El diseño surgió a partir de una cuadrícula la cual manipuló de
manera tal que la casa quedó dividida en cuatro secciones.
Basándose en el mundo de las formas puras y operaciones
geométricas, genera la planta mediante una serie de operaciones formales de defase y traslación. El espacio de percepción en la Casa VI es euclidiano, es decir, tiene una orientación frontal. La sensación de deformación, distorsión, fluctuación o articulación se produce debido a la propensión de la mente a ordenar o conceptualizar hechos físicos de ciertas maneras, como la necesidad de completar una secuencia AB o leer simetrías en línea recta. La Casa VI no es un objeto en el sentido tradicional, es decir, el resultado de un proceso, sino más bien un registro de un proceso. Al igual que el conjunto de transformaciones diagramadas en las que se basa su diseño. La casa no aporta el clásico estereotipo de vivienda unifamiliar de clase acomodada, no responde a medidas necesarias ni aporta ninguna vanguardia en relación a "modos de habitar"
Los usuarios que vivierón aquí tuvieron que acostumbrarse al
diseño moderno y contemporáneo de la casa, El diseño está primero, el ocupante le sigue ( la forma sigue la función)