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¿Qué hace el corazón cuando

hacemos ejercicio físico?


Dr. José Abellán
ALIMENTACIÓN Y DEPORTE
20 Julio 2017

El corazón proporciona a través de la sangre los nutrientes y oxígeno al


resto del cuerpo. Cuando nos movemos los músculos de nuestro
organismo necesitan más sangre ya que requieren más nutrientes y más
oxígeno y es el corazón el que se encarga de esta función.

Pero, ¿cómo reacciona nuestro corazón frente al


ejercicio físico?
Aumenta las pulsaciones (la frecuencia cardiaca)

Cuando se hace ejercicio, se anda, se corre o se monta en bicicleta, el


corazón tiene que latir más rápido y más fuerte para que la sangre llegue a
todos los músculos del cuerpo. El combustible que emplea nuestro
cuerpo es la glucosa y los ácidos grasos que se metabolizan con el oxígeno.
Las personas cuando se desplazan necesitan una serie de mecanismos
que posibiliten y aseguren el movimiento. Las articulaciones de los brazos
y piernas y los músculos se consideran los motores del cuerpo y con su
contracción permiten que nos movamos.
El corazón es el encargado de hacer llegar a cada músculo y a cada
sistema del cuerpo el combustible que necesita para funcionar.

Aumenta la fuerza con la que se contrae el corazón

Cuando se hace ejercicio y necesitamos más fuerza o más velocidad se


necesita bombear más sangre para que el oxígeno llegue a los músculos,
los cuales se dilatan y demandan más oxígeno cuanto más se les exige.

Eso se consigue aumentando la velocidad de contracción de nuestro


corazón, que son las pulsaciones que notamos.
La fuerza con la que se contrae el corazón es mayor para impulsar más
sangre.

Aumenta la presión sanguínea

El aumento de volumen de sangre que se produce con el ejercicio físico


tiene otra implicación, y es que aumenta la presión arterial.
Por eso si nos tomamos la tensión justo después de hacer algo de
ejercicio, es mayor que tras unos minutos de reposo.
¿Hasta cuánto es normal que suban las pulsaciones y
la tensión?

Depende del grado de adaptación y entrenamiento de cada uno. Durante


el ejercicio no hay un límite.
 Frecuencia cardiaca máxima
Para saber cuál es nuestra frecuencia cardiaca máxima utilizamos esta
fórmula:

F.C.M = 220 – la edad


La frecuencia cardiaca máxima disminuye un poco si se tiene diabetes o
si se estas consumiendo betabloqueantes, ya que estos fármacos
disminuyen la frecuencia cardiaca.
 Tensión arterial máxima
La tensión máxima no tiene límite porque depende de la persona, por lo
que no debemos, en principio, preocuparnos por ella.

Diferencias entre personas entrenadas y no


entrenadas

Las personas que están acostumbradas a realizar ejercicio físico necesitan


menos pulsaciones o menos tensión arterial para realizar una determinada
actividad y además podrán realizar ejercicios más intensos.
Sin embargo, las personas no entrenadas enseguida notarán
“palpitaciones” se marearán y fatigarán antes de poder realizar una
actividad física determinada.

¿Cuales son las recomendaciones si enseguida te


fatigas al hacer ejercicio físico?

Las personas estamos hechos para desplazarnos. El cuerpo es


tremendamente agradecido con respecto a la adaptación al ejercicio.
Cuando realizamos ejercicio hasta donde “podemos” de manera regular,
en pocas semanas comenzaremos a poder llegar un poco más lejos o un
poco más rápido.

Esto es debido a una serie de adaptaciones que se llevan a cabo


independientemente de la edad que tengamos.

¿Qué adaptaciones experimenta el cuerpo con el


ejercicio físico?
 Se respirar más eficientemente
 Los músculos aprovechan mejor el oxígeno
 Disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares
 Nos sentiremos mejor.
Hay multitud de estudios que han relacionado la realización de ejercicio
físico de cualquier tipo con la mejora de la depresión y el estrés.

¿Qué Sucede en Su Cuerpo Cuando Hace


Ejercicio?
El artículo mencionado en el Huffington Post2 resalta una variedad de efectos biológicos
que suceden, de la cabeza a los pies, cuando hace ejercicio. Entre estos encontramos
cambios en:

•Los músculos, que utilizan glucosa y ATP para la contracción y el movimiento. Para
generar más ATP el cuerpo necesita oxígeno extra, así que aumenta la respiración y el
corazón comienza a bombear más sangre a los músculos.

Si no hay suficiente oxígeno, se formará ácido láctico. Las pequeñas rasgaduras en los
músculos harán que crezcan más y sean más fuertes al sanarse.

•Los pulmones. Conforme los músculos piden más oxígeno (hasta 15 veces más oxígeno
que cuando están en descanso), el índice de respiración aumenta. Cuando los músculos
alrededor de los pulmones no pueden moverse más rápido, usted ha alcanzado lo que se
llama VO2 máx - su capacidad máxima para el uso del oxígeno. Mientras más alto sea su
VO2 máx, estará más en forma.

•El corazón. Como mencioné anteriormente, el índice cardiaco aumenta con la actividad
física para distribuir más sangre oxigenada a los músculos. Mientras más en forma esté, su
corazón puede hacer esto de manera más eficiente, lo que permitirá que entrene durante
más tiempo y más arduamente. Como efecto secundario, esta mayor eficiencia también
reduce el índice cardiaco en reposo. La presión arterial también disminuirá como resultado
de la formación de nuevos vasos sanguíneos.

•El cerebro. El aumento en el flujo sanguíneo también beneficia al cerebro, lo que permite
que funcione mejor casi inmediatamente. Como resultado, tenderá a sentirse más
concentrado después de hacer ejercicio. Además, el ejercicio regular promoverá el
crecimiento de nuevas neuronas. En el hipocampo, estas nuevas neuronas ayudarán a
estimular la memoria y el aprendizaje. Como se afirma en el artículo mencionado:
"Cuando hace ejercicio regularmente, el cerebro se acostumbra a este aumento sanguíneo
frecuente y se adapta al apagar o encender ciertos genes. Muchos de estos cambios
estimulan la función de las neuronas y protegen contra enfermedades como
Alzheimer, Parkinson o incluso un derrame cerebral, y mantienen alejado el deterioro
relacionado con la edad".

También se dispara una variedad de neurotransmisores, como las endorfinas, serotonina,


dopamina, glutamato y GABA. Algunas de éstas son bien conocidas por su papel en el
control del estado de ánimo. De hecho, el ejercicio es una de las mejores estrategias para la
prevención y tratamiento de la depresión.

•Las articulaciones y huesos. Ya que el ejercicio puede poner sobre ellos hasta cinco o
seis veces más peso que el corporal. La mayor masa ósea se logra en la madurez y luego
comienza a declinar lentamente, pero el ejercicio puede ayudarle a mantener una masa ósea
saludable, conforme envejece.

El ejercicio con peso es, en realidad, uno de los remedios más efectivos contra
la osteoporosis, ya que los huesos son muy porosos y suaves, y conforme envejece, los
huesos pierden fácilmente su densidad y, por lo tanto, se hacen más frágiles - especialmente
si no es activo.

Su Salud Cerebral Está Relacionada Directamente


con el Ejercicio
Un artículo relacionado publicado por Lifehacker.com3 se enfoca exclusivamente en los
cambios relacionados al cerebro que suceden cuando hace ejercicio. Aunque acabo de
mencionar que, durante una sesión de ejercicio se liberan neurotransmisores, los
mensajeros químicos del cerebro, como la serotonina que mejora el estado de ánimo, esto
no representa todos los beneficios que recibe el cerebro.

"Si comienza a hacer ejercicio, su cerebro reconoce esto como un momento de estrés.
Conforme aumenta la presión cardiaca, su cerebro cree que usted está combatiendo al
enemigo o escapando de él. Para protegerse a sí mismo y a su cerebro del estrés, libera
una proteína llamada FNDC (factor neurotrófico derivado del cerebro). Este FNDC tiene
un elemento protector y reparador para las neuronas de la memoria y actúa como un
interruptor de reset. Es por ello que a menudo nos sentimos tan aliviados y como si las
cosas fueran muy claras después de hacer ejercicio", escribe Leo Widrich.

Simultáneamente, el cerebro libera endorfinas, otra sustancia química relacionada con el


estrés. De acuerdo con el investigador MK McGovern, las endorfinas minimizan el dolor
físico y las molestias relacionadas con el ejercicio. También son las responsables del
sentimiento de euforia que reportan muchas personas cuando hacen ejercicio de forma
regular.
Científicos han relacionado los beneficios del ejercicio físico a la salud cerebral por
muchos años, pero investigaciones recientes4,5 han dejado en claro que estos dos no sólo
están relacionados; sino que están conectados. La evidencia muestra que el ejercicio físico
ayuda a desarrollar al cerebro, que no sólo resiste el encogimiento, sino que aumenta sus
capacidades cognitivas.

El ejercicio también estimula al cerebro para que trabaje a su capacidad óptima al ocasionar
que las neuronas se multipliquen, refuercen sus interconexiones y al protegerlas del daño.
Hay múltiples mecanismos que están en juego, pero algunos se van entendiendo más que
otros.

El papel rejuvenecedor del FNDC es uno de ellos: el FNDC activa las células del bulbo
raquídeo para convertirlas en nuevas neuronas. También desencadena numerosas sustancias
químicas que promueven la salud neural. Además, el ejercicio brinda efectos protectores al
cerebro, a través de:

 La producción de compuestos que protegen los nervios


 Mayor desarrollo y sobrevivencia de las neuronas
 Menor riesgo de enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos
 Alterar la forma en la que las proteínas dañinas residen en el cerebro, lo que parece
disminuir la velocidad del desarrollo del Alzheimer

El Ayuno y el Ejercicio Desencadenan el


Rejuvenecimiento del Cerebro
Evidencias crecientes indican que tanto el ayuno como el ejercicio desencadenan los genes
y factores del crecimiento que reciclan y rejuvenecen al cerebro y los tejidos musculares.
Entre estos factores de crecimiento encontramos al FNDC, como acabo de mencionar, y
factores regulatorios musculares, o MRF.

Estos factores de crecimiento envían señales a las células del bulbo raquídeo y a las células
satelitales musculares para que se conviertan en nuevas neuronas y células musculares,
respectivamente. Es bastante interesante que, el FNDC también se expresa a sí mismo en el
sistema neuromuscular, donde protege los neuromotores de la degradación. (El neuromotor
es el elemento más crucial en el músculo. Sin el neuromotor, el músculo es como un motor
sin arranque. La degradación del neuromotor es parte del proceso que explica la atrofia
muscular relacionada con la edad).

Así que el FNDC está involucrado activamente tanto en los músculos como en el cerebro, y
esta conexión entrecruzada, por así decirlo, parece ser la mayor parte de la explicación
sobre porqué el ejercicio físico puede tener un impacto tan benéfico en el tejido cerebral.
Ayuda a prevenir, e incluso a revertir, el deterioro cerebral, tanto como previene y revierte
el deterioro muscular relacionado con la edad, de forma bastante literal.
También ayuda a explicar por qué hacer ejercicio mientras se ayuna puede ayudar a
mantener biológicamente jóvenes al cerebro, neuromotores y fibras musculares. Para más
información sobre cómo incorporar el ayuno intermitente en su rutina de ejercicio para
obtener los máximos beneficios, vea mi artículo previo. El azúcar reprime el FNDC, lo
que también explica por qué una alimentación baja en azúcar en con junto con el ejercicio
regular es tan efectiva para proteger la memoria y prevenir la depresión.

Este Es Su Cerebro Cuando Hace Ejercicio


El FNDC y las endorfinas son dos de los factores desencadenados por el ejercicio que le
ayudan a mejorar su estado de ánimo, lo hacen sentirse bien y mejoran su cognición. Como
mencionó Lifehacker, son similares a la morfina y la heroína en su actividad y en su
capacidad para generar adicción – sin ninguno de sus efectos secundarios dañinos. ¡Sino
todo lo contrario! Así que, ¿qué tanto ejercicio necesita hacer para mantener una mejor
disposición y mejor memoria a largo plazo?

