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Marcos 13:1-2
1
Marcos.
Marcos inicia todo su complejo de profecías con la limpieza del templo, la
maldición de la higuera estéril. El cuestionamiento de la autoridad de Jesús se describe
después. Esto lo lleva a la parábola de los labradores malvados, que expresa que los
judíos están en rebelión contra Dios. Esto lleva inevitablemente al juicio. La narrativa
de las controversias de Jesús termina cuando Jesús deja el templo, expresa su profecía
en su salida. Así el ministerio de Jesús en Jerusalén principia con una señal del juicio
de Dios sobre el templo y termina con una profecía de la destrucción del templo. Jamás
se reporta que Jesús haya regresado a los precintos del templo. Su partida final bien
puede verse como simbólica de la salida de Dios, dejando al templo a su destino.
La profecía de la destrucción del templo es una profecía del juicio de Dios sobre
la nación. Cerca del 90 se le hizo una pregunta a R. Eliezer, recogida en p. Yoma 11, 28c,
57:
¿Fueron las generaciones tardía [al tiempo del segundo templo] más
piadosas que las anteriores [i.e., al tiempo del primer templo]? Respondió:
Que tu testigo, el templo, te dé la prueba. Nuestros padres [al tiempo del
primer templo] habían removido las brazas del techo (vea Isaías 22:8, él
había levantado la cubierta de Judá); pero nosotros hemos roto las paredes
[hasta el piso] (vea Salmos 137:7: Ellos clamaron, tírala, tírala, tírala hasta
el suelo).
Todos los dichos indican que este desastre no es la disolución del universo, sino
que sucede en el plano de la historia.
Marcos 13:3-4
2
14:37]; cuando los fariseos o los discípulos preguntan, Jesús responde en estilo directo
[14 casos]). Además, las preguntas de v. 4 reflejan el contenido del discurso; esto es, han
sido formuladas a la luz de las respuestas ofrecidas en el discurso.
La idea que vv. 3-4 proveían una conexión con el discurso tiene que ver con la
profecía del templo y el corazón del material del discurso sobre la tribulación de Israel
y la parusía del Hijo del Hombre.
Es de importancia notar que si la escena de vv. 3-4 pertenecen a la tradición, el
evangelista Marcos vio un contexto super apropiado para un discurso escatológico en
gran escala: Jesús sentado en los Olivos, con el panorama de Jerusalén, dominado por
su templo, delante de él.
El plural “estas cosas” de v. 4, en lugar del singular, refleja la idea que la ruina del
templo formará parte de un complejo de eventos. La segunda pregunta añade no sólo
la destrucción del templo, sino también la petición por una “señal”. La pregunta
“cuándo” no intenta sacar una fecha, sino un conocimiento de eventos que adviertan a
los fieles cuando se debe esperar la catástrofe, y así escapar de sus horrores.
Existe un paralelo de Marcos 13:3-4 con Daniel 12:6-7 que debe notarse y que
difícilmente es accidental. La primera pregunta mira a la destrucción del templo; la
segunda, mira a la profecía del fin de los tiempos en el discurso que sigue.
Los discípulos, como representantes de los judíos en general, asumen que la
destrucción del templo sólo puede suceder al fin del tiempo; Marcos ha arreglado su
narración de las señales del fin para corregir tal mal entendido. La primera pregunta se
ve cumplida; la segunda es la pregunta del discurso.
Una interpretación más simple de v. 4 es si consideramos las preguntas como
paralelas. La calamidad del templo, como la que se describe en Daniel, denota el día del
Señor sobre Jerusalén y la nación judía. A pesar del lenguaje utilizado con frecuencia
para describirlo, el día del Señor de ninguna manera debe igualarse con el fin del mundo.
La descripción del Día de Jehová en Isaías 34 puede servir como ejemplo (34:4, 8). Este
discurso está dirigido a Edom.
El discurso irá más allá de la pregunta de los discípulos, y más allá de la profecía
que se pedía, porque, aunque la profecía en v. 2 es expuesta sobre el entendimiento de
la destrucción del templo como el día del Señor sobre Israel, el discurso procederá con
la presuposición que el evento realmente importante no es la ruina del templo sino la
venida del Hijo del Hombre.
Las declaraciones agrupadas aquí están unidas por un tema común: son una serie
de advertencias a no ser engañados por los que dicen que el fin del tiempo ya inició y la
parusía del Cristo está inmediatamente a la mano.
La palabra inicial “¡mirad!” es el término más característico del discurso, y más
que ninguno otro señala la naturaleza del discurso. Vuelve a ocurrir cuando se describe
la tarea de la iglesia (v. 9); concluye la sección sobre las señales (v. 23); y es la primera
palabra del párrafo final (v. 33). En san Marcos se encuentra en 4:24; 8:15; 12:38, y sin
el imperativo en 4:12; 5:36; 8:18, 23; 12:14, claramente es un término importante para el
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evangelista. Para ver qué tan importante lo es, Mateo lo cita sólo en el inicio del discurso
en Mateo 24:4; Lucas hace lo mismo y cuando reproduce Marcos 4:24. En san Juan no
ocurre.
T. Geddert, en su estudio, indicó que âëÝðåôå, que tiene el simple sentido de
“mirar”, consistentemente se usa como un llamado para “discernir”. Entonces, el uso
de blepete encaja perfectamente con el propósito de Marcos. Geddert escribe:
Verso 6
Los muchos que vienen “en mi nombre” debe entenderse como personas que no
vienen pretendiendo la autoridad de Jesús y representándolo, sino como personas que
dicen que son el mismo Cristo.
La afirmación “yo soy el Cristo”, siendo que se relaciona al Mesías que viene con
su reino casi de seguro conlleva la implicación que los últimos tiempos han llegado y el
fin apocalíptico ha comenzado. Fue precisamente contra esta declaración que 2
Tesalonicenses 2.1-12 fue dirigida. Es comprensible que en el tiempo de Marcos, cuando
los eventos estaban ocurriendo en Palestina, aparecieran muchas voces diciendo que el
fin había llegado, lo cual causaba confusión, agitación y división.
Por eso Marcos separa vv. 6 y 22 y los coloca al principio y al final de la sección
sobre las señales: la actividad de los falsos profetas y “mesías” era el más urgente de los
peligros contra los que Jesús advirtió; la gran mentira tiene que exponerse, y la iglesia
debe volverse sorda a tales personas.
Verso 21
4
escondido —nacería y sería desconocido hasta el día de su manifestación.
Cualquiera que sea el origen de estos dichos, el mensaje es una advertencia de
ser atraído a seguir a personas que dicen ser el Mesías. Debe observarse que estos
dichos responden a la pregunta: “¿Cómo sabremos que estos son falsos Mesías?” La
respuesta se da: no pueden ser el Mesías de Dios, porque su aparición será tan repentina
como evidente como el relámpago. El verdadero Mesías está escondido pero no en la
tierra sino en el cielo, y la revelación de su presencia es comparable a aquella de la gloria
divina que se hizo conocer en el éxodo y el Sinaí, y que espera el último día.
Verso 22
Versos 7-8
1
G. von Rad, “The Origin of the Concept of the Day of Yahweh,” JSS 4 (1959): 107.
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El Día del Señor está siempre repleta de imágenes de guerra (cf. Jueces 7-8; Isaías
13; Jeremías 46-51; Ezequiel 7). El lenguaje de Marcos 13:7 es tradicional haciendo eco
de pasajes como Jeremías 51:46 y Daniel 11:44.
Se ha expresado la opinión que, dada la profecía de Marcos 13.2, la declaración
de v. 7 tiene que tener la guerra romana-judía en mente. Se piensa de Daniel 9:26.
Traer a Daniel 9:26 para que ayude a interpretar nuestro texto es inadmisible,
porque no se cita, su lenguaje no aparece por ningún lado. Además, ese pasaje será
utilizado sin lugar a dudas en 13:14. Así que, tenemos que considerar el v. 7 como una
declaración generalizada.
Verso 8 no nos deja lugar a dudas. Combina Isaías 19:2 y 2 Crónicas 15:6. Sin
importar cuándo se piense que Marcos 13 se escribió, el claro que vv. 7-8 tienen en
mente una situación mundial que existe antes de los eventos descritos en vv. 14-20, y
que seguido continuarán.
La exhortación “no os turbéis” parece no referirse al temor de la seguridad de uno
por razón de las guerras, sino del temor que pudiera venir que las guerras indican que
el fin del mundo ha llegado. Esta exhortación contradice el mensaje de los pseudo-
mesías y psuedo-profetas. Es interesante que la expresión a no “turbarse” aparece de
nuevo en 2 Ts. 2:2.
La necesidad de la que habla v. 7 debe entenderse como “si Dios dice que algo
va a suceder, entonces ¡tiene que suceder!” Tal parece que lo que el texto dice es que
el fin no terminará en una baño de sangre.
El propósito de Marcos al incluir vv. 7-8 es tolerablemente claro. El “no os
turbéis” indica algo positivo, pues el cristiano reconoce el señorío de Dios sobre la
historia, aún cuando la historia parece enloquecer. La mano que restringe y juzga de
Dios nunca está eliminada del curso de los eventos mundiales. Son “principio de
dolores”. Es decir, los sucesos contemporáneos tienen importancia escatológica, porque
son los inicios del paso de la era presente y anuncian la llegada de la nueva. Pero son
sólo el “principio”, no el final.
Marcos 13:9-13
Marcos amarra este párrafo con su palabra “mirad”. Lucas no lo tienen y Mateo
lee “guardaos de los hombres” en la sección de 10:17-23.
Marcos 13:9 y 11 están estrechamente relacionados a Q (Lucas 12:11-12 [Mateo
ha unido a Q y Marcos en su versión de 10:17-18]). Marcos 13:10 ha sido insertado por
Marcos aquí; funciona para expander el pensamiento del verso anterior.
Marcos nos ha dejado pistas para entenderlo. El verbo paradidonai, “entregar”,
ocurre al principio de vv. 9, 11, 12. La primera aparición no tiene paralelo en Q (Lucas
12:11-12). En v. 11 tenemos un uso del participio que parece superfluo. Sin embargo, en
v. 12 se encuentra en la fuente que usó Marcos.
El término paradidonai está cargado por el uso cristiano primitivo. Aparece en la
segunda predicción de la pasión (9:31), ocurre no menos de diez veces en la narrativa de
la pasión (14—15), y aparece en la declaración confesional de Romanos 4:25 y en
lenguaje paulino de Romanos 8:12. El término incluye la entrega de Jesús a la muerte
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tanto por Dios Padre como por los hombres. Es muy probable que Marcos desea poner
un paralelo del destino de los discípulos en las manos de gente hostil —por permiso
de Dios— con aquel de Jesús en su pasión.
También se llega a la misma conclusión por el par de dichos de equivalente
significado: (“por causa de mí” y “por causa de mi nombre”, vv. 9 y 13). Por este medio
se muestra que las persecuciones descritas son causadas por el apego de los discípulos
a Jesús. Inevitablemente nos recuerdan los dichos del discipulado en 8:34-38; seguir al
Señor que avanza al Gólgota pide que seamos voluntarios para cargar una cruz
siguiéndole y un valor para confesarle delante de los hombres, sin importar las
consecuencias.
Estas observaciones fueron el fundamento de F. Busch en su obra de Marcos 13:
que el discurso tiene el mismo fundamento de Marcos 9:29—9:1. D. A. Koch desarrolló
este discernimiento para hablar del Hijo del Hombre. En 13:9-13, la orientación de quién
es el Hijo del Hombre como el Crucificado y el Juez tiene el efecto de inspirar a los
discípulos a aceptar su situación de sufrimiento como estando de acuerdo con la
naturaleza y llamamiento de la iglesia.
Existen otras implicaciones más para el contexto donde están vv. 9-13. Al colocar
la thlipsis de la iglesia en conjunto con aquella del mundo (vv. 7-8) y de Israel (vv. 14-20),
Marcos muestra que la iglesia está atada con la humanidad en sus tribulaciones, y debe
sufrirlas no solamente con ellos pero por ellos. Al hacerlo, camina en los pasos de su
Señor. Al sufrir por el nombre de Jesús, la iglesia comparte sus sufrimientos a favor del
mundo. Más particularmente, los sufrimientos de los cristianos, cuando se colocan en
ese contexto, son vistos como entre las señales del kairoi que lleva al fin. Ellos son
provocados por la confesión de Cristo en el testimonio cristiano y llevan a más ocasiones
de Cristo en las cortes. A lo menos aquí hay un aspecto de la importancia de v. 10: cada
tribulación provee una oportunidad para testificar de la fe delante de la gente (así quizás
Lucas 21:13; cf. 1 Pedro 3:15; 4:14-16) y para el avance del evangelio en el mundo
(Filipenses 1:12-14), así presionando hacia adelante al tiempo cuando venga la “plenitud
de los gentiles” (Romanos 11:25). La fe apocalíptica-escatológica provee una
dimensión extra a la urgencia de la misión de los discípulos.
Versos 9-11
El llamado a “mirad por vosotros mismos” contrasta con la apelación con la que
inicia el discurso (v. 5). Allá los discípulos deberían ver a otros, i.e., personas que se
decían ser mesías, no fuese a suceder que fueran desviados y engañados; aquí ellos
deben vigilarse a sí mismos, para asegurarse que no fallan en entender el importe
profundo de su misión al mundo, y por el otro lado que no fallen en su fe y en su tarea.
La relación de vv. 9-11 con el dicho de Q (Lucas 12:11-12) no es fácil de
determinar. Algunos suponen que Marcos tuvo acceso a Q y lo reprodujo en v. 11 y lo
anticipó en v. 9, o que Mateo bebió fuertemente de Marcos 13:9-13.
La evidencia parece indicar que es Mateo quien unió una versión de Q con
Marcos. Es inofensivo sostener que Marcos tuvo una fuente diferente a la de Q.
Los discípulos serán llevados a las varias cortes. Serán “entregados” a los
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concilios judíos (Sanedrín) y golpeados en las sinagogas; i.e., serán tratados como
personas que ofenden a los ju´dios, sujetos a cortes judías, acusándolos de incomodar
la paz y propagar creencias heréticas.
Los “gobernadores y reyes” delante de los que tendrán que aparecer son
procuradores romanos y reyes de Israel. Esto sugiere que se está hablando en el
contexto de Palestina, y el libro de Hechos nos da abundante evidencia del proceso.
Estamos seguros que lo que se dice se puede expander. Aparte de la existencia de
cortes judías en la diáspora Marcos, sin lugar a dudas, tiene en mente la terrible
experiencia de los cristianos en Roma durante la persecución de Nerón.
La oposición sufrida por los discípulos de Jesús ocurrirá “para testimonio a ellos”.
Aunque algunos han propuesto que la referencia es negativa, lo más seguro es que se
está refiriendo a la oferta de las “buenas nuevas del reino”. Para Marcos, este proceso
debe suceder en todos los lugares y en todo el tiempo que quede en esta era; llevará al
arresto y enjuiciamiento de los testigos cristianos, pero en tales ocasiones, lejos de que
silencie la predicación, creará más oportunidad para ello. Como se señala con
frecuencia, las persecuciones de los cristianos ocasiona una renovada proclamación. W.
Harrington escribió:
Para Marcos esta profecía se cumplió en toda la historia del progreso de la iglesia
—anticipaba la experiencia de los cristianos en su testimonio desde los días más
primitivos de la iglesia en Palestina hasta la situación actual de la iglesia en Roma. No
hay engaño sobre el sufrimiento. Pertenece al imperativo de la proclamación anunciada
en v. 10, y por ello la ayuda del Espíritu se hace conocer en v. 11. En términos modernos
esta es misión bajo la cruz; es misión colocada en el contexto de 8:34-38.
Aún sin 13:10, vv. 9 y 11 se asume el testimonio. El Espíritu es el Espíritu de la
profecía, y está para inspirar tal testimonio en las tribulaciones de los discípulos como
hace la palabra del Señor efectiva. La inspiración del Espíritu no es para capacitarlos a
demostrar su inocencia sino para empoderarlos a testificar respecto a Cristo por causa
de ellos.
El nuevo aspecto de 13:10 es la extensión del testimonio del evangelio a todas las
naciones, y no sólo a los judíos. El texto habla de primero, pero no en el sentido de un
retardar la parusía. Al contrario, habla de una tarea urgente que debe hacerse antes que
suceda, una tarea que tiene un papel vital en el propósito de Dios para las naciones en
relación a su soberanía salvadora.
Es evidente que Marcos sabe que, aunque el evangelio ha abarcado un enorme
terreno en su tiempo, su Evangelio ayudaría a cualquier hermano que ya está con los ojos
abiertos mirando el cielo esperando la parusía, y lo anima a que predique el evangelio
aún en un mundo hostil.
El papel del Espíritu en el testimonio del discípulo es notable, en parte porque hay
muy poco dichos de Jesús respecto al Espíritu, y en parte por su similitud con v. 11 y la
enseñanza del Paracleto en el Cuarto Evangelio, porque v. 11 encapsula el énfasis básico
8
de la tradición joanina (notablemente Juan 15:26-27). El dicho no está desarrollado, pero
está en línea con la tradición profética del AT, y está estrictamente relacionado a las
ocasiones de necesidad especificadas en el texto.
El dicho en Lucas (21:15) es secundario y anticipa el discurso de Esteban (Hechos
6:10). Sin embargo, Lucas se conecta con la promesa de Dios a Moisés en Éx. 4:12-16.
Versos 12-13
(1) El conflicto dentro de las familias descritos en 12-13a no representa una anarquía
general en la sociedad por la desintegración de la familia, sino un antagonismo
que se levanta en las familias donde uno o más miembros confiesan a Jesús como
el Cristo (se levanta “por causa de mi nombre”). Esta forma de aplicar Miqueas
7:6 es más fuertemente expresado en los dichos de Q (Mateo 10:34-36//Lucas
12:51-53) donde Jesús indica que vino a traer división. Esto indicaría que Jesús
veía como parte de su misión crear las condiciones apocalípticas descritas por
Miqueas. Jesús sabía que él mismo sería rechazado por los suyos.
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Marcos 13:14-20
Los dichos de este perícope están unidos por su relación a la aflicción que caerá
sobre Jerusalén y el pueblo judío en Palestina. Hasta ese punto los dichos forman una
unidad original. La inseguridad más grande tiene que ver con vv. 15-16 porque aparecen
en el apocalipsis de Q en Lucas 17:31. Sin embargo, el asunto es de secundaria
importancia porque el dicho encaja mejor aquí que en Lucas. Al tiempo de la parusía no
es posible huir.
El hotan de v. 14 nos recuerda el hotan de v. 7; pero éste introduce eventos que
explícitamente se indica que no son señales que anuncian la profecía de v. 2, mientras
que v. 14 parece que son señales que cumplen esa profecía. Los vv. 15-20 no describen
el proceso por el cual el templo es destruido o los sufrimientos de la gente; sólo enfatiza
la naturaleza temeraria de las agonías. La tribulación de Israel será el clímax del
sufrimiento humano en la historia.
Debe observarse que las declaraciones que hablan más claramente de la
tribulación de la ciudad y la nación, vv. 14 y 19, son ecos de pasajes del AT,
notablemente Daniel, que dibujan la tribulación de Jerusalén e Israel en los últimos
tiempos. No hay ninguna sílaba que indique que el autor sabe de los eventos que
tomaron lugar en la Guerra Judía, mucho menos de la destrucción actual de la ciudad y
templo. El v. 14 está determinado totalmente por la profecía del AT y el discernimiento
profético del que habla. M. Hengel comenta:
10
Verso 14
El día quince del mes de Quisleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey
cometió un horrible sacrilegio, pues construyó un altar pagano encima del
altar de los holocaustos. Igualmente, se construyeron altares en las demás
ciudades de Judea... El día veinticinco de cada mes se ofrecían sacrificios
en el altar pagano que estaba sobre el altar de los holocaustos” (1
Macabeos 1:54, 59).
11
Y un horrible sacrilegio se cometerá
ante el altar de los sacrificios,
hasta que la destrucción determinada
caiga sobre el autor de estos horrores.
Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová;
pusieron sus abominaciones en la casa sobre la cual fue invocado mi
nombre, amancillándola... la tierra será desolada.
Ezequiel expresó una profecía en una vena similar: “Por tanto, vivo yo, dice Jehová
el Señor, ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te
quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia... Y te
convertiré en soledad... Y serás oprobio y escarnio y escarmiento y espanto a las
naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga en ti juicios con furor e indignación,
y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado” (Ez. 5:11-15). Nótese que en este pasaje
los conceptos de abominación, desolación y horror se unen. Que el autor de Daniel tenía
ese prospecto en su visión en su profecía se muestra por el contexto de su primer dicho
sobre la abominación de desolación. Daniel 9:27 está precedida por la declaración: “y
el pueblo [las tropas] de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario;
y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”.
Parece indudable que la reinterpretación de la profecía de Jeremías en Daniel
9:24-27 tiene en mente la venida de uno que actúa blasfema y destructivamente,
causando devastación en la ciudad y el templo y horror entre el pueblo. Cualquier
reinterpretación que pudiera estar involucrada en la alusión a este pasaje en Marcos
13:14, debe reconocerse que la noción de horror por razón de la blasfemia y devastación
de la ciudad, templo y tierra, como en Daniel 9:26-27, son retenidas. Esta es la
12
presuposición que las declaraciones que sigue en Marcos 13:15-20, que parece tener en
mente la necesidad de huir de un ejército y una terrible tribulación para la gente. Tiene
una consecuencia importante para nuestro entendimiento de la relación de v. 14 (y por
inferencia, a todo el discurso) a la profecía de v. 2. A través del siglo veinte una línea
continua de eruditos ha sostenido que el curso entero está fuera de relación a la profecía
con la que principia, ya que más tarde declara que el templo será destruida, mientras el
discurso tiene en mente meramente el sacrilegio. Contrario a todas esas
interpretaciones, aparecería que v. 14 tiene en mente un evento blasfemo que incluirá
la destrucción del templo y la ciudad, y será un medio por el cual la profecía de v. 2 será
cumplida. Verso 2, lejos de ser extraño al discurso, es la presuposición.
La nota al lector (“el que lee entienda”) pudiera haber estado en la fuente de
Marcos, pero es mucho más posible que es un paréntesis insertado por Marcos, llamando
la atención a la importancia de entender la importancia de la expresión escritural, tanto
en Daniel como a la luz de sus precedentes en los profetas anteriores. El llamado a
“entender” recuerda las muchas referencias en Daniel a entender los secretos de la
revelación divina (vea especialmente Daniel 8.,15-17; 9:22-23; 11:33; 12:10), pero también
de las alusiones de Marcos al privilegio y responsabilidad de entender las revelaciones
de Jesús (p.e., Marcos 4:11-12; 7:18; 8:17-18); también el Visionario de Apocalipsis hace
llamados a un entendimiento semejante de los misterios apocalípticos (cf. Ap. 13:18;
17;9ss.).
Cuando la abominación aparezca: “los que estén en Judea huyan a los montes”.
Esto es lo contrario de lo que los judíos harían, porque instintivamente tenderían a huir
para refugiarse a la ciudad donde está el templo donde Dios ha “puesto su nombre”, y
que de seguro protegerá. Todo lo contrario, se les dice que huyan a las montañas, que
era una área ideal para fugitivos.
El cambio de persona (de segunda a tercera) sorprende. Pesch encuentra en el
texto confirmación de la creencia que aquí está el oráculo al que Eusebio se refiere en
su reporte de la huida de los cristianos de Jerusalén a Pella en Transjordania: la iglesia
de Jerusalén pasa la directiva a los judíos cristianos en las áreas que rodean el territorio
de Judea. Eusebio escribe:
El tema de huir antes de la venida del Señor no es incompatible con el hecho que
el tema aparece con frecuencia en estos contextos (Amós 5:19-20); también debe
recordarse la huida de Matías y sus hijos (1 Macabeos 2:28). El uso que Lucas hace de
Marcos 13:15-16 en Lucas 17:31 claramente tiene en mente el mandato a Lot y a su
familia de huir a las montañas (Génesis 19:17); esta asociación refleja una tipología que
ve a Jerusalén como otra Sodoma, y la destrucción inminente del templo y la ciudad
como un juicio de Dios, comparable a aquella en Sodoma.
Pero no existe seguridad de que tanto podemos creerle a Eusebio. Pesch
13
encuentra apoyo por el hecho que se dice que se huya a “las montañas” cuando
Jerusalén está en una área montañosa. Sugiere que se refiere a las áreas montañosas
de Transjordania. Hengel protesta que Pella no está en áreas montañosas, sino al filo del
Jordán, y que v. 14b es irrelevante al asunto. Otros dos estudios que se han hecho (F.
Neirynck y J. Verheyden) concluyen que el reporte de Eusebio es un juicio teológico y
no un reporte histórico.
El único comentario en todo este debate es que, a la luz de la inseguridad de la
historia de Eusebio no podemos poner nuestra confianza que Marcos 13:14-20 es una
“revelación divina dada a hombres de piedad aprobada allí antes de la guerra”.
A la luz de las consideraciones anteriores, ¿cómo debemos interpretar la
“abominación desoladora” y las consecuencias de su aparición? El problema ha sido
discutido sin fin; ofrecemos las interpretaciones variadas:
Bien puede ser que Pablo conoce la tradición de Marcos y que ha extendido la
tradición con la ayuda de Daniel 11, o que pudiera ser un concepto paralelo.
Como un instrumento de destrucción, la abominación puede ser vista por Marcos
como un anticristo, algo parecido a 2 Tes. 2:7 y 1 Juan 2:18; pero los autores de
ambas obras deben de haber visto las manifestaciones contemporáneas de
oposición al Cristo de Dios como predecesores del último anticristo, no la realidad
final misma.
14
interpretación es tan antigua como Lucas 21:20. Se puede ver como natural
—algunos dirían inevitable— a la luz de la conexión entre vv. 2 y 14, junto con los
versos 15-20 que siguen. Algunos intérpretes piensan que la expresión “no debe”
estar se refiere a la Tierra Santa, no al templo.
Por ejemplo, la profecía de Ezequiel de un río que fluye con aguas vivas (47:11-12)
en Juan 7:37-38 y Apocalipsis 22:1-2. En Ezequiel el río fluye del templo hasta el
Mar Muerto; en Juan 7:37 brota de Cristo al creyente; en Apocalipsis 22 fluye del
trono de Dios y el Cordero a través de la calle de la ciudad de Dios. Sin embargo,
en ambos pasajes del NT, el río representa la vida del reino de Dios (interpretada
en Juan 7:39 como mediada a través del Espíritu Santo).
Versos 15-16
Versos 17-18
15
situación. La situación de mujeres embarazadas cuando avanza un ejército es
dificultosa. Por eso el llamado a orar que no sea en invierno.
Versos 19-20
Con frecuencia se ha dicho que la thlipsis (“tribulación”) de “aquellos días” (v. 19)
no se refiere a la tribulación de los judíos en Palestina sino a la de los cristianos en Roma.
Se apoya esta interpretación en la expresión “hasta este día”, i.e., los días de Marcos,
y la frase “por causa de los escogidos” de v. 20, que se cree se refiere a los cristianos.
Contrario a esta interpretación, tenemos que conceder que todo el texto de vv. 14-
20 se refiere a los judíos y su tribulación cuando cayó la ciudad y se destruyó el templo.
Lane expresa:
El lenguaje de v. 19, como también de Daniel 12:1 que cita, usa expresiones
tradicionales para denotar una tribulación severa, no simplemente de Israel sino de otros
pueblos también. Lo vemos en Apocalipsis 8:6—11:19 y 16:1-21. Citan a Éxodo 9:18 que
dice: “yo haré llover granizo muy pesado, cual nunca hubo en Egipto, desde el día que
se fundó hasta ahora”. La plaga de langostas se expresa con términos más fuertes: “en
tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá después” (Éxodo 10:14).
Igualmente en Éxodo 11:6 de los primogénitos. Josefo utiliza el mismo lenguaje.
También se encuentra en el lenguaje de Platón.
La importancia del lenguaje para Marcos es su reconocimiento de la naturaleza
escatológica de la tribulación de Jerusalén. El uso del lenguaje daniélico categoriza la
calamidad sobre Israel como el día del Señor sobre la ciudad y el pueblo que rechazó la
palabra de Dios y al Mesías que envió Dios.
El lenguaje de acortar los días (v. 20) tiene analogías en la literatura apocalíptica
pero no verdaderos paralelos. El pensamiento es de la misericordia de Dios sobre una
nación desobediente que todavía contiene un remanente fiel.
La segunda parte del verso enfatiza y explica la primera: Dios no permitirá que su
pueblo sea exterminado, no importa qué tan pecadores y rebeldes han sido; él mismo
intervendrá para que el fin llegue pronto y las agonías de aquellos días permita que los
fieles sobrevivan. Marcos, como Pablo, era un judío (cf. Romanos 11:1).
Marcos 13:23
Esta declaración, que está truncada en Mateo (24:25) y se omite en Lucas, forma
una contraparte estrechamente relacionada al inicio del discurso y la pregunta que lo
inició. El “mas vosotros mirad” de v. 23a balancea la primera palabra del discurso,
“mirad” (v. 5); la expresión “os lo he dicho antes” corresponde a la petición de v. 4ª
16
“dinos”; y “todo” de v. 23 responde a “todas las cosas” de v. 4 al final. Siendo que el
dicho sigue inmediatamente a las advertencias en contra de los pseudo-mesías y
pseudo-profetas de vv. 21-22, el “mirad” de v. 5 introduce las primeras advertencias en
contra de tales personas, es claro que v. 23 es el miembro final de la inclusión que
sostiene toda la sección del discurso vv. 5-23.
A la luz de la pregunta de los discípulos en v. 4, el dicho indica que todo lo que
necesitaban aprender se les ha dicho (¡a diferencia de todo lo que les hubiera gustado
saber!). Se les ha dicho de los eventos en el mundo que no debe causarles pánico (vv.
7-8), de falsos mesías y falsos profetas que pudieran engañarlos (vv. 6, 21-22), de
persecuciones por razón de su confesión de Jesús el Cristo (vv. 9, 11-13), de su tarea de
declarar las buenas nuevas del reino de Dios, a pesar de la oposición que
experimentarán (v. 10), y del cumplimiento terrible de la profecía de v. 2 y una indicación
de la señalar que forma su preludio (vv. 14-20). Con v. 23, por tanto, una conclusión de
la respuesta a los discípulos en relación a la profecía de v. 2 se llega. Este punto pudo
haber sido una conclusión genuina.
La última palabra del propósito de Dios para el mundo, sin embargo, no se ha
dicho en vv. 5-22. La profecía de v. 2 pronunció la destrucción del templo y del pueblo
de Israel, pero se tiene mucho que decir más allá de las descripciones del Día del Señor,
y el mensaje de Jesús está interesado en el “más allá”. Por tanto, es impensable que la
palabra de Dios a través de Jesús concluya con la palabra de juicio en vv. 14-20 y la
advertencia de los falsos mesías y pseudo-profetas. Se tiene que decir más de la
destrucción, y de hecho, eso es lo que sigue en la descripción de la parusía del Señor.
Marcos 13:24-27
2
Por ejemplo: Jeremías 3:16-18; 5:18; 31:29; 33:15-16; 50:4; Joel 2:29; 3:16; 3:1-3; Zac. 8:23.
17
tradición que tenía a su disposición sobre un asunto muy importante, arroja luz sobre su
entendimiento de la tradición, y posiblemente sobre la fecha del discurso. Mientras que
el texto deja la impresión que la parusía se espera sucederá “en aquellos días” de
tribulación, la redacción de Marcos tiene un propósito completamente diferente; en v. 7
ha dicho claramente que “el fin no es todavía”, i.e., no viene con la guerra. También
enfatizó que la predicación a todas las naciones se hará antes que venga el fin.
Versos 24-25
Es claro que este pasaje consiste de recuerdos de las descripciones del AT sobre
el día del Señor. Es menos una serie de citas que una amalgama de alusiones, sacada
de pasajes bien conocidos de los profetas. Verso 24 refleja lenguaje usado en Isaías
13:10; v. 25ª es un eco de Isaías 34:4; v. 25b parece mezclar Isaías 34:4 con Joel 2:10 y
3:15-16. Tal tejido de alusiones del AT es único en la tradición de los dichos de Jesús;
los textos detrás de Marcos 13:24-25 ofrecen exactamente la intención que deseaba.
La idea misma es de vital importancia. La combinación de recuerdo del Día del
Señor en conjunto con v. 26 sirve para subrayar la naturaleza de la parusía como una
teofanía. Es virtualmente imposible hablar de una teofanía sin recordar el lenguaje en
el que el AT lo pone. La expresión “serán conmovidas” no aparece en ninguno de los
pasajes citados arriba, pero es un término estándar en las descripciones del AT de la
teofanía (p.e., Jueces 5:5; Amós 9:5; Miqueas 1:4; Isaías 64:11; Habacuc 3:6; Nahúm 1:5;
Salmos 18:7; 114:7; Job 9:6).
Aunque la amalgama de textos es singular en Jesús, la idea no. Considérese
Lucas 17:23-24, donde se compara la venida del Hijo del Hombre a un relámpago (p.e.
Éxodo 19:16; Habacuc 3:11; Salmos 18:13-15; Zacarías 9:14-16).
Algunos han interpretado este pasaje de una manera equivocada. H. E. Tödt
escribió, por ejemplo:
18
puramente señalar la gloria del evento y colocarlo en su propia categoría: representa la
intervención divina para el juicio y salvaicón.
En estas figuras tenemos que ver con las metáforas cósmicas que describen un
contenido teológico.
Verso 26
En vista de las citas a Daniel en vv. 14 y 19, esta declaración invita una
comparación con Daniel 7:13 y Marcos 14:62. Lo interesante es que tanto Daniel 7:13
como Marcos 14:62 hablan de las nubes del cielo, esto no aparece aquí.
La tercera persona plural de “ellos verán” indica que la venida del Hijo del
Hombre es un evento universal, experimentado por todos, no sólo por los seguidores de
Jesús o por sus oponentes.
En el contexto del discurso, 13:26 también representa un avance sobre Daniel 7:13,
porque el Hijo del Hombre que está “viniendo” es el Mesías Jesús, por lo cual la venida
significa su regreso. El Hijo del Hombre que no fue reconocido, rechazado y finalmente
asesinado viene a terminar la obra estableciendo la soberanía de Dios que principió en
su ministerio. En el discurso, colocado como está inmediatamente antes de la narrativa
de la pasión, la parusía del Hijo del Hombre gana una importancia única que no se podría
haber tenido en ningún apocalipsis judíos, incluyendo Daniel.
El Hijo del Hombre viene en las nubes, y no con las nubes, como en Daniel. El
dicho aquí indica una teofanía (cf. Éxodo 34:5).
Ni Daniel 7:13 [14] ni Marcos 14:62 declaran que la venida del HH es con gran
poder y gloria, como Marcos 13:26, pero la idea está presente en ambos pasajes. Si se
leen los pasajes, en realidad, tenemos un ejemplo interesante de un concepto singular
expresado y representado en tres diferentes maneras.
Marcos 13:26 habla que Jesús, el representante del reino de Dios en su ministerio,
regresa como el representando del reino de Dios en gloria teofánica. Una teofanía
siempre viene del cielo al mundo de la humanidad. Viene para lograr los propósitos de
Dios.
Pero, ¿con qué propósito? ¿Para juicio o salvación? Muchos se inclinan a hablar
de salvación: reúne a los elegidos de Dios. Si juicio se usa en términos neutrales, sería
aceptable; pero si se usa en términos de condenación, no. Se puede decir justamente
que, dado el contexto de todo el discurso, el HH viene con el propósito de liberar al
pueblo de Dios, pero eso no se puede imaginar sin algún ejercicio de juicio. Pero ya sea
por accidente o diseño, el discurso está en silencio respecto al juicio.
Verso 27
19
43:6 en mente, pero también un punto de vista no expresado que los ángeles de Daniel
7:10 están a disposición del HH.
El lenguaje es demasiado breve. ¿Se tiene en mente la resurrección del pueblo de
Dios? ¿Es una doctrina de reunión de los vivos que esperan en Dios con los fieles
resucitados? Pablo saca de esto su enseñanza en 1 Tesalonicenses 4:15-17. Pero no se
nos dice nada de resurrección.
No se nos dice quienes son los “electos”. Es interesante notar que Zacarías 2:6
tiene una declaración extraordinaria en v. 11: “Y se unirán muchas naciones a Jehová en
aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti”. La unión de los judíos con
los gentiles en el AT es un pensamiento poco común. Quizás lo que se está mirando es
la unión de los electos de todas las naciones junto con los penitentes de Israel en una
sola comunidad bajo el señorío y comunión con el HH. Si esa es la única tarea del HH en
su parusía que Marcos menciona, eso pudiera ser porque se veía como de suprema
importancia; a través de su parusía, el HH llega a ser el Cristo en absoluta perfección.
Marcos 13:28-29
El “está cerca” está aquí sólo en Marcos. En los dichos de Jesús en Mateo y
Lucas ocurre sólo en sus versiones de esta parábola, excepto en Mateo 26:18.
Difícilmente se puede decir que es un término clave en la proclamación escatológica
cristiana (se encuentra en Filipenses 4:5; Apocalipsis 1:3; 22:10; cf. también Romanos
13:11-12), pero la idea del término era muy importante. Su presencia central en la
proclamación de Jesús está firmemente demostrada, tanto en declaración como en
parábola (cf. Marcos 1:15; 14:42).
¿Qué tan cerca está este pensamiento de Santiago 5:8 y 5:9?
20
aparición de las hojas de la higuera como un anuncio del verano y los eventos que sirven
como anuncios de la parusía o reino de Dios. La parábola pertenece al mismo tipo de
parábolas en Marcos 4. Los estudiosos ahora reconocen que aquellas tres parábolas
dibujan al reino de Dios como un proceso iniciado en y a través del ministerio de Jesús,
y que en ellas hay un contraste entre sus inicios y su fin. Cada parábola hace una
contribución distintiva al entendimiento del reino.
Jeremias objetó a que Marcos relacionó la parábola a “los horrores del fin”, como
los describe, porque piensa que la señal de la higuera anuncia la salvación. Dice:
21
(1) Jeremias no ha tomado en consideración el tiempo futuro del v. 29. Esta
observación indica que existe un cambio fundamental de énfasis en la parábola
que la distingue de las parábolas de crecimiento en general. Concediendo que
el reino de Dios ha sido inaugurado a través del ministerio de Jesús, el énfasis de
la parábola está totalmente en el futuro. La estructura de la parábola habla de
eventos que apuntan al acercamiento del reino perfecto de Dios que sucederá al
tiempo de la parusía del Señor.
(2) Jeremias ha eliminado el pensamiento del juicio de Dios al pensar que “verano”
indica un reino de Dios sin juicio.
Esta declaración está correcta, pero el discurso tiene una visión más amplia,
porque toma en consideración los eventos turbulentos entre las naciones, la tribulación
de Israel y de la iglesia.
22
discípulos sobre las señales del fin. La profecía representa el juicio de Dios sobre
el rechazo del pueblo de su palabra, su Mesías, su reino y sus proclamadores.
Mientras Marcos escribe, el cumplimiento se está viendo.
(2) Los seguidores de Jesús están experimentando las consecuencias de ser la iglesia
del Mesías crucificado. Al predicar el evangelio, ellos participan de los “ayes del
Mesías” de una manera nunca anticipada por los apocalípticos judíos. Ellos
comparten de su sufrimiento para que el mundo conozca las bendiciones del
reino.
Al final de los años sesentas no había nada que los cristianos en Roma necesitaran
más que saber que Dios obraba su propósito en el mundo, en Palestina y en la iglesia del
imperio. Se acercaba el tiempo de persecución más terrible que la iglesia ha conocido
y probablemente vaya a conocer. Esos sufrimientos, en el lenguaje de Jeremias, “los
horrores del fin”, y a través de la parábola de la Higuera, se les anima a que reconozcan
las señales de la presencia y victoria inminente del reino de Dios. A los que participan
de los sufrimientos del Cristo, la parábola de la Higuera es “la clave del discurso”. Con
esa convicción ellos continuaron fielmente proclamando a todos el reino de Dios que vino
en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, quien será revelado en la parusía.
Marcos 13:30
23
apocalíptica, o una modificación de un dicho en la tradición de Jesús, o un dicho
atribuido a Jesús por algún profeta cristiano; y el alcance del dicho: si se refiere al fin de
la historia o a eventos significativos antes del fin.
El dicho está introducido por “de cierto os digo”. Esta forma de hablar es
característica de Jesús. Jeremias decía que no tiene paralelos en la literatura judía y es
así una marca de la voz auténtica de Jesús (ipsissima vox Jesu). Desafortunadamente
no se puede utilizar este criterio en cada caso particular. Esa manera era peculiar de
Jesús, así que cualquiera que quisiera imitarlo, usaría esas palabras. Eso es lo que dicen
los estudiosos de Marcos 9:1.
La expresión “esta generación” no debe causar dificultad. Seguido se utiliza en
los labios de Jesús en los Evangelios, pero es raro en otras partes del NT (Marcos 8:12a
y 12b; 8:38; 9:19; Mateo 11:16 par.; 23:39 par.; 11:30; 17:25. Además de Hechos 2:40;
Hebreos 3:10). En los dichos de Jesús parece tener dos connotaciones: por un lado
siempre significa sus contemporáneos, y siempre conlleva la nota de crítica. Jeremias
concuerda, pero curiosamente descuenta Marcos 13:30.
Esto desconcierta. Las otras cuatro ocasiones en Marcos donde “esta generación”
ocurre se conforma al patrón en los otros Evangelios (Marcos 8:12a, 12b, 38; 9:19). Así
que no hay razón para leerlo de otra manera en Marcos 13:30. Parece que esta lectura
es la más fácil en el mismo escrito de Marcos.
El logión declara que esta generación “no pasará”. La pregunta que arde en
Marcos es ¿qué significa “hasta que todo esto acontezca”. Se reconoce casi en general
que “todo esto” se refiere al contexto inmediato y el más remoto. La expresión aparece
en v. 29.
Tal vez Lucas 11:49-51// Mateo 23:34-36 sea, de todos los paralelos, el más
cercano y pudiera iluminar nuestro texto. Dice en la versión de Lucas:
49
Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y
apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, 50para que se
demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha
derramado desde la fundación del mundo, 51desde la sangre de Abel hasta
la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que
será demandada de esta generación.
Es interesante que los estudiosos no nos ofrecen alguna opinión de dónde termina
lo que la Sabiduría de Dios dice. Dos versiones que usan comillas lo reducen a v. 49.
Esta interpretación indica que el dicho de la Sabiduría es caracterizar lo obtuso de la
gente en su rechazo de los mensajeros de Dios, el cual lleva a un juicio de Dios sobre esa
generación. Esto indicaría que “esta generación” se refiere a la generación que sería el
clímax del mal de rechazar a los mensajeros de Dios, porque están rechazando la
suprema revelación. Así que, ellos sufrirán la ira de Dios en su totalidad. Sin embargo,
el lenguaje de Mateo está más cerca al de Marcos.
Si Marcos 13:30 es una variante de los dichos de Q, su significado es evidente. En
24
la intención de Jesús se relaciona a la destrucción que caerá a la nación de Israel en el
futuro cercano, sobre la generación contemporánea de Jesús. Si Marcos tiene esto en
mente, el significado sería específicamente a la ruina del templo y todo lo que está
relacionado a eso dentro del discurso.
Pero Marcos ha colocado el dicho después de la descripción de la parusía en vv.
24-27. ¿Creía Marcos que la parusía sucedería en el tiempo de aquella generación? La
mayoría de los eruditos así lo creen. Pero consideremos las siguientes observaciones:
(1) La importancia de la conexión con el dicho en Q. Eso apuntaría que Jesús veía la
catástrofe que venía sobre Israel como el día del Señor.
(2) En la literatura profética del AT el día del Señor sobre una ciudad o gente significa
un acto de Dios en juicio, no el precursor inmediato del reino de Dios.
(3) Es Marcos mismo que puso 13:32 en este contexto. Cuando se ve en sí mismo,
el significado del verso no tiene ambigüedad: el tiempo del fin, por tanto, de la
parusía y la consumación del reino de Dios, es desconocido a toda la humanidad,
incluyendo al Hijo.
(4) La interpretación de v. 30 como si afirmara que el tiempo del fin caerá dentro de
la generación del tiempo de Jesús significa que Marcos tiene una contradicción
de intereses. Si Marcos escribe durante la guerra judía del 68 d. C., la generación
de Jesús y los apóstoles está casi terminando. Eso significaría que él ya está
esperando la parusía. Pero es precisamente a lo que se está oponiendo Marcos.
Está tratando de contrarrestar la fiebre escatológica de sus contemporáneos, y de
los falsos profetas en particular.
Por tanto, la solución mejor del problema que Marcos nos presenta al unir vv. 30-
32 es que considera v. 30 relacionado al cumplimiento de la profecía de v. 2 y las señales
en el discurso relacionadas con ello. Su pertinencia es a los dichos del juicio y la
tribulación de Israel.
Marcos 13:31
25
¿Cómo se relaciona con el dicho encontrado en Q (Mateo 5:18//Lucas 16:17)?
Marcos 13:32
26
El reino está cercano, su venida dentro de la vida de esta generación, pero
nadie sabe el momento de su llegada; por tanto, los hombres tienen que
estar continuamente alertas.
27
Tenemos que reconocer que vivimos en una época que refleja un mundo diferente.
Aquel fue un mundo dominado por la expectativa de un nuevo mundo, y se veía a las
puertas del juicio divino y la gloria del futuro. Esa expectativa no domina nuestro
mundo. Nosotros vivimos en un mundo dominado, no por la expectativa, sino por el
dogma.
Marcos levanta un asunto agudo la relación de los conceptos “el Hijo”, “el Hijo de
Dios”, y el “Hijo del Hombre”. Aparte de su contexto en el discurso escatológico, el
dicho es escatológico en contenido; es una expresión apocalíptica que excluye el
reconocer apocalíptico respecto al tiempo del fin. Uno espera que la declaración
respecto a la venida del fin hubiera sido en relación al Hijo del Hombre, y no del Hijo.
Varios intentos se han hecho, de hecho, de relacionarla con la doctrina del “Hijo del
Hombre”. Estas ideas se relacionan con Marcos 8:38 y 14:61.
En Marcos 12:6 aparece el título “hijo”, pero es difícil demostrar que se refiere a
Jesús. Mateo 11:27 se usa el término de manera absoluta. 1 Tesalonicenses 1:10 se une
el término “Hijo” a la parusía. 1 Corintios 15:24-28 incluye los mismos pensamientos.
En el lenguaje joanino “el Hijo”, “el Hijo de Dios” y el “Hijo del Hombre” aparecen
juntos. Los tres términos se intercambian en Juan 5:19-29. Muchos son los que piensan
que el título “Hijo de Dios” está enraizado en el título “Hijo de Hombre” y que fue en el
contexto apocalíptico donde surgió. Pero hay que comentar que, decir que todos los
títulos de Jesús brotan de un contexto apocalíptico es reducir demasiado la base de la
cristología. El concepto de “Hijo de Dios” tiene raíces profundas en el AT. Tenemos que
recordar, también, que Jesús se dirige a Dios como Abba. Así que tenemos que
reconocer que los conceptos tienen diferentes raíces, pero que era posible que se
relacionaran en el proceso interpenetrándose.
El título “Hijo de Dios” encuentra su aplicación primaria en la nación de Israel en
Éxodo 4:22-23: Israel es el primogénito. En el mensaje de Natán a David, 2 Samuel 7:14,
el rey será llamado hijo de Dios. Esto encuentra eco en Salmos 89:26-27. En Salmos 2:7
el lenguaje se aproxima al punto de vista oriental que el rey es hijo de Dios. Esta
corriente de pensamiento afloró en Qumran quienes pensaban que el Mesías era Hijo de
Dios. Esto demuestra que el concepto tiene que haber sido muy conocido al tiempo de
Jesús.
Respecto a Jesús mismo, no podemos olvidarnos su modo característico de
dirigirse a Dios como Abba, y la implicación que esto tiene para su entendimiento de su
relación con Dios. De seguro es una expresión de su experiencia de Dios, de su
entendimiento de Dios, y de su relación con Dios. No se puede divorciar de su relación
con Israel como el pueblo de Dios, siendo que ambos eran electos y amados de Dios y
llamados a un servicio obediente. Porque estar en una relación con Dios y estar al
28
servicio de Dios van juntos en la historia de Israel, como Éxodo 19:4-6 ilustra. Así que:
Lo que Jesús está diciendo es que sólo Dios sabe porque sólo Dios tiene el poder
de determinar ese día. Este pensamiento corresponde a Marcos 10:40 y Hechos 1:7.
Pero Marcos 13:32 añade un pensamiento: es la parte del Hijo dejarlo en las manos del
Padre, porque la marca del Hijo es mantener una obediencia sin reservas al Padre.
Marcos 13:33-37
29
redaccionales de Marcos 13:33-37, tenemos una parábola auténtica en vv. 34-36, provista
con una introducción en v. 33 y una exhortación a manera de resumen en v. 37. El
paralelo más cercado en la tradición de los Evangelios a vv. 34-36 es la parábola de los
Siervos Vigilantes de Lucas 12:36-38. Con toda probabilidad las dos parábolas han
venido a la tradición como variantes de una sola parábola y ha sido editada de manera
diferente por los dos evangelistas.
Verso 33
Versos 34-36
30
cristiana muy antigua. De hecho, v. 33 contiene una variante grande al añadir “velad y
orad”. Algunos manuscritos eliminan “y orad”. Cuando esta lectura se adopta, el
paralelo consiste de un llamado a permanecer alertas y a no dormir en un estado de
estupor espiritual. La narrativa del Getsemaní indica que los discípulos se durmieron
cuando debieran haber estado alertas con su maestro. Como Dupont señala, el
Getsemaní ha llegado a ser una ilustración a “velar” de 13:36. No justifica, por supuesto,
que la parábola se interprete a la luz de la experiencia del Getsemaní.
El evento que está en mente en la parábola del Portero está unido al gran tema
de la proclamación e instrucción de Jesús, es decir, la venida del reino de Dios y el juicio
que lo acompaña. Dupont comenta:
31
Verso 37
3
R. Pesch, Naherwartungen, Tradition un Redaktion in Mk 13. Düsseldorf, 1968, 201-2.
32