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3.2.1.
Las formas tradicionales de producción industrial.
La industria artesanal.
Se caracteriza por ser una forma de actividad industrial en la que los productos utilizan
herramientas manuales que exigen una alta dosis de habilidad. La industria artesanal puede
ser doméstica o llevarse a cabo en un taller.
Creció la industria artesanal urbana, que funcionaba en pequeños talleres, con una
organización jerárquica basada en el sistema de aprendizaje. Los talleres funcionaban en las
casas de los maestros. En algunas ciudades surgieron talleres de mayores dimensiones, pero la
forma más extendida de producción industrial eran los pequeños talleres.
La actividad industrial urbana estaba fuertemente regulada por los gremios, ofrecían algunos
básicos servicios sociales a sus miembros. En general, la producción artesanal de las ciudades
estaba destinada al mercado local y al campo aunque una proporción muy alta de población
campesina elaboraba en su hogar los productos industriales que consumía.
La industria a domicilio.
Se caracteriza por ser un sistema descentralizado de producción, en el que los trabajadores
realizaban las tareas en sus domicilios, con herramientas que en general eran de su
pertenencia. Trabajaban para un comerciante-empresario, que les encargaba los quehaceres y
les suministraba la materia prima, retirando luego las piezas elaboradas por las que pagaba
según el trabajo realizado.
El proceso de comercialización estaba en manos de los comerciantes empresarios, y los
productos se destinaban a mercados no locales, europeos o ultramarinos.
La mayor parte de los trabajadores eran campesinos que realizaban sus actividades
industriales en los tiempos muertos que dejaban las tareas agrícolas.
Las ventajas que presentaba esta forma de organización del trabajo con respecto a la industria
urbana artesanal consistía en que era un sistema muy flexible, en el que la producción se
regulaba de acuerdo con la demanda, y en el que no existía una obligación por parte del
empresario de mantener un vínculo permanente con los trabajadores.
Los costos eran mínimos y los salarios más bajos. Los trabajadores aceptaban recibir un pago
menor porque para ellos se trataba de una actividad complementaria. Además, en la
manufactura rural trabajaban también niños y mujeres, cuyas remuneraciones eran más majas
que las de los hombres adultos.
La protoindustrialización.
El proceso de industrialización en Europa pasó por dos etapas:
1) “Industrialización preindustrial”.
2) Industrialización moderna.
Se llamó “protoindustrialización” a la primera fase, caracterizada por la difusión del sistema de
trabajo a domicilio en la producción de bienes para mercados no locales, que generó cambios
significativos en la economía rural. La segunda fase sería la de la Revolución Industrial, con el
surgimiento del maquinismo y el sistema de fábrica.
La protoindustrialización permitió el crecimiento de la producción dentro de los sistemas
técnicos tradicionales de la industria doméstica, aumentando la productividad de los
trabajadores al ocupar en la industria mano de obra antes desempleada.
Se establecieron nuevas relaciones entre los centros urbanos y las áreas rurales. De la ciudad
provenían los empresarios, los capitales y las redes de comercialización, y en la ciudad se
realizaban algunas actividades industriales. En el campo se llevaba a cabo la mayor parte de la
producción. La producción estaba orientada a mercados externos y la administración estaba en
manos de los comerciantes empresarios.
La protoindustria contribuyó a mejorar las condiciones de vida de los campesinos.
La manufactura centralizada.
Caracterizada por las mayores dimensiones de la empresa, a la que suele denominarse
“protofábrica”.
Distingue tres clases de “protofábricas”:
Talleres centrales que preparaban y terminaban el trabajo de los trabajadores rurales
a domicilio.
Unidades que tenían que ser bastante grandes o que requerían mucho capital por
razones técnicas.
Agrupación de talleres por una razón que no es económica ni técnica, como
consecuencia de un monopolio o de la iniciativa de algún poderoso territorial.
3.2.2.
El sistema de fábrica.
Con la Revolución Industrial nació el sistema de fábrica, que puede ser definido como un
sistema que se caracteriza por la mecanización de la producción, por el uso de energía
inanimada en reemplazo de la energía humana o animal, y por la presencia de trabajadores
asalariados sometidos a un régimen de estricta disciplina.
El maquinismo.
El sistema de fábrica constituye lo que se denomina también “Industria moderna”. Un rasgo
central del proceso de modernización de la industria fue la lenta difusión del uso de máquinas
activadas por energía inanimada.
Tanto una máquina como una herramienta permiten economizar trabajo manual, ya que
potencian la actividad humana.
Uno de los rasgos que distingue a las herramientas de las máquinas es que las primeras son
instrumentos en manos del trabajador, que requieren una habilidad específica.
En el caso de las máquinas, estamos frente a artefactos que disponen de mecanismos que
reemplazan a la habilidad humana. Pueden ser impulsadas por energía animada o inanimada.
El rasgo dominante de la industria moderna fue la difusión de las máquinas accionadas por
energía inanimada que obligaron a sustituir las formas tradicionales de organización del
trabajo y dieron nacimiento al sistema de fábrica.