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PRIMERA LEY DE LA TERMODINÁMICA

La Primera Ley de la Termodinámica es la ley de conservación de la energía aplicada a los sistemas


termodinámicos. Hay una analogía entre los sistemas termodinámicos y los sistemas mecánicos
conservativos, para los cuales se cumple la ley de conservación de la energía (mecánica).

En un sistema mecánico conservativo se distinguen dos tipos de energía: cinética y potencial, que
se definen en términos de las velocidades y las posiciones de las partículas que integran el sistema.
La energía mecánica es la suma de ambas, y se mantiene constante en ausencia de fuerzas
exteriores que realicen trabajo sobre el sistema. Si hay fuerzas externas, el incremento de la
energía mecánica es igual al trabajo realizado sobre el sistema por dichas fuerzas. La analogía
consiste en imaginar que los sistemas termodinámicos reales son sistemas mecánicos
conservativos cuyas partes (átomos, moléculas, etc.) son demasiado pequeñas como para ser
percibidas. Se supone que, si se toman en cuenta los movimientos a escala microscópica, la ley de
conservación de la energía sigue valiendo, pero que las energías cinética y potencial asociadas con
los movimientos puramente microscópicos se manifiestan en la escala macroscópica del
experimento como calor. Luego, el calor es una forma de energía, y la energía (total) se conserva.

La analogía mecánica sugiere que la definición de energía para un sistema termodinámico debe
estar relacionada con el concepto de trabajo exterior, es decir, trabajo realizado por fuerzas
provenientes del ambiente. Veremos que tal definición es en efecto posible. Se encuentra además
que al definir el trabajo termodinámico conviene restringir las fuerzas exteriores a fuerzas
conservativas, excluyendo fuerzas disipativas como la fricción. En consecuencia, el trabajo
termodinámico se define en términos de fuerzas conservativas en el ambiente. Se lo puede
visualizar como el ascenso o el descenso de pesas en un campo gravitatorio, aunque puede
comprender otras formas de trabajo como la carga o descarga de un condensador sin pérdidas,
etc. La noción de trabajo termodinámico es entonces más restringida que la de trabajo mecánico
en general: por definición se mide en el ambiente y no en el sistema, y consiste solamente de
trabajo conservativo. A parte esta diferencia, se calcula como el trabajo mecánico ordinario. En
esas condiciones nos preguntamos qué clase de experimentos nos pueden permitir definir la
energía del sistema o, en última instancia, si es o no posible dar esa definición.

EXTRAIDO DE R. Eisberg y L. Lerner, Física, Fundamentos y Aplicaciones, Vol. II


EXPERIMENTO JOULE

Los experimentos que demostraron la posibilidad de definir la energía de un sistema


termodinámico fueron realizados en 1843 por James Prescott Joule. Existen dos métodos
generales para producir cambios en el estado
de un sistema: por medios adiabáticos y
diatérmicos. Los experimentos de Joule fueron
adiabáticos, y se empleó el aparato cuyo
esquema se muestra en la Figura. para realizar
una serie de experimentos en los cuales las
pesas descienden lentamente haciendo girar las
paletas que agitan el medio. Ocurría un cambio
del estado del sistema (cierta cantidad de
agua), consistente en un aumento de
temperatura desde la temperatura ambiente a
una temperatura ligeramente superior. Al analizar estos experimentos conviene suponer que la
superficie de las paletas es el límite del sistema. Así el cambio del estado ocurre debido al
movimiento del contorno. Joule también realizó experimentos con mercurio en lugar de agua, y
con discos de hierro que se frotaban entre sí dentro del líquido, en vez de agitarlo mediante las
paletas. También llevó a cabo otros experimentos en los que el aumento de temperatura se
obtenía de resultas de un trabajo eléctrico. Gracias a sus experimentos Joule encontró que la
realización de una determinada cantidad de trabajo adiabático producía siempre la misma
variación del estado del sistema, sin que importara el dispositivo usado para producir el trabajo, ni
cuál fuera la naturaleza del sistema. Si ahora suponemos que lo mismo vale para cualquier
sistema termodinámico y bajo cualquier condición, podemos definir la energía de un sistema
termodinámico y formular la Primera Ley.

ENERGIA INTERNA

Los experimentos de Joule indican que tiene sentido hablar de la diferencia de energía entre dos
estados de un sistema y que esta diferencia se puede medir por medio de la cantidad de trabajo
que “desaparece” del ambiente mientras el sistema pasa de un estado en otro en condiciones
adiabáticas. Puesto que las pesas descienden lentamente, el trabajo de la gravedad (fuerza
conservativa del ambiente) no produce un aumento de la energía cinética de las pesas, sino que
desaparece del ambiente provocando la agitación del agua y en definitiva produciendo el cambio
del estado del sistema. Ese cambio lo interpretamos como una variación de la energía, que
medimos justamente por medio de la cantidad de trabajo que desapareció del ambiente. Decimos
que este trabajo “desapareció” para describir que la disminución de energía potencial de las pesas
no produjo un aumento de la energía cinética de las mismas. La energía que perdió el ambiente la
ganó el sistema, que en consecuencia cambió su estado. Si P es el peso de las pesas y h la altura
desde la cual han descendido podemos escribir:

donde E1 y E2 indican la energía interna de los estados 1 (inicial) y 2 (final) del sistema, y es la
cantidad de trabajo termodinámico (conservativo) que se realiza en el ambiente durante la
transformación adiabática

DEFINICION DE CALOR

Consideremos el sistema usado en el experimento de Joule (que llamaremos sistema A). Podemos
obtener la misma variación de temperatura poniendo A en contacto térmico con un segundo
sistema B, de una temperatura mayor. En esta transformación no desaparece trabajo del
ambiente, pero en cambio hay una variación del estado de B. Podemos postular que la variación
de energía interna de A es la misma que ocurrió en la transformación adiabática, pero que ahora la
diferencia proviene de una transferencia de energía de B a A, que se produjo mientras los dos
sistemas estuvieron en contacto térmico. Sin embargo, este postulado necesita una verificación
experimental: hace falta mostrar que la cantidad exacta de energía involucrada en el cambio del
estado 1 al estado 2 de A, ha efectivamente desaparecido de B. Esto se puede comprobar
rodeando B con una envoltura adiabática y realizando la experiencia de Joule sobre B hasta
devolverlo a su estado inicial. Si el postulado es correcto, el trabajo que desaparece del ambiente
al devolver B a su estado inicial será igual al que desapareció cuando llevamos A del estado 1 al
estado 2 en forma adiabática. Puesto que los experimentos confirman que así ocurre, el postulado
queda justificado. La energía transferida de B a A durante el contacto térmico se llama calor, y se
indica con el símbolo Q. En general, podemos cambiar el estado del sistema realizando
sucesivamente procesos adiabáticos y diatérmicos, y realizando trabajo exterior mientras el
sistema está en contacto térmico con otro sistema. En tales casos podemos generalizar la noción
de calor y escribir:

donde (−W ) es el trabajo que desaparece del ambiente y la diferencia de energía E2- E1 se debe
determinar por separado mediante un experimento adiabático.

En base a los experimentos de Joule y los experimentos diatérmicos que comentamos recién,
podemos formular la Primera Ley de la Termodinámica en la forma siguiente:

-Para todo sistema termodinámico existe una magnitud E, llamada energía interna, que es función
sólo del estado del sistema y no de los procesos mediante los cuales se obtuvo ese estado.

-La diferencia de energía interna entre dos estados se mide por el trabajo adiabático necesario
para llevar al sistema de uno de los estados al otro.

-Para procesos no adiabáticos, la diferencia entre el trabajo que se realiza y la variación de energía
interna es, por definición, calor.

Estas tres afirmaciones se expresan mediante las siguientes ecuaciones:


SEGUNDA LEY DE LA TERMODINÁMICA

Existen diferentes formas de enunciar la segunda ley de la termodinámica, pero en su versión más
simple, establece que “el calor jamás fluye espontáneamente de un objeto frío a un objeto
caliente” Y las diferentes formas de enunciar la segunda ley de la termodinámica llevan a misma
conclusión como son los enunciados de Kelvin-Planck Y Clausius.

ENUNCIADO DE KELVIN – PLANCK

En la práctica, se encuentra que todas las máquinas térmicas sólo convierten una pequeña
fracción del calor absorbido en trabajo mecánico. Por ejemplo un buen motor de un automóvil
tiene una eficiencia aproximada de 20% y los motores diesel tienen una eficiencia en el rango de
35% a 40%. En base a este hecho, el enunciado de Kelvin – Planck de la segunda ley de la
termodinámica es el siguiente:

“es imposible construir una máquina térmica que, operando en un ciclo, no tenga otro efecto
que absorber la energía térmica de una fuente y realizar la misma cantidad de trabajo”.

Esto es equivalente a afirmar que “es imposible construir una máquina de movimiento perpetuo
(móvil perpetuo) de segunda clase”, es decir, una máquina que pudiera violar la segunda ley de la
termodinámica. (Una máquina de movimiento perpetuo de primera clase es aquella que puede
violar la primera ley de la termodinámica (conservación de la energía), también es imposible
construir una máquina de este tipo). La figura 15.2 es un diagrama esquemático de una máquina
térmica perfecta imposible de construir.
Un refrigerador es una máquina térmica que opera en sentido inverso, como se muestra de
manera esquemática en la figura 15.3. La máquina absorbe calor QF de la fuente fría y entrega
calor QC a la fuente cálida. Esto sólo puede ser posible si se hace trabajo sobre el refrigerador. De
la primera ley, se ve que el calor cedido a la fuente caliente debe ser igual a la suma del trabajo
realizado y el calor absorbido de la fuente fría. Por lo tanto, se ve que el refrigerador transfiere
calor del cuerpo más frío a un cuerpo más cálido (la cocina).

ENUNCIADO DE CLAUSIUS
Resulta deseable construir un refrigerador que pueda realizar su proceso con el mínimo de
trabajo. Si se pudiera construir uno donde el proceso de refrigeración se realice sin ningún trabajo,
se tendría un refrigerador perfecto. Esto es imposible, porque se violaría la segunda ley de la
termodinámica, que es el enunciado de Clausius de la segunda ley (Rudolf Clausius, alemán, 1822-
1888):

“es imposible construir una máquina cíclica, que no tenga otro efecto que transferir calor
continuamente de un cuerpo hacia otro, que se encuentre a una temperatura más elevada”.

En términos sencillos, el calor no puede fluir espontáneamente de un objeto frío a otro cálido. Este
enunciado de la segunda ley establece la dirección del flujo de calor entre dos objetos a diferentes
temperaturas. El calor sólo fluirá del cuerpo más frío al más cálido si se hace trabajo sobre el
sistema. Aparentemente los enunciados de Kelvin – Planck y de Clausius de la segunda ley no
están relacionados, pero son equivalentes en todos sus aspectos. Se puede demostrar (pero aquí
no lo hacemos) que, si un enunciado es falso, el otro también lo es.

http://www.lfp.uba.ar/es/notas%20de%20cursos/notastermodinamica/04PrimeraLey.pdf

EXTRAIDO DE R. Eisberg y L. Lerner, Física, Fundamentos y Aplicaciones, Vol. II

http://www2.udec.cl/~jinzunza/fisica/cap15.pdf

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