Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Carrera: Derecho
Asignatura: Medicina Legal
Grupo: “B”
Docente: Dra. Mariangela Teran Rioja
Periodo académico: I/2019
Subsede: La Paz
RESUMEN:
La antropología física forense, tradicionalmente definida con el propósito de
identificar restos de individuos esqueletizados, calcinados o en descomposición
avanzada, ha sido vinculada al concepto de muerte criminal. La antropología forense
es la aplicación de los métodos y las técnicas de las ciencias antropológicas en el
contexto legal, es decir, el vínculo entre la antropología y el sistema de normas y leyes
de cada sociedad. De tal forma, la antropología física forense, a partir del estudio de la
diversidad biológica de las poblaciones y sus conocimientos en ontogenia,
somatología y osteología, contribuye al sistema de justicia legal con la
individualización de los rasgos biológicos, algunos de ellos modificados
culturalmente, con el fin de identificar individuos.
ABSTRACT:
Forensic physical anthropology, traditionally defined with the purpose of identifying
remains of skeletonized, calcined or advanced decomposed individuals, has been
linked to the concept of criminal death. Forensic anthropology is the application of the
methods and techniques of the anthropological sciences in the legal context, that is, the
link between anthropology and the system of norms and laws of each society. In this
way, forensic physical anthropology, based on the study of the biological diversity of
populations and their knowledge in ontogeny, somatology and osteology, contributes
to the legal justice system with the identification of biological traits, some of them
culturally modified, in order to identify individuals.
INTRODUCCIÓN
En la última década de este siglo XX, una nueva disciplina de la Antropología biológica, la
Antropología forense, ha recibido una creciente atención en los organismos interesados en
la exhumación e identificación de desaparecidos, cuyos restos se han esqueletizado por la
acción del tiempo y de agentes externos.
Sin embargo, aunque su connotación emerge del positivismo, contenido en las teorías
criminológicas del siglo XIX, la noción tradicional se institucionalizó en los Estados
Unidos de Norteamérica con la identificación de los combatientes caídos en las guerras de
la primera mitad del siglo XX.
Más aún, los acelerados cambios tecnológicos en las políticas económicas y demográficas
mundiales del sistema capitalista, han desencadenado un incremento de problemas
relacionados también con la identificación de personas vivas que encara el especialista en el
presente siglo, con la necesidad de retomar las categorías esenciales de la cultura y de la
biología humana en el marco del ordenamiento jurídico y el menester de reconfigurar la
caracterización que aquí se presenta y que enarbola el Laboratorio de Antropología Forense
del Instituto de Investigaciones Antropológicas.
De tal forma, la antropología física forense, a partir del estudio de la diversidad biológica
de las poblaciones y sus conocimientos en ontogenia, somatología y osteología, contribuye
al sistema de justicia legal con la individualización de los rasgos biológicos, algunos de
ellos modificados culturalmente, con el fin de identificar individuos. Su participación puede
ser en casos de carácter penal o civil.
Desde esta disciplina, por medio de diferentes técnicas, se ha desarrollado una gran
cantidad de estudios que parten de la observación de rasgos poblacionales y posteriormente
fungen como modelos de referencia con fines de estimación de la edad, la determinación
del sexo, la estatura, el origen biológico, así como las particularidades individuales como
cicatrices o cualquier otra marca o lesión en el cuerpo o en el esqueleto.
1.1 Antecedentes
Buscaron los conocimientos necesarios para ganar y se sirvieron de ellos en los procesos en
que estaban inmersos. Poco a poco, en el curso de los últimos ciento cincuenta años, los
antropólogos han respondido con investigaciones selectivas, al tiempo que hacían acopio de
datos sobre el funcionamiento de las leyes, el saber de otros científicos forenses y las
condiciones del entorno de los tribunales. El comienzo del estudio del esqueleto humano no
tiene fecha; sí, en cambio, la primera aplicación en un tribunal de justicia de la información
obtenida al respecto: el juicio Webster/Parkman, de 1850.
Desde el punto de vista histórico, la antropología forense ha tenido una evolución propia en
cada país del mundo. En Estados Unidos, Picherin y Bachman (1997) señalan que su raíz
surge de las disciplinas como la anatomía humana, paleontología,odontología, arqueología
y antropología.
Thomas Dwight (1843-1911) fue uno de los precursores cuando publicó un ensayo llamado
“Esqueleto en Anatomía Médico Legal” en el año de 1878, después público un tratado
titulado “La Identificación de Esqueleto Humano”.
Algunos conceptos que estudiosos manejan, sobre antropología forense a través del tiempo:
P.J. Matte (1970) dice que “la ciencia forense es el estudio y práctica de la aplicación de la
ciencia a los propósitos de la ley”; La Mehmet Iscan (1981) hace referencia en que la
antropología forense es “el peritaje forense sobre restos óseos humanos y su entorno”; para
Douglas Ubelaker (2000) “es la trata del estudio de la biología esquelética en contextos
médico legales”.
En esta misma línea se encuentran los trabajos de Todd, (1920), que establece el estudio del
pubis como elemento para determinar la edad de fallecimiento de un sujeto.
Sus trabajos han llegado y son de uso actualmente. A su vez Todd fue el maestro del que
sería el más importante antropólogo forense y autor del primer libro que se escribe sobre
Antropología Forense, tal como ahora la conocemos. Se trata de Wilton Marion Krogman,
autor del libro “The Human Skeleton in Forensic Medicine”, verdadero compendio de lo
que actualmente se conoce sobre esta disciplina. A lo largo de su vida Krogman supo
enfocar la Antropología Forense hacia una disciplina madura.
Los países donde más es utilizada esta ciencia son: Chile, Guatemala, Argentina, Uruguay,
México, Nicaragua, El Salvador, Brasil, Honduras y Colombia, ya que además de la
violencia que sufren a diario, también han sufrido de conflictos internos y gobiernos que
han causado diversidad de muertes desde los años 60, que a partir de esos años ha venido
desarrollándose por la presencia de las guerras y luego por la ola de criminalidad vigente en
cada país.
El colombiano José Vicente Rodríguez Cuenca, en el año 2001 en México realizo una
ponencia en la cual redefinió lo que es Antropología Física y Forense en el contexto de
Los antropólogos forenses operan con casos individuales, desastres colectivos, restos
históricos y evidencias internacionales de transgresión de los derechos humanos.
2.2 Concepto
Es la rama de la antropología física que con fines forenses estudia restos óseos humanos y
su entorno. Incluye además del proceso de identificación (sexo, edad, filiación racial, talla y
proporciones corporales, rasgos individuales), la determinación de las causas y
circunstancias de muerte.
Rama de la antropología física, que aplica sus conocimientos, métodos y técnicas para la
identificación de cadáveres esqueletizados o que aún presentan restos de tejido blando y
que han perdido sus rasgos fisonómicos. Se aplica como sistema de identificación humana
en casos de cadáveres en avanzado estado de putrefacción, en restos esqueletizados
completos o fragmentados, en miembros anatómicos desmembrados y en catástrofes.
Son los mismos que los de la investigación médico-legal sobre una persona recientemente
fallecida: identificación, determinación de la causa y forma de la muerte, estimación del
momento del suceso y captación de toda evidencia física en apoyo de las conclusiones o
que conduzca a una ulterior información.
• ¿Qué aspecto tenía la persona? (la descripción debe incluir sexo, edad, raza, talla,
físico y lateralidad funcional: diestra/zurda).
• ¿De quién se trata? ¿Hay rasgos esqueléticos o anomalías que puedan facilitar una
identificación tentativa o positiva?
Los antropólogos forenses recogen asimismo toda la evidencia física que pueda ayudar a
resolver las cuestiones relativas a las circunstancias de la muerte. Ésta es otra área en la que
el adiestramiento antropológico de amplio espectro es muy útil, en particular en
condiciones de cruce de culturas. Cuestiones en torno a las circunstancias de la muerte
• ¿Cuándo ocurrió?
• ¿Cuál fue la causa de la muerte? (por ej. herida por arma de fuego, por arma
blanca, asfixia?).
• ¿Cuál fue la forma de la muerte? (por ej. homicidio, suicidio, accidente o natural).
2.5 El cotejo.
Consiste en la comparación de las bases de datos de las tres fuentes anteriores: perfil de las
víctimas, protocolos de necropsia y el perfil de los analizados en laboratorio. Aquí es
importante el trabajo transdisciplinario, particularmente del ingeniero de sistemas para el
montaje, manejo y cruce de las bases de datos. Producto de esta labor, se puede diseñar una
página web institucional con los productos de la investigación tendiente a la identificación,
que incluya los datos biográficos y un retrato antropológico para su consulta desde
cualquier lugar del mundo.
El estudio de un cráneo nos permite diagnósticos de: raza, sexo, edad aproximada. Suele ser
valioso complemento el examen odontológico.
El estudio de osamentas con fracturas que no tengan antigüedad importante, puede permitir
señalar si las lesiones fueron pre o post mortem.
En los casos en que el perito de Antropología Forense participe del levantamiento de los
restos en el lugar del hallazgo deberá considerar las siguientes apreciaciones:
(3) Profundidad, ubicación y distribución de los restos óseos en el lugar del hallazgo.
(8) Coordinar con las autoridades judiciales que participan para la posterior remisión
de los restos o muestras autorizadas hacia el Laboratorio de Criminalística para su
estudio.
cual debe remitirse información relacionada con las características del lugar del hallazgo,
así como de las apreciaciones señaladas en el acápite anterior. El documento solicitante del
examen, debe pues consignar el objetivo del examen, datos sobre el terreno o circunstancias
conocidas, así como incluir información que permita investigar de modo comparativo
la identidad probable de los cadáveres, cuando se disponga de ello.
(2) Embalaje
(10) Elementos anexos: tierra, arena, fibras, carbón, fauna cadavérica, etc.
(1) Tener extremo cuidado con muestras que han sido calcinadas o quemadas, por
su gran fragilidad.
(2) Los cráneos y huesos largos principalmente, luego de los estudios ectoscópicos
son sometidos a un proceso de eliminación de partes blandas para su mejor
evaluación antropométrica, mediante el hervido con detergente o jabón más
hidróxido de potasio.
En virtud de que los restos óseos suministran menos información sobre las víctimas y las
circunstancias de su muerte que el cuerpo completamente preservado, la correcta
recolección de la mayor cantidad de evidencias de la escena del crimen sobre las
condiciones antemortem y posmortem de la inhumación y su relación con los artefactos
asociados al cuerpo, constituyen el primer paso en el proceso de identificación.
En primer lugar, el inves-tigador debe saber localizar el lugar del enterramiento, excavar-lo
sistemáticamente, determinar si los restos son humanos o animales, establecer el número
mínimo de individuos (NMI), las causas de muerte, juzgar sobre el tiempo trascurrido a
partir de la inhumación y los procesos tafonómicos sufridos por los restos, finalmente
diagnosticar los principales parámetros que caracteri-zan su biografía biológica antemortem
u osteobiografía (sexo, edad, lateralidad, ancestros, estatura) (Bass, 1987; Brothwell, 1987;
Krogman,Iscan, 1986; Ubelaker, 1989; White, 1991).
que ignoran las técnicas de la antropología forense. De esa manera puede perderse
información valiosa y generar a veces información falsa. Debe prohibirse la exhumación
hecha por 19 personas sin preparación. El antropólogo consultor debe hallarse presente para
realizar y supervisar la exhumación. La excavación de cada tipo de entierro tiene problemas
y procedimientos especiales. La cantidad de información que se obtenga de la excavación
depende del conocimiento de la situación del entierro y del criterio basado en la
experiencia. El informe final debe incluir los fundamentos del procedimiento de
excavación.
2.10 Identificación:
Los antropólogos forenses son invitados a menudo como testigos expertos para rendir una
opinión en un tribunal de justicia sobre la identificación de un individuo. Varios resultados
son posibles para que se pueda establecer una identidad. Si no hay nada para eliminar en
una comparación potencial, el grado de certeza de una identificación depende de la
exactitud de las técnicas y de la presencia de factores incuestionables de individualización.
Las categorías siguientes se han sugerido.
2.10.2 Posible
Los ejemplos generales incluyen patrón de calvicie, la quijada ajustada, ojos marrones, la
nariz prominente, y la saliente del oído. Las características específicas de la población tales
como prognatismo alveolar en negros, los incisivos en forma de pala en indios americanos,
y braquicefalia en blancos no son también definitivas.
Una identificación positiva puede ser declarada solamente si no hay absoluta contradicción
o duda. Esta conclusión se puede alcanzar solamente basada en la presencia de factores
únicos de individualización.
La detección de las patologías y traumas ante-mortem permiten reconstruir tanto las causas
de la muerte, como las circunstancias en que ocurrieron. Estos últimos aspectos son de vital
importancia para el peritaje médico-legal.
1- individual,
Este aspecto se encuentra influido por distintos factores, entre ellos la actividad física del
individuo y el estado de salud-enfermedad que inciden primordialmente, además de las
diferencias sexuales y raciales.
Una vez estimado el sexo, edad y el patrón racial (ancestros) del individuo, se procede a
reconstruir la estatura teniendo en cuenta los parámetros de variación de los componentes
arriba mencionados.
La estatura o talla de pie se define como la altura comprendida entre el vértex (punto más
elevado de la cabeza) al suelo, orientando al individuo en el plano de Frankfort. Se suele
medir mediante el antropómetro y se expresa en centímetros. La estatura se usa como
parámetro comparativo con las otras medidas del cuerpo, exceptuando la cefálica, para
definir la proporción entre el tronco y las extremidades.
La estatura, además, se considera exclusiva de la especie humana por cuanto los otros
animales no asumen una postura erguida habitual fisiológica. Sus dimensiones dependen de
varios segmentos como el cefálico (altura basibregmática), raquídeo (altura de la columna),
pelviano y de las extremidades inferiores. Cada uno contribuye a la talla del individuo en
consideración a la edad, sexo, ancestros (raza), condiciones socioeconómicas y sicosociales
y finalmente de las tendencias seculares (históricas).
Entre los factores longitudinales y trasversales del crecimiento predominan los primeros.
Según Burt y Banks (1947; citados por Valls 1980:229) los valores de correspondencia
(expresados mediante el coeficiente de correlación r) entre la estatura y los distintos
segmentos longitudinales se aprecian significativamente con la longitud de la pierna
(0,864), la talla sentado (0,732) la longitud del brazo (0,677) y del muslo (0,608). Por tal
Según Martin y Saller (1957) las estaturas se pueden clasificar mediante los siguientes
intervalos:
Algunas pistas a la estructura de cuerpo se pueden también encontrar en los huesos puesto
que actúan como sitios del accesorio del músculo. Las crestas y los cantos y la aspereza
prominentes de los huesos indican que una persona era muscular en un cierto punto durante
vida. Las superficies huesudas lisas y los pequeños orígenes del músculo son característicos
de un individuo grácil o sedentario. Es importante tener presente que aunque los varones
intrínsecamente tengan más masa del músculo que hembras, " supuestamente; - la mirada
de varones también que no han desarrollado su cuerpo y se ven como un cuerpo femenino.
Este método puede ser intentado si las fotografías o las radiografías están disponibles de
individuos, en respuesta a la descripción derivada de un esqueleto con el cráneo y la
mandíbula intacta. En este procedimiento, los esquemas suaves del tejido reconocibles en
una fotografía se sobreponen sobre el cráneo (cuadro 13.8) .66-67 el objetivo es saber si las
señales huesudas del cráneo alinean con el tamaño, la configuración, y la colocación de las
características en la fotografía, si una comparación llega a ser posible, no se pueden
considerar concluyente. Si, sin embargo, la superposición revela una disparidad obvia, tal
como el posición de las órbitas o longitud de la nariz o tamaño de la barbilla, que el
individuo puede ser eliminado como siendo la víctima.
Las tentativas de duplicar aspecto del cráneo se han hecho desde 1895. 68 durante los años,
los numerosos refinamientos técnicos han aumentado el índice de éxito, pero la
reconstrucción facial todavía está lejos de ser una ciencia exacta. Puede ser intentada de dos
maneras: como un dibujo de dos dimensiones o escultura tridimensional empleando el
cráneo en sí mismo o una reproducción. Esta última fue emprendida a menudo para
determinar cómo se verían los cráneos de la gente famosa, tal como la reconstrucción de
Bach en el cuadro
Los rastros metálicos depositados en una marca del corte podrían indicar el uso de un
cuchillo, de un picador de hielo, de un destornillador, etc. que el trauma embotado puede
dejar su marca en los huesos de muchas maneras, extendiéndose de roturas incompletas y
de fracturas deprimidas del cráneo a las roturas limpias y a las costillas machacadas.
A menudo, no hay una causa clara de la muerte, ya natural o de otra manera, porque no se
pueden encontrar las evidencias en los restos osteológicos. A excepción de algunos
cánceres, hay pocas enfermedades directamente fatales en la era post antibióticos, que
invaden el esqueleto de la gente que vive en sociedades modernas. Las balas y los cuchillos
pueden matar sin tocar los huesos de forma perjudicial, la estrangulación puede no ser
perceptible si el tejido y el cartílago suaves se han descompuesto. Incluso cuando el trauma
perimortem es obvio, puede no ser posible determinar si una fractura del cráneo, por
ejemplo, resultó de un ataque asesino a la cabeza, o una caída accidental, o el subsecuente
desmayo de una persona posterior a un ataque fatal del corazón.
2.14.1 Exhumación
Por último, pasamos a la abertura del féretro. Es conveniente tener la cámara fotográfica
preparada, puesto que en algunas ocasiones los restos que se conservaban en buen estado en
el microambiente del interior del ataúd pueden deteriorase rápidamente con
el cambio de ambiente de anaerobiosis a la condición aeróbica.
2.14.2 Excavación
Cuando aparecen restos óseos accidentalmente debemos de excavarlos con sumo cuidado
para no destruir la evidencia.
El primer paso para descubrir un entierro consiste en identificar qué hueso es el que
apareció, su posición y sus posibles relaciones anatómicas, esto nos permitirá calcular el
lugar aproximado donde se encuentran la cabeza y los pies.
Empezaremos a excavar con instrumentos finos como son las cucharas de albañil o las
cucharillas de jardinero donde calculemos que se encuentra la cabeza si es el extremo más
cercano al hallazgo inicial o, si se trata del extremo inferior, empezaremos excavando por
los pies y nos dirigiremos en sentido cefálico.
En los casos de restos óseos de varios individuos esparcidos por el terreno, debemos de ir
liberando de tierra los huesos, de manera que cubramos toda la zona en que se encontraban.
Al igual que con los cadáveres hallados en la superficie es conveniente tomar fotos y hacer
un esquema, tanto de los restos esqueléticos como de los objetos asociados, antes de alterar
el contexto en el que se encuentran.
Posteriormente pasaremos a retirar los huesos empezando por el cráneo y terminando con
los pies, depositándolos en varias bolsas de plolietileno.
En algunos casos el estado de conservación de los restos es muy malo, por lo que
necesitaremos transportarlos en bloque, para limpiarlos con más cuidado en el laboratorio.
En esos caso se mete una lámina abajo del bloque que comprenderá el entierro y lo
cubriremos con una capa de algodón sobre la que pondremos un plástico, para
posteriormente ponerle flejes. Aunque antes se recomendaba en éstos casos cubrir al
entierro con yeso, parafina o cemento ahora se ha visto que no es conveniente, porque
terminan por destruirlo.
Para estudiar y conservar convenientemente los restos óseos tenemos que tratarlos en el
laboratorio.
Los huesos tienen que ser lavados para poderse estudiar, sólo en los casos en que el
material esté sumamente deteriorado no se lavarán.
El lavado del material óseo se hace bajo la llave del agua, con un cepillo de dientes o de
uñas, tallando con cuidado pero con cierto vigor.
Es muy conveniente que el lavadero contenga una malla fina de alambre en el fondo, dado
que pueden soltarse los dientes o pequeños huesos e irse por el desagüe, si no tenemos el
cuidado suficiente.
Es conveniente, antes de lavar los cráneos, picar la tierra de las cavidades orbitarias, nasales
y el agujero occipital, con una aguja de disección o un gancho de tejer, lo que nos facilitará
la liberación de los huesos.
Posteriormente los dejamos un día o dos hasta asegurarnos de que estén totalmente secos, si
se trata de restos frágiles a la sombra o si están en buen estado al sol.
El primer paso para restaurar los huesos consiste en pegar entre sí los fragmentos cuyos
bordes correspondan, se puede usar goma blanca, ya que es suficientemente fuerte y tiene la
ventaja de que, si se quiere, puede ser fácilmente despegado con un poco de agua. Se
recomienda usar tiras de masking tape para mantener en su sitio las partes que se están
pegando mientras se seca el pegamento, para después retirarlas.
También puede ser útil una caja con arena para acomodar los restos en proceso de
restauración, de manera que el pegamento no sufra tensiones durante el secado.
En algunos casos, en que falta algún fragmento de los huesos, podemos reconstruirlo
siguiendo la técnica de Pompa (1975b) que consiste en usar una mezcla de goma blanca y
resanador de madera en partes iguales; esto les da a los huesos una forma más completa y al
mismo tiempo permite distinguir las zonas restauradas. Nunca se deben completar
porciones que no estén claramente definidas.
Determinar el tiempo de muerte del sujeto puede ser a veces muy complicado pues
debemos de tomar en cuenta una serie de factores tanto endógenos (complexión, edad,
estado de salud) como exógenos (tratamiento que se le haya dado al cuerpo, influencia
del medio ambiente) además de la variación estadística.
Es importante destacar que una vez alcanzados algunos estados como la momificación o la
reducción esquelética, se hace muy difícil determinar el tiempo que tiene de muerto
el individuo, puesto que los fenómenos que normalmente nos pueden indicar la
temporalidad del cadáver han dejado de actuar sobre él, por lo que no tenemos elementos a
la mano para inferir el tiempo transcurrido desde el fallecimiento.
Aunque resulte irónico, puede ser que algunas maniobras del homicida para deshacerse del
cuerpo ayuden a su conservación más que a su destrucción. Tal fue el caso del cadáver de la
señora Dobkin, al que se le echó cal para destruirlo, pero este producto ayudó a que se
conservara y pudiera ser estudiado
Enterrar al difunto en lugar de dejarlo al aire libre es otro procedimiento común que tiende
a preservar el cuerpo, porque aumenta el tiempo de la esquelatización.
Un cadáver a campo abierto puede, además, ser atacado por los animales, sobre todo
carnívoros y carroñeros, que pueden acelerar mucho la degradación del cadáver al dejarlo
reducido en pocos días a unos cuantos huesos, lo que por la sola acción de los
microorganismos tardaría mucho más. Es también posible que estos animales consuman,
fracturen y desorganicen el cadáver.
El clima es uno de los factores que alteran los fenómenos normales de degradación del
cuerpo. Un clima frío tiende a conservar el cadáver mientras que los climas cálidos tienden
a acelerar su descomposición. De manera similar los climas húmedos favorecen una
descomposición más rápida que los climas secos.
Los ambientes cálidos y secos son ideales para la momificación por lo que puede
presentarse este fenómeno de manera espontánea.
2.19 Putrefacción
El cadáver si no está en las condiciones antes citadas va a sufrir una serie de fenómenos
degenerativos producidos por los ismos microorganismos que contiene que se conocen
como putrefacción y que van a llevarlo gradualmente a convertirlo en un proceso de 5 a 7
años en esqueleto.
Para fines de estudio se puede dividir en cuatro periodos que son cromático, enfisematoso
colicuativo y esqeletizaciónel conocer en qué periodo se encuentra el cadáver es muy útil
para determinar el tiempo de muerte.
El primero inicia a las 24 horas de haber fallecido el sujeto y se caracteriza por el color
verde en el bajo vientre derecho que se extiende rápidamente a el resto del cuerpo. En los
recién nacidos por su estado estéril la mancha no se va a localizar ahí sino en las fosas
nasales.
2.20 Esquelitización
Cuando el cadáver llega a este estado es generalmente muy difícil decir cuánto tiempo ha
pasado desde la muerte, pues ya han transcurrido las diversas fases en las que los cambios
degenerativos sirven de indicadores y el tiempo pasado desde la defunción puede ser
demasiado corto para que los métodos de datación nos sean útiles. Aun así podemos
distinguir dos estados de esqueletización, la reciente y la avanzada.
Es obvio que los restos en el estado de esqueletización temprana tienen interés médico legal
mientras que los restos en esqueletización tardía ya lo han perdido.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS