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¿NECESITAMOS EL ORNAMENTO?
La arquitectura es un arte y como en todo arte existe una preocupación por la
estética de sus composiciones, reflejadas en las fachadas de sus edificaciones. Así al
observar una obra arquitectónica podemos apreciar su belleza, la cual se complementa
por la presencia del ornamento.
A través del tiempo, se ha cuestionado si el ornamento es necesario o no, si agrega
belleza a sus obras o más bien las recarga. Por ornamento, se habla de un conjunto de
elementos o composiciones creadas para embellecer o complementar una obra
arquitectónica.
Desde las culturas antiguas, se puede ver como es utilizado por los egipcios,
indios, griegos, hasta las obras de la arquitectura gótica, que están llenas y cargadas de
elementos. Esta arquitectura es bella y sus ornamentos hacen que llame la atención, por
lo que es famosa por lo mismo. Sin embargo nos preguntamos si esta ornamentación es
necesaria hoy en día y si algunas de estas obras funcionarían si prescindieran de esta, si
son lo suficientemente fuertes por si solas sin lo extra.
El ornamento ha jugado un papel muy importante en la definición de arquitectura
a través de la historia, ya sea con su presencia o su ausencia, como en el caso de la
arquitectura moderna. Esta arquitectura del S.XX, significó la renuncia a la composición
académica clásica, que fue sustituida por una estética influenciada por las distintas
tendencias del arte moderno como el cubismo, expresionismo, neoplasticismo, etc.
La ausencia del ornamento, el uso de los nuevos materiales como el acero y el
hormigón armado, el empleo de nuevas tecnologías, predominio de las formas puras y
volúmenes geométricos sencillos dispuestos ortogonalmente, así como la integración del
edificio con el entorno son algunas características de la arquitectura moderna.
La simplicidad fue la mayor atracción en el diseño arquitectónico moderno. Un
diseño de casa sencilla, limpia y funcional, donde solo se incluían aquellos elementos que
eran relevantes y tenían un propósito específico. Resumido en las frases “ la forma sigue
a la función” y “menos es más”; de Le Corbusier y Mies Van Der Rohe , dos grandes
arquitectos del Racionalismo ,movimiento propio de esta arquitectura.
Aunque la arquitectura moderna tuvo su auge durante un periodo, como todo llegó
a su fin, con el proyecto urbanístico Pruitt- Igoe en 1954, diseñado por el arquitecto
Minoru Yamasaki. Las condiciones de vida en estos edificios comenzaron a decaer, la
zona se encontraba en pobreza extrema y con altos índices de criminalidad, por lo que
tuvo que ser demolido.
Este proyecto fue un fracaso, puesto que en la arquitectura moderna se buscaba
únicamente resolver los problemas funcionales más básicos de la ciudad, sin dar respuesta
a problemas culturales, económicos o sociales. Podría decirse que la arquitectura estaba
dejando de lado la estética al privar de ornamento a estas edificaciones y crear cubos
sobre otros donde alojar a la población. Pues con esto se puede hacer evidente la
importancia de la presencia del ornamento, ya que este genera una sensación de bienestar
en los habitantes, al apreciar su belleza. Es muy diferente ver una fachada blanca limpia
con agujeros muy grandes que se hacen llamar ventanas, que un edificio con un detalle a
color y con uso de formas curvas u otros ornamentos modernos.
Con todo este desencanto generalizado surgió a mediados del año 1970 un nuevo
movimiento, la arquitectura posmoderna, como respuesta a las contradicciones de la
arquitectura moderna, y en especial los postulados del Estilo Internacional.
Esta también es definida como "neoecléctica", porque significa un retorno al
pasado, mediante el ornamento en la fachada, uso de elementos como columnas,
molduras, arcos; en sustitución de los estilos agresivos modernos carentes de ornamento.
Lo que se expresa con la frase: “la forma sigue al fracaso”,de Robert Venturi, aludiendo
a que las formas creadas sin una tradición que las apoye conducen a la pérdida de valor
de la arquitectura. Este eclecticismo se combina con el uso de ángulos no ortogonales,
superficies inusuales, uso del tejado a dos aguas, así como formas esculturales y
orgánicas.