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3.1.5.

¿En qué consistió la Revolución Industrial?


La Revolución Industrial consiste en un proceso de cambio estructural en el que se combinan:
a) El crecimiento económico.
b) La innovación tecnológica.
c) Profundas transformaciones en la sociedad.
El rasgo más característico de dicho proceso es el nacimiento y el desarrollo de la industria
fabril. El crecimiento económico se debe principalmente al aumento de la productividad de la
economía, y dicho aumento de la productividad es posible gracias a la innovación tecnológica y
organizativa. Los rasgos esenciales de la innovación tecnológica son el uso de máquinas que
reemplazan la habilidad humana y la utilización de nuevas fuentes de energía inanimada (sin
vida) que sustituyen la fuerza humana y animal. La principal innovación organizativa consiste
en el nacimiento del sistema de fábrica.
Los cambios tecnológicos y organizativos permiten producir una cantidad de bienes muchísimo
mayor que la que podía fabricarse con los métodos tradicionales, y a la vez nuevos tipos de
bienes que son producto de un proceso de innovación que no se detiene.
La Revolución Industrial está acompañada por cambios estructurales en la economía y la
sociedad. Por una parte, se va produciendo un descenso de la participación de la agricultura en
el total de la producción y de la producción de mano de obra empleada en el sector primario.
Se verifica un avance de la industria y los servicios que aumentan su participación en el
producto y en la ocupación. Otro cambio estructural lo constituye el proceso de urbanización.
A medida que avanza la industria fabril, la producción y la población se van concentrando en
las ciudades. Van creciendo el número de ciudades, sus dimensiones y la proporción de
población urbana en relación con la rural.
El crecimiento de la industria y de los servicios y la difusión del sistema de fábrica dan
nacimiento a nuevos sectores sociales. Cambian las condiciones de trabajo y se va
multiplicando el número de trabajadores empleados en las fábricas , lo cual da origen al
proletariado industrial. La nueva clase obrera está compuesta por trabajadores asalariados que
no son propietarios de los medios de producción, sino que venden su fuerza de trabajo.
Trabajan en las fábricas, en las que deben cumplir con una disciplina estricta. Viven
mayoritariamente en áreas urbanas, en las cuales se va concentrando la producción industrial.
Se incrementa el número de empresarios que invierten su capital en las nuevas actividades y
son dueños de industrias. Una nueva burguesía industrial va buscando su lugar entre los
sectores propietarios. Pero también las clases medias son producto de la nueva sociedad
industrial, ya que crecen junto con la expansión de los servicios y las actividades
administrativas.
La Revolución Industrial se inició en Gran Bretaña y de allí se fue difundiendo. Primero hacia el
continente europeo y los Estados Unidos, y más tarde hacia otras naciones.
Los cambios tuvieron lugar de una manera irregular y con fuertes diferencias regionales. En
Gran Bretaña, la difusión de la industria moderna fue lenta, y afectó de modo desigual a los
diversos sectores de la actividad industrial y a las distintas áreas geográficas.
3.1.7.
Se pueden identificar cuatro escuelas.
1) Escuela del cambio social: Pone el énfasis en cómo se fueron modificando los modos
de transacción económica entre los individuos, en el avance de las relaciones de
mercado en el mundo del trabajo y en las consecuencias sociales de la revolución.
2) Escuela de la organización industrial: Se enfoca en los cambios experimentados por la
estructura y por las dimensiones de la empresa, destacando el significado del
nacimiento del sistema de fábrica como nueva forma de organización del trabajo.
3) Escuela macroeconómica: Considera sobre todo el comportamiento de determinadas
variables agregadas que permitan medir las tasas de crecimiento económico: PBI,
formación de capital, inversión, población activa, desempeño del sector
manufacturero.
4) Escuela tecnológica: Privilegia el proceso de cambio tecnológico.

3.2.1.
Las formas tradicionales de producción industrial.

La industria artesanal.
Se caracteriza por ser una forma de actividad industrial en la que los productos utilizan
herramientas manuales que exigen una alta dosis de habilidad. La industria artesanal puede
ser doméstica o llevarse a cabo en un taller.
Creció la industria artesanal urbana, que funcionaba en pequeños talleres, con una
organización jerárquica basada en el sistema de aprendizaje. Los talleres funcionaban en las
casas de los maestros. En algunas ciudades surgieron talleres de mayores dimensiones, pero la
forma más extendida de producción industrial eran los pequeños talleres.
La actividad industrial urbana estaba fuertemente regulada por los gremios, ofrecían algunos
básicos servicios sociales a sus miembros. En general, la producción artesanal de las ciudades
estaba destinada al mercado local y al campo aunque una proporción muy alta de población
campesina elaboraba en su hogar los productos industriales que consumía.

La industria a domicilio.
Se caracteriza por ser un sistema descentralizado de producción, en el que los trabajadores
realizaban las tareas en sus domicilios, con herramientas que en general eran de su
pertenencia. Trabajaban para un comerciante-empresario, que les encargaba los quehaceres y
les suministraba la materia prima, retirando luego las piezas elaboradas por las que pagaba
según el trabajo realizado.
El proceso de comercialización estaba en manos de los comerciantes empresarios, y los
productos se destinaban a mercados no locales, europeos o ultramarinos.
La mayor parte de los trabajadores eran campesinos que realizaban sus actividades
industriales en los tiempos muertos que dejaban las tareas agrícolas.
Las ventajas que presentaba esta forma de organización del trabajo con respecto a la industria
urbana artesanal consistía en que era un sistema muy flexible, en el que la producción se
regulaba de acuerdo con la demanda, y en el que no existía una obligación por parte del
empresario de mantener un vínculo permanente con los trabajadores.
Los costos eran mínimos y los salarios más bajos. Los trabajadores aceptaban recibir un pago
menor porque para ellos se trataba de una actividad complementaria. Además, en la
manufactura rural trabajaban también niños y mujeres, cuyas remuneraciones eran más majas
que las de los hombres adultos.

La protoindustrialización.
El proceso de industrialización en Europa pasó por dos etapas:
1) “Industrialización preindustrial”.
2) Industrialización moderna.
Se llamó “protoindustrialización” a la primera fase, caracterizada por la difusión del sistema de
trabajo a domicilio en la producción de bienes para mercados no locales, que generó cambios
significativos en la economía rural. La segunda fase sería la de la Revolución Industrial, con el
surgimiento del maquinismo y el sistema de fábrica.
La protoindustrialización permitió el crecimiento de la producción dentro de los sistemas
técnicos tradicionales de la industria doméstica, aumentando la productividad de los
trabajadores al ocupar en la industria mano de obra antes desempleada.
Se establecieron nuevas relaciones entre los centros urbanos y las áreas rurales. De la ciudad
provenían los empresarios, los capitales y las redes de comercialización, y en la ciudad se
realizaban algunas actividades industriales. En el campo se llevaba a cabo la mayor parte de la
producción. La producción estaba orientada a mercados externos y la administración estaba en
manos de los comerciantes empresarios.
La protoindustria contribuyó a mejorar las condiciones de vida de los campesinos.

La manufactura centralizada.
Caracterizada por las mayores dimensiones de la empresa, a la que suele denominarse
“protofábrica”.
Distingue tres clases de “protofábricas”:
 Talleres centrales que preparaban y terminaban el trabajo de los trabajadores rurales
a domicilio.
 Unidades que tenían que ser bastante grandes o que requerían mucho capital por
razones técnicas.
 Agrupación de talleres por una razón que no es económica ni técnica, como
consecuencia de un monopolio o de la iniciativa de algún poderoso territorial.

3.2.2.
El sistema de fábrica.
Con la Revolución Industrial nació el sistema de fábrica, que puede ser definido como un
sistema que se caracteriza por la mecanización de la producción, por el uso de energía
inanimada en reemplazo de la energía humana o animal, y por la presencia de trabajadores
asalariados sometidos a un régimen de estricta disciplina.

El maquinismo.
El sistema de fábrica constituye lo que se denomina también “Industria moderna”. Un rasgo
central del proceso de modernización de la industria fue la lenta difusión del uso de máquinas
activadas por energía inanimada.
Tanto una máquina como una herramienta permiten economizar trabajo manual, ya que
potencian la actividad humana.
Uno de los rasgos que distingue a las herramientas de las máquinas es que las primeras son
instrumentos en manos del trabajador, que requieren una habilidad específica.
En el caso de las máquinas, estamos frente a artefactos que disponen de mecanismos que
reemplazan a la habilidad humana. Pueden ser impulsadas por energía animada o inanimada.
El rasgo dominante de la industria moderna fue la difusión de las máquinas accionadas por
energía inanimada que obligaron a sustituir las formas tradicionales de organización del
trabajo y dieron nacimiento al sistema de fábrica.

Las nuevas fuentes de energía.


Una de las claves del proceso de industrialización fue el acceso a nuevas fuentes de energía y
el símbolo de los nuevos tiempos fue la máquina a vapor.
En la sociedad preindustrial, la mayor parte de la energía era suministrada por la fuerza
humana o animal. Los niveles de productividad que podían conseguirse eran simples.
Una característica distintiva de la Revolución Industrial era el paso de una economía orgánica
avanzada a una economía sustentada en la energía de origen mineral. La utilización de la
energía calórica y mecánica permitió incrementar la productividad del trabajo.
Las fábricas se instalaron en las orillas de cursos de agua para aprovechar la energía hidráulica.
James Watt inventó una máquina de vapor a la que introdujo mejoras que permitieron reducir
el consumo de carbón, disminuir sus dimensiones y minimizar su costo. Gracias a ello pudo ser
utilizada en cualquier parte. Con ello las fábricas ya no debían instalarse en los cursos de agua.
Se fueron localizando lentamente en los centros urbanos, dando nacimiento a las ciudades
industriales.
La máquina de Watt fue perfeccionada y ello permitió que pudiera utilizarse para impulsar
medios de transporte. Se construyeron los primeros ferrocarriles y barcos de vapor, que
revolucionaron las comunicaciones.
Siguió utilizándose la energía hidráulica, sobre todo en aquellos países en los que no había
carbón o era muy escaso y caro, y donde abundaban los cursos de agua. También la tecnología
hidráulica se fue perfeccionando.

La disciplina y la organización del trabajo.


La productividad creció también como producto de las nuevas formas de organización del
trabajo que acompañaron al sistema de fábrica y del nuevo tipo de empresa que iba surgiendo
con la Revolución Industrial.
 La disciplina: Con la fábrica se produjo una intensificación del trabajo.
La fábrica se caracteriza por exigir a los obreros un horario estricto y una actividad constante.
El trabajo humano debió adaptarse al ritmo impuesto por las máquinas.
La nueva disciplina no era fácilmente aceptada por los trabajadores adultos, acostumbrados a
sistemas mucho más flexibles, en los que el ritmo de trabajo era mucho más relajado. Ello
explica en parte que en la Revolución Industrial se haya recurrido al empleo de niños en las
fábricas, aunque otra razón era que cobraban salarios mucho más bajos. Los nuevos
empresarios lucharon por modificar los viejos sistemas de trabajo recurriendo al control de los
obreros, y algunos de ellos establecieron una normativa muy rígida.
Cada uno tenía un puesto determinado y una tarea estrictamente definida. Debían trabajar
regularmente y sin detenerse, bajo la mirada del capataz.
La jornada laboral era no sólo muy intensa, sino también muy extensa.
Para disciplinar a los trabajadores, los empresarios recurrían mayormente a los castigos, y en
menor medida a los premios.
 La división del trabajo: Hubo una intensificación de la división del trabajo.
Se trata de una innovación organizativa que permitió aumentos muy grandes de la
productividad que se obtuvieron gracias a nuevas formas de organización de la actividad
laboral. Hubo una especialización de la mano de obra.
La división del trabajo genera un fuerte aumento de sus facultades productivas. Implica la
especialización de los trabajadores en una o varias tareas determinadas.
La mayor productividad deriva de tres factores:
1) La mayor destreza de cada obrero en particular.
2) El ahorro de tiempo que se pierde al pasar de una ocupación a otra.
3) La invención de máquinas que facilitan y abrevian el trabajo, capacitando a un hombre
para hacer el labor de muchos.
Con la difusión del sistema de fábrica y el empleo creciente de maquinarias, la división del
trabajo se intensificó. La introducción de las máquinas tuvo varias consecuencias.
En primer lugar, muchas tareas se simplificaron, ya que los mecanismos fueron reemplazando
a la habilidad de los trabajadores. Ello hizo posible incrementar la contratación de personal no
calificado que se especializaba en actividades rutinarias.
En segundo término, muchas tareas dejaron de requerir no sólo habilidad, sino también
fuerza. Ambas condiciones llevaron a que en las fábricas se contrataran cada vez más mujeres
y niños, a los cuales se pagaba salarios mucho más bajos y a los que se sometía a la disciplina
con más facilidad que a los hombres adultos.
En la manufactura, la división del trabajo consiste en la descomposición de un oficio manual en
las diversas operaciones parciales.
La máquina sustituye al obrero por un mecanismo, y las herramientas se transforman en
componentes de un aparato mecánico. El obrero de la fábrica debe servir a la máquina,
siguiendo sus movimientos, como parte de un “mecanismo muerto”.
Como consecuencia de ello, la graduación jerárquica de los obreros que se conserva en la
manufactura va siendo reemplazada por la tendencia a igualar los trabajos. La degradación de
la calificación redunda en una pérdida del interés por el trabajo. Con la gran industria se
completa la separación entre el trabajo manual y las potencialidades intelectuales de la
producción.
La división del trabajo en las fábricas no implicaba la pérdida de la calificación, y en la mayor
parte de los sectores de la industria los trabajadores de oficio siguieron teniendo un papel
significativo.
Por una parte, siguieron diferenciándose las tareas entre trabajadores calificados y peones, y
las máquinas generaron también un nuevo tipo de obrero especializado: el de los mecánicos
responsables de su mantención y reparación.

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