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Manco Cápac (quechua: Manqu Qhapaq), Manco Inca o Ayar Manco, según algunos

cronistas, fue el primer gobernador y fundador de la cultura Inca en Cuzco (¿inicios siglo
XIII?). Es el protagonista de las dos leyendas más conocidas sobre el origen de los incas.
Tuvo como esposa principal a Mama Ocllo, con quien engendró a su sucesor Sinchi
Roca y otras esposas más como Mama Huaco de quien se dice que era una mujer
aguerrida.1 Si bien su figura es mencionada en crónicas y se tiene como base para la
explicación histórica del origen de los incas, su verdadera existencia no está del todo clara.

Controversia[editar]
Algunos historiadores consideran a Manco Cápac un personaje mítico poniendo así en
duda su existencia como personaje histórico. Sin embargo, la mayoría de autores lo
consideran un personaje real, y basan sus argumentos en pruebas como la descendencia
de su familia real llamada Chima Panaca,2 la cual mantuvo su lugar en la nobleza
inca hasta la conquista. También se basan en pruebas arqueológicas como su propio
palacio, el Inticancha (ahora Coricancha), ambos prevalecen en el Cuzco moderno y según
las crónicas fueron hechas por Manco Cápac. La historia oficial dice que Manco Cápac fue
un personaje histórico.
Según el etnohistoriador Waldemar Espinoza, Manco Cápac fue hijo del rey Apu Tambo, de
Taipicala-Tiahuanaco, quien dirigió el éxodo de su pueblo desde el Collao hasta Tamputoco
(Pacaritambo, provincia de Paruro). Al parecer, Manco Capac nació en el siglo XIII d.C. en el
poblado de Maucallaqta, cuyas ruinas existen en el distrito de Pacaritambo a 50 kilómetros al
sur del Cusco.

Hasta hoy existe la descendencia de los 14 monarcas que gobernaron el


imperio inca, pero muchos se avergüenzan de llevar el linaje de sus
antepasados y hasta han mutilado sus nombres", dice muy convencido
Germán Zecenarro, historiador y catedrático de la Universidad San
Antonio Abad del Cusco. Para él todos los incas, desde Manco Cápac
hasta el último gobernante del Tahuantinsuyo, tuvieron presencia real
en la vida del incanato.

Para el investigador, los incas inician su reinado una vez que los wari,
que invadieron por más de 300 años el Cusco, fueron expulsados por
los ejércitos de las etnias cotacalle, kilque y lucre, que también eran
antiguos cusqueños, que vivían en estos fértiles valles.

Sin titubeos el historiador afirma, además, que fue Manco Cápac, quien
lideró la guerra con los waris y con su esposa (Mama Ocllo) comenzó
la denominada civilización inca.
"Son tan reales los incas que hasta ahora aquí existen nombres y
apellidos de ellos, tales como Lloque, Cápac, Manco, Huacca,
Yupanqui, Sinchi Roca, Inca Roca, Pachacútec, Atahualpa, Mayta,
Huáscar, Huayna y Túpac", comenta.

Germán Zecenarro dice que los descendientes de las panacas reales


existen en San Jerónimo, San Sebastián, donde están las familias de los
Inca Roca y Sinchi Roca. También hay descendencia en Anta,
Chinchero, Maras y Ollantaytambo.

Según el historiador, algunos cronistas señalan que cada uno de los


incas construyó hasta su propio palacio. Por ejemplo, Manco Cápac
tuvo el suyo en el sector de Colcampata, donde esta el templo de San
Cristóbal, Sinchi Roca cerca a la Plaza de Armas e Inca Roca, donde
está el palacio arzobispal.
Ante esta teoría, el arqueólogo, ex catedrático universitario y consultor
internacional Luis Barreda Murillo afirma que para probar lo dicho se
necesita haber "tirado badilejo y brocha", para tener evidencias
arqueológicas. Por eso, señala que no se sabe científicamente si existió
Manco Cápac, Sinchi Roca o Wiracocha, porque "su existencia solo se
basa en los relatos de los viejos", sostiene.

"Si se investiga solo se podrá conocer hasta nuestra tercera generación.


El conocimiento más allá de los bisabuelos es mito. Por eso, quienes
afirman que existieron todos los incas no han investigado. Nadie
conoce dónde nacieron y cómo eran", dice el especialista.

El estudioso recordó que lo conocido científicamente es la existencia de


Pachacuti, el de su hijo Túpac Yupanqui y del nieto Huayna Cápac.
"Huáscar y Atahualpa no fueron incas (los gobernantes 13 y 14). Se
dedicaron a pelear y nadie gobernó", asegura.

Para Barreda, Túpac Inca Yupanqui (el noveno inca) fue Pachacuti. "Se
lo conoce por sus grandes reformas y transformaciones. Es el
constructor de grandes edificios para la adoración de sus dioses.
Además, amplió las canchas para la instalación de colcas, que eran
depósitos de alimentos para el Ejército y para los súbditos. Fue el
urbanista de su tiempo, de ahí la traza urbana del Cusco", sostiene.

Según el investigador, se necesita hacer un estudio del origen y


significación de los nombres propios de lugar.

"Manco Cápac, Sinchi Roca o también Wiracocha pudieron ser grandes


personajes de las etnias Ccotacalle, Kilque, Lucre, Marcavalle,
Chanapata, Wari y Chancas. En estos momentos nadie sabe con
exactitud su procedencia", afirma.

Tampoco se debe descartar, señala el investigador, la posibilidad de que


los nombres pueden proceder de los cerros, animales, medio ambiente y
de las lenguas aimara, quechua, puquina, jacaro y cauqui, que se
practicaban en el Tahuantinsuyo. "Para afirmar algo así, hay que
demostrarlo", concluye.
Los descendientes de Manco Cápac formaron la Chima Panaca, cuyos miembros aun existían a la
llegada de los españoles, hecho que da una mayor credibilidad a su existencia.

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