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Sentencia nº RC.

000589 de Tribunal
Supremo de Justicia - Sala de
Casación Civil de 11 de Octubre de
2016
Fecha de Resolución: 11 de Octubre de 2016

Emisor: Sala de Casación Civil

Número de Expediente: 16-133

Ponente: Vilma Maria Fernandez Gonzalez

Procedimiento: Recurso de Casación

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CONTENIDO
SALA DE CASACIÓN CIVIL
Exp. N.. AA20-C-2016-00133
Magistrada Ponente: V.M.F.G..
En el juicio por nulidad de contrato por simulación seguido por los ciudadanos P.A.C.B.,
M.C.B. y MARIO CRUGNALE BAGNATO, representados judicialmente por el abogado L.C.G.,
contra los ciudadanos M.P.C.S. y A.T.C.B., el primero, representado judicialmente por el
abogado C.H.L. y la segunda, por el abogado R.A., en su carácter de defensor ad-litem; el
Juzgado Superior Primero en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado L., dictó sentencia en fecha 11 de enero de 2016, mediante la cual declaró sin lugar el
recurso de apelación interpuesto por la parte actora, inadmisible la demanda y confirmó la
sentencia dictada en fecha 24 de noviembre de 2014, por el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, M. y del Transito de la misma Circunscripción Judicial, que declaró
inadmisible la demanda.
Contra la referida sentencia de la alzada, la parte demandante anunció recurso de
casación, el cual fue admitido mediante auto de fecha 27 de enero de 2016, y oportunamente
formalizado. No hubo impugnación.
Concluida la sustanciación del recurso, la Sala procede a dictar sentencia bajo la
ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, en los términos siguientes:
RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD
I
De acuerdo con el ordinal 1º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, el formalizante
denuncia la infracción en la recurrida de los artículos 15, 206 y 208 eiusdem, por lo que la
misma adolece del vicio de indefensión, bajo la siguiente fundamentación:
…Con fundamento en el ordinal primero del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio
infracción del artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con los artículos 206 y
208 ejusdem.

…Omissis…

El referido ejercicio ponderado de sus atribuciones, pretende evitar que el órgano jurisdiccional, altere
el EQUILIBRIO PROCESAL, entre las partes (Art. 15 CPC), pudiendo de esta manera crear una
situación de INDEFENSIÓN o menoscabo del derecho de defensa de una de las partes, como ocurrió en
el presente caso, en perjuicio de la parte actora, cuando la recurrida declaró INADMISIBLE la
demanda -al resolver anticipadamente la controversia sin pronunciarse sobre el fondo de la misma-,
limitando de esta manera el derecho de acción que se materializa en la demanda y por vía de
consecuencia, el derecho de defensa, que asiste a la parte actora en el presente caso; tal como lo
planteamos en nuestros INFORMES, ante la recurrida (folio 10), y sobre el cual no hubo
pronunciamiento en el fallo.

…Omissis…

En el caso que nos ocupa, la recurrida determinó la inadmisibilidad de la demanda, con base a
exigencias o requisitos no establecidos en la Ley; ni la general que regula la admisión de la demanda
(Art. 341 CPC), ni en la particular que regula en nuestro ordenamiento jurídico la acción de simulación
(Art. 1.281 CPC).

…Omissis…

En el presente caso, la forma procesal menoscabada o infringida, es la ADMISIÓN DE LA DEMANDA;


cuando en la oportunidad de pronunciarse sobre la apelación ejercida por el suscrito, declaró SIN
LUGAR esta (sic), E INADMISIBLE LA DEMANDA. Excluyendo de esta manera a mis representados,
de la posibilidad de acceder al proceso y obtener una sentencia que resolviese el fondo de la
controversia…

En virtud de lo antes expuesto, respetuosamente pido a esta honorable S., declare con lugar la presente
denuncia y acuerde la REPOSICIÓN del juicio, al estado que el juez de la causa, admita la demanda y
se pronuncie sobre el fondo de la controversia…

. (M. y negrillas del formalizante).


Como puede apreciarse de los argumentos expresados por el formalizante en el desarrollo de
su denuncia, aduce como alegato central que el hecho de que el juzgado ad quem haya
declarado sin lugar la apelación e inadmisible la demanda, sin pronunciarse sobre el fondo de
la controversia lo dejó en estado de indefensión, pues lo excluyó “de la posibilidad de acceder
al proceso y obtener una sentencia que resolviese el fondo de la controversia…”,
determinando tal inadmisibilidad –a su decir- con requisitos no establecidos en la ley; por lo
tanto solicita que se acuerde la reposición del juicio al estado de que el juez de la causa
admita la demanda y se pronuncie sobre el fondo de la controversia.
Para decidir, la Sala observa:
En relación con el vicio de indefensión, la Sala mediante sentencia N° 344, de fecha 15 de
junio de 2015, caso: Inversiones Paraguaná, C.A. contra C.M., estableció lo que sigue:
…La indefensión o la ruptura del equilibrio procesal deben ser imputables al juez, y ocurre cuando en
el procedimiento, se le impide a la parte el ejercicio de alguno de los medios legales en que puedan
hacerse valer los derechos propios de los litigantes…

.
De la jurisprudencia parcialmente transcrita se desprende que el vicio de indefensión se
configura cuando el juez priva o limita a alguna de las partes el libre ejercicio de los medios y
recursos que la ley pone a su alcance para hacer valer sus derechos, siendo necesario que la
parte no haya podido ejercer el medio o recurso de defensa de sus derechos como resultado
de la conducta del juez que lo negó o limitó de manera indebida.
Realizadas las anteriores consideraciones, la Sala a los efectos de verificar la existencia de la
infracción delatada por indefensión, a continuación transcribe parte de la decisión de
la recurrida, la cual es del siguiente tenor:
…Efectivamente, la juez a quo declaró la inadmisibilidad de la demanda de simulación por carecer los
demandantes de interés para sostener el juicio.

…Omisiss…

Atendiendo al marco jurisprudencial antes referido debemos señalar que cualidad e interés de los
herederos constituye un presupuesto de la pretensión y debe existir al momento de incoarse la acción y
que en el caso particular de los herederos consiste en la verificación previa de la muerte de su causante,
ya que de conformidad con lo dispuesto en el citado artículo 993 del Código Civil, ese hecho causa la
transmisión de los derechos cuya protección pretenden, sin que en modo alguno puedan los hijos limitar
el derecho de disposición que tienen los padres sobre los bienes de su patrimonio a tenor de lo dispuesto
en el artículo 545 ejusdem.

En el caso bajo estudio, esta alzada constata del libelo de demanda que la parte actora interpone la
pretensión invocando el interés jurídico actual, para hacer valer o defender su parte en la legítima
(articulo 883 y siguientes del Código Civil) que le corresponden como hijos del cedente y futuros
herederos del mismo; añadiendo que la presente acción, se intenta con fundamento a los establecido en
el artículo 1.281 del Código Civil, por cuanto se celebró un contrato simulado de cesión de derechos y
acciones, que ocasionó daños y perjuicios a los demandantes, en su condición de futuros herederos
legitimarios del progenitor-cedente; resultando afectada la futura cuota hereditaria que les corresponde
legalmente, establecido en los artículos 883 y siguientes del Código Civil.

Ahora bien, de acuerdo al citado artículo 883 del Código Civil, siendo la legítima una cuota de la
herencia que se debe en propiedad a los herederos; cabe preguntarse a los fines de resolver el punto
que nos atañe: ¿A partir de qué momento tendrán propiedad de la herencia los herederos? la respuesta
la contiene el artículo 993 del ejusdem que señala que la sucesión se apertura al momento de la muerte,
por lo que es a partir de ese momento que nace para los herederos el interés legítimo para interponer la
demanda por simulación en protección de la legítima que la ley les otorga. Así se declara.

De tal forma que en el presente caso, al faltar uno de los presupuestos procesales para emitir un
pronunciamiento de mérito forzoso es declarar la inadmisibilidad de la pretensión incoada. Así se
decide…

. (Negrillas de la Sala).
De la cita precedentemente expuesta, observa la Sala que el juez de alzada, confirmando la
opinión del juzgador a-quo, consideró que al no ostentar el recurrente la legitimación ad
procesum para incoar la demanda de nulidad por simulación, por cuanto para la fecha en que
fue interpuesta la acción, la parte actora no tenía la condición de heredera y por lo tanto no
podía disponer de su legítima, la pretensión era susceptible de ser declarada inadmisible,
dado que carecía de uno de los presupuestos procesales para emitir un pronunciamiento de
mérito y así fue acordado por el mismo al momento de dictar su sentencia definitiva.
Ahora bien, el formalizante estima que tal declaratoria menoscabó su derecho a la defensa,
pues en su opinión el juez de alzada basó su decisión en exigencias no establecidas por la ley
y que al pronunciarse anticipadamente, sin entrar a conocer el fondo de la controversia lo dejó
en estado de indefensión, basado en el hecho de que si tenía cualidad procesal y por ende
debía entrar a pronunciarse sobre el fondo de la demanda.
En relación con lo decidido por el juzgado ad quem, se ha pronunciado la Sala mediante
sentencia N° 468, de fecha 18 de octubre de 2011, caso: G.E.Z.M. contra C.R.R.R. y Otros,
señalando al respecto:
…en el caso concreto, queda de manifiesto que si bien ha sido reconocido que un tercero pueda
demandar la nulidad por simulación, con base en un ´…interés eventual o futuro…`, en forma particular
respecto de los herederos, se ha dejado asentado que en modo alguno los hijos pueden disponer del
patrimonio de sus padres antes de la muerte de éstos, por cuanto la protección de su legítima o derechos
hereditarios sólo podría ser reclamada luego de ocurrida la muerte de aquéllos.

Lo expuesto encuentra base legal en el artículo 993 del Código Civil, el cual prevé que ´…la sucesión se
abre en el momento de la muerte…` y será a partir de ese instante que se produce la transmisión de los
derechos patrimoniales del de cujus a sus causahabientes herederos o legatarios.

La referida cualidad e interés de los herederos constituye un presupuesto de la pretensión y debe existir
al momento de incoarse la acción…

. (Cursivas de la sentencia, subrayado y negrillas de la Sala).


Del criterio jurisprudencial precedentemente citado se desprende que “…en modo alguno los
hijos pueden disponer del patrimonio de sus padres antes de la muerte de éstos...”, pues la
apertura de la sucesión resulta al momento de la muerte del de cujus, conforme a lo
establecido en el artículo 993 del Código Civil; siendo a partir de ese momento que se produce
la transmisión de los derechos patrimoniales del causante a sus legatarios, por lo tanto la
protección de la legítima sólo puede ser reclamada luego de la muerte de los padres;
momento en el cual los herederos o legatarios adquirirían la cualidad e interés para interponer
la demanda en caso de ver afectados sus derechos sobre la masa hereditaria dejada por su
causante; siendo ésta cualidad un presupuesto de admisibilidad que debe existir al momento
de incoarse la acción.
En el presente caso la Sala observa que las razones por las cuales el sentenciador de alzada
consideró inadmisible la acción propuesta al momento de dictar su sentencia definitiva, fue
debido a la falta de uno de los presupuestos de admisibilidad que debe existir para la fecha en
que se interponga la demanda, este es, la legitimación ad procesum, que contrario a lo
afirmado por el formalizante, dicho requisito encuentra su fundamento legal en lo dispuesto en
los artículos 16 del Código de Procedimiento Civil y 993 del Código Civil.
En efecto, se evidencia del escrito libelar (folios 1 al 10 de la primera pieza del expediente),
que la parte actora ciudadanos P.A.C.B., M.C.B. y M.C.B., con el carácter de “…hijos del
cedente y FUTUROS HEREDEROS DEL MISMO…”, interponen la demanda de nulidad de
contrato de venta por simulación, celebrado entre su padre ciudadano M.P.C.S. y su hermana
ciudadana A.T.C.B., sobre un bien -especificado en la demanda-, que a juicio del recurrente
forma parte del caudal hereditario, del que afirman se les ocasiono daños y perjuicios al
reducir de manera sustancial su derecho a suceder, en la condición de “…FUTUROS
HEREDEROS LEGITIMARIOS DEL PROGENITOR - CEDENTE…”. (M. y negrillas del escrito
libelar).
En ese sentido, se pone de manifiesto para la Sala que desde el primer momento en que el
sentenciador lee la demanda, puede tener conocimiento de que la parte demandante no tenía
legitimación como titular de la relación jurídico-procesal, la que tampoco tendrá en ninguna
otra oportunidad de dicho proceso, hasta tanto haya fallecido el eventual causante, lo que se
traduce en que al interponer la acción en esos términos, ésta resulta contraria a una
disposición expresa en la ley (artículo 16 del Código de Procedimiento Civil y 993 del Código
Civil), e indefectiblemente determina la inadmisibilidad de la demanda con fundamento en el
artículo 341 del mencionado Código Adjetivo.
Desde esa perspectiva, la declaratoria del órgano jurisdiccional producto de la omisión o
negligencia de la parte actora, no puede ser considerado como un menoscabo de su derecho
a la defensa. De ser así, llevaría a la declaratoria de nulidad de los actos producidos por los
errores de las partes, lo cual no es el fin perseguido por la casación, pues con base en el
principio de estabilidad de los procesos así como el de economía procesal, el legislador ha
querido que la reposición de los juicios sea excepcional y que la misma en todo caso persiga
un fin útil.
Por tal razón, determinada la inadmisibilidad de la acción, tal como lo estableció el juez de la
recurrida al momento de dictar su decisión, por la falta de legitimación ad procesum, necesaria
para pretender la nulidad de contrato de venta por simulación -entendiéndose dicha
legitimación como una institución procesal que representa una formalidad esencial para la
consecución de la justicia-, considera la Sala que no se causó la indefensión delatada, y por lo
tanto, la nulidad y reposición pretendida por el formalizante debe desestimarse. Así se
establece.
En consecuencia, la Sala declara improcedente la presente denuncia. Así se establece.
II
De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, el
formalizante denuncia que la recurrida infringió los artículos 15, 206 y 208 eiusdem, en
concordancia con el artículo 341 ibídem, dado que en su criterio, el juzgado ad quem ha
debido reponer la causa al estado en que el juez de primera instancia admitiese la demanda,
por haber quebrantado una forma sustancial del proceso, vulnerando su derecho de defensa y
para fundamentar tal denuncia expreso lo siguiente:
…Con fundamento en el ordinal primero del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio
infracción de los artículos 15, 206 y 208 Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el
artículo 341 ejusdem, porque el sentenciador de alzada, DEBIÓ REPONER LA CAUSA, al estado que el
juez de primera instancia admitiese la demanda, por haber quebrantado una forma sustancial del
proceso, en violación al derecho de defensa.

…Omissis…

En el presente caso, la alzada declaró inadmisible la demanda, con fundamento en una causal no
establecida expresamente en la ley; -como es la exigencia de la apertura de la sucesión del causante de
mis representados-, y de esta manera tener interés requerido, para intentar la demanda y en
consecuencia, legitimación en el proceso.

La forma sustancial del proceso, que resulto infringida es la admisión de la demanda, regulada por el
Art. 341 CPC, cuyo texto es el siguiente…

…Omissis…

En virtud de lo antes expuesto, respetuosamente pido a esta honorable S., declare con lugar la presente
denuncia y acuerde la REPOSICIÓN del juicio, al estado que el juez de la causa, admita la demanda y
se pronuncie sobre el fondo de la controversia…

. (M. y negrillas del formalizante).


De la denuncia anteriormente transcrita, la Sala observa que en criterio del formalizante, la
recurrida incurrió en quebrantamiento de una forma sustancial del proceso con menoscabo al derecho
de defensa de los demandantes, dado que al no decretar la reposición de la causa se les impidió tener
acceso al proceso y obtener una sentencia que resolviera el fondo de la controversia, resultando así
infringida una forma sustancial del proceso, vale decir, la admisión de la demanda, regulada por el
artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, cuando declaró inadmisible la acción con fundamento
en una causal no establecida expresamente en la ley.

En ese sentido, el formalizante solicita se acuerde la reposición del juicio al estado de que el
juez de la causa admita la demanda y se pronuncie sobre el fondo de la controversia.

Para decidir, la Sala observa:

La Sala, ha sido constante al señalar que existe quebrantamiento u omisión de las formas
sustanciales que menoscaban el derecho de defensa, cuando por acción u omisión del juez, se conceden
preferencias, se acuerdan facultades, medios o recursos no establecidos por la ley o se niegan los
permitidos en ella, en perjuicio de una de las partes. Asimismo, se considera vulnerado el mencionado
derecho, si el juez no provee sobre las peticiones en tiempo hábil en perjuicio de una parte; si se niega o
silencia una prueba o se resiste a verificar su evacuación; en general cuando el juez niega o cercena a
las partes los medios legales con que pueden hacer valer sus derechos, rompiendo así el equilibrio
procesal en perjuicio de un litigante. (Ver entre otras, sentencia Nº 746 del 10 de diciembre de 2015,
caso: Y.D.C.C.L. contra A.D.M.R..
Sin embargo, si el error no generó indefensión, no es posible que se decrete la reposición de
la causa ni la nulidad de lo actuado, ya que tal reposición debe decretarse solo cuando realmente se
persiga con ella una finalidad útil, pues de no ser este el supuesto se estarían violentando los mismos
derechos que presuntamente se deben proteger cuando se acuerda

. (Vid. Sentencia N° 225 de fecha 20 de mayo de 2003, reiterada, entre otras, en sentencia N°
523 de fecha 10 de noviembre de 2011, caso: E.A.S.C. contra T.T.L.R. y Otra).
Ahora bien, con el propósito de verificar la existencia del error denunciado, esta S. estima
necesario realizar un recuento de los actos procesales pertinentes, y lo hace de la manera siguiente:

En fecha 29 de junio de 2010, la parte actora presentó escrito libelar mediante la cual demanda la
nulidad de contrato de venta por simulación celebrado entre su padre, ciudadano M.P.C.S. y su
hermana, ciudadana A.T.C.B., sobre un bien -especificado en la demanda-, “…para hacer valer o
defender su parte en la LEGÍTIMA (artículo 883 y siguientes del Código Civil), que les corresponde
como hijos del cedente y FUTUROS HEREDEROS DEL MISMO…”, porque a juicio del recurrente
dicho bien forma parte del caudal hereditario, del que afirman se les ocasiono daños y perjuicios al
reducir de manera sustancial su derecho a suceder, “…en su condición de FUTUROS HEREDEROS
LEGITIMARIOS DEL PROGENITOR - CEDENTE…”. (M. y negrillas del escrito libelar).

En fecha 30 de mayo de 2012, el tribunal de la causa admitió la demanda.

En fecha 06 de junio de 2012, se libraron compulsas.

En fecha 25 julio de 2012, el apoderado judicial del codemandado M.P.C.S., presentó diligencia
consignando poder en original y se dio por citado en el presente juicio.

En fecha 03 de diciembre de 2012, la parte actora solicitó citación por carteles de conformidad con el
artículo 223 del Código de Procedimiento Civil.

En fecha 06 de enero de 2013, la parte actora consignó 2 carteles publicados en fechas 20 y 24 de


diciembre de 2012, en los Diarios El Informado y El Impulso respectivamente.

En fecha 26 febrero de 2013, la secretaria del tribunal fijo copia del cartel de citación librado de
conformidad con lo establecido en el artículo 223 del Código de Procedimiento Civil.

En fecha 14 de marzo de 2013, la parte demandante solicitó se acuerde el nombramiento de defensor a


la co-demandada A.T.C..

En fecha 25 de marzo de 2013, se designo el defensor ad-litem.

En fecha 27 de mayo de 2013, se realizo la juramentación del defensor ad-litem.

En fecha 11 de junio de 2013, se libro compulsa al defensor ad-litem.

En fecha 08 de agosto de 2013, el defensor ad-litem de la ciudadana A.T.C.B., Abogado R.A., presentó
escrito de contestación.

En fechas 27 y 30 de septiembre de 2013, la parte demandante presentó escritos de promoción de


pruebas.
En fecha 05 de noviembre de 2013, se admitieron a sustanciación las pruebas promovidas por la parte
actora, salvo su apreciación en la definitiva.

En fecha 02 de julio de 2014, la parte demandante presentó escrito de informes.

En fecha 13 de julio de 2014, vista la consignación de informes presentado por la parte demandante, el
tribunal de la causa acordó dejar transcurrir los ocho (08) días de observación de informes, tal como lo
establece el artículo 513 del Código de Procedimiento Civil.

En fecha 22 de septiembre de 2014, vencido el lapso de informes, el tribunal fijó dictar sentencia dentro
de los sesenta (60) días continuos, contados a partir del día siguiente a dicha fecha, de conformidad con
lo establecido en el artículo 515 del Código de Procedimiento Civil.

En fecha 24 de noviembre de 2014, el juzgado a quo dictó sentencia mediante la cual declaró: “…se
repone la presente causa al estado de admisión para declarar INADMSIBLE la demanda por
SIMULACIÓN…”.

En fechas 03 y 14 de julio de 2015, la parte actora apeló contra el fallo dictado el 24 de noviembre de
2014, recurso que fue oído en ambos efectos, el 20 de julio de 2015.

En fecha 15 de octubre de 2015, la parte actora presentó informes.

En fecha 27 de julio de 2015, vencido el lapso para las observaciones, el tribunal superior dejó
constancia de que ninguna de las partes las presentaron y fija el lapso para dictar sentencia conforme
lo establece el artículo 521 del Código de Procedimiento Civil.

En fecha 11 de enero de 2016, el tribunal de alzada, Juzgado Superior Primero en lo Civil, M. y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado L., declaró sin lugar el recurso de apelación
interpuesto por la parte actora, inadmisible la demanda y confirmó la sentencia dictada. En efecto,
estableció lo siguiente:

…Efectivamente, la juez a quo declaró la inadmisibilidad de la demanda de simulación por carecer los
demandantes de interés para sostener el juicio. Ahora bien, aduce la parte actora en escrito de informes
presentados en esta alzada que con base en la interpretación armónica de los artículos 16 del Código de
Procedimiento Civil y 1.281 del Código Civil que la legitimación para intentar la acción de simulación
corresponde a toda persona -sin discriminación de parentesco o condición-, que tenga interés eventual
o futuro en hacer declarar la simulación.

…Omissis…

Con relación a la oportunidad de advertir dichos presupuestos procesales, la Sala Constitucional en


sentencia de fecha 10 de abril del 2002, con ponencia del Magistrado A.J.G.G., expuso lo que sigue a
continuación:…

…Omissis…

El criterio jurisprudencial antes transcrito deja claro que la oportunidad para advertir la insatisfacción
de los presupuestos procesales puede darse en cualquier momento antes de dictar sentencia en primera
o segunda instancia de conocimiento, pudiéndolo hacer el juzgador de oficio; es decir, sin
requerimiento de parte; y sobre ello, en fecha 26 de junio del 2002, la propia Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, por intermedio del magistrado J.M.D.O., se pronunció en relación a los
presupuestos procesales de la sentencia de fondo, entre los que se encuentran los de la pretensión. En
este sentido, se estableció lo siguiente:…

…Omissis…

Con respecto de la situación particular de los herederos y su legitimación para demandar la nulidad
por simulación de los actos celebrados por sus causantes, la Sala de Casación Civil en Sentencia Nº 350
de fecha 3 de julio de 2002, Caso: C.A.P.J. y otros contra R.E.P.C. y otros, ratificó el criterio sostenido
en la Sentencia Nº 138, de fecha 5 de diciembre de 1972, y estableció:…

…Omissis…

De los anteriores criterios jurisprudenciales se colige que si bien es cierto que se ha reconocido la
legitimación que tiene un tercero con interés aún eventual o futuro para demandar la nulidad por
simulación; con respecto a los herederos ha dejado asentado que en forma alguna los hijos puedan
valerse de esta acción para proteger la legítima o derechos hereditarios ya que la misma solo puede ser
reclamada a la muerte de los padres; tal como se desprende de lo establecido en el artículo 993 del
Código Civil, el cual prevé que ‘…la sucesión se abre en el momento de la muerte…’ y será a partir de
ese instante que se produce la transmisión de los derechos patrimoniales del de cujus a sus
causahabientes herederos o legatarios.

Atendiendo al marco jurisprudencial antes referido debemos señalar que cualidad e interés de los
herederos constituye un presupuesto de la pretensión y debe existir al momento de incoarse la acción y
que en el caso particular de los herederos consiste en la verificación previa de la muerte de su causante,
ya que de conformidad con lo dispuesto en el citado artículo 993 del Código Civil, ese hecho causa la
transmisión de los derechos cuya protección pretenden, sin que en modo alguno puedan los hijos limitar
el derecho de disposición que tienen los padres sobre los bienes de su patrimonio a tenor de lo dispuesto
en el artículo 545 ejusdem.

En el caso bajo estudio, esta alzada constata del libelo de demanda que la parte actora interpone la
pretensión invocando el interés jurídico actual, para hacer valer o defender su parte en la legítima
(articulo 883 y siguientes del Código Civil) que le corresponden como hijos del cedente y futuros
herederos del mismo; añadiendo que la presente acción, se intenta con fundamento a los establecido en
el artículo 1.281 del Código Civil, por cuanto se celebró un contrato simulado de cesión de derechos y
acciones, que ocasionó daños y perjuicios a los demandantes, en su condición de futuros herederos
legitimarios del progenitor-cedente; resultando afectada la futura cuota hereditaria que les corresponde
legalmente, establecido en los artículos 883 y siguientes del Código Civil.

Ahora bien, de acuerdo al citado artículo 883 del Código Civil, siendo la legítima una cuota de la
herencia que se debe en propiedad a los herederos; cabe preguntarse a los fines de resolver el punto
que nos atañe: ¿A partir de qué momento tendrán propiedad de la herencia los herederos? la respuesta
la contiene el artículo 993 del ejusdem que señala que la sucesión se apertura al momento de la muerte,
por lo que es a partir de ese momento que nace para los herederos el interés legítimo para interponer la
demanda por simulación en protección de la legítima que la ley les otorga. Así se declara.

De tal forma que en el presente caso, al faltar uno de los presupuestos procesales para emitir un
pronunciamiento de mérito forzoso es declarar la inadmisibilidad de la pretensión incoada. Así se
decide…

.
Del recuento de actos precedentemente expuesto, se evidencia que se ha dado cumplimiento
íntegramente al trámite procesal establecido para este tipo de acciones y que ambas partes
han podido ejercer todos los recursos y las defensas que la ley les otorga, lo que pone de
manifiesto que no se ha producido lesión o menoscabo al derecho a la defensa de la parte
demandante como lo denuncia el formalizante.
Del mismo modo, la Sala pudo apreciar que el juzgador superior declaró inadmisible la
demanda de nulidad de contrato por simulación, en virtud de la falta de legitimidad de los
demandantes para intentar dicha acción, siendo que estos, para defender su parte en la
legítima que aducen le corresponde como hijos del cedente y futuros herederos del mismo,
conforme a lo dispuesto en el artículo 883 y siguientes del Código Civil, incoaron la referida
demanda por cuanto se celebró un contrato de cesión de derechos y acciones -
supuestamente- simulado, que en su criterio les ocasionó daños y perjuicios en su condición
de futuros herederos legitimarios del progenitor-cedente, resultando afectada la futura cuota
hereditaria que les corresponde legalmente.
En ese sentido, el juzgado superior fundamentó su decisión en que de acuerdo a lo
establecido en el artículo 993 eiusdem, la sucesión se apertura al momento de la muerte, y
que por lo tanto es a partir de ese momento que nace para los herederos el interés legítimo
para interponer la demanda en protección de la legítima que la ley les otorga; razón por la
cual, al faltar uno de los presupuestos procesales para emitir un pronunciamiento sobre el
fondo de la controversia, como lo es la legitimación al proceso, declaró inadmisible la acción
incoada.
Al respecto, conviene mencionar la sentencia de la Sala N° 468, de fecha 18 de octubre de
2011, caso: G.E.Z.M. contra C.R.R.R. y otros, mediante la cual estableció lo que sigue:
…queda de manifiesto que si bien ha sido reconocido que un tercero pueda demandar la nulidad por
simulación, con base en un ´…interés eventual o futuro…`, en forma particular respecto de los
herederos, se ha dejado asentado que en modo alguno los hijos pueden disponer del patrimonio de sus
padres antes de la muerte de éstos, por cuanto la protección de su legítima o derechos hereditarios sólo
podría ser reclamada luego de ocurrida la muerte de aquéllos.

