Sunteți pe pagina 1din 25

DISTRIBUCIÓN DE LOS ELEMENTOS QUÍMICOS EN LA TIERRA

La distribución de los elementos químicos en las principales zonas de la Tierra (corteza,


manto, núcleo) depende de la historia remota y de la evolución subsecuente tanto de la
Tierra como del sistema solar. Dado que estos eventos ocurrieron hace largo tiempo y
no hay evidencia directa de lo que en realidad sucedió, hay mucha especulación en la
explicación actual de la distribución de los elementos en las principales zonas de la
Tierra.

Antes de que evolucionara el sistema proto-solar para formar el Sol y los planetas
probablemente fue una gran nube de gas, polvo y alguna otra materia en forma de lente
y girando.

El interior de esta nube, contraída y calentada en un inicio por atracción gravitacional,


elevó su temperatura y presión lo suficiente para iniciar las reacciones nucleares,
generando luz y calor. La materia en los remolinos dentro de las zonas periféricas de la
nube, con el tiempo coalesció y formó los planetas individuales. Porciones de elementos
ligeros más volátiles (como N, C, O e H) escaparon del interior más caliente del sistema
y fueron enriquecidos en los grandes planetas externos menos densos (Júpiter, Saturno,
Urano y Neptuno). Los elementos más pesados, menos volátiles (como Ca, Na, Ng, Al,
Si, K, Fe, Ni y S), tendieron a permanecer cerca del centro del sistema y fueron
enriquecidos en los pequeños planetas internos más densos (Mercurio, Venus, Tierra y
Marte).

Según la hipótesis de una Tierra sin zonas bien delimitadas y el modelo condrítico, la
aleación Ni-Fe formó el núcleo, y las fases remanentes formaron el manto. Al continuar
la fusión habría creado tres líquidos inmiscibles; silicatos, sulfuros y aleaciones. Los
silicatos, sulfuros y otros compuestos remanentes podrían haber formado el manto que
rodea el núcleo.

La nueva capa oceánica, compuesta principalmente de rocas basálticas, daría lugar a los
arrecifes de alta mar (centros de difusión) por medio de una fusión parcial del manto. En
relación con el manto, la corteza basáltica está enriquecida en Si, Al, Ca, Na, K y un
gran número de elementos iónicos litófilos; pero es pobre en Mg, Fe y ciertos metales
de transición (del grupo VIII en particular).

La fusión parcial también ocurrió dentro de la corteza continental, provocando a la


formación y ascenso de magmas comparativamente ricos en elementos del manto, y
pobre en relación con los elementos de las rocas de las que provienen los magmas.
Éstos tienden a moverse hacia arriba con el tiempo, solidificándose en ocasiones y
formando parte de la corteza continental con diversas zonas, una superior (sial),
teniendo una composición granítica, y una inferior (sima), de composición desconocida,
probablemente parecida a la del basalto.

Elementos actínidos. Serie de elementos que comienza con el actinio (número atómico
89) y que incluye el torio, protactinio, uranio y los elementos transuránicos hasta el
laurencio (número atómico 103). Estos elementos tienen gran parecido químico con los
lantánidos, o tierras raras, elementos de números atómicos 57 a 71. Sus números
atómicos, nombres y símbolos químicos son: 89, actinio (Ac), el elemento prototipo,
algunas veces no se incluye como un miembro real de la serie; 90, torio (Th); 91,
protacnio (Pa); 92, uranio (U); 93, neptunio (Np); 94, plutonio (Pu); 95, americio (Am);
96, curio (Cm); 97, berkelio (Bk); 98, californio (Cf); 99, einsteinio (Es); 100, fermio
(Fm); 101, mendelevio (Md); 102, nobelio (No); 103, laurencio (Lr).

A excepción del torio y el uranio, los actínidos no están presentes en la naturaleza en


cantidades apreciables. Los elementos transuránicos se descubrieron e investigaron
como resultado de sus síntesis en reacciones nucleares. Todos son radiactivos, y con
excepción del torio y el uranio, incluso en pequeñas cantidades, deben manejarse con
precauciones especiales.

La mayor parte de los actínidos tienen lo siguiente en común: cationes trivalentes que
forman iones complejos y quelatos orgánicos; los sulfatos, nitratos, halogenuros,
percloratos y sulfuros correspondientes son solubles, mientras que los fluoruros y
oxalatos son insolubles en ácidos.

Elementos metaloácidos. Elementos químicos con los siguientes números atómicos y


nombres: 23, vanadio, V; 41, niobio, Nb; 73, tántalo, Ta; 24, cromo, Cr; 42, molibdeno,
Mo; 74, tungsteno, W; 25, manganeso, Mn; 43, tecnecio, Tc y 75, renio, Re. Estos
elementos son un subgrupo integrante de los grupos V, VI y VII de la tabla periódica,
respectivamente. En estado elemental todos son metales de alta densidad, alto punto de
fusión y baja volatilidad. La clasificación como elementos metaloácidos se refiere al
hecho de que sus óxidos reaccionan con el agua para producir soluciones ligeramente
ácidas, en contraste con el comportamiento más usual de los óxidos de otros metales
que dan soluciones básicas.

Elementos nativos. Elementos que aparecen en la naturaleza sin combinarse con otros.
Además de los gases libres de la atmósfera, existen alrededor de 20 elementos que se
encuentran bajo la forma de minerales en estado nativo. Éstos se dividen en metales,
semi-metales y no metales. El oro, la plata, el cobre y el platino son los más importantes
entre los metales, y cada uno de ellos se ha encontrado en ciertas localidades en forma
lo suficientemente abundante para que se exploten como si fueran minas. Otros metales
menos comunes son los del grupo del platino, plomo, mercurio, tantalio, estaño y zinc.
El hierro nativo se encuentra, en escasas cantidades, lo mismo como hierro terrestre que
como procedente de meteoritos.

Los semi-metales nativos pueden dividirse en: 1) el grupo del arsénico, que incluye al
arsénico, antimonio y bismuto, y 2) el grupo del telurio, que incluye el telurio y el
selenio.

Los no metales nativos son el azufre y el carbón en sus formas de grafito y diamante. El
azufre nativo es la fuente industrial principal de este elemento.

Los metales de las tierras raras tienen gran afinidad por los elementos no metálicos; por
ejemplo, hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno, azufre, fósforo y halogenuros.
Cantidades considerables de las mezclas de metales raros se reducen a metales, como el
"misch metal", y estas aleaciones se utilizan en la industria metalúrgica. Las aleaciones
de cerio y las mezclas de tierras raras se emplean en la manufactura de piedras de
encendedor. Las tierras raras se utilizan también en la industria del petróleo como
catalizador. Granates de itrio y aluminio (YAG) se emplean en el comercio de joyería
como diamantes artificiales.
Los elementos de transición incluyen la mayor parte de los metales de mayor
importancia económica, como el hierro, níquel y zinc, que son relativamente abundantes
por una parte, y, por otra, los metales para acuñación, cobre, plata y oro. También se
incluyen elementos raros y poco conocidos, como el renio y el tecnecio, el cual no se
encuentra en la Tierra en forma natural, aunque sí en pequeñas cantidades como
producto de fisión nuclear.

DISTRIBUCIÓN Y ABUNDANCIA DE LAS SUSTANCIAS QUÍMICAS EN LAS


GEOSFERAS.

Los materiales químicos se distribuyen y forman geosferas que pueden ser sólidas,
liquidas o gaseosas: Litosfera, hidrosfera, atmósfera y biosfera.

Litosfera: llamada también corteza terrestre, su capa mas superficial llamada suelo, esta
conformada principalmente por Silicio (Si) y Aluminio (Al) y su capa más interna está
formada por rocas de (Si) y magnesio (Mg). Se ha establecido que por debajo de esta
hay una zona creciente en hierro (Fe) con una combinación de 0,8% de níquel (Ni).

Hidrosfera: es la parte del planeta conformada por agua y cubre ¾ de la superpie


terrestre, siendo la sustancia más abundante del planeta, en esta se encuentran las sales
como el cloruro de potasio (NaCl) y gases disueltos como el oxigeno y el dióxido de
carbono.

Biosfera: es la parte donde existe la vida, la sustancia principal es el agua y en base a


esto se realizan todos los procesos bioquímicos.

Atmósfera: es la parte gaseosa del planeta, representa el 0,0001 de la masa terrestre,


pero contiene el oxigeno necesario para la vida, el nitrógeno, dióxido de carbono, gases
inertes, polvo, ozono, oxido de azufre, que están distribuidos en las diferentes capas de
este. Troposfera que contiene el 90 % de los gases atmosféricos, luego la estratosfera,
mesosfera, la ionosfera y la exosfera. La sustancias más abundantes son el nitrógeno y
el oxígeno, dióxido de carbono, gases inertes y agua. Estos compuestos se dividen en 2:

Constantes: como el nitrógeno y el oxigeno que nunca varían.

Accidentales: los cuales siempre están presentes, pero cuya cantidad varia según el
lugar y el tiempo, que son dióxido de carbono, polvo, agua y otros como oxido de
azufre.

OJO: Se trata de una gigantesca esfera metálica que tiene un radio de 3.485 km, es decir,
un tamaño semejante al planeta Marte. La densidad varía, de cerca de 9 en el borde exterior a 12
en la parte interna. Está formado principalmente por hierro y níquel, con agregados de cobre,
oxígeno y azufre.

El núcleo externo es líquido, con un radio de 2.300 km. La diferencia con el núcleo interno se
manifiesta por un aumento brusco en la velocidad de las ondas p a una profundidad entre 5.000
y 5.200 km

El núcleo interno tiene un radio de 1.220 km. Se cree que es sólido y tiene una temperatura entre
4.000 y 5.000° C. Es posible que el núcleo interno sea resultado de la cristalización de lo que
fue una masa líquida de mayor magnitud y que continúe este proceso de crecimiento. Su energía
calorífica influye en el manto, en particular en las corrientes de convección. Actualmente se
considera que el núcleo interno posee un movimiento de rotación y es posible que se encuentre
en crecimiento a costa del externo que se reduce.

Muchos científicos creen que hace 4.000 millones de años la Tierra ya tenía un campo
magnético causado por un un núcleo metálico. Su formación marcó la frontera entre el proceso
de consolidación y el enfriamiento de la superficie.

El magnetismo de la Tierra es el resultado de una dinámica, ya que su núcleo de hierro de la


Tierra no es sólido.

Subdivisiones del núcleo

Los datos sísmicos muestran que el núcleo está dividido en dos partes, un núcleo
externo líquido de aproximadamente 2270 km de grosor y un núcleo interno sólido con
un radio de unos 1220 km; ambos están separados por la discontinuidad de Lehmann.

[editar] Núcleo externo

Se cree que el núcleo externo es líquido y está compuesto de hierro mezclado con níquel
y pocos rastros de elementos más ligeros. La mayoría de los científicos cree que la
convección del núcleo externo, combinada con la rotación de dicho núcleo causada por
la rotación de la Tierra (efecto de Coriolis), causan el campo magnético terrestre a
través de un proceso explicado por la hipótesis de la dínamo.

[editar] Núcleo interno

El núcleo interno sólido fue descubierto en 1936 por Inge Lehmann y se cree que está
compuesto principalmente por hierro hasta un 70%, de níquel 20% entre otros metales
pesados como iridio, plomo y titanio; algunos científicos piensan que podría estar en la
forma de un solo cristal de hierro extremadamente duro y pesado que forma una
aleación.3 4 Especulaciones recientes sugieren que la parte más interna del núcleo está
enriquecida por elementos muy pesados, con números atómicos por encima de 55, lo
que incluiría oro, mercurio y uranio.5

El núcleo interno sólido es demasiado caliente como para sostener un campo magnético
permanente (ver temperatura de Curie) pero probablemente actúa como un estabilizador
del campo magnético generado por el núcleo externo líquido.

Evidencias recientes sugieren que el núcleo interno de la Tierra podría rotar ligeramente
más rápido que el resto del planeta.6 En agosto de 2005 un grupo de geofísicos anunció
en la revista Science que, de acuerdo con sus cálculos, el núcleo interno de la Tierra rota
en dirección oeste a este aproximadamente un grado por año más rápido que la rotación
de la superficie; así, el núcleo hace una rotación extra aproximadamente cada 400 años.7

[editar] La geodinamo

El alto contenido en hierro del núcleo, y las propiedades electrónicas del mismo,
permiten las interacciones entre sus átomos de forma que, dado un medio que así lo
permita, los espines de los electrones queden alieados de forma que sus estados de
energía individuales solapan unos con otros creando un campo magnético más potente
que la distribución prorrateada por unidad. En otras palabras, el hierro, al ser estimulado
de forma externa, tiene memoria y puede convertirse en un imán o en su defecto en un
canal que, bajo un estímulo de campo Gauss, pueda ordenarse como un electroimán.

La rotación del núcleo de la tierra, produce la expresión de un campo electromagnético


tal que ha resguardado a la superficie terrestre de las corrientes de plasma solares. Si
trasladamos esta descripción a un laboratorio, observaremos que, si sometemos un metal
como el hierro a un giro sobre sí mismo, este no expresa propiedades magnéticas. El
hierro por sí solo no es un material magnético. Ahora, las altas temperaturas del núcleo,
cercanas a las que se experimentan en la superficie del sol, inducen una liberación
relativa de los orbitales electrónicos de la última capa del átomo de hierro, así como un
solapamiento de los estados cuánticos de los electrones, tales que dan como resultado
un imán dinámico. El giro del interior del núcleo en referencia a esos estados ordenados
de los electrones, proyectan el campo electromagnético de la tierra.

Un cambio en el sentido de giro del hierro fundido en el núcleo, produce un cambio de


polaridad. Los efectos que esto tiene en la tecnología desarrollada por el hombre, en sí
mismo no es relevante. Lo relevante es el periodo de transición en el cambio de
polaridad, dado que la tierra en ese proceso se vería sometida, en el mejor de los casos,
a los pulsos electromágneticos solares. Un pulso EM en sí mismo no es malo para la
vida orgánica en la tierra, pero sí que lo es para la tecnología. Ese pulso generaría
corrientes parásitas en los circuitos eléctricos, de tal intensidad que los integrados
quedarían «chamuscados».

Tal como un contador de energía activa posee un disco que gira por el denominado
efecto de corrientes parásitas de Foucault, y no altera su giro aunque la polaridad
cambie —se usan para medir la potencia activa de corrientes alternas—, los cambios de
polaridad del Sol no afectan al giro del núcleo de la tierra, aunque se cree que, sí
pudiera afectar al giro en sí mismo del núcleo terrestre, tal como la variación del campo
Gauss en un conductor, induce un giro en un disco que sea atravesado de forma
transversal. Si la polaridad del Sol no fuese alterna, quizás el núcleo de la tierra no fuese
rotatorio o su rotación se expresara con condiciones distintas.

 EL HIERRO EN EL NÚCLEO DE LA TIERRA: Que el núcleo terrestre sea


hierro es solo una hipótesis, incluso hay teorías que dicen que es una mezcla de
hierro níquel, pero ya sea hierro o níquel la importancia de este núcleo metálico
es que genera el campo magnético terrestre, la principal importancia del campo
magnético es que todas las partículas cargadas eléctricamente que llegan del
espacio (partículas ionizadas) quedan atrapadas en este campo y no ocasionan
alteraciones a nivel biológico en el ADN, otras de las virtudes del campo
magnético terrestre es que permite la orientación de las brújulas y se cree que los
animales migratorios también se valen de este campo para orientarse, también
funciona como un espejo para las comunicaciones a través de ondas
electromagnéticas reflejándolas de nuevo a la tierra y así pueden salvar la
curvatura de la tierra
 El campo magnético al centro de la Tierra
Dentro de nuestro planeta hay un núcleo de hierro tan grande como la luna,
y es el que produce nuestro campo magnético. ¿Pero como se puede conocer
acerca de este? ¿Tendría acaso que construirse un túnel hasta el centro de
la tierra, como lo hizo el héroe de Julio Verne en su famoso libro? O ¿Hay
otras formas más científicas de encontrar una respuesta?
El núcleo de la Tierra es tan remoto y misterioso como cualquier cosa en el
Sistema Solar, con presiones de más o menos 300 millones de veces más altas
que las que existen en la superficie y con temperaturas que alcanzan los 6000ºC,
la misma de la superficie del Sol. Aun cuando el núcleo es de un material
conocido (hierro), bajo estas extraordinarias condiciones se comporta de una
forma no familiar y difícil de detectar. Sin embargo, durante los últimos años los
investigadores han logrado entender muchísimo acerca de este misterioso
planeta ubicado dentro de otro planeta, como es la Tierra. Ahora el desafío está
en los detalles: ¿Cómo se genera el campo magnético? ¿Cómo nos podemos
explicar el hecho que de tiempo en tiempo la polaridad del campo magnético se
revierte? Y si como los geólogos ahora creen que el núcleo de la Tierra tiene una
capa interna y una capa externa, ¿Cómo interactúan las dos con las capas rocosas
fuera de ellas?

El núcleo se originó cuando la Tierra se formó a partir del disco de gas y polvo
que giraba alrededor del sol, al igual que los otros planetas. La gravedad atrajo
partículas de polvo que se aglomeraron, chocándose unas con otras y creciendo
cada vez en mayor volumen. En la medida que el intenso calor generado con las
colisiones derritió las masas, metales densos como el hierro se concentró para
formar el núcleo. La Tierra creció lentamente y su núcleo de hierro se acumuló
muy temprano, ya en los inicios de la historia del planeta. La temperatura, junto
con la presión del peso de las capas externas de roca, mantuvo el núcleo de
hierro en estado fluido, arremolinándose en constante movimiento, guiado por la
rotación de la Tierra y por convección, mientras que el cuerpo comenzaba a
enfriarse. El flujo de este líquido conductor comenzó en el núcleo de nuestro
planeta la generación de un campo magnético.

