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ESCRITURAS ANECONÓMICAS

Revista de pensamiento contemporáneo


ESCRITURAS ANECONÓMICAS
Revista de pensamiento contemporáneo,
Año 1, N° 1, Mayo 2012
Escrituras Aneconómicas
Revista de Pensamiento Contemporáneo.

Año 1, N° 1, Abril 2012

COORDINADORES.:

Sebastián Flores F.
Jorge Hernández P.
Javier Pavez M.
«Escrituras Aneconómicas» designa la inscripción de estrategias de interrupción en el círculo
económico de la mercancía, que pretenden suspender la circulación e intercambio de la
retribución programada y sistematizable. El espacio, bajo el índice de la aneconomía y la
desmesura, aspira a desplegar la inventiva de una escena escritural del resto o excedente que
difiera la simetría económica del cálculo, del intercambio medible, anticipable, implicado en la
estructura simbólica de la apropiación. Se trataría de inscribir el juego de la différance, como el
imposible gasto sin reserva, en la economía restringida de la ipseidad soberana, de manera de
hacer saltar e interrumpir la administración ilimitada de lo propio.
Si la oiko-nomia no es sino la “ley de la casa”, la administración de lo propio o de la soberana
propiedad del ipse, en tanto puesta en reserva de lo que, a la vez, instituye y conserva, la
aneconomía se intensifica como aquello que, gratuita e incondicionalmente, excede la gestión
administrativa: el management de la programática del capital.
En relación con lo anterior, la tentativa de pensar aneconómicamente se presenta de forma
paradójica, pues se trata de aludir así a un pensamiento que no entraña ninguna teleología,
clausura conceptual, ni posibilidad de intercambio identificatorio, y que, no obstante, desea
operar en un sentido acontecimental, como una política irruptiva, esto es, emergiendo desde
condiciones de posibilidad aleatorias, no-necesarias, cuya performance sea desobrante,
inoperante respecto de las narrativas y discursividades que constituyen continuidades y
solidificaciones históricas, disciplinares, además de las actuales hegemonías y coyunturas
políticas. Este espacio intentará aportar en el despliegue y puesta en juego de esa paradoja.
El espacio «Escrituras Aneconómicas» es una propuesta de carácter político-estética, de orden
contemporáneo, dedicada principalmente a la discusión de la filosofía, de la ciencia política, de
la estética, literatura y estudios culturales e invita a estudiantes y académicos a enviar artículos,
ensayos, notas y reseñas, para ser evaluados y, posiblemente, publicados. Se reciben propuestas
que discutan y/o presenten problemáticas que podrían denominarse bajo la enseña del
pensamiento contemporáneo, de las políticas y poéticas del acontecimiento.
Coordinadores.
ÍNDICE.

ARTÍCULOS

Misantropologías políticas: la asunción del interés en Hobbes y Locke. 6


Nicole Darat G.

«Vaca sagrada»: El sujeto descompuesto en la narrativa de post dictadura. 36


Juan Francisco Rojas M.

A/P… Convergencias Arte/Política. 50


Giannina Yirinka Rajdl V.

Tanatografía y experiencia de lo imposible. 63


Consideraciones en torno a la lectura derridiana de Freud.
Francisco Vega C.

Teatro, filosofía y presencia. 81


Alejandro Fielbaum S

La condición del amor. Alain Badiou y el procedimiento genérico amoroso. 105


Jean-Paul Grasset B.

Cada vez un nuevo comienzo. 133


L Felipe Alarcón

Informe de la práctica artística contemporánea. 152


Jorge Quintanilla M.

Montaje y temporalidad: Convergencias entre Walter Benjamin y Gilles 170


Deleuze.
Néstor Sepúlveda.

Performatividad y deconstrucción: La fuerza realizativa de la enunciación y la 186


fuerza irrealizativa del acontecimiento.
Néstor González P.
TRADUCCIONES.

Weber, Samuel. Benjamin –abilities. Introducción. 208


Por Pedro Sierra V.