Lo expuesto encuentra base legal en el artículo 993 del Código Civil, el cual prevé que ‘…la sucesión se
abre en el momento de la muerte…’ y será a partir de ese instante que se produce la transmisión de los
derechos patrimoniales del de cujus a sus causahabientes herederos o legatarios.

La referida cualidad e interés de los herederos constituye un presupuesto de la pretensión y debe existir
al momento de incoarse la acción. Por lo tanto, el órgano jurisdiccional deberá examinar las
modalidades de la relación procesal o la situación concreta de los sujetos que soliciten la declaratoria
del acto fingido o simulado. Es evidente, entonces que la cualidad determinará el reconocimiento de las
afirmaciones efectuadas por los sujetos procesales sobre la titularidad de sus derechos e intereses, así
como de las obligaciones existentes entre ellos, es decir, será la condición requerida para que las partes
puedan interponer una demanda o sostener un juicio, que en el caso particular de los herederos consiste
en la verificación previa de la muerte de su causante, pues de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 993 del Código Civil, ese acontecimiento causa la transmisión de los derechos cuya protección
se invoca, sin que en modo alguno puedan los hijos limitar el derecho de disposición que tienen los
padres sobre los bienes de su patrimonio…

. (N. y subrayado de la Sala).


De la jurisprudencia parcialmente citada se desprende que los herederos legitimarios no
pueden disponer del patrimonio del causante antes de su muerte, dado que la ley autoriza los
actos de defensa o seguridad de la legítima únicamente luego de abierta la sucesión, de
acuerdo a lo previsto en el artículo 993 del Código Civil; siendo a partir de ese momento que
se produce la transmisión de los derechos patrimoniales del causante a sus legatarios;
momento en el cual los herederos adquieren la cualidad e interés para interponer la demanda
por simulación, en caso de ver afectados sus derechos sobre el caudal hereditario dejado por
el de cujus; siendo ésta cualidad un presupuesto de admisibilidad que debe existir al momento
de incoarse la acción, por cuanto la cualidad o legitimación ad procesum es una institución
procesal que representa una formalidad esencial para la consecución de la justicia por estar
estrechamente vinculada a los derechos constitucionales de acción, a la tutela judicial efectiva
y defensa, materia ésta que interesa al orden público y por tanto debe ser atendida y
subsanada por los jueces, incluso de oficio.
En ese orden de ideas, del examen detenido del escrito libelar se desprende que la parte
actora para el momento de la interposición de la demanda no había adquirido la condición de
herederos, ni mucho menos se encontraba abierta la sucesión conforme al artículo 993 del
Código Civil, para solicitar la declaratoria de simulación como “futuros herederos” en contra de
su padre, quien sería el futuro causante. En tal sentido, tal como lo señaló la alzada, el
recurrente no posee la titularidad del derecho ni el interés legitimo para incoar la presente
demanda de nulidad de contrato por simulación, dado que la relación jurídico-procesal, se
concreta cuando la parte actora intenta dicha acción ante el órgano jurisdiccional, luego de la
apertura de la sucesión por la muerte del de cujus; por tal motivo, mal podrían unas personas
“...con la condición de futuroS herederos..., accionar jurisdiccionalmente e invocar la
protección del derecho a suceder previamente al deceso del causante, pues no están dados
los supuestos o condiciones de la transmisión de la titularidad del derecho al presunto
heredero para que ocupe la misma posición jurídica del causante y se produzca la fusión del
conjunto de los derechos y obligaciones patrimoniales.
De allí, que en virtud de la falta de cualidad o legitimación ad causam -siendo ésta cualidad un
presupuesto de admisibilidad que debe existir al momento de incoarse la acción-, este juicio
necesariamente debía declararse inadmisible, prescindiendo de una sentencia definitiva que
emitiera un pronunciamiento sobre el fondo del asunto, puesto que la presente demanda de
nulidad de contrato por simulación no era viable para obtener la protección de la legítima, por
cuanto para el momento de interposición de la demanda se encontraba en vida el padre de los
demandantes, ciudadano M.P.C.S., quien no tiene por que limitar su derecho de disposición
sobre los bienes de su patrimonio.
En virtud de lo cual, mal podría el ad quem haber entrado a pronunciarse sobre el fondo de la
controversia, pues -como ya se estableció- para la fecha en que la parte actora propuso la
demanda de nulidad de venta por simulación, carecía de la cualidad e interés para incoar
dicha acción; la cual debe entenderse como la idoneidad de la persona para actuar en juicio
como titular de la acción, en su aspecto activo o pasivo; la cual debe ser suficiente para que el
órgano jurisdiccional pueda emitir un pronunciamiento de mérito, revisable aún de oficio por el
juez en cualquier grado y estado de la causa, ello. (Vid. Sentencia N° 258, de fecha 20 de
junio de 2011, caso: Y.M.G. contra Empresa Campesina Centro Agrario Montaña Verde).
En consecuencia, la falta de legitimidad de la parte demandante trajo consigo un vicio en el
derecho de acción que imposibilitó al juez conocer el mérito del asunto debatido, por lo que
ante tal situación está obligado a declarar la inadmisibilidad de la demanda, como en efecto lo
hizo.
En ese sentido, sería contrario a derecho que en este caso el sentenciador de alzada
repusiera la causa al estado de admitir la demanda para obtener una sentencia de fondo, pues
en modo alguno infringió el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, así como tampoco
quebrantó formas sustanciales del proceso ni afectó o menoscabó el derecho a la defensa de
la parte actora.
Por las consideraciones precedentemente expuestas, esta Sala declara improcedente la
denuncia. Así se establece.
III
Conforme a lo previsto en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, el
formalizante denuncia la infracción de los artículos 12 y 243 ordinal 5° eiusdem, por incurrir la
recurrida en el vicio de incongruencia negativa.
Al respecto, para apoyar su denuncia alega el formalizante lo siguiente:
…Con fundamento en el ordinal primero del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio
infracción de los artículos 12 y 243, ordinal 5° del CPC (sic); porque el sentenciador de alzada,
incurrió en el vicio de INCONGRUENCIA NEGATIVA, al no pronunciarse sobre la DENUNCIA DE
INDEFENSIÓN, infringida a mis representados, por el fallo de primera instancia, y formulado por esta
representación jurídica, en la oportunidad de presentar informes ante el juez superior. (folio 10 del
escrito de informes).

…Omissis…

La recurrida al no pronunciarse sobre la denuncia de indefensión -tema trascendente en cualquier


proceso-, formulado por esta representación jurídica, infringió el artículo 243 ordinal 5° y el artículo
12 ejusdem del CPC (sic), que obligan al juez, a decidir con arreglo a la pretensión deducida y a las
excepciones o defensas opuestas y atenerse a lo alegado y probado en autos. Dicho error impidió al
juez, conocer y pronunciarse sobre un pedimento, que es de la esencia de todo proceso y que adquiere
mayor relevancia cuando se aplica el orden público constitucional y se concibe al proceso como
instrumento para la realización de la justicia…

. (M. y negrillas del formalizante).


De la cita antes transcrita, se desprende que el formalizante le imputa a la recurrida la
infracción de los artículos 12 y 243 ordinal 5° del Código de Procedimiento Civil, por
incongruencia negativa, toda vez que el juzgador de alzada no se pronunció sobre la denuncia
de indefensión infringida a sus representados por el fallo dictado en primera instancia,
denuncia que hiciera en el escrito de informes de alzada.
Para decidir, la Sala observa:
El ordinal 5° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, prevé que el juez debe dictar
decisión expresa, positiva y precisa, con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones
o defensas opuestas, y acorde con ello, el artículo 12 eiusdem, dispone entre otros
particulares, que el sentenciador debe pronunciarse sobre lo alegado y probado en autos.
En sintonía con lo anterior, “el vicio de incongruencia ha sido definido en innumerables fallos
por este Supremo Tribunal, como una infracción al requisito de la sentencia de pronunciarse
sobre el problema jurídico sometido a su decisión, circunscrito a los términos de la demanda y
de la contestación, y excepcionalmente en torno a los alegatos articulados en el escrito de
informes u observaciones…”. (N. y subrayado de la sentencia) (Vid. Sentencia N° 601, de
fecha 10 de octubre de 2014, caso: Banco Mercantil, C.A. Banco Universal contra G.V.R.Y. y
Otros).
En igual sentido, la Sala ha sostenido en forma reiterada y pacífica que ella sujeta el
pronunciamiento del juez a todos los alegatos formulados por las partes, sin que le sea posible
dejar de decidir alguno de ellos (incongruencia negativa), o por el contrario, extender su
decisión sobre excepciones o argumentos de hecho no formulados en el proceso o excederse
en lo solicitado oportunamente por las partes (incongruencia positiva).
Así la Sala, con respecto a los alegatos esgrimidos en los informes de obligatorio
pronunciamiento por parte de los jueces de instancia, mediante sentencia N° 601, de fecha 10
de octubre de 2014, caso: Banco Mercantil, C.A. Banco Universal contra G.V.R.Y. y Otros,
estableció lo siguiente:
…De la anterior transcripción se evidencia, que el requisito de congruencia ha sido extendido por la
Sala a los alegatos formulados en los escritos de informes u observaciones, siempre que se trate de
peticiones y defensas surgidas en el curso del proceso luego de trabada la litis y, por ende, de imposible
presentación en el libelo y la contestación, que resulten determinantes en la suerte del juicio, como
serían por ejemplo: La confesión ficta, la cosa juzgada sobrevenida luego de celebrada la contestación,
la caducidad y prescripción opuestas en la contestación, que sólo puede ser rebatida en los informes, la
extemporaneidad de la apelación, la falta de mandato o de representación del apelante, la falta de
cualidad sobrevenida del apelante, el fraude procesal, el desistimiento de la acción o del procedimiento,
la solicitud de transacción o convenimiento, la violación del orden público, el señalamiento de una
actuación manifiesta injustamente por parte del juez de la recurrida y la obstrucción grave del
proceso…

.
De la jurisprudencia parcialmente transcrita se desprende que el vicio de incongruencia
negativa por omisión de pronunciamiento, en torno a los alegatos articulados en el escrito de
informes ante el juez de alzada, sólo se configura cuando éste no se pronuncie sobre las
peticiones, alegatos o defensas que pudieran tener influencia determinante en la suerte del
proceso, como la confesión ficta u otras similares.
Ahora bien, en el presente caso la Sala observa del análisis de la denuncia ut supra transcrita,
que los alegatos que el formalizante expone como omitidos por la recurrida, se centran en la
falta de pronunciamiento sobre una supuesta indefensión causada por el sentenciador de
primera instancia, lo cual ha sido planteado de manera genérica, sin indicar en qué consiste
dicha indefensión, qué agravio le causó, cómo y en qué circunstancias se produjo la referida
indefensión.
De modo que, no hay manera de saber si dichos alegatos son de aquellos que pudieran tener
una influencia determinante en la suerte del proceso, y si por consiguiente sería de obligatorio
pronunciamiento por parte del juez, lo que hace imposible para la Sala llegar a determinar, aún
aplicando la flexibilidad abanderada por la Sala, fundada en los artículos 26 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, si ha ocurrido una violación procesal,
desde los términos planteados por el recurrente.
En todo caso, respecto a si en el proceso se le causó o no indefensión a las partes, es
oportuno recordar que ya quedó ampliamente establecido en la solución a las denuncias que
preceden a ésta, que no ocurrió indefensión alguna, pues como se señaló en aquellas, se dio
cumplimiento debidamente al trámite procesal previsto para la acción incoada y ambas partes
pudieron ejercer todos los recursos y las defensas que la ley les otorga.
Por todo lo antes expuesto, la Sala estima que el juez de la recurrida no incurrió en el vicio de
incongruencia negativa delatada, razón por la cual se declara improcedente la presente
denuncia. Así se establece.
RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY
I
Con fundamento en lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, el formalizante denuncia que la recurrida infringió el artículo 1.281 del
Código Civil, por error de interpretación. A tal efecto sostuvo lo siguiente:
…De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio
infracción del artículo 1.281 del Código Civil, por ERRÓNEA INTERPRETACIÓN.
La recurrida al fundar su declaratoria de inadmisibilidad de la demanda se pronunció de la manera
siguiente, acerca del contenido y alcance del artículo 1.281 del Código Civil.

…Omissis…

La decisión transcrita, implica que la recurrida, interpretó la disposición en referencia, (artículo 1.281
Código Civil), en el sentido que para intentar la acción de simulación, los integrantes de la parte
actora, debían tener la condición de herederos, luego de abierta la sucesión de su causante -al ocurrir
la muerte de este- (sic); requisito no establecido de manera expresa en ninguna norma sustantiva o
adjetiva de nuestro ordenamiento jurídico (341 CPC y 1.281 C.C), donde se establecen los requisitos de
admisibilidad de las demandas en general y de la simulación en particular.

Dicha interpretación, no se corresponde con el contenido y alcance del artículo 1.281 del C.C.

La correcta interpretación del artículo 1.281 CC (sic), en el aspecto objetado, determina, tal como nos
lo enseña la jurisprudencia nacional:...

…Omisiss…

Finalmente, el artículo 1.281 en referencia, no establece ninguna distinción, discriminación o exclusión,


entre los distintos tipos de acreedores legitimados para intentar la acción de simulación. En
consecuencia, el intérprete no está facultado para efectuarla, como hizo la recurrida, ni tampoco puede
crear presupuestos procesales no establecidos en la Ley. Este error fue, determinante en el dispositivo
del fallo recurrido, ya que de no haber ocurrido, HABRÍA REPUESTO LA CAUSA y ordenado al juez
de primera instancia, admitir la demanda y pronunciarse sobre el fondo de la controversia, por no
existir prohibición legal expresa para ello en los artículos 1.281 C.C. y 341 CPC.

La norma que la recurrida debió aplicar en el presente caso, es la prevista en el artículo 1.281 del
Código Civil; pero adecuadamente interpretada, para ser aplicada de manera acertada…

. (M. y negrillas del formalizante).


El formalizante en su denuncia alega la infracción por error de interpretación del
artículo 1.281 del Código Civil, con fundamento en que el juez de alzada estableció que para
intentar la demanda de nulidad de contrato por simulación, la parte actora debía tener la
condición de heredera, luego de abierta la sucesión de su causante, al ocurrir la muerte de
éste, requisito que a su decir, no se encuentra previsto en norma alguna de nuestro
ordenamiento jurídico; siendo que dicha interpretación no corresponde con el contenido y
alcance del referido artículo, pues el mismo no establece ninguna distinción o exclusión entre
las diversas clases de acreedores legitimados para incoar la acción de simulación.
Para decidir, la Sala observa:
La jurisprudencia pacífica de la Sala, ha señalado que el vicio de error de
interpretación de una norma jurídica ocurre cuando el juez desnaturaliza su sentido y
desconoce su significado, en cuyo caso, el juzgador aun conociendo la existencia y validez de
la norma apropiada al caso, yerra en su alcance general y abstracto, derivándose de ella
consecuencias que no concuerdan con su contenido, siendo tal transgresión transcendental
en el dispositivo del fallo. (Ver entre otras, sentencia Nº 498, de fecha 06 de agosto de 2015,
caso: J.C.C.C. contra P.M.E.G. y otra).
Por otra parte, el formalizante alega la infracción del artículo 1.281 del Código
Civil, por lo cual la Sala pasa a analizar su contenido. En efecto el mencionado artículo prevé
lo que sigue:
Los acreedores pueden también pedir la declaratoria de simulación de los actos ejecutados por el
deudor.

Esta acción dura cinco años a contar desde el día en que los acreedores tuvieron noticia del acto
simulado.

La simulación, una vez declarada, no produce efecto en perjuicio de los terceros que, no teniendo
conocimiento de ella, han adquirido derechos sobre los inmuebles con anterioridad al registro de la
demanda por simulación.

Si los terceros han procedido de mala fe quedan no sólo sujetos a la acción de simulación sino también
a la de daños y perjuicios.

. (Subrayado de la Sala).
Del artículo precedentemente transcrito, se observa que el legislador reconoce el
ejercicio de la acción de simulación a favor de los acreedores sobre actos simulados o
relaciones jurídicas inexistentes en contra de sus deudores. No obstante, con la finalidad de
determinar el correcto contenido y alcance de dicho artículo, la Sala en sentencia de fecha 17
de noviembre de 1999, caso: C.L.G.V., contra W.R.L., criterio ratificado a través de sentencia
Nº RC-00115, de fecha 25 de febrero de 2004, caso: R.R.S. y otra contra S.R.S. y otras,
estableció que “…la acción de simulación puede ser ejercida no sólo por los acreedores contra
su deudor, sino también por todo aquél que aún sin esa cualidad, tenga interés eventual o
futuro en que se declare la existencia del acto simulado…”.
En ese orden de ideas, la Sala mediante sentencia Nº 468, de fecha 18 de octubre
de 2011, caso: G.E.Z.M. contra C.R.R.R. y otros, ratificando el criterio establecido en el fallo
N° 350, de fecha 30 de julio de 2002, caso: C.A.P.J. y otros contra R.E.P.C., en relación con la
situación de los herederos y su cualidad o legitimatio ad procesum para incoar la demanda de
nulidad por simulación de los actos celebrados por sus causantes, señaló lo siguiente:
…la Sala reitera en el caso concreto, queda de manifiesto que si bien ha sido reconocido que un tercero
pueda demandar la nulidad por simulación, con base en un ‘…interés eventual o futuro…’, en forma
particular respecto de los herederos, se ha dejado asentado que en modo alguno los hijos pueden
disponer del patrimonio de sus padres antes de la muerte de éstos, por cuanto la protección de su
legítima o derechos hereditarios sólo podría ser reclamada luego de ocurrida la muerte de aquéllos.

Lo expuesto encuentra base legal en el artículo 993 del Código Civil, el cual prevé que ‘…la sucesión se
abre en el momento de la muerte…’ y será a partir de ese instante que se produce la transmisión de los
derechos patrimoniales del de cujus a sus causahabientes herederos o legatarios…

. (Cursivas de la sentencia).
Asimismo, resulta pertinente citar sentencia N° 1.164, dictada por la Sala
Constitucional en fecha 06 de agosto de 2012, caso: G.E.Z.M., mediante la cual declaró “NO
HA LUGAR…”, la solicitud de revisión de la precitada sentencia N° 468, en los siguientes
términos:
…De una revisión minuciosa de la sentencia examinada, se advierte que el razonamiento que informa al
fallo objeto de examen es producto de la apreciación soberana realizada por la Sala de Casación Civil
de este Tribunal Supremo de Justicia, al declarar sin lugar el recurso de casación interpuesto por la
parte hoy solicitante, contra la sentencia dictada el 8 de octubre de 2010 por el Juzgado Superior en lo
Civil, M., B. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Cojedes que declaró extinguida la
acción intentada por la parte demandante, sin lugar la apelación interpuesta y confirmó el fallo dictado
el 28 de mayo de 2009 por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, M., del Tránsito y
Bancario de la misma circunscripción judicial. Así, dicho fallo sostiene que no se infringió el artículo
1.281 del Código Civil, por error de interpretación, denunciado, al haber declarado la falta de cualidad
o interés jurídico de la parte actora hoy solicitante de la presente revisión constitucional, pues la acción
de nulidad de venta por acción de simulación no era viable para obtener la protección de la legítima de
su derecho hereditario invocado, por cuanto para el momento de proposición de la demanda se
encontraba en vida su padre G.E.Z., sin que aquél pudiese limitar su derecho de disposición sobre los
bienes del patrimonio de éste, razón por la cual no puede considerarse que el mismo vulnera de manera
grosera y directa alguna disposición consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela o desconoce algún criterio de interpretación constitucional fijado por esta Sala…

. (N. y subrayado de la Sala).


De las jurisprudencias parcialmente transcritas se desprende que si bien nuestro
Código Civil en su artículo 1.281, le otorga un tratamiento particular a la acción de simulación,
por cuanto dispone que la misma puede ser ejercida sólo por los acreedores del deudor, la
cual perdura cinco años (5) a contar desde el día en que los acreedores tuvieron noticia del
acto simulado; no es menos cierto, que a través de distintos criterios jurisprudenciales y
doctrinales sentados en el tiempo, se ha flexibilizado lo dispuesto en dicha norma en relación
con la legitimación activa para interponer dicha acción, dejando establecido que la misma
puede ser ejercida también por aquellos que sin ostentar tal cualidad de acreedores, tenga
interés en que se declare la inexistencia del acto simulado; caso contrario en relación a los
herederos, dado que como se dejó asentado, los hijos no pueden disponer del patrimonio de
sus padres antes de la muerte de éstos, pues se estaría limitando el libre ejercicio de
disposición de los bienes pertenecientes al patrimonio de los padres, siendo que la protección
de su legítima o del caudal hereditario, sólo podría ser reclamada luego de ocurrida la muerte
de éstos, de acuerdo a lo previsto en el artículo 993 eiusdem “y será a partir de ese instante
que se produce la transmisión de los derechos patrimoniales del de cujus a sus
causahabientes herederos o legatarios…”.
En ese orden de ideas, tal y como se indico ut supra, dicha cualidad e interés de los
causahabientes herederos constituye un presupuesto de la pretensión y debe existir al
momento de interponerse la demanda; en virtud de lo cual el órgano jurisdiccional está en la
obligación de examinar las modalidades de la relación procesal o la situación concreta de los
sujetos que soliciten la declaratoria del acto simulado.
En tal sentido, la cualidad determinará el reconocimiento de las afirmaciones
esgrimidas por los sujetos procesales sobre la titularidad de sus derechos e intereses, así
como de las obligaciones existentes entre ellos, es decir, será la condición requerida para que
las partes puedan interponer una demanda o sostener un juicio; que en el caso particular de
los herederos consiste en la verificación previa de la muerte de su causante, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 993 del Código Civil; pues -como se indicó antes-, dicho
acontecimiento causa la transmisión de los derechos cuya protección se invoca, sin que en
modo alguno puedan los hijos limitar el derecho de disposición que tienen los padres sobre los
bienes de su patrimonio.
Razón por la cual, mal podría una persona en la condición de futuro heredero,
accionar jurisdiccionalmente e invocar la protección del derecho a suceder previamente a la
muerte del de cujus, pues no estarían dadas las condiciones de la transmisión de la titularidad
del derecho al presunto heredero, para que éste ocupe la misma posición jurídica del causante
y se produzca la fusión del conjunto de los derechos y obligaciones patrimoniales.
Con el propósito de constatar lo denunciado por el formalizante, es pertinente
transcribir extracto parcial de la sentencia recurrida, la cual estableció lo siguiente:
…En el caso bajo estudio, esta alzada constata del libelo de demanda que la parte actora interpone la
pretensión invocando el interés jurídico actual, para hacer valer o defender su parte en la Legítima
(articulo 883 y siguientes del Código Civil) que le corresponden como hijos del cedente y Futuros
Herederos del mismo; añadiendo que la presente acción, se intenta con fundamento a los establecido en
el artículo 1281 del Código Civil, por cuanto se celebró un Contrato Simulado de Cesión de Derechos y
Acciones, que ocasionó daños y perjuicios a los demandantes, en su condición de futuros herederos
legitimarios del progenitor-cedente; resultando afectada la futura cuota hereditaria que les corresponde
legalmente, establecido en los artículos 883 y siguientes del Código Civil.

Ahora bien, de acuerdo al citado artículo 883 del Código Civil, siendo la legítima una cuota de la
herencia que se debe en propiedad a los herederos; cabe preguntarse a los fines de resolver el punto
que nos atañe: ¿A partir de qué momento tendrán propiedad de la herencia los herederos? la respuesta
la contiene el artículo 993 del ejusdem que señala que la sucesión se apertura al momento de la muerte,
por lo que es a partir de ese momento que nace para los herederos el interés legítimo para interponer la
demanda por simulación en protección de la legítima que la ley les otorga. Así se declara.

De tal forma que en el presente caso, al faltar uno de los presupuestos procesales para emitir un
pronunciamiento de mérito forzoso es declarar la inadmisibilidad de la pretensión incoada. Así se
decide…

.
Esta Sala constata de la transcripción parcial de la sentencia recurrida, que el
juzgado de alzada declaró la falta de cualidad e interés de la parte actora e inadmisible la
acción de nulidad de contrato por simulación, en virtud de que la acción interpuesta no era
idónea, toda vez que la parte actora interpuso dicha demanda “para hacer valer o defender su
parte en la Legítima (artículo 883 y siguientes del Código Civil) que le corresponden como
hijos del cedente y Futuros Herederos del mismo (…) por cuanto se celebró un Contrato
Simulado de Cesión de Derechos y Acciones, que ocasionó daños y perjuicios a los
demandantes, en su condición de futuros herederos legitimarios del progenitor-cedente;
resultando afectada la futura cuota hereditaria que les corresponde legalmente…”,
estableciendo que los herederos tendrán derecho de disponer de su legítima a partir de la
muerte de sus causantes, conforme a lo dispuesto en el artículo 993 del Código Civil.
Contra tal decisión el formalizante aduce la infracción de ley por error en la
interpretación del artículo 1.281 del Código Civil, alegando a tal efecto que dicha norma no
establece ningún tipo de distinción o exclusión entre los diversos tipos de acreedores
legitimados para incoar la acción de simulación.
En ese orden de ideas, se observa a los folios del 1 al 10 de la primera pieza del expediente,
que la parte actora ciudadanos P.A.C.B., M.C.B. y M.C.B., en su carácter de “…hijos del
cedente y futuros herederos del mismo…” incoan la demanda de nulidad de contrato de venta
por simulación realizado por su padre ciudadano M.P.C.S. y su hermana ciudadana A.T.C.B.,
sobre determinado bien –especificado en el escrito libelar-; del cual afirma el formalizante se
les causo daños y perjuicios a sus representados, dado que resulto “afectada la futura cuota
hereditaria que les corresponderá legalmente…”. En tal sentido, se observa que la referida
acción intentada por el recurrente contra dichos ciudadanos, va dirigida a proteger la alícuota
de los bienes pertenecientes a su legítima.
Evidenciándose de lo anterior que para la fecha en que el demandante interpuso la demanda
no había adquirido su condición de heredero para solicitar la declaratoria de simulación como
“futuros herederos legitimarios” en contra de su padre; en virtud de lo cual, la Sala considera
que el recurrente no posee la titularidad del derecho ni el interés legitimo para incoar la
presente demanda de nulidad de venta por simulación, puesto que la relación jurídico-
procesal, se concreta cuando la parte actora intenta dicha acción ante el órgano jurisdiccional,
una vez que ha ocurrido la apertura de la sucesión por la muerte del de cujus, de acuerdo con
lo previsto en el artículo 993 del Código Civil.
Por las razones antes expuestas, esta S. concluye que el juzgado ad quem no infringió el
artículo 1.281 del Código Civil, por error de interpretación, al haber declarado la falta de
legitimidad de la parte actora, pues la presente acción de nulidad de contrato de venta por
simulación no era viable para obtener la protección de la legítima, en virtud de que para la
fecha en que fue incoada la demanda se encontraba en vida su padre, ciudadano M.P.C.S..
En consecuencia, esta S. declara improcedente la denuncia por infracción de ley, por errónea
interpretación del artículo 1.281 del Código Civil, pretendiendo de esa manera el recurrente,
coartar el libre ejercicio de disposición de los bienes pertenecientes al patrimonio de su padre,
en su carácter de futuro heredero; siendo que tales alegatos resultan contradictorio a lo
previsto en el artículo 545 eiusdem, el cual define la propiedad como “…el derecho de usar,
gozar y disponer de una cosa de manera exclusiva, con las restricciones y obligaciones
establecidas por la Ley…”; resultando evidente el derecho que tiene toda persona de sustituir
los elementos activos patrimoniales por otros, así como la libertad de administrar, donar y
enajenar entre otros.
Atendiendo a los razonamientos expuestos, se declara la improcedencia de la presente
denuncia de infracción del artículo 1.281 del Código Civil. Así se establece.
II
De acuerdo a lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción por la recurrida del artículo 341
eiusdem, por falta de aplicación, fundado en las siguientes razones:
…Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio la
infracción, por falta de aplicación del artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, que establece en
nuestro ordenamiento jurídico, el régimen general de ADMISIÓN de las demandas.