¿Pero cómo hemos podido conocer de la existencia de ese núcleo, cuán grande
es y de qué exactamente está hecho? En realidad son muy pocas las evidencias
directas que nos puedan ayudar a contestar estas preguntas. Todo lo conocido se
ha deducido por razonamientos y evidencias indirectas. Para comenzar, sabemos
que la Tierra está hecha más o menos del mismo material que los otros planetas,
que el sol, y lo que es muy importante, de los meteoritos. Midiendo la
proporción de elementos en la Tierra y en estos otros cuerpos, nos informamos
de cuán abundantes fueron estos elementos en las nubes de gas primitivo, que
más tarde se condensaron para formar el Sistema Solar. Los meteoritos son
fragmentos de cuerpos planetarios que se juntaron cuando se formó el Sistema
Solar. Algunos meteoritos están constituidos por rocas; algunos de hierro y
algunos son una mezcla de ambos. De esto se pueden deducir dos importantes
cosas. Primero, la importancia del hierro en la composición promedio del
Sistema Solar. Y porque algunos meteoritos están hechos sólo de hierro y
aleaciones de hierro con otros metales, como el níquel, podemos también
deducir que los cuerpos planetarios, muy precozmente en su vida ya formaban
cuerpos metálicos.
La masa de la Tierra es aun otro importante indicio. Issac Newton describió que
la fuerza de la atracción gravitacional entre dos cuerpos depende de su masa y su
separación. Medidas suficientemente acuciosas de la atracción entre diferentes
masas y la Tierra indican indirectamente la masa de la Tierra. Por otra parte,
Newton estableció que la masa de los planetas determina su distancia del Sol;
estas relaciones y la órbita de los satélites también nos dan estimaciones de la
masa de la Tierra.

Cuando ya se conoce la masa de la Tierra se puede comenzar a trabajar para


saber de qué está hecha. Los continentes están hechos de "silicatos", minerales
relativamente livianos, conteniendo silicon, oxígeno, aluminio, calcio, y así en
adelante, esencialmente en la forma de "granito". En el hecho estas rocas son
menos densas que la densidad promedio del mismo planeta Tierra, como
también es el material "basáltico" del "manto" (la capa sobre la costra). El
núcleo tiene que estar hecho entonces de elementos más pesados, y el más
comúnmente conocido es el hierro. En base a estos razonamientos y evidencias
indirectas, los científicos han establecido la densidad del núcleo, y de los
cálculos se deduce que está hecho de hierro, quizás con un pequeño porcentaje
de azufre y oxígeno.

De este modo debe haber mucho hierro en el centro de la Tierra, pero ¿Cómo
sabemos que él forma un núcleo distinto y cómo sería este núcleo? Aquí también
la información disponible es indirecta. Desde el siglo pasado los científicos ya
saben que la Tierra está formada por capas. Los sismólogos han estudiado la
forma en que se transmite la energía en los terremotos, y ello ha proporcionado
valiosa información acerca de su constitución interna. En un terremoto se
generan dos tipos de ondas elásticas que transmiten la energía a través del
mundo. a.- Las ondas de presión, llamadas ondas "P", que son ondas de
compresión como las ondas del sonido en el aire, en las cuales el aumento o
disminución en la presión se transmite en la dirección de la onda, y b.- Las
ondas tipo cizalla (Shear Waves), conocidas como ondas "S" en que el
movimiento generado es transverso, y producen stress de cizalla (las ondas S se
producen cuando la fuerza se aplica en un sentido y la onda resultante se
propaga en una dirección distinta, generalmente transversal).

Cuando ocurre un terremoto, las ondas sísmicas se producen en secuencias y se


esparcen desde el epicentro del terremoto a través del planeta. Dentro de la
Tierra, las ondas P y S se comportan como otras ondas, doblándose y rebotando
cuando cambian las propiedades de las rocas a través de las cuales van pasando.
La reflexión y la refracción de ellas, revela los cambios significativos en las
propiedades físicas de la roca, cambios más simplemente relacionados al
contraste en densidad.

Los cambios que se producen en las ondas sísmicas reflectadas de diferentes


límites, pueden informarnos acerca de las propiedades de los materiales
profundos en la Tierra. Estas informaciones les ha permitido a los sismólogos
construir modelos sofisticados de las capas de la Tierra. Para ello buscan
detectar ondas que pasan a través de diferentes capas en la Tierra. Así por
ejemplo, para saber acerca del límite entre el núcleo y el manto se necesitan
grandes terremotos y una red de sismómetros puestos en un arco entre 105º y
142º, lejos del epicentro del terremoto. Esta es la región en la cual los
sismólogos encuentran una sombra, la zona de la Tierra donde las ondas S no se
transmiten. Esta sombra no aparece con las ondas P. La diferencia entre las dos
es significativa: las ondas S no viajan a través de líquidos, los fluidos no pueden
soportar el stress de cizalla. Se deduce entonces que la zona sombreada
corresponde al "núcleo externo", con un radio de 2900 kilómetros. De ello
también se deduce que el núcleo externo debe ser líquido.

De adentro hacia afuera


El núcleo de la Tierra siempre está creciendo

En 1936 el sismólogo danés, Inge Lehmann, para explicar algunas energías


sísmicas que él había detectado en la zona sombreada, sugirió que también
debería existir un "núcleo interno". Las observaciones sugerían que el núcleo
interno era sólido y tenía un radio de 1400 kilómetros. La densidad del núcleo
interno es difícil de establecer, pero probablemente está en un rango de 0.25-1
gramo/centímetro. Parece extraño tener un núcleo interno sólido y más caliente,
rodeado por un núcleo externo más frío, fundido, pero esta es la forma en que se
comporta el hierro bajo esas grandes presiones. En esta forma inusual el núcleo
se va solidificando desde dentro hacia afuera por el efecto de la muy alta
presión. Mejores estimaciones sugieren que el núcleo interno está creciendo en
unos pocos metros cúbicos por segundo y que se comenzó a solidificar hace
aproximadamente 2000 años. Antes de esto, la Tierra tenía un núcleo
completamente líquido.

En la medida que los sismólogos comenzaron a estudiar el núcleo en mayor


detalle, se dieron cuenta que iban a necesitar muchos datos de terremotos para
lograr observaciones más confiables a esta gran profundidad. Se requiere de
tanta descripción como sea posible para obtener la máxima información acerca
de cómo las ondas sísmicas cambian cuando interactúan con diferentes bordes
entre diferentes capas de rocas. Para esto los sismólogos usan instrumentos
llamados "sismómetros de onda ancha", que pueden registrar las vibraciones
provenientes de un terremoto a través de una muy ancha banda de frecuencia.
Claro que también necesitan de fuertes terremotos que generen ondas. En un
principio los sismólogos estuvieron usando los efectos de las explosiones
nucleares soviéticas, pero ahora prefieren ubicarse en lugares donde natural y
frecuentemente ocurren grandes terremotos. Terremotos moderados y frecuentes
suceden en las "zonas de subducción", donde las placas terrestres convergen y se
superponen unas sobre otras (Formación de la Tierra) .

Los sismólogos han instalado una red de instrumentos sensibles en los lugares
donde ellos esperan captar reflexiones del núcleo. Hay un gran cambio en las
propiedades físicas en los bordes del núcleo, algo como los cambios que suceden
en la superficie de la Tierra en relación a las rocas con el aire. Pero en este caso
el cambio es de la roca sólida del manto profundo al hierro líquido del núcleo
externo.

En el núcleo externo es donde se genera el campo magnético de la Tierra por un


mecanismo conocido como "geodinamo". El flujo de este material conductor es
suficiente para reforzar y mantener el campo magnético existente, proceso
conocido como "dinamo autosostenible". El estudio de este sistema es el objeto
del desarrollo de muchos modelos teóricos, que usan ecuaciones que
comprometen la dinámica de fluidos, el magnetismo y otras propiedades del
líquido en el núcleo.

Este tema " magneto hidrodinámico" ha conducido a muchos modelos en los que
se estudia cómo se genera el campo magnético en la Tierra. Para que encaje el
modelo tienen que coincidir ciertas características. Todos los modelos tienen que
producir un campo que es simétrico. Tiene que ser generado por un flujo del
hierro en el núcleo externo. Los modelos tienen también que permitir una
polaridad reversa, ya que el campo de la Tierra a menudo ha cambiado en el
pasado. Durante un período de reversión de la polaridad, la aguja del compás
que estaba marcando en un punto hacia el campo del Polo Norte Magnético,
podría marcar sur. Este estado es tan estable y normal como un período de
polaridad normal, de modo que cualquier modelo tiene que considerar la
reversión de la polaridad y todavía verse como lo mismo. También tiene que ser
capaz de permutar rápido, geológicamente hablando: estimaciones de los datos
obtenidos de las rocas, sugieren que la reversión toma unos miles de años para
cambiar el campo.

Los modelos que llenan estas demandas tienden a consistir en redes cilíndricas
arremolinadas, alineadas paralelamente al eje de la Tierra, como un mazo de
tubos de drenaje circundadas a su alrededor como una pelota de playa (fig. 4).
Los patterns del flujo es complejo, pero pueden existir en una forma que
produce un campo magnético como el de la Tierra.

Encontrando el campo magnético


Sedimentos, barcos y satélites

La modelación del geodinamo se ve dificultada por el hecho de que hay muy


pocos datos útiles de cómo se ve el campo magnético de la Tierra. Hoy día el
cuadro que arman los científicos del mismo, lo logran juntando medidas
tomadas de lugares escaneados sobre la superficie misma de la Tierra o de
medidas tomadas desde aviones o satélites. Los instrumentos llamados
"magnetómetros" miden la fuerza del campo en diferentes localidades. Una vez
eliminados los efectos de diferentes minerales en las rocas, los resultados
pueden combinarse logrando una primera aproximación del campo magnético en
un tiempo determinado. Algunos satélites se han equipado como para medir la
fuerza desde sus órbitas, dando un cuadro global del mundo. Es así como el
Magsad hizo esto en el año 1980, midiendo los vectores del campo magnético.
Ahora el satélite Oersted está haciendo lo mismo, de modo que pronto se
tendrán dos mapas con una diferencia de 20 años.

La información de cómo ha cambiado el campo magnético se obtiene del


magnetismo que se ha preservado en las rocas cuando ellas se formaron. La lava
contiene minerales de hierro en la dirección que tenía el campo magnético
cuando ellas se solidificaron, como también lo hacen las rocas sedimentarias
mantenidas juntas por minerales que contienen hierro. Se obtiene así datos de
suficientes rocas en distintas partes del mundo, con lo que es posible construir
un pattern de campos en diferentes etapas, por cientos o miles de años (figura 3).
Estas mismas lecturas también se emplean para hacer mapas de las posiciones de
los continentes en tiempos muy distantes.

Pero si bien es cierto que los sismólogos han logrado mapas del campo
magnético actual y un récord de cómo ha cambiado en miles de años en el
pasado (figura 2), existe un vacío con muy poca información entre los tiempos
transcurridos. Así por ejemplo, existe muy poca información de cómo ha
cambiado el campo magnético en períodos de siglos. De existir esta
información, ayudaría mucho a los modeladores para refinar sus modelos. Pero
mirando datos históricos de los navegantes, es una forma de remediar esta
deficiencia.

Es así como desde cuando las naciones europeas comenzaron las exploraciones
en sus barcos a lo ancho del mundo han usado compases y registrado sus
lecturas en sus bitácoras. En el siglo XVIII los navegantes medían
cuidadosamente la dirección del norte magnético (o sur) y el correspondiente
polo geográfico determinado por la navegación celeste. Conociendo la
"declinación magnética local" les ayudaba a deducir la posición del barco y
corregir la dirección del compás en el campo magnético local.

A los geofísicos de hoy se les hace difícil interpretar las secuencias de las
lecturas magnéticas de aquellos tiempos por la falta de una acuciosa
determinación de la posición del barco. Muy a menudo la latitud registrada en la
bitácora divergía por pocos grados, una vez que el barco veía tierra y reconocía
su posición exacta por otros medios. Fue a comienzos del siglo XVII, antes de
las navegaciones acuciosas, cuando el carpintero inglés John Harrison y un
número de científicos se esforzaron para desarrollar un cronómetro marino que
mantuviera el tiempo acuciosamente durante los largos períodos en mares
tempestuosos, lo que le permitiría medir la longitud. Sin embargo con todas sus
inexactitudes, las exploraciones y los viajes comerciales (por ejemplo los barcos
de la East India Company), constituyen un tesoro para los geomagnetistas.
Confían que con la información de los viajes pueda ser posible construir una
base de datos en el período transcurrido entre los años 1600 a 1900.

Esta información va a ayudar a los investigadores en su modelo de campo


magnético. El campo hoy día. Así por ejemplo, el campo magnético de hoy día
es claramente no exacto como el de una barra magneto: no hay cambios simples
en la polaridad del Ecuador. En cambio, el campo magnético tiene lóbulos en los
campos al norte y al sur, y áreas más fuertes y menos fuertes. El desafío para los
modeladores es reproducir todo el pattern norte-sur y llenar los detalles.

Atrás y adelante
¿Cómo cambia el campo?

El conocimiento del comportamiento del geodinamo durante las "reversiones"


del campo magnético de la Tierra ha entregado buenas pistas sobre su origen.
Cada pocos miles de años el campo magnético revierte, sin que la fuerza del
campo caiga a cero. El pattern es irregular e incluye, entre estas reversiones,
episodios en los cuales los polos magnéticos se alejan de su posición usual y
luego vuelven. Estas han sido llamadas "excursiones". Métodos más precisos
para obtener datos de las rocas han revelado un pattern también más preciso de
los cambios, mostrando que por cada millón de años, observándose que durante
este período las reversiones suceden dos o tres veces y que entre medio, las
excursiones están sucediendo más frecuentemente, teniendo duraciones que
oscilan entre 5000 y 10.000 años.

Los geomagnetistas han sugerido que esto se produce por diferentes propiedades
del núcleo interno y externo. El núcleo externo líquido puede revertir su
polaridad de campo relativamente rápido, porque flota como un líquido. Así por
ejemplo, toma 500 años para que por convección dé la vuelta del campo
completamente. El núcleo interno es sólido y cualquier cambio en la polaridad
de su campo sucede mucho más lentamente y está limitado por el ritmo de
difusión a través del hierro sólido. Así la teoría señala que las excursiones
suceden cuando el núcleo externo revierte, mientras la reversión no sucede, a
menos que también revierta el núcleo interno. Sin embargo, no todos los
geofísicos están de acuerdo con esta idea.

Lo que los geofísicos no han logrado este año, es el modelo para explicarse el
trabajo del dinamo autosostenible. Es así como diversos grupos de
investigadores han logrado modelos de laboratorio que generan y mantienen un
campo magnético como resultado de flujo de fluidos conductores. Los modelos
no tratan de recrear las condiciones del núcleo de la Tierra: la presión y las
temperaturas son demasiado extremas. Lo que en cambio han hecho, es
encontrar un material que se comporta como lo hace el hierro en el núcleo, lo
que lo hace posible de imitar, y en condiciones considerablemente más rápidas.
La clave para imitar los importantes aspectos del "geodinamo" es encontrar un
fluido en el cual se mueva el campo magnético y genere una corriente eléctrica,
antes que la corriente eléctrica muera por la resistencia del fluido. Este balance
se mide por el "número Reynold" magnético, que debe estar sobre un valor
crítico para hacer autosostenible el dinamo. Desde este punto de vista, un buen
material es el sodio líquido: es un excelente conductor y tiene un número
magnético Reinold lo suficientemente alto. Pero el sodio no es un material
promisorio desde el punto de vista del experimentador: el sodio líquido se
quema fácilmente en el aire y explota en el agua. Aun pequeños trozos son
peligrosos. La forma líquida es muy reactiva y los experimentos requieren de
tanques de un metro o más. Sin embargo los experimentadores, en formas
diferentes, han logrado modelos que funcionan, con bombas y hélices que
mueven el líquido como corrientes de convección como las que habría en el
núcleo. Logran producir campos magnéticos que crecen desde pequeños campos
de comienzo y que son capaces de mantenerse a sí mismos funcionando. Aparte
de ser esto un avance en sí mismo, también es útil para los teóricos que tienen
que desarrollar complicados cálculos en un esfuerzo para lograr explicar el
origen del campo magnético de la Tierra.

También hay trabajos experimentales que han permitido definir la forma del
núcleo interno de la Tierra: se trata de hierro cristalino. Investigadores del
Carnegie Institution en Washington DC y en otras partes, han construido
"células diamante yunque". Estas células pueden ejercer presiones hasta 300
gigapascas, concentrando una fuerza relativamente modesta en una pequeña
área, entre dos caras de diamante. Ellos ponen el material, digamos hierro, en la
célula diamante y luego someten todo a presión y temperaturas como las que
habrían existido en las profundidades de la Tierra, y ven qué ocurre en el
material. La ventaja de la célula diamante, es que el investigador puede usar
rayos X para observarla, y en particular hacer medidas mientras el material se
encuentra a alta presión y alta temperatura. Con este método los investigadores
han deducido algunas estructuras del cristal de hierro puesto en condiciones
extremas. La célula diamante incluso ha mostrado que el hidrógeno llega a
reorganizarse y asume la estructura de un metal a las temperaturas que existen
en el núcleo de los planetas gigantes gaseosos, como es el caso de Júpiter.
Algunas clases de convecciones en este inusual estado del hidrógeno pueden
explicar el campo magnético de estos planetas gaseosos gigantes, que no
contienen suficiente cantidad de hierro como tiene el núcleo de la Tierra.

Una propiedad de los cristales, muy familiar para los geólogos, es que estos
transmiten la luz a diferentes velocidades en diferentes direcciones. Ellos se
conocen como "cristales anisotrópicos" (los minerales isotrópicos no tienen esta
propiedad). Bajo el microscopio, los geólogos pueden usar estas diferencias para
identificar la orientación del cristal. Este método se ha usado también para
estudiar el núcleo interno. Razonando que el núcleo es cristalino y anisotrópico,
los geólogos piensan que podría ser posible encontrar la orientación del cristal
formado.

Las ondas sísmicas que pasan a través del núcleo interno viajarían a diferente
velocidad, dependiendo de la orientación de los cristales. Los sismólogos que
determinan la velocidad a la cual se transmiten las ondas a través del núcleo
interno, han tenido una sorpresa: la velocidad ha cambiado en una cantidad
significante en una década o más. Las determinaciones se realizaron con los
mismos instrumentos usando la energía de los terremotos en la misma zona de
subdicción. Pero parece que las ondas han viajado a través de diferentes partes
del núcleo interno. La conclusión es que el núcleo interno está rotando a
diferente velocidad que el resto de la Tierra.

Este fue un shock. Los investigadores calcularon que el núcleo interno se estaba
comportando como un gran cristal, con una dirección rápida inclinada más o
menos en 10º en relación al eje de la Tierra. Entre sus dos resultados la dirección
rápida ha rotado más lejos y las ondas sísmicas se movieron más lentamente a
través del núcleo interno. Esto sugiere que el núcleo interno está rotando unos
pocos grados más rápido cada año con relación al resto del planeta (El núcleo de
la Tierra está rotando) . Pero no todo el mundo está de acuerdo: hay muchos
problemas con el núcleo interno moviéndose a diferente velocidad que el resto
del planeta. Lo que está claro es que estas observaciones han incrementado los
deseos de investigación en esta área. Con todo, los resultados no son definitivos,
ya que otros estudios sugieren que el núcleo interno está rotando más lentamente
que el planeta o a la misma velocidad.

Lo que es cierto es que esta enigmática parte de nuestro planeta hogar, está
rápidamente llegando a ser mejor conocido y un poco menos misterioso.

* Sue Bowler es editor de "Astronomy & Geophysics, la revista del Royal


Astronomical Society en Otley, West Yorkshire y la Universidad de Leeds.


 Espacio interior y espacio exterior: los núcleos de otros planetas

La Tierra no es el único planeta que tiene núcleo. Las masas de los planetas
rocosos (Marte, Venus y Mercurio) y sus órbitas, demuestran que ellos también
tienen núcleos densos, que con toda seguridad están formados por hierro. La
nave de la NASA, Mars Global Surveyor ha encontrado bandas de rocas
magnetizadas en dirección alterna. Este pattern se encuentra también en las rocas
de las crestas oceánicas de la Tierra, cuando la lava se acumulaba durante miles
de años con un campo magnético que estaba periódicamente cambiando de
dirección. Esto es un signo que sugiere que de tiempo en tiempo el planeta
Marte revierte su campo magnético.

Júpiter, la Tierra, Mercurio y Saturno tienen campos magnéticos que se esparcen


lejos de los planetas para formar la magnetósfera, porque ellos tienen un núcleo
de líquido conductor. Mercurio está cerca del Sol, y por lo tanto no se ha
enfriado tanto como Marte o Venus. Júpiter y Saturno tienen campos magnéticos
que se originan en su núcleo, que probablemente está constituido por hidrógeno.
Las altas fuerzas de presión colocan los átomos en estrecho contacto,
convirtiéndolo en una estructura metálica conductora que puede fluir. Esto
puede generar el fuerte campo alrededor de Júpiter, que tiene una magnetósfera
que se extiende hasta 1.600.000 kilómetros fuera del planeta, lo que significa un
volumen más grande que el Sol.

La sonda galileo de NASA ha estado analizando a Júpiter y sus lunas durante


cinco años y ha descubierto cuán fuerte es el campo magnético de Júpiter que
dirige polvo de sus volcanes a Io dentro del Sistema Solar. También ha
descubierto que la mayor luna de Júpiter, Ganymede, tiene su propio campo
magnético, probablemente proveniente de un núcleo fundido.

Uno de los más espectaculares resultados de los campos magnéticos planetarios


es el desarrollo de las auroras cerca de los polos. El campo magnético actúa
como un escudo en el espacio, deflectando el viento solar y el flujo de partículas
cargadas que provienen del Sol. Pero la protección no es perfecta y algunos de
los vientos solares penetran la ionósfera alrededor de los polos. El cambio de la
luz coloreada de la aurora resulta de estas alteraciones.
EL NÚCLEO DE LA TIERRA - GEOLOGÍA Y ASTRONOMÍA

El núcleo de la Tierra es su esfera central, parte del conjunto


de capas que forman el planeta.

La densidad media de la Tierra es de 5.515 kg/m3, la mayor del Sistema Solar. Dado que
la densidad media de los materiales de la superficie es sólo de aproximadamente 3.000
kg/m3, deben existir materiales más densos en el núcleo de nuestro planeta. La
sismología nos aporta otras evidencias de la alta densidad del núcleo. Durante la
formación del planeta, hace unos 4.500 millones de años, la gravedad hizo que las
sustancias más densas se hundieran hacia el centro, mientras que los materiales ligeros
flotaron hacia la corteza, un proceso denominado diferenciación planetaria. A causa de
esto, el núcleo terrestre está compuesto en su mayor parte de hierro (80%), junto con
níquel y varios elementos ligeros; otros elementos químicos densos, como el plomo o el
uranio, son o bien demasiado raros en la Tierra o propensos a combinación química con
elementos más ligeros, y por tanto permanecen en la superficie.

Las mediciones sísmicas muestran que el núcleo está dividido en dos partes, un núcleo
interno sólido con un radio de alrededor de 1.220 km y un núcleo externo líquido que se
extiende más allá de éste a un radio de alrededor de 3.400 km. El núcleo interno sólido
fue descubierto en 1936 por Inge Lehmann y se cree que está compuesto principalmente
por hierro y algo de níquel. Algunos científicos piensan que el núcleo podría estar en la
forma de un solo cristal de hierro. Se cree que el núcleo externo líquido está compuesto
de hierro mezclado con níquel y pocos rastros de elementos más ligeros. Especulaciones
recientes sugieren que la parte más interna del núcleo está enriquecida por elementos
muy pesados, con números atómicos por encima de 55, esto incluiría oro, mercurio y
uranio.

La mayoría de los científicos cree que la convección del núcleo externo, combinada con
la rotación de dicho núcleo causada por la rotación de la Tierra (ver: efecto de Coriolis),
causan el campo magnético terrestre a través de un proceso explicado por la hipótesis de
la dínamo. El núcleo interno sólido es demasiado caliente como para sostener un campo
magnético permanente (ver Temperatura de Curie) pero probablemente actúa como un
estabilizador del campo magnético generado por el núcleo externo líquido.

Evidencias recientes sugieren que el núcleo interno de la Tierra podría rotar ligeramente
más rápido que el resto del planeta. En agosto del 2005 un grupo de geofísicos anunció
la revista Science de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (American
Association for the Advancement of Science, AAAS) que, de acuerdo a sus cálculos, el
núcleo interno de la Tierra rota aproximadamente de 0.3 a 0.5 grados por año más
rápido que la rotación de la superficie.
La actual explicación científica de la temperatura gradiente de la Tierra dice que ésta es
una combinación del calor que sobra de la formación de la Tierra, los elementos
radiactivos, y la disminución de la temperatura del núcleo interno. Otras teorías
incluyen la teoría del georeactor.

También llamado NIFE en este esta dividido en dos partes, nucleo interno y externo.
Nucleo interno: estado sólido, composición: hierro y niquel,
temperatura:aproximadamente de 5000ºC, grosor: entre 6371 y 5100 km. Nucleo
externo: estado líquido, también compuesto por hierro y niquel pero esta a
aproximadamente de 4000 ºC y su grosor se halla entre 5100 y 2900 km.

EL NUCLEO

La densidad media de la Tierra es 5515 kg/m3. Esta cifra lo convierte en el planeta más
denso del sistema solar. Si consideramos que la densidad media de la corteza es
aproximadamente 3000 kg/m3, debemos asumir que en el núcleo terrestre debe estar
compuesto de materiales más densos. Los estudios sismológicos han aportado más
evidencias sobre la densidad del núcleo. En sus primeras fases, hace unos 4,500
millones (4.5×109) de años, los materiales más densos, derretidos, se habrían hundido
hacia el núcleo en un proceso llamado diferenciación planetaria, mientras que otros
menos densos habrían migrado hacia la corteza. Como resultado de este proceso, el
núcleo está compuesto ampliamente de hierro (Fe)(80%), junto con níquel (Ni) y varios
elementos más ligeros. Otros elementos más densos, como el plomo (Pb) o el uranio (U)
son muy raros, o permanecieron en la superficie unidos a otros elementos más ligeros
(ver materiales félsicos) Diversas mediciones sísmicas muestran que el núcleo está
compuesto de dos partes, una interna sólida de 1220 km de radio y una capa externa,
semisólida que llega hasta los 3400 km. El núcleo interno sólido fue descubierto en
1936 por Inge Lehmann y se cree de forma más o menos unánime que está compuesto
de Hierro (Fe) con algo de Níquel (Ni). Algunos científicos creen que el núcleo interno
podría estar en forma de un cristal de hierro. El núcleo externo rodea al interno y se cree
que está compuesto por una mezcla de Hierro (Fe), Niquel (Ni) y otros elementos más
ligeros. Recientes propuestas sugieren que la parte más interna del núcleo podría estar
enriquecida con elementos muy pesados, con mayor número atómico que el cesio
(Cs)(trans-Cesio, elementos con número atómico mayor de 55). Esto incluiría Oro (Au),
Mercurio (Hg) y Uranio (U). Es generalmente aceptado que los movimientos de
convección en el núcleo externo, combinados con el movimiento provocado por la
rotación terrestre (ver efecto Coriolis), son responsables del campo magnético terrestre,
mediante un proceso descrito por la Teoría de la dinamo. El núcleo interno está
demasiado caliente para mantener un campo magnético permanente (ver Temperatura
de Curie) pero probablemente estabilice el creado por el núcleo externo. Pruebas
recientes sugieren que el núcleo interno podría rotar ligeramente más rápido que el resto
del planeta. En Agosto de 2005 un grupo de geofísicos publicaron, en la revista Science,
que, de acuerdo con sus cálculos, el núcleo interno rota aproximadamente entre 0.3 y
0.5 grados más al año que la corteza.Las últimas teorías científicas explican el gradiente
de temperatura de la Tierra como una combinación del calor remanente de la formación
del planeta, calor producido por la desintegración de elementos radiactivos y el
enfriamiento del núcleo interno.

EL MANTO
El manto terrestre se extiende hasta una profundidad de 2890 km, lo que le convierte en
la capa más grande del planeta. La presión, en la parte inferior del manto, es de ~140 G
Pa (1.4 M atm). El manto está compuesto por rocas silícias, más ricas en hierro y
magnesio que la corteza. Las grandes temperaturas hacen que los materiales silícios
sean lo suficientemente dúctiles como para fluir, aunque en escalas temporales muy
grandes. La convección del manto es responsable en la superficie del movimiento de las
placas tectónicas. Como el punto de fusión y la viscosidad de una sustancia dependen de
la presión a la que esté sometida, la parte inferior del manto se mueve con mayor
dificultad que el manto superior, aunque también los cambios químicos pueden tener
importancia en este fenómeno. La viscosidad del manto varía entre 1021 y 1024 Pa·s.
Como comparación, la viscosidad del agua es aproximadamente 10-3 Pa.s, lo que ilustra
la lentitud con la que se mueve el manto.

¿Por qué es sólido el núcleo interno, líquido el externo, y semisólido el manto? La


respuesta depende tanto de los puntos de fusión de las diferentes capas (núcleo de
hierro-níquel, manto, y corteza de silicatos) como del incremento de la temperatura y
presión conforme nos movemos hacia el centro de la Tierra. En la superficie, tanto las
aleaciones de hierro-níquel como los silicatos están suficientemente fríos como para ser
sólidos. En el manto superior, los silicatos son normalmente sólidos (aunque hay puntos
locales donde están derretidos), pero como están bajo condiciones de alta temperatura y
relativamente poca presión, las rocas en el manto superior tienen una viscosidad
relativamente baja. En contraste, el manto inferior está sometido a una presión, lo que
hace que tenga una mayor viscosidad en comparación con el manto superior. El núcleo
externo, formado por hierro y níquel, es líquido a pesar de la presión porque tiene un
punto de fusión menor que los silicatos del manto. El núcleo interno, por su parte, es
sólido debido a la enorme presión que hay en el centro del planeta.

LA CORTEZA

La corteza terrestre tiene entre 5 y 70 km de grosor. Donde la tierra se encuentra


hundida y cubierta por la hidrosfera es llamada corteza oceánica, compuesta por densas
rocas máficas de silicatos de hierro y magnesio, y que se encuentra en las cuencas
oceánicas.Es llamada corteza continental a zonas en donde emerge la tierra , que es
menos densa y se compone de rocas félsicas de silicatos de sodio, potasio y aluminio.
La frontera entre corteza y manto se manifiesta en dos fenómenos físicos. En primer
lugar, hay una discontinuidad en la velocidad sísmica, que se conoce como la
"Discontinuidad de Mohorovicic", o Moho. Se cree que este fenómeno es debido a un
cambio en la composición de las rocas, de unas que contienen feldespatos plagioclásicos
(situadas en la parte superior) a otras que no poseen feldespatos (en la parte inferior). En
segundo lugar, existe una discontinuidad química entre cúmulos ultramáficos y
tectonized harzburgites, que se ha observado en partes profundas de la corteza oceánica
que han sido obducidas dentro de la corteza continental y conservadas como secuencias
ofiolíticas. tambien la corteza es una de las partes en las que vivimos.

Fdo. Cristobal Aguilar.

El estudio de los terremotos ha permitido definir el


interior de la Tierra y distinguir tres capas principales,
desde la superficie avanzando en profundidad, en
función de la velocidad de propagación de las ondas sísmicas. Dichas capas, apreciables en un corte
transversal, son: corteza, manto y núcleo. También la información que nos proporcionan los meteoritos
puede ser de gran utilidad para conocer la composición de los materiales del interior de la Tierra.

Los métodos de datación sitúan la edad de algunos meteoritos en unos 4500 millones de años coincidente
con la edad de la tierra. Se cree que la composición de muchos meteoritos es idéntica a la de algunas
capas del interior terrestre. (foto arriba: cráter en Arizona por el impacto de un un meteorito, tiene
aproximadamente 1,5 Km. de diámetro, y se cree que su masa era de 300.000 ton. y viajaba a una
velocidad de 60.000 Km/h.)

La corteza

Con el nombre de corteza se designa la zona de la Tierra sólida situada en


posición más superficial, en contacto directo con la atmósfera, la
hidrosfera y la biosfera. La corteza terrestre presenta dos variedades:
corteza oceánica y corteza continental.

La corteza oceánica

La corteza oceánica tiene un grosor aproximado de 10 km; no obstante,


esta cifra decrece notablemente en determinados puntos del planeta, como
en el rift valley, en el área central de las dorsales oceánicas, donde alcanza
un valor prácticamente equivalente a O. En dicha zona, el magma
procedente del manto aflora directamente. En la corteza oceánica se
pueden distinguir diversas capas. Los sedimentos que forman la primera
tienen un espesor situado entre 0 y 4 km; la velocidad media de
propagación de las ondas sísmicas alcanza los 2 km/s.

A continuación se localiza una franja de basaltos metamorfizados que presentan entre 1,5 y 2 km de
grosor; la velocidad de las ondas es en este punto de 5 km/s. La tercera capa de la corteza oceánica,
formada por gabros metamorfizados, mide aproximadamente 5 km; en ella, la velocidad media queda
comprendida entre 6,7 y 7 km/s. Cabe mencionar una última parte, donde se registra la máxima velocidad
(8 km/s); está constituida por rocas ultra básicas cuyo espesor ronda el medio kilómetro.

La corteza continental

Con un espesor medio de 35 km, la corteza continental incrementa notablemente este valor por debajo de
grandes formaciones montañosas, pudiendo alcanzar hasta 60-70 km. Aparece dividida en dos zonas
principales: superior e inferior, diferenciadas por la superficie de discontinuidad de Conrad.

En este plano existe un brusco aumento de la velocidad de las ondas sísmicas, que, no obstante, no se
registra en todos sus puntos. Consecuentemente, puede afirmarse que no hay una separación nítida entre
ambas capas. La corteza superior presenta una densidad medía de 2,7 kg/dm3 y, en el continente europeo,
su espesor medio se sitúa en algo más de 810 km. Los materiales que la constituyen son rocas
sedimentarias dispuestas sobre rocas volcánicas e intrusivas graníticas. La corteza inferior contiene rocas
metamorfizadas cuya composición es intermedia (entre granito y. diorita o gabro); su densidad equivale a
3 kg/dm3.

El manto

En un nivel inmediatamente inferior se sitúa el manto terrestre, que alcanza una profundidad de 1900 km.
La discontinuidad de Mohorovicic, además de marcar la separación entre la corteza y el manto terrestres,
define una alteración en la composición de las rocas; si en la corteza —especialmente en la franja
inferior— eran principalmente basálticas, ahora encontramos rocas mucho más rígidas y densas, las
peridotitas. Hay que hacer notar que la discontinuidad de Mohorovicic se encuentra a diferente
profundidad, dependiendo de que se sitúe bajo corteza oceánica o continental. El manto se puede
subdividir en manto superior e inferior.

El manto superior se prolonga hasta los 650 o los 700 km de profundidad. En este punto, la velocidad de
las ondas sísmicas se incrementa, al aumentar la densidad. A su vez, en el manto superior pueden
diferenciarse dos regiones; en la superficial, el incremento de velocidad es constante con relación a la
profundidad, mientras que en la inferior la velocidad decrece súbitamente. Como resultado de la fusión
que experimentan las peridotitas en esta última capa, su rigidez disminuye con relación a la capa superior.

El grosor del manto inferior varía entre 650-700 km —bajo la astenosfera— y 2.900 km —en la
discontinuidad de Gutenberg, que marca la separación entre el manto y el núcleo—. En la parte interna de
esta capa, tanto la densidad —que pasa de .4 kg/dm3 a 6 kg/dm3, aproximadamente— como la velocidad
aumentan de manera constante.

El núcleo

Los principales elementos constitutivos del núcleo terrestre son dos metales: hierro y níquel. A partir del
límite marcado por la discontinuidad de Gutenberg, la densidad experimenta un súbito aumento, desde 6 a
10 kg/dm3, aproximadamente. Por otra parte, la velocidad de las ondas sísmicas primarias experimenta un
rápido descenso —se pasa de 13 km/s a 8 km/s—, al tiempo que no se registra propagación de ondas
secundarias hasta profundidades de 5.080 km. En este último punto, conocido como discontinuidad de
Lehmann, la velocidad de las ondas primarias vuelve a incrementarse, situándose en torno a los 14 km/s
en el centro del globo terrestre.

Existe un núcleo superior y un núcleo inferior; el primero, con ausencia de ondas secundarias, aparece
fundido, mientras que el segundo se encuentra en estado sólido.

La investigación de los fondos oceánicos


La aplicación de grandes avances tecnológicos al estudio de los océanos ha permitido, en las últimas
décadas, conocer a fondo aspectos enormemente relevantes de su geología y su morfología. Como
resultado, existen en la actualidad mapas precisos de los fondos oceánicos. Elementos característicos de la
geografía submarina son los márgenes continentales, las cuencas oceánicas y las dorsales.

Los márgenes continentales

La prolongación de los continentes por debajo del nivel del mar constituye los márgenes continentales,
formados por corteza continental. Se distinguen tres zonas principales: la plataforma, el talud y la
elevación.

La plataforma continental, una zona que se inclina paulatinamente hasta llegar al talud, puede no
presentarse o, por el contrario, alcanzar una extensión de cientos de kilómetros. Aparece recubierta por
materiales resultantes de la erosión de la tierra emergida, que han sido transportados por los cursos
fluviales.

En torno a —200 m aparece el talud, una pendiente horadada por los denominados cañones submarinos,
por los que «viajan» sedimentos procedentes de la plataforma o bien consecuencia de grandes
desprendimientos submarinos provocados por los terremotos. La acumulación de sedimentos determina el
surgimiento de abanicos, por la forma que adquiere el depósito, que conforman la elevación continental, a
veces muy extensa pero generalmente con poca pendiente.

Las cuencas

Las cuencas, cuya profundidad puede superar los 4.000 m, están formadas por corteza oceánica. En ellas
pueden individualizarse diversas formas, desde antiguos volcanes, que hoy son montañas submarinas,
hasta áreas deprimidas de perfil estrecho y alargado, las denominadas fosas oceánicas, que marcan el
punto de contacto entre las placas litosféricas.

Las dorsales oceánicas

Por su parte, las dorsales oceánicas son cadenas montañosas de considerable longitud —de hecho, las más
largas del planeta—, que se extienden de forma ininterrumpida por los océanos, a través de unos 80.000
km; su anchura es de 2 .000 km aproximadamente. Están formadas por crestas de origen volcánico, con
una altitud media aproximada de 2.000 m sobre el fondo. No obstante, en algunos puntos de la Tierra, por
ejemplo en Islandia, pueden llegar a emerger. Las dorsales, centro de actividad sísmica de notable
intensidad, aparecen cortadas por numerosas fallas de gran tamaño, denominadas fallas transformantes.

LITOSFERA Y ASTENOSFERA

La franja superior de la superficie terrestre se encuentra dividida en dos partes:


• La litosfera, formada por la corteza y la zona externa del manto superior, es bastante rígida, presenta
aproximadamente 100 km de espesor y en ella, la velocidad de las ondas sísmicas aumenta
constantemente en función de la profundidad.

• La astenosfera es la franja inferior del manto superior, que se encuentra fundida parcialmente. Se
extiende hasta los 400 km, punto en el que el manto recupera sus características de solidez y rigidez,
puesto que la velocidad de las ondas sufre una nueva alteración muy brusco.

MODELOS DE LA ESTRUCTURA DE GEOSFERA


Al interior de la tierra también se la conoce con el nombre de geosfera, y si se intenta hacer un estudio
directo, solo se puede profundizar un pocos kilómetros, por lo que son necesarios métodos indirectos. Acá
se presentan los dos modelos que intentan explicar como es la estructura interior de nuestro planeta.

Está claro que el interior terrestre está formado por varias capas, y en esto coinciden todos los modelos.
Pero las investigaciones sobre el interior de la Tierra se han centrado en dos aspectos. en la composición
de los materiales que forman las distintas capas del planeta y en el comportamiento mecánico de dichos
materiales (su elasticidad, plasticidad, el estado físico...)

Por eso, se distinguen dos tipos de modelos que presentan diferentes capas, aunque coinciden en muchos
puntos: el modelo estático y el modelo dinámico.
Capas en el modelo estático

La corteza es la capa externa de la Tierra. Se diferencian dos partes: la corteza continental, con materiales
de composición y edad variada (pueden superar los 3.800 millones de años) y la corteza oceánica, más
homogénea y formada por rocas relativamente jóvenes desde un punto de vista geológico.

Por debajo de la corteza se encuentra el manto, mucho más uniforme, pero con dos sectores de
composición ligeramente distinta: el manto superior, en el que destaca la presencia de olivino, y el
superior, con materiales más densos, como los silicatos.

Por último, la capa más interna es el núcleo, que se caracteriza por su elevada densidad debido a la
presencia de aleaciones de hierro y níquel en sus materiales. El núcleo interno podría estar formado por
hierro puro.

Capas en el modelo dinámico

La capa más externa es la litosfera, que comprende la corteza y parte del manto superior. Es una capa
rígida. La litosfera descansa sobre la astenosfera, que equivale a la parte menos profunda del manto. Es
una capa plástica, en la que la temperatura y la presión alcanzan valores que permiten que se fundan las
rocas en algunos puntos.

A continuación se encuentra la mesosfera, que equivale al resto del manto. En la zona de


contacto con el núcleo se encuentra la región denominada zona D”, en la que se cree que podría
haber materiales fundidos. La capa más interna es la endosfera, que comprende el núcleo interno
y el núcleo externo. Los estudios de propagación de las ondas sísmicas han puesto de manifiesto
que la parte externa de la endosfera (el núcleo externo) está compuesta por materiales fundidos,
ya que en esa zona se interrumpe la transmisión de algunas de las ondas.

DISTRIBUCIÓN DE LOS ELEMENTOS QUÍMICOS EN LOS SERES VIVOS

Algunas personas se preguntan ¿qué relación hay entre las plantas, animales, viento,
agua, tierra, etc.? Bien la respuesta es sencilla. En los seres vivos se encuentran algunos
de los elementos que existen en la Naturaleza; Por ejemplo, el calcio se encuentra en los
huesos y conchas de animal

En todos los organismos están presentes elementos como carbono (C), Hidrógeno (H),
oxígeno (O), nitrógeno (N), fósforo (P), azufre (S), sodio (Na), potasio (K), calcio (Ca),
magnesio (Mg), cloro (Cl), manganeso (Mn), hierro (Fe), cobre (Cu), zinc (Zn), y
cobalto (Co).

El porcentaje en el que se encuentran estos elementos varía de una especie a otra.


Algunos elementos son indispensables para los seres vivos, pues realizan funciones
específicas. Por ejemplo: el sodio y el potasio regulan la cantidad de agua que retienen
los organismos (plantas y animales) unicelulares y multicelulares; el calcio participa en
la formación y mantenimiento de los huesos.
Indicare el porcentaje de cada elemento químico presente en el ser humano.

Oxígeno 65 %, Carbono 18.50%, Hidrógeno 9.50%, Nitrógeno 3.30%, Fósforo 1.00%,


Potasio 0.35%, Azufre 0.30%, Sodio 0.20%, otros 1.85%. Estos porcentajes nos dan un
100% como total de contenido en el ser humano.

Aproximadamente el 99% de la materia viva corresponde a seis elementos químicos


denominados bioelementos, que son carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, Fósforo y
azufre.

Es de suma importancia, que sepamos de que estamos hechos, ya que esto nos enseñara
a mantener una buena y balanceada nutrición. La cual nos ayudara a tener una mente
sana en un cuerpo sano.

Aproximadamente el 99% de la materia viva corresponde a seis elementos


químicos denominados bioelementos, que son carbono, hidrógeno, oxígeno,
nitrógeno, Fósforo y azufre.

Según la teoria más aceptada acerca del origen de la vida, se cree que las primeras
moléculas orgánicas, constituyentes de los organismos, se generaron a partir de
combinaciones químicas de sustancias como el metano, el amoniaco y el agua de la
atmosfera primitiva; estas reacciones fueron posibles debido a las radiaciones, el calor y
las descargas eléctricas de los relámpagos presentes en la tierra.

Mas no siendo discriminativos, en este articulo sitaremos a la Biblia en su primer libro


llamado Génesis que significa en el principio, capitulos 1 y 2.

Los seres vivos obtenemos los elementos químicos que necesitamos de los alimentos
(animales y vegetales). Acontinuación indicare la función que desempeñan en el
organismo algunos elementos químicos.

CALCIO: Forma parte de los huesos y dientes, se obtiene atraves de ingerir derivados
de la leche.

POTASIO: Componente de los líquidos celulares, se obtienen atraves de ingerir jugos


de cítricos como la naranja, jitomate, comer frutas secas, platano.

SODIO: Regula la cantidad de agua en las celulas, Se obtiene de consumir sal de mesa,
carnes, leche.

HIERRO: Forma parte de la sangre, se obtiene consumiedo higado, riñones, cereales,


frijol.

NITROGENO: Forma parte de todas las proteínas, se obtiene consumiendo legumbres


(lentejas, garbanzos, habas, frijol).

Los seres vivos obtenemos los elementos químicos que necesitamos de los alimentos
(animales y vegetales). A continuación indicare la función que desempeñan en el
organismo algunos elementos químicos.
COMPOSICION QUIMICA DE LOS SERES
VIVOS

Sergio D. Ifrán - Nancy E. Fernández – Silvia Márquez

INTRODUCCIÓN

Como hemos visto los seres vivos están caracterizados, entre otras cosas, por poseer una
organización celular, es decir determinadas moléculas se organizan de una forma particular
y precisa e interactúan entre sí para establecer la estructura celular. Así como las células
son los ladrillos con los que se construyen los tejidos y los organismos, las moléculas son los
bloques con que se construyen las células.

Al estudiar químicamente estas moléculas observamos que las mismas están constituidas en
un 98% por elementos tales como C, H, O, N, P y S; ( el 2 % restante esta representado por
elementos como el Fe, Ca , Na, K, Cu, Mg, I, Cl. Etc.)

La combinación de estos seis elementos puede dar lugar a la formación de millones de


moléculas distintas, sin embargo como veremos más adelante, la mayoría de los seres vivos
está formado por un número relativamente bajo de tipos de compuestos.

Aquellos compuestos en cuya composición interviene el carbono se los denomina compuestos


orgánicos; dentro de este grupo podemos mencionar a los monosacáridos , polisacáridos,
aminoácidos, proteínas, lípidos , nucleótidos y ácidos nucleicos ( no son los únicos
compuestos orgánicos que existen, pero sí son la mayoría). Estos representan
aproximadamente el 30% de la composición química de los seres vivos . El 70% lo
constituye el agua. También encontramos algunos iones tales como el Na, Fe, Ca, K, etc. en
proporciones muy pequeñas.

ÁTOMOS Y MOLÉCULAS

Toda la materia, incluyendo a los seres vivos, esta compuesta por distintos átomos. Un
átomo es la partícula más pequeña de materia que puede existir libre conservando las
propiedades fisico-químicas características de ese elemento y que es capaz de intervenir
en reacciones químicas.

En la estructura del átomo encontramos una región central muy densa formada por dos
tipos de partículas los protones y los neutrones. Ambos le otorgan masa al núcleo, los
protones son partículas con carga positiva y los neutrones no están cargados. Los
neutrones contribuyen a mantener la estabilidad del núcleo y también impiden que las
cargas de los protones se repelan y provoquen la desintegración del núcleo.

En torno a este núcleo encontramos otras partículas cargadas negativamente llamadas


electrones. Estos electrones giran alrededor del núcleo en zonas denominadas orbitales;
los orbitales son las zonas del espacio cercana al núcleo donde hay mayor probabilidad
de encontrar electrones. Los orbitales se organizan en niveles de energía. A medida que
nos alejamos del núcleo los niveles de energía aumentan, de manera que los electrones
cercanos al núcleo poseen menor nivel de energía que los que se encuentran alejados.

Los electrones de los niveles de energía más externos son los que determinan la capacidad
de reaccionar químicamente.

En estado elemental o no-combinado el átomo es eléctricamente neutro, ya que posee igual


número de electrones que de protones.

Los átomos de distintos elementos químicos poseen un número característico de protones.


El número de protones se denomina NUMERO ATOMICO ( Z)

La suma de protones y neutrones (no se tiene en cuenta a los electrones ya que su masa
es despreciable) se conoce como NUMERO MASICO (A).

Fig. 2.1 - Dos maneras de representar un átomo. (a) Modelo de Bohr de un átomo de
carbono. Aunque este modelo no es un modo preciso de ilustrar la configuración de
electrones, es de uso frecuente por su sencillez y conveniencia. (b) Nube de electrones. Los
puntos indican las probabilidades de que un electrón esté en un sitio en un momento dado.

Existen átomos que tienen el mismo número de protones pero distinta cantidad de
neutrones; si poseen el mismo número de protones y estos son los que les confieren las
propiedades químicas, estamos en presencia de átomos del mismo elemento, es decir de
ISOTOPOS. ( poseen el mismo Z, pero tienen distinto número másico).

Algunos átomos que raramente reaccionan con otros, se encuentran formando parte del
grupo VIII de la tabla periódica y constituyen los llamados gases nobles o raros. Este
grupo se caracteriza por la baja reactividad de los átomos. Al estudiarse la configuración
electrónica (la distribución de los electrones en los distintos niveles de energía) se observa
que dichos elementos poseen en su nivel de energía más alto ( el más alejado o externo)
ocho electrones. Es decir que la estabilidad esta dada por esa configuración electrónica
(dijimos anteriormente que la capacidad de reaccionar estaba dada por la distribución de
los electrones de los niveles más externos). El resto de los átomos no posee esa
configuración electrónica por lo tanto son inestables de modo que tienden a reaccionar
entre sí. En general los átomos que reaccionan para formar una molécula tienden a adquirir
una configuración similar a la del gas noble, es decir tienden a completar ocho electrones
en su nivel más externo. Esto es conocido como la REGLA DEL OCTETO, pero como toda
regla siempre hay excepciones.
SER VIVO

Un ser vivo es un conjunto de átomos y moléculas, que forman una estructura material
muy organizada y compleja, en la que intervienen sistemas de comunicación molecular,
que se relaciona con el ambiente con un intercambio de materia y energía de una forma
ordenada y que tiene la capacidad de desempeñar las funciones básicas de la vida que
son la nutrición, la relación y la reproducción, de tal manera que los seres vivos actúan y
funcionan por sí mismos sin perder su nivel estructural hasta su muerte.1

La materia que compone los seres vivos está formada en un 95% por cuatro
bioelementos (átomos) que son el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, a partir de
los cuales se forman las biomoléculas:2 3

 Biomoléculas orgánicas o principios inmediatos: glúcidos, lípidos, proteínas y


ácidos nucleicos.
 Biomoléculas inorgánicas: agua, sales minerales y gases.

Estas moléculas se repiten constantemente en todos los seres vivos, por lo que el origen
de la vida procede de un antecesor común, pues sería muy improbable que hayan
aparecido independientemente dos seres vivos con las mismas moléculas orgánicas.4 5
Se han encontrado biomarcadores en rocas con una antigüedad de hasta 3.500 millones
de años, por lo que la vida podría haber surgido sobre la Tierra hace 3.800-4.000
millones de años.6 7 8 9

Todos los seres vivos están constituidos por células (véase teoría celular). En el interior
de éstas se realizan las secuencias de reacciones químicas, catalizadas por enzimas,
necesarias para la vida.

S-ar putea să vă placă și