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Julio Ortega (coord.): La literatura hispa profesor mexicano Rafael Olea Franco,
noamericana. México: Dirección General especialista en la obra de Jorge Luis
del Acervo Histórico Diplomático/Secre- Borges (125 páginas); el propio Ortega,
taría de Relaciones Exteriores (La bús- crítico, poeta, narrador y profesor de larga
queda perpetua: lo propio y lo universal data de literatura hispanoamericana, se
de la cultura latinoamericana, vol. 3) encarga del de poesía (65 páginas); y el
2011. 295 páginas. último, acerca del ensayo, pertenece a la
reconocida investigadora argentina en el
Partiendo de la superposición de dos tema, Liliana Weinberg (80 páginas). En
centenarios, el de la Independencia y el lo referido a la estructura, el texto sobre
de la Revolución Mexicana, el Acervo narrativa se divide en cuatro grandes
Histórico Diplomático de la Secretaría aspectos: “Introducción”, “Narrativa de la
de Relaciones Exteriores de México se Revolución Mexicana”, “Los mitos funda-
propuso, retomando una feliz frase de cionales”, “La síntesis cultural”, subdivi-
Pedro Henríquez Ureña, una colección didos a su vez por autor y obra. El de Ortega
que celebrara la cultura de esta parte se presenta en un solo bloque. Por su parte,
de América, “La búsqueda perpetua: lo Weinberg divide su aporte en tantos apar-
propio y lo universal de la cultura latinoa- tados (diecinueve) como aspectos del tema
mericana”. Surgen de este modo seis volú- le interesan. Cada capítulo va acompañado
menes que abordan distintos aspectos: la de bibliografía comentada, aporte que el
diplomacia cultural, los derechos humanos lector siempre agradece.
y la educación; el pensamiento filosó- El trabajo de Olea Franco parte de un
fico, sociológico y político; la literatura; presupuesto, por lo menos, discutible: la
la música; el arte mexicano y, finalmente, relación identidad/literatura. A pesar de
los medios electrónicos de difusión y la la aclaración que realiza el coordinador
sociedad de la información. Para que esta del texto en la introducción –“Este libro
colección se conformara, fueron convo- postula que la literatura hispanoamericana
cados especialistas de diferentes países no es, necesariamente, una búsqueda de
del continente. Este texto, el tercero de identidad” (p. 17)–, el texto del investi-
la colección, coordinado por el profesor gador mexicano se desarrolla a partir de
peruano Julio Ortega, autor también de este eje. De hecho, le sirve para justificar
uno de los ensayos del libro, tiene su punto su recorte. El ensayo toma diez narradores,
de partida en la refutación de la teoría de desde la colonia hasta Borges. La razón de
la carencia y del trauma como motivadores no incorporar autores más cercanos en el
de la literatura hispanoamericana. Desde tiempo se sostiene con una cita que realiza
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ya que su corpus está delimitado por una como las de Bernardo de Balbuena o
intención expresa: “enfatizo que aquí me Idea Vilariño. Entre los lúcidos estudios
interesa describir cómo las obras narra- que realiza de los autores más represen-
tivas construyen un discurso ficcional, más tativos de la poesía hispanoamericana,
o menos consciente […] sobre la identidad vale destacar la profundidad y belleza del
nacional” (p. 26). Así, su estudio incorpora análisis dedicado a Rubén Darío.
lo que él considera los distintos compo- El último capítulo está conformado por
nentes de la identidad latinoamericana: el texto de Liliana Weinberg sobre ensayo
lo prehispánico, lo africano, el lenguaje latinoamericano. En este apartado, la inves-
de la colonia, el de las naciones indepen- tigadora desarrolla la historia del ensayo en
dientes, el Modernismo y los aportes de la América Latina; presenta las hipótesis (y
Revolución Mexicana, a los que se suma toma postura al respecto) de quiénes fueron
la síntesis borgiana. El resultado de esta los fundadores del género en el continente;
selección es un recorrido cronológico por profundiza en sus características; establece
la obra de autores decididamente canó- relaciones entre este y otros géneros. En
nicos, que termina en la década de 1950. síntesis, su propio texto se presenta como
Mención destacada merece el apar- un valioso ensayo que ahonda en el tema.
tado “La narrativa de la Revolución Weinberg no arma su corpus con autores,
Mexicana”, en el que el crítico expone sino que se centra en épocas, movimientos
su familiaridad con el tema. Allí define y históricos y culturales. De este análisis
explica con claridad el concepto, lo histo- surge un concepto que defiende la adscrip-
riza y profundiza en su análisis a través de ción del género al discurso literario, que,
tres de sus novelas más reconocidas. Más a su vez, consigue la síntesis de unir “la
difícil resulta aceptar algunas de sus afir- afirmación orgullosa de la peculiaridad y
maciones respecto de la gauchesca, como la aspiración a nuevas formas de universa-
por ejemplo, la inclusión de Don Segundo lidad” (p. 263). Sin que la autora lo afirme
Sombra como obra perteneciente al género. explícitamente, es posible considerar
El segundo capítulo, dedicado a la que esta idea de “peculiaridad” podría
poesía, está a cargo del coordinador del funcionar, en el texto de Weinberg, como
libro. Al igual que en el ensayo dedicado un concepto útil para reconsiderar el de
a la narrativa, el recorrido que se realiza “identidad”. La apertura que la investiga-
es cronológico y abarca la obra de vein- dora ve en el ensayo se manifiesta en una
ticuatro poetas, desde Sor Juana hasta lograda frase que lo adjetiva: “prometeico
Enrique Lihn. En lo que respecta al espi- antes que proteico” (p. 273).
noso tema de la identidad, Ortega concibe Si bien el libro encuentra su marco en
la nación como “construcción discursiva, la colección, en las conclusiones gene-
consenso imaginario, o incluso, contrato rales, Ortega reconstruye la genealogía en
negociado” (p. 185). Por ello, lejos de la cual lo inserta. El investigador peruano
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cualquier esencialismo, considera que “la alinea el texto con otros dos “documentos
poesía latinoamericana […] demuestra autorreflexivos” (p. 295) que contribu-
que la identidad en devenir es una forma yeron, cada uno en su momento, a pensar
de nuestra creatividad” (p. 135). Latinoamérica. Se refiere Ortega al clásico
Si bien el abanico de poetas que le inte- América Latina en su literatura, de 1972,
resa a Ortega incluye a autores clásicos, que él mismo coeditó junto con César
como José Hernández o César Vallejo, Fernández Moreno, y a Crítica y literatura:
también incorpora voces menos canónicas, América Latina sin fronteras, de 2005,
ción unificadora de regiones geográficas modernismo” (p. 55). Pero cabe preguntar
distintas. Apuntan hacia una transgresión ¿por qué postular un “viable link” de este
de límites nacionales, lingüísticos y/o tipo entre las dos corrientes artísticas? El
culturales tradicionalmente establecidos conocimiento de los ensayos de Wilde por
entre Europa y las dos Américas, en favor parte de Silva (quien no menciona a Wilde
de una visión coherente de espacios hete- en su obra), no parece muy probable, y es,
rogéneos, pero históricamente afines e además, prescindible a la hora de analizar
(inter) dependientes. las semejanzas del concepto del arte y la
vida en los dos escritores. Este concepto arguye convincentemente que en la medida
estaba, por decirlo así, en el aire respirado en que Baudelaire había planteado que el
por el Esteticismo/Modernismo en ambas artista moderno era a la vez observador,
orillas del Atlántico. filósofo y flâneur, así como pintor del
La segunda parte del estudio (“The momento pasajero, “the same applies to
Artist Protests ‘Art for the Market’s Sake’”, the ‘cronista’ as understood by the Spanish
pp. 57-85) toma como punto de partida la American modernistas insofar as they do
marginación durante el siglo xix de los underscore the creative and artistic side
artistas avanzados y de sus productos no of their otherwise journalistic work” (p.
ajustados a las exigencias del mercado, 89). Completan el estudio una conclusión
el cual –con el desarrollo de la sociedad (pp. 136-143), un apartado de notas (pp.
burguesa– iba sustituyendo el mecenazgo 144-162), la bibliografía (pp. 163-171) y
protector que había ejercido la nobleza del un índice de temas y nombres propios (pp.
Antiguo Régimen. En un estudio compa- 172-180).
rativo de la novela À rebours (1884) de El libro de Kelly Comfort es un
Huysmans y tres cuentos de Azul… (1888) oportuno acercamiento a algunos de los
de Darío (“El rey burgués”, “El velo de la aspectos que caracterizan tanto el este-
reina Mab” y “El pájaro azul”), la autora ticismo europeo como el modernismo
trata de mostrar cómo Huysmans tematiza hispanoamericano. Tiene el mérito de
el problema del consumo artístico bajo las contemplar los dos movimientos no como
condiciones del mercado, mientras que un todo indistinto, sino desde una pers-
Darío concreta –en su opinión– la situa- pectiva consciente de sus particularidades
ción de la producción de objetos de arte y diferencias en el marco de las (inter)
en la sociedad burguesa del fin de siècle. dependencias históricas entre ambos. Sin
Lo que los dos autores compartirían es un embargo, el libro no es tan novedoso como
interés común en “contrasting real art, real pretende (“this comparative study offers
artists, and real art lovers with those who new insights into both transatlantic and
accumulate for accumulation’s sake, who modernist scholarship”, p. 5). En realidad,
only appreciate products with a practical representa un reciclaje de cuestiones y
purpose, and who are bound by a mate- planteamientos que ya surgieron en los
rialistic worldview that makes them blind años setenta del siglo pasado en el proceso
to the spiritual side of existence that art de dotar los estudios literarios y culturales
aspires to reveal” (p. 60). de un fundamento de orientación socioeco-
La tercera parte, finalmente (“The nómica. Tampoco toma en cuenta el impor-
Artist Promotes ‘Life for Art’s Sake’”, pp. tante papel del vitalismo fin de siècle en
87-135), se dedica al fenómeno de la trans- la evolución del concepto del “arte por el
formación de la vida en obra de arte en la arte” (promovido por el descubrimiento de
literatura y la sociedad del fin de siècle. la filosofía de Nietzsche a partir de 1890),
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Aquí, los objetos de estudio son el esteta que, por ejemplo, distingue la visión del
dandi en las novelas The Picture of Dorian mundo del protagonista de De sobremesa
Gray (1890) de Oscar Wilde y Bekenntnisse de las ideas de un Wilde o Huysmans (pero
de Hochstaplers Felix Krull (1911/1954) no de un D’Annunzio, a quien la autora
de Thomas Mann, en comparación con el no menciona en su estudio). En definitiva,
tipo del esteta flâneur en algunas crónicas el libro de Kelly Comfort, por lo demás
de Julián del Casal y Manuel Gutiérrez pulcramente editado, proporciona muchos
Nájera. Para esta comparación, la autora detalles útiles sobre el carácter finisecular
a ambas orillas del Atlántico, que pueden canónicas, de la literatura española y lati-
leerse con provecho, relacionados con las noamericana, testimonios vitales de los
observaciones de estudios anteriores. autores reseñados y de su propia vida hecha
de privilegiados encuentros con escritores
Klaus Meyer-Minnemann consagrados, Sergio Ramírez despliega
(Universität Hamburg) con un estilo tan envolvente como seductor
una variada panoplia de veintidós ensayos
escritos entre 1998 y 2010. Su origen no
es menos diverso: ponencias en congresos,
Sergio Ramírez: La manzana de oro. artículos en revistas, prólogos y epílogos,
Madrid/Frankfurt a./M.: Iberoameri- conferencia y artículos en periódicos.
cana/Vervuert (La crítica practicante, 7) Por razones que se desgranan en cada
2012, 227 páginas. caso y no dejan de sorprendernos, Ramírez
conoció, frecuentó y forjó desde su más
La Colección “La crítica practicante”, temprana juventud amistad con los consa-
que publica Iberoamericana/Vervuert, grados de los años sesenta. Todos los
apuesta por una “crítica imaginativa y ensayos con sus referencias autobiográ-
descifradora” que aspire a “unir creación ficas y testimonios se combinan con juicios
y crítica en el campo del ensayo”. Lo hace críticos. Así, su descubrimiento de Borges
bajo los lemas de Oscar Wilde —“el crítico en la librería Lehman de San José de Costa
como artista”— y de T. S. Eliot —el “poeta Rica, una tarde lluviosa, cuando apenas
crítico, consecuente y consciente de la tiene 22 años, propicia un repaso de la obra
racionalidad de su obra”— que presiden inagotable del autor de Ficciones (Ramírez
una serie de textos latinoamericanos afirma por error que esa edición era de la
apostando por esa creatividad imagina- editorial Losada, cuando era de Emecé,
tiva del ensayo. La colección lleva nueve como la mayoría de la obra de Borges); su
títulos publicados, pero tal vez ninguno de frecuentación de la casa de Luis Cardoza y
los textos editados hasta ahora esté más Aragón en su exilio en Coyoacán (México)
ajustado a esa propuesta editorial que La lo invita a una valoración de ese insigne
manzana de oro de Sergio Ramírez. guatemalteco “universal y moderno”, cami-
Nacido en 1942 en Masatepe nando “a filo entre las dos Guatemalas, la
(Nicaragua) y con una biografía digna ladina y la indígena” (p. 71); su temprana
de los mejores polígrafos del siglo xix amistad con Juan Bosch, cuando tiene 19
—donde se combina escritura y oratoria, años y el escritor dominicano 52, le permiten
periodismo y ficción novelesca, acción un repaso de su cuentística; su admiración
política hecha de resistencia, exilio y por Julio Cortázar —“El que nunca deja de
responsabilidad de gobierno—, Ramírez crecer” (p. 119)— en ancas de los vertigi-
es también un crítico de fina observación nosos años sesenta, lo llevan a un repaso
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al aproximarse a autores como Cervantes, de esa década que intentó “poner el mundo
Rubén Darío, Borges, Miguel Ángel patas arriba de la manera más irreverente
Asturias, Pablo Neruda, Graham Greene, posible” (p. 120) y a las “jornadas de
Julio Cortázar, Augusto Roa Bastos, José rebeldía” en las calles de París en la prima-
Saramago, Carlos Martínez Rivas, Gabriel vera del 68, sin olvidar la masacre de estu-
García Márquez y Carlos Fuentes. diantes en la plaza de Tlatelolco en México.
En una feliz combinación de reflexión Años después (1976) Sergio Ramírez lo
crítica sobre obras clásicas, por no decir conoce “para una amistad de toda la vida”
(p. 123) en San José de Costa Rica y viaja a de una mesa regada con buenos vinos. Al
Nicaragua en su compañía, con cuya revo- socaire de su amistad con Fuentes, Ramírez
lución el autor de Rayuela se solidarizaría le dedica dos ensayos: “La manzana de
luego. Para el autor de La manzana de oro, oro” (p. 181), que da título al volumen, y
Cortázar, como Fuentes o José Saramago, “El regreso de la diosa” (p. 197).
“son defensores de causas muy a la manera Cuando no le es posible ser contempo-
de Voltaire, el primer defensor ciudadano ráneo del autor glosado, Sergio Ramírez
de la historia. Y ya no quedan muchos de asocia, aunque sea a través de un encuentro
esa especie en extinción” (p. 127). fortuito, a José Martí con Rubén Darío.