…Omissis…

La recurrida se pronunció, sobre la cualidad y legitimación exigida a la parte actora en el presente


juicio, de la manera siguiente:

…Omissis…

Ciudadanos Magistrados, la recurrida, ‘TOMÓ PRESTADO’ -sin indicar su origen-, consideraciones


generales e introductorias de una sentencia dictada por esta Honorable Sala, en fecha 12-12-2012, bajo
el N° 778, publicada en la Doctrina de la Sala de Casación Civil, correspondiente al año 2012,
específicamente las páginas 98 y 99, de la Colección Doctrina Judicial N° 65. Caracas. Año 2014, y no
aplicable al caso que nos ocupa, forzando así su pretendida adaptación para sustentar el núcleo
argumental del fallo recurrido, como es lo referente al interés procesal, la cualidad y legitimación en el
juicio de simulación, para mayor ilustración de lo afirmado, nos remitimos al texto completo de la
aludida sentencia de esta Sala. (Páginas 98 a la 104 de la citada publicación).

Cabe destacar, que el texto suscrito como propio por la recurrida, está referido a un juicio donde se
discute como tema central la existencia de un litis consorcio necesario y la necesidad de su integración,
circunstancia que reafirma su inaplicabilidad al presente caso.
Curiosamente, la sentencia en referencia dictada por esta Honorable Sala, contiene pronunciamientos y
apreciaciones acerca de la legitimación a la luz de los Derechos y principios fundamentales de la tutela
judicial efectiva y el principio proactione, a los que nos referimos en nuestros informes ante el juez
superior, folios 11 al 13, de dicho escrito, sin obtener pronunciamiento sobre los mismos y que
coinciden con el fundamento de nuestras denuncias por infracciones constitucionales cometidas en el
proceso y que expondremos al final del presente recurso, como es lo relativo a la prevalencia de las
garantías constitucionales del proceso.

Ciudadanos Magistrados, la acción de simulación intentada por mis representados, no es contraria al


orden público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa de la ley. En consecuencia, la
recurrida no podía declarar inadmisible la demanda, por cuanto no se encuentra comprendida en
ninguna de las causales de inadmisibilidad establecidas en el Código de Procedimiento Civil (Art. 341
CPC). (M. y negrillas del formalizante).

De la precedente transcripción, observa la Sala que el formalizante denuncia la falta de aplicación por
la recurrida del artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, alegando a tal efecto que la acción
intentada, no es contraria al orden público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa de la
ley, por consiguiente, no podía la recurrida declarar inadmisible la demanda. En ese sentido agregó el
formalizante que si el juez superior “…hubiera aplicado la norma en referencia (Art. 341 CPC), y
ejercido de manera ponderada sus poderes, en la oportunidad de pronunciarse sobre la admisibilidad
de la demanda, le habría ordenado al juez de la causa, su admisión, al no existir causales legales de
inadmisibilidad en la misma…”. Con fundamento en los planteamientos expuestos, la Sala estima
necesario advertir que el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, denunciado como infringido
es una norma de carácter procesal, y por tanto, no debe ser delatado a través de una denuncia por
infracción de ley, sino por quebrantamiento de formas sustanciales con menoscabo del derecho de
defensa, prevista en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil y así será
considerada, en aplicación de los principios contenidos en los artículos 26 y 257 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, que garantizan a los justiciables que los procesos judiciales se
llevarán a cabo sin formalismos y que el proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia, siendo que la referida delación concierne al debido proceso y al orden
público. Así se establece.

Para decidir, la Sala observa:

En el marco de una denuncia de fondo, el formalizante nuevamente pretende delatar la infracción el


artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, lo que de acuerdo a sus argumentos y como ya se
mencionó, constituye una delación por quebrantamiento de formas sustanciales con menoscabo del
derecho de defensa, dirigidos a cuestionar la inadmisibilidad de la demanda declarada por el juzgador
de la recurrida.

Al respecto conviene advertir que ya la Sala resolvió ampliamente el punto cuestionado, al conocer el
defecto de actividad delatado en la segunda denuncia de forma ut supra analizada.

En efecto, ya la Sala señaló que en el caso que se examina, la inadmisibilidad de la demanda fue
dictada en la etapa de sentencia, dada la falta de interés legítimo de la parte actora, por haber
intentado la nulidad de contrato de venta por simulación, en su condición de herederos estando en vida
el padre de éstos, y que al haberse dado cumplimiento íntegramente al trámite procesal establecido
para este tipo de acciones, se garantizó a ambas partes el ejercicio de los medios y recursos procesales
tendientes a hacer valer sus pretensiones y defensas, razón por la cual, en esta oportunidad, se dan por
reproducidos los fundamentos utilizados por la Sala para desechar dicha delación de forma.
A lo anterior, conviene agregar que el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil establece los
supuestos de admisibilidad de la acción in limine litis, no siendo este el caso de autos, pues tal como se
evidencia de las actas procesales del expediente, el juicio siguió su curso normal y fue en la sentencia
definitiva que el juez a quo se pronunció sobre la inadmisibilidad de la acción; siendo que el menoscabo
del derecho a la defensa del demandante respecto de este artículo sólo ocurriría si el sentenciador
procede a declarar inadmisible la demanda in limine litis, sin permitir que el proceso avance a la etapa
del contradictorio.

Del mismo modo advierte la Sala, que contrario a lo afirmado por la parte recurrente, la
inadmisibilidad declarada por el juzgado ad quem, sí está expresada en la Ley, pues de acuerdo a lo
previsto en el artículo 993 del Código Civil, la apertura de la sucesión resulta al momento de la muerte
del de cujus, momento en el cual se produce la transmisión de los derechos patrimoniales del causante a
sus legatarios, por lo tanto la protección de la legítima sólo puede ser reclamada luego de la muerte de
los padres, pues es a partir de ese instante que los herederos adquieren la cualidad e interés para
interponer la demanda por simulación, en caso de ver afectados sus derechos sobre la masa hereditaria
dejada por su causante; siendo ésta cualidad un presupuesto de admisibilidad que debe existir al
momento de incoarse la acción y así ha sido expresado reiteradamente en innumerables decisiones de
este Alto Tribunal, como se puede verificar en los capítulos anteriores.

Por tanto, la Sala considera que la sentencia recurrida no se encuentra incursa en el error delatado, lo
que determina la improcedencia de la delación. Así se establece.

En consecuencia, se desecha la presente denuncia. Así se establece.

III

De conformidad con el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la
infracción por la recurrida del artículo 16 eiusdem por falta de aplicación.

El formalizante fundamenta su delación en lo que a continuación se transcribe:

…Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio
infracción, del artículo 16 del CPC (sic) por falta de aplicación, (sic)

Artículo 16 del CPC (sic) establece:

…Omissis…

Dicha norma consagra en nuestro ordenamiento jurídico, las acciones de mera certeza y muy
especialmente, la calificación del interés que debe tener, la parte actora en este tipo de juicio, y alegado
como fundamento de la demanda en su oportunidad.

En cuanto al interés y la legitimación derivada del mismo, que tienen nuestros representados en el
presente juicio, la Recurrida determinó:

…Omissis…

Como puede apreciarse, la recurrida consideró que para intentar la acción de simulación, mis
representados debían tener la condición de herederos, luego de la apertura de la sucesión de su
causante; criterio este, contrario al espíritu, propósito y razón del artículo 16 del CPC (sic), que regula
las acciones de mera certeza, en nuestro ordenamiento jurídico, de las que forman parte la acción de
simulación.

En cuanto a la naturaleza de la acción de simulación nos permitimos precisar siguiente:

…Omissis…

En el presente caso, la acción de simulación persigue despejar la INCERTIDUMBRE O DUDA, creada


por la venta efectuada por el padre de mis representados, a una hermana de estos, -excluyendo de esta
manera a los tres (3) restantes hijos de dicha relación jurídica o negociación-.

En el caso que nos ocupa, la única acción de que disponen en nuestro ordenamiento jurídico sus
representados, para despejar la aludida incertidumbre o duda y obtener CERTEZA, sobre la situación y
las consecuencias derivadas de dicha negociación (relación jurídica), es a través de la acción de
simulación.

En virtud de lo antes expuesto, no existe otra vía procesal o acción en nuestro ordenamiento jurídico,
que pueda satisfacer el interés de mis representados, derivado de la situación creada por la aludida
compra venta. Es esta circunstancia lo que determina el interés y la ADMISIBILIDAD de la presente
acción de Simulación, dada su naturaleza de mera certeza, como se desprende de la interpretación
armónica de los artículos 1.281 del CC y 16 CPC, en virtud de las consideraciones doctrinarias antes
expuestas.

En conclusión, EL INTERÉS LEGÍTIMO ACTUAL, de mis representados, lo determina la necesidad de


despejar la INCERTIDUMBRE O DUDA, creada por la compra venta, y las consecuencias que la
misma produce en el patrimonio familiar, cuyo único activo es el inmueble objeto de la venta, al quedar
excluidos de la misma, tres (3) de sus integrantes, que son precisamente, quienes intentaron la presente
acción de simulación.

En consecuencia, y en sana lógica, el INTERÉS ACTUAL y LA LEGITIMACIÓN derivada de este (sic),


no pueden quedar subordinados a la FUTURA, EVENTUAL E INCIERTA apertura de la sucesión de
uno o de ambos progenitores de mis representados, pues la LEGITIMACIÓN Y EL INTERÉS, -desde el
punto de vista procesal- no se originan o derivan de la condición de herederos, que eventualmente
puedan tener los demandantes, en este tipo de juicio; dada la naturaleza jurídica de la acción de
simulación (mera certeza), como antes se indicó, sino la necesidad de aclarar la incertidumbre en
relación a la existencia o inexistencia de un derecho o relación jurídica (Art. 16 CPC)

En conclusión, la citada norma (Art. 16 del CPC), debió aplicarse al presente caso por lo siguiente:

A) Se trata de una norma que regula una acción especial, como es la de mera certeza.

B) Tiene vigencia posterior, a cualquier otra norma que regule la materia, especialmente en cuanto a la
calificación del interés exigido en este tipo de acciones, pues entro en vigencia con la Reforma del CPC
(sic) de 1987.

C) El objeto del presente juicio, sólo pretende aclarar o despejar las dudas.

D) surgidas a raíz de la venta, del único bien que conforma el patrimonio familiar e indudablemente
afecta la integridad de este (interés actual de la parte actora).
E) La presente acción no tiene por objeto la partición, liquidación o reivindicación del patrimonio
familiar, presente o futuro, sino su preservación, y de esta manera forme parte de la futura legítima,
evitando así su desaparición.

F) Mis representados, no disponen en nuestro ordenamiento jurídico, de otra acción judicial o medio
legal para satisfacer su interés, que consiste en despejar la incertidumbre creada por la venta del único
bien del patrimonio familiar.

Si la recurrida, hubiera aplicado la norma en referencia (Art.16 del CPC), habría reconocido el
indudable interés y por vía de consecuencia, la legitimación, que tienen mis representados para intentar
la presente acción; por tanto la infracción denunciada (falta de aplicación del Art. 16 CPC), fue
determinante en el dispositivo de la sentencia y en el resultado del juicio…

. (M. y negrillas del formalizante).


Observa la Sala que el recurrente delata la infracción del artículo 16 del Código de
Procedimiento Civil, alegando a tal efecto que el mismo ha debido aplicarse, pues se trata de
una norma que regula las acciones mero declarativas, siendo que con la acción interpuesta
pretende aclarar la situación que representa la venta del único bien que conforma el
patrimonio familiar y de esa manera preservarlo para que “forme parte de la futura legítima,
evitando así su desaparición…”.
Alega asimismo el formalizante, que sus representados no disponen de otra acción judicial
para satisfacer su interés; que por lo tanto, si la recurrida hubiera aplicado el referido artículo,
“...habría reconocido el indudable interés y por vía de consecuencia, la legitimación, que
tienen [sus] representados para intentar la presente acción…”.
Para decidir la Sala observa:
La Sala ha señalado en reiteradas decisiones de que el vicio de falta de aplicación, se produce
cuando se niega vigencia a una norma dispuesta para resolver el conflicto, y en ese sentido ha
expresado que “…si la denuncia está referida al vicio de falta de aplicación de una norma
jurídica, es porque ésta, aún cuando regula un determinado supuesto de hecho, se niega su
aplicación o subsunción en el derecho, bien porque el juez la considera inexistente, o por
desconocimiento de su contenido, o porque presume que no se encontraba vigente, aún
cuando ella estuviese promulgada o no hubiese sido derogada. Esta omisión conduce a la
violación directa de la norma, pues, bajo este supuesto, la situación sometida a conocimiento,
ha debido ser decidida de conformidad con el precepto legal que efectivamente planteaba la
solución y que el juez respectivo no aplicó…”. (Sentencia N° 132 de fecha 1 de marzo de
2012, caso de Eli Lilly And Company contra L.L.S.A.V. y otros, expediente N° 11-299).
Ahora bien, el formazante delata como infringido el artículo 16 del Código de Procedimiento
Civil, el cual establece lo siguiente:
Para proponer la demanda el actor debe tener interés jurídico actual. Además de los casos previstos en
la Ley, el interés puede estar limitado a la mera declaración de la existencia o inexistencia de un
derecho o de una relación jurídica. No es admisible la demanda de mera declaración cuando el
demandante puede obtener la satisfacción completa de su interés mediante una acción diferente

.
Sobre el particular esta S., en decisión Nº 115, de fecha 25 de febrero de 2004, caso: R.R.S. y
otra contra S.R.S. y otras, dejó sentado lo siguiente:
…El artículo 16 del Código de Procedimiento Civil, establece:...
La precitada norma contiene un criterio genérico de interés procesal para las acciones mero
declarativas. En el caso bajo estudio se dejó establecido, en la denuncia precedente decidida, que el
interés procesal requerido para interponer la acción de simulación no sólo corresponde al acreedor
sino a todo aquél que aún sin esa cualidad, tenga interés eventual o futuro en que se declare la
inexistencia del acto simulado. Por lo tanto, la cualidad para demandar en el caso concreto de la
simulación, es mucho más amplia que el simple interés jurídico actual requerido por el artículo 16 del
Código de Procedimiento Civil.

En consecuencia, el precitado artículo no es la norma aplicable para resolver el punto concreto del
interés procesal para recurrir en el caso de la acción de simulación, todo lo cual determina la
inaplicabilidad de dicha norma al caso en estudio, por lo que el sentenciador de Alzada no infringió el
citado artículo 16. Así se declara…

. (N. y subrayado de la Sala).

De la jurisprudencia parcialmente citada se desprende que el artículo 16 del Código de


Procedimiento Civil, prevé un “criterio genérico de interés procesal para las acciones mero
declarativas…”; sin embargo, la cualidad para intentar la acción de simulación va mucho más
allá que el simple interés requerido en el prenombrado artículo 16, dado que la referida acción
puede ser ejercida no sólo por los acreedores contra su deudor, sino también por todo aquél
que aún sin esa cualidad, tenga interés eventual o futuro en que se declare la existencia del
acto simulado, tal como se estableció ut supra; por lo tanto, la aludida norma no es “aplicable
para resolver el punto concreto del interés procesal para recurrir en el caso de la acción de
simulación…”.
A los fines de determinar la procedencia del vicio delatado la Sala considera
pertinente transcribir parcialmente la sentencia recurrida, la cual estableció en su parte motiva
lo siguiente:
…En el caso bajo estudio, esta alzada constata del libelo de demanda que la parte actora interpone la
pretensión invocando el interés jurídico actual, para hacer valer o defender su parte en la Legítima
(articulo 883 y siguientes del Código Civil) que le corresponden como hijos del cedente y Futuros
Herederos del mismo; añadiendo que la presente acción, se intenta con fundamento a los (sic)
establecido en el artículo 1.281 del Código Civil, por cuanto se celebró un Contrato Simulado de Cesión
de Derechos y Acciones, que ocasionó daños y perjuicios a los demandantes, en su condición de futuros
herederos legitimarios del progenitor-cedente; resultando afectada la futura cuota hereditaria que les
corresponde legalmente, establecido en los artículos 883 y siguientes del Código Civil.

Ahora bien, de acuerdo al citado artículo 883 del Código Civil, siendo la legítima una cuota de la
herencia que se debe en propiedad a los herederos; cabe preguntarse a los fines de resolver el punto
que nos atañe: ¿A partir de qué momento tendrán propiedad de la herencia los herederos? la respuesta
la contiene el artículo 993 del ejusdem que señala que la sucesión se apertura al momento de la muerte,
por lo que es a partir de ese momento que nace para los herederos el interés legítimo para interponer la
demanda por simulación en protección de la legítima que la ley les otorga. Así se declara.

De tal forma que en el presente caso, al faltar uno de los presupuestos procesales para emitir un
pronunciamiento de mérito forzoso es declarar la inadmisibilidad de la pretensión incoada. Así se
decide…

.
De la transcripción parcial de la sentencia recurrida se observa que el ad quem declaró la
inadmisibilidad de la demanda fundamentado en que la parte actora carecía de legitimidad y
por tanto de interés procesal para actuar en el procedimiento, pues la legitimación para
interponer la acción de simulación deviene después de la apertura de la sucesión por la
muerte del causante, de acuerdo con lo previsto en el artículo 993 del Código Civil, sin la cual
la pretensión postulada deberá ser declarada inadmisible, por falta de legitimación procesal; lo
que por constituir una cuestión jurídica previa, exime al juzgador de alzada entrar a conocer el
fondo de la controversia planteada.
En consecuencia, mal pudo la recurrida infringir el artículo denunciado, vale decir, el artículo
16 del Código de Procedimiento Civil, dado que dicha norma no se aplica al caso bajo estudio.
Así se establece.
Por último, observa la Sala que titulado con el Capítulo XI del escrito de formalización del
recurso de casación, el recurrente señala que el proceso no cumplió con su finalidad de servir
como instrumento para la realización de justicia, conforme lo consagra el primer aparte del
artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pues considera que
con la declaratoria de inadmisibilidad de la demanda sin conocer el fondo de la controversia,
se le dejo en estado de indefensión y desigualdad frente a la parte demandada, vulnerando de
esa manera los derechos constitucionales de acceso a la justicia, defensa, y tutela judicial
efectiva, establecidos en los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
En ese sentido, el recurrente solicita a la Sala que se haga un pronunciamiento sobre las
infracciones constitucionales señaladas.
En cuanto a la alegada violación directa de artículos de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, ya la Sala ha indicado que tal “denuncia” no es posible resolverla
mediante un recurso de casación, por cuanto su finalidad es corregir o controlar la legalidad de
las decisiones judiciales, y no su constitucionalidad, lo cual, en todo caso, debe ser tramitado
mediante amparo constitucional o de nulidad de leyes.
No obstante, en atención a lo dispuesto en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, mediante los cuales se otorga la garantía de un proceso
sin formalismos, en el que las partes puedan ver materializada la justicia, la Sala, procederá a
dar respuesta a la mencionada solicitud en los términos siguientes:
Observa la Sala que tales señalamientos del formalizante no fueron estructurados en el marco
de las formas de una denuncia conforme lo prevé el artículo 17 del Código de Procedimiento
Civil, sin embargo es posible entender que lo pretendido por el recurrente es nuevamente
poner de manifiesto el incumplimiento de uno de los deberes formales del juez al dictar el
fallo, como lo es mantener el equilibrio procesal, sin desigualdad entre las partes,
garantizando el derecho a la defensa, conforme a lo dispuesto en el artículo 15 del
mencionado Código de Procedimiento Civil.
Al respecto, advierte la Sala que el defecto de actividad por indefensión, ya fue ampliamente
resuelto en las delaciones de forma ut supra analizadas.
En efecto, se señaló que los formalizantes para el momento de la interposición de la demanda
no habían adquirido la condición de herederos, ni mucho menos se encontraba abierta la
sucesión conforme al artículo 993 del Código Civil, para solicitar la declaratoria de simulación
en su condición de futuros herederos en contra de su padre, quien sería el futuro causante;
por lo tanto el recurrente no posee la titularidad del derecho ni el interés legitimo para incoar la
presente demanda de nulidad de venta por simulación, dado que la relación jurídico-procesal,
se concreta cuando la parte actora intenta dicha acción ante el órgano jurisdiccional, luego de
la apertura de la sucesión por la muerte del causante; por tal motivo, mal podría una persona
con esa condición incierta, accionar jurisdiccionalmente e invocar la protección del derecho a
suceder previamente al deceso del de cujus.
Conforme a los anteriores razonamientos, el juez de alzada advirtió que la parte demandante
no estaba legitimada en el proceso, haciendo de esta manera un verdadero control sobre la
correcta instauración del proceso, verificando que efectivamente estuviesen satisfechos los
presupuestos procesales, dentro de los que se encuentran la legitimación al proceso, el
interés para obrar y otros requisitos de relevancia para depurar el mismo, lo cual puede ser
declarado en cualquier estado y grado de la causa. Condiciones necesarias para poder emitir
una sentencia al fondo.
Asimismo, como se indicó en la oportunidad de conocer la primera denuncia de forma, quedó
demostrado para la Sala que se cumplieron todos los procesos legalmente establecidos para
llevar el juicio hasta su sentencia definitiva, sin que se evidenciara que haya habido alguna
limitación en el ejercicio de los recursos y demás defensas previstas para las partes por
nuestro ordenamiento jurídico vigente.
Por tanto, la Sala desecha la objeción planteada, reiterando los motivos expresados en el
Capítulo I del recurso por defecto de actividad, mediante la cual quedó evidenciado que la
recurrida no incurrió en el vicio de indefensión. Así se establece.
DECISIÓN
En mérito de las precedentes consideraciones, el Tribunal Supremo de Justicia de la
República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, declara: SIN LUGAR el recurso de casación
presentado contra la sentencia de fecha 11 de enero de 2016, dictada por el Juzgado Superior
Primero en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado L..
Se condena al recurrente al pago de las costas procesales del recurso, de conformidad con lo
dispuesto en la ley.
P. y regístrese. Remítase el expediente al tribunal de la causa, Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado L.. P. esta
remisión al juzgado superior de origen, antes mencionado, de conformidad con el artículo 326
del Código de Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil, del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los once (11) días del mes de octubre de dos mil dieciséis.
Años: 206º de la Independencia y 157° de la Federación.
Presidente de la Sala,
__________________________________
GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ
Vicepresidente,
___________________________________________
F.R.V.E.
Magistrada,
________________________________________
M.V.G. ESTABA
Magistrada-Ponente,
_________________________________________
VILMA MARÍA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
Magistrado,
__________________________________
YVÁN DARÍO BASTARDO FLORES
Secretario,
________________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
Exp. N.. AA20-C-2016-000133 Nota: Publicado en su fecha a las
S.,
Sentencia nº 531 de Tribunal Supremo
de Justicia - Sala Constitucional de 4
de Julio de 2016
Fecha de Resolución: 4 de Julio de 2016

Emisor: Sala Constitucional

Número de Expediente: 15-1177

Ponente: Arcadio de Jesús Delgado Rosales

Procedimiento: Acción de Amparo

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CONTENIDO
SALA CONSTITUCIONAL
Magistrado Ponente: Arcadio Delgado Rosales
Expediente número 2015-1177
El 20 de octubre de 2015, el abogado J.M.C.D., inscrito en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el número 150.003, actuando con el carácter de defensor privado del ciudadano
J.A.S.B., titular de la cédula de identidad N.. 3.725.848, interpuso ante esta S. “RECURSO DE
IMPUGNACIÓN CON NULIDAD ABSOLUTA de la SENTENCIA CONDENATORIA y el juicio
Oral (sic) y Público (sic), dictada en fecha 23 de septiembre de 2.013, por el TRIBUNAL
TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE JUICIO DEL CIRCUITO
JUDICIAL PENAL DEL ESTADO NUEVA ESPARTA (…) actuación que ejerzo en acatamiento
al orden público y jurídico, de defender las disposiciones contenidas en la CONSTITUCIÓN
DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, las normativas de los instrumentos de
protección internacional en materia de DERECHOS HUMANOS, suscritos y ratificados por la
República, de conformidad con los artículos 23 y 333, Constitucionales, así como los
establecidos en las leyes (…)”, por vulneración a los derechos a la defensa y al debido
proceso.
El 23 de octubre 2015, se dio cuenta en S. y se designó como ponente al Magistrado A.D.R.
quien, con tal carácter, suscribe el presente fallo.
El 26 de octubre de 2015, el defensor del ciudadano J.A.S.B. consignó escrito de “rectificación
por apreciación errónea del recurso de impugnación” presentado el 20 de octubre de 2015; en
el mismo, señaló que el documento presentado trata de un “RECURSO DE IMPUGNACIÓN
CON NULIDAD ABSOLUTA de la SENTENCIA CONDENATORIA y el juicio Oral (sic) y
Público (sic), dictada en fecha 23 de septiembre de 2.013, por el TRIBUNAL TERCERO DE
PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE JUICIO DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL
ESTADO NUEVA ESPARTA (…)” y no de “(…) un RECURSO DE AMPARO, como
erróneamente se transcribió en el portal web del TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA,
pudiéndose observar en las partes del escrito de impugnación consignado por ante este
despacho, así como en su encabezado y en los Capítulos (sic) de los ‘Hechos’, ‘Del Derecho’
y el ‘Petitorio’, que esta defensa, no invocó el artículo 27, constitucional, como es público y
notorio que tiene que ver con el A. (sic) y mucho menos, la LEY ORGÁNICA DE AMPARO
SOBRE DERECHOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES (…)”, por lo que solicitó se
corrigiera en el portal web de este Tribunal. Asimismo, indicó que “(…) el fin del recurso
interpuesto por [la] defensa, es anular la sentencia condenatoria, de acuerdo a lo establecido
en los artículos 25, constitucional en concordancia con el 174 y 175 del COPP (sic), más (sic)
no persigue obtener esta representación, una EXTRAPETITA de lo no solicitado en el
PETITORIO (…)”. En esa misma fecha, se dio cuenta en S. y se acordó agregar a las
actuaciones al expediente.
El 9 de noviembre de 2015, el defensor del ciudadano J.A.S.B. consignó escrito por ante la
Secretaría de esta S. al cual anexó copias certificadas de la sentencia condenatoria dictada
por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal
del Estado Nueva Esparta y de la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones del mismo
Circuito Judicial Penal; lo que se acordó agregar en esa misma fecha a las actuaciones.
El 23 de diciembre de 2015 se reconstituyó esta Sala Constitucional, dada la incorporación de
los Magistrados designados por la Asamblea Nacional en sesión extraordinaria de esa misma
fecha, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela número 40.816
del 23 de diciembre de 2015; quedando integrada de la siguiente forma: Magistrada G.M.G.A.,
P.; Magistrado A.D.R., V.; y los Magistrados y M.C.Z. de M., J.J.M.J., C.O.R., L.F.D.B. y
L.B.S.A..
El 31 de mayo de 2016, el defensor del ciudadano J.A.S.B. consignó escrito por ante la
Secretaría de esta Sala mediante el cual solicitó “(…) de conformidad con lo establecido en los
artículos 26, 49.1.8 (sic), 257, 333 y 334 de la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA en relación con el artículo 8 ordinal 2, literales (sic) ‘a, b, c’
de la LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS ‘PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA’, que se pronuncie y publique la
decisión del RECURO (sic) DE NULIDAD, interpuesto por ante la Sala Constitucional (…)”; en
esa misma fecha, se dio cuenta en S. y se agregó al expediente.
Realizado el estudio individual de las actas que conforman el presente expediente, esta Sala
Constitucional pasa a decidir previas las siguientes consideraciones.
I
DE LOS FUNDAMENTOS DE LA SOLICITUD
La parte actora presentó “RECURSO DE IMPUGNACIÓN CON NULIDAD ABSOLUTA de la
SENTENCIA CONDENATORIA y el juicio Oral (sic) y Público (sic), dictada en fecha 23 de
septiembre de 2.013, por el TRIBUNAL TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA EN
FUNCIONES DE JUICIO DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO NUEVA
ESPARTA”, con fundamento en los siguientes alegatos:
Que actúa de conformidad con lo establecido en los artículos 23, 26, 49.1 y 8, 257, 333 y 334
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en relación con el artículo 8,
ordinal 2, letra “h” de la Ley Aprobatoria de la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), todos en concordancia con los artículos 174 y
175 del Código Orgánico Procesal Penal y del artículo 25 constitucional, en relación “(…) con
la jurisprudencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N°
655 del 28 de abril de 2005, supra, señalada, la cual, estableció el conocimiento de las
vulneraciones al debido proceso y [el] derecho a la defensa, violentado durante el juicio
celebrado en contra del condenado que debe conocer la Sala Constitucional, a los fines de
garantizar el derecho a la defensa y [al] debido proceso o cualquier otro derecho vulnerado por
cualesquiera autoridad civil o militar que viole los principios legales y constitucionales de las
personas, en materia de juzgamiento, por errores judiciales (…)”.
.
Que la Constitución “(…) garantiza a toda persona, que los actos judiciales arbitrarios,
dictados por toda autoridad, que contraríe y atropelle los derechos constitucionales y legales,
así como los acuerdos internacionales en materia de Derechos Humanos, tales como el
Derecho (sic) a la Defensa (sic) y Debido (sic) proceso, como es público en la condena, supra,
son nulos de toda nulidad”.

Que durante el desarrollo del proceso, a la parte actora le fueron vulnerados sus derechos a la
defensa y al debido proceso, por cuanto el tribunal de juicio ignoró lo establecido en los
cardinales 1 y 8 del artículo 49 de la Constitución, referido a la garantía del debido proceso
tanto en las actuaciones judiciales como administrativas.
Que el artículo 7 del Pacto de San José de Costa Rica, establece el derecho de toda persona
privada de libertad de acudir a un juez competente con la finalidad de que resuelva sobre la
legalidad del arresto.
Que “(…) en cuanto a las garantías judiciales, nuestra Carta Magna garantiza y ordena al
Estado, el resguardo del Debido (sic) Proceso (sic), derecho a la Defensa (sic), derecho al
restablecimiento de la situación jurídica lesionada por error judicial y de ser indemnizado de
conformidad al artículo 49.8, constitucional, en concordancia con el artículo 10 de la ‘LEY
APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS
PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA (…)”.
Que en sentido análogo se pronunció esta S., en la sentencia número 655/2005 del 28 de
abril, referida al error de juzgamiento de un tribunal al desconocer un principio fundamental de
jerarquía constitucional, como lo es el doble grado de conocimiento de su asunto, el cual
guarda íntima relación con los derechos a la defensa, al debido proceso y a la tutela judicial
efectiva.
Que esta S. resulta competente para conocer “(…) el presente ‘RECURSO DE
IMPUGNACIÓN CON NULIDAD ABSOLUTA’ de la SENTENCIA CONDENATORIA y el juicio
Oral (sic) y Público (sic), dictado en acción directa de ‘J.A.S.B.’, Supra, donde fueron
vulnerados sus derechos constitucionales establecidos en el artículo 49.1.3.8 (sic), de la
‘CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA’, en cuanto a lo
preceptuado, del (sic) debido proceso, derecho a la defensa, derecho a ser oído por un
tribunal competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad y el derecho a
recibir un restablecimiento o reparación de su situación jurídica lesionada (…)”, siendo que en
la sentencia del “30 de junio de 2000, expediente N° 00-1728”, se estableció la competencia
de esta Sala para conocer de derechos constitucionales conculcados.
Que esta S. es competente para conocer del presente recurso, de conformidad con lo
establecido en los artículos 336.4 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en concordancia con los cardinales 4 y 10 del artículo 25 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia.
Que, el 23 de septiembre de 2013, el Juzgado Tercero de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Nueva Esparta, dictó sentencia
contra el hoy solicitante mediante la cual lo condenó a cumplir la pena de veinte (20) años de
prisión, por la comisión del delito de tráfico de drogas en grado de cooperador inmediato,
previsto y sancionado en el encabezamiento del artículo 149 de la Ley Orgánica de Drogas, en
relación con el artículo 83 del Código Penal.
Que la condena se fundamentó en los medios de prueba ofrecidos por el Fiscal del
Ministerio Público y que fueron las declaraciones de los funcionarios de la Guardia Nacional
que actuaron en el procedimiento de allanamiento que se realizó en el domicilio del hoy
solicitante -que a la vez funge como su vivienda principal y lugar de trabajo- los testigos,
documentales y “la motivación de la ciudadana jueza, para decidir”.
Que “es necesario el análisis de la sentencia en sus partes de elementos de
convicción, entrelazados con la conclusión del tribunal A quo, producto de la motivación que
utilizó como base para fundamentar su decisión; los argumentados (sic), alegados en el
presente recurso, son todos extraídos de la sentencia condenatoria, lo cual, es necesario, para
ilustrar y demostrar donde (sic) hubo quebrantamiento al debido proceso y derecho a la
defensa, así como del error judicial, establecido en el artículo 49.1.8 (sic) de la constitución
(sic), como también obtener el conocimiento de los errores in iudicando y el error in
procedendo, que no es más que una violación a uno de los principios básicos del texto
constitucional, contenido en su artículo 2, en cuanto al respeto a la libertad, la vida …y a los
derechos fundamentales de las personas (…)”.
Que el Tribunal de juicio no cumplió con el principio de la finalidad del proceso, contenido en el
artículo 13 del Código Orgánico Procesal Penal; tampoco se apreciaron la pruebas como lo
indica el artículo 22 eiusdem, por lo que “(…) estamos en presencia de una violación del
proceso, así como de la ocurrencia de errores judicial[es], establecidos en el artículo 49.1.8
(sic) del texto constitucional, por cuanto no existió transparencia y legalidad en el proceso que
llevó a dictar una sentencia condenatoria no ajustada a derecho, siendo necesario, en estos
casos especiales, contrastar, la motivación con la misma sentencia en su conjunto, con todos
sus elementos, los cuales, quedaron entrelazados con la conclusión que llevó a la jueza del
tribunal A (sic) quo, a transcribir y publicar una decisión condenatoria, verificando así, que no
contraríe el mandato constitucional y legal, establecido en la supremacía constitucional, en sus
artículos 23, 257 de la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA,
en cuanto que, a los tratados pactos y convenios relativos a derechos humanos, suscritos y
ratificados por Venezuela, ni se sacrificará la justicia por formalismos no esenciales, es decir,
que no se debe ignorar el análisis y la interrelación de la decisión que dictó A (sic) Lugar (sic),
la ciudadana juez, en la presente condena, cuando se evidencia una violación al debido
proceso y derecho a la defensa, así como los principios establecidos en la ley rectora del
proceso penal, lo que quebranta los Derechos Humanos y garantías constitucionales,
establecidos en el artículo 25, de la carta magna (…)”.
Que con el debido respeto y para mayor comprensión en el análisis que llevó al Tribunal a
tomar una decisión de condena, es el motivo por el cual presentó para su estudio a esta S.
como máxima autoridad “(…) una relación de la motivación inter-relacionada, con lo que
analizó la ciudadana jueza, contenidas de contradicciones, sin lógica jurídica, contentiva de
falsedad evidente y que no fueron controladas por el árbitro rector, representante de la justicia
en el Debate Oral y Público, -el juez (a)-, obteniendo como consecuencia el quebrantamiento a
los artículos 8 de la legitimidad de las decisiones judiciales que deben garantizar un buen
proceso, como medio para la realización de la justicia, así como el artículo 9, ambos del
CÓDIGO DE ÉTICA DEL JUEZ VENEZOLANO Y LA JUEZA VENEZOLANA (…)”.
Que “(…) la sentencia dictada por la ciudadana jueza en la búsqueda de la verdad, debe ser
consecuencia del debido proceso y derecho a la defensa, es necesario revisar el fundamento
base de la decisión, el cual, quedó evidentemente y hoy público y notorio, una flagrante
violación al debido proceso y derecho a la defensa, incurriendo en un error judicial,
establecidos en el artículo 49.1.8 (sic), del texto constitucional (…)”.
Que “(…) el Tribunal A (sic) quo, admitió en el juicio oral y público, lo concerniente a todos los
elementos de interés criminalística (sic), tomadas (sic) como base para publicar una sentencia
condenatoria, en contradicción al mandato constitucional, del respeto y cumplimiento del
debido proceso y derecho a la defensa (…)”, con lo que transgredió lo dispuesto en el artículo
2 constitucional.
Que en el capítulo de la sentencia referido a la “DETERMINACIÓN PRECISA Y
CIRCUNSTANCIADA DE LOS HECHOS QUE EL TRIBUNAL ESTIMA ACREDITADOS”, el
Tribunal a quo de manera anticipada condenó al imputado, negándole el derecho a la defensa.
Que la sentencia condenatoria dictada por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Nueva Esparta, violó los derechos al
debido proceso y a la defensa; además, configuró “(…) una serie de errores conformados por:
error judicial, establecido en el artículo 49.1.8 (sic), constitucional y los errores in iudicando e
in procedendo, … incurriendo en desacato al mandato constitucional, al no exigir al acusador,
los elementos probatorios conforme a Derecho y apreciarlos según la norma rectora penal
(…)”; en tal sentido, transcribió extractos de la sentencia condenatoria, referidos a las
testimoniales de los órganos de prueba que fueron incorporados al juicio oral y público, sobre
los que efectuó argumentos de cada uno de ellos.
Que, con relación a los “expertos”, la ciudadana Jueza del Juzgado de Juicio “(…) no exigió al
Ministerio Público, el estudio técnico científico de la droga, que determinara el tiempo que
tenía colocada la sustancia química en la embarcación, al igual, que determinaran los
analistas expertos, informando cuál era el tipo de madera donde se encontraba la sustancia,
(prueba solicitada por la defensa en la etapa de investigación de conformidad con el [artículo]
287 del COPP (sic) en concordancia con el [artículo] 49.1, constitucional y fue negada por la
Vindicta Pública), que pudiera contrastarse con la madera que se utiliza en el Astillero Marinan
York, sin embargo, concluyó con falsedad que la droga estaba en la propiedad del condenado,
siendo falso (…)” (destacado del escrito); en tal sentido, señaló que la declaración fue
adminiculada con la de los funcionarios actuantes en el procedimiento llevado a cabo en el
astillero en cuestión.
Que en la “foto satelital” que plasmó en su solicitud, se observa que en el sector Boca de Pozo
se encuentra ubicado el Astillero Marinan York, C.A., siendo este el lugar donde está la
vivienda principal y lugar de trabajo del hoy solicitante y donde concluyó la ciudadana J. se
encontraba ubicada la embarcación H. (cargada de droga), lo que resulta falso por cuanto
señala que según las declaraciones de los funcionarios adscritos a la Guardia Nacional que
actuaron en el allanamiento realizado en el Astillero propiedad del hoy solicitante, la
embarcación fue hallada fondeada en “alta mar” entre los poblados Robledal y Boca de Pozo y
no en tierra firme; por lo tanto, sus dichos no coinciden con las afirmaciones del Tribunal.
Seguidamente, transcribió extractos de las declaraciones de los funcionarios Cnel. (GN)
A.R.M., Cap. (GN) J.H.R., S/S (GN) J.V.M., S/1 (GN) C.G.G., SM/3 S.R.C., S/2 (GN) R.C.C.,
S/2 (GN) R.M.G., S/2 Y.R.Y., S/2 R.G.J. y S/2 G.M.R., procediendo a indicar, lo que a su decir,
constituyeron las contradicciones en las cuales incurrió el Tribunal de Juicio con respecto al
lugar donde se practicó la inspección de la embarcación, el lugar donde fue llevada, la
propiedad del astillero donde fue trabajada, la propiedad de la embarcación y quién canceló
los gastos de mantenimiento y estadía en el astillero -lo que fue demostrado a través de una
factura con error de emisión a nombre del hoy solicitante, quien dijo actuar por mandato del
ciudadano A.C. y, sin embargo, no fue apreciado por la ciudadana jueza- donde fue incautada
la sustancia ilícita, así como el lugar donde se llevó a cabo el allanamiento en el presente
caso, generando una violación al debido proceso y al derecho a la defensa.
Que durante la declaración rendida por los funcionarios actuantes S/2 Y.R.Y. y S/2 R.G.J. en
el desarrollo del juicio oral, se le negó a la defensa el derecho que tiene de preguntar durante
el interrogatorio, quebrantando así su derecho a la defensa y al debido proceso, contenidos en
los artículos 49.1.3.7 y 8 constitucional y el 8 letra “f” de la Ley Aprobatoria de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), así como los
principios legales contenidos en los artículos 13 y 22, ambos, del Código Orgánico Procesal
Penal, referidos a la finalidad del proceso y la apreciación de las pruebas.
Que en el juicio oral y público declaró el ciudadano A.F.C.S., propietario de la embarcación en
la cual se incautó la sustancia ilícita, quien indicó haber conversado con un ciudadano de
apellido Rochar del Astillero y V. delC., C.A., y este le informó que había una persona
interesada en el velero, por lo que le puso en contacto con el hoy solicitante, el cual -según
refiere- actuó como intermediario en la transacción de compra-venta; no obstante, la
ciudadana J. convalidó como prueba documental una factura emitida por el astillero a su
nombre a pesar de no poseer la cualidad jurídica para la emisión de la misma, ya que no es el
propietario ni conversó con el astillero para el pago de la deuda pendiente por el varado de la
embarcación, siendo un hecho público y notorio el error en la emisión de la factura a nombre
de quien no le correspondía por ley y, en tal sentido, constituye una prueba ilícita cuya
apreciación le había supuestamente violentado sus derechos al debido proceso y a la
defensa; por otra parte, el Tribunal no verificó las evidencias que debieron constar en autos
como la transferencia bancaria por el pago de la embarcación al propietario, el documento de
compra-venta -que demostrara que el comprador era el hoy solicitante- y que el testigo señala
que firmó en Notaría sin la presencia del comprador y que dijo no se llegó a perfeccionar, por
lo que la propiedad del velero continúa en poder del referido testigo. Asimismo, incurrió en
contradicción con respecto a quien entregaron los equipos de la embarcación.
Que la ciudadana Jueza de juicio erradamente concluyó que la reparación de la embarcación
se produjo en el Astillero Marinan York, C.A., ya que no fueron realizadas en el Astillero y V.
delC., lo que constituye una violación al debido proceso “(…) por cuanto no se condena a base
de supuestos, sino de hechos concretos con base probatoria legal, lo que es evidente que al
no considerar los alegatos de (sic) la (sic) presentados por los defensores del ajusticiado,
hubo un quebrantamiento al derecho de defensa del condenado”.
Que en la sentencia condenatoria se evidencia una tergiversación de la verdad de los hechos,
por cuanto existe contradicción entre lo expuesto por los funcionarios actuantes en el
procedimiento y la conclusión a la cual llegó el tribunal de juicio, ya que “no se conden[ó] a
base de certezas sino de hechos con elementos de convicción criminalística, siendo público y
notorio que existe una flagrante violación del debido proceso y [del] derecho a la defensa del
condenado”.
Que los ciudadanos Allan Cover y M.C., durante las declaraciones rendidas en el juicio oral,
coincidieron en que conversaron que el hoy solicitante pagaría los gastos ocasionados por el
varado de la embarcación; no obstante, el Astillero y V. delC. infringió la normativa tributaria
establecida en la “providencia N° 421” referida a las normas generales de emisión y
elaboración de facturas, por cuanto emitió una factura a nombre de quien no es el receptor del
servicio, en este caso, el propietario de la embarcación.
Que el Juzgado de Juicio no observó el contenido del artículo 65.1 del Código Penal, referido
a la no punibilidad de quien actúa en cumplimiento de un deber o de un derecho, por cuanto la
actuación del hoy solicitante se basó en el artículo 89 constitucional referido al derecho al
trabajo.
Que la sentencia condenatoria bajo un falso argumento estableció que el hoy solicitante
adquirió la embarcación donde se localizó la sustancia ilícita; no obstante, ello no fue
declarado por el propietario de la embarcación, ciudadano A.C.S., aunado a que en el capítulo
de la sentencia denominado documentales, no constan depósitos o transferencias bancarias
realizadas por el hoy solicitante; por lo que denuncia la violación de sus derechos
constitucionales al debido proceso, a la defensa y al trabajo, contenidos en los artículos 49 y
89 de la Constitución.
Que, el 6 de enero de 2014, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Nueva Esparta, declaró sin lugar el recurso de apelación que ejerció contra el fallo dictado el
23 de septiembre de 2013 por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en Funciones de
Juicio del referido Circuito Judicial Penal, que condenó al hoy solicitante. Contra la sentencia
de la Corte de Apelaciones ejerció recurso de casación, el cual fue declarado manifiestamente
infundado por la Sala de Casación Penal de este Tribunal en sentencia núm. 378 del 2 de
diciembre de 2014.
Que “(…) [l]a Sala de Casación Penal, es un instrumento Procesal (sic) para conocer los vicios
de juicio y de actividad: ‘error in iudicando y ‘error in procedendo’, lo cual se observa en el folio
21 de la Sentencia N° 378, que así lo afirman los Magistrados en su mayoría cuando
expresaron lo siguiente: ‘…De igual manera, esta sala (sic) ratifica que la casación es el
instrumento procesal para conocer lo relativo a los vicios de juicio y de actividad (error in
iudicando y error in procedendo); debiendo cumplir con una precisa técnica recursiva…’(…)”.
Que “(…) el análisis realizado por los Magistrados del VOTO CONCURRENTE, de la Sala de
Casación Penal, del Tribunal Supremo de Justicia, determinaron que existe vulneración a [los]
derechos constitucionales y legales, por los vicios, errores y falsedad de las declaraciones y
pruebas, evidenciadas en la sentencia condenatoria, una total contradicción, falsedad en la
configuración de un presunto hecho delictuoso, así como la calificación jurídica, que fue
atribuida durante el desarrollo del juicio (…)”.
Que al no existir apreciación de prueba, inmediación y valoración del hecho, no se logra la
finalidad del proceso y, en tal sentido, se vulneraron los derechos al debido proceso y a la
defensa. Seguidamente, transcribió extractos de las sentencias de la Sala de Casación Penal
de este Tribunal, bajo los números 301/2000 del 16 de marzo y 285/2011 del 12 de julio,
referidas a la valoración de las pruebas por parte del juez, conforme al principio de la sana
crítica.
Que, con base en el principio enunciado en el artículo 13 del Código Orgánico Procesal Penal
y el artículo 19 constitucional, solicitó que se “(…) revis[e] detalladamente el relato de los
“HECHOS PUNIBLES”, que la representación fiscal atribuyó a [su] representado, durante el
debate Oral y Público, … es innegable que no existe una interrelación entre la verdad de los
hechos y la demostración de esos hechos a través de las pruebas, para que pueda existir una
calificación jurídica, la cual, debe ser un reflejo de la verdad material, de lo contrario, no puede
existir delito alguno, estando en presencia de un quebrantamiento del artículo 49.7 de la
constitución (sic)”; en tal sentido, haciendo referencia a la verdad material en el proceso penal,
transcribió un extracto de una sentencia de la Sala de Casación Penal de este Tribunal del “2
de octubre de 2000, expediente 00-1089”. Asimismo, con relación al restablecimiento de
derechos constitucionales, conforme lo prevé el artículo 334 constitucional, transcribió
parcialmente una sentencia de esta Sala del “15 de MAYO del año 2001” (mayúsculas del
escrito original).
Que es “(…) competencia de esta Sala Constitucional restablecer el orden constitucional por la
flagrante violación del [derecho al] debido proceso y [el] derecho a la defensa, garantizada por
la constitución (sic) nacional (sic), debido a la existencia de un conjunto de errores, vicios,
falsedad y falta de pruebas de convicción que sustenten la decisión condenatoria, analizada
en la presente causa, por tales motivos quedó establecido en el voto concurrente, de la Sala
de Casación Penal como jurisprudencia en la sentencia N° 378, de fecha 2 de diciembre de
2.014 (…)”.
Que los derechos al debido proceso y a la defensa, contenidos en el artículo 49 constitucional,
garantizan a las partes el juzgamiento con apego al procedimiento conforme a derecho y que
así lo estableció esta S. en la sentencia núm. 5/2001 del 24 de enero.

Que esta S., en los fallos números 2.174/2002 del 11 de septiembre y 655/2005 del 28 de
abril, reconoció la importancia de la doble instancia como parte del derecho a la defensa.
Que “[e]n tal sentido, la Sala de Casación Penal, elevó a la constitucional la presente causa,
por un conjunto de errores como lo son: el ‘In iudicando’, el ‘in procedendo’ y como
consecuencia un (sic) el error judicial, lo cual, crearon el ambiente de la manzana en estado
de descomposición, que produjo una decisión inmotivada”.
Que el fallo recurrido carece de motivación y fundamento en la verdad de los hechos, ya que
“(…) el Tribunal de Instancia se limitó a reproducir el mismo relato infundado de los hechos
punibles, ofrecidos por la representación fiscal, sin analizarlo y sin ninguna motivación ni
fundamentación de hecho y de derecho (…)”, por lo que contrarió lo dispuesto en los artículos
157 y 346 en sus cardinales 3 y 4, ambos del Código Orgánico Procesal Penal, ya que no
expresó las razones de hecho y de derecho que justificaron su decisión, por lo que se observa
que la sentencia “(…) no guarda congruencia entre el razonamiento efectuado por la jueza y la
decisión tomada por ella”.
Que la sentencia resulta violatoria de los derechos a la defensa, al debido proceso, a la tutela
judicial efectiva y a la obtención de una respuesta oportuna, ya que “(…) no cumple con el
requisito esencial de motivación, no esgrime de manera explícita, coherente, objetiva, concreta
e imparcial los fundamentos de hecho y de derecho de obligatorio cumplimiento, en toda
decisión judicial, impidiendo al justiciado conocer cuál, fue el razonamiento lógico del
pensamiento de la Jueza en su fallo (…)”. Indicó que sobre la motivación se ha referido esta S.
en la sentencia núm. 241/2000 del 25 de abril y la Sala de Casación Penal en las sentencias
número 402/2003 del 11 de noviembre y la “N° 035 del 05-02-2011”.
Finalmente, solicitó con fundamento en los artículos 23, 26, 257, 333 y 334 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con el artículo 7 cardinales 3 y 6
de la Ley Aprobatoria de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San
José de Costa Rica), se declare i) con lugar el “recurso de impugnación con nulidad absoluta”
contra la sentencia condenatoria dictada contra el hoy solicitante, el 23 de septiembre de 2013
por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal
del Estrado Nueva Esparta; ii) se decrete su libertad plena de forma inmediata; iii) se libere de
toda medida dictada en contra de la sociedad mercantil Astillero Marinan York, C.A., así como
del inmueble signado con las siglas “PA-M3”, ubicado en el conjunto residencial Colinas de la
Caranta en la ciudad de Pampatar, Municipio Maneiro del Estado Nueva Esparta; y iv) se
acuerden dos copias certificadas de la decisión de la Sala, así como que se oficie al Juzgado
Primero de Primera Instancia en Funciones de Ejecución de la Circunscripción Judicial del
Estado Nueva Esparta, a los fines de materializar la libertad plena del hoy solicitante.
II
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
El defensor privado del ciudadano J.A.S.B. ejerció “RECURSO DE IMPUGNACIÓN CON
NULIDAD ABSOLUTA de la SENTENCIA CONDENATORIA y el juicio Oral (sic) y Público
(sic), dictada en fecha 23 de septiembre de 2.013, por el TRIBUNAL TERCERO DE PRIMERA
INSTANCIA EN FUNCIONES DE JUICIO DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO
NUEVA ESPARTA (…)”, que i) lo declaró culpable, como cooperador inmediato en el delito de
tráfico de drogas; ii) lo condenó a cumplir la pena de veinte (20) años de prisión; iii) conforme
a lo dispuesto en el artículo 178.4 de la Ley Orgánica de Drogas ordenó la confiscación de
bienes muebles e inmuebles; iv) mantuvo la medida de privación judicial preventiva de libertad
del hoy solicitante; y v) ordenó la remisión de las actuaciones al Tribunal de Ejecución de
Penas.
Asimismo, resulta pertinente destacar que, el 26 de octubre de 2015, el accionante mediante
diligencia señaló en forma expresa que la demanda trata de un “recurso de impugnación con
nulidad absoluta” y no de un amparo contra sentencia; incluso agregó que en el escrito de
impugnación consignado no invocó el artículo 27 constitucional ni la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales.
Asimismo, indicó que su pretensión va dirigida a “(…) anular la sentencia condenatoria, de
acuerdo a lo establecido en los artículos 25, constitucional en concordancia con el 174 y 175
del COPP (sic), más (sic) no persigue obtener esta representación, una EXTRAPETITA de lo
no solicitado en el PETITORIO (…)”.
En todo caso, los argumentos del defensor privado del demandante apuntaron a señalar su
disconformidad con el fallo cuya nulidad pretende, para lo cual solicitó una revisión detallada
del relato de los hechos que la representación fiscal le atribuyó, al considerar que no existe
interrelación entre la verdad de los hechos y su demostración a través de las pruebas, lo que a
su juicio vulnera los derechos constitucionales de su defendido a la tutela judicial efectiva, al
debido proceso, a la defensa y al trabajo, contenidos en los artículos 26, 49 y 89 de la
Constitución.
Ahora bien, esta S. advierte que nuestro ordenamiento jurídico vigente no prevé una acción,
demanda, recurso o solicitud calificada como “recurso de impugnación con nulidad absoluta de
sentencia”, en los términos que solicita el defensor del demandante, y ni siquiera puede
calificarse como una nulidad, conforme lo establecen los artículos 174 y 175 del Código
Orgánico Procesal Penal, por cuanto el fallo fue objeto de apelación y contra el mismo se
ejerció recurso de casación.

Por tanto, dado que la pretensión planteada en el presente caso por el defensor privado del
ciudadano J.A.S.B., no guarda relación con alguno de los medios procesales constitucionales
que prevé el ordenamiento jurídico, ni tampoco puede recalificarse como una nulidad
conforme al código adjetivo penal, resulta imperativo declarar que la solicitud es improponible
en derecho. Así se decide.
Finalmente, se hace un llamado al abogado solicitante J.M.C.D. para que en lo sucesivo se
abstenga de presentar escritos como el presente, que distraen la atención de la Sala de su
verdadera e importante labor jurisdiccional y de asuntos que sí requieren de su urgente tutela,
generando gastos injustificados al Estado, lo cual, en definitiva, afecta el correcto desempeño
de la Administración de Justicia.
DECISIÓN
Conforme al planteamiento que antecede, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, administrando justicia, en nombre de la República por autoridad de la ley, declara
IMPROPONIBLE EN DERECHO la pretensión del abogado J.M.C.D., actuando con el carácter
de defensor privado del ciudadano J.A.S.B., referida al “RECURSO DE IMPUGNACIÓN CON
NULIDAD ABSOLUTA de la SENTENCIA CONDENATORIA y el juicio Oral (sic) y Público
(sic), dictada en fecha 23 de septiembre de 2.013, por el TRIBUNAL TERCERO DE PRIMERA
INSTANCIA EN FUNCIONES DE JUICIO DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO
NUEVA ESPARTA (…)”.
P. y regístrese. Archívese el expediente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los 04 días del mes de julio de dos mil dieciséis (2016).
Años: 206° de la Independencia y 157° de la Federación.
La Presidenta,
Gladys María Gutiérrez Alvarado
El Vicepresidente,
Arcadio Delgado Rosales
Ponente
Carmen Zuleta de Merchán
Magistrada
Juan José Mendoza Jover
Magistrado
Calixto Ortega Ríos
Magistrado
Luis Fernando Damiani Bustillos
Magistrado

Lourdes Benicia Suárez Anderson


Magistrada
El Secretario
José Leonardo Requena Cabello
Exp 15-1177
ADR
Sentencia nº RC.000510 de Tribunal
Supremo de Justicia - Sala de
Casación Civil de 9 de Agosto de 2016
Fecha de Resolución: 9 de Agosto de 2016

Emisor: Sala de Casación Civil

Número de Expediente: 16-126

Ponente: Francisco Velázquez Estévez

Procedimiento: Recurso de Casación

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CONTENIDO
Exp. 2016-000126
Magistrado Ponente: F.R.V. ESTÉVEZ
En el juicio por interdicto de amparo por perturbación, intentado ante el Juzgado Tercero
de Primera Instancia en lo Civil, M. delT. y Agrario de la Circunscripción Judicial del estado
Yaracuy, con sede en San Felipe, por la ciudadana A.C.C.S., representada judicialmente por
los abogados C.E.C.G. y M.V.N.P., contra el ciudadano A.V.F., representado por los
profesionales del derecho N.L. y P.D.E.V. y D.R.; la Sala Constitucional de este Tribunal
Supremo de Justicia, en fecha 18 de diciembre de 2015, dictó sentencia con motivo de la
solicitud de revisión constitucional propuesta por la ciudadana A.C.C.S. de las sentencias N°
000374 dictada, el 4 de agosto de 2011, y de la sentencia N° 000095 del 26 de febrero del
2009, ambas dictadas por la Sala de Casación Civil de este Máximo Tribunal, en donde se
declaró: “…1) HA LUGAR la solicitud de revisión constitucional, interpuesta por la ciudadana
A.C.C.S., asistida por el abogado J.R.E.V., de las sentencias N° 000095 del 26 de febrero de
2009, y la N° 000374 dictada, el 4 de agosto de 2011, por la Sala de Casación Civil de este
Tribunal Supremo de Justicia, en el curso del juicio de interdicto por perturbación seguido por
la hoy solicitante, contra el ciudadano A.V.F., las cuales se anula, al igual que todos los actos
posteriores a ellas. 2) Se ORDENA el dictado de un nuevo fallo por parte de la Sala de
Casación Civil con respecto al recurso de casación intentado por el ciudadano A.B.F., contra
la sentencia dictada por el Juzgado Superior en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Estado (sic) Yaracuy el 14 de mayo de 2009, atendiendo a lo expuesto en la
presente decisión…”.
En fecha 11 de febrero de 2016, se recibe el presente expediente proveniente de la Sala
Constitucional de este Tribunal Supremo de Justicia.
El 18 de febrero del 2016, se efectúa el acto público de asignación de ponencia a través del
método de insaculación, correspondiéndole la ponencia al M.F.R.V.E..
El 3 de marzo de 2016, la secretaría de esta Sala de Casación Civil remite oficio N° 16-329,
dirigido al Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, M., del Tránsito y Agrario de la
Circunscripción Judicial del estado Yaracuy, con sede en San Felipe, a los fines de que remita
el expediente contentivo del presente juicio.
En fecha 1 de abril del 2016, se recibe la totalidad del expediente contentivo del juicio por
interdicto por perturbación incoado por la ciudadana A.C.C.S. contra A.V.F..
Estando en la oportunidad para emitir el respectivo pronunciamiento en la presente causa, el
Magistrado ponente, quien con tal carácter suscribe el presente fallo, pasa a decidirlo en los
términos que a continuación se expresan:
PUNTO PREVIO
-I-
Por razones metodológicas y con la finalidad de que el presente fallo resulte lo más
comprensible posible, esta Sala de Casación Civil considera pertinente realizar un recuento de
lo acontecido en el presente juicio, lo cual lo hace en los siguientes términos:
En virtud de la demanda por interdicto de amparo por perturbación incoada por la
ciudadana A.C.C.S. contra el ciudadano A.V.F., el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo
Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Yaracuy, en fecha 29 de marzo
de 2007, dictó sentencia definitiva donde declara con lugar la presente acción.
Contra esta decisión, la parte querellada ejerció recurso de apelación, el cual es conocido
por el Juzgado Superior en lo Civil, M. y del Tránsito de la misma Circunscripción Judicial,
quien mediante sentencia de fecha 14 de mayo del 2008, declaró sin lugar el recurso de
apelación ejercido contra la sentencia del juzgado a quo. Posteriormente en fecha 22 de mayo
de 2008, la parte querellada ejerció recurso de casación, el cual fue debidamente formalizado
en fecha 3 de julio del mismo año.
En fecha 26 de febrero de 2009, esta Sala de Casación Civil, dictó sentencia N° 000095,
que declaró con lugar el recurso de casación ejercido contra la decisión de fecha 14 de mayo
de 2008 y anuló el fallo recurrido ordenado nuevamente al juzgado superior a que dicte
sentencia acogiendo la doctrina impartida por esta Sala.
Posteriormente, el Juzgado Superior en lo Civil, M. y del Tránsito de la prenombrada
Circunscripción Judicial, conociendo en reenvío, dictó en fecha 16 de septiembre de 2010,
nueva decisión en la presente causa, donde declaró con lugar el recurso de apelación
interpuesto por la parte querellada contra la decisión proferida por el juzgado de primera
instancia.
Luego, en fecha 24 de septiembre de 2010, la parte querellante ejerce el respectivo
recurso de casación contra el fallo proferido por el prenombrado juzgado superior, el cual fue
admitido en fecha 1° de octubre de 2010 y debidamente formalizado en fecha 2 de noviembre
de 2010.
En fecha 4 de agosto de 2011, esta Sala de Casación Civil, dictó la decisión N° 000374,
en donde declara sin lugar el recurso de casación interpuesto por la parte querellante contra la
decisión proferida en reenvío en fecha 16 de septiembre de 2010, por el juzgado superior.
En virtud de lo anterior, en fecha 11 de julio de 2013, la parte querellante interpone
solicitud de revisión constitucional de la decisiones números: 000095 y 000374, de fecha 26
de febrero de 2009 y 4 de agosto de 2011, respectivamente, proferidas por esta Sala de
Casación Civil en el juicio que por interdicto por perturbación incoa la solicitante contra el
ciudadano A.V.F.; la cual fue debidamente resuelta en la sentencia N° 1704, de fecha 18 de
diciembre de 2015.
En la prenombrada decisión, la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo de Justicia,
declaró ha lugar la solicitud de revisión constitucional de la sentencias ut supra identificadas,
con base en los siguientes términos:
…Conforme a lo expuesto hasta el momento, no cabe duda a esta Sala Constitucional de que la
sentencia bajo análisis, identificada con el número 000095/2009, desconoció principios constitucionales
como el del derecho a la prueba, contenido dentro del derecho a la defensa, así como también implicó
una violación al debido proceso, al sostener que:

Lo anterior, lleva a esta Sala a evidenciar que el sentenciador de alzada no aplicó los artículos 508 y
478 del Código de Procedimiento Civil, al dictar su sentencia, habida cuenta que sobre los testigos
promovidos y evacuados por la parte querellante pesaba una de las causales de inhabilidad relativa, en
virtud de haber expresado en sus deposiciones tener un interés, aún cuando este hubiese sido indirecto,
motivo por el cual, le estaba prohibido al juez ad-quem acoger sus testimonios, por considerárseles
testigos inhábiles. Aunado a lo anterior, cabe acotar, que este proceder verificado en la recurrida, fue
determinante en el dispositivo del fallo pues, la suerte del contradictorio ha podido ser modificado de no
haberse tomado como válidos los testimonios antes aludidos.

Así entonces, estima esta Sala que, ordenar en consecuencia, el dictado de una nueva decisión
atendiendo a tal argumentación, significó además una reposición innecesaria, motivos suficientes para
la declaratoria ha lugar de la solicitud de revisión, tal como se hará en el dispositivo del presente fallo.

Analizada como fue la primera de las sentencias cuya constitucionalidad se cuestionó, la Sala pasa de
seguidas a examinar el segundo fallo que se produjo en sede casacional en el marco del proceso
interdictal, el día 4 de agosto de 2011, producto precisamente, de la reposición que se ordenó de
manera innecesaria, y que conllevó a que contra la decisión dictada en reenvío, la parte querellante
perdidosa, hoy solicitante, ejerciera recurso de casación.

Es necesario señalar primeramente, que esta nueva decisión dictada por la Sala de Casación Civil,
identificada con el N° 000374/2011, ratificó el criterio antes examinado relativo a la inhabilitación de
los testigos, lo cual se aprecia mediante la siguiente cita:

Ante el presente planteamiento, debe esta Sala recordar que la sentencia recurrida se encuentra en
calidad de reenvío, en vista de que la anterior sentencia producida por el Juzgado Superior en lo Civil,
Mercantil, D.T. y de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del
estado Yaracuy en fecha 14 de mayo de 2008, fue recurrida en Casación, y por consiguiente, mediante
decisión de fecha 26 de febrero de 2009 esta Sala de Casación Civil, bajo la ponencia de la Magistrada
I.P.V., declaró con lugar el recurso de casación ejercido en ese momento, precisamente bajo el
fundamento de la valoración que en esa oportunidad el juez de la recurrida le había otorgado a los
ciudadanos antes mencionados, siendo que los mismos, y así quedó establecido en la decisión
casacional, se encontraban en una de las causales para ser considerados testigos inhábil, cuestión que
no observó el juez de la recurrida para ese momento. En ese sentido, para ratificar el punto, es
importante citar la motivación de la referida decisión casacional. (Subrayado del presente fallo)

Tal ratificación por parte de la Sala de Casación Civil, del criterio que ya había expuesto en la
sentencia N° 000095/2009, sería suficiente para que procediera la revisión solicitada con respecto a la
última de las decisiones dictadas, sin embargo, se estima necesario pasar a efectuar las siguientes
consideraciones:

La segunda de las sentencias cuya constitucionalidad se cuestiona, contiene adicionalmente la siguiente


afirmación:

En otro orden, ha establecido reiteradamente esta Sala de Casación Civil que la violación o
quebrantamiento de normativas de carácter constitucional, no es competencia material de la Sala de
Casación Civil, por cuanto ello compete a la Sala Constitucional, por consiguiente, es importante
ratificar que, el recurso de casación es un medio de impugnación dirigido a controlar la legalidad del
fallo, no su constitucionalidad, en ese sentido, ante esta Sala de Casación Civil no podría caber como
denuncia, la infracción de una disposición constitucional como vicio delatado, ocurriendo en el presente
caso que, el formalizante ha denunciado la infracción del artículo 127 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela por falta de aplicación. Y en este sentido, de antemano resulta
improcedencia (sic) tal denuncia delatada por desprender en ella, el apoyo a un vicio del recurso de
casación presentado. Así se establece.

De más está decir, que el referido criterio no se encuentra en sintonía con los nuevos postulados
constitucionales, ni con las interpretaciones que de manera constante ha realizado esta Sala
Constitucional, con base en lo contemplado en el artículo 334 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, cuyo tenor es el siguiente:

(…Omissis…)

La propia Sala de Casación Civil, había señalado que:

En garantía del legitimo (sic) derecho que poseen las partes a la defensa y libre acceso a los órganos de
administración de justicia para ejercer el derecho a la tutela judicial efectiva de los mismos y el de
petición, consagrado en los artículos 49, numeral 1, 26 y 51, todos de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, esta S. en sentencia número 22 de fecha 24 de febrero del 2000, expediente
número 99-625, caso Fundación para el Desarrollo del estado Guárico (FUNDAGUÁRICO) contra
J.M.P.S., determinó que conforme a la disposición legal prevista en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, y al principio constitucional establecido en el artículo 257 de la precitada
Constitución, referido a que "El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de
la justicia...", tiene la prerrogativa para extender su examen hasta el fondo del litigio, sin formalismos,
cuando se detecte la infracción de una norma de orden público o constitucional.

En este sentido, con el fin de aplicar una recta y sana administración de justicia, de conformidad con lo
establecido en el artículo 335 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y en
aplicación del criterio vinculante sentado por la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia número 1353 de fecha 13 de agosto de 2008, expediente número 07-1354, caso
CORPORACIÓN ACROS, C.A., según el cual, la casación de oficio, más que una facultad discrecional,
constituye un verdadero imperativo constitucional, porque “asegurar la integridad de las normas y
principios constitucionales es una obligación de todos los jueces y juezas de la República, en el ámbito
de sus competencias (ex artículo 334 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela)”,
esta Sala procede a obviar las denuncias articuladas en el presente recurso, por cuanto si bien el vicio
detectado no fue denunciado en casación por el recurrente, el mismo tiene incidencia constitucional. De
allí que, con fundamento en lo anterior y autorizada por la facultad establecida en el artículo 320 del
Código de Procedimiento Civil, esta Sala de Casación Civil hará pronunciamiento expreso, para casar
el fallo recurrido con base en infracciones de orden público y constitucional, encontradas en el caso
bajo estudio. (Sentencia N° 00462 del 13 de agosto de 2009, ratificada el 20 de junio de 2011 mediante
sentencia N° 000258).

De tal manera que, no puede apartarse ningún tribunal de la República del estudio o análisis de algún
tipo de denuncia sobre inconstitucionalidad, en virtud que existe un mandato constitucional a velar por
la integridad de la carta magna y sus disposiciones, tal como lo ha señalado de manera reiterada esta
Sala.

En este sentido, es pertinente citar lo expuesto en sentencia N° 1674 del 29 de noviembre de 2013
(Caso: Vale Canjeable Ticketven C.A.), en la que se estableció lo siguiente:

Ahora bien, se alega y así reconoce la representación de la tercera interviniente, que la Sala de
Casación Civil se apartó de la jurisprudencia vinculante de esta Sala Constitucional al desestimar la
denuncia de infracción de los artículos 98 y 115 de la Constitución por no ser materia propia del
recurso extraordinario de casación, señalando que el mismo es un medio de impugnación dirigido al
control de la legalidad de los fallos y no de su constitucionalidad, para lo cual existen otro tipo de
medios que deben intentarse ante esta Sala Constitucional.

Al respeto esta S. ha señalado que todos los jueces o juezas de la República son garantes de la
Constitución y están en la obligación de asegurar su integridad, en el ámbito de sus competencias, tal
como lo dispone el artículo 334 del Texto Fundamental. En tal sentido, la Sala de Casación Civil
conforme al artículo 320 del Código de Procedimiento Civil tiene la potestad, aún de oficio, para casar
un fallo que se recurra con base en infracciones de orden público o de orden constitucional y, en
consecuencia, hacer pronunciamiento expreso en su sentencia (véase sentencia n.° 1353 del 13/08/2008,
caso: Corporación Acros, C.A.).

En el presente caso se observa que la Sala de Casación Civil se apartó del criterio vinculante de esta
Sala respecto a su obligación de tutelar el orden constitucional en relación a los vicios delatados
respecto al error de interpretación de los artículos 98 y 115 de la Constitución. Por tanto, debe
declararse ha lugar la presente solicitud de revisión constitucional…

Así las cosas, es evidente que la sentencia dictada por la Sala de Casación Civil, identificada con el N°
000374/2011, se apartó de interpretaciones efectuadas por esta Sala sobre el contenido y alcance de las
normas constitucionales, en detrimento de los derechos de la hoy solicitante, motivos por los que esta
Sala Constitucional declara ha lugar la solicitud de revisión interpuesta y anula en consecuencia las
decisiones N° 000095/2009 y 000374/2011, dictadas por la Sala de Casación Civil de este Tribunal
Supremo de Justicia.

Se establece de manera expresa, que como consecuencia de la declaratoria de nulidad de la sentencia


N° 000095/2009 dictada por la Sala de Casación Civil de este Tribunal Supremo de Justicia, los actos
posteriores a ella quedan sin ningún efecto, incluida la propia sentencia N° 000374/2011, la cual fue
abordada en el presente análisis en virtud de la importancia que reviste lo contemplado en el artículo
334 constitucional, sin embargo, el restablecimiento de la constitucionalidad en el presente caso se
alcanzará con el dictado de un nuevo fallo por parte de la Sala de Casación Civil con respecto al
recurso de casación intentado por el ciudadano A.V.F., contra la sentencia dictada por el Juzgado
Superior en lo Civil, M. y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy el 14 de mayo
de 2008, atendiendo a lo expuesto en la presente decisión. Así se decide…
. (Subrayado y negrita de esta Sala).
Ahora bien, en vista de lo ordenado por la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo
de Justicia, esta Sala de Casación Civil pasa a continuación en el presente fallo a emitir el
respectivo pronunciamiento con respecto al recurso de casación formalizado por la
representación judicial de la parte querellada en fecha 3 de julio del 2008, contra la decisión
dictada por el Tribunal Superior en lo Civil, M., del Tránsito y de Protección del Niño y del
Adolescente de la Circunscripción Judicial del estado Yaracuy, de fecha 14 de mayo del 2008,
en los términos que a continuación se pasan a detallar:
-II-
En el escrito de impugnación a la formalización del presente recurso de casación, la
representación de la parte demandante solicita se revise la cuantía de la demanda, a los fines
de determinar la admisibilidad del mencionado recurso, con base en la siguiente
argumentación:
…La parte demandada, perdidosa, para recurrir a casación se ha fundado en una sentencia ,que (sic)
dice fechada 12 de julio de 2005 de la Sala Constitucional, que no estará en vigencia hasta que no
aparezca publicada en Gaceta Oficial, lo cual no se ha demostrado, que sostiene que cuando el juicio
está regido por la cuantía estimada por la parte actora a los fines de la aplicación del artículo 18 de la
Orgánica de la Corte (sic) Suprema de Justicia, que consagra tres mil unidades tributarias para tener la
parte actora acceso a la casación, se computa el valor de cada unidad tributaria en el valor que tenía
para el día de formulada dicha estimación, con lo cual este interdicto tendría casación si dicho fallo
viese (sic) sido publicado en Gaceta Oficial, extremo no demostrado. El Juzgado (sic) Superior (sic)
atendió el alegato de esa jurisprudencia, cometiendo un grave error procesal inexcusable, puesto que en
la situación de hecho en el presente juicio, alrededor de su cuantía, es diferente y distinto, puesto que si
bien la parte actora, para el día de interponer el interdicto 4/8/2005 fijó la cuantía en cien millones de
bolívares, en base a que la unidad tributaria era de 29.400,00 bolívares por cada unidad y la parte
actora estableció la expectativa procesal, para ella de acceder a la casación, la parte demandada al
contestar el interdicto en fecha 5 de marzo de 2002 (folio 124) dijo: "niego y rechazo y contradigo la
estimación de la demanda y las costas por exageradas" (folio 202) impugnó expresamente dicha
cuantía, por tanto, la rechazó y asumió la carga probatoria de comprobar en el curso del procedimiento
que se sustanció la cuantía a regir sus (sic) expectativas, siendo negligente en cumplir esa carga
probatoria, la sentencia (sic) desechó esa impugnación pero por cuanto a la (sic) expectativas
procesales de la parte demandada, quedaron en un caso de carencia de cuantía para su pretensión y
expectativas en este juicio, por tanto su negligencia, por aplicación de la regla procesal vigente, que
cada parte no se puede amparar en su propia negligencia, como lo consagra el artículo 214 del CPC;
por tanto, el juez no podía aceptar que la parte demandada, en este juicio, habiendo sido negligente en
el cumplimiento de la carga procesal asumida, se escude y se beneficie con las expectativas procesales
que estableció la parte actora, cuando estimó correctamente la cuantía de su pretensión. Se impone que
esta S. en punto previo, detecte el error judicial cometido y aplique el artículo 18 de la Ley Orgánica de
la Corte (sic) Suprema de Justicia en la suma requerida computarizada (sic) con la unidad tributaria
para la fecha actual, con lo cual la parte demandada en este juicio no tendría la facultad de
beneficiarse ilegalmente con la cuantía que él impugnó por exagerada (folio 202) y que no cumplió con
la carga de probarla, ya que alegaba exageración de la misma. Y así lo planteamos como punto previo
de esta contestación a la formalización del recurso, para su declaración, puesto que esta S. aún de
oficio puede revisar la cuantía real y declararlo admisible o no el recurso propuesto…

.
Conforme con la precedente transcripción, se observa que la parte impugnante solicita a este
Alto Tribunal que se pronuncie sobre la procedencia de la admisibilidad del recurso de
casación ejercido por el apoderado judicial de la parte querellada, Abogado P.D.E.V., por
cuanto el recurrente pretende acceder a casación conforme con lo dispuesto en sentencia
proferida por la Sala Constitucional de este Máximo Tribunal, en fecha 12 de julio de 2005, en
donde se sostiene que el juicio está regido por la cuantía estimada por la parte actora a los
fines de poder acceder a la casación, la cual debe ser de tres mil unidades tributarias y cuyo
valor se debe computar conforme al valor de cada unidad tributaria para el momento en que
se formula dicha estimación.
Sin embargo, la recurrente no demostró en los autos que el criterio establecido en la sentencia
ut supra estaba vigente para el momento de la interposición del recurso; además no probó que
la referida sentencia haya sido publicada en Gaceta Oficial, por lo tanto, no puede pretender la
recurrente beneficiarse de la cuantía estimada en el libelo para acceder a esta vía casacional,
cuando ella misma en su momento, la impugnó por exagerada.
Visto lo anterior, esta S. debe realizar las siguientes consideraciones:
Con respecto al requisito de la cuantía necesaria para la admisibilidad del recurso de
casación, ha sido criterio reiterado y pacífico de esta Sala, que “…el momento que debe ser
tomado en cuenta para verificar el cumplimiento del requisito de la cuantía, será aquél en que
fue presentada la demanda, pues es en esa oportunidad en que el actor determina el derecho
a la jurisdicción y la competencia por la cuantía, y por ello considera cumplido el quantum
requerido por el legislador para acceder a la sede casacional; esa cuantía está establecida en
la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, en la cantidad de tres mil unidades
tributarias (3.000 U.T.), que deberá calcularse por el valor de la unidad tributaria vigente para
el momento en el cual fue interpuesta la misma…”. (Sentencia Nº 735, de fecha 10 de
noviembre de 2005, reiterada, entre otras, en sentencia N° RH-198, de fecha 2 de abril de
2014, caso: G.A.C.M., contra A.T.C.C.).
Ahora bien, a los efectos de examinar la cuantía del caso que se analiza, esta Sala constata
de la revisión de las actas del expediente, que la demanda fue presentada en fecha 4 de
agosto de 2005 (F. 1-3 de la p. N° 1), y en la misma la parte actora estimó la mencionada
demanda en la cantidad de cien millones de bolívares (Bs. 100.000.000,00), suma que quedó
firme, según se evidencia del propio fallo recurrido.
Ahora bien, conforme con lo expresado, esta S. debe destacar que para la fecha en la cual se
interpuso la demanda, es decir, el día 4 de agosto de 2005, la cuantía exigida para acceder a
sede casacional era de tres mil unidades tributarias (3.000 U.T.), de conformidad con el
artículo 18 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia publicada en fecha 20 de
marzo de 2004, hoy artículo 86 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, que fue
posteriormente reformada y publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela Nº 5.991, en fecha 29 de julio de 2010; reimpresa por error material en la
mencionada Gaceta Oficial Nº 39.483, el 9 de agosto de 2010, y por último, la publicada bajo
el Nº 39.522, el 1° de octubre de 2010.
De igual manera se destaca que para la precitada fecha de interposición de la demanda, se
encontraba vigente la Providencia Administrativa N° 45, de fecha 27 de enero de 2005,
proferida por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria
(SENIAT), publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, bajo el Nº
38.116 del mismo día, mes y año, mediante la cual se reajustó la unidad tributaria a razón de
noventa bolívares (Bs. 29.400 x 1 U.T.), lo que significa que la cuantía para acceder a
casación para ese entonces debía superar la cantidad de ochenta y ocho millones doscientos
mil bolívares (Bs. 88.200.000,00).
Dentro de esta perspectiva, como ya se indicó, en este caso, la estimación de la demanda fue
fijada por la parte actora, en la cantidad de cien millones de bolívares (Bs. 100.000.000),
monto que equivale a tres mil cuatrocientos uno con treinta y seis unidades tributarias
(3.401,36 U.T.), lo cual, conlleva a establecer que en el presente caso sí se cumple con el
precitado requisito de la cuantía para acceder a esta vía casacional.
Habiendo quedado firme la cuantía, a pesar de la impugnación realizada por la parte
demandada, nada debe la Sala agregar en cuanto a lo expuesto por el impugnante relativo al
cumplimiento en las exigencias de la carga procesal del demandado impugnante.
En virtud de las anteriores consideraciones, esta Sala considera improcedente la impugnación
formulada por la parte impugnante en casación. Así se establece.
DENUNCIAS POR DEFECTO DE ACTIVIDAD
ÚNICA
Con fundamento en lo establecido en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, el formalizante delata que la recurrida infringe los artículos 12, 15, 208,
243 y 244 del mencionado código, por cuanto incurre en quebrantamiento y omisión de formas
sustanciales que le menoscaban el derecho a la defensa al ciudadano A.V.F.; asimismo,
delatan que el juez superior al momento de dictar su sentencia incurre en el vicio de
incongruencia negativa, previsto en el ordinal 5 del artículo 243 eiusdem.
Con base en lo anterior, se pasa a señalar lo aducido por la recurrente en su escrito de
formalización en los siguientes términos:
…denunciamos la infracción de los artículos 12, 208, 243 y 244, todos del Código de Procedimiento
Civil, por quebrantamiento y omisión de formas sustanciales que menoscaban el derecho de defensa de
mi (sic) M., (sic) A.V.F., en virtud que la (sic) Juez de alzada omitió pronunciarse sobre lo argumentado
en la oportunidad legal por ante el (sic) Tribunal (sic) de Alzada (sic), específicamente en lo señalado
en el (sic) TITULO (sic) IV del referido escrito de los informes, inserto desde el folio N° 193 al folio N°
196, en tal sentido, quebranto (sic) el ordinal 5 del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, por
cuanto (sic) que la Juez (sic) de alzada no se basó en lo alegado y probado en autos y atenerse a las
normas de derecho, específicamente en relación a lo argumentado en el (sic) TITULO (sic) IV del
escrito de informes de mi (sic) M. (sic) presentado en alzada, el cual transcribo textualmente a
continuación:

(…Omissis…)

En efecto, el querellado argumentando una defensa sobrevenida que no pudo prever en su contestación
de la querella interdictal, en virtud de la suspensión en el mismo momento de practicarse la inspección
judicial promovida por él dentro del lapso legal de pruebas, siendo tal suspensión de manera arbitraria
por parte de la Juez (sic) a quo, por lo que la única oportunidad para atacar esa indebida suspensión no
fue otra sino en la (sic) APELACIÓN formulada por el entonces representante de mi (sic) M., pues es
muy conocido en doctrina, como en sentencias reiteradas del (sic) Tribunal Supremo de Justicia, (Sala
Constitucional, Sala Civil y Sala Social), y de la extinta (sic) Corte Suprema de Justicia, así como por la
Propia (sic) Ley (sic) adjetiva (artículo 701 del Código de Procedimiento Civil, relativo al periodo (sic)
probatorio y decisión) que en procedimientos interdíctales (sic) de posesión se caracterizan por ser
expedito, sin dilaciones, en consecuencia se caracteriza por la brevedad de sus lapsos, (omissis), en
consecuencia no hubo otra oportunidad sino esperar la sentencia definitiva del a quo y como fue
desfavorable se apeló de la misma, siendo entonces en los informes en segunda instancia la oportunidad
para argumentar las defensas sobre lo ilegal de la suspensión de la Inspección (sic) Judicial (sic) y
solicitar que se declare con lugar la apelación, esperando como mínimo que repusiera la causa al
estado de practicarse dicha (sic) Inspección (sic) judicial conforme al artículo 208 del Código de
Procedimiento Civil, siendo determinante para demostrar si hubo o no perturbación en el lugar donde
se dice que hubo tales perturbaciones. En definitiva, la (sic) Juez (sic) de Alzada (sic) debió tomar en
cuenta los alegatos y defensas contenidas en el escrito de informes del querellado, aplicando el (sic)
Principio (sic) de la Exhaustividad (sic) de la sentencia que obliga a los jueces examinar y resolver
todos y cada uno de los alegatos que las partes hayan sometido a su consideración, a riesgo de incurrir
en omisión de pronunciamiento que se considera como incongruencia del fallo, como ocurrió en el
presente caso…

.
De la transcripción parcial del escrito de formalización esta Sala observa que la recurrente
acusa de manera simultánea el quebrantamiento de formas procesales y la incongruencia
negativa, lo cual se constituye en una mezcla indebida de denuncias.
Sin embargo, esta S. observa que los alegatos del formalizante van dirigidos a delatar
principalmente la incongruencia negativa en la que incurre el juez superior al momento de
dictar su fallo, ya que según el propio decir de la recurrente, el quebrantamiento de forma y el
menoscabo en el derecho a la defensa, se origina cuando la juez superior en su fallo omite
pronunciarse sobre todos los alegatos y las defensas opuestas por la parte querellada,
específicamente, las contenidas en el escrito de informes presentados en segunda instancia.
En este sentido, esta S. en vista de la flexibilización jurisprudencial que se ha venido reiterado,
la cual deviene por la aplicación de los artículos 26 y 257 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, que garantizan el acceso a todos los ciudadanos a una justicia
imparcial, transparente, idónea, sin dilaciones indebidas y sin sacrificarla por formalidades no
esenciales y, a los fines de atender los requerimientos del justiciable; pasa a conocer en el
presente capítulo respecto a la denuncia formulada por incongruencia negativa.
En estos términos, se debe señalar que “…los requisitos intrínsecos de la sentencia, que se
indican en el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, tales como la motivación, la
congruencia, o la determinación objetiva del fallo son de estricto orden público, lo cual es
aplicable a cualquier área del derecho y para todos los Tribunales de la República, salvo el
caso de las sentencias que declaran inadmisible el control de legalidad y las de revisión
constitucional en las que, por su particular naturaleza de ser una potestad y no un recurso,
tales requisitos no se exigen de manera irrestricta u obligatoria…”. (Sentencia Nº 889, de
fecha 11 de mayo de 2007, expediente Nº 07-285, Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, recurso de revisión constitucional incoado por la ciudadana C.M.B..
De igual forma, se debe indicar que los vicios de indeterminación orgánica, objetiva y
subjetiva, indeterminación de la controversia, incongruencia negativa, positiva, por
tergiversación, extrapetita, inmotivación, absolución de la instancia, sentencia condicionada o
contradictoria y ultrapetita, constituyen a su vez materia de orden público, por cuanto los
mismos violan principios y garantías constitucionales referentes al derecho a la defensa y una
tutela judicial efectiva.
Así las cosas, se destaca que la función jurisdiccional, es una actividad reglada, que debe
adecuarse a ciertos parámetros interpretativos establecidos de manera previa y formal por el
legislador, donde la aplicación indefectible por el juzgador de ciertas consecuencias jurídicas
se impone, ante determinados presupuestos de hecho.
De igual forma, se debe tener en consideración que “…esta actividad reglada previene
fórmulas de actuación para la magistratura en virtud de la cual si bien el juez dispone de la
posibilidad de emitir juicios de opinión que obedezcan a su particular manera de comprender
las situaciones sometidas a su conocimiento y posee un amplio margen interpretativo, debe,
sin embargo, ceñirse en su actividad decisoria a los postulados legales que regulan tal
actividad. En este sentido, se advierte como el ordenamiento jurídico introduce disposiciones
normativas dirigidas especialmente a la actividad de juzgamiento…”. (Sentencia N° 1068 de
fecha 19 de mayo de 2006, expediente Nº 06-447, de la Sala Constitucional de este Tribunal
Supremo de Justicia, Solicitud de Revisión Constitucional incoado por el ciudadano J.T.N..
Ahora, el artículo 244 del Código de Procedimiento Civil, estatuye expresamente lo siguiente:
…Será nula la sentencia: por faltar las determinaciones indicadas en el artículo anterior; por haber
absuelto de la instancia; por resultar la sentencia de tal modo contradictoria, que no pueda ejecutarse o
no aparezca qué sea lo decidido; y cuando sea condicional, o contenga ultrapetita…

.
De igual forma el artículo 243 eiusdem, dispone:
…Toda sentencia debe contener:

1° La indicación del Tribunal que la pronuncia.

2° La indicación de las partes y de sus apoderados.

3° Una síntesis clara, precisa y lacónica de los términos en que ha quedado planteada la controversia,
sin transcribir en ella los actos del proceso que constan de autos.

4° Los motivos de hecho y de derecho de la decisión.

5° Decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o
defensas opuestas, sin que en ningún caso pueda absolverse de la instancia.

6° La determinación de la cosa u objeto sobre que recaiga la decisión…

.
Asimismo, el artículo 12 ibídem preceptúa:
…Los Jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que procurarán conocer en los límites de su
oficio. En sus decisiones el Juez debe atenerse a las normas del derecho, a menos que la Ley lo faculte
para decidir con arreglo a la equidad. Debe atenerse a lo alegado y probado en autos, sin poder sacar
elementos de convicción fuera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de hecho no alegados ni
probados. El Juez puede fundar su decisión en los conocimientos de hecho que se encuentren
comprendidos en la experiencia común o máximas de experiencia. En la interpretación de contratos o
actos que presenten oscuridad, ambigüedad o deficiencia, los Jueces se atendrán al propósito y a la
intención de las partes o de los otorgantes, teniendo en mira las exigencias de la ley, de la verdad y de
la buena fe….

.
Y finalmente el artículo 15 del señalado código adjetivo civil, expresa:
…Los Jueces garantizarán el derecho de defensa, y mantendrán a las partes en los derechos y
facultades comunes a ellas, sin preferencia ni desigualdades y en los privativos de cada una, las
mantendrán respectivamente, según lo acuerde la ley a la diversa condición que tengan en el juicio, sin
que puedan permitir ni permitirse ellos extralimitaciones de ningún género…

.
Así las cosas, del estudio y análisis concatenado de los artículos antes transcritos, se debe
considerar por ser materia de orden público procesal, cuando un fallo incumple con los
requisitos intrínsecos de la sentencia, cuando haya absuelto la instancia, cuando sea de tal
modo contradictoria que no pueda ejecutarse, cuando no aparezca qué sea lo decidido,
cuando sea condicional, o cuando contenga ultrapetita, porque otorgue más o cosa distinta a
lo pretendido, es sancionado por la ley con la nulidad de la decisión de que se trate.
Ahora bien, a los fines de determinar si ciertamente el ad quem incurrió en una infracción de
orden público en la formación de su fallo, por el incumplimiento de los requisitos intrínsecos de
la sentencia, específicamente en el contenido en el numeral 5° del artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, esta Sala debe realizar las siguientes consideraciones:
El requisito de congruencia está previsto en el artículo 243 ordinal 5° del Código de
Procedimiento Civil, en donde se dispone que el juez debe dictar decisión expresa, positiva y
precisa, con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas.
Asimismo, esta S. ha venido reiterando que el requisito de la congruencia debe extenderse
hacia todos los alegatos y defensas formuladas por las partes durante el juicio, inclusive, a los
expuestos en los escritos de informes y los escritos de observaciones a los informes
presentados en segunda instancia, siempre y cuando, se traten de peticiones y defensas
surgidas en el curso del proceso, luego de trabada la litis, que resulten determinantes en la
suerte del juicio o la incidencia. (Sentencia N° 348 del 31 de octubre de 2000, caso: L.J.D.U.,
contra L.N.H.; sentencia N° RC-190 del 1° de abril de 2014, expediente N° 2013-712, caso:
C.M.H.C., contra E.E.S..
Es decir, que cuando se trate de alegatos de corte esencial y determinante, los mismos deben
ser analizados por el sentenciador de alzada, a los fines de cumplir con el principio de la
exhaustividad de la sentencia, el cual constriñe al juez a pronunciarse sobre todo lo alegado y
solamente sobre lo alegado, so pena de incurrir en la infracción de los artículos 12 y 243,
ordinal 5º del Código de Procedimiento Civil.
Sin embargo, se debe tomar en consideración que no todo alegato formulado en los informes
o en las observaciones a los informes que fuese silenciado por el sentenciador de segundo
grado, es susceptible de viciar su decisión por omisión de pronunciamiento o incongruencia
(negativa), ya que para que esto ocurra, tales argumentos silenciados, deben referirse a
peticiones o alegatos que, aunque no estén comprendidos en la demanda, o en su
contestación, pudieran tener influencia determinante en la suerte del proceso “…como son los
relacionados con la confesión ficta, la cosa juzgada sobrevenida luego de celebrada la
contestación, la caducidad, la prescripción, la extemporaneidad de la apelación, la falta de
mandato o de representación del apelante, la falta de cualidad sobrevenida del apelante, el
fraude procesal, el desistimiento de la acción o del procedimiento, la solicitud de transacción o
convenimiento, la violación del orden público, el señalamiento de una actuación manifiesta
injustamente por parte del juez de la recurrida y la obstrucción grave del proceso…”.
(Sentencia de fecha 17 de marzo de 2016, expediente N° 2015-000628, caso: R.H.R.Z.,
contra V.J.C.G. y otros).
Realizadas estas consideraciones, esta Sala debe destacar lo expuesto por la parte
querellada en su escrito de informes presentado ante la alzada, en fecha 7 de junio de 2007,
quien conforme con lo establecido en el último aparte del artículo 517 del Código de
Procedimiento Civil, indicó lo siguiente:
…INCOMPETENCIA DEL TRIBUNAL POR LA MATERIA

De conformidad con el artículo 60 del Código de Procedimiento Civil, invocamos la incompetencia por
la materia tanto del (sic) Tribunal de Primera Instancia como de este respetado (sic) Tribunal (sic)
Superior (sic), en virtud que consideramos que el procedimiento implementado en este juicio interdictal
debió subsumirse a la materia agraria por las siguientes razones jurídicas:

A- La misma querellante (sic) A.C.C.S. señalo (sic) en su querella que es propietaria y poseía un lote de
terreno que denomino (sic) HACIENDA EL TRIGAL y que el querellado en representante de (sic)
AGROPECUARIA RANCHO ALEGRE, C.A., la cual se dedica a la materia agraria, (sic) y también
posee un (sic) Fundo (sic) denominado EL BALCON (sic), o (El peñón).

B- Se hace constar en el folio N° 139 la constancia de productor emanada del (sic) Ministerio del Poder
Popular de Agricultura y Tierra, donde se hace constar que (sic) AGROPECUARIA RANCHO
ALEGRE, C.A., es productor de la (sic) Finca El Peñon (sic), el cual colinda con la (sic) Hacienda El
Trigal por el (sic) ESTE, tal como se ve en el escrito de la querella (folio N° 2). Dicha constancia señala
que nuestro (sic) M. (sic) se dedica al rubro del café, flores y mora.

(…Omissis…)

Ciudadana Juez (sic) Superiora (sic), lo que el legislador agrario ha querido señalar es que la
competencia por la materia agraria lo determinará la actividad desarrollada en la tierra, llámese
fundo, hacienda, hato o predio, y no el destino predeterminado en un decreto, ley u ora disposición
jurídica, siempre y cuando se garantice la biodiversidad de los recursos existentes, (artículo N° 2 de la
Ley de Tierras y Desarrollo Agrario).

(…Omissis…)

FALTA DE APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 508 DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL

La Juez (sic) a quo, si bien valoró las pruebas testimoniales promovidas y evacuadas por la querellante,
(sic) A.C.C.S., también es bastante cierto que no aplico el artículo 508 del Código de Procedimiento
Civil, en cuanto a que no examinó las deposiciones de los testigos con las demás pruebas aportadas en
el juicio, sobre todo con las promovidas por la parte querellada, (sic) ANDRES (sic) VON FEDAK.

Efectivamente, se observa en la parte motiva de la sentencia que la Juez (sic) a quo no tomó para nada
en cuenta las pruebas promovidas por el querellado (sic) ANDRES (sic) VON FEDAK para examinarlas
conjuntamente con las deposiciones de los testigos (sic) D.C.B.A. (sic), JOSE (sic) RAFAEL VILLEGAS
CHIRINO y ANGEL (sic) LOPEZ (sic) MONTOYA, promovidos y evacuados por la querellante (sic)
A.C.C.S., estando obligada la Juez (sic) a quo por mandato del artículo 508 del Código de
Procedimiento Civil.

(…Omissis…)

De modo que la juez a quo debió examinar las disposiciones de los mencionados testigos para observar
si las deposiciones de ellos (sic) concordase entre sí, pero también debió examinarlas con las demás
pruebas, incluyendo con las pruebas promovidas por el querellado (sic) ANDRES (sic) VON DEFAK, a
fin de saber si concordaban o no con las deposiciones de los testigos, en consecuencia, al no examinarse
las deposiciones de los testigos con las demás pruebas se le cerceno el derecho a la defensa a nuestros
(sic) Mandantes (sic), consagrados en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.

(…Omissis…)

Al no aplicar correctamente la Juez (sic) a quo el referido artículo 508, desnaturalizo (sic) el propósito
y el espíritu de la normativa consagrada en él, los cuales no son otras cosas que determinar la
credibilidad de las deposiciones de los testigos, la aplicación del principio de la exhaustividad y el norte
de la verdad.
(…Omissis…)

INCUMPLIMIENTO DEL ARTÍCULO 509 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL

La Juez (sic) a quo no cumplió con lo preceptuado en el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil
cuando no analizo (sic) las pruebas promovidas por nuestro Mandante (sic) ANDRES (sic) VON
FEDAK, sin embargo concluyó que no les daba valor probatorio.

Es importante, antes de proseguir, que todas las pruebas promovidas por nuestro (sic) M. (sic), jamás
fueron impugnadas durante el juicio o descalificada o descalificada por la contra parte.

(…Omissis…)

INDEBIDA SUSPENSIÓN DE LA PRÁCTICA DE LA INSPECCIÓN JUDICIAL PROMOVIDA POR LA


PARTE QUERELLADA. FALTA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 474 Y 475 DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTO CIVIL

Corre inserto desde el folio N° 165 al folio N° 170 el acta levantada en ocasión al traslado del (sic)
Tribunal (sic) de la causa en el lugar denominado (sic) Hacienda El balcón (sic), exactamente por el
lado del lindero (sic) ESTE de la finca (sic) EL TRIGAL, a objeto de efectuarse la Inspección (sic)
Judicial (sic) solicitada por nuestro (sic) M. (sic) ANDRES (sic) VON FEDAK, y establecer constancia
si se observa deforestación en el lugar u otra circunstancia o situación que pudiera interpretarse como
actos perturbadores.

En la referida acta se observa, nuevamente, el comportamiento de la Juez (sic) a quo de transgredir el


derecho al debido proceso y al derecho de la defensa consagrado en el artículo 49 de nuestra
Constitución Nacional, así como la violación de los artículos 26 y 257 ejusdem, en virtud de haber
suspendido la práctica de la Inspección (sic) Judicial (sic) y emitir opinión y apreciaciones, las cuales le
son prohibidas al Juez (sic), de conformidad con el artículo 475 del Código de Procedimiento Civil, he
incluso la Juez (sic) a quo permitió a la parte contraria hacer objeciones e impugnaciones que
prosperaron en el mismo momento, cuando también le es prohibido a las partes, solamente pueden
formular las observaciones que bien considero (sic), de conformidad con el artículo 474 ejusdem,
siendo potestad del Juez (sic) anotarlas en el Acta (sic) y en todo caso decidir en la sentencia
definitiva…

.
Ahora bien, del estudio de lo transcrito se evidencia que la querellada en su escrito de
informes ante la segunda instancia, expuso al juez superior una serie de alegatos y
consideraciones que se refieren a las siguientes defensas: a) la incompetencia del tribunal
para conocer del presente asunto por la materia, la cual fue resuelta en sentencia de fecha 18
de diciembre de 2007, proferida por esta misma Sala de Casación Civil (f.307-313, P.N° 2 del
Exp.); b) la falta de aplicación por parte del juez a quo en el fallo del contenido del artículo 508
del Código de Procedimiento Civil; c) el incumplimiento por parte del juez a quo al momento de
dictar el fallo del contenido del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil; y d) la indebida
suspensión de la práctica de la inspección judicial promovida por la parte querellada con la
falta de aplicación de los artículos 474 y 475 del precitado código adjetivo.
De igual forma, a los fines de determinar si en el fallo recurrido se incurre o no en el vicio
delatado, se procede a transcribir el fallo dictado por el juez de alzada, en el cual textualmente
estableció lo siguiente:
…Punto previo.
Consta en el escrito de contestación que la parte demandada rechazó la cuantía establecida por la parte
actora. En tal sentido dijo que rechaza y contradice el valor de la demanda por considerarla exagerada,
de acuerdo a lo establecido en el artículo 38 del CPC.

Con respecto a la forma de impugnación planteada por la demandada ha dicho la Sala de Casación
Civil del Tribunal Supremo de Justicia lo siguiente:

(…Omissis…)

En consecuencia, con base en el criterio citado considera quien aquí decide que la demandada, si bien,
no se limitó a contradecir pura y simplemente la estimación del actor, pues señaló que ésta era
exagerada, sin embargo no indicó una nueva cuantía ni trajo prueba de sus argumentos, es decir, de
que es exagerada.

Por consiguiente, se tiene como no hecha la referida impugnación y vigente la cuantía asignada por la
parte actora a la presente acción en cien millones de bolívares (Bs. 100.000.000,oo). Así se decide.

Consideraciones finales

El interdicto de amparo a la posesión persigue proteger la posesión legitima (sic) que la parte
querellante ejerce sobre determinado bien, de los actos perturbatorios que cualquier persona, incluso el
propietario, puedan ocasionarle y que de alguna manera desmejoren, molesten o restrinjan el poder de
hecho que ostenta el poseedor, o le cause cualquier otro perjuicio en orden a la actuación de la
posesión, sin privarle de ella.

Quiere decir esto, que a través de este mecanismo legal, la acción se ejerce con el objeto de obtener el
cese de los actos de perturbación de que se queja el poseedor contra el autor de hecho. El campo de la
controversia se extiende a evidenciar el hecho de la posesión legítima y la existencia de actos
perturbatorios, no procediendo si ha transcurrido más de un año de los actos de desposesión. Así lo
establece el artículo 782 del Código Civil, cuando señala que:

(…Omissis…)

Por su parte el Código de Procedimiento Civil dispone a partir del artículo 700 que una vez propuesta
la querella, acompañada de los hechos demostrativos de la perturbación, el Juez (sic) admitirá la
demanda y decretará el amparo en la posesión alterada, quedando la causa abierta a pruebas por diez
días, luego de lo cual comenzara a transcurrir un plazo de tres días, con el objeto de que las partes
formulen los alegatos, excepciones o cuestiones de previo pronunciamiento que consideren pertinentes a
sus intereses y derechos, las cuales deben ser resueltas en la sentencia definitiva.

Entonces, los presupuestos procesales para que prospere la querella de amparo por perturbación son:
demostración por el interesado de la ocurrencia de la perturbación con pruebas que el juez considere
suficientes, o lo que es lo mismo, medios probatorios que de manera convincente demuestren al juez las
circunstancias de modo, tiempo y lugar de la perturbación, la posesión actual del querellante, la cual
además debe ser una posesión legítima, debe haber estado ejerciéndola por más de un año.

Del examen realizado a todo el material probatorio presentado por las partes se concluye en que quedó
demostrada la posesión legítima de más de un año ejercida por la parte actora (como representante de
la sucesión J.A.C. W) respecto al inmueble identificado en autos, así como los actos perturbatorios que
denunció realizados por el querellado, ciudadano A.V.F.. Tal demostración se logró, no solo con las
pruebas por ella promovida (testigos fundamentalmente) sino con los medios consignados por la
contraparte (parte querellada), las cuales, lejos de desvirtuar los alegatos del actor, por aplicación del
principio de la comunidad de la prueba (como fue explicado más arriba) arrojó evidencias a favor de la
parte actora. Por lo que no desvirtuó haber construido la cerca en cuestión al borde de la carretera, del
lado de la hacienda llamada el Trigal, es decir, en espacios donde la querellante ejerce posesión
legítima, como tampoco desvirtuó haber derribado árboles para penetrar el fundo de los actores en una
extensión de aproximadamente 600 metros, a lo largo del lindero Este.

Como consecuencia, ninguno de los medios de pruebas promovidos por el querellado demostró sus
afirmaciones establecidas en la contestación, como fueron, que el ciudadano A.V.F. (representante de
Agropecuaria Rancho Alegre) ejercía posesión legítima en el espacio (inmueble) reclamado por la
querellante, pues, decir que por más de 25 años la familia C., anterior propietaria del Fundo El Peñón,
(hoy El Balcón) desarrolló y fomentó dicho fundo, ejerciendo la propiedad y posesión de manera
legítima, continua, no interrumpida, pacífica, pública, no equivoca (sic) y en su condición de dueño, y
que por ello habría de concluir que la tradición la recibió (el querellado) desde hace varios años, no es
el asunto que aquí se discute. Aquí lo que se debate -y en ello hay que insistir- es la posesión actual de
un determinado bien.

Luego, el que se haya poseído en tiempo atrás un determinado bien, no es base para concluir que se
siga poseyendo.

Tampoco demostró que el área que identifica como lote N° 87, sobre el cual dice ejercer posesión, sea
la zona donde está ubicada la cerca que denuncia la querellante como actos de perturbación. En este
caso, tuvo que demostrar la identidad de ambos inmuebles, con pruebas idóneas, lo cual tampoco hizo.

Por todo lo expuesto esta sentenciadora considera que las pruebas aportadas al proceso, han
demostrado suficientemente que la parte actora ha sido violentada en su posesión legítima con actos
perturbatorios ejecutados por el ciudadano A.V.F.. Razón por la cual la acción por ella intentada debe
prosperar…

.
Ahora bien, luego de un análisis en conjunto de las defensas opuestas por la parte querellada
en su escrito de informes y del fallo recurrido, esta S. concluye que si bien es cierto que el juez
superior no se pronunció respecto a todas las defensas opuestas por la querellada en su
escrito de informes, no es menos cierto que las defensas opuesta por la parte querellada en
su escrito de informes no cumplen con las características necesarias, las cuales fueron
señaladas por esta S. en el texto del presente fallo, para que su omisión causen la
incongruencia del fallo recurrido y su nulidad, por estar relacionadas con aspectos probatorios
que deben ser delatados a través de una infracción de ley.
En este sentido, y en virtud de lo antes expuestos esta S. debe considerar que el fallo
recurrido cumple con todos los requisitos de legalidad exigidos por nuestro ordenamiento
jurídico para su validez, en consecuencia, se debe declarar improcedente de la anterior
denuncia. Así se establece.
DENUNCIAS POR INFRACCIÓN DE LEY
-I-
Conforme con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, denuncian la infracción de ley por falta aplicación de los artículos 478 y 508 del Código
de Procedimiento Civil.
El formalizante en casación mediante su escrito aduce los argumentos que se van a
detallar a continuación:
…en virtud de que en la sentencia de la juzgadora (sic) a-quem (sic) no desechó las declaraciones de los
testigos (sic) D.C.B.A. (sic), J.R.V.C. y ANGEL (sic) LOPOEZ (sic) MONTOYA por ser testigos
inhábiles. En efecto, si observamos las declaraciones de la testigo (sic) D.C.B.A. (sic), cuya acta se
encuentra inserto en el folio 158, específicamente en relación a la cuarta pregunta formulada por el
apoderado de la parte querellada, manifiesta, al menos indirectamente, que tiene interés en el resultado
final de la presente querella, cuando el referido apoderado de la parte querellada, manifiesta, al menos
indirectamente, que tiene interés en el resultado final de la presente querella cuando el referido
apoderado de la parte querellada le pregunto (sic) “si tiene algún interés en el resultado final de esta
querella”, por lo que la testigo contestó textualmente lo siguiente: “…a aparte de eso por conservar las
nacientes de guama y como habitante del pueblo. …”. Por lo que si la sentenciadora a-quem (sic)
hubiese aplicado el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, en relación al testigo inhábil,
hubiese desechado las declaraciones de esta testigo, aun cuando no se hubiese tachado, pues de sus
declaraciones se desprende claramente, por lo menos indirectamente, su interés en las resultas de la
querella como consecuencia la sentenciadora a-quem (sic) hubieses (sic) sentenciado de otra manera,
ya que el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil inhabilita a los testigos que tengan algún
interés, así sea indirecto. Lo grave del asunto es el hecho de haber la sentenciadora a-quem (sic) darse
cuenta del interés de la testigo y sin embargo no aplico (sic) el supuesto de hecho de la norma contenida
en el artículo violado, 508, en relación al desechar al testigo inhábil.

(…Omissis…)

Al pasar por alto la Juez (sic) a-quem (sic) la aplicación de este supuesto de hecho contenido en los
referidos artículos, referente al interés del testigo, o lo que es lo mismo negó su aplicación, fue
determinante en el dispositivo de la sentencia recurrida, caso contrario hubiese sentenciado de otra
manera, o sea favorable a mi M. (sic). De igual manera se observa tal situación con el testigo (sic)
JOSE (sic) R.V.C., según el acta levantada al respecto, inserto en el folio N° 159, cuando el apoderado
de la parte querellada lo interrogó en la primera pregunta de la siguiente manera: “…Diga el testigo
qué interés tiene en el resultado de este juicio…”, por lo que contestó textualmente el testigo lo
siguiente: “…El interés mío es, que se respete la zona ambientalista, esa zona boscosa, como vecino de
ciudad de guama y que la ciudad se surta de agua…”.

(…Omissis…)

La declaración de este testigo es mucho más elocuente y directo, pues el testigo manifiesta directamente
que si (sic) tiene interés sin embargo la juez a-quem (sic) no aplico (sic) el artículo 508 del Código de
Procedimiento Civil, en relación al testigo inhábil, y en consecuencia negó la aplicación del artículo
478 (sic) esjudem, al no considerar sobre el interés expresado por dicho testigo, de lo contrario estamos
seguro que la sentencia hubiese sido de otra manera, en virtud que la extensión, y 478, ambos del
Código de Procedimiento Civil, y no lo hizo. Así mismo ocurrió con el testigo (sic) ANGEL (sic) LOPEZ
(sic) MONTOYA, como se le en el acta levantada inserto en el folio N° 160, cuando se le formuló la
misma pregunta, siendo la pregunta Tercera (sic), “…(sic) TRECERA PREGUNTA: Diga el testigo qué
interés tiene en el resultado de este juicio…” y el referido testigo contestó textualmente lo siguiente:
“…bueno el único interés que tengo, es que por lo menos el río guama no pierda su cauce…”- La juez
de la sentencia recurrida también hizo mención de esta declaración, pero no aplico (sic) el artículo 508
y 748, ambos del Código de Procedimiento Civil, según se evidencia en la parte motiva de la sentencia,
(folio N° 578), al expresar lo siguiente:

(…Omissis…)
De esta manera, sin duda, debió la jugadora (sic) a-quem (sic) aplicar los artículos 508 y 478, ambos
del Código de Procedimiento Civil, quebrantando el orden público procesal y creando precedente en
relación al testigo inhábil por interés, pues según la sentencia recurrida serían hábiles estos tipos de
testigos. Seguro estamos que si la Juez (sic) a-quem (sic) hubiese aplicado los artículos 508 y 478,
ambos del Código de Procedimiento Civil, entonces la sentencia hubiese sido de otra manera. Conforme
lo planteado, sin duda alguna, se ha violado el derecho al debido proceso y el derecho de la defensa,
consagrados en nuestra Carta Magna en su artículo 49. En razón de lo antes expuesto, solicitamos se
case la sentencia dictada el 14 del mes de mayo del año 2008, emanada del Tribunal Superior en lo
Civil, M., del Tránsito y Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial
del Estado (sic) Yaracuy, que declaro (sic) con lugar la acción de interdicto por perturbación, y
condenando al querellado (sic) ANDRES (sic) Von FEDAK a las costas procesales…

.
De la transcripción parcial de la formalización esta Sala puede inferir que mediante la presente
denuncia se delata que el juez superior al momento de realizar la valoración de las
testimoniales incurre en falta de aplicación de los artículos 478 y 508 del Código de
Procedimiento Civil, lo cual vicia al presente fallo, por cuanto de haber aplicado lo dispuesto
en las normas ut supra en la oportunidad de realizar la valoración de los testigos, la juez ad
quem, hubiese tenido que desestimar las deposiciones de los mismos, ya que de las mismas
se desprende las contradicciones en las que incurren los testigos y además se denota el
interés manifestado por el resultado del presente juicio.
Así las cosas, debe señalarse que el vicio de falta de aplicación de una norma vigente, se
verifica cuando el sentenciador deja de aplicar una norma jurídica apropiada al caso. Ya que
existe una obligación del jurisdicente en la adecuación de los hechos alegados y probados en
juicio a las normas jurídicas pertinentes, quien además, debe realizar el enlace lógico de una
situación particular, con la previsión abstracta predeterminada en la ley.
En este sentido, a los fines de dilucidar la presente denuncia, se considera pertinente
transcribir el extracto del fallo recurrido aludido por la recurrente a los fines de verificar si el ad
quem incurre o no en el vicio delatado, al tal efecto, de la sentencia recurrida se desprende lo
siguiente:
…2. Testigos.

En la querella interdictal la parte actora promovió a los siguientes ciudadanos como testigos (folios 25
al 33 y vtos.) a. La ciudadana D.C.B.Á., venezolana, 52 años de edad, C.I.V. 3.910.609, domiciliada en
la Urbanización Altos de Yurubi, casa N° 30, transversal número 9, municipio Independencia, estado
Yaracuy, al ser interrogada por sus promoventes dijo: que conoce desde hace muchos años a la señora
A.C.C.S., y por ende sabe que es hija del fallecido J.A.C., sabe y conoce que A.C.C., es propietaria y
poseedora legítima junto con el resto de la sucesión de J.A.C. de la propiedad agraria que denominan
“El Trigal”, situada en el cerro Buena Vista, que fue adquirida por J.A.C. y que originalmente se
denominó “el Zinc”. La testigo afirma que en la actualidad, luego de la división y venta de la parte de
lo que originalmente se denominó “El Zinc”, los linderos son exactamente los expresados por la
querellante en la querella, y que allí hay una casa, de una planta, de concreto, con los servicios básicos,
que lo sabe porque ha dormido allí, que dicha propiedad está custodiada por un señor llamado E.V.,
quien vive en una casa, aparte, dentro del fundo; que esto lo sabe, porque ha comido allí con él; que da
fe que la familia C., incluyendo A.C.C., conserva y cuida dicha propiedad utilizándola constantemente
para fines recreacionales. La testigo afirma conocer el Decreto Presidencial N° 1223 y 1225,
publicados en la Gaceta Oficial 4.250 de 18/01/1991, por lo que sabe que dichas tierras no pueden ser
objeto de explotación agrícola, ya que estos bosques protegen los manantiales que originan el Río
Guama, que la hacienda está dentro de la zona protectora por lo que ellos (la sucesión Cordido) han
mantenido ese ambiente; y que la posesión ejercida por ellos se extiende y ejerce por mucho más de un
año y que es tan antigua como la propiedad que data del año 1972, que siempre ha sido de forma
continua, ininterrumpida, pacífica, pública, no equívoca y con el ánimo de dueño. Que conoce al señor
A.V.F. quien funge como representante de la Agropecuaria Rancho Alegre C.A. y que esta sociedad
adquirió el fundo “El Peñón” que colinda por el este con la Hacienda El Trigal, existiendo de por
medio una carretera que va de Cocorote a las Crucecitas; afirma que lo ha visto en una camioneta
hacia la hacienda El Peñón y que ahora es denominada como la hacienda Los Balcones. Que le consta
que el señor A.V.F. ha venido ejerciendo actos que menoscaban la posesión ejercida por la ciudadana
A.C.C. y los demás sucesores desde mediados del mes de agosto del 2004, ya que en forma arbitraria
levantó una cerca que se acerca hacia la Perdedora. Que los actos perturbatorios consisten en una
cerca de aproximadamente 600 metros lineales, en el lindero ESTE de la posesión de la querellante y
sus hermanos, lindero que concurre con la carretera y que separa a ambas haciendas y que luego dicha
cerca se adentra en la posesión descrita, en más de un (1) kilómetro en la parte de la hacienda que se
ha hecho denominar la Perdedora; que ellos (la testigo y otros) han tomado hasta fotos allí, que el
señor A. (sic)V.F. pasa constantemente por allí, y por eso le consta. Que para cometer tal hecho
derribaron árboles y montes de diversa altura con la finalidad de construir la cerca de concreto, con lo
que perjudican al Río Guama. El testigo funda sus dichos en que transita por allí con mucha frecuencia,
conoce la zona y conoce la familia C..

b. El ciudadano J.R.V.C., venezolano, 64 años de edad, C.I.V. 2.572.697, domiciliado en Guama, calle
S. al lado del acueducto, casa N° 174 municipio Sucre, estado Yaracuy, quien al ser interrogado por sus
promoventes afirmó que conoce desde hace muchos años a la señora A.C.C.S., que es hija del fallecido
J.A.C., que sabe y conoce que A.C.C. es propietaria y poseedora legítima de la propiedad agraria que
denominan “El Zinc”, situada en el cerro Buena Vista, que fue adquirida por J.A.C.. El testigo afirma
que le consta que en la actualidad, luego de la división y venta de la parte de lo que originalmente se
denominó “El Zinc” los linderos de la hacienda son los expresados por la querellante en la querella;
que allí existe una casa de una planta, de concreto, con los servicios básicos; que lo sabe porque ha
dormido allí, que además la propiedad está custodiada por un señor llamado E.V., quien vive en una
casa aparte, hechos que dice conocer porque ha comido allí; que da fe que la familia C., incluyendo
A.C.C. conserva y cuida dicha propiedad utilizándola constantemente para fines recreacionales. El
testigo afirma conocer el Decreto Presidencial N° 1223 y 1225, publicados en la Gaceta Oficial 4.250
de 18/01/1991, por lo que sabe que dichas tierras no pueden ser objeto de explotación agrícola, ya que
estos bosques protegen los manantiales que originan el Río Guama; que dicha hacienda está dentro de
la zona protectora por lo que ellos (la sucesión Cordido) han protegido ese ambiente; que la posesión
ejercida por ellos se extiende por mucho más de un año y que data del año 1972, da fe de que dicha
posesión siempre ha sido de forma continua, ininterrumpida, pacífica, pública, no equívoca y con el
ánimo de dueño. Que conoce al señor A.V.F. quien funge como representante de la Agropecuaria
Rancho Alegre C.A. y que esta sociedad adquirió el fundo “El Peñón” que colinda por el este con la
Hacienda El Trigal, existiendo de por medio una carretera que va de Cocorote a las Crucecitas; afirma
que lo ha visto en una camioneta hacia la hacienda El Peñón y que ahora es denominada como la
hacienda Los Balcones. Que le consta que el señor A.V.F. ha ejercido actos que menoscaban la
posesión ejercida por la ciudadana A.C.C. y los demás sucesores desde mediados del mes de agosto del
2004, que en forma arbitraria levantó una cerca hacia la Perdedora de aproximadamente 600 metros
lineales, en el lindero ESTE de la posesión de la querellante y de sus hermanos; que dicho lindero
concurre con la carretera y que separa a ambas haciendas; que dicha cerca se adentra en la posesión
descrita en más de un (1) kilómetro en la parte de la hacienda que se ha denominado la Perdedora.
Dice que hasta han tomado fotos allí; que el señor A.V.F. pasa constantemente, y por eso le consta. Que
para cometer tal hecho derribaron árboles y montes de diversa altura con la finalidad de construir la
cerca de concreto, con lo que perjudican al Río Guama. El testigo funda sus dichos, en que lo ha vivido
y ha recorrido esa zona con fines ambientales ya que pertenece a una asociación ambientalista, llamada
Grupo de Rescate Ayacucho, protectora del Río Guama.

c. El ciudadano Á.L.M., venezolano, 68 años de edad, C.I.V. 825.990, domiciliado en la calle R., casa
N° 35, G., municipio Sucre, Estado (sic) Yaracuy, quien al ser interrogado por sus promoventes, afirmó
que conoce a la señora A.C.C.S., que es hija del fallecido J.A.C.. Que sabe y conoce que A.C.C.,
hermanos y causahabientes son propietarios y poseedores legítimos de la propiedad agraria que
denominan “El Trigal”, situada en el cerro Buena Vista, que fue adquirida por J.A.C. y que es parte de
lo que originalmente se denominó fundo “El Zinc”. Que los linderos en la actualidad son exactamente
los linderos expresados por la querellante en la querella, y que allí hay una casa, de una planta, de
concreto con los servicios básicos; que lo dice porque conoce la casa, que además la propiedad está
custodiada por un señor llamado E.V., quien vive en una casa aparte, que lo conoce; que da fe que la
familia C. incluyendo A.C.C., conserva y cuida dicha propiedad utilizándola constantemente para fines
recreacionales. La testigo afirma conocer el Decreto Presidencial N° 1223 y 1225, publicados en la
Gaceta Oficial 4.250 de 18/01/1991, por lo que sabe que dichas tierras no pueden ser objeto de
explotación agrícola, y que están dentro de la zona protectora, por lo que ellos (la sucesión Cordido)
han protegido ese ambiente; que la posesión ejercida por la querellante se extiende por mucho más de
un año y que data del año 1972, da fe de que dicha posesión siempre ha sido de forma continua,
ininterrumpida, pacífica, pública, no equívoca y con el ánimo de dueño. Dice conocer al señor A.V.F.
quien funge como representante de Agropecuaria Rancho Alegre C.A., sociedad que adquirió el fundo
“El Peñón” que colinda por el este con la Hacienda El Trigal, existiendo de por medio una carretera
que va de Cocorote a las Crucecitas, afirma que lo ha visto en una camioneta hacia la hacienda El
Peñón y que ahora es denominada como la hacienda Los Balcones. Que le consta que el señor A.V.F. ha
ejercido actos que menoscaban la posesión ejercida por la ciudadana A.C.C. y los demás sucesores
desde mediados del mes de agosto del 2004, ya que en forma arbitraria levantó una cerca hacia la
Perdedora. Que los actos perturbatorios consisten en una cerca de aproximadamente 600 metros
lineales, en el lindero ESTE de la posesión de la querellante y sus hermanos lindero que concurre con la
carretera y que separa a ambas haciendas y que luego dicha cerca se adentra en la posesión descrita,
en más de un (1) kilómetro en la parte de la hacienda que se ha hecho denominar la Perdedera. Que
para cometer tal hecho derribaron árboles. El testigo funda sus dichos, en que conoce y ha caminado la
finca por pertenecer a una asociación ambientalista llamada Grupo de Rescate Ayacucho, protectora
del Río Guama.

En el lapso probatorio.

a. Ratificación de las testimoniales y el derecho de repregunta. En la oportunidad correspondiente, la


ciudadana D.B., ratificó lo expuesto por ella. Al ser repreguntada por el apoderado del querellado
acerca de la ubicación de la Hacienda El Trigal, contestó que dicha hacienda viene subiendo por la vía
principal de Cocorote por el Este, tiene la carretera hasta llegar a las crucesitas, luego entra por la
carretera principal y entra ahí, y hay como lindero El Trigal y tiene como lindero El Zinc, por detrás
están las nacientes del río Guama y tiene dentro también unas represas como resguardo del Río Guama
y hay un sector que se llama la fuentera. También se le requirió información acerca de si conoce la zona
donde se hizo el levantamiento de las cercas y qué tipo de vegetación existe, a lo que puntualizó que
dicha zona la conoce desde hace mucho tiempo y la vegetación está constituida por árboles grandes y
frondosos los cuales nunca fueron tocados por los señores Cordido; que no es conservacionista
ambientalista en el sentido amplio de la palabra pero que es docente y trabajó en el pueblo y conoció de
la existencia como fuente natural del municipio Sucre. Que no tiene interés alguno en las resultas del
presente juicio, sino sólo conservar las nacientes del Río Guama (f.158). El ciudadano J.V. ratificó lo
expuesto por él y fue repreguntada por el apoderado querellado acerca de si tenía interés en las resultas
del presente juicio, expresando que su único interés es que se respete la zona ambientalista boscosa,
como vecino de la ciudad de G., que nunca ha sido trabajador de la Hacienda El Trigal o de sus
propietarios(pregunta formulada así por el apoderado querellado), que pertenece a un grupo
ambientalista llamado rescate Ayacuyo, con asentamiento en la ciudad de G. y que su única vinculación
con la familia C. estaba dado por ser vecino de la misma. Cuando fue repreguntada acerca de la
descripción geográfica, especificó que por la parte del Este existe una zona que se llama la entrada del
Z., la cual llega hasta la carretera de Cocorote, que es la que sigue hacia las Crucesitas por la parte
Sur que es donde está el Zinc. Que los actos perturbatorios realizados por el querellado en los linderos
de la Hacienda El Trigal, consistían en una tumba de vegetación media, para colocar allí una cerca con
postes de cemento y con alambre púa, por la parte Este, a orilla de la carretera los letreros Las
Crucesitas, con una aprox. de 600 mts. Y que hacia el Sur entre el Este hacia el Oeste una cerca de
alambres fijados a estantillos de madera con grapas a árboles vivos en pie de una aprox. de 1 Km,
atravesando riachuelos que fluyen hacia en Río de Guama (f.159). El ciudadano Á.M., ratificó lo
expuesto por él. Al ser repreguntada por el apoderado querellado acerca de si pertenecía a algún grupo
ambientalista, contestó afirmativamente, que nunca ha laborado para la familia C., que su único interés
en las resulta del presente juicio era la conservación del R.G.; que la hacienda El Peñón (hoy El
Balcón) está situada al este de la hacienda El Trigal, que tiene conocimiento de las actividades que ha
venido realizando el querellado sobre terrenos de presunta propiedad de la sucesión C. porque conoce
desde hace mucho tiempo los linderos de la Hacienda El Trigal, que de igual forma conoce de las
instalaciones que ha hecho la familia C. en el límite de la carretera con cruce de las Crucesitas, las
cuales dice, están constituidas por un helipuerto, dos inmuebles y luz eléctrica (f.160).

Siendo la oportunidad para analizar lo dicho por los testigos, se procede al efecto teniendo como base
la norma contenida en el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, norma rectora a tales fines.
Así, cuando declararon a la promovente pareciera que sus respuestas fueron sugeridas en la pregunta
que se le formuló. No obstante, al ser repreguntados no incurrieron en contradicciones en lo que
expusieron al abogado de la contraparte, quien, vale señalar, no les inquirió respecto a la razón
fundada de sus dichos. En consecuencia, la declaración de los citados testigos, respecto a la posesión
legítima de la querellante, los actos perturbatorios por parte del querellado (construcción de una cerca)
y la fecha en que éstos ocurrieron (agosto de 2004) se tienen por ciertos por no haber sido desvirtuados
cuando se ejerció el control de la prueba. Así se decide…

. (Subrayado de esta Sala).


De igual manera, resulta conveniente destacar el contenido de los artículos 478 y 508 del
Código de Procedimiento Civil, los cuales disponen:
…Artículo 478: No puede tampoco testificar el magistrado en la causa en que esté conociendo; el
abogado o apoderado por la parte a quien represente; el vendedor, en causas de evicción, sobre la cosa
vendida; los socios en asuntos que pertenezcan a la compañía. El heredero presunto, el donatario, el
que tenga interés, aunque sea indirecto, en las resultas de un pleito, y el amigo íntimo, no pueden
testificar en favor de aquellos con quienes les comprenda estas relaciones. El enemigo no puede
testificar contra su enemigo…

.
…Artículo 508: Para la apreciación de la prueba de testigos, el Juez examinará si las deposiciones de
éstos concuerdan entre sí y con las demás pruebas, y estimará cuidadosamente los motivos de las
declaraciones y la confianza que merezcan los testigos por su edad, vida y costumbres, por la profesión
que ejerzan y demás circunstancias, desechando en la sentencia la declaración del testigo inhábil, o del
que apareciere no haber dicho la verdad, ya por las contradicciones en que hubiere incurrido, o ya por
otro motivo, aunque no hubiese sido tachado, expresándose el fundamento de tal determinación…

.
Ahora bien, en este orden de ideas, se considera prudente indicar lo expuesto en el recurso de
revisión declarado ha lugar por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en su
decisión N° 1704, de fecha 18 de diciembre del 2015, en la que se señala que en los juicios
interdictales, las testimoniales constituyen un medio de prueba de suma importancia para que,
tanto querellante como querellado, intente demostrar la veracidad o falsedad en torno a los
hechos que hayan sido señalados como perturbatorios o constitutivos de despojo, por lo que
indudablemente se trata de una prueba cuya valoración ha de ser compleja, toda vez que
implica la adminiculación de una serie de circunstancias que rodean la situación fáctica
señalada por las partes, así como las condiciones particulares de cada testigo, cuya
deposición “…no es una declaración de voluntad, sino una manifestación del pensamiento…”.
(J.S.. 2000. Los Interdictos en la Legislación Venezolana).
La profesora R.G. (2008), en su obra “La Prueba de Testigos. Análisis jurídico,
psicológico e histórico”, afirma que: “…En estos casos, tratándose de una prueba compleja,
porque la misma es el resultado de un proceso psicológico en el que intervienen factores
físicos, sociales, culturales, económicos, etc., el legislador no debe sustituirse en el juez, pues
no puede plantear de forma apriorística una solución para los problemas que puede implicar
un testigo. Es el juez, luego de verificar los argumentos y contra-argumentos de las partes
expuestos dentro de un proceso revestido con las debidas garantías, quien podría determinar
el grado de imparcialidad y verosimilitud de una declaración…”. (p.161).
En virtud de lo anterior, debe señalarse que dado que el presente juicio se originó con
motivo de la interposición de un interdicto por una supuesta perturbación constituida por
hechos de posible tala y deforestación de zonas boscosas que conforman la cabecera del Río
Guama, lo cual hoy en día es un tema protegido por las disposiciones de nuestra Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela (Arts. 127, 128 y 129) y demás leyes de la
República; esta Sala debe señalar que en cuanto a la interpretación que se le debe asignar al
artículo 478 del Código de Procedimiento Civil, norma que regula las limitantes para las
personas que sean promovidas como testigos, debe ser una interpretación realizada en un
sentido amplio y flexible, debido al objeto debatido en la presente acción (que es la protección
del medio ambiente, específicamente, en la conservación de las nacientes del Río Guama
ubicado en el estado Yaracuy); ya que en caso contrario, el juez podría vulnerar el derecho a
la prueba de la parte promovente, lo cual es a su vez una manifestación del derecho a la
defensa y debido proceso; y de igual manera podría ir en contra de los postulados
constitucionales de protección al medio ambiente.
En este sentido, debe destacarse en relación con el tema del interés que pudiera tener un
testigo en el desarrollo o en las resultas de la causa, lo plasmado por el ilustre procesalista
M.T., en su obra “La Prueba”, quien señala que en “…los sistemas más modernos no
consideran el interés del testigo en la causa como una razón para excluir su testimonio…”. De
igual forma este mismo autor señala en relación con este tema que incluso, “…un testigo con
algún interés puede ser interrogado y su interés será tomado en cuenta como factor relevante
en la valoración de su credibilidad…”.
Así las cosas, conforme con las consideraciones antes expuesta y en estricto
seguimiento a los postulados establecidos por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia en su decisión N° 1704, de fecha 18 de diciembre del 2015, esta Sala de Casación
Civil no puede considerar que la juez ad quem incurren en el vicio de falta de aplicación del
artículo 478 cuando indicó que no puede catalogar las expresiones de los testigos D.C.B.Á.,
J.R.V.C. y Á.L.M., consistentes en líneas generales en que “…no tiene interés alguno en las
resultas del presente juicio, sino solo conservar las nacientes del Río Guama…”; “…que su
único interés es que se respete la zona ambientalista boscosa como vecino de la ciudad de
Guama…”; y “…que su único interés en las resultas del presente juicio era la conservación del
Río Guama…”, como manifestación de su interés indirecto en las resultas de este juicio, ya
que este interés expresado por los ciudadanos ut supra mencionados en la oportunidad de
rendir sus declaraciones no puede considerarse como un interés que se refiere a las resultas
del juicio propiamente dicho.
Si no, que debe considerarse como un interés dirigido a la conservación del medio ambiente
que los rodea como vecinos de la comunidad de G., específicamente de la cabecera del Río
Guama, lo cual a criterio de esta S., es una preocupación totalmente legítima e incluso podría
considerarse que este interés lo debe tener todo ciudadano, tal y como lo dispone la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (art. 127).
En tal sentido, esta S. debe señalar que el interés expresado por los testigos en sus
deposiciones no puede considerarse como causas suficientes para inhabilitarlos como
testigos, ni tampoco para desestimar sus declaraciones en el momento en el que el juez esta
creándose su convicción para dictar su fallo.
En consecuencia, y por las consideraciones antes expuestas debe señalarse que la sentencia
recurrida no incurre en el vicio ut supra delatado, en cuanto a la falta de aplicación del artículo
478 del Código de Procedimiento Civil, ya que dicha norma no es aplicable a este caso en
particular por cuanto no está presente ninguna de las causales establecida en la norma para la
inhabilitación de testigos. Así se establece.
Aunado a lo anterior, esta S. observa que la recurrente de igual manera delata la falta de
aplicación del artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, la cual ocurre en el momento en
la que la ad quem procede a realizar la asignación del valor probatorio a las testimoniales
evacuadas, por cuanto según la formalizante, la juez superior no realiza el debido examen y la
debida comparación, que ordena la norma ut supra delatada, de las respuestas suministradas
por cada testigo en la oportunidad de las repreguntas, con las respuestas de cada testigo en la
primera oportunidad para rendir declaración, ya que en caso contrario, hubiese podido
determinar la contradicción que existen entre las declaraciones.
En tal sentido, observa la Sala de la sentencia recurrida, cuya transcripción consta
anteriormente en el presente fallo, que la juez superior al momento de otorgar la valoración a
las declaraciones de los testigos, de manera previa, realizó un estudio de las deposiciones de
los testigos y a su vez realizó la debida comparación de las respuestas expuestas por los
testigos, tanto en la oportunidad de las preguntas efectuadas por la querellante, como en la
oportunidad de las repreguntas formuladas por la querellada, cuando señaló: “…Siendo la
oportunidad para analizar lo dicho por los testigos, se procede al efecto teniendo como base la
norma contenida en el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, norma rectora a tales
fines. Así, cuando declararon a la promovente pareciera que sus respuestas fueron sugeridas
en la pregunta que se le formuló. No obstante, al ser repreguntados no incurrieron en
contradicciones en lo que expusieron al abogado de la contraparte, quien, vale señalar, no les
inquirió respecto a la razón fundada de sus dichos. En consecuencia, la declaración de los
citados testigos, respecto a la posesión legítima de la querellante, los actos perturbatorios por
parte del querellado (construcción de una cerca) y la fecha en que éstos ocurrieron (agosto de
2004) se tienen por ciertos por no haber sido desvirtuados cuando se ejerció el control de la
prueba. Así se decide…”.
En virtud de lo anterior, esta S. debe concluir que en el presente caso no se configura el vicio
de falta de aplicación de norma jurídica, en relación con el artículo 508 del Código de
Procedimiento Civil, entendido este como la inobservancia por parte del sentenciador de una
norma jurídica aplicable al caso en particular, puesto que en el caso de autos, la juez ad quem
al momento de realizar el análisis de las deposiciones, tomando en consideración lo dispuesto
en el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, expresó un razonamiento lógico y acorde
con los postulado de la norma delatada. Así se establece.
Por las consideraciones antes expuestas, esta S. concluye que al no incurrir el juez superior
en el vicio delatado, debe declarase la improcedencia de la presente denuncia. Así se decide.
-II-
Conforme con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se denuncia la infracción del artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, por no
aplicar correctamente la norma invocada.
En este sentido, se pasa a destacar lo explanados por la recurrente en su escrito de
denuncia, quien expresa los siguientes argumentos:
“…denunciamos la infracción del artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, por no aplicar
correctamente el referido artículo, traduciéndose en la negación de su aplicación, por
consiguiente violó el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En este sentido, la sentenciadora a-quem (sic) al pronunciarse sobre las declaraciones de los
testigos (sic) D.C.B.A. (sic), JOSE (sic) R.V.C. y ANGEL (sic) LOPEZ (sic) MONTOYA, señala
en su sentencia que los testigos no se contradijeron cuando la contra parte ejerció su derecho
a las repreguntas, pero no examinó las repreguntas de la contra parte, ni siquiera las
transcribió en la sentencia y mucho menos las estimo cuidadosamente, con el fin de cumplir
con lo exigido por dicho artículo 508 de constatar si en efecto se contradecían o no y si
concuerdan entre sí, inclusive con las declaraciones efectuadas el día 21 de septiembre de
2005, considerándose esta situación en la negación de aplicar debidamente el artículo 508 del
Código de Procedimiento Civil.
(…Omissis…)
…observamos que la (sic) Juez (sic) a-quem (sic), de manera su generis, señala que los
testigos (sic) “no incurrieron en contradicciones en lo que expusieron al abogado de la
contraparte”, pero no examina cada repregunta y cada respuesta, como se lo ordena el
artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, de lo contrario la sentencia hubiese sido de
otra manera, por ejemplo a la testigo (sic) D.C.B.A. (sic) se le repreguntó en la Primera
repregunta y contesto (sic) lo siguiente, según el folio N° 158:
…PRIMERA REPREGUNTA: Diga el testigo la ubicación de la hacienda El Trigal y algunas de sus
características; contestó: La hacienda El Trigal viene subiendo por la vía principal de cocorote por el
Este tiene la carretera hasta llegar a las crucesitas, luego entra por la carretera principal y entra ahí, y
hay como lindero El Trigal y tiene como lindero el Zinc, por detrás están las nacientes por las
cricesitas, y por el otro lado están las nacientes del rió guama y tiene dentro también unas represas
como resguardo del rio guama, y hay un sector que se llama las fuenteras. Es todo…

En cambio, cuando la misma testigo declaro el día 2 de septiembre de 2005, según el folio N°
25, o sea antes de su declaración en la etapa de pruebas, contestó afirmativamente y de
manera tajante a una pregunta de su promovente contentivo de la ubicación y linderos exactos
y específicos, la cual no fue tan exacta y específicamente en la oportunidad de la repregunta,
incluso involucra un lugar diferente y se vuelve torpe para determinar los linderón sin decir
cuál es el Norte, Sur y Oeste, ni recuerda los mojones y lo que dice esos mojones, solo logra
determinar el lindero Este, de manera por demás curiosa.
(…Omissis…)
Esta misma testigo incurre en contradicción cuando señala que no tiene interés, pero que solo
(sic) “…por conservar las nacientes de guama y como habitante del pueblo…,(folio N° 158), y
sin embargo la sentenciadora a quem no aplico el artículo 508, pues (sic) se esa declaración
perfectamente se observa gran contradicción, no se tiene interés, pero se tiene interés. De
igual manera ocurrió con el testigo (sic) J.R.V.C.. Observamos que la J. a-quem, de manera su
generis, señala que los testigos “no incurrieron en contradicciones en lo que expusieron al
abogado de la contraparte”, pero no analiza cada repregunta y cada respuesta dada a cada
repregunta, de lo contrario la sentencia hubiese sido de otra manera, al referido testigo se le
repregunto (sic) en la Quinta repregunta y contesto lo siguiente, según el folio N° 159:
(…Omissis…)
Solamente en esa repregunta se contradice el testigo, pues dice que por el (sic) ESTE se
encuentra la entrada del (sic) Z. y termina diciendo que por el SUR es donde está el (sic) Zinc,
además que se contradice con sus declaraciones efectuadas el día 21 de septiembre del
2005, según en folio 28, cuando su promovente le pregunto (sic) muy detalladamente los
linderos y él contestó “Si me consta que esos son los linderos…”. De acuerdo a lo expresado,
transcribo la pregunta de su promovente y la contestación:
(…Omissis…)
En cuanto al testigo (sic) ANGEL (sic) LOPEZ (sic) MONTOYA, según el folio N° 160, también
se contradice, pero como quiera que la Juez (sic) a-quem (sic) no examinó las repreguntas, tal
como se lo ordena el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, y como consecuencia no
pudo compararlas con las preguntas de su promovente (sic) y ni tampoco con las demás
pruebas, fue entonces determinante en la decisión de la sentencia recurrida, de lo contrario
hubiese sentenciado de otra manera. Es así como en la repregunta Cuarta formulada por el
representante de mi (sic) M. (sic) contestó lo contrario a lo que le contestó a su promovente,
en relación a los linderos…”.
De la anterior transcripción, esta S. deduce, a pesar de la terminología por demás
ambigua utilizada por la recurrente al momento de plantear su denuncia, que lo pretendido en
la misma es delatar el vicio de errónea interpretación en el que incurre la juez ad quem del
artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, en el momento en que realizó la comparación
entre las respuestas dadas por los testigos en la primera oportunidad de preguntas con las
respuestas expuestas por los mismos, en la oportunidad de las repreguntas; ya que de haber
interpretado correctamente la disposición legal ut supra hubiese notado que los testigos
incurrieron en contradicciones en sus deposiciones.
En este sentido, la doctrina pacífica y reiterada de este Alto Tribunal, ha establecido en
relación con el vicio de error de interpretación, que el mismo comprende un vicio de infracción
de ley, específicamente de las normas tendentes a resolver el mérito del asunto discutido, el
cual se produce cuando el juez no le da a la norma su verdadero sentido y alcance y que aun
cuando fue correctamente elegida y aplicada para solucionar el conflicto surgido entre las
partes, hace derivar de ella consecuencias que no concuerdan con su contenido. (Vid.
sentencia N° 609 de fecha 11 de octubre de 2013, caso: M.H., C.A., contra R.N.N. y Otra),
ratificada en sentencia N° 665, de fecha 4 de noviembre de 2014, (caso: Banco Occidental de
Descuento, C.A. Banco Universal, contra Responsable de Venezuela, C.A. y otros).
Ahora bien, el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, constituye efectivamente, la
norma de valoración de la prueba testimonial; sin embargo, la disposición en comento permite
al juez, en la apreciación de la mencionada probanza, realizar una labor de sana crítica, lo
cual le faculta al efectuar su análisis sobre las deposiciones de los testigos, a utilizar para ello
su intelecto en el correcto entendimiento humano. Todo lo anteriormente expuesto, conduce a
aseverar que para la apreciación de la prueba en cuestión, el sentenciador ostenta libertad y
así, una vez realizado un profundo estudio sobre los dichos de los testigos, desestimarlos o
no, con base a su experiencia, a la confiabilidad que sus declaraciones le merezcan, tomando
en cuenta una serie de factores tales como la edad, profesión, el trabajo desempeñado por el
testigo, o la impresión que hubiese podido formarse sobre la veracidad de las deposiciones.
Sobre este punto esta Sala de Casación Civil estableció en sentencia de vieja data
(13/12/95) el criterio que de seguidas se transcribe:
...En este orden de ideas, la Sala aprecia que la frase ‘regla legal expresa para valorar el mérito de la
prueba,’ tiene relación con el tradicional sistema de tarifa legal, que ha venido siendo desplazado con
la incorporación a los textos legales de las reglas de la sana crítica y de la libre convicción. Por tanto,
la inclusión en las normas jurídicas de las reglas de la sana crítica, transforma a éstas en un método de
valoración impuesto al Juez por disposición de la Ley, en el que el mérito de la prueba lo obtiene el
Juzgador después de utilizar en su análisis las reglas de correcto entendimiento humano, como también
lo expresa R.R., citado en el texto de la obra de M.A., ‘El Recurso de Casación, la Cuestión de Hecho y
el Artículo 320 del Código de Procedimiento Civil.’
Por todos los argumentos expuestos, la Sala abandona la doctrina imperante desde el 23 de mayo de
1990, estableciendo que a partir del presente fallo el artículo 508 del Código de Procedimiento Civil
debe ser considerado como regla de valoración de la prueba testimonial. En consecuencia, es
obligatorio para el Juez:

1.-Hacer la concordancia de la prueba testimonial entre sí y con las demás pruebas, cuando esa
concordancia sea posible, pero el resultado de esa labor corresponde a la soberanía del Juez, quien no
podrá ser censurado en casación sino sólo cuando haya incurrido en suposición falsa y haya violado
una máxima de experiencia.

2.- El Juez deberá desechar la declaración del testigo inhábil o del que apareciere no haber dicho la
verdad. Con respecto a este punto, el Juez tiene el deber legal de desechar el testigo mendaz, o el que
incurre en contradicciones, y el resultado de esta labor corresponde a su libertad de apreciación de la
prueba, por lo que ésta sólo podría ser censurada en Casación, cuando el Juzgador incurra en
suposición falsa o haya violado una máxima de experiencia.

3.- En el proceso mental que siga el J. al analizar y apreciar una prueba de testigos deberá aplicar las
reglas de la sana crítica (artículo 507), debiendo estimar cuidadosamente los motivos de las
declaraciones y la confianza que merezcan los testigos por su edad, vida y costumbres, por la profesión
que ejerzan y demás circunstancias.

En consecuencia, de lo precedentemente establecido, la denuncia del artículo 508 del Código de


Procedimiento Civil, deberá encuadrarse con fundamento en el artículo 313 ordinal 2°, en
concordancia con el 320 eiusdem, determinado claramente, en cuál de los tres supuestos del
mencionado artículo 320, encuadra su denuncia. Asimismo, debe especificar la influencia en el
dispositivo del fallo, como consecuencia de una suposición falsa del Juez, lo que permitirá a la Sala
descender a examinar las actas y censurar la apreciación y valoración que de la prueba de testigos
realice el Juez...

. (N. y subrayados de la Sala).


En aplicación a la jurisprudencia transcrita, se infiere que la fundamentación dada por el
recurrente no se adecúa a la técnica requerida para que la Sala conozca de la denuncia, ya
que, si bien aduce la infracción del artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, norma que
regula la valoración de la prueba testimonial, no explicó por qué y de qué manera fue violada;
sin mencionar el artículo 320 eiusdem, ni indicar cuál de los tres supuestos de la norma
encuadra su denuncia; tampoco explica lo determinante del vicio en relación con el dispositivo,
por lo que, en modo alguno satisface la técnica requerida para la proposición del especial
recurso de casación.
Si la intención del formalizante era cuestionar la valoración de los testigos promovidos por la
demandante, por ser contradictorias, ha debido formular una denuncia que permitiera a la Sala
descender a las actas y extender su análisis a la valoración de las pruebas, con sustento en el
artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, y no proponer una denuncia de infracción de
derecho propiamente dicha.
Con base a lo anterior, se debe declarar improcedente la presente denuncia. Así se decide.
-III-
Conforme con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se denuncia la infracción de los artículos 12, 15, 208, 474, 475 y 509 del Código de
Procedimiento Civil.
A tal efecto, se pasa a destacar los motivos expuestos por la parte recurrente en su
formalización, quien indica lo siguiente:
“…en la sentencia de la juzgadora a-quem (sic) no consideró los alegatos de defensas
formulados en el escrito de informes consignado por la parte querellada en el Tribunal (sic)
Superior (sic), sobre todo en lo argumentado en el Titulo IV de dicho escrito de informes, toda
vez que se le hizo notar a al Juez (sic) de alzada lo ilegal de la suspensión de la inspección
judicial promovida por el querellado justamente una vez trasladado y constituido el Tribunal
(sic) a quo en el lugar donde supuestamente ocurrió los actos perturbatorios y una vez
comenzando la práctica de la inspección judicial, tal como consta en el Acta de ese acto
suspendido, inserto desde el folio N° 165 al folio N° 170, por lo que al no considerar tales
argumentaciones incurre en la falta de aplicación del artículo 12 del Código de Procedimiento
Civil, pues no se basó en lo alegado y probado en autos y en atenerse a las normas de
derecho, lo que a su vez conllevo (sic) a la Juez (sic) de alzada no aplicar el artículo 15 (sic)
esjudem, en virtud de no haber mantenido a las partes en igualdad de condiciones y respetar
el derecho de la defensas del querrellado. En efecto la Juez (sic) de Alzada (sic) debió tomar
los argumentos relacionados a la suspensión de la inspección judicial y seguro que la
sentencia hubiese sido de otra manera, pues sin duda hubiese repuesto la causa al estado de
practicarse la inspección judicial promovida por el querellado al considerar la aplicación
obligatoria de los artículos 475 y 476, ambos del Código de Procedimiento Civil. En tal sentido,
la (sic) La Juez (sic) a-quem (sic) debió ordenar a la Juez (sic) a quo en practicar la inspección
judicial en virtud de que la Juez (sic) a quo le era dada solamente a (sic) “extender en acta la
realización de lo practicado, sin avanzar opinión ni formular apreciaciones, y para su
elaboración se procederá conforme a lo dispuesto en el Artículo (sic) 189”, del mismo Código
de Procedimiento Civil, y no precisamente en suspender la realización de la inspección
judicial, siendo la oportunidad para su examen en el fallo definitivo. En la referida acta inserta
desde el folio 165 al folio 170, se observa el comportamiento de la Juez (sic) a quo de haber
emitido y apreciaciones durante la inspección judicial a tal punto de suspender la práctica de la
misma, la cual no debió suspender de conformidad con el artículo 475 del Código de
Procedimiento Civil, e incluso la Juez (sic) a quo permitió a la parte contraria hacer objeciones
e impugnaciones que prosperaron en el mismo momento, cuando también le es prohibido a
las partes, solamente podrán las partes formular las observaciones que bien consideren, de
conformidad con el artículo 474 (sic) esjudem, siendo potestad del Juez (sic) anotarlas en el
Acta (sic) y en todo caso decidir en la sentencia definitiva…”.
De la anterior transcripción, esta Sala observa que la recurrente delata que la juez superior
incurre en falta de aplicación de los artículos 12, 15, 208, 474, 475 y 509, todos del Código de
Procedimiento Civil, ya que el ad quem en el momento de dictar su sentencia no consideró los
alegatos de defensas formulados por la parte querellada en su escrito de informes de segunda
instancia, específicamente, el que se refiere a la ilegal suspensión de la inspección judicial
promovida por la parte querellada.
Sin embargo, a pesar de lo expuesto, esta S. realizando un análisis exhaustivo de la presente
denuncia, debe destacar que de la misma no precisa, con exactitud y claridad, cuáles son las
razones que demuestren la existencia de la infracción delatada, que en este caso es la falta de
aplicación de norma legal, por cuanto la formalizante en su escrito no explica cómo, cuándo y
en qué sentido se produce la infracción de ley denunciada, la cual debe ser determinante en el
dispositivo del fallo.
Este sentido, se debe destacar que respecto a la fundamentación que debe contener el escrito
de formalización, que esta S. en varias oportunidades ha dicho, que el escrito de formalización
constituye para quien lo suscribe, la oportunidad de razonar los motivos que sustentan y
determinan la procedencia del recurso de casación. Por tales motivos, se ha señalado que la
interposición del recurso de casación, es una actuación procesal tan importante que la ley le
exige al formalizante determinada capacidad o preparación, asimismo, le impone la carga de
redactar sus denuncias con apego a las pautas establecidas en el artículo 317 del Código de
Procedimiento Civil, fundamento con el cual esta S. ha desarrollado ciertas exigencias legales
y ha venido fijado la técnica adecuada, sostenida actualmente, para fundamentar
correctamente cada uno de los alegatos expresados en el recurso de casación, con el firme
objeto de facilitar su comprensión y decisión.
En ese sentido, esta Sala de Casación Civil en sentencia N° 477, de fecha 1° de agosto de
2013, caso de O.N.A.B., contra S.T.T. y otra, expediente N° 12-425, señalo en relación con
este punto, lo siguiente:
“…la Sala se encuentra en presencia de una denuncia por supuesta infracción de ley, respecto
a las cuales se ha precisado, que para hacerla del conocimiento de este supremo tribunal, el
formalizante debe: a) encuadrar la denuncia en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil; b) especificar qué normas jurídicas resultaron infringidas y cuál de las
hipótesis previstas en el referido ordinal 2º del artículo 313, es la que se pretende denunciar:
errónea interpretación, FALSA aplicación, falta de aplicación o violación de una máxima de
experiencia; c) expresar las razones que demuestren la existencia de la infracción, esto es,
explicar de forma clara y precisa cómo, cuándo y en qué sentido se produjo la infracción, la
cual debe ser determinante en el dispositivo del fallo, de conformidad con lo previsto en el
único aparte del artículo 313 eiusdem; d) especificar las normas jurídicas que el tribunal de
última instancia debió aplicar y no aplicó para resolver la controversia, e indicar las razones
que demuestren la aplicabilidad de dichas normas.
Adicionalmente a lo expresado en el párrafo precedente, este Máximo Tribunal ha señalado
cuándo es procedente la denuncia de falso supuesto; resaltando así mismo la existencia de
tres hipótesis de Suposición Falsa y la correcta técnica que deben exhibir los escritos en los
que se pretenda alegar el mencionado vicio. Al efecto, en sentencia Nº 201, de fecha 14 de
junio de 2000, en el juicio de Talleres Vita Cars C.A. contra Inmobiliaria Cruz O. C.A.,
expediente Nº 99-419, se ratificó el criterio de la manera siguiente:
...El artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, es el que prevé los casos de SUPOSICIÓN FALSA,
antes denominado falso supuesto, así:

‘...o que la parte dispositiva del fallo sea consecuencia de una SUPOSICIÓN FALSA por parte del Juez,
que atribuyó a instrumentos o actas del expediente menciones que no contiene, o dio por demostrado un
hecho con pruebas que no aparecen en autos o cuya inexactitud resulta de actas e instrumentos del
expediente mismo.’

(...Omissis...)

Por otra parte, la denuncia de SUPOSICIÓN FALSA debe cumplir inexorablemente con la técnica
elaborada por la Sala a través de su pacífica y constante doctrina, que dice:

‘Para que la Corte pueda examinar y decidir acerca de la determinación y apreciación que los jueces
del mérito hayan efectuado sobre los hechos y las pruebas, es indispensable que el formalizante se
ajuste a la técnica elaborada por la Sala para la denuncia apropiada de casación sobre los hechos,
técnica que exige el cumplimiento de los siguientes requisitos: a) indicación del hecho positivo y
concreto que el juzgador haya dado por cierto valiéndose de una FALSA SUPOSICIÓN; b) indicación
específica del caso de FALSA SUPOSICIÓN a que se refiere la denuncia, puesto que el encabezamiento
de artículo 320 del Código de Procedimiento Civil prevé en ese respecto tres (3) situaciones distintas; c)
el señalamiento del acta o instrumento cuya lectura patentice la FALSA SUPOSICIÓN ; d) Indicación y
denuncia del texto o los textos aplicados falsamente, porque el Juez dá (sic) por cierto un hecho
valiéndose de una SUPOSICIÓN FALSA ; e) la exposición de las razones que demuestren que la
infracción cometida fue determinante de lo dispositivo de la sentencia.
Por otra parte, conforme a reiterada jurisprudencia, la SUPOSICIÓN FALSA tiene que referirse
forzosamente a un hecho positivo y concreto que el Juez establece FALSA e inexactamente en su
sentencia a causa de un error de percepción, entre otras razones, porque no existan las menciones que
equivocadamente atribuyó a un acta de expediente. Ahora bien, como el mencionado vicio sólo puede
cometerse en relación con un hecho establecido en el fallo, quedan fuera del concepto de SUPOSICIÓN
FALSA las conclusiones del Juez con respecto a las consecuencias jurídicas del hecho, porque en tal
hipótesis se trataría de una conclusión de orden intelectual que aunque errónea, no configuraría lo que
la Ley y la doctrina entienden por SUPOSICIÓN FALSA....

. (Sentencia del 4-11-98 en el juicio) Seguido por G.F.F. contra Eurobuilding Internacional CA.
expediente 97-491). (Subrayado y negrillas de la Sentencia).
Ahora bien, en aplicación del criterio antes transcrito al presente caso, se constata que en la
denuncia de fondo presentado por el formalizante, a pesar de que señala las normas que
supuestamente no fueron aplicadas por el sentenciador de alzada, no indica de manera
precisa y detallada, las razones que demuestren la existencia de la infracción denunciada,
esto es, no explica de una forma clara y precisa cómo, cuándo y en qué sentido se produjo la
infracción, la cual a todas luces, debe ser determinante en el dispositivo del fallo, de
conformidad con lo previsto en el único aparte del artículo 313 eiusdem, lo cual sin lugar a
duda, demuestra una falta de técnica grave en la formulación de la denuncia que impide a esta
Sala su conocimiento a fondo.
Así las cosas, en vista de que la presente denuncia no cumple con la técnica adecuada para el
planteamiento de este tipo de denuncia, esta Sala debe declarar la improcedencia de la
presente denuncia. Así se decide.-
-IV-
Conforme con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se denuncia la infracción del artículo 476 del Código de Procedimiento Civil.
A tal efecto, se pasa a destacar lo plasmado por la parte recurrente en su formalización,
en los siguientes términos:
…denunciamos la infracción del artículo 476 del Código de Procedimiento Civil, por falsa de
aplicación, por consiguiente se transgredió el artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en virtud que en la sentencia de la juzgadora a-quem (sic) señalo en la parte
motiva de la sentencia recurrida, en relación a la suspensión de la inspección judicial promovida por la
parte querellada, según acta inserta desde el folio 165 al folio 170, cuando este artículo señala otro
supuesto de hecho, también relacionado a experto.

(…Omissis…)

Sin duda alguna el artículo 476 del Código de Procedimiento Civil no señala el supuesto de hecho del
experto inhábil o que se establezca la imparcialidad de los expertos, siendo en todo caso aplicable el
artículo 453 del mismo Código de Procedimiento Civil, el cual señala las condiciones preferente de un
experto…

.
De la transcripción parcial de la formalización esta Sala deduce, que la juez superior incurre
en falsa aplicación del artículo 476 del Código de Procedimiento Civil cuando en la recurrida
señala, en el momento de explanar el análisis de la prueba de inspección judicial, que al ser
los expertos propuestos trabajadores de la parte querellada, podría estar en duda la
parcialidad que debía tener en el asesoramiento de la juez a quo en el momento de la
evacuación de la prueba, tal como lo dispone el artículo 476 del Código de Procedimiento
Civil, sin embargo, la norma aplicada regula un supuesto de hecho distinto al caso de autos,
por lo tanto señalan que el juez en este caso en particular, debió aplicar lo dispuesto en el
artículo 453 eiusdem, lo cual no ocurrió.
En este particular, se debe destacar de igual manera que la recurrente en su delación no
cumple con la debida técnica para la realización de este tipo de denuncia, que bien fueron
explicadas en el capítulo anterior, ya que la recurrente solo se limitó a indicar la norma
supuestamente infringida y la que debía aplicarse, pero no expresó en ninguna parte de su
escrito, algún razonamiento que pudiera hacer inferir a esta Sala cómo, cuándo y en qué
sentido se produjo la infracción; tampoco señaló cómo sería la aplicación de la norma sugerida
por el recurrente, ni manifestó lo determinante que pudiera ser la infracción delatada en el
dispositivo fallo, ni cómo se le fue lesionado su derecho; lo cual demuestra a todas luces la
falta de técnica y fundamentación en el momento de presentar el presente recurso de
casación por parte de la recurrente.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, esta S. en sintonía con los postulados constitucionales
dispuestos en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, pasa a pronunciarse sobre el fondo de lo denunciado en el presente capítulo en
los siguientes términos:
Esta Sala ha establecido reiteradamente que el vicio de falsa aplicación ocurre, cuando el juez
aplica una norma jurídica a una situación fáctica que no está comprendida en el precepto. Es
decir, la falsa aplicación ocurre cuando un hecho que ha sido establecido por el sentenciador
se califica mal y en consecuencia, se subsume en una norma jurídica, la cual no debía regular
la situación planteada en el proceso. (Vid. sentencia número 236 de fecha 24 de abril de 2008,
partes: J.G.P.Á. y otros, contra S.A.P.Á.).
En este orden de ideas, es importante citar los artículos denunciados por falsa aplicación, los
cuales a continuación se transcriben:
…Artículo 476: Las funciones de los prácticos se reducirán a dar al Juez los informes que éste creyere
necesarios para practicar mejor la diligencia, informes que podrá solicitar también de alguna otra
persona, juramentándola. Los honorarios de los prácticos serán fijados por el Juez, a cargo de la parte
promovente de la prueba, o de ambas partes, de por mitad, si se hubiere ordenado de oficio…

.
…Articulo 453: El nombramiento de expertos, bien sea hecho por las partes o bien por el Juez, no podrá
recaer sino en personas que por su profesión o arte, tengan conocimientos prácticos en la materia a que
se refiere la experticia.

Si se alegare que el nombrado no tiene tales condiciones, la parte a quien interese podrá pedir que se le
sustituya con otro que las posea y el J. lo acordará así, en caso de encontrar fundada la petición por la
información que se suministre, debiendo la parte proceder dentro de las veinticuatro horas siguientes a
nombrar otro experto en lugar del anterior, y si no lo hiciere, lo nombrará el J. en su lugar.

El perito designado por el Juez puede ser sustituido cuando ambas partes así lo soliciten…

.
De las disposiciones legales transcritas, esta Sala puede inferir de la primera disposición, que
el legislador mediante la misma regula las funciones que deben asumir los prácticos que
pudieran acompañar al juzgador en el momento de la evacuación de la prueba de inspección
ocular; y en la segunda, se denota la intención del legislador en regular lo relacionado con los
requisitos que deben cumplir las personas que se pretenda sean nombrados como expertos.
Así las cosas, visto lo que se puede inferir de la denuncia planteada, esta S. debe concluir que
en el presente caso el juez superior no incurre en el vicio de fondo delatado por la
formalizante, ya que la disposición que pretende sea aplicada regula un supuesto de hecho
distinto al que se desprende de las actas, ya que la recurrente quiere hacer valer una norma
que regula lo relacionado con el nombramiento de los expertos en la prueba de experticia,
cuando la prueba promovida por él durante el juicio y admitida por el juez a quo fue la prueba
de inspección ocular.
En tal sentido, en vista de que la disposición por el invocada no tiene cabida en el presente
juicio, por regular un medio probatorio distinto al promovido y evacuado por el juzgado a quo
en el presente juicio, debe señalarse que la recurrida no ha incurrido en la falta de aplicación
de los artículos delatados en la actual denuncia por infracción de ley, razones por las cuales,
la presente denuncia debe declararse improcedente. Así se decide
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana
de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, declara: Por las razones antes expuestas,
el Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de
Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y
por autoridad de la ley, declara: 1) SIN LUGAR el recurso de casación anunciado por la parte
demandada, contra la sentencia dictada en Juzgado Superior en lo Civil, M., del Tránsito y de
Protección de Niño, Niña y Adolescente de la Circunscripción Judicial del estado Yaracuy,
quien conociendo en apelación, dictó sentencia en fecha 14 de mayo de 2008, mediante la
cual declaró: 1) Sin lugar el recurso de apelación interpuesto en fecha 9 de abril de 2007 por el
apoderado judicial del querellado contra la sentencia dictada el 29 de marzo de 207 por el
Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, M. delT. y Agrario de la Circunscripción
Judicial del estado Yaracuy, que declaró con lugar la acción de interdicto por perturbación
intentada por la querellante.
Se condena al recurrente al pago de las costas procesales.
P., regístrese y remítase el expediente al tribunal de la causa, Juzgado Superior en lo Civil, M.,
del Tránsito y de Protección del Niño, Niña y Adolescente de la Circunscripción Judicial del
estado Yaracuy.
P. esta remisión al juzgado superior de origen, ya mencionado.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los nueve (9) días del mes de agosto de dos mil dieciséis.
Años: 206º de la Independencia y 157º de la Federación.
Presidente de la Sala,
____________________________
GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ
Vicepresidente-Ponente,
______________________________________
F.R.V.E.
Magistrada,
__________________________________
M.V.G. ESTABA
Magistrada,
_________________________________
VILMA MARÍA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
Magistrado,
_____________________________
YVÁN DARÍO BASTARDO FLORES
Secretario,
__________________________
C.W. FUENTES
Exp.: Nº AA20-C-2016-000126
Nota: Publicada en su fecha a las
S.,

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