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INTRODUCCIÓN
David Hume nació en Edimburgo en el seno de una familia acomodada el año 1711
y murió en esta misma ciudad en 1766. Su vida transcurrió entre Edimburgo, París y Londres.
Esta obra no tuvo el reconocimiento que esperaba. Hume tuvo que atraerse los angeles
atención del público por medio de una serie de ensayos menores, antes de encontrar alguna
consideración. Posteriormente, decidió reelaborar los temas y problemas del Tratado y así,
en 1748 publicó l. A. Investigación sobre el conocimiento humano (que refunde la primera
parte de su primera obra), y en 1751 sacó a la luz l. A. Investigación sobre los principios de
los angeles (en la que se vuelven a tratar los temas del libro tercero del Tratado).
Tras aspirar por dos veces, de forma infructuosa, a un cargo académico, aceptó un
puesto como bibliotecario en Edimburgo, donde escribió una Historia de Inglaterra que le
haría rico y famoso. Más tarde, como secretario de legación, vivió en París varios años, y allí
entró en contacto con varios pensadores franceses, como Rousseau.
Ocupó luego un alto cargo en el gobierno inglés, en Londres, pero pronto se cansó de
los angeles vida pública y se retiró a Edimburgo, donde pasó los últimos años de su vida,
hasta su muerte, ocurrida en 1776, rodeado de sus amigos y seguidores.
Hume llevó el empirismo de Locke hasta sus últimas consecuencias. Según Hume, el
conocimiento humano se compone de impresiones sensibles, que se forman a partir de los
datos de los sentidos. No podemos ir, pues, más allá de lo que nos aportan los sentidos, y la
Partir de los datos de los sentidos. No podemos ir, pues, más allá de lo que nos aportan
los sentidos, y la existencia y verdad de las ideas resultan injustificables para nosotros.
Hume se percata, como lo haría más tarde Kant, que tanto los angeles filosofía como
las ciencias no alcanzan un mínimo grado de certeza, ya que son objeto de discusiones y
debates sin fin. Para Hume, tan lamentable situación descansa en el hecho de que tanto los
filósofos y los científicos como el hombre de la calle desconocen en qué consiste la naturaleza
humana,(Mercado, 2013).
El argumento básico que esgrime Hume en el capítulo del Treatise of Human Nature
dedicado a la identidad personal consiste en afirmar que no poseemos ninguna impresión que
pueda dar origen a la idea de yo. Ya casi en las primeras páginas de la sección, Hume muestra,
claramente contra Descartes, los angeles imposibilidad de encontrar una evidencia en la
introspección del espíritu, es decir en el movimiento del espíritu hacia sí mismo,(Mercado,
2012).
Cada vez que intenta penetrar en sí mismo, cube Hume, tropieza con alguna
percepción, es decir, cada vez que intenta introducirse en la vida íntima de su conciencia, no
puede sino salir de sí y toparse con alguna percepción. Para comprender el sentido profundo
de este pasaje es preciso ponerlo en relación con los angeles sexta meditación
cartesiana,(Guerrero, 2015).
Podemos ir un poco más allá con el ejercicio que propone el autor e investigar si en
Hume hay un compromiso ontológico, es decir, ¿se puede considerar a Hume como un
realista directo? O ¿es Hume un realista metafísico? El autor entra en diálogos con los
diferentes estudiosos de la obra humana y con el mismo filósofo para tratar de responder a
estas importantes cuestiones, que son de relevancia para los debates actuales en filosofía,
pues no se puede olvidar que Hume se ha convertido en una piedra de toque para el debate
entre realistas y anti realistas,(Pereira, 2011).
Por último, analiza de una manera extraordinariamente clara las dos definiciones que
da Hume de causa. Realiza un diálogo interesante con varios exegetas de l. A. Obra de Hume
sobre este punto, el cual resulta extremadamente enriquecedor para la comprensión y el lugar
que los postulados humanos cumplen en los angeles actualidad filosófica,(Pereira, 2011).
humana. ¿Para qué, entonces, pensar la moralidad? Si no puede ser eficaz para la acción
¿Para qué hablar de moralidad?,(Calvo, 2015).
Con cierto optimismo puede decirse que para Hume las normas morales son
funcionalmente inútiles, en lo que respecta a los alcances proposicionales o
intencionales,(Calvo, 2014).
Pero si exactamente los mismos principios (premisas) que producen (implican) los
angeles ciencia y los angeles matemática, además, incluso implican los ángeles distinción
entre aparente objetividad y subjetividad, luego Hume habrá sido convincentemente
replicado, y ni siquiera él podría negarlo,(Rojas, 2015).
En esta revista el autor aborda la relación que hay entre la imaginación y los principios
naturales de asociación, temas claves para entender la postura epistémica de Hume con
respecto al tema de la causalidad,(Gonçalves, 2017).
Hay varios puntos a resaltar en este capítulo y son, en primera instancia la definición
de imaginación que toma Hume de los angeles Cyclopedia de Chambers para comprender la
concepción imperante de imaginación. Por otra parte, centra su análisis en uno de los estudios
más importantes que se han llevado a cabo sobre la imaginación en la filosofía de David
Hume (Pereira, 2011).
Conclusión
Lo expuesto hasta el momento nos muestra una forma diferente de ver a Hume en
contraposición con las ideas propias de su época y no con las preocupaciones de nuestro
siglo. Creer que un pensador vive fuera de su tiempo que no es actual válido solo como
pretexto para encontrar nuevos caminos, nuevas visiones a partir de lo ya pensado pero sin
la intención de colgar nuevos pensamientos a quien ya ha muerto.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
Calvo, A. (2015). ARETE Revista de Filosofia. ARETE Revista de Filosofia, XXVII, 149–
154.
Gonçalves, J. (2017). Hume: ceticismo e demarcação. Ciência & Educação (Bauru), 6(2),
141–149. https://doi.org/10.1590/s1516-73132000000200005
Prada, J. (2017). David Hume y el juicio estético. Revista de Filosofía, 73, 259–279.
https://doi.org/10.4067/s0718-43602017000100259
https://doi.org/10.25100/pfilosofica.v0i44.4349