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El origen de la vida, en la tierra se produjo a través de un largo proceso, hace más de 2700

millones de años. La teoría más extendida sugiere que se formó en el medio marino a partir de una
sopa prebiótica de compuestos orgánicos que pudieron formarse en dichas
condiciones, evolucionando y consiguiendo con el paso del tiempo un mayor grado de auto
organización. También existen teorías creacionistas, que parten de la hipótesis de la existencia de
alguna potencia o entidad inteligente capaz de generar la vida, y otras teorías que involucran
algún tipo de origen extraterrestre.

Estos criterios motivaron a los científicos a plantearse muchas teorías que intentan dar respuesta a
este gran interrogante, como es el caso de la Teoría de la Generación espontánea, la cual plantea
que “Podía surgir vida compleja animal y vegetal, de forma espontánea a partir de la materia
inerte” lo cual en la época, parecía lo más indicado aparentemente, ya que no se contaban con
aparatos tecnológicamente como con los que hoy día se cuentan.

Teoría de la generación espontánea. También conocida como autogénesis es una antigua teoría
biológica que sostenía que podía surgir vida compleja, animal y vegetal, de forma espontánea a
partir de la materia inerte. Para referirse a la "generación espontánea", también se utiliza el
término abiogénesis, acuñado por Thomas Huxley en 1870, para ser usado originalmente para
referirse a esta teoría, en oposición al origen de la generación por otros organismos vivos
(biogénesis).

Teorías sobre el origen de la vida:

Generación espontánea:

La hipótesis de la generación espontánea aborda la idea de que la materia no viviente puede


originar vida por sí misma. Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia contienen un
"principio activo" y que gracias a él y a ciertas condiciones adecuadas podían producir un ser vivo.
Este principio activo se compara con el concepto de energía, la cual se considera como una
capacidad para la acción.

Según Aristóteles, el huevo poseía ese principio activo, el cual dirigir una serie de eventos que
podía originar la vida, por lo que el huevo de la gallina tenía un principio activo que lo convertía en
pollo, el huevo de pez lo convertía en pez, y así sucesivamente. También se creyó que la basura o
elementos en descomposición podían producir organismos vivos.

La observación indicaba que surgían gusanos del fango, moscas de la carne podrida, cochinillas de
los lugares húmedos, etcétera. Así, la idea de que la vida se estaba originando continuamente en
la Tierra a partir de esos restos de materia orgánica se denominó generación espontánea. La
autogénesis se sustentaba en procesos como la putrefacción. Es así que de un trozo de carne
podían generarse larvas de mosca.
La panspermia:

En la Panspermia se dice que el ser humano puede ser un organismo desarrollado en otras zonas
del universo y cuyos genes han entrado en el planeta Tierra a través de cometas o meteoritos
impactados sobre la superficie terrestre. Es posible que, de esta forma, se pueda explicar la
creciente necesidad por querer saber qué está pasando fuera del planeta.

Desde que la ciencia y la astronomía se han desarrollado, el ser humano ansía conocer qué hay
fuera de nuestro planeta. Por ello, intenta hacer viajes a la luna, Marte o conocer qué tipos de
planetas hay tanto en nuestro Sistema Solar como más allá de la Nube de Oort. Quizá todo esto
provenga de la necesidad de “volver a casa”.

Y es que esta teoría piensa que la vida humana ha llegado al planeta Tierra a través de formas
microscópicas vivas que pudieron desarrollarse gracias a las condiciones habitables de nuestro
planeta. Hemos podido venir desde el espacio exterior gracias al impacto de los meteoritos y
cometas. Una vez introducidos en el planeta, la evolución hizo que el ser humano se desarrollara
tal y como lo conocemos hoy día. La panspermia son dos tipos:

Natural: Se trata de aquella en la que defiende que toda la vida que se ha formado en la Tierra es
de forma aleatoria y normal. Además, la causa de ello son las rocas que han chocado sobre la
superficie terrestre que tenía organismos vivos. El planeta Tierra se encuentra en la “zona
habitable” del sistema solar. Por ello, gracias a las condiciones ambientales puede albergar agua y
una temperatura estable. Además, las capas de la atmósfera nos protegen de las radiaciones
dañinas del Sol. Es gracias a esto por lo que la vida en el planeta se ha podido desarrollar.

Dirigida: Este tipo de teoría es más para aquellas personas más atrevidas y conspiratorias. La
conspiración es algo que abunda mucho en las teorías de las millones de personas que habitan en
la Tierra. Se trata de pensar en que todo lo ocurrido con la evolución y la vida humana tiene una
razón. Es decir, el proceso por el que un meteorito o cometa impactó sobre la Tierra con
microorganismos capaces de desarrollar vida humana está dirigido por alguien.

En este sentido, podemos decir que la Panspermia dirigida es aquella en la que la vida en la Tierra
fue forzada por alguien y no fue un proceso al azar. Esta teoría se divide en aquellas personas que
piensan que esto se hizo para crear organismos en la Tierra con vida y las que piensan que de
nuestro planeta se pueden ir al exterior para seguir haciendo lo necesario en otros mundos de
otras estrellas lejanas.
Creacionismo:

Se denomina creacionismo al conjunto de creencias, inspiradas en doctrinas religiosas, según las


cuales el Universo y los seres vivos provienen de actos específicos de creación divina. Por
extensión, el adjetivo de esta teoría se ha aplicado a cualquier opinión o doctrina filosófica o
religiosa que defienda una explicación del origen del mundo basada en uno o más actos de
creación por un Dios personal, como lo hacen, por ejemplo, las religiones. Por ello, igualmente se
denomina creacionismo a los movimientos seudocientíficos y religiosos que militan en contra del
hecho evolutivo

Esta teoría explica sobre el origen del universo, pues se basa en las Sagradas Escrituras ( BIBLIA),
por un Dios supremo todopoderoso e inteligente. Las formas de creacionismo nombradas
anteriormente son consideradas formas de “creacionismos anti-evolución” porque requieren la
intervención directa de un creador, además de este tipo de creacionismo, existe el “creacionismo
pro-evolución” expresado en el creacionismo evolutivo y en una postura filosófica llamada
evolución testa; el creacionismo pro-evolución cree en la existencia de un creador y un propósito,
pero sí acepta que los seres vivos se han formado a través de un proceso de evolución natural.
Esta forma de creacionismo no interfiere con la práctica de la ciencia, ni es presentada como una
alternativa al nestorianismo, sino como un complemento filosófico o religioso a la teoría de la
evolución.

Los creacionistas clásicos niegan la teoría de la evolución biológica y, especialmente, lo que se


refiere a la evolución humana, además de las explicaciones científicas sobre el origen de la vida.
Por esto rechazan todas las pruebas científicas (fósiles, geológicas, genéticas, etc.). En el
creacionismo clásico de origen cristiano se hace una interpretación literal de la Biblia y se sostiene
la creación del mundo, los seres vivos y el cataclismo del Diluvio Universal tal como está descrito
en el Génesis, sin pretender concretar de manera científica el origen de las especies.

Teoría de Oparin y Haldane:

El bioquímico ruso Alexander Oparin y el bioquímico y genetista inglés John B.S. Haldane, por
separado y en diferentes años (1924 y 1928, respectivamente), propusieron la teoría que nos
explica el origen y evolución de las primeras células a partir de la materia orgánica del medio
acuático, producto de la síntesis abiótica de los compuestos presentes en la atmósfera secundaria
de la Tierra y por acción de diversas fuentes de energía.

La acción de los diferentes tipos de energía provocó que, a partir de la materia de la atmósfera
secundaria se sintetizaran abióticamente (procesos fisico-químicos) en el medio acuático,
moléculas sencillas o monómeros de compuestos orgánicos (aminoácidos, monosacáridos, ácidos
grasos y bases nitrogenadas) cuya concentración en los mares formaron el "caldo primitivo".

Estas subunidades estructuraron por polimerización las macromoléculas orgánicas: los


monosacáridos crearon los carbohidratos, éstos junto con las bases nitrogenadas hicieron los
nucleótidos; los ácidos grasos formaron los lípidos, finalmente los aminoácidos crearon los
polipéptidos y proteínas. Al incrementarse su producción los compuestos orgánicos se acumularon
en forma acelerada en esta sopa; la concentración que hubo en zonas poco profundas tuvo como
consecuencia la formación de moléculas coloidales de un mayor tamaño y a su vez de una
estructura compleja, compuestas de mezclas de proteínas, carbohidratos y alguna molécula
precursora de los ácidos nucleicos.

La teoría del Big Bang y el origen del Universo

El Big Bang, literalmente gran estallido, constituye el momento en que de la "nada" emerge toda la
materia, es decir, el origen del Universo.

Segun esta teoría (Big Bang Theory, no "big ban" como a veces se nombra), la materia era un
punto infinitamente pequeño y de altísima densidad que, en un momento dado, explotó y se
expandió en todas las direcciones, creando lo que conocemos como nuestro Universo, lo que
incluye también el espacio y el tiempo. Esto ocurrió hace unos 13.800 millones de años. Los físicos
teóricos han logrado reconstruir esta cronología de los hechos a partir de un 1/100 de segundo
después del Big Bang.

Big Bang

Después de la explosión, al tiempo que el Universo se expandía (de la misma manera que al inflar
un globo éste va ocupando más espacio), se enfrió lo suficiente y se formaron las primeras
partículas subatómicas: Electrones, Positrones, Mesones, Bariones, Neutrinos, Fotones y un largo
etcétera hasta la más de 90 partículas conocidas hoy en día.

Más tarde se formaron los átomos. Mientras, debido a la gravedad, la materia se fue agrupando
hasta formar nubes de estos elementos primordiales. Algunas crecieron tanto que empezaron a
surgir estrellas y formaron galaxias.

Historia de la Teoría del Big Bang

En 1948 el físico ruso nacionalizado estadounidense George Gamow modificó la teoría de Lemaître
del núcleo primordial. Gamow planteó que el Universo se creó en una explosión gigantesca y que
los diversos elementos que hoy se observan se produjeron durante los primeros minutos después
de la Gran Explosión, cuando la temperatura extremadamente alta y la densidad del Universo
fusionaron partículas subatómicas en los elementos químicos.

Cálculos más recientes indican que el hidrógeno y el helio habrían sido los productos primarios del
Big Bang, y los elementos más pesados se produjeron más tarde, dentro de las estrellas. La teoría
de Gamow, aunque elemental y luego rectificada, proporciona una base para la comprensión de
los primeros estadios del Universo y su posterior evolución.

La materia existente en los primeros momentos del Universo se expandió con rapidez. Al
expandirse, el helio y el hidrógeno se enfriaron y se condensaron en estrellas y en galaxias. Esto
explica la expansión del Universo y constituye la base física de la ley de Hubble.

Después del Big Bang

Según se expandía el Universo, la radiación residual del Big Bang continuó enfriándose, hasta
llegar a una temperatura de unos 3 °K (-270 °C). Estos vestigios de radiación de fondo de
microondas fueron detectados por los radioastrónomos en 1964, proporcionando así lo que la
mayoría de los astrónomos consideran la confirmación de la teoría del Big Bang.
Las recientes mediciones del corrimiento al rojo de las supernovas, atribuidas de momento a la
energía oscura, indican que la expansión del universo, lejos de frenarse, se está acelerando. El
estudio de los agujeros negros y el reciente descubrimiento de las ondas gravitacionales siguen
aportando más datos interesantes. Parece que la investigación sobre el Big Bang tiene todavía por
delante un largo recorrido. ¿Universo abierto o cerrado? ¿Finito o infinito?Uno de los grandes
problemas científicos sin resolver en el modelo del Universo en expansión es si el Universo es
abierto o cerrado (esto es, si se expandirá indefinidamente o se volverá a contraer).

Un intento de resolver este problema es determinar si la densidad media de la materia en el


Universo es mayor que el valor crítico en el modelo de Friedmann. La masa de una galaxia se
puede medir observando el movimiento de sus estrellas; multiplicando la masa de cada galaxia por
el número de galaxias se ve que la densidad es sólo del 5 al 10% del valor crítico. La masa de un
cúmulo de galaxias se puede determinar de forma análoga, midiendo el movimiento de las
galaxias que contiene. Al multiplicar esta masa por el número de cúmulos de galaxias se obtiene
una densidad mucho mayor, que se aproxima al límite crítico, lo cual "parece indicar" que el
Universo está cerrado.

La diferencia entre estos dos métodos sugiere la presencia de materia invisible, la llamada materia
oscura, dentro de cada cúmulo, pero fuera de las galaxias visibles. Hasta que se comprenda el
fenómeno de la masa oculta, este método de determinar el destino del Universo será poco
convincente.

Modelo de Universo inflacionario

Muchos de los trabajos habituales en cosmología teórica se centran en desarrollar una mejor
comprensión de los procesos que deben haber dado lugar al Big Bang. La teoría inflacionaria,
formulada en la década de 1980, resuelve dificultades importantes en el planteamiento original de
Gamow al incorporar avances recientes en la física de las partículas elementales. Estas teorías
también han conducido a especulaciones tan osadas como la posibilidad de una infinidad de
universos producidos de acuerdo con el modelo inflacionario.

Sin embargo, la mayoría de los cosmólogos se preocupa más de localizar el paradero de la materia
oscura, mientras que una minoría, encabezada por el sueco Hannes Alfvén, premio Nobel de
Física, mantienen la idea de que no sólo la gravedad sino también los fenómenos del plasma,
tienen la clave para comprender la estructura y la evolución del Universo.

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