Salta, 16 de octubre de 2013. Y VISTOS: Estos autos caratulados “TEN, MARIEL DEL CARMEN VS. MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA; PROVINCIA DE SALTA – AMPARO - RECURSO DE APELACIÓN” (Expte. Nº CJS 36.205/13), y______ ____________________________CONSIDERANDO: 1º) Que contra la sentencia de fs. 140/145 que rechazó la demanda de amparo e instó al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología para que en el término de 8 meses de notificado del decisorio arbitre los medios tendientes a la definición del estatus laboral de la Ing. Mariel del Carmen Ten, interpusieron sendos recursos de apelación la amparista (fs. 150/154 vta.), el Ministerio demandado (fs. 155/160) y la Provincia de Salta (fs. 163/165 vta.).
Para así decidir, el juez de grado consideró que la
pretensión de la actora dirigida a obtener el cese de la violencia laboral y su protección psicológica en razón de los presuntos actos de persecución, acoso y hostigamiento sufridos resulta improcedente frente a la naturaleza excepcional que caracteriza a la acción de amparo. En tal sentido, afirmó que no se ha demostrado en el caso la ineficacia de las vías legales paralelas o previas existentes. Sin perjuicio de la decisión adoptada, el juez del amparo resolvió instar a la demandada para que defina la situación laboral de la actora por cuanto consideró acreditadas en la causa las afectaciones sufridas por aquella en su salud y que, en su criterio, obedecieron a los diversos hechos que la Ing. Ten calificó como de acoso laboral o mobbing. A fs. 166 se rechazó por extemporáneo el recurso de apelación deducido por la Provincia de Salta. Al expresar los agravios la actora (fs. 150/154 vta.), arguye la arbitrariedad de la sentencia impugnada por haber omitido considerar la violencia laboral sufrida, la que en su criterio constituye un fenómeno que ocasiona al trabajador consecuencias físicas, emocionales y psicológicas que merecían un pronunciamiento por parte del juez, máxime frente al vacío legislativo existente en la materia. Por el contrario, señala que en el caso se dio prioridad a la presunción de legalidad del actuar de la administración. Por su parte, al expresar los agravios el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (fs. 155/160), valoró que el razonamiento seguido en la sentencia resulta contradictorio, ya que luego de sostener que los hechos propuestos en el amparo pertenecen a la esfera administrativa, insta a su parte a definir la situación laboral de la actora. Entiende que no existen constancias suficientes que acrediten la relación de causalidad entre las afecciones invocadas por la amparista y la conducta asumida por la administración. Sostiene que resulta necesaria la conclusión de 2 (Expte. CJS 36.205/13 – Ten)
los sumarios administrativos sustanciados en la Dirección General
de Personal de la Provincia.___ Alega que la sentencia priorizó el interés personal del amparista por sobre el interés educativo y que la cuestión pertenece a la zona de reserva de la administración. En definitiva, solicita la revocación del punto II del fallo apelado. A fs. 210/212, se pronuncia el Sr. Fiscal ante la Corte Nº 1 por el rechazo del recurso de apelación deducido por la amparista y la admisión de la impugnación promovida por la demandada, conforme los argumentos que allí explicita. 2º) Que como lo ha destacado reiteradamente esta Corte, la viabilidad del amparo requiere no sólo la invocación de un derecho indiscutible cierto y preciso, de jerarquía constitucional, sino también que la conducta impugnada sea manifiestamente arbitraria o ilegítima y que el daño no pueda evitarse o repararse adecuadamente por medio de otras vías (cfr. Tomo 61:917; 64:137; 66:303, entre otros). Constituye así el amparo un proceso excepcional que exige, para su apertura, circunstancias muy particulares, caracterizadas por la presencia de arbitrariedad o ilegalidad manifiestas que, ante la ineficacia de los procedimientos ordinarios, originen un daño concreto y grave, sólo eventualmente reparable por esta vía urgente y expeditiva. 3º) Que ya en el análisis del caso, de las constancias de autos se desprende el desenlace de una particular situación que revela graves problemas de convivencia en el ámbito laboral entre la actora y los miembros de la comunidad educativa de la Escuela de Educación Técnica Nº 3140 “Dr. Francisco de Gurruchaga”. En tal sentido y en lo sustancial de la documental agregada, surge la instrucción de un sumario administrativo en contra de la amparista en relación a diferentes irregularidades en su gestión. Así, el dictamen nº 1070 del 31/5/12 (Expte. Nº 102-15.781), relata de modo pormenorizado los diferentes hechos que llevan a aconsejar el traslado de la actora a fin de posibilitar la investigación administrativa en el marco del Decreto nº 2734, art. 22 con la finalidad de restituir el orden institucional, administrativo y pedagógico en esa casa de estudios. Tal sumario administrativo se autorizó por Resolución nº 1426/12, al mismo tiempo que dispuso su traslado en calidad de medida preventiva. Cabe aclarar que lo aquí descripto no agota la totalidad de actuaciones que se formaron en sede administrativa con objeto de indagar sobre diferentes denuncias que tuvieron por protagonista a la amparista (ver, además, Resoluciones nros. 5071/11, 1956/11). 4º) Que de lo expuesto se desprende con claridad la ausencia de una conducta ilegítima o palmariamente arbitraria en la demandada ya que la decisión del Ministerio de Educación de trasladar provisoriamente a la actora, mientras tramite el sumario iniciado en su contra, implica el ejercicio de facultades disciplinarias por parte de la Administración. Es que resulta 3 (Expte. CJS 36.205/13 – Ten)