ENTREVISTAS

Entrevista a Rodrigo Naranjo, 220


por Jorge Hernández P.

Entrevista a Rodrigo Zúñiga, 237


Por Sebastián Flores.
Escrituras Aneconómicas Año I, N° 1: 2012, 208-219
Revista de pensamiento contemporáneo.

–(h)abilidades de Benjamin,
Introducción*
Samuel Weber

Traducción de Pedro Sierra Vergara.


Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.
pedrosierrav@gmail.com

Aunque Walter Benjamin nunca fue tímido a la hora de escribir, una práctica que
evitó consistentemente fue la creación de neologismos.1 Por lo tanto, es con toda la
reticencia que me encuentro obligado a recurrir a algo similar, con el fin de resumir un
motivo que se me ha impuesto en los últimos años de lectura en torno a Benjamin. Lo
que está involucrado, sin duda, no es exactamente un neologismo, ya que no implica la
creación de una nueva palabra, sino más bien la puesta en relieve de una parte de la
palabra, un sufijo (eine Nachsilbe). En inglés, sin duda, este sufijo, cuando es dicho, es
indistinguible de una palabra: lo que lo distingue de ésta no es audible, sino sólo legible:

* Weber, Samuel. Benjamin’s –abilities. Cambridge, Massachusetts and London: Harvard University Press,
2008, pp. 3-10. De paso, indicamos que las notas correlativas con numeración arábica pertenecen al autor.
Las demás notas, de la Edición o del Traductor, se enumeran con letras griegas [N. E.]
1 “En filosofía resulta, por tanto, discutible la introducción de nuevas terminologías, si en vez de limitarse

estrictamente al ámbito conceptual, se orienta hacia los objetos últimos de la contemplación. Tales
terminologías (intentos fallidos de nominación en los que la intención tiene más peso que el lenguaje)
carecen de la objetividad que la historia ha conferido a las principales expresiones de la contemplación
filosófica.” Benjamin, Walter. El origen del drama barroco alemán. Madrid: Taurus, 1990, p. 19.
Traducción de José Muñoz Millanes. [A la fecha también existe otra traducción publicada por Ábada el
año 2006 Origen del Trauerspiel alemán en Obras, Tomo I, vol. 1. Traducción de Alfredo Brotons. Nota
del Traductor, en adelante N. del T.] [El autor cita la traducción inglesa Origin of the German Tragic
Drama. London: Verso, 1998, p. 37. Traducción de John Osborne, así como refiere al original,
Gesammelte Schriften—Werkausgabe, Vol. I. Frankfurt am Main: Suhrkamp, 1980, p. 217. [N. E.]

208
Escrituras Aneconómicas Año I, N° 1: 2012, 208-219
Revista de pensamiento contemporáneo.

un guión, marcando una separación que también es una unión, un Bindestrich que no lo
vincula a nada en particular, pero que, sin embargo, lo obliga a estar unido a otra cosa.
El sufijo en cuestión, suena, pues, engañosamente familiar, ya que coincide, de manera
audible, con la palabra «(h)abilidades» [«abilities»]. A diferencia de esa palabra, sin
embargo, su primera letra –que por pura casualidad pasa a ser la primera letra del
alfabeto– es precedida por un guión. Cuando se escribe de forma aislada, esto le da, por
cierto, una apariencia un tanto extraña, ya que generalmente los sufijos no se
encuentran de manera separada de las palabras que modifican. Pero esta extraña
apariencia palidece cuando se compara con su alemán «original».
Si este libro alguna vez es traducido al alemán –estuve tentado de escribir «de vuelta»
al alemán, ya que el alemán es, por supuesto, el idioma en que Benjamin escribió y en el
que generalmente lo leo– entonces su título, suponiendo que fuera totalmente fiel al
inglés, en realidad tendría que implicar la creación de un neologismo. Para volver a
traducir al alemán, el título alemán exigiría a sus lectores «leer lo que nunca fue escrito»,
es decir: «Benjamins -barkeiten»
Permítanme, entonces, en lo que sigue, comenzar a tratar de explicar, si no justificar,
este extraño título, ya sea como «Benjamins-barkeiten» o como «-(h)abilidades de
Benjamin» [«Benjamin’s -abilities»], primero que todo remontándolo a lo que es un
doble –o dividido– origen. El primer aspecto es bastante obvio, al menos para cualquiera
que haya leído muchos de los escritos de Benjamin. A lo largo de su vida, Benjamin
tendía a formular muchos de sus conceptos más significativos nominalizando verbos, no
de la manera habitual sino que añadiendo el sufijo –barkeit (y que en español, bien se
puede escribir -ibilidad o -(h)abilidad : en aras de la simplicidad y claridad, en español
sólo utilizaré el último Schreibweise).α Para recuperar sólo los más destacados -

α
La frase del autor estadounidense, traducida literalmente “y que en inglés, bien se puede escribir –ibility
or –ability: en aras de la simplicidad y claridad, en inglés sólo utilizaré el último Schreibweise”.

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barkeiten o -(h)abilidades –y hay muchos más que acechan en todos los rincones de sus
textos, uno de los cuales discutiré más adelante en este capítulo– voy a mencionar sólo
los siguientes:
Mit-teil-barkeit (a partir de su ensayo «Sobre el lenguaje en general y el lenguaje de
los hombres» de 1916), Kritisier-barkeit (a partir de su tesis «El concepto de crítica de
arte en el Romanticismo alemán», publicada en 1920), Übersetz-barkeit (en «La tarea
del traductor», de 1923), Reproduzier-barkeit (en «La obra de arte en la época de su
reproducibilidad técnica», de 1935), y, por último, Erkenn-barkeit, pero también Les-
barkeit, en el «Convoluto N» de los manuscritos sobre los Pasajes de París. Esta
generalizada y persistente tendencia de formar conceptos mediante el recurso a este
sufijo, que incluso en alemán produce sustantivos más bien difíciles, proporcionó un
primer indicio de que aquí había involucrado algo más que una simple idiosincrasia
estilística.
Ese fue el primer origen de mi fascinación con el –barkeiten de Benjamin. Una segunda
inspiración vino de una fuente bastante diferente, aunque de una que para mí siempre
ha estado profundamente relacionada con la escritura de Benjamin. Estoy hablando de
la obra de Jacques Derrida, y en particular de su celebrada –o notoria, dependiendo de
una u otra perspectiva– polémica con el filósofo John Searle. Desde que estuve
involucrado en la traducción al inglés de lo que sería conocido como Limited Inc.,β
recuerdo haberme impresionado especialmente por un momento de la réplica de

Con el objeto de no entorpecer innecesariamente la lectura, se prefirió, como decisión traductológica,


adecuar la frase al español. [N. E.]
β
Como se señala, S. Weber estuvo a cargo de la traducción del mencionado texto de J. Derrida (Cfr.,
«Limited inc: abc…», en: Glyph, N°2, 1977, pp. 162-254). Posteriormente, este ensayo se incluyó en el
volumen Limited Inc . (G. Graff ed.). Illinois: Northwestern University Press, Mehlman, 1988. Este
volumen, que contiene además «Signature, événement, contexte» y «Postface. Vers une éthique de la
discussion», ha sido editadodo por Elisabeth Weber en francés (Limited Inc., Paris: Galilée, 1990) y
traducido al Italiano por N. Perullo (Limited Inc., Milano: Raffaello Cortina, 1997). Actualmente no hay
traducción al español, sin embargo, de manera indicativa, cabría apuntar que existe traducción al
portugués. Cfr., Derrida, J., Limited Inc. Sao Paulo: Papirus, 1991. Traducción de Constança Marcondes
Cesar. [N. E.]

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Revista de pensamiento contemporáneo.

