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LA DESCENTRALIZACIÓN
MUNICIPALISTA EN COLOMBIA
ADMINISTRACION LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL
AUTOR: Naidu Duque Cante
ÍNDICE
A
partir
de
los
diferentes
propósitos
planteados
para
la
descentralización,
la
reforma
en
Colombia
adquirió
durante
los
años
80
un
énfasis
municipalista.
Por
considerarse
el
espacio
natural
para
garantizar
los
vínculos
entre
el
Estado
y
la
sociedad,
el
municipio
fue
visto
como
la
entidad
con
las
mayores
posibilidades
para
garantizar
la
prestación
directa
de
bienes
y
servicios
públicos
a
las
comunidades,
dentro
de
los
estándares
de
calidad
y
cobertura
requeridos.
Bajo
estas
condiciones,
la
descentralización
municipalista
se
consideró
el
mecanismo
fundamental
para
asegurar
mayores
niveles
de
eficiencia
y
eficacia
en
la
intervención
pública,
reducir
el
inconformismo
social
y
recuperar
la
legitimidad
del
Estado.
2 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
justificaron
trasladando
funciones,
que
antes
se
ubicaban
a
nivel
nacional,
hacia
los
municipios
(Leyes
11/86,
12/86
y
decretos
reglamentarios
con
la
expedición
de
la
Ley
12
de
1986
y
los
decretos
que
la
reglamentaron:
77,
78,
80
y
81
de
1987).
Finalmente,
mediante
la
elección
popular
de
alcaldes
con
el
acto
legislativo
01
de
1986,
se
logró
trasladar
poder
de
decisión
a
los
municipios,
consolidando
de
esta
forma
una
transformación
trascendental
para
el
diseño
institucional
de
nuestro
país1.
El
marco
normativo
de
la
descentralización
fiscal
tenía
el
propósito
de
prever
una
cantidad
de
recursos
ajustados
a
las
funciones
que
se
le
asignarían
a
las
entidades
territoriales,
tomando
en
cuenta
tanto
las
fuentes
internas
como
externas.
En
primer
lugar,
la
Ley
14
de
1983
fue
una
medida
que
buscó
fortalecer
las
finanzas
territoriales
a
partir
del
fortalecimiento
de
los
ingresos
propios,
específicamente
en
lo
relativo
a
los
impuestos.
En
lo
correspondiente
al
nivel
municipal,
esta
norma
introdujo
directrices
sobre
catastro
para
mejorar
el
recaudo
del
impuesto
predial;
también
definió
ajustes
a
los
impuestos
de
renta
y
complementarios,
de
circulación
y
tránsito
y
al
impuesto
de
industria
y
comercio.
En
el
caso
de
este
último,
se
incluyó
al
sector
financiero
como
sujeto
activo.
En
lo
referente
al
impuesto
predial
esta
ley
señaló
las
tarifas
y
las
sobretasas
municipales
tomando
en
cuenta
tanto
el
avalúo
catastral,
como
la
destinación
del
predio.
El
rango
para
la
fijación
de
las
tarifas
se
estableció
entre
el
4
y
el
12
por
mil.
En
cuanto
al
impuesto
de
industria
y
comercio,
la
norma
estableció
que
la
base
gravable
sería
el
tipo
de
actividad
económica
desarrollada,
considerando
su
carácter
comercial,
industrial
o
de
servicios.
El
cobro
debería
considerar,
además,
si
la
actividad
era
permanente
u
ocasional,
si
se
realizaba
en
establecimiento
comercial
o
no,
y
el
tipo
de
persona,
jurídica
o
natural,
responsable
de
la
actividad.
La
base
de
cobro
del
impuesto
se
estableció
a
partir
del
promedio
de
ingresos
brutos
de
cada
mes
obtenidos
en
el
año
anterior.
El
impuesto
de
circulación
y
tránsito
para
vehículos
se
definió
con
un
techo
del
2
por
mil
con
el
propósito
de
evitar
que
los
municipios
compitieran
para
atraer
contribuyentes,
pero
buscando
no
afectar
el
recaudo
municipal.
La
base
de
cobro
se
estableció
a
partir
del
valor
comercial
del
vehículo.
Esta
norma
también
tenía
el
objetivo
de
agrupar
en
una
sola
ley
las
disposiciones
en
materia
de
tributación
municipal
y,
asimismo,
consolidar
los
parámetros
orientados
al
recaudo
de
impuestos
y
aportar
mayor
organización
al
cobro.
Todo
esto
buscaba
principalmente
aumentar
1
Aunque
desde
la
reforma
constitucional
de
1868
los
territorios
ya
habían
sido
objeto
de
medidas
de
carácter
fiscal
y
administrativo,
fue
la
descentralización
política
el
factor
determinante
del
proceso
de
descentralización.
3
3
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 3
la
cantidad
de
recursos
disponibles
para
el
cumplimiento
de
los
propósitos
de
inversión,
en
particular
de
los
municipios.
En
segundo
lugar,
la
reforma
fiscal
se
orientó
al
incremento
de
las
transferencias.
