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MANUAL DE BOLSILLO

BUENAS PRÁCTICAS EN
POLINIZACIÓN
Sixto Samuel Rojas Cabalín
2019
Índice
Antecedentes Generales ..................................................... 2
Proceso Co-Evolutivo Plantas/Polinizadores .................. 2
Actividad polinizadora .................................................... 7
La Abeja Melífera .......................................................... 15
La labor polinizadora insustituible de apis meliffera. ... 17
La Colmena para polinizar ................................................. 22
Polinización y fertilización ............................................ 22
Cultivos Industriales...................................................... 29
GIRASOL (Hellianthus annuus) 29
CANOLA (Brassica napus L.) 31
Ciclo de Vida de Apis Mellifera ..................................... 33
Ciclo individual 33
Ciclo Anual 38
Preparación de las colmenas para polinizar ................. 42
Canola 42
Maravilla 44
Preparación del lugar donde quedarán las colmenas para
polinizar ........................................................................ 46
Bibliografía......................................................................... 48
Antecedentes Generales
Proceso Co-Evolutivo
Plantas/Polinizadores

En la actualidad se encuentran descritas y


clasificadas 837 especies de
gimnospermas, tipo de
plantas que se reproducen
por semillas.

Estas son plantas longevas y


de gran altura.

Figura1: Araucaria Chilena

Consideremos una secuoya, esta puede tener


una edad promedio de más de mil años, llegar a
medir cien metros de altura y treinta metros de
diámetro. Son plantas leñosas de aspecto
arbóreo, es decir, con raíces, tallos, hojas y
semillas expuestas, no poseen flores ni frutos
verdaderos. Es por ello que sus semillas las
podemos encontrar en las hojas o en la
superficie de los tallos donde forman un cono o
piña en algunos casos.
La función reproductora la realiza por medio
de unas hojas que tienen forma de escamas,
por lo que son llamadas hojas fértiles.
Estas hojas fértiles suelen tener conos
femeninos que producen las semillas (las que
no están protegidas ni cubiertas) y conos
masculinos que generan el polen.
Según los estudios internacionales, las
gimnospermas serían de las primeras plantas
en la Tierra en generar semillas,
característica que, además, resultó ser muy
provechosa porque son polinizadas a través
del viento.
Las plantas gimnospermas hoy las
conocemos como pinos, cedros, abetos,
secuoyas, efedras, palmeras, ginkgo,
cicádeas, entre otras.
El otro grupo de plantas que se reproducen
por medio de semillas, son las angiospermas,
de las que se encuentran descritas y
clasificadas alrededor de 270.000 especies,
se caracterizan por poseer hojas modificadas
que facilitan la fecundación (las flores), con
uno o más ovarios cerrados, donde se forman
las semillas y el fruto que las contiene. A este
grupo pertenecen el 85% de las especies
vegetales de interés alimentario como
hortalizas, frutales y gramíneas. Están
conformadas, de mayor a menor tamaño, por
árboles, arbustos, hierbas y gramíneas como
el trigo, entre otras.
Las angiospermas se adaptan al medio en el
que se encuentren y han ocupado
prácticamente todos los rincones de la tierra,
salvo los lugares extremadamente fríos. Hay
plantas arbóreas y arbustivas, las hay
acuáticas y terrestres, tanto al nivel del mar
como en lo alto de las montañas, se
encuentran así como en los desiertos como
en los pantanos. Sin embargo, es mucho más
alta su diversidad en zonas tropicales y
húmedas (alrededor del 60% de las especies
son de zonas tropicales y un 75% tiene un
mejor desarrollo en climas tropicales), donde
predominan en el paisaje, y va disminuyendo
su número hacia las latitudes altas, llegando
a poseer muy poca representación en las
zonas más frías como la de la tundra (que
aún hoy está dominada por las coníferas).
Las angiospermas
también se
caracterizan por la
diversidad de
medios que
utilizan para su Figura2: Cultivar de Maravilla

fecundación, que se conoce como


polinización y que es el transporte
involuntario de polen desde el/los
estambre(s) al/los pistilo(s) de la misma flor
o de otras flores de la misma o diferente
planta. Cuando es realizada por insectos se
llama polinización entomófila, con el viento
se llama polinización anemófila, por pájaros
se conoce como polinización ornitófila y por
otros animales es polinización zoófila.
De acuerdo con un informe de la FAO, el
66% de las especies vegetales de interés
alimentario, dependen de la polinización
realizada por los insectos, pájaros y otros
animales como los murciélagos, siendo la
más importante la realizada por los insectos.
También se debe agregar que, el 90 % de la
conservación y diversificación de la
vegetación silvestre en todo el planeta,
depende de la polinización realizada por
animales; contribuyendo de esta manera a
mantener la viabilidad y estabilidad de los
ecosistemas terrestres.
Pero, la actividad polinizadora de los
insectos, a parte de la reproducción de las
plantas, contribuye a la obtención de frutas,
semillas y vegetales de mejor calidad y
desarrollo. Especialmente en el caso de las
frutas y hortalizas, donde estos factores se
incrementan en un 75%, gracias, a la
polinización realizada por los insectos.

Así mismo, la co-evolución con los insectos


polinizadores por más de 140 millones de
años, permitió que existiera una gran
diversidad genética, la formación de nuevas
especies y su propagación por toda la tierra,
gracias al efecto benéfico de la polinización
cruzada, ya que el intercambio genético entre
plantas genéticamente más leanas, favorece
la capacidad de adaptación y evolución de
sus descendientes.
Entre las plantas angiospermas, productoras
de semillas mediante floración y polinización, y
los insectos polinizadores se estableció una
relación para ambos beneficiosa. Esta
relación se fundamenta, en que las plantas
desarrollaron en las flores glándulas
productoras de néctar, una sustancia acuosa,
el néctar (95% agua) rica en azucares (4%),
minerales, aminoácidos y sustancias
aromáticas (que representan en conjunto el
1%); esta sustancia es producida como
atrayente y recompensa para los insectos que
realizan la polinización; todo lo cual es
indispensable para la reproducción de las
plantas.
La interdependencia y diversidad de
correlaciones entre las plantas y los insectos
determina que la polinización entomófila sea
superior en eficiencia e importancia a la del
resto de agentes polinizadores zoófilos.

Actividad polinizadora

Cuando el transporte de polen ocurre entre


flores de individuos diferentes, se habla de
polinización cruzada, y por lo tanto de
fecundación cruzada o alogamia; con esto,
los descendientes de esta especie, tienen una
mayor variabilidad genética que los que
resultan de la unión de gametos masculinos y
femeninos de la misma flor (autogamia) o la
misma planta (geitonogamia).
Las plantas, resultantes de la polinización
cruzada, como consecuencia de su diversidad
genética, tienen mayores posibilidades de
producir mutaciones, adaptarse a nuevos
ambientes, competir y ocupar nuevos lugares
y ambientes. Así mismo, la polinización
cruzada fue fundamental para que las
plantas angiospermas ocuparan todos los
rincones de la tierra y el mar.
Ahora bien, en apreciación de los diferentes
tipos de insectos polinizadores, se destaca la
siguiente clasificación: insectos polinizadores
silvestres; sobre los cuales el hombre tiene
muy poco o ningún dominio; e insectos
polinizadores cultivados; representados por la
Apis mellifera o abeja de la miel; y los
abejorros o Bombus. Por otro lado, las abejas
melíferas son consideradas animales de
ganadería, además de animales domésticos,
porque el hombre ejerce un control zootécnico,
sanitario y reproductivo especializado, y las
explota como una unidad productiva
económica más.
Entre los agentes polinizadores silvestres se
destacan dos grupos: al primero pertenecen
principalmente las moscas, mariposas y
escarabajos. No obstante, el valor de estos
insectos como agentes polinizadores, es
limitado desde un punto de vista cuantitativo,
porque los adultos no proveen diariamente de
alimentos a sus individuos jóvenes o crías, por
lo que su actividad polinizadora se debe
exclusivamente a la necesidad de satisfacer
cada día sus exigencias alimenticias como
adultos, cesando tan pronto como aquellas son
cubiertas. En consecuencia, su actividad
polinizadora resulta ser meramente accidental.

Por otro lado, algunos de estos insectos, como


los escarabajos, no poseen estructuras
especializadas para almacenar y transportar el
polen y, gran parte de su cuerpo (porción
posterior del tórax, abdomen y segundo par de
alas), está protegido por una rígida armadura
lisa, sin pelos, que constituyen el primer par de
alas; de modo que el polen que puedan
acarrear, es el que se adhiere en el élitro
(primer par de alas rígidas), en las patas y en
las antenas. Finalmente, muchos de estos
insectos durante algunos estados de su
desarrollo, se pueden constituir en plagas
dañinas para los cultivos, como sucede con
ciertas orugas de algunas mariposas, por lo
que aminoran económicamente su valor en
la polinización de cultivos agrícolas.
En el segundo grupo se encuentran las abejas
silvestres, entre 20.000 y 30.000 especies. Se
caracterizan por tener el cuerpo recubierto de
una cubierta pilífera y ciertas estructuras
velludas (escopas) ubicadas principalmente en
las patas o en el abdomen, las cuales facilitan la
adhesión y transporte del polen. Al ir
recogiendo el polen, transportan, al azar, parte
de él a los estigmas de la misma flor, a otra flor
de la misma planta o a otra planta de la misma
o diferente variedad. Debido al instinto de
aprovisionar a sus crías con polen, continua y
gradualmente y en otros casos de forma
masificada y por solo una vez, desarrollan una
actividad polinizadora más eficiente. La
intensidad de la actividad polinizadora de estas
abejas dependerá de su grado de sociabilidad.
Este se expresa en función del cuidado
cooperativo de las crías, la presencia de castas
reproductivas y la
convivencia de varias generaciones en el nido.
Las abejas solitarias, que no muestran ninguno
de los caracteres anteriores, realizan una
menor labor polinizadora en comparación con
la de las abejas presociales, parasociales,
subsociales y sociales, cuya intensidad
polinizadora se corresponderá con el grado de
sociabilidad al que pertenecen.

Los niveles de sociabilidad aparecieron


siguiendo diferentes rutas evolutivas, pero
siempre dentro de la superfamilia Apoidea, a
la cual pertenecen las abejas melíferas y los
abejorros; miembros a su vez del grupo de
polinizadores silvestres cultivados, donde la
eusociabilidad, se expresa en su totalidad, y
en los cuales se evidencia el mayor efecto
polinizador.
Una característica común a los dos grupos de
polinizadores silvestres mencionados arriba,
y que desvalora su acción polinizadora, es
que las hembras reproductivas tienen una
capacidad de postura limitada, dando lugar a
poblaciones de insectos poco numerosas.
Además, cada año se producen muy pocas
generaciones, teniendo lugar en algunos
insectos solo una generación al año; con lo
cual se reduce su eficiencia polinizadora en
términos de población activa.
Se debe hacer una mención aparte de las
llamadas abejas sin aguijón o melipóninos;
abejas sociales de la familia Apidae y
subfamilia Apinae, a la cual pertenecen
también las abejas melíferas y los abejorros.
Estas abejas no se encuentran en Europa,
pero en Centroamérica, Sudamérica, África y
Australia son especies autóctonas. Allí han
ido desarrollando la cría de estas abejas
(meliponicultura) pero de una manera
artesanal. Su labor polinizadora es
importante en cultivos naturales de los
trópicos y sub-trópicos. Igualmente se
vienen considerando como una alternativa
promisoria en la explotación de hortalizas,
sobre todo en invernaderos; señalándose su
valor como polinizadores en cultivos como
los tomates, chiles, pimientos, aguacates,
pepinos y calabacines.

En cuanto a los agentes polinizadores


silvestres cultivados, los abejorros
representan un paso decididamente más
avanzado como elementos polinizadores, en el
sentido de que el cuerpo además de ser más
grande tiene más vellosidad y capacidad de
transporte de polen que las abejas silvestres.
Están provistos en las patas posteriores, de
una estructura especializada para la
recolección de polen (corbícula). Construyen
nidos más elaborados, con receptáculos
espaciosos donde almacenan el polen o la miel.
El número de obreras es más numeroso que en
las abejas silvestres subsociales, alcanzando
hasta 400 individuos. También se observa en
su organización social, una clara diferenciación
de castas. Tan pronto nacen los primeros
abejorros obrera, a principio de primavera, la
reina puede dedicarse únicamente a la postura,
puesto que su alimentación y protección al
igual que de las crías, queda a cargo de las
obreras. Aunque la vida del abejorro reina es
mucho más prolongada que la de los insectos
hembra de las abejas silvestres, rara vez
alcanza más de tres o cuatro meses y los nidos
no suelen ser permanentes.

Los abejorros salen a visitar (pecorear) las


flores diariamente y a diferencia de las abejas,
ni el frío (vuelan hasta a 10 grados
centígrados), las lloviznas, el viento fuerte, ni
la baja intensidad de luz les desmotiva en su
trabajo. Además comienzan su tarea de
búsqueda de néctar y polen más temprano
en la mañana, que las abejas.
Aunque utilizan su larga lengua para extraer
el néctar de las flores, los abejorros suelen
perforar la base de la corola de las flores en
búsqueda de los nectarios; no teniendo
contacto con los estambres, por lo que no se
cargan de polen, lo cual aminora su efecto
polinizador. Si bien, disponen de una
particularidad de la cual carecen las abejas
melíferas, que las hace esenciales en la
polinización comercial de plantas como la
papa, el tomate, berenjena y el tabaco, ya
que estas tienen flores cuyas anteras no son
dehiscentes (no se abren para liberar el
polen), sino que lo liberan a través de un
poro, cuando se hace vibrar la flor. Efecto
que pueden lograr los abejorros al colgarse
de las flores y hacer que sus músculos
vibren, ocasionando que el polen salga de la
antera y caiga en su cuerpo o en los estigmas
de la flor, vehiculizando así la polinización.
Por último, se ha de mencionar, que los
abejorros son polinizadores importantes
para plantas forrajeras como los tréboles
rojos, los tréboles blancos y la alfalfa, así
como para arándanos, azaleas y frambuesas.
Además, en estos últimos años están siendo
utilizados en cultivos especialmente de
invernaderos, para tomates, berenjenas y
pepinos, con muy buenos resultados.
Si bien todos insectos polinizadores
silvestres y cultivados, contribuyen al
rendimiento de los cultivos agrícolas y a la
conservación y variabilidad genética de la
vegetación silvestre, no obstante la actuación
de las abejas domésticas, sobrepasa a los
demás agentes polinizadores bióticos
mencionados. No por ello hay que dejar de
considerar, que algunos cultivos sobre todo
silvestres, dependen en gran medida o en
exclusividad de polinizadores distintos de las
abejas melíferas, ya que después de miles de
años de evolución y de adaptación a
ambientes particulares, han desarrollado
relaciones muy particulares con
polinizadores específicos.
La Abeja Melífera
La abeja de miel, Apis mellifera
(Hymenoptera: Apidae), es nativa de la zona
tropical de África, desde donde se dispersa a
Europa y Asia. Fue
introducida a
América con los
primeros colonos y
actualmente se
encuentra
distribuida a través
de todo el mundo.
Las primeras
abejas aparecen en
el registro fósil del
Eoceno, 30 a 40
millones de años
atrás,
caracterizándose
por su estructura y Figura3: Apis Mellifera en huerto de maravilla
conducta social, la que ha logrado heredar a
las abejas modernas. La familia apícola varía
en número según la época del año, pero no
en su composición: una reina, 20 a 120 mil
obreras y algunos cientos de zánganos, estos
últimos presentes sólo entre primavera y
verano.
La labor polinizadora insustituible de
apis meliffera.

Ahora bien, a pesar de que el género Apis


comprende nueve especies de abejas, solo la
Apis mellífera o abeja doméstica se encuentra
en la categoría de insectos polinizadores
cultivados. Las abejas melíferas al igual que el
resto de las abejas, evolucionaron a partir de
un ancestro común, probablemente una avispa
esféciforme, durante el cretácico medio hace
100 millones de años, lo cual coincide con el
auge y propagación de las plantas
angiospermas. En su ruta evolutiva, estas
avispas dejaron de alimentar a sus crías
(larvas) con otros insectos, arañas y algunos
otros artrópodos y pasaron a alimentarlas con
polen o con mezclas de polen y néctar, tal como
se alimentan los individuos adultos.
Con respecto a las abejas melíferas, una vez
que las larvas son alimentadas por las obreras
con una mezcla procedente de sus glándulas
hipofaringeas y mandibulares, estas larvas
continúan su desarrollo, gracias al aporte de
miel y fundamentalmente polen, que reciben
de las obreras durante su fase de crecimiento
en las celdas. Este cambio en la dieta de las
crías, llevó a la aparición de ciertas
adaptaciones fisiológicas y anatómicas en el
cuerpo de las abejas, necesarias para el
transporte de polen y néctar, características,
por otro lado, que definen a la familia Apide.
Ahora bien, la superioridad polinizadora de
las abejas melíferas se fundamenta en una
serie de características que incluyen, no solo
aspectos anatómicos, de comportamiento y
organización social, sino también en que las
tenidas en las explotaciones apícolas, están
sujetas a un manejo zootécnico, genético-
reproductivo y sanitario, que permite
dirigirlas técnicamente, con la finalidad de
obtener los máximos rendimientos
económicos del negocio apícola, que se
irradia en beneficio de la polinización,
aunque esos apiarios no estén destinados a
la polinización comercial. Polinización que
también llevan a cabo, por supuesto, las
abejas melíferas silvestres. Por otro lado, a
diferencia de las abejas polinizadoras no
melíferas, las colonias de abejas melíferas a
nivel silvestre, pueden ser perdurables en
sus nidos, si el espacio físico y el ataque de
depredadores no las afecta. En el caso de las
abejas melíferas en las explotaciones
apícolas, se les suministra un manejo que les
permite mantenerse como colonia de
manera permanente.
De manera natural las colonias de abejas
melíferas renuevan sus reinas por lo general
anualmente, dependiendo de la intensidad de
la floración, mientras que la población de
obreras se va renovando continuamente
durante todo el año. El periodo de
reproducción se sucede entre la primavera y el
verano, produciéndose enjambres que
constituirán nuevas colonias en otros lugares
cercanos o apartados, permaneciendo la
colonia madre con la nueva reina virgen, criada
allí en el nido inicial, y que al aparearse
continuará su proceso vital con las nuevas
poblaciones, pero en el mismo nido. Ello
garantiza una perpetuación de la especie y
abundancia constante de obreras en actividad
polinizadora en el campo. Una colonia de
abejas melíferas puede llegar a tener 80.000 a
120.000 individuos en época de floración, lo
que supera ampliamente en número de
individuos polinizadores efectivos, a
cualquier insecto polinizador que haga nido.
Cada obrera pecoreadora realiza en
promedio de 10 a 15 salidas diarias al campo
en época de floración. Entre un 10% a 35%
recolectan únicamente polen, entre un 40% y
60% solamente néctar y entre un 10% a 25%
néctar y polen, según los requerimientos de
la colonia. Las obreras pueden vivir en
promedio unos 50 días, recorrer unos 40
kilómetros y visitar unas 7.200 flores,
mediante doscientos mil vuelos en el
transcurso de sus vidas. Para producir 30 kg
de miel, una colonia de abejas melíferas, de
unos 60.000 individuos, visita
aproximadamente 43.200.000 flores. Lo cual
trae consigo una extraordinaria labor de
polinización, difícilmente igualable por otra
especie de insecto polinizador. El cuerpo de las
obreras tiene una profusa cubierta pilífera, que
junto con las corbículas, estructuras a manera
de cestas ubicadas en las patas posteriores, les
permiten cargar entre 10.000 y 25.000 granos
de polen. Y finalmente, en cada vuelo las
abejas tienden a pecorear en flores de una sola
especie vegetal, siempre y cuando haya
disponibilidad de néctar y/o
polen, según lo que estén recolectando. Esta
propiedad de las abejas melíferas, conocida
como Fidelidad o Constancia Floral, y única
entre todos los insectos, aporta un elemento
más, al valor de las abejas domésticas como
agentes polinizadores imprescindibles, tanto
para los cultivos comerciales como para la
vegetación silvestre.
La Colmena para polinizar
Polinización y fertilización

Como ya hemos mencionado, el transporte


del polen de las anteras al estigma de la flor
se llama polinización y este traslado se lleva
a cabo por diversos medios como son el
viento, el agua, la gravedad, los murciélagos,
colibríes y por supuesto los insectos.
Sin embargo, este intercambio del polen a la
parte femenina no garantiza que se forme el
fruto pues el proceso siguiente es la
fertilización, en ésta etapa, el grano de polen
germina y desarrolla un tubo polínico que
permite trasladar los gametos masculinos al
interior del ovario de la flor, donde se
encuentra el gameto femenino, en este
punto, ocurre la fertilización.
Varios fenómenos pueden ocurrir para que no
se realice la polinización y, por consecuencia, la
fecundación, por ello, es muy importante
puntualizar los pasos que se dan en la
polinización y fertilización para comprender de
manera integral el fenómeno que es de
particular importancia en este pequeño
manual.
Los tres componentes bioquímicos más
importantes en la identificación floral son el
olor, color y el valor nutritivo del néctar y
polen, cuando la abeja se aproxima a las
plantas en floración el primer estímulo que
recibe y que indica una recompensa en el olor.
Esto es muy importante pues los polinizadores
perciben los aromas a considerable distancia.
La abeja detecta los olores con sus antenas y no
responde a estímulos odoríferos sin ellas, las
acopiadoras que buscan una fuente de
alimento por primera vez se guían por el olor y
son incapaces de localizar ninguna fuente de
‚este, si es por completo sin aroma. Una vez
que se establece el patrón de pecoreo en la
fuente del alimento, la memoria de localización
y referencias del terreno se vuelven entonces
más importantes. Las plantas liberan sus
aromas en las horas y temperaturas a los que
sus polinizadores son más activos, por ejemplo,
en alfalfa, la emanación inicial de volátiles es
inducida por el fotoperíodo y hay una
liberación cíclica de aromas durante el
día. Los aromas están compuestos o terpenos,
alcoholes alifáticos, cetonas o esteres que se
originan en pétalos, hojas o flores;
normalmente es una mezcla de estos
compuestos los que definen el aroma de una
flor dada. A medida que la abeja se aproxima
más a las flores, la siguiente pista hacia el
polen y néctar es el contraste del color de los
pétalos contra el fondo verde del follaje. El
color de la flor resulta de la reflexión y
refracción de la luz en la superficie de las
células de las plantas El grupo más importante
de pigmentos son los flavonoides, los cuales
crean el espectro ciánico (naranja, rojo y azul)
amarillo y blanco. Los carotenoides que
originan amarillos principalmente y algunas
naranjas y rojos y otros pigmentos menores
son la clorofila (verde), quinonas (rojos y
amarillos) y alcaloides (rojos, amarillos y
algunas púrpuras). Se conoce bastante de las
preferencias de colores por las abejas gracias a
los trabajos de Vos Frisch (1950) y otros
investigadores. Las abejas son atraídas por las
flores que se ven azules o amarillas a los ojos
humanos, ellas distinguen diferencias en la
absorción en la región ultravioleta del espectro
y son muy sensibles a la absorción intensa del
espectro ultravioleta por parte de flavones y
flavonoles. Estos pigmentos presentes en casi
todas las flores blancas vienen como co-
pigmentos en otras. No obstante que las abejas
no perciben el color rojo, ellas visitarán flores
de este color si los pétalos tienen los flavones
que absorben rayos ultravioletas. Los
experimentos usando flores artificiales de color
azul y amarillo, muestran que algunas abejas
son constantes al color y otras al olor, cuando
no hay pistas visibles o estas son muy
uniformes, las abejas se guían por el olor y
llegarán acopiadoras constantemente guiadas
por el aroma. Además del olor y el color, la
forma de los pétalos de la flor es una
importante identificación para la abeja, las
flores con marcadas formas son más
estimulantes que aquellas con bordes lisos.
Una vez que la abeja se posa en la flor, recibe
orientación adicional al néctar por el color y el
olor de los pétalos que crean una especie de
camino hacia él, debido a variaciones
estructurales de los
tejidos y creando una distribución diferencial
de pigmentos en el tejido de la flor.
En general, la polinización por las abejas no
sólo incrementa la producción de los cultivos
sino también mejora la calidad, esto se debe a
que la mayoría de los cultivos requieren de
fertilización de todos o casi todos sus óvulos
para obtener su óptimo tamaño y presentación.
Las abejas aseguran el máximo tamaño y
rendimiento si se llevan suficientes colmenas,
si hay suficiente polen disponible y las
condiciones de clima no afectan el pecoreo. De
estas dos formas de fecundación, la
autopolinización es la más sencilla y segura, en
particular para las numerosas especies que
colonizan el territorio repitiendo muchas veces
una misma composición genética. Pero estas
especies que producen una descendencia
siempre uniforme corren el riesgo de sufrir el
exterminio de toda su población por un algún
evento negativo en la evolución. La
polinización cruzada produce una
descendencia más variada y mejor equipada
para afrontar los cambios del medio.
Asimismo, las plantas que se reproducen a
través de polinización cruzada
suelen producir semillas de mejor calidad. El
viento es el agente más común de la
polinización cruzada polinización anemófila.
Debido a que distribuye el polen sobre
grandes extensiones, las plantas que se
reproducen de esta forma el maíz, por
ejemplo deben producirlo en cantidades
enormes para garantizar la fecundación.
El maíz presenta en la misma planta la flor
masculina la espiga y una o más flores
femeninas -xilotes- de donde se van a formar
los elotes. El maíz es una planta monoica pues
presenta los 2 tipos de flores en la misma
planta. La palmera de dátil es polinizada por el
viento por naturaleza, pero en Oriente Medio
se poliniza de forma manual desde hace siglos
pues el viento no garantiza suficiente polen
para la formación del dátil al estar separadas
las palmas hembras de las palmas macho.
Estas plantas con sexos separados se llaman
dioicas. Las abejas, insectos, los pájaros y los
murciélagos son portadores de polen más
selectivos, porque visitan en su vuelo flores de
la misma especie. La relación entre plantas y
abejas es en ocasiones muy estrecha. Ciertas
flores
especializadas atraen a especies tropicales de
murciélagos de lengua gruesa por el olor
nocturno, la abundancia de néctar y el polen
rico en proteínas.
Los principales agentes de polinización
cruzada son las abejas melíferas y, por ello, es
necesario instalar colmenas en los huertos de
frutales y hortalizas para alcanzar la cantidad y
calidad de los cultivos. Las ventajas de la
polinización cruzada son tan grandes que las
plantas han formado, a lo largo de la evolución,
refinados mecanismos para evitar la
autopolinización y lograr el transporte del
polen a otros individuos alejados. Muchos
vegetales evitan la autopolinización
sintetizando compuestos químicos que
impiden la maduración del grano del polen en
el estigma de la misma flor o la emisión del
tubo polínico en el estilo. Otras especies, como
ya se ejemplificó, la palma datilera o Los
pistaches, son dioicas, y cada planta forma sólo
flores masculinas, mientras que otras plantas
forman las flores femeninas. También para
evitar la autopolinización las plantas presentan
el fenómeno de Dicogamia, que es la no-
coincidencia de la floración
masculina y femenina. En las llamadas
dicógamas, las anteras maduran y liberan el
polen antes de que el estigma de la misma
flor sea receptivo o por el contrario el
estigma está maduro cuando el polen está
tierno o se ha sobremadurado. La dicogamia
y puede ser completa e incompleta.

Cultivos Industriales

GIRASOL (Hellianthus annuus)

La especie
Helianthus
annuus tiene su
centro de origen
en la parte oeste
de
Figura4: Apis Mellifera pecorendo maravilla Norteamérica,
desde el norte de México hasta el sur de
Canadá. El girasol es una planta anual que
presenta un desarrollo vigoroso en todos sus
órganos. Las inflorescencias del girasol son
capítulos terminales de 15 a 25 centímetros de
diámetro, en los cuales se encuentran cientos
de florecillas. El capítulo está rodeado por dos
hileras de 35 a 75 flores liguladas (falsos
pétalos) de unos 6-10 cm. de longitud,
unipetaladas y de color amarillo brillante.
Estas flores son asexuales y su principal
función es atraer insectos para asegurar la
polinización.
En el interior del capítulo se encuentran las
flores tubulares las cuales son hermafroditas
y están dispuestas en arcos espirales que
parten desde el centro del disco. Cada
florecilla está formada por un ovario
uniovular, del cual emerge el estilo, el cual
termina en un estigma bi o trifurcado, cada
florecilla tiene 5 estambres que emergen del
tubo floral.
Las florecillas del girasol a pesar de ser
hermafroditas tienen polinización cruzada
debido a que presenta el fenómeno de la
protandria, es decir los estambres maduran y
sueltan el polen antes que el estigma esté
receptivo, además presentan
autoincompatibilidad. La polinización es por
tal razón en su mayor parte entomófila y solo
parcialmente anemófila ya que el polen es
escasamente transportado por el viento.
Las abejas son los insectos más importantes
para llevar a cabo la polinización de este
cultivo, ya que son atraídas por el néctar
segregado por las flores y son muy eficientes
para acarrear y repartir polen a través de las
florecillas. El número de colmenas que se
deben de utilizar son de 8 a 10 por Ha
introduciéndolas al cultivo al inicio de la
floración.
Según estudios internacionales, la presencia
de apis mellifera aumenta entre un 30 y 60%
del diámetro del capítulo, entre un 120 y
180% la cantidad de semillas por capítulo,
entre un 250 y 350% el peso de las semillas
por capítulo y un aumento del peso de cada
semilla entre un 60 y un 80%, generando,
además, una homogenización en la
producción del cultivo.

CANOLA (Brassica napus L.)


La Canola es un
cultivo oleaginoso,
perteneciente a la
familia de las
crucíferas proveniente
de Europa y Asia, cuyo Figura5: Apis Mellifera pecoreando Canola
aceite es el componente más valioso de sus
semillas y ha sido usado por el hombre durante
miles de años, pero es a partir de la década del
60 que este cultivo cobra importancia a nivel
mundial. La expansión de la superficie
sembrada con canola a nivel mundial surge a
partir del mejoramiento genético realizado en
Canadá logrando una semilla con bajos tenores
de ácido erúcico y glucosinolatos, sustancias
potencialmente tóxicas para el hombre y el
ganado, a partir de ese hecho, éste aceite se
considera entre los de mejor calidad para el
consumo humano.

Actualmente la canola (Canadian Low Acid)


es el segundo cultivo oleaginoso en términos
de producción mundial y uno de los factores
importantes de este aumento son el auge que
ha tenido la producción de biodiesel para las
industrias y el aumento en la demanda de
aceites vegetales para la alimentación.
A pesar de que Brassica napus ha sido
tradicionalmente considerada una especie
autógama (autofecundada), en la actualidad
es sabido que se trata de una especie de
reproducción mixta, es decir, presenta
diferencias significativas en la producción
ante la presencia de apis mellifera.
El porcentaje de fecundación cruzada en
dicha especie puede oscilar entre 20 y 60%,
según los estudios realizados por diferentes
autores a nivel internacional. A nivel
nacional podemos encontrar un trabajo de la
Doctora Ximena Araneda de la Universidad
Católica de Temuco donde expresa que la
presencia de abejas aumenta en un 50,34%
la producción de semillas, por sobre la
producción sin polinizadores.

Ciclo de Vida de Apis Mellifera

Ciclo individual
El desarrollo de
huevo a la abeja
adulta varía entre
las reinas, obreras
y zánganos. Las
Figura6: Apis Mellifera Ciclo de vida
reinas salen de sus
celdas en 16 días, las obreras en 21 días y los
zánganos en 24 días.
Centrándonos en las abejas obreras, la Reina
pone entre 1500 y 3500 huevos al día,
dependiendo de la época del año, el huevo
eclosiona a los 3 días, manteniéndose como
larva hasta el día 10, cuando alcanza su
máximo desarrollo y pasa al estado de pre-
pupa, la celdilla donde se encuentra es
operculada o sellada para la formación del
capullo donde ocurrirá la metamorfosis.

Durante 7 días la larva es alimentada por las


obreras nodrizas, por los 3 primeros días con
jalea real, sustancia producida por las
glándulas hipo-faríngeas con alta
concentración de proteínas, y los siguientes 4
días con una papilla hecha con polen y miel.

Durante 7 días la larva requiere un gran


aporte de proteínas, que son obtenidas del
polen de las flores.
Hay que tener en cuenta que las proteínas
contenidas en el polen son imprescindibles
para la formación de tendones, esqueleto
externo (quitina), secreciones digestivas
(enzimas), hormonas, productos del sistema
defensivo, péptidos antimicrobianos (AMP),
de los cromosomas (ADN). Además, el polen
contiene vitaminas hidrosolubles de los
grupos B y C, imprescindibles para el
desarrollo de las crías. Se puede estimar que
una colmena consume al año alrededor de
50 kilogramos de polen.
Además, hay que tener en cuenta que las
grasas solo están en el polen. Junto con los
azúcares y las proteínas, las grasas
constituyen sustancias de reserva necesarias
para el sistema defensivo del organismo de
las abejas. Además, el polen contiene
antioxidantes, A (carotenos), E (tocoferol) y
K (nadionas y quinonas), que se encuentran
en los vegetales y como actividad de las
bacterias intestinales.
El polen que consumen las abejas y las crías
es fermentado durante unos 20 días en
celdillas, lo que hace que sea hasta tres veces
más nutritivo que el polen fresco que
transportan las abejas en sus patas y que se
recoge para consumo humano.
En cuanto a la composición de nutrientes de
los pólenes, como norma general se puede
decir que cuanto más oscuros, mayor
cantidad de proteínas y de minerales
contienen y cuanto más amarillos o de
colores claros, más proporción tendrán de
grasas y de azúcares.

Por ello es importante que en el huerto a


polinizar, se encuentren otras especies
vegetales que contribuyan a equilibrar la
dieta de las abejas.

De esta forma, si una


abeja tiene buena
genética y cuenta con
una buena dieta
equilibrada estará Figura7: Apis Mellifera nutrida-desnutrida
gorda. Esto se mide por
la longitud del abdomen, que tiene que ser la
misma que entre la punta de las dos alas.
Abdómenes más cortos son indicativos de
una mala alimentación o de problemas de
enfermedades.
Con abejas gordas las larvas tendrán más
jalea real, estarán mejor alimentadas y la
colmena estará más fuerte. Se trata de un
círculo virtuoso que da como resultado
generaciones de abejas más fuertes y con
mayor garantía de supervivencia.
Es necesario precisar que no todas las abejas
tienen las mismas necesidades nutricionales,
variando ésta según sea larva o abeja joven
(mayor consumo de proteína) o adulta (más
consumo de azúcares). Si la colmena tiene
cría y abeja joven necesita polen, por ello un
síntoma de que el enjambre está criando
bien es ver a obreras transportando polen a
la colmena.
En pleno verano, cuando la actividad en la
colmena es frenética y el trabajo continúa sin
parar, la vida de una abeja obrera puede ser
tan corta como 6 semanas; a finales de
otoño, cuando no se está recogiendo néctar,
una joven abeja puede vivir durante 16
semanas, todo el invierno.
Durante su vida, una abeja obrera realiza
diferentes funciones de trabajo en la colmena,
en gran medida dictada por la edad de ella.

Actividad laboral por período, después de su


nacimiento:
Días 1-3, limpieza de celdillas e
incubación de huevos.
Día 3-6 Alimentación de las larvas
más viejas
Día 6-10 Alimentación larvas más
jóvenes
Día 8-16 Recepción de miel y polen
de abejas de campo
Día 12-18 Producción de cera y
creación de la celdilla en el panal.
Día 14 en adelante, guardias de
entrada, pecoreo de néctar y polen
Día 21 Muerte de la obrera.
Observemos que la actividad de pecoreo se
realiza en el último periodo, y éste es de 7 días.

Ciclo Anual
El desarrollo de una colonia de abejas sigue
un ciclo anual de crecimiento, que comienza
en primavera con una rápida expansión del
nido de cría, tan pronto como el polen está
disponible para la alimentación de las larvas.
Parte de la producción de las crías puede
comenzar tan pronto como en enero, incluso
en un invierno frío, pero la cría se acelera
hacia un pico en mayo (en el hemisferio
norte), lo que produce una abundancia de
abejas, sincronizada a la principal afluencia
de néctar en esa región.
Cada raza de abejas realiza esta acumulación
ligeramente diferente, dependiendo de la
flora de sus floraciones en sus regiones
originales. Algunas regiones de Europa
tienen dos flujos de néctar: uno a finales de
la primavera y otro a finales de agosto. Otras
regiones tienen un único flujo de néctar. La
habilidad del apicultor radica en predecir
cuándo ocurrirá el flujo de néctar en su área,
para tratar de asegurarse de que sus colonias
alcancen una población máxima de las
cosechadoras en el momento justo.
El factor clave en esto es la prevención o el
hábil manejo del impulso del enjambre. Si una
colonia forma su enjambre de forma
inesperada y el apicultor no logra capturar el
enjambre resultante, es probable que la
cosecha sea significativamente menor en esa
colmena, ya que ha perdido la mitad de sus
abejas obreras de un solo golpe. Si, sin
embargo, puede usar el impulso del enjambre
de criar una nueva reina, pero mantener todas
las abejas en la colonia juntas, maximiza sus
posibilidades de una buena cosecha. Se
necesitan muchos años de aprendizaje y
experiencia para ser capaz de gestionar todos
estos aspectos con éxito.
Proporcionalmente hablando, la composición
de la colonia varía en el tiempo, es decir, la
relación que existe entre obreras nodrizas, cría,
pecoreadoras y zánganos varía en cada época
del año, de acuerdo al desarrollo de la colonia,
y de la raza predominante.

En la gráfica nro1. podemos observar una


curva típica de apis mellifera mestiza entre
cárnica y ligústica, razas predominantes en
la región del Bio-Bio y la región de Ñuble.
En ella podemos apreciar la variación anual
de todos los estados de las abejas,
pecoreadoras, nodrizas, cría abierta y
cerrada.
Esta gráfica es de particular importancia,
pues nos permite predecir la actividad
polinizadora de la abeja en función de las
especies vegetales, es decir, las especies
vegetales cuya floración es rica en polen se
encuentran entre marzo y Octubre, las
especies vegetales con floración rica en néctar
se encuentran entre septiembre y marzo.

Variación anual promedio de abejas en una


Colmena
80000

Nodrizas
60000
Pecoreadoras

40000 Cría abierta

Cría cerrada
20000
Total

Gráfica Nro.1: Variación poblacional de Apis Mellifica en un año

Notemos que las abejas y las especies


vegetales han evolucionado en conjunto,
como ya lo habíamos dicho, sin embargo, en
ésta gráfica queda de manifiesto que las
especies vegetales florecen en períodos
distintos del año, para no competir entre
ellas, y le ofrecen a las abejas lo que ellas
necesitan, según la época del año.
También tenemos que considerar que las
abejas son fotoperiódicas anuales, es decir la
postura de la abeja Reina depende de las
horas luz-día, siendo el solsticio de invierno,
el día más corto del año, el que marca el
inicio de la postura y el solsticio de Verano el
que marca la preparación de la colonia para
la invernada.

Preparación de las colmenas para polinizar

Como ya hemos visto, la colmena


naturalmente está preparada para polinizar
distintas especies vegetales, dependiendo de
la época y del tipo de floración (si es de
polen, néctar o mixta).
Sin embargo, el hombre ha intervenido en
este ciclo maravilloso y perfecto, para
adecuarlo a sus propias necesidades, por ello
que se hace necesario preparar las colmenas
para polinizar semilleros específicos como
canola y maravilla, en formato monocultivar.
Por ello, empezaremos por indicar algunas
características importantes en las especies
vegetales que necesitamos polinizar.

Canola
La floración de la canola es de tipo mixta,
entrega tanto polen como néctar, con un
pequeño predominio del polen, entonces en
Noviembre-Diciembre que es cuando nos
piden colmenas para polinizar canola,
necesitamos colmenas que estén en un
estado mixto, es decir, colmenas en estado de
Agosto-Octubre, según nuestra gráfica nro.1,
colmenas que requieren polen (cría abierta y
abejas jóvenes) y néctar (abejas pecoreadoras).
Lo anterior lo logramos haciendo núcleos que
contengan a lo menos 4 marcos con cría (2 con
cría abierta y 2 con cría
cerrada), 1 marco con alimento
(preferentemente 80% miel, 20% polen), al
que le sacudimos 3 marcos de abejas
nodrizas. Esto permite tener de 5 a 6 marcos
bien cubiertos con abejas, tal como lo
muestra la figura 8.

Figura8: Distribución de marcos en un núcleo para polinización de Canola


Maravilla
La floración de la Maravilla o Girasol, es de
tipo mixta, entrega tanto polen como néctar,
con un predominio del néctar por sobre el
polen, entonces en Diciembre-Enero, que es
cuando nos piden colmenas para polinizar
Maravilla, necesitamos colmenas que estén en
un estado mixto-tardío, es decir, colmenas en
estado de Septiembre-Noviembre, según
nuestra gráfica nro.1, colmenas que requieren
polen (cría abierta y abejas jóvenes) y más
néctar (abejas pecoreadoras). Lo anterior lo
logramos haciendo núcleos de a lo menos 6
marcos cubiertos con abejas, que contengan a
lo menos 5 marcos con cría (2 con cría abierta
y 3 con cría cerrada), 1 marco con alimento
(preferentemente 80% miel, 20% polen), al
que le sacudimos 4 marcos de abejas nodrizas.
Esto permite tener de 6 a 7 marcos bien
cubiertos con abejas, tal como lo muestra la
figura 9.
Figura9: Distribución de marcos en un núcleo para polinización de Girasol

Nunca olvidemos que nuestras pequeñas


obreras requieren nutrirse bien, necesitan de
nuestra ayuda para sobrevivir, existen
muchos cultivos que no aportan para el
desarrollo de las colonias, principalmente
porque cada especie vegetal produce néctar y
polen con ciertas características
nutricionales. En el caso del polen, el aporte
promedio de proteínas es de un 20 a un 25%
promedio, en el caso del Diente de León
posee un 14% de lípidos, en cambio el de
pino sólo posee un 1%, éstas diferencias
hacen necesaria la alimentación adicional de
las colmenas cuando están en polinización de
monocultivos, por ejemplo en el caso de la
canola, producen néctar que las abejas
transforman en miel, pero ésta es de alto
contenido de glucosa, lo que hace que la miel
producida se cristalice rápidamente.
En el caso de la Maravilla, el aporte de néctar
y polen es suficiente como para mantenerlas,
por lo que es necesaria la alimentación
adicional para asegurar su crecimiento y
desarrollo.

Preparación del lugar donde quedarán


las colmenas para polinizar

Son varios los factores que debemos


considerar, pues el lugar donde dejamos las
colmenas para polinizar es de vital importancia
para la fecundación de las flores.

Estudios de efectividad en la polinización en


función de la distancia de las colmenas a la
flor, han determinado que el rango donde
ésta es efectiva en más del 90%, es entre 25 y
180 mts., es decir, las colmenas deben ser
colocadas a lo más a 25 mts. del borde del
cultivar y se asegura un 90% de efectividad
en la polinización hasta los 180 mts. al
interior del cultivo.
Para el caso de los monocultivos de interés
en este manual y, considerando los
antecedentes expresados en el párrafo
anterior, es importante definir un layout de
plantación que considere la ubicación de las
colmenas, por ejemplo, en el caso de un
predio como el mostrado en la figura 10, de
12,5 ha y 8 col/ha, se deben colocar 4 grupos
de abejas de 25 colmenas c/u en los ejes
transversales de la plantación.

Figura10: Layout propuesto para un cultivo de 12.5 Ha.


Bibliografía
- Manual de Apicultura, Ministerio de
Agroindustria, Presidencia de la
Nación, Argentina, marzo 2018.
- El rol de Apis mellifera en el cultivo de
canola (Brassica napus L.), Sebastián
R. Mazzilli et al., INIA La Estanzuela,
Uruguay, noviembre 2016.
- Efectos de la polinización con abejas
meliferas en la producción del girasol,
Nelson R. Mujica el al., Bioagro, Vol II,
nro.2, pág 141 a la 148. 1990.
- Generalización en las interacciones
entre plantas y polinizadores, José
Gómez, Revista Chilena de Historia
Natural, 75: 105-116, 2002.
- Manual de Polinización Apícola, José
Reyes et al., Coordinación General de
Ganadería, México, 2000.
- Evaluación de Parámetros de
Rendimiento del Raps (Brassica
napus L.) Polinizado por Abejas (Apis
mellifera L.), Ximena Araneda et al.,
Chilean J. Agric. Res. v.70 n.2 Chillán
jun. 2010
Sobre el autor
Sixto Samuel Rojas Cabalín es Ing. Civil
electrónico de profesión, con Magister en
Ing. Agrícola mención Agroindustrias,
apicultor de Vocación. Estudió apicultura
con su Madre Lilian Cabalín Rojas, desde los
14 años, acompañándola y ayudándola en
todas las labores apícolas, desde la
construcción de los cajones, marcos, pisos y
etc, junto a su Padre Samuel Rojas Rojas y
sus tíos Julio y Coralina Cabalín Rojas, hasta
la cría de Abejas Reinas y confección de
núcleos, pasando por la producción de miel,
polen, propóleos y jalea real. Se perfeccionó
en Argentina en la cabaña apiaro Pedro
Bover, en Chile, en la Universidad Austral
obtuvo el certificado de Laboratorista de
Patologías Apícolas. Actualmente trabaja
como Laboratorista en la Universidad de
Concepción y como docente en la
Universidad Católica de la Santísima
Concepción sede Chillán.

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