Derrida a la crítica de Searle de un ensayo que [Derrida] había escrito sobre John
Austin, fundador de la filosofía de los actos de habla.γ Permítanme recordar brevemente
el contexto: en 1972, Derrida había publicado una lectura de Austin bajo el título
«Firma, acontecimiento, contexto». El texto fue traducido y publicado en inglés algunos
años más tarde. Poco después, se supo que Searle consideró este ensayo extremadamente
débil. Fue invitado, por tanto, a responder a Derrida públicamente, lo que hizo en un
texto breve, a lo que Derrida, a su vez, respondió, pero en un ensayo de más de cien
páginas titulado Limited Inc. Uno de los temas centrales discutidos, involucró la
relación del lenguaje hablado con el lenguaje escrito y, en particular, en
correspondencia con ambos, el papel del sujeto. La crítica de Searle dejó en claro que él
entendía a Derrida como afirmando una diferencia clave entre el lenguaje escrito y
hablado, referida con la ausencia o presencia del sujeto. Como afirma Searle, pensando
que estaba corrigiendo a Derrida: «La escritura hace posible la comunicación con un
receptor ausente, pero no es necesario para el receptor estar ausente. La comunicación
escrita puede existir en la presencia del receptor, como por ejemplo, cuando compongo
una lista de compras para mí.»2 En respuesta, Derrida trajo a primer plano una palabra
que seguiría siendo una de sus escazas constantes terminológicas en todos sus escritos
posteriores –una especie de «principio» deconstructivo, si esto no fuera una
contradicción de términos– el término «iterabilidad»: “La respuesta es fácil y clara. En
FAC [la abreviatura usada por Derrida para su ensayo sobre Husserl: «Firma,
acontecimiento, contexto»δ] nunca se dijo que esta ausencia es necesaria, sino sólo que
es posible [. . .] y que esta posibilidad, por lo tanto, debe tomarse en cuenta: ella refiere a

γ
La critica de Searle a Derrida («Reiterating the Differences: A Reply to Derrida»), fue publicada en el N° 1
de la mencionada Revista Glyph. [N. E.]
2 Jacques Derrida, Limited Inc. (Evanston: Northwestern University Press, 1988), 47. [Traducimos

directamente del inglés. N. del. T.]


δ
El autor escribe la sigla «SEC», en virtud del texto «Signature, Event, Context». Aquí preferimos trasladar
tanto el título del ensayo como la abreviatura. [N. del T.]

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Escrituras Aneconómicas Año I, N° 1: 2012, 208-219
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la qua posibilidad, a la estructura de la huella [mark] como tal, es decir, precisamente a


la estructura de su iterabilidad”.3
Es en la elaboración de la naturaleza de la «posibilidad» implícita en la noción de
«iterabilidad» que Derrida explica por qué «iterabilidad» [«iterability]» no debe ser
confundida con la «iteración», sino que consiste en un modo muy particular que es
difícil de situar en términos de la oposición –y jerarquía– tradicional que subordina
«posibilidad» a la «realidad» o «actualidad»:

Si se admite que la escritura (y la huella [mark] en general) debe ser capaz de


funcionar en la ausencia, del receptor, del contexto de producción etc., esto implica
que este poder, este ser capaz, esta posibilidad está siempre inscrita, por lo tanto
necesariamente inscrita como posibilidad en el funcionamiento o la estructura
funcional de la huella (...) Se deduce que esta posibilidad es una parte necesaria de
esta estructura (...) En la medida en que es esencial y estructural, esta posibilidad
está siempre en funcionamiento marcando todos los hechos, todos los
acontecimientos, incluso aquellos que parecen disimularla. Sólo la iterabilidad, que
no es iteración, puede ser reconocida incluso en la huella que, de hecho, parece
haber ocurrido sólo una vez. Digo 'parece', porque esta vez única está, en sí misma,
dividida o multiplicada, por adelantado, por esta estructura de la repetibilidad.4

La iterabilidad, el poder o la potencialidad de repetir o ser repetido, no es lo mismo


que la repetición, precisamente porque aquella es una posibilidad estructural que está
potencialmente “funcionando” [at work], incluso allí donde parece que los hechos no han

ocurrido. Una "huella" [mark] puede ser identificada, es decir, aprehendida en cuanto
tal, sólo en virtud de que sea repetida, al menos mentalmente, y comparada con su
anterior aparición. La memoria y la repetición son, de este modo, los elementos

3 Ibíd.
4
Ibid., 48. El énfasis es mío.

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Escrituras Aneconómicas Año I, N° 1: 2012, 208-219
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constitutivos de la identidad, la cual depende de la iterabilidad –es decir, de la


capacidad [ability] de cualquier acontecimiento de ser iterado, repetido. La posibilidad
de tal repetición implica, a la vez, alteración e igualdad –e igualdad a través de la
alteración. Esto significa, sucintamente dicho, que esta identificación sólo es posible
evitando el sentido único cuya finalidad estriba en aprehender, respecto de lo que
cambia, lo que sigue siendo igual a través del tiempo y el espacio. Como veremos más
adelante, algo muy similar también marca las (h)abilidades [-abilities] de Benjamin.
Sin duda, la «capacidad» [ability] derridiana no es simplemente la de Benjamin. Sin
embargo, su distinción entre «iterabilidad» e «iteración», «repetibilidad» y «repetición»,
entre los hechos empíricamente observables y la posibilidad estructural, puede decirnos
mucho acerca de la inclinación de Benjamin de formar conceptos clave en términos de
la –(h)abilidad, en lugar de la actualidad [actuality] como meros hechos. Es más,
argumentar, como hace Derrida en el citado pasaje, que esta potencialidad o capacidad
implica un proceso por el cual lo que aparentemente es una ocurrencia única se
encuentra “por adelantado, en sí mismo, dividido o multiplicado por su (…)
repetibilidad”, es socavar la definición usual de la posibilidad misma, que, desde
Aristóteles, ha sido entendida como un modo de actualidad o de actualización, y por lo
tanto definida por su oposición o su negación, es decir desde la imposibilidad, que se
lleva a cabo con la finalidad de excluir. Como veremos, esta u otra lógica binaria no se
sostiene para Benjamin más de lo que se sostiene para Derrida.
Dada la trayectoria, dividida o doble, por la cual la noción de «-(h)abilidad», y, en
particular su significancia para Benjamin, se impuso en mí, no será sorprendente que las
«-(h)abilidades» en las que estoy interesado no puedan ser consideradas como
propiedades o atributos de un sujeto [subjet] en particular, Walter Benjamin, no importa
lo genial y fascinante que indudablemente fue. Pero lo que continúa provocando hoy,
estoy convencido, tiene menos que ver con la persona de Walter Benjamin que con sus
escritos, aun cuando es evidente que ambos no puedan separarse totalmente. Si aquellos

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escritos nos sorprenden una y otra vez por su capacidad aparentemente inagotable para
llegar con sorprendentes, inesperados puntos de vista y, sobre todo, atractivas
formulaciones y perspectivas, por más enigmáticas que puedan ser, entonces quiero
sugerir que esto es en parte, o al menos, el resultado de una manera muy distintiva de
conceptualización que se manifiesta en la tendencia a recurrir al sufijo, «-(h)abilidad» «-
barkeit», formando sustantivos desde verbos. Este modo de conceptualizar «virtualiza» el
proceso de nominalización haciendo referencia, de nuevo, a lo que en alemán es muy
apropiadamente designado como Zeitwort: «Tiempo de palabra» [«time-word»], también
conocido como «verbo», que es inseparable del tiempo en la medida en que implica un
proceso en marcha, siempre inacabado e impredecible: Erkennbarkeit, así, nombra la
condición virtual de Erkennen, Benennbarkeit la de Benennen, Kristisierbarkeit la de
Kritisieren, y así susecivamente.5
En su «Prólogo epistemológico crítico» al libro sobre el Trauerspiel, Benjamin
intenta determinar la función (Vermittlerrolle) mediadora específica del concepto con
respecto al fenómeno, por un lado, y a la idea, por otro (GS1, 214; Origen, 34). Esta
última sólo puede ser presentada o escenificada –dargestellt– despidiéndose de la esfera
de las ideas puras y descendiendo a la experiencia empírica, fenomenal y esto, a su vez,
sólo puede lograrse a través de una reordenación o reorganización, un

5 A lo largo de gran parte de sus escritos, Benjamin intenta retener la noción de “objeto” u “objetivo”,
como si pudiera ser opuesta simplemente y liberada de la de sujeto. Este es, sin duda, uno de los mayores
aspectos que distinguen su pensamiento de Heidegger, su contemporáneo, para quien lo objetivo siempre
implica un sujeto como su referencia y presuposición.

Cfr., Benjamin, W. “Introducción. Algunas cuestiones preliminares de crítica del conocimiento” en El
origen del drama barroco alemán. Madrid: Taurus, 1990, pp. 9-41. [N. E.]

Weber se refiere al pasaje: “Indem die Rettung der Phänomene vermittels der Ideen sich vollzieht, vollzieht
sich die Darstellung der Ideen im Mittel der Empirie. Denn nicht an sich selbst, sondern einzig und allein in·
einer Zuordnung dinglicher Elemente im Begriff stellen die Ideen sich dar. Und zwar tun sie es als deren
Konfiguration.” (Ursprung des deutschen Trauerspiels, p. 214). La traducción de José Muñoz Millanes,
vierte: “Con la salvación de los fenómenos por medio de las ideas se lleva a cabo también la manifestación de
las ideas en el medio de la realidad empírica. Pues las ideas no se manifiestan en sí mismas, sino sólo y
exclusivamente a través de una ordenación, en el concepto, de elementos pertenecientes al orden de las cosas.
Es decir, las ideas se manifiestan en cuanto configuración de tales elementos.” (El Origen del drama barroco
alemán, p. 16) [N. E.]

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desmantelamiento y dispersión efectuados en el concepto por los «elementos


pertenecientes al orden de las cosas» [thing-like elements] (dinglicher Elemente) que
constituyen el fenómeno. El concepto lleva a cabo esta reorganización, que Benjamin
designa como «virtual» –«Anordnung virtuelle»– decomponiendo –hoy en día se podría
decir incluso «deconstruyendo»– la prexistente organización empírica de los fenómenos,
permitiéndoles así reorganizarse aunque sólo sea «virtualmente». Más aún, Benjamin es
bastante preciso en su relato de cómo el concepto lleva a cabo esta descomposición y
diseminación. Para ello, partiendo de su función tradicional de establecer la igualdad, es
decir, mediante la identificación de los rasgos del fenómeno que lo hacen similar a otros,
de modo que se puede subsumir bajo un común denominador promedio, en cambio, el
papel del concepto que, como Benjamin lo entiende y practica, es discernir no lo que
hacen los fenómenos unos a otros, sino más bien lo que los separa y distingue de otros.
La noción que Benjamin introduce aquí, en contraposición a la de medio –
Durchschnitt– es la de extremo. En los pasajes donde él elabora este término –que se
repite con frecuencia en el prefacio del libro Trauerspiel– Benjamin nunca lo define o
analiza. Pero lo que surge de su uso de la palabra es que la está utilizando, literalmente,
como un término [term]: es decir, para destacar que la delimitación de un fenómeno
depende de un cierto proceso de terminación, a través del cual, al mismo tiempo, cubre
y expone el borde exterior de su “alcance”, su Tragweite, con lo que se estabiliza, pero


Weber, presumiblemente, se refiere al pasaje: “La idea puede ser descrita como la configuración de la
correlación de lo extremo y único con su semejante. Por eso es falso comprender como conceptos las
referencias más generales del lenguaje, en vez de reconocerlas como ideas. Es absurdo pretender considerar lo
general como algo de un simple valor medio. Lo general es la idea. La realidad empírica, en cambio, cuanto
más claramente se puede ver en ella algo extremo, tanto mejor se consigue penetrarla. El concepto toma como
punto de partida lo extremo.” (El origen del drama barroco alemán, p. 17 [N. del E.]

Escribe Benjamin: “Die Ideen sind ein Vorgegebenes. So definiert die Sonderung der Wahrheit von dem
Zusammenhange des Erkennens die Idee als Sein. Das ist die Tragweite der Ideenlehre für den
Wahrheitsbegriff. Als Sein gewinnen Wahrheit und Idee jene höchste metaphysische Bedeutung, die das
Platonische System ihnen nachdrücklich zuspricht.” (Gs1, 210)
“Las ideas consisten en algo previamente dado. Así, al distinguir la verdad de la correlación característica de
conocimiento, la idea queda definida en cuanto ser. Tal es el alcance de la doctrina de las ideas para el
concepto de verdad. En tanto que ser, la verdad y la idea adquieren aquel supremo significado metafísico que
el sistema platónico les atribuye enérgicamente.” (Origen del drama barroco alemán, p. 12) [N. del E.]

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sólo por un gesto hacia lo que excluye. El extremo, cuya activación es tarea del
concepto, marca, así, el punto donde un fenómeno está constitutivamente implicado en
lo que no es, en lo que es otro y extremo, en lo que resiste a la comprensión y
contención. El concepto, se podría decir, desmonta al fenómeno exponiéndolo como un
término, en el sentido lingüístico pero también en uno semántico. El concepto,
determinando al fenómeno, le permite separarse de sí mismo. El fenómeno,

determinado como una «cosa», es descompuesto en sus «elementos pertenecientes al


orden de las cosas (thing-like elements), que tienen el potencial, la capacidad, para
recombinarse en otra cosa.
Y, sin embargo, no sólo es función del concepto transformar los fenómenos, sino
también, de este modo, «salvar» a estos. Esta noción de "salvación" es extremadamente
compleja, y este no es el lugar para entrar en ella en detalle. Permítanme sólo señalar
que no implica solamente permanecer igual en el tiempo. Este sería el objetivo del
concepto subsumptivo, que apunta a salvar lo individual subordinándolo y elevándolo
por sobre un promedio más general, uno que es menos vulnerable a las alteraciones del
tiempo y el espacio. Benjamin rechaza claramente esta noción del concepto: «Es absurdo
pretender considerar lo general como algo de un simple valor medio» [«Das Allgemeine
als ein Durchschnittliches darlegen ist zu Wollen verkehrt»], escribe (GS1, 215; Origin,
35). La «idea», que es su término en el «Prefacio epistemológico crítico» para el uso
alternativo en el que el concepto va a ser puesto, afirma la unicidad de una cierta
singularidad: «La idea puede ser descrita como la configuración de la correlación de lo
extremo y único con su semejante» [«Gestaltung des Als Zusammenhanges, en das mit
dem einmalig-Extreme steht seinesgleichen, ista morir umschrieben Idee»] (ibíd.). La
«reorganización virtual» de los fenómenos por los conceptos en esos términos, une su
determinación a su singularidad, como el «único-extremo» [das einmalig-Extreme]. Lo


El autor remite a la versión original y a la traducción inglesa. Aquí se ha dispuesto la traducción de José
Muñoz Millanes (p. 17) [N. del T.]

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«único-extremo», de ninguna manera excluye la repetición: como un «reordenamiento