Estas,
sin
embargo,
tuvieron
su
fase
inicial
en
la
década
de
los
años
60
cuando
se
estableció
la
participación
de
los
municipios
en
el
impuesto
a
las
ventas
(Ley
33
de
1968).
Esta
transferencia,
que
estaba
orientada
principalmente
al
nivel
local,
fue
objeto
de
varias
medidas
normativas,
una
de
las
más
importantes,
que
formó
parte
del
paquete
de
reformas
de
la
década
de
los
80,
fue
la
Ley
12
de
1986,
en
donde
se
le
asigna
la
denominación
de
Impuesto
al
Valor
Agregado
–
IVA.
Esta
norma
introdujo
varias
modificaciones
al
proceso
de
transferencias.
En
primera
medida
estableció
que
el
nivel
de
esfuerzo
fiscal
del
municipio
sería
el
criterio
para
asignar
la
transferencia,
también
redistribuyó
las
funciones
entre
los
tres
niveles
del
Estado
para
la
asignación
de
los
recursos,
y
estableció
que
los
municipios
de
menos
de
cien
mil
habitantes
recibirían
los
mayores
recursos
(González
Salas,
1991).
A
partir
de
la
Constitución
de
1991,
se
elimina
el
IVA
como
base
de
cálculo
para
la
transferencia
y
es
remplazado
por
los
ingresos
corrientes
de
la
nación.
Para
su
asignación
se
estableció
que
el
60%
de
los
recursos
se
asignaría
tomando
como
principal
criterio
la
población,
así
como
el
nivel
relativo
de
pobreza.
El
resto
de
los
recursos
sería
asignado
a
partir
de
la
población
total,
el
nivel
de
eficiencia
en
términos
fiscales
y
administrativos,
así
como
el
grado
de
avance
en
términos
de
calidad
de
vida.
La
norma
reglamentaria
fue
la
Ley
60
de
1993,
que
introdujo
las
directrices
para
la
asignación
de
la
participación
de
los
municipios
en
los
ICN
y
el
situado
fiscal2.
Esta
segunda
transferencia
estaba
destinada
para
los
departamentos
y
los
distritos.
Más
adelante
se
expidió
la
Ley
715
de
2001,
a
través
de
la
cual
se
definió
que
las
transferencias
se
asignarían
tomando
en
cuenta,
en
primera
medida,
el
sector
de
inversión
de
destino
de
los
recursos
y,
en
segunda,
el
tipo
de
entidad
responsable
de
la
función.
Esta
norma
derogó
la
Ley
60
de
1993
y,
con
ello,
eliminó
la
denominación
de
las
dos
transferencias
anteriores,
para
establecer
una
sola
como
Sistema
General
de
Participaciones
(SGP).
Este
sistema
estableció
que
las
transferencias
tendrían
destinación
específica
para
los
sectores
de
educación
y
salud,
y
determinó
un
porcentaje
de
los
recursos
para
propósito
general.
El
manejo
de
los
recursos
de
salud
y
educación
se
le
asignó
a
los
departamentos,
a
los
distritos
y
a
los
municipios
certificados.
La
ley
certificó
automáticamente
a
los
municipios
con
más
de
cien
mil
habitantes,
y
estableció
la
posibilidad
para
que
los
demás
municipios
que
cumplan
con
las
condiciones
administrativas,
técnicas
y
fiscales
también
puedan
hacerlo.
La
participación
de
propósito
general
tiene
como
2
El
situado
fiscal
fue
una
transferencia
dirigida
a
los
departamentos
desde
1968.
Estaba
orientada
a
los
servicios
de
salud
y
educación,
y
su
base
de
cálculo
fueron
los
recursos
ordinarios
de
la
Nación.
Con
la
Constitución
Política
de
1991,
tanto
para
el
situado
fiscal,
como
para
la
participación
de
los
municipios,
se
unificó
la
base
de
cálculo
tomando
en
cuenta
los
ingresos
corrientes
de
la
Nación.
4 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
destinatarios
a
los
municipios,
distritos,
y
el
departamento
Archipiélago
de
San
Andrés
y
Providencia.
La
descentralización
política
se
materializó
mediante
el
acto
legislativo
01
de
1986,
a
través
del
cual
se
introdujo
por
primera
vez
en
Colombia
la
elección
popular
de
mandatarios
locales.
Esta
reforma
repercutió
en
la
ruptura
de
las
relaciones
jerárquicas
entre
los
gobernadores
y
los
alcaldes,
derivadas
del
nombramiento
de
estos
últimos
por
parte
de
los
gobernadores.
Esto
condujo
a
una
transformación
en
la
lógica
de
rendición
de
cuentas
por
la
gestión
de
los
alcaldes,
la
cual
se
trasladó
del
gobernador
hacia
la
ciudadanía
como
destinatarios
directos
de
estos
procesos.
Así
mismo,
la
reforma
eliminó
la
tutela
estricta
que
ejercían
los
gobernadores
frente
a
los
actos
de
los
alcaldes,
y
con
ello
la
facultad
para
revocarlos.
3
Ley
11
de
1986,
Ley
12
de
1986
y
decretos
reglamentarios
77,
78,
80
y
81
de
1987.
5
5
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 5
fortalecimiento
de
las
administraciones
municipales
y
con
el
fin
de
adecuarlas
a
los
requerimientos
de
las
nuevas
condiciones
de
exigencia.
Por
otro
lado,
esta
norma
inició
una
tradición
de
desarticulación
entre
el
nivel
de
competencias
trasladadas
y
la
cantidad
de
recursos
asignados
para
hacerles
frente,
ya
que,
por
un
lado,
no
se
tomó
en
cuenta
la
relación
entre
recursos
a
trasladar
y
el
costo
de
los
bienes
y
servicios
para
cada
contexto,
ni
tampoco
con
los
niveles
de
recaudo
de
los
municipios.
Por
otro
lado,
ni
la
Ley
12/86
ni
la
Ley
14/83
consideraron
que
el
traslado
de
competencias
a
nivel
local
debía
acompañarse
de
la
cesión
de
impuestos
desde
el
nivel
nacional.
Por
el
contrario,
la
Nación
ha
seguido
concentrando
las
fuentes
más
dinámicas
de
recursos,
como
es
el
caso
del
IVA,
y
las
fuentes
municipales
más
representativas,
como
son
el
impuesto
predial
y
el
impuesto
de
industria
y
comercio,
que
constituyen
fuentes
inelásticas
y
que
son
insuficientes,
en
la
práctica,
para
soportar
la
carga
de
responsabilidades
que
han
sido
asignadas
a
los
municipios.
Tabla 1. Funciones municipales trasladadas al nivel municipal en la década de los años 80
Servicios
Relativas
a
la
construcción,
ampliación
y
mantenimiento
de
públicos
acueductos
y
alcantarillados,
jagüeyes,
pozos,
letrinas,
plantas
domiciliarios
de
tratamiento
y
redes.
Salud
Planta
física
y
dotación
de
puestos
de
salud
y
ancianatos.
.
Planta
física
y
dotación
de
los
planteles
educativos
oficiales
de
primaria
y
secundaria.
Educación
Ley
12
de
1986
Casas
de
cultura.
•
Cultura
Calles,
carreteras
veredales,
caminos
vecinales,
puentes
y
puertos
fluviales.
Centrales
de
transporte
Plazas
de
mercado
y
plazas
de
ferias.
Campos
e
instalaciones
deportivas
y
parques.
Vías
También
incluyó
temas
relativos
a:
Recreación
y
deporte
Tratamiento
y
disposición
final
de
basuras.
6 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
Extensión
de
la
red
de
electrificación
en
zonas
urbanas
y
rurales.
Programas
de
reforestación
vinculados
a
la
defensa
de
Transporte
cuencas
y
hoyas
hidrográficas.
Infraestructura
urbana
Servicios
públicos
domiciliarios
Infraestructura
urbana
Decreto
78
de
Vivienda
Otorgamiento
de
permisos
para
vivienda
1987
Nutrición
Competencias
relacionadas
con
nutrición
e
infraestructura
para
Decreto
81
de
Niñez
programas
dedicados
a
niños
y
ancianos
1987
Ancianos
Fuente: (elaboración propia con base en la Ley 12 de 1986 y decretos reglamentarios)
7
7
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 7
Más
adelante,
y
como
desarrollo
de
lo
establecido
en
la
Constitución
Política
de
1991,
se
dio
un
amplio
despliegue
normativo
a
partir
del
cual
se
han
venido
agregando
más
funciones
al
nivel
local
en
los
sectores
de
cultura,
ordenamiento
territorial,
prevención
y
atención
de
desastres,
desarrollo
administrativo,
promoción
del
desarrollo
económico,
ambiente,
turismo
y,
juventud,
entre
otros.
Tabla 2. Competencias de los municipios después de la constitución de 1991
8 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
manejo de los recursos naturales, usos del suelo, control
y preservación del patrimonio ecológico.
1. Asegurar la prestación eficiente de los servicios públicos
domiciliarios de acueducto, alcantarillado, aseo, energía
Agua potable y Ley 142 de 1994
eléctrica y telefonía básica conmutada.
saneamiento
básico
2. Actividades orientadas a otorgamientos de subsidios, Ley 715 de 2001
estratificación de inmuebles e infraestructura de servicios
públicos domiciliarios.
Ley 3 de 1991
Turismo Elaboración del plan sectorial de desarrollo turístico. Ley 715 de 2001
9
9
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 9
Promover, participar y/o financiar proyectos de desarrollo
rural.
Desarrollo
Prestar asistencia técnica agropecuaria.
Ley 715 de 2001
agropecuario
Promover asociaciones y alianzas de pequeños y
medianos productores.
Fuente: (elaboración propia con base en el marco normativo de competencias municipales)
Entre
los
defectos
más
importantes
que
se
deben
resaltar
al
analizar
el
diseño
institucional
del
municipio
en
nuestro
país,
encontramos
que
el
traslado
de
competencias
hacia
el
nivel
local,
que
se
dio
durante
la
fase
descentralizadora
de
los
años
80:
• No
vino
acompañado
de
una
cesión
de
impuestos
desde
el
nivel
nacional
hacia
los
municipios
que
hiciera
posible
su
mejoramiento
en
los
niveles
de
respuesta
y
en
la
capacidad
administrativa
instalada
a
nivel
local.
• Este
traslado
ocurrió
al
mismo
nivel
y
cantidad
para
todos
los
municipios
sin
tener
en
cuenta
las
diferencias
entre
ellos.
Sin
embargo,
además
de
una
distribución
de
competencias
adecuada,
que
responda
a
una
fórmula
conveniente
de
asignación
de
funciones
nacionales
y
territoriales,
se
requiere
del
cumplimiento
de
tres
requisitos
que
Bird
(2001)
considera
necesarios
para
que
se
produzca
el
“principio
de
correspondencia”,
que
son:
10 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
• El
área
que
recibe
el
beneficio
cargue
con
los
costos.
• La
responsabilidad
de
gastar
coincida
con
la
de
recaudar.
• Exista
una
correspondencia
entre
la
responsabilidad
de
financiamiento
y
la
responsabilidad
política.
En
estas
condiciones,
si
una
entidad
territorial
asume
una
competencia
cuyo
impacto
se
ubica
dentro
de
su
respectivo
territorio,
se
esperaría
que
dicha
entidad
asuma
la
responsabilidad
de
los
costos
que
origina.
Esta
situación
se
debe
fundar,
a
su
vez,
en
la
condición
previa
que
supone
que
la
entidad
territorial
debe
contar
con
la
capacidad
de
recaudo
suficiente
para
financiar
las
necesidades
y
problemáticas
que
se
generan
en
su
propia
jurisdicción.
Finalmente,
y
para
la
tercera
condición,
se
presume
la
existencia
de
una
relación
entre
las
autoridades
que
toman
las
decisiones
en
materia
de
financiación
de
bienes
y
servicios
públicos
y
la
respectiva
jurisdicción
territorial.
11
11
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 11
El
caso
colombiano
ha
demostrado
la
existencia
de
un
peso
mayor
de
recursos
transferidos
desde
el
nivel
nacional
frente
a
los
recursos
que
efectivamente
recaudan
los
municipios 4 ,
lo
cual
evidencia
la
ausencia
del
principio
que
plantea
la
necesaria
correspondencia
entre
gastos
e
impuestos.
De
acuerdo
con
el
DNP
(2000)
las
transferencias
persiguen
cuatro
objetivos:
La
realidad
de
los
municipios
y
departamentos
en
Colombia
revela,
sin
embargo,
que
aunque
las
transferencias
intergubernamentales
se
hayan
fundado
en
propósitos
de
equilibrio
interregional,
estos
están
lejos
de
lograrse,
ya
que
las
cifras
evidencian
que
los
territorios
que
históricamente
han
sido
más
prósperos
todavía
continúan
manteniendo
una
gran
ventaja
frente
a
los
más
pobres.
En
esos
términos,
aunque
no
existe
justificación
teórica
ni
práctica
que
permita
soportar
un
diseño
inadecuado
de
la
descentralización
en
Colombia,
la
situación
de
las
entidades
territoriales
continúa
manifestando
condiciones
que
de
acuerdo
con
Aghón
(1999)
se
expresan
en:
Aunque
los
gobiernos
subnacionales
pasaron
de
ejecutar
el
23%
del
gasto
público
del
país,
en
1984,
al
40.6%,
en
2005
(DNP,
2009),
el
mayor
recaudo
tributario
continúa
ubicado
en
el
gobierno
central,
ya
que
para
el
año
2000
aproximadamente
el
80%
de
los
ingresos
tributarios
fueron
recaudados
por
el
nivel
nacional.
Esto
trajo
como
consecuencia
una
gran
dependencia
de
las
4
El
bajo
nivel
de
recaudo
municipal
se
justifica
en
la
inelasticidad
de
las
fuentes
de
recursos
propios.
Las
principales
son:
el
impuesto
predial
y
de
Industria
y
Comercio.
Esta
justificación
es
contraria
a
la
que
sostiene
la
denominada
“pereza
fiscal”
que
se
ha
querido
introducir
como
válida
desde
los
organismos
nacionales.
12 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
transferencias
por
parte
de
los
gobiernos
subnacionales,
las
cuales
representaron,
para
el
mismo
año,
más
del
50%
de
los
gastos
territoriales
(Bonet,
2006).
Adicionalmente,
si
bien
en
Colombia
el
esquema
de
transferencias
intergubernamentales
viene
desde
1968,
todavía
persisten
marcadas
disparidades
regionales
en
la
atención
a
los
servicios
entre
entidades
territoriales,
siendo
las
más
importantes
las
que
se
relacionan
con
el
acceso
a
los
servicios
sociales
básicos
como
son
educación,
salud,
agua
potable
y
saneamiento
básico.
No
obstante,
para
la
mayoría
de
los
departamentos
las
coberturas
en
educación
mejoraron
entre
2002-‐2005.
Para
otros,
como
Guaviare,
Vichada
y
Guainía5,
las
coberturas
siguen
siendo
bajas
(DNP,
2009).
