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LA JUSTICIA RESTAURATIVA Y UNA VISIÓN SOBRE COLOMBIA

Cuando se habla del tema de víctimas o de victimarios se refiere a temas dinámicos, porque
se tiene la tendencia que al pensar en víctimas no se debe continuar guardando la imagen
del desprotegido y desvalido al que se le debe más lástima que cualquier otro sentimiento
y mucho menos seguir pensando en el agresor como aquel villano cinematográfico que solo
sabe hacer el mal. No se puede continuar dividiendo las situaciones entre buenos y malos,
los conflictos no pueden seguir resolviéndose en ausencia de todos y cada uno de los
actores del mismo.

Es debido a esto que hoy en día, el concepto de justicia judicial se transforma para dar paso
al paradigma del acceso, donde se presenta un enfoque que supera la dicotomía entre
bueno y malo y justicia y castigo. Además, complementa la intervención reactiva con
finalidad punitiva tradicionalmente legitimada en la norma penal con la infraestructura
sustentada en una ley abierta a la reparación; hoy en día, desde el punto de vista ético, una
sociedad basada en el conocimiento, que es democrática e incluyente es la que requiere,
procedimientos no netamente punitivos. Es debido a esta situación que se habla de la
justicia restaurativa generadora de los espacios de diálogo que lleve a la construcción de
procedimientos democráticos y ecuánimes de los conflictos ocasionados por uno de los
integrantes de la sociedad a otro en su propiedad, en su persona e incluso en su honra. En
esta nueva visión de justicia, el victimario tendría el acceso a una justicia efectiva y eficaz,
respetuosa de los derechos humanos de la persona, con la visión de la restauración del
tejido social, y el respeto a la dignidad tanto para la víctima como para su agresor,
reconociendo a los dos como miembros activos de la sociedad.

Es necesario entonces partir del análisis de este paradigma que busca asumir el castigo
del delito de forma distinta, con un carácter menos punitivo, basado en el perdón, la
reconciliación y la reparación, para llegar propiciamente a una restauración social donde
los seres humanos sean víctimas o victimarios se sientan conformes con el proceso que
más allá del clásico punitivo que no restaura lo perdido en la victima y no concientiza lo
averiado en el victimario. Ahora bien, ya definida está justicia diferente, incluyente y con el
enfoque de reparación, lleva a cuestionarse sobre cuál es el rol que juega el psicólogo en
este proceso, para el desarrollo de una justicia más entrada en la reconstrucción del ser
humano, que aporta a la sociedad y que hace parte de una comunidad.

Al hablar de Justicia restaurativa debemos hablar del restablecimiento de derechos, del


acceso real a la sociedad y del cumplimiento de las normas sociales por convicción, es la
necesidad del reconocimiento de la falta y de la necesidad misma de la reparación. El
proceso penal convencional no atiende las necesidades reales de las personas quienes se
desvanecen bajo montañas de papeles y formalidades que no permiten conocer la
naturaleza real del problema haciendo muy difícil encontrar una salida razonable y que
brinde realmente soluciones.
QUE ES LA MEDIACIÓN

Según la ley 906 de 2004, normativa que introdujo por primera vez en Colombia el sistema
procesal penal de tendencia acusatoria, en su artículo 523 definió esta figura como: “… un
mecanismo por medio del cual un tercero neutral, particular o servidor público designado
por el Fiscal General de la Nación o su delegado, conforme con el manual que se expida
para la materia, trata de permitir el intercambio de opiniones entre víctima y el imputado o
acusado para que confronten sus puntos de vista y, con su ayuda, logren solucionar el
conflicto que les enfrenta.” Plantea como forma de justicia restaurativa un mecanismo de
resolución de conflictos que se originan con la comisión de un delito.

Se encuentran varias definiciones de mediación. “es un proceso por medio del cual un
tercero entrenado y neutral reúne a las personas en conflicto. Las partes tienen la
oportunidad para hablar sobre el conflicto y negociar su resolución, si es posible. Los
mediadores no imponen acuerdos. El proceso está diseñado para dar poderes a las dos
partes” Umbreit, Roberts. De igual manera se considera como salida pacífica no violenta ni
impuesta por la administración de justicia para que los implicados puedan solucionarlo entre
ellos con ayuda de un tercero neutral definido como mediador.

• POR QUÉ ES NECESARIA LA MEDIACIÓN: Uno de los propósitos de la mediación en el ámbito


penal, es el de crear un ambiente confiable y que brinde seguridad, para que tanto el
victimario como la víctima puedan dar los primeros acercamientos, en donde puedan dar a
conocer la experiencia del delito en cada una de las partes mediante la ayuda de un tercero
que será el mediador. En estos encuentros las dos partes pueden referir sus apreciaciones,
sus opiniones, proponer las soluciones de conveniencia buscando la solución por medio del
acuerdo dialogado entre las partes.

Según el artículo 523 del nuevo proceso penal acusatorio “Mediación es un mecanismo por
medio del cual un tercero neutral, particular o servidor público designado por el Fiscal
General de la Nación o su delegado, conforme con el manual que se expida para la materia,
trata de permitir el intercambio de opiniones entre víctima y el imputado o acusado para que
confronten sus puntos de vista y, con su ayuda, logren solucionar el conflicto que les
enfrenta” de tal manera el perdón y el arrepentimiento entran a sumar como fase previa al
dialogo directo entre las partes que en la práctica resulta más efectivo en su cumplimiento,
evitando de esta forma retaliaciones o inconformidades futuras, porque las partes sienten
que han participado en la búsqueda de una justicia real que para efectos generales son de
interés para el Estado y la comunidad.

• PRINCIPIOS DE LA MEDICACIÓN: En este ámbito lo primero que se debe tomar en


cuenta es que el modelo de Justicia restaurativa donde se desarrolla la mediación penal
presenta diferencias con el modelo tradicional de Justicia retributiva que deben ser tratadas
con cierta reserva para no infringir el sistema de garantías:
a) El delito se toma como un conflicto social en el que se entrelazan diversos intereses en
un proceso dinámico.
b) La responsabilidad se toma como una parte de un conjunto de circunstancias del medio
social en el que los roles y los niveles de intervención son esenciales.
c) El centro de la repartición de justicia no está dado por el agresor y el poder del estado,
sino entre el agresor (victimario) y la víctima.
d) Se transforma el sistema judicial tradicional, por un sistema de dialogo orientado por un
mediador que promueve la comunicación entre las partes.
e) El control y seguimiento del procedimiento no reside ahora únicamente en el poder
judicial, sino también incluye a la comunidad en general.
f) La finalidad del sistema no se basa en la persecución y castigo de delitos sino en la
resolución de conflictos a través de asumir responsabilidades y reparando los daños
causados

Teniendo en cuenta estas características que diferencia la justicia retributiva de la


restaurativa los objetivos que persigue la mediación son:
 Prevención
 Participación
 Protección a la víctima
 Reparación del daño por parte del infractor.

Después de ver las características y los objetivos que cubre la mediación para que pueda
considerarse el proceso como exitoso debe cumplir estos principios básicos.

 Voluntariedad y Libre disposición de las partes: Este es un proceso voluntario


donde cada una de las partes asiste libremente y sin presiones de ninguna índole
siendo de libre disposición las decisiones tomadas en medio del proceso.
 Igualdad: Cada una de las partes comienza el proceso de mediación en plena
igualdad de condiciones, para ello el mediador debe tomar las medidas necesarias
para asegurar esta igualdad de condiciones sin presiones ni recargos hacia un lado
o el otro.
 Imparcialidad: Es labor del mediador dar garantía del equilibrio entre las partes
durante el trámite del proceso, así como el derecho fundamental de éstas a la
igualdad a lo largo del mismo.
 Neutralidad: El mediador debe acompañar a cada una de las partes durante el
proceso de mediación sin tomar partido por un lado o por el otro, para que se llegue
a resultados satisfactorios para ambas partes.
 Confidencialidad: Este principio es de vital importancia durante el proceso de
mediación, dado que permite dar la confianza necesaria para el cumplimiento de la
finalidad.
 Transparencia: La base del proceso es tener claras las reglas de juego desde el
principio, para que las partes no tengan sorpresas o se generen discordias por no
tener todo claro.
 Protagonismo de las partes: el protagonismo es absolutos de las partes, son
quienes importan en el proceso el mediador debe pasar inadvertido pues solo está
para orientar, las decisiones, las observaciones y los acuerdos deben nacer de los
participantes del proceso.

JUSTICIA RESTAURATIVA

En los últimos 40 años se ha empezado a visibilizar de otra manera los procesos judiciales
donde se ha centrado más en la victima y en el resarcimiento de sus derechos y la
restauración de su honra, dado que anteriormente el centro estaba en la relación victimario
–estado punitivo. Surgen así planteamientos que han dado lugar a una especie de
reposicionamiento de la víctima, en cuanto a disponer de una mayor participación en la
solución al conflicto, es en este punto que adquiere relevancia el discurso de la devolución
del conflicto a la sociedad, cuyo eje central apunta a la necesidad de buscar instrumentos
que permitan a las víctimas tener un mayor protagonismo en la solución de los conflictos
penales.

Es de esta manera que surge una justicia centrada en la reparación, la reconciliación y la


mediación entre agresor y víctima, siendo una metodología orientada a los daños y
necesidades de las víctimas; que motiva al delincuente a comprender las causas y efectos
de su comportamiento y a asumir su responsabilidad de una manera significativa,
convirtiéndose en una metodología flexible y variable que puede adaptarse a las
circunstancias, la tradición legal, y los principios y filosofías de los sistemas nacionales de
justicia penal ya establecidos; adecuada para lidiar con muchos tipos diferentes de ofensas
y delincuentes, incluyendo varias ofensas muy serias, siendo de esta forma una respuesta
al crimen que es particularmente adecuada para situaciones en que hay delincuentes
juveniles involucrados, en las que un objetivo importante de la intervención es enseñar a
los delincuentes valores y habilidades nuevas, como una respuesta que reconoce el papel
de la comunidad como principal actor para prevenir y responder al delito y al desorden
social.

ROL DEL MEDIADOR

El mediador es una persona experta en desarticular conflictos y convertirse en un gestor de


cambios. “Es el profesional, tercero imparcial que interviene en la Mediación con diferentes
dispositivos, herramientas y técnicas para ayudar en la comunicación a sus mediados, con
el fin de provocar cambios de actitudes que les permitan construir una solución a sus
conflictos, en una realidad compartida.”.
El mediador es el profesional entrenado no sólo para orientar en el conflicto, sino para
apoyar a las partes para que de la forma más abierta y desprevenida trabajen de forma
colaborativa y que puedan llegar a un acuerdo en que cada parte se sienta satisfecha de
las decisiones tomadas.

Es importante una formación específica para conducir el proceso de mediación, para llegar
a ser un experto con la capacidad de orientar los conflictos desarticulando cada una de sus
partes. El mediador se entrena para ser gestor de cambios ayudando a sus mediados a
observar que los conflictos están presentes en cada momento en medio de todas las
relaciones humanas que el problema no es el conflicto sino la forma en que reaccionamos
a él.

El mediador dentro de sus características primordiales debe tener la imparcialidad y la


habilidad de escucha activa, habilidades importantes y determinantes para generar
confianza en cada una de las partes. El mediador es quien conduce el proceso de manera
que los mediados se comuniquen de forma asertiva, se respeten y puedan escucharse, que
se entiendan, porque cuando una persona se siente escuchada, respetada y entendida
estará dispuesta a escuchar, respetar y entender, sólo después de estar en esa posición
estará dispuesta a encontrar una solución.

Así es que el mediador en su labor trabaja en un proceso comunicacional que consiste en


preguntar, escuchar, comprender y estimular la reflexión. Por ende no solo es una persona
con alta habilidad comunicacional sino que debe tener un alto coeficiente de inteligencia
emocional para aplicar en los momentos precisos las diferentes herramientas, de apretar o
aflojar en los momentos cumbres del dialogo para orientar el proceso a una solución que
se considere justa por cada una de las partes, debe mantener esta habilidades
independientemente de su profesión de base en su rol de mediador para no contaminar ni
coartar con sus intervenciones el proceso.

PROPOSICIONES Y DEBATES SOBRE EL TEMA

Ya hemos visto que a diferencia de la justicia ordinaria (Retributiva) donde se busca


principalmente el castigo al ofensor y no considera a la víctima como parte activa del
proceso, la Justicia Restaurativa es diferente y tiene como objetivo que el victimario se haga
responsable de sus actos y así mismo repare a la víctima, en este punto la víctima deja de
ser un ente paralelo a la justicia para convertirse en el centro de atención.

Según datos del centro de memoria histórica las experiencias de Justicia Restaurativa en
contextos transicionales comienzan a darse en el país de manera posterior a la
implementación de la Ley 975 de 2005 o “ley de justicia y paz” y desde entonces se dan
opiniones divididas entre diferentes extremos, unos que consideran que la Justicia
Restaurativa propicia la impunidad y termina por vulnerar los derechos de las víctimas, por
lo que solicitan una Justicia Transicional con Justicia Retributiva; por el otro extremo se
encuentran quienes buscan hacer un balance entre verdad, justicia y paz. Al realizar el
análisis de diferentes casos de paramilitares que se acogieron a la ley de justicia y paz con
el componente retributivo se encontró que para una buena cantidad de presos
(exparamilitares) esos componentes de Justicia Restaurativa que se incluyeron en los
esquemas normativos dentro de la ley de Justicia y Paz fueron para ellos ejercicios que no
tuvieron sentido en la vida práctica y sirvieron para poder moverse con total impunidad
dentro de los procesos. Es el caso específico de la exigencia de pedir perdón a las víctimas.
Se hizo como un acto obligado, un acto instrumental perteneciente a una lista de chequeo
instrumental, que no generó responsabilidad en el agresor ni reparó a las víctimas.

Es por esto que la justicia restaurativa no se puede tratar de manera formal, no se toma
como un proceso de etapas secuenciales de cumplimiento sino una serie de fases que se
intercalan una sobre otra, presentando de esta manera un orden diferente entre el
cumplimiento de una cosa u otra entre proceso y proceso, porque lo primero que hay que
entender es que es un modelo basado en seres humanos y cada uno funciona de manera
distinta, asume de forma diferente y reconoce de diferente forma sus culpas, pero a largo
plazo todos buscamos limpiar nuestras conciencias y exculpar nuestros odios buscando la
reconciliación y la reparación, pero es un proceso que apenas estamos aprendiendo a
manejar y la sociedad civil crítica del proceso no acepta dar más largas al asunto, ¿qué es
necesario hacer? es necesario hacer entender a los colombianos que la única forma de
sancionar no es la cárcel, que existen otras penas como la reconstrucción de las zonas
devastadas, de igual manera, se debe ser crítico con los alcances de la Justicia
Restaurativa.

Las personas que guían la política pública deben que pedir perdón en sí mismo no es
Justicia Restaurativa ni conducir a las víctimas a un encuentro de forma obligatoria. esas
herramientas son resultado de un proceso no una actividad que se debe cumplir para llenar
unos indicadores de gestión como en la justicia retributiva.

La complejidad de la relación entre los estándares jurídicos de la Justicia Restaurativa y la


política de transición se agudizan en el caso colombiano. Esto es así no sólo por las
características del conflicto armado colombiano y del contexto en el que éste se desarrolla,
tenemos una sociedad dividida entre la aceptación o no de este tipo de justicia, y la
respuesta no es tomar elementos de una y otra para mezclarlos de forma injustificada para
mantener tranquila a cada parte de la sociedad, es necesario definir qué proceso se debe
llevar y cumplir con el propósito mismo de cada tipo de justicia que se vaya a implementar,
en el caso de los procesos llevados con los grupos paramilitares donde no se reconocieron
todas las culpas, se extraditaron cabecillas y se detuvieron las audiencias donde se llevaba
a las víctimas a observar como ante todos los casos los paramilitares respondían “no
recuerdo ese caso”, terminando por revictimizar a quienes habían sido afectados y sin un
cumplimiento real de la Justicia Restaurativa, por eso debemos aprender de los errores
cometidos y saber que no es un procesos secuencial, no es un proceso de cumplimiento
de ítems sino que es un proceso de aprendizaje, de comprensión del uno y del otro y ahí
es donde se dificulta la aplicación de la Justicia Restaurativa.
Las victimas entran a aceptar sentarse con los agresores y estos también lo aceptan, la
confianza es algo que es difícil de generar y llevará bastantes sesiones con el mediador,
entrar a comprender la humanidad ajena el dolor, la identificación entre agresor y agredido
no es algo de una o dos sesiones, en cada caso particular cada uno tiene su tiempo para
lograr un enganche con el otro, de ahí el reconocer sus culpas conocer sus historias, saber
puntualmente que es el dolor de su víctima y pedir perdón sobre lo que realmente el agresor
siente su culpa; pero ese tiempo los medios de comunicación ¿están dispuestos a
soportarlo?, los detractores del proceso ¿aceptarán las horas de sesiones que se
requieren?, es lo complejo en Colombia que mientras en algunos lugares los
desmovilizados están reconstruyendo las escuelas, los centros médicos, las inspecciones
de policía y hasta las vías, para minimizar su impacto en las comunidades a quienes están
pidiendo perdón por los daños causados, están reparando, restaurando y reconciliándose
con las comunidades que fueron sus víctimas, pero al parecer para quienes no han vivido
la dificultad de la guerra, no es suficiente, tenemos mucho como país por perdonar, para
aceptar totalmente este tipo de justicia.

CONCLUSIONES

Hoy en día, la experiencia de muchos países es que la mayoría de las víctimas y de los
infractores toman parte del proceso de justicia restaurativa si se les ofrece dicha
oportunidad y la aprecian.

En Colombia el proceso de paz con las FARC está basado en este tipo de justicia y aunque
es un proceso joven se espera que brinde las oportunidades necesarias para la verdad la
reparación y la reconciliación real.

Un trabajo que se debe hacer como mediador es visibilizar el proceso que se lleva en medio
de la Justicia Restaurativa en sus casos exitosos y en los casos fallidos realizar el análisis
especifico que brinde conocimiento sobre falencias y posibles fortalezas de estos procesos

Para el caso colombiano aún no está preparada para la Justicia Restaurativa porque en su
cultura continúa arraigada una obsesión por la idea de la prisión como única expresión de
hacer justicia y por la privación de libertad como mecanismo privilegiado de control del delito

BIBLIOGRAFÍA

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