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INTRAVENOSA – COCTEL DE
MEYERS
Cóctel Myers
Introducción
John Myers, MD, médico de Baltimore, Maryland, fue pionero en el uso de las vitaminas y
minerales intravenosas (IV) como parte de una terapia completa contra distintos trastornos
sanitarios. El autor nunca conoció al Dr. Myers, aunque vive en Baltimore a su vez, pero oyó
hablar de su trabajo y de vez en cuando hizo uso de nutrientes IV en terapias contra el
cansancio y las infecciones agudas.
Tras la muerte del Dr. Myers en 1984, una serie de pacientes pidió al autor inyecciones de
nutrientes. Algunos recibieron inyecciones mensualmente. No quedaba claro de qué estaba
hecho el «Cóctel Myers», ya que la informa proporcionada por los paciente resultaba
incompleta y no había material escrito o publicaciones sobre la terapia en cuestión.
Al parecer Myers utilizó una jeringa de 10ml y con una inyección IV lenta, suministró una
combinación de cloruro de magnesio, gluconato de calcio, tiamina, vitamina B6, vitamina B12,
pantotenato de calcio, vitaminas del complejo B, vitamina C, y ácido hidroclórico diluido. Las
dosis exactas de los componentes individuales se desconocen, pero Myers parece hacer uso
de una solución con el 2% de cloruro de magnesio, en vez que preparados más comunes que
contienen el 20% de cloruro de magnesio o el 50% de sulfato de magnesio.
El autor se ocupó de los pacientes de Myers, y utilizó una versión modificada del tratamiento
IV. Especialmente, se aumentó la dosis de magnesio de 10 veces a través de un 20% de cloruro
de magnesio, para poder aproximar las dosis que se consideraban seguras y eficaces para el
tratamiento de trastornos cardiovasculares .1, 2 Asimismo, el ácido hidroclórico se eliminó y se
aumentó la vitamina C, especialmente en caso de reacciones alérgicas e infecciones. El ácido
fólico no estaba presente, ya que tiene la tendencia a precipitar cuando es mezclado con otros
nutrientes.
Esta terapia se recomendó para otros pacientes, y pronto resultó evidente que el cóctel Myers
(en adelante «el Myers») sirvió para tratar una serie de condiciones clínicas, y a menudo
producía resultados extraordinarios. En un período de 11 años, unas 15.000.
Base Teórica de la Terapia de Nutrientes
IV
Con la suministración intravenosa de nutrientes se puede llegar a tener una concentración de
suero que no se obtendría con una suministración por vía oral, o incluso intramuscular (IM por
sus siglas en inglés) Por ejemplo, cuando se aumenta la dosis de vitamina C progresivamente,
la concentración de ascorbato en el suero se acerca al límite máximo, debido a la saturación
de la absorción gastrointestinal y al aumento del aclaramiento renal de la vitamina.3
Cuando se aumenta de 12 veces la cantidad diaria de vitamina C, desde 200 mg/día hasta
2,500 mg/día, la concentración de plasma aumenta solo en un 25%, desde 1.2 hasta 1.5
mg/día. El nivel más alto de vitamina C en el suero tras suministración oral de dosis
farmacológicas de la vitamina es 9.3mg/día. Al contrario, la suministración IV de 50 g/día de
vitamina C resultó en una elevación del nivel del plasma de 80 mg/día. 4 De forma parecida los
suplementos de magnesio por vía oral resultaron en un cambio mínimo o nulo de las
concentraciones de magnesio en el suero, mientras que la suministración IV puede llegar a
duplicar o triplicar los niveles de suero, 5,6 al menos por un breve período de tiempo.
Numerosos nutrientes parecen ejercer efectos farmacológicos, que en muchos casos resultan
dependientes de la concentración del nutriente mismo. Por ejemplo, un efecto antiviral de la
vitamina C se a manifestado con una concentración de 10- 15 mg/día, 4 un nivel que se puede
alcanzar con IV pero no con la terapia por vía oral. Con una concentración de 88 mg/día in
vitro, la vitamina C llega a destruir el 72% de la histamina presente en el medio.7 No se
evaluaron concentraciones inferiores, sin embargo es posible que los niveles de vitamina C en
el suero alcanzable tras la suministración de muchos gramos por inyección IV produciría un
efecto anti-histamínico in vivo. Dicho efecto tendría consecuencias en el caso del tratamiento
de muchas reacciones alérgicas. Los iones de magnesio promueven la relajación del músculo
liso vascular8 y del bronquial9 – efectos que podrían resultar útiles en el tratamiento agudo de
la angina vasospástica y del asma bronquial, respectivamente. Es posible además que estos y
otros nutrientes ejerzan efectos farmacológicos adicionales, aunque todavía se desconocen,
en presencia de concentraciones muy altas.
Todos los ingredientes se mezclan en una jeringa, y se añaden 8-20 mL de agua esterilizada (a
veces más) para reducir la hipertonicidad de la solución. Tras mezclar delicadamente dando
vueltas a la jeringa unas veces, se suministra la solución lentamente, generalmente durante un
periodo de 5-15 minutos (dependiendo de las dosis de minerales empleadas y según la
tolerancia de cada paciente), con una aguja mariposa de 25G. Ocasionalmente, se han
empleado dosis más pequeñas o más grandes de las del Cuadro 1. Se han suministrado dosis
más pequeñas a los pacientes mayores o más frágiles, y a lo que padecen de hipotensión. Las
dosis para los niños son inferiores de las del cuadro, y se reducen según el peso corpóreo del
niño. La situación más frecuente has sido 4mL de magnesio, 2 mL de calcio, 1 mL de B12, B6,
B5 y complejo B respectivamente, 6 mL de vitamina C, y 8 mL de agua esterilizada.
A continuación presentamos una revisión de las condiciones en salud tratadas con éxito a
través del Myers. El número de pacientes tratados y la proporción de los que respondieron, es,
en la mayoría de los casos, una estimación.
Asma
Caso #1: Un niño de cinco años con un historial clínico de dos años de asma. Durante los 12
meses anteriores sufrió 20 ataques graves de asma, tanto que se le tuvo que llevar a
urgencias. Los síntomas parecían haberse desencadenado a partir de distintos tipos de
comida, y las pruebas cutáneas resultaron positivas por 23 sustancias inhalantes sobre 26. La
terapia inicial consistía en la identificación y la eliminación de la comida a la que resultó
alérgico, además de la suministración diaria de piridoxina (50 mg), vitamina C (1,000 mg), calcio
(200 mg), magnesio (100 mg), y ácido pantoténico (100 mg) por vía oral, en dos dosis
separadas en la comida. Con este régimen, el niño mejoró mucho, y no presentó ataques de
asma que necesitaran de atención médica por casi 11 meses tras la primera consulta.
En esa época el niño, que ahora tiene seis años, acudió a una consulta de emergencia con
sibilancia moderada pero continua y dificultades respiratorias. Se le suministró una inyección
lenta IV que consistía en 6 mL de vitamina C, 1.4 mL de magnesio, y 0.5 mL de calcio, B12, B6,
B5 y complejo B respectivamente. Los síntomas desaparecieron después de dos minutos y no
volvieron a aparecer.
En los ocho años y tres meses siguientes, recibió un total de 63 tratamientos IV por episodios
de asma agudo. En muchos casos, una inyección sola producía una gran mejora e incluso la
recuperación total en los dos minutos siguientes, y los síntomas agudos no volvían a
manifestarse. De vez en cuando, hacía falta una segunda inyección tras un periodo de 12
horas o dos días, y en un caso se necesitaron tres tratamientos en un periodo de 4 días. Al
crecer el paciente, la dosis de nutrientes se aumentaba; con 10 años recibía 10 mL de vitamina
C, 3 mL de magnesio, 1.5 mL de calcio, y 1 mL de B12, B6, B5, y complejo B respectivamente.
La terapia resultó exitosa solo una vez; en esa ocasión el paciente presentaba urticaria
generalizada, angioedema, y asma insólitamente grave, tras la ingestión involuntaria de un
colorante artificial para comida (FD&C red #40) y otros alérgenos potenciales. Tres inyecciones
separadas en un periodo de 60 minutos produjeron unos progresos transitorios cada vez. Sin
embargo, los síntomas volvieron, y el niño acudió a urgencias y fue hospitalizado.
Pese a ese único fracaso, el paciente y sus padres declararon que la terapia de nutrientes IV
surtía efecto con más rapidez, los efectos benéficos eran más duraderos, y tenía menos
efectos colaterales con respecto a las terapias convencionales a las que se había sometido en
urgencias.
El autor curó aproximadamente una decena de asmáticos (sobre todo adultos) con el Myers
por ataque de asma agudos: en muchos casos, los efectos benéficos o el alivio completo se
manifestaban en unos minutos. Unos pacientes recibieron inyecciones de mantenimiento solo
una vez a la semana o cada dos semanas cuando la situación era más grave, y declararon que
esta terapia los ayudaba a mantener el asma bajo control.
El magnesio suministrado por vía intravenosa se clasifica ahora como un elemento benéfico
contra el asma agudo. En un estudio, 38 pacientes que padecían de asma de forma moderada
o aguda y que no respondían positivamente a las terapias tradicionales beta-agonistas
recibieron de forma aleatoria, con el método doble ciego, inyecciones IV de sulfato de
magnesio (1.2 g durante un periodo de 30 minutos) o placebo (solución salina).13 La tasa de
flujo respiratorio máximo mejoró mucho más en el grupo que recibió magnesio (225 a 297
L/min) que en el grupo al que se suministró placebo (208 a 216 L/min). Asimismo, la tasa de
hospitalización era mucho menor en grupo que recibió magnesio que en grupo que recibió
placebo (37% contra 79%; p < 0,01). Ningún paciente manifestó una disminución de tensión
sanguínea o un cambio en la frecuencia cardíaca tras recibir magnesio.
En un estudio doble ciego sucesivo, 149 pacientes con asma agudo a los que se suministró
beta-agonistas inhalados y esteroides IV recibieron de forma aleatoria inyecciones IV de
sulfato de magnesio (2 g en 20 minutos) o placebo salina, por 30 minutos tras acudir al
hospital. 14 Entre los pacientes con asma grave (definido como volumen de expiración forzada
en 1 segundo[FEV1] menos del 25 por ciento del valor previsto) comparado con el placebo, el
magnesio redujo considerablemente la tasa de hospitalización (33,3% contra el 78,6%; p <
0,01) y mejoró considerablemente el FEV1. Sin embargo, la terapia de magnesio no daba
resultados positivos en pacientes con asma moderado (definido como el FEV1 inicial entre 25 y
75 por ciento del valor previsto).
En el caso de los estudios realizados sobre niños asmáticos y controlado con método placebo,
el sulfato de magnesio IV mejoró considerablemente las funciones pulmonares y redujo
drásticamente la tasa de hospitalización durante los episodios asmáticos que no respondían a
las terapias tradicionales. 15,16 Una dosis de 40 mg por kg corpóreo (dosis máxima, 2 g)
suministrada durante un periodo de 20-minutos resultaba más eficaz que una dosis de 25 mg
por kg. Unas dosis más elevadas de sulfato de magnesio IV (10-20 g en una 1 hora, y 0,4 g por
hora durante 24 horas) se ha suministrado con éxito en el tratamiento del asma mortal.6 En
unos estudios realizados, el magnesio IV no servía a mejorar las funciones pulmonares o a
reducir la posibilidad de hospitalizar. 17,18 Sin embargo, de una meta-análisis realizada en
siete ensayos aleatorios se dedujo que el magnesio IV reducía la necesidad de hospitalizar en
un 90% en los pacientes con asma grave, aunque la terapia no resultaba benéfica en el caso de
los pacientes con asma moderado.
El calcio es el único componente del Myers que se ha estudiado como terapia para las
manifestaciones agudas del asma. En un informe previo, una serie de inyecciones IV de cloruro
de calcio dio alivio a tres pacientes que manifestaban síntomas de asma, incluso el alivio a
veces era casi inmediato tras las inyecciones.20 La suministración por vía intravenosa o IM de
una sal de calcio no especificada inhibió temporalmente las reacciones anafilácticas graves en
dos pacientes más.
Los nutrientes distintos del magnesio y del calcio tal vez hayan contribuido a los efectos
benéficos que manifestaron los pacientes asmáticos. Las vitaminas C22 y B6 23,24
suministradas por vía oral y la vitamina B12 25 suministrada por IM se han empleado contra el
asma y han surtido algunos efectos benéficos, sin embargo ninguno de estos nutrientes se ha
experimentado en las terapias contra los ataques agudos. La suministración intramuscular de
niacinamida reduce la gravedad del asma inducido por motivos experimentales en las
cobayas, mientras que el ácido pantoténico parece producir efectos anti-alérgicos en los seres
humanos.
Migraña
Caso #2: Una mujer de 44 años padecía de migrañas frecuentes, que se cree que podían
desencadenarse en muchas situaciones, por exposición a productos químicos del medio
ambiente, y, ocasionalmente, ingiriendo comida a la que era alérgica. La terapia de la
desensibilización de las alergias no produjo muchos efectos benéficos. Durante un período de
seis años, la paciente se sometió a la terapia IV en más o menos 70 ocasiones por las
migrañas. Casi todas estas inyecciones produjeron efectos positivos o aliviaron
completamente la migraña en los minutos sucesivos, aunque algunos de estos tratamientos
no surtieron efecto. Por medio de ensayos y fallos, se estableció que el régimen más benéfico
era la suministración de 16 mL de vitamina C, 5 mL de magnesio, 4 mL de calcio, 2 mL de B6, y
1 mL de B12, B5, y complejo B respectivamente. La dosis de 4-mL de calcio producía más alivio
que una dosis inferior de calcio.