Estos
mismos
resultados
se
observan
en
relación
con
coberturas
de
acueducto
y
salud,
donde
departamentos
históricamente
rezagados
-‐como
Chocó-‐
siguen
manteniendo
coberturas
demasiado
bajas
si
se
comparan
con
Bogotá
o
con
el
promedio
nacional.
Aunque
las
transferencias
han
significado
un
incremento
en
los
recursos
de
los
territorios,
especialmente
desde
la
década
de
los
años
90,
todavía
persisten
las
disparidades,
cuya
principal
razón
se
encuentra
en
la
desigualdad
de
los
ingresos
tributarios,
ya
que
las
regiones
avanzadas
concentran
una
mayor
capacidad
de
recaudo.
Adicionalmente,
las
transferencias
no
presentan
un
patrón
claro
en
su
relación
con
el
nivel
de
desarrollo,
por
lo
que
se
concluye
que
no
cumplen
con
su
papel
redistributivo
debido
a
que
en
la
práctica
no
corrigen
la
inequidad
horizontal
de
los
ingresos
tributarios
(Bonet,
2006).
Estos
defectos
se
han
visto
profundizados,
además,
por
el
manejo
irresponsable
que
la
clase
política
le
ha
dado
a
los
recursos
públicos.
Entre
los
supuestos
más
importantes
del
discurso
de
la
descentralización
se
destaca
el
que
planteaba
que
la
elección
de
autoridades
propias
sería
la
garantía
para
mejorar
la
asignación
de
los
recursos
públicos
al
acercar
las
decisiones
a
las
verdaderas
necesidades
y
particularidades
del
territorio.
Adicionalmente,
la
descentralización
partió
de
la
consideración
de
la
existencia
de
una
sociedad
suficientemente
madura
en
términos
políticos,
capaz
por
ello
de
generar
contrapesos
frente
a
la
gestión
de
sus
mandatarios.
En
la
práctica,
sin
embargo,
estos
dos
propósitos
no
se
han
cumplido
si
tomamos
en
cuenta
un
gran
número
de
municipios
en
Colombia.
La
década
de
los
90
se
caracterizó
por
periodos
crecientes
de
endeudamiento
territorial
tanto
para
los
departamentos
como
para
los
municipios.
Entre
los
factores
a
los
que
se
le
atribuyó
este
fenómeno
están
las
expectativas
generadas
por
el
entonces
nuevo
sistema
de
transferencias,
así
como
por
la
elección
popular
de
gobernadores,
que
los
convirtió
en
sujetos
de
crédito
(Rodríguez,
1999).
De
manera
complementaria,
la
deuda
adquirida
en
la
mayoría
de
los
casos
no
tenía
fines
de
inversión,
sino
que
en
un
gran
porcentaje
se
destinó
para
gastos
de
funcionamiento.
Es
decir,
5
Al
respecto
podría
considerarse
como
factor
determinante
para
los
bajos
niveles
de
cobertura
en
educación
la
validez
del
modelo
educativo
nacional
frente
a
las
particularidades
culturales
y
étnicas
de
estos
territorios.
13
13
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 13
que
tanto
municipios
como
departamentos
no
solo
no
estaban
asignando
sus
recursos
propios
para
cubrir
inversión,
sino
que
tenían
que
endeudarse
para
alcanzar
a
cubrir
el
funcionamiento
de
sus
aparatos
administrativos,
cuyo
crecimiento
estaba
justificado
en
la
multiplicación
de
los
sectores
de
intervención.
En
la
práctica,
sin
embargo,
el
aumento
de
las
plantas
de
personal
a
nivel
territorial,
además
de
responder
al
incremento
de
competencias
tanto
de
ingreso
como
de
gasto,
puede
fundarse
en
otros
propósitos.
Entre
estos
se
cuentan
los
intereses
políticos
de
concejales
y
alcaldes
que
alimentaron
prácticas
clientelistas,
y
la
tendencia
natural
de
los
funcionarios
de
carrera
administrativa
a
la
ineficiencia,
lo
cual
obligó
a
la
búsqueda
de
personal
suficientemente
capacitado
y
dispuesto
a
adelantar
tareas
cruciales
para
los
municipios
y
los
departamentos
(Moreno,
1994).
Tabla 3. Valor máximo de los gastos de funcionamiento de los distritos y municipios
Categoría Límite
Especial 50%
Primera 65%
Fuente: (elaboración propia con base en la Ley 617 de 2000)
14 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
2.1.
Correspondencia
entre
competencias
y
particularidades
municipales
Desde
los
albores
de
la
descentralización
en
América
Latina
ya
se
consideraba
como
necesario
que,
además
de
tomar
en
cuenta
las
particularidades
sociales
y
culturales
de
las
comunidades
-‐
como
justificación
principal
para
la
descentralización-‐
y
la
existencia
de
entidades
territoriales
como
receptoras
del
proceso,
era
necesario
considerar
aspectos
intermedios.
Entre
estos,
se
consideraba
importante
realizar
un
análisis
detallado
de
las
funciones
que
serían
objeto
de
descentralización
tomando
en
cuenta
los
niveles
de
capacidad
operativa
mínima
requerida
para
cada
una
(Borja,
1987;
Moreno,
1994).
La
categorización
municipal
es
una
deuda
que
todavía
se
mantiene
en
Colombia,
aun
cuando
ya
ha
formado
parte
de
nuestra
institucionalidad
por
lo
menos
como
propósito
desde
la
reforma
constitucional
de
1945
(acto
legislativo
01
de
1945).
El
artículo
181
del
acto
reformatorio
de
la
constitución
autorizaba
a
la
ley
para
establecer
diversas
categorías
de
municipios
tomando
en
cuenta
los
criterios
de
población,
recursos
fiscales
e
importancia
económica.
Esto
conduciría
a
la
definición
de
un
régimen
distinto
para
su
administración.
Más
adelante,
dicho
propósito
fue
recogido
por
la
Constitución
Política
de
1991,
en
su
artículo
320,
el
cual
autoriza
a
la
ley
para
el
establecimiento
de
categorías
de
municipios
de
acuerdo
con
su
población,
recursos
fiscales,
importancia
económica
y
situación
geográfica.
A
partir
de
estos
criterios,
las
categorías
de
municipios
deben
conducir
a
una
diferenciación,
y
por
ende
a
un
régimen
distinto
en
materia
de
organización,
gobierno
y
administración6.
En
la
medida
en
que
la
categorización
municipal
no
fue
la
base
del
proceso
ni
se
dimensionaron
los
efectos
que
su
ausencia
le
generaría,
la
reforma
se
llevó
a
cabo
mediante
el
traslado
6
Aunque
en
la
actualidad
existen
categorías
municipales
(especial,
1ª,
2ª,
3ª,
4ª,
5ª,
y
6ª),
definidas
a
partir
de
la
Ley
617
de
2000,
las
mismas
sólo
diferencian
a
los
municipios
por
población
y
recursos,
pero
no
generan
efectos
hacia
la
diferenciación
de
municipios
en
su
diseño
interno
en
materia
de
gobierno,
administración
y
organización,
como
lo
plantea
la
Constitución
Política
de
1991.
15
15
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 15
homogéneo
de
funciones
hacia
los
municipios.
Esta
situación
ha
generado
en
la
práctica
enormes
presiones,
especialmente
para
los
municipios
más
pequeños
y
con
menor
capacidad
de
recaudo,
condición
que
a
largo
plazo
ha
conducido
a
un
estado
de
permanente
debilidad
institucional
(Hernández,
2003).
De
hecho,
no
existe
una
política
estructurada
de
fortalecimiento
institucional
definida
desde
el
nivel
nacional
que
permita
evidenciar
un
proyecto
claro
de
mejoramiento
de
capacidades
administrativas
para
los
municipios
en
nuestro
contexto.
En
estas
condiciones,
y
partiendo
de
la
experiencia,
lo
que
se
prevé
a
largo
plazo
es
que
los
municipios
pequeños
nunca
lograrán
un
incremento
progresivo
de
su
capacidad
de
respuesta,
debido
principalmente
a
las
limitaciones
de
recursos
que
les
impiden
atraer
capital
humano
suficiente
y
con
mayores
niveles
de
formación
y
experiencia
a
sus
administraciones.
Esta
situación
conducirá
a
que
los
niveles
de
desarrollo
institucional
sigan
experimentando
el
mismo
comportamiento
cíclico
de
siempre,
expresado
en
periodos
de
crecimiento
de
capacidad
a
lo
largo
de
los
cuatro
años
de
cada
gobierno,
y
periodos
de
decrecimiento
en
la
transición
de
un
gobierno
a
otro.
Lo
anterior
se
deriva
de
que
los
funcionarios
mejor
preparados
de
una
administración
de
un
municipio
pequeño
son
aquellos
que
forman
parte
del
gabinete
de
gobierno
(Duque,
2007).
Adicionalmente,
tanto
el
alcalde
municipal
como
los
funcionarios
del
gabinete
en
los
municipios
pequeños
son
funcionarios
“promiscuos”,
debido
a
que
deben
hacerse
responsables
de
todos
los
asuntos
asignados
a
la
entidad
a
partir
de
una
estructura
administrativa
bastante
reducida7,
y
con
el
apoyo
de
funcionarios
de
poca
formación
(Duque,
2007).
Además
de
que
la
capacidad
de
respuesta
de
estas
entidades
es
bastante
precaria,
su
estructura
administrativa
sufre
presiones
constantes
debido
tanto
a
la
complejidad
que
encierra
cada
una
de
las
competencias
asignadas,
como
al
carácter
dinámico
del
marco
normativo,
el
cual
se
transforma
constantemente,
exigiendo
adaptaciones
y
respuestas
inmediatas
especialmente
en
los
temas
de
contratación,
presupuesto
y
planeación.
Sumado a lo anterior, los municipios pequeños se ven afectados por la falta de apoyo
externo que reciben, ya que a pesar de que desde la Ley 3 de 1986 los departamentos
deberían tener la responsabilidad de brindarles asistencia técnica, administrativa y fiscal,
la mayoría de veces los apoyos se reducen a la cofinanciación de proyectos locales. En
materia de asistencia técnica y administrativa la respuesta departamental se enfoca en
7
A
partir
de
la
Ley
617
de
2000,
los
municipios
deben
destinar
un
porcentaje
específico
de
sus
ingresos
corrientes
de
libre
destinación
a
gastos
de
funcionamiento,
dependiendo
de
la
categoría
en
la
que
se
encuentren
clasificados;
esto
conduce
a
que
los
municipios
que
tienen
menor
capacidad
de
recaudo
deban
asumir
todas
las
competencias
municipales
a
partir
de
un
número
reducido
de
funcionarios
en
sus
plantas
de
personal.
En
términos
generales,
en
los
municipios
más
pequeños
sus
recursos
propios
son
apenas
suficientes
para
los
gastos
de
funcionamiento,
y
los
gastos
de
inversión
se
financian
principalmente
a
través
de
transferencias.
16 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
la oferta de capacitaciones que la mayoría de las veces no consultan la verdadera
necesidad de los municipios y que además dejan de lado el acompañamiento y la
asesoría.
A
manera
de
síntesis
podemos
afirmar
que
la
descentralización
aparece
como
uno
de
los
fenómenos
más
importantes
que
se
derivaron
de
la
transformación
del
Estado
en
América
Latina.
Dicha
importancia
se
encuentra
fundada
en
las
diferentes
posibilidades
y
expectativas
que
generaba
para
la
solución
de
una
multiplicidad
de
problemas
a
los
que
se
enfrentaba
el
Estado
en
el
contexto
de
la
crisis
en
términos
de
gobernabilidad,
legitimidad,
representación
política,
eficiencia
y
eficacia
y
democracia.
17
17
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 17
Con
el
fin
de
lograr
estos
propósitos,
el
énfasis
de
la
descentralización
en
Colombia
fue
municipalista,
al
considerar
al
municipio
como
el
espacio
idóneo
para
la
apertura
de
espacios
democráticos,
para
el
acercamiento
del
Estado
y
la
sociedad,
la
mejor
identificación
de
las
necesidades
y
problemáticas
locales,
la
focalización
del
gasto
público
y
el
control
social.
La
reforma
involucró
la
expedición
de
un
paquete
normativo
bastante
ambicioso
que
introdujo
cambios
en
materia
fiscal,
al
fortalecer
las
fuentes
de
recaudo
territorial
e
incrementar
el
nivel
de
transferencias;
también
en
materia
administrativa,
al
trasladar
las
funciones
de
prestación
directa
de
servicios
desde
la
nación
hacia
los
municipios;
y
en
materia
política
al
autorizar,
por
primera
vez
en
Colombia,
la
elección
popular
de
alcaldes.
Sin
embargo,
aunque
el
proceso
de
descentralización
se
fundó
en
propósitos
de
reconocimiento
y
fortalecimiento
municipal,
en
la
práctica
ha
significado
una
enorme
carga
de
responsabilidad,
especialmente
para
las
administraciones
locales
más
pequeñas.
Esto,
debido
a
que,
por
un
lado,
la
asignación
de
mayores
competencias
no
se
acompañó
de
un
traslado
de
fuentes
de
recaudo
de
la
Nación
hacia
los
municipios.
Por
el
contrario,
la
Nación
ha
preferido
concentrar
la
mayor
cantidad
de
impuestos
y
ceder
recursos
a
través
de
un
incremento
en
las
transferencias,
especialmente
durante
la
década
de
los
años
90.
18 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
GLOSARIO
DE
TÉRMINOS
Descentralización
fiscal:
es
una
de
las
tres
dimensiones
de
la
descentralización
territorial
y
se
refiere
a
la
asignación
de
los
recursos
con
que
cuentan
las
entidades
territoriales
en
Colombia:
los
distritos,
los
municipios
y
los
departamentos.
Estos
recursos
pueden
provenir
de
transferencias,
que
son
aquellas
que
gira
la
Nación
a
las
entidades
territoriales
para
los
servicios
de
salud,
educación
y
agua
potable.
También
se
refiere
a
los
recursos
provenientes
de
impuestos
asignados
a
las
entidades
territoriales.
Esta
asignación
se
realiza
a
través
del
marco
normativo
de
Colombia
(elaboración
propia).
Descentralización
política:
es
una
de
las
tres
dimensiones
de
la
descentralización
territorial
y
se
refiere
a
la
asignación
de
autoridades
propias
de
las
entidades
territoriales
en
Colombia,
los
distritos,
los
municipios
y
los
departamentos.
Esta
asignación
se
realiza
a
través
de
la
Constitución
y
las
diferentes
leyes
que
desarrollan
los
preceptos
de
la
Carta
Magna
(elaboración
propia).
Distrito:
los
distritos
son
entidades
territoriales
organizadas
de
conformidad
con
lo
previsto
en
la
Constitución
Política,
que
se
encuentran
sujetos
a
un
régimen
especial
en
virtud
del
cual
sus
órganos
y
autoridades
gozan
de
facultades
especiales
diferentes
a
las
contempladas
dentro
del
régimen
ordinario
aplicable
a
los
demás
municipios
del
país,
así
como
del
que
rige
para
las
otras
entidades
territoriales
establecidas
dentro
de
la
estructura
político
administrativa
del
Estado
colombiano
(artículo
2
de
la
Ley
1617
de
2013).
Entidad
territorial:
de
acuerdo
con
la
Constitución
Política
de
1991,
son
entidades
territoriales
los
departamentos,
los
distritos
y
los
municipios,
y
deja
en
manos
de
la
Ley
Orgánica
de
Ordenamiento
Territorial
la
posibilidad
de
darles
el
carácter
de
entidades
territoriales
a
las
regiones,
las
provincias
y
las
Entidades
Territoriales
Indígenas.
(Constitución
Política,
artículos
286
y
329).
Las
entidades
territoriales
son
entidades
públicas
con
personería
jurídica,
autoridades
propias,
autonomía
administrativa
y
fiscal,
que
ejercen
sus
funciones
sobre
un
territorio
y
una
población
determinados
(elaboración
propia).
Estado:
1.Forma
de
organización
política,
dotada
de
poder
soberano
e
independiente
que
integra
la
población
de
un
territorio.
2.
País
soberano,
reconocido
como
tal
en
el
orden
internacional,
asentado
en
un
territorio
determinado
y
dotado
de
órganos
de
gobierno
propios
(RAE
(s.f.))
19
19
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 19
REFERENCIAS
Referencias Bibliográficas
20 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO
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endogenidad
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gasto
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Bogotá:
Archivos
de
Economía.
Departamento
Nacional
de
Planeación
–DNP.
Normatividad
21
21
ADMINISTRACIÓN LOCAL Y DESARROLLO MUNICIPAL 21
11. Acto
Legislativo
01
de
1986.
Por
el
cual
se
reforma
la
Constitución
Política.
Diario
Oficial
37304
de
enero
10
de
1986.
12. Ley
3
de
1986.
Por
la
cual
se
expiden
normas
sobre
la
administración
departamental
y
se
dictan
otras
disposiciones.
Diario
Oficial
año
CXXII,
N.
37304.
10
de
enero
de
1986.
p.
1.
13.
14. Ley
11
de
1986.
Por
la
cual
se
dicta
el
estatuto
básico
de
la
administración
municipal
y
se
ordena
la
participación
de
la
comunidad
en
el
manejo
de
los
asuntos
locales.
16/10/1986.
15. Ley
12
de
1986.
Por
la
cual
se
dictan
normas
sobre
la
Cesión
de
Impuesto
a
las
Ventas
o
Impuesto
al
Valor
Agregado
(I.V.A.)
y
se
reforma
el
Decreto
232
de
1983.
Diario
Oficial
No.37310
del
17
de
enero
de
1986
y
Diario
Oficial
No.
37553
del
18
de
julio
de
1986.
16. Ley
10
de
1990.
Por
la
cual
se
reorganiza
el
Sistema
Nacional
de
Salud
y
se
dictan
otras
disposiciones.
Diario
Oficial
39137
de
enero
10
de
1990.
17. Ley
3
de
1991.
Por
la
cual
se
crea
el
Sistema
Nacional
de
Vivienda
de
Interés
Social,
se
establece
el
subsidio
familiar
de
vivienda,
se
reforma
el
Instituto
de
Crédito
Territorial,
ICT,
y
se
dictan
otras
disposiciones.
Diario
Oficial
39.632
del
15
de
enero
de
1991.
18. Ley
60
de
1993.
Por
la
cual
se
dictan
normas
orgánicas
sobre
la
distribución
de
competencias
de
conformidad
con
los
artículos
151
y
288
de
la
Constitución
Política
y
se
distribuyen
recursos
según
los
artículos
356
y
357
de
la
Constitución
Política
y
se
dictan
otras
disposiciones.
Diario
Oficial
No.
40987
del
12/08/93.
19. Ley
715
de
2001.
Por
la
cual
se
dictan
normas
orgánicas
en
materia
de
recursos
y
competencias
de
conformidad
con
los
artículos
151,
288,
356
y
357
(Acto
Legislativo
01
de
2001)
de
la
Constitución
Política
y
se
dictan
otras
disposiciones
para
organizar
la
prestación
de
los
servicios
de
educación
y
salud,
entre
otros.
20. Ley
812
de
2003.
Por
la
cual
se
aprueba
el
Plan
Nacional
de
Desarrollo
2003-‐2006,
hacia
un
Estado
comunitario.
Diario
Oficial
45231
de
junio
27
de
2003.
(s.d.)
Competencias
municipales
asignadas
a
los
municipios
en
la
década
de
los
80.
Elaboración
del
autor.
(s.d.) Competencias de los municipios después de la constitución de 1991. Elaboración del autor.
(s.d.)
Valor
máximo
de
los
gastos
de
funcionamiento
de
los
distritos
y
municipios.
Elaboración
del
autor.
22 POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO