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¿Qué religión tenía Mesopotamia?, ¿cuál era la religión en Mesopotamia?, o ¿cómo era la
religión en Mesopotamia? son algunas de las preguntas más frecuentes a la hora de
abordar la Historia de las religiones en una civilización no occidental como las que se
dieron en el Antiguo Oriente Próximo. En este artículo trataremos de dar respuestas a
todas estas preguntas.
La religión en la Mesopotamia antigua era politeísta, puesto que rendían culto a una
gran variedad de dioses.
Los dioses de Mesopotamia tenían una apariencia antropomórfica y un
comportamiento similar al de los humanos: comían, se casaban, se peleaban, tenían
descendencia, etc.
La diferencia fundamental entre dioses y hombres era la inmortalidad de los
primeros. Aunque podían concedérsela a quien ellos quisieran.
Los dioses mesopotámicos eran crueles y vengativos, inmisericordes con el hombre la
mayoría de las veces. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en el relato del Diluvio
(copiado posteriormente en la Biblia) que envió el dios Enlil contra los hombres para
exterminarlos por ser demasiado ruidosos y no dejarle dormir. Es decir, los hombres
mesopotámicos no sentían amor por sus dioses, sino una mezcla de miedo, temor y
sumisión hacia sus creadores. Y de esto no se libraban ni los reyes, que debían
recurrir a los oráculos para saber si los dioses aprobaban cualquiera de sus
decisiones (campañas militares, sucesión, etc.)
Escultura y altorrelieve de un demonio y un genio malvado
El poder de los dioses era ilimitado y sobrenatural, de manera que tanto las
bendiciones como las calamidades que experimentaba el hombre a lo largo de su
vida eran causadas por ellos.
Los hombres habían sido creados para ser los servidores de los dioses, por lo cual
estaban completamente a su merced y debían procurar mantenerles contentos
(oraciones y plegarias), o sufrirían las consecuencias. Es decir, el hombre y la mujer
mesopotámicos tenían una mentalidad muy pesimista de la vida. Creían que cada
castigo y enfermedad que padecían estaban justificados, al haber cometido alguna
ofensa contra los dioses.