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HUERTA

FAMILIAR
SALUDABLE

HUERTA FAMILIAR SALUDABLE


La producción de alimentos, es un derecho y deber de todo ser vivo.
Todo ser vivo debe disponer de alimentos vivos, acorde a su condición biológica.
El planeta tiene sus sistemas y cadenas para asegurar la sustentabilidad de la vida en el
tiempo.
La agricultura nació con el desarrollo del ser humano y sus migraciones en la
búsqueda de adaptación a las regiones. Podemos decir, que la agricultura es una opción
óptima de transición en la evolución humana.
La fusión de pueblos del mundo, generó diversas formas de cultivar y producir para
autoconsumo, según clima y espacio. Los europeos fueron pioneros y dejaron sus
experiencias como herencia. También América, con sus grandes extensiones y
abundancia, tuvo otras formas y métodos. Hoy, todo fusionado, se ha ido ordenando en
diferentes modelos, que en realidad son transición a saber: orgánico, natural, bio-
dinámico, integrado, limpio, sustentable…
Todas estas prácticas, son el camino hacia la agro-ecología, que engloba la integración
del hombre con los sistemas de la naturaleza, hasta reconstruir la cadena biológica que
sostiene la vida en todas sus formas. Es aquí que, se puede modificar, adaptar, crear y
aplicar formas de cultivo que favorezcan el tránsito hacia el consumo saludable, como
deber y derecho humano.
La huerta urbana, familiar o educativa, es una opción óptima para los modelos de
vida urbana. Permite el despertar de sentires, percibir esencialidades, y reencontrarnos
con la naturaleza y sus bondades.
Es esencial, vital para la familia, tener la seguridad de contar con el alimento de
calidad nutricional, libre de sustancias ajenas a la naturaleza; esto es de suma
importancia para desarrollarnos en la plenitud de nuestro potencial humano.
Producir nuestros alimentos, nos asegura y garantiza, cantidad, calidad y continuidad
a muy bajo costo, con el agregado del gozo y relax que la actividad propicia.
Ahorrando, en terapias para tal fin. Además, acortamos la distancia entre la salud y el
alimento, hasta que se dan la mano y se unen.
En la huerta familiar, encontramos el camino alternativo, natural ligado al
conocimiento de la estructura biológica y estructural de los alimentos, el hombre y la
vida en todo el planeta. Experimentar el cultivo, es un desafío para las familias urbanas.
Desde la agroecología, se puede planificar y ordenar, una metodología apropiada,
conservando lo esencial, para que se replique en los pequeños espacios.

¿CÓMO COMENZAR UNA HUERTA FAMILIAR?


Para pensar una huerta familiar, necesitamos tener en cuenta:
1) Espacio.
2) Agua.
3) Clima.
4) Sol.
5) Semillas.
6) Recipientes.
7) Humus.

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8) Guano.
9) Tierra.
10) Paja seca.

METODOLOGÍA
(Espacio de 1 m2 a 1000 m2)

1) Examinar el espacio, es decir, el suelo. Observar su calidad: arenoso, arcillosos,


salitroso, calcáreo, etc. Y así, programar su estructura nueva.
2) Ver el modelo de riego más adecuado: surco-goteo-aspersión.
3) Evaluar qué se va a sembrar.

Especies a sembrar. Guía de base:


HOJA:
Lechuga, acelga, espinaca, achicoria, perejil, apio, hinojo, albahaca, escarola, etc.

RAÍZ:
Rábanos, zanahorias, nabo, remolacha, etc.

BULBO, TUBÉRCULO:
Papas, camote, cebolla, puerro, ajo, etc.

FRUTOS:
Tomate, zapallos, pimientos, pepinos, chaucha, choclos, berenjenas, habas, arvejas,
etc.

FRUTALES:
Manzana, cereza, pera, frutilla, frambuesa, higos, etc.

TALLOS, FLORES, YEMAS:


Alcaucil, espárrago, repollo, coliflor, brócoli, coles de Bruselas, etc.

AROMÁTICAS:
Orégano, estragón, ortiga, manzanilla, tomillo, ruda, romero, lavanda, etc.

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FLORES:
Panchita, rosas, lirios, etc.

PLANIFICACIÓN DEL ESPACIO

Para hacer un aprovechamiento máximo del espacio y a la vez lograr buena comodidad
en el trabajo, circulación y estética que haga agradable el espacio de la huerta como un
jardín, es necesario distribuir en varias porciones el terreno.
Con creatividad y conveniencia, ubicaremos espacios estéticos para cada cosa.
Considerando en porcentajes: un 50% tendrá plantas permanentes o de asiento, y el otro
50% será de siembra estacional.
Las plantas de hoja y las aromáticas pueden ser de asiento.
Las de fruto y raíz son estacionales y las de yemas, tallos y flores (espárrago, alcaucil,
brócoli, apio…) son permanentes.
Teniendo en cuenta esto, haremos los canteros o surcos.

AGUA DE RIEGO:
Puede ser con manguera, goteo, aspersión o corriente. De cualquiera de estas formas,
debe lograrse una humedad pareja y duradera, sin que se haga costra, se apelmace la
tierra o se pudran los troncos de las plantas. Cada tipo de planta es distinta para la
absorción del agua. Es por ello, que se hace necesario, un método distinto para cada
una. En general, el surco y agua corriente viene bien a todas.

FERTILIDAD DEL SUELO


ORIENTACIÓN SOLAR
Reconocido el suelo, evaluamos su grado de fertilidad, el grado de contaminación y su
estructura fisicoquímica, para hacer aplicaciones especiales diferenciadas de acuerdo a
cada caso.

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Hay una regla general, para aplicar a cualquier terreno para que comience a moverse
el período de transición. Una vez que se han marcado senderos, canteros, surcos y
caminos podemos trabajar cada sector de acuerdo a lo que decidimos sembrar.
Es muy importante que en el espacio programado se determine la orientación según el
sol naciente y poniente.
El sol naciente debe dar pleno en la huerta y no debe haber árboles que tapen a las
plantas menores. El sol del primer mediodía es el que más energía aporta a las plantas,
desde que sale hasta la media tarde, esta energía es vital para que fructifiquen las plantas
y den semilla.
Las plantas de hoja y tallo que no fructifican, pueden plantarse más bajo árboles y al
poniente, y se verán favorecidas en su desarrollo foliar que gusta de fresca humedad.

SIEMBRA:
Si hemos determinado qué irá en cada sector de acuerdo a las reglas básicas
explicadas, nos preparamos a sembrar en cada sector de acuerdo al calendario de
siembras estacionales que tenemos en nuestra región.
Procedemos primero a plantar los árboles, arbustos y plantas de asiento permanente,
que albergarán la fauna que va a necesitar hogar en la huerta (avispas, pájaros, sapos,
vaquitas, bichos bolita, etc.).
Para iniciar las siembras, vamos a tener en cuenta los ciclos lunares que nos pueden
ayudar o perjudicar con su energía, ya que influye mucho en el desarrollo de las plantas,
naturalmente.
Así como esa energía mueve la gran masa del mar produciendo marea alta o baja,
también influye en la energía de desarrollo de los vegetales en combinación con la tierra
y el agua.
En luna creciente, tenemos energía positiva para la siembra de grano, cereales y todo
vegetal de fruto (tomate, zapallo, pepino, melón, sandía, etc.)
La luna menguante, es para la siembra de todos los tubérculos y vegetales de raíz
(papas, cebolla, ajo, zanahorias, etc.).
La luna nueva sirve sólo para desmalezar, laborear, podar, limpiar y preparar.
En los tiempos intermedios entre cada etapa lunar se siembran flores, tallos y hojas.
Esto es una regla muy general. Hay un calendario más específico por días y horas,
pero con esto basta para empezar; después cada uno perfeccionará su método.
Otro tema a tener en cuenta al momento de sembrar, es el tamaño de la semilla y su
posterior desarrollo como planta. Para calcular el espacio de siembra y no desperdiciar
semillas en un raleo innecesario después.

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Las semillas muy pequeñas se mezclan con un poco de arena fina o humus para una
mejor dosificación. Los granos se siembran a chorro o a golpe.

CALENDARIO DE SIEMBRAS. TIEMPO DE RECOLECCIÓN


Cada región del planeta, tiene clima y estaciones distintas. Por eso, también los ciclos
y ritmos de germinación y crecimiento no son iguales en todas partes.
Por la misma razón, no hay reglas fijas ni calendarios estándar para todos. Pero sí, hay
reglas generales que se pueden adaptar para cada región y clima.
Los ciclos de producción de la siembra hasta la cosecha, varían entre uno a seis meses.
Por ejemplo, los rábanos tardan 20 días y la zanahoria de 4 a 6 meses. Generalmente, se
siembra a fines de invierno y primavera lo que se cosecha en verano y otoño. Y se
siembra a fines de verano y otoño, lo que se cosecha en invierno y primavera. Estos dos
períodos, son los más propicios para las siembras estacionales o para los trasplantes.
Hay una variedad de especies que se pueden sembrar todo el año. Es un tema
demasiado extenso para tratarlo aquí. Hay cartillas y calendarios especiales de cada
región que se pueden adquirir en las agencias de extensión agropecuaria gubernamental
de cada región, que convienen adquirir para guiarse y después aplicar el criterio propio.
La experiencia de cada ciclo de siembra debería registrarse en el cuaderno de campo
diario.
Como hemos preparado canteros diferentes vamos a combinar las siembras de tal
forma que haya el máximo aprovechamiento sin que una interfiera o perjudique a otra.

PRODUCCIÓN DE SEMILLAS
Al principio, se deberá proveer de las semillas más genuinas y orgánicas que se
consigan. Entre amigos o viejos agricultores que las tienen por allí como cosa del
pasado. Si no hay más opción, adquirir las de la venta comercial. NUNCA
TRANGÉNICAS. Aún podemos usar las híbridas, pero no tendremos semillas de esa
especia para multiplicar, a menos que la planta sea de asiento y en tres ciclos de cultivo
recupere su origen. Así tal vez, tengamos una especie muy diferente a lo que sembramos
pero que nos puede ser útil.
Para la recolección de semillas hay que cuidar que haya una buena floración y esperar
que la planta madure y se seque bien. Sobre todo en el caso de hojas, raíces, tallos y
yemas que dan las semillas arriba de sus tallos. Por ejemplo: perejil, lechuga, puerro,
apio, acelga, zanahoria, nabo, etc.
Las hortalizas de fruto contienen la semilla en el interior del fruto maduro y se
obtienen cuando las utilizamos para alimento (tomates, berenjena, pimiento, zapallos,
pepinos, etc.). Otras, son el alimento en sí mismo como granos, cereales, bulbos y
tubérculos; en estos casos, reservamos siempre un poco después de lo necesario para
comer.
La cosecha, limpieza y conservación requiere un apartado especial, por ser muy
extenso.

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FRECUENCIA EN EL RIEGO:
El riego y la frecuencia más conveniente es muy difícil de determinar globalmente.
Cada suelo, cada clima y región exige tiempos distintos. Aunque el suelo orgánico nos
permite un criterio bastante uniforme por su gran capacidad de retener humedad.
La misma vegetación es la que nos alerta sobre la necesidad de regar otra vez. Como
hay canteros distintos podemos distinguir y manejar el riego a nuestro buen criterio,
según los requerimientos de cada vegetación que tenemos.
Hay reglas generales a tener en cuenta:
1) Regar en período fresco (noche, tarde o nublado).
2) En invierno, al mediodía con sol.
3) El agua debe correr lenta por los surcos, pero no encharcarse (se acidifica el
suelo).
4) No rociar las hojas con sol o calor del verano, sí en la noche o días frescos.
5) Regar cuando el suelo empieza a blanquear y la planta a opacarse.
6) Las plantas de hoja o raíz requieren más agua que las de fruto o tubérculo.
7) Las plantas de vaina (habas, arvejas, chauchas, etc.) necesitan riego después de
cortar en fresco verdes.
8) Las hortalizas necesitan menos agua cuando sus frutos maduran (zapallo, sandía,
melón, papa, camote, etc.).
9) Los frutales de árbol se riegan cada 10 o 15 días. Las hortalizas de fruto cada
seis u ocho días y las de hoja y tallo cada 3 días en verano, y pude ser el doble
para el invierno. En primavera y verano, proporcional al calor ambiental.

CONTROL SANITARIO GENERAL


En la primera etapa, durante el período de transición, pueden surgir algunos
problemas en el desarrollo y sanidad de las plantas, hasta que su equilibrio químico
y biológico natural se establezca. Puede haber ataque de insectos también. En estos
casos, hay que analizar la situación, revisando el sistema, verificar que las raíces no
estén con demasiado agua, guano o yuyos semi-descompuestos. Si es así, restaurar
retirando todo a su alrededor, cuidando no dañar la raíz y agregar tierra virgen de
otro lado, sin humus ni guano ni nada.
Cuando la planta se normaliza, después se mejora el suelo. Si no es posible su
recuperación, habrá que resignar su pérdida.
Si hay ataque de insectos, es importante verificar su especie. Si son pocos,
eliminarlos con la mano (caracoles, babosas, orugas, langostas, etc.). Rociar las
plantas con preparados especiales, biodinámicos y naturales, que hay para equilibrar
las plantas y que se defiendan de los bichos.
También se utilizan preparados especiales con olores que confunden a los insectos
y los alejan. Todo esto lo aprenderá cada uno en su oportunidad.
En una pequeña huerta se puede controlar la sanidad bastante bien, porque la
biodiversidad es intensa en el poco espacio cultivado y la atención es más
permanente y cotidiana.
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Una vez que lleguen los sapos y demás bichos, el riesgo es mínimo.

PROTECCIÓN INVERNAL
En regiones fías, el invierno puede tener bajas temperaturas y helar las hortalizas
de invierno o asiento. Por eso, es bueno cubrirlas con paja, rastrojos de caña seca de
maíz. Otra opción, es sembrar verdeo en otoño para que, una vez crecido, abrigue a
las plantas. El verdeo puede ser avena, vicia, cebada. También es útil cubrirlos con
plástico como un mini invernadero trebolar.

LA MINI-HUERTA EN EL JARDÍN FAMILIAR O


TERRAZA
Es posible, aun en la ciudad disfrutar de algunas verduritas y aromáticas sabrosas y
saludables, si ponemos empeño y creatividad.
Disponiendo de recipientes adecuados, de tierra fértil, buen agua y un poco de
conocimiento, de las fechas de siembra y plantación, con un calendario adecuado.
Cajones, bidones, botellas de plástico, baldes, fuentones, o lo que se disponga.
Macetas del mercado que se venden en múltiples formas y tamaños, todo sirve…

PASOS A SEGUIR
1) Disponer de un espacio, donde del sol de la mañana por lo menos.
2) Disponer de tierra especial preparada con humus, arena, turba, greda y tierra
común en partes iguales…o una tierra conocida ya fértil de alguna finca
orgánica.
3) Disponer de semillas o plantines de confianza orgánica.
4) Hacer agujeros a los recipientes para un buen drenaje del agua de riego.
5) Llenar los recipientes con la tierra preparada y ubicarlos en los lugares
dispuestos para cada uno.
6) Según el espacio disponible, el tamaño de la maceta y lo que deseamos cultivar.
Por ejemplo:
-Macetas profundas para tomates, chaucha, zanahoria o pimiento y algunas
aromáticas como el romero, salvia estragón, ortiga, espárrago, ajo. En general
todas las de raíces profundas.
-Las plantas de hoja y raíces cortas van en los recipientes chicos, y las de hojas
simples como perejil, menta, ciboulette, etc. Pueden ir al pie de las de mayor
tamaño, o a los espacios más sombríos.

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