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Pienso que nunca antes habíamos estado tan en-redados los colombianos en su diversidad
regional, de clase, raza/etnia, género, generaciones, ideológica, sexo-afectiva, religiosa y
política, en una campaña electoral para la Presidencia de la Nación que ha resultado larga,
costosa, agotadora y, ojalá, fructífera, en el mejor sentido de esa palabra. Con buenos frutos
para la patria.
Pero, hoy, mientras este país “del Sagrado Corazón” se dispone a tomar una decisión histórica
y trascendental en su historia política por los alinderamientos que se han venido produciendo
desde el inicio de la campaña y que traen consigo, entre otras banderas, las del plebiscito por
la paz y los acuerdos firmados con las ex-guerrillas de las FARC, me dispongo a escribir alguna
línea específica de reflexión en medio de semejante caos conceptual, estratégico y político.
Con la claridad de que no se trata de excluir, discriminar o minimizar otras posibles y válidas
miradas. Mi opción es, en congruencia con una relativamente larga experiencia en el asunto,
por las mujeres, en perspectiva feminista.
Y es que más allá de a quien elijamos, finalmente, para gobernarnos, debo subrayar un hecho
contundente e incuestionable en la historia política de este paísi. La destacada participación de
cuatro mujeres elegidas como fórmula vicepresidencial, por cuatro de las cinco campañas
principales a la presidencia de la república. Sin duda un evento sin antecedentes. No es este
para contar la historia de la participación política de las mujeres, pero, en buena medida, es
fruto de la persistencia del trabajo de las organizaciones del movimiento de mujeres y
feministas del país. Y por supuesto, del crecimiento exponencial de mujeres en la academia,
cuya inteligencia crítica, nutre también, en profundidad, los debates.
Además de ser este un hito histórico nacional, es también relevante y muy significativo en el
contexto latinoamericano, si logramos que una feminista llegue a la vice-presidencia. Sería la
segunda, luego de Costa Ricaii, que eligió a una mujer afro y feminista, Epsy Campbell.
Pero, más allá de las batallas electorales y legislativas que en este momento mueven las
agendas de varios países del continente, es preciso entretejer en esta reflexión esa otra
política (lo político, según Chantal Mouffe) característica de los movimientos sociales
contemporáneos, cuyo escenario por excelencia es la calle. Me refiero a las movilizaciones
multitudinarias, nacionales, como en el caso de Chile, con las protestas de las jóvenes
universitarias contra la tolerancia institucional al abuso y el acoso sexual iii o las de Argentina, a
propósito del debate por la legalización del abortoiv, o los paros nacionales e internacionales
tanto en el continente americano como en el europeov, en el marco de la conmemoración del
8 de Marzo los cuales vienen creciendo de año en año.
Bueno, ni que decir de las movilizaciones a propósito del #metoo, movimiento contra el acoso
sexual, el cual ha despertado las más increíbles adhesiones y contradicciones, aun entre
feministas, penetrando en Estados Unidos hasta en las iglesiasvi. Pero no sólo se trata de las
dimensiones de la movilización y la vergüenza encubierta por siglos que denuncia, sino que por
vez primera, creo, a las mujeres les creen. Yo también es la voz de todas aquellas que han sido
acosadas o abusadas, pero es, así mismo, la voz que en todos los tonos dice yo también te
creo. Hermana, yo si te creo, gritaban las jóvenes chilenasvii.
Así las cosas, pienso y tengo la convicción de que en este siglo que apenas se inicia, se van a
lograr grandes cosas para las mujeres, en materia de legislación y conquista de derechos que
son importantes, en tanto propician una ruptura con el statu quo, con el peso de unas
tradiciones, costumbres y prácticas que veían (y se creían el cuento) de que las mujeres, las
niñas y los niños, sometido al poder de otro u otros, estaban así, porque sí, porque Dios así lo
quiso, porque así había sido de generación en generación. Pero también y, fundamentalmente,
en términos de concepciones y de prácticas congruentes con el reconocimiento de la condición
de sujeto político, libre, autónomo, de cada una de las mujeres.
i
http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-las-mujeres/historia/y-las-vices-que-66595
ii
https://www.forbes.com.mx/epsy-campbell-la-primera-vicepresidenta-afrodescendiente-en-costa-
rica/
iii
https://marx21.net/2018/06/08/chile-feminista/
iv
https://www.youtube.com/watch?v=NcPG9jwxy7A
v
https://www.facebook.com/enmovimiento.teve/videos/788455791190896/?t=27
vi
https://elpais.com/internacional/2018/06/14/estados_unidos/1529012764_300180.html
vii
http://www.ahoranoticias.cl/noticias/nacional/224400-fotos-las-imagenes-que-marcaron-la-marcha-
contra-la-educacion-sexista-en-chile.html
https://www.facebook.com/24horas.cl/videos/10156705017074113/UzpfSTczNDE4OTM5NToxMDE1Nj
Y1NDYzODk3OTM5Ng/