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Pnud

Hechos del
Programa de las
Naciones Unidas
para el Desarrollo
Año 1
Noviembre de 2005
ISSN 1794-9408
Asdi
El Estado refuerza su legitimidad realizando ges-
tiones humanitarias. Éstas amplían, además, la
dimensión política de la mentalidad guerrillera
y paramilitar y pueden acercar la hora de las
negociaciones
e de paz.
Número 9

Editorial ¿Cómo nos ven? El invitado La página humanitaria:


El PNUD con “Bogotá: El poder de contar El sociólogo Francisco Carurú: entre el olvido y
entre todos, para todos”. una historia. Leal Buitrago. la guerra.
p. 16
p. 19 p. 12 p. 15

La hora de las víctimas

Las víctimas de la violencia en Colombia exigen una mirada más integral de la justicia, la verdad y la reparación.

Con la nueva Ley de Justicia y Paz, con su aplicación y la reciente instalación de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación las víctimas
del conflicto colombiano también tienen la palabra. Antes de que empiece la reparación se tendrá que definir cuántas y quiénes son, a partir de
cuándo empezarán a contarse, si se dejarán “censar” y si participarán en todo el proceso. ¿Cómo garantizar su protección? ¿Los desplazados harán
parte de esa lista de víctimas? Y ¿qué pasará si los victimarios también reclaman reparación?, son algunos de los interrogantes. Página 2

Así vamos p. 6 ¿Y al fin qué? p. 9

Municipios: de los ataques a la cooptación Los indígenas, en medio del conflicto


La guerrilla y los paramilitares incursionaron en los municipios y de- Mientras aumentan los homicidios selectivos contra las autoridades
partamentos convirtiéndolos en objetivos políticos y militares. Las tradicionales indígenas, se agrava el desplazamiento forzado de esta
intervenciones nacionales deben ir orientadas hacia el restablecimiento población. Son víctimas especialmente en las zonas de control de los
de la democracia local. distintos grupos armados.

1 • hechos del callejón


El debate

La hora de las víctimas


Con la nueva Ley de Justicia y Paz y la reciente instalación de la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación las víctimas del conflicto colombiano también tienen la palabra. Antes de que empiece
la reparación se tendrá que definir cuántas son, quiénes son, a partir de cuándo empezarán a contarse
y si participarán o no en todo el proceso. ¿Qué pasará si los victimarios también reclaman reparación?
Es uno de los interrogantes.

•S
ólo en el 2049 se podrán conocer los

© Cortesía Manuel Saldarriaga


testimonios de las víctimas del con-
flicto de Guatemala a la Comisión
para el Esclarecimiento Histórico.
Para proteger sus vidas después de
36 años de violencia, los documentos fueron llevados
a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
• En Guatemala continúa la polémica ante la re-
paración que reclaman los miembros de las Patrullas
de Autodefensa Civil (pac), grupos de fuerzas armadas
con algún parecido a los paramilitares y que llegaron
a ser entre 500 mil y 700 mil personas. Hoy reclaman
el pago equivalente al que tenía un soldado en los
años de guerra.
• En Perú la Comisión de la Verdad recogió 17 mil
testimonios, de los cuales el 70% se pudo comprobar,
lo que permitió identificar 4.000 fosas donde fueron
enterradas las víctimas.
• En El Salvador, el informe de la Comisión de la
Verdad mencionó de manera detallada las personas
y organizaciones responsables durante los once años
de conflicto.
• En Sudáfrica el sostenimiento anual de la Comisión
costó 18 millones de dólares y en Guatemala, 11 millo-
nes de dólares. A diferencia de las demás comisiones,
la sudafricana ha sido la única con facultad para
otorgar amnistías individuales a quienes confesaran
toda la verdad.
• En Argentina la Comisión Nacional de Desaparición
Forzada de Personas identificó 30 mil víctimas de tor-
tura, ejecuciones y desapariciones.
En Colombia cada una de estas experiencias se está
convirtiendo en referencia para responder preguntas
que las víctimas del conflicto se están haciendo ante
la nueva Ley de Justicia y Paz (Ley 975), su aplicación
y la reciente instalación de la Comisión Nacional de
Reparación y Reconciliación.
¿Cuántas son las víctimas? ¿Quiénes son? ¿Dónde
están? ¿A partir de cuándo empezarán a contarse?
¿Se dejarán “censar”? A pesar de las críticas y las
demandas que han presentado, ¿participarán en la

Nadie sabe cuántas víctimas de la violencia hay en Colombia y a


partir de cuándo empezarán a contabilizarse.

2 • hechos del callejón


aplicación de la Ley de Justicia y Paz y sus nuevos organismos, como la Esto implica dos retos. El primero, adelantar una amplia difusión
Comisión de Reparación? ¿Cómo garantizar su protección? ¿Qué pasará de la nueva norma y sus futuras reglamentaciones para que todos los
si los victimarios también reclaman reparación? colombianos conozcan sus alcances. En ello coinciden tres miembros
Son preguntas alrededor de las víctimas del conflicto colombiano de la Comisión: Pizarro, Patricia Buriticá y Ana Teresa Bernal.
porque con la nueva ley ellas también tienen la palabra. En lo que coin- El segundo desafío consiste en buscar a las víctimas colectivas así
ciden ong, miembros de la Comisión y expertos internacionales es que ellas no se acerquen a reclamar, propuesta de Buriticá, para quien la
ellas nunca se alzaron en armas para reclamar sus derechos y superar Comisión debe llegar, por ejemplo, a las comunidades de El Salado (38
el dolor y la impunidad. Por eso hay que responderles con la verdad, víctimas) o La Gabarra (27), escenarios de dos de las masacres más
la justicia y la reparación, a ellas y no, como dice el adagio popular, a las recordadas por los colombianos.
víctimas de su propio invento. En el caso de las víctimas individuales aún no es claro si se aplicará
el modelo puesto en marcha por la Red de Solidaridad y que consiste
¿Cuántas son? en salir a las calles a buscar a los desplazados y registrarlos, como se
Nadie se atreve a responder esta pregunta, aunque el presidente de hizo en Cali y Barranquilla. Para los defensores de derechos humanos y
la Comisión de Reparación, Eduardo Pizarro, advierte desde ya que en organizaciones civiles esta puede ser una iniciativa interesante siempre
Perú se estimaban 25 mil víctimas del conflicto, y el informe final reveló y cuando no tenga móviles electorales.
que eran 69.280. En Colombia la lista estaría integrada, por
© Cortesía Presidencia de la República

ejemplo, por las víctimas o los familiares de:


• Las 8.003 víctimas de masacres ocurridas entre 1993 y
2004, según estadísticas oficiales.
• Los 12.148 homicidios políticos cometidos entre 1997 y
2004, según el cinep, o los 25.574 que contabiliza la Comisión
Colombiana de Juristas desde 1997 hasta 2003.
• Los 1.215 secuestros cometidos por las auc y los 12.545
perpetrados por la guerrilla entre 1996 y el 2005, según la
Fundación País Libre.
• Los 502 indígenas asesinados entre 2002 y 2005, según el
Gobierno.
• Los 3.500 líderes sindicales asesinados en los últimos
quince años, de acuerdo con la cut.
Estas listas tendrán que ser depuradas y, especialmente,
completadas porque seguramente, como reza el dicho, “no
están todos los que son ni son todos los que están”, lo que
genera desde ya varios interrogantes:
. ¿Se contabilizarán los desplazados por la violencia? ¿Los
’  registrados por la Red de Solidaridad Social entre  El 4 de octubre se instaló la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación.
y  (al  de octubre) o los ’  estimados por la ong
Codhes (al  de junio)? . ¿Se contarán solamente las víctimas organizadas en asociaciones o
“Habrá desplazados que van a ser considerados como víctimas y, por fundaciones?
tanto, objeto de la Comisión, mientras que otros deberán ser atendidos “La falta de organización es un real problema para que las víctimas ha-
por la Red de Solidaridad”, advierte Pizarro. gan exigir sus derechos”, dice el analista Iván Orozco. Sin embargo, aun-
Para Jorge Rojas y Marco Romero, directivos de Codhes, esta afirma- que hay desorden también hay esfuerzos por aglutinar organizaciones,
ción genera preocupación. “La reparación es un derecho complementario advierte Iván Cepeda, vocero del Movimiento de Víctimas de Crímenes
de Estado, creado en 1995 y


conformado por 230 asocia-
En lo que coinciden ong, miembros de la Comisión y expertos ciones, entre ellos Asfaddes,
internacionales es que las víctimas nunca se alzaron en armas para el Colectivo de Abogados José
reclamar sus derechos y superar el dolor y la impunidad. Por eso hay Alvear Restrepo y el Comité
Permanente por la Defensa
que responderles a ellas y no “a las víctimas de su propio invento”. de los Derechos Humanos. “Si
esta es una Comisión de Recon-
a las demás normas nacionales e internacionales y por lo tanto no es ciliación no puede partir de la exclusión. Por eso hay que responderles
excluyente. Los derechos de los desplazados no se agotan cumpliendo a las víctimas organizadas y a quienes no lo están”, afirma Buriticá.
la sentencia de la Corte Constitucional. Eso no significa que ya se haya . ¿Se tendrán en cuenta sólo las víctimas cuyos casos se hayan deman-
garantizado la verdad, la justicia y la reparación para esta población”. dado ante la justicia?
. ¿Qué sucederá con quienes “no existen” porque no aparecen en un Para Pizarro, la víctima o los familiares que acudan a la Comisión serán
registro o ignoran la ley? orientados para que se dirijan a la justicia y presenten su denuncia. “La

3 • hechos del callejón


El debate

Comisión no tiene un carácter operativo sino que define políticas y orien- 1. Acudir a la ley podría significar cerrar espacios ante la justicia inter-
ta a las víctimas para que se les garanticen sus derechos”, asegura. nacional, instancia a la que han acudido las organizaciones de derechos
Sin embargo, para organizaciones de derechos humanos esto significa humanos y de víctimas argumentado la impunidad en el país.
un obstáculo para el cumplimiento de la ley, ya que numerosas víctimas Así, por ejemplo, aún no hay claridad sobre qué ocurrirá con las víc-
no denuncian por temor, porque han sido amenazadas o porque no timas o sus familiares que han demandado ante instancias como la Corte
creen en la justicia. Interamericana de Derechos Humanos.
Por otra parte, como advierten los directivos de Codhes, “es imposible Precisamente en los borradores sobre la reglamentación de la leyse
partir de la base de que todo lo que no es judicializable no existe”. estudia que ninguna persona sea reparada económicamente si antes
De todas formas, el número definitivo de víctimas dependerá, en de iniciado el juzgamiento demandó a la Nación. ¿Se podría exigir una
buena parte, del período que comprenderá la reparación. reparación que no sea económica?
2. Para estas y otras organizaciones acudir a las instancias de re-
El período de reparación paración sería legitimar un proceso y una ley que han tenido fuertes
En Perú la Comisión registró los abusos cometidos entre mayo de 1980 cuestionamientos.
y noviembre de 2000. En El Salvador se investigaron las violaciones Para la Comisión Colombiana de Juristas, que con el apoyo de 35
ocurridas entre enero de 1980 y julio de 1991 y en Sudáfrica el período asociaciones acaba de demandar la Ley 975, la nueva normatividad es
comprendió del 1 de marzo de 1960 al 10 de mayo de 1994. “un recurso efectivo para la impunidad”. Por ello, solicitó la inconsti-
En Colombia este será uno de los grandes retos e interrogantes de tucionalidad, entre otros, de artículos que definen qué es una víctima
la Comisión, que tendrá que definir a partir y hasta qué día y qué año y cuáles son sus derechos y el que crea y define el Fondo para la Re-
será la reparación. paración de las Víctimas.
“Las víctimas no son tenidas en cuenta para definir los hechos delic-
Víctimas de primera y de segunda tivos que deben repararse”, “no todas las víctimas podrán reclamar una
Existe el temor que se tienda a privilegiar más a unos que a otros, ad- reparación”, “el deber de los desmovilizados de reparar a sus víctimas
vierte Olga Lucía Gómez, directora de la Fundación País Libre: “me está bastante limitado” y “no hay garantías adecuadas para la restitución
preocupa que se piense que unos son más víctimas que otros; que de los bienes”, dice la demanda.
se privilegie la representación de un dolor por encima de otro; que se El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, por su parte,
diga que la víctima de una masacre es más importante y más sujeto de sostuvo en un comunicado público que la “Comisión de Reparación
reparación que la de un secuestro”. no representa ni la voluntad ni la posición de las víctimas” porque “no
reúne las condiciones mínimas de independencia y representación
La participación de las víctimas democrática... su conformación ha sido hecha sin un proceso previo
“Garantizar a las víctimas su participación en procesos de esclarecimien- de participación y consulta de las asociaciones de víctimas, familiares
to judicial” es una de las funciones de la Comisión. ¿Y si las víctimas o y sobrevivientes”.
los organismos defensores de derechos humanos no participan? Así lo Uno de los aspectos más preocupantes, señalan los directivos de
han anunciado organizaciones como la Comisión Colombiana de Juristas Codhes y la directora de la Fundación País Libre, es que algunas de las
y el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, quienes tienen organizaciones más representativas de las víctimas no participen y otras
varias razones para justificar su negativa: menos conocidas –no por ello menos representativas– sí lo hagan.

© Cortesía Prensa • Oficina del Alto Comisionado para la Paz

La verdad es una de las exigencias de los colombianos a los paramilitares que se han desmovilizado.

4 • hechos del callejón


© Cortesía Manuel Saldarriaga
¿La no participación de los procesos requieren de una
estas y otras organizaciones gran voluntad política y de una
deslegitimaría la Comisión y, profunda articulación entre
por ende, lo que ella haga? diferentes organizaciones, el
Pizarro lo tiene claro: “la poder político, los medios, la
esperanza es que todos parti- sociedad en su conjunto. Es
cipen. En Colombia ninguna necesario gestar consensos”.
organización representa el con-
junto y el total de las víctimas. La confusión
Muchas se han comunicado Edilberto Torres-Rivas, analis-
con nosotros para postularse ta internacional de Guatemala,
y ocupar uno de los dos cu- advierte que en todo el proceso
pos que por ley tienen en la de participación de las víctimas
Comisión. No queremos que existe el riesgo de confundir la
sea a dedo sino resultado de víctima con el victimario, como
un proceso de consulta. Hay ocurrió en ese país centroame-
personas y organizaciones re- ricano. “Las llamadas Patrullas
nuentes, pero con nuestro de Autodefensa Civil empeza-
trabajo vamos a demostrarles ron a reclamar reparación y
que están equivocados”. paradójicamente contaban con
En el mismo sentido se ex- algo que no tenían las víctimas
presa Ana Teresa Bernal: “la efectivas: estaban organizadas
legitimidad o no depende de lo y gozaban del apoyo del Ejér-
que se haga”, aunque los miem- cito. Estas patrullas fueron
bros de la Comisión reconocen acusadas en mi país, junto con
que en su fortalecimiento o de- agentes de las fuerzas armadas,
bilidad influirán las condenas Las 8.003 víctimas de masacres ocurridas entre 1993 y 2004 piden justicia, pero también de más del 90% de los casos
de líderes paramilitares. verdad y reparación. documentados de violaciones
Para Buriticá, “desafortuna- de los derechos humanos”,
damente la ley tiene un problema de legitimidad porque no es el resul- señaló. ¿Es posible que esto ocurra en Colombia?
tado de un consenso nacional. Hay desconfianza y temores, pero esta es
una ley gústenos o no. Por lo tanto, hay que aprovecharla al máximo”. Primero la verdad, luego la reparación
Lo más razonable, dice el analista Iván Orozco, es que hubiera un “Sin verdad no hay reparación y sin ella la ley perderá legitimidad”, es
alto grado de cooperación con la ley. “Si fracasa por la razón que sea la frase en la que coinciden miembros de la Comisión y organizaciones
sería porque fracasó en su uso y no porque se le quitó a priori su le- de derechos humanos. Sin embargo...
gitimidad”. 1. ¿Qué verdad queremos? “La única verdad presumible que habrá
La Fundación País Libre, por ejemplo, no se marginará. “No podemos es la que ya existe y conocemos gracias a la lucha que por años han
hacerlo porque nuestro objetivo es atender a las víctimas del secues- adelantado los víctimas”, asegura Cepeda.
tro y esta es una oportunidad. Por eso, le entregaremos a la nueva 2. La verdad que habrá será una verdad a medias. “No puede haber
unidad de la Fiscalía un una verdad definitiva


paquete significativo de porque falta la guerrilla.
casos emblemáticos de Nos sorprende que nos pidan que colaboremos Por lo tanto, será una
secuestros cometidos por y que aportemos testimonios y pruebas si ha sido eso, verdad que se irá com-
autodefensas”. pletando y construyendo
La Comisión Colom- precisamente, lo que hemos hecho desde siempre”. con el tiempo”, sostiene
biana de Juristas y el Mo- Buriticá.
vimiento han afirmado que continuarán acudiendo a la justicia ordinaria 3. “Es poco probable que emerja la verdad –dice Orozco– porque no
para reclamar verdad, justicia y reparación. “Nos sorprende que ahora estamos en una etapa de transición, no vivimos en un postconflicto y la
nos pidan que aportemos testimonios y pruebas si ha sido eso, precisa- paz no está a la vuelta de la esquina, como nos quieren hacer creer. Esto
mente, lo que desde siempre hemos hecho. Precisamente le entregamos ha llevado a usar todos los instrumentos de la justicia transicional para
al fiscal 14.500 casos de víctimas documentados entre 1996 y 2003 por enfrentar un proceso que quizá no es de esta clase de justicia. Puede
acciones cometidas por paramilitares y agentes del Estado”, asegura ser que, por el contrario, estemos en la profundización de la guerra,
Cepeda. “Que no nos digan que no estamos colaborando”. en la consolidación de los poderes paramilitares y en la recomposición
Juan Pablo Corlazzoli, funcionario de Naciones Unidas, advierte que de alianzas”.
su experiencia en procesos de paz y postconflicto como los de Gua- En lo que sí hay acuerdo es que una vez se conozca la verdad sí se
temala, Mozambique, Ruanda y Líbano le ha demostrado que “todos podrá empezar a hablar de reparación.W

5 • hechos del callejón


Así vamos

Municipios: de los ataques


a la cooptación
La guerrilla y los paramilitares incursionaron en los municipios y departamentos de la periferia convir-
tiéndolos en objetivos políticos y militares. El rediseño de la descentralización en función del conflicto
debe considerar que las intervenciones del nivel nacional deben ir orientadas a restablecer la democracia
local. Es necesario repensar la descentralización como un proceso democratizador y no como el empo-
deramiento de las élites regionales en maridaje con los actores armados.

Por Mauricio Uribe López


Profesor del cider de la Universidad de los Andes

E
l fracaso de la insurgencia en Colom-
© Cortesía Prensa Alto Comisionado para la Paz

bia –afirma El Conflicto, callejón con


salida– es resultado de su marginali-
dad. Cuando más han repuntado en
las encuestas de opinión los grupos
guerrilleros sólo han contado con la simpatía
de dos o tres de cada cien colombianos1. Para la
mayoría, estas organizaciones –particularmente
las farc– no pasan de ser criminales sumamente
peligrosos. Así, identificados como el enemigo
prioritario del país, desencadenaron el fenóme-
no electoral de 2002.
Esa marginalidad –añade el Informe– se
debe no sólo a su carácter rural o a sus desati-
nos políticos, sino principalmente al hecho de
que Colombia es un país democrático. “Así, si
hubiera que expresarlo en una frase, se diría
que la insurgencia en Colombia es periférica
porque existe democracia. Una democracia
‘formal’ si se quiere, pero una democracia arrai-
gada y estable. Desde la creación de las farc,
se han producido diez elecciones presidencia-
les abiertas, han sesionado doce congresos
pluripartidistas y una Constituyente de origen
popular” y “las autoridades locales pasaron a
ser elegidas por la ciudadanía”2. La estructura paramilitar está basada en poderosas redes sociales, tejidas a partir del terror y la coerción.
Ante la muy remota posibilidad de un triunfo
revolucionario, las farc y el eln hicieron de los niveles de gobierno lo- protección, coerción y regulación por parte de la insurgencia. Allí, en
cales y regionales sus objetivos políticos y militares prioritarios. sus zonas históricas, los guerrilleros levantaron sobre el vacío de Es-
tado la infraestructura de los llamados estados embrionarios. De hecho
Descentralización y actividad violenta –citando a Vincent Gouesët– Alfredo Rangel afirma que la durabilidad
Los municipios y los departamentos de la periferia fueron el escenario de la guerrilla se debe en parte “a que ella ha sido constructora de
apropiado para la construcción de estructuras políticas y sociales de territorios, si entendemos estos como espacios acabados, apropiados,
administrados y delimitados política y administrativamente”3.
1. pnud, Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia 2003. El Conflicto, callejón
con salida, Bogotá, pnud, 2003, p. 32. 3. Alfredo Rangel, “Naturaleza y dinámica de la guerra”, en M. Cárdenas y M. Rodríguez
2. Ibíd. (editores), Guerra y medio ambiente, Bogotá, Foro Nacional Ambiental, 2004, p. 57.

6 • hechos del callejón


La base económica de esos estados embrionarios de las farc logró gradación del conflicto llegaron a tal punto que ni los alcaldes ni los
ampliarse dramáticamente en los noventa con la expansión de los cul- habitantes de los municipios de sus propias zonas históricas se libraron
tivos ilícitos. El eln, en cambio, tendió más hacia el clientelismo armado de los asesinatos, las amenazas y los ataques a sus poblaciones.
que hacia el estado embrionario puesto que su influencia sobre zonas de Las farc perpetraron 51 ataques en 1995 (72% del total de los ocurridos)
economía extractiva lo condujo al desarrollo de alianzas con la clase y escalaron su accionar hasta el año 2000 cuando realizaron 138 de los
política local para la captura de regalías. Sin embargo, fue el proceso 182 ataques (el resto los hizo el eln). En 2003 efectuaron 46 de los 48
de descentralización política, admi-


nistrativa y fiscal iniciado en 1986
y profundizado a partir de 1991 el Se mantiene la opinión concentrada en la derrota de la gue-
que hizo de todos los municipios rrilla como enemigo prioritario, mientras otro enemigo no menos
–no sólo de los ubicados en zonas
periféricas o de bonanza–, un obje-
brutal copa espacios sociales y políticos”.
tivo político para las guerrillas. “La
descentralización política y de gasto fue un cambio institucional que le de ese año7, replegadas ya no sólo por el límite paramilitar sino por la
posibilitó a los grupos irregulares acceder a nuevas formas de dominio o puesta en marcha del Plan Colombia y el Plan Patriota, que lograron
influencia territorial a través tanto de la intimidación o alianzas con los reducir el escalamiento del conflicto. La guerrilla hizo de los municipios
grupos políticos y de poder locales como del control de los crecientes de Colombia su objetivo militar, y ahora que se ha visto obligada a re-
recursos municipales de transferencias y recursos propios”4. troceder desde una guerra de movimientos a una guerra de guerrillas
La descentralización –que había sido concebida en parte como una nuevamente basada en la sorpresa, la movilidad y el terror, aquéllos
estrategia de paz– tuvo resultados adversos en esa materia. Mientras la están aún más expuestos a sus ataques y a una mayor degradación de
política de descentralización se formuló sin tener en cuenta el conflicto sus acciones.
armado, los grupos armados ilegales encontraron en ella una enorme
oportunidad no sólo política para la ampliación de su influencia elec- Municipios cooptados
toral y de sus bases locales de apoyo, sino también financiera. Así, por Pero la vida municipal en muchas regiones de Colombia no está tan ame-
la vía del clientelismo armado o la intimidación y el asalto, los grupos nazada desde afuera como desde adentro. La efectividad de la expansión
guerrilleros buscaron hacer suyos los dineros de la descentralización. paramilitar ha estado asociada a su capacidad –mucho mayor que la de
Lamentablemente el límite, en primera instancia, a la expansión de la guerrilla– de infiltrar el orden social y político regional. Mientras las
la guerrilla entre los municipios con menos influencia de las institu- farc construyeron largamente infraestructuras de regulación y coerción
ciones estatales no provino de la reacción del Estado
© Cortesía El Tiempo

(que tomaría la iniciativa luego en el plano militar con


el Plan Colombia y el Plan Patriota) sino de la expansión
del paramilitarismo y la intensificación de sus acciones.
Mientras en 1997 se le atribuyeron a estos grupos el 6,3%
de los casos de masacres, en 2000 fueron responsables
del 50%, aun cuando el número total de casos también
iba en aumento5. Con las ganancias derivadas del uso
del terror los paramilitares le demostraron a la guerrilla
“que en el conflicto colombiano toda ganancia territorial,
obtenida por la fuerza de las armas, es temporal y está
siempre abierta a la disputa armada”6.

Municipios: objetivo militar


El reto paramilitar a la guerrilla y el enorme empujón
dado a unos y a otros por los recursos del narcotráfico y
por el afán de controlar cultivos y rutas hizo que aquella El vacío de Estado en municipios y departamentos le abrió la puerta al control militar de las guerrillas.
privilegiara la estrategia de intimidación y asalto sobre
los municipios por encima de la estrategia de aprovechar las redes del por fuera del Estado y mientras el eln añadió a los mecanismos del
clientelismo atomizado de la descentralización. El escalamiento y de- clientelismo el de la presión armada, los paramilitares se apoderaron
de la sociedad civil y de la sociedad política en las regiones en las que
consolidaron su dominio. Las alianzas funcionales con organizaciones
4. Fabio Sánchez y Mario Chacón, Conflicto, Estado y descentralización: Del progreso patronales, la apropiación extorsiva de grandes porciones de tierra,
social a la disputa armada por el control local 1972-2002, Documento cede 2005-33, el chantaje, la intimidación y finalmente la imposición de autoridades
Universidad de los Andes, Bogotá, junio de 2005, pp. 5, 6. locales y el soborno de representantes de las autoridades nacionales
5. dnp, djs, Cifras de Violencia N° 4 (enero-diciembre de 2003). http://www.dnp.gov.co
6. Boris Salazar y María del Pilar Castillo, La hora de los dinosaurios. Conflicto y depre-
dación en Colombia, Bogotá, Universidad del Valle, cidse, cerec, 2001, p. 93. 7. Ibíd.

7 • hechos del callejón


Así vamos

© Cortesía Prensa Alto Comisionado para la Paz


Lo nacional y lo local
El Conflicto, callejón con salida formuló
un conjunto de propuestas orientadas a
fortalecer la gobernabilidad democrática
local como mecanismo de contención de
la influencia armada en la vida munici-
pal. Asumiendo que la gobernabilidad
trasciende la capacidad administrativa
y comprende interacciones entre lo
público y lo privado, dicho fortaleci-
miento depende entonces de dos tipos
de acciones: i) la corrección de fallas
institucionales del Estado en lo local,
como la corrupción, los déficit de le-
gitimidad, la escasa injerencia local
La gobernabilidad local se fortalece relegitimando el papel del Estado y apoyando las iniciativas de la sociedad civil.
en la provisión pública de seguridad,
la suplantación –o la cooptación del
son los componentes de la sólida estructura de dominación construida Estado local– por parte de los actores armados y la fragmentación del
por el paramilitarismo. La efectividad de la expansión paramilitar radica territorio, y ii) el apoyo y fortalecimiento de las iniciativas locales de
entonces en la construcción de un dominio con poderosos cimientos: la sociedad civil que buscan contrarrestar los efectos de la violencia
cúmulos de solidaridades y complicidades, unas consentidas y otras im- y blindar a los municipios frente a la expansión y la degradación del
puestas por el miedo que pervive al terror. Tan fuerte es esa estructura conflicto armado.
que las desmovilizaciones y la entrega de armas, por más positivas que No obstante, la principal recomendación del Informe es la de repensar
puedan ser, no la harán zozobrar. “Su capacidad de incidir en lo político es el proceso de descentralización tomando en cuenta la existencia del
enorme debido al sistema electoral, que les permite mediante el uso del conflicto armado. Hacer esto es repensar también buena parte de la
clientelismo armado acceder a representaciones de poder importantes política social en función del conflicto para restarle motivo y oportuni-
en los cuerpos legislativos de la nación y dominar los gobiernos locales dad a los grupos armados. Tomar en cuenta el conflicto para el rediseño
de sus zonas de influencia”8. En otras palabras, “en los municipios de de la descentralización significa, además, emprender modificaciones al
Colombia donde ejercen su dominio los jefes de las autodefensas son los sistema electoral que reduzcan la representación sobredimensionada
dueños absolutos del Estado”9.