A lo largo de los años, una media decena de otros pacientes presentaron migraña aguda una
vez o más. En casi todos los casos, el Myers surtió efectos benéficos en unos minutos.
El efecto benéfico del magnesio IV en las terapias contra la migraña se demostró en unos
ensayos clínicos recientes. En un estudio, 40 pacientes con migraña aguda recibieron 1 g de
sulfato de magnesio en un periodo de cinco minutos.28 Quince minutos después la inyección,
35 pacientes (87.5%) manifestaron una reducción del 50% del dolor, y nueve pacientes (22.5%)
alivio completo. En 21 pacientes de los 35 que recibieron efectos benéficos, el alivio
permaneció por 24 horas o más. Los pacientes con una baja concentración de magnesio
ionizado en el suero (menos de 0.4 mMol/L) tenían más posibilidades de una mejora más
duradera que los pacientes con niveles inicialmente altos de magnesio ionizado en el suero. En
un ensayo doble ciego con 30 pacientes que padecían de migraña aguda, la suministración de
sulfato de magnesio IV (1 g durante 15 minutos) el dolor se alivió de forma permanente en 13
sobre 15 pacientes (86.6%), mientras el dolor no se quitó en ningún paciente que recibió el
placebo (p < 0,001 por diferencia entre los grupos).29 Además, la terapia de magnesio quitó
las náuseas, el vómito, y la fotofobia en los 14 pacientes que manifestaron estos síntomas.
Una dosis única de 1-g de sulfato de magnesio además sanó episodios de cefalea en racimos
en siete pacientes sobre 22 (32%), una serie de tres hasta cinco inyecciones resultaron
benéficas en dos pacientes más (9%).
No queda claro si el Myers es más eficaz del magnesio por sí solo en el caso de las migrañas;
sin embargo, un paciente recibió grandes beneficios de la suministración IV de calcio.
Cansancio
Muchos pacientes que manifestaron cansancio inexplicado reaccionaron al Myers, con efectos
positivos que duraban de unos días hasta muchos meses. Los pacientes que se beneficiaron
del Myers volvieron para recibir otros tratamientos una vez que el efecto del primero se había
agotado. Un paciente que sufría de cansancio asociado con hepatitis B crónica mejoró
considerable y progresivamente en términos de niveles de energía gracias a inyecciones
semanales y bisemanales.
Como parte del segundo estudio, 32 pacientes con SFC recibieron de forma aleatoria, y con el
método doble ciego, 1 g de sulfato de magnesio por IM o de placebo, una vez a la semana
durante seis semanas. Doce (80%) de los 15 pacientes que recibieron magnesio mejoraron (ej.
más energía, mejor estado emocional, y menos dolor) y en siete casos el cansancio
desapareció completamente. Por otra parte, solo tres (18%) de 17 pacientes que recibieron
placebo mejoraron (p =0,0015 por diferencia entre los grupos), y en ningún caso el cansancio
desapareció completamente. Según un informe, al menos la mitad de los pacientes con SFC y
deficiencia de magnesio se benefició de los suplementos de magnesio por vía oral; sin
embargo, algunos pacientes necesitaron de inyecciones IM.33 Otros investigadores, no
encontraron pruebas de deficiencia de magnesio en pacientes con SFC con la prueba del
magnesio IV, y no notaron ninguna mejora en los síntomas tras la inyección de sulfato de
magnesio (6g en una hora).
La vitamina B12, suministrada por IM, se ha demostrado benéfica en los pacientes con
cansancio inexplicado, 35 además de los con SFC. 34 Mientras que los resultados obtenidos
con Myers se pueden atribuir parcialmente a la vitamina B12, muchos pacientes que
respondieron a la terapia IV obtuvieron poco beneficio o no obtuvieron beneficios de la
suministración IM de la vitamina B12 por sí sola.
Fibromialgia
Caso #3: Una mujer de 48 años manifiesta un historial clínico de mialgias y artralgias
constantes por seis años, con dolor en el cuello, espalda, y cadera, y sentido de opresión en el
brazo izquierdo. Seis meses antes manifestaba una tasa de sedimentación elevada (50
mm/hr). Un reumatólogo le diagnosticó una posible polimialgia reumática, aunque se
consideró también la posibilidad de fibromialgia. Su historial presentaba además unas
migrañas con la frecuencia de ocho veces al año aproximadamente, y congestión nasal
crónica. Unos análisis revelaron unos músculos extremadamente tensos, con una gama
limitada de movimientos posibles en muchas partes del cuerpo.