virtual», lo presupone. Pero también lo determina como un movimiento de
diferenciación, de variación, de alteración. Al conducir fenómenos complejos a sus
extremos, el concepto no revela lo que los hace como otros fenómenos, su común
denominador, sino más bien lo que los separa, distingue y los hace «einmalig-extrem»:
inconmensurablemente de una-vez-por- todas.6
El poder de conceptualización, en esta perspectiva, entonces, es uno de
singularización. Al tomar los fenómenos en su siempre único-extremo, el concepto hace
que ellos se separen de sí mismos, en su «mismidad», no con el fin de disolverse en cierta
generalidad mayor sino más bien para mostrar su singularidad distintiva, espacio-
temporal inconmensurable como medida de cambio y alteración.
Pero esta «reorganización» conceptual o «reordenamiento» (Anordnung) siguen
siendo tanto «virtual» como de «orden», en el sentido de un comando o mejor: un
desafío, puesto que lo que resulta es una configuración que no puede estar nunca
completamente presente a sí misma, para esa presencia reduciría la unicidad –das
Einmalige– tratándola como si fuera idéntica o esencialmente repetible como lo mismo.
Es sólo en la divergente convergencia de aparición y desaparición, de llegar-a-ser y de
dejar-de-ser, como el éclair del «passante» de Baudelaire –pero también como aquellos
puntos suspensivos o períodos que separan el destello de su reflexión («un éclair… puis
la nuit»)- que estos fenómenos pueden ser «salvados». Tal «salvación», por lo tanto,
puede ser llamada más precisamente, en inglés por lo menos, como: llegar a pasar
[coming to pass.] Lo que es «salvado» no se conserva inalterado, sino sólo en las huellas
[traces] de lo que viene a llegar a pasar. Eso es porque la «idea» sólo puede ser

6 «Une fois pour toutes» es una expresión que se impone en los escritos posteriores de Derrida,
precisamente por la forma en que se vincula la singularidad, en su unicidad –de «una-sola-vez»– a cierta
generalidad. Canallas [Rogues] traza la trayectoria que se inicia con un análisis de la ocurrencia singular
(1) y concluye con la necesidad de repensar la relación de lo inconmensurable de lo común (Derrida,
Limited Inc., 111).

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«circunscrita» –umschrieben– pero nunca simplemente beschrieben, descrita. La idea


no es simplemente visible o descriptible, excepto, quizás, en el sentido literal de la
escritura y el lenguaje: «La idea es algo de naturaleza lingüística: se trata de ese aspecto
de la esencia de la palabra en que ésta es símbolo» [Die Idee ist ein Sprachliches, und
zwar im Wesen des Wortes jeweils dasjenige Moment, in welchem es Symbol ist] (GS1,
216; Origen, 36). Este «lado simbólico» siempre está «más o menos oculto». Puesto que
el lenguaje debe tener una existencia fenoménica, sin embargo, su oculta dimensión
«simbólica» e «ideal» nunca está presente en forma pura sino siempre asociada con una
«significancia manifiestamente profana». «La tarea de la filosofía», ya que no puede
reclamar a revelar directamente (Reden offenbarend zu), consiste en un cierto tipo de
escucha originaria (Urvernehmen) que a su vez implica reminiscencia [remembrance].
A través de tal rememoramiento de palabras éstas son «una vez más», dada la capacidad
para «reafirmar su derecho para nombrar».
Esta es la razón por la que los neologismos –que también implican una determinado
nombramiento– deben ser evitados: introduciendo nuevas palabras, se ignora la
memoria histórica de la lengua. En lugar de invertir las palabras, la discusión de
Benjamin, y su práctica escritural, abogan por la reinscripción de los términos
establecidos para que se separen en sí mismos –es decir, de sus identidades anteriores. Es
en virtud de tal movimiento de parting-with que las palabras recuperan la capacidad de
nombrar, que nunca se reducen a ningún contenido semántico identificable, y menos
aún al de un nombre propio. Si la «presentación de una idea» nunca puede ser
completamente realizada, si debe seguir siendo virtual, una forma de nombrarla, que no
la inventa sino que virtualiza, es precisamente la de hacer que los términos familiares
dependan de una secuela o una secuencia, de un Nachfolge [sucesión] que de-termine
esas palabras mediante su participación en su Nachgeschichte [posthistoria]:


El origen del drama barroco alemán, p. 19 [N. del T.]

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Escrituras Aneconómicas Año I, N° 1: 2012, 208-219
Revista de pensamiento contemporáneo.

despertándolos a una vida futura en el Nach [después de] o Fortleben [superviviencia]


de un Nachsilbe [sufijo]
Esto, tal vez, comienza a explicar el recurso persistente de Benjamin al -barkeiten.

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