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EL PENSAMIENTO REFLEXIVO DESDE UNA MIRADA OBJETIVA

Por:

Alejandra Hortúa Franco

Presentado a:

Jaime Humberto Pardo Gualteros

Unidad Central del Valle del Cauca (UCEVA)


Facultad de Ciencias de la Educación
Licenciatura en Lenguas Extranjeras con Énfasis en Inglés.
Sintaxis y Semántica del Inglés/Francés.
2018 – I
EL PENSAMIENTO REFLEXIVO DESDE UNA MIRADA OBJETIVA

El concepto de pensamiento es sin duda alguna muy complejo (y se podría decir


que abstracto), pues para entender qué es y a qué hace referencia, hay que
entender cómo es su funcionamiento y el funcionamiento mismo del ser humano.

El pensamiento se puede definir de diferentes formas según el contexto en el que


se trabaje su concepto, son muchos autores los que dedicaron su vida a encontrarle
un sentido conceptual y objetivo a lo que atañe al conocimiento.

El pensamiento, en general se ha definido de maneras distintas a la que se conoce


como la objetiva. El proceso de pensar podría estar conformado por diversos
procesos internos que no son aptos frente a la observación. Esto en términos
conceptuales significa una gran frontera metodológica que logra ser sobrepasada
en las teorías de Skinner y Vigotsky.

Vigotsky (1981) definió el concepto de manera estructural en cuanto a la estructura


propia del pensamiento, pero más alineada al estudio de esta y su relación con el
lenguaje. Por otro lado, Skinner (1974/1977) tomó como propuesta el uso de
estímulos objetivos en la secuencia organizada de respuestas en el proceso propio
del pensar. Sin embargo, estas definiciones pueden llegar a ser muy generalizadas
bajo el punto de vista de los estímulos y su “autogeneración”, lo cual es muy similar
a lo que se había tenido ya establecido por los mentalistas.

Ahora bien, se sabe que existen diferentes tipos de pensamiento, los cuales se
vinculan directamente con los diversos y amplios campos del saber en general; uno
de estos es el pensamiento reflexivo:

Según Dewey (1989) se entiende por pensamiento reflexivo: «el tipo de


pensamiento que consiste en darle vueltas a un tema en la cabeza y tomárselo en
serio con todas sus consecuencias» (p. 21), es decir, «el examen activo, persistente
y cuidadoso de toda creencia o supuesta forma de conocimiento a la luz de los
fundamentos que la sostienen y las conclusiones a las que tiende» (p. 25). Este
concepto de reflexión ha de ser una condición básica para comprender las
generalidades y particularidades de los procesos cognitivos, pues este se vincula
directamente con la forma y la estructura del ser como sujeto autónomo, que es
capaz de pensar, reflexionar y ser crítico con lo que se le propone en su entorno.

De igual forma, Dewey (1989) señala que se deben dar algunas condiciones
importantes para poder hablar de la existencia de una reflexión en el sujeto. Estas
condiciones (propuestas por Dewey) son: Sugerencia, orden y curiosidad. Cada una
tiene una función específica con un trasfondo ligado estrechamente con procesos y
fines cognitivos. La sugerencia se puede entender como las ideas, las formas de
resolver un problema determinado, las estrategias usadas y las experiencias. Todo
se puede considerar como sugerencia si y solamente si esto convoca al desarrollo
de la posibilidad de hallar de manera autónoma las respuestas a los interrogantes
de su pensamiento reflexivo. Seguidamente, el orden. Aquí se hace referencia a la
capacidad que tiene el pensamiento reflexivo en cuanto a la implicación de la
organización, prolongación y secuenciación de las sugerencias. Estas tres
condiciones le conforman el objeto de la reflexión. Finalmente, la curiosidad que se
entiende como algo innato o propio en los seres humanos, esto no es algo que
pueda ser enseñado o aprendido por medios académico tradicionales, pero su
progreso va ligado a la manera en que es representada la indicación a quien se
desea que acate esta información; abriendo la posibilidad de encontrar soluciones
por sí mismo.

Estas tres condiciones particulares son de gran importancia en diversos procesos


en enseñanza, educación y aprendizaje. Pues ellos son garantes de que se cumpla
de manera objetiva el desarrollo del pensamiento reflexivo.

Además, existe una forma de construir el pensamiento reflexivo basándose en dos


puntos muy importantes introducidos por Dewey (1989):

a. Un estado de duda, de vacilación, de perplejidad que origina el pensamiento;


y,

b. un acto de búsqueda, de caza, de investigación, para encontrar algún


material que esclarezca esa duda, que disipe la perplejidad.

De igual forma, expone Dewey (1989) que la construcción de un proceso de


reflexión conducente a la construcción del conocimiento, desde esta óptica, implica
el desarrollo de una serie de fases, establecidas entre dos límites:
1. una etapa pre-reflexiva, en la que se plantea el problema que hay que
resolver y de la que surge la pregunta que la reflexión ha de responder; y,
2. una situación final, en la que la duda se ha resuelto y «de la que se deriva la
experiencia directa de dominio, satisfacción y goce» (p. 102), o etapa post-
reflexiva. Las fases a las que nos referimos son las comprendidas entre
ambos extremos y que, de modo esquemático, son las siguientes:

 Sugerencias, en las que la mente salta hacia adelante en busca de una


posible solución, en las que se establece la ocurrencia de una dificultad
sentida.
 Definición de la dificultad en términos de enunciado de un problema,
entendiendo por «problema» la cualidad emocional que nos predispone a
interrogar la práctica y que nos orienta a la acción (buscar una respuesta).
 El uso de una sugerencia tras otra como idea conductora o hipótesis para
iniciar y guiar la observación y otras operaciones de recogida de material
objetivo, o lo que es lo mismo, ocurrencia de una explicación sugerida o
solución posible.
 La elaboración mental de la idea, o razonamiento en el sentido estricto del
término.
 Comprobación de hipótesis mediante la acción real o imaginada.

Todo lo anterior permite evidenciar que el pensamiento reflexivo se propone como


un proceso complejo y fundamentado en otros procesos vistos desde otros puntos
de vista según diferentes autores y teorías del pensamiento, lo que propende darle
herramientas al sujeto para resolver problemas generados por dudas o
desequilibrios, que a su vez se vinculan con el descubrimiento de su propio modo
de reflexionar y aprende de manera crítica sobre todos los casos que le causaron
dichas cuestiones para finalmente obtener un aprendizaje formal y objetivo.
REFERENCIAS

 Carro, Luis. (2006). Formación del profesorado. Buenos Aires, Argentina.


Actividad docente. Recuperado de:
http://www.luiscarro.es/inclusion/Formacion_Profesorado/profesorado.htm

 Dewey John. (1989). ¿CÓMO PENSAMOS? Nueva exposición de la relación


entre el pensamiento reflexivo y proceso educativo. Lexington,
Massachusetts: D. C. Health and Company.

 Pérez-Almonacid, Ricardo. (2012). El análisis conductista del pensamiento


humano. Periodicos Electrónicos em Psicología. Recuperado de:
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-
81452012000400006

 Skinner, B. F. (1974/1977). Sobre el conductismo. Barcelona: Editorial


Fontanella.

 Vygotsky, L.S. (1981). Pensamiento y lenguaje. Teoría del desarrollo cultural


de las funciones psíquicas. (M.M. Rotger, Trad.). Buenos Aires: La Pléyade.
(Original publicado en 1934).

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