperar, hablarle en otro
lenguaje es inesperado; aun así, hablamos en términos que se pueden equiparar, pero Diógenes no
solo habla en otros términos, destruye desde los cimientos y comienza a edificar uno nuevo
lenguaje, de tipo corporal aún más imprevisible para el pensamiento serio, que no sabe cómo
afrontarlo ‘Pero ni Sócrates ni Platón pueden con Diógenes, ya que éste habla con ellos «también
de una manera distinta», en un diálogo con pelos y señales.’ (Sloterdijk,2003, p.180) A través de
este lenguaje Diógenes vive su doctrina, la encarna y con ella lanza una critica mordaz hacia el
idealismo platónico, la hipocresía de la filosofía que no puede vivir su doctrina ‘Una separación
de persona y cosa, teoría y praxis no es considerable en absoluto, desde este punto de vista
elemental, a no ser como señal de oscurecimiento de la verdad. Encarnar una doctrina significa
convertirse en su medio.’ (Sloterdijk,2003, p.176)

Para intentar acercarnos a la obra de Joseph Beuys hay que mirar primeramente que le motivo a
hacerla: después de ser salvado (de un accidente aéreo) y curado con miel, fieltro y grasa por los
tártaros se produce su ‘renacimiento’, el cual marca un momento decisivo en su vida. Los
elementos nombrados anteriormente los introducirá en su obra, ya que de alguna manera busca
sanar como lo hicieron con él. Es apropiado hacer una aclaración, con su renacer no viene con una
actitud condescendiente, de ‘yo puedo con todo’ tal que un mesías narcisista y divinizado, por el
contrario, su relación con lo mundano y la naturaleza es más estrecha, el termino que resulta mas
apropiado para describirlo es el de chamán.

Beuys guarda conexión con el movimiento Fluxus (flux, flujo, fluir), ya que en este ‘se diluían los
límites entre el arte y la vida, pues tanto el contenido de las acciones como los medios necesarios
para ejecutarlas se acercaban a lo cotidiano’ (Galán,1995, p.137). Podríamos hablar de anti-arte en
tanto que se opone a el arte que tiene esquemas, estigmatiza y sobre todo el que desvincula todo
lo que lo compone ‘Las formas antiarte se dirigen principalmente contra el arte como profesión,
contra la separación artificial entre el intérprete y el público, entre el creador y el espectador o
entre el arte y la vida’ (Galán,1995, p.136). Incluso no es estético en tanto que no es bello, el
verdadero análisis de esta cuestión se centra en su contenido critico social, y es que acaso ¿el
masturbarse en mitad del ágora lo era? Lo que conlleva, su valor implícito es el que es
verdaderamente importante. El movimiento Fluxus pone en duda las reglas y los
convencionalismos, por ejemplo, al incluir artículos ordinarios en el arte crea un provocamiento
contra el valor comercial del arte ‘autentificar como arte objetos mundanos tales como botellas de
vino vacías, agua sucia, polvo e incluso a sí mismo; práctica que pretendía minar el estatus
del arte como mercancía y replantear las nociones de creación y consumo’ (Galán,1995, p.137).

Mas allá de una simple provocación la obra de Beuys es irreverencia pura y dura, las criticas
feroces no se hicieron esperar, incluso llegan al contacto físico, pero esto es solo el comienzo, con
ello pretendía hacer reaccionar a las personas; realmente muchas de sus obras son perturbadoras
bajo una mirada incauta, podríamos decir que el shock que generaba en las personas es lo que
realmente quería lograr ‘para que rechazaran sus prejuicios, para que pensaran, para que
adquirieran conciencia de sus capacidades creativas, de su libertad, de sus posibilidades de cambiar
la sociedad.’ (Galán, 1995, p.141)

Diógenes resiste a las idealizaciones que han alejado al hombre de su naturaleza, lo han enajenado,
así mismo Joseph Beuys, quien a través de su performance busca destruir patrones rígidos del
pensamiento, lo convencional, podríamos decir, por tomar un ejemplo, ‘lo bello’ que se aleja
mucho de lo que es su obra. Aquí es realmente valioso lo que el definiría como ‘arte
antropológico’, pone al ser humano en el centro y no se limita a un plano meramente intelectual.
El énfasis que se da a los sentidos, los gestos, las manifestaciones corporales son extremadamente
importantes; la manera de entenderlo es colocándose completamente en el objeto, acoplarse,
interiorizar el arte y todo esto con su performance que es constante creación, en contra posición
con un arte solamente contemplativo, como una pintura, siendo esto algo ya creado.

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