Si fuera un héroe tipo Batman, evidentemente su lada ochentero
desentonaría bastante como cualquier posibilidad de batimóvil. Pero no, lo de este taxista justiciero es ir con la cara descubierta, sin traje ni antifaz, con el dedo puesto seguro en el gatillo de la que sabe es su mejor arma: el sentido común. Y bueno, escondido por ahí también lleva un linchaco y una tarjeta de presentación que reza: “colectivos hay muchos, Madariaga hay uno solo”. Viejo militante comunista alguna vez detenido en Tejas Verdes, este conductor de San Antonio es el protagonista de los siete cuentos de la primera parte de “Madariaga y otros” (Literatura Random House, 2018; 180 páginas), el último libro del escritor chileno Marcelo Mellado. Sigiloso en su cruzada de pequeños actos heroicos ante un turbio poder municipal, Madariaga recibe encargos del PC -ante el que por cierto también tiene reparos- los que van desde recoger pruebas contra un concejal corrupto (el Cara de Viático) que acapara todos los viajes al extranjero y tranca las pelotas del progresismo, hasta una misión político-sindical contra operadores de maletín que buscan neutralizar a los pescadores frente a la ley de pesca. Misión esta última, pagada en parte con pescado y jibia. En casa lo espera la vida doméstica de un solitario, con la única compañía de su gato Remolino, al que nunca ha capado para no condenarlo a felino de chalet. En los once relatos de la segunda parte circulan otros protagonistas, pero el espíritu es el mismo: una irónica y oscura comicidad para presentar los avatares de la vida social y cultural de provincia, capturada por un sistema municipal que el autor siente le ha roto el alma al pueblo. Todo esto, presentado en un lenguaje de tintes analíticos, políticos, sociológicos, metafísicos y poéticos, un mecanismo que funciona a la perfección y que se ha convertido en marca de fábrica de la escritura de Mellado. El libro cierra con un tercer bloque, que presenta el relato más extenso: La República del Canelo, que se desarrolla en el Chiloé del siglo XIX.