De acuerdo con un estudio de 20126 publicado en la revista Neuroscience, el "secreto" para


aumentar la productividad y la felicidad en cualquier día es la inversión a largo plazo en el
ejercicio regular. Y, hacer un poco cada día parece ser mucho mejor que hacer mucho
ejercicio una o dos veces a la semana.

"Aquellas personas que hicieron ejercicio durante el mes anterior, pero no ese día,
generalmente tuvieron mejores resultados en el examen de la memoria que aquellas
personas que habían sido sedentarias, pero no se acercaron siquiera a los resultados de
aquellas personas que habían hecho ejercicio esa mañana", escriben los autores.

Quizá la razón de esto pueda percibirse mejor visualmente. Eche un vistazo a estas
imágenes, que muestran el aumento dramático en la actividad cerebral después de una
caminata de 20 minutos, en comparación con haber estado sentado silenciosamente durante
la misma cantidad de tiempo.
Sin embargo, hay una pequeña advertencia. Los investigadores también descubrieron que el
ejercicio no afecta el cerebro de todas las personas de la misma forma. Algunas personas,
cerca del 30 por ciento de las personas descendientes de caucásicos europeos, tienen una
variante en el gen FNDC que dificulta la producción de FNDC después del ejercicio. En las
personas con esta variante de FNDC, no mejoró de forma tan significativa la calificación en
el examen de la memoria, incluso al hacer ejercicio regularmente, como en aquellas
personas que no tienen este variante.

Aun así, las investigaciones sugieren claramente que – con variaciones individuales en
cuanto al grado - el ejercicio regular mejorará la memoria y otras funciones cerebrales de
forma acumulativa.

No Necesita Entrenar Como Un Atleta Para Obtener


los Beneficios del Ejercicio
Si usted es sedentario, todavía tiene esperanza. En su libro, The First 20
Minutes: Surprising Science Reveals How We Can Exercise Better, Train Smarter, Live
Longer, Gretchen Reynolds, autora de grandes ventas del New York Times, habla sobre el
tema del ejercicio como una forma de mejorar la longevidad, así como la felicidad.7

"Los primeros 20 minutos de movimiento, si alguien ha sido bastante sedentario, le


brindan la mayoría de los beneficios a la salud. Su vida se prolongará y se reducirá el
riesgo de padecer enfermedades - todo esto viene con los primeros 20 minutos de
actividad", dijo en una entrevista de 2012.8

"Dos tercios de las personas en Estados Unidos no hacen nada de ejercicio. Si una de esas
personas se levanta y se mueve durante 20 minutos, obtendrá una enorme cantidad de
beneficios a la salud, y todo lo que venga después de esos 20 minutos es, hasta cierto
grado, un extra. Esto no significa que sugiera a las personas que no hagan más ejercicio si
quieren hacerlo. Siempre puede hacer más. Pero la ciencia indica que si hace cualquier
cosa, incluso estar de pie durante 20 minutos, estará más saludable".

Similarmente, investigaciones9 publicadas en 2008 encontraron que aquellas personas que


hicieron ejercicio en los días de trabajo experimentaron mejor estado de ánimo durante esos
días. Curiosamente, mientras que su estado de ánimo permaneció constante incluso en los
días que no hicieron ejercicio, su sentido de paz interior se deterioró esos días. De acuerdo
con los autores:10

"Críticamente, los trabajadores tuvieron un desempeño significativamente mejor en los


días en que hicieron ejercicio, en todas las áreas que medimos, llamados requerimientos
mental-interpersonal, de producción y tiempo".

