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I. DEFINICION:
Uno de los factores esenciales para el desarrollo sostenible es que la producción de bienes
y servicios sea más sostenible, limpia y eficiente. Desde la perspectiva de la oferta, el reto
de la producción y consumo sostenibles requieren que se fije la atención en los siguientes
aspectos:
Por ejemplo, los sistemas agrícolas sostenibles tienden a ser más intensivos en mano de
obra, ya que este insumo puede reemplazar determinados productos químicos, a menudo
tóxicos o contaminantes. Sin embargo, para que se creen más empleos decentes, a partir
de modelos de producción sostenibles, requerirá, en algunos casos, de políticas adicionales
que podrían incluir, por ejemplo, políticas para reorientar la inversión, transferir tecnologías
o volver a formar a los trabajadores.
De mantenerse las tendencias actuales, para el año 2050 seremos aproximadamente 9.500
millones de personas en el planeta, con una clase media en crecimiento que probablemente
alcance los 3.000 millones e n 2030. Sin embargo, es importante entender que el consumo
sostenible no consiste necesariamente en consumir menos sino en consumir mejor, es
decir, de manera más eficiente, reduciendo los riesgos para nuestra salud y para el medio
ambiente. El consumo sostenible reconoce que los patrones actuales de consumo fomentan
una producción insostenible y la degradación de los recursos. El consumo sostenible no
abarca únicamente los comportamientos de compra de los consumidores, incluye también
todos los tipos de interacciones entre las personas y las infraestructuras (movilidad, ocio,
vivienda) que dan forman a sus estilos y medios de vida. El consumo sostenible exige una
convergencia de los patrones actuales de consumo y que todos consumamos de manera
responsable. Esto se puede alentar combinando una serie de políticas e instrumentos
económicos, así como voluntarios, incluyendo la educación formal e informal. El consumo
sostenible puede generar beneficios económicos, bienestar social e inclusión social (acceso
a los mercados, innovación, creación de empleo, estilos y medios de vida más saludables),
además de reducir los riesgos ambientales y sacar provecho de las oportunidades
ambientales.
II. TIPOS DE CONSUMO RESPONSABLE
Los vertederos no son la mejor solución, pues siempre tienen filtraciones de lixiviados (líquidos
que producen las basuras) que penetran en el subsuelo contraminando las aguas y la
contaminación aérea.
Las incineradoras queman riqueza y son una gran fuente de contaminación, una de las dioxinas
que producen actúan genéticamente provocando malformaciones, nos dirán que la proporción
de esta dioxina es mínima, el problema es que no se destruye, ya que es liposoluble y pasa
acumulada en las grasas de toda la cadena alimenticia.
La Ley de Envases y Residuos dice que los fabricantes deberán hacerse cargo de los costes
que se deriven de la eliminación de los envases que generen. La Ley marca objetivos de
reutilización, reciclado y valorización.
3.1. La reutilización
Es la forma menos dañina para el medioambiente y más solidaria, ya que el envase no
sufre ninguna transformación y para su manipulación tanto en el transporte como en su
limpieza se necesita mano de obra, crea empleo. Ahorra energía.
3.2. El reciclado
consiste en utilizar en la nueva fabricación parte de material recuperado (vidrio,
papel, plástico, etc.).
3.3. La valorización
Se consigue generando energía para vender. El procedimiento es quemar papel y
plástico en las incineradoras, este método es el más barato a corto plazo y es el más
rápido para deshacerse de los plásticos que nos inundan, pero la contaminación que
producen al liberar dioxinas y cloros, es una de las más peligrosas.
4.1. REDUCIR.
En este capítulo el consumidor puede actuar en dos vertientes: en primer lugar
reduciendo el consumo superfluo y en segundo prestando atención a los productos que
se consumen, si son ecológicamente correctos.
En la compra de productos tendremos en cuenta:
Si se compra en una gran superficie, llevar una lista confeccionada de lo que nos
hace falta y procurar no salirnos de ella, pues las grandes superficies están
diseñadas para aumentar hasta en un 50% nuestras compras.
4.2. REUTILIZAR.
Hay que revisar nuestras compras y ver si hay demasiados productos de usar y tirar, es
una práctica que puede ser cómoda pero demasiado cara, ya que deshacernos de estos
residuos no es nada económico y además podemos estar tirando materias no renovables
o muy caras o que para su obtención el proceso sea muy contaminante (aluminio).
Utilizar todas las bolsas de plástico varias veces, o como bolsa de basura.
Se puede dar usos varios a ciertos envases, las bandejas de porespan nos pueden
servir como fondo de tiestos, podemos hacer floreros con briks, botellas de plástico,
etc.
Compra pilas recargables y no tires nunca pilas a la basura (el mercurio que contiene
una pila de botón puede contaminar un acuífero de 2 millones de litros)
4.3. RECICLAR.
Toda la basura se puede reciclar, si ha tenido un correcto tratamiento de separación:
La separación del papel en origen es necesaria para el reciclaje, pues si se junta con
la basura lo más probable es que termine en el vertedero contaminando con su tinta
o en las incineradoras, donde al quemarlo se desprende el cloro con que se ha
blanqueado (causa del efecto invernadero).
Los metales son fáciles de separar, pero debemos evitar comprar las latas de
refrescos (el aluminio es un material demasiado caro y muy contaminante en su
elaboración).
Los envases con mezcla de materiales (papel, plástico, aluminio) son muy difíciles
de reciclar, evita comprarlos.
En lo que respecta a los consumidores, los hogares consumen el 29% de la energía mundial
y contribuyen al 21% de las emisiones de CO2 resultantes. Sin embargo, si toda la
población mundial pasara a utilizar bombillas de alto rendimiento energético, ahorraríamos
120.000 millones de dólares al año. La contaminación de las aguas es también una cuestión
apremiante que exige una solución sostenible. Estamos contaminando el agua más
rápidamente de lo que la naturaleza puede reciclar y purificar en los ríos y los lagos.
Existen dos formas principales de ayudar: 1. Reducir los desechos; y 2. Actuar de forma
reflexiva a la hora de comprar y optar por una opción sostenible siempre que sea posible.
Reducir los desechos que generamos puede hacerse de muchas maneras, desde
asegurarnos de no tirar alimentos hasta reducir el consumo de plástico, que es uno de los
principales contaminantes del océano.
12.2 De aquí a 2030, lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales
12.3 De aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per capita mundial en
la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en
las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha
12.4 De aquí a 2020, lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos
y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida, de conformidad con los marcos
internacionales convenidos, y reducir significativamente su liberación a la atmósfera, el
agua y el suelo a fin de minimizar sus efectos adversos en la salud humana y el medio
ambiente
12.6 Alentar a las empresas, en especial las grandes empresas y las empresas
transnacionales, a que adopten prácticas sostenibles e incorporen información sobre la
sostenibilidad en su ciclo de presentación de informes
12.7 Promover prácticas de adquisición pública que sean sostenibles, de conformidad con
las políticas y prioridades nacionales
12.8 De aquí a 2030, asegurar que las personas de todo el mundo tengan la información y
los conocimientos pertinentes para el desarrollo sostenible y los estilos de vida en armonía
con la naturaleza
12.b Elaborar y aplicar instrumentos para vigilar los efectos en el desarrollo sostenible, a fin
de lograr un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los
productos locales.
• Materias Primas:
Mejorar la productividad general de los recursos en un 30% para el año 2030 como un paso
para duplicar la eficiencia en el uso de recursos en la producción y consumo para el año
2050; alcanzar una media nacional de consumo de materiales per cápita (toneladas por
habitante) de 10,5 toneladas/habitante/año en 2030, con el objetivo final de bajar a 8-10
toneladas/habitante/año en 2050.
• Energía:
Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética, pasando del -1,3 % lograda
en el período 1990-2010 al -2,6 %; doblar la proporción de las energías renovables en la
canasta energética (del 18 % en 2010 al 36 % en 2030); reducir en un 50 % las muertes
prematuras ocasionadas por la contaminación atmosférica.
• Alimentación:
• Agua:
Lograr que los niveles de extracción de agua dulce sean acordes a los recursos hídricos
disponibles de forma sostenible para mantener los ecosistemas y el bienestar humano;
aumentar los niveles de reutilización segura de aguas residuales urbanas e industriales;
reducir la contaminación originada por productos químicos y desechos vertidos en aguas
subterráneas y superficiales como resultado de las actividades humanas.
• Refugio:
Lograr una reducción del 50 % de las emisiones de CO2 relacionadas con el consumo
energético de los edificios; conseguir una disminución del 25 % en la tasa de extracción de
materias primas para la construcción; renovar todas las viviendas sociales existentes para
que cumplan con las normas de eficiencia energética, reduciendo así los costos para los
pobres y favoreciendo un entorno saludable.
X. CONCLUSIONES
Seguir excediéndose en el uso de los medios que ofrece la Tierra no es una opción
viable de largo plazo. La cuestión es cómo cambiar los modelos de consumo y
producción con suficiente rapidez como para seguir el ritmo del crecimiento
económico, lo que no puede lograrse simplemente mediante cambios tecnológicos.
Es poco probable que las empresas adopten voluntariamente iniciativas costosas
para cuidar el medio ambiente. Es necesario que más personas abandonen la idea
de que consumir más es sinónimo de progreso o de éxito. Con una utilización más
justa y equitativa de los recursos también se reducirán los conflictos sociales.
Hablar y evaluar sobre los problemas en los países desarrollados sobre las
fábricas y el consumo en los productos que son dañinos para nuestro organismo.
Entre otras cosas, que las actuales tendencias del consumo son insostenibles y que
existe la necesidad de contener y reducir dicho consumo, empezando por los países
ricos, por lo que se requiere introducir profundos cambios en los estilos de vida de
la mayor parte de los países de mayor desarrollo.