Depresión
Caso #4: Un hombre de 46 años acudió con un historial de depresión y ansiedad desde la
infancia. Permaneció en psicoanálisis durante los últimos ocho años. Se consideró la
posibilidad de realizar un ensayo clínico con nutrientes IV ya que el paciente declaraba que la
ingestión de bebidas alcohólicas (conocidas por reducir el magnesio) empeoraba los síntomas
además de tomar un diurético tiazídico que disminuye el nivel de magnesio para curar la
hipertensión. Al principio se le suministró 1mL de magnesio, B12, B6, B5 y complejo B
respectivamente, lo cual resultó en una reducción del 70-80% de sus síntomas por una
semana. Una segunda inyección produjo una reacción parecida que duró dos semanas. A
través de pruebas y fallos, se estableció que el tratamiento más eficaz eran los 5 mL de
magnesio, 3 mL de complejo B, y 1 mL de B12, B6, y B5 respectivamente. La adición de calcio a
la inyección parecía inhibir algunos de los beneficios.
Tanto la suministración por vía oral como la IM de los mismos nutrientes resultaron ineficaces.
Unas inyecciones semanales garantizaban un alivio casi completo de los síntomas y les
permitieron interrumpir la psicoterapia. El paciente notó como las inyecciones suministradas
rápidamente garantizaban un alivio más duradero que las inyecciones más lentas. La tasa de
inyección se aumentó atenta y progresivamente, sin que se presentasen efectos colaterales
adversos o cambios en la tensión sanguínea o en la frecuencia cardíaca. El paciente declaró
que si el tratamiento duraba más de un minuto, el efecto duraría aproximadamente dos
semanas, mientras que una inyección más lenta (por ejemplo de cinco minutos) solo duraría
una semana. Aproximadamente cuatro años después del tratamiento inicial, fue capaz de
reducir la frecuencia de las inyecciones hasta una vez al mes o menos.
Muchos más pacientes que sufren de depresión y/o ansiedad mostraron una respuesta
positiva al Myers. Sin embargo, este tratamiento no se debería considerar como una terapia
de primera línea en los casos de depresión aguda. Parece ser benéfico solo para algunas
categorías de individuos con depresión, como los que padecen de fibromialgia, migraña, estrés
excesivo, y consecuencias del abuso de bebidas alcohólicas. Shealy Et Al observaron un efecto
antidepresivo del magnesio IV en algunos pacientes con dolores crónicos.
Trastornos Cardiovasculares
Caso #5: Un hombre de 79 años fue examinado en casa durante la última fase de una
insuficiencia cardíaca, tras padecer de cuatro infartos del miocardio. Durante los 12 meses
anteriores, dónde se quedó la mayoría del tiempo hospitalizado, la situación había empeorado
progresivamente; la fracción de eyección había llegado al 19% y el peso corpóreo había bajado
de 171 libras hasta unas caquécticas 113 libras. Se encontraba en la cama y necesitaba de
oxígeno la mayoría del tiempo. Además padecía de trastorno arterial oclusivo periférico, que
resultó en el desarrollo de una gangrena en seis dedos del pie. Un angiograma periférico
reveló una oclusión completa de las dos arterias femoral-popliteales, sin que la sangre fluyera
de forma evidente a las extremidades distales. Dos cirujanos vasculares autónomos le
recomendaron una amputación bilateral por encima de la rodilla para evitar el desarrollo de
septicemia. Sin embargo, el cardiólogo sugería que el corazón no funcionaría por más de un
mes, con lo cual el paciente rechazó la propuesta de amputación.
Recibió unas inyecciones semanales IM de sulfato de magnesio (1g) durante ocho semanas, y
se le recetó un suplemento de vitaminas C y E, complejo B, ácido fólico y zinc por vía oral. Las
inyecciones de magnesio parecían reducir considerablemente el dolor en los dedos en
gangrena, con unos efectos benéficos que duraban alrededor de cinco días cada vez. Seis
semanas tras la primera inyección, la fracción de eyección aumentó de 19% a 36% y ya no
necesitaba de oxígeno adicional. Después de ochos semanas, las inyecciones IM se
reemplazaron por unas inyecciones semanales IV, que consistían en 5 ml de magnesio, 1 mL
de B12, B6, B5, y complejo B respectivamente, y una pequeña dosis (0.2 mL) de un preparado
de trazas de minerales (MTE-5 compuesto de: zinc, cobre, cromo, selenio, y manganeso). Tras
18 meses, su peso había aumentado de 113 a 147 libras, lo cual es un resultado sorprendente
dedo que la caquexia cardíaca normalmente es irreversible. Además, las zonas en gangrena en
los dedos se habían deshecho, siendo reemplazados por tejidos casi completamente sanos. La
terapia intravenosa continuó y finalmente se redujo a cada dos semanas. El paciente vivió por
ocho años más y murió con 87 años por una insuficiencia múltiple en los órganos.
De los demás pacientes con angina o insuficiencia cardíaca quienes recibieron inyecciones IV o
IM de magnesio (con o sin las vitaminas B), todos mejoraron considerablemente. Los
resultados en el caso de angina son coherentes con los que declararon seguir la terapia de
magnesio parenteral.40-42
Entre un cuarto y un tercio de los pacientes que recibió el Myers por infección respiratoria
aguda manifestaron mejoras evidentes, tanto de forma inmediata como al día siguiente.
Aproximadamente la mitad de los pacientes que recibieron el tratamiento declaró sirvió para
acortar la duración de la enfermedad misma. Los pacientes que beneficiaron de esta terapia
tenían propensión a reaccionar de manera similar si se le trataba otra infección de la misma
forma, mientras que los que no reaccionaban tenían propensión a seguir sin reaccionar.
Caso #7: Una mujer de 32 años con un largo historial de sinusitis crónica. La eliminación de la
comida alergénica y los suplementos de vitamina C y otros nutrientes por vía oral solo
surtieron un efecto mínimo. Recibió una inyección IV de 20 mL de vitamina C, 4 mL de
magnesio, 2 mL de calcio, y 1 mL de B12, B6, B5, y complejo B respectivamente; este protocolo
se repitió al día siguiente. Además de estas inyecciones la paciente había padecido de
problemas sinusales constantes por un año. Los síntomas desaparecieron rápidamente tras
las inyecciones y se quedó relativamente sin síntomas por más de seis meses. El mismo
tratamiento resultó eficaz más adelante, aunque el beneficio no era tan pronunciado como la
primera vez.
Otro paciente con sinusitis crónica reaccionó de forma parecida a las inyecciones consecutivas,
mientras que otros no mostraron señales de mejora.
Desintoxicación Narcótica
Caso #9: Un hombre de 35 años adicto a la morfina llegó a la oficina durante la primera fase
de desintoxicación, con síntomas de diaforesis y agitación extrema. Se le suministró una
inyección de 16 mL de vitamina C. 5 mL de magnesio, 2,5 mL de calcio, y 1 mL de B12, B6, B5, y
complejo B respectivamente. Al encontrarse en un estado tan nervioso no podía quedarse en
la mesa de exploración, así que acabó por andar por el pasillo con una aguja mariposa en el
brazo. En el medio de la inyección, llegó a poder sentarse, y finalmente los síntomas de la
desintoxicación se mitigaron. Los síntomas volvieron a manifestarse 36 horas más tarde: el
paciente acudió para recibir otro tratamiento, que logró aliviar los síntomas en unos minutos.
El paciente volvió al día siguiente para recibir una tercera inyección, y aún no mostraba
síntomas. No se presentaron otras alteraciones durante el resto del periodo de
desintoxicación.
Urticaria Crónica
Caso #10: Una mujer de 71 años presentaba urticaria crónica con ronchas en algunas partes
de su cuerpo casi todos los días durante 10 años. Tras seguir un régimen basado en la
eliminación de los alérgenos y tomar unos suplementos de vitamina C y otros nutrientes por
vía oral obtuvo poco o nada de alivio. Recibió una inyección IV de 12 mL de vitamina C, 3 mL de
magnesio, 1,5 mL de calcio, y 1 mL de B12, B6, B5, y complejo B respectivamente. El mismo
tratamiento se repitió al día siguiente. Tras estas inyecciones las ronchas desaparecieron
rápidamente y no se volvieron a presentar por más de un año. Cuando había lesiones, el
tratamiento IV se repetía pero sin éxito.
Rendimiento Atlético
Caso #11: Un paciente de 18 años, luchador en su escuela del peso de 235 libras, desarrolló
una enfermedad parecida a una gripe cuatro días antes de uno de los torneos principales. Dos
días antes del torneo de tres días, cuando ya parecía que no podría participar en el evento,
recibió una inyección IV de 16 mL de vitamina C, 5 mL de magnesio, 2,5 mL de calcio, y 1 mL de
B12, B6, B5 y complejo B respectivamente. La mañana siguiente declaró que tenía mucha más
energía que en toda su vida. Las inyecciones se repitieron durante todo el torneo, al cual llegó
segundo, el rendimiento mejor de toda su carrera.
Al ser ésa una época en la que muchos atletas hacían uso de drogas para potenciar su
rendimiento, hay que destacar que el autor no está intentando convencer a los atletas a
buscar un «empujón» a través de los nutrientes IV. Sin embargo, este caso demuestra que los
factores nutritivos pueden desempeñar un papel importante en el campo del rendimiento
atlético.
Hipertiroidismo
Dos pacientes con hipertiroidismo recibieron el Myers una vez o dos a la semana durante unas
semanas. En un caso, el tratamiento mantenía los síntomas del hipertiroidismo bajo control,
aunque no había reducción de los niveles de hormona tiroidea. Las inyecciones se
interrumpieron una vez que los niveles de la hormona habían vuelto normales gracias a la
terapia. En el otro caso, los síntomas mejoraron considerablemente después de la primera
inyección y las pruebas realizadas dos semanas más tarde para comprobar la funcionalidad de
la tiroides, mostraban un funcionamiento normal.
Otras Condiciones
El coctel de Myers modificado parece proporcionar alivio rápido en aquellos pacientes que
padecen de espasmos musculares agudos, debidos al uso excesivo de dichos músculos o
como consecuencia del dormirse en una posición inadecuada. Además se observó que en
muchos casos servía para aliviar las cefaleas tensionales. Una paciente (una mujer de 70 años)
con torticolis crónica obtuvo alivio moderado del dolor gracias a terapias periódicas. De tres
pacientes que padecían de dismenorrea, dos obtuvieron alivio casi instantáneo tras la
suministración del Myers. Un paciente que padecía de una enfermedad pulmonar obstructiva
crónica declaró que, tras recibir inyecciones IV intermitentes y semanales, su respiración había
mejorado y se sentía más fuerte.
Era impresión del autor (y de otros especialistas clínicos) que algunos pacientes que
reaccionaban bien a las inyecciones IM de vitamina B12 no recibían tantos beneficios cuando
se le suministraba la vitamina B12 como parte del Myers. Es posible que la vitamina C u otras
componentes del Myers destruyan parte de la vitamina B12,49 o que la vitamina B12 IV se
pierda más rápidamente en la orina que la vitamina B12 por IM. Por consecuencia, en el caso
de algunos pacientes que se someten a la terapia IV de nutrientes, la vitamina B12 se
suministra por IM en una jeringa separada.
Una suministración demasiado rápida de magnesio puede causar hipotensión, la cual puede
llevar a mareos e incluso a desmayarse. Es imprescindible informar a los pacientes que
recibieron el Myers de la posible manifestación de calor excesivo (que puede ser precursor de
hipotensión) o mareos. Si se manifiestan estos síntomas, es necesario interrumpir la terapia
temporáneamente hasta que los síntomas se hayan mitigado (normalmente después de 10-30
segundos). Los pacientes que tienen la tensión sanguínea baja suelen tolerar menos magnesio
que los pacientes con la tensión normal o con hipertensión. Una minoría de los pacientes
puede que manifieste hipotensión persistente incluso tras la suministración de dosis bajas y
con inyecciones lentas; en estos casos, se debe interrumpir la suministración, y habrá que
establecer si seguir o no con la terapia más adelante.
Aunque una suministración demasiado rápida puede tener consecuencias nocivas, algunos
pacientes parecen obtener mayores beneficios de unas inyecciones rápidas que de las
inyecciones lentas, tal vez debido a un mayor pique de concentración de nutrientes en el
suero. Aunque hay que tener en cuenta tanto de los riesgos como de los beneficios al
establecer la tasa de inyección, si hay dudas al respecto es imprescindible priorizar la
seguridad. Una vez que se suministra el Myers a un paciente por primera vez, es mejor
suministrar 0.5-1.0 mL y esperar unos 30 segundos antes de seguir con el resto de la
inyección. De esta forma se puede distinguir entre una reacción vasovagal y una reacción
hipotensa a los compuestos inyectados. Los pacientes que tienen una reacción vasovagal al
principio de una inyección suelen tolerar el resto del tratamiento tras el fin de la reacción.
En el caso de individuos mayores o débiles, se recomienda empezar con unas dosis inferiores
de las del Cuadro 1, o considerar la suministración de magnesio IM y de vitaminas B como
alternativa a la terapia IV. Sin embargo, muchos pacientes mayores toleraron y beneficiaron de
la terapia IV.
Los pacientes que presentan una deficiencia de magnesio y potasio puede que tengan una
afluencia de potasio en las células tras suministración de magnesio IV51 Esto es debido al
hecho de que el magnesio activa la bomba membrana que estimula la asimilación de potasio
intracelular. El movimiento del potasio del suero hasta el espacio intracelular puede causar
hipocalemia. El autor examinó a dos pacientes que manifestaron calambres musculares
graves tras recibir el Myers: ambos pacientes tomaron medicamentos para reducir la
concentración de potasio. La hipocalemia aumenta además el riesgo de arritmias cardíacas
inducidas por digoxina. Al ser un interno en su primer año, y al ser inconsciente de este
problema potencial, el autor suministró magnesio IV en el hospital a una mujer mayor que
estaba tomado digoxina junto con un diurético que disminuía el potasio. La mujer desarrolló
rápidamente una arritmia, que necesitaba de tratamiento a corto plazo en el departamento de
terapia intensiva.
