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“EL TURISMO EN ESPAÑA”

Esquema

1. La evolución del turismo en España


2. Caracterización y tipología de modelos turísticos en España
3. Las principales áreas turísticas en España
4. El significado del turismo en la economía y la sociedad españolas
5. Turismo y medio ambiente en España.
La evolución del turismo en España

En la actualidad, España es una de las principales potencias turísticas del mundo, tanto
por el número de visitantes que recibe como por los ingresos que reporta esta actividad.
La consolidación de España como destino turístico data de los años 1960, si bien cuenta
con unos antecedentes dignos de mención en los viajeros ilustrados y románticos que
nos visitaron durante el siglo XVIII y, especialmente, a lo largo del XIX. En este
periodo, los naturalistas y escritores que viajaron por España quedaron impresionados
por la variedad de formas que ofrece la naturaleza, por el exotismo de unos paisajes que
recordaban a África, por la pervivencia de las herencias árabe y oriental, por las
ciudades y monumentos, por las costumbres populares…
La gestación definitiva de España como potencia turística se inició en la segunda mitad
del siglo XX, y en ello influyeron causas externas e internas:
La causa externa principal fue la propia evolución de la sociedad europea después de
la II Guerra Mundial. Así, concluida la reconstrucción posbélica, Europa alcanzó un
estado de bonanza económica y de bienestar social reflejado en un alto nivel de vida,
amplia cobertura social, reducción de la jornada laboral, vacaciones remuneradas…
Como consecuencia de estos hechos crecieron las demandas de ocio en estas
sociedades, entre las cuales ocupó un lugar preferente el turismo, que ahora se ejerce
masivamente gracias a la generalización del automóvil y a la popularización de los
viajes en avión.
Las causas internas o propias de España son la situación geográfica, el conocimiento
y valoración del país por parte de las sociedades extranjeras, y las excelentes
condiciones de la oferta turística: amplio litoral, climatología favorable, variedad
paisajística, rico patrimonio cultural, folclore, gastronomía…Todo ello se ofrecía,
además, a unos precios muy baratos, como correspondía a un país con un considerable
atraso respecto a los países de procedencia de los turistas.
España se convirtió así en un espacio turístico de masas, adaptado al modelo de sol y
playa que demandaban los turistas.
Los inicios del turismo moderno se sitúan en la década de los años 50 del siglo pasado;
puede señalarse 1959 como año de despegue, coincidiendo con un significativo
momento en la planificación económica de España, que entendió el turismo como un
importante motor de desarrollo.
En 1960 el número de visitantes abrió una etapa de crecimiento continuo y a un ritmo
fuerte, que duró hasta 1973. En este periodo (1960-1973) se pusieron las bases del
modelo turístico español de masas, lo que requirió la construcción de complejos de
apartamentos y hoteles y dio lugar a la precipitada urbanización de los litorales, muchas
veces regida por la especulación y carente de una planificación elemental.
El ritmo expansivo quedó interrumpido en 1973, debido a la recesión motivada por el
incremento de los precios del petróleo, la crisis económica, el ocaso del franquismo y la
transición democrática.
A partir de 1976 se inició una nueva fase de crecimiento sostenido, que duró hasta
1989, y cuya principal característica, junto al aumento de turistas extranjeros, fue la
incorporación de los españoles al turismo de playa, bien como usuarios de la
infraestructura hotelera o en apartamentos propios.
Tras una recesión a comienzos de los años 90, coincidente con el encarecimiento de la
oferta española y el surgimiento de nuevos destinos en Europa y en el ámbito
mediterráneo, comenzó la última fase, que alcanza hasta el presente.
En 2007, España, por el número de turistas (59 millones) se sitúa en el segundo destino
turístico mundial, detrás de Francia. Ocupa también el segundo lugar del mundo por
ingresos, detrás de Estados Unidos.
Comparando la evolución seguida por el número de turistas y los ingresos aportados,
comprobamos que desde comienzos de los años 90 los ingresos han aumentado en una
proporción menor que los turistas. Ello ha sido consecuencia del encarecimiento de los
precios del sector, que le ha hecho perder atractivo turístico a nuestro país. Al mismo
tiempo se han incrementado considerablemente los gastos, de modo que ha perdido
rentabilidad.

Caracterización y tipología de modelos turísticos en España

El modelo turístico que se ha consolidado en España tiene como principales caracteres


la procedencia internacional de los visitantes, su condición de turismo de masas y el
concretar sus demandas en el disfrute del sol y la playa.
Los países emisores de turistas a España son, principalmente, los integrantes de la
Unión Europea. Destacan Reino Unido, Francia y Alemania, de donde procede la mitad
de los turistas que nos visitan anualmente. Le siguen los países nórdicos y Portugal.
El turismo predominante responde al modelo de sol y playa, es decir, es un turismo que
busca evasión, ocio y descanso. Su calendario de vacaciones está condicionado por la
temporada de baños y las fechas de las vacaciones laborales y escolares, que coinciden
con el verano; estas circunstancias son responsables de la acusadísima estacionalidad
del turismo, que se manifiesta en la saturación de los sectores de transporte y hostelería
en los meses de julio y agosto.
Progresivamente se ha incorporado a este modelo el turismo nacional, de manera que
muchas playas registran una concurrencia equilibrada entre extranjeros y españoles.
El turismo de personas jubiladas, nacionales y extranjeras, que alternan su estancia en el
litoral con la residencia en el domicilio habitual es cada vez mayor. Aprovechan su
disponibilidad de tiempo para adaptarse a las ofertas más beneficiosas para la actividad
del sector y la estabilidad del empleo.
Estas circunstancias, unidas a la tendencia cada vez más manifiesta a fraccionar el
tiempo de vacaciones en distintos periodos (primavera, verano, Navidad) y ocuparlos en
distintas modalidades de turismo, han contribuido a fijar nuevos destinos turísticos y a
atenuar la estacionalidad de la demanda, que, no obstante, todavía sigue siendo muy
acusada.
La infraestructura turística española es extraordinaria y constituye su principal
patrimonio frente a posibles competidores. Esto se materializa en la existencia de
multitud de hoteles y hostales, plazas de camping, apartamentos y otros
establecimientos. Su distribución geográfica es desigual por comunidades autónomas
y, dentro de éstas, por comarcas; se da una especial concentración en los espacios
insulares y litorales los más demandados por el modelo turístico.

Las principales áreas turísticas en España


Áreas turísticas de sol y playa
Son las islas Canarias y Baleares y la costa mediterránea. Su característica común es
que se basa en el atractivo de sol y playa, se trata de un turismo estacional (salvo
Canarias, Baleares, Málaga...).
Otras áreas turísticas
Desde la década del noventa, luchando contra la estacionalidad, se han ido
desarrollando, además de las islas y de la costa mediterránea, otras zonas turísticas de
interés como son Madrid, litoral gallego y cantábrico, centros de turismo rural,
estaciones de esquí, campos del golf y ciudades históricas y artísticas.
Regiones y zonas turísticas
El papel de las Comunidades del área mediterránea en la oferta turística es evidente, ya
que Baleares, Cataluña, Valencia y Andalucía suman el 67,4% del total de las plazas
hoteleras de España.
La Comunidad Catalana: es una Comunidad privilegiada por sus calas y playas. La
proximidad a la frontera y las buenas comunicaciones han facilitado la entrada masiva
de turistas que se desplazan en transportes terrestres. La oferta de alojamientos es muy
amplio: La Costa Brava es la principal zona turística de Cataluña tanto en oferta de
playas como por la concentración de la mayor parte de afluencia extranjera. Los
servicios de ocio y tiempo libre se refuerzan por la proximidad de Barcelona. Hacia el
sur de la aglomeración de Barcelona se desarrolla un espacio turístico que se extiende
por la Costa Dorada.
En la Comunidad Valenciana sobresalen la Costa del Azahar y Costa Blanca. Esta
última es una de las más densamente pobladas del litoral peninsular y cuenta con dos
importantes centros turísticos: Benidorm y Alicante. Es una región con tradición para el
turismo nacional.
En la región de Murcia, decrece la especialización turística del Mediterráneo, El único
espacio importante es la Manga del Mar Menor, la Costa Cálida, relacionada con
clientela nacional en aumento.
Andalucía ha experimentado un crecimiento desbordante de su espacio turístico costero
en los últimos diez años, situándose en el tercer puesto en alojamiento hotelero y extra
hotelero. En esta comunidad las áreas turísticas están perfectamente diferenciadas,
interiores y costeras. Las provincias interiores de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada, por
el atractivo histórico de sus ciudades y el crecimiento de la capital autonómica a raíz de
la Exposición Universal celebrada el 1992.
La Andalucía mediterránea, la Costa del Sol con el atractivo de sus playas y la
generosidad de su clima. Es importante destacar el papel de los parques naturales en el
interior.
Galicia: su ocupación turística es aún reducida, ya que no responde a las motivaciones
del turismo masivo. Cuenta con gran variedad de recursos naturales, históricos y
culturales, Más del 90% de las plazas están en municipios costeros, especialmente en las
rías bajas y altas. También se da una importante concentración en Santiago de
Compostela, centro de peregrinación. El alojamiento combina núcleos de segunda
residencia con un aparato hotelero de dimensiones familiares.
El litoral Cantábrico, ha experimentado un relanzamiento reciente, que responde a una
sensibilización por el medio ambiente. Se valora el paisaje rural y natural de las áreas
costeras e interiores.
De entre las comunidades interiores, conviene destacar el papel de Madrid, cuya
función hotelera responde a su papel de capital administrativa y económica. Adquiere
gran importancia el turismo cultural y de convenciones, Otro centro interior de
importancia es Salamanca y Toledo.
Las estaciones invernales: tienen especial interés Granada (Sierra Nevada), Lérida y
Huesca

El significado del turismo en la economía y la sociedad españolas


El turismo en España tiene un significado extraordinario, que se manifiesta en múltiples
aspectos, y es, a su vez, uno de los principales factores de la terciarización
experimentada por la economía y sociedad españolas.
Su primer significado es de naturaleza económica: en la actualidad el turismo supone
casi el 11% del PIB. Su importancia económica también tiene una clarísima dimensión
social, pues el turismo es la principal fuente de ocupación y empleo en muchas
regiones y comarcas españolas.
El interés económico del turismo no es algo nuevo, sino que se remonta a épocas
pasadas. Así, la actividad turística estuvo íntimamente ligada al desarrollo económico
de la segunda mitad del siglo XX, al cual contribuyó aportando, junto a los emigrantes
en el extranjero, las divisas para llevar a cabo las importaciones necesarias.
Las elevadas cifras de turistas y la concentración de la demanda en los litorales han
exigido la dotación de infraestructuras, que ha culminado en la urbanización de
amplísimos espacios costeros, donde han surgido multitud de ciudades y conurbaciones.
El desarrollo urbano y la actividad económica procedente del turismo han dotado a los
espacios turísticos de un extraordinario dinamismo, que los ha convertido en lugares de
atracción demográfica y económica, razones por las cuales se han acentuado los
desequilibrios territoriales entre las zonas costeras y los espacios del interior.
El fenómeno turístico, asimismo, ha contribuido en España a la redistribución de rentas
y ha jugado un papel muy importante en la evolución de la sociedad española. El
turismo, como factor de intercambio cultural, de acercamiento a otros pueblos y
mentalidades, de conocimiento de otras sociedades y como ventana abierta al mundo,
fue un elemento que favoreció nuestra incorporación a las sociedades occidentales.
En sentido contrario, el turismo ha tenido grandes costes ambientales de efectos
irreversibles.
Actualmente, el turismo español empieza a acusar los problemas derivados de un
modelo desfasado de sol y playa, de masificación, de estacionalidad y de concentración
en los espacios litorales.
Desde el punto de vista de la oferta, es necesaria una renovación de las instalaciones,
dotación de infraestructuras y servicios adaptados a las nuevas demandas, puesta en
práctica de medidas encaminadas a mantener la calidad-precio de los servicios
prestados, procurando la independencia de los grandes turoperadores extranjeros que
controlan nuestro turismo y se lucran con él.
Como medidas de futuro se hace inevitable: apostar por la calidad, a fin de
contrarrestar la oferta de otros lugares de nuestro entorno mediterráneo y ampliar la
oferta turística, tanto en los que se refiere a actividades como a espacios, se debe
desarrollar el turismo rural y de naturaleza, para el cual España cuenta con una red de
espacios protegidos que es un exponente extraordinario de paisajes y de biodiversidad.
También es posible dotar a nuestro turismo de una dimensión cultural, acorde con
nuestro rico patrimonio.

Turismo y medio ambiente en España.


Las repercusiones económicas han centrado las preocupaciones sobre el turismo, pero
los efectos negativos de la incidencia medio ambiental no se han hecho esperar tras la
fase expansiva. Cristaliza de este modo una conciencia ambiental, pero se ha llegado a
hablar del turismo como actividad autodestructora aunque no es más dañino en sus
efectos ambientales que otros usos; el problema está en la falta de planificación y de
previsión de sus impactos, a lo que no son ajenos la permisividad de la Administración,
y el papel de los agentes económicos que quieren rentabilizar a corto plazo sus
inversiones.
Entre las medidas que componen una estrategia ambiental para el desarrollo turístico se
integran las siguientes actuaciones:
Elaboración de directrices territoriales, con criterios de asignación de uso del
suelo, densidad, índices de ocupación
Valoración de impacto ambiental, mediante la Técnica de Evaluación de
Impacto Ambiental.
Preservación de territorios, de gran interés paisajístico, cultural.
Mejora de equipamientos y espacios libres en áreas congestionadas.
Solución adecuada a los problemas de dinámica litoral, mediante prohibición de
transformaciones que alteren el perfil costero.
Puesta en marcha de medidas correctoras para sanear espacios deteriorados:
infraestructuras, regeneración paisajística, recuperación de fachadas marítimas,
control de vertidos.
Estos supuestos constituyen los principios del desarrollo sostenible que supone la
definición de criterios y principios para un turismo respetuoso con el medio ambiente,
como fundamento de su propio futuro.

Vocabulario

- Infraestructura turística: Conjunto de elementos o servicios que se consideran


necesarios para el funcionamiento y desarrollo de la actividad turística. Se
materializa en la existencia de hoteles, hostales, plazas de camping,
apartamentos y otros establecimientos
- Turismo cultural: turismo que se practica en los núcleos urbanos que tiene por
objeto, entre otros fines, el conocimiento de monumentos y sitios histórico-
artísticos. El turismo cultural muestra nuestro patrimonio y sirve de contrapunto
al turismo de sol y playa, diversifica la oferta y atrae a nuevos turistas. En líneas
generales, entendemos por turismo cultural aquel que manifiesta un deseo de
conocer y comprender los objetos, las obras, las manifestaciones artísticas,
culturales y sociales de un destino, incluyendo la población local con la que se
entra en contacto.
- Turismo rural: oferta de alojamiento en casa rurales gestionadas por una
familia rural, que no mantiene la actividad agrícola y se dedica a la actividad
hotelera familiar. Fundamento del desarrollo endógeno. Es un fenómeno
mundial que surge para revalorizar la cultura del campo, a la vez que permite
fortalecer su economía, diversificándola hacia el sector terciario. Comprende
una oferta de actividades recreativas, gastronomía y alojamiento en
establecimientos rurales. El atractivo principal es la cultura rural auténtica: cómo
se vive y se trabaja, pero se puede complementar con actividades de aventura,
ecoturismo, pesca…
Prácticas

Práctica 1
Analice el mapa de España en el que se especifican las áreas turísticas. Responda a
las siguientes cuestiones:
a) Correlacione los números del 1 al 8 con las ciudades a las que corresponden e
indique qué tipo de turismo predomina en cada una de ellas.
b) Nombre las provincias con alta densidad turística e indique qué tipo de turismo
predomina en cada una de ellas.
c) Explique los contrastes entre las áreas turísticas atlánticas y mediterráneas

a)
1. Santander: turismo interior, rural y de naturaleza de la zona costera e interior
2. León: turismo de interior, rural y cultural (Catedral de León, gótica y camino
de Santiago)
3. Salamanca: turismo interior, rural y cultural (arte románico) declarada por la
UNESCO patrimonio de la humanidad
4. Zaragoza: turismo interior, rural (Sistema Ibérico, Moncayo) cultural (Basílica
del Pilar)
5. Toledo: turismo interior, rural (Montes de Toledo) y cultural (catedral de
Toledo, gótica) declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad
6. Córdoba: turismo interior, rural (Sierra Morena) y cultural (Mezquita de
Córdoba) declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad
7. Granada: turismo interior, rural y deporte de invierno (Sierra Nevada, estación
de esquí) y cultural (Alhambra)
8. Cáceres: turismo interior, rural y cultural, declarada por la UNESCO
patrimonio de la humanidad
b)
Alta densidad turística:
Gerona: turismo de sol y playa, (Costa Brava)
Barcelona: turismo de sol y playa (Costa Dorada)
Tarragona: turismo de sol y playa (Costa Dorada)
Alicante: turismo de sol y playa (Costa Blanca)
Murcia: turismo de sol y playa (Costa Cálida)
Baleares: turismo de sol y playa
Granada: turismo de sol y playa (Costa tropical)
Málaga: turismo de sol y playa (Costa del sol)
Canarias: turismo de sol y playa
Madrid: turismo cultural y por su condición de capital del país

c) Los contrates entre las áreas turísticas atlánticas y mediterránea son los siguientes:
El factor que explica el reparto de regiones y zonas turísticas es el factor de localización
geográfica, que engloba el componente ambiental climático. De ahí la preferencia por
unas regiones y zonas turísticas. El principal impulso del turismo de masas es la
búsqueda del sol y la playa "mediterránea", además de otros factores estructurales.
La descripción de las zonas costeras españolas distingue la costa mediterránea (alcanza
en el mes de agosto 25ºC) e insular de la costa atlántica del norte y cantábrica (mes de
agosto no supera los 18ºC). Más del 80% del turismo internacional que visita España
acude a sus playas. Según sus condiciones climáticas y la época del año, las playas
españolas situadas en la costa mediterránea son utilizadas prácticamente todo el año y
las playas verdes, Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco son playas de verano.
Respecto al relieve, la costa cantábrica es una costa rectilínea con pocos entrantes y
salientes y un mar bravío. Escasean las playas, si bien las que existen son de un gran
interés turístico y con arenas muy finas fruto de la acción del mar Cantábrico.
Predomina, pues la costa alta y rocosa, debido a la proximidad de la cordillera
Cantábrica. Las costas gallegas formadas por rías presentan un paisaje singular y de
gran reconocimiento turístico.
El Mediterráneo comprende Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía, presenta tres
sectores: el primero, entre cabo de Gata y cabo de Palos definida por una costa rocosa y
acantilada; el segundo, entre cabo de Palos y cabo de la Nao costa baja y arenosa y
tercero, de cabo de la Nao a cabo de Creus alterna costa rocosa y alta con baja y arenosa
En cuanto a ocupación turística: en la zona atlántica: Galicia: su ocupación turística es
aún reducida, ya que no responde a las motivaciones del turismo masivo. Cuenta con
gran variedad de recursos naturales, históricos y culturales, Más del 90% de las plazas
están en municipios costeros, especialmente en las rías bajas y altas. También se da una
importante concentración en Santiago de Compostela, centro de peregrinación. El
alojamiento combina núcleos de segunda residencia con un aparato hotelero de
dimensiones familiares.
El litoral Cantábrico, ha experimentado un relanzamiento reciente, que responde a una
sensibilización por el medio ambiente. Se valora el paisaje rural y natural de las áreas
costeras e interiores.

El papel de las Comunidades del área mediterránea en la oferta turística es evidente, ya


que Baleares, Cataluña, Valencia y Andalucía suman el 67,4% del total de las plazas
hoteleras de España.
La Comunidad Catalana: es una Comunidad privilegiada por sus calas y playas. La
proximidad a la frontera y las buenas comunicaciones han facilitado la entrada masiva
de turistas que se desplazan en transportes terrestres. La oferta de alojamientos es muy
amplio: La Costa Brava es la principal zona turística de Cataluña tanto en oferta de
playas como por la concentración de la mayor parte de afluencia extranjera. Los
servicios de ocio y tiempo libre se refuerzan por la proximidad de Barcelona. Hacia el
sur de la aglomeración de Barcelona se desarrolla un espacio turístico que se extiende
por la Costa Dorada.
En la Comunidad Valenciana sobresalen la Costa del Azahar y Costa Blanca. Esta
última es una de las más densamente pobladas del litoral peninsular y cuenta con dos
importantes centros turísticos: Benidorm y Alicante. Es una región con tradición para el
turismo nacional.
En la región de Murcia, decrece la especialización turística del Mediterráneo, El único
espacio importante es la Manga del Mar Menor, la Costa Cálida, relacionada con
clientela nacional en aumento.
Andalucía ha experimentado un crecimiento desbordante de su espacio turístico costero
en los últimos diez años, situándose en el tercer puesto en alojamiento hotelero y extra
hotelero. En esta comunidad las áreas turísticas están perfectamente diferenciadas,
interiores y costeras. Las provincias interiores de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada, por
el atractivo histórico de sus ciudades y el crecimiento de la capital autonómica a raíz de
la Exposición Universal celebrada el 1992.
La Andalucía mediterránea, la Costa del Sol con el atractivo de sus playas y la
generosidad de su clima. Es importante destacar el papel de los parques naturales en el
interior. El principal impulso del turismo de masas es la búsqueda del sol y la playa
"mediterránea", además de otros factores estructurales.

Práctica 2
En la figura siguiente se representa un mapa con las regiones costeras españolas.
Analícelo y conteste a las siguientes preguntas:
a) Diga cuáles son los accidentes geográficos señalados con sendas letras. (Hasta 1
punto).
b) Indique el nombre de cada una de las provincias costeras numeradas. (Hasta 1 punto).
c) Explique las características del tramo de relieve costero que se extiende en la
provincia 4, y entre las provincias 8 y 9, así como la importancia turística y el nombre
que recibe cada una de esas costas. (Hasta 2 puntos).
a)
A Rías Gallegas
B Golfo de Vizcaya
C Cabo de la Nao
D Cabo de Gata
E Golfo de Cádiz
b)
o 1. Lugo
o 2. Cantabria
o 3. Vizcaya
o 4. Gerona
o 5. Tarragona
o 6. Alicante
o 7. Granada
o 8. Cádiz
o 9. Huelva
o 10. Islas Canarias (provincia oriental)
c)
Provincia 4: La cordillera Costero Catalana toca el mar formando acantilados y
pequeñas calas, que originan el paisaje de la Costa Brava, llamada así por el
paisaje agreste y escarpado que caracteriza gran parte de la zona costera.
La Comunidad Catalana es una Comunidad privilegiada por sus calas y playas.
La proximidad a la frontera y las buenas comunicaciones han facilitado la
entrada masiva de turistas que se desplazan en transportes terrestres. La oferta de
alojamientos es muy amplio: La Costa Brava es la principal zona turística de
Cataluña tanto en oferta de playas como por la concentración de la mayor parte
de afluencia extranjera. Los servicios de ocio y tiempo libre se refuerzan por la
proximidad de Barcelona.
Provincia 8 y 9: la costa atlántica andaluza forma un gran arco, es el golfo de
Cádiz, entre la frontera portuguesa y el peñón de Gibraltar, se extiende por las
zonas costeras de las provincias de Huelva y Cádiz, En este espacio desembocan
los ríos Guadiana, Odiel, Tinto, Guadalquivir, Guadalete y Barbate.
Es un tipo de costa baja formada por los sedimentos que aportan los ríos y que
han ganado terreno al mar. Las desembocaduras de los ríos toman la forma de
estuarios, debido a las fuertes corrientes marítimas que impiden la
sedimentación inmediata en la costa.
La costa de la luz de arenas suaves y doradas. Un arco de más de 200 Km. de
playas bordeadas de pinos que llegan a escasos metros del mar. Más de 3.000
horas de sol al año y un clima benigno y apacible que invitan a descubrir lugares
apenas alterados por la presencia del hombre. Hacia el interior, entre las
marismas y el mar, se encuentra el Parque Nacional de Doñana, de rica y variada
fauna. Dispone de una oferta turística bastante relevante de plazas hoteleras y de
ocio, tanto de sol y playa, como rural, gastronómico y cultural y campos de golf.
El nombre le viene dado por una luz vivísima que resalta la pulcritud de las
calles, el encalado de los muros, el dorado de las dunas y el reflejo del mar.

Práctica 3
Analice el mapa de España en el que se especifica la distribución del empleo en la
hostelería y las plazas hoteleras. Responda a las siguientes cuestiones:
a) En qué provincias existe una concentración de plazas hoteleras superior al 4%.
b) Qué provincias españolas tienen un porcentaje de empleo en la hostelería de más del
6% del total de España.
c) Explique las razones de estos valores de concentración provincial de plazas y de
empleo en la hostelería.
a) Las provincias que superan el 4% en cuanto a ocupación hotelera son las siguientes:
Madrid (4,9%) Gerona (7,6%) Barcelona (7,3%) Alicante (4,9%) Málaga (5,3%)
Baleares (25,9%) Canarias, provincia occidental (5,4%)
b) Empleo en hostelería superior al 6%:
Del 6 al 8%: Lleida, Tarragona, Alicante.
Más del 8%: Gerona, Baleares, Canarias, Málaga.
c) El modelo turístico que se ha consolidado en España tiene como principales
caracteres la procedencia internacional de los visitantes, su condición de turismo de
masas y el concretar sus demandas en el disfrute del sol y la playa.
Los países emisores de turistas a España son, principalmente, los integrantes de la
Unión Europea. Destacan Reino Unido, Francia y Alemania, de donde procede la mitad
de los turistas que nos visitan anualmente. Le siguen los países nórdicos y Portugal.
El turismo predominante responde al modelo de sol y playa, es decir, es un turismo que
busca evasión, ocio y descanso. Su calendario de vacaciones está condicionado por la
temporada de baños y las fechas de las vacaciones laborales y escolares, que coinciden
con el verano; estas circunstancias son responsables de la acusadísima estacionalidad
del turismo, que se manifiesta en la saturación de los sectores de transporte y hostelería
en los meses de julio y agosto.
La infraestructura turística española es extraordinaria y constituye su principal
patrimonio frente a posibles competidores. Esto se materializa en la existencia de
multitud de hoteles y hostales, plazas de camping, apartamentos y otros
establecimientos. Su distribución geográfica es desigual por comunidades autónomas y,
dentro de éstas, por comarcas; se da una especial concentración en los espacios insulares
y litorales los más demandados por el modelo turístico.

Las principales áreas turísticas en España


Áreas turísticas de sol y playa
Son las islas Canarias y Baleares y la costa mediterránea. Su característica común es
que se basa en el atractivo de sol y playa, se trata de un turismo estacional (salvo
Canarias, Baleares, Málaga...).
Otras áreas turísticas
Desde la década del noventa, luchando contra la estacionalidad, se han ido
desarrollando, además de las islas y de la costa mediterránea, otras zonas turísticas de
interés como son Madrid, litoral gallego y cantábrico, centros de turismo rural,
estaciones de esquí, campos del golf y ciudades históricas y artísticas.
Regiones y zonas turísticas
El papel de las Comunidades del área mediterránea en la oferta turística es evidente, ya
que Baleares, Cataluña, Valencia y Andalucía suman el 67,4% del total de las plazas
hoteleras de España.
La Comunidad Catalana: es una Comunidad privilegiada por sus calas y playas. La
proximidad a la frontera y las buenas comunicaciones han facilitado la entrada masiva
de turistas que se desplazan en transportes terrestres. La oferta de alojamientos es muy
amplio: La Costa Brava es la principal zona turística de Cataluña tanto en oferta de
playas como por la concentración de la mayor parte de afluencia extranjera. Los
servicios de ocio y tiempo libre se refuerzan por la proximidad de Barcelona. Hacia el
sur de la aglomeración de Barcelona se desarrolla un espacio turístico que se extiende
por la Costa Dorada.
En la Comunidad Valenciana sobresalen la Costa del Azahar y Costa Blanca. Esta
última es una de las más densamente pobladas del litoral peninsular y cuenta con dos
importantes centros turísticos: Benidorm y Alicante. Es una región con tradición para el
turismo nacional.
En la región de Murcia, decrece la especialización turística del Mediterráneo, El único
espacio importante es la Manga del Mar Menor, la Costa Cálida, relacionada con
clientela nacional en aumento.
Andalucía ha experimentado un crecimiento desbordante de su espacio turístico costero
en los últimos diez años, situándose en el tercer puesto en alojamiento hotelero y extra
hotelero. En esta comunidad las áreas turísticas están perfectamente diferenciadas,
interiores y costeras. Las provincias interiores de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada, por
el atractivo histórico de sus ciudades y el crecimiento de la capital autonómica a raíz de
la Exposición Universal celebrada el 1992.
La Andalucía mediterránea, la Costa del Sol con el atractivo de sus playas y la
generosidad de su clima. Es importante destacar el papel de los parques naturales en el
interior.
Galicia: su ocupación turística es aún reducida, ya que no responde a las motivaciones
del turismo masivo. Cuenta con gran variedad de recursos naturales, históricos y
culturales, Más del 90% de las plazas están en municipios costeros, especialmente en las
rías bajas y altas. También se da una importante concentración en Santiago de
Compostela, centro de peregrinación. El alojamiento combina núcleos de segunda
residencia con un aparato hotelero de dimensiones familiares.
El litoral Cantábrico, ha experimentado un relanzamiento reciente, que responde a una
sensibilización por el medio ambiente. Se valora el paisaje rural y natural de las áreas
costeras e interiores.
De entre las comunidades interiores, conviene destacar el papel de Madrid, cuya función
hotelera responde a su papel de capital administrativa y económica. Adquiere gran
importancia el turismo cultural y de convenciones, Otro centro interior de importancia
es Salamanca y Toledo.
Las estaciones invernales: tienen especial interés Granada (Sierra Nevada), Lérida y
Huesca

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