esencial que mientras se resuelva la eventual responsabilidad que
pudiera caberle en los hechos supuestamente protagonizados en el establecimiento educativo, se brinde una respuesta urgente para la normal prestación del servicio. Al respecto se ha señalado que tal ejercicio comporta una potestad propia del poder administrador, derivada de la especial relación de sujeción a que se encuentran sometidos voluntariamente los empleados de la Administración (Parada Vázquez, Ramón, “Derecho Administrativo”, Marcial Pons Ediciones Jurídicas S.A., sexta edición, Madrid, 1992, Tomo II, pág. 463) que, en la medida que ha sido rectamente empleada dentro de los límites legales o estatutarios, y con arreglo a una apreciación razonable de las circunstancias del caso, no resulta en principio revisable por los jueces (cfr. Tomo 56:933). En ese sentido, cabe señalar que al Poder Judicial no le corresponde juzgar acerca del acierto con que los restantes poderes ejercen potestades que les son privativas (CSJN, Fallos, 98:20; 147:402; 160:247; 247:121; 275:218; 303:1029). Es por ello que, dentro del marco excepcional del amparo, no se advierte ilegalidad en el traslado dispuesto por la demandada, al no haber logrado la actora acreditar que la Administración, al disponerlo en forma provisoria mientras tramita el sumario, hubiera excedido las facultades concedidas por el reglamento de investigaciones administrativas. 5°) Que resta señalar que un ensanchamiento indebido del cauce del amparo provoca, sin dudas, su desnaturalización, con la consecuente afección al principio del debido proceso, por la cognición limitada que implica su trámite y el descalabro de todo el mecanismo jurisdiccional. Una postura contraria importaría derogar lisa y llanamente toda legislación procesal vigente y tramitar cualquier cuestión por la vía del amparo, en razón de que siempre se hallaría en discusión algún derecho que necesariamente tiene rango constitucional (cfr. esta Corte, Tomo 76:1086, entre otros). 6°) Que en razón de lo expuesto, corresponde rechazar el recurso de apelación interpuesto por la amparista. Con costas (cfr. art. 67 C.P.C.C.). 7º) Que en relación a la impugnación deducida por el Ministerio demandado, cabe adelantar su procedencia. En efecto, el juez del amparo, luego de concluir en la impertinencia de la vía excepcional y residual empleada y de razonar que el cauce más idóneo para resolver el conflicto generado en autos es el pendiente en sede administrativa, terminó ordenando al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología para que en el término de ocho meses de notificado arbitre los medios tendientes a la definición del estatus laboral de la amparista, cuestión ajena a la pretensión esgrimida en el caso. Es que del contexto fáctico planteado en la demanda y de los hechos que resultaron controvertidos, en ningún momento se introdujo dicho punto relativo a la situación laboral de la actora. Debe recordarse que la accionante centró su petición en el cese de los presuntos actos de violencia y acoso laboral y, en 4 (Expte. CJS 36.205/13 – Ten)
carácter de medida cautelar, de naturaleza estrictamente
instrumental, solicitó el mantenimiento de su estatus laboral al momento de deducir la acción de amparo. Cabe resaltar que la sentencia es una forma de terminación del proceso judicial que contiene la decisión del juez sobre la controversia llevada a su conocimiento. De allí que las facultades resolutorias del órgano jurisdiccional se encuentran limitadas por el principio de congruencia, en virtud del cual debe existir identidad entre lo resuelto y lo controvertido oportunamente entre las partes (esta Corte, Tomo 67:845). En el caso, precisamente, el fallo ha incurrido en el vicio de resolver “citra petita”, en cuanto el juez no adecuó estrictamente su pronunciamiento a las cuestiones articuladas en la pretensión de la actora. Por lo expuesto, entonces, corresponderá acoger el recurso del Ministerio demandado. Con costas en aplicación del principio objetivo de la derrota. Por ello, ________________________LA CORTE DE JUSTICIA, _____________________________RESUELVE: I. RECHAZAR el recurso de apelación de fs. 150/154 vta. Con Costas. II. HACER LUGAR al recurso de apelación de fs. 155/160 y en su mérito, revocar el punto II de la sentencia de fs. 140/145. Con costas. III. MANDAR que se registre y notifique.
(Fdo.: Dres. Guillermo A. Posadas -Presidente-, Guillermo A.
Catalano, Guillermo Félix Díaz, Abel Cornejo, Gustavo A. Ferraris, Susana Graciela Kauffman de Martinelli y Sergio Fabián Vittar -Jueces de Corte-. Ante mí: Dr. Gerardo J. H. Sosa –Secretario de Corte de Actuación-). 5 (Expte. CJS 36.205/13 – Ten)