RED CLACSO DE POSGRADOS EN CIENCIAS SOCIALES

CURSO INTERNACIONAL: Políticas Públicas, Justicia y

Autonomía de las Mujeres en América Latina y el Caribe
Sylvia Vargas Villalba
Colombia
Clase 9
Actividad 2

Reflexión

Es importante señalar que el enfoque que tomará el caso para la presente reflexión se enmarca en la
afirmación de la profesora Diana González, donde se señala que el abuso sexual infantil es un crimen
naturalizado y por ende con una alta tasa de impunidad, que “consiste en imponer al niño – niña
conductas sexuales no adecuadas para la etapa en la que se encuentran”, lo que no implica pensar
a los niños – niñas sin vida sexuales pero con conductas que nada tienen que ver con la sexualidad
adulta.
Hago la anterior aclaración porque parte de los argumentos aparecen en la evaluación de los
embarazos en niñas o adolescentes está enmarcados en que las “niñas hoy en día son muy precoces
y buscan iniciar su vida sexual de manera temprana” pero no se aborda la situación bajo un análisis
de contexto en donde producto del sistema heteropatriarcal las niñas se convierten en objetos
sexuales y fácilmente la sociedad las introduce en conductas sexuales adultas. Ésta discusión
requiere un análisis más profundo, pero para el presente análisis se tomará la situación como un
abuso sexual por parte de una persona mayor a Alicia.
Como tal, en Colombia la ruta de atención en casos de violencia sexual está demarcada a través de
varias instituciones cuyo procedimiento encabeza el Instituyo Colombiano de Bienestar Familiar -
ICBF, quién demarcara la ruta de acción. Esta ruta involucra a varios sectores, que son: Salud,
Justicia, Educación y Protección y todos están entrelazados en la búsqueda de garantizar los
derechos de la persona menor. Como en el presente caso la mamá lleva a Alicia al médico, la ruta la
activa el sector de salud y cómo está en embarazo, se espera que tras los protocolos de detección
de violencia sexual la menor sea informada de sus derechos entre los cuáles se encuentra la I.V.E.
Sin embargo, en Colombia para el 2017 apenas el 45% de las mujeres recibieron información sobre
la I.V.E. en centros de salud1 y de ésta cifra, la brecha entre zonas rurales y urbanas es muy
significativa.

1
Encuesta de percepción sobre la interrupción voluntaria del embarazo en Colombia, de la Mesa por la Vida y
Salud de las Mujeres (2017)
Tras activar la ruta, se informa al ICBF de la situación y la menor es trasladada a un centro zonal,
desde allí el ICBF iniciará el proceso de justicia haciendo un llamado a la Fiscalía para que tomen las
declaraciones de la menor o remitirá la denuncia que puede realizarse a través de un juzgado de
familia (que por lo general están ubicados en el ICBF). Tras la situación, inicia un proceso muy largo,
que puede tener dos vértices dependiendo de como se hayan presentado los hechos. 1) Si la VSX
fue cometida por una persona ajena a la familia se inicia un proceso de notoficación de los hechos,
donde lamentablemente se revictimiza a la menor y su núcleo más cercano pues deben ser ellas las
encargadas de entregar la boleta de citación y exponerse a nuevas agresiones o puede ser el vértice
2) donde es posible que la persona agresora sea un familiar y en dado caso se supone que se debe
exigir el desalojo del agresor del lugar, sin embargo por patrones socio-culturales y patriarcales, ésta
última hipótesis es la que conlleva mayor trabajo pues implica generar una denuncia donde se culpa
a la menor por la situación y además por poner en riesgo la libertad del agresor, además tal como lo
menciona Diana González, es frecuente la alienación parental para hacer retractar a la menor de lo
sucedido.
Por otra parte, como Alicia estaría en embarazo, ponen la carga probatoria (excepto que haya
testigos) en los resultados de ADN, para lo cual es necesaria la I.V.E. Sin embargo, he conocido
situaciones en donde en el sistema de salud y judicial le dicen a la menor que en dado caso que no
sea compatible el ADN la procesarán por aborto, lo cual genera todo un retroceso en las acciones.
Si la situación avanza de manera adecuada, Alicia colocará la denuncia en la fiscalía a través del
ICBF y en dado caso que su entorno sea peligroso para ella, se enviará a un hogar de paso hasta
aclarar la situación jurídica y en lo posible habrá logrado la I.V.E. o contará con la información
pertinente para tomar una decisión.
Lamentablemente éste sistema colombiano como ésta diseñado se podría pensar que sí protege los
derechos de la menor conforme a la CDN y a la Convención Belém do Pará, pero en su aplicación no
es así. Está atravesada por los imaginarios y prejuicios machistas, patriarcales y adultocentristas de
quiénes hacen las intervenciones, generando una revictimización para la menor víctima. Un ejemplo
de lo anterior, es la toma de la declaración del menor, donde en algunos casos dependiendo de la
zona geográfica, la practican profesionales no expertas en el tema, que terminan repitiendo en más
de una oportunidad2 la entrevista y frente a diferentes personas con un lenguaje muy técnico, lo que
conlleva a una revictimización. Precisamente ésta situación, infringe la observación 12 a la CDN que
da una serie de pautas para garantizar el derecho del menor a ser escuchado, haciendo hincapié a
las consideraciones en los procesos judiciales y aunque no guarda relación directa, en la educación
y en la escuela. Pues dicho sistema judicial guarda un enfoque punitivo y no preventivo de los hechos,
siendo la educación formal y social, los primeros escenarios en ser abordados para evitar éste tipo

2
Conde, Ma. Jesus. El acceso a la justicia de niños, niñas y jóvenes. P. 202
de violencias, permitiendo una reflexión desde las voces de los menores frente a hechos como la
mutilación genital (que aún se practica en algunas comunidades indígenas), el matrimonio por dote
(en algunas comunidades indígenas) y el embarazo en adolescentes producto de la
hipersexualización de las menores conducido por la música, la TV y las múltiples tecnologías que
entran a cubrir la carencia de derechos culturales, de recreación y de educación no sexista y con
equidad.