La autoestima es el valor que el individuo atribuye a su persona y
a sus capacidades. Es una forma de pensar positivamente, una
motivación para experimentar diferentes perspectivas de la vida, de enfrentar retos, de sentir y actuar qué implica que nosotros nos aceptemos, respetemos, confiemos y creamos en nosotros mismos. La autoestima presenta dos dimensiones, uno de ellas es el concepto propio, el cual es laidea que tenemos acerca de quienes somos o cual va a ser nuestra identidad, y la fabricamos mediante la conducta que desarrollamos. Y por otro lado tenemos el amor propio, es el significado más directo de la palabra auto (sí mismo/a) estima (amor, aprecio). Quererse a sí mismo, ni es egoísmo, ni es enfermizo; es un sentimiento fundamental. ¿Que es la imagen personal? Imagen y cuidado personal He añadido esta sección porque tener una buena imagen también ayuda a mantener nuestra autoestima alta. Ir bien vestidos, aseados y con un aspecto agradable no sólo nos ayudará a estar mejor, sino que además influirá en el trato que recibiremos por parte de los demás. Según como vistamos, así nos van a tratar. Todos se dejan llevar por la imagen. Hemos de vestir acordes a lo que somos y a lo que sentimos. ¿Cómo vestir? Las prendas básicas forman el “fondo de armario”. Para los hombres, los trajes oscuros son indispensables y muy elegantes. La corbata viste mucho, y da un tono de distinción (ahora más estrechas y juveniles). El cinturón y los zapatos han de estar conjuntados (mismo tono). Calcetines negros. Que no se vea la pierna. El calzado siempre limpio. Pero lo más importante: una sonrisa. La sonrisa abre muchas puertas, puede mermar el efecto de algún error o equivocación. Las personas te tratan como tú las tratas. Hará que nos traten mejor y eso nos transmitirá seguridad y confianza.
La imagen personal es nuestra carta de presentación.
Refleja la manera en que queremos relacionarnos con el mundo y con los demás. Decimos más con el cuerpo que con las palabras y somos más sinceros. El cuerpo es un elemento magnífico de comunicación y es la tarjeta de presentación de una persona, que debe ir acompañado del control del lenguaje verbal y no verbal. Cuando hablamos de Imagen personal, no nos referimos solo a la vestimenta sino a algo mucho mas amplio que incluye también la postura, los movimientos, los rasgos físicos, la manera de caminar, la mirada, la risa, el tono de voz, la higiene, la cortesía, la educación, etc. Es decir, es un estilo de vida, una forma de ser y actuar y cada persona tiene la suya.
Es muy importante cuidar nuestra imagen personal porque es lo
primero que los demás ven de nosotros y, aún sin pronunciar palabra, podemos transmitir datos y proyectamos nuestra personalidad a través de la imagen que ofrecemos al exterior.
Es necesario mantener una coherencia entre cuatro canales de
información que se utilizan al transmitir cualquier mensaje: apariencia exterior, tono y modulación de la voz, gestos e indumentaria. Cuando alguno de los elementos no armonizan con el resto coloca al oyente en la disyuntiva de creer lo que escucha o lo que ve.
Técnicas para elevar la autoestima - Mente y emociones.
Descubre cómo pensar de una forma más constructiva y realista respecto a ti mismo para mejorar tu autoestima y eliminar la constante autocrítica que te limita a la hora de enfrentarte a diferentes acontecimientos de tu vida.5 abr. 2017 Frases para afirmar la autoestima Estas son algunas frases y consejos, extraídos del libro Confianza Total (Ed. Zenith), para ayudarte a construir una autoestima alta: Adueñarnos de nuestra vida: sentirnos responsables. Saber que somos seres únicos e irrepetibles: dejar de compararnos. Reconocer nuestros talentos. Identificar nuestras áreas de mejora. Observarnos: conservar lo bueno y descartar lo inapropiado. Inventar algo nuevo que supla lo descartado. Tratarnos con cariño, siempre.
El manejo adecuado de las emociones. Las emocionesse han
generado para responder a los acontecimientos que pueden afectar a nuestro bienestar o supervivencia. Si analizamos las emociones con las que convivimos, vemos que hay un número muy superior de emocionesnegativas que de emociones positivas.27 mar. 2012 Si analizamos las emociones con las que convivimos, vemos que hay un número muy superior de emociones negativas que de emociones positivas. Las emociones negativas son necesarias para subsistir y para vivir en sociedad. Así si sentimos miedo, ésta es una emoción negativa (aunque buena) porque nos provoca malestar, pero a la vez comunica a los otros que están cerca, una necesidad bien de huir, de gritar, o de sentirse protegido y amparado. Dentro de las emociones negativas incluimos: miedo, tristeza, ira,, vergüenza, asco, envidia, rabia, culpa, odio, cólera, rencor, apatía; mientras que como positivas incluimos solamente: alegría, felicidad, interés, amor.. Todas las emociones negativas tienen un denominador común que es el miedo, en cambio las emociones positivas son un certificado de que estamos vivos y de lograr sentirnos capaces de seguir con nuestro proyecto de vida El miedo es en muchos casos es el preámbulo del placer, como ocurre cuando subimos a una montaña rusa, entramos a ver una película de terror, vamos a parques temáticos dedicados a provocar miedo en aquellos que los visitan…., aunque hay que diferenciar el concepto de miedo del de peligro. El miedo es divertido cuando sentimos que el peligro o la amenaza están controlados; sin embargo cuando al miedo se le une la sensación de amenaza real, nos encontramos en otra dimensión, que denominamos pánico, terror… Los miedos más universales tienen que ver con la enfermedad, la muerte, los accidentes, la violación , las catástrofes naturales, las guerras y así hasta llegar a otros tipos de miedos más ligados a nuestra relación social, como son el rechazo, al fracaso ,la vulnerabilidad.. En todos estos miedos hay un denominador común: no ser capaz de afrontar aquello que nos da miedo. Esta dificultad cada vez puede ir envolviendo más facetas de la vida de una persona hasta llegar al convencimiento de que no se puede afrontar absolutamente nada que implique la más mínima sensación de inseguridad o de amenaza. Si este proceso continua entramos en un bucle en que cuanto menos se enfrenta la persona a la incertidumbre (en la que existe tanto la amenaza como la seguridad), mas tiene que evitar la sensación de cualquier situación de emoción negativa, y a la vez de cualquier situación que provoque emociones negativas, y de esta forma se evita todo aquello que implica el hecho de estar vivo, ya que la vida sin emociones negativas simplemente no es vida. . La vida está delante de nosotros y es lo único que produce incertidumbre, la muerte no, simplemente está ahí detrás y sólo se nos acerca si nos montamos en el tren de la vida. Por mucho que intentemos evitar la muerte, simplemente haremos que este más presente. La muerte deja de estar presente si vivimos la vida, siendo el mejor antídoto contra la muerte, el vivir y saber vivir. Lo que realmente debería asustarnos es querer vivir una vida sin incertidumbre, sin riesgo, sin emoción… Es bueno que de vez en cuando miremos el pasado, pero sin perder la vista de este momento, de forma similar a cuando conducimos un coche por una autopista y miramos de vez en cuando al espejo retrovisor para observar lo que tenemos detrás. Aunque la mayor parte del tiempo nuestra mirada está puesta en lo que tenemos al frente; así mismo, tampoco es bueno que estemos pendientes de lo que ocurra cincuenta kilómetros más allá. Vivir en la anticipación no sólo nos saca de la carretera sino que nos impide llegar al destino. No esperes primero a tener valor para hacer, porque entonces no vivirás, estarás hibernando; si quieres que todo tu miedo se te pase, siente rabia, sorpresa, interés, admiración, tristeza y por qué no, seguridad y alegría. Provocar todos estos programas emocionales es el antídoto necesario para sentirte vivo y a la vez es incompatible con sentir miedo ¿Por qué no lo pruebas?, cada hora durante 10 minutos, vive la rabia, y a la siguiente hora vive el interés por algo, y a la siguiente te entristeces con algún acontecimiento que despierte esta emoción y así sucesivamente, aprende a vivir descubriendo tu abanico emocional y será en ese momento cuando te darás cuenta de que la muerte está muy segura, porque es así y nada lo cambiará, de modo que te mereces esa vida que te da de ventaja. La motivación es uno de los sentimientos más vitales que existen porque nos aportan una gran energía. Este sentimiento surge como consecuencia de un alto grado de implicación en la consecución de una meta que nos estimula de verdad. Generalmente, por pura ley natural, tendemos a sentirnos más motivados en el inicio de un nuevo proyecto que cuando llevamos un tiempo embarcados en esa aventura.
Por ejemplo, la mayoría de los profesionales se sienten muy
implicados durante las primeras semanas en un nuevo trabajo mientras que, con el paso de los meses, su nivel de implicación puede descender si no reciben la motivación extrínseca adecuada por parte del jefe.
Diversos investigadores han definido teorías acerca de la motivación,
aquí tienes las más relevantes: Teoría de las necesidades de Maslow: estamos motivados para conseguir distintas necesidades clasificadas jerárquicamente; fisiológicas, de seguridad, sociales, estima, autorrealización. Según el hombre satisface estas necesidades ascendería desde la simple supervivencia a la autorrealización. Teoría del reforzamiento de Skinner: aquella conducta que se sigue de consecuencias positivas aumenta su probabilidad de repetición en un futuro, mientras que la conducta que tiene consecuencias negativas la disminuye (ley del efecto). Teoría de las metas de Locke: nos imponemos unas metas a lograr, pero para motivarnos debemos contar con las habilidades o estrategias para llegar conseguirlas. Teoría de la equidad de Adams: tendemos a valorar lo equitativo y justo de las recompensas recibidas. Estamos motivados cuando creemos que nuestra recompensa es equitativa a nuestro esfuerzo y justa respecto a las recompensas de otros por el mismo esfuerzo. Respecto a los tipos de motivación, ésta puede diferenciarse en:
Motivación intrínseca: el deseo que impulsa la conducta es interno.
La ilusión, el interés, etcétera son ejemplos de estímulos internos que dan lugar a la conducta intrínseca que hace al individuo disfrutar “sin más” de lo que hace. Motivación extrínseca: es el deseo que impulsa la conducta para obtener una recompensa externa o evitar un castigo. El dinero, los regalos, un trabajo estable o evitar una regañina son algunos ejemplos de estímulos externos que dan lugar a la conducta intrínseca. La desmotivación personal afecta enormemente la posibilidad de tener una vida feliz, saludable y placentera. Cuando pierdes la motivación, entonces las experiencias carecen de sentido, caes en la apatía y quizás eso te lleve a un letargo muy negativo para tu vida.
El conflicto es una situación en la que dos o más personas con
intereses contrapuestos entran en confrontación, oposición o emprenden acciones mutuamente antagonistas, con el objetivo de neutralizar, dañar o eliminar a la parte rival, incluso cuando tal confrontación sea verbal, para lograr así la consecución de los objetivos que motivaron dicha confrontación. Por su condición a menudo extrema o por lo menos confrontacional en relación a objetivos considerados de importancia o incluso urgencia (valores, estatus, poder, recursos escasos) el conflicto genera problemas, tanto a los directamente envueltos, como a otras personas.
La frustración es una respuesta emocional común a la oposición,
relacionada con la ira y la decepción, que surge de la percepción de resistencia al cumplimiento de la voluntad individual. Cuanto mayor sea la obstrucción y la voluntad habrá mayor probabilidad de frustración. La causa de la frustración puede ser interna o externa.1 Una fuente interna de frustración es tener objetivos contrapuestos que interfieran unos con otros, puede crear una disonancia cognitiva. Las causas externas de la frustración implican condiciones fuera de un individuo, como un camino bloqueado o una tarea difícil. Mientras que para hacer frente a la frustración algunas personas participan en el comportamiento pasivo-agresivo, lo que hace difícil identificar las causas originales de su frustración, ya que las respuestas son indirectas, una respuesta más común [cita requerida]es la propensión a la agresión directa.