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OBLIGACIONES

Autor: Bueres, Alberto J.


Vázquez Ferreyra, Roberto A.

Cita: RC D 2566/2012

Tomo: 1994 6 Representación.


Revista de Derecho Privado y Comunitario

OBLIGACIONES

I. Parte general
A) Intereses
Pocos fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación tuvieron tanta trascendencia como el dictado en la causa "Y.
P. F. c/Provincia de Corrientes", en fecha 3 de marzo de 1992. Como es sabido por todos, en dicha sentencia la Corte
estableció con carácter general la vigencia de la famosa tasa pasiva para todo tipo de deuda morosa. Dicho fallo,
dictado en una causa de competencia originaria de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (art. 100, Const. Nac.),
sentó un criterio que luego fue extendiéndose en los demás tribunales del país y en el cual insistió en varias
oportunidades el más Alto Tribunal. Tal fue la evolución que llegó un momento en que la mayoría de los tribunales
aplicaban en forma automática la tasa pasiva con sólo invocar los antecedentes de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. La cuestión sufrió un cambio trascendental -a nuestro criterio correcto- a partir de la sentencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, de fecha 14 de mayo de 1994, dictada en los autos "Banco Sudameris c/Belcam S.
A. y otra". En esta oportunidad la mayoría del Tribunal adhirió a los fundamentos del voto que en disidencia firmaron
los ministros Belluscio, Petracchi, Nazareno y Moliné O'Connor en la causa "López, Antonio c/Explotación Pesquera
de la Patagonia", de fecha 10 de junio de 1992. Así las cosas, dicha disidencia ha venido a convertirse en la doctrina
jurisprudencial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Por ello conviene recordar qué fue lo que sostuvieron los
ministros mencionados en aquella oportunidad. En apretada síntesis se dijo que: ...cuando el asunto remite a la
interpretación de normas de derecho no federal, la jurisdicción extraordinaria de esta Corte con apoyo en la doctrina
de la arbitrariedad queda reservada para los supuestos en que se efectúa una inteligencia de las normas en juego que
prescinda de éstas o que las desvirtúe y vuelva inoperantes [...] vicios que no se verifican en el sub examine, ya que la
determinación de la tasa de interés a aplicar en los términos del artículo 622 del Código Civil como consecuencia del
régimen establecido por la ley 23.928, queda ubicada en el espacio de la razonable discreción de los jueces de la causa
que interpretan dichos ordenamientos sin lesionar garantías constitucionales, en tanto sus normas no imponen una
versión reglamentaria única del ámbito en cuestión. De esta manera, y a la luz de la nueva jurisprudencia, los Jueces
inferiores tienen amplia libertad para fijar en cada caso la tasa de interés que consideren más justa, no estando ya
atados al criterio originariamente fijado en "Y. P. F. c/Provincia de Corrientes".
II. Daños y perjuicios
A) Daño moral. Legitimados en caso de muerte de la víctima
Como es sabido, con la reforma del Código Civil del año 1968 se reconoció en forma amplia la indemnización del daño
moral, tanto en la órbita de la responsabilidad civil contractual como extracontractual. En este sentido, los artículos 522
y 1078 en su actual redacción son lo suficientemente claros, más allá de algunas interpretaciones individuales y
aisladas que han querido restarle significación, en cuanto permiten a la víctima reclamar la reparación de todo daño
extrapatrimonial. En este sentido, la reforma llevada adelante por la ley 17.711 significó un paso adelante en el
desarrollo del Derecho de Daños. Sin perjuicio de ello, en el artículo 1078 quedó un resabio de las viejas concepciones
en la materia al limitar en forma significativa la legitimación para reclamar la correspondiente indemnización. En esta
oportunidad dejaremos de lado las críticas de que ha sido objeto el artículo 1078 del Código Civil en cuanto sólo permite
al damnificado directo reclamar la indemnización del daño moral. Se trata de un tema que ha sido criticado en más de
una oportunidad por la doctrina y que seguramente será objeto de reforma en pronto término [1]. El justificativo que se
ha dado para consagrar tal limitación ha sido el de evitar la "catarata de damnificados" que podrían presentarse a
reclamar indemnización por daño moral, susceptibles de llevar hasta límites inagotables, excesivos y ruinosos la
obligación del responsable. Pero ahora queremos detenernos en la parte del artículo 1078 según la cual "si del hecho
hubiere resultado la muerte de la víctima, únicamente tendrán acción los herederos forzosos". Esta limitación de la
legitimación activa también ha sido objeto de críticas e incluso de diversas interpretaciones jurisprudenciales.
Interpretando esta norma, se ha dicho que por herederos forzosos "deben entenderse los que revisten ese carácter en
el momento del fallecimiento y no todos los que potencialmente lo sean. Vale decir, el padre tendrá acción solamente
si no hay descendientes que lo desplacen..." [2] Otros autores, en sentido más amplio, consideran que por herederos
forzosos a la luz del artículo 1078 del Código Civil se debe entender a todos aquellos que la ley califica de herederos
legitimarios aunque no lo sean en ese supuesto. En general, la doctrina venía inclinándose en favor de este último
criterio. Así se sostiene que "la acción no ha sido otorgada iure hereditatis sino porque la referencia al heredero forzoso
es sólo un recurso técnico para designar a los parientes más próximos. En suma, ni el hijo ni la cónyuge supérstite
excluyen al padre..." [3] Precisamente esta interpretación fue la triunfante en un plenario de la Cámara Nacional Civil
de fecha 28 de febrero de 1994. Se trata de la sentencia dictada en los autos "Ruiz, Nicanor y otro c/Russo, Pascual".
En dicho fallo plenario quedó sentada la siguiente jurisprudencia: Cuando del hecho resulta la muerte de la víctima, los
herederos forzosos legitimados para reclamar la indemnización por daño moral según lo previsto por el artículo 1078
del Código Civil, no son sólo los de grado preferente de acuerdo al orden sucesorio.
B) Responsabilidad por el hecho del dependiente. Abuso de la función
El artículo 1113 del Código Civil, en su primer párrafo consagra la responsabilidad civil del principal por el hecho del
dependiente [4]. Se trata de un supuesto de responsabilidad civil extracontractual muy frecuente, y respecto al cual la
doctrina ha venido fijando con precisión sus requisitos. Tal vez uno de los aspectos más conflictivos es el referido a la
tarea desempeñada por el dependiente y sus características como para hacer funcionar la responsabilidad refleja. El
análisis de la doctrina permite verificar una evolución extensiva, es decir que cada vez se extiende en mayor medida la
responsabilidad del principal. En esta línea de evolución se ubica un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Se trata de una demanda interpuesta contra la Provincia de Río Negro por los daños cometidos por un bombero de la
policía de dicha provincia. La sentencia es de fecha 1° de marzo de 1994 y fue dictada en la causa "Estado Nacional
c/Provincia de Río Negro". En dicha oportunidad el más Alto Tribunal de nuestro país señaló lo siguiente: El principal
responde no sólo por los hechos de los dependientes realizados en el desempeño de las tareas a su cargo, sino también
por aquellos actos practicados con abuso de la función, sea que el subordinado haya contrariado expresas
instrucciones, sea que haya asumido tareas que podrían considerarse no comprendidas en el encargo o que haya
violado disposiciones reglamentarias [...] toda vez que ello no resulta decisivo para negar la responsabilidad del
principal en virtud de que tal infracción no puede obrar en perjuicio de terceros si no se han adoptado medidas
adecuadas para hacerlas cumplir o, en su caso, ha faltado control.
[1] Ver VAZQUEZ FERREYRA, Roberto A., El daño moral, en Juris 90-125; ZAVALA DE GONZALEZ, Matilde, Daños a las personas, 2 ' ed.,
Hammurabi, Buenos Aires, ps. 551 y ss.
[2] BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil argentino. Obligaciones, 3 ' ed., Perrot, Buenos Aires, vol. 1, p. 184.
[3] Ver MOSSET ITURRASPE, Jorge (director) y KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída
[4] Ver GARRIDO, Roque y ANDORNO, Luis, El artículo 1113 del Código Civil, Hammurabi, Buenos Aires, ps. 1 y ss.

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