Los descubrimientos clave fueron:

 El 72 por ciento tuvo un mejor manejo del tiempo en los días en que hizo ejercicio, en
comparación con los días en que no lo hizo.
 El 79 por ciento reportó un mejor desempeño mental e interpersonal en los días de
ejercicio.
 El 74 por ciento dijo que manejó mejor su carga de trabajo.
 Aquellas personas que hicieron ejercicio regularmente también reportaron sentirse
más del 40 por ciento más "motivados a trabajar" y tuvieron una calificación 20 por
ciento más alta en la concentración y al terminar el trabajo a tiempo.
Pero recuerde, es MUCHO mejor hacer ejercicio regularmente. Creo que también es vital
estar regularmente en movimiento si tiene un trabajo donde está sentado, como la mayoría
de nosotros, incluso yo. Yo generalmente me siento frente a una computadora durante más
de 12 horas al día. Lo que he descubierto recientemente es que levantarme cada 10 minutos
(con ayuda de un temporizador) y hacer algún tipo de ejercicio breve, es un hábito
increíblemente poderoso para minimizar el daño ocasionado por estar sentado a largo plazo.

Aspire a un Programa de Ejercicios Completo


Idealmente, para optimizar verdaderamente su salud, debería esforzarse por tener un
programa completo y variado, que incorpore una amplia variedad de ejercicios. Como regla
general, en cuanto un ejercicio es fácil de realizar, incremente la intensidad o pruebe otro
ejercicio, para mantener el desafío corporal.

Adicionalmente, más investigaciones recientes me han abierto los ojos a la importancia del
movimiento que no es ejercicio. Verdaderamente, la clave para la salud es estar tan activo
como pueda durante todo el día, pero eso no significa que entrene como un atleta durante
varias horas al día. Simplemente significa que, cada que tenga tiempo de moverse o estirar
su cuerpo a lo largo del día - ¡hágalo en este momento!
Y mientras más frecuentemente sea, mejor. Desde estar de pie, o estirarse para alcanzar un
objeto en una repisa alta, o quitar la hierba del jardín y caminar de una habitación a otra, o
incluso lavar los platos, todo cuenta. En resumen, es el movimiento físico, punto, lo que
promueve los beneficios a la salud, debido a la interacción del cuerpo con la gravedad. Para
conocer más acerca de este importante aspecto de la salud, vea este artículo previo. Dicho
esto, le recomiendo incorporar los siguientes tipos de ejercicios a su programa:

•Entrenamiento (Anaeróbico) en Intervalos: esto es cuando alterna cortos estallidos de


ejercicio de alta intensidad con periodos suaves de recuperación.

•Entrenamiento de Fuerza: completar su programa de ejercicios con una rutina de


entrenamiento de fuerza de una serie asegurará la optimización real de los beneficios
posibles para la salud de un programa de ejercicio regular. También puede aumentar la
intensidad al hacer los ejercicios más lentamente. Para más información acerca de cómo
utilizar un entrenamiento de fuerza súper lento como un tipo de ejercicio en intervalos de
alta intensidad, vea mi entrevista con el Dr. Doug McGuff.

•Levántese cada 10 minutos. Esto no es intuitivamente tan obvio, pero evidencias


emergentes muestran claramente que incluso las personas que están en forma y que
exceden las recomendaciones de los expertos sobre el ejercicio, se dirigen a una muerte
prematura si están sentadas durante largos periodos de tiempo. Mi entrevista con la Dra.
Joan Vernikos, científica de la NASA, entra en detalle acerca de por qué esto es así y qué
puede hacer al respecto.

Personalmente, yo pongo mi alarma cada 10 minutos cuando estoy sentado, y luego me


levanto cuando suena y hago sentadillas de una pierna, sentadillas con brinco o desplantes.
La clave es que necesita estar en movimiento todo el día, incluso con actividades que no
sean ejercicio.

•Ejercicios para los músculos del torso: el cuerpo tiene 29 músculos del torso localizados
mayormente en la espalda, abdomen y pelvis. Este grupo de músculos proporciona la base
para el movimiento de todo el cuerpo y al fortalecerlos puede ayudar a proteger y soportar
su espalda, hacer que su espina dorsal y su cuerpo sea menos propenso a las lesiones y
ayudar a aumentar su balance y estabilidad.

Programas de ejercicio como pilates y el yoga también son geniales para fortalecer los
músculos del torso, así como algunos ejercicios específicos que puede aprender de un
entrenador personal.

•Estiramiento: mi tipo de estiramiento favorito son los estiramientos activos aislados


desarrollados por Aaron Mattes. Con el Estiramiento Activo Aislado, mantiene cada
estiramiento sólo dos segundos, lo cual trabaja con la constitución fisiológica natural del
cuerpo para mejorar la circulación e incrementar la elasticidad de las articulaciones
musculares. Esta técnica permite al cuerpo repararse a sí mismo y prepararse para la
actividad diaria.
RESPUESTA DEL ORGANISMO A LA
ACTIVIDAD FÍSICA
Las respuestas del organismo a la actividad física son los cambios que se
producen para poder desarrollar un trabajo físico, que desde una
perspectiva evolutiva se traducen en supervivencia (huida y caza) y desde
el punto de vista lúdico y social, en rendimiento deportivo.
Durante, e incluso antes de empezar a hacer ejercicio, nuestro cerebro se prepara para
actuar. Se empiezan a apagar las funciones animales de reposo y se ponen en marcha las
funciones animales de acción. Mejoran el nivel de alerta y la predisposición para actuar. Se
liberan adrenalina y noradrenalina, primero a través del sistema nervioso, y después desde la
glándula suprarrenal. Además de éstas, también participan otros mediadores químicos como
el cortisol, la testosterona, la hormona del crecimiento y otros, que regulan las funciones de
distintos órganos y coordinan las respuestas cuando desarrollamos actividad física.
Vamos a mencionar solo algunas de ellas centrándome en las que son relevantes en el
paciente cardiológico.
A nivel respiratorio, la ventilación aumenta progresivamente, primero por una mayor
profundidad de las respiraciones y después por un aumento de la frecuencia respiratoria. Esto
nos permite extraer del aire más oxígeno para los músculos que están trabajando y eliminar el
exceso de CO2 que se está produciendo como consecuencia de la combustión y del
mantenimiento del pH de la sangre.
Aumenta ligeramente la cantidad total de sangre circulante cuando el bazo se contrae
vertiendo parte de su contenido al torrente circulatorio.
Las arterias de los distintos órganos se contraen o se relajan para aumentar la cantidad de
sangre y oxígeno musculares sin perjudicar al flujo cerebral y coronario. De forma general, se
dilatan las arterias de los músculos que desarrollan el trabajo y se contraen las de los
músculos que están en reposo, las del aparato digestivo, los riñones y la piel. El resultado final
es una disminución de la resistencia en la circulación arterial. El retorno venoso también
aumenta, por la propia circulación de la sangre, por la compresión de los músculos que
atraviesan a su paso y por la succión del corazón.
A nivel cardiaco aumentan tanto la fuerza con la que se contrae el corazón como la
frecuencia cardiaca. El aumento de la fuerza de contracción se traduce en un aumento de la
cantidad de sangre que se bombea con cada latido (de unos 75 ml en reposo a más de 150 ml
en esfuerzos intensos). Esto, unido al aumento de la frecuencia cardiaca, sirve para aumentar
del volumen de sangre que circula por el organismo en un minuto, que puede pasar de unos 5
litros en reposo hasta los 30 litros en esfuerzos máximos. Quiero hacer un inciso para aclarar
que la frecuencia cardiaca de reposo y la frecuencia cardiaca máxima pueden variar mucho de
una persona a otra sin que ello signifique que algo va mal.
Este aumento en la actividad muscular del corazón se acompaña de un aumento en la
necesidad de oxigeno del propio músculo cardiaco y, por lo tanto, del flujo de sangre a través
de las arterias coronarias. En personas con obstrucciones coronarias este aumento del flujo
no es posible y se produce una falta de riego a partir de determinadas intensidades que puede
derivar en angina de pecho, fatiga o arritmias malignas.
Por eso cuando hacemos una prueba de esfuerzo, vemos como se aceleran la frecuencia
cardiaca y la respiración y como aumenta la presión arterial sistólica (la alta) sin un aumento
de la presión arterial diastólica (la baja) a medida que aumentan la intensidad del trabajo y la
sensación de esfuerzo. El efecto será mayor cuantos más músculos se empleen para hacer un
ejercicio.
Los ejercicios de fuerza son algo diferentes. En este caso las arterias que llevan la sangre a
los músculos que desarrollan el trabajo, en vez de dilatarse, se ven comprimidas por el propio
musculo durante la contracción muscular. El fuerte latido del corazón contra las arterias
comprimidas hace que aumenten mucho tanto la PA sistólica como la diastólica a partir de
determinadas intensidades de trabajo. La FC aumenta pero de forma muy variable y
dependiendo de cómo hagamos el ejercicio (velocidad de ejecución del gesto, ritmo, masa
muscular implicada, etc). Tampoco el retorno venoso aumenta de la misma manera que en los
ejercicios predominantemente dinámicos.
En general, el esfuerzo físico tiene un efecto antitrombótico pero a partir de determinadas
intensidades, la trombogenicidad de la sangre aumenta anticipándose a posibles
consecuencias traumáticas durante los esfuerzos más intensos. Esto tiene su importancia en
los pacientes cardiópatas porque el aumento de la trombogenicidad, junto a la deshidratación,
pueden favorecer la formación de trombos en individuos predispuestos. Además, la
deshidratación y los cambios bruscos en las concentraciones de electrolitos y el aumento de la
temperatura y las hormonas del estrés que se producen con la actividad física también pueden
contribuir al desarrollo de arritmias ventriculares.
La medicación de uso habitual en los pacientes cardiópatas interfiere en estas
respuestas:
Los betabloqueantes actúan reduciendo la frecuencia cardiaca y la fuerza de contracción del
corazón entre otros efectos y, al limitar éstas respuestas, pueden ser mal tolerados por el
paciente cuando se ejercita. Los vasodilatadores modifican las respuestas vasculares
ayudando a controlar la tensión arterial pero, de la misma manera, pueden empeorar la
eficiencia de las respuestas vasculares. Otros antihipertensivos modifican la concentración de
electrolitos y se pueden sumar a la deshidratación y favorecer las complicaciones de ésta. Los
anticoagulantes y antiagregantes juegan un papel protector cuando el ejercicio aumenta la
trombogenicidad de la sangre pero aumentan el riesgo de complicaciones hemorrágicas con
los traumatismos. Por último, las estatinas interfieren con el metabolismo intracelular en
esfuerzo y pueden dar molestias musculares. De igual manera, aunque nombremos estos
posibles efectos secundarios evidentemente debe tener en cuenta que si su médico le ha
recomendado dichos tratamientos es porque los beneficios superan dichas consecuencias.
En general la práctica de ejercicio es muy segura pero por todo lo dicho hasta ahora, los
pacientes cardiópatas se tienen que asesorar antes de comenzar un programa de ejercicio.

1. ¿Qué es el aparato circulatorio?


El aparato circulatorio o sistema circulatorio es un complejo mecanismo de
transporte interno que posee en distinta medida el cuerpo de los seres
vivos, y que permite el traslado de los distintos nutrientes, sustancias regulatorias,
defensas químicas y otras sustancias fundamentales a lo largo del organismo, así
como la recolección de toxinas, subproductos metabólicos y otros materiales de
desecho para su eliminación.

Este tipo de sistema existe tanto en los animales vertebrados como en


los invertebrados, aunque no de la misma manera. En el caso de los primeros
transporta la sangre, un fluido rojo y rico en hierro que permite, entre otras cosas,
el traslado del oxígeno necesario para la obtención de energía. En el caso de los
segundos, se transporta hemolinfa u otras sustancias similares; en el de las
plantas, savia.

El aparato circulatorio del cuerpo humano incluye una vasta red de conductos
sanguíneos conocidos como capilares, que se conectan a una mayor
compuesta por venas y arterias. En el centro de todo, una bomba muscular
conocida como corazón. Cuando nos cortamos o herimos, la sangre brota porque
se violenta algún tramo (usualmente menor) de dicha red. Por suerte, en la sangre
también se transportan las células encargadas de reparar el tejido y detener las
hemorragias menores.

Ver también: Aparato Respiratorio.

2. Función del aparato circulatorio


El sistema circulatorio desplaza sustancias químicas como glóbulos blancos u hormonas.

Como se ha dicho, la función del aparato circulatorio es clave: mantener andando


la sangre para oxigenar el cuerpo y preservar la vida de los tejidos. Si algún tejido
quedara aislado de esta vasta red sanguínea, algún miembro u órgano, sus células
sufrirían la falta de oxígeno y morirían. Esto se conoce como isquemia.

Del mismo modo, este aparato tiene la misión de comunicar el cuerpo


todo, permitiendo el desplazamiento de sustancias químicas de diversa
naturaleza, como hormonas (para regular la actividad del cuerpo), glóbulos
blancos (y otras células defensivas), o los nutrientes necesarios para producir
nuevas células y tejidos (carbohidratos, proteínas y lípidos). Incluso las medicinas
que tomamos o las inyecciones que recibimos emplean este sistema de transporte
para llegar a donde son requeridas.

Por último, la sangre en circulación pasa también por ciertos filtros, como el
hígado, en donde es despojada de toxinas, contaminantes y sustancias producto
del metabolismo. El sistema circulatorio es, a la vez, un canal de nutrición y de
recolección de desechos.

3. Partes del aparato circulatorio


El corazón es un órgano muscular y hueco, que pesa alrededor de 300 gramos.

El sistema circulatorio se compone esencialmente de:

 Vasos capilares. Pequeños ramales de la red sanguínea que llegan hasta


los más ocultos recodos del cuerpo. Ningún tejido del organismo queda al
margen del flujo de sangre. Algunos capilares pueden ser más delgados que
un cabello humano.
 Arterias. Uno de los dos tipos de conductos sanguíneos mayores, se
caracteriza por llevar la sangre recién oxigenada de los pulmones al corazón
y de allí al resto del cuerpo. Contienen la sangre más roja (debido a un
pigmento llamado hemoglobina). Una lesión en una arteria puede resultar
grave, ya que el volumen de sangre que se transporta por ellas es muy
grande, y no da siempre tiempo a reparar la herida para prevenir el
desangrado.
 Venas. Al contrario de las arterias, estos conductos mayores contienen
sangre sin oxigenar, es decir, la que emprende el viaje de regreso hacia el
corazón y luego hacia los pulmones, para retomar el ciclo. Al igual que las
arterias, son ductos voluminosos y un corteo una obstrucción en las venas
suele ser letal.
 Corazón. La bomba que mantiene la sangre en constante movimiento, es
un órgano muscular y hueco, que pesa alrededor de 300 gramos y contiene
cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. Esta construcción impide
que la sangre venosa y la arterial se mezclen, ya que cada una es impulsada
a un destino diferente. El corazón humano bombea unos cinco litros de
sangre por minuto, lo cual significa que en unos 70 años de vida bombea
unos 2600 millones de veces, con un descanso minúsculo entre latido y
latido de apenas 0,4 segundos.

4. Enfermedades del aparato circulatorio

La arteriosclerosis es la acumulación de grasa en las paredes de las arterias.

El sistema circulatorio puede padecer de enfermedades tales como:

 Arteriosclerosis. Una dolencia que consiste en la acumulación de placas


de grasa y otras sustancias en las paredes de las arterias, solidificándose y
disminuyendo el flujo de sangre, lo cual enlentece la circulación y requiere
de mayor esfuerzo cardíaco.
 Hipertensión. Debida a muchas posibles causas, consiste en un exceso de
fuerza en el latido cardíaco, que envía la sangre con mucha intensidad por
las arterias, pudiendo eventualmente romper algún capilar y producir un
derrame, o agotar el corazón y conducir a un infarto.
 Isquemias. Usualmente afectan al corazón o al cerebro, pero también a
otros órganos o miembros del cuerpo. Se producen cuando algo obstruye el
flujo de sangre, haciendo que alguna parte del cuerpo no reciba la
suficiente sangre y empiece a morir.

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