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El proceso de redacción

Todo proceso de aprendizaje pasa por un ejercicio de construcción de ideas y


pensamientos, como requisito indispensable para luego comunicarlos verbalmente o por
escrito. Esto significa que, para expresarse con originalidad, se requiere organizar el
pensamiento; es decir, poner en orden los datos que se desea manejar en la presentación
oral o escrita de un asunto.
Redactar adecuadamente se ha convertido en un problema en la sociedad actual,
particularmente en las nuevas generaciones, debido al excesivo uso de dispositivos
electrónicos y la aparición de la mensajería instantánea. Esto ha transformado la forma
en que las personas se comunican y la forma de escribir sus mensajes, ocasionando la
perpetuación de una gran diversidad de faltas ortográficas y de redacción. Sumado a
esto, cada vez hay menos interés en la lectura y escritura; se ha ido perdiendo interés y
el deseo de una búsqueda exhaustiva de información, en un mundo en el que la
información se halla en la palma de la mano y el internet ha abierto las puertas a un
sinfín de posibilidades. (Salatino, 2015, pág. 1)
Esta visión del aprendizaje y de la comunicación es válida en el proceso de formación
profesional en cualquier área del saber científico, tecnológico o humanístico.
Redactar es una actividad comunicativa, que implica un estado cultural avanzado de
quien la ejercita. Como no se trata de un acto cuyo dominio se practica de manera
mecánica, sino de un proceso de construcción de productos escritos, su aprendizaje y
su práctica demandan un cuidadoso proceso de elaboración de su materia prima, el
pensamiento, y de su forma de expresión o presentación por medio de textos escritos.
(Basulto, 1975, pág. 180)

Etapas:
1. Planeación o pre-escritura:
De la misma forma en que se revisan las fuentes de información para hacer un
planteamiento de un problema de investigación, al redactar un texto se debe iniciar
leyendo el material que proporciona la información a desarrollar. Se debe subrayar lo
que más nos llama la atención del material revisado, seguido de la elaboración de fichas
de trabajo para ordenar y clasificar el material con rigor científico, obteniendo entonces
una síntesis de los textos. Por último, se elaborará un árbol de ideas o árbol de
problemas (este consiste en colocar las causas como raíces y las consecuencias como
ramas del tema central), para enumerar o jerarquizar la información como se plasmará
en el escrito. Se obtiene entonces un esquema o índice preliminar.

2. Escritura o redacción del escrito​:


Tras realizar el esquema o índice, se procede a la redacción del texto. Sucesivamente, se
debe dar a conocer los pasos de la exposición, enumerados a continuación:
a) La introducción:
En esta parte se plasma el planteamiento del problema de escritura, es decir, del tema
que se abordará. Si es un proyecto de investigación, se redacta en futuro; si se trata de
un informe de investigación, en pretérito, pues es el producto final de la misma. Se
considera la introducción como una promesa, que busca seducir al lector para que lea el
resto del escrito.
b) Cuerpo, nudo o contenido:
Se trata del desarrollo de los temas establecidos en el árbol de ideas. En base a la
extensión, se establecerán partes, capítulos o párrafos para dar la forma final. En
términos sencillos, se debe tener en mente que una idea, es un párrafo. Cada apartado
del escrito debe presentar la idea central, seguido de explicaciones y ampliaciones,
terminando con una conclusión.
c) Conclusiones​:
Se trata del producto final de las tesis, ideas y pensamientos probados o negados en el
desarrollo del texto. Aquí se presenta al lector, sistemáticamente, los resultados de la
investigación o escrito.

3.Revisión o post-escritura:
Como su nombre lo indica, es la revisión final del texto que se elaboró. Aunque durante
el desarrollo del escrito se detectan algunos errores, no es necesario retornar con cada
uno de ellos para corregirlo. Se pueden anotar para su revisión posterior, debido a que,
al releer la obra, se descubrirá muchos más defectos que antes. “Es recomendable
esperar un tiempo prudencial entre la terminación del trabajo y su revisión; un lapso de
24 horas, si no existe premura” (Carreter, 1997, pág. 12).
Se debe iniciar con la revisión del cuerpo de trabajo, seguido de las conclusiones e
introducción, dado que estos últimos constituyen la estructura global de la obra. Cuando
sea necesario, se solicitará a un experto en el tema la revisión final del escrito.
Bibliografía
Alvar, M. (1998). ​Manual de redacción y estilo.​ Madrid,España: Istmo.

Arroyo, C. (1997). ​Libro de estilo Universitario.​ Madrid,España: Acento.

Basulto, H. (1975). ​Curso de redacción dinámica.​ Mexico DF,Mexico: Trillas.

Carreter, L. (1997). ​El dardo en la palabra.​ Barcelona,España: Galaxia-Gutemberg.

Salatino, E. (2015). ​Técnicas de redacción.​ Nueva Guatemala,Guatemala: USAC.

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