Sunteți pe pagina 1din 7

Danza Primal

Danza Primal posibilita el despliegue de cualidades que por diversos motivos pueden atrofiarse
en nuestra evolución. Este despliegue tiene varios niveles.
· En el plano psico-físico la Danza Primal posibilita el enraizamiento, el contacto con la realidad,
el descubrimiento de nuestra identidad básica, genética, biológica, ancestral y la capacidad de
discriminar y poner y ponernos límites, externos e internos, a los demás y a nosotros mismos.
· En el plano emotivo ayuda a resolver bloqueos de la expresividad y trastornos de la
sexualidad, la agresividad, la alimentación y el stress.
· En el nivel afectivo la Danza Primal permite la reconexión con las necesidades naturales de
encuentro, intimidad, contacto físico, calidez, comunicación e intercambio de cuidados.
· En el plano mental estimula enormemente la creatividad y la inteligencia para vivir en
plenitud.
· Y todo esto se alcanza no en un mero plano conceptual sino en un nivel molecular. La
paradójica “transformación en lo que realmente somos” ocurre desde adentro hacia fuera.
En síntesis, podemos afirmar que al brindarnos acceso a nuestra herencia genética y al
armonizar nuestras energías, la Danza Primal aporta muchos beneficios en cuanto a nuestra
salud física, emocional y relacional. Pero el fin último de esta danza es abrirnos las puertas a
nuestra naturaleza esencial, a nuestro verdadero ser, a nuestras raíces cósmicas, más allá de
nuestras formas pasajeras. Y fundamentalmente, no pretendemos alcanzar la trascendencia
negando la vida sino abrazando nuestra humanidad y el mundo tal como son.

Práctica de la Danza Primal


¿Cómo es una sesión de Danza Primal?

Existen dos formas básicas de sesión.

La primera es la que utilizamos en grandes grupos, por ejemplo en congresos y clases de


presentación. Y es la misma que utilizamos en las prácticas

diarias en nuestros hogares. Se trata de una forma estandarizada que viene contenida en
discos con sets de Danza Primal que brindamos armados o que cada persona puede crear.

Este tipo de sesión comienza con una meditación- centración, en la que una música de
contenido místico nos invita a recogernos en nuestro ser más íntimo y observar
ecuánimemente nuestro aquí y ahora.

A continuación nos incorporamos y realizamos una breve hiperventilación que activa nuestra
energía.

Luego la música nos va guiando por un viaje a lo largo de nuestros centros de energía o
chakras, los que vamos despertando mediante la actualización de las Posturas, Movimientos,
Imágenes y Sonidos Primales y siguiendo las consignas y los siete principios fundamentales que
nos orientan en la Danza, que enunciaremos a continuación:

1. Conciencia, sensibilización y entrega (actitud meditativa durante toda la práctica)

2. Respiración consciente, (respiración voluntaria, profunda, abdominal)


3. Focalización (en cada chakra y sus funciones físicas y mentales)
4. Integración (de todo el cuerpo, el espacio y los otros)
5. Expresión (libre manifestación de todo lo que emerge)
6. Sonorización (libre expresión de sonidos primales)
7. Imaginación creativa (actitud de apertura a los contenidos inconscientes que emergen
durante la danza).

Mediante este trabajo, vamos despertando las que he denominado “siete capacidades básicas
de la persona plenamente viva”, que son una versión psicológica de las funciones atribuidas
tradicionalmente a los siete chakras o centros de energía, y que veremos en detalle más
adelante.

2)
La otra forma de sesión es la que realizamos habitualmente en nuestros cursos.
No se trata de algo tan estandarizado sino de una inmersión mucho más profunda en la
experiencia de cada chakra y todas sus dimensiones (físicas, mentales y espirituales).

En estas sesiones instrumentamos una gran cantidad de ejercicios individuales y de interacción,


en parejas y grupales, que se van ajustando al momento y necesidades de cada grupo. Las
sesiones de Danza Primal se caracterizan tanto por su intensidad vivencial, emocional y afectiva
como por el profundo carácter experiencial con que brindan acceso a lo trascendente. Por su
parte, el material teórico especialmente seleccionado y enseñado aporta una estructura
comprensiva que ayuda a integrar las experiencias.
La práctica de la danza primal se basa en la reivindicación de movimientos arquetípicos o
“primales” que activan segmentos energéticos del cuerpo.

Integra las energías primordiales de nuestros siete chakras descritos por el Yoga tradicional
con movimientos corpolares estimulados por el ritmo de temas ancestrales o modernos con
vibraciones pletoricas.

Se puede practicar en forma individual o en grupos. Es un profundo método de


autoexploración y desarrollo personal a través del movimiento expresivo, la respiración
consciente, la intuición dinámica que es estimulada con el ritmo de la música étnica y
contemporánea de su preferencia.

Se le puede considerar como una técnica que activa las memorias más profundas de nuestro
cuerpo (memoria molecular) liberando sus energías creativas, sanadoras y de encuentro
interpersonal.

No requiere ninguna experiencia en danza, pues no se trata de realizar movimientos


coreográficos determinados, si no simplemente de armonizar y liberar nuestras energías
ancestrales con acciones espontáneas e intuitivas contenidas en la memoria de nuestro
cuerpo. El primer desafío a enfrentar consiste en liberarnos de nuestra timidez y prejuicios.

“Occidente ha comprobado con asombro que cada chackra coincide con la presencia de un
plexo nervioso que enerva una porción del cuerpo, una glándula de secreción interna y un
conjunto de órganos y músculos, articulaciones y huesos” manifiesta este psicólogo.

Por extensión, cada centro de energía comprendería un conjunto de funciones y


potencialidades biológicas, psicológicas, sociales y trascendentes. La esencia de la danza
primal consistiría precisamente en activar y armonizar las energías, trabajando sobre estos
centros y sus funciones mediante la integración de la música, el movimiento y la
sonorización. Y Taroppio manifiesta que recoge el modelo de las medicinas tradicionales
orientales por considerarlo “más rico, por su poder evocativo y descriptivo”.
LA DANZA PASO A PASO
Para comenzar es recomendable adoptar una postura cómoda;
puede ser en posición de meditación en el suelo, en una silla o
acostado. Sólo es preciso procurar que la columna esté alineada y
que la respiración sea profunda y abdominal. Se trata simplemente
de percibir el estado presente de cuerpo – mente – espíritu y “
sobrevolar” las condiciones actuales de nuestra vida desde nuestro
testigo interior, sin apego ni aversión, sólo percibiendo “lo que es
tal como es”.
Primer chakra (Caminata del guerrero)

Este centro irriga el perineo, las piernas y los pies. Nos conecta con
la tierra, brinda enraizamiento, sentido de realidad y de
pertenencia. Permite discriminar, poner límites y auto protegerse.
Activa el sistema inmunológico. Y otorga confianza básica.
Partimos de una postura similar a la de un guerrero agazapado; pies
separados bien conectados al suelo, piernas flexionadas, brazos
ligeramente elevados (paralelos al piso), palmas de las manos
apuntando a la tierra o puños cerrados. La danza consiste en golpes
firmes de los pies contra el suelo, que van contagiando a todo el
cuerpo; los brazos se mueven enérgicos, el rostro se muestra
amenazante y liberamos sonidos potentes y desafiantes como en
una danza guerrera.

Segundo chakra (El encanto ludico)

Es el centro que nutre la pelvis. Nos conecta con la alegría y la


capacidad de disfrutar la vida, el gozo. Está vinculado a las danzas
caribeñas, polinésicas u orientales que despiertan la gracia, la
frescura y la percepción del lado lúdico de la vida y al elemento
agua.
Partimos de una postura relajada, cuello y hombros sueltos, ojos
cerrados y boca entreabierta; los brazos y las manos están blandos,
pero nunca caen fláccidos, sino que se integran permanentemente
al movimiento. La respiración es profunda, pero sin ningún
esfuerzo, en movimientos ondulantes, sinuosos a través de la
pelvis. Es muy saludable liberar sonidos suaves y profundos que
inspiren aún más los movimientos.
Tercer chakra (El fuego de las emociones)

Este centro se encuentra en la zona del plexo solar, en la boca del


estómago. Se vincula íntimamente con el reino de las emociones.
Cuando está desarmonizado, puede generar una vida confusa,
donde las emociones sobrepasan o, al contrario, revelan una
existencia fría y desapasionada donde éstas han sido eliminadas.
Cuando se armoniza, se produce una integración de lo emotivo que
enriquece la vida, le brinda calidez.
Se recomienda realizar la danza recostados en el piso, con
movimientos suaves qe nacen desde el abdomen. Es favorable
liberar gemidos, murmullos y todo sonido o canto que nos relaje y
nos permita disolver “rollos” de la vida. El elemento fuego nos
conecta con nuestro poder personal. En lo personal recomiendo un
tema rítmico que invite trabajar con el abdomen atreves de diverso
movimientos libres y variados

Cuarto chakra (La apertura del corazón)

Este centro se abre en la zona del pecho e irriga el corazón. Está


asociado a los afectos, a los vínculos profundos, a lo que más
apreciamos en la vida. Frases como “me rompió el corazón” hablan
de ello. Cuando este centro se armoniza, se despiertan en nosotros
el amor desinteresado, la vocación de servicio y la entrega.
Si estamos de espaldas en el piso, podemos comenzar la danza sin
incorporarnos todavía. Con sólo levantar los brazos y cerrar los
ojos, como un niño que pide ser alzado, nuestro corazón comenzará
a abrirse nuevamente. Luego, nos incorporamos en forma lenta, y la
danza va naciendo desde el pecho, expresándose a través de
hombros, brazos y manos que se cierran sobre el propio corazón en
actitud de intimidad y autoaprecio, abriéndose con toda amplitud
hacia adelante (el prójimo) o hacia arriba (lo trascendente) y
volviendo a cerrarse suavemente en movimientos cíclicos.

Quinto chakra (La expresión creativa)

El centro laríngeo se abre en la zona de la garganta. Por


encontrarse entre la cabeza y el resto inferior del cuerpo, por estar
a cargo de la fonación (comunicación) y por dirigir los movimientos
finos de las manos (escritura y arte), es considerado el organizador
e integrador de lo pasional, lo emotivo, lo afectivo y lo racional.
Cuando la vida emotiva está armonizada, la inteligencia y la
creatividad florecen naturalmente (como vemos en los niños) y con
ella se desarrolla la creatividad y se integra la personalidad. Surge
el canto como eje de la expresividad y la creatividad de los
movimientos. Procuramos realizar movimientos nuevos,
desconocidos, integradores y plenos con todo el cuerpo y liberando
la voz en toda su potencia. No tiene aquí la menor importancia la
calidad de nuestro canto ni la entonación de nuestra voz.

Sexto chakra (Desplazándose por la cueva interior)

Este centro se abre entre los ojos, simbolizado tradicionalmente por


el llamado “tercer ojo” u “ojo de la mente”. Está vinculado al
despertar de la intuición, a la visión in profundis, a la captación de
lo sagrado y trascendente en la simpleza de lo cotidiano. La
armonización de este centro ayuda a disminuir el miedo a lo
desconocido y estimula el respeto y el deseo de explorar los
misterios de la vida.
La danza intuitiva de este centro se realiza con ojos cerrados y
movimientos muy lentos y fluidos, similares a los del tai chi. Puede
ir acompañada de visualizaciones de estar caminando en una cueva,
en un bosque o selva muy tupidos, en las nubes, en el fondo del mar
o en un desierto misterioso.
Durante estos movimientos sutiles, pausados y sinuosos, la mente
se abre a la percepción de nuevos espacios interiores, viendo en lo
profundo el mensaje oculto en nuestras situaciones cotidianas.

Séptimo chakra (Soy la gracia de Dios)

Este centro se abre por encima de la coronilla y apunta hacia arriba.


Por aquí nos llega la energía trascendente, la inspiración divina, la
gracia. Más allá de que uno posea una visión teísta o no, todas las
culturas han aceptado siempre la presencia de “lo superior” ,
aquello que puede ser invocado para inspirar la vida de todos los
días. Podemos llamarlo Dios, Gran Espíritu, Conciencia Cósmica,
Gran Madre, Tao o Vacío. Lo importante es reconocer que algo nos
trasciende y que, al mismo tiempo, formamos parte de esa totalidad
mayor.
Aquí, la danza se convierte en quietud. Serenamente enfocamos la
sensibilidad a este nuevo estado que la danza nos ha brindado;
recorremos nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra vida cotidiana
desde una visión trascendente. Nos abrimos a los mensajes que
este nuevo estado pueda inspirarnos.

S-ar putea să vă placă și