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1. Mayéutica:
2. Cartesiano:
Propuesto por René Descartes en el s. XVII. Tiene como base la duda metódica y su
finalidad es dudar de libros, maestros, sentidos y hasta de la duda misma hasta que no
haya más lugar a la duda y así conocer el fundamento de la realidad.
René Descartes propone este método cuyo fundamento reside en la duda. Para él, la
duda en un momento necesario en el camino para alcanzar la verdad: es metódica y
constructiva porque implica, como punto de arranque, poner en entredicho la autoridad
de los libros, los maestros y las tradiciones, hasta superar la duda misma. No se trata
de dudar de todas las ideas, sino de cuestionar sus fundamentos. Sólo se puede llegar
a la verdad cuando la duda ya no tenga lugar.
Como primer paso, Descartes propone dudar de los sentidos porque engañan alguna vez
y nada nos garantiza que no nos engañen siempre. De igual modo se debe de dudar de
la existencia de las cosas, pues igual se presentan en los sueños como en la vigilia. La
dificultad para distinguir el sueño de la vigilia lleva a la posibilidad de dudar siempre de
su existencia. No obstante, hay verdades que prevalecen, según Descartes: las
matemáticas. Afirma en el Discurso del Método: “Duerma yo o esté despierto, dos más
tres serán siempre cinco, y el cuadrado no tendrá más que cuatro lados”.
3. Fenomenológico:
Propuesto por Husserl en el s. XIX. Tiene como principio la Epojé que implica poner en
paréntesis o dejar en suspenso nuestras certezas sobre la realidad, hasta
refundamentarlas cuando el investigador ya no tenga dudas. Este método es altamente
utilizado en la investigación filosófica actual.
El filósofo alemán Edmund Husserl (1859-1938) toma como punto de partida la duda
metódica. La duda revela al propio yo que duda. Este yo no es el yo psicológico sino un
yo trascendental o puro. El yo psicológico corresponde al yo individual que se hace
preguntas por asuntos personales; el yo trascendental es el yo del cual todos los
individuos participamos, es el yo que piensa, indaga e investiga. El yo psicológico es
singular, pertenece a un único individuo; el yo trascendental es el yo pienso que está
presente en todo ser humano posible.
Así, el primer paso para encontrar el fundamento de la realidad definida como fenómeno,
implica poner entre paréntesis o dejar en suspenso todas nuestras certezas sobre la
realidad, hasta refundarlas cuando el investigador ya no tiene dudas. Esta operación
metódica de evitar juicios previos se denomina epojé fenomenológica.
4. Hermenéutico:
Representado por autores del s. XIX como Schleiermacher y Dilthey; y otros del s. XX
como Heidegger y Gadamer quienes coinciden que la hermenéutica es el arte o técnica
de interpretar textos para fijar su verdadero sentido.
Esta concepción supone que cualquier persona tiene la misma compresión lectora que
las demás, y por lo tanto, es posible alcanzar una única interpretación correcta. Sin
embargo, esta visión corre el riesgo de caer en el subjetivismo y el relativismo, esto da
como resultado que cualquier interpretación sea válida.
5. Dialéctico: