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AUTORIDAD Y SUFICIENCIA DE LAS ESCRITUAS (2 TI.

3:14-16) | CARLOS GOYA


Les quiero hacer algunas preguntas. Muchos reconocen que la Biblia es la Palabra de Dios, pero saben acaso, ¿Quién
le ha dado ese valor a la Biblia, es decir que la avala como la palabra auténtica de Dios? Y cuando la leen, ¿Cómo saben
qué esta escritura es todo lo que necesitamos para la salvación del hombre? En este mensaje estudiaremos estas dos
importantes doctrinas conocidas como la Autoridad y Suficiencia de las Escrituras, usando las mismas escrituras.
LA AUTORIDAD DE LAS ESCRITURAS

1. Una seria instrucción


1.1. Debemos conocer el contexto
Este capítulo es una seria instrucción del apóstol Pablo para Timoteo. Aquí vemos la autoridad apostólica de Pablo
escribiendo a Timoteo para que permanezca, persevere y persista en lo que ha aprendido y de quien ha recibido la
instrucción.
Esto es lo único que puede hacer frente contra el carácter maligno de los últimos tiempos. Los últimos tiempos ya
estaban presentes en la época posterior a la iglesia del primer siglo. A medida que fallecían los apóstoles el tiempo se
hacía más peligroso.
¿Cómo era el carácter de estos últimos tiempos en los cuales vivimos al igual que Timoteo? La Escritura es clara en
manifestar esto al inicio del capítulo 3, donde dice:
También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres
amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos,
impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de
piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. (2Ti 3:1-5)
Los últimos tiempos van a mostrar el carácter del hombre sin Dios. Este carácter ataca directamente la autoridad de
la Escritura. Con su apariencia de piedad sus obras serán el reflejo de su estado permanente de pecado, y es de poner
atención en que Timoteo al igual que cualquiera de nosotros debemos evitar y ser sabios para discernir el corazón de
los hombres. En el verso 8, hace referencia a Janes y Jambres quienes resistieron a Moisés. Esto es una alusión directa
a como estos hombres resistirán la verdad de las Escrituras tipificada por Moisés. Dios los ha entregado a un
entendimiento corrupto y reprobado en cuanto a la fe.
1.2. Persiste en lo que has aprendido
Ante toda esta evidencia que estará en contra de Timoteo y todos los que permanezcan en la verdad de las Escrituras,
el consejo del apóstol es que “debes permanecer en lo que has aprendido”. La pregunta ahora sería: ¿Qué ha
aprendido Timoteo y por implicación que es lo que nosotros debemos aprender? Ya en el verso 10, hablamos en
cuanto a seguir la doctrina de Pablo “pero tú has seguido mi doctrina”, es decir la doctrina apostólica la cual se ve
manifestada en el carácter de Pablo al hablar de su conducta, propósito, fe, bondad, amor, paciencia, aún frente a las
persecuciones y padecimientos a las que ha estado expuesto.
En el verso 14, hace énfasis otra vez en la doctrina (ref. enseñanza o instrucción), a persistir en lo que Timoteo ha
aprendido y fue persuadido “pero tú persiste en lo que has aprendido”. Este verbo “persistir” es traducido como
permanecer, perseverar, retener. Timoteo por tanto debe permanecer en dos cosas claras: 1) lo que ha aprendido y
en 2) lo que fue persuadido. Este vocablo de persuadir tiene su palabra original del griego pistoo que significa estar
convencido o creer firmemente en algo. Esto en lo que él cree es su convicción con respecto a las Sagradas Escrituras,
las cuales como dice en el verso 15, había recibido desde su niñez.
Pero, ¿Quiénes fueron los maestros de Timoteo, de los cuáles había aprendido? Timoteo había tenido en su niñez a
dos maestras de familia como lo dice la Escritura: "trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó

1
primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también."1 Su madre y abuela habían sido
sus maestras y esto habla mucho de la importancia en cuanto a los padres de enseñar doctrina a sus hijos, y no
cualquier doctrina, sino la doctrina de los apóstoles, pues estas habían sido instruidas anteriormente por Pablo, como
lo expresa el John MacArthur en su comentario de 2 Timoteo:
“La mención de sus nombres indica que Pablo las conocía en persona, quizá porque él (junto a Bernabé) las
condujo a la fe en Cristo durante su primer viaje misionero (cp. Hch 13:13-52; Hch 14:1-21). Las mujeres eran
creyentes judías verdaderas del Antiguo Testamento que entendieron bastante bien las Escrituras para
prepararse a sí mismas y a Timoteo” 2
Pero Timoteo también estaba aprendiendo de Pablo. Timoteo conocía su labor apostólica y su doctrina. Recordemos
que fueron los apóstoles quienes recibieron la labor de poner la base doctrinal para la iglesia de Cristo. Así lo da a
conocer la carta a los Efesios: "edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra
del ángulo Jesucristo mismo"3. Podemos ver con gran claridad que los apóstoles fueron escogidos por Jesucristo para
poner el fundamento de la doctrina en la cual su iglesia iba a edificarse. Y esto nos lleva al siguiente punto en nuestro
mensaje.
1.3. La doctrina que da sabiduría y salvación
Pablo habla a Timoteo con respecto a que es la doctrina mostrada en las Sagradas Escrituras la que le puede dar: 1)
Sabiduría y 2) Salvación por la Fe en Cristo. Es esta doctrina en la que la iglesia del principio perseveraba y guardaba
(Hechos 2:42). Es esta doctrina la cual el mismo Señor Jesucristo manifestó a sus apóstoles que debían permanecer en
sus palabras para ser verdaderamente sus discípulos (Juan 8:31) y que luego debían enseñar a los demás discípulos
que vendrían (Mateo 28:20). Es la doctrina que quedó por escrito para que nuestro gozo sea cumplido de lo que ellos
habían visto, oído, contemplaron y palparon con respecto al Verbo de vida (1 Jn. 1:1-4). Timoteo debía permanecer y
tener mucho cuidado de esta doctrina mostrada en las Sagradas Escrituras: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina”4.
Pero ¿Qué tan importante era esta doctrina mostrada en las Sagradas Escrituras para tener gran cuidado y dedicación?
Las Sagradas Escrituras contienen toda las enseñanzas necesarias para dar sabiduría al hombre y para dar la salvación
que es por la Fe en Cristo. La Confesión Bautista de Fe de 1689 dice en el inicio de su primer capítulo y verso 1, Las
Sagradas Escrituras constituyen la única regla suficiente, segura e infalible de todo conocimiento, fe y obediencia
salvadores.
Hablar de única regla es decir que no hay otra cosa que tenga más autoridad que la Escritura en cuanto a la salvación
del hombre. En palabras de John Reuther:
¡Mira lo que Dios ha hecho para revelarse a ti mismo! ¿Dará todo su corazón, alma, mente y fuerza para
buscarlo y conocerlo? Ya que la Escritura es la única regla suficiente, cierta e infalible de todo conocimiento,
fe y obediencia salvadores, ¿dedicaremos usted y yo nuestras vidas al estudio y la aplicación de este rico tesoro
de revelación? El tipo de respuesta que Dios desea se ilustra en las palabras del joven Samuel: "Habla, Señor,
porque tu siervo está escuchando". (1 Samuel 3: 9) 5
Toda la doctrina necesaria para nuestra salvación se encuentra en las Sagradas Escrituras. No vamos a encontrar fuera
de la palabra de Dios lo que nuestras almas necesitan para ser salvos y eso es porque las Sagradas Escrituras
constituyen la revelación especial de Dios para el hombre. Esta revelación que empezó en el Antiguo Testamento se
completó con la revelación escrita de los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento. En el firmamento podemos
encontrar el esplendor de un Dios creador, pero es solamente en las Escrituras que hayamos la revelación particular
para conocer a ese Dios. Dios se manifestó al hombre y no quedó sin darse a conocer. Lo hizo en la persona de su Hijo
Jesucristo: "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer."6
Al ser las Escrituras la revelación de Dios al hombre, tienen por tanto la autoridad dada por Dios. Esta revelación no
proviene de la invención o voluntad humana, pues viene de Dios mismo. La segunda carta del apóstol Pedro en el
capítulo 1 versos 20 al 21 expresa algo que es contundente para esta revelación de Dios:
Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la
profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por
el Espíritu Santo. (2P 1:20-21)

1 2 Timoteo 1:5
2
Comentario John MacArthur sobre la Segunda Carta a Timoteo
3 Efesios 2:20
4 1 Timoteo 4:16
5 https://heraldofgrace.org/the-london-baptist-confession-of-faith-exposition-of-chapter-1/
6
Juan 1:18

2
Es así que la Escritura tiene toda la autoridad dada por Dios, pues es la misma palabra de Dios revelada al hombre. El
Salmo 19 en sus versos del 7 al 9 expresan los hermosos atributos que tiene la palabra de Dios tipificada en su Ley,
que es perfecta, fiel, recta, pura, verdad:
La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra
los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos
justos. (Sal 19:7-9)
Muchos cuestionan la autoridad de la Escritura porque no conocen a Dios y piensan que su autoridad no es válida
porque necesita ser autenticada o legitimada por el hombre, la ciencia o la iglesia. Pero la Escritura se autentica a sí
misma porque proviene de Dios. Esto nos lleva al siguiente punto de nuestro mensaje.

ORIGEN DE LA AUTORIDAD DE LAS ESCRITURAS

2. LA DOCTRINA INSPIRADA POR DIOS


2.1. Toda la Escritura
Cuando hablamos de “toda la Escritura” nos estamos refiriendo a toda la revelación que Dios ha dado por escrito y
que constituyen el canon de los libros que forman el Antiguo y Nuevo Testamento. Un comentario al respecto dice lo
siguiente:
Cuando Pablo habla de toda Escritura, está refiriéndose de manera concreta al AT completo, y también a
aquellas porciones del NT que entonces existían. En 1Ti 5:18 “no pondrás bozal al buey que trilla” cita el
Evangelio de Lucas (Lc.10:7) como Escrituras: "Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas;
entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también
las otras Escrituras, para su propia perdición." (2P 3:16). En el día de hoy estamos justificados en aplicar este
versículo a toda la Biblia. 7
Cristo hizo referencia a los escritos del Antiguo Testamento, dando autoridad en su ministerio a la ley, los profetas y
los salmos: “era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y los
salmos”8 , pero y ¿que de los escritos del Nuevo Testamento? En la oración sacerdotal, de Juan 17, el Señor ora por
sus apóstoles y ruega por aquellos que han de venir a Él por la palabra de ellos. ¿Cómo se iba a preservar su palabra?
Son sus apóstoles los que iban a preservar las enseñanzas del Señor por la obra de revelación del Espíritu Santo que
les iba a hacer recordar todas las cosas: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”9
La carta de a los hebreos expone claramente que en estos últimos días Dios ha hablado por medio del Hijo:
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo
hizo el universo (He. 1:1-2)
No olvidemos que la edificación del edificio de la iglesia está puesto sobre fundamento de los apóstoles y profetas
siendo Cristo la piedra angular. Así entendemos que toda la Escritura comprende toda la revelación del Antiguo y
Nuevo Testamento.
Pero la autoridad de toda esta escritura es que descansa en la revelación perfecta de que es “Inspirada por Dios”
2.2. Es Inspirada por Dios
La Confesión Bautista de Fe de 1689 expone en el capítulo 1 y párrafo 4 lo siguiente:

7 Comentario Bíblico William McDonald Antiguo y Nuevo Testamento


8 Lucas 24:44
9
Juan 14:26

3
La autoridad de las Sagradas Escrituras, por la que debe ser creída, no depende del testimonio de ningún
hombre o iglesia, sino enteramente de Dios (quien es la verdad misma), el autor de ella; por lo tanto, debe ser
recibida porque es la Palabra de Dios.
Según la CBF, Dios es el autor de la Escritura y vamos a prestar especial atención a la palabra “inspirada” porque resulta
que hoy el significado de la misma está muy diluido:
Cuando se usa la palabra "inspiración" de la Biblia, a menudo se piensa que describe una cualidad que
pertenece principalmente a los escritores en lugar de los escritos; que indica que los hombres que produjeron
estos documentos fueron hombres inspirados. En contraste con esta idea, que indudablemente tiene su lugar,
encontramos que la Escritura emplea la palabra que lleva este significado principalmente para describir no a
los escritores sino a los escritos sagrados. 10
Esta cualidad no hace referencia a los escritores, sino a la misma escritura. Haciendo un estudio de la palabra
“inspirada”, del griego Theopneustos, es una palabra compuesta única que se usa solo aquí en la Biblia y está
compuesta de dos palabras. La primera palabra es el sustantivo theos, que significa Dios, y la segunda palabra es el
verbo pneo, que significa respirar. Por lo tanto, un significado más literal y claro sería: “respirado o exhalado por Dios”,
así toda la Escritura se describe como la exhalación de Dios. Y que significa todo esto. La Escritura se autentica a sí
misma porque proviene de Dios. Este tipo de autenticación está dentro de la misma Escritura.
La autoridad de la Escritura no necesita ningún tipo de validez externa en base a los hombres, como lo expresa la
anterior referencia del capítulo 1 y párrafo 4 de la CBF “no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino
enteramente de Dios”. Si así fuese, es decir que necesitara la autenticación de algo fuera de ella, aquello que la
autenticaría sería mayor en autoridad. Hemos hecho tal vez (por ignorancia) esta referencia en cuanto a las ciencias
como la arqueología, antropología o la sociología, puesto que hay hechos reales que la Biblia menciona, entonces estas
ciencias tendrían mayor autoridad al dar validez a la palabra de Dios. Pero este razonamiento no es correcto, pues la
Biblia es veraz, porque Dios es veraz y los hechos y narraciones que en ella se encuentran son veraces.
Pero, ¿acaso hay algo fuera de la Escritura que también de validez o autenticidad a su autoridad? En efecto, claro que
lo hay y es el testimonio de la obra del Espíritu Santo.
La iglesia puede llevarnos a tener una alta estima por la Palabra de Dios, al examinar el contenido y con el estilo de los
escritos quedamos extasiados por su majestuosidad, perfección y profundidad, pero ante todo esto, es el Espíritu
Santo quien da el testimonio de que es la Palabra de Dios. Así lo expresa la parte final del párrafo 5 de la CBF en el
capítulo 1:
Sin embargo, nuestra plena persuasión y certeza de su verdad infalible y su autoridad divina provienen de la
obra interna del Espíritu Santo, quien da testimonio en nuestros corazones por medio de la Palabra y con ella.
2.3. La Escritura es suficiente para enseñarnos
Al ser la Escritura la misma Palabra de Dios con la autoridad de Dios, esta es útil para enseñar, redargüir, corregir e
instruir en justicia. El Salmo 19 dice en los versos 11 y 12 lo expresa en cuanto a los mandamientos y preceptos de
Dios:
Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón. ¿Quién podrá entender sus
propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. (Sal 19:11-12)
La Escritura es la única autoridad suficiente para enseñar todo lo que necesita el hombre para su salvación. Redarguye
y pone al descubierto las intenciones del corazón de los hombres, así como lo expresa la carta a los hebreos donde
dice:
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir
el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y
abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. (He. 4:12-13)
La Escritura corrige, rectifica, endereza lo que necesita ser puesto en corrección, hablando del corazón de los hombres.
La instrucción en justicia significa el gobierno de una vida piadosa y santa en el temor y disciplina del Señor.
Y finalmente ¿Cuál es el propósito de la Escritura?
EL ALCANCE DE LAS ESCRITURAS

10
Alan M. Stibbs, La Escritura no puede romperse: Escritos del siglo veinte sobre la doctrina de la inerrancia.

4
3. COMPLETO Y PREPARADO PARA TODA BUENA OBRA
3.1. El fin de la Escritura: un hombre perfecto
Ahora no cabe duda en nuestros corazones que toda la Escritura es inspirada por Dios, proviene de Dios y tiene toda
la autoridad de Dios. La Escritura es totalmente suficiente para hacer completo al hombre de Dios, de tal forma que
tenga todo lo necesario para su vida. Pero ¿Cuál es el propósito principal de esta suficiencia?
El propósito principal de esta suficiencia como lo expresa el verso 17 es que el hombre de Dios sea perfecto. Fuera de
la Biblia no hay nada que nosotros encontremos para este fin.
La palabra perfecto no implica perfección. Lo que el término se refiere es que el hombre sea cabal, equilibrado, apto,
competente, completo. Todo esto el hombre lo va a encontrar en las Escrituras porque Dios las ha dado para que
podamos saber todo lo que Él quiere que sepamos acerca de Él, el camino de la salvación y la obediencia.
Calvino hace el siguiente comentario al respecto:
Para que el hombre de Dios sea perfecto. Perfecto significa aquí una persona sin culpa, en la que no hay nada
defectuoso; porque afirma absolutamente que la Escritura es suficiente para la perfección. En consecuencia,
el que no está satisfecho con las Escrituras desea ser más sabio de lo que es apropiado o deseable.11
Pero, no perdamos de vista que la Escritura busca esa competencia en el hombre de Dios, es decir el hombre que Dios
ha escogido para este fin. No es el hombre natural, sino el hombre que ha nacido de Dios para discernir la vida
espiritual en Cristo. Así lo explica la primera carta a los Corintios:
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas;
pero él no es juzgado de nadie. (1Co 2:14-15)
3.2. El fin de la Escritura: preparado completamente para toda buena obra
Literalmente la última parte de este verso 17 implica que el hombre de Dios se encuentre aprovisionado
completamente hacia toda buena.
El resultado de la suficiencia de la Escritura es tener un hombre capacitado para cumplir todas las exigencias y
requisitos del ministerio piadoso y la vida justa e integra.
La Confesión Bautista de Fe de 1689, nos ayuda en este fin o alcance en la primera parte del capítulo 1 del párrafo 6
donde expone:
Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria, la salvación del hombre, la
fe y la vida, está expresamente expuesto o necesariamente contenido en las Sagradas Escrituras; a las cuales
nada, en ningún momento, ha de añadirse, ni por nueva revelación del Espíritu ni por las tradiciones de los
hombres.
La suficiencia no es «omnisuficiencia»12. Las escrituras no son suficientes como libro de texto de Matemáticas, Biología,
Física. La Suficiencia es para conseguir el propósito de la revelación redentora, como bien lo expresa la CBF.
El consejo de Dios abarca entonces estos 4 aspectos: la gloria de Dios, la salvación del hombre, la fe y la vida práctica,
y está contenido en la escritura tanto explicita como implícitamente. Además agrega que nada, absolutamente nada
ha de agregarse, ni por nueva revelación del Espíritu, ni por las tradiciones de los hombres.
Es por esto que hablar de la autoridad y suficiencia de la Escritura es cerrar la puerta a que exista una nueva revelación.
Pero, ¿acaso Dios no puede manifestar algo en este tiempo? Si esto fuese así, entonces la Escritura no está completa,
porque Dios puede seguir revelando al hombre lo que debe hacer para alcanzar su salvación y su vida piadosa. Si
prestamos atención a cualquier cosa externa que venga para completar la autoridad y suficiencia de la Escritura,
entonces esta no es suficiente.
En la parábola de Lázaro y el rico, vemos al rico en Lucas 16:19, vemos este siendo atormentado en el infierno
desesperadamente clama al padre Abraham para alguien vaya desde el lugar de tormento donde estaba para que

11 Comentario de Calvino sobre Segunda de Timoteo 3:17


12
Exposición de la Confesión Bautista de Fe de 1689, Capítulo 1, La Suficiencia de las Escrituras, pp. 68

5
avise a sus parientes vivos para que no vengan a este lugar como él y se arrepientan. La respuesta es contundente
pues es sólo la Escritura lo único que tiene autoridad y toda suficiencia para salvar:
Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas
Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de
los muertos. (Lc 16:30-31)
No hay nada que pueda persuadir a la gente a vivir piadosamente y arrepentirse de su mal proceder - que la Escritura
tipificada aquí en Moisés y los profetas- ni aún si alguien se levantare de los muertos, esto tampoco bastaría.
Pero la Escritura si es suficiente y completa, pues tiene toda autoridad porque proviene de Dios y tiene toda suficiencia
porque fue inspirada por él para que el hombre de Dios sea completo y totalmente equipado, preparado y listo para
toda buena obra.
Los hombres de este siglo están prestos a escuchar lo que ellos quieren escuchar, pero no lo que la Escritura les quiere
enseñar en cuanto a que es todo lo que necesitan. En 2 Timoteo vemos esta comezón de no prestar atención a la
Escritura:
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán
maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
(2Ti 4:3-4)
Ante toda esta masa humana que quiere sentirse bien y rechaza la autoridad y suficiencia de la palabra, no aman la
doctrina que expone las Escrituras y quiere todavía vivir de las experiencias, las emociones, los sentimientos que si les
son suficientes para sus almas lo que nos queda hacer es predicar la palabra, insistiendo en la doctrina a tiempo y
fuera de tiempo, reprendiendo, redarguyendo, exhortando con mucha paciencia y una vez más firmes en la doctrina
que hemos recibido.

PENSAMIENTOS FINALES
¿Por qué el mundo cuestiona la Autoridad de la Palabra de Dios? Sencillamente porque no lo conocen. Cristo en su
ministerio afirmo con gran claridad cuando los judíos se maravillaban de su doctrina: “Mi doctrina no es mía, sino de
aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi
propia cuenta” (Jn. 7:16-17). Y como no conocen a Dios, ni conocen sus palabras, entonces la Escritura leída
religiosamente en muchas iglesias evangélicas no es suficiente para calmar todas las necesidades de sus almas y
tratarán de buscar en sus propios razonamientos la verdad de Dios fuera de las Escrituras de tal manera que tienen
hoy un conocimiento velado de la Palabra de Dios como dice:
Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda
el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés,
el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el
Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (2Co 3:14-17)
Nosotros por tanto debemos dar gracias y toda Gloria a nuestro Dios que nos ha dado el conocimiento de su Palabra
en cuanto a su Autoridad y toda Suficiencia, pero no olvidemos que el fin de todo hombre de Dios es tener todo el
equipamiento necesario para toda buena obra en Cristo Jesús, y esto habla de instrucción y doctrina (discipulado),
evangelismo, comunión, testimonio. Todo este conocimiento es sólo «címbalo que hace bulla» si seguimos en nuestros
propios caminos y a nuestra propia manera de buscar a Dios, en vez de conocer la verdad que es Cristo y que nos ha
dado en su Santa Palabra, toda Autoridad y toda Suficiencia.

Este mensaje fue predicado el 17 de marzo de 2019


https://www.youtube.com/watch?v=VJ-U9xKClwY

Dios les bendiga amada Iglesia.

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