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ENKA SISTEMS
Profesora: Estudiante:
26.037.617
Julio - 2016
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y VIOLENCIA
Situación actual
Lo que sugiere que la observación de la televisión podría ser una causa más
que una consecuencia de la conducta agresiva. Sin embargo, la investigación
posterior por los psicólogos Douglas Gentile y Brad Bushman, entre otros, sugiere
que la exposición a la violencia en los medios es sólo uno de varios factores que
pueden contribuir a la conducta
agresiva.
Muchos de los videojuegos más populares, tales como "Call of Duty" y "Grand
Theft Auto", son violentos; Sin embargo, como la tecnología de los videojuegos es
relativamente nuevo, hay
un menor número de
estudios empíricos sobre
la violencia en los
videojuegos que otras
formas de violencia en los
medios. Aún así, varias
revisiones meta-analíticas
han reportado efectos
negativos de la exposición
a la violencia en los
videojuegos.
Un aspecto que ha generado mucho interés entre los psicólogos durante las
últimas décadas, tiene que ver con la influencia de los medios de comunicación en
la conducta humana. De hecho los medios de comunicación cumplen diferentes
funciones sociales, entre las que destaca la función socializadora. Con respecto a
la agresividad, esta función se cumple al transmitir, mediante la presentación de
una variedad de episodios de violencia, las normas, valores y actitudes que
regulan el comportamiento violento. Además a través de ejemplos de ficción y
realidad, los medios de comunicación ofrecen un amplio repertorio conductual de
las personas.
Los estudios realizados desde la Teoría del Aprendizaje Social han sugerido,
además, que la visión de violencia en los medios de comunicación tiene dos
efectos colaterales:
Reduce la reacción de los observadores ante el sufrimiento de las víctimas.
Reduce la sensibilidad de los observadores hacia los actos violentos.
El modelado, la imitación, el aprendizaje operante y, en definitiva, aquellos
mecanismos que subyacen en el aprendizaje vicario son centrales en la capacidad
de los medios para transmitir pautas de conducta agresiva y difundir un valor y un
significado socialmente aceptado de la violencia.
La violencia que se presenta en los medios es más influyente en función de
diversas condiciones de los protagonistas agresivos y de las consecuencias de la
acción, considerándose, además, que los niños son especialmente vulnerables a
la visión de la violencia.
Los estudios de laboratorio han confirmado que la televisión y las películas
violentas afectan a las conductas agresivas a corto plazo. Por otro lado,
Huesmann y sus colaboradores realizaron un estudio longitudinal para comprobar
si los efectos de la exposición a conductas violentas en los medios de
comunicación, persiste a largo plazo. Para realizar dicho estudio seleccionaron
una muestra de niños de entre 6 y 10 años, que fueron expuestos en diversos
grados de intensidad a conductas violentas en la televisión. A este grupo de niños
se les realizó un seguimiento durante 15 años y los resultados obtenidos no
dejaron lugar a dudas, ya que el 70% de los sujetos que fueron intensos
espectadores infantiles de violencia informaron de haber golpeado a alguien.
Además, el 42% habían cometido actos violentos y delictivos, frente al 22% de los
agresores adultos que no fueron expuestos a violencia intensa en la televisión. A
pesar de que este estudio no permite saber si los adultos violentos ya tenían en su
infancia una preferencia por los programas violentos, los resultados sugieren que
exponer a los niños a la violencia televisada, puede tener efectos en su conducta
15 años después.
Por otra parte, la visión de la violencia en los medios de comunicación no se hace
de una forma pasiva ni al margen de la sociedad. De hecho, recientes estudios
realizados por psicólogos informaron que los padres, los iguales y otras personas
relevantes para el niño, modulan los efectos que finalmente tendrá la violencia en
los medios de comunicación. En este sentido, se constató que el simple hecho de
que los padres destacaran que el programa era irreal, redujo su impacto sobre los
niños.
En un sentido más amplio, los estudios transculturales confirman que los efectos
de la exposición a la violencia ofrecida en los medios de comunicación están
modulados por factores culturales. Las diferencias encontradas en el estudio
transcultural realizado por Huesman y Eron, pusieron de manifiesto que la
tendencia a imitar la conducta observada no es constante entre culturas, si bien, al
mismo tiempo, se confirma que la relación entre exposición a la violencia
y conducta agresiva persiste en todas ellas. Otra conclusión que obtuvieron es que
la identificación con los héroes de las películas es le mecanismo más importante
relacionado con la imitación de la conducta agresiva televisada. Por otro lado, la
revisión realizada por Groebel, sugiere que las diferencias transculturales en el
impacto de los medios de comunicación, se relacionan con factores tales como las
normas sociales y los valores predominantes. Considerando estos resultados,
cabe concluir que la violencia en los medios de comunicación puede contribuir a la
agresión en una sociedad, pero el grado en que lo hace depende del contexto
cultural en el que dicha violencia aparece.
Por último y en estrecha relación con el desarrollo de las nuevas tecnologías, los
videojuegos están dominando una parte importante del ocio de los niños y
jóvenes. Desde que en los años 70 se introdujeron en el mercado, ha ido
aumentando su presencia en los hogares de gran número de países. La
simplicidad de los contenidos y de las imágenes cuando aparecieron los primeros
videojuegos, no podía hacer sospechar que en la actualidad los juegos más
demandados incluirían temática violenta, que además, en ciertas ocasiones, se
dirige hacia las mujeres. Esta circunstancia, unida al elevado realismo alcanzado
en las simulaciones, ha multiplicado los debates e investigaciones acerca de los
posibles efectos perniciosos de estos juegos y de sus posibles efectos sobre el
comportamiento violento de los usuarios. En este sentido, prestigiosos psicólogos
sugirieron que los efectos de los videojuegos sobre la conducta violenta y
deagresión son mucho mayores que los que ejercen la televisión y las películas.
Esta afirmación la sustentan en el hecho de que en los videojuegos se reproducen
diversas condiciones que facilitan el aprendizaje, entre las que destacan las
siguientes:
Los juegos requieren mucha implicación e interacción.
Los juegos refuerzan la conducta violenta.
Los niños y jóvenes practican una y otra vez este tipo de conductas violentas
en el transcurso del juego.
Son muy llamativos y requieren que el jugador se identifique con el agresor.