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El auditor tiene varias responsabilidades al término de la auditoría que aplican a todos los
ciclos, además de revisar los eventos posteriores. La acumulación final de la evidencia
está compuesta por cinco: 1) desarrollo de procedimientos analíticos finales, 2)
evaluación del supuesto de negocio en marcha, 3) obtener la carta de representación de
la administración, 4) considerar la información que acompaña a los estados financieros y
5) lectura de otra información en los informes anuales. Cada uno de éstos se realiza en
las etapas tardías del compromiso.
Desarrollo de procedimientos analíticos finales
Los procedimientos analíticos efectuados durante la terminación de la auditoría son útiles
como revisión final para detectar errores o problemas financieros considerables, y para
ayudar al auditor a echar un último vistazo a los estados financieros. Es común que un
socio de auditoría aplique los procedimientos analíticos durante la revisión final de los
papeles de trabajo y los estados financieros. Por lo general, un socio de auditoría tiene
un buen conocimiento del cliente y su negocio por las relaciones existentes. El
conocimiento del negocio del cliente, combinado con procedimientos analíticos
efectivos, ayuda a identificar puntos que posiblemente se hayan pasado por alto en una
auditoría. Cuando se realizan los procedimientos analíticos durante la etapa final de
revisión, por lo general, el socio lee los estados financieros, incluyendo las notas y
considera 1) la idoneidad de la evidencia reunida acerca de los saldos de cuentas o
relaciones inusuales o inesperadas identificadas durante la planeación o en el curso de la
realización de la auditoría, y 2) saldos de cuenta inusuales o inesperados y relaciones que
no fueron identificadas con anterioridad. Los resultados de los procedimiento analíticos
finales pueden indicar que es necesaria evidencia adicional.
Lectura de otra información en los informes anuales
La SAS 8 (AU 550) exige al auditor que lea la otra información incluida en los informes anuales
relacionada directamente con los estados financieros. Por ejemplo, supongamos que la carta del
presi-dente en el informe anual se refiere a un incremento en los ingresos por acción de $2.60
a 2.93. Es obligatorio que el auditor compare esa información con los estados financieros para
cerciorarse que corresponden. La SAS 8 se relaciona sólo con la información que no forma parte
de los estados financieros, pero que se publica junto con ellos. Son ejemplos de tal información
la carta del presidente y la explicación de las actividades de la empresa que se incluyen en los
informes anuales de casi todas las compañías públicas. Por lo general, le lleva al auditor sólo
unos cuantos minutos cerciorarse que la información en los documentos no financieros es igual
a la de los estados financieros. Si el auditor llega a la conclusión de que existe una inconsistencia
material, se le solicitará al cliente que cambie la información. Si el cliente se rehusara a hacerlo,
lo que sería raro, el auditor incluirá un párrafo explicatorio en el dictamen de auditoría o deberá
retirarse de este compromiso
EVALUACIÓN DE RESULTADOS
Después de aplicar todos los procedimientos de auditoría en cada área auditada, incluyendo la
revisión de contingencias, eventos posteriores y acumulación final de la evidencia, el auditor
integra los resultados en una conclusión global. En última instancia, el auditor decide si se ha
acumulado suficiente evidencia de auditoría para llegar a la conclusión de que los estados
financieros están formulados de acuerdo con las normas de información financiera aplicable,
aplicada de manera uniforme en relación con los del año anterior. De igual forma, los auditores
de compañías públicas también llegan a una conclusión global sobre la efectividad del control
interno sobre los informes financieros. A continuación se analizan los cinco pasos principales de
este proceso
Suficiencia de evidencia
La evaluación de la suficiencia de la evidencia es una revisión que el auditor hace de toda la
auditoría para determinar si se han probado de forma adecuada todos los aspectos importantes,
tomando en cuenta todas las circunstancias del compromiso. Un paso principal en este proceso
es la revisión de todo el programa de auditoría para cerciorarse de que todas las etapas se han
terminado y documentado con precisión, y que se han satisfecho todos los objetivos de la
auditoría. Esta revisión incluye decidir si el programa de auditoría es adecuado, tomando en
cuenta áreas problemáticas identificadas medidas que la auditoría transcurría. Por ejemplo, si
se descubrieron errores durante la comprobación de ventas, los planes iniciales para pruebas de
detalles de cuentas por cobrar pueden haber sido insuficientes. La revisión final debe evaluar si
es adecuado el programa revisado de auditoría. Como ayuda para llegar a las conclusiones
finales acerca de la idoneidad de la evidencia de la auditoría, es frecuente que los auditores
utilicen una lista de verificación de la terminación del compromiso. Una lista de verificación es
un recordatorio de los aspectos de la auditoría que no deben pasarse por alto. En la figura 24-5,
se ilustra parte de una lista de verificación de la terminación del compromiso.Si el auditor llega
a la conclusión de que no ha obtenido evidencia suficiente para determinar la imparcialidad de
las declaraciones del cliente, hay dos opciones: se debe obtener evidencia adicional, o se emite
una opinión con salvedades o un descargo de responsabilidades en la emisión de la opinión
3.Contrarrestar el prejuicio que con frecuencia se introduce en el criterio del auditor. Los
auditores deben intentar ser objetivos a lo largo de la auditoría, pero es fácil perder una
perspectiva correcta en una auditoría cuando existen problemas complejos que resolver.
El auditor no debe tomar la decisión de emitir un dictamen adecuado de auditoría hasta que se
haya acumulado y evaluado toda la evidencia, incluyendo todas las partes de la terminación de
la auditoría analizadas con anterioridad. Dado que el dictamen de auditoría es lo único que verán
la mayoría de los usuarios de todo el proceso de auditoría, y ya que las consecuencias de emitir
un dictamen inadecuado pueden ser severas, es muy importante que éste sea correcto. En la
mayoría de las auditorías, el auditor emite un dictamen sin salvedades con la redacción
acostumbrada. Por lo general, los despachos tienen una plantilla electrónica de este dictamen y
necesitan cambiar sólo el nombre del cliente, título de los estados financieros y la fecha. Cuando
un despacho de contadores decide que un dictamen estándar sin salvedades es inadecuado, lo
más seguro es que los socios del despacho harán análisis extensos y, por lo general, con el
personal del cliente. La mayoría de los despachos cuentan con varios manuales de dictámenes
de auditoría para ayudarlos a seleccionar el formato adecuado que utilizarán.