El panorama no es alentador.
Mientras crece el dominio regio- Mientras crece el dominio regional y la presencia urbana para-
nal y la presencia urbana de los militar también lo hace su influencia nacional. Y mientras la guerrilla re-
paramilitares también lo hace su
influencia nacional y su amenaza trocede sin que su derrota esté a la vista, crece su faceta terrorista”.
sobre la continuidad democráti-
ca del país. Y mientras la guerrilla retrocede sin que su derrota esté a la que tienen departamentos menos densamente poblados en el Congreso,
vista, crece su faceta terrorista. Además de los daños humanos, sociales lo que facilita el acceso de los señores de la guerra o de sus testaferros
y económicos provocados por la degradación de la acción guerrillera, políticos. Otra tarea es “achicar las esferas de poder local que hoy ocu-
hay un daño político enorme. Éste consiste en mantener la rabia y la pan las mafias”11 mediante la adopción de un régimen de categorización
preocupación de la opinión concentrada en la derrota de la guerrilla de los departamentos que permita la tutela temporal del Estado central
como enemigo prioritario, mientras otro enemigo no menos brutal pero sobre las facultades fiscales y administrativas de esas entidades, a la
sí más astuto copa espacios sociales y políticos regionales y busca conso- par que se recupera plenamente el control estatal sobre la provisión
lidar la influencia nacional necesaria para mantener sus dominios. Como de la seguridad en el territorio. El rediseño de la descentralización en
advierte Gustavo Duncan, la historia actual de Colombia se caracteriza función del conflicto debe considerar que las intervenciones del nivel
por una enorme tensión entre proyectos tanto de izquierda como de nacional deben ir orientadas hacia el restablecimiento de la democracia
derecha, que buscan la consolidación de la democracia y el mercado en local y la refundación del proceso descentralizador como un proceso
términos modernos, y un proyecto mafioso de largo plazo que quiere democratizador, y no como el empoderamiento de las élites regionales
“dispersar el poder del Estado para construir gobiernos regionales en maridaje con los actores armados. Es dicha desviación del proceso de
basados en la inmunidad de sus empresas criminales”10. descentralización la que debe ser corregida, y no la descentralización en
sí misma. La construcción de paz y el desmonte de las mafias regionales
no dependen sólo del nivel nacional, como lo ilustra la multitud de bue-
8. Gustavo Duncan, “Los señores de la guerra: Del campo a la ciudad en Colombia”, nas prácticas e iniciativas locales que de manera cotidiana le propinan
Revista Foro, N° 54, Ediciones Foro Nacional por Colombia, Bogotá, 2005, p. 12. derrotas al verdadero enemigo prioritario de Colombia: la guerra. W
9. Ibíd., p. 3.
10. Ibíd.., p. 19. 11. pnud, op. cit., p. 388.

8 • hechos del callejón


¿Y al fin qué?

Los indígenas siguen en


medio del conflicto armado
Mientras aumentan los asesinatos selectivos contra las autoridades tradicionales de los pueblos indí-
genas, se agravan el desplazamiento forzado y el confinamiento de esta población. Territorialmente,
son víctimas del conflicto sobre todo en las zonas de control de los distintos grupos armados ilegales y
sus corredores estratégicos.

L
os indígenas colombianos no están siendo asesinados más cuando allí operan los distintos grupos armados. Son tomadas como
que hace unos años. Tampoco son víctimas de masacres de objetivos militares por unos y otros, a veces obligadas a servir a
manera tan constante como en el pasado. Sin embargo, hoy uno u otro grupo, lo cual las expone inmediatamente a todo tipo
la violencia contra ellos tiene otras modalidades: el despla- de represalias”.
zamiento, el confinamiento y el asesinato selectivo. La razón: Dentro de los pueblos indígenas se ha registrado un aumento
los actores armados no titubean en su estrategia de


control territorial y política.
Desde su más reciente informe (febrero de 2005), Hoy ha aumentado la violencia selectiva en contra
la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para de los dirigentes indígenas y autoridades tradicionales,
los Derechos Humanos advirtió que “el conflicto
armado interno continuó amenazando la diversi-
quienes representan la unidad e identidad de esas comu-
dad étnica y cultural del país” y por eso le pidió al nidades, y han optado por la resistencia civil”.
Gobierno “tomar medidas especiales y urgentes en
defensa de las comunidades indígenas en riesgo de extinción”. en la violencia selectiva en contra de sus dirigentes y autoridades
Este planteamiento lo ratificó el relator especial sobre la situación tradicionales, quienes representan la unidad de esas comunidades,
de los derechos humanos y las libertades fundamentales de Nacio- y han optado por la resistencia civil.
nes Unidas: “en las distintas regiones indígenas, las comunidades Precisamente en el informe de la Alta Comisionada de las Nacio-
con frecuencia se encuentran literalmente entre dos o más fuegos nes Unidas se afirmó que en los últimos meses de 2004 “se registró un
aumento en la muerte de líderes
© Cortesía El Tiempo • Carlos Ortega

indígenas, para varios de los cua-


les había dictado medidas caute-
lares la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (cidh), es-
pecialmente en las comunidades
embera-chamí y kankuama, esta
última con medidas provisionales
de la Corte Interamericana”.
En el 2005 han sido asesinados
el líder guambiano Francisco Cu-
chillo, el dirigente zenú Hernando
Vergara, el pijao Guillermo Aroca
Galeano y el embera-chamí José
Efraín Ramírez, entre otros. Esto
muestra “que en la dinámica del
conflicto armado, la violencia di-
recta contra los pueblos indígenas
sobrepasa la violencia indirecta de
los combates o acciones bélicas”,
asegura Diego Henao, coordina-
dor de derechos humanos de la
Organización Nacional Indígena
La movilización social que protagonizan los indígenas constituye un mecanismo de defensa y denuncia permanente. de Colombia (onic).

9 • hechos del callejón


¿Y al fin qué?

© Cortesía Manuel Saldarriaga


y el desplazamiento de pobladores
y comunidades indígenas”.
El mapa de la violencia contra los
indígenas coincide con la geografía
del conflicto que propone el Cinep
en Violencia política en Colombia,
donde se advierte que las acciones
de los actores armados evidencian
“la lucha por el control de corredores
estratégicos, centrales en la lógica
militar y de algunas regiones de cierta
importancia estratégica”.
Por su parte, el informe Violencia
política contra los pueblos indígenas en
Colombia 1974-2004 insiste en que la
búsqueda de la hegemonía paramilitar
en el norte del país y la importancia
de las salidas al Pacífico y al Putumayo,
en el suroccidente, marcan la dinámica
que está atrapando a los pueblos
indígenas.
Estas son, precisamente y como lo
Las distintas expresiones de violencia contra los indígenas atentan contra su identidad cultural y social.
advierte Edgar Medina, coordinador
de derechos humanos de la Dirección
Los ataques contra las figuras más representativas de estas comu- de Asuntos Étnicos del Ministerio del Interior, “zonas de frontera estra-
nidades revelan “el atentado a las dinámicas de autonomía y resis- tégicas para los grupos armados ilegales para el contrabando de armas,
tencia de los pueblos indígenas en Colombia”, añade Juan Houghton, el tráfico de narcóticos y el refugio de secuestrados”.
investigador del Centro de Cooperación al Indígena –Cecoin. La violencia política contra los indígenas, asegura Houghton, es cola-
En los últimos años, según estas organizaciones, las zonas del país teral a la violencia general que se registra en el país. “No es una violencia
donde más violencia se registra con-


tra estas comunidades son la Sierra
Nevada de Santa Marta y el Pacífico
La búsqueda de la hegemonía paramilitar en el norte del
colombiano. En el 2005, por ejemplo, país y la importancia de las salidas al Pacífico y al Putumayo, en
29 indígenas fueron asesinados en el el suroccidente, marcan la dinámica que está atrapando a los
norte y 16 en el sur, especialmente
de los pueblos wiwa, wayuú, nasa pueblos indígenas”.
y eperara. Los principales autores,
aseguran, siguen siendo las autodefensas (cuadro 1). directa contra los indígenas ni contra sus territorios. Lo que sucede
En el caso del Cauca, por ejemplo, el Observatorio del Programa es que están ubicados precisamente por donde los actores armados
Presidencial de Derechos Humanos y dih reconoce en su informe intentan abrirse campo”.
Panorama actual del Cauca que las “auc se encuentran librando una Las cifras también muestran una disminución de los homicidios, que
intensa lucha contra las farc y el eln por el control territorial de esta según el Gobierno es atribuible a la Política de Seguridad Democrática
zona, que se expresa en asesinatos selectivos, masacres, amenazas (cuadro 2).

Cuadro 1. Homicidios de indígenas por responsables 1998-2005 Cuadro 2. Homicidios de indígenas 2002-2005
Año Año
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 Total 2002 2003 2004 2005 Total

Autodefensas         Vicepresidencia de la República    * 


Desconocidos         ONIC – Cecoin    ** 
FARC         Fundación Hemera    *** 
ELN         * A  de junio ** A  de agosto *** A  de septiembre
Otros        
Total        
Para las organizaciones indígenas lo que ocurre es que se están
Fuente: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.Cifras dando nuevas modalidades de violencia. Hoy, las principales son el
al 30 de junio de 2005. desplazamiento y el confinamiento.

10 • hechos del callejón


Desplazamiento y confinamiento den en general con la tendencia de agudización del conflicto observado
En sólo tres años, según el Gobierno, más de 20 indígenas colombianos en los datos de violencia política en general siendo 1997 cuando se pre-
han tenido que dejar sus tierras y buscar un nuevo destino. La cifra es senta un salto hacia situaciones de crisis humanitaria”, dice el estudio
mucho mayor, según las organizaciones defensoras de los derechos de Violencia política contra los pueblos indígenas en Colombia  
los indígenas (cuadro 3). En el tema del confinamiento la situación no es muy diferente. Este
es un término relativamente nuevo y por lo tanto es aún un concepto
Cuadro 3. Indígenas víctimas de desplazamiento forzado 2003-2005 problemático tanto en su caracterización como en su medición. No
Año obstante, desde el primer semestre del 2004 ya lo denunciaban la onic
2003 2004 2005 Total y Codhes en su informe conjunto Los indígenas en Colombia: entre el
ONIC      *   hambre, el miedo y el dolor.
Cecoin      *   En la investigación advirtieron que debido a las acciones bélicas,
Fundación Hemera      **   las amenazas o el miedo, producto de la disputa territorial entre las
CODHES      **   Fuerzas Armadas, las guerrillas y los grupos paramilitares, centenares
Red de Solidaridad Social      ***   de indígenas estaban siendo encerrados en sus comunidades sin poder
*A  de agosto de . ** A  de septiembre. ***A  de octubre trabajar en sus cultivos ni salir a hacer la compra diaria.
“Los bloqueos de alimentos y de transporte y las limitaciones a la
Registros como el de la Fundación Hemera señalan que el incremento movilidad que hoy están sufriendo de manera parcial o total algunas
en víctimas de desplazamiento de 2004 a 2005 fue de 948 indígenas comunidades indígenas, como las que habitan en Chocó, son un ejem-
(cuadro 3), mientras que sistemas de información como los de la onic plo de ese confinamiento que cada día aumenta más”, afirma Henao,
y Cecoin a partir del 2005 alertan sobre un aumento de 10.701 durante de la onic.
el mismo período. Por las diferentes


metodologías en la recolección de
información, persiste la diferencia Aunque han disminuido los homicidios, para las organiza-
entre los registros del Gobierno y
los estimados de la Consultoría
ciones indígenas lo que ocurre es que se están dando nuevas mo-
para los Derechos Humanos y el dalidades de violencia. Hoy, las principales son el desplazamiento
Desplazamiento (Codhes). y el confinamiento”.
Mientras las fuentes guberna-
mentales no cuentan a la fuerza
pública dentro de los presuntos autores de las violaciones, sí lo hacen Para onic y Codhes, fenómenos como el desplazamiento y el confi-
las organizaciones defensoras de los derechos de los indígenas. namiento exigen hacer una medición teniendo en cuenta las tasas de
“Desde 1997 empieza un ascenso en los casos de desplazamiento por población y, por lo tanto, privilegiar no sólo el número de víctimas sino
año y en el número de indígenas desplazados. Estos fenómenos coinci- el impacto de ellas en su respectiva comunidad indígena. No es lo mis-
mo el desplazamiento de 500
© Cortesía Manuel Saldarriaga

nativos de una etnia integrada


por 100 mil indígenas a una
movilización forzada en una
comunidad de sólo 700.
Todo esto apunta a lo que
Luis Carlos Osorio, director
de la Fundación Hemera, ad-
vierte como “un cambio en la
modalidad de las violaciones
contra los indígenas”, frente a
lo cual se debe ayudar a “com-
batir la cultura del silencio y
el miedo a denunciar”. Y un
avance en ese sentido, dice,
es la creciente movilización
indígena –las de agosto en
Tolima y la del pasado 12 de
octubre–, lo que demuestra la
organización indígena nacio-
nal y la decisión de hacer una
La unidad y tradición de los pueblos indígenas está amenazada por la lucha por el control político y territorial de los grupos armados resistencia pacífica. W
ilegales, que se están apoderando de sus tierras a través de testaferros y mecanismos ilegales.

11 • hechos del callejón


¿Cómo nos ven?

El poder de contar
una historia
Con la debatida Ley de Justicia y Paz se creó la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, que
hace unas semanas se instaló. El diálogo y el contacto con desplazados colombianos demuestra la impor-
tancia de los testimonios para restaurar una verdad que pueda hablarle al poder y, al mismo tiempo, la
necesidad de que quienes han sido silenciados y excluidos por los actores violentos sean públicamente
reconocidos.

Por Aldo Civico


Antropólogo del Centro de Resolución de Conflictos Internacionales de Columbia University

las pulseras y la invité a

© Cortesía El Tiempo • Julio César Herrera


sentarse junto a mí. Debía
tener cerca de 30 años, pero
profundas arrugas marcaban
su cara como expresión de
las dolorosas cicatrices de
su vida. Su falda verde, la
camisa azul cielo y su largo
pelo recogido pon un anillo
revelaban una dignidad que
aún trataba de defender
después de que personas
armadas la despojaran de su
mayor afecto y de todas sus
pertenencias.
En unas cuentas palabras
resumió su tragedia, que es
a la vez única y similar a la
vida trastornada de alre-
dedor de tres millones de
desplazados colombianos,
objetivo y no sólo producto
de una minuciosa estrategia
militar de muchos años. Sólo
Sudán y el Congo, en África,
han tenido más desplazados
que Colombia. Me contó que
Los desplazados ven alteradas sus rutinas sociales, familiares y alimenticias debido al conflicto armado. su familia estaba trabajando
en una finca cuando llegaron
los paramilitares y mataron

M
arzo de 2004. Estaba esperando en el aeropuerto de a su esposo. Ella lo abandonó todo y huyó hacia Bogotá con tres hijos
Bogotá para hacer conexión a Medellín, donde iba a de 10, 7 y 3 años de edad. La hija mayor también vendía pulseras. Ahora
continuar mi investigación sobre los desplazados que ellos estaban viviendo en una barriada pobre cerca del aeropuerto: “Mis
se habían establecido en la capital de Antioquia. Una dos hijos mayores van al colegio, pero no tienen dinero para comprar
pequeña mujer, a quien voy a llamar Marta, se acercó sus cuadernos”.
trayendo en sus manos pulseras de madera pintadas con los colores de La mañana en que nos conocimos, Marta todavía estaba escapando.
la bandera de Colombia, que vendía a dos mil pesos. “Estamos viviendo Cuando dos policías que patrullaban el aeropuerto se nos acercaron,
de la misericordia de Dios y de caridad”, me dijo. Mostré interés por ella escondió los brazaletes que vendía sin permiso y con un rápido

12 • hechos del callejón


movimiento de cabeza señaló a los dos oficiales. “La policía puede frente a una gran audiencia la voz de aquellos que no tenían voz, y
sacarme y llevarme a prisión”, dijo susurrando. Pude acercarme a su sacudieron la conciencia del mundo. De hecho, la voz de quienes son
tragedia precisamente uniendo su testimonio con su actual miedo a la frecuentemente considerados como personas sin historia puede traer luz
policía. Ella no era pobre sólo porque su esposo había sido asesinado a una verdad que le habla al poder, desnudando sistemas y estrategias
o porque había perdido sus pertenencias o porque hubiese cortado sus de violencia. También puede tener un efecto catártico. De hecho, tal y
raíces con la tierra donde nació y creció. Su miseria se debía, aún más como observa Elaine Scarry, “actos que restauran la voz se vuelven no
dramáticamente, a su condición de desposeída y amputada del cuerpo sólo una denuncia del dolor sino casi una disminución del dolor, un
social y político. De hecho, como Alfredo Molano resalta con agudeza, reverso parcial del proceso mismo de tortura“.
los desplazados son desterrados, personas exiliadas, deportadas, sin Cuando vine a Colombia era extranjero, dispuesto a familiarizarse
derechos ni ciudadanía. con las historias y las vidas de aquellos desposeídos por la violencia.
En agosto de 2003 pasé al-


gún tiempo con desplazados
del oriente antioqueño que vi- Las palabras son resistencia cuando rompen códigos de silen-
vían en Moravia, un barrio pe- cio que vienen con una estrategia de terror. Las palabras derriten la
riférico de Medellín. Cientos y
cientos vivían como despojo parálisis producida por el miedo creado en el terreno de la muerte”.
de la sociedad en pequeños
ranchitos de madera, construidos en la cima de un basurero. Luchaban Sentado con personas que viven con la muerte pero dispuestas a com-
para que sus hijos accedieran a la educación, por encontrar un trabajo, partir conmigo sus testimonios, experimenté el poder trasformador de
obtener atención médica y para que su condición de desplazados fuera las historias. Para mi sorpresa, incluso las personas hacían fila para ser
reconocida oficialmente. Ya como víctimas de la violencia política, en entrevistados. Eran personas ansiosas de consignar sus historias. Y su
esos días temían además un desalojo por parte de los militares o la casi incontrolable deseo de entregar, de comunicar, de legar, es una
policía, quienes iban a derrumbar sus endebles casuchas con grandes especie de necesidad absoluta.
bulldozers. Ese basurero atestado de desplazados temiendo ser expul- Después de haber hecho el duelo durante algunos días en Moravia
sados por la fuerza de la ley era una trágica metáfora de la condición me tomé algún tiempo libre. Durante una reunión de desplazados en el
de aquellos excluidos, que no sólo vivían al margen de la sociedad, jardín botánico de Medellín me encontré con Antonio, quien me había
sino más allá de ellos, amputados. “La calamidad de los sin derechos
—escribe Hannah Arendt— no es que ellos sean privados de la vida, de

© Cortesía ACNUR • A. M. Rodríguez


la libertad y de la búsqueda de la felicidad o de la igualdad ante la ley
y la libertad de opinión —fórmulas que fueron diseñadas para resolver
problemas al dentro de las comunidades—, sino que ya no pertenecen
a ninguna clase de comunidad”.
Cuando por primera vez fui a visitar el barrio Moravia de Medellín
me preguntaba cómo reaccionarían las personas a mi indiscreta peti-
ción de extraer historias de sus memorias. ¿Cómo responderían a la
intrusión de un extranjero en su país y en sus condiciones de vida y
experiencia? Entré en el campo en puntillas, con empatía y compasión,
creyendo que —como Nancy Scheper-Huges escribe— “ver, oír, tocar
y grabar pueden ser, si se hace con cuidado y sensibilidad, actos de
fraternidad y hermandad, actos de solidaridad”. De hecho, “no mirar,
no tocar, no grabar puede ser un acto hostil, el acto de la indiferencia
de dar la espalda”. Alfredo Molano comparte con bellas palabras el
poderoso impacto que tuvo en él el testimonio de una víctima de la
violencia y la represión: “su relato era tan apasionante que los tratados
de sociología y los libros de historia patria dejaron de tener el sentido
que antes tenían para mí”.
Para un antropólogo que entra en un terreno marcado por el terror
y la sangre existe la responsabilidad de escribir en contra del terror no
sólo restituyendo la voz de quienes fueron silenciados por la fuerza,
sino poniendo oído a su voz. El conocimiento puede brotar de esta
interacción reciproca de escuchar y hablar entre el antropólogo y su
interlocutor y consecuentemente ofrecer ese conocimiento como el
producto del movimiento dialéctico.
Desde el siglo xvi los testimonios del fraile dominicano Bartolomé
de las Casas, furioso por la violencia que los conquistadores españoles
desataron sobre la población indígena de las llamadas Indias, llevaron Los menores de edad son las principales víctimas del conflicto.

13 • hechos del callejón


¿Cómo nos ven?

© Cortesía Simone Bruno


dado la bienvenida en su
ranchito y me había ofre-
cido de comer y de beber.
Cuando me vio me regañó
por no haberlo entrevistado
y quiso que lo hiciera en ese
mismo instante. Nos hicimos
a un lado y, protegidos por
la sombra de un gran árbol,
Antonio compartió conmigo
cómo era vivir en Granada
bajo el mando de la guerrilla
y cómo los paramilitares lo
habían forzado a él y a su
familia a irse.
Los relatos de personas
como Marta o Antonio no
son simplemente la apertura
de una válvula emocional.
Deteniéndome en los de-
talles sobre un esposo, un
hermano o un hijo creo que
hay la necesidad de produ-
cir una verdad que tenga
efectos de poder. Es una
verdad que a veces choca
con la verdad de agencias Las historias de indígenas desplazados hablan de despojo y tierras arrebatadas por grupos armados ilegales.
políticas, económicas y cul-
turales, deslegitimándola. “La violencia no es un ente fijo, una verdad detalle que lo secuestraron delante de su esposa y sus dos hijos cuando
que haya que aceptar”, argumenta la antropóloga Carolyn Nordstrorm, un comando de la guerrilla detuvo el vehículo en el que iban.
“pero en cambio, es una construcción social, política y cultural que los Mientras escuchaba sus historias de vida descifraba esa necesidad
no combatientes —objetivo de la mayoría de la violencia— pueden re- de mis interlocutores de compartir, así como su disponibilidad de
definir para asegurar su voluntad política. Deslegitimando la violencia reocupar la esfera pública como un acto de resistencia. Las palabras
la gente reconstruye una nueva cultura política, una que deslegitima la son resistencia cuando rompen códigos de silencio que vienen con una
política de la fuerza”. estrategia de terror. Las palabras derriten la parálisis producida por el
miedo creado en el terreno de la


muerte, por lo cual una persona
El reto que la Comisión de Reparación y Reconciliación tiene por pasa y regresa para contar su
delante es reactivar las voces de los sobrevivientes proporcionando historia. Entonces, las palabras
conectan quebrando el aisla-
un espacio seguro donde puedan compartir sus testimonios”. miento producido por las técni-
cas de terror, lo que provee un
Las historias de desplazados y de víctimas de violencia política espacio de resistencia. De hecho, como observa Victoria Sanford, quien
reubican la memoria en la esfera pública disputada por los intereses investigó el genocidio de Guatemala, entrevistar personas genera un
de los diferentes actores armados. A través de sus testimonios, desde espacio para que los sobrevivientes compartan sus experiencias, sean
más allá de la marginalidad, ellos vuelven a la esfera pública de la que escuchados, para que sus palabras sean valoradas en lugar de negadas
habían sido expulsados y anulados. y para enseñar su historia a toda la comunidad.
Así, Carlos me contó sobre su amor a la tierra que cultivaba y com- El reto que la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación
partió conmigo el dolor de tener ahora que vender sandalias en los tiene por delante es reactivar las voces de los sobrevivientes propor-
andenes de Medellín. Lina recordaba el día en que los paramilitares cionando un espacio seguro donde puedan compartir sus testimonios.
pararon el bus y fríamente mataron a las personas que estaban en su lista Las personas excluidas de la historia necesitan tener la oportunidad
de muerte. Claudia narró cómo unas personas armadas irrumpieron en de producir una verdad que le hable al poder. Será una experiencia
su casa, amarraron a su esposo y lo mataron de tres tiros. Óscar relató dolorosa, reveladora y catártica, a veces también embarazosa y segu-
cómo había tenido que huir porque los paramilitares lo acusaron de ramente aterradora. Pero para ser una comisión sobre reparación y
ser colaborador de la guerrilla por el solo hecho de que unos extraños, reconciliación, la Comisión Nacional también necesita ser una comisión
quizá guerrilleros, entraron un día a su almacén. Carlos Mario contó con de la verdad. W

14 • hechos del callejón


El invitado

Siete tesis sobre el relevo


de las élites políticas
Por Francisco Leal Buitrago
Sociólogo

1.
El relevo de las élites en la historia de Co- La base de este proyecto político es un inmenso botín
lombia ha tenido una constante: no obstante económico, producto de acciones criminales, desplaza-
los cambios estructurales ocurridos, sobre miento de población, apropiación de tierras, clientelismo
todo en el siglo xx, no se ha alterado la alta armado y subordinación de élites regionales y emergen-
concentración de la riqueza y el ingreso. Este cia de otras. Es el inicio exitoso de un nuevo relevo de
indicador es fundamental para apreciar la incapacidad élites políticas.
democratizadora de las élites. 7. Este proyecto político mafioso se sustenta, además,
2. La debilidad política del Estado ha sido otra cons- i) en la tendencia mundial de debilitamiento de la demo-
tante en la historia nacional. Por eso, los espacios de cracia liberal; ii) en la descentralización del Estado y las
ilegalidad han sido siempre amplios y los relevos de las prácticas corruptas; iii) en el vacío funcional de los parti-
élites han contado con prácticas contrarias a la ley. El dos; iv) en las distorsiones de la representación política; v)
corolario de esta debilidad ha sido la insuficiencia de la tradicional en el sistema electoral adecuado al vacío funcional partidista, y vi) en
democracia liberal en el país. los avances del proyecto en el control de las instituciones políticas.
3. El último relevo de las élites políticas fue en los años ochenta del Existe una real o disimulada ingenuidad (¿conveniencia?) de parte
siglo pasado: tras la crisis de representación del bipartidismo liberal- de la clase política acerca de este proceso y sus implicaciones. Aunque
conservador, estimulada por el régimen del Frente Nacional mediante muchos dirigentes no están involucrados en el proceso, mediante sus
la fragmentación partidista y el clientelismo, ascendieron al plano na- acciones muestran también ingenuidad. Este nuevo relevo de élites
cional las élites regionales en detrimento de los “jefes naturales”. Por políticas (que, como siempre, no es absoluto) es trascendental para la
eso, las llamadas élites políticas tradicionales son cosa del pasado. La sociedad por sus implicaciones: está en marcha una transformación es-
Constitución de 1991 no creó una nueva situación sino que afirmó la que tructural en lo económico, lo político y lo social. No es sólo un fenómeno
ya se había produci- de movilidad social,


do, por ejemplo, con como ocurrió con el
la descentralización El narcotráfico, de la mano del paramilitarismo, se relevo de los años
y la elección popular consolidó a la par con el relevo de las élites políticas en los ochenta, sino de
de alcaldes y gober- legitimación de la
nadores.
ochenta, con la mirada permisiva (y hasta complaciente) de al- ilegalidad y la crimi-
4. El narcotráfico, gunas élites y de sectores estatales y de la fuerza pública”. nalidad, que al pro-
de la mano del parami- ducir otra institucio-
litarismo, se consolidó a la par con este último relevo, con la mirada nalidad rompería con los debilitados patrones morales de la sociedad y
permisiva (y hasta complaciente) de algunas élites y de sectores es- entronizaría estructuras depredadoras. ¿Cómo debilitar, al menos, este
tatales y de la fuerza pública. Surgió luego, en los años noventa, un proyecto político? Solamente con medidas institucionales destinadas
proyecto político paramilitar relativamente autónomo con el objetivo a fortalecer la democracia. Además de las acciones judiciales contra la
de combatir a la subversión sin desligarse del narcotráfico. criminalidad se presentan cuatro ejemplos al respecto:
5. Este proyecto fracasó al inicio del siglo xxi, en la medida en que • Respeto a la tradicional institucionalidad del país. La reelección
las farc mantuvieron su fortaleza y el paramilitarismo fue controlado presidencial inmediata es su opuesto, debido a que le conviene al pro-
por empresarios ilegales que aprovecharon la debilidad del Estado, la yecto político mafioso.
apertura económica y la globalización para enriquecerse sobre la base • Fortalecimiento de la reforma política de 2003, con normas y leyes
del narcotráfico, que fue sobrepasado sin que se le abandonara. Surgie- que la desarrollen, la complementen y la refuercen.
ron así redes regionales que imponen, mediante la violencia, ofertas de • Reforma del sistema electoral para corregir el fraude en las elec-
seguridad y capturan excedentes económicos en un proceso que va de la ciones y las distorsiones en la representación política, como parte de la
periferia al centro de la economía. Es la transformación de empresarios inducción de un sistema de partidos que sea funcional y operativo.
ilegales en mafias, que son formas sofisticadas de crimen organizado. • Búsqueda de un sistema de partidos operativo, en contraste con la
6. Nació, entonces, un proyecto político alternativo, destinado a tendencia global de sustitución de la función de mediación partidista
controlar el Estado. Tal proyecto se materializó con: i) la negociación por parte de una opinión pública manipulada por actividades mediá-
del gobierno con los paramilitares; ii) la desmovilización de sus grupos, ticas, propiciadas por la alta concentración del capital, el desarrollo
y iii) los proyectos y normas que culminaron en la Ley de Justicia y Paz. tecnológico y la globalización. W

15 • hechos del callejón


La página humanitaria

Carurú: entre el olvido


y la guerra
El temor de las familias a que sus hijos deban marchar en la guerra ante el reclutamiento forzado de los
grupos armados ilegales es una de las causas de la deserción escolar y el desplazamiento en este muni-
cipio de Vaupés.

Por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (ocha)
© Cortesía Misión a Vaupés • ocha Colombia

L
legar a Carurú es como viajar al centro del ol-
vido. Se necesitan determinación y motivos
para visitar este municipio del departamento de
Vaupés perdido en el corazón de la Amazonía
colombiana. Y tristemente la motivación no es
otra que la guerra.
En límites con Guaviare, Carurú permanece inmóvil en el
tiempo y la esperanza. Sus habitantes viven hoy como hace
un siglo: sin agua, sin energía, sin carreteras, sin acceso a la
salud y a la justicia. De acuerdo con el Plan de Desarrollo
Municipal, el índice de necesidades básicas insatisfechas
de este municipio alcanza el 87%.
El medio de tal olvido, sus pobladores, hijos e hijas de
wananos, tucanos, desanos, piratapuyos, pisamiras y otras
tantas etnias, además de colonos, permanecen atónitos
ante lo único que avanza en su territorio: la guerra.
Un total de 73 familias –313 personas– han abandonado
su tierra según el Registro Único de la Población Desplazada
(al 30 de septiembre de 2005). Según Codhes, mientras desde
1999 al 2002 el municipio no aparecía con población des-
plazada, la situación cambió a partir del 2004. Para ese año,
157 personas salieron del municipio y el 9 de julio de 2005 la
cifra alcanzó 170 hombres, mujeres, ancianos y niños.

Su historia
Carurú, ubicado entre los municipios de Mitú y Miraflores,
en las riveras del río Vaupés, tiene unos 2.500 habitantes (el
85% de la población es indígena) que viven en 19 comunida-
des rurales y en el casco urbano. Sus inicios como comu-
nidad datan de los años setenta, cuando los explotadores
del caucho irrumpieron la paz de la selva e instauraron un
imperio. Luego, en los ochenta, cuando el caucho dejó de
ser rentable y todo indicaba que la paz regresaría, la selva
tuvo que abrir paso a regañadientes a un nuevo cultivo:
la coca. Y tras de ella también llegaron nuevos colonos.
Fue entonces cuando la cabecera municipal se convirtió Los indígenas de Carurú temen que sus hijos sean víctimas del reclutamiento forzado.
en el lugar “civilizado”, donde el agua llegaba a través de
tuberías y al menos durante un par de horas se podía disfrutar de la Por ese entonces llegó la guerrilla a Carurú. El Frente Primero de las
electricidad. Neveras casi inútiles, televisores y radios invadieron el farc “Armando Ríos” instaló su poder hegemónico en ese rincón de la
silencio de la selva, y una ridícula y efímera sensación de opulencia se selva y lo mantuvo así por más de 20 años. Poco le interesó a la guerrilla
posicionó entre la gente. que gracias a la Constitución de 1991 Carurú se convirtiera en municipio.

16 • hechos del callejón


© Cortesía Misión a Vaupés • ocha Colombia
Ya para el 2003 la situación de conflicto impidió la
realización de las elecciones del 26 de octubre.
La noche del 3 de febrero de 2004 las farc ame-
nazaron de muerte a los pobladores si violaban un
obligado código de lealtad. A la una de la mañana
del día siguiente los motores de los aviones rom-
pieron la noche y dejaron en aquel poblado una
nueva carga de hombres armados: los hombres del
Ejército Nacional y la Policía que llegaron, anunció
el Gobierno, “cumpliendo así uno de los objetivos
de la Política de Seguridad Democrática, que es la
recuperación de la presencia de la Fuerza Pública
en todos los municipios, como parte de la consoli-
dación del control estatal del territorio”.
En ese entonces, el comandante del Ejército, ge-
neral Martín Orlando Carreño, afirmó que a Carurú
llegaban “todos los vuelos procedentes de otro
país cargados con municiones y se iban con coca
al exterior. Había que cortarles esa entrada”.
Aproximadamente 700 uniformados entre poli-
cías y soldados recorren hoy el área urbana de Ca- Carurú es un municipio de 2.500 personas, el 86% indígenas, que quieren vivir en paz.
rurú. Unos y otros se han instalado en el municipio
y aunque la comunidad manifiesta beneplácito ante la “presencia del En la actualidad el reclutamiento forzado continúa y el temor de las
Estado”, piden proyectos de desarrollo y alternativas para el mejora- familias a que sus hijos deban marchar a la guerra son causantes de
miento de la calidad de sus vidas. También afirman que la tranquilidad deserción escolar y desplazamiento forzado en el municipio.
no ha llegado porque continúan las amenazas y el miedo. Quienes aún viven en Carurú temen incluso caminar hacia sus tierras.
Para ellos y ellas no existen argumentos convincentes que expli- Las minas antipersonal se encargan de recordarles periódicamente que
quen por qué de un momento a otro debieron abandonar sus tierras o aquello que fuera su tierra hoy le pertenece a la guerra. Yoimer, a sus 4
construir trincheras para protegerse de los continuos combates. Menos años, camina aún ensordecido por cuenta de la explosión de una mina.
claras son las razones por las cuales temen caminar por los territorios Y Juan de la Cruz, que viajó de su natal Boyacá a Carurú buscando un
heredados de sus ancestros y que hoy son patrimonio de quienes os- mejor futuro, vive con su cuerpo tatuado por las esquirlas que le dejó
tentan fusiles, granadas, minas antipersonal y cilindros. en la pierna la explosión de una mina. Ya se acostumbró a que lo llamen
“Juanito desminador” por cuenta del temerario oficio que se ha visto
Muerte y reclutamiento forzado obligado a aprender.
Entre febrero de 2004 y agosto de 2005 dos mujeres menores de edad La imposibilidad del acceso y usufructo de la tierra y del río, los exor-
han sido asesinadas por las farc, acusadas de mantener relaciones bitantes precios de los alimentos “importados” desde Villavicencio y la
sentimentales con miembros de la fuerza pública. falta de circulante han provocado escasez de alimentos y un constante
Para muchos más la amenaza continúa latente. En la población se temor sobre el futuro.
dice en voz baja que en lo que va corrido del año ocho niñas dejaron Pero en medio de esta zozobra se levanta la esperanza de una comuni-
de asistir al Colegio Pluriétnico de Carurú motivadas, al parecer, por dad que se niega a participar en el conflicto y que tienen sus expectativas
amenazas de la guerri-


lla: las acusaban de te-
ner vínculos afectivos Los hombres y mujeres de Carurú se levantan con la única defensa de
con uniformados. su neutralidad y la protección de sus ancestros. Esperan que las plantas sa-
La presencia de me-
nores de edad en el gradas que siembran los payés logren alejar los espíritus de la guerra”.
conflicto es otra reali-
dad. En el 2004, un joven de 16 años se entregó al Ejército en el casco en sus líderes: los indígenas del Alto Vaupés se han asociado para buscar
urbano de Carurú después de haber combatido con la guerrilla por más mecanismos que les permitan aprender de otras comunidades que han
de dos años. Otro muchacho de 17 años, que participaba en un hosti- hecho un frente pacífico contra la guerra. Los hombres y mujeres de
gamiento, murió en medio del combate. Estos son sólo dos casos de Carurú se levantan con la única defensa de su neutralidad y la protec-
los más de 65 que se han registrado de manera formal en la Personería ción de sus ancestros, mientras esperan que las plantas sagradas que
del municipio. siembran los payés logren alejar los espíritus de la guerra. W
Nadie sabe cuántos niños, niñas y adolescentes de Carurú se encuen-
tran hoy en las filas de los grupos armados ilegales, pero cada familia Mayor información en la Sala de Situación Humanitaria de la Oficina para la Coordinación
narra el dolor de tener al menos uno de sus miembros al lado de ellos. de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (ocha) www.colombiassh.org

17 • hechos del callejón


Buenas prácticas

Mujer: el cuerpo del conflicto


(Viene de la página 20)

“Ya es un hecho reconocido por la comunidad nacional e internacio- “Los hijos son la gran motivación para prepararse y trabajar bajo el
nal que en los conflictos armados las mujeres son utilizadas como una duro sol”, reconoce Ana Luz Ortega. Por eso, la Liga tiene los llamados
pauta bélica, como una forma de degradar el honor de los enemigos refugios infantiles, donde las madres pueden dejar a sus hijos mientras
en combate o como un territorio en donde también se desarrolla el ellas participan en los proyectos productivos.
conflicto”, afirma Patricia Guerrero, presidenta de la Liga de Mujeres.
Así, las mujeres se han convertido en seres conscientes de su valor y Pariendo un sueño
de la necesidad de que sean oídas y reparadas. “Nos han dado muchas Después de seis años de fundada, La Liga ha construido sedes en cada
capacitaciones en derechos humanos para aprender a no dejarnos lugar donde hay un proyecto productivo, tres refugios infantiles y dos
vencer por la violencia, cómo criar a nuestros hijos sin maltratarlos. centros multifuncionales en Turbaco y El Pozón, en Cartagena, espa-
cios donde las mujeres y sus familias reciben


asesoría jurídica y psicosocial, tienen acceso
Lo que tenemos para mostrar es la capacidad de la mu- a servicios médicos y seguridad alimentaria,
jer colombiana, quien participa y es consciente de su papel yproyectos asesoría y capacitación permanente en
productivos.
en la sociedad y en la construcción de la paz”. El más reciente de los proyectos de la Liga
se llama “Sueño de vida digna”, que incluye la
También nos enseñaron cómo aplicar los mecanismos de la justicia reubicación de 98 familias de mujeres cabeza de familia en viviendas
para defender y hacer uso de nuestros derechos”, dice Catalina Arnedo, propias en el barrio La Unión, en Turbaco. Se trata de un modelo de
mujer desplazada. proyectos productivos autosostenibles como la Unidad de Producción
Los niños y niñas tampoco se han escapado de ser víctimas de la Integral, que permitió fabricar bloques y adoquines y usarlos posterior-
violencia, ya sea por que corren el riesgo de ser reclutados de manera mente en la construcción de la nueva ciudadela.
forzada por algún grupo armado ilegal, o por la violencia intrafamiliar. Desde que la Liga es reconocida por su organización y trabajo en
Por eso una de las metas de la organización ha sido preparar en derechos las comunidades y desde el momento en que empezaron a construir
humanos y derecho internacional humanitario a estas mujeres y evitar una red de trabajo, solidaridad y respeto a los derechos humanos, sus
así que la violencia se perpetúe. “Yo vengo de Córdoba, donde vivía con integrantes se han convertido en objeto de amenazas por parte de los
mi suegra, pero tuve un problema y me vine a Cartagena. Maltrataba actores armados que se disputan el control de la zona.
mucho a mis muchachitos porque como a mí me maltrataron pues... A pesar de esto la Liga ha logrado consolidar el apoyo social y eco-
Ahora ya no lo hago”, recuerda Ramona Rodríguez. nómico y el respaldo de la comunidad internacional a sus proyectos.
Además, adelanta una estrategia de in-
© Cortesía Claudia Chaves

vestigación y judicialización para la resti-


tución al derecho a la verdad, la justicia y
la reparación integral de las víctimas del
desplazamiento y los crímenes conexos
como la violencia sexual.
Por eso el reto de esta organización
es promover y destacar el liderazgo de
sus integrantes, como Deyanira Reyes,
quien después de una larga historia de
desplazamiento en el Urabá chocoano
llegó a Carmen de Bolívar, ingresó a la
Liga y hoy ya ha viajado a Nueva York,
Ecuador y Costa Rica exponiendo y pro-
moviendo el proyecto de la Liga, sus
investigaciones y resultados. “Lo que
tenemos que mostrar en el país y fuera
de él –dice– es la capacidad de la mujer
colombiana que vela por sus hijos y el
país, que es una mujer participativa,
consciente de su papel en la sociedad y
La Liga promueve la participación de las mujeres y la satisfacción de sus derechos económicos. en la construcción de la paz”. ¶

18 • hechos del callejón


Editorial

El pnud con “Bogotá:


entre todos, para todos”

C
on el auspicio de un amplio comité consultivo donde ponderar los múltiples aspectos de la transformación de la ciudad,
concurren las autoridades, la sociedad civil, la academia, en términos de sus aportes a la ampliación de las capacidades y
los medios, los movimientos sociales y la comunidad in- oportunidades necesarias para que los bogotanos tengan una vida
ternacional, el pasado 26 de octubre el Programa de las plenamente humana. Entre los desafíos que se deben considerar se
Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) en Colombia cuentan la pobreza, la marginalidad, la competitividad, la profundiza-
presentó públicamente el inicio del proyecto para realizar el Informe ción de la democracia y las relaciones con la región circundante.
de Desarrollo Humano (idh
( ) para Bogotá. Desde el marco del desarrollo humano y con la necesaria inde-
De esa manera se puso en marcha un proceso que recoge y pendencia intelectual, el idh h para Bogotá aspira a contribuir a pen-
amplía la experiencia acumulada a lo largo de quince años y por sar la ciudad y su futuro. Y aspira, sobre todo, a un diálogo abierto
medio de más de 500 idh en 140 países. El Informe para Bogotá e incluyente que se extenderá a lo largo de tres años y convocará
busca expandir a un nuevo ámbito de la realidad colombiana el a todos los actores de la ciudad: autoridades locales y nacionales,
precedente sentando por el indh 2003 El Conflicto, callejón con dirigentes políticos, analistas, movimientos cívicos y sociales,
salida como espacio plural de discusión y reflexión pública y como comunidad organizada, empresa privada, medios de comunicación
herramienta para la evaluación de políticas y programas que y ciudadanía interesada en el futuro de la ciudad.
aceleren nuestro desarrollo. En esta ocasión, se trata de estimular Como en el indh 2003, el proceso estará coordinado por un equipo
una conversación pública acerca de los avances que ha logrado y dirigido por Hernando Gómez Buendía e incluirá, además del comité
los desafíos de desarrollo humano que aún confronta la ciudad. consultivo, una instancia técnica como espacio de contribución de
En efecto, después de afrontar una crisis durante la década de los experiencias y conocimientos por parte de todos los expertos y
ochenta, en los últimos quince o veinte años hemos asistido a una conocedores y, en términos generales, la apertura de espacios como
transformación en general positiva y sostenida en la calidad de la seminarios y otros eventos de amplia participación. Cumpliendo con
vida en la capital. Bogotá constituye una experiencia ampliamente la regla intangible de este instrumento, el idhh para Bogotá será rea-
reconocida de gobernabilidad exitosa y ejecución de políticas in- lizado por un equipo de primerísimo orden que contará con la total
novadoras; al mismo tiempo, sin embargo, muchos de sus independencia que merece su rigor académico. También se
habitantes siguen sufriendo de pobreza y marginalidad. ha logrado el apoyo generoso del Ministerio de Relaciones
Precisamente por esto es necesario comprender bien las Exteriores de Noruega, la Agencia Sueca de Desarrollo In-
raíces y la dinámica de los avances logrados, así como el ternacional (asdi), la Agencia Catalana de Cooperación al
alcance de los vacíos pendientes para asegurar la perma- Desarrollo (accd) y la Alcaldía Mayor de Bogotá.
nencia y ampliación del progreso y para derivar lecciones El idh
h para Bogotá aspira, en últimas, a forjar unas con-
que puedan ser útiles en otras ciudades. clusiones que, al ser el resultado de un amplio consenso,
El marco conceptual del desarrollo humano brinda puedan convertirse en un patrimonio público de la ciudad
herramientas invaluables para llevar a término una aproxi- y permitan sentar las bases para realizar un “pacto de
mación integral a la realidad bogotana, porque se trata de desarrollo humano por Bogotá”. W
un enfoque multidimensional que ayudará a describir y

Alfredo Witschi-Cestari, Representante Residente Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, pnud
Producido por: Área de Desarrollo Humano pnud
Director Académico: Hernando Gómez Buendía
Editora: Olga González Reyes
Asesor Especial: Mauricio Uribe
Colaboradores: Andrea Arboleda, OCHA-SSH, Claudia Chaves, María Victoria Duque • Agradecimiento Especial: Periódico El Tiempo • Oficina de Prensa Alto Comisionado
para la Paz • Presidencia de la República• Manuel Saldarriaga • ACNUR • Simone Bruno • Reconocimiento especial: Dirección de Prevención de Crisis y Recuperación (BCPR,
en sus siglas en inglés) del PNUD, con sede en Nueva York. • Diseño gráfico y corrección de textos: Editorial El Malpensante S.A. • Impresión: Panamericana Formas e Impresos S. A. •
Boletín Hechos del Callejón: Carrera 11 N° 82-76, Oficina 802, Bogotá, Colombia • Teléfono: 6364750 extensión 205–208–202• Fax:  extensión 209 • Comentarios y sugerencias:
olga.gonzalez@undp.org, indh2003@undp.org • Visite nuestra página de internet: www.pnud.org.co/indh2003
Las opiniones y planteamientos expresados no reflejan necesariamente las opiniones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, su junta directiva, ni los Estados miembros

19 • hechos del callejón


Buenas prácticas

Ejemplos concretos de cómo sí es posible salir del callejón


www.saliendodelcallejon.pnud.org.co

Mujer: el cuerpo del conflicto


La Liga de Mujeres Desplazadas de Bolívar es una organización que lucha por la reivindicación de los
derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado y de todas las formas de violencia.

Por Claudia Patricia Chaves

H
ace más calor que de costumbre en la vereda Aguas Vivas Otras mujeres, mientras tanto, están en otra tarea igual de impor-
de Turbaco, en Bolívar, donde un grupo de 40 mujeres tante: trabajando, también colectivamente, por la reivindicación de
desplazadas y madres cabeza de familia llevan varias los derechos fundamentales y constitucionales de las mujeres víctimas
horas a pleno sol con machete y azadón en mano. Están del desplazamiento y la capacitación en derechos humanos y derecho
preparando el terreno para un nuevo cultivo de fríjol, su internacional humanitario. Lo que buscan es la realización de derechos
única fuente de ingresos. Luego de tres horas de desyerbar una mujer civiles y políticos y por eso promueven la participación de las mujeres
llega cargada de chicha de arroz para mitigar la rudeza del trabajo. y la satisfacción de los derechos económicos, garantizando una vida
“La gran bonificación llegará con la cosecha. Antes de eso todo el laboral remunerada y el acceso a una vivienda digna.
trabajo es voluntario”, dice Levi Orozco, coordinadora de este proyecto Ellas hacen parte de la Liga de Mujeres Desplazadas del Bolívar, una
agrícola de la Liga de Mujeres Desplazadas, que entre fríjol, ajonjolí y organización conformada por 300 mujeres afrocolombianas, mestizas
otras especies nativas alcanza las 50 hectáreas de cultivos. ”Nuestros e indígenas en situación de desplazamiento forzado y por otras 1.200
compromisos son colectivos y por eso dentro del proyecto cada una mujeres habitantes de sectores vulnerables quienes son las beneficiarias
tiene una función a la que debe responder”. directas de las acciones de la Liga.
Ana Luz Ortega, una cordobesa que con sus seis hijos llegó a Turbaco Estas mujeres provenientes de los departamentos de Antioquia,
desplazada por las amenazas de la guerrilla y los paramilitares, es una Bolívar, Chocó, Cesar, Córdoba, Guajira, Sucre, Santander y Nariño en-
de las responsables del comedor de la plantación, ubicado en el único contraron un nuevo hogar en barrios como El Pozón, Olaya Herrera y
lugar donde hace un poco de sombra en Aguas Vivas. Nelson Mandela en Cartagena, y en municipios y corregimientos veci-
nos como Turbaco y Carmen de Bolívar. En estas
© Cortesía Claudia Chaves

áreas, y ante la situación de su población, la Liga


ha centrado todos sus esfuerzos.

En las entrañas de la guerra


Cartagena, Turbaco y Carmen del Bolívar son
sectores con unas tradicionales condiciones de
marginalidad económica y social y que han estado
expuestos a las acciones del Frente 37 de las farc,
del Frente de Guerra Norte del eln y de las Auto-
defensas Campesinas de Córdoba y Urabá.
Investigaciones de la Liga, a partir de testimo-
nios de los pobladores, revelan que el 25% de las
mujeres que habitan estas áreas se desplazaron
por amenazas; el 16% por el asesinato de algún
miembro de su familia; el 11% por el asesinato o
agresiones a su pareja y el 16% por el miedo infun-
dado ante la violencia generalizada. Los autores
del desplazamiento fueron los paramilitares en un
39% y la guerrilla en un 24%.
Otras cifras revelaron que las mujeres constitu-
yen más del 54% de la población desplazada y que
de cada 100 afectadas por acciones violentas en el
marco del conflicto armado 43 han sido víctimas
de violencia sexual.
Las integrantes de la Liga de Mujeres Desplazadas trabajan colectivamente en sus proyectos productivos. (Pasa a la página 18)

20 • hechos del callejón

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