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VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
La presente obra es el com-
plemento del magnífico Mé-
todo de Lectura
EL NIÑO MEXICANO,
TRAVÉS DE MÉXICO
P O R DOS N I Ñ O S HUÉRFANOS
ESCENAS Y PASAJES
DEL
LUCIO TAPIA
de la Escuela Normal de México.
f . I 4wk vi?
MÉXICO
HERRERO HERMANOS, SUCESORES
DESPACHO I ALMACENES
89, A v . del Cinoo de M a y o , 3 9 | 7, Plaza de la Concepción, 7
1912
Queda asegurada la propiedad
artística y literaria de esta obra
con arreglo á la Ley, por sus
EDITORES.
2. — La Angostura.
3. — El moribundo.
4. — Antecedentes.
prisionero de guerra e n ^ .
sorpresa de San Jacinto, de
triste memoria para los pa-
triotas.
Reconocida por la trai-
ción del mal mexicano San-
ta Anna la independencia
de Texas, obtuvo del Go-
bierno de D. Anastasio Bus-
D. Zacarías Taylor, general
americano. tamante licencia indefinida
para separarse del servicio,
de tal modo, que de 1838 a 1846, en que por nuevos
y criminales motivos volvió a reanudarse la guerra
americana o texana, estuvo en Caucel entregado por
completo a la pacífica vida del campesino.
Cuando los Estados Unidos aceptaron de una ma-
nera infame y fraudulenta la agregación de la provincia
de Texas a su vasto y mal habido territorio, los buenos
mexicanos, y con ellos el Gobierno que entonces pre-
sidía D . José Joaquín Herrera, protestaron contra ta-
maño atropello, corriendo en seguida a la frontera
a impedir la deshonra del decoro nacional.
Allá se dirigía el bizarro capitán, cuando, según
lo referido, la fortuna le volvió la espalda, colocán-
dolo a los bordes del sepulcro.
La historia de Francisco Avalos, su compañero
VIAJE A TEA V É S DE MÉXICO 17
5. — Comprometida situación.
6. — Los gambusinos.
*' * s| la p r o v i n c i a
M > \ v-*. f t „ de Sonora, y
guíente, de los
Poderes loca-
les.
Estando en
c a m i n o para
dicha ciudad,
en donde pen-
Bisonte o toro salvaje.
s a b a perma-
necer algún
tiempo, tuvo ocasión de asistir con dos indígenas de
la localidad a una batida de cíbolos, animales pro-
pios de esa región.
El cíbolo, bisonte o toro salvaje americano, es de
una talla corpulenta, mayor generalmente que la
del toro ordinario; lleva en el cuello y en una parte del
dorso una espesa crin de cerdas gruesas y negras; la
parte posterior del cuerpo está cubierta de pelo
rudo y corto como el del león, llevando también,
como dicho animal, una cola delgada y nerviosa.
La batida comenzó a la salida del sol, a la hora en
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9. — L o s indios yaquis.
11. — El asalto.
EI puerto de Guaymas.
una serie de
colinas poco elevadas, cubiertas en su mayor parte de
mezquites y cactos diversos, entre los que descuellan
principalmente la biznaga y el organillo que produce
la pita-haya. El resto de su superficie está cubierto
de arenales y de rocas volcánicas, las cuales le impri-
men el carácter de tristeza y aridez que le es pecu-
liar. En tan extraño desierto existen los oasis más
VIAJE A TRAVÉS D E MÉXICO 47
fMUj.nera'datilera.
sirve p a r a ¡_ „ _ - - j
a l u m b r a r el -
fondo del
Océano. Dos
tubos de hule
arrancan de la
misma esfera:
u n o e s t á en
comunicación
con una bolsa
de oxígeno que
Tiburón volviéndose de espaldas para asir su presa.
hay en la bar-
ca, y que sirve
para la aspiración; el otro está destinado para dar sa-
lida a los gases que el buzo exhala durante la espirar
ción. El escafandro lleva, por último, un aparato de
señales, del que se sirve el pescador para indicar,
después de media hora de permanencia a 10 ó 12
brazas de profundidad, cuándo necesita oxígeno,
cuándo deben descenderlo o cambiarlo de lugar, y en
qué caso es necesario que lo asciendan rápidamente
para librarlo de la ferocidad de las bestias marinas.
— Esto es curioso por demás — replicó Enrique.
— Y no es menos lo que sucede en estos instantes
en aquella orilla de Cerralvo — agregó Luis.
— ¿Quisiera usted explicarnes, Sr. Gibert, qué o b -
jeto persigue tanta gente que va y viene, que se
56 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
TT pH
I si l
'arWment v aguaie en i'ichiliniíiip.
toscos e Tores.
La orchilla no tiene raíz tallo ni hojas perfectas;
:
20. — La tempestad.
21.- ¡Altata!
24.—Aniversario de la batalla
de San Pedro.
puerto...
Los viajeros estaban en Mazatlán.
En tanto que llegaba la visita de la Aduana y
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que el hombre
tiene de más caro: la familia.
En lugar del encantador espectáculo de la mujer
que sale a recibir al esposo, y de los hijos que se
precipitan al padre para besarlo y llenarlo de ca-
ricias, se les describió el cuadro de una pobre mujer
llorosa y afligida, de tres niños pálidos y andrajosos
que corren asustados a ocultarse en los rincones de
una casa destartalada, ante la presencia de un padre
infame, que después de recorrer las tabernas, se
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32. — Tepic.
El camello.
ración consis-
tía en amontonar la tierra en la base de cada planta,
así para darle mayor resistencia, cuanto para facili-
tar la formación de los jugos vegetales.
Cada mata tenía de metro a metro y medio de
altura; su tallo era erguido, cilindrico y pubescente;
las hojas que de él se desprendían por pares, tenían
una longitud aproximada de tres a cuatro decímetros,
siendo las inferiores de forma decurrente y oblongas,
y lanceoladas las superiores.
El guía que los acompañaba, un niño vivaracho e
inteligente, les manifestó que en el rancho había dos
clases de tabaco: el de riego, que se había sembrado
el último mes de Diciembre, y el de temporal, tras-
plantado en Agosto. Este último estaba ya cosechado,
y el primero era el que se laboraba en aquellos
momentos.
— En Diciembre — dijo — se trasplantaron las
matitas de la almáciga al lugar que actualmente
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m a n o s en a d e m á n de
suprema angustia, implorando con la mirada el
auxilio de la gente que se arremolinaba a sus pies.
El viento del Norte llevaba alrededor de su cabe-
cita largas lenguas de fuego, al fulgor de las cuales
podían distinguirse las gruesas lágrimas que escu-
rrían por sus pálidas mejillas. El desdichado no
cesaba de gritar:
— ¡Socorro!! ¡Aquí!! ¡Socoooorrrroü!
Y entretanto las llamas, cada vez más intensas
y devastadoras, envolvían el edificio, desplomando
sus techos, haciendo rechinar las puertas y venta-
nas y calcinando las paredes que no podían derrum-
bar.
Cada minuto que transcurría era para el expósito,
VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO 137
39. — Abnegación.
en trances
difíciles a
nuestros se-
mejantes.
Los via-
jeros ha-
bían salido
entretanto
de la jurisdicción de
Navarrete y entrado
de lleno en la carrete-
ra de San Blas.
No habían caminado
hasta entonces por un
sendero más pintores-
co: a uno y otro lado
se extendían las más
Loro. bellas praderas, cubier-
tas de plantas silves-
tres tropicales; el camino penetraba a veces en alguna
espesa selva de palmas de coco, que por su extensión
parecía no tener fin; otras ocasiones los árboles cor-
pulentos de una orilla entrelazaban sus ramas con
los de la orilla opuesta, formando una bóveda de
verdura, más fresca a la hora que los viajeros cami-
naban, que la sombra del mejor parasol; otras,
finalmente, parecía que el suelo estaba tapizado de
propósito por una alfombra multicolor de flores
raras y matices exquisitos.
VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO 143
distancia todavía.
—-Deben ser, en consecuencia, muy grandes
aquellos buques que desde ayer por la mañana
he visto detenidos allá lejos, y que la bruma no me
ha permitido distinguir en todos sus detalles...
— ¿Te refieres a aquellas tres sombras blanqueci-
nas que se destacan sobre la superficie del Océano?
10
146 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
— Se distin-
guen dos úni-
Pescadores de esponjas.
camente...
— Pero son
tres principa-
les: María Madre, María Magdalena y María Oleó-
las, y al Norte otro más pequeño, denominado San
Juanito.
— ¿Y qué hay en tales islotes solitarios?
— Lo que hay en la tierra firme: bosques tupidos,
largos ríos de agua dulce, campos fértiles y diversas
especies de animales.
— ¿Y ciudades?
— No. Aun cuando el suelo sea bastante rico, está
despoblado. Sólo en la estación de la sal, que prin-
cipiará dentro de breves días, se ven algunas decenas
de trabajadores que se dedican a la explotación de
ese artículo. Los mismos inmigrantes hacen de vez
en cuando la pesca de la tortuga carey, que, según
dicen, es muy abundante en los alrededores, así
como la esponja, que también se explota.
A los niños les causó gran extrañeza la situación
VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO 147
b a n el c i e l o iáSS^SSs ---"»*•- r -
2
_ 5TS~^í~:3
con unainfini- § 3 | § ¡ ? ^ ¿ " r - i : - .f..i;^---j ¿--^^ = fe
i :
i¿ s 5 S
ta variedad de =
~ ' ^-.=s= =
matices amari-
llos y rojos.
Las aguas
del reflujo re-
torcíanse fu-
riosas al cho-
Car en «La Los últimos rayos del sol poniente
Puntilla»; em- irisaban el cielo.
bestíanla con
verdadero ímpetu, produciendo' a cada empuje gran-
des cantidades de espuma y un ruido ensordecedor
que lastimaba los oídos.
148 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXTCO
'Litoral del P a c i f i c o .
43. — La separación.
La bahía de Manzanillo.
í u e r z a , lan-
zando chorros de vapor por los tubos de desprendi-
miento; la hélice de proa principió a girar lentamente,
agitando el agua... La masa negra y pesada del bu-
que avanzó poco a poco hacia la boca de la bahía...
Los huérfanos lloraban... El Sr. Gibert, de pie,
cogido del barandal de popa, también lloraba...
El San Benito tomó buena velocidad, entró a la
bocana, fué desapareciendo por partes, y a los
pocos minutos se perdió por completo...
Los niños quedaron en la playa como petrificados...
Siguieron mirando al Sr. Gibert con el pensamiento...
Luis fué el primero que se rehizo de aquella espe-
cie de postración en que se hallaba, y volviendo
la cara hacia su hermano, le dijo:
— ¡Valor, Enrique! ¡Somos huérfanos nuevamente
y necesitamos de mucho ánimo para luchar! ¡Las
154 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
44. — Cuyutlán.
Un caimán.
Linfas. Aguas.
Extasiaba. Arrobaba o distraía el espíritu agradable-
mente.
Hormigueaba. Andaba del mismo modo y en la misma
cantidad que las hormigas.
Balnearia. Referente a los baños.
Estridente. Que causa estruendo.
158 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
11
162 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
G u A D A L A . I A n i . —La catedral.
teatros hay en
la República, situado en la plaza de San Agustín.
Entre los primeros edificios de la población, ya
por sus grandes proporciones o por la elegancia de su
„, construcción,
o por ambas
cosas a la vez,
pueden in-
cluirse t a m -
bién el Palacio
Episcopal, la
Casa de Co-
rreos, algunos
templos anti-
guos, varias
escuelas, como
Vista del teatro Degollado.
el L i c e o d e l
Estado, y nu-
merosos edificios particulares de dos, tres y cuatro
pisos. El alumbrado público es de arco, y la mayor
parte de las casas comerciales empican, como en
México, el incandescente.
180 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
Suburbios. Arrabales.
Subvenir. Amparar, socorrer.
La catarata de Juanaeaüán.
Conflagración. Incendio.
Pundonoroso. Digno, honorable, delicado.
Confidente. Fiel, persona de confianza.
Los niños
descansaron
en uno de los hoteles de la ciudad, preparándose a
hacer la visita de la histórica población a la mañana
siguiente.
Querétaro, capital del Estado de su nombre, es una
importantísima ciudad de 40.000 habitantes, posee-
dora de magníficos paseos y sólidos y hermosos edi-
ficios. Su clima es sano y de temperatura agradable.
La mayor parte de sus calles están bien empedradas
y embanquetadas, teniendo la poca regularidad y am-
plitud que caracteriza todas las ciudades antiguas de
México; pero sus suaves declives facilitan en la esta-
ción de lluvias la corriente de las aguas, las cuales
van a derramarse al río de Querétaro, que divide
la población en dos partes.
192 VIAJE A -TRAVÉS D E MÉXICO
LA
DISTINGUIDA HEROÍNA
JOSEFA ORTIZ
D E D O M Í N G U E Z .
HACIENDO SE DISTINGUIERA
Y BRILLARA EN LA HISTORIA
11 os la un 1: (1 if. So 1 (resaliendo.
Fresales. Sembrados de fresas.
Estridente. Que causa estruendo.
Balnearios. Relativo a los baños.
Reliquia. Recuerdo o vestigio de alguna cosa pasada.
13
194 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
F u s i l a m i e n t o d e M a x i m i l i a n o , M i r a m ó n y Mejía
en el c e r r o de l a s C a m p a n a s .
Kl valle de Tollán
Y i s U i a ojo de p ñ j a r o de la c i u d a d de M é x i c o .
aparición.
Quiso intentar nuevas pesquisas con el mozo que
conducía el eauipaje. mas el mozo a su vez había des-
VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO 217
adelante p o r de viajeros,
la m u l t i t u d .
Luego que hubo quedado en libertad, y creyendo
que Luis se había anticipado alguna distancia,
corrió en su busca saliendo a la calle; como, no lo
viera en ella, dio vuelta por la inmediata, avanzando
sin detenerse por donde veía que avanzaban algunos
de los pasajeros. De allí a poco andar se desorientó
por completo, quedando enteramente extraviado.
El gendarme del punto inmediato, advertido de lo
que sucedía, había logrado reunir a los niños, en
cumplimiento de su deber.
Se había salvado el primer compromiso; mas
quedaba en pie otro no menos urgente: el de la falta
de dinero.
Enrique, por fortuna, había conservado algunas
monedas, que, reunidas con otras que llevaba Luis,
sirvieron para que los hermanos se trasladaran al
centro de la ciudad y pudieran comer algo.
220 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
líl P a l a c i o N a c i o n a l ili? M é x i c o .
• • H H
La Catedral de México.
Calendario azteca.
67. — E l maíz.
T e l a r m e c á n i c o s i s t e m a J a c q u a r d , e m p l e a d o p a r a la l i m p i a d e l a l g o d ó n .
lleno de gra-
nulaciones, cubierto, en la substancia blanca como
en la gris, por una red apretada de vasos capilares
semirrígidos, duros y quebradizos, como si hubiesen
sido constituidos por hule viejo.
El doctor declaró ante el funcionario que presidía
la operación, que el occiso había padecido en vida del
terrible mal denominado artero-esclerosis, conocido
por la vulgaridad de las personas sólo en uno de sus
efectos: el delirium tremens.
Abierto el pecho y extraído el corazón, se vio
que el centro motor de la circulación sanguínea se
había hecho pesado y que sus tejidos fibrosos habían
sido substituidos por abundantes depósitos de
grasa.
258 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
El hígado, presentando t o -
dos los signos de la degeneración grasosa, había du-
plicado su peso. La balanza indicó seis kilogramos
en lugar de tres que tiene el hígado sano.
La mayor parte de los tejidos se hallaban lastima-
VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO 259
2?
•1." Hígado sano.—2." Hígado enfermo por efecto de las bebidas de alcohol.
R u i n a s ile Tialmanalco.
í ¿, '• " d
^ ^ nillas. la disposición de
los labores, traen una re-
miniscencia del arte mo-
risco y algo del gótico.
El pensamiento fué es-
pañol, y vino acompaña-
do de los recuerdos de la
Alhambra de Granada y
de la catedral de Burgos.
La parte ornamental lleva
el carácter del gusto me-
xicano rico, complicado,
caprichoso, f a n t á s t i c o ,
medio simbólico. El ar-
quitecto vino del anti-
Lie. D. Manuel Orczco y Berra. guo mundo; del nuevo
fueron los obreros que lo
ejecutaron. La obra sacó, pues, el sello de la mez-
cla de ambas civilizaciones. »
Los niños despidiéronse de su amable informante
con marcadas muestras de gratitud, terminando su
excursión con la visita que hicieron al templo y casa
cural, al palacio y escuelas municipales que ocupan el
solar del extinguido Hospital de Bethlemitas, fundado
por el filántropo licenciado Miguel del Moral, y pa-
trocinado más tarde por el inolvidable Fr. Martín de
Valencia. Visitaron luego las fábricas de alcohol y de
tejidos de lana, así como el molino de harina llamado
de «El Socorro», y, por último, la vieja capilla de
Nuestra Señora de, Bethlemitas, en donde admiraron
una Mater Dolorosa en forma de bellísima escultura.
Vista del edificio que contiene la fábrica de papel San Rafael y anexas.
264 VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO
7 3 . — Rumlbo a Veracruz.
L¡t ü s i a u í u n du 13ueiiti\iM¿i.
La batalla de Ohnnha.
t — — 3
Ascensión ul Popocalepcl.1.
7 6 . — E l pulque.
V i a d u c t o d o W i m e r o B a r r a n c a do M e t l a c , f e r r o c a r r i l M e x i c a n o .
4 w ífvSSÉte^^fe^ív v
a ñ o s e n sitios
7 9 . — Córdoba y Veracruz.
El puerto de Veracruz.
8 3 . — Campos henequeneros.
«Brazos de hamaca.
»Cabestros.
»Cabos.
»Camas.
»Cestas.
«Cortinas, cordones.
«Costales y sacos.
«Filamento.
«Chicotes.
«Falsas riendas.
«Hamacas.
«Hilos en atados o rollos.
^Jabucos que podrían sustituir ventajosamente al
tompeate.
«Jarcia o corderaje para las embarcaciones.
«Lazos para diversos usos en las haciendas gana-
deras.
«Mecapales para sostener la carga.
«Morrales o saquillos para dar pienso de grano
a las caballerías.
«Sacas para envasar algodón.
«Sogas de distintas clases.
«Sombreros.
«Tapetes.
«Telas.»
•—• Varios, en verdad, y numerosos, son los usos
que pueden darse al textil yucateco — observó En-
rique. — Con sobrada razón se considera el agave que
lo produce como una planta industrial de primer
orden.
•— Advirtiéndoos que no son las mencionadas sus
únicas aplicaciones.
•— ¿Luego tiene otras?
— Sí. La pulpa desechada de las pencas al extraer
la fibra se emplea como forraje del ganado; el jugo
limpio y condensado por la acción del calor sirve
para fabricar un pegamento tan bueno como la cola
usada en las carpinterías, y los troncos y quiotes
del maguey caduco constituyen un buen combustible.
312 VIAJÉ A TRAVÉS DÉ MÉXICO
8 5 . —- ¡Caucel!
delcualveían
infatigables
a'fmultitud de trabajadores; siguieron después por
un sendero estrecho sombreado por las hojas amari-
VIAJE A TRAVÉS DE MÉXICO 313
86. — Conclusión.
l'ÍH:.
I'á'j,s.
1 . — p r e l i m i n r e ? <tf n n n - 2 8 . — f l u i d , niños, de la e m b r i a -
tulla a g u e z c o m o d e la p e s t e . . . 99
1 — L a Angostar» II 2 9 . — E l G o b i e r n o atiende a las
3.—El moribundo 13 necesidades p ú b l i c a s . —
i — Antecedentes 15 L o s g u a r d i a s r i i r a i " ? de
5.—Comprometida situachn .. 18 la federación 102
0.—I.os gambusino? 21 3 0 . — L a v i d a de u n b o r r a c h o . . . 105
" . — L a liebre del o r o . . . . . . . 24 3 1 . — E l r i o finnile o de S : i n -
8 . — L a caza del cíbolo 2" tiag,, 108
9 — L o s indios yaquis 31 32.—TepiC 112
1 0 . — V e i n t e años (b-p;i. ;
34 3 3 . — E l c u l t i v o del a r r o z 118
1 1 — E l asalto 31 35.—lil trabajo ahuyenta, la m i -
12 — L o s n i ñ o s h u é r f a n o s 40 seria 118
1 3 . — L a p e s c a d o ! o - l n n y np l a 33.—La perseverancia vence l o -
tortuca 43 dos los obstáculos 123
l í — L a Itaja G a l i r o r n i a 40 3 0 . — U n o de los l u g a r e s m á s f é r t i -
].';.—Rn las a g u a s del G o i l u . . . . SO l e s y r i c o s tle n u e s t r o p a í s , 121
1 6 — P e s c a d o r e s de perlas S3 ' 31.—Kl cultivo del tabaco. 130
I T . — D e L a P a z a P a n .losó d o l 38.—¡Hay fuego en casa: 135
Cabo SO 39.—Abnegación 131
18.—Una collada fresca 0'' 4 0 . — E n c a m i n o de! O c é a n o . . . . lío
1 « . — C a r g a m e n t o de T f ' i ' l l i. . . Oí 4 1 . - S a n Blas 143
20. - L a t e m p i ' í t a , : 09 4 2 . — E l Cabo Corrientes 141
21.—¡Altata! 13 4 3 . — L a separación 1S1
22.—La antigua Ilueycolhuacán 44.—Cuyutlán 154
de los a z t e c a s . — lil i n g e - 4 5 . — L a e l a b o r a c i ó n de la s a l . . . 138
n i o « L a P r h n w r a v v , de 4 0 . — E l c o m e r c i o d e l a sal es u n
Navolato 1" negocio lucrativo loo
23.—Procedimientos m o d e r n o s 4 1 . — L a c i u d a d de las p a l m a s . . . 163
en l a r a b r l c a r i i n del «zú- 4 8 . — D e b o m o s respetar a los a n -
car 81 cianos, c u a l q u i e r a quo
2 4 . — A n i v e r s a r i o de l a b a t a l l a sea s u condición social . 166
de San Pedro 80 4 9 . — E l v o l c á n de C o l i m a 110
25.—Mazatlán, primera p l a z a 3 0 . — L o s b a r r a n c o s do B e l t r á n ,
comercial do la R e p ú - Alonquiquc y El Plati-
b l i c a en l a cosía del P a - nar 113
cíReo 9« Si . — L a s u l t a n a d e O c c i d e n t e . . . lili
20.—Un encuentro inesperado,. 93 5 2 . — L a c a s c a d a de J u a n a c a t l á n
2 1 . — R u m b o a V i l l a U n i ó n y el y la laguna de C h á p a l a . . 180
R o s a r i o . — Un c o n t r a - 53.—Una página de H i s t o r i a
tiempo enojoso 90 patria , 183
ÍNDICE
Pags. Páes.