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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

La Orden del Toledo Oculto pretende a través de sus cuadernos, desarrollar y divulgar
determinadas líneas de investigación que aun no se han llevado a cabo en la ciudad de
Toledo, respecto a su Historia, Mitos y Leyendas. Dicha labor se llevara a cabo a través
de los principios y categorías de la tradición esotérica, encontrando en esta las
verdaderas claves para comprender y desentrañar el Misterio de la siempre fascinante
ciudad de Toledo.

Estos cuadernos se ordenaran en diferentes volúmenes, y a lo largo de toda la colección,


esperamos aportar un punto de vista alternativo y hasta ahora mínimamente trabajado,
que sin embargo conecta con la esencia mas profunda y oculta de la Realidad. Esa
esencia que en este inicio del tercer milenio y como nunca antes, esta llamada a ser
desvelada…

El libro contiene un CD con una compilación musical realizado por GH Records,

con bandas como Opus Nigrum, Kazeria a las que pondran voz Julio Cesar y Gonzalo

responsables de La Orden del Toledo Oculto.

https://soundcloud.com/ghrecords/eternamente-la-noche

www.paseostoledomagico.es

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

EL ORIGEN ESTÁ EN LA CUEVA

En el principio todo estaba en absoluta quietud, todo callaba, era de un absoluto

neutro y olía a una ausencia sin tiempo. Entonces el Motor Increado hizo accionar la

rueda, creó varios mundos y de su boca surgió el aliento que preñó todo lo visible y lo

invisible, y se creó la vida con la Primera Palabra de la que salió una vibración

inaudita.

Después todo se preñó de luz y empezó a sonar una sinfonía cósmica, una

música de las esferas tan bella, tan armoniosa y suspendida que hacían de la creación un

vals esférico donde todo lo creado resonaba en el hueco de lo sublime. Y así fue como

el hombre tras milenios se maravilló de este espectáculo, siendo un pálido reflejo de

aquello que conspiraba a su favor; en el espacio el todo estaba dando una fiesta

planetaria, un baile sin fin más allá de lo que está más allá.

Pero antes de la venida del hombre se crearon los dioses, y con ellos el conflicto,

el motor fue amenazado, dos rivales quisieron manejar la creación con sus huestes, sus

ejércitos ingrávidos lanzaban rugidos, hacían explosionar los planetas, y el caos se hizo

dueño absoluto. En las alturas hubo una gran batalla y de los cielos cayeron gigantes,

llovieron seres que poblaron la tierra, creando un paisaje irregular, algunos colosos

aprovecharon las riquezas con respeto, otros transgredieron la naturaleza, se bebieron

los ríos y destruyeron los bosques, violaron a los seres engendrando una estirpe sin

futuro y por eso El Creador los maldijo y los condenó a vivir debajo de la tierra,

guardando los secretos de su historia.

Hubo un gigante primordial al que llamaremos Hércules, que sedujo a la tierra

con respeto y una noche estrellada, se dejó deslizar en su manto verde para copular con

ella. De este acto surgió una cueva mágica y su esperma se convirtió en cúbicas piedras

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

negras. A partir de aquí un cerro guardó su secreto y el río rodeó como la serpiente una

montaña que guardaba El Poder.

Hércules durmió por nueve días en la cueva y dejó su legado inmaterial, su vaho

impregnó las paredes con las imágenes del destino y dejó escrito el mensaje de la

música que hace levitar las piedras. Su regalo del que hoy sólo quedan vagos recuerdos,

se hizo llamar “el magisterio para los hombres puros, el conocimiento de la esencia de

las cosas, la Magna Sabiduría”.

La arena cubrió los campos y pasó un tiempo donde el hombre empezó a

caminar y fue instruido por alguno de estos gigantes; Hércules permaneció en nuestro

mundo para ofrecer su discernimiento y mandó construir un gran palacio regido por las

estrellas justo encima de la cueva, que quedaría sellado por un candado, ya que sus

secretos no debían profanarse. Llegó el momento de volver a los cielos y aquel coloso

prometió regresar algún día, justo antes del último amanecer del hombre. Dejó su

herencia mágica y advirtió que respetaran el palacio y la cueva, que no violaran sus

puertas, que no profundizaran en la oscuridad, que no imitaran a los dioses hasta que un

sol negro iluminara la ciudad.

EL SOL NEGRO ILUMINÓ LA CIUDAD

Así es como sucedió y se dio origen a la mítica ciudad inexpugnable que luego

tuvo por nombre Toledo. Desde el principio la cueva permaneció inviolable, en sus

profundidades quedó un misterio de los dioses que alimentó a la Humanidad en su

devenir, la Magia se guardaba celosamente y nadie se percataba de que el curso de la

vida y su sentido se regían por estas fuerzas profundas y subterráneas, tan desconocidas

como necesarias, tan invisibles como decisivas.

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En la superficie el palacio, una construcción ciclópea, con muros tan gruesos

como una fila de diez hombres y almenas que rodeaban una extensión de cinco

ciudades, su torre principal que desafiaba a las alturas, se erigió con piedras de oro y su

base estaba formada por cuatros leones en posición vigilante, dirigidos cada uno a los

cuatro vientos para deslizar su mirada. Estos guardianes impasibles, a veces se agitaban

con destreza, cobrando una vida iracunda, moviéndose cada vez que alguien se

aproximaba con insanas intenciones, rugían y si era necesario atacaban a zarpazos a

cualquiera que por allí se acercara, repelían con violencia el deseo de tocar una muralla

preñada de tesoros y misterios.

Pero este tiempo primigenio se perdió poco a poco, la condena de no conocer,

recordar y venerar el origen de las cosas y de uno mismo, desembocó en otro tiempo y

la ciudad blanca palideció.

Llegó el tiempo de los hombres, los dioses se olvidaron, cayeron por el abismo,

la convivencia con la tierra se degradó, no hubo un respeto a la madre parturienta, el

humano cambió su rumbo, se creó la guerra entre iguales y el fuego desintegró las

moradas de los que habitan en los bosques. El mar fue surcado por naves que buscaban

otras tierras para saquear, apareció el miedo como un mal aliado y el acero alentaba una

locura que vestía de luto los campos enrojecidos por la muerte. El sol se escondía con

rencor, los cadáveres eran las semillas del odio futuro, en la noche la luna no brillaba, el

alma del hombre palidecía.

Sin embargo en los cielos aún quedaban guiños, los pájaros surcaban en el

firmamento las señales de los viejos dioses, anunciaban lo venidero que ya el hombre no

sabía interpretar.

Sólo los ancianos avivaban una llama incombustible, por las noches, un rumor

recorría las casas, era la esperanza que vestida de relatos se coreaba como una

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

invencible oración, nunca olvidada. Las voces achacosas contaban las historias que

hacían recordar aquel tiempo primero donde la tierra, el hombre y los dioses, vivían en

armonía. Los niños escuchaban atentamente y se dejaban llevar por la fantasía pero una

vez adultos, olvidaban aquellos sabios susurros para empuñar una espada en honor a un

rey desconocido, bajo la excusa de mantener unas tierras que no pertenecen a nadie.

Este mundo se movía por una ciega voluntad de poder y la madre gritaba en las

profundidades y a veces se dejaba oír con la furia de un terrible temblor, los hombres

entonces morían asustados como frágiles figuras en tablero, pero nunca comprendieron

el por qué, desconcertados caían por doquier; el hombre se convirtió en una máquina.

Y así fue como este mundo de la materia y la guerra se impuso para olvidar con

sufrimiento el elevado conocimiento del gran Hércules, aunque de todo aquello quedó

indemne un albor, la luz del ermitaño.

LA LUZ DEL ERMITAÑO

Pero toda oscuridad y ceguera engendra un halo de esperanza, un punto

luminoso reconocible en la profundidad, así es como de forma oculta ese legado del

héroe no sucumbió del todo. Un hilo invisible trenzaba el cuerpo de un gigante, el alma

de Hércules seguía vivo y perduraba a través del tiempo, a través de un rito escondido, a

través de un número muy escaso de sabios que no olvidaron su recado.

Sólo cada siete años, el tercer día del tercer mes y en absoluto secreto, ese grupo

de iniciados se reunía en la cueva mágica para celebrar un culto ancestral, un cenáculo

que consistía en la declamación de las palabras sagradas por las que el mensaje de

Héroe se veía reforzado durante todo un año. Así las fuerzas que proceden de los

abismos no dominaban por completo el mundo de los hombres. Asimismo juraban su

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lealtad frente a una joya, con la que se fabricó una mesa de ilimitado poder. Sólo los

iniciados y sólo cada siete años, en las profundidades de una cueva olvidada por todos,

retumbaba la fuerza que dio origen a las cosas conocidas y a la realidad que no podemos

ver con los ojos, y de este modo, entonando los cánticos de los dioses, se desplegaba de

aquella joya toda su influencia, toda su energía para que el matrimonio entre lo de arriba

y lo de abajo no sufriera ninguna alteración y este compromiso inquebrantable quedó

vivo y se respetó el pacto. Un perfecto equilibrio en una balanza de cristal.

LA BALANZA DE CRISTAL

Legó un momento en el que el hombre dejó de luchar, sus ansias de poder se

colmaron y de nuevo se regresó a la capital de las tierras conquistadas. Toledo se

convirtió en la sede de los reyes, en la cuna donde se debatían las cuestiones del espíritu

abrazando una nueva religión. Todos alzaron sus miradas a una sola imagen. Se

unificaron las ideas, nadie quiso alterar esta armonía, ningún mortal quiso demoler el

orden que habitaba en sus corazones.

Resplandecía un hermoso palacio a lo lejos, todos se maravillaban por su

radiante luz, un haz de optimismo se depositaba por los resquicios de una ciudad

inquebrantable en su obligación de no profanar ni violar el palacio, de no osar a romper

el candado. Los reyes de Toledo acuñaron la siguiente tradición: añadir un cerrojo más

al nombrar un caudillo nuevo para la capital del reino. Así se hizo con gran pompa y

ceremonia, convirtiéndose en una condición que otorgaba definitivamente el poder al

pretendido monarca, así lo llevaron a cabo y la prosperidad se asentó cómodamente en

los muros de esta urbe.

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La cadena de los reyes aumentó con el paso del tiempo y parecía sólida, todos

gobernaban de forma juiciosa, la balanza de cristal no se agitaba, todos los eslabones

fuertes aguantaban sin fisuras el peso de los días hasta que uno de esos grilletes sopló

con arrogancia a la cara de los dioses.

Al trono llegó Rodrigo, el que trepaba por las escaleras apresuradamente, un rey

que miraba a la tierra con desprecio, un mortal que quería la gloria del cielo, un hombre

que no se conformaba con serlo.

Una noche, preludio de acontecimientos espantosos y extraordinarios, el rey se

agitaba incómodamente en su lecho, sudoroso daba vueltas sin poder zafarse de una

pesadilla. Despertó al fin con un grito; aún tembloroso le asaltaron las imágenes al

recordar que entre las nieblas del sueño, había contemplado como una gran bestia albina

y de varias cabezas escupía fuego en las murallas de Toledo, quebrantando las defensas

al fin, penetraba en la ciudad cundiendo el pánico. La vieja parca mostraba su rostro y

en esta fatídica realidad, todos morían aplastados o carbonizados menos él.

Aquel dragón destruyó el palacio y descendiendo a la cueva, protegería un

fabuloso tesoro que nunca nadie podrá ya recuperar.

En su recuerdo martilleaba la visión de un interminable sufrimiento: sus

miembros mutilados servían de banquete al monstruo, un día tras otro, sin final ni

desenlace, crecían y eran devorados como una infinita condena.

Empapado en sudor fue a consultar a un augur para que le desentrañara su futuro

y diera sentido a la última profecía.

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

LA ÚLTIMA PROFECÍA

El viejo vivía en una casa destartalada, un chamizo solitario en mitad del bosque.

Desde que los nuevos reyes abrazaran la religión del único Dios, el trabajo de hombres

como él había quedado en el más absoluto ostracismo. Ya sólo los supersticiosos

acudían hasta su hogar para pedirle consejo, pues sus métodos no casaban con un

tiempo nuevo de obediencia a las plegarias y de libre albedrío.

Rodrigo tenía miedo, y este torbellino poderoso le arrastraba violentamente hasta

la morada del vetusto adivino. No le importaba que aquello no estuviera tolerado por las

leyes vigentes, permitido por la religión, su religión, la que él mismo aplicaba con

autoridad pero a veces cuando el juicio se turba, el destino de un hombre que lidera a

miles de almas, depende de una fina línea de vapores, de un sueño turbador. Así lo veía

él, ya que la espantosa pesadilla fue tan vívida que no dejó tegua a un rey aterido de ese

pánico a lo que vendrá.

Sentándose en una de las esquinas y elevando los ojos hacia el infinito, el

adivino empezó a entonar un cántico tedioso y monótono, cogió un sonajero de huesos,

dibujó una figura en el aire y posteriormente observó fijamente a un plato lleno de agua.

Después de un tiempo, se apartó lentamente y clavando la mirada en los ojos de

Rodrigo le dijo: “una desgracia caerá por un ejército de múltiples cabezas, sus dientes

son curvos, su color es blanco, los tesoros y la joya mágica poseerán y todo se sumirá en

el fuego”.

Tras estas palabras, el hechicero entregó al consultante una flauta doble, que

apretó fuerte entre sus manos. Cayeron cinco monedas de oro en la mesa, el oráculo

había hablado.

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Rodrigo regresó presto a su castillo. Allí tomó una decisión que cambiaría para

siempre el curso de los acontecimientos.

El sueño y la profecía coincidían.

El rey quiso mirar cara a cara a los dioses.

EL HOMBRE QUE MIRÓ CARA A CARA A LOS DIOSES

Montando a su bestia más veloz y protegido tan sólo por su acero, sin ejércitos

ni guardia, el rey del destino cabalgó hasta la puerta del palacio, aquel que construyera

el mítico Hércules, arropado de cerrojos.

Los guardianes de este templo, aquellos leones de piedra, centinelas del secreto

mejor guardado, rugieron ante una presencia que notaban amenazante. El que había

escuchado los ecos del futuro, sopló de una siringa y embaucó con la música a las

bestias. El paso estaba libre.

Desmontó con apremio, sus pasos caían con el aplomo de una decisión tomada

sin fisuras y alzando su mirada se enfrentó a una gran puerta rodeada de candados,

aquella prohibición ancestral empezaba a dibujar un porvenir impreciso.

No tembló su mano, tenía la convicción que todos esos tesoros protegidos

durante siglos corrían peligro, y desoyendo el consejo de la tradición y el respeto a la

inviolabilidad del recinto, quiso para él todo lo que guardara aquel sagrado lugar.

Desenfundó la espada de sus ancestros y con un golpe certero arremetió con frenesí

rompiendo los candados uno tras otro, las cadenas se desenrollaban cayendo al suelo, en

los lados un amasijo de serpientes metálicas dejó al fin libre la puerta tras un breve

tiempo de ruido mineral. Era la oportunidad que había esperado, la pesadilla no debía

cumplirse, luchaba por hacer realidad su sueño, y de una patada abrió aquel fortín.

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Vacilaban sus pasos al cruzar el umbral, se encontraba en un espacio sin luz y

estrecho, todo en silencio. Al poco pudo ver un foco de luz al fondo del pasillo donde se

dirigió sin miedo y desembocando en una sala grande, observó no sin asombro que la

estructura interior del palacio era por completo circular cuando en su exterior se

construían sus muros con ángulos rectos formando un cuadrado perfecto.

Se encontraba en una sala grande e iluminada por antorchas inagotables como el

patio de armas de su castillo en una noche de eterna vigilia. Sus suelos eran esmaltados

y brillantes, con la pátina de una joya pulida, donde se dibujaban figuras geométricas

que formaban un esquema complejo, un ejercicio de simetría de factura no humana que

le asombró, cuya mera contemplación desorientaba a la vista, repleto de líneas que

apuntaban todas hacia el mismo lugar, indicando que el centro del mundo se encontraba

allí, ese punto central desembocaba en una cavidad, ¿la entrada a la cueva?

En este fantástico escenario, el gran monarca de los godos no era más que un

hombre desconcertado. Deslizando sus pasos con cautela, se aproximó al hueco y pudo

observar como nacía una escalera de caracol que sin dudar y apresuradamente descendió

sin remordimiento alguno. Contando los escalones hasta nueve veces nueve, desembocó

en un pasillo imponente donde se apostaban dos gigantes de bronce guardando la

entrada al recinto, justo tras los guardianes, se divisaba una gran oquedad de

insoportable negrura.

Osado es el hombre que desea ponerse a la altura de un héroe, audaz el que nace

con el propósito de elevar su naturaleza. Este mortal, corrió hasta aquella gran abertura

y uno de los gigantes accionando su mecanismo y generando una vida robótica, tosca y

destructiva, quiso aplastarle con una gran maza que portaba en sus manos, no lo

consiguió, el suelo retumbaba como el vientre de un dragón escupiendo un infierno por

su boca, Rodrigo seguía vivo.

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

El segundo autómata se apostó en mitad de la entrada, su metálica mirada seguía

los pasos del intruso, levantó un gran martillo y emitiendo un chirrido ensordecedor,

dejó caer su mazo con tanta rapidez que nuestro viajero sintió su final. En este mismo

instante y con ese miedo que aviva la supervivencia, no se sabe muy bien cómo,

Rodrigo fue a refugiarse bajo uno de sus pies, y la segunda mole metálica, buscando al

enemigo, erró en el golpe y arremetió equivocadamente, quedando cojo y cayendo

pesadamente hasta que su coraza chocando contra el suelo, se quebró en dos mitades.

El rey de los hombres lo había conseguido, era libre para entrar, libre para

cumplir un sueño del que quería despertar a su pueblo, pero en aquellas soledades y con

el sudor como aliado, una sombra escurridiza le acarició la espalda. Estaba frente a

frente ante la cueva de Hércules.

Justo encima de su cabeza observó una piedra labrada, perfilábase un mensaje

en una extraña lengua que fue poco a poco transformando sus caracteres en un idioma

inteligible para él. Allí se dibujaba una bestia híbrida entre la lluvia, luchando contra un

sol oscuro, era un pájaro con garras de león y cola de serpiente, dispuesto a atacar a su

presa; justo al lado un mensaje que decía:

“Hasta aquí el hombre puede ser dueño de lo que le pertenece, su realidad acaba

tras este umbral. Aquí comienza un nuevo camino con una única advertencia:

Viajero, si temes los horrores de la serpiente que liba en el río donde nace el

fuego, no te atrevas, no te encamines, no penetres, pues algo que nace de las

profundidades poseerá para siempre tu alma”.

El mensaje desapareció difuminándose en el aquel granito.

Nuestro perplejo caminante se adentraba en los prodigios de un lugar sin tierra.

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

LOS PRODIGIOS DE UN LUGAR SIN TIERRA

Sus pasos no tocaban el suelo, fue lo primero que percibía justo antes de cerrar

los ojos y correr suicidamente hasta el interior de una profundidad que nuca fue violada

por hombre alguno.

Pudo sentir como sus primeros pasos rompían pequeños trozos de piedra blanda,

aquel era un lugar cercano al Hades pensó, una tierra ignota de misterios nunca vistos,

un lugar entre la vida y la muerte, el escenario de infernales fantasías y fabulosos

tesoros.

La luz jugaba a escaparse por entre unas grietas que penetraban como espadas de

luz, casi todo estaba en una penumbra indefinida y había polvo en suspensión, el rey

Rodrigo con lentitud penetró por los túneles que se bifurcaban en varias salas, era un

mudo laberinto, el mundo del caos en silencio perpetuo, un lugar sin tierra que parecía

ajeno a la presencia de nuestro extraño peregrino.

Tras dudar por un instante, dio una vuelta completa a un círculo cerrado y luego

viró a la derecha, se asustó, el aire quedó inmóvil en sus pulmones, no podía creer lo

que tenía frente a sí, era una sala circular, allí pudo ver una serpiente de dos metros de

alta, enroscada en sí misma, con la boca en su cola como una interminable cuerda del

tiempo que dormía sin descanso, como un monstruo que se devoraba y se vomitaba a la

vez, sin esfuerzo alguno, dormitando en eternidades. Y siguió caminando.

Pudo ver, a cada paso que daba, maravillas nunca concebidas por la mente de un

hombre: en una sala de factura negra y suelo viscoso dejó sus botas para seguir

caminando descalzo.

En una sala blanca, halló por doquier huesos y pieles de los renacidos con dolor.

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

En una sala rodeada de espejos, se topó con los sueños desnudos de una bestia

que espera su momento para despertar.

En una sala de perpetuo atardecer donde nacían de las piedras manzanas de oro,

se maravilló al intuir que aquellas delicias sólo sacian a los que han cruzado sin heridas

las orillas que dan al otro lado.

Penetró en una sala con forma elíptica, en su techo pudo ver un dibujo ocre del

gigante geométrico. Vislumbró ante su mirada el secreto del principio, el origen de su

mundo, la ceración del hombre, pudo ver al Hércules ingrávido, mensajero estelar del

conocimiento que se guardaba en aquellas soledades subterráneas.

Y finalmente, caminando como guiado por el instinto, llegó a la sala en cuyo

centro se encuentra la corona de la Luz del amanecer, tesoro que soportaba el cofre del

destino. En el centro del habitáculo, un altar, una mesa-joya imponente sujetada por

patas que desplegaban un fulgor áureo y en cuya superficie reposaban extraños

símbolos grabados, muy parecidos a las figuras geométricas que se encontró justo en la

sala de entrada.

Encima de aquella piedra cúbica de color negro perfectamente pulida, se

encontraba algo parecido a un cofre que polvoriento se protegía por un candado, ¿por

cuánto tiempo había estado allí? Quizás el tiempo no sea suficiente para medir algunos

secretos, reflexionó Rodrigo.

Nuestro protagonista de lo insólito, tenía antes sus ojos un objeto en cuyo

interior sabía que hallaría algo que nunca perteneció a ninguno de los suyos, una

entelequia, la quimera del gigante primordial, cuyo recóndito sentido pertenecía por qué

no al mismísimo Hércules, al fundador de una ciudad como origen del mundo, el mundo

que él conocía y al que quería salvar a la mayor de sus glorias.

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

A sabiendas de la historia que inauguró al hombre en su errático devenir, al

hombre subterráneo se le nubló la vista y creyó que él también podría por qué no,

convertirse en un Héroe, elevar su naturaleza y su mano, cogió fuertemente la espada

que forjaría un después tras el choque del metal en aquel objeto de ultratumba.

Un grito desgarró el silencio arañando las esquinas, violentando las tinieblas,

una voz quebrada retumbó en aquel hueco de infinita oscuridad, la espada había roto el

cofre, y allí sin más, se asomaba nuestro pretendido semidios como esperando encontrar

el secreto de su poder sobrehumano, asomado a un futuro sin retorno.

UN FUTURO SIN RETORNO

Llegada la hora de la verdad, su cabeza vacilaba al asomarse con respeto, sus

ojos soñolientos querían asombrarse de nuevo pero su rostro no quedó iluminado por el

brillo, su boca no quedó de par en par, el momento se detuvo en decepción. Al asomarse

al cofre, nuestro incansable navegante de misterios, solamente pudo ver un pergamino

enrollado sin más, lacrado eso sí, por una substancia que recordaba a una piedra líquida.

Sus manos sacaron aquello y sin vacilar extendió aquel documento donde pudo ver un

dibujo y una leyenda a modo de texto.

Todo seguía generando la tensa sensación de lo impreciso, el dibujo

representaba unos caballos blancos algo más esbeltos de lo normal, con su cola siempre

erguida, en el lomo de estas bestias sus jinetes se antojaban exóticos ya que en su

cabeza portaban bandas de tela que les rodeaba por completo su frente dejando ver un

rostro moreno, poblado de barba y con una nariz grande y aguileña. En su mano diestra

sujetaban unas espadas de forma curva como de media luna que se ensanchaban en el

filo superior. Este último detalle le indujo a pensar que se trataba de soldados nuca

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

vistos por estas tierras. ¿Quiénes eran estos personajes, que papel crucial poseían estos

originales soldados?

La imagen se nutría de otros detalles: los caballos saltaban un paso de agua entre

dos tierras, una de ellas era como un islote. Algunos personajes flotaban por los aires,

otros besaban el suelo y otros eran transportados por naves forradas como de oro. Su

emblema era de color rojo, y se observaba entre la multitud a un cabecilla que parecía

orar al cielo pidiendo el amparo de sus dioses. Luego al llegar a tierra, el emblema rojo

se extendía por doquier, un manto de sangre cubría aquel nuevo lugar conquistado, bajo

este dibujo, se plasmaban las siguientes letras en tizón: el maldito será vencido por este

ejército.

La mano del rey comenzó a temblar.

EL MALDITO SERÁ VENCIDO

De nuevo ese escalofrío por la espalda, una sombra negruzca que acariciaba

vértebra a vértebra un miedo incontestable, Rodrigo empezó a palpitar agitadamente,

¿dónde estaban los tesoros para salvar las penurias de sus súbditos? ¿Y sus propias

miserias? ¿Dónde la fórmula mágica de Hércules para ser inmortal? ¿Dónde se

encontraba el gran poder que convierte a un hombre en el Héroe de su pueblo? ¿Dónde

estaba el sueño que quería poseer? ¿Dónde la solución final a su desvelo? Nada de lo

que había visto respondía a sus anhelos, una condenación cayó sobre él, un pesado

arcano convirtió este manuscrito en la más horrenda de las derrotas, el maldito será

vencido por este ejército, se repetía en su cabeza como un gusano penetrante en el

corazón.

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Los muros de la cueva empezaron a temblar ¿o sería el miedo que retumba más

allá de su cuerpo? El rey asustado se apresuró a salir de la cueva pero se perdió, extravió

su camino, malgastó sus fuerzas. La gran serpiente, la que repta en la cueva y es más

antigua que el tiempo, fue devorando el cuerpo sin alma de una adán caído, un

desheredado cuya memoria tendrá un suspiro de eterna decepción. Su cuerpo se

convirtió en las escamas del gigante.

En las calles de Toledo, la muchedumbre ignoraba lo que se le venía encima, las

sombras siempre se ciernen bajo lo cotidiano. Cuentan que antes de lo inevitable, a la

ciudad compareció una enorme águila bicéfala que eclipsó el sol. Un gran monstruo

surcó los cielos, en su plumaje negro se atisbaba la penuria. De los picos de este

monstruo salían dos tizones encendidos, la bestia dio tres vueltas alrededor del palacio

encantado y dejó caer los tizones con fuerza, la torre que quedó herida por el rayo, y el

fuego se hizo dueño de sus muros.

Aquel desastre y sus rescoldos, duraron hasta que el centinela de Toledo hizo

sangrar su garganta por un grito presagio de innumerables cambios, y todo cambio se

nutre del caos. En ese instante se dice que una lluvia bañó el rostro del vigía y que las

gotas de lluvia al contacto con los hombres y mujeres de la ciudad se tornaron en sangre

como si la muerte fuera marcando a los que recogería más tarde.

En memoria de aquel suceso, se dice que en Toledo un día anidó un sol negro en

un tiempo ya olvidado, se dice que un águila deforme de dos cabezas preside el

recuerdo de sus puertas. Y la ciudad cobijó al fin su magia y su inmenso poder quedó

escondido en sus entrañas.

Lo demás es historia, los pasos escritos del recuerdo que añoran un final distinto.

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Según los que empapan con sus letras las imágenes del pasado, Tariq y su

ejército llegó a las costas de Iberia en el año 711, movidas por una traición y un sueño

profético venido de un único dios llamado Allāh. Un ciclo había concluido y el hombre

que pudo reinar en paz con los suyos, será recordado como el exiliado del paraíso, como

el vano intento de imaginar que se es un hombre que conquista las alturas más allá de

cualquier cielo.

Esta es la leyenda del Héroe y su final desenlace.

Que todos los símbolos del bosque iluminen al que venga detrás de este mito.

Dei Omnes Munda Edunt

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

CONVERSACIONES CON EL MAESTRO OCULTO DE TOLEDO

Noches de la uno a la siete: La Cueva de Hércules como punto de partida.

En Toledo está Rodrigo al comienzo del reinado,

vínole gran voluntad de ver lo que está cerrado

en la torre que esta allí, antigua de muchos años.

En esta torre los reyes cado uno echó un candado,

por que lo mandó así, Hércules el afamado.

*Antiguo romance

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

INDICE:

Presentación: El Maestro Oculto de Toledo

*Primera Noche: “Donde se habla de la Metafísica que subyace a todo hecho

histórico de cierta de relevancia y de cómo Toledo ha jugado y juega un papel

fundamental en ese reverso invisible del acontecer universal”

*Segunda Noche: “Donde se habla de una Edad Mítica en la que ya se ubica el

origen de Toledo y de todas las implicaciones que dicha leyenda de los orígenes podría

tener”

*Tercera Noche: “Donde se continúa con la Cueva de Hércules y se siguen

presentando las posibilidades que dicha leyenda muestra sobre el Misterio de Toledo”

*Cuarta Noche: “En la que se habla de cual fue el capítulo final de la leyenda

de la Cueva de Hércules y de cómo ésta podría incluso continuar escribiéndose a día de

hoy”

*Quinta noche: “En la que se profundiza en la idea de una leyenda de la Cueva

de Hércules que seguiría vigente en nuestros días”

*Sexta Noche: “En la que se hace un paréntesis en el desarrollo de los

argumentos tratados para hablar de Florinda la Cava y de las fuentes literarias”

*Séptima Noche: “Donde se nos anuncia el recorrido por la historia de Toledo

a partir de los principios e ideas recogidos en las anteriores noches”

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Presentación:

El Maestro Oculto de Toledo

El Maestro Oculto de Toledo me encontró él a mí, y no yo a él. De hecho no es

alguien a quien pueda encontrarse deliberadamente a fuerza de indagar e investigar en

los rincones apartados y solitarios de esta ciudad. No lo encontrarás entre las páginas

del libro en piedra que es Toledo, por mucho que este libro te insinúe e incluso muestre

lo mucho de su corazón Oculto. El Maestro así no puede ser encontrado, pero él si

puede localizarte a ti. Estudiándote invisible y sutil sin que tú te percates, siguiendo

como distraído tus pasos y rutinas, cruzándose contigo en un aparente encuentro casual

en el que jamás imaginarías que estabas siendo calibrado, medido, valorado. Fueron así

mis errabundos paseos nocturnos por Toledo, siempre solo y abstraído con el encanto

mágico de sus calles, los que le hicieron saber de mí. Y me fue estudiando, se me fue

acercando poco a poco, me fue probando sin apenas percatarme, hasta que finalmente

una noche de invierno y niebla me mostró su verdadero rostro y clavó después sus ojos

en los míos. No vacilé y asentí, siendo entonces que supe que aquello que el Destino me

tuviera preparado se me estaba revelando, y que a partir de ese momento yo también y

humildemente, tendría que poner de mi mismo en el Misterio de Toledo.

A partir de esa noche, siempre entre los meses de Noviembre y Marzo, y

especialmente las noches más frías y oscuras de invierno, me fui citando periódicamente

con él en largos paseos nocturnos por el casco antiguo de Toledo. Días entre semana a

horas intempestivas en las que apenas si hay un alma por las calles. Solos él y yo,

escuchando atento como me iba entretejiendo la Historia Mágica de la Ciudad del Tajo

engarzándola con una plan más vasto en el que la Luz y las Tinieblas, mantenían un

largo y sostenido pulso por su primacía en el corazón de los Hombres.

23
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Fueron hondas conversaciones en las que él hablaba, y yo escuchaba y

tímidamente preguntaba, y Toledo en silencio, como amortajado por la noche y el frió,

nos contemplaba. Esto que recojo aquí no son sino las notas que tomé de aquellos

paseos, notas que él mismo me invitó a ordenar y divulgar.

Pasado un tiempo me dijo que volvería a ocultarse, que lo hablado y comentado

era ya opúsculo suficiente para la Edad que nos tocaba vivir, que no se apartaría, que

como siempre se mantendría vigilante, pero que por ahora volvía a hacerse invisible

incluso para mí. Antes de despedirse me indicó que más adelante, quizás cuando la edad

empezará a cansar mis pasos, volvería a encontrarse conmigo. Siendo entonces que

volveríamos a hablar y pasear por las calles de Toledo en las noches más frías y

oscuras del invierno, mostrándome llegado ese momento lo que el alma oculta de esta

ciudad me podría ofrecer, si estoy preparado y acepto. De esto último no puedo decir

más, pero hasta que llegue ese día, aguardo paciente cumpliendo con humildad la tarea

encomendada. Estos textos que aquí presento, no son sino parte de esa tarea…

Primera Noche: “Donde se habla de la Metafísica que subyace a todo hecho

histórico de cierta de relevancia y de cómo Toledo ha jugado y juega un papel

fundamental en ese reverso invisible del acontecer universal”

La primera noche me encaminó a las afueras del casco Antiguo por la ronda de

Toledo, para después subir a un imponente cerro desde el que se contempla a sus pies la

propia ciudad, y el río que la circunda. Las vistas desde dicho altozano muestran Toledo

como un paisaje encantado extraído de un cuento de hadas. Rodeada por un rió negro y

24
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

caudaloso, entre dos puentes de piedra y un castillo, cercada por colinas y arroyos que

van a dar a dicho río, y desplegada frente a ti, como si estuvieran al alcance de la mano,

en todo su dédalo de callejuelas retorcidas y empinadas apenas iluminadas, a las que

preside una majestuosa y misteriosa Catedral, y un severo y orgulloso Alcázar. A este

monte al que subimos lo llaman el Cerro del Bu.

Fue allí que me dio su primera de una serie de largas exposiciones a través de las

cuales y noche tras noche, el sentido oculto de la Historia, Leyendas, y anécdotas de

Toledo me fue siendo mostrado. Siendo en aquella primera noche que me habló del

marco general en el que deberíamos encuadrar todo lo que se fuera decir sobre Toledo.

Como si la Historia y Misterio de esta ciudad, no fueran sino el reflejo de un marco más

amplio y grave, reflejo de una lucha cósmica y universal. Lucha inacabada a lo largo del

acontecer histórico, conflicto continuado y siempre renovado, entre unos Principios

Superiores de orden Trascendente, y unas potencias ínferas de negación primordial.

Potencias que desde el principio de los tiempos habrían conspirado por la corrupción y

sometimiento vil de la Creación.

Toledo se me mostraba así como un microcosmos en el que la esencia misma del

Todo Universal estaba recogida, y el conflicto casi infinito que anida en dicho Todo,

Luz y Tinieblas, se habría dado continuadamente a lo largo del tiempo. Siendo éste la

tramoya oculta que sostenía hasta los más nimios detalles de la Historia misma de

Toledo. Tanto así que consciente o inconscientemente, de una manera u otra y a lo largo

de los siglos, los mismos toledanos habrían participado en tal conflicto, señalándose a

su vez y como en una Profecía, un horizonte último en el que dicha Lucha Espiritual

tendría su final. De dicho Final y en todo caso nada se decía ni se podía saber, y quien

finalmente fuera a prevalecer permanecía en absoluto misterio, pues es de la decisión y

coraje del Hombre de quien en última instancia parece que dependerá la victoria o

25
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

derrota de la Sombra, y siendo así y de la conclusión de los tiempos últimos, puede

decirse entonces y a pesar de todo, que el Destino sigue estando en nuestras manos…

El Maestro me explicó que la Luz Suprema esta más allá de toda oscuridad y es

del Hombre de quien depende que el Fuego Secreto que nos ha sido dado, prenda en el

Mundo elevando la Creación a su origen Trascendente. Del mismo modo y también por

mano del Hombre podrá darse la posibilidad de que dicho fuego sea malogrado.

Dejándose sofocar entonces por la corrupción de las Tinieblas y conduciendo la

Creación a un viaje sin retorno hacia la Nada.

En todo caso de las postrimerías y los tiempos últimos como ya he dicho, nada

se sabe, y ni siquiera el Maestro Oculto de Toledo conoce cual puede ser el Capítulo

Final de esta larga lucha universal. Si bien en un determinado sentido esta

absolutamente esclarecido: lo que encontremos al final del camino será fruto de nuestras

decisiones y adhesiones, el camino deberá labrarse en lucha continua y renovada, y en

lo que tenga que suceder y para todos los casos, Toledo habrá jugado desde el primero

momento y hasta el final, un papel fundamental. Tanto así que si se salva Toledo, será

señal de una Sombra en retirada. Y si cae Toledo, será señal de un Mundo anegado por

la definitiva Oscuridad…

-Vivimos tiempos difíciles para las cosas del Espíritu-Me dijo el Maestro

mientras su silueta se recortaba contra un Toledo anochecido y solemne.

-Hemos creado nuestro propio tirano y lo hemos hecho otorgando a las Tinieblas

todo su poder sobre nuestra obra. Somos esclavos de una Gran Máquina Infernal que

hemos construido por inspiración de quien todo lo corrompe y mal logra, y ahora

cegados con su falsa luz caminamos al son de su sinsentido sin percatarnos de cuan

cerca estamos ya del Abismo. El Mundo ha quedado así oscurecido y en el largo

proceso de siglos en el que la lucha entre el Ser y el Contra-Ser se había mantenido en

26
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

un mínimo equilibrio, llegada esta infausta Edad, el Enemigo ha conseguido sin

embargo imponerse instaurando el reino de su inspiración. El reino ciego de un terrible

Golem. Es así que el Fuego Secreto ha quedado soterrado y la Raza del Espíritu

sobrevive emboscada, oculta y proscrita. Y bien parece que la mano del Golem se

extiende sobre nosotros fingiendo un manto de protección. Dicha protección no es sino

la seguridad que dispensa el amo a sus esclavos…

Es así la Historia humana el conflicto infinito entre la Sombra y el Espíritu, y es

en el Hombre que dicha lucha tiene su máximo valedor. Es de nosotros que dependerá

nuestra propia ruina y extinción espiritual, o nuestra Plenitud y Victoria Trascendente.

La Sombra de hecho no puede mucho. Es solo eso, una sombra, una ausencia, y desde

ahí, una llamada a la corrupción y envilecimiento de todas las cosas. Pero quien se

envilece y corrompe somos nosotros, quien se adhiere a la “ausencia”, a su reclamo y

consecuencias somos nosotros. Del mismo modo que quien se eleva por encima de las

Tinieblas y somete al silencio a la voz de las Sombras, también somos nosotros. Esta es

la prueba, la aventura y tragedia del Hombre, y todos participamos en ella, pues todos

somos queramos o no, actores principales de esta Gran Guerra.

Siendo ésta la tramoya oculta de la Historia nada puede ser ni visto ni leído con

los mismos ojos, pues en todas partes se enfrentan ambos polos, y en todo Hombre,

hasta en el más insignificante y subalterno, hay no solo un campo de batalla, sino

también un potencial paladín de la Luz y el Orden frente a las potencias del Caos y la

Nada. Del igual manera y por supuesto también en todos nosotros cabrá la posibilidad

de terminar siendo meros esclavos de la Sombra, narcotizados y sedados con su falsa

luz y vida, casi inconscientes de nuestra propia ruina. Marchando a su son como

cuerpos sin alma de rostros sonrientes pero sin alegría, mientras en las últimas fronteras,

27
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Hombres solitarios se resisten a convertirse en una pieza más de la gran maquinaria del

engaño.

Es así que en esta edad oscura que nos ha tocado vivir, la égida del Golem se

extiende por el mundo, y aquellos que en plena consciencia urdieron su figura y poder,

se congratulan solaces de sus logros frente a un Reino del Espíritu en aparente

retroceso. Esos que levantaron la Gran Máquina Infernal y programaron su fuerza son

algo más que hombres vaciados de espíritu, son verdaderos paladines del Enemigo a los

que se ha prometido un alma ensoberbecida y ciega de oro. Hombres convertidos en

serpientes cuyas palabras y acciones son veneno y a los que la Sombra ha susurrado al

oído: “seréis Reyes de la Tierra de espaldas al Cielo, y nada escapará a vuestros

deseos”.

Estos Hombres-Serpiente están detrás del propio Golem y conspiran desde

siempre contra todos nosotros. Detrás de ellos no esta sino la Sombra Primera, el

Enemigo, que bien sabe que todo poder en la tierra de espaldas al Cielo no será sino

antesala de la Nada y mal logro de una Creación llamada a algo más, que a su propia

disolución.

Esta es la Metafísica de la Historia a la que nos atenemos-continuó diciendo el

Maestro-y este es el marco donde se encuadra el Misterio y la singladura, a lo largo de

los siglos, de la ciudad de Toledo. Desde aquí leeremos su historia y leyendas, viendo

entonces hasta que punto nos indican tanto lo que esta por venir, como lo que debe ser

hecho. Es así que deberemos entender que en lo profundo de muchas tradiciones y

leyendas de las que comúnmente se llaman populares, reside una esencia cuyo origen no

es popular. Lo popular sería solo su supervivencia a lo largo del tiempo, pues si se va a

lo más hondo de los contenidos de dichas leyendas, encontramos datos de orden

esotérico y sapiencial. Es decir, contenidos de aquello que precisamente y por su propia

28
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

naturaleza, nunca pertenece al plano de lo “popular”. Es como si el pueblo llano

conservará sin saberlo ni comprenderlo, y a través de dichas tradiciones y leyendas,

contenidos ocultos de un Orden Superior. Como si los representantes de la más alta

Tradición esotérica confiaran a los símbolos y mitos de una memoria colectiva, una

sabiduría perenne que precisamente a través de dicha cultura popular, consigue

mantenerse viva, y a su vez oculta. Lejos de las adulteraciones de un conocimiento

profano y desacralizado, y a la vez presente para aquellos que sean capaces de desvelar

dicho fondo esotérico. En cierta medida podrá decirse, que llegado un ciclo de sombras

y confusión, es precisamente ese mundo de mitos y leyendas, el mejor lugar donde

esconder los tesoros, del más elevado conocimiento…

-La noche se había vuelto ya impenetrable y eran solo las pálidas luces que

llegaban desde las farolas de las calles de Toledo, las que apenas me permitían

distinguir al Maestro en medio de la oscuridad. Nuestra primera noche tocaba ya casi a

su fin y el Maestro habló entonces bajando su voz, cargando sus palabras con especial

intensidad, como si ese momento se estuviera cerrando conmigo, un definitivo

compromiso:

-En esta Edad que nos ha tocado, Edad del Reino del Golem, el mundo ha

quedado dividido en tres territorios distintos. Por un lado las Tierras Devastadas, donde

el poder de la Sombra se ha impuesto sin remisión y ya nada desde sí mismas puede

salvarlas. Son las tierras sin esperanza donde ingentes hordas de esclavos son triturados

día tras día por la Gran Maquina Infernal mientras en sus rostros, se mantiene una

triste e idiota sonrisa de quien nada sabe de la Vida.

Luego están las Tierras de Refugio. Remotas, apartadas, solitarias, recónditas,

allá donde el Golem y sus sicarios y esclavos no pueden llegar. Últimos espacios libres

donde no hay más oscuridad que la de la noche, y las estrellas aún brillan anunciando lo

29
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Imperecedero e Inmutable. Son lugares de difícil acceso, apenas conocidos o habitados,

lugares donde retirarse a coger fuerzas y curar las heridas, lugares donde guarnecer a

aquellos que vencidos por la edad o la enfermedad no pueden seguir luchando, lugares

donde exiliarse cuando las posiciones se pierden y los bastiones caen, lugares donde

emboscarse a la espera de una mejor oportunidad...

Finalmente están las Tierras de Resistencia, los últimos bastiones en los que la

Sombra no ha mordido del todo y es posible aún hacerla retroceder. Plazas en las que es

todavía posible combatir y recuperar territorio. Donde todavía se pueden levantar altas

torres desde las que mantener alejada la Sombra y sus desafueros. Lugares en los que

nos jugamos el ser o no ser de nuestra Cruzada, y donde es puesta a prueba nuestra

Lealtad. Estos son los lugares más importantes, en ellos se dirime el sentido de esta

Edad y la siembra de un nuevo ciclo en el que realmente la Sombra, pueda ser

derrotada.

Si hay alguna Esperanza para este Mundo, depende de que estos bastiones

resistan y prevalezcan. Solo entonces será posible preparar un Nuevo Tiempo en el que

realmente se pueda plantar lucha abierta contra el Golem y entonces sí, derribarlo a él y

su esclavitud. Destruyendo para siempre la Gran Maquina Infernal. Será entonces

tiempo de juzgar y condenar a esos Hombres Serpiente que al servicio de la Sombra,

levantaron para nuestra ruina el Reino del Golem. Pero esa batalla final no ha llegado

aún, y siquiera sabemos ahora si algún día llegará. Por ahora se debe resistir y sembrar,

preparar y cultivar un nuevo ciclo en el que entonces sí, nos este permitido aspirar a la

Victoria. Hasta entonces, esa humilde resistencia y siembra, ha de ser la tarea de los

Hombres de la Raza del Espíritu.

Obviamente Toledo es una de esas Tierras de Resistencia, más aún, es una de

las claves de esa siembra que puede devolver la esperanza a un Mundo oscurecido.

30
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Toledo es un bastión y campo de batalla desde el principio de los Tiempos, y en todo

momento los avances y retrocesos de la Sombra en este lugar, habrán marcado

momentos claves de la Gran Guerra Universal. En Toledo la batalla implica a la Tierra

entera y de su destino depende también el destino de otros muchos, tanto así que sin su

salvación, bien parece poco posible que pueda haber salvación para nadie más. En

Toledo la Raza del Espíritu se la juega, y aquí la batalla infinita no puede dejar de tener

lugar si aspiramos a devolver a la Sombra a su ausencia primordial, allá donde nada

puede conspirar. Será entonces posible volver a estar hechos no para la Muerte y la

Nada, sino para la Trascendencia y el Absoluto.

Hay otros lugares decisivos en el Mundo, hay otros puntos de inflexión en la

geografía universal de la Gran Guerra, no solo estará Toledo, pero nuestro campo de

batalla es Toledo. Y el mensaje no es otro que recordar que vivimos en un Mundo

encantado, que Toledo es clave en ese encantamiento, y que dicho encantamiento,

habita la Tierra y el corazón de los Hombres con la llama del Espíritu. Siendo entonces

posibles los Dioses y los Héroes, la vida como saga y epopeya, la Lucha Universal

contra las potencias de las Tinieblas…

-Algunos Hombres siguen teniendo “espina dorsal” en sus almas a pesar del

Reino del Golem, y a ellos van dirigidas las palabras del Maestro Oculto de Toledo.

Para los demás nada de lo que pueda ser dicho aquí tendrá ningún interés, y harán bien

en no seguir más con esta lectura. Para ellos no hay batalla ninguna salvo la de su

pequeña inmediatez e individualidad, y el Reino del Golem no es sino su propia vida y

pan de cada día. En nada puede interesar lo que tengan que decir u opinar, ellos ya han

entregado su alma al señor de las Sombras.

Para los otros recordar, para los que quieren resistir, sembrar y luchar, un

mensaje que no debe ser olvidado: Ellos mismos son tierras devastadas, tierras de

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

refugio, o bastiones de resistencia. Ellos mismos pueden ser Raza del Espíritu, esclavos

de la Gran Maquina Infernal, o sicarios de las Tinieblas. Ellos mismos son en definitiva

campos de batalla en la Gran Guerra. En ellos se dirime también el Destino final de la

Humanidad. Son la semilla del Fuego Secreto que debe ser plantada y germinada. Son

el anuncio y vanguardia del retorno del Espíritu…

Tras esta primera noche el resto de nuestros paseos se llevaron a cabo por el

casco antiguo de la ciudad de Toledo. Al tiempo siendo ésta la panorámica general en

la que se encuadraría todo lo que después me fue explicando y narrando, los distintos

acontecimientos y leyendas de la ciudad se vieron convertidos en episodios, símbolos y

crónica de esa Gran Guerra Universal, así como en vías para su renovación continua.

Segunda Noche: “Donde se habla de una Edad Mítica en la que ya se ubica el

origen de Toledo y de todas las implicaciones que dicha leyenda de los orígenes podría

tener”

Aquella segunda noche fue la primera en la que en compañía del Maestro nos

zambullimos en el laberinto de callejas de Toledo, tejiendo y destejiendo con nuestros

pasos y sus palabras el mito mismo de un Toledo originario, situada más allá del

tiempo histórico.

-Hablaremos de la primera Edad, me dijo, y en ella ya verás sembrada la

simiente del Misterio de Toledo.

La primera Edad es una Edad Mítica, es una edad de dioses y héroes, de hechos

que ocurren en un tiempo suprahistórico que es a su vez principio y fundación del que

32
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

emanar después el discurrir de los siglos. Ubicada en una esfera inasible a las ciencias

profanas la Edad Mítica nos llega con el velo de los grandes símbolos, y solo el ámbito

de la mitología parece poder dar cuenta de ella. Es así el origen e inicio de la singladura

de esta ciudad, y es al mismo tiempo un origen que no pertenece a la esfera del simple

devenir. Una fuente primera a la que no se puede acceder mediante la arqueología o el

estudio de la Prehistoria, y cuyo asiento está en la dimensión del Arquetipo, en la región

del Mito. Allá donde los principios originarios dan las pautas que marcarán los cauces

posteriores del correr del Tiempo, y éste si mantiene una larga memoria podrá

siempre recordar cual es la demanda de su Destino. Esa larga memoria, se ha

mantenido en Toledo…

-La mitología matriz y así fundamental de esta ciudad, es la de la leyenda de la

Cueva de Hércules.

Son distintas las versiones que nos habrán llegado de esta leyenda, y la misma

habrá recibido diversas modificaciones, adulteraciones, y enriquecimientos a lo largo de

la Historia. Luego entraremos brevemente a repasar algunos momentos especialmente

relevantes de su discurrir a lo largo de los siglos, si bien ahora es más importante

detenernos es su estructura esencial y en sus imágenes principales.

La leyenda de la Cueva de Hércules es la leyenda de la fundación de Toledo. En

ella lo primero que encontramos es el Héroe. El Hombre que trasciende su mera

humanidad y conecta la esfera de los mortales con la esfera de los Inmortales. El Héroe

como aquel capaz de abrir la naturaleza humana al reino del Espíritu no solo en virtud

de su origen divino-Hércules hijo de Zeus y de mujer mortal-sino también en virtud de

una vida de pruebas, hazañas, superación y apoteosis final que le hacen merecedor de un

puesto en el Olimpo. En el Héroe se da así la plenitud de lo Humano, que no es otra

que aquella que nos religa con nuestro origen Sobrenatural.

33
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

El segundo elemento que encontramos es la cueva. Las entrañas de la Tierra. El

descenso a los ínferos, descenso que en sí es ya prueba arquetípica de todo Héroe

mítico. Prueba en la cual el Héroe deberá resolver ya parte de su Destino y tarea y a

partir de la cual, se establece una fundación, un cambio de fase, un nuevo ciclo que

implicará ahora sí al común de los mortales.

Asociada a la cueva un tesoro, una sabiduría, un conocimiento secreto. Y

entonces sobre la cueva un tabú, un cerrojo, un límite que solo al semidiós, al Héroe, le

esta permitido rebasar. Y sobre la cueva una torre, torre de enseñanza y magia, y en la

torre unos discípulos y un maestro, y alrededor de la torre-escuela una ciudad, y

alrededor de la ciudad un reino. Y ése, es el origen de Toledo…

La leyenda nos dice así y de modo sintético que Hércules habría llegado al

promontorio rocoso donde a día de hoy se levanta la ciudad de Toledo, subiendo a su

cumbre habría encontrado la entrada a una profunda cueva. El Héroe desciende al

interior del subterráneo y allí encuentra un Dragón, una Sierpe gigantesca. Héroe y

Bestia se enfrentan y como no podía ser de otra manera el Héroe se impone. En algunas

versiones Hércules bebe la sangre del Dragón derrotado, en otras lo somete y encadena,

en otras encuentra allí los tesoros y secretos que el Monstruo custodiaba. En todo caso e

independientemente de las versiones ya sea por beber la sangre, ya sea por esclavizar al

Dragón y obligarle a mostrar todo lo que sabe, o ya sea por la sabiduría que éste

guardaba en su cueva, Hércules adquiere entonces un conocimiento mágico y secreto.

Un conocimiento trascendente vedado al común de los Hombres.

Hércules convertirá la cueva del Dragón en su cueva, y la explora y amplia, y es

así que se convierte en la Cueva de Hércules. Y sobre ella levanta una torre, y en la torre

convoca a siete magos cada siete años, y allí les imparte la enseñanza secreta que

adquirió en su descenso a las entrañas de la Tierra y en su lucha con el Dragón. Y esos

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

magos que llegan a la “cueva-torre-escuela” levantan una ciudad alrededor de la misma.

Y éstos son los primeros toledanos, y alrededor de dicha ciudad se conforma un reino, y

Hércules es entonces el primer rey de Toledo. La primera parte de la leyenda ya esta

frente a nosotros, hemos conocido la aparición de la Cueva de Hércules y el Palacio

Encantado de Toledo…

Antes de seguir nos detenemos en algunos elementos importantes que esta

primera parte de la leyenda nos esta indicando.

En primer lugar el origen de la ciudad de Toledo asociado a un centro de

enseñanzas mágicas. Centro que tiene como maestro y mentor a un semidiós, a un

Héroe, al propio Hércules. Siendo los discípulos de dicho “héroe-mago”, los primeros

toledanos y aquellos que construirán la ciudad alrededor de ese centro.

Al tiempo la idea de un centro de enseñanzas mágicas constituido por las

imágenes harto simbólicas de la Torre y la Cueva. Concretamente de la Torre levantada

sobre una Cueva. Cueva que es símbolo del acceso al “submundo”, a las entrañas de la

“Tierra-Universo-Alma”, y Torre que es señal de vía de conexión con los Cielos, con el

reino del Espíritu, con lo Sobrenatural. La unión de ambos polos, el que desciende y el

que se eleva, se da precisamente alrededor de la idea de las Artes Mágicas, del

Conocimiento Mágico. Magia que se hace así ciencia del Espíritu y poder sobre las

fuerzas ocultas del Universo, poder espiritual que levanta altas torres para hablar con los

dioses, y que desciende a su vez al corazón de la Tierra en pos de la teurgia. Magia que

entonces y como no podía ser de otra manera se hace Conocimiento Secreto, elitista,

para “siete magos cada siete años”, que se hace en definitiva “esoterismo”.

Dicha “torre-cueva” a su vez, si es centro mágico y puerta tanto al inframundo

como a los Cielos, no es tanto por su rey, Hércules, como por lo que éste adquiere allí.

Es decir, por su descenso a la cueva y su enfrentamiento con el Dragón. Siendo de éste

35
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

último que de una manera u otra surge dicho conocimiento mágico, y Hércules se

convierte en afamado maestro de las Artes Mágicas. Para la adquisición de éste poder y

ciencia la condición sine qua non es imponerse a la Bestia. Solo quien somete al Dragón

puede obtener de él aquello que éste guarda: el tesoro de una sabiduría Secreta y

Trascendente.

Por supuesto esta prueba, no puede afrontarla cualquiera, es la prueba propia de

un Héroe, de un semidiós, de aquel que ya porta de nacimiento y en su alma una chispa

divina. De esta chispa podrá decirse que es en las pruebas y tareas del Héroe que éste da

cumplida realización a su más alta posibilidad, y dicha chispa divina no se malogra,

siendo entonces que aquello que la Bestia guarda escondido en las entrañas de la Tierra

puede ser conquistado, y a través del Héroe, puede ser comunicado a los Hombres. De

alguna manera la función del Héroe sería precisamente esa, conquistar aquello que esta

más allá de las posibilidades humanas, para poder hacerlo llegar a los mortales.

Tenemos así que en Toledo el mitema del Héroe encuentra plena expresión, pues

supera la prueba del Dragón, adquiere el Tesoro de esa Sabiduría Secreta, y donde antes

estaba el reino estéril de la Bestia, ahora puede fundarse una ciudad y un reino teniendo

como centro y referencia dicho Tesoro.

Aquí se va a dar también un detalle importante. Hércules se hace señor de dicha

cueva, donde antes se imponía un Dragón ahora reina un Héroe, y aquello que el

Dragón guardaba es ahora mostrado a los Hombres. Es señalado incluso en la distancia

con una gran torre. Pero ¡ojo! No todos pueden entrar en dicha “torre-cueva”. Son

“siete magos cada siete años”, son independientemente de las distintas versiones de la

leyenda, una minoría selecta. Una minoría predispuesta, son ya previamente magos,

ordenados conforme a una pauta, siete y siete, y que en todo caso necesitan del

36
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

beneplácito del mentor, del Maestro. Del señor de la torre-cueva de enseñanzas mágicas

que es el Héroe fundador.

Es así una enseñanza elitista, esotérica, que no puede ni debe ponerse al alcance

de cualquiera. Puede sobreentenderse que es demasiado honda, poderosa, profunda

como para poder ser divulgada entre las gentes. Debe así saberse de su autoridad, la

Torre y Hércules, y puede fundarse un reino en torno a ella. Pero solo unos pocos

elegidos pueden recibirla.

Esta idea será clave y como veremos estará en los fundamentos de la segunda

parte de la leyenda. Pues esta no termina aquí y continúa con otros dos episodios más.

De esa continuación de la leyenda de la Cueva de Hércules, el Maestro Oculto de

Toledo me habló ya en las siguientes noches.

Tercera Noche: “Donde se continúa con la Cueva de Hércules y se siguen

presentando las posibilidades que dicha leyenda muestra sobre el Misterio de Toledo”

-Hércules finalmente marcha…

El Maestro me indicaba ahora conforme Toledo nos envolvía con su niebla y su

noche invernal, como en la propia fundación de Toledo alrededor de aquella mítica

escuela de Magia, se habría establecido ya el Destino y Misterio de la ciudad.

-Hércules abandona Toledo, puede inferirse incluso un “conviene que me vaya”

dirigido por el rey-mago a sus discípulos. El semidiós ha conquistado un lugar

venciendo a la Bestia que lo enseñoreaba, y ha obtenido de ésta un conocimiento

trascendente. Dicho conocimiento ha sido entregado durante años a una minoría selecta

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

y esta minoría ha fundado una ciudad y un reino alrededor de dicha Autoridad. Pero

ahora el Héroe debe marchar…

El mitema de la marcha del Héroe fundador es un clásico dentro del acervo

universal del pensamiento mítico, y a él va siempre asociada la idea de que a partir de

ese momento el legado del Héroe pasa definitivamente a los Hombres, y éstos se

convierten así en responsables del mismo. De los Hombres y en exclusiva dependerá a

partir de ese momento el buen uso, cuidado, memoria y respeto de la enseñanza recibida

por el semidiós. Y del mismo modo se establecerá que eso que el Héroe conquistó para

los Hombres y enseño a usar, si no es debidamente manejado, podría traer la Perdición.

Es de este modo que el Héroe pone a prueba a sus herederos, son ellos ahora los

que tienen que saber gestionar la heredad que el Héroe les deja. Se ha fundado una

ciudad y un reino, se ha establecido un referente de Autoridad, y se ha creado una

minoría selecta formada en un Conocimiento Secreto que solo un Héroe podía haber

hecho llegar a los Hombres. Es el momento de que éstos por si mismos se hagan cargo

ahora de dicho reino.

Hércules marcha y establece entonces un tabú, una regla superior que asegura el

respeto a su legado y sella un pacto entre él y sus herederos. En su torre, aquella desde

la cual se accede a su cueva, coloca un candado en la puerta. Y nadie osará profanar la

casa de Hércules si en algo se estima la grandeza y poder del reino, y rey tras rey todos

los reyes de Toledo y a partir de ese momento, renovarán el pacto de lealtad con

Hércules colocando un nuevo candado. La “torre-cueva” de Hércules se convierte en la

casa encerrojada, y quedan entonces doce discípulos que se van renovando a lo largo del

tiempo y que conforman ya una Orden de Magos Toledanos. Estos doce magos

custodiarán el respeto del tabú de Hércules y ello serán quienes oficiarán la ceremonia

en la que cada nuevo rey de Toledo, coloca un nuevo candado en la puerta de la torre.

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

La leyenda ha entrado en una nueva fase y ahora la casa de Hércules esta cerrada, de

ella surgió la ciudad y el reino, pero ahora que el Héroe ha marchado debe cerrarse.

Queda una Orden de Magos Toledanos que en número de doce velan por el respeto del

tabú, y se les supone custodios de las propias enseñanzas de Hércules y guardianes así

de esa magia toledana que ha sido fermento de la ciudad. Pero la marcha de Hércules da

paso al común de los Hombres y en ellos comienza el propio discurrir histórico de

Toledo. Entramos en un nuevo ciclo, da comienzo una nueva Edad.

Antes de aproximarnos a esa Edad ya Histórica y no arcaica y mítica,

detengámonos brevemente en todo lo que nos dice esta segunda parte de la leyenda.

Tenemos como hemos visto la partida del Héroe, el establecimiento de un tabú,

el surgir de unos guardianes del tabú, se supone instituidos por el propio Hércules, y la

entrada de Toledo en un ciclo que a partir de ese momento se hace ya plenamente

histórico. Descendemos del mundo de los Héroes y los Dioses, al mundo de los

Hombres.

En este proceso se destaca la idea del Héroe que marcha, del Héroe que tras

haber cumplido su labor de intermediación entre los Hombres y aquello que esta más

allá de los Hombres, debe partir. Deja atrás una fundación, un reino de prosperidad y

orden alrededor de un símbolo de autoridad. Y deja también unos depositarios de dicha

autoridad que serán los que por un lado, conserven el legado del conocimiento

trascendente que el Héroe conquistó para los Hombres y, por otro, velen por el respeto a

aquello que en todo caso no puede ser manejado por los Hombres sino es a través del

semidiós. La idea es así que hay parte de ese Conocimiento Secreto que no solo es

elitista y esotérico, sino que además por si mismo y sin la intermediación del Héroe,

más vale dejarlo guardado, encerrado tras unos candados. Como si los Hombres

debieran evitar querer acceder a aquello que solo es propio de semidioses, y en ese

39
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

mismo respeto a los límites de su condición, estuvieran asegurándose la plenitud de su

reino.

Dicho esto y sin embargo, es fundamental pensar que aquello que debe ser

guardado tras unos cerrojos queda allí, no marcha con el Héroe. Ha sido germen del

reino y no puede ahora ser llevado o trasladado. Es parte consustancial de la ciudad y el

reino, por guardado y oculto que deba permanecer, y es precisamente en el acto

renovado rey tras rey, candado tras candado, de afirmar la intención de mantener allí

guardado aquello que no debe ser profanado, que la ciudad asegura su propia paz y

prosperidad, su propio orden y armonía para con el Universo.

Del mismo modo, el hecho de que quede algo en la cueva que no debe ser puesto

al alcance de los Hombres, y que éstos deben velar para que así sea, no solo es una

prueba de lealtad de los Hombres para con su benefactor-el Héroe fundador Hércules-

sino que además, es una promesa tácita del regreso de éste. El Héroe marcha pero no

para siempre. Aquello que solo a él le esta dado manejar y que sin embargo queda con

nosotros, es señal misma de su futuro regreso, regreso hasta el cual su tabú debe ser

respetado y que convierte a todo rey de Toledo, en senescal del verdadero rey que ahora

no está pero que volverá. Rey primero que no es otro que el semidiós Hércules.

Abundando un poco más en esta idea, cabría plantearse también la opción de que

quizás no tanto el regreso del Rey esté asegurado, como que en el caso de que los

Hombres profanaran aquello que debe permanecer oculto, solo el verdadero Rey podría

reestablecer el orden perdido, siendo entonces que es después de una profanación de la

cueva, que se pondría en marcha el mitema del regreso del Héroe fundador, de aquel

que renovaría el reino y devolvería el orden y la paz a la ciudad.

En todo caso siempre queda como elemento principal de esta segunda parte de la

leyenda, el hecho de que ahora los Hombres ya no tenemos al semidiós con nosotros y

40
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

que éste habiendo partido ha dejado un reino establecido, una prosperidad asentada,

pero también un límite de acción a los toledanos. Toledo entra ahora en una fase

plenamente histórica y son ahora los Hombres los únicos responsables del acontecer del

reino. En su mano esta mantenerlo o malograrlo, y en el propio símbolo de la “casa-

cueva” encerrojada se cifra la posibilidad de esa prosperidad y paz, o el riesgo de su

Perdición.

Obviamente será en la tercera parte de la leyenda que sabremos de cual fue el

destino que se cernió sobre Toledo, a este respecto.

Cuarta Noche: “En la que se habla de cual fue el capítulo final de la leyenda de

la Cueva de Hércules y de cómo ésta podría incluso continuar escribiéndose a día de

hoy”

Aquella cuarta noche de paseos nocturnos por Toledo dejamos atrás los tiempos

míticos y hablamos ya de personajes y momentos históricos. Dejábamos atrás una

primera Edad arcaica y heroica, y entrábamos en la esfera de la Historia y el devenir. En

una Edad de Hombres para los cuales los acontecimientos de la primera Edad,

resultaban tan lejanos y mitológicos como para nosotros mismos…

- La Historia había echado a andar y sobre un prehistórico Toledo de restos

neolíticos apenas conocidos, se superpuso un Toledo de la Edad de los Metales, un

Toledo celtibérico conquistado por Roma. En éste la síntesis entre lo hispano ancestral y

la civilización romana dio lugar ya a un primer Toledo de importancia y relevancia.

Toledo que en todo caso ocupará a lo largo de los siglos de Roma un lugar subalterno y

discreto.

41
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Esto cambiará con la llegada de las estirpes godas. Con el establecimiento de los

Godos en Hispania y con la proclamación de Toledo como la capital de su reino.

Toledo adquiría a partir de ese momento y a través de los Godos una centralidad

y preponderancia que le acompañará ya a lo largo de los siglos. Toledo se convertirá así

en la capital de un reino en el que se iba anunciar ya el alma misma del Medievo. Con la

rica superposición y síntesis del mundo germánico, el mundo romano, y la religión

cristiana. La semilla de Europa se sembraba en la Historia y ésta tomaba arraigo en el

Toledo, capital del reino Visigodo.

Curiosamente dicha capital se encontrará en el centro geográfico de la península

Ibérica, y si bien a pesar de que durante su época hispanorromana Toledo no dejó de

ocupar un lugar secundario en el discurrir general de la Edad Antigua. Llegado el

Medievo y de mano de los reyes Godos, Toledo adquirirá el estatus no ya de capital de

un reino, sino del de una de las verdaderas capitales de la Europa Tradicional.

¿Por que Toledo? ¿Por que los Godos deciden establecer su capital aquí? Se

suponen condicionamientos estratégicos, oportunidades logísticas, cuestiones de táctica

política… sin embargo para todo estudioso de la cuestión queda siempre la sospecha de

que hay algo más que desde las investigaciones académicas se nos escapa. La capital de

una Hispania independiente de Roma que echa a andar por su propio pie su propia

singladura histórica es Toledo. Y así la primera capital de España es Toledo y desde

entonces todas las demás capitales que haya tenido España, transmitirán la sensación de

provisionalidad. De capitales por delegación y circunstancia, de capitales que solo son

tales por que cuestión de oportunidad que no de autoridad. Como si la capital espiritual

siempre siguiera siendo Toledo, y en el futuro se esperará que llegada una determinada

circunstancia que ahora mismo desconocemos, Toledo volviera a ser la capital. Capital

de un reino renovado, de un reino al que hubiera regresado su Héroe fundador…

42
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Esta idea de Toledo como capital primera, capital espiritual y capital futura,

enlazará directamente con la tercera parte de la leyenda de la Cueva de Hércules, y con

los mitemas y símbolos que esta implica.

En dicha tercera parte se nos cuenta como desde la partida del Rey Hércules,

todos los “senescales” de Toledo habrán ido colocando un nuevo candando en la torre-

cueva del semidiós. Ésta recibirá finalmente el nombre de la casa encerrojada de

Toledo, y alrededor de ella se irán tejiendo ya en un tan temprano momento leyendas

sobre tesoros fabulosos y misterios ominosos.

Pasan los siglos, los Hombres y las culturas y llegamos al Toledo capital de

reino Visigodo. Al Toledo capital de la España primera que en libre independencia labra

por sí misma su discurrir en la Historia. Y los reyes Godos cumplen el viejo tabú de la

ya antigua en esa época ciudad de Toledo. Uno tras otro van colocando un nuevo

candado en la torre-cueva de Hércules. Todos no… surge finalmente un rey “hereje”, el

rey don Rodrigo. Usurpador aupado al poder en las guerras fraticidas de la nobleza

goda, rey arrogante, temerario y prepotente que no tiene intención de cumplir con el

viejo rito y ceremonia de los candados y que más aún, pretende profanar la Cueva y

hacerse con los posibles tesoros que esta pueda contener. Aparecen entonces los

custodios del legado de Hércules, los doce miembros de esa antigua Orden de los

Magos de Toledo, y previenen al rey don Rodrigo de las terribles consecuencias que

pueden derivar de su profanación si finalmente se lleva a cabo. Y las palabras de los

doce son oídas por los nobles y prohombres de la ciudad, y todos quieren advertir y

disuadir al rey de sus intenciones. Pero este hace oídos sordos a maldiciones, tabúes y

amenazas de perdición y se encamina a la Cueva de Hércules con su mesnada personal.

Uno a uno romperá todos los candados y acompañados de unos pocos leales se

adentrará en la durante siglos cerrada Casa de Hércules. A partir de aquí las versiones

43
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

son diversas, y son así distintas las referencias que nos llegan de que es lo que encuentra

don Rodrigo en las primeras estancias de la Torre : salas de colores negro, blanco y

rojo; estatuas solemnes en cuyas manos se sostienen escritas en pergamino terribles

advertencias para todo aquel que ose descender al interior de la cueva; dragones

encadenados cuya mirada parece contener cientos de miles de millones de años, o la

insistencia en que la torre desde fuera era circular, y una vez dentro es cuadrangular…

En todo caso desde la torre se accede a una larga escalinata que desciende al interior de

la Tierra. Al final de dicha escalinata una gran sala de la cual parecen partir siete

oscuras galerías, y en el centro de la sala un altar, y encima de éste un pequeño cofre

cerrado con un pequeño candado.

Don Rodrigo se aproxima al cofre y rompe el último candado. Lo abre y en su

interior no encuentra ni joyas ni tesoros sino un pergamino enrollado. Lo abre y en el

contempla un dibujo y una leyenda. En el dibujo un jinete de ropajes vaporosos,

turbante, espada en forma de media luna, barba negra y nariz ganchuda. El jinete esta

cruzando un paso de agua. A pie del dibujo la leyenda reza como sigue: “Maldición a ti

quien quiera que seas, pues hombres como los que ves aquí dibujados tomarán esta

ciudad y este reino y por ello España se perderá”. Conforme Rodrigo termina de leer

estas líneas un aire frío surge de las oscuras bocas de galería que desembocaban en la

sala central y toda ésta parece gemir de dolor con un inquietante crujir de rocas. Rodrigo

huye entonces despavorido y sale al exterior, se aleja apresurado de la torre-cueva de

Hércules y ésta se derrumba entonces con singular estruendo. En ciertas versiones de la

leyenda es al salir al exterior que una gran águila negra baja del cielo portando un tizón

encendido en sus garras, tizón que deposita en lo alto de la torre. Esta como si fuera de

brea se incendia entonces con voracidad inusitada y en escasos momentos se ve

completamente reducida a cenizas. La torre de Hércules de Toledo desaparece. Cenizas

44
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

y escombros son ya sus restos, la entrada a la cueva queda así cegada, y la propia

ubicación de ésta se perderá con el tiempo… La leyenda de la Cueva de Hércules

entraba en una segunda etapa, el tabú se había profanado y la maldición se cernía sobre

la ciudad, al tiempo que el propio emplazamiento de la antaño torre-cueva comienza ya

a difuminarse hasta poco después perderse definitivamente. Ya nadie sabrá donde se

encontraba la entrada a la Cueva de Hércules.

Del mismo modo y efectivamente poco después el rey Rodrigo es derrotado por

los árabes en la batalla del río Guadalete y éstos conquistan la ciudad, poniendo fin al

reino visigodo de Toledo. Daba comienzo a partir de ese momento el Medievo

hispánico propiamente dicho, con su Reconquista y Al-Andalus, pero en ese momento y

como señalaba el pergamino del cofre, se pierde Toledo y se pierde España.

Más adelante continuaremos con los desarrollos que a partir de ese momento y

de mano de los árabes podremos encontrar respecto a las leyendas y tesoros de las

cuevas toledanas, pero antes y llegado este punto debemos detenernos en algunos

elementos de este tercer episodio de la historia de la Cueva de Hércules y el Palacio

Encantado de Toledo.

Lo primero que salta a la vista y como ya hemos señalado es el paso que da la

leyenda de un tiempo mítico y primordial, los tiempos de Hércules, a un tiempo

plenamente histórico, la España Goda. Al mismo tiempo el hecho de que va a ser un

elemento proveniente de esa esfera mitológica y suprahistórica, la Cueva de Hércules, la

clave de uno de los acontecimientos fundamentales de la historia de España: la caída del

reino visigodo de Toledo y la invasión musulmana. Se produce así una continuidad

entre el mundo mítico y el mundo histórico a través de un hecho esencial en la historia

española. Algo originado en la esfera de los dioses y los héroes, condiciona

determinantemente el devenir del mundo de los Hombres. Y es del respeto a ese “algo”

45
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

proveniente del más lejano pasado, que depende la paz y el orden en la esfera

meramente humana. Hay así simbólicamente una ruptura de un equilibrio y armonía

primordial por la pretensión soberbia del Hombre, de tomar aquello que solo el

intermediario, el Héroe, el semidiós, puede manejar y trasmitir a los mortales.

Solo Hércules, solo el Héroe, solo aquel que se ha ubicado más allá de los afanes

y limitaciones meramente humanas y que tiene parte de su filiación en los mismos

dioses, puede manejar aquello que el dragón custodiaba y entregárselo a los Hombres.

Marchado el Héroe el pacto se fundamenta en el respeto a dicho poder encontrado por

Hércules en la cueva y, se infiere, también en la humilde y leal espera al regreso del

semidiós fundador.

Aquí aparece otro fleco interesante de la historia. Cuando el rey Rodrigo se

decida a profanar la Cueva de Hércules, aparecen de nuevo los doce magos toledanos

que instituyó Hércules al abandonar la ciudad. Doce magos que podemos entender se

han ido renovando a lo largo de los siglos, trasmitiendo unas enseñanzas y un

compromiso, y que los convierte realmente en una suerte de Orden.

Estos magos sin embargo no impiden al rey Rodrigo llevar a cabo su

profanación. Le advierten del peligro que puede acarrear su acción pero no se

interponen en su camino, no se enfrentan a él arriesgando sus vidas si es necesario.

Tampoco lo harán el resto de los próceres de la ciudad. Estos también son advertidos

por los doce magos, y todos lamentan la decisión del rey, pero de nuevo nadie se

enfrenta a él, nadie tiene coraje suficiente como para si no es posible hacerle desistir,

entonces oponérsele aunque sea con la fuerza de las armas. Nadie arriesgará su vida

para evitar el sacrilegio, aún todos sabiendo que éste puede acarrear terribles

consecuencias.

46
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

El rey es el culpable. Es el hombre arrogante y temerario que nada respeta y a

todo pretende someter a su ambición. Pero la ciudad es cómplice y aunque todos se

espantan y recriminan sus intenciones, ninguno da un paso al frente. Todos tras hablar

se echan después a un lado y dejan a don Rodrigo pasar, y éste, como no podía ser

entonces de otra manera, trae la maldición sobre Toledo.

El rey de la ciudad fundada alrededor de la torre-cueva de enseñanzas mágicas, y

sin que ni siquiera los propios custodios de dicha torre-cueva se le opongan, profana la

Casa Encerrojada , violenta la Cueva de Hércules, rompe el tabú originario que

aseguraba la paz y el orden en el reino, y cierne sobre la ciudad una maldición. En cierta

medida nos encontramos frente a una Caída análoga a la caída del pecado original, a la

de Adán y Eva frente al árbol del conocimiento. Estamos así frente al mitema universal

del Reino perdido, del Orden perdido, de la Edad de Oro perdida. De la realidad Plena a

la que la arrogancia humana habría condenado a caer en la esfera turbulenta del puro

devenir. Caemos así a la “tierra baldía”, al incesante “samsara” frente a la cual al

Hombre no le queda ya sino luchar por merecer y reconquistar su destino originario.

Destino malogrado por él mismo y que ahora ha de consagrar su vida a intentar

recuperar. Es así también el mitema de la Restauración, y en éste claro está, el mitema

del retorno del Rey, del regreso del Héroe-Rey fundador que pone fin a la Caída y sus

efectos y reinstaura el reino perdido, estando ahora él de nuevo al frente de su reino. Al

frente de su torre-cueva…

La leyenda nos pone así en el contexto del mito universal de la Caída, la

Reconquista, y el Retorno del rey. Del pecado original, la expiación en la lucha por el

merecimiento y la limpieza del alma, y el consecuente regreso del rey fundador. Y esto

último es muy importante, una vez producida la Caída, el Hombre ya solo puede

merecer, puede luchar en cuerpo y alma por la Reconquista, pero reestablecer la paz y el

47
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

orden originario no esta en su mano. Es necesario un regreso del Héroe, un retorno del

Rey que pueda cerrar definitivamente las heridas de ese pecado original, y levantar de

nuevo la Torre. Reinar otra vez en Toledo en paz y prosperidad.

Toledo se ha convertido así de mano de la leyenda de la Cueva de Hércules en el

escenario del drama esencial de la vida humana, y del mismo modo, en los propios

contenidos simbólicos de la leyenda, se anuncia ya su continuación en el tiempo: esta en

nuestra mano luchar por sanar la Herida, y en ese sanar merecer el regreso del Rey y,

con éste, reinstaurar el Reino Perdido, poner el fin a la Tierra Baldía.

Hasta tal punto es así que la consecuencia histórica inmediata de la profanación

de la Cueva de Hércules no es solo la perdida de España, la perdida del Reino, sino que,

además, es el pistoletazo de salida de la posterior Reconquista. El medievo español

se articula principalmente a través de dicho proceso reconquistador, y éste

simbólicamente, está ya señalando el nivel suprahistórico y espiritual de la Leyenda, la

“reconquista del Reino Perdido”. Tanto es así que la primera ciudad realmente

reconquistada tras casi cuatro siglos de ocupación islámica es, precisamente, Toledo. Y

el proceso de preponderancia cristiana sobre el mundo islámico en España, tendrá como

punto de inflexión la reconquista de Toledo, y ésta nunca deja de ser la antigua capital

de los Godos, y en todo momento es la capital espiritual de la España reconquistadora y

después imperial.

Podríamos decir así que la historia medieval de España, a un determinado nivel

y contexto, esta actualizando los elementos suprahistóricos y espirituales de la leyenda

de la Cueva de Hércules. Esto es, la idea de la Pérdida o Caída, y la idea de Reconquista

y Merecimiento. Obviamente dichos niveles espirituales trascienden el mero marco

contingente de la historia de España, aunque esta pueda ser ocasionalmente su vehículo.

De alguna manera deberemos entender que la historia que cuenta la leyenda de la Cueva

48
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

de Hércules, se ubica más allá de la propia realidad de la ciudad de Toledo. Y al mismo

tiempo es la propia realidad histórica de la ciudad de Toledo, el lugar en el tiempo y en

el espacio, en el que los elementos espirituales de dicha leyenda toman cuerpo. Aquello

que está más allá de la contingencia se encarna en ésta a través de Toledo, y sin dejar de

estar más allá de toda eventualidad posible, el mitema universal de la Caída y la

Reinstauración, tiene en Toledo un marco histórico fundamental. Y lo que es aún más

importante, tiene aquí su continuación. La leyenda de la Cueva de Hércules no habría

concluido. Seguirían vigentes sus posibilidades a día de hoy. El posible regreso del

Héroe fundador, se seguiría mereciendo y conquistando en la actualidad…

Quinta noche: “En la que se profundiza en la idea de una leyenda de la Cueva

de Hércules que seguiría vigente en nuestros días”

Tras la anterior noche en la que el Maestro de Toledo me planteo la posibilidad

de una leyenda de la Cueva de Hércules que siguiera vigente incluso a día de hoy, no

pude sino esperar ansioso nuestro quinto encuentro. Cuando éste llegó, las posibilidades

que ofrecía la interpretación que él daba de la leyenda no hicieron sino hacerme sentir

en un universo encantado abocado a una casi infinita Guerra Santa…

-La leyenda en su nivel más mítico y originario, está recogiendo la idea de un

Misterio o Trascendencia que puede estar entre nosotros, y que además puede ser

garante de la propia civilización si se sabe respetar. Esto es, la misma Cueva de

Hércules. Al tiempo nos traslada desde ese nivel mítico y suprahistórico al nivel

propiamente histórico, de mano de esos reyes Godos que colocan un candado en la

puerta de la “torre-cueva” cada vez que uno de ellos llega al trono. Finalmente ese nivel

49
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

histórico nos adentra directamente en los acontecimientos de la historia de España

cuando la profanación de la Cueva trae consigo la invasión musulmana. A partir de este

punto las posibilidades interpretativas son interesantísimas:

En primer lugar la idea del mal como algo que se desata sobre Toledo y sobre

España. Algo que liberamos neciamente por culpa de nuestra arrogancia y soberbia,

encarnada ésta en la figura del rey don Rodrigo. En segundo lugar el hecho de que dicho

mal da lugar a una ardua guerra, a un costoso proceso de volver, desde un ultimísimo

resto de dignidad, a Reconquistar la plenitud perdida por nuestra profanación.

Obviamente en la propia historia de España dichas imágenes se concretan en el reducto

cristiano del reino de Asturias, y en toda la larga guerra de ocho siglos que supuso la

Reconquista. Guerra que sería expiación de la falta cometida, y guerra que por otro lado

tendrá tras su finalización, el cenit de plenitud del Imperio Español y el Siglo de Oro.

Época esta que también y en su debido momento, veremos hasta que punto continúa

muchos de los contenidos simbólicos que ahora estamos estudiando.

En este sentido y más allá de los debates de historiadores y especialistas el hecho

es que España en el 711 d.C. sufre una invasión musulmana, en gran medida el país

queda islamizado, y es solo el tesón y resistencia del pequeño reino de Asturias, el que

como germen de la Reconquista, consigue activar el duro proceso de varios siglos en el

que el avance cristiano, consiguió poner fin a dicha islamización. Siendo expulsado

definitivamente el Islam del solar hispánico en el año 1492. Año en el que además ese

mismo impulso reconquistador parece querer cruzar los océanos, y se descubre entonces

América.

Toda esta realidad histórica no debe pasarnos desapercibida respecto a los temas

que nosotros estamos tratando, pues el reino de Asturias desde el principio, desde don

Pelayo, pero especialmente con Alfonso I el católico y más aún con Alfonso II el casto,

50
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

pretende ser heredero y continuador de la monarquía goda y como tal, estar no ya

legitimado, sin sobre todo llamado y convocado, a la Reconquista. A recuperar lo que

nunca debió perderse, a recuperar la “España perdida”. Y ciertamente no será exagerado

usar la palabra “perdida” pues la Islamización, supondrá una ruptura respecto de todo lo

que hasta ese momento había sido España. Esto es, el fondo cultural hispano romano e

hispano godo, y la religión cristiana. Y abundando en esa ruptura, su separación de las

raíces que la mantenían unida a la tradición europea.

La idea es así que realmente la maldición de Hércules se cernió sobre España y a

punto estuvo de cambiar para siempre, el destino de esta tierra y desvincularla de sus

propios orígenes. Siendo entonces que igual que la “perdida” se produce por un acto de

libre voluntad, el “pecado original” del rey don Rodrigo, la Reconquista se fundamenta

también en la libre voluntad de sus actores principales. Es así que tenemos la decisión

de un don Pelayo a negarse, desde ese último refugio que es la cueva de Covadonga, a

ningún tipo de componenda con el poder invasor. Siendo entonces que simbólicamente

dará comienzo el espíritu de la Reconquista. Resultando también altamente sintomático

reparar aquí en como es en una cueva que se desata la perdición y la Caída, la toledana

cueva de Hércules; y es su vez en otra cueva, la asturiana cueva de Covadonga, que se

siembra la semilla capaz de expiar la falta del rey don Rodrigo. Para más señas será

como mínimo sugerente reparar en el hecho de que la cueva de Covadonga, es muy

posiblemente un antiguo santuario a una diosa pagana. Y que dicho santuario, se

encuentre a los pies de unas imponentes montañas que precisamente, recibirán el

nombre de Picos de Europa…

En todo caso todo este nivel meramente histórico debemos entender que ni

mucho menos agota el mensaje de la leyenda de la Cueva de Hércules, pues si bien lo

vehiculiza a través de la propia historia de España, ésta no termina con las posibilidades

51
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

más hondas de la leyenda. Pues la guerra “contra nosotros mismos” por recuperar la

dignidad perdida en nuestra arrogante profanación, continúa desde entonces en el

concepto de “Reconquista Espiritual”. En la idea del Hombre como una realidad Caída

por una falta primordial, que debe reconquistar y merecer heroicamente aquello que en

su momento denigró, si en algo estima la salvación de su alma. Estamos entrando en el

nivel más profundo de la mayor parte de las religiones. En la idea de “religar” al

Hombre con su origen Trascendente, de dar al Hombre la posibilidad de recuperar su

plenitud perdida, de reconquistar aquello que él mismo abocó a la perdición. Es así

también una Reconquista atemporal que continúa hoy día y en la que siguiendo las

imágenes que nos proporciona la leyenda de la Cueva de Hércules, tendremos a aquellos

que luchan por dicha reconquista y subsanación del mal hecho. Y aquellos que quieren

abundar en la profanación. Aquellos que independientemente de la ruina del reino

aspiran a seguir indagando en las Cuevas de Hércules en pos de ese conocimiento

prohibido mediante el cual, pretenden como los titanes de la mitología antigua, sustituir

a los mismos dioses…

Es así la guerra universal y secreta entre los que preparan y aspiran a merecer el

regreso del Héroe fundador. El regreso de Hércules. Y los que quieren explotar

interesadamente su legado. Los que quieren en el fondo suplantar a Hércules como

señores de la “torre-cueva”. Y en estas imágenes extraídas de la leyenda, la señal clara

del mitema universal de la Gran Guerra Santa, de la Luz y las Tinieblas, de la Lealtad y

la Rebelión, de los Héroes frente a los Titanes, del Hombre al servicio de la

Trascendencia, y del Hombre luciferino que pretende él mismo suplantar dicha

Trascendencia. Es así la historia de la propia prueba y lucha del espíritu humano

expresada a través de los mitos, leyendas e historia de la ciudad de Toledo.

52
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

La Reconquista seguiría y continuaría así a día de hoy. Tanto dentro del corazón

de todos los Hombres, como dentro de la propia ciudad de Toledo. Pues de nosotros

depende merecer el regreso del Héroe, el regreso de Hércules, o su definitivo

apartamiento del Mundo. Y si Hércules vuelve a Toledo, vuelve a erigirse su “torre-

cueva” bajo su reinado, y vuelve la paz y la prosperidad al reino. Si por el contrario los

“nigromantes” consiguen finalmente suplantar a Hércules y subvertir su Cueva en una

torre y centro de Brujería, se perderá Toledo y, por ende, el alma de los Hombres y el

Mundo. La Guerra Universal toma así cuerpo en los mitos y leyendas de Toledo. Pero

también en el discurrir histórico de la ciudad, hasta el punto de continuarse actualmente.

Pues a día de hoy todavía los dos bandos se enfrentan y tienen en Toledo campo de

batalla. Y no pases por alto lo siguiente-me dijo entonces el Maestro imprimiendo

especial vehemencia a sus palabras-todo Hombre, consciente o inconscientemente, tarde

o temprano, se adhiere a alguno de estos dos bandos…

Sexta Noche: “En la que se hace un paréntesis en el desarrollo de los

argumentos tratados para hablar de Florinda la Cava y de las fuentes literarias”

La sexta noche el Maestro Oculto de Toledo, quiso hacer un receso en lo que

serían sus explicaciones sobre el fondo simbólico y metafísico que pudiera derivarse de

los orígenes míticos de Toledo. Y antes de cerrar lo que serían nuestras primeras siete

noches de conversación y paseos nocturnos por la ciudad, retomó los contenidos de las

propias leyendas sobre don Rodrigo, así como una mínima aproximación a las fuentes

donde se había mantenido viva toda esta tradición toledana.

53
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

La historia de don Rodrigo tiene aún otro capítulo-me decía el Maestro-mientras

nos adentrábamos en un Toledo totalmente amortajado por el frío del invierno y la

oscuridad de las noches de Enero.

-Tras profanar la Cueva de Hércules, y a tenor de la secuencia lógica de

acontecimientos que la propia leyenda plantea, la invasión árabe no se habría producido

de inmediato. Más bien la profanación se habría dado al comenzar su reinado, y habría

sido un verdadero mal augurio para éste. Don Rodrigo esta así sobre aviso desde el

mismo día de su coronación y un mal presagio se cerniría a partir de ese momento sobre

la ciudad. Y aunque se dice que don Rodrigo ordenó a sus hombres de confianza que

nada dijeran de lo que él había encontrado dentro de la cueva, toda la ciudad se dará por

enterada de que la vieja “casa encerrojada” de Hércules ha sido abierta, y el tabú no ha

sido respetado.

Tiempo después y como instrumento al servicio del cumplimiento de la

maldición de Hércules, se da la historia de Florinda la Cava.

Florinda es hija del conde don Julián, señor de Ceuta y guardián del estrecho

frente a las posibles expediciones contra el reino visigodo por parte de las gentes del

norte de África. Como hija de un alto cargo del reino es enviada a la corte de Toledo a

formarse allí como una verdadera doncella. Sin embargo el rey don Rodrigo queda

prendado de la belleza de la joven… Ella gusta de bañarse desnuda en el río, en un

paraje hermoso cerca del punte de san Martín que a día de hoy aún se llama de los

“baños de la Cava”. Y el rey ha podido ver desde las torres de su Alcázar los encantos y

atractivo de la sin par Florinda, quedando cegado por la pasión.

Excitada así su lujuria y siendo hombre sin freno para con sus impulsos y

apetitos, con la misma soberbia con la que profanó la Cueva de Hércules, se acercará

ahora a doña Florinda. Ella inocentemente y en principio se sintió halagada por los

54
Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

agasajos del rey, pero cuando le dio la confianza suficiente como para intimar en

privado, no pudo sino darse cuenta de su error. Pues don Rodrigo la fuerza y obtiene de

ella con violencia la satisfacción de su pasión desordenada.

Florinda sintiéndose deshonrada enviará un mensaje a su padre en el que le daba

a entender su triste situación. El conde don Julián recibirá una caja de oro en cuyo

interior no había sino un huevo podrido… La virginidad e inocencia de su hija

profanadas por la lascivia y crueldad del rey don Rodrigo. Preso de cólera el conde don

Julián se avendrá a negociar con los árabes y beréberes del norte de África, para que

tengan paso libre en su salto a la península Ibérica. Esta invasión musulmana debía en

principio derrocar a don Rodrigo y entregar la corona a sus opositores. Al bando de los

llamados Witizianos o hijos de Witizia, los cuales a su vez darían importantes

prebendas a los africanos por su ayuda. Sin embargo el desembarco del Islam en España

no trajo un nuevo monarca al frente del reino godo de Toledo, sino el hundimiento de

éste. Pues los musulmanes derrotarán estrepitosamente al rey don Rodrigo en la batalla

del rio Guadalete, y en lugar de entregar el reino a los Witizianos, preferirán acabar con

éstos y hacerse ellos mismos con el reino visigodo.

La maldición representada en ese pergamino que encontró don Rodrigo en la

Cueva de Hércules, tenía lugar. Y era a través de una pasión desordenada que se había

materializado y, por tanto, perdido el reino. Se contará que don Rodrigo no muere en la

batalla, su cuerpo nunca es encontrado y es que la Providencia le guarda un Destino

incluso más doloroso: Al final del combate, cuando don Rodrigo ve ya que toda

esperanza es vana, que efectivamente ha perdido su reino, herido, desesperado,

atormentado por el remordimiento, se arrojará a una carrera alocada huyendo de si

mismo, de su derrota y de su pecado, y se perderá por montes y riscos hasta que llegado

a un altozano, cae de rodillas, y se dispone allí a quitarse la vida con su propia espada.

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Aparece entonces un ermitaño que le desvelará que no le va a ser concedida la muerte

como descanso. Que su terrible falta no puede tener tan sencilla expiación. Oculto en el

interior de la tierra, en una cámara subterránea, encerrado en un sarcófago junto a una

gran serpiente que roe incesantemente su alma, deberá esperar el paso de los siglos

hasta que las consecuencias de su falta hayan sido subsanadas. Siendo solo entonces que

se le concederá el descanso eterno. No podrá ni morir, ni vivir, sino tan solo esperar

encerrado en su tumba y junto a la serpiente de su pecado, el día en que Toledo, el

Reino Perdido, pueda ser reconquistado…

De Florinda se contará que al darse cuenta de las terribles consecuencias de la

venganza de su padre, perderá el juicio y desesperada se arrojará a las aguas del Tajo

donde perecerá ahogada. Para algunos su fantasma aún se pasea las noches sin luna por

los parajes que llaman del “baño de la Cava”, y allí entre lamentos espera la

Restauración tras la Caída, para poder también ella descansar en paz.

-La historia de la Cava y don Rodrigo es la que pone así en marcha la maldición

que se cierne sobre Toledo a partir de la profanación de la Cueva de Hércules. Es su

continuación argumental y el paso necesario y previo para que la Caída y pérdida del

reino, sea realmente efectiva. Resultará sintomático pensar como en esta historia de la

Cava, tanto ella como él quedan malditos, y ambos aguardan el desenlace de la leyenda

en una Restauración futura todavía pendiente. Esto carga a ambos personajes de un

profundo e interesante simbolismo: almas cautivas de la maldición. Al tiempo cabe

resaltar el hecho de que la activación de la maldición de la Cueva se produce en el

ámbito de los masculino y lo femenino, de la sexualidad, de las pasiones desordenadas y

el amor sexual denigrado o violentado a su esfera más puramente material. Siendo dicha

esfera de las pasiones, la chispa definitiva que libera mezquindades, orgullos

desproporcionados, venganzas y bajezas, que conducen finalmente a la perdida del

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

reino. Siendo aquí ese conde don Julián y esos Witizianos, los portadores de dicha

soberbia y mezquindad soterrada que ahora se libera, y que sin medir las consecuencias,

con tal de dar satisfacción a un orgullo herido y a un ansia de poder, son capaces de

poner en riesgo al reino y conducirlo a su destrucción. De nuevo la dimensión moral y

aleccionadora de la leyenda será patente, y todos de algún modo contribuyen a que el

mal augurio que mostró la Cueva profanada, pudiera al final tener lugar.

El libre albedrío del Hombre queda así salvaguardado en la leyenda, y no ha sido

un mecanismo fatal el que se ha cernido sobre Toledo, sino que los propios Hombres

han tejido su destino hasta el último momento, y sin ellos y sus bajezas, la maldición

por poderosa que fuera, no habría tenido lugar. Y esto también es un importante

mensaje de la historia de la Cueva de Hércules y Florinda la Cava.

En todo caso-continuó diciéndome el Maestro-hemos hablado durante varias

noches de esta leyenda acercándonos a ella desde una perspectiva sintética y global.

Como tomándola en su argumento esencial y sin entrar en la gran cantidad de diversas

versiones que de ella recogen las distintas fuentes. Esto lo hemos hecho así por que en

lo que nos interesa, es ese argumento esencial que cuenta la leyenda, lo que queremos

interpretar y escudriñar. En este orden de cosas y sin cambiar nuestra pretensión, si

conviene antes de terminar con nuestra aproximación a la leyenda de la Cueva de

Hércules, aunque sea brevemente, detenernos también en algunas de estas fuentes que

han ido entretejiendo el mito durante siglos y siglos…

Las primeras versiones de la leyenda parecen ser de origen mozárabe, a su vez

matizadas y enriquecidas con aportaciones de los cristianos del norte de España, así

como diversos añadidos árabes. La leyenda a su vez puede ya rastrearse en un momento

tan temprano en el tiempo como finales del siglo VIII, lo que nos pone en la tesitura de

estar frente a una de las leyendas más antiguas de España. Del mismo modo dicha

57
' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

antigüedad y origen mozárabe, hacen pensar en una historia surgida a partir de lo que

pudieron contar personas que vivieron en carne propia los días terribles de la caída del

reino visigodo.

En el siglo IX tendremos así que no habrán pasado ni cien años de la pérdida de

Toledo, y sin embargo podemos encontrar ya a un autor de origen egipcio llamado Ben

Abdelhaken, que mencionará la historia de la casa encerrojada de Toledo y la Cueva de

Hércules. Del mismo siglo Aben Habib y apelando al testimonio de compañeros de

Muza y Tariq, a la sazón conquistadores del reino visigodo de Toledo, volverá a hacer

referencia a nuestra leyenda, destacándose ya aquí algunos elementos fundamentales

que después volverán a recogerse en otras versiones de la historia. Destacando su

mención a los dos palacios de Toledo, uno de los Reyes y otro de Hércules. Ambos

palacios estarían uno junto al otro. En el de los reyes se guardarían las coronas votivas

de los Godos así como innumerables tesoros. El palacio de Hércules obviamente, sería

la casa encerrojada.

De nuevo en el siglo IX otro autor musulmán vuelve a hacerse eco de la leyenda

de la Cueva Hércules, esta vez en el llamado “Libro de los caminos y de los reinos”. En

esta versión de la leyenda se vuelve a incidir en esa idea de dos palacios: el de los Reyes

y el de Hércules, diciéndose que en el primero se guardaba junto a otros tesoros, la

Mesa de Salomón. Es quizás una de las referencias más antiguas a la presencia de tan

maravilloso objeto en nuestra ciudad, si bien de su fascinante historia y claves

simbólicas hablaremos ya en el siguiente ciclo de noches y paseos.

Las referencias islámicas a la leyenda continuarán durante los siglos X y XI e

incluso podrán encontrarse en las Mil y una Noches. Tanto así que en la noche 207 se

nos contará como los árabes hallaron en Toledo 170 coronas votivas, libros sobre

piedras mágicas, libros sobre poderosos venenos y contravenenos, unos polvos

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

herméticos que soplados sobre cualquier metal lo convertían en oro y, claro está, la

Mesa de Salomón, de la que dirán que en su superficie podían contemplarse los siete

climas de la Tierra. Destacará en esta versión que da las Mil y una Noches que la casa

de los reyes y la casa de Hércules aquí son el mismo edificio. Y dichos tesoros no son

sino las ofrendas que rey tras rey han ido depositándose en la casa de Hércules. Cada

nuevo rey abría los candados, dejaba su ofrenda, y después volvía a cerrar la puerta y

ponía un nuevo candado.

De estas antiguas crónicas musulmanas quizás la más importante sea la escrita

en el siglo X por Ahmed Ar-Razi, pues ella es la contiene el desarrollo más extenso de

los diversos acontecimientos que configuran la leyenda, y de su obra derivará la llamada

“Crónica del Moro Rasis”, que será un texto de gran influencia entre los autores

cristianos que durante el Medievo trataron el tema de la Cueva de Hércules.

En esta crónica del moro Rasis, hay que destacar que se hará la primera mención

clara y explícita a los “Guardianes de la casa de Toledo”, de los cuales se nos dice que

son doce, y que desde tiempos del rey Hércules y por indicación de éste, velan por que

la cueva sea respetada y el tabú guardado.

Durante estos siglos de preponderancia islámica en la Península, encontraremos

muy pocas obras cristianas que entren a recoger este corpus legendario, si bien se

infiere la presencia de la historia entre los mozárabes huidos a los reinos cristianos del

Norte. Mozárabes que serían los portadores más antiguos y directos de la misma.

Llegada sin embargo la reconquista de Toledo y el avance cristiano en la Meseta

en los siglos XII y XIII, el auge cultural de esa España cristiana y reconquistadora

recuperará la leyenda de la Cueva de Hércules. Y a partir de este momento podremos

encontrarla recogida con profusión en muchos y diversos autores cristianos

prolongándose las reseñas a la misma hasta bien entrado el siglo XIX.

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Tenemos así las referencias de Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo;

la “Crónica general del rey Sabio”, de Alfonso X; la “Crónica Sarracina” de Pedro del

Corral y del siglo XV; también del siglo XV la “Atalaya de las Crónicas” de Alfonso

Martínez de Toledo. Ya durante el Siglo de Oro las referencias en la “Historia de

Toledo” de Pedro de Alcocer, su paso a la literatura del XIX en la obra de Washington

Irving o sir Walter Scott, o incluso el cuento del Marqués de Sade “Rodrigo o la torre

encantada”… Son infinidad las obras que mencionarán directa o indirectamente la

leyenda de la Cueva de Hércules, y a través de todas ellas el mito se ira matizando y a

veces sufriendo ingenuas pretensiones de racionalización, siendo entonces que se

pretende situar su origen en los antiguos griegos, en unos judíos huidos de las

persecuciones de Nabuconodosor, o en Tubal hijo de Noé y supuesto padre de las

estirpes ibéricas…Del mismo modo es durante este tiempo que se llevan a cabo diversos

intentos de encontrar físicamente el emplazamiento real de la Cueva. Es la investigación

del cardenal Siliceo en 1546 y las descripciones posteriores de Lozano y Alcocer, las

investigaciones de 1839 y posteriormente de Amador de los Ríos, o la de Ventura López

en 1929. Finalmente será Fernando Ruiz de la Puerta quien actualizará la cuestión

llegados los años ochenta y noventa del pasado siglo XX, y quien con sus exploraciones

de la llamada cueva de Higares así como con sus publicaciones sobre el tema, resucitará

la leyenda y la pondrá otra vez en el horizonte de investigación del Toledo Mágico.

Desgraciadamente en muchas ocasiones y durante todo este tiempo, se habrán

perdido demasiadas energías en resolver el Misterio de la Cueva de Hércules conforme

a los paradigmas racionalistas y empiristas de la Modernidad. Y si bien ese tipo de

estudio ha permitido sacar a la luz diversos matices de la leyenda y su argumento, a su

vez ha oscurecido las profundas claves espirituales y metafísicas que simbólicamente

ésta señala, pasándose así desapercibo todo lo que su historia nos quiere decir y contar.

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Creemos en todo caso que este siglo XXI parece que será el llamado a retornar la

investigación al alma misma de la leyenda y su sentido, y a partir de ahí a hacer esa

renovada lectura de la historia de Toledo.

Nos quedamos en cualquier caso de todas esas referencias medievales y ya de

época cristiana con las recogidas por Alfonso X. El rey Sabio nos dirá que es el anhelo

de conocimiento de un rey descendiente de Hércules el que llevará a éste a abandonar su

corte y a vagar por el Mundo en pos de la Sabiduría. Siendo así que llegará al monte en

el que a día de hoy se levanta Toledo, y encontrando en él una gran cueva, se adentrará

en su interior. Después el Dragón, el Cocimiento Secreto, la Enseñanza y la Torre-

Cueva... En definitiva, Toledo.

Es tiempo ya de mirar esta historia con otros ojos-me dijo entonces el Maestro

Oculto de Toledo-Es momento de extraer sus elementos esenciales en argumento,

personajes, escenas y desarrollo, y a partir de ahí reordenar la leyenda para ver como

todavía a día de hoy, esta vieja fábula tiene cosas que decirnos. Cosas fundamentales

que siguen atañéndonos y de las cuales como he venido diciéndote todas estas noches,

también depende el sentido último de los tiempos que nos han tocado vivir.

Séptima Noche: “Donde se nos anuncia el recorrido por la historia de Toledo

a partir de los principios e ideas recogidos en las anteriores noches”

La Cueva de Hércules nos había conducido a una suerte de Metafísica de la

Historia universal, desde la cual parecía posible interpretar los acontecimientos del

discurrir histórico desde una perspectiva mucho más honda. Obviamente en nuestro

caso dicha trama oculta del discurrir histórico tendría cuerpo principal en la ciudad de

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Toledo. En ella, los leales al rey Hércules-la Orden de Toledo que habría tenido su

origen en los doce magos que velaban por el cumplimiento del tabú de la Casa

Encerrojada, y que no supieron impedir a don Rodrigo su profanación.-Tendrían

enfrente a los propios seguidores de don Rodrigo, a los hombres arrogantes y soberbios

que pretenden ellos mismos ser el rey Hércules y suplantar su figura.

Toda la historia de Toledo-decía el Maestro- estaría así trenzada desde la Edad

Media de elementos, señales y pistas que indicarían esta guerra oculta, y los propios

acontecimientos históricos de la ciudad, sutilmente estarían siendo la expresión más

pública, del enfrentamiento soterrado entre dos concepciones de entender Toledo, el

Hombre, los Dioses y el Mundo. A un lado la lealtad y ardua reconquista de quienes

saben que no estuvieron a la altura de la prueba. Al otro los que aspiran a llevar hasta el

final las consecuencias de la profanación y finalmente suplantando a los dioses, erigir al

Hombre como rey y señor del Mundo. Los unos a la espera y preparación del regreso

del Héroe fundador, los otros conspirando para ser ellos mismos dicho Héroe y Rey. Y

en medio, un montón de gentes sencillas que mayormente ignorantes e inconscientes,

muchas veces incluso altos cargos y gobernantes, se posicionan de un lado u otro apenas

sin percatarse. Y a partir de ahí toda una renovada lectura de la historia de Toledo, sus

leyendas y sus Misterios, y un drama que continúa y se sigue tejiendo a día de hoy…

-Las palabras del Maestro se mostraban en mi alma como un descorrerse de

velos hacia un dimensión más profunda de todas las cosas. Como si más allá de los

estrechos horizontes que nos proponía la Modernidad y su estéril materialismo, el

Mundo siguiera a pesar de todo encantado, habitado de dioses, héroes y demonios.

Como si lo fantástico y maravilloso siguiera siendo el corazón del Mundo, aquí y ahora,

a nuestro alrededor y todavía vivo en la ciudad de Toledo.

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

-Fíjate bien-continuó diciendo el Maestro-Toledo a pesar de ser una ciudad

relativamente importante ya en la Antigüedad, como hemos dicho pasa sin

embargo casi desapercibida a lo largo de todo ese ciclo histórico, ocupando por así

decirlo, un lugar subalterno. Sin embargo, tras la caída de Roma a principios del siglo V

y los saqueos de Alarico el Grande, no mucho tiempo después, esas mismas gentes que

han saqueado Roma vienen hasta Toledo y decidan sentar aquí las bases de su futuro

reino. Y aún más, los tesoros de Roma, los bienes saqueados por los Godos en la

“ciudad eterna” son traídos a Toledo. Bienes que a su vez en determinados casos

provienen de Jerusalén, de la “ciudad santa”. Bienes que saqueó el emperador Tito en el

70 d.C. que serán llevados hasta Roma, y que tras la caída de ésta son llevados a

Toledo. Ciudad santa, ciudad eterna, y Toledo…ciudad Mágica. Santidad, Eternidad y

Magia, y recalando en ésta última los bienes de las otras dos. Toledo así como tercer

paso de un proceso que ha ido de Jerusalén a Roma, y de Roma a Toledo. Y Toledo

entonces sí, deja ese lugar subalterno y se convierte en la capital del Reino Visigodo,

capital que a partir de ese momento se convierte en la capitalidad simbólica y espiritual

de España, tanto en la Reconquista como en el Siglo de Oro, capitalidad a la que va

unida a su vez y en todo momento su condición mágica, su condición de capital de la

Magia.

Desde su fundación mítica en tiempos del rey-mago Hércules, hasta su

encumbramiento como una de las capitales tradicionales de Europa, Toledo mantiene

esa asociación a la posibilidad de un conocimiento secreto. Y a lo largo del transcurso

de todo este tiempo la idea de un “algo” misterioso, sagrado y la vez terrible, que se

encuentra en Toledo custodiado por un tabú y asociado simbólicamente a las cuevas y

entrañas de la ciudad. Un “algo misterioso” cuya profanación desatará la perdición de

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

España y pondrá en marcha todo un nuevo sentido en la Historia: la Reconquista de lo

perdido, o la continuación de la profanación y sus consecuencias.

La parada final de este argumento es un horizonte escatológico en el que o

vuelve el rey fundador y erige de nuevo su torre-cueva poniendo fin a los efectos de la

Caída, o se instaura un definitivo reino de herejía en el que se pretende llevar hasta el

final las consecuencias del pecado del rey don Rodrigo. Proclamándose entonces a los

“herederos” de éste como sustitutos de Hércules, y únicos reyes verdaderos de Toledo.

Son así los mitemas clásicos recogidos en infinidad de tradiciones a lo largo y

ancho de la tierra, de la Restauración del Reino Perdido y con ello el regreso de la Edad

Áurea. O de la proclamación del Reino del Anticristo, del Gran Nigromante, y con ello

el establecimiento definitivo de una Edad Oscura. Mitemas universales que toman

cuerpo en Toledo a partir de la leyenda de la Cueva de Hércules y sus distintos niveles

de significación, y que dejan en medio, entre la Caída y esa escatología final, el discurrir

mismo de la Historia. Historia que a partir de este punto ya no puede leerse con los

mismos ojos. Pues sus idas y venidas, argumentos, enfrentamientos, reinos, imperios,

guerras y paces, por debajo de las apariencias no habrán sido sino la interpretación de

una trama oculta en la cual se cifra el destino del Mundo y de los Hombres: Luz o

Tinieblas. Caída, Reconquista y Redención; o soberbia y rebeldía, subversión y

Perdición. Obviamente la última palabra sobre este conflicto aún no se ha dicho y la

Gran Guerra sigue vigente a día de hoy, también en Toledo…y por supuesto la Historia

de Toledo la podremos seguir a partir de ahora con una mirada distinta en la que las

cosas podrán ser mucho más de lo que hasta ahora pensábamos.

Ten así presente que los Godos traen hasta Toledo los tesoros de Roma, que a su

vez incluyen los tesoros de Jerusalén, y entre ellos la Mesa de Salomón. Mesa de la que

tendremos referencias entre los propios invasores islámicos, y de la que después se

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

perderá la pista histórica convirtiéndose entonces, en un ciclo de leyendas propio del

Medievo. Ciclo en el que nunca deja de estar presente Toledo y que llegada la Plena

Edad Media, conectará con el gran ciclo legendario de la época, que no es otro que el

ciclo del Grial. Convirtiéndose entonces Toledo en una de las ciudades griálicas por

excelencia, principalmente a partir de su relación con la Mesa de Salomón y de cómo

podremos ver en otra ocasión, de la presencia en la ciudad de afamados magos que

imparten sus enseñanzas precisamente, en las cuevas de Toledo. Es aquí interesante

adelantar ya como, la propia saga del Grial, es mayormente una variante del mitema

universal de la Restauración del Reino Perdido, mitema que como hemos visto, subyace

sutilmente en el fondo mismo de la leyenda de la Cueva de Hércules. Leyendas así, la

del Grial y la del Hércules toledano, que se complementan y que como veremos en su

momento, tienen en la Mesa de Salomón su punto fundamental de engarce.

Coincidirá entonces que para esos mismo siglos XII y XIII en que Toledo se

inscribe dentro de los mitos griálicos, la ciudad conocerá una verdadera efervescencia

cultural en la que encontraremos la significativa llegada de la Orden del Temple a

Toledo, los inicios de la construcción de la Catedral, el matrimonio de Fernando III con

Beatriz de Suabia, y sobre todo el reinado del hijo de ambos, Alfonso X el Sabio. Y

aquí tanto el reverdecer sin par de la Escuela de Traductores de Toledo, y con ésta el

desembarco en la ciudad de textos provenientes del mundo egipcio, caldeo e incluso

babilónico; como las aspiraciones legitimas del rey sabio y por vía materna, al trono del

Sacro Imperio Romano Germánico. Trono que le será ofrecido al rey Alfonso X por los

miembros de la corte de Federico II, corte curiosamente integrada por Alquimistas,

Cabalistas, Astrólogos, Filósofos…corte que ha pretendido ver en la fascinante figura

de Federico II, al rey del Grial…

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' Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

Y podremos seguir, pues Toledo de mano de los Austrias se convertirá en la

capital de un Imperio Tradicional Universal como nunca antes se había visto, y en él

tendremos tanto una Inquisición poderosa y terrible, como un pintor, el Greco, de

singular estilo y misterio. Y pasan entonces por Toledo infinidad de personajes y

acontecimientos que la cargan de una profundidad que trasciende las explicaciones

meramente convencionales, y que invitan a la intuición a leer entre líneas: desde la

misteriosa aparición según Cervantes de la segunda parte del Quijote en nuestra ciudad,

hasta las expediciones del cardenal Silicio en pos de la entrada a la Cueva de Hércules.

Desde la persecución de la Inquisición a los Alumbrados, hasta las predicciones de

Lucrecia de León y la supuesta restauración de España a partir de una Hermandad

cobijada, como no podía ser de otra manera en Toledo, en una cueva…

Y la Historia seguirá y en ella y de la mano Toledo siempre estará presente, a lo

largo de los siglos XVIII y XIX, de la invasión francesa, las revoluciones liberales, las

guerras carlistas, y ya en el siglo XX la guerra civil. Y en todo momento y

constantemente en ese discurrir de la Historia y como reflejo de un movimiento

oculto apenas perceptible, las pistas de una trama de fondo que mueve todos los demás

argumentos y se mezcla con ellos. Trama en la que el alma mágica de Toledo, cifrada en

esa primera leyenda, la Cueva de Hércules, será la verdadera protagonista de la historia

de esta ciudad.

De la relectura de Toledo a partir de esta perspectiva, de la relectura de su

historia, leyendas y monumentos, trataron las siguientes noches que pude disfrutar de la

compañía, conversación y paseos, del Maestro Oculto de Toledo.

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Descenso'a'la'Cueva'de'Hércules!

SOBRE LOS AUTORES

Julio César Pantoja Gonzalo Rodríguez

Julio César Pantoja es licenciado en Gonzalo Rodríguez es doctor en Historia


Ciencias Jurídico-Sociales y posee por la Universidad de Castilla-la Mancha.
estudios especializados en el sector Su tesis doctoral trató sobre la antigua
turístico. Hispania céltica y su cultura guerrera.

Humanista, escritor y poeta, apasionado Formado en filosofía e historia sigue la


de la Antropología Cultural, le interesa línea doctrinal del Perennialismo.
principalmente lo relacionado con las
religiones y creencias del Hombre, En su ciudad natal-Toledo-organiza visitas
seguidor entre otras de la Antroposofía de guiadas, siempre al anochecer, por las
Rudolf Steiner o de autores como Mircea callejuelas más recónditas y apartadas del
Eliade. casco antiguo. Siguiendo ahí las pistas del
Misterio, la Leyenda y la Tradición
Cofundador de la OTO (Orden del Mágica de la Ciudad Imperial…
Toledo Oculto), divulga e investiga toda
aquella relación de Toledo con el mundo
mágico a través de la historia.

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