Parece que Sergio Ramírez, en el Con ritmo novelesco nos hace viajar en una
aparente azar de los encuentros con los canoa por un río tropical y a lomo de “la
escritores a los que consagra ensayos o más pequeña, rebelde y mal intencionada
artículos, buscara respaldar con el trato mula que vio nunca la montaña de Izabal”
personal o testimonial un juicio consa- (p. 19) presenta a José Martí, con apenas
gratorio. Tal es el caso de José Saramago, 24 años, rumbo a Guatemala. Se recuerda
conocido en México, reencontrado en que Rubén Darío tenía entonces 10 años
Madrid y en Lanzarote, donde el azar ya y sorprendía a sus mayores en la ciudad
es búsqueda tenaz del escritor portugués, de León, en Nicaragua, recitando largas
culminada con el otorgamiento del Premio poesías de memoria. Así va contando las
Nobel que festeja alborozado porque “Don “vidas paralelas” de ambos autores hasta
José es muy nuestro” (p. 147). su breve encuentro en el Harman Hall de
En el caso del poeta Carlos Martínez Nueva York la noche del 24 de mayo de
Rivas la connivencia es total, compar- 1893. Luego los unirá el cordón umbi-
tiendo el exilio en Costa Rica y, sobre todo, lical del Modernismo y la “prosa profusa,
fraternales risas prolongadas luego en la llena de vitalidad y color, de plasticidad
Nicaragua revolucionaria y en la amistad y música” (p. 30) que practican ambos:
común con José Coronel Urtecho. Por Martí, el “padre”, tiene 40 años; Darío,
esta razón, el ensayo “Horno al rojo vivo” el “hijo”, 26. Muerto en combate en Dos
(p.149) es el más entrañable y el menos Ríos, Martí será magníficamente retratado
literario. Gira con indisimulada ternura por Darío en Los raros. La presencia de
alrededor de la persona de ese poeta pana- Rubén Darío planea en otros ensayos: su
dero que le dedica un poema a Octavio relación con España (“En el rincón de un
Paz diciendo: “a ti te premian, a mi me gran quicio oscuro”, p. 35) y en el polí-
plagian” (p. 151) y que vive rodeado de cromo escenario del Caribe (“Esplendor
libros en desorden, de gatos que se sienten del Caribe”, p. 83).
en envidiable libertad en el caos de la Cuando Ramírez juzga la obra de un
panadería presidido por ese “horno, con su poeta —como en el caso de Pablo Neruda—
rojo fulgor de infierno” (p. 153). lo hace con el lírico entusiasmo que le
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se ha dado en llamar autoficción. En efecto, las intelectuales que lucharon por hacerse
aunque las obras de Elena Poniatowska, con un hueco en un parnaso eminente-
Carmen Riera, Esther Tusquets y Soledad mente masculino y en una historia escrita
Puértolas proclaman su estatuto ficcional, por el patriarcado que la silenciaba. Dada
es indudable que existe cierto cuño auto- la extensa bibliografía crítica y los múlti-
biográfico, a la luz del análisis crítico que ples enfoques que adoptan los estudios
realiza Caballero. Estos textos dan cuenta sobre la mujer, libros como el de Caballero
de una de las temáticas que la crítica ha Wangüemert pueden servirnos de guía en
identificado como propiamente femenina, nuestros primeros pasos por los senderos
la relación entre madre e hija. La proble- de la escritura femenina.
mática, por cierto, se aborda de diferente
manera en cada uno de los textos anali- María Martínez Larrosa
zados, de manera que la elección de la (Universidad de Zaragoza)
autora de los mismos permite al lector
obtener un rico panorama de puntos de
vista al respecto.
Con sus diferencias de contenido y Ottmar Ette/Gesine Müller (eds.):
forma, los textos que integran este libro, Worldwide. Archipels de la mondialisa
no solo dan cuenta de esa construcción de tion. Archipiélagos de la globalización.
la identidad femenina, sino también de las Madrid/Frankfurt a./M.: Iberoameri-
trampas de la emancipación que los reúnen cana/Vervuert 2012. 416 páginas.
bajo este rótulo. Caballero pone el énfasis
también en los aspectos socio-históricos que La edición al cuidado de los renom-
irrumpen en las obras, así como presta aten- brados caribeñistas Ottmar Ette y
ción al contexto en el que han surgido. Se Gesine Müller es fruto de un “TransArea
trata esta de una elección plenamente cons- Symposium” interdisciplinario, celebrado
ciente a la hora de abordar la escritura feme- en Berlín en julio de 2011, sobre la idea
nina, pues responde a la necesidad señalada glissantiana de “archipielización” en un
por la crítica de ocuparse del contexto de los contexto global. Los textos están escritos
textos para evitar de esta manera los esen- en francés, español e inglés (y uno en
cialismos y la construcción de un modelo alemán), lo cual requiere un lector global
único femenino. Cada capítulo, se nutre de o “archipiélico” para recurrir al adjetivo
una completa bibliografía, no solo sobre usado en el volumen.