Entre los pacientes a alto riesgo de deficiencia de potasio encontramos los que toman
diuréticos que disminuyen la concentración de potasio, los beta-agonistas, o glucocorticoides,
los que tienen diarrea y vómito, y los que sufren de malnutrición en general. Si un paciente es
hipocalémico, la hipocalemia se debe curar antes de considerar la posibilidad de empezar la
terapia IV de magnesio. Sin embargo, una concentración normal de potasio en el suero no es
una garantía contra la disminución del potasio intracelular. En el caso de pacientes
considerados a riesgo de deficiencia de potasio, se recomienda la suministración de 10-20
mEq de potasio por vía oral justo antes de la inyección y 4-6 horas más tarde. Tras la
institución de esta práctica, no se registraron problemas de calambres musculares debidas al
magnesio.
El calcio por vía intravenosa es contraindicado en los pacientes que toman digoxina. Además,
la hipercalcemia puede causar arritmias cardíacas. Por esta razón, el autor suele dejar el calcio
fuera del Myers en el caso de pacientes con problemas cardíacos, aunque no hay pruebas de
que sea peligroso para dichos pacientes.
En raras ocasiones se han registrado reacciones anafilácticas a la tiamina IV. Solo tres
reacciones de este tipo se han registrado en EEUU desde el 1946. Sin embargo en los
historiales médicos mundiales 9 personas han muerto debido a la suministración de tiamina
entre el 1965 y el 1985. 52 Estas reacciones se manifestaron tras la suministración por vía oral,
IV, IM o subcutánea, y se cree que sean debidas parcialmente a una liberación no-especificada
de histamina. Las reacciones anafilácticas se manifestaron sobre todo tras suministraciones
múltiples de tiamina. En en Reino Unido, entre el 1970 y el 1988, se registraron
aproximadamente cuatro casos de reacciones anafilactoideas por cada millón de ampolletas
de vitaminas B IV que se vendieron, y un caso por cada 5 millones de ampolletas IM que se
vendieron.
Es posible que el riesgo de anafilaxis generado del Myers sea incluso menor que los pequeños
riesgos asociados al uso de la tiamina IV. Muchos pacientes que recibieron tiamina parenteral
son alcohólicos, y el alcolismo causa una deficiencia de magnesio en muchos casos. Los
estudios en los animales sugieren que el suplemento de tiamina en presencia de deficiencia
de magnesio aumenta la gravedad de la deficiencia de magnesio. 54 La deficiencia de
magnesio puede llevar a liberación espontánea de histamina55 la cual aumentaría la
incidencia de la anafilaxis inducida por vía experimental en los animales.56 La presencia de
magnesio en el Myers puede, entonces, reducir el riesgo de reacciones anafilácticas a la
tiamina. Además, ya que el Myers logró curar con éxito el asma y la urticaria, es posible que la
fórmula completa proporcione profilaxis contra la anafilaxis. Sin embargo, los especialistas
que suministraban nutrientes IV deberían actuar con cautela para poder enfrentarse a raras
reacciones anafilácticas.
Si suministrada con cautela y respecto, el Myers se suele tolerar bien, no se han registrado
reacciones adversas graves en unos 15,000 tratamientos aproximadamente.
Conclusión
El autor junto con centenares de otros médicos cree que el Myers es un tratamiento seguro y
eficaz para combatir una gran cantidad de condiciones clínicas. En muchos casos este
tratamiento resulta más eficaz y se tolera mejor que muchas terapias clínicas tradicionales.
Aunque muchas pruebas solo son anécdotas, algunas publicaciones de investigación
demostraron la eficacia del Myers o de algunas de sus componentes. La difusión de un uso
adecuado de este tratamiento probablemente reduzca el coste total de la asistencia medica, y
a la vez mejorar las condiciones de salud de muchos. Se requiere sin embargo más
investigación a fin de comprobar la eficacia de este tratamiento y para determinar las dosis
optimas de los distintos nutrientes. Aunque los ensayos doble ciego resultan de difícil
ejecución debido a las sensaciones obvias inducidas por las inyecciones IV de nutrientes, unos
ensayos de comparación entre el Myers y las terapias tradicionales sería de gran utilidad. Se
pide a los médicos que hacen uso de este tratamiento que por favor den a conocer los
resultados obtenidos.