las autoras, los textos o lo autobiográfico, En su introducción, “Worldwide:
sino también sobre ese contexto del que no Living in Transarchipelagic Worlds”, Ette
pueden desvincularse los textos. continúa elaborando ideas ya presentes en
Las manifestaciones literarias de las ensayos suyos anteriores sobre las islas y
que se ocupa Caballero no pueden ser los archipiélagos vistos como entidades
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Khal Torabully. Todos estos pensadores ensayos que siguen presentan un nexo más
defienden estructuras no esencialistas, fuerte con el área enfocada. Basándose en
no jerárquicas, rizomáticas. Ette ilustra el ensayo “Our sea of islands” del antropó-
sus observaciones mediante un análisis logo de Fidji, Epeli Hau’ofa, König esboza
atinado de la obra Überseezungen de la una evolución desde el aislamiento hacia
japonesa-alemana Yoko Tawada, que no lo “archipiélico” en el imaginario geopolí-
puede ser leída desde una sola área, una tico de los escritores franceses que evocan
sola lengua, una sola cultura. la Polinesia. Y Eckstein y Schwarz abogan
Aun insistiendo en la idea de la trans- de manera convincente por considerar el
gresión de los límites de las áreas, el libro Pacífico como una alternativa interesante
se estructura en buena medida a partir de al Caribe, muchas veces erigido en el
un criterio geográfico, ya que los capítulos ejemplo por excelencia de la modernidad
se titulan, respectivamente: “Archipiélagos global y del pensamiento “archipiélico”.
del Océano Índico”, “del Océano Pacífico”, “Archipiélagos del Caribe” consta de
“del Caribe”, “continentales”, a lo cual se cinco ensayos que a veces tienden más
añade “archipiélagos teóricos”. Las dos hacia lo “intra-archipiélico”. La conocida
vertientes se combinan de manera armo- historiadora Consuelo Naranjo Orovio
niosa en el primer capítulo, “Archipiélagos presenta un profundo análisis muy bien
del Océano Índico”. Khal Torabully indaga documentado de las diferencias entre
en la polilógica de la coolitude, un concepto los discursos sobre civilización y raza
no limitado al área índica, como manifes- entre Cuba y Puerto Rico, que conllevan
tación del pensamiento “archipiélico”. inclusiones y exclusiones. Tampoco es
Ralph Ludwig discute uno de los aspectos muy intenso el diálogo del análisis (poco
de ese pensamiento: el multilingüismo o la convincente) de la palabra perro (Meyer-
hibridez lingüística de San Mauricio; mien- Krentler) en Cecilia Valdés con el plan-
tras que Ute Fendler analiza los archipié- teamiento del volumen, una observación
lagos espaciales (superponiendo Ruanda, que vale también para el informe de Alba
Haití y Madagascar como lugares de y Vega sobre la cooperación entre México
miseria), intertextuales y metaliterarios en y Haití que cierra esta parte. En cambio,
Les cauchemars du gecko (2011) del escritor Ueckmann prueba, en un estudio muy escla-
de Madagascar, Jean-Luc Raharimanana. recedor sobre el spiralisme en Haití, cómo
En el primer ensayo del segundo capí- los representantes de este movimiento, por
tulo, “Archipiélagos del Océano Pacífico”, ejemplo Frankétienne, practican una escri-
resulta algo menos clara la relación entre tura caótica, compleja y fragmentada, muy
el área enfocada y el enfoque escogido. afín a las ideas “archipiélicas”. Johanna
Gesine Müller toma como punto de partida Abel, de su parte, estudia las visiones está-
la relación entre francofonía y pensa- ticas convergentes inspiradas en la lógica
miento “archipiélico”, en sus muy dispares colonial de cinco viajeras europeas del
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vez más para introducir su agenda femi- de algunas mujeres y el protagonismo que
nista. Por medio de ella rescatan a mujeres tuvieron en la historia. Estos ensayos, repor-
contemporáneas, por lo tanto ellas se tajes y entrevistas cumplen una función
convierten en historiadoras y testigos del de revisión de la historia y conquistan un
presente. En la entrevista, el testimonio nuevo espacio que anteriormente no había
está presente y provee de voz al subal- sido reconocido; el espacio de la mujer y su
terno. En la entrevista la participación y la protagonismo.
transgresión aparecen en la historia oral y
en la historia escrita. La entrevista además Julia Bello-Bravo
de retroalimentarse del testimonio también (University of Illinois at Urbana-Champaign)
lo hace de la autobiografía, el psicoanálisis
y la confesión que se proponen como acti-
vidades interactivas y enriquecedoras de
la entrevista. Se establece un pacto tácito Sylma García González: “Yo tuve una
entre el periodista y la persona entrevis- cosa con él y no es un concepto”. Ori
tada y en este espacio lo expresado se arti- ginalidad y modernidad en la literatura
cula entre la historia y el discurso. mística de Ernesto Cardenal. Madrid/
Es importante destacar la técnica y Frankfurt a./M.: Iberoamericana/Ver-
el procedimiento que ambas escritoras vuert 2011. 164 páginas.
utilizan en la elaboración de la entrevista
y el testimonio; ambas aparecen como Luce López-Baralt: El cántico místico de
historiadoras culturales con una agenda Ernesto Cardenal. Madrid: Trotta 2012.
feminista. Los rasgos de aproximación a 223 páginas.
la persona entrevistada, el rol del entre-
vistado y, cómo se representa en el texto Ernesto Cardenal: Hidrógeno enamo
final de la entrevista son instrumentos a los rado. Edición e introducción a cargo
que Poniatowska y Montero recurren en de María Ángeles Pérez López. Selec-
sus entrevistas. Ambas escritoras aparecen ción de Ernesto Cardenal. Salamanca/
preparadas con información y documen- Madrid: Universidad de Salamanca/
tación. Otra característica es el soporte Patrimonio Nacional 2012 (Biblioteca
gráfico; las imágenes se integran de modo de América 47; XXI Premio Reina Sofía
armónico en la plática, destacando los de Poesía Iberoamericana). 288 páginas.
detalles relativos a la personalidad y al
físico de la persona entrevistada, también Desde 2010 se han publicado cuatro
es importante destacar el lenguaje literario, libros que dan cuenta de la presencia del
con el uso de adjetivos, metáforas, acción poeta, sacerdote, artista y teólogo nica-
y ritmo propios del relato. ragüense Ernesto Cardenal (1925-) en el
La combinación de todos estos recursos campo de los estudios literarios hispanoa-
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otros tres libros (publicados en España) en la determinación del autor como místico,
que son objeto de esta reseña. implícitamente en el primero y explícita-
Las monografías de Sylma García mente en el segundo, que gira alrededor de
González y Luce López-Baralt enfocan la la experiencia extática vivida por Cardenal
obra de Cardenal desde el mismo punto el 2 de junio de 1956. Se trata de un acon-
de vista: ambas investigadoras puerto- tecimiento clave que iba a determinar la
rriqueñas abordan la dimensión mística radical conversión del poeta y su entrega
presente en su obra (tanto ensayística o sin reserva a Dios. Este acontecimiento,
autobiográfica como poética) y abogan por callado durante muchos años, se evoca en
la originalidad a la vez estética y temática los poemarios de madurez del autor, con
de la misma. Sylma García González da a una desnudez expresiva que va in cres-
conocer, en su libro, una versión revisada cendo, desde Cántico cósmico (1989) hasta
de su tesis de maestría presentada en la Telescopio en la noche oscura (1993),
Universidad de Puerto Rico bajo la direc- poemario en el que Cardenal define este
ción de Luce López-Baralt, quien prologa rapto místico como una “violación pero
asimismo el libro. Los dos primeros capí- consentida”. La autora destaca la relación
tulos presentan los prolegómenos del intertextual con los místicos castellanos
estudio al sintetizar las características del (especialmente San Juan de la Cruz) de
fenómeno místico desde un punto de vista forma reiterada, pero sin llegar a problema-
comparado y al recordar las etapas princi- tizarla a fondo: ¿qué significa, en relación
pales de la evolución vital y espiritual de con el maestro espiritual privilegiado que
Cardenal a lo largo de su vida. El tercer fue San Juan, que se experimente primero
capítulo es el pivote del libro; en él se la “unión transformante” (86) y después un
destacan las “particularidades del discurso interminable periodo de “noche oscura”
místico cardenaliano”: 1. un estilo deudor marcado por la sequedad y el sentimiento
de la estética de Whitman, Pound y Eliot, de soledad? El último libro estudiado,
que privilegia “la economía verbal y la Versos del pluriverso (2005), es una “exten-
creación de imágenes precisas, eficientes” sión del Cántico cósmico” (Cardenal, cit.
(61), vinculadas con el mundo concreto; p. 137): el autor prolonga ahí su reflexión
2. una musicalidad basada en los juegos acerca del universo movido por la energía
rítmicos, en la que se siente el influjo de del amor a lo largo de toda su evolución.
César Vallejo en la “dislocada sintaxis” y Como en el Cántico, Cardenal utiliza
“la nueva carga afectiva que adquiere cada masivamente el collage en este poemario
palabra” (65); 3. “el encendido lenguaje reciente para mostrar hasta qué punto los
erótico” (66); 4. “la explosión de las discursos poético, científico y místico se
imágenes” (68), muchas veces contradic- complementan en una visión holística, no
torias, que intentan traducir lo inefable; 5. dualista, de la vida y de la Creación.
el humor; 6. la “concepción cósmica-mís- Este estudio bien documentado
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tica” (72) que se afirma en la obra cardena- (aunque no exhaustivo) y claro de Sylma
liana a partir de los años ochenta. García González resulta interesante por
Los cinco últimos capítulos se dedican la investigación de la dimensión estética
al estudio detenido de las cinco obras en de este discurso místico. De manera muy
las que la autora identifica y analiza este lúcida, la autora distingue entre “la expe-
discurso místico. Vida en el amor (1970) y riencia mística como fenómeno sobre-
Vida perdida (1999), primer volumen de su natural” y “el discurso místico-literario”
autobiografía, son dos hitos fundamentales (27) y destaca su elección epistemológica:
interesante es el diálogo intertextual con (lo que manifiesta una visión preocupada
Darío que analiza la autora. En resumen, desde el comienzo por los ciclos natu-
las grandes cualidades del libro (informa- rales de la materia orgánica y de su signi-
ción actualizadísima y de primera mano, ficación espiritual), elemento que volverá
perspectiva amplia del análisis gracias a a aparecer en la Cantiga 28 del Cántico
la erudición de la autora, gran especialista cósmico: “Hidrógeno seré, pero hidrógeno
de mística comparada) esbozan también enamorado”. Según Pérez López, esta
sus limitaciones. Al querer definir la apor- reescritura quevediana (“polvo seré...”) es
tación de Cardenal como “fundador de paradigmática de la “propuesta omniabar-
la mística hispanoamericana contempo- cadora” (75) de Cardenal. En la segunda
ránea”, López-Baralt nos entrega un libro parte de la introducción (“La poesía exte-
a la vez erudito, sensible y escrito desde riorista: un estilo y una época”, 84-92),
la simpatía más profunda por el autor, lo la profesora salmantina resume la defini-
que da a veces tonos casi hagiográficos a ción del exteriorismo característico del
su libro. estilo cardenaliano a partir de las posturas
La alabanza tampoco está ausente de la clásicas de Neruda (acerca de la “poesía
antología publicada con ocasión del XXI impura”), Pablo Antonio Cuadra y Pound.
Premio Reina Sofía de poesía iberoame- De ahí se deriva “una visión instrumental
ricana que Cardenal recibió en noviembre de lo poético [...]. Y ello porque, a dife-
de 2012. Sin embargo, la introducción de rencia del imaginismo (y he aquí la gran
la profesora salmantina María Ángeles aportación cardenaliana, que es también
Pérez López cumple con creces con los su limitación), el exteriorismo se juega en
requerimientos de un texto que aúna la el territorio del compromiso ideológico”
comprensión sensible de una obra extensa (92). Las notas críticas como esta esca-
y compleja y la distancia que permite obje- sean en los tres libros considerados. Sin
tivar y valorar. La primera parte (“Vida embargo, un balance del exteriorismo que
perdida [y ganada]”, pp. 11-84) se dedica destaque sus logros y limitaciones como el
a sintetizar la trayectoria biográfica, inte- que encontramos al final de la introducción
lectual y poética de Cardenal de manera de Pérez López, es imprescindible para
que ofrece una contextualización ilumi- captar y asentar, más allá de la poderosa
nadora para los textos que el propio poeta personalidad del escritor nicaragüense, las
ha seleccionado y que abarcan el conjunto coordenadas esenciales de una obra funda-
de su producción en verso (ya que va de mental de la poesía hispanoamericana del
los “epigramas” a “El origen de las espe- medio siglo pasado, cuyas posibilidades de
cies”, poema ampliamente comentado renovación siguen aún abiertas.
por López-Baralt). La síntesis se basa en
un material bibliográfico amplio y actua- Geneviève Fabry
lizado, usado de forma siempre opor- (Université catholique de Louvain)
Iberoamericana, XIII, 50 (2013)
Ana Forcinito: Los umbrales del tes de la última dictadura argentina, con objeto
timonio. Entre las narraciones de los de analizar el modo en que tales narrativas
sobrevivientes y las señas de la posdic intentan alcanzar el estatus de testimonios
tadura. Madrid/Frankfurt a./M.: Ibe- y los obstáculos que los enunciantes han de
roamericana/Vervuert (Ediciones de sortear para ello. “Los umbrales del testi-
Iberoamericana, Historia y Crítica de la monio son múltiples –afirma la autora–,
literatura, 64) 2012. 179 páginas. entre las víctimas y los de afuera, entre
los militantes y los detenidos, entre los
“Como presidente de Argentina, vengo sobrevivientes y los desaparecidos, entre
a pedir perdón en nombre del Estado la normalidad del lenguaje con que se
nacional por la vergüenza de haber callado recuerda y las memorias que escapan a la
durante veinte años de democracia tantas representación y su lógica, entre el aquí y
atrocidades”. Estas palabras de Néstor el allá, entre la verdad y la ficción, entre el
Kirchner vinieron a refundar el sentimiento dolor y la interpretación, entre la corpora-
de democracia en un país con la memoria lidad y la subjetividad” (pp. 35-36). Unos
colectiva diezmada y un déficit institu- umbrales que no son fáciles de resolver en
cional considerable. En 2003, año en que términos de verdad si se tiene en cuenta
accede a la presidencia de la República, que el estudio de Forcinito centra su interés
Kirchner deroga las llamadas “leyes de en el testimonio extrajudicial. Ello nos
impunidad”, esto es, las leyes de Punto sitúa en la narrativa del testigo, que pone
Final y de Obediencia Debida, de 1986 y de relieve las fronteras que operan en las
1987 respectivamente. Este hecho supuso escrituras o actos donde concurre el testi-
un antes y un después en el reconocimiento monio: sus zonas de riesgo, sus lagunas,
a las víctimas de la dictadura y un espalda- sus fugas.
razo a las reivindicaciones de las madres El umbral, como señala Forcinito
y abuelas de Plaza de Mayo y de otras siguiendo a Agamben, nos ubica en una
asociaciones pro derechos humanos, por instancia entre lo real y lo fantasmal, lo
cuanto fueron abiertas causas judiciales y visible y lo inaccesible. También, discur-
se emitieron condenas. De manera que en sivamente, nos coloca en la disyuntiva
esta última década se han celebrado impor- entre la razón y la ilogicidad. ¿Cómo apre-
tantes juicios contra la cúpula militar que hender sucesos tan desmesurados dentro
secuestró, torturó, asesinó y desapareció de los márgenes de un discurso lógico que
a tantos miles de ciudadanos argentinos, atiende a las leyes de la representatividad
militantes de izquierda o no. verbal? ¿Cómo narrar lo incomprensible?
El proceso de redemocratización en El testimonio del horror da cuenta de una
Argentina sería impensable sin la voz de experiencia irrepresentable, que invita por
quienes sobrevivieron a la detención y a ello al lector a poner en duda los modelos
la tortura y fueron presos políticos durante de representación que se postulan como
Iberoamericana, XIII, 50 (2013)
la dictadura. Son ellos quienes, desde su verdad. Y he aquí el problema, pues para
condición de víctimas, se postularon como que pueda ser superado, el horror debe ser
testigos del horror para aportar sus testi- dicho y representado ante las generaciones
monios ante las comisiones e instituciones presentes y futuras. Recuérdese el mandato
gubernativas en la posdictadura. El ensayo con que abre Primo Levi su libro Si esto es
de Forcinito examina conceptual y textual- un hombre: “Pensad que esto ha sucedido/
mente los umbrales en que se debaten las os encomiendo estas palabras/grabadlas en
declaraciones y relatos de sobrevivientes vuestros corazones/al estar en casa, al ir
mentar fielmente unos hechos a la vez que cara del testimonio de sobrevivientes, ya
coquetea con la ficción. Lo que nos lleva a que se trata del testimonio de un represor;
una pieza clave en todo entramado narra- Memoria en construcción: el debate sobre
tivo, que es el receptor. Porque si en favor la ESMA (2005) de Brodsky; el docu-
de la credibilidad de la novela desempeña mental Montoneros, una historia (1994)
un papel fundamental el pacto de lectura, de Andrés di Tella; La escuelita (2006) de
en el testimonio (jurídico o no) debe darse Alicia Partnoy; o el filme de Israel Adrián
otro pacto, que no siempre se dio, entre Crónica de una fuga (2006), basado en
el testimonio de Tamburrini. Por cierto los militares. En vez de eso, los autores de
que hubiese sido más esclarecedor para la presente colección se dedican a la lite-
el investigador o el lector curioso separar raturización de los fenómenos psicológicos
estos textos como corpus de trabajo en el inherentes a las dictaduras, siendo, según
aparato bibliográfico. Torben Lohmüller, el psicoanálisis “uno de
Se echa en falta, y creo que hubiese los instrumentos discursivos más persis-
sido interesante, inscribir algunas de las tentes del análisis y la interpretación del
discusiones que trata el libro en la tradi- nazismo y otros fenómenos totalitarios” (p.
ción crítica de la narrativa testimonial 27). Tanto los escritores estudiados como
concentracionaria en torno a la Shoah, los ensayistas científico-literarios se sirven
de donde surgen las primeras reflexiones exitosamente de nociones freudianas como
contemporáneas acerca del testimonio la de Verdrängung (“represión”) para
como género narrativo y el consecuente explicar las lesiones psíquicas individuales
debate que aborda la idea de la represen- causadas en las víctimas por los regímenes
tabilidad y las fronteras entre palabra y totalitarios. Describen la dictadura desde la
silencio, verdad y ficción –Wiesel, Lang, posdictadura, la búsqueda de las huellas del
Rosenfeld, Friedländer, Steiner, Young, pasado en los individuos, la lucha contra
Semprún–. Ello no empaña ni mucho el olvido consciente o subconsciente, esta
menos un estudio como este de Ana variante ibérica y latinoamericana de la
Forcinito que aborda con rigor un tema de incapacidad para el duelo atribuida, según
gran calado en la sociedad argentina y que, Lohmüller, a los alemanes por el psicoana-
aun con todas las dificultades que rodean al lista Mitscherlich.
testimonio, nos enfrenta a la necesidad de Los ensayos demuestran que por causa
activar políticas de la memoria –contra las del desprestigio del marxismo después
políticas del olvido–, no solo con la vista de la caída del Muro de Berlín y el auge
puesta en el pasado, que es irremediable, posmoderno del individualismo, el interés
sino pensando en el porvenir. de los autores por la política y lo econó-
mico-social ha decrecido mucho, como
Aníbal Salazar Anglada lo constata Óscar Cornago en su trabajo
(Universitat Ramon Llull, Barcelona) De las organizaciones a las multitudes:
pensar lo social más allá del Estado.
Walther L. Bernecker establece una
crónica detallada de las barbaridades
Janett Reinstädler (ed.): Escribir des cometidas por el franquismo durante y
pués de la dictadura. La producción después de la Guerra Civil en su cruenta
literaria y cultural en las posdictaduras campaña de exterminio físico de los repu-
de Europa e Hispanoamérica. Madrid/ blicanos y de sus vestigios materiales,
Frankfurt a./M.: Iberoamericana/Ver- morales y simbólicos, lo que contribuyó al
Iberoamericana, XIII, 50 (2013)
vuert 2011. 372 páginas. rápido y casi completo olvido del funesto
pasado. Bernecker describe la difícil lucha
Estas ponencias, procedentes del por la verdad histórica aun en la época
congreso homónimo llevado a cabo en posdictatorial, cuando las poderosas
Berlín, se diferencian mucho de los primeros fuerzas conservadoras lograron un “pacto
testimonios literarios aparecidos recién de silencio”, que significaba callar los
después de los respectivos golpes, con sus crímenes del franquismo “para (no) volver
detalladas descripciones de los crímenes de a abrir viejas heridas” (p. 79).
